uen - iatba.org

17
Viaje a las raíces del arte Alba Torres Entrevista a Eva Bischofberger Desde otros mares Inez Marzal A dos manos Jóse Antonio Trujillo, Roberto Solari Espacios blancos Claudia Navarrete De sentidos y lógica Mireia Ayats D uend e todas las artes son capaces de duende Revista de la Formación de Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano de ISPA Precio 3€ Nº 15

Upload: others

Post on 22-Nov-2021

25 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: uen - iatba.org

Viaje a las raíces del arte Alba Torres

Entrevista a Eva Bischofberger

Desde otros mares Inez Marzal

A dos manos Jóse Antonio Trujillo, Roberto Solari

Espacios blancos Claudia Navarrete

De sentidos y lógica Mireia Ayats

Duendetodas las artes son capaces de duende

Revista de la Formación de Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano de ISPA

Precio 3€Nº 15

Page 2: uen - iatba.org

Sumario

Después de un tiempo trabajando con Lucía en terapia, la idea de explorar en su máscara emergió como una gran po-sibilidad. Dedicar una sesión entera a la elaboración de una máscara de yeso sobre la cara del propio paciente es un tema que me ha generado interrogantes, por la intimidad del

contacto y porque puede ser vivido como una pérdida de tiempo o como una invasión del espacio vital. Para mí es un espacio de ritual, de cuidado y de intimidad que no puede darse con todo tipo de paciente. En el caso de Lucía, consideré que elaborar la máscara desde la impresión de su rostro podría conducirnos a una profundidad muy interesante. Y así fue. Frente al molde de su rostro, Lucía conectó con algo muy profundo, hubo un viaje donde reconocer y descono-cer la máscara, entre una mirada de distancia, cuando la cogía de la mano y la observaba desde distintos ángulos, y una mirada cercana y sorprendente cuando se observaba fren-te al espejo con ella puesta. Me recordaba a un ser primitivo descubriendo por primera vez el reflejo de su rostro en el agua de un arroyo, por el misterio y solemnidad que se instalaron en el ambiente. Lo familiar y lo extraño se daban la mano, había confusión y sensación de encuentro. Estaba siendo una impresión muy fuerte para Lucía y también para mí como acompañante y testigo de ese encuentro, en que “se hacía visible lo invi-sible” (Kandinsky). Había pintado una boca sonriente en la máscara, las comisuras de los labios se alargaban hasta parecer una sonrisa cortada con un cuchillo. Fue así como Lucía descubrió lo que entre las dos llamamos “la herida de su sonrisa”. La máscara de la felicidad que quiere contentar a todo el mundo y la gran tristeza que habitaba en su interior y de la que no era consciente se encontraron en un mismo momento y lugar. Dice Elina Matoso, co-autora del libro “La máscara de las máscaras”, cuya lectura recomiendo encarecidamente, que “la máscara revela y transforma de manera irremediable”. En las siguientes sesiones Lucía me relataba que la máscara la había bañado por dentro de una seriedad muy profunda. Curó metafóricamente entonces las heridas de la máscara con pintura blanca como si se tratará de un ungüento medicinal. En mi fantasía, la ternura y el cuidado con que ella aplicaba con sus dedos la pomada iban sanando heridas del alma muy antiguas, pues ella misma estaba dejando de poner sus esfuerzos en el verbo pare-cer para empezar a cultivar el verbo ser. Días más tarde, al abrir de nuevo la caja donde guardábamos la máscara tuvimos una emocionante sorpresa, la pintura blanca se había secado y se había llevado consigo la pintura de abajo. Limpió la máscara de los restos de pintura que se habían desincrustado. Hoja en blanco para empezar a tejer su felicidad desde dentro y no desde fuera como había hecho hasta entonces. Creo que pudo com-prender que todo el amor del mundo no bastaría si no empezaba a quererse a sí misma.Fue un trabajo muy hermoso y potente que guardo como un tesoro y que con el permiso de Lucía, comparto en este editorial.

Anna Buxaderas es Directora de la Revista Duende desde su fundación. Es psicóloga y arteterapeuta graduada de la 2ª Promoción de la Formación de Arteterapia Transdisciplinaria en ISPA (Barcelona). Actualmente ofrece atención terapéutica y supervisión en dicha Formación. E-mail: [email protected]

Editorial“Todas las artes son capaces de duende…el duende hiere, y en la curación de esta herida que no se

cierra nunca está lo insólito, lo inventado de la obra de un hombre”. Federico García Lorca

d3d2

La máscara de Lucía

Duende, Febrero 2014

Editorial 3

La máscara de Lucía

Anna Buxaderas

Viaje a las ráices del Arte 4Alba Torres

Entrevista 15

a Eva Bischofberger

Espacios blancos 24

Claudia Navarrete

Desde otros mares 26 Inez Marzal

Duende recomienda 30 Agenda 32

De sentidos y lógicas 11

Mireia Ayats

A dos manos 19

J. A. Trujillo, R. Solari

Arte hasta el final 9

Arturo Solari

Directora Anna Buxaderas. Redacción Arturo Solari, Alba Torres, Paloma Todd. Correcciones Arturo Solari,Esther Pardo. Diseño y maquetación Roser Maestu.

ISPA- Institut de Sociologia i Psicologia Aplicades. Amigó, 17- 19 1er, 08021 Barcelona. Tel. 93 209 77 46

Contacto: [email protected]

http://www.ispa.es http://www.asociacion-ath.org

ISPA

Revista de la Formación de Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano

Impresión: saxoprint.es MadridDepósito legal: B.16838-2013

Anna Buxaderas

Lygia Clarck.

“La máscara transforma al sujeto que la usa, y el sujeto que la usa transforma a la máscara. Es un ida y vuelta.” Mario Buchbinder.

Foto portada Roberto Solari

Page 3: uen - iatba.org

Mis primeros pasos fueron habituarme y acercarme a las personas del lugar hasta encontrar esa persona que fue-ra mi ángel de la guarda y mi guía. Y la encontré: ella es ahora mi querida amiga Marie Claire.A medida que nos conocíamos comprendió mi búsque-da. Y me llevó a los lugares. También encontré otros viajeros curiosos por las tradicio-nes Diola, y juntos también emprendimos la búsqueda. Los Diola, (y hablaré en general asumiendo el riesgo que esto conlleva) viven muy conectados con la naturale-za, una naturaleza exuberante, una naturaleza respetada por su alma. El principal cultivo y pilar de su cultura es el arroz. Justo estuve en el momento de preparar la tierra y

plantar. Los hombres preparan la tierra sin máquinas ni animales, desarrollando su fuerza humana y trabajando colectivamente. Las mujeres se encargan de plantar una a una las semillas de arroz, hundiendo el dedo pulgar en el barro e introduciendo el brote tierno mientras los pies chapotean en la tierra. Los y las Diola se sienten orgullosos de su forma de tra-bajar y lo celebran con danzas rituales como el “Ekonko-ne”, en las cuales cantan, tocan percusiones y danzan en nombre del cultivo, de su fuerza y del danzar en sí. Las expresiones artísticas más potentes de la cultura Diola yo las he encontrado en las ceremonias rituales.

