¿tu helado se derritió?

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¿Tu Helado se Derritió? -Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental- Roberto Celaya Figueroa, Sc.D. -Los 4 Pilares del Liderazgo Trascendental-

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-Construcción dinámica de liderazgo trascendental-: Los cuatro pilares del liderazgo trascendental

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Page 1: ¿Tu Helado se Derritió?

¿Tu Helado se Derritió? -Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental-

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

-Los 4 Pilares

del Liderazgo

Trascendental-

Page 2: ¿Tu Helado se Derritió?

¿Tu Helado se Derritió?

-Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental-

Los 4 Pilares del Liderazgo Trascendental

Todos los derechos reservados por el autor ©2014

Primera edición

Se permite la reproducción total o parcial de la presente obra,

así como su comunicación pública, divulgación o transmisión,

mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico

[incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema

de recuperación y almacenamiento de información],

siempre y cuando esto sea sin fines de lucro

y con la condición que se señale la fuente

Registro en el Instituto Nacional de Derechos de Autor 03-2014-033111093800-01

Page 3: ¿Tu Helado se Derritió?

Dedicatoria

A todos los guerreros que,

sin conformarse con lo que son,

ni ambicionando lo que no son,

llegan inexorablemente a la totalidad de su ser.

Page 4: ¿Tu Helado se Derritió?

Índice

Prólogo ............................................................................................................. 1

Introducción ...................................................................................................... 5

El fenómeno ..................................................................................................... 17

Los dos actores ................................................................................................ 20

4 pilares, 3 absurdos ........................................................................................ 24

1er Pilar: Razón ..................................................................................... 27

1er Absurdo: Comprensión .................................................................... 34

2º Pilar: Voluntad ................................................................................... 39

2º Absurdo: Intención ............................................................................. 46

3er Pilar: Percepción.............................................................................. 49

3er Absurdo: Aprehensión ..................................................................... 55

4º Pilar: Atención ................................................................................... 58

Construyendo sobre los cuatro pilares ............................................................. 69

Razón .................................................................................................... 71

Voluntad ................................................................................................. 73

Percepción ............................................................................................. 76

Atención ................................................................................................. 78

Intenta, intenta, intenta .......................................................................... 81

Epílogo ............................................................................................................. 84

Acerca del Autor ............................................................................................... 87

Continuación de ¿Tu Helado se Derritió? ........................................................ 89

Otras Publicaciones del Autor .......................................................................... 90

Page 5: ¿Tu Helado se Derritió?

1

Prólogo

Cuando avanzas hacia una meta suceden dos cosas. Una muy perceptible es la

manera con que cada paso nos acerca a la meta, la otra menos perceptible son

los cambios internos y personales que produce en nosotros ese andar.

Las metas surgen de las necesidades o deseos que todos como humanos

tenemos. Hay metas materiales otras intelectuales e incluso espirituales, las hay

del corto, mediano y largo plazo, también hay metas individualistas y otras que por

ser compartidas se vuelven colectivas, pero todas las metas comparten algo en

común y es el hecho de que quien la persigue está dispuesto a dar algo a cambio

de esa meta, pagar por así decirlo generalmente con tiempo, recursos y esfuerzo;

y esto por una simple razón: consideramos de mayor valor lo que hemos de

obtener que lo que entregamos a cambio.

Cuando de recursos personales hablamos, sea este nuestro tiempo, nuestros

recursos o nuestro esfuerzo, es normal y natural que estemos dispuestos a darlos

a cambio de conseguir la meta que nos hemos planteado, esa es la percepción

subjetiva del valor: consideramos de mayor valor lo que hemos de obtener que lo

que entregamos a cambio. Esa es la percepción subjetiva del valor.

Para que lo que obtengamos sea de mayor valor que lo que estamos dispuestos a

dar se requieren dos cosas: una es tener muy en claro cuáles son aquellos valores

que nos definen como personas y que consideramos que no son susceptibles de

sacrificarse por una meta, lo otro es hacer de vez en cuando un alto en el camino

hacia la meta para vernos y sabernos y entender qué cambios se han dado en

nuestra persona, sobre todo cambios profundos en este sentido.

Es así como podemos ver qué el éxito entonces tiene dos vertientes: una se

refiere propiamente a la consecución de las metas que uno se plantea, pero la otra

Page 6: ¿Tu Helado se Derritió?

2

tiene que ver con la mejora que como persona pudiéramos experimentar como

parte del caminar hacia esa meta.

Soy un convencido de que todos estamos llamamos a desempeñar un liderazgo

completo, transformador y transformante, o como yo le llamo un liderazgo

trascendental. Cuando hablo del liderazgo como algo completo me refiero al

desarrollo pleno y total de nuestras habilidades, nuestras potencialidades,

nuestras capacidades; cuando a ese liderazgo lo denomino transformador me

refiero a él como algo que nos permite cambiar, desarrollarnos, avanzar; y cuando

comento que ese liderazgo es algo transformante me refiero al impacto que en

nuestra comunidad, nuestra sociedad y en última instancia en el mundo puede

tener para hacernos avanzar hacia mejores, superiores y cada vez más excelentes

estados de desarrollo.

La presente obra va en ese sentido, en el de construir de una forma dinámica ese

liderazgo que yo llamo trascendental.

El mismo subtitulo de la obra contiene las ideas básicas de este libro. La palabra

construcción tiene un sentido eminentemente práctico, luego entonces la presente

obra tiene ese carácter; aún cuando muchas de las ideas aquí expuestas cuentan

con un sinfín de referencias a estudios, trabajos e investigaciones que pudieran

enarbolarse, el sentido de la misma es eminentemente práctico y cuando digo

práctico quiero decir que si bien hay explicaciones que nos permiten comprender

las ideas que aquí se esboza, todas ellas van acompañadas de técnicas que a

través de su aplicación permiten corroborar las premisas establecidas y, más

importante aún, construir ese liderazgo al que se hace referencia.

La palabra dinámica en el subtítulo de la presente obra hace referencia no solo a

la acción inherente al pragmatismo referido en el párrafo anterior respecto de la

construcción del liderazgo en cuestión, sino también a la naturaleza cambiante de

nosotros mismos, de los demás y del mundo en su totalidad. Este dinamismo que

Page 7: ¿Tu Helado se Derritió?

3

se aborda en todos los temas de la presente obra añaden un toque necesario de

flexibilidad tanto en la exposición de las ideas como en su aplicación para evitar

ese dogmatismo característico de lo acabado donde nada puede cambiarse ni

nada puede agregarse, por el contrario, los temas y las técnicas expuestas en la

presente obra se entregan a quien las haga suyas para que éste a su vez les

otorgue las características particulares de su personalidad, las modifique, las

cambie, las amplíe.

El término liderazgo, que a la sazón es tan indiferentemente utilizado, si bien tiene

en la actualidad una connotación de logro externo, de conquista de metas y de

triunfo ante adversidades, en la presente obra se aborda desde la perspectiva

personal e interior. Mi experiencia me ha mostrado como es que existen ciertas

condiciones personales que se requieren para poder sobre esas construir el otro

liderazgo del cual hablamos, de la misma forma he visto como el trabajar con ese

liderazgo externo, si no se cuenta con un soporte interno que lo afiance, solo logra

proyectos truncos sin mayor beneficio que el haberlo intentado. En una parte de la

obra menciono que una idea que he visto corroborada en la práctica me lleva a

sostener que el solo trabajar con el desarrollo y potenciación de ese liderazgo

interno, como lo manejo en este libro, lleva a que de una manera natural se dé el

otro liderazgo, el externo, ese que lleva a logros en términos profesionales,

empresariales, políticos, sociales, religiosos, etc.

Por último, la palabra trascendente en el subtítulo de la obra es usada de una

manera deliberada para mostrar el perfil de la argumentación y el carácter del

esfuerzo en cada una de las técnicas aquí mencionadas. Generalmente éste

término es relacionado con cuestiones místicas, espirituales o religiosas, la

presente obra no utiliza ese término en ese sentido. Para mí lo trascendental, sea

en el sentido que se utilice, tiene una connotación eminentemente práctica y la

manera en que lo entiendo y utilizo en mi vida y en la presente obra se refiere más

bien a la relación que cada uno de nosotros puede establecer con la totalidad de lo

que somos y de lo que podemos llegar a ser.

Page 8: ¿Tu Helado se Derritió?

4

En una ocasión se me acercó una persona para preguntar sobre el taller que con

base en las ideas expuestas en este libro suelo dar, ésta persona se me presentó

como alguien no creyente de ninguna de las filosofías místicas, espirituales o

religiosas de la sociedad y quería saber si con ese perfil ese taller le podría ser de

alguna manera útil. Mi respuesta fue contundentemente afirmativa dado que el

taller no llevaba una connotación en el sentido tradicional de la palabra

trascendental que ya he mencionado sino de aplicación práctica de principios que

él podía comprobar y que podía poner en práctica a la de ya en el camino de vida

que había elegido. De la misma forma en otra ocasión y con el mismo interés, me

abordó otra persona con un perfil diametralmente opuesto, ésta persona se definía

como alguien de fe, con una creencia muy definida incluso dogmática. Ante su

cuestionamiento sobre la utilidad para ella de el taller en cuestión mi respuesta, al

igual que en el caso anterior, fue exactamente la misma en el sentido afirmativo de

la respuesta, dado que ésta persona, al igual que la anterior, iba a poder estar en

la posesión de técnicas y herramientas que le iban a permitir aplicar principios

básicos de vida y obtener resultados en el camino que había elegido. Algo así

como aprender a leer para luego decir por uno qué es lo que se desea leer.

Resumiendo, ésta trascendencia tiene que ver con lo que somos y lo que

podemos llegar a ser, con lo que es el mundo y lo que puede llegar a ser, y en

última instancia con esa libertad necesaria que implica cada proceso de cambio y

de desarrollo del potencial humano. Es así como la trascendencia es un término

que tiene que ver con lo eminentemente práctico, con aplicaciones inmediatas y

concretas de principios a nuestro alcance y que generar efectos visibles y

palpables.

Es así como la Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental se vuelve algo

eminentemente práctico, eficaz y útil y al mismo tiempo ilimitado, interminable e

infinito.

Page 9: ¿Tu Helado se Derritió?

5

Introducción

Las líneas de trabajo relativas a Formación • I+D+i • Consultoría que tengo la

fortuna de desarrollar en las áreas de Consultoría Empresarial · Liderazgo

Emprendedor · Gestión Universitaria, me han presentado en diferentes momentos

el reto de abordar la cuestión del liderazgo.

Actualmente existe, por decirlo en cierta forma, una moda por el tema del

liderazgo. A nivel individual o colectivo, profesional o empresarial, social o político,

prácticamente todos quieren ser líderes, pero mi experiencia me ha llevado a

constatar que no basta con querer ser líder para poder llegar a serlo.

El presente libro trata de liderazgo, sí, pero de una forma diferente ya que parte

del soporte del mismo que es la persona en última instancia.

Si alguien quiere saber qué requiere, necesita o puede utilizar para ser líder ni

siquiera tiene que leer un libro, acudir a una capacitación o ir a una conferencia, lo

único que requiere es acudir a las redes sociales y esto está al alcance de un clic.

Todos los días en las redes sociales pueden ver mensajes que se comparten

encaminados al liderazgo, al emprendedurismo, a la motivación. Es como si cada

uno de nosotros, con un solo clic, pudiera acceder a la receta para ser líder, ¿para

qué ir a una conferencia, trabajar en una capacitación o leer un libro cuándo ya

sabes qué hacer?

Pero si actualmente existe esa facilidad de acceder a las cuestiones básicas

relacionadas con el liderazgo, ¿dónde está ese liderazgo?, ¿por qué no podemos

llegar a ser líderes? Si todos los días podemos ver de una manera fácil y casi

natural el torrente de mensajes relacionados con los temas relativos al liderazgo,

si los entendemos y les damos la razón, ¿por qué batallamos tanto en aplicarlos y,

lo que es peor, llegar a la potencialización del liderazgo que deseamos

desarrollar?

Page 10: ¿Tu Helado se Derritió?

6

Supongamos que estamos viendo un

desfile por las calles de nuestra ciudad.

Hemos llegado con la familia y conseguido

buenos lugares y nos deleitamos con los

carros alegóricos que van pasando. En

ese escenario volteamos y vemos que un

niño de unos dos o tres años, con un

helado en la mano, está embelesado viendo pasar el desfile al grado que

prácticamente se olvida de su helado el cual termina derritiéndose. Cuando cae en

cuenta, el helado se le ha derretido completamente. En esa situación ¿qué actitud

adoptaría ese niño? Obvio que la actitud del niño al ver el helado que se le derritió

sería de tristeza, de frustración, tal vez incluso de enojo, ¿y eso por qué? pues

simple y sencillamente porque no pudo disfrutarlo, porque lo perdió, porque se ha

desperdiciado, si pero ¿por qué la tristeza, la frustración, el enojo? Pues porque el

niño le concedía una importancia relativa al helado de una magnitud considerable,

por lo menos para justificar ese estado de ánimo.

Ahora supongamos que nosotros, que ya no estamos tan niños, también

llevábamos un helado en la mano, es más, todos los de nuestra familia que nos

acompañaban tenían uno, pero solo a nosotros nos pasó lo mismo que al niño, es

decir, por estar viendo el desfile descuidamos nuestro helado y éste se nos derritió

completamente, ¿cuál sería nuestra actitud?, ¿sería comparable con la del niño?,

¿en qué se diferenciaría? Obvio que nuestra edad nos da otra perspectiva y

nuestra reacción sería por completo diferente a la del niño, cuando mucho una

leve queja por nuestro descuido y, si había oportunidad, comprarnos otro helado.

Retomando la idea de la información que fluye incesantemente sobre el liderazgo

en redes sociales, creo que todos podemos enumerar algunas características del

líder, características tales como visionario, entusiasta, comunicador, convincente,

negociador, carismático, honesto, cumplidor, coherente, etc., etc., etc. Solo que

hay un punto que es decisivo y que se pasa por alto: el liderazgo se construye

Page 11: ¿Tu Helado se Derritió?

7

siempre sobre la persona. He aquí el

por qué a pesar de todos esos mensajes

en las redes sociales, todos esos libros

que hemos leído, todas esas

conferencias a las que hemos acudido,

todas esas capacitaciones que hemos

tomado, todo relacionado con liderazgo,

no han dado los resultados que hemos

buscado o esperado: se pretende en muchas ocasiones construir un liderazgo

olvidando a la persona.

El helado derretido es esa contrariedad existente en todos nosotros y mencionada

en el párrafo anterior, dónde la construcción del liderazgo no se da por más que lo

intentemos, pero no se da por que partimos de arriba hacia abajo, como queriendo

poner primero el techo antes que las paredes, o las paredes antes que los

cimientos. Necesitamos primero trabajar la persona para sobre ella construir ese

liderazgo, de hecho yo sostengo que si trabajamos a la persona no necesitamos

trabajar el liderazgo pues éste fluye de manera natural.

De la misma forma, al igual que las diferentes reacciones entre el niño y nosotros

ante el helado derretido, se requiere cambiar la manera de ser, en muchas

ocasiones arraigada e incluso defendida, que nos permita estar en posesión de

nuestras capacidades para desarrollar

ese liderazgo. En vez de ser presa de la

tristeza, la frustración o el enojo, poder

tener las habilidades para construir y

reconstruir los eventos, nuestra vida y

nuestro mundo para avanzar en nuestro

camino, de eso trata este libro.

Page 12: ¿Tu Helado se Derritió?

8

Si alguien quiere técnicas, herramientas,

procedimientos de liderazgos, sobre

todo en el sentido del liderazgo exterior

que se ha comentado, no es aquí dónde

debe buscar, hay muchos libros, videos,

artículos relativos a lo que se espera de

un líder, este libro construye las bases

que requiere ese liderazgo, un liderazgo

al que yo llamo trascendental pues es completo, total, trascendente. Cuando digo

que es completo me refiero al exterior de las personas, es decir, que abarca todo

lo que necesitamos mínimamente saber y hacer para avanzar en nuestro proyecto

de vida; cuando menciono que es total me refiero al interior de cada uno de

nosotros, es decir, que abarca todo lo que somos para de una manera incluyente

desarrollar el potencial con que contamos; y cuando menciono que es

trascendente me refiero a que va más allá de todo lo anterior concediéndonos el

poder de darle un sentido personal a

nuestra existencia.

Hagamos un ejercicio, y cuando digo

hagamos es que espero ustedes sigan este

ejercicio así como todos los demás que se

sugieran en el libro que, como dije, es un

libro eminentemente práctico. El ejercicio

es el siguiente: tomen una silla y pónganla

sobre una mesa, nada complicado,

¿verdad? Ahí está la silla con sus cuatro

patas soportando su pesos obre la superficie de la mesa.

Pongamos el ejercicio un poco más complicado: Ahora lo que deben hacer es

colocar de tal forma la silla para que solo tres de sus patas toquen la superficie de

Page 13: ¿Tu Helado se Derritió?

9

la mesa. Vamos, ustedes pueden. Si

quieren dejen aquí el libro e intenten lo

anterior sin leer lo que sigue hasta que lo

logren.

¿Listo? Con un poco de práctica

podemos muy bien dejar que una silla

sobre una mesa se soporte solo en tres

de sus patas, todo es cuestión de

acercarla al borde y dejar una de sus

patas sin tocar la superficie de la mesa.

Claro que a veces esto lleva tiempo pues debemos identificar cual pata tiene

menos peso para que sea esa la que quede volando. De nueva cuenta podemos

ver a la silla sobre la mesa donde tres de sus cuatro patas tocan la superficie de la

misma. Un poco más complicado pero nada fuera de este mundo.

Pero vamos a complicarlo aún más: Ahora la cuestión es colocar la silla encima de

la mesa pero que solo toquen la superficie de la misma dos de sus patas. Sugiero

en este punto de una manera más sugestiva que dejen aquí el libro e intenten eso

antes de seguir.

Aquí voy a hacer una pausa en lo que lo intentan y la solución se dará en la

siguiente página, de inicio y como ayuda les recuerdo que solo son dos requisitos

los que se deben cumplir: uno es que la silla quede finalmente sobre la superficie

de la mesa; y dos, que solo dos de sus patas toquen dicha superficie.

Aunque parezca asombroso esto puede lograrse. No se vale que la recarguen

contra una pared o que la sostengan con una mano, la silla por sí misma debe

estar sobre la mesa y solo dos de sus patas tocar la superficie de la misma.

Intenten, intenten, intenten.

Page 14: ¿Tu Helado se Derritió?

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Aquí está la respuesta. Como pueden

ver la silla esta recostada y solo dos de

sus patas tocan la superficie de la

mesa. Sé que es una salida al dilema,

pero si lo ven bien una salida válida ya

que, como les dije las condiciones solo

eran dos: que la silla quedase

finalmente sobre la superficie de la

mesa y que solo dos de sus patas

tocasen dicha superficie. Ambas

condiciones se han cumplido.

Aquí pudiéramos detenernos y hablar mucho de la forma en que nuestra mente

aborda los problemas, de la misma forma señalar que en muchas ocasiones la

solución a los mismos requiere una creatividad en ello y marcos de referencia

flexibles. Pudiéramos pero no es necesario pues el libro tratará precisamente de

eso.

¡Ah!, pero si creían que aquí había terminado este ejercicio, del cual por cierto se

explicará más delante su utilidad, pues no es así. Vamos a llevar el mismo a su

máxima expresión, a un nivel de dificultad mayor, que es la de colocar a la silla

sobre la mesa pero ahora solo debe ser una pata la que toque su superficie, sin

respaldo, si canto, sin asiento: solo una pata. ¿Se podrá esto? La única forma es

intentándolo.

A estas alturas ya se rompió el marco de referencia inicial y muchos intentarán de

formas muy creativas lograr este cometido, eso lo sé, pero ¿lo lograrán?, ¿la

creatividad será suficiente para ello? Recuerden que la silla debe estar encima y

que solo una pata debe tocar la superficie de la mesa.

Intenten, intenten, intenten.

Page 15: ¿Tu Helado se Derritió?

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Cuando hago este ejercicio en las conferencias y talleres que tienen que ver

precisamente con la construcción dinámica del liderazgo trascendental, una vez

que se rompe el esquema de pensamiento cuando les muestro como puede

ponerse la silla sobre la mesa con solo dos de sus patas tocando la superficie, los

participantes derrochan creatividad tratando de resolver éste último reto. Por

ejemplo, algunos intentan poner la silla casi casi de canto intentando se equilibre

para que sea solo una pata la que toque la superficie de la mesa y hay otros que

mediante trucos. ¿La respuesta? Hasta ahorita nadie lo ha conseguido.

Antes de explicar el por qué de esta dinámica quiero que veas lo que sucedió.

Teníamos un problema que de inicio era sencillo (poner la silla sobre la mesa y

que sus cuatro patas tocaran la superficie de la misma); luego se complicó un

poco más (poner la silla sobre la mesa y que solo tres de sus patas tocaran la

superficie de la misma); luego vino un punto de quiebre cuando se pedía algo que

parecía imposible (poner la silla sobre la mesa y que solo dos de sus cuatro patas

tocaran la superficie de la misma), en este punto después de quebrarse la cabeza

vieron una solución, simplista tal vez para muchos, pero que abría la posibilidad de

resolver los problemas de una forma más flexible y creativa; por último el dilema

de poner la silla sobre la mesa y que solo una de sus cuatro patas tocara la

superficie de la misma los enfrentó a algo mucho más complicado, pero como ya

se había roto la manera de pensamiento lineal que traían muchos intentaron de

formas mucho más creativas resolver ese problema.

Vean cómo es que se trae un pensamiento al que yo llamo lineal que de inicio es

el que marca la manera en que vemos, entendemos e interactuamos con el

mundo, con los demás y con nosotros mismos, ¡ah!, pero llega una nueva forma

de pensamiento que “creemos” nos hace mucho más flexibles, tal vez incluso

libres para entender el mundo, a los demás y a nosotros mismos, ¿y qué sucede?

Que esa nueva forma de pensamiento desplaza como paradigma a la anterior

Page 16: ¿Tu Helado se Derritió?

12

pero al mismo tiempo establece nuevos marcos que de nueva cuenta nos someten

a las restricciones propias de la nueva estructura de pensamiento.

Esto es importante tenerlo en cuenta pues este libro, así como las conferencias y

talleres relacionados con el mismo, no busca sustituir una forma de pensar por

otra. Eso es muy común en procesos similares donde de inicio uno se siente “bien”

pues ve la vida con nuevos ojos pero si esa visión no se renueva constantemente

termina, al igual que la visión anterior, por sujetarnos, por encarcelarnos, por

someternos.

Las ideas prácticas que iremos viendo en el presente libro deben tomarse como

guías, nunca como estructuras dogmáticas terminadas en el sentido de ser un

referente al cual someternos sino más bien herramientas las cuales utilizaremos

en nuestro proceso de construcción de proyecto de vida y finalmente de liderazgo

trascendental.

En este caminar, no solo durante la lectura-aplicación, o lo que yo llamo el saber-

hacer, de este libro, sino en toda nuestra vida, debemos tener muy en cuenta tres

cosas con las que siempre nos toparemos: una es todo aquello que ya sabemos,

otra es todo aquello que no sabemos pero que podemos llegar a saber, y la última

es todo aquello que no sabemos y que nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia

seremos capaces de saber.

Lo que sabemos se refiere a todo

aquello que hemos de alguna forma

conceptualizado y llegado a

comprender, al menos en un sentido

factual (más delante aclararemos este

término). No estamos hablando aquí

solo de las ideas relacionadas con el

conocimiento, para nada, pueden ser

Page 17: ¿Tu Helado se Derritió?

13

también situaciones emocionales, físicas, e incluso espirituales. Cualquier cosa

que de una forma u otra hayamos llegado a experimentar (física, mental,

emocional o espiritualmente hablando) podemos señalarlo como cosas que

sabemos, de nueva cuenta aclarando que aquí el término “saber” no se acota al

proceso cognitivo sino más bien vivencial.

Si alguien ha disfrutado de una buena comida, ha descansado con un sueño

reparador o ha sufrido de una enfermedad esto ha llegado a formar parte de lo que

sabe en términos físicos; si alguien ha aprendido a sumar, restar, multiplicar,

dividir eso forma parte de lo que sabe en términos mentales; si alguien a amado u

odiado o se he sentido alegre o triste, esto ha pasado a formar parte de lo que

sabe en cuestión emocional; por último las cuestiones de fe, esperanza o caridad

que alguien puede haber experimentado en su vida forman parte de lo que cada

quien sabe en términos espirituales. Claro que esta lista es simplemente

enunciativa pues es prácticamente ilimitado lo que sabemos de manera física,

mental, emocional y espiritual; y cuando digo “prácticamente ilimitado” lo hago con

todo el sentido de la expresión ya que aunque no es literalmente ilimitado todo lo

que hemos hecho nuestro es tanto que prácticamente lo es.

La otra cosa con la que siempre nos

toparemos es lo que aquí denomino lo

que no sabemos pero que podemos

llegar a saber. Aquí están todas las

cuestiones físicas, mentales,

emocionales y espirituales que aún no

hemos hecho nuestras pero que de una

forma están a nuestro alcance el

hacerlo. Yo creo que en este punto podemos mencionar de la misma forma un

sinfín de cosas que aún no ha sido hechas nuestras, sean éstas experiencias

físicas, mentales, emocionales y espirituales y que de una forma u otra podemos

llegar a integrarlas a nuestro ser. Y cuando digo “sinfín” lo hago aquí si con un

Page 18: ¿Tu Helado se Derritió?

14

sentido estricto de ajuste a la palabra pues comparado con lo que sabemos, lo que

aún no sabemos aunque podemos llegar a saberlo no tiene fin, siempre estas

cosas serán muchísimo más que las que sabemos en cualquier momento de

nuestra vida.

¡Ah!, pero eso no es todo, hay un

concepto oscuro que aquí he llamado

lo que no sabemos y que nunca, jamás

y bajo ninguna circunstancia seremos

capaces de saber. Los dos puntos

anteriores son conceptualmente fáciles

de entender, pero no éste ya que su

misma naturaleza lo coloca fuera del

alcance del entendimiento, de otra forma se convertiría en algo que sabemos o

que si no lo sabemos lo podemos llegar a saber, pero no, aquí se trata de lo que

no sabemos y que nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia seremos capaces de

saber.

En las conferencias y talleres relacionados con la construcción dinámica de

liderazgo trascendental, cuando llego a este punto, le pido a los participantes que

me digan cosas que consideren caen en esta categoría, es decir lo que no

sabemos y que nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia seremos capaces de

saber. Este punto me encanta pues las respuestas que se expresan rayan siempre

cuestiones que a todos nos parecen inmensas para ser algún día abarcadas por

nuestra experiencia. Estas respuestas van desde algunas muy concretas tales

como cuánto es el número total de estrellas o qué había antes del Big Bang o qué

sucede al interior de un hoyo negro, hasta algunas eminentemente filosóficas o

teológicas tales como el libre albedrío, el sentido de la vida o la existencia

definitiva de Dios.

Page 19: ¿Tu Helado se Derritió?

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Mi respuesta siempre asombra a los participantes los cuales necesitan un tiempo

para entenderla y ésta es que todo lo que puedan mencionar, por más absurdo,

abstracto, infinito o ilimitado que parezca (como los ejemplos dados anteriormente)

no forman parte de esto ya que desde el mismo momento en que los expresamos

pasan a formar parte de lo que sabemos o de lo que no sabemos pero podemos

llegar a saber. La mera capacidad de abstraer el planteamiento y darle una

estructura mental nos hace poseedor del mismo por lo que no puede ser lo que no

sabemos y que nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia seremos capaces de

saber.

Lo que no sabemos y que nunca jamás y bajo ninguna circunstancia seremos

capaces de saber es eso que ni idea tenemos a tal grado que ni podemos

señalarlo, nombrarlo o siquiera preguntarnos qué es, en esta categoría está lo que

no tenemos manera de entender, de abstraer, de estructurar, de manipular, de

expresar, y dada esta característica es inútil el tratar de abordarlo incluso en este

libro. Pero, siempre hay un gran pero, eso que no sabemos y que nunca, jamás y

bajo ninguna circunstancia seremos capaces de saber existe y de alguna manera

podemos beneficiarnos de él, es decir aplicarlo, lo cual haremos en este libro.

Como pueden ver el énfasis de la obra irá dando bandazos en estos tres puntos:

lo que sabemos, lo que no sabemos pero podemos llegar a saber (de hecho

muchas cosas que ustedes no saben con la simple lectura de este libro las

sabrán) y lo que no sabemos y que nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia

seremos capaces de saber, estas últimas abordadas desde un sentido pragmático.

La exposición de ideas a lo largo del libro para la construcción dinámica de

liderazgo trascendental hará referencia a cuatro pilares, tres absurdos, dos actores

y un fenómeno. Los cuatro pilares son la razón, la voluntad, la percepción y la

atención; los tres absurdos son la comprensión, la intención y la aprehensión; los

dos sujetos son lo que tú eres y lo que tú no eres; y el fenómeno, bueno el

fenómeno es algo que va a pasar a lo largo de la exposición de estas ideas y es

Page 20: ¿Tu Helado se Derritió?

16

con lo que comenzaremos pues requieren estar atento a este fenómeno para

captarlo en cuanto suceda.

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El fenómeno

En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su maestro: “siempre

nos cuentas historias pero nunca nos revelas su significado”.

El maestro le replicó: “¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y

la masticara antes de dártela?”

Anthony de Mello, El Canto del Pájaro

Durante la lectura de este libro, al igual que

pasa en las conferencias y talleres que doy

relativos a la construcción dinámica de

liderazgo trascendental, sucede un fenómeno,

éste fenómeno que hay que tener en cuenta

desde un inicio, como si estuviéramos avisado

de ello, para identificarlo cuando suceda y para

aprovechar toda la riqueza que el mismo

puede traer a nuestra vida.

Este fenómeno es algo raro, extraño, sobre

todo si uno desea explicarlo ¿por qué? pues

porque es un evento personalísimo que cada quien experimenta de forma

diferente. Con todo y las limitaciones que ello implica tengo de alguna forma que

referirme a él, así que eso haré.

Cuando estés leyendo este libro habrá alguna palabra, algún párrafo, alguna idea

que te incendiará por dentro (¿ven lo difícil de usar las palabras para expresar

esto?), este incendiar por dentro me refiero a que captará tu atención a tal grado

de abstraerte. A lo mejor tu imaginación vuela, a lo mejor comienzas a recordar y

darle sentido a muchas cosas en tu vida, a lo mejor se despierta un interés

inusitado por saber, conocer discutir el tema, no sé como vaya a ser pero sí sé

que sucederá. Yo llamo a eso incendiarse por dentro.

Page 22: ¿Tu Helado se Derritió?

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Este fenómeno, que es real y que sucederá, no será resuelto ni abordado en el

presente libro, de hecho ni en las conferencias o talleras relativos al tema se

resuelve o se aborda, y ¿saben por qué? Porque no hay tiempo y por que no es

responsabilidad de un servidor el hacer eso. Cuando me refiero a que no hay

tiempo me refiero que lo que está detrás de ese fenómeno puede llevar toda una

vida el resolverlo, y cuando digo que no es responsabilidad de quien escribe esto

el resolverlo o el abordarlo me refiero a que es una experiencia personalísima,

individual, eminentemente particular de cada quien y a cada quien le corresponde

eso. ¿Entonces para que mencionarlo?

Se menciona aquí, al inicio del libro, para que quien desee pueda sacarle toda la

riqueza que el fenómeno trae consigo. ¿Y cómo sería eso? Fácil: sigan al

fenómeno a dónde los lleve. Así es: síganlo. Habrá quienes sientan ese incendio,

esa llamada (yo lo llamo más bien un grito que proviene de nuestro interior) y que

a pesar de ello no lo quieran seguir. Muy bien. Se respeta. Pero quien desee

encontrar un mundo más amplio, más asombroso, más completo, más

trascendente, mi sugerencia es sigan al fenómeno.

¿Y cómo se sigue? Volvemos al mismo problema inicial: no puedo decirles como

lo sigan pues es un evento intimo de cada quien y como tal cada quien lo percibirá

de manera diferente y de la misma forma será diferente la manera en que lo sigan,

pero sí puedo mencionar a manera enunciativa algunas formas de seguir al

fenómeno para que al menos cuando suceda no se queden viéndolo sin saber qué

hacer con él: pensarlo, pensarlo, pensarlo; investigarlo, investigarlo, investigarlo;

leerlo, leerlo, leerlo; cualquier cosa que les permita indagar más en qué fue eso

que los incendió por dentro, de dónde vino ese grito interno, qué significa todo ello,

es seguir al fenómeno.

Este seguimiento generalmente dura toda la vida pero desde el primer paso

comienza a dar frutos y uno comienza a ver nuevos horizontes y a caminar nuevos

Page 23: ¿Tu Helado se Derritió?

19

caminos, nuevos horizontes que nunca se alcanzan y nuevos caminos que jamás

terminan pero que en ambos casos acaban transformándonos.

Así que cuando sientan ese incendio, cuando oigan ese grito interno, cuando se

haga presente este fenómeno síganlo hacia nuevas realidades que ustedes

mismos irán descubriendo y que solo por ello podrán reclamar como suyas.

Page 24: ¿Tu Helado se Derritió?

20

Los dos actores

Nunca pensé que necesitaras ayuda –me replicó Don Juan-. Debes cultivar el sentimiento de que un guerrero no necesita nada. Dices que necesitas ayuda, ¿ayuda para qué? Tienes todo lo necesario para el viaje extravagante que es tu vida. He tratado de enseñarte que la verdadera experiencia es ser hombre, y que lo que cuenta es estar vivo; la vida es la vueltita que ahora estamos tomando. La vida en sí misma es suficiente y se explica sola, y es completa.

Carlos Castaneda, Relatos de Poder

Antes de pasar a los cuatro pilares y los tres

absurdos de la construcción dinámica de

liderazgo trascendental, y una vez encendido

las luces reflectoras relativas al fenómeno que

se dará durante la lectura de este libro, hay

que aclarar la cuestión relativa a los dos

actores: lo que eres tú y lo que no eres tú.

Esas dos esferas de la realidad coexisten

durante toda nuestra vida, de hecho todo lo

mencionado en este libro va de un sujeto a

otro, claro que esto lo hace forma

desapercibida, sutil, por que en la realidad se difuminan los límites entre uno y

otro, aunque ahorita no parezca así.

Un actor es lo que tú eres. Este sujeto lo conocemos de primera mano pues es el

referente de nuestra propia existencia. Dicho actor está conformado de nuestra

persona y de nuestra personalidad como tal. La persona se refiere a lo que somos

y la personalidad a cómo expresamos lo que somos. En este sentido estamos

hablando de los cuatro espacios que confluyen en nuestro ser: el físico, el mental,

el emocional, y el espiritual cada uno como cada quien lo entienda y con todo lo

que ello conlleve. Esta definición incluye cuestiones tales como nuestras ideas,

Page 25: ¿Tu Helado se Derritió?

21

nuestros valores, nuestros sentimientos, nuestros temores, nuestros odios,

nuestra historia y todo lo que podamos circunscribir en los límites de nuestra

persona.

El otro actor, como ya se mencionó, es lo que no somos. A alguien le podrá

parecer demasiada amplia esa definición ¡y en realidad lo es! Es excesivamente

amplia pues ahí tiene que caber cualesquier cosa que no somos. Personas, ideas,

instituciones, países, objetos, historias, cualquier cosa que no seamos nosotros

entra en esta categoría.

A simple vista pudiera parecer que esta segunda categoría es inmensamente más

grande que la anterior pues son muchas más cosas las que no son lo que somos

que aquellas que pudiéramos definir como lo que sí somos, pero esto no es así.

La contención limitada de nuestra persona, nuestra individualidad dicho de otra

forma, es igualmente extensa, inmensa, infinita como la categoría de las cosas

que no son lo que somos. Si cada quien se pone a pensar en la inmensidad de la

cuestión física que nos constituye (moléculas, átomos, etc.), además de las

dimensiones que guardan todos los aspectos mentales, emocionales y

espirituales, se encontrará en un universo avasallante, en ebullición constante,

cambiante, dinámico, lleno, repleto de no millones sino de infinidad de expresiones

de lo que somos que se equipara con lo que no somos. Así que ambos actores, lo

que somos y lo que no somos son equivalente en este sentido aunque diferentes

en su expresión.

En este momento quiero hacer una aclaración ya que el uso de la palabra “actor”

es deliberado. Una cosa es lo que somos y otra lo que se percibe que somos, de

la misma forma una cosa es lo que es aquello que no somos y otra muy distinta la

forma en que percibimos aquello que no somos. Esta diferencia entre lo que se es

y lo que se percibe se salva con el término aquí utilizado de “actor”. En las artes

plásticas un actor es aquel que representa un personaje, esto lo vemos en teatro,

cine, televisión, etc., pero nunca el personaje es la persona que lo interpreta, este

Page 26: ¿Tu Helado se Derritió?

22

símil es exactamente igual a lo que estoy mencionando respecto de lo que se es y

de lo que se percibe.

Nosotros somos personas somos seres prácticamente infinitos (ya se comentó

esto en el párrafo anterior), pero los demás, la sociedad, el mundo, el universo,

percibe de nosotros ciertas peculiaridades las cuales todavía son interpretadas por

ello siendo así que lo que de nosotros se percibe nunca es nuestra totalidad como

personas, o como yo sostengo: eso es apenas la superficie del océano infinito que

somos. De la misma forma todo lo que no somos, sea lo que sea, posee

características ilimitadas, estas características son captadas por nosotros de

forma selectiva y todavía interpretadas según nuestros parámetros para ello con lo

que podemos decir que lo que percibimos de lo que no somos nunca es la realidad

total de eso. Por ello el término de “actor” utilizado, pues siempre nos vamos a

estar refiriendo a lo que se percibe, al personaje que todo lo que existe, tanto lo

que somos como lo que no somos, representa involuntariamente.

Mencioné que el desarrollo de las ideas en el presente libro irá de actor a otro de

manera sutil e imperceptible por que queramos o no hay que reconocer que los

límites entre lo que somos y lo que no somos prácticamente se difuminan en la

práctica. Por ejemplo, cuando abordé lo que somos mencioné cuestiones que nos

definen como nuestro ser en su expresión física, pero también mencioné

cuestiones tales como nuestros pensamientos, nuestras emociones y incluso

nuestro aspecto espiritual, pero si lo pensamos más a fondo, de estos tres

aspectos últimos ¿qué tanto es nuestro y que tanto es de los otros?

La convivencia en sociedad (familia, amigos, comunidad) nos va permeando

desde que nacemos con sus ideas, valores, creencias así que lo que no somos de

una forma u otra viene colaborando con la construcción de lo que somos, pero

¿dónde termina uno y dónde comienza el otro? Como podemos ver en la realidad

los límites de lo que somos y de lo que no somos, en muchos aspectos, es tan

tenue que prácticamente es imposible de percibir, luego entonces no lucharemos

Page 27: ¿Tu Helado se Derritió?

23

por hacer esta definición máxime que no afecta para nuestro trabajo, lo que sí

debe quedar claro es este concepto para poder ir abordando las demás ideas

conforme vayan desarrollándose.

Page 28: ¿Tu Helado se Derritió?

24

4 pilares, 3 absurdos

Cuanto más os conozcáis a vosotros mismos, más claridad

tendréis. El conocimiento de sí mismo no tiene fin, no se alcanza la

realización, no se llega a una conclusión. Es un río sin fin. Y

conforme uno lo va examinando e investigando, uno encuentra la

paz. Solo cuando la mente está tranquila –mediante el

conocimiento de sí mismo, no mediante una autodisciplina

impuesta- sólo entonces, en esa tranquilidad, en ese silencio

puede advenir la realidad, lo innominable, y lo eterno.

Jiddu Krishnamurti, La Libertad Primera y Última

Una vez aclarado el punto del fenómeno y de los

dos actores, estamos listos para abordar la

cuestión relativa de los cuatro pilares y los tres

absurdos. Los cuatro pilares son la forma que

tenemos las personas para entender e interactuar

con todo lo que existe. Estos tres pilares no son

excluyentes y pueden colaborar entre sí para tal

objetivo, de la misma forma, como veremos, uno puede usar uno, dos o tres de

estos pilares aunque lo ideal es usar los cuatro.

El primer pilar es la razón, el segundo es la voluntad, el tercero es la percepción y

el cuarto es la atención. Cada pilar será abordado de manera particular tanto en la

cuestión explicativa como de aplicación práctica. Estos cuatro pilares de manera

en que se han presentado pueden ubicarse como pilares reactivos o pilares

proactivos.