“Si tienes una lucecita aquí” y mi abuelo se señalaba la frente, “síguela”. Sentí la decisión de hacer este viaje como un rayo que me cruzó de cabeza a pies. Luego fue la lucecita de la que me habló mi abuelo la que me fue guiando. Esa lucecita era mi búsqueda, mi búsqueda hacia las raíces del ser humano como artista. Esa lucecita era mi llama-da hacia África. Era el brillo de mi intensa curiosidad de acercarme a una cultura en la que latieran las prácticas llamadas animistas (del latín ánima, alma) y sus expre-siones artísticas. Ésta no era la primera vez que sentía dicha curiosidad. En 2007 realicé mi primer viaje al África negra, a Gambia. Ante mi sorpresa, encontré una sociedad 90% musul-mana, 9% cristiana y 1% animista. Estuve conviviendo con las gentes musulmanas mandingas, una de las sie-te etnias principales de la región llamada Senegambia. Aunque era una sociedad musulmana siempre se dejaba entrever una cultura sincrética, una mezcla de prácticas animistas e islámicas, que pese a su integración tampoco dejaba de lado la oportunidad para “demonizar” su pasa-do animista, cosa que me impactó. En mi último viaje, este pasado verano, quise ir a cono-cer ese 1% llamado animista: ¿quienes eran? Tenía muy pocas referencias, pero la intensidad del rayo me llevaba y la lucecita en mi frente seguía encendida. Una de esas referencias estaba en un libro: “Estructuras sociales y políticas en el período pre-colonial. Grupos étnicos de la región de Senegambia ”1. Todas las etnias de esa región tenían un pasado animista, todas habían poseído sus particulares prácticas artísticas y animistas a través de las cuales mantenían su equilibrio individual y colectivo. Y

así fue hasta que llegó la islamización en el s.XI, fenóme-no que llevó consigo la creencia en un solo dios, imposi-ble de representar, e intentó arrasar la cultura artística de los pueblos convertidos2. De todos modos, en mis viajes anteriores a Gambia, ya pude ver como se habían con-servado varias de sus tradiciones, como por ejemplo la personificación de seres mitológicos para determinadas ceremonias como bienvenidas a recién nacidos o rituales de paso. Lo más curioso fue, quizás, ver como los niños y niñas pasaban las tardes jugando en la calle recreando rituales tradicionales. Otro ejemplo muy claro de ese sincretismo de culturas fue para mí conocer su sistema de curación y protección a través de los llamados “ju-ju” o “gri-gri” (amuletos). Son pequeños objetos mágicos –desde el punto de vista de sus creencias, el objeto tiene un poder sobrenatural-, sagrados -por merecerse un sumo respeto- y simbólicos -el objeto en sí representa otra realidad-. Hay de varios tipos y materiales. A los que me quiero referir son los que llevan escritas en un papel las frases pertinentes del libro del Corán para la curación, elegidas por el “marabout” (guía espiritual). Este papelito doblado es envuelto en una tela encerada, recubierto de piel de cabra, cosido a un cordel y atado a una parte del cuerpo (la cintura, un brazo, la cabeza, una pierna...) dependiendo del “mal” a tratar, ya sea físico, emocional, psicológico o espiritual.

En su concepción estos planos están vinculados. ¿No nos habla esta práctica del “cuerpo-alma” con el que traba-jamos desde el arteterapia transdisciplinaria, dejando de lado la religión y lo sobrenatural?

Los DiolaEn el libro citado anteriormente descubrí que 6 de las 7 etnias que habitan la región de Senegambia, habían tenido una organización jerárquica de clases y heredi-taria, con sus reyes, su nobleza, sus profesionales, sus artesanos y sus esclavos. 6 de las 7 etnias fueron todas más o menos convertidas al Islam. Pero había una etnia distinta: los Diola.

Los Diola crearon una sociedad que se ha caracterizado por su amor a la libertad y a la democracia, nunca tuvie-ron esclavos, las profesiones se podían elegir libremente y tampoco tuvieron interés en conquistar otros territorios3. Fueron el último grupo étnico de la región que aceptó el Islam, y eso fue hacia finales del s. XIX. Los Diola siguen concentrados principalmente en la re-gión de Casamance, región que está al sur del Senegal, debajo de Gambia. En Casamance hay un 20% de ani-mistas, un 50 % de cristianos y un 30% de musulma-nes4 , aunque otras fuentes dicen que hay un 60% de animistas. Me interesó mucho el dato sobre su organización so-cial. La sociología del arte nos dice que el arte cumple una función social, en ese caso me era muy significati-vo tomar la decisión sobre qué tipo de sociedad quería yo investigar; no sería lo mismo conocer el arte que se producía al servicio de una comunidad jerárquica o al servicio de una comunidad democrática. Por otro lado las circunstancias convergían, era esta sociedad democráti-ca, los Diola, la que más había conservado y defendido sus raíces, sus creencias, sus tradiciones, su espíritu. Definitivamente les quise ir a conocer y los astros se organizaron para que yo llegara allí bastante directa, y pudiera acercarme a su corazón. Este fue mi último via-je al África negra. Una sucesión de hechos se dieron y ¡yo me encontraba ya en casa de una familia Diola de confianza! ¡Y es que no hay nada como esas decisiones firmes que tomamos y un buen coraje para conseguir lo que buscamos!

Entrando en contacto con los DiolaLlegué el pasado 13 de agosto a Ziguinchor, capital de Casamance. Había sido un día de lluvia como tantos otros que vendrían. Había cruzado bastantes bosques selváticos para llegar allá. Allí me vendría a buscar el hermano de un buen amigo mío que me llevaría a Oussuye, pueblo donde me que-daría. Allí me esperaba un lugar desconocido, lenguas extrañas, nuevas miradas, olores, sensaciones, árboles enormes, oscuridad, barro, músicas desconocidas, bai-les, mucho calor, mosquitos, mangos deliciosos, y mu-chas cosas que no podía imaginar y, realmente, una co-munidad animista que hoy en día sigue conservando sus tradiciones.

Viaje a las raíces del Arte

d4 d5

Por Alba Torres

Preparando el viaje

Gambia, 2007.

Los Ekoncone.

1 Patience Sonko Godwin, “Social and political structures in the pre-colonial period (Ethnic

Groups of the Senegambia Region), Sunrise Publishers, Gambia, 1986.

2 Ramírez, Juan Antonio “Arte prehistórico y primitivo” Ed. Anaya 1989.

3 Patience Sonko Godwin, “Social and political structures in the pre-colonial period (Ethnic

Groups of the Senegambia Region), Sunrise Publishers, Gambia, 1986.