Los pilares reactivos son el del la razón y el de la percepción. Al señalarlos como

pilares reactivos nos referimos a que no requieren de nuestra participación

consciente y decidida para actuar, su desempeño casi casi puede decirse que es

automático, reactivo (de ahí el adjetivo utilizado) a las condicionantes de lo que

Page 29: ¿Tu Helado se Derritió?

25

somos y de lo que no somos. Esto no quiere decir que no tengan elementos

proactivos pero en su mayoría la naturaleza de los mismos es reactiva.

Ahondaremos más en este cuando abordemos cada uno de estos dos pilares.

Los pilares proactivos son los de la voluntad y de la atención. Cuando señalo que

son proactivos me refiero a que, a diferencia de los dos pilares anteriores, estos sí

requieren de nuestra participación consciente y decidida para ser utilizados en su

máxima expresión. El uso de estos pilares no es en automático y requiere del

esfuerzo personal para ello. Al igual que la aclaración que se dio para los dos

pilares anteriores, solo que aquí en sentido opuesto, esto no quiere decir que

estos pilares no tengan elementos reactivos pero su naturaleza que los define es

proactiva. De igual forma en su momento cuando los abordemos se aclarará más

esto.

Retomando el término saber-hacer esbozado en la introducción de la presente

obra, y una ve señalada la reactividad o proactividad de los pilares del liderazgo

trascendental, podemos decir que los pilares reactivos de la razón y de la

percepción son los pilares sobre los que descansa el saber, mientras que los

pilares proactivos de la voluntad y de la atención son

los pilares sobre los que descansa el hacer.

En este mismo sentido, para que el liderazgo

trascendental nos habilite para alcanzar la totalidad de

nuestro ser, requiere lo mismo de rigidez que de

fluidez en nuestra vida; ésta rigidez está identificada

con los pilares reactivos de la razón y de la percepción

y la fluidez está identificada con los pilares proactivos de la voluntad y la atención.

Ambas ideas duales, es decir, el saber-hacer y la rigidez-fluidez, se retomaran

más delante.

Page 30: ¿Tu Helado se Derritió?

26

Pero no solo existen estos cuatro pilares para entender e interactuar con todo lo

existente, también hay tres absurdos que deben ser considerados. Curiosamente

estos tres absurdos tienen un pilar con el que se corresponden. Estos tres

absurdos son la comprensión, la intención y la aprehensión.

En su momento se explicaran estos tres absurdos, lo que sí puede decirse en este

momento es que la comprensión es el absurdo que se corresponde al pilar de la

razón, la intención es el absurdo que se corresponde con el pilar de la voluntad, y

la aprehensión es el absurdo que e corresponde con el pilar de la percepción.

Como ya se habrá notado, queda un pilar para el cual no se le ha señalado un

absurdo, el pilar de la atención. Esto es así y en su momento se explicará el por

qué.

Los cuatro pilares deben ser primero identificados, luego entendidos, luego

asimilados y por último utilizados para ampliar considerablemente las

herramientas a nuestra disposición para interactuar con todo lo que existe; de la

misma forma y por cuestiones que se explicarán en su momento, cada pilar debe

ser considerado a la luz de su correspondiente absurdo, no con un énfasis

limitador, sino al contrario, para no encerrarnos en nuevas estructuras de

pensamiento y así permanecer libres ante la existencia misma.

Page 31: ¿Tu Helado se Derritió?

27

1er Pilar: Razón

En 1997 se estrenó la película Men in

Black, la cual por cierto ganó el Oscar

al mejor maquillaje. En ella dos

agentes del gobierno atraviesan

muchas peripecias tratando, y

logrando, de salvar al mundo. Hay una

escena interesante para el punto que

vamos a tratar referido a la razón. Poco antes de reclutar a Jay (Wil Smith), Kay

(Tommy Lee Jones) le da un tiempo para que piense en la decisión de si se une a

la fuerza gubernamental que él representa. Sentados en una banca Kay le suelta

una frase que puede resumir este apartado: “Hace 1,500 años todos sabían que la

tierra era el centro del universo; hace 500 años todos sabían que la tierra era

plana; hace 15 minutos tú sabías que solo había personas en este planeta.

Imagina lo que sabrás mañana”

El pilar de la razón, como puede verse y entenderse, es prácticamente el pilar

sobre el que se ha sustentado nuestra vida. Cuestiones tales como el

advenimiento de la Ilustración, que se desarrolló desde fines del siglo XVII, o el

trabajo de René Descartes (1596-1650), quien en su obra el discurso del método

define por primera vez unas reglas del método para dirigir bien la razón y buscar la

verdad en las ciencias, fueron dando un peso cada vez mayor, al menos en

occidente, al pensamiento concreto y con ello a la razón.

Esto no está mal ni es una crítica, es un hecho que se señala para entender la

situación actual del mundo y de las personas. De hecho este pilar es muy útil, pero

no es el más útil ya que los cuatro pilares que se presentan aquí (al igual que la

silla que ocupa cuatro patas para ser útil) se requieren para alcanzar la totalidad

de nuestra persona, lo que yo llamo ese liderazgo trascendental.

Page 32: ¿Tu Helado se Derritió?

28

Las características del mundo actual han puesto al alcance como nunca antes la

posibilidad de recibir educación, pero de la misma forma el emprendedurismo ha

demostrado que ésta no es un requisito sin el cual no se consigue el éxito, el

conciliar estas dos posturas nos permitirá tener no solo claridad en cuanto al tema

sino flexibilidad en cuanto las opciones de vida.

¿Qué tienen en común personalidades como Bill Gates, Steve Jobs, Frank Lloyd

Wright, Buckminster Fuller, James Cameron, Mark Zuckerberg, Tom Hanks,

Harrison Ford, Lady Gaga o Tiger Woods? Desde luego una cosa es que se trata

de personajes exitosos en sus respectivos campos de actuación, pero la otra y

más interesante es que todo ellos abandonaron en sus momentos sus estudios

universitarios, ¿esto quiere decir que la educación no es necesaria para alcanzar

el éxito?

Para responder lo anterior hay que ver lo siguiente: lo primero es que no se

trataba de gente analfabeta sino que sí habían recibido educación formal y que fue

en sus estudios universitarios donde se truncó su formación académica antes de

su conclusión formal; lo segundo es que el abandono de los estudios universitarios

se da porque su carrera laboral comienza a dar frutos, a diferencia del

pensamiento de abandonar los estudios para ir en pos del éxito; y por último que

en cierta forma éstos personajes tenían en sí ese potencial que les permitió

alcanzar el éxito sin necesidad de una carrera profesional.

Ahora que si tuviéramos que contestar con un si o un no a la pregunta de si la

educación es requisito para el éxito o la falta de ella garantía de fracaso, la

respuesta es no, y así como estos casos comentados inicialmente se tienen

muchos más en la historia de la humanidad que demuestran lo anterior.

Pero así como no es un requisito ineludible para alcanzar el éxito tampoco está

demás el obtener una formación, es más, la misma puede permitir compensar

ciertas deficiencias que como humanos tenemos. Paso a explicar esto.

Page 33: ¿Tu Helado se Derritió?

29

Para ser un buen cantante, para ser un buen escritor, para ser un buen atleta,

para ser lo que sea no es necesaria la formación formal podríamos decir, pero si

se requiere tener las capacidades para y (muy importante) una experiencia que

podríamos llamar formación informal. Pues bien, hay quienes no tenemos ciertas

capacidades pero que la educación nos permite subsanar con el manejo de la

técnica apropiada. Es así como la educación nos puede servir para alcanzar la

meta.

Pero de la misma forma dejar en manos de la educación todo el potencial para

alcanzar nuestro éxito y nuestras metas es dejar de lado la responsabilidad de

nuestro destino que necesariamente es nuestra.

¿Cuál sería un punto no medio sino más rico?, pues aquel donde la formación que

recibimos la completamos con la experiencia y la enriquecemos con nuestro

emprendedurismo, es así como el triángulo formado por formación-experiencia-

emprendedurismo nos genera una base, un soporte, una plataforma sobre la cual

podemos construir un futuro más estable y al mismo tiempo con más opciones

ante los retos que enfrentemos.

La vida actual exige no solo actitud sino también aptitud, siendo que esto último

tiene sus principales referentes en la capacidad personal y la formación o

habilitación para el desempeño exitoso, es así que desdeñar la educación es

como subirse a un bote y rechazar los remos.

En este entendido la razón es algo que aliento a construir, alcanzar, fomentar y a

experimentar, a rebatir, a criticar. Solo que, por las razones antes expuestas, todo

esto no implica exclusión y cancelación de los otros pilares so pena de truncar

nuestro desarrollo integral como personas.

Page 34: ¿Tu Helado se Derritió?

30

¿Qué cosas cada uno de nosotros no sabíamos hace 10 años, o nuestros padres

hace cincuenta años, o sus antepasados hace 1,000 años, o hace 10,000 años los

primeros humanos que comenzaron a formar lo que hoy consideramos las

primeras comunidades, y que hoy ya sabemos? Hagamos un recuento de ello y

veremos cómo es asombrosamente innumerable la cantidad de conocimiento que

hemos adquirido de una u otra forma como personas y como sociedad.

Esta vorágine de información nos ha colocado en un punto donde muchos creen

que prácticamente pueden explicar sino todo al menos casi todo o por lo menos lo

más relevante de nuestra vida. Esta actitud de orgullo, que puede tener ciertas

justificaciones, nos coloca en un punto donde es muy difícil aceptar que se nos dé

la contra, el estar equivocado o el no saber algo. Si no veamos cómo es que

constantemente estamos corrigiendo al gobierno, a la iglesia, a la sociedad,

después de todo la razón, que no la verdad, todos creemos poseerla, ¿o no

estamos en el pináculo de la historia humana donde, al igual que en una montaña,

todo el conocimiento nos sirve para posicionarnos en él y ver más allá que

cualquier persona antes haya visto o conocer más a profundidad cualquier tema

más allá de lo que antes alguien pudo?

Pero… ¿qué tanto sabes… comparado… con lo que no sabes?

La razón tiene dos vertientes, una es la factual y otra es la trascendental. La

factual es aquella vertiente que siempre responde a los ¿cómo?, por ejemplo

todas las respuestas educativas o formativas van en ese sentido, es decir,

enseñar cómo hacer algo, desde leer o escribir hasta construir reactores nucleares

o estructurar política y socialmente una comunidad.

Antes comenté que lo mejor para alcanzar nuestro potencial, nuestro liderazgo

trascendental, es utilizar los cuatro pilares a los que podemos tener acceso, es

lógico entonces ahora comentar que no es para nada recomendable usar solo

uno, como pudiera ser el caso del pilar de la razón, pero aunque no sea

Page 35: ¿Tu Helado se Derritió?

31

recomendable eso vemos que muchos procesos sociales van encaminados a

darle soporte a todo lo que hacemos a través de este pilar, pero peor aún, este

pilar como se comentó tiene dos vertientes, siendo la factual una de ellas y siendo

esta vertiente, la que responde a los ¿cómo?, sobre la que se soporta

mayormente este pilar, es decir, no solo usamos casi en su totalidad un solo pilar

de los cuatro que tenemos a nuestra disposición ¡sino todavía de ese único pilar

usamos solo una de sus dos vertientes! Pero bueno, el hecho de que ahorita estés

leyendo este libro comienza a cambiar en ti esto.

Una vertiente del pilar de la razón es la factual, la que responde al ¿cómo? De

este ya estamos llenos, repletos, rebosantes. Pero hay otra vertiente de este pilar,

la vertiente trascendental y ésta es la que responde a los ¿por qué? y ¿para qué?

Y ésta será la técnica que usaremos, aplicaremos y desarrollaremos en este pilar.

Todo, absolutamente todo puede ser explicado de manera factual respondiendo al

¿cómo?, lo más interesante, lo que comienza a darnos poder como líderes

trascendentales, es cuando también podemos darle a todo un sentido

trascendental a esto respondiendo a los ¿por qué? y ¿para qué?

El ¿por qué? que uno puede plantearse ante absolutamente todo es una visión al

pasado, al origen de cualquier cosa. El ¿para qué?, por su parte, es una visión al

futuro, al destino de lo que sea que analicemos.

En mis conferencias y talleres sobre construcción dinámica de liderazgo

trascendental, siendo extremoso siempre digo que si pudieran quedarse con una

sola práctica de por vida, mi sugerencia sería precisamente ésta: siempre

pregúntense el ¿por qué? y el ¿para qué? de todo. Esta sugerencia no es dada

solo porque sí, sino que tiene varias justificantes, te doy dos: primero, porque dado

el énfasis actual en el pilar de la razón es más factible que éste pilar sea el usado

a diferencia de los otros que, como veremos más adelante implican mayor

esfuerzo, y, segundo, que estas dos preguntas trabajadas con constancia y

Page 36: ¿Tu Helado se Derritió?

32

dedicación pueden llevarte a los otros tres pilares de manera natural. Pero bueno,

esto es en el caso de que alguien quisiera solo un consejo para trabajar toda su

vida, yo creo que tú que estás leyendo esto quieres activar de ya los cuatro pilares

para potencializar tu desarrollo, así que continuemos.

¿Por qué? y ¿para qué? tiene una fuerza para ampliar y fortalecer el pilar de la

razón a tal grado que llega a rozar los otros pilares. ¿Un ejemplo?, ¡claro!, todo

este libro es eminentemente práctico y lo mejor de todo es que todas las técnicas

aquí dadas se pueden aplicar en todo momento, a cualquier cosa y ante

cualesquier situación.

Alguien llega tarde a su casa y sus padres le regañan, o si ya se tiene novia o

novio, esposa o esposo, hay un altercado por esa tardanza. Bien, el evento para

aplicar esta técnica ya está, ya sucedió, ya lo tenemos. Preguntémonos ¿por

qué?, así es ¿por qué esa persona se molestó? Atención, todas las técnicas de

este libro son personales, cada quien las debe hacer en su fuero interno, en este

caso no es válido hacer estas preguntas a la persona que se molestó, éste es un

ejercicio para nosotros mismos. Continuando con esto ante esta pregunta habrá

alguna respuesta que nos demos, por ejemplo “fulanito o zutanita se enojo

conmigo porque no cumplí con mi palabra de estar aquí a tal o cual hora”, ante

esta respuesta de nueva cuenta debemos preguntar ¿por qué?, en este caso

“¿por qué no cumplí con mi palabra de llegar aquí a tal o cual hora?”. A lo mejor

esta pregunta recibe una respuesta como “se me hizo tarde en la escuela o en el

trabajo o con mis amigos” a lo que de nuevo preguntaremos ¿por qué?, en este

caso “¿se me hizo tarde en la escuela o en el trabajo o con mis amigos?”.

¿Ven el patrón? Así pueden seguirse hasta que ustedes quieran preguntando en

cada ocasión a la respuesta que obtengan ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?

Observa cómo es que esta actitud de inquisición trascendental todos la traemos

de forma natural cuando niños, los ¿por qué? y ¿por qué? y ¿por qué? es algo

Page 37: ¿Tu Helado se Derritió?

33

que brota de manera espontánea en todos los niños ante las respuestas que del

mundo reciben. ¿Y qué es lo que pasa?, que la sociedad nos reprime, nos quita

esta herramienta con un “¡pues porque así son las cosas!”, lo cual es entendible

pues la sociedad en su conjunto está más enfocada a los ¿cómo? que a los ¿por

qué? o los ¿para qué?, pero esto puede cambiar, de hecho está cambiando

ahorita contigo, claro, siempre que seas capaz de reclamar esto que ya era tuyo,

que ya traías, y que te fue arrebatado cuando pequeño.

Repito lo que señalé anteriormente: esto puede aplicarse a todo: cosas, personas,

situaciones, eventos, etc., todo, absolutamente todo puede abordarse con un ¿por

qué? y seguirse así.

Pero el ¿por qué? solo es una parte de la razón trascendental, la otra parte es el

¿para qué? que, de la misma forma que el ¿por qué? puede aplicarse a todo lo

que hay. El ejemplo anterior puede traerse de nuevo aquí y preguntarnos “¿para

qué fulanito o zutanita se enojó conmigo?”, ya no es un ¿por qué?, es decir, ya no

vemos al pasado, al origen, ahora es un ¿para qué? que ve al desino, al efecto. La

respuesta tal vez pudiera ser “bueno, se enojó para hacerme ver la gravedad de

mi actitud con la intención de que no vuelva a pasar”, lo cual de nueva cuenta

permitiría un ¿para qué? De nueva cuenta ¿ves el patrón? Ese ¿para qué? puede

plantearse una y otra vez ante cualquier repuesta que se obtenga.

¿Por qué está aquí esta silla?, ¿para qué está aquí esta silla?; ¿por qué el hambre

en el mundo?, ¿para qué el hambre en el mundo?; ¿por qué me equivoqué en tal

o cual cosa?, ¿para qué me equivoque en tal o cual cosa?; ¿por qué esa hormiga,

aquella nube, esta brisa?, ¿para qué esa hormiga, aquella nube, esta brisa?; por

más rara que se oiga de inicio la pregunta, sea de lo que sea, hay que buscarle

siempre un ¿por qué? y un ¿para qué? y seguir con el hilo del cuestionamiento.

Seguir el hilo -a lo mejor alguien pregunta-, ¿hasta dónde?

Page 38: ¿Tu Helado se Derritió?

34

Buena pregunta la anterior, yo te pregunto ¿tú crees que podamos en algún

momento plantear un ¿por qué? o un ¿para qué?, de lo que sea, cuya respuesta

sea la última, la final, la definitiva, la que ya no permita un nuevo ¿por qué? o un

nuevo ¿para qué? partir de ahí? Vamos, contesta honestamente, ¿realmente

crees que habrá una respuesta que ya no amerite ninguna pregunta? Aquí es

donde entra el primer absurdo, la comprensión.

1er Absurdo: Comprensión

Si no podemos llegar al ¿por qué? final o al ¿para qué? final, entonces en realidad

no sabemos dónde estamos parados, no tenemos noción más que de una rendija

de la realidad e ignoramos el resto. Y esto es

así. Siempre va a haber algo que

desconozcamos. Repito: mientras no

lleguemos al ¿por qué? último de las cosas o

al ¿para qué? último de las cosas

prácticamente estamos parados en el aire.

Sabremos el ¿cómo? pero desconoceremos

el ¿por qué? y el ¿para qué?, al menos el ¿por qué? y el ¿para qué? final, lo cual

es bastante que decir.

¿Cuánto tarda una flecha, disparada con toda la fuerza posible, en recorrer,

digamos, un metro de distancia? A lo mejor alguien dice que un segundo, otro que

medio segundo, otro tal vez que menos. ¿Qué les parecería si yo les contestara

que la flecha no se mueve, que no avanza, que aunque sea disparada nunca llega

a su destino? Supongo que quien me oyera diciendo esto creería estar

escuchando un despropósito, pero veamos el problema del desplazamiento de la

flecha como lo hicieron los sofistas hace cientos de años.

Page 39: ¿Tu Helado se Derritió?

35

Dijimos que la flecha tenía que recorrer un metro. Bien. Pregunto, ¿podemos

dividir en dos ese metro? “Claro que sí”, me responderán, tendremos entonces

dos partes iguales de cincuenta centímetros cada una. Excelente. Ahora,

¿podemos dividir una de esas dos partes en dos partes iguales? “Desde luego”,

me dirán, es así como esa parte la hemos dividido ahora en dos partes iguales de

25 centímetros cada una, y bueno, les pregunto de nuevo ¿podemos a su vez

dividir alguna de esas partes de 25 centímetros de nuevo en dos partes iguales?

“Así es”, de nueva cuenta me dirán, por último, ¿hasta dónde puedo yo agarrarme

segmentando cada parte que surja de dividir el metro una y otra vez, hasta donde?

“Hasta el infinito”, algún avispado dirá, y tendrá razón.

Ojo con esto: el metro inicial base de nuestro problema podemos dividirlo una y

otra y otra vez hasta el infinito, ¿verdad?, luego entonces viene la pregunta

¿cuánto tiempo le lleva a un objeto desplazarse por un espacio que es infinito?

“¡infinito tiempo!” podrá responder el avispado, y tendrá razón. Un objeto requiere

de tiempo infinito para recorrer un espacio que es infinito siendo que si esto es así

luego entonces dado que le tomará a la flecha infinito tiempo recorrer ese metro

nunca se moverá realmente.

¿De locos la conclusión a la que llegamos?, pero ¿por qué? Vuelve a leerla y

veras que es lógica, aunque algo ha de estar mal con ella pues en la vida real sí

vemos a la flecha moverse para llegar a su destino y no le toma para nada tiempo

infinito recorrer ese metro, ¿verdad?

¿A qué viene esto?, bueno, estamos con el absurdo relativo a la razón y este

problema nos dice dos cosas al respecto. La primera es hacer evidente que las

conclusiones a las que nos lleve la razón por sí solo pueden no solo estar

incompletas sino de plano ser erradas. Podemos pensar y pensar y pensar y aun

así, como en el racionamiento anterior, creer que llegamos a una conclusión valida

y valedera cuando estamos muy lejos de ello. Por eso la necesidad de tener otros

pilares de donde asirnos para nuestro desarrollo integral como personas.

Page 40: ¿Tu Helado se Derritió?

36

La segunda cosa al respecto que nos dice este problema es que la razón nunca

nos podrá explicar la totalidad de lo que sea porque la misma naturaleza del

conocimiento es fragmentaria. Tomemos cualquier ciencia, por ejemplo una

ciencia natural como la biología. En biología podemos encontrar una rama

dedicada a la biología de los animales, en esa rama podemos encontrar otra sub-

rama dedicada a la biología de loa mamíferos, en esa sub-rama podemos

encontrar una sub-sub-rama dedicada a la biología de los leones, en esa sub-sub-

rama podemos encontrar una sub-sub-sub-rama dedicada a la biología de los

leones hembras, en esa sub-sub-sub-rama podemos encontrar una sub-sub-sub-

sub-rama que se enfoque en sus aparatos reproductores, en esa sub-sub-sub-

sub-rama podemos encontrar una sub-sub-sub-sub-sub-rama que se enfoque en

las hormonas relativas a los aparatos reproductores, y así hasta el infinito. Es igual

que el metro que diseccionamos en infinitas partes, en este caso el conocimiento

que para comprender algo estamos diseccionando completamente hasta el infinito

¿podemos algún día llegar a comprenderlo en su totalidad?

Antes de comentar esta pregunta, y como ya podrás haber comenzado a intuir, el

conocimiento infinito nos plantea un gran problema de certeza completa, última y

total, con lo cual, mira lo que voy a decir, todo se sustenta en última instancia en

cuestiones de fe. Sé que ésta aseveración te parecerá extrema, después de todo

el conocimiento, la ciencia, son aspectos de nuestra vida donde la fe es lo que

menos tiene que ver, al contrario, pudiéramos decir que solo los hechos

comprobables y comprobados tienen cabida y que la fe no tiene lugar, pero no es

así.

En una ocasión platicaba con un amigo que es ateo, una persona que debo

reconocer es sumamente inteligente y que merece todos mis respetos, y en un

momento dado salió el tema de la fe y ante mi señalamiento de que la ciencia se

fundamenta también en la fe el me argumentó más o menos en los términos que

acabo de señalarte, en ese punto le dije que sometiéramos a prueba lo que

Page 41: ¿Tu Helado se Derritió?

37

acababa de comentar, es decir, que la fe no tiene cabida en la ciencia y que la

misma solo está conformada de hechos comprobables y comprobados. Para no

entrar en discusiones interminables le pregunté primero sobre los sistemas

planetarios del universo, que si cómo habían llegado a ser lo que ahorita son. El

me explicó cuestiones relativas a la fuerza de gravedad y de cómo la misma había

tenido un papel en aglutinar, ordena y mantener lo que llamamos sistemas

planetarios (igual pude haberle preguntado de las estrellas, las galaxias o el

universo en sí). Luego le pregunté (siguiendo un poco la idea del ¿por qué?), que

si ese polvo, rocas y demás, así como esa fuerza de dónde había venido, él se

puso a explicarme la evolución del universo hasta llegar al Big Bang. En este

punto yo le hice varias preguntas de ese Big Bang, desde su naturaleza hasta su

origen, la respuesta, que es la misma que la ciencia actual, es que nuestro

conocimiento ha llegado hasta ahí pero que aún no podemos explicar a cabalidad

lo del Big Bang. Es así como le dije que a partir de ese punto no tenemos

información alguna y debemos de creer en algo de lo cual no podemos explicar, a

la respuesta suya de “si, así es”, le contesté “¿y eso en que se diferencia de la

fe?”

Podemos mencionar muchos ejemplos más de cómo en un momento dado la

ciencia, el conocimiento, llega a un punto donde simplemente no sabe y dado que

no sabe solo debe creer y es así como incluso el más férreo ateo tiene una fe, tal

vez no en una deidad como la conceptualizamos, pero si en algo que no sabe qué

es, que no lo puede explicar, pero que cree a pie juntillas que existe. Piensa en

esto: tanto un ateo como un creyente llegaran a un punto donde sus argumentos

llegaran a un límite de lo conocido, a partir de ahí ambos estarán parados simple y

sencillamente n su fe. Y es en este punto donde el ateo y el creyente se tocan con

las puntas de sus dedos ya que en por la forma de nuestro universo, aunque dos

seres vayan en direcciones opuestas, llegará un punto en donde ambos se

encuentren.

Page 42: ¿Tu Helado se Derritió?

38

Ojalá puedas ver que la aplicación de esta técnica sencilla del ¿por qué? y ¿para

qué? pudiera resolver muchos de los conflictos individuales o sociales que surgen

precisamente por ese abordamiento factual de los hechos antes que

trascendental, mostrando cómo es que las opiniones divergentes son expresión de

lo mismo y las posturas supuestamente contrarias y contradictorias llegan a

rozarse en los extremos y a fundirse en sus centros. Todo al tratar, que tal vez no

lograr de responder al ¿por qué? y ¿para qué? de lo que existe.

Volviendo a la pregunta ¿podemos algún día llegar a comprender todo en su

totalidad? creo que ya has de intuir la respuesta, y ante esa respuesta la otra

pregunta que puede surgir es ¿entonces para que los ¿por qué? y ¿para qué? que

se presentan como técnica en el presente tema si nunca vamos a llegar a un ¿por

qué? y a un ¿para qué? últimos? Mira, la cuestión no es si llegaremos o no a un

¿por qué? y un ¿para qué? últimos sino el efecto que en ti tiene el hacer este

ejercicio. Velo como cuando alguien se ejercita en una bicicleta fija, no

esperaríamos que por más que pedaleara llegara a una parte ya que finalmente

eso no es lo importante sino el efecto que dicho ejercicio tenga en la persona.

Aquí es lo mismo, no preguntes si algún día llegarás a un ¿por qué? y un ¿para

qué? últimos sino observa los efectos que expandir tu campo mental de acción a

través de este ejercicio tendrá en ti.

Este es el absurdo de la razón, ya que por la propia naturaleza de él y por la

propia naturaleza de nosotros nunca jamás podremos de manera total y completa

a conocer todo de todo, pero eso no implica que no lo intentemos pues lo

trascendental se esconde precisamente en eso.

Page 43: ¿Tu Helado se Derritió?

39

2º Pilar: Voluntad

En 2004 se estrenó una película de acción protagonizada por Tom Cruise y Jamie

Foxx, la cual por cierto fue nominada a dos Óscares y ganó varios premios como

BAFTA Awards, AFI AwardsASCAP Film and Television Music Awards, BET

Awards, entre otros y en diferentes categorías. Es una película de acción donde

Tom Cruise interpreta a Vincent, un matón a sueldo, y Jamie Foxx a Max, un

taxista que tiene la mala fortuna de toparse con él siendo obligado a servirle de

chofer durante su travesía nocturna de asesinatos a sueldo.

Película que capta la atención de uno, pero hay una escena inicial que para

muchos pasa desapercibida pero de la cual se pudieran dar seminarios y

diplomados. En esta escena que es al

inicio, antes que Max recoja a

Vincent, Max recoge a una pasajera,

Annie, interpretada por Jada Pinkett

Smith, este encuentro es significativo

por cuestiones que pasarán más

delante, pero en esta escena inicial

hay una conversación de menos de veinte cuyo diálogo que cae como anillo al

dedo para este apartado. Annie le pregunta a Max cuando la lleva en su taxi “¿te

enorgullece ser bueno en lo que haces?”, a lo que Max le contesta “¿Qué?, ¿esto?

Esto es temporal, esto es de medio tiempo, paga las cuentas, pero seré el mejor

en lo que haga aunque no me guste”.

Si volvemos sobre las frases motivacionales que circulan sobre las redes sociales,

éstas pudieran resumirse en un “haz lo que te guste”. Este “haz lo que te guste” lo

mismo puede referirse a seguir los sueños y las metas que nos llenan que a dejar

de hacer aquello que nos incomoda, esto está muy bien (aunque incompleto y

veremos por qué), pero hay muchas cosas que no nos gustan, yo creo que son

más las que no nos gustan que las que sí, pero que aún con todo y esto las

Page 44: ¿Tu Helado se Derritió?

40

tenemos que hacer y de ti depende si lo haces impecablemente bien o no. “Seré el

mejor en lo que haga aunque no me guste”. Esto es la voluntad, y la voluntad es

distinta, bastante distinta, de la razón.

En el curso de la evolución humana muchas cosas hemos perdido porque no

hemos sabido hacernos de ellas mientras íbamos avanzando como individuos y

como personas. Una de esas se refiere a la voluntad. Una cosa muy distinta es el

sometimiento y prejuicios al que hasta hace poco las religiones tenían sometido a

los individuos y las sociedades y otra muy distinta toda la riqueza en ellas había y

que terminamos por tirar por la borda tanto lo uno como lo otro. Todavía podemos

ver, por ejemplo, aunque cada vez con menor grado, las cuestiones de las

“mandas”, es decir, las promesas religiosas que un individuo tenía que cumplir

ante algo que había solicitado. Repito: tenía que cumplir, le gustara o no. Lo

curioso es que generalmente estas “mandas” eran de cosas que no podemos

señalar de agradables pero que curiosamente las cumplían con gusto. Esto es

muy importante pues el cumplimiento de la “manda” no cambiaba el carácter de

ella pero sí se hacía con un ánimo de espíritu muy diferente, a pesar de estar

sometiendo a su cuerpo, a su mente, a sus emociones a cumplir esa “manda”.

¿Qué es lo que se estaba trabajando en esto? la voluntad.

Cuando pequeños todos contamos con grandes maestros trascendentales que

nos trabajan esta parte y me refiero a nuestros padres. Nuestro padre y nuestra

madre, cuando somos pequeños, ¿nos argumentan para que hagamos algo, nos

disuaden, nos convencen? Para nada: ¡nos obligan! Nos dan una orden y aunque

no queramos tenemos que acatarla. Lavarnos las manos o los dientes, arreglar

nuestra cama o nuestro cuarto, saludar o despedirnos, yo creo que todos

podemos recordar un sinfín de órdenes que cuando pequeños teníamos que

acatar simple y sencillamente porque nuestros padres así nos lo requerían. Ellos

eran los maestros trascendentales de la voluntad.

Page 45: ¿Tu Helado se Derritió?

41

Conforme fuimos creciendo, es cierto que muchas de esas cosas a las que

éramos obligados por nuestros padres han sido entendidas y ahora las hacemos

de manera voluntaria, pero lo que no agarramos, lo que no hicimos nuestro, fue

esa lección sobre la voluntad de hacer las cosas porque sí y ahora nos inclinamos

más bien a hacer en la mayor parte de lo posible lo que nos gusta. La libertad nos

trajo la posibilidad de ya no depender de maestros externos, pero en muchos de

los casos optamos por no erigirnos como nuestros propios maestros, decisión que

ahorita estás cambiando mientras lees esto para llegar a hacer las cosas, aunque

no nos gusten, de manera excelente, esa es la voluntad.

Veámoslo de esta forma: Todos hacemos cosas que no nos gustan, la idea es

hacerlas porque así lo queremos, de manera excelentemente impecable por que

así lo hemos decidido. No quiere decir esto fingir, ser hipócrita, hacer como que

algo nos gusta cuando no, para nada, la voluntad implica en hacer algo que

incluso no nos gusta de manera impecable por que le metemos pasión.

¿Zarandeamos más el árbol? ¡Va! La voluntad es tuya, lo que haces porque

aplicas tu voluntad es tuyo, lo que haces por gusto o lo que rechazas por disgusto

no es tuyo. Todos conocemos la idea de la zanahoria y el palo para hacer avanzar

al burro aplicado a cuestiones de motivación humana. La zanahoria se refiere a

todo lo que nos gusta, nos atrae, lo deseamos y que, al igual que al burro que se

le pone una zanahoria enfrente de una vara atada a su cabeza, nos hace avanzar

hacia ello. El palo es lo contrario, es lo que no nos gusta, lo que rechazamos, lo

que no queremos, y que al igual que la imagen del burro que se le muestra el palo

para que avance, nosotros nos movemos buscando alejarnos de esto. Pero si la

piensas bien tenemos entonces que lo que nos hace movernos, sea que lo

busquemos porque lo queremos o lo evitemos porque no nos gusta son factores

externos, déjame repetir esto: son factores externos, y si son externos no eres tú,

pero peor aún, son esos factores externos los que deciden sobre tu vida, y si son

factores externos no creo que te lleven a dónde tú quieras llegar sino a dónde

Page 46: ¿Tu Helado se Derritió?

42

ellos te quieran llevar, ¿vas viendo el alcance de actuar reactivamente mediante la

búsqueda/rechazo de lo que nos gusta o nos disgusta?

Ahora bien, la voluntad no es solo el hacer lo que no nos gusta de una manera

excelentemente impecable, la voluntad va más allá y se refiere a hacer lo que

queramos hacer, nos guste o no, solo porque lo queremos hacer transmutándolo

gloriosamente mediante nuestra pasión.

Quiero repases lo mencionado anteriormente pues es crucial para pasar a la

aplicación práctica para el desarrollo de este pilar: la voluntad se refiere a hacer lo

que queramos hacer, nos guste o no, solo porque lo queremos hacer

transmutándolo gloriosamente mediante nuestra pasión.

En este punto, al igual que cuando abordamos el pilar de la razón, quiero señalar

que la voluntad también tiene dos vertientes, una factual y otra trascendental, la

factual tiene que ver con el “hacer” y la trascendental con el “ser”. Claro que

cuanto hacemos lleva en mayor o menor medida (como lo explicado anteriormente

por la analogía del burro, la zanahoria y el palo) nuestra voluntad, pero esta

voluntad puede enfocarse tanto en hacer cosas como en llegar a ser como

personas. Lo primero, la voluntad factual que se enfoca en el “hacer” tiene una

connotación externa, todo lo que no somos pero puede ser afectado por nuestra

acción cae en esta categoría; la segunda, la voluntad trascendental tiene una

connotación interna, todo lo que somos cae en esta categoría, y mejor aún:

también cae en esta categoría todo lo que podemos llegar a ser.

La propia naturaleza de la voluntad, proactiva, implica que requiere de nuestro

esfuerzo y este esfuerzo implica que nos enfrentemos con lo que yo llamo

obstáculos. ¿Cuántas veces en nuestra vida nos hemos enfrentado a obstáculos

que parecen prácticamente inalcanzables solo para vernos después

conquistándolos?, peor aún, ¿qué hubiera pasado si a la primera de cambio

hubiéramos dejado de intentarlo?

Page 47: ¿Tu Helado se Derritió?

43

Si los obstáculos fueran razón para desistir de algo, ¿qué sería de la vida?, ¿qué

hubiera sido de la historia? El maestro de Beethoven lo declaró en su momento un

caso perdido como compositor; el maestro de Enrico Caruso, uno de los más

grandes cantantes de ópera, decía que no tenía voz y que no sabía cantar; los

maestros de Charles Darwin lo consideraban un chico ordinario por debajo del

promedio intelectual; el editor de un periódico despidió a Walt Disney, cuando

apenas empezaba su carrera, por falta de ideas. Los maestros de Thomas Edison

decían que era demasiado estúpido para aprender cualquier cosa; el maestro de

Albert Einstein lo describió en su momento como mentalmente lento, insociable y

con sueños absurdos, de hecho en 1905 la Universidad de Berno le rechazó una

disertación doctoral por considerarla irrelevante e irreal; del gran escultor Rodín se

decía que era el peor alumno de la escuela, de hecho los “expertos” rechazaron

tres veces su solicitud de admisión a la escuela de arte; a León Tolstoí, autor de

“La Guerra y la Paz”, lo obligaron a abandonar la escuela ya que los “eruditos” lo

consideraban completamente incapaz de aprender.

Los obstáculos existen, son reales, lo único que no es real es la percepción que de

ellos tenemos, esa es subjetiva y está en función de nosotros mismos. Pensemos

en esto: un obstáculo se define como tal solo y cuando creemos que requeriremos

de una gran reserva de fuerzas para conquistarlo. Para ninguno de nosotros, ya

jóvenes y adultos, una escalera se vuelve un obstáculo, ¿pero qué tal para un niño

de uno o dos años?, es algo prácticamente insalvable. ¿Qué quiere decir eso?,

que la definición de nuestra personalidad va a estar en la vida en función de lo que

consideremos realmente un obstáculo.

Es un hecho que conforme crecemos lo que considerábamos obstáculos dejan de

serlo y los retos que nos planteamos se convierten cada vez en más ambiciosos,

así es la vida, y la manera en que enfrentemos esto es la que definirá el carácter

en nuestra personalidad.

Page 48: ¿Tu Helado se Derritió?

44

Cuando hablamos de obstáculos hablamos de una relación fuerzas-retos, pero

más interesante aún, la percepción que de ello tenemos. El obstáculo podrá seguir

existiendo, eso no lo podemos cambiar, lo que sí podemos cambiar es la

percepción que de él tenemos, lo cual nos pondrá en un uso eficiente de nuestros

recursos. ¿Qué quiere decir esto?, simplemente que nuestra mente puede trabajar

a nuestro favor o en contra nuestra. Yo creo que todos tenemos en mente

actitudes propias o de conocidos ante problemas: cuando pesimistamente se dan

por vencidos es mucho más difícil conquistar los retos que cuando se muestra una

actitud de lucha y optimismo.

Hay un ejercicio que me gusta efectuar: se le pide a un grupo de gente que trabaje

dos columnas, en una columna escriben los tres más grandes obstáculos que

creían insalvables en su vida, y en la otra escriben el por qué los consideraban

insalvables (se les pide que sean muy explícitos en este punto), y una vez que han

hecho esto se les pide que lo lean en silencio y luego se les hace la pregunta

"¿qué pasó?, por lo visto tenias el problema muy bien analizado y creías no lo

conquistarías, entonces ¿qué paso?". La conclusión es sencilla: la percepción de

cada uno era la que hacía ver esos obstáculos tan enormes que parecían que

serían ellos, los obstáculos, los que triunfarían.

Cuando uno conquista un obstáculo, en realidad se conquista a sí mismo, a sus

miedos, a sus mediocridades, a su corta visión; cada obstáculo conquistado por la

tenacidad, el valor y el coraje nos permite crecen como personas interior y

exteriormente, nos da más recursos y herramientas para nuestra vida y nos

permite una visión de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea

más amplia, profunda y trascendente. Es así como, si lo vemos de esta forma, los

obstáculos solo existen para demostrarte que no tienes límites

Retomando la idea previa que habíamos vertido, podemos ver que la clave de la

frase con la que definimos la voluntad señalaba que es hacer algo que queremos

hacer “solo porque lo queremos hacer”, eso es lo que pudiera definir el concepto

Page 49: ¿Tu Helado se Derritió?

45

de voluntad, pero ¿qué tenemos a cambio? Veamos, si enumeras diez, cien o mil

cosas que hagas en el día y si te preguntase el por qué lo haces, ¿habría una

respuesta? A menos que la respuesta sea “porque sí” no estamos hablando de

cuestiones relativas a la voluntad sino, cuando mucho, al modelo del palo y la

zanahoria. Pero entonces, ¿pueden hacerse las cosas solo porque sí, porque así

lo queremos? Al igual que con la razón, no es tanto la respuesta tajante a esta

pregunta la que nos cambiará sino trabajar en ello, ¿y cómo trabajar en ello? Muy

sencillo, veamos.

Al igual que cuando abordamos el pilar relativo a la razón, la cuestión relativa a la

voluntad solo tiene una técnica, una sola, sencilla, práctica, alcanzable, de efectos

inmediatos y de impactos a lo largo de toda la vida, todo es cuestión de aplicarla

de manera concienzuda, constante y disciplinadamente.

Bueno, pero ¿cuál es esa técnica? Bueno, dado que dijimos que la voluntad es

hacer lo que queramos hacer solo porque lo queremos hacer la cuestión de

desarrollo de la voluntad está precisamente en hacer cosas solo por quererlas

hacer, no porque haya algo que lograr, porque deseamos algo o porque evitemos

algo. Sé que esto es complicado, sobre todo al principio, pues estamos tan

acostumbrados a hacer las cosas porque hay algo que deseamos o bien

rechazamos que la sola idea de quitar esto es de inicio ilógica, ¿cómo hacer algo

solo porque sí?