4 Wikipedia.

Antropología arteterapéutica

Page 4: uen - iatba.org

d6 d7

En mis días de investigación, tomaron mucha presen-cia las ceremonias rituales, presencié 4, donde el canto, el baile, la percusión y el vestuario eran los elementos im-prescindibles para crear un sentido estético donde sentí que tomaban entidad la vivencia del espíritu de colectivi-dad y la fuerza vital. El lugar del ritual también enmarca-ba la experiencia, siempre en la naturaleza, rodeados de árboles, donde el cuerpo y los pies descalzos estaban en contacto con la tierra y el agua. Eso provocaba un sentido de comunión con la naturaleza, hecho que resuena con el vínculo eco-terapéutico del que nos hablaba Arturo So-lari en su artículo del Duende anterior (nº 14). Por supuesto que cada ritual tomaba otros sentidos particulares para cada ocasión, pero en los 4 que viví percibí los sentidos primordiales arriba mencionados. Otra de las ceremonias en las que estuve fue el mo-mento culminante del Bukut, ritual de paso para los chi-cos, que se celebra en cada comunidad cada 30 a 40 años. Tuve la suerte de estar en el momento en que los niños y jóvenes entran al bosque sagrado para pasar allí un mínimo de 15 días de iniciación. Toda una comunidad de cientos de personas les acompañamos en ese tránsito durante dos días de danzas, ritmo, cantos. En este dibujo plasmé mis sensaciones. Nosotros/as investigamos nuevas experiencias más allá de los cinco sentidos que miden y separan el “nosotros” del “ellos”. Nosotros/as no invalidamos la información que ocurre dentro de nosotros/as. Estamos interesados/as en lo que las cosas significan para nosotros/as y como las vivimos5.

Los fetiches Mientras me iba dando cuenta de que su cultura se ca-racterizaba por la inmaterialidad, pues en la práctica, hu-medad y termitas lo deterioraban casi todo, yo buscaba conocer el objeto mágico, el fetiche. Esta búsqueda fue más cautelosa. Estaba entrando en un territorio más ín-timo y lleno de secretos. La cultura Diola es una cultura con muchos secretos, solo los iniciados pueden descu-brirlos y vivenciarlos en sus rituales de paso. Fue en el segundo día desde mi llegada, en uno de mis primeros paseos por el pueblo con Marie Claire que

pasamos cerca de un lugar sagrado, donde había uno de los fetiches del pueblo. Nos detuvimos a una distan-cia de unos 200 metros del lugar. Ella me indicó de no acercarnos, estaba prohibido, a ese fetiche solo algunos hombres podían acercarse y no me quiso contar mucho más. Observé: un árbol muy grande, debajo una peque-ña cabañita con un tejado de palma sin paredes, unas grandes vasijas de cerámica, alguna otra forma de un ob-jeto y oscuridad: un misterio. Sentí una barrera, un lugar cercano al que era imposible entrar y mucha curiosidad. El pueblo tenía 4 fetiches que le protegían: el del viejo sabio Atabó, el de atrás del mercado, el de purificación y el del rey, el más grande, que protegía a 17 pueblos y se albergaba en Oussuye. Por cierto, para mi sorpresa y en aparente contradicción con mis previas informaciones, ¡había un rey! No obstante, nunca había conocido un rey así, cercano, descalzo y muy humilde. Era el represen-tante de esa zona y coordinaba una especie de seguridad social para los que necesitaran ayuda. Era necesario que las personas que llegaban a la comunidad fueran a salu-darle, así que fui. Marie Claire también me llevó, con mucho entusias-mo varias veces a charlar con Vieux Diop, el director de la radio de Oussuye. Un hombre culto y simpático. Con él intercambiamos músicas y me sentí en confianza de hacerle muchas preguntas. En estas charlas también es-taba Sounkaro, un profesor de primaria que, por suerte, devino mi traductor personal. Estas charlas me ayudaron a profundizar en el tema de los fetiches y otros temas a su alrededor. Mis preguntas eran interminables y variadas, como también lo eran las respuestas que obtenía de cada persona. Poco a poco fui encontrando varias personas que me acercaron más y más al tema, como también pude ir a un par de peque-ños, humildes y misteriosos museos de la tradición Diola. ¿Qué son los fetiches? ¿Cómo son? ¿Quién es el artista que los hace? ¿Cómo les da vida? ¿Cuál es su función? ¿Cómo ejercen su poder? ¿Tienen alma? ¿Cómo? ¿Cómo

se relacionan con ellos? Y las fuerzas sobrenaturales de las que hablan, ¿qué son? Y los lugares sagrados, ¿qué son para ellos? ¿Qué es el arte? ¿Qué funciones sociales tienen sus rituales? ¿Y emocionales? ¿Y espirituales? ¿Que significa ser animista?... Y a mí me preguntaban: ¿Por qué te interesa esto? An-das con muchos interrogantes, ¿estás perdida? ¿Cual es tu religión? ¿Cómo vives tú? ¿Cómo son vuestros rituales? ¿Cómo son vuestros entierros? ¿Cómo es que sabes bailar como nosotros?... Estamos conectados con cualquier persona a través de un constante flujo bidireccional de imágenes, pensa-mientos, impresiones y sentimientos, y estos modelan la mente de los otros, se den cuenta o no6. Y la nuestra. En mi búsqueda reside un interés personal y un inte-rés profesional que no dejan de nacer del mismo lugar. Como arte terapeuta me interesa profundizar en nuestra ciencia, en sus principios antropológicos. El fetiche es un objeto mediador entre dos mundos, un puente entre lo terrenal y lo espiritual. Análogamente, una obra de arte, en una consulta o taller de arteterapia, es un medio entre dos mundos, el exterior y el interior de la persona; la con-ciencia y el inconsciente; lo ordinario y lo extraordinario; el “centering” y el “de-centering”7 ; una puerta a la ima-ginación; un puente al alma. El fetiche forma parte del reino simbólico espiritual ani-mista: El reino simbólico espiritual habla a la psique del mismo modo que una guía de viaje nos confirma nuestra ubicación. El ser humano necesita de estos anclajes en el viaje de la vida, estas son las señales para la psique8. Análogamente apunto a decir que hay obras de arte que se comunican directamente con nuestra alma. ¿Y qué es el alma? Sin duda un concepto y una expe-riencia íntima, personal, subjetiva y cultural. A mi modo de ver es la experiencia interior de donde nacen los anhe-los más profundos. También es la que permite a uno mis-mo tener la perspectiva molar de la propia y cambiante

existencia, desde el nacimiento hasta la propia muerte, la misma vela que ilumina toda una vida. Asimismo la veo como luz interior que ilumina el presente y me ubica en mi existencia. Muy a menudo asocio el alma con lo inconsciente, y también le doy el tamaño del misterio. La siento como mi singularidad a la vez que la siento parte de un todo, del alma humana, del alma del mundo natu-ral, del alma del universo. Volviendo a los fetiches, estos símbolos del alma Diola están presentes en distintos ámbitos: el individual, el fa-miliar y el de la gran comunidad. El fetiche también tiene su función social y mi amigo Adioquil me lo contó muy bien. Me decía que su socie-dad esta organizada de forma similar a la nuestra: en ministerios (aunque en nuestra sociedad no se ocupen mucho de sus asuntos). Cada ministerio tiene su fetiche, que vendría a ser su espíritu. Adioquil nombró el fetiche de la administración económica, el de justicia, el de la familia, el de las mujeres, el de los jóvenes y el empleo, el de los niños, el de la circuncisión, el del matrimonio, el de la muerte. Dependiendo del fetiche éste puede dar lugar a tomar decisiones, organizarse, preguntar, solucionar conflictos, dejarse orientar por el espíritu, celebrar, sanar...Pueden tener un uso por una cuestión más personal o por una colectiva. Hay fetiches que se crean pero en general los feti-ches se heredan, pasan de mano en mano en la misma comunidad o se van a buscar a otras comunidades ani-mistas. Se dialoga con el fetiche, a veces el diálogo es en el presente, otras veces el fetiche responderá a través de actos venideros. En los fetiches individuales el diálogo es íntimo, con los otros el diálogo pasa por el fetichero. En los fetiches familiares, normalmente la fetichera es la madre de la familia. Para dialogar con un fetiche hay que reconocerle pri-mero ofreciéndole algo. Entre los Diola es vino de palma y otras veces hay que ofrecerle sangre del sacrificio de algún animal que luego será cocinado y comido. La san-gre es uno de los elementos más sagrados para los Diola. Y el color rojo también. Los elementos que forman un fetiche, los materiales y la técnica creativa es algo muy elemental. No reflejan ningún refinamiento técnico. Normalmente esta com-puesto de arena, huesos, cuernos, plumas, alguna tela roja, aunque otras veces puede simplemente ser la raíz que sobresale de un árbol. Siempre está presente un material natural, toma suma importancia y significado el lugar donde está, el vínculo de las personas con el objeto y el lugar. Un fetiche es donde uno va para entrar en comunicación con el Otro Mundo. Es el lugar de belleza y misterio, y también el lugar de la memoria porque los fetiches tienen el poder de recordarnos que en la vida humana estamos en el umbral de otro mundo.