Ahorita mismo vamos a hacer algo así para que veas es posible y luego diremos

como aplicar la técnica permanentemente. En este momento haz algo que

podríamos decir sin ningún sentido y solo por qué si, por ejemplo párate y da una

vuelta como trompo, camina tres pasos para atrás, alza los brazos y mueve las

manos arriba de ti como las alas de un pájaro, lo que quieras y solo porque sí (no

se vale hacer los ejemplos que se han mencionado, tiene que ser algo que te de la

gana hacer). Vamos, hazlo.

Page 50: ¿Tu Helado se Derritió?

46

Si efectuaste el ejercicio, por más ridículo que te hayas sentido y por más

sinsentido que le hayas visto, has dado el primer paso en recuperar el pilar

referido a la voluntad. En este punto quiero aclarar que esta recuperación no

quiere decir que llegará un momento en que andarás como loco haciendo cosas

sin sentido alguno y que tu vida se derrumbará por ello, nada más alejado de la

realidad, tu campo de acción se ampliará y estarás en posesión de tus

habilidades y capacidades para emprender con un carácter a prueba de todo lo

que te propongas, además recuerda que no estamos cimentando todo lo que

hagamos sobre la voluntad sino sobre cuatro pilares de los cuales se desglosa

una vida más plena, completa y total.

Volviendo sobre la cuestión de la técnica, busca algún momento del día para

hacer algo solo porque sí, pueden ser cosas sumamente sencillas e incluso

imperceptibles como para hacerlas en cualquier momento y en cualquier parte

(como por ejemplo mover o poner los dedos de tal o cual forma) o más

complicadas como las mencionadas antes. Al inicio tendrás que forzarte un poco

para hacerlas pues, como comenté te parecerán ilógicas (y de hecho lo son pues

no están en el rango de causa-efecto, sino en el de la voluntad), pero con el

tiempo esto se volverá natural, así te darás cuenta que vas adquiriendo

“condición” en el desarrollo de tu voluntad y comenzarás a ver cambios en todos

los aspectos de tu vida.

2º Absurdo: Intención

El pilar de la voluntad, al igual que el de la

razón, también tiene un absurdo, el cual, como

se mencionó en la introducción del presente

libro es el de la intención. ¿Por qué la intención

es el absurdo de la voluntad? Por algo muy

sencillo: lo que haces, todo lo que haces, ¿es

Page 51: ¿Tu Helado se Derritió?

47

tuyo o es de otros? Y no me refiero con esta pregunta a las cuestiones externas

claramente identificables que pueden ser catalogadas como palos o zanahorias

siguiendo el símil utilizado anteriormente, sino a las configuraciones de nuestras

motivaciones como tales.

Si en una conferencia o un taller yo te pidiera pasar al frente y quitarte la ropa

frente a todos ¿qué dirías? Lo más probable es que te negaras y adujeras

cuestiones relativas a tus principios, tus ideas o valores para ello, pero ¿por qué te

refieres a todo ello como algo tuyo, realmente lo es, o es lo que de una forma u

otra tu familia, tus amigos, la sociedad ha introyectado en tu interior como piezas

claves sobre las que has construido tus creencias? No estoy diciendo que de inicio

se rechacen todas estas ideas sino que en la medida de lo posible las hagas tuyas

(es decir las creas, las entiendas, las vivas) como si tu vida hubiese estado en

juego para alcanzarlas. Lo que estoy diciendo es que no hay manera de saber si

un acto reactivo (palo-zanahoria) o volitivo (hacer lo que quieres solo porque lo

quieres hacer) está o no impregnado y en qué medida con ideas, valores,

prejuicios y demás ajenos. Esto es algo tan complejo, tan complicado y tan sutil en

nosotros que es imposible saber dónde termina lo que podemos decir que es real

y eminentemente nuestro y lo que es ajeno pero ha pasado a formar parte de

nuestra vida como parte de la socialización y culturización a la que estamos

sometidos desde nuestro nacimiento.

Creo que todos nosotros tenemos referentes propios o ajenos de relativos a

rebelarnos contra el estado actual de las cosas. Esto es más palpable cuando

jóvenes y por ello utilizo un ejemplo en ese sentido para ilustrar lo comentado en

el párrafo anterior. Veamos las expresiones de rebeldía típicos de la juventud, no

solo de ahorita sino de otras épocas y veremos algo: gente que busca rebelarse

sometiéndose a otras formas de ser, hacer y expresarse. Me explico: cualquier

expresión de rebeldía juvenil generalmente llega a conformar una pauta de

comportamiento que se socializa en grupos afines estableciendo características

que luego son replicadas por quienes buscan identificarse con esa rebeldía. Pero,

Page 52: ¿Tu Helado se Derritió?

48

¿no es paradójico buscar afianzar nuestra libertad saliendo de ciertos

condicionamientos para finalmente caer en otros? Pero cuando uno señala esto a

esos “rebeldes” escucha de ellos la justificación de que esa es su expresión, su

estilo, su vida, cuando no es más que la réplica de lo que otros hacen o dicen,

pero ¿dónde está el límite interno/externo de lo que motivó a alguien así? Difícil de

establecer.

Igual nosotros en cualquier cosa que hagamos, digamos, pensemos, sintamos y

demás, por más que nos cuestionemos, por más que tratemos de dilucidar, no

podemos llegar a establecer con certeza ese límite entre lo que somos por

nosotros mismos y lo que somos por nuestra interacción con el mundo y con los

demás, ese límite donde podamos saber a ciencia cierta qué cosas sí y que cosas

no de nosotros están matizadas o no por la cultura, las ideas, los valores, las

creencias y demás de nuestra familia, nuestros amigos o de la sociedad en

general.

Aún así, con todo y este absurdo, al igual que con la razón, al valor de la

aplicación de la técnica relativa a nuestra voluntad no está en poder resolver de

manera completa y total este dilema sino en el ejercicio mismo de nuestra

voluntad inherente a este esfuerzo.

Page 53: ¿Tu Helado se Derritió?

49

3er Pilar: Percepción

American Beauty es una película que salió en 1999. Ganó el Óscar como mejor

película, mejor actor, mejor director, mejor escritor y mejor cinematografía;

además ganó premios tales como Golden Globes USA, BAFTA Awards, Screen

Actors Guild Awards, entre otros y en varias categorías. Es una representación de

la vida común y corriente de varias personas en la actual sociedad americana

donde se entrelazan varias dramas en los que cualquiera puede verse identificado.

Wes Bentley como Ricky Fitts y Thora Birch como Jane Burnham dan vida a unos

adolescentes que tienen que lidiar no solo con sus problemas sino con los de los

demás. En una escena Ricky, a quien le gusta filmar todo lo que podía, le muestra

una de estas grabaciones a Jane. La grabación es de una bolsa siendo mecida

por el viento. El diálogo en esa escena, a cargo

de Ricky, es el siguiente: “Fue uno de esos días

que faltaba un minuto para nevar y hay cierta

electricidad en el aire, casi puedes oírla,

¿cierto?, y esta bolsa solo bailaba conmigo,

como un niño que me imploraba que jugáramos,

por quince minutos. Ese día me di cuenta de que había toda una vida detrás de las

cosas y una fuerza increíblemente benévola que quería que supiera que no había

razón para temer, jamás. El video es una mala excusa lo sé, pero me ayuda a

recordar, necesito recordar. A veces hay demasiada belleza en el mundo, creo

que no resistiré, y mi corazón va a desplomarse”.

Esto tiene que ver con el tercer pilar que es la percepción, y ¿qué es la

percepción? Muchas definiciones al respecto hay, todas van en el sentido de

señalar hacia ese proceso mediante el cual una persona selecciona, organiza e

interpreta los estímulos que recibe para darle un significado a algo. Como

podemos ver la percepción consta de tres fases enumeradas en la definición

anterior: selección, organización e interpretación. Conforme vayamos

Page 54: ¿Tu Helado se Derritió?

50

desarrollando este pilar veremos cómo nuestra influencia va de mayor a menor en

estas tres fases tal cual se presentan aquí, es decir, podemos influir mucho en la

selección de los elementos con los que se iniciará el proceso de percepción,

podemos influir algo aunque no mucho en la organización de dichos elementos

(esto porque muchos procesos son mentales e independientes de nosotros) y por

último influimos muy poco en la cuestión de la interpretación pues eso tiene que

ver con los marcos de referencia que poseemos y que actúan casi de manera

mecánica ante los estímulos que recibimos.

De una manera simple podemos señalar que los canales perceptivos que

poseemos son los sentidos con los que estamos dotados: vista, oído, gusto, olfato,

tacto. De manera automática estos sentidos están condicionados para fijarnos en

ciertas características o condiciones de lo que percibimos, descartar otras,

ponderar, valorar y así interpretar.

El mismo sistema de vida que tenemos, al igual que en el caso de la voluntad, nos

ha llevado a percibir las cosas de cierta forma, pero algo que podemos ver es que

esa percepción nunca es la realidad. ¿Una prueba de ello? Fíjate a la otra que

vayas a un restaurant con otras personas como pasa algo fascinante: todos se

sienta, toman la carta, revisan el menú y piden cosas diferentes. Así es, eso es lo

fascinante: piden cosas diferentes. Si la realidad pudiera ser percibida

objetivamente por todos nuestras acciones y decisiones fueran las mismas, pero

no, cada quien percibe el mundo de forma diferente y por eso sus acciones y

decisiones son diferentes, prueba de ello los alimentos diferentes que cada quien

pide en un mismo restaurant revisando la misma carta.

Hay un aforismo que dice que “el mapa no es el territorio”, es decir, lo que

percibimos no es la realidad sino la interpretación que de la misma hacemos.

Fíjate cuando hables con alguien como es que esa persona no te estará diciendo

más que la percepción que de la realidad tiene, percepción con la que pues

coincidir o diferir, pero que en ningún caso es la realidad.

Page 55: ¿Tu Helado se Derritió?

51

Una frase dice que “el gusto se rompe en géneros”, yo más bien diría que “el gusto

se rompe en percepciones”. Nuestra percepción nos hace ser lo que somos pues

a partir de ahí entendemos, o pretendemos entender, a nosotros mismos, a los

demás y al mundo mismo.

Aquí es necesario hacer una pausa pues esta declaración es de carácter

preponderante: lo que percibes no es la realidad, es la interpretación que de la

realidad haces. Por ejemplo, la percepción que tenemos del camino a recorrer

para alcanzar una meta y de cada paso que damos para ello.

Cuando hablamos de las metas que nos ponemos en la vida, generalmente las

que más valen la pena conllevan mucho esfuerzo, dedicación y tiempo, y en ese

escenario es muy tentador el darse por vencido, pero ¿por qué pretender de golpe

llegar a la meta cuando cada paso nos acerca más a ella?

Ahorita tú lees este artículo sin esfuerzo alguno, pero pensemos en todo lo que

tuvo que transcurrir para ello. Cuando naciste no sabías una sola palabra, que

increíble suena, ¿verdad?, ni una sola palabra, pero ¿qué fue lo que pasó

después? A los dos años comprendías unas 1,000 palabras y usabas unas 200 o

300, para los cinco años comprendías unas 3,000 palabras y usabas de 500 a

1,000, ¿y ahora?, algunos calculan que un adulto puede comprender unas 10,000

palabras y usar unas 3,000, increíble, ¿verdad?. Ahora imagínate que al nacer

tuviéramos conciencia y de golpe se nos dijera que tenemos que llegar a

comprender ese cumulo de palabras, sería algo abrumador.

Algo similar pasa con nuestras metas, desde aprender un nuevo idioma hasta

bajar de peso, desde cursar una carrera hasta formar una familia, desde dominar

un deporte hasta tocar un instrumento, la meta final es tan completa y tan

compleja que vista a lo lejos se vuelve abrumadora, pero, ¿por qué no en vez de

ver la meta vemos cada paso como un pequeño logro para llegar a ella?

Page 56: ¿Tu Helado se Derritió?

52

En las técnicas de adiestramiento de especies los humanos usamos reglas

funcionales que olvidamos para nosotros, una de ellas el premiar cada pequeño

logro, es así como se logra que un león salte por un aro, que un elefante se pare

en una pata, o que un caballo pose gallardamente. Pues bien, no debemos ser

más duros con nosotros mismos, de igual forma necesitamos pequeños

reconocimientos por nuestros logros, pequeñas palmadas, pequeños gestos de

aliento, pero ¿qué pasa muchas veces? que ante lo difícil del camino hacia la

maestría de la vida nos autoflagelamos con reclamaciones por nuestros fallos o

pequeños avances en vez de comprender la fragilidad por un lado que como

personas todos tenemos pero el enorme potencial que como humanos poseemos.

Ahora bien, comprensión no es condescendencia, simplemente significa eso:

entender que cada paso nos acerca más a la meta y que al igual que en la vida

habrá tropiezos, cansancio e incluso frustración. Es más, a veces hay tanta

frustración que uno quisiera gritar, patalear y aventar todo por la borda, y está bien

salvo esto último, grita y patalea todo lo que quieras y luego levanta de nuevo la

mirada, ¿sabes que es lo que verás?, pues lo que veras es la meta que no se ha

movido y que te sigue esperando, así es: la meta te seguirá esperando porque

ella, la meta, está hecha para ti, para que un triunfador como tú la conquiste, de

otra forma nunca la hubieras visto, y para eso se requiere ese gritar y ese patalear

pues es la única forma de dejar en el camino la persona débil y crear una nueva,

vigorosa y con carácter para cruzar con ella la meta.

Así que cuando creas que una meta está mucho muy lejos recuerda que tus metas

son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves como es que ya están más

cerca?

En ese sentido, ¿puede trabajarse esa interpretación para así cambiar la manera

en que percibimos todo? Más delante contestaremos esto de una forma no

convencional.

Page 57: ¿Tu Helado se Derritió?

53

Al igual que la razón y que la voluntad, la percepción tiene dos vertientes, una

factual y otra trascendental. La factual se refiere a limitar y la trascendental a no-

limitar. Explicaremos cada una. Como hemos dicho la percepción selecciona de

inicio ciertas características que serán luego interpretadas, este proceso, somos

podemos ver es excluyente, es decir, toma unas características mientras que

descarta otras y da a estas características pesos diferentes en el proceso de

interpretación. Este proceso establece cierto límites, no solo a lo que estamos

percibiendo sino a la interpretación que de él hacemos ya que solo optamos por

ciertas variables de lo que percibamos y todavía la interpretamos con valores

subjetivos lo resultante, aparte de diferir de la realidad, está bastante limitado, de

ahí el sentido factual señalado.

La vertiente trascendental tiene que ver con el no-limitar, esto quiere decir que de

manera consciente podemos ampliar nuestro rango en cuanto a variables a

seleccionar y proceso interpretativo a aplicar para ir cada vez más empujando los

límites de que lo interpretemos hasta difuminarlos o de plano eliminarlos. ¿Cómo

podemos hacer esto? Igual que en los demás pilares, con una técnica sencilla y

eminentemente práctica.

Anteriormente se hizo la pregunta de si puede trabajarse esa interpretación para

así cambiar la manera en que percibimos todo, lo interesante de la técnica que

vamos a dar, así como las que hemos dado para los pilares de la razón y la

voluntad, es que no ataca (por así decirlo) de frente el problema que busca

resolver o la actitud que busca cambiar, hacer eso sería en extremo desgastante,

¿y esto por qué? pues sencillamente porque nos enzarzaríamos en una batalla

con nosotros mismos. ¿Has tratado alguna vez de jugar a las vencidas tu solo,

una mano contra la otra? Inténtalo ahorita. Es imposible, ¿verdad? Uno no puede

pelear contra uno mismo pues las fuerzas inmersas en ello se cancelan, así que la

técnica que daremos, al igual que las otras que hemos dado, no van de frente a lo

que queremos lograr sino que, por decirlo así, dan un rodeo que permite de

Page 58: ¿Tu Helado se Derritió?

54

manera natural el cambio. Es como cuando vas en bicicleta, si quieres cambiar de

dirección, ¿cómo lo haces?, das una vuelta suavemente, no muy pronunciada

pues te caerías, y así, de manera muy sencilla cambias de rumbo pudiendo

incluso retomar tu camino en dirección contraria. Igual en este libro con todas las

técnicas que se presentan.

Pero bueno, veamos la técnica para trabajar la percepción y para facilitar esto nos

abocaremos al proceso perceptivo sobre el cual tenemos mayor incidencia: el de

la selección de los estímulos. Como ya dijimos es en la selección dónde hay más

campo de acción de nuestra parte, a diferencia que en el proceso subsecuente

relativo a la organización de esos estímulos que casi casi se hace de manera

automática por nuestro cerebro o la interpretación de los mismos en la cual no

intervenimos pues se sujeta a los marcos de referencia que poseamos.

Dado que la selección de los estímulos es el proceso donde podemos incidir

mayormente, vamos a trabajar este punto, ¿cómo? ampliando esos estímulos y

moviéndonos hacia aquellos que descartamos o infravaloramos. Por ejemplo:

cuando uno ve caminar a las personas los ve como un todo, pero también

podemos enfocarnos por ejemplo a sus pies, o sus manos, con eso cambia ya el

parámetro inicial de percepción; otro ejemplo es cuando andamos caminando y

que percibimos todos los sonidos que nos llegan pero que podemos enfocarnos en

uno y luego cambiar a otro, por ejemplo de la música de un auto a lo lejos hasta el

pregón de un vendedor que pasa cerca; otro más, al reconocer un olor buscar

encontrar detrás de ese olor otro, por ejemplo un perfume que percibamos y luego

buscar otro aroma detrás de ese que pudiera ser el del pasto.

Aquí de inicio puede verse algo que puede parecer ilógico y es que enfocándonos

en una parte de algo ampliamos nuestra percepción, pero así es. Nuestra

percepción está tan condicionada que prácticamente se ha aletargado así que

cualquier cambio en ella amplía nuestro campo de acción y es mucho más amplio

enfocar nuestra percepción en algo que de inicio querer ampliarla de golpe al todo.

Page 59: ¿Tu Helado se Derritió?

55

Así que este ejercicio, al igual que los anteriores, tiene la característica de que

puede realizarse de manera sutil en cualquier momento del día y ante cualquier

situación percibida. La cuestión, como en las demás técnicas, es hacerla de una

manera constante y disciplinada. Esto no quiere decir tener horarios o rutinas

agotadoras, al contrario, tal como lo hemos reiterado la mecánica de todo lo

comentado en este libro es natural por lo que lo importante es no olvidar de vez en

cuando practicar estos procedimientos cuando queramos, podamos y nos nazca,

así de sencillo.

3er Absurdo: Aprehensión

Al igual que los otros pilares, la percepción también tiene un absurdo, el cual es la

aprehensión. Este término, aprehensión, se refiere a la capacidad, a través de la

percepción de algo externo hacerlo nuestro completa y totalmente. Veamos

porque es un absurdo.

Como vimos cuando se analizó el proceso de

la percepción, a la etapa de la selección le

sigue la de la organización y luego la de la

interpretación, ésta última, la de la

interpretación, que es la que nos da

finalmente la percepción, es la que genera al absurdo y que nos impide a través

de la percepción poder aprehender algo completa y totalmente, ¿por qué? porque

esa interpretación siempre estará sujeta a los marcos de referencia que como

individuos y de una forma particularísima poseemos. Explicaremos más esto.

Si yo digo “que rica estuvo la cena anoche”, ¿qué quiero decir? Tú no sabes lo

que quiero decir, pero entiendes lo que puedes interpretar. A lo mejor para mí el

adjetivo “rica” para referirme a la cena quiere decir que estuvo exquisita de una

Page 60: ¿Tu Helado se Derritió?

56

forma en que para mí significa eso, pero tú puedes interpretar ese “rica” de la

manera en que algo “sabroso” lo es para ti.

Otro ejemplo, si te comento que una persona fue en extremo grosera conmigo,

¿sabes a qué me refiero? Yo creo que no, no sabes a qué me refiero, pero si

crees saberlo. Eso es lo absurdo de esto: que nos comunicamos sin llegar a saber

realmente de qué hablamos. A lo mejor esa actitud grosera yo puedo

circunscribirla al trato obtenido mientras que para ti implican malas palabras o

groserías. Tendría que comenzar a explicarte a detalle lo sucedido y no solo eso

sino explicarte por que yo veo eso como algo grosero (es decir, mostrar mis

marcos de referencia) para que te acercaras un poco a mi forma de pensar,

aunque ese acercarse un poco es como caminar ambos a la orilla de dos

extremos del mar unos pasos hacia nosotros para según esto estar así más cerca

uno del otro.