5 Lisa Herman, Ph.D , en el artículo “What is liminal space?” , traducido por mi.

6 Lisa Herman, Ph.D , en el artículo “What is liminal space?” , tradución Alba Torres.

7 Torres, Alba, en el artículo “El observatorio: ¿Como salir de una estrecha lógica de pensa-

miento, sentimiento y acción que nos lleva a un camino sin salida?, Duende nº13.

8 Malidoma Patrice Somé “The Healing Wisdom of Africa” Ed.Tarcher/Penguin (1998) EUA,

traducción Alba Torres.

Page 5: uen - iatba.org

cabo de regresar del velatorio de mi paciente, ami-go, colega, maestro... Pepe. Él era un hombre de

88 años, oriundo de un pueblo de Granada e inmigrante en Cataluña hace unas 6 décadas. Nos conocimos hace casi 5 años en el centro geriátrico donde trabajo. Todo este tiempo han pasado cosas muy importantes, que han valido mucho la pena vivir con él... Recibí un SMS sobre las 9 de la mañana que decía esto: “Pepe ha muerto hoy a las 7 de la mañana”. Era su

hijo quien me informaba. Yo ya sabía que el momento de la muerte estaba muy cerca. Anteayer lo fui a visitar un par de veces a su habitación y él dormía, ajeno a todo. El cuerpo respiraba con cierta dificultad, pero de manera estable y serena. Lo sentí sereno. Al recibir la noticia, hice un lugar en mi día de hoy (que estaba previsto para otras actividades de tipo urgente) para ir al tanatorio (funeraria) del pueblo donde vivía él y donde yo trabajo. Y vengo conmocionado (en el mejor sentido) después de la visita de esta tarde a los familiares y a Pepe. A media mañana su hijo me sugirió que a ver si podía llevar algunas cositas, algunos dibujos de Pepe. “Claro que sí”, le dije, “llevaré algunas cosas”. Así es que fui preparado con 8 dibujos de Pepe, re-presentativos de 8 fases de su hermosísima y fructífera evolución artística; un cartel y un folleto de su única ex-posición individual titulada “Nunca es tarde”; una revista que edité con un artículo sobre su actividad artística... y una medalla de “oro” hecha en China (o sea, de plástico dorado), con una estrella en una cara y con la palabra “WINNER” (GANADOR), en la otra cara. Todo eso llevé, aunque sin saber qué haríamos con ello. Llegué a la funeraria y saludé a varios familiares de Pepe. Con el hijo y la nuera que más relación tuve este último tiempo, compartimos y recordamos –sonrientes y con disfrute- muchas cosas del devenir de Pepe, el de-venir artístico y humano fundamentalmente. Estábamos en una pequeña sala y en otra salita anexa, con un cristal entre las dos, estaba el cuerpo de Pepe arreglado y a la vista, en su ataúd. Nunca había estado frente a un cuer-po sin vida tanto tiempo y de una manera tan natural, tan

d8 d9

Cuerpo humano, cuerpos llenos de vitalidad esculpidos en raíces muertas.

El fetiche Diola nos recuerda que con muy pocos recur-sos se puede crear belleza estética de profundo impacto. También nos muestra la importancia del lugar que puede ocupar una obra de arte.9

Las almas Conocí a varios Diola, de los que puedo decir que viven una fuerte conexión con el mundo espiritual. Esto signifi-ca tener presente su propia alma y la de los demás. Eso significa también convivir con las almas de sus ances-tros (creen en la reencarnación), y con las almas que se manifiestan en la naturaleza. Recogiendo informaciones y observando puedo decir que en sus numerosas cere-monias y rituales reafirman su espíritu individual y colec-tivo, su vitalidad, su alegría, su fuerza. Celebran la vida, agradecen a la naturaleza sus dones, alimentan su cohe-sión social, superan sus miedos indomables, simbolizan lo inexplicable, se divierten, muestran sus aptitudes, se reconocen, y alimentan su alma sagrada. [...] Lo sagrado, lo divino, lo mágico, lo puro se pierde si no es renovado por ritos periódicos.10

Mi amigo Adioquil me decía que el animismo no existe, que esta palabra fue inventada en tono despectivo por los blancos para decir que los indígenas creían que cual-quier cosa tenía alma, una botella, un cepillo...y no es así, no todo tiene alma. Él nombra a su pueblo simplemente como “adepto a la cultura tradicional Diola”. Por otro lado también escuchaba a mi joven amigo Abasse cuando me decía que él conocía a sus árboles, a sus gallinas, va-cas, sus casas, su territorio, el río del pueblo, el bosque

sagrado... y con todo aquello con lo que se relacionaba, aquello le conocía a él también y lo decía con tal tono que me provocaba ver todo aquello que nombraba y estaba a nuestro alrededor con alma, vivo y que me estaba cono-ciendo a mi también. ¿Será que a través de dejarse conocer por lo otro (por un árbol, por el fuego, por un desconocido, por una obra de arte...) podemos conocer más los misterios del alma humana? Y paso a paso, caminante no hay camino se hace camino al andar,11 mi viaje llegaba a su fin, no sin pre-pararme muy especiales sorpresas. Un anciano de la fa-milia con la que estaba conviviendo falleció. Me invitaron

a sus ceremonias de despedida que acepté con los ojos bien abiertos. El día pasó entre grandes círculos de gen-tes, encuentros, palabras y gestos para el difunto y su familia, silencios, donaciones y bebidas compartidas. En la tarde hubo el ritual multitudinario en la calle, frente a la casa del difunto. Hombres con sus respectivos atuen-dos empezaron sus danzas y cantos, en filas, con ecos melódicos de punta a punta de la calle. Los tambores acompañaban. La intensidad subía. Era una celebración de la vida del anciano fallecido, la gente estaba muy ani-mada, era una despedida seriamente festiva, las mujeres lanzaban telas de colores a los hombres que vestían de blanco y negro. Cuando empezó a bajar el sol, apareció el difunto, envuelto en una tela blanca, encima de unas cañas de bambú y con un conjunto de cuernos en el ca-bezal. Era llevado por 4 hombres a sus espaldas. Llegó el momento de preguntar al difunto de qué se había muerto y él respondía con movimientos a través de los portadores que se movían dejándose llevar. Sus movimientos siguie-ron, iba hacia delante, hacia atrás, se balanceaba, era asombroso, incomprensible para mí. Adioquil se acercó a mí. Me contó que el difunto se estaba despidiendo de sus amigos. Era su último baile. También se acercó a no-sotros. Algo me paralizó momentáneamente, era como si el muerto me hubiera guiñado el ojo y Adioquil me hizo el gesto de retirarnos.

9 Malidoma Patrice Somé “The Healing Wisdom of Africa” Ed.Tarcher/Penguin (1998) EUA,

traducción Alba Torres.

10 Arnold van Gennep “Los ritos de paso” Alianza Editorial (1909) edición del 2008.

11 Antonio Machado.

Alba Torres es una arteterapeuta originaria de Tàrrega (Lérida). Es graduada de la 8ª Promoción de la Formación de Arteterapia Transdisciplinaria en ISPA (Barce-lona). Se ha formado y ha trabajado en gran variedad de ámbitos artísticos, educativos y terapéuticos, tanto en Cataluña como en México, Gambia y Estados Uni-dos. Actualmente, además de participar en varios proyectos, ofrece atención terapéutica para alumnos en formación en ISPA y tiene consulta privada en Tàrrega.Información y contacto, en la web: http://www.at-albatorres.com y el e-mail: [email protected]

fácil. De hecho, había visto cuerpos pero de una manera un tanto fugaz. Se unió a la conversación otro de sus hijos y fui re-cogiendo impresiones y frases que fueron llenando mi corazón y evidenciando la importantísima tarea que hici-mos con Pepe. Pude escuchar frases tan impactantes y elocuentes como estas: “tú y Pepe tenían una relación, un vínculo muy especial, muy profundo”; “Pepe me dijo que el día que subió a aquél estrado de la biblioteca don-de le entrevistaste en público y le hiciste la exposición, se sintió más triunfador que en todo el resto de su vida”; “ha sido tan importante tu trabajo con arteterapia con él todos estos años. Sencillamente tu presencia y su labor artística han sido lo que lo han mantenido vivo y le han dado el único sentido a su vida; al ir perdiendo la vista y sucediéndose otros cambios, fue dejando de dibujar y pintar; haber perdido eso significó para él ir dejando de vivir, decidirse a dejar la vida”... “Es que él nunca había dibujado, nunca había cogido un lápiz...”; “Las últimas telas de Pepe las pintamos entre los tres; fíjate que ahora hemos comprado una tela grande y en casa a veces nos ponemos a pintar, nos relaja”. Y algunas frases más... Saqué los dibujos y el material que llevaba y hablé de la medalla de “oro” colgada de un cordel. Pepe recibió una medalla así hace casi 4 años, en una visita que le orga-nicé a una colega arteterapeuta y clown-terapeuta en la residencia. Esa clown llamada “Audi” le colgó la medalla aquél día, pues era justo su cumpleaños. Pepe se apegó a la medalla. Significaba algo muy importante para él. Y yo fui descubriendo esa importancia al pasar el tiempo. Fueron transcurriendo semanas y meses y Pepe no se la quitaba. Y la medalla iba perdiendo su color dorado y

Arte hasta el final

A

Uno de los primeros dibujos (detalle).

Dibujo.

Por Arturo Solari

Page 6: uen - iatba.org

también capaz de echarse a llorar cuando hablaba de la muerte de su mujer o de su hija. Yo acompañé de alguna manera ambas muertes, ambos duelos. Y sobre todo, el arte acompañó a Pepe. En sus noches de insomnio me decía que no paraba de pensar y visualizar formas nue-vas para sus próximas obras: “ahora haré esto así o asá, con este color o con aquél...” Y luego Pepe me esperaba. Me esperaba cada día que yo iba al trabajo con ganas, con ansias de que pudiéramos ver y comentar sus nue-vas obras... Pero volviendo a la sala donde estábamos, primero puse los dibujos sobre el suelo, en orden cronológico. Alguien sugería que se colocaran con celo (diurex) en el marco del cristal o en el cristal mismo... Pero no había celo en la funeraria... Un rato después alguien trajo es-paradrapo (cinta adhesiva médica) para pegar las obras en el cristal, donde finalmente quedaron haciendo una especie de medio marco, con el cuerpo de PM al fondo, detrás del cristal. Era una ofrenda. Era también una exposición. La última exposición artís-tica de Pepe con su cuerpo presente. La manera, el cui-dado, el sentido con los que coloqué cada obra y todas en conjunto, eran los de una muestra artística. Y todo de forma espontánea, fluyendo... Mi sensación era que elalma de Pepe o al menos algunas partes de su alma aun estaban cerca, quizás viendo y disfrutando la escena. La

sala estaba cargada de energía artística y afectiva. Estaba cargada de disfrute, de una contenida celebración. Hará unas tres semanas, cuando Pepe todavía habla-ba con cierta coherencia, llegó a decirme: “ya no valgo nada”. Yo le respondí: “no, Pepe, eso no es así; nos dejas cosas muy valiosas e importantes...” El costado “WINNER” (GANADOR) de la medalla de “oro” debía estar a la vista, sin duda. Y por todo esto que pasó hoy estoy conmocionado (en el mejor sentido). Arte hasta el final.

llenándose de mugre. Hasta que decidí volver a realizar “una ceremonia de premiación” y en una sesión indivi-dual le colgué un recambio nuevo y le hice una foto. Y pasaron más y más meses y tuve que renovar de nuevo la medalla, pues aquella ya estaba gastada y sucia. Aquél sencillo acto de la clown “Audi” perduró en el tiempo... hasta el final. Hoy llevaba conmigo el cuarto recambio. Los familiares de Pepe, creativos y entusiastas, decidie-ron que esa medalla debía quedarse con él. Le propusimos al hombre de la funeraria que se la col-gara a Pepe. Pero nos dijo que no era conveniente por la rigidez del cuerpo. Entonces decidimos ponérsela en el pecho, sobre el corazón. “¿Y de qué lado se la pone-mos?”, nos preguntó el trabajador funerario. Sugerí que del lado que decía “WINNER” (GANADOR). Y así se la puso poco después. Porque para mí Pepe fue un “ganador”. Por su en-tereza, por lo que conocí de su trabajo duro, durísimo, en el campo, segando trigo a mano; o cavando cuevas o rompiendo piedra en una cantera; o construyendo casas y edificios en Cataluña con sus manos andaluzas.Y por su espíritu. Por su espíritu inconformista y activo. A veces me decía: “yo no quiero estar como todos estos viejos que nada más duermen sin hacer nada... solamen-te duermen y comen...” Y reíamos los dos. Pepe fue un ganador porque a pesar de su increíble fortaleza interior –pienso muy a menudo en él como si fuera una roca-, era

l Observatorio de Estudio de las Artes Expresivas es un espacio de encuentro e investigación prác-

tica entre profesionales de las artes expresivas, donde se trabaja vivencialmente para profundizar en el método arteterapéutico. Segunda sesión del Observatorio de Estudio de las Artes Expresivas: Hoy, en la ciudad de Terrassa, los miembros del obser-vatorio nos adentramos en los conceptos y enfoques de la “Lógica de los Sentidos y Sentido de la Lógica”, ambos presentes en el trabajo arteterapéutico. Formamos el Observatorio Edmundo Santos, Alba To-rres, Esther Pardo, Jorge Prats y yo misma, Mireia Ayats, que en esta ocasión soy la coordinadora de la sesión. Sentimientos de ilusión y vibraciones extrañas en la barriga me han acompañado en los últimos días prepa-rando nuestra sesión. Encuentro en algunos textos definiciones de sentido, percepción, sinestesia, estética y lógica, mezclándose con cálidos recuerdos de aquellas clases de filosofía de hace años en el instituto... Esas ansias adolescentes de saber más y más..., ese placer que sentía por conocer cómo la humanidad había ido construyendo el pensa-miento con tan diversas formas... ¿hasta qué punto eran vivenciados por mi cuerpo, por mis sentidos? o... ¿se que-daban sólo en mi mente? Quizá el adentrarnos en nuestras lógicas y nuestros sentidos me traería una o más respuestas a mi pregunta. En primer lugar, la lógica de los SENTIDOS es una