Más ejemplos, cuándo alguien te dice que “te ama”, ¿a qué se refiere? Una cosa

es lo que la persona que te dice que te ama quiere transmitirte y otra lo que tu

llegas a entender. En el fuero interno las emociones y pensamientos inherentes a

ese “te amo” es muy diferente de quien lo dice que de quien lo escucha. ¿Vas

viendo el absurdo relativo a la percepción y que tiene que ver con la aprehensión?

Podemos poner cientos de ejemplos relativos a todos los sentidos que nos sirven

para conocernos y para reconocer el mundo y en todos hay una interpretación

que, como dijimos al principio de este pilar, no es la realidad sino la idea que

tenemos de la realidad.

¿No es suficiente el vértigo que esta idea da? Avancemos pues: Toda nuestra vida

estamos en un capullo hermético, encerrados en nosotros mismos, incapaces de

llegar a saber y conocer de manera completa y total del mundo y de los demás,

donde lo que oímos, lo que vemos, lo que sentimos, lo que decimos, lo que

olemos, ¡hasta lo que pensamos! es un reflejo nuestro de lo que somos.

Page 61: ¿Tu Helado se Derritió?

57

Nunca hablamos con los demás, hablamos con nosotros mismos; nunca vemos a

los demás, nos vemos a nosotros mismos; nunca oímos a los demás, nos

escuchamos a nosotros mismos; nunca sentimos a los demás, nos sentimos a

nosotros mismos; y cuando digo “a los demás” me refiero no solo a las personas

que nos rodean sino a todo lo que existe sin ser nosotros.

Piensa esto: si todo lo que percibimos lo interpretamos, luego entonces nunca

percibimos la realidad, y si lo que interpretamos lo interpretamos en función de los

marcos de referencia que tenemos, luego entonces lo único que hacemos es

reflejar mediante el exterior lo que somos. Por eso la idea de estar encerrados

toda la vida en un capullo hermético y ante este escenario se vuelve aún más

absurdo que a pesar de todo eso podemos interactuar con el mundo y con los

demás, pero también más entendible porque tantos problemas surgen de ello.

Page 62: ¿Tu Helado se Derritió?

58

4º Pilar: Atención

Star Wars: Episode V - The Empire Strikes Back fue una secuela estrenada en

1980 de una de las películas más taquilleras de todos los tiempos y que a la vez

fue un fenómeno mundial, Star Wars. Toda la saga narra la lucha de los rebeldes

contra el imperio, los primeros buscan la libertad mientras que los segundos

abonan a la tiranía. El escenario estelar y de mundos de otros sistemas, así como

la abundancia de efectos especiales y la interacción extraterrestre, hizo de la

fantasía narrativa el soporte principal de este fenómeno cinematográfico. Ganó un

Óscar por mejor sonido así como BAFTA Awards, Academy of Science Fiction,

Fantasy & Horror Films USA, Golden Screen Germany, Grammy Awards, People's

Choice Awards USA, entre otros y en diferentes categorías.

En esta secuela hay una escena en donde Luke

Skywalker interpretado por Mark Hamill acude a

Dagobah, un planeta cenagoso donde vive

Yoda, un maestro Jedi, con la finalidad de que

Luke sea entrenado en las cuestiones relativas a

la Fuerza. Al inicio de su entrenamiento, cuando

Luke ha dado unos pequeños pasos, Yoda le pide saque del pantano la propia

nave de Luke, la cual se ha hundido en él. Luke hace el intento con la fuerza pero

no lo logra por lo que se aparta diciendo que es imposible. Entonces Yoda sin

decir nada se concentra y con la fuerza poco a poco logra sacar la nave del

pantano posándola suavemente en el suelo del lugar. Luke se acerca asombrado

y después de inspeccionar brevemente la nava se acerca con yoda y le dice “no

puedo creerlo”, a lo que Yoda le responde “eso es por lo que fallas”.

El cuarto pilar, el pilar que yo con toda la intención llamo mágico, es el pilar de la

atención. Lee de nuevo la escena anterior y fíjate en el peso de la frase final ya

que dónde pones tu atención a eso le das poder.

Page 63: ¿Tu Helado se Derritió?

59

A estas alturas hemos visto tres pilares y también tres absurdos, cada uno de los

pilares tenía su absurdo, pero este cuarto pilar, el pilar de la atención, no tiene

absurdo.

Como ya hemos explicado los tres pilares anteriores y sus correspondientes

absurdos, puedo decirte una cosa: todos los pilares interactúan entre sí en mayor

o menor medida, algunos uno con uno, o con dos o con tres o con cuatro, pero el

pilar de la atención es el único que interactúa con todos.

Al inicio de este libro comenté que la razón y la percepción son reactivos, mientras

que la voluntad y la atención son proactivos. Esto no quiere decir que cada uno de

esos pilares no tenga más que esas características, aclaremos esto, todos tienen

características reactivas y proactivas pero su naturaleza final es la que determina

hacia donde se inclina la balanza dando que sea un pilar reactivo o proactivo. Es

como en la cuestión de géneros, un hombre también tiene hormonas femeninas

pero el cúmulo mayor de hormonas masculinas es lo que lo termina definiendo

como tal, de la misma forma una mujer también tendrá hormonas masculinas pero

son muchas más las hormonas femeninas que determinan finalmente su género

como tal.

De la misma forma la razón y la percepción tienen aspectos proactivos, pero su

naturaleza última es reactiva; igual la voluntad y la atención, ambas tienen

elementos reactivos, pero su naturaleza última y final es proactiva.

Veamos algunos ejemplos. Si queremos aprender matemáticas (razón),

necesitaremos voluntad (una rutina de aprendizaje a la que nos someteremos),

percepción (captación de la información que se nos de) y atención (enfocarnos en

lo que queremos aprender). Ese proceso inicial de aprendizaje claro que es

proactivo, nosotros lo movemos, nosotros decidimos, pero ese impulso proactivo

es momentáneo y dura hasta en tanto no aprendamos matemáticas, una vez

aprendido ese conocimiento la razón vuelve a su naturaleza reactiva por años, es

Page 64: ¿Tu Helado se Derritió?

60

decir, surgirá de manera espontánea cando lo utilicemos sin necesidad de poner

voluntad, percepción o atención en ello. Así que el conocimiento, mientras se

acumula, puede ser proactivo, pero una vez acumulado su naturaleza para toda la

vida será reactivo. Pensemos en cuando aprendidos a manejar auto, unas

semanas o meses aplicando voluntad, percepción y atención y ahora lo hacemos

casi casi sin pensar. La razón es reactiva.

Veamos ahora la percepción de la cual dijimos que también es reactiva. Aquí es

más fácil entender esto pues nuestros sentidos por su propia naturaleza

reaccionan de manera automática a los estímulos que reciben, pero de igual forma

podemos trabajar para acondicionar una reacción en específico con lo que

estaríamos aplicando, claro que sí, razón, voluntad y atención en ello. Por ejemplo

alguien que quiera aprender a andar en bicicleta. De inicio se caerá pues su

percepción no estará condicionada para andar a dos ruedas, pero una vez que

aprenda lo hará de una manera automática y natural, incluso sin pensar en ello.

Todos nuestros sentidos reaccionan de manera automática ante los estímulos, es

por ello que la percepción es reactiva, y aunque pueden trabajarse esas

condicionantes la proactividad inherente en ello permanecerá hasta el dominio de

la nueva cualidad a lo cual, una vez conseguido, volverá a su naturaleza reactiva.

De la voluntad dijimos era proactiva, es decir, requiere de nuestra participación

(incluso podríamos decir de nuestro esfuerzo) para que se de. Las frases “fuerza

de voluntad”, “tener voluntad” y demás dan cuenta de ello. La voluntad no surge

espontáneamente sino que requiere de nuestra participación consciente para que

se de. Tal vez esta idea de una voluntad proactiva sea más fácil de entender por el

esfuerzo que todos hemos experimentado cuando nos aplicamos en ello, pero de

igual forma la voluntad puede tener aspectos reactivos, como cuando decidimos

iniciar una dieta, pero de ese inicio reactivo pasará a recobrar su naturaleza

proactiva cuando la dieta implique esfuerzo, constancia y disciplina. La voluntad es

por naturaleza proactiva y nos requiere consientes para ello.

Page 65: ¿Tu Helado se Derritió?

61

La atención, al igual que la voluntad, es proactiva. Cierto que puede darse una

atención reactiva, por ejemplo si oímos un ruido fuerte o extraño reaccionaremos

poniendo atención a ese ruido o si vemos un accidente de inicio nuestra atención

será captada, pero ese estado no puede subsistir mucho tiempo, solo un

momento, luego se difumina y da paso a una atención proactiva. Piensa en otros

ejemplos de tu vida donde tu atención sea captada como los que hemos

mencionado y verás que esos momentos duran un poco. No me refiero a ese tipo

de atención esporádica y momentánea sino a la atención que usamos y que

tenemos a nuestro favor. Esa atención no se da en automático sino que requiere

de nuestra participación para darse. Y es esa la atención a la que yo llamo, por lo

que comentaré más delante, mágica.

En este punto podemos retomar lo que al inicio del libro se señalo cuando se

comentó que los pilares reactivos de la razón y de la percepción son los pilares

sobre los que descansa el saber, mientras que los pilares proactivos de la

voluntad y de la atención son los pilares sobre los que descansa el hacer; de la

misma forma se señaló en su momento que para que el liderazgo trascendental

nos habilite para alcanzar la totalidad de nuestro ser, requiere lo mismo de rigidez

que de fluidez en nuestra vida; ésta rigidez está identificada con los pilares

reactivos de la razón y de la percepción y la fluidez está identificada con los pilares

proactivos de la voluntad y la atención.

El saber al que se hace mención es ese mundo conocido existente que nos es

alcanzable con los pilares de la razón y de la percepción, el hacer es ese mundo

desconocido creable que nos es alcanzable con los pilares de la voluntad y de la

atención. Este mundo conocido existente al que se refiere el saber es rígido pues

como tal ya es, no podemos cambiarlo, por el contrario el mundo desconocido

creable al que se refiere el hacer es flexible pues como tal aún no es y podemos

darle forma.

Page 66: ¿Tu Helado se Derritió?

62

El sentido de explicar la reactividad-proactividad, el saber-hacer, o la rigidez-

fluidez de los cuatro pilares del liderazgo trascendental , como ya habrás podido

intuir, no es para establecer explicaciones detalladas que definan cada pilar, sino

más bien para darle a la razón algo de que asirse en el camino de la construcción

dinámica del liderazgo trascendental que has escogido. ¿Y por que la razón?,

dirás. Pues porque ese es el pilar que mayormente, sino es que exclusivamente,

hemos trabajado y del cual tenemos que partir para acceder a los otros pilares

Es por eso mismo que las técnicas de habilitación de los cuatro pilares del

liderazgo trascendental son generales ya que si fueran exhaustivamente

detalladas entonces caerían en el dominio del pilar de la razón, lo cual es absurdo

cuando se trata de trabajar con pilares que son diferentes de ella. Cada pilar es un

universo en sí mismo, universo que nos pertenece pero que tenemos que

reclamar, la razón es la puerta de acceso pero cada universo está bajo el dominio

del pilar al que le pertenece. Cada técnica establece la base para que la razón

permita el intento y el intento habilite el pilar, y ésta habilitación nos lleve a la

completa posesión de nuestras capacidades para llegar a la totalidad de nuestro

ser.

Antes de continuar quiero hacer aquí un paréntesis para recapitular y completar lo

comentado. La razón y la percepción son reactivas y se basan en lo que

sabemos, la voluntad y la atención son proactivas y se basan en lo que no

sabemos pero que podemos llegar a saber, y tanto la razón como la voluntad

como la percepción y como la atención que están sustentadas en lo que sabemos

o en lo que no sabemos pero podemos llegar a saber, se sustentan todas en lo

que no sabemos y que nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia seremos

capaces de saber, conceptos de los que hablamos al principio de este libro.

Volviendo sobre lo que estábamos señalando antes de éste paréntesis podemos

señalar que puede darse la adquisición de conocimiento (razón) sin voluntad (por

ejemplo lo que se aprende por gusto), o una percepción sin razón (cuando alguien

Page 67: ¿Tu Helado se Derritió?

63

ve un atardecer por disfrutarlo, por ejemplo, sin pretender aprender nada de él), o

una voluntad sin percepción (como cuando le viene un deseo a alguien de hacer

algo aunque no haya un factor externo que lo incite), pero, el gran pero, es que en

todos los casos estará presente la atención. No puede haber razón, voluntad o

percepción sin atención. La atención está presente en todos los otros tres pilares,

aunque esos tres pilares no estén presentes siempre unos con los otros. De ahí

comienza la atención a tener una característica particular, mágica que le permite

incidir en los demás pilares.

La otra característica es que, a diferencia de los otros tres pilares que tenían dos

vertientes, la factual y la trascendental, la atención solo tiene una vertiente que es

al mismo tiempo factual y trascendental, es decir, está en el aquí y ahora y al

mismo tiempo trasciende el tiempo y el espacio. A diferencia de los otros tres

pilares donde se puede separar, e incluso trabajar cada una de las dos vertientes

mencionadas, en el caso de la atención no es así ya que todo en ella es factual y

trascendental.

Otro rasgo distintivo de la atención es que, a diferencia de los otros tres pilares,

ésta no tiene un absurdo, es decir, algo que la haga ilógica, irracional o paradójica.

La atención simplemente es, la atención está presente en los otros tres pilares, y

por ello la atención puede resolver los absurdos de los otros pilares.

Así es. La atención puede resolver los absurdos de los otros pilares, ¿cómo?

simplemente utilizándola en cada uno de los procesos inherentes a ellos. Sí, pero

¿cómo funciona eso? No sé, por eso te comento que es mágica, no sé cómo

funciona pero sé que funciona y lo que es mejor, tu puedes ponerla en práctica

para comprobar no solo lo aquí dicho sino el valor de lo aquí dicho en tu vida

cotidiana.

Recordando el ejercicio inicial del libro de la silla parada en sus diferentes patas, la

atención vendría siendo esa pata que posibilidad parar a la silla en una sola de

Page 68: ¿Tu Helado se Derritió?

64

sus extremidades, no solo sobre la superficie de la mesa, sino incluso en el aire

mismo.

Veamos la técnica de la atención. Así como estás, sin forzar nada, sin cambiar de

postura ni nada de eso, pon atención en tu ombligo como sube y baja con cada

respiración que efectúas. ¿Te das cuenta? Tu ombligo ha estado subiendo y

bajando todo el día y hasta ahorita le habíamos puesto atención. Sigue el subir y

bajar de tu ombligo al respirar, sin cuestionar, sin pensar “estoy poniendo atención

en mi ombligo”, sin analizar, solo presta atención. Incluso, sobre todo por lo que te

acabo de decir, si surgen en ti pensamientos de análisis o de dialogo interno no te

frustres ni desesperes ni desanimes, presta atención en dichos pensamientos de

la misma forma que estabas prestando atención en tu ombligo al respirar. La

atención nunca juzga, valora o pondera, solo atestigua.

¿Y sobre qué debemos poner atención?, ¡sobre todo lo que hagas, sobre todo lo

experimentes, sobre todo lo que sientas! Pero hazlo sin un ánimo desgastante o

abrumador, al igual que las otras técnicas no dejes de hacerlo, pero con calma,

cuando puedas, cuando recuerdes, poco a poco se irá haciendo parte de tu vida y,

al igual que los otros pilares, podrás moverte libremente entre la razón, la voluntad

y la percepción utilizando tu atención y explotando tu potencial que como humano

posees.

¿Estás escribiendo, estas sentado, estás viendo la televisión, estás hablando,

estas caminando, estas aprendiendo? En todo ello puede aplicar la atención. Y

cuando camines sobre los otros tres pilares y

pongas atención en ello, resolverás los

absurdos que los acompañan. Los tres

primeros pilares y sus absurdos no son cosas

contrarias, son expresiones de la misma

moneda, como el polo norte y el polo sur de

nuestro planeta no son dos planetas sino

Page 69: ¿Tu Helado se Derritió?

65

expresiones diferentes aunque complementarias del mismo planeta, y eso es lo

que hace la atención, resuelve esas diferencias, soluciona esas contradicciones,

totaliza las partes en conflicto. ¿Cómo lo hace? Repito: no sé, pero sé que

funciona y lo que es más importante aun: que tú también puedes comprobarlo.

Aunque ya te dí algunos ejemplos a manera enunciativa de los momentos en que

puedes usar tu atención, quiero darte uno para que la magia de la misma la hagas

patente. A nadie de nosotros le gusta lo que denominamos malos estados de

ánimo como el enojo, la tristeza o la preocupación, pues bien, la próxima vez que

experimentes alguno de estos estados de ánimo te pido que pongas atención en

ellos. Así es, solo pon atención y ellos y sucederá algo mágico: esos estados de

ánimo se transmutarán, cambiarán, se modificarán y en todo los casos hacia

estados de ánimo más manejables. Haz la prueba.

Y ya que estamos hablando de pensamientos y sentimientos te doy otra

sugerencia para usar tu atención, una técnica realmente transformadora de vida.

Cuando experimentes cualquier pensamiento o cualesquier estado de ánimo mira

ese pensamiento o estado de ánimo como atención como preguntándote ¿de

dónde viene? Obvio que más que una pregunta es un enfocar la atención con esa

intención, como tratando de descubrir algo. Ojo, no estamos preguntando ¿por

qué? o ¿para qué? de esos pensamientos o esas emociones, esas preguntas

entran en el ámbito del pilar de la razón trascendental, aquí mediante la atención

queremos llegar a darnos cuenta de dónde viene eso que experimentamos, Haz la

prueba.

Cuando comento estos dos ejemeplos en mis conferencias y talleres que sobre

construcción dinámica de liderazgo trascendental doy, algunos creen que estoy

dando la clave para nunca más molestarse, entristecerse o preocuparse en la

vida, ¡ojalá tuviera esa clave, créeme se las daría!, pero no es así. Tu vida seguirá

experimentando esas altas y esas bajas que son parte de nuestra naturaleza, pero

estas herramientas te posibilitarán estar en la totalidad de tus habilidades y

Page 70: ¿Tu Helado se Derritió?

66

capacidades para enfrentarlas. Aún así quiero decirte por que todas estas técnicas

no traen un nirvana permanente a tu vida, sobre todo a raíz de este último

ejercicio: como podrás ver, en el caso de la atención, te he dicho que la próxima

vez que experimentes un estado de ánimo negativo apliques esta técnica (esto

para que tú mismo experimentes la magia de la que hablo), eso implica que la

técnica transmutadora de la atención solo puede aplicarse una vez que el estado

de ánimo negativo ha salido a la superficie, no antes, luego entonces seguiremos

experimentando contrariedades en la vida pero ya no nos volveremos víctimas de

ello sino que seremos capaz de trascender esos eventos con nuestro liderazgo

para ello.

Durante el transcurso de nuestra existencia nos encontraremos con dos tipos de

retos: los que nosotros le ponemos a la vida y los que la vida nos pone a nosotros.

Generalmente a los que nosotros le ponemos a la vida le llamamos metas y los

que la vida nos pone a nosotros le llamamos pruebas. Independientemente de

ellos ambos logran en nosotros el milagro de forjar nuestro carácter.

Pensemos por un momento en algún gran logro de la humanidad atribuible a una

persona, puede ser un logro científico, deportivo, social, cultural. Sea lo que sea lo

que hayamos pensado, seguro estoy se trata de un hecho que reconocemos, que

aplaudimos, que celebramos, pero del cual tal vez poco sepamos en cuanto al

esfuerzo requerido para lograrlo, esfuerzo que contiene la magia no solo del logro

obtenido sino de la transformación de la persona.

Cuando hablamos de transformación nos referimos a ese cambio que se da en la

persona y que surge como efecto del esfuerzo, de las caídas, de levantarse, de

hacerse cada vez más fuerte, más sabio, más humilde. Una transformación que

nos da algo más duradero que la meta conquistada pues la meta pasa, es

conquistada y queda en el pasado, pero la transformación de la persona queda y

nos acompaña siempre.

Page 71: ¿Tu Helado se Derritió?

67

Esto último plantea una relevancia trascendente que ver, pues –ojo- se logre o no

la meta, la transformación en nuestra persona se dará. De ahí que cualquier

esfuerzo, que cualquier lucha, que cualquier campaña traerá forzosamente el

cambio interno, por lo que el logro externo de la meta es un valor agregado.