Arturo Solari, de origen mexicano, es artista plástico, arteterapeuta y educador social. Graduado de la 1ª Promoción de la Formación en Arteterapia Transdis-ciplinaria de ISPA (Barcelona), es parte de su actual equipo, trabajando como supervisor y tutor de tesinas. Es arteterapeuta en una Residencia Geriátrica. Desde hace años estudia la Ecopsicología y experimenta de forma personal y profesional con el entorno natural. Su e-mail es: [email protected]

De sentidos y lógicas

lógica no racional, no cerebral, sino corporal. En el cuer-po experimentamos las sensaciones a través de nuestros sentidos: el tacto, la vista, el oído, el olfato y el gusto (y podríamos añadir la intuición como sexto sentido), los cuales nos permiten percibir y, por lo tanto, conocer. Los sentidos, por su propia naturaleza, tienen una lógica muy diferente de la lógica racional, tienen sus propias reglas, una manera de funcionar exclusiva. La palabra “sentir” deriva del latín “sentire” que originalmente significaba oír, y que luego pasó a representar la percepción de todos los sentidos. A través de los sentidos recibimos los estímulos produciendo la sensación. Artistas como Cezánne o Ba-con reivindicaban “la sensación” y, por lo tanto, la lógica de los sentidos, en sus procesos de creación. Por ejem-plo, Cézanne hablaba de “pintar la sensación” cuando reclamaba no interrumpir la lógica de los sentidos por la lógica del cerebro a la hora de pintar. Por otro lado, el sentido de la lógica se fundamenta en la LÓGICA (del griego logos, “palabra, pensamiento, idea, argumento, explicación, razón o principio”). Tradi-cionalmente la lógica ha estudiado los sistemas de razo-namiento correctos, surgiendo con Aristóteles (s.IV a.C.) la preocupación por la corrección de la argumentación en la tradición filosófica occidental. La lógica aristotélica se basa en el principio de identidad que afirma que A es A, el principio de no-contradicción (A no es no A) y el principio del tercero excluido (A no puede ser A y no A, tampoco A ni no A). Esta lógica, pese a que está tan hondamente arraigada

Por Mireia Ayats

E

d10 d11

Un dibujo de Pepe expuesto en una biblioteca.

Pepe con medalla.

Tela

(Texto escrito un día de noviembre de 2013).

Page 7: uen - iatba.org

en nuestros hábitos de pensamiento, fue y ha sido objeto de numerosas críticas respeto a la noción simplificada del principio de la no-contradicción, por ejemplo con He-gel, Leibniz, Nietzsche o Bacon. Existe, por ejemplo, la llamada lógica paradójica, completamente diferente, que supone que A y no-A no se excluyen mutuamente como predicados de X. Decía Heráclito que «Nos bañamos en el mismo río y, sin embargo, no en el mismo; somos nosotros y no somos nosotros».

La LÓGICA DE LOS SENTIDOS y el SENTIDO DE LA LÓGICA se sitúan en los extremos de una polaridad, continuum o dimensión sobre cómo las personas perci-bimos, experimentamos y elaboramos la realidad. Entre estos extremos aparecen todo un sinfín de puntos inter-medios que combinan, en mayor o menor medida, estas dos formas de aprehender la realidad, estas dos puertas complementarias que nos abren al mundo para sentirlo, comprenderlo y poder interactuar con él. Según en qué punto nos situemos de este continuum, nos encontrare-mos más cerca de lo sensitivo o más cerca de la lógica racional.

Nuestra sesión del observatorio¿Cómo explorar y poder profundizar vivencialmente estos dos polos? Un par de semanas antes de la sesión, mientras prepa-raba nuestro viaje por los sentidos y las lógicas, les pedí a mis compañeros traer un objeto cualquiera del que se pudieran desprender para la sesión. Podía ser un objeto cotidiano, algo de la naturaleza, alguna obra de arte... o lo que quisieran.

Encuentro – inicio de la sesiónInvito a mis compañeros a encontrarse con el espacio y con el ahora. Tienen sus objetos bien guardados, sin mostrarlos al resto. Les doy folios y cada uno escribe una pequeña descripción de su objeto atendiendo a las ca-racterísticas esenciales, con pocos detalles. Les pido que guarden también sus descripciones. En sus caras veo expresiones de expectación y curio-sidad. En mi interior, ilusión, confianza y un cierto nervio-sismo. Me pregunto cómo lo estarán recibiendo.

Calentando cuerposPrimero sentimos el cuerpo, nos permitimos hacer los movimientos que necesitamos (nos estiramos...), respi-ramos, dejamos ir tensiones... Aaaahhh.... Seguimos con el “tres pasos y parar”: les invito a ca-minar 3 pasos en la misma dirección y parar, entonces cerramos los ojos un momento, respiramos y sentimos cómo estamos. Continuamos con tres pasos más, que podemos hacer en la misma dirección u otra, como que-ramos, y volvemos a parar. ¿Cómo tenemos el cuerpo?

¿Alguna parte de él se nos hace más presente? ¿Qué emoción aparece? ¿Sentimos las palpitaciones de nues-tro corazón? ¿U otros sonidos exteriores?... De esta forma vamos combinando la lógica racional (los pasos) con lo sensitivo (respirar y sentir el cuerpo). Después, en parejas y con una luz tenue, despertamos la escucha y la comunicación con el otro a través de un contacto sutil con las manos. Cara a cara y con los ojos cerrados, las manos se van encontrando suavemente y vamos escuchando las sensaciones y emociones que aparecen. A los pocos minutos las manos se despiden y se separan lentamente, escuchando la diferencia. Poco a poco, vamos entrando en el mundo del cuerpo, los senti-dos y la imaginación.

DescentrándonosEn el centro del espacio, una tela de colores. Debajo de ella cada uno pone su objeto, sin mirar los de los demás. Les bendo los ojos con un pañuelo y se sientan en círculo alrededor de la tela.En este momento empieza el viaje. Un viaje a un sitio que desean descubrir. Anulando el sentido de la vista, otro mundo se ilumi-na. Les invito a explorar este mundo manipulando los objetos, en silencio y con sus otros sentidos. Y en esta exploración les veo jugando, atreviéndose, por momentos los cuerpos buscan el contacto. Aparecen risas y caras de sorpresa. ¡Es un regalo verles con tanta entrega y confianza! Más tarde cada uno se queda con uno de los obje-tos (que no sea el suyo) para explorarlo con más profun-didad. ¿Qué me evoca? ¿Cómo es? ¿Qué detalles tiene? ¿Cómo me siento con él? Al cabo de unos minutos, les indico dejar los objetos otra vez debajo de la tela y, seguidamente, destaparse los ojos para pintar el viaje que han hecho o una parte de él. Les ofrezco ceras de colores y papeles para hacerlo. Al acabar le ponen un título y muestran sus dibujos a los compañeros.

Recogiendo frutosRecuperamos las hojas con las descripciones de los objetos y cada uno lee la que había escrito al inicio de la sesión. Nos preguntamos: ¿Qué me aporta ahora la des-cripción? ¿Conecta con las sensaciones que he tenido con el objeto sin el sentido de la vista? ¿Hay algo que me sorprenda?... Comentamos el contraste vivido entre la descripción del objeto y las sensaciones experimentadas durante su viaje con los ojos tapados. El sentido de la lógica, que en este caso toma la forma de una descripción escrita del objeto, complementa a la lógica de los sentidos, es decir, las sensaciones e imáge-nes que hemos vivido durante el viaje de la experiencia sensitiva.

Compartiendo y resonandoAl final de la sesión compartimos las experiencias y va-mos construyendo nuevas relaciones, nuevas significa-ciones y reflexiones entorno a la lógica de los sentidos

y el sentido de la lógica. Desde nuestra formación en arteterapia y nuestra experiencia como arteterapeutas y como pacientes, ¿qué implicaciones conllevan estos con-ceptos? Llegamos a la conclusión de que la lógica de los sen-tidos y el sentido de la lógica son dos maneras de apre-hender la realidad que se complementan. Siempre están operando las dos al mismo tiempo, aunque frecuente-mente una de ellas predomina sobre la otra. La experiencia sensitiva con los ojos cerrados ayu-da a descentrar, a hacer un viaje fuera de lo cotidiano para abrirse a otras imágenes, asociaciones, sensacio-nes. La vista está muy asociada a la lógica más racional, a lo conocido, a lo que da seguridad. Por ejemplo, una conversación con los ojos cerrados seguro que sería muy diferente. La experiencia sensitiva también ayuda a mul-tiplicar imágenes y activa la memoria corporal: durante el descentramiento, unos han viajado a la selva, otros a la India, aparecen sonidos del trabajo, de repente la pareja que no está aquí sí está... La activación sensorial con los objetos que ha ocurri-do en la sesión ha sido similar al trabajo que realiza la artista plástica Lygia Clark con los “objetos relacionales”, con los cuales ayuda a constituir una experiencia corpó-rea y participante en la creación del lenguaje artístico, e intenta superar la dicotomía sujeto-objeto. Tenemos claro que la experiencia sensitiva siempre es subjetiva, pero... ¿y la lógica? ¿Qué relación tiene con lo subjetivo? Hablamos de que la lógica es como un senti-do más que se despierta y que apela a una subjetividad compartida por la comunidad; por lo tanto, tiene también su propio carácter subjetivo. A partir de este plantea-miento nos preguntamos cuánto en nuestros conceptos es mental y cuánto es de experiencia sensitiva. Centrándonos en la terapia, lo sensitivo ocupa una parte importante del proceso entre paciente y terapeuta: sensaciones corporales y emociones se hacen presen

tes, siendo imprescindibles tanto para la existencia del vínculo terapéutico entre ellos dos, como para la toma de consciencia del paciente y la autointerrogación/auto-cuestionamiento. En el diálogo con la obra, por ejemplo, a partir de los detalles de su creación el paciente puede llegar a un insight significativo sobre algo de su vida. Es importante tener en cuenta qué sentido de la lógica utilizan tanto el paciente como el terapeuta. ¿Qué lógica parece utilizar el paciente? Y yo como terapeuta, ¿desde qué lógica escucho al paciente? ¿Cuál es mi tendencia natural: estar con el sentido de la lógica, o con la lógica de los sentidos? Es importante tenerlo en cuenta para po-der complementar nuestra tendencia natural con esa otra que nos aparece menos, prestando especial atención a la integración entre los dos enfoques. En nuestra sociedad estamos educados en el sentido de la lógica aristotélica excluyente (“o esto o lo otro”), por lo que en general vemos nuestros contrastes internos como contradicciones incómodas a evitar. Esto llega a ser una fuente de importante malestar así como un peligro cuando somos terapeutas, pues nos será muy difícil com-prender y aceptar los polos opuestos que veamos en el paciente. En cambio, en arteterapia utilizamos una lógica inclu-yente (“esto y lo otro también”), una lógica que Casto-riadis llama magmática3, la cual nos permite acoger la contradicción y la confusión, de forma análoga al arte, que cual integra tanto la razón como los sentidos En resumen, podemos decir que en el trabajo arte-terapéutico es necesaria la INTEGRACIÓN de los dos enfoques explorados: cuando nos centramos en la lógi-ca, incorporamos los sentidos; y cuando nos centramos en los sentidos, incorporamos la lógica. De esta manera nos abrimos a diferentes fuentes y tipos de información (conceptos mentales, sensaciones, emociones, recuer-dos activados, el aquí y el ahora, etc.), enriqueciendo el conocimiento que se va creando.

d 12d 13

Poco a poco, vamos entrando en el mundo del cuerpo, los sentidos y la imaginación.

Page 8: uen - iatba.org

Mireia Ayats es Psicóloga Clínica Infanto-Juvenil y es graduada de la octava edición de la Formación en Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano de ISPA. Ac-tualmente trabaja como psicóloga clínica y arteterapeuta en un centro de atención primaria en Terrassa atendiendo a niños/as, adolescentes y sus familias. Colabora con la asociación APDAH de Terrassa en grupos de niños diagnosticados de TDAH y sus familias, y por su cuenta trabaja también como arteterapeuta y psicóloga a nivel [email protected]

Sentido de la lógica-Tiende a centrar -Da dirección -Entendimiento mental -Activación del conocimiento -Activa la memoria verbal -más consciente -Relación con lo molar, holístico -Incluye conocimientos nos hacen identificar, nombrar Lógica de los sentidos -Tiende a descentrarI -Da amplitud N -Activación del conocimiento T sensible, multiplica imágenesE -Activa la memoria corporal, G -menos conscienteR -Relación con lo molecular, el A detalleC -Registro corporal sin pasar por culturales que I la lógica racional Ó -Da información fenomenológica N (aquí y ahora)

Resonancia poética a la sesiónLabios se mueveny ojos se miran.Palabras atraviesan la salaempujadas por suaves movimientos de manos.Se habla de lógica,palabra esdrújula.Se habla de sentidosy se sienten palabras.¿Qué puertas nos comunicancon el mundo?Imagino puertas giratorias,siempre algo mío afuera,un poco del mundo en mí.

Esther Pardo

Ahora lo veía claro: mi avidez adolescente por saber, comprender, conocer..., estaba también en mi cuerpo, sí. No provenía sólo de mi mente. En mi olfato y mis entra-ñas quedó registrado ese placer único que me producía el oler las páginas de los libros de texto, ese olor especial que hacía detener el tiempo (y me hace detenerlo aún)..., también hacer asociaciones entre lo que ya sabía y lo

nuevo que estaba aprendiento (placer exquisito...), o en mi corazón los elogios de la profesora que me pro-ducían una tímida sonrisa y me ayudaban a reconocerme un poco más. No obstante, la mayor parte de lo que aprendí en el instituto provenía mucho más del sentido de la lógica que de la lógica de los sentidos, quedando éstos relegados a un segundo plano. Afortunadamente y a pesar de las herencias educativas que traigo (y traemos), una puede aprender a desenpol-var las puertas de los sentidos, darles su lugar y confiar más en ellos integrándolos con la lógica mental.

(Texto escrito un día de noviembre de 2013).

Todos te conocemos por tus módulos y talleres de danza, pero lo que quizá muchos alumnos y graduados no sepan es que fuiste una de las personas clave a la hora de ayudar a nacer a nuestra formación en Barcelona. ¿Nos puedes contar lo que recuerdas de aquellos momentos en que tú y Mercedes Gysin empezásteis a impartir los primeros intro-ductorios de la formación en Arte Terapia Transdisciplina-ria para el Desarrollo Humano en ISPA?Sí, me acuerdo de aquel verano en la EGS. El año an-terior habíamos tenido un grupo de refugiados de la ex-Yugoslavia en Saas Fee. Habían venido de vacaciones. Aprovechamos la ocasión para hacer un trabajo comu-nitario con ellos. Les gustó tanto a niños y adultos que acordamos organizar otro encuentro y dedicar una jorna-da entera a hacer un trabajo comunitario de este tipo. Los refugiados asistían a una escuela no muy lejos de Zurich. Acordada la fecha, fui allí con un grupo de unos ocho es-tudiantes de ISIS (Instituto de Arte Terapia Transdiscipli-naria en Zurich). Entre alumnos y profesores formaban, como mínimo, un grupo de 30 personas. Los dividimos en varios grupos y jugamos dentro y fuera con música y materiales, hicimos teatro de sombras y cantamos. En la preparación creamos una canción con el texto: “Mira, aquí hay un puente y este puente conduce hacia ti”. Queríamos que al final pudieran recordar este texto y en-tender qué significaba. Ese día grabamos un vídeo, que presenté el verano siguiente en Saas Fee. Precisamente por esas fechas Mercedes había venido con Albert Grau a Saas Fee para hablar sobre cómo iniciar una formación en Arteterapia en Barcelona.Al señor Grau le impresionó mucho este vídeo y quiso que yo también estuviese en el proyecto. Mercedes pre-guntó a Paolo Knill si él podía ayudar en la fundación de la formación en Barcelona. Paolo le dijo a Mercedes que en aquel momento no podía por falta de tiempo y la dirigió hacia mí. En aquel momento yo acababa de ser

nombrada directora del ISIS y tenía los conocimientos y la visión general necesarios para organizar y construir una escuela. Así es como nos conocimos con Mercedes. Fue una afortunada coincidencia, ya que nos convertimos en grandes amigas. Fue la base para nuestro trabajo futuro, lleno de mucha alegría, ternura y ligereza. Discutimos to-dos los puntos: ¿Qué número de participantes sería nece-sario? ¿Cuántos apuntes eran necesarios? ¿Cómo regular las ausencias? ¿Qué condiciones exigíamos para entrar? Finalmente hicimos el primer introductorio y al acabar, todos los participantes querían empezar la formación. Se abrió una flor maravillosa en el espacio de ISPA. Los par-ticipantes y nosotras dos estábamos radiantes de felici-dad, fue un comienzo fulminante. Desde entonces vengo a Barcelona de una a tres veces cada año para dar el módulo de Danzaterapia Interdis-ciplinaria y cada vez siento la alegría de la primera vez.

¿Qué sientes ahora cuando ves cómo se ha desarrollado aquél proyecto inicial?Cuando hoy en día me acuerdo del principio, me siento llena de satisfacción y agradecimiento si pienso en el tra-bajo tan bello y lleno de sentido que pudimos iniciar y en la flor en la que se ha convertido.Me siento llena de respeto y admiración hacia Mercedes y su equipo por el resultado de su trabajo. Cuando veo las tesis en la estantería de ISPA me doy cuenta del va-lioso trabajo que se ha realizado. Una cosa es fundar una escuela, pero conseguir que esta escuela tenga buena fama es una prueba de su buena salud. Hemos pasado muchas horas hablando sobre posibles mejoras o cam-bios y también sobre momentos difíciles y temas compli-cados. Pero ha valido la pena, ya que ahora todos llevan dentro una parte de este regalo y lo pueden ofrecer a otras personas. Gracias, Mercedes, por tu amistad y el largo trabajo

Danzando la poesía del serEva Bischofberger

Eva Bischofberger tiene una larga trayectoria como terapeuta, docente y directora en distin-tas instituciones de Suiza, Finlandia y Barce-lona. En sus módulos y talleres transmite una gran presencia, derivada tanto de una mirada brillante, alegre y profunda como también de un potente y sutil cuerpo que comunica sin pala-bras. Pero en este Duende queríamos conocerla precisamente a través de las palabras. Con una gran sinceridad, Eva nos habla aquí, entre otras cosas, de su historia con la danza como camino hacia el encuentro de sí misma. Descubre cada día como la danza hace emerger la poesía del ser en ella y en las personas con las que tra-baja. Y afirma: “cuando danzo, soy completa”.

La entrevista

d 14d 15

Un poco del mundo en mí.

Page 9: uen - iatba.org

d16 d17

conjunto. Que la directora de un instituto se tome tiem-po para traducir a una docente no es obvio en absoluto. Sólo una persona como Mercedes puede actuar desde esa naturalidad.

¿Nos podrías contar tu historia con el movimiento y el arte? ¿Cómo fue tu encuentro y tu camino con la danza?¿Y cómo es hoy en día esta relación?Es una larga historia. No sé de dónde vino el deseo, pero yo quería bailar. Ya de pequeña no paraba de decírselo a mi madre. Quería hacer ballet, pero no me dejaban. Aún me puedo ver con la nariz aplastada contra las ven-tanas del gimnasio, donde las jóvenes muchachas del lugar recibían clases de una mujer vestida de bailarina. Veía como esas muchachas hacían los movimientos a re-gañadientes. ¡Con qué ganas me habría cambiado por ellas! Más adelante, cuando tuve un poco de dinero, fui a mi primera clase de ballet precisamente con esa mujer. Danza clásica y Jazz. Acababa de cumplir 16 años. Me encontraba fea e indigna de ser amada. Aún recuerdo exactamente el momento en que vi mis pies en el espe-jo y pensé que era asombroso que una persona tan fea como yo pudiera hacer unos movimientos tan bellos. Mi profesora de danza no tenía ni idea de mis pensamientos. Fui consciente de que ella entendía el movimiento de otra manera a la que yo lo sentía. Para ella era “mostrar algo”. Para mí era dar forma a un sentimiento propio, que tenía que ver con quién era yo. Fue el principio de un largo viaje. Siempre me han preguntado si yo quería ser bailarina. Yo quería ser maestra. Animaba a mis alumnos a bailar cuando cantaban, por ejemplo, o en el gimnasio y así descubrí que el contacto nos hace libres. Cuando jugaba con los niños en el gimnasio les tocaba y los llevaba como una madre mono