En una ocasión una persona, oyendo todo lo que había sufrido otra, le preguntó a

esta última que si que cambiaría de su vida en vista de todo lo que había sufrido, a

lo que la ultima le contestó que nada pues así como había sufrido, muchas cosas

bellas y más valiosas habían llegado, pues el dolor se había ido pero lo bello y

valioso había permanecido.

Todos nosotros podemos en retrospectiva ver en nuestra vida (sobre todo a la

distancia) eventos que en su momento nos parecieron tan complicados (por

decirlo en cierta forma) que pensamos que nada bueno podría salir de ellos, pero

seguro estoy que ahora podemos ver los cambios que tuvo nuestra persona que

nos hicieron más sabios, mas fuertes, más humildes.

La esencia de esto es pasar las pruebas de la vida con la confianza de lo que

viene, como el marinero que ante la tormenta llega incluso a atarse al mástil mayor

para no ser tirado por la borda. Ese mástil mayor es en nuestra vida nuestras

esperanzas, nuestras convicciones, nuestros valores, aquello que nos permite

soportar valientemente aún cuando todo parece sin sentido pues sabemos que

somos seres tan pero tan trascendentes que somos capaz de transformar

alquímicamente, como por arte de magia, eventos adversos, pruebas

desfallecientes, metas inalcanzables, en frutos personales de abundancia, vida y

conciencia.

La vida a veces es dura, a veces duele, a veces quiebra, pero el resultado final es

de tal belleza que apenas llegando a él se entiende lo otro después de todo si las

metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no sucedería el

milagro de forjar nuestro carácter.

Page 72: ¿Tu Helado se Derritió?

68

Cuando usando el pilar de la razón trabajas la vertiente factual y/o la

trascendental, pon atención. Cuando usando el pilar de la voluntad trabajando la

vertiente factual y/o trascendental, pon atención. Cuando usando el pilar de la

percepción trabajes la vertiente factual y/o trascendental, por atención. Atención,

atención, atención.

La atención no es “darse cuenta de”, es el paso previo a eso, y ese “darse cuenta

de” es la conciencia, pero trabajar la atención junto con los otros tres pilares y sus

absurdos nos faculta para llegar a ese “darse cuenta de”. No sé cuando vaya a ser

eso, puede ser ahorita, mañana, pasado o dentro de 50 años, pero desde el inicio

de aplicación de estas técnicas comenzarás a ver un cambio en tu vida, un cambio

que te posibilitará entrar en posesión de recursos ilimitados que tienes y que

estaban dormidos, descuidados, desatendidos, pero listos para entrar en función

en lo que a tu proyecto de vida se refiere.

Page 73: ¿Tu Helado se Derritió?

69

Construyendo sobre los cuatro pilares

El secreto de la felicidad –dijo Crí Crí- consiste en seguir

admirando las cosas pequeñas, por que, así como la riqueza se

logra acumulando monedita sobre monedita, el agregar goces a

otros goces llega a formar una dicha completa.

Francisco Gabilondo Soler,

Cuentos y Canciones de Crí Crí

La complejidad de la vida misma, las

limitaciones que como humanos tenemos

así como los retos a los que

constantemente nos enfrentamos,

requieren necesariamente de que en

nosotros exista una fuerza que nos lleve a

avanzar hacia el logro de nuestras metas

incluso teniendo todo en contra, a esa

fuerza la podemos llamar fe y al logro de las metas, en condiciones tan adversas,

bien podemos llamarla milagros.

Un milagro es una situación, un fenómeno o una acción que no puede explicarse a

partir de los principios naturales y que, por lo tanto, es imputado a la participación

de una entidad divina. Si quisiéramos extrapolar esta definición hacia las luchas

que constantemente como individuos y como sociedad experimentamos, no

podríamos menos que aceptar que en muchas ocasiones los milagros dan la

impresión de aparecer en nuestra vida.

La aseveración anterior no debe ser difícil de entender ni mucho menos de

aceptar. Piensa en esto: la definición de milagro claramente señala que el

fenómeno experimentado “no puede explicarse a partir de los principios naturales”,

¿en cuántas ocasiones has estado en una situación donde lo más natural era que

el resultado de tus acciones o tus esfuerzos fuera otro pero que gracias a la

Page 74: ¿Tu Helado se Derritió?

70

tenacidad lograste lo imposible? Después de haber leído este libro puedes darte

cuenta cómo es que esa tenacidad se soportaba sobre los cuatro pilares del

liderazgo trascendental que en esta obra se mencionan.

Si dejamos que todo fluya naturalmente es obvio que lo que obtendríamos en la

vida sería mucho muy distinto de aquello que obtenemos cuando aplicamos

nuestra energía, nuestro esfuerzo y nuestro ingenio. Ahora que si le sumamos a

esto las adversidades que en muchas ocasiones remontamos y que naturalmente

llevarían a otro resultado, no puede menos que entenderse y aceptarse la

existencia de verdaderos milagros en nuestra vida.

El presente razonamiento no busca llevar la definición y el entendimiento de lo que

son los milagros por un camino diferente al formalmente aceptado, sino más bien

llevar tu atención al hecho de la confluencia de circunstancias en nuestras vidas

que nos permiten remontar la adversidad y llegar a buen puerto aún teniendo todo

en contra.

Pero para lograr lo anterior se requiere de fe. Fe en nosotros mismos, fe en

nuestros sueños, fe en nuestras posibilidades, fe en los cuatro pilares del

liderazgo trascendental. No una fe que crea solo por creer sino una fe basada en

que somos entes pensantes, sintientes y actuantes y que reunimos en nosotros

mismos todo lo que ha hecho grandes a otras personas a lo largo de la historia

humana.

¿O acaso crees que los grandes hombres y mujeres de la historia han sido gente

diferente de ti? Eran iguales a ti: sentían, temían, amaban, odiaban, lloraban,

reían, y al igual que tú, tenían un sueño, una meta, un deseo tan fuerte que

prácticamente los consumía y los impelía a avanzar sin descanso, sin fatiga, sin

claudicación.

Page 75: ¿Tu Helado se Derritió?

71

Si no crees en el párrafo anterior te propongo lo siguiente: mencióname tres

grandes personajes y dime, según tú, que tenían de diferente o de extraordinario a

ti. Esta reflexión deberá llevarte a reconocer que incluso en muchas ocasiones

estaban con mayores desventajas que las tuyas y aún así salieron adelante, y si

ellos pudieron ¿por qué tu no?

Los cuatro pilares del liderazgo trascendental te han sido presentados no como un

fin de tu vida sino como un medio para edificarla. La idea es construir tu proyecto

personal sobre estos cuatro pilares, no para leerlos, comprenderlos y sentirse

cómodo con ellos al descubrir algo nuevo. Es

por eso que las técnicas que se te han

presentado son muy generales.

Deliberadamente no he querido dar una serie

de pasos 1, 2, 3 para lograr lo que aquí se ha

esbozado pues eso te corresponde a ti. Cada

quien encuentra esos cuatro pilares de forma

diferente en su vida. Sí he dado la técnica

general e incluso algunos ejemplos pero eres tú

quien creará esa magia en tu vida mediante la fe en ti mismo, en los cuatro pilares

del liderazgo trascendental y en la vida.

Razón

Generalmente cuando alguien logra algo solemos atribuirle el mérito en gran parte

a la suerte, pero un análisis más profundo nos permitiría ver cómo es que aunque

exista suerte, si uno no está preparado y no aprovecha la oportunidad, ésta no

será fructífera.

¿Qué tienen en común inventos como el Viagra, el LSD, los Rayos X, la Penicilina,

el endulzante artificial, el horno de microondas, el coñac o el caucho vulcanizado?

Page 76: ¿Tu Helado se Derritió?

72

Pues que todos esos inventos, que vinieron a cambiar nuestra vida, fueron en su

momento producto de la casualidad, surgieron por accidentes fortuitos, fueron el

resultado del azar. De la misma forma podemos ver en la vida individuos que han

tenido éxito en las metas que se han propuesto, en algunos casos resultado del

tesón, la disciplina, y el esfuerzo, y en otros, como en los ejemplos anteriores,

atribuibles a cuestiones fortuitas.

¿Quiere esto decir que el azar es lo que en muchas ocasiones define y decide los

resultados en nuestra vida? Volteemos de nuevo a ver los ejemplos iniciales y nos

daremos cuenta de algo: si bien es cierto que en todos esos ejemplos el azar

estuvo presente, también es cierto que el aprovechamiento del descubrimiento en

cuestión se logró gracias a la perspicacia de quién sorprendido encontró la

aplicación. Lo anterior se resume de manera muy sencilla: si existe la suerte de

estar en el momento y lugar indicado, pero no hay la preparación que permita

entender lo que sucede y, como consecuencia de esto no hay acciones para

aprovechar la coyuntura, la suerte pasará de largo sin que incluso nos hayamos

percatado de ello, por eso la importancia de la razón, pero de una razón que no

solo responda al ¿cómo? sino también al ¿por qué? y al ¿para qué?

Te sugiero que si tienes ocasión leas el caso de Eratóstenes, matemático,

astrónomo y geógrafo griego, y veas cómo es que mil doscientos años antes de

que Cristóbal Colón circunnavegara el globo terráqueo, logró no solo señalar que

la tierra era redonda sino incluso calcular con las herramientas más rudimentarias

la circunferencia de la tierra. Lo interesante de todo ello es que eso inició con la

observación de la diferencia de sombras en dos lugares diferentes en la misma

fecha del año. Cientos, miles antes que él habían visto el fenómeno de las

sombras, pero Eratóstenes tuvo la perspicacia de resolver la cuestión, claro que él

llegó al ¿cómo?, eso sí: un ¿cómo? fascinante, pero finalmente solo a un ¿cómo?

ahora debemos preguntarnos ¿por qué? y ¿para qué? para completar el

conocimiento trascendente y sobre él cimentar la razón trascendente y en fin

último nuestra vida.

Page 77: ¿Tu Helado se Derritió?

73

Como podemos ver, la confluencia de suerte, preparación y oportunidad generan

un resultado para quien aprovecha el momento. Solo que hay una pequeña

cuestión que resolver: ¡no se puede estar preparado para lo que no sabemos qué

sucederá! Así es, la vida es incierta en muchas maneras, y aunque deseemos

establecer un control sobre ella son tantas las variables y tan complejas las

interrelaciones que es casi imposible saber que sucederá el día de mañana,

¿entonces? La solución de esto es hacer lo que sí dependa de nosotros para en

su momento poder recoger los frutos de ello y mucho de lo que depende de

nosotros se sustenta, como ya lo vimos, en otros pilares del liderazgo

trascendental además de la razón.

Si bien es cierto que la incertidumbre impera en nuestra vida, también es cierto

que no todo depende del azar, es precisamente en esa franja donde nuestra

razón, voluntad, percepción y atención

tienen efecto donde podemos trabajar.

Nuestra preparación, nuestro esfuerzo,

nuestra conciencia, son las que nos

pueden dar la ventaja para que cuando

se presente la ocasión podamos dar lo

mejor de nosotros, después de todo la

suerte acompaña a aquellos que están preparados y aprovechan la oportunidad.

Voluntad

Un hecho de la vida es que siempre el decir será mucho más fácil que el hacer,

afortunadamente tenemos en nuestro andar y en el de los demás pruebas de vida

que permiten decantar la palabrería y quedarnos con los hechos claros, concretos

y objetivos que finalmente nos definirán como personas.

Page 78: ¿Tu Helado se Derritió?

74

Cuando se habla de las pruebas de la vida, me gusta pensar en ello como la

acción del viento en los arboles: la acción del viento permite tirar las hojas y ramas

secas, sin vida, sin provecho alguno, permitiendo así surjan nuevos brotes; de la

misma forma, y retomando la cuestión de la vida, las pruebas nos permiten

deshacernos de lo que no necesitamos, fortalecer lo que nos es valioso y crecer

como personas en carácter, congruencia y actitud, crecimiento que tiene su

paragón en la voluntad tal como se ha presentado en el presente libro.

En una ocasión, en un evento, me tocó escuchar el caso de una madre cuyos hijos

habían pasado las peores pruebas. La madre nos relató que mientras que uno de

sus hijos había salido avante y llegado a ser una persona de bien y de éxito, el

otro se había derrumbado y que aún en esos días no había podido salir de los

vicios y la degradación. Dado que era un tema sumamente sensible y personal no

quise dar mi comentario sino que más bien le pregunte a ella que si a qué creía se

debía esa diferencia cuando los dos habían pasado por cuestiones muy fuertes.

La respuesta sencilla pero clara nos dio una lección que difícilmente puede

aprenderse con horas y horas de cursos y seminarios: “amo a mis hijos, nunca los

dejaré de amar sean lo que sean, de la misma forma yo creo firmemente que lo

que cada uno experimentó no fue lo que vino a hacerlos lo que son, sino más bien

que lo que generó lo que ahora son es lo que ellos permitieron les sucediera con

motivo de lo que experimentaban”. Esto no es más que hablar de voluntad y no

solo voluntad factual sino más bien trascendental.

Todos conocemos casos de gente que ha pasado pruebas durísimas y han salido

adelante, incluso llegando a ser ejemplos de vida, fortaleza y superación. De la

misma forma conocemos casos de personas que no han podido superar ningún

obstáculo cayendo lo más bajo que pueden en su vida. Si bien esto depende en

cierta forma de las circunstancias que cada quien vive y de los recursos que cada

quien posee (cosas ambas que no podemos cambiar), hay una parte que depende

de cada uno y que solo surge con el entendimiento y la conciencia. El

entendimiento ya lo tienes y se refiere a saber de qué son, cómo funcionan y cómo

Page 79: ¿Tu Helado se Derritió?

75

podemos desarrollar los cuatro pilares del liderazgo trascendental; la conciencia

es ese “darse cuenta de” que surge en algún momento dado de la vida y que

puede ser detonado mediante la aplicación de los cuatro pilares del liderazgo

trascendental.

A diferencia de los animales los humanos poseemos el don de la inteligencia, es

decir, de la capacidad de razonar, inferir, análisis, sintetizar y de la misma forma

de soñar, de plantearnos metas, de vivir con propósito. Pero no solo tenemos

inteligencia, sino en un nivel superior tenemos conciencia, es decir, esa capacidad

de ver más allá de lo evidente, de trascender el tiempo y el espacio con nuestros

pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones, de llegar a vislumbrar

los por qué y para qué de nuestra existencia y en ese vislumbre es dónde

soportamos nuestra voluntad, ese hacer las cosas por que deseamos hacerlas

que nos permite remontar cualquier obstáculo. Ambos elementos, inteligencia y

conciencia, nos permiten interactuar tanto con el destino como con el libre

albedrío, nos habilitan a entender el sentido de las vivencias incluso aquellas que

no podemos cambiar y nos permiten decidir con congruencia y carácter cuando la

vida nos da esa oportunidad, es así como nos volvemos al mismo tiempo tanto un

efecto de la vida como una causa de la misma, y construir un proyecto de

excelencia de vida.

Volviendo a los casos de personas que han salido avante de las pruebas

convirtiéndose en verdaderos ejemplos vivientes, te sugiero pienses en uno de

ellos, alguno que tengas a la mano sea porque lo conozcas o por que estés muy

enterado de sus vivencias. Visualiza a esa persona, tanto antes de la prueba que

consideras la definió como lo que es actualmente como después de la misma.

Obsérvala tal cual es, con lo que sepas de ella. Ahora por último, pregúntate y

contéstate ¿qué tiene esa persona que tú no tienes que le permitió hacer de su

vida un ejemplo? La conclusión es obvia: nada. Son personas como tú, con

defectos y cualidades, con fortalezas y debilidades, con valentías y temores, solo

que independientemente de las circunstancias y de lo que eran, optaron con

Page 80: ¿Tu Helado se Derritió?

76

inteligencia y con conciencia ir más allá de ello trascendiéndose incluso a ellas

mismas como personas y eso a través de una voluntad, voluntad que hoy mismo

puedes hacer tuya y usarla como herramienta para construir tu proyecto de vida.

A nadie nos gustan las pruebas de vida, son incómodas, molestas e incluso

frustrantes, pero gracias a ellas tenemos la oportunidad de ser más de lo que

creemos incluso de lo que podemos y llegar convertirnos en ejemplos vivientes de

carácter, luz y trascendentalidad. Así que ante las pruebas de vida recuerda: se

requiere de la tempestad para probar la fortaleza de un barco solo que ahora ese

barco, o sea tú, cuenta con cuatro pilares que antes no contaba para enfrentar

esas tempestades.

Percepción

La lucha por lo que deseamos en esta vida, sea

esto una meta material, intelectual e incluso

espiritual, tiene dos momento claros: uno es

precisamente el del esfuerzo necesario para

alcanzar la meta, la otra el momento mismo de

obtenerla; en la medida que exista una

reciprocidad entre esfuerzo-logro, la lucha nos

permitirá no solo valorar lo conseguido, sino

forjar nuestro carácter.

Bastante documentado está el fenómeno de

aquellos padres que, habiendo pasado privaciones en su infancia, buscan de

alguna manera subsanar eso dándoles todo a sus hijos sin que éstos se esfuercen

para conseguirlo, generando al contrario de lo deseado, personas egoístas,

caprichosas y sin carácter. También tenemos esos ejemplos de quienes, en un

giro de la fortuna logran de hacerse de fama, poder o dinero de la noche a la

Page 81: ¿Tu Helado se Derritió?

77

mañana, y que terminan despilfarrando, no solo eso que obtuvieron, sino su vida

misma. Por último, creo que en algún momento de nuestra vida todos hemos

siquiera fantaseado con lo que haríamos si nos sacáramos la lotería o, en el caso

de las mentes más fantasiosas, si nos encontráramos con un genio que nos

concediera lo que pidiéramos.

No podemos negar que una tendencia humana, y creo incluso de la naturaleza

misma, es aquella que marca al logro de las cosas a través del menor esfuerzo, en

ese sentido, en muchas ocasiones uno quisiera que eso que deseamos o incluso

que necesitamos, se nos fuera concedido con el menor esfuerzo, siendo ese

menor esfuerzo en algunos casos nulo completamente. El pensamiento anterior, si

bien es lógico y entendible, deja por fuera la arista de lo que sucede en nosotros

mismos mientras estamos en la batalla: una transformación externa e interna que

nos posibilitará para llegar a estadios de desarrollo que no hubiéramos siquiera

imaginado pero que de inicio requiere que nuestra percepción nos permita

vislumbrar otras realidades, otros mundos, otras posibilidades.

Te sugiero un ejercicio, un ejercicio que en mis talleres de liderazgo propongo,

piensa en una meta que haya significado por una parte un logro del cual estás

orgulloso, y por otra un esfuerzo constante y una lucha considerable para

alcanzarla. Date tiempo para tener claridad en esta idea: la meta y el esfuerzo.

Ahora, de manera honesta contéstate a ti mismo las siguientes preguntas: ¿te

hubiera sabido igual el logro de esa meta si no hubieras luchado tanto por ella?,

¿eres el mismo al inicio de esa lucha que te dio la meta que al final de la misma?,

¿qué crees hubiera sido diferente contigo si la meta se hubiera conseguido sin

esfuerzo? Y lo más importante ¿qué crees te llevó a luchar y luchar y luchar hasta

obtener lo que deseabas? Esta última respuesta, sea la que sea, obsérvala a la

luz de lo que hemos comentado sobre la percepción y verás cómo es que en esas

grandes luchas que has emprendido intuías a través de una percepción

trascendente que había algo más que te esperaba al final de la lucha.

Page 82: ¿Tu Helado se Derritió?

78

No quiero ser yo quien te de las respuestas a las anteriores cuestiones, si te das el

tiempo para reflexionar descubrirás muchas cosas importantes para ti como

persona y para tu vida como camino y como destino. Solo quiero cerrar esta

reflexión con una breve historia: un padre de familia estaba haciéndole el

desayuno a su esposa en su aniversario, su hija menor se ofreció a hacerle el jugo

de naranja, la niña ya estaba sacando las naranjas para cortarlas y exprimirlas

cuando por la premura el papá le dijo que por qué no mejor le vaciaba en un vaso

uno de los jugos de naranja enlatados que tenían en la alacena, a lo que la niña le

respondió que si hiciera eso, entonces el jugo que le diera ella a su mamá no sería

realmente de ella, sino de la persona que hizo el jugo enlatado. El padre entendió

la lección. Una lección basada en la percepción.

No todo logro es un éxito ni todo fracaso una pérdida, si somos capaces de estar

realmente conscientes en la maravilla que llamamos nuestra vida mediante el

trabajo del pilar de la percepción nos daremos cuenta que más allá de los

rendimientos o las mermas, estamos nosotros, tanto con lo que hemos sido como

con lo que, tal vez más importante aún, podemos llegar a ser.

Atención

Cuando se habla de milagros, generalmente se

piensan en cuestiones portentosas que

desafían toda ley y toda lógica, pero si

pensamos un poco en ello, nos daremos cuenta

que los milagros se dan todos los días a

nuestro alrededor y, lo que es más importante,

nosotros mismos lo somos.

Cuenta una historia de una persona que

durante años busco a través de la meditación,

Page 83: ¿Tu Helado se Derritió?

79

los rezos y los sacrificios el lograr lo que en oriente se conoce como la iluminación

y en occidente la santidad, dicen que después de décadas de estarse esforzando

sin éxito alguno se dio por vencido por lo que regresó a su vida cotidiana. Estando

una vez sacando agua de un pozo dícese que cayó en cuenta de lo que hacía y

gritó iluminado “¡puedo sacar agua de un pozo!”. Esta iluminación solo puede ser

posible cuando nuestra atención resuelve todas las contradicciones de la vida y

unifica en la totalidad del ser nuestra persona.

La vida cotidiana, rutinaria e incluso, ¿por qué no? aburrida, encierra en sí misma

el milagro de la propia existencia, todo es cuestión de “darse cuenta de”; ese

“darse cuenta de”, como ya se mencionó, puede dinamizarse en su alcance

mediante la aplicación de los cuatro pilares del liderazgo trascendental donde la

atención es el factor de enfoque totalizador. Piensa un momento en algo rutinario,

en algo cotidiano, en algo para nada –según tú- sorprendente, por ejemplo,

levantarse cada día después de una noche de sueño. No razones en esto o en lo

otro, solo piensa en todo lo que implica el poder abrir los ojos, el poder respirar, el

poder moverte, el poder ver el mundo y verte a ti mismo en el momento en el que

inicias un nuevo día. Piensa en todas las interacciones químico-biológicas

necesarias para realizar esa acción y te quedarás pasmado. Nomás veamos un

dato, uno solo, ¿sabes cuántos músculos se necesitan para mantenerte en

equilibrio estando de pie?, ¿cuántos te gustan?, ¿10?, ¿20?, ¿más? Pues se

requieren 300 músculos para esa “sencilla” acción.

¿Y hablar?, ¿y pensar?, ¡¿y soñar?! Cada acción que nos parece tan “normal” no

es más que un infinito número de milagros que tienen acción en nosotros mismos.

A eso todavía hay que agregarle las cuestiones de nuestro entorno: el sol que

sale, las nubes que pasan, el aire que circula, la lluvia que cae, ¡la gravedad que

nos mantiene unidos a la tierra a pesar que está gira sobre su propio eje a 1,670

kilómetros por hora y alrededor el sol a 107,244 kilómetros por hora! Solo que

generalmente nuestra atención no está en estos eventos que son tan recurrentes

que vemos tan normales, pero si se aplican la razón, la voluntad y la percepción

Page 84: ¿Tu Helado se Derritió?

80

aglutinadas y potencializadas con la atención, el milagro simplemente se hace

evidente. No puedo decir que aparece ya que el milagro siempre estuvo ahí, pero

sí que se hace evidente para nosotros quienes no lo veíamos por tener todo

nuestro ser anclado mediante la atención en otro punto.

Ahora bien, ¿por qué no somos conscientes de todo esto? Porque somos un

milagro dentro de otro milagro. Piensa en esto, si fuéramos conscientes de todos

los “milagros” que diariamente experimentamos, si fuéramos conscientes al nivel

que hemos estado comentando, prácticamente nos la pasaríamos pasmados ante

la realidad sin poder hacer nada, es así como la mente nos da una ventaja ya que

acumula las experiencias que vive haciéndolas ver como “normales”, después

como “rutinarias” y por último como “aburridas” con lo que no nos quedamos

pasmados ante los milagros cotidianos. Pero esto puede revertirse, ya tienes en

tus manos cuatro herramientas que te permitirán construir otra vida, una vida mas

plena, más completa, más trascendente.

Y es precisamente en esta última etapa, cuando la mente ve como “aburrida” la

realidad cotidiana, cuando la ventaja anterior se vuelve desventaja pues se pierde

el gusto y el asombro por la vida. ¿Qué hacer en esta situación? Usar los cuatro

pilares del liderazgo trascendental. Estos cuatro pilares nos llevan a dejar ese

mundo aburrido, vacío, predecible y darnos cuenta de esos milagros cotidianos,

con una actitud fresca, sin prejuicios, sin expectativas. ¿Viste el ejercicio que

hicimos al inicio respecto del levantarse cada día? Ese mismo ejercicio de ver, de

reflexionar, de simplemente darse cuenta puede realizarse con cualquier evento:

una hoja que cae, un rayo de sol que nos da, un amigo que nos saluda, una

galleta que nos comemos, todo es cuestión de poner atención.

Si de vez en cuando se realizan los ejercicios relativos a los cuatro pilares del

liderazgo trascendental poco a poco veremos que la vida es un fluir constante de

milagros donde, sin perder nuestra capacidad de actuar, nos daremos cuenta de

Page 85: ¿Tu Helado se Derritió?

81

los afortunados que somos por este pequeño interludio consciente que se nos ha

permitido experimentar.

Intenta, intenta, intenta

El ser humano es un ente complejo, bien podríamos decir multidimensional, en

nuestra persona confluyen elementos físicos, emocionales, intelectuales y

espirituales. Cada uno de ellos a su vez presenta facetas fascinantes que por más

que creamos saber acerca de ellos en realidad apenas hemos comenzado a

rasgarlos en su superficie, una de estas facetas tiene que ver entre lo que

sentimos, pensamos y hacemos.

Si pensáramos en nosotros como en seres

duales, podríamos decir que existen y

coexisten en nuestra vida dos mundos: el

mundo externo y el mundo interno. El mundo

externo es lo que vemos, lo que nos rodea,

todo aquello con lo que interactuamos; el

mundo interno son nuestros sentimientos,

nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestros temores, todo aquello que no

podemos dar ni compartir aunque sí evidenciar. En este orden de ideas podemos

decir que lo que somos viene siendo ese punto donde confluyen precisamente ese

mundo interno con el mundo externo, y de la misma forma podemos señalar como

es que lo que hacemos afecta ese mundo externo, pero la intención con lo que lo

hacemos afecta nuestro mundo interno.

Pensemos en algo que pudiéramos catalogar como una buena acción: dar de

comer al hambriento, consolar al afligido, vestir al desnudo, o simplemente luchar

por esto o por lo otro. La acción visible es clara y, por ende a la vista de todos,

loable tal vez, pero lo que no podemos ver ni saber es la intención con la que se

Page 86: ¿Tu Helado se Derritió?

82

hace esa acción, eso permanece en el ámbito interno personal de cada quien. Una

buena acción, como optamos por llamarla, puede estar fundamentada en los

sentimientos y pensamientos más nobles y altruistas así como en aquellos más

mezquinos y egoístas. Eso no lo podemos saber, no lo podemos ver, en ocasiones

lo podemos intuir, pero seríamos demasiado presuntuosos sin le diéramos el peso

de hechos consumados a ese vislumbre que creemos percibir.

Pero independientemente de lo anterior, la disertación actual no va en función de

tratar de adivinar las intenciones ocultas que los demás pudieran tener en sus

acciones, sino más bien voltear la mirada de manera personal a ese reino privado

que es nuestro interior para develar y develarnos las causas que están detrás de

nuestro actuar, ¿para qué? simple y sencillamente para cuidar de ellas ya que

éstas nos afectan como personas independientemente de los efectos palpables

que vean los demás.

Quiero hacer un breve alto en este momento para aclarar que el peso no está en

la intención con que se hagan las cosas ni tampoco en los efectos visibles que ven

los demás de nuestras acciones, el peso está en el efecto que ambas situaciones,

no solo una sino ambas, tienen en nuestra persona.

Esta aclaración sirve para una pregunta que siempre surge en las conferencias y

talleres que sobre construcción dinámica de liderazgo trascendental doy y que es

¿cómo le hago? Como ya señalé en la presente obra se han dado las técnicas

generales para reclamar como nuestros y reactivar los cuatro pilares sobre los que

se sustenta el liderazgo trascendental, pero corresponde a cada uno de nosotros

hacernos de esa maestría en su aplicación y eso solo se logra a través del intento.

Intenta la razón, intenta la voluntad, intenta la percepción, intenta la atención.

Intenta, intenta, intenta, intenta.

Sé que después de leer la presente obra tendrás una idea sobre lo que es y más

importante aún como se activan y usan los cuatro pilares del liderazgo

Page 87: ¿Tu Helado se Derritió?

83

trascendental, pero también se, por la experiencia que comento de las

conferencias y talleres relativos al tema, que uno siempre desea casi casi una

receta de cocina donde se le den todos los pasos concretos para ello, lo cual no

está en la presente obra, ¿entonces qué hacer? Si más o menos ya sabes de qué

tratan estos cuatro pilares del liderazgo trascendental y más o menos tienes

noción de sus aplicaciones prácticas, solo me queda decirte que lo intentes.

Intenta la razón, intenta la voluntad, intenta la percepción, intenta la atención.

Intenta, intenta, intenta, intenta.

De nuevo quiero traer la imagen de tú aprendiendo a andar en bicicleta. Nadie te

dio una serie de pasos tan específicos y detallados que su sola aplicación te diera

el dominio de la bicicleta. Te dieron algunas instrucciones generales, a veces

vagas y fue tu intento el que de repente hizo que apareciera tu maestría sobre

andar en bicicleta como por arte de magia. En esto de los cuatro pilares de

liderazgo trascendental es exactamente lo mismo. Intenta la razón, intenta la

voluntad, intenta la percepción, intenta la atención. Intenta, intenta, intenta, intenta.

Page 88: ¿Tu Helado se Derritió?

84

Epílogo

Lo mejor que le puede pasar a uno en esta vida es disfrutar realmente lo que

hace, eso le da más sentido a las ideas que uno tiene y a las acciones que uno

emprende, incluso en ocasiones tiene más sentido que lograr las metas que uno

se proponga. Cuantas veces no hemos visto personas que ante las obligaciones

que tienen en su vida muestran no solo una apatía sino en muchas ocasiones una

actitud verdaderamente negativa, para esas personas lo que hacen es una carga

por más nimio que nos parezca. De la misma forma, todos conocemos personas

que su vida la viven con gozo, con alegría, y que sus obligaciones y los retos

mismos que enfrentan lo hacen con un estado de ánimo que incluso llega a

contagiar. La diferencia entre estos dos extremos está precisamente en saber

disfrutar lo que uno hace, esto es la clave de todo, incluso del éxito, ya que el éxito

es escurridizo y ocupa mucho esfuerzo, mucha energía, y que mejor manera de

dar todo ese esfuerzo y esa energía que con un ánimo optimista, de confianza, de

gozo por estar vivo.

Al principio se comentó que esta actitud le da más sentido a las ideas y a las

acciones que incluso lograr las metas que se proponga, esto parecería ser una

contradicción pero no es así. Una meta es un objetivo, si lo vemos objetivamente

la consecución de una meta dura un momento infinitamente pequeño, por ejemplo,

¿cuánto dura en el tiempo el que un corredor cruce la meta?, ¿o en que alguien

obtenga un título?, ¿o en que un emprendedor inicie un negocio?, no nos

confundamos, lo que dura tiempo es el camino hacia esas metas, pero el lograrlo

dura un pequeñísimo instante, tal vez unos segundos, después la meta queda

atrás y vienen otras.

Siempre habrá metas, siempre habrá caminos, la manera de llegar a esas metas y

de recorrer esos caminos es lo que nos dará riqueza en nuestra existencia, más

incluso del alcanzar una meta ya que ésta puede llegar muy tarde en nuestra vida

(o incluso no llegar), mientras que el camino hacia ella estará presente en todo el

Page 89: ¿Tu Helado se Derritió?

85

trayecto. Ahora bien, a veces uno no puede escoger del todo la meta o el camino,

las obligaciones que la misma vida va poniendo en ocasiones casi nos obliga a

tomar ciertas decisiones, pero ¿por qué amargarnos por ello?, siempre habrá algo

positivo de lo que hagamos, algo que nos guste o que nos llene; pues por

pequeño que esto sea, debemos enfocarnos en ello para darle no solo sentido a

nuestra existencia sino fuerza y motivación.

En una ocasión, en un taller de construcción dinámica de liderazgo trascendental

que me tocó dar, alguien se quejaba de lo dura y difícil que le era la vida, de lo

casi imposible que se le hacía el ver algo positivo cada día que le permitiera

avanzar con gozo el camino que tenía que recorrer, que lo que yo le proponía era

realmente imposible. En ocasiones uno tiene que ser drástico ante actitudes tan

extremosas. Es así como le acerqué un pequeño cuchillo que había quedado del

entremés que nos habían dado y le dije que si la vida le era tan pesada por qué no

terminaba en ese instante con ella. La persona se me quedó viendo incrédula de

lo que oía. "¿Qué pasa? -le pregunté- ¿por qué no acabar con esto de una vez?,

¡vamos!". El silencio reinaba en la sala. Después de un momento le quite el

pequeño cuchillo y le dije con la intención que todos oyeran "eso mismo que te

detiene para una acción como esta es de lo que cada día debes aferrarte para

transitar este período que te ha tocado en este momento".

No podemos ser ingenuos, la vida es dura, es pesada, a veces los trayectos son

oscuros, lo único que a veces uno tiene es su ánimo, su entereza, su voluntad de

seguir adelante esperando salga el sol y las cosas mejoren, puede que esto

suceda, puede que no, pero desde el momento mismo en que uno avanza con esa

actitud ya ha ganado, después de todo cuando se disfruta el camino no hay

propiamente un esfuerzo sino un disfrute en cada paso.

En este momento tú estás en disposición plena de los cuatro pilares del liderazgo

trascendental que configuran lo que eres y, más importante aún, lo que puedes

llegar a ser. Sin ser el objetivo de la aplicación de los mismos el disfrute en tu

Page 90: ¿Tu Helado se Derritió?

86

caminar que hemos mencionado, éste será uno de los beneficios aparejados que

la práctica de dichas técnicas traerá a tu vida. El beneficio primario de todo lo

aprendido en este libro será ponerte en disposición de la totalidad de tus

capacidades y habilidades para construir de manera dinámica y con liderazgo

trascendental tu proyecto de vida.

Si crees que lo imposible es posible, que lo increíble es creíble y que lo irrealizable

es realizable, entonces eres parte de ese grupo de gentes que se levanta de su

condición humana para tocar con sus dedos lo divino y realizarse de manera total

en lo que están destinados a ser: vida, conciencia y luz.

Page 91: ¿Tu Helado se Derritió?

87

Acerca del Autor

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

• Licenciado en Contaduría Pública y Maestro en Administración con

acentuación en Finanzas por el Instituto Tecnológico de Sonora; Doctor en

Ciencias (Sc.D.) en el Área de Relaciones Internacionales Transpacíficas por la

Universidad de Colima

• Socio Director de Consultoría Independiente (Formación • I & D • Consultoría

en las áreas de Consultoría Empresarial • Liderazgo Emprendedor • Gestión

Universitaria), se ha desempeñado además como Auditor Interno en la

entonces Secretaría de la Contraloría General de la Federación y como

Director y Secretario de Desarrollo Económico del Municipio de Cajeme

Page 92: ¿Tu Helado se Derritió?

88

• Académico Certificado por la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas

de Contaduría y Administración, A.C.

• Premio Nacional de Contaduría Pública a la investigación obtenido

consecutivamente en sus ediciones 2002-2003 y 2004-2005 por el Instituto

Mexicano de Contadores Públicos

• Miembro de la Asociación de Profesores de Contaduría y Administración de

México, A.C.

• Consultor de Negocios Acreditación por el Sistema Nacional de Consultores

de la Secretaría de Economía y Consultor de Negocios Certificado por la

Norma Conocer

• Diplomado en Desarrollo del Potencial Humano por el Instituto Tecnológico de

Sonora

• Nivel Superior: Maestro Distinguido, Responsable de Programa Académico,

Líder de Cuerpo Académico, Director Académico, Miembro de Consejo

Directivo, y profesor, tutor y asesor nacional e internacional en licenciatura,

maestría y doctorado

• Autor de libros, ensayos, artículos y videos, así como conferenciante,

ponenciante y tallerista a nivel nacional e internacional.

www.rocefi.com.mx

Page 93: ¿Tu Helado se Derritió?

89

Continuación de ¿Tu Helado se Derritió?

¿Tu helado se derritió?

–Construcción Dinámica de Liderazgo

Trascendental-

2ª Parte

Los 4 Cuerpos del Liderazgo Trascendental

Junio de 2018

¿Tu helado se derritió?

–Construcción Dinámica de Liderazgo

Trascendental-

3ª Parte

Los 4 Reinos del Liderazgo Trascendental

Junio de 2022

¿Tu helado se derritió?

–Construcción Dinámica de Liderazgo

Trascendental-

4ª Parte

El 5° Reino del Liderazgo Trascendental

Junio de 2026

Page 94: ¿Tu Helado se Derritió?

90

Algunas Otras Publicaciones Gratuitas del Autor

(GRATIS en www.rocefi.com.mx, menú “Libros”, sección “e-book gratis”)

Rumbo a la Cumbre trata de un viaje, un viajero y

una meta. El viaje es por la montaña, ¿cuál

montaña?, la montaña de nuestra vida profesional;

es un viaje de reflexión pero al mismo tiempo de

eminente practicidad, un viaje que todos hemos

emprendido y del cual podemos hacernos dueños y

responsables en cualquier momento de nuestro

andar. El viajero somos nosotros: hombre o mujer,

joven, adulto o anciano, rico o pobre; el viajero

representa nuestras dudas y certezas, nuestros

miedos y valentías, nuestras decepciones y

esperanzas, en pocas palabras todo lo que hemos

sido, somos y podemos ser. ¿Y la meta?, la meta es

la cumbre, cumbre que representa la conquista, el

éxito y el logro; una cumbre de plenitud, una cumbre

de satisfacción, una cumbre de aquí y ahora pero

que resonará por siempre en los ecos de la

eternidad.

Rumbo a la Cumbre 2 es la continuación de Rumbo

a la Cumbre, que retoma la intención de compartir

una visión de excelencia en el desempeño

profesional sustentada en la impecabilidad personal,

esto a través de un esquema fácil para acceder,

ligero para leer y personal para aplicar en la figura de

un escrito en primera persona a manera de relato.

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Una educación superior será realmente superior

cuando quienes participan en el proceso

(académicos, administrativos y funcionarios) así

como sus alumnos y egresados, muestren y

demuestren con carácter, congruencia y decisión

tanto personal, como profesional y social su trabajo

constante por la transparencia, el consenso, la

inclusión, el compromiso, la rendición de cuentas y la

cordialidad. Para esto se requiere, creer firmemente

que se puede construir entre todos una sociedad

mejor, tener el deseo de llevar ese sueño a cabo, y

luchar todos los días por hacerlo realidad. Dado que

lo anterior requiere de encauzar esa fuerza interna

que nos puede motivar en nuestra lucha cotidiana

para construir esa sociedad, y que ese encauzar

implica presentar no solo críticas sino también

propuestas, Educación REALMENTE Superior lo

hace con un sentido pragmático tanto en su análisis

como en sus planteamientos.

Como personas tenemos un potencial increíble, un

potencial que se desarrolla de manera única y

particular en la vida de cada uno de nosotros.

Ciertamente no tenemos una guía de cómo vivirla,

pero si vemos un plan detrás de toda nuestra

existencia, un plan trascendente que comienza con

nuestros pasos en la tierra pero tiene su destino en

el fulgor de las estrellas. De eso trata Liderazgo

Emprendedor, de ese andar que todos

experimentamos en nuestra existencia. Con un

enfoque de liderazgo, emprendedurismo y

motivación, este libro contiene reflexiones, vivencias,

ejercicios, análisis que nos permiten ese alto en el

camino para valorar lo que hemos conseguido y para

motivar la esperanza de lo que podemos conseguir.

Cada artículo va acompañado de un video que

replica lo escrito pero de una manera más gráfica e

interactiva.

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¿Tu Helado se Derritió?

-Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental-

Los 4 Pilares del Liderazgo Trascendental

Primera edición

Es una obra editada y publicada por Gecko Publishing, S. de R.L.M.I.

Junio de 2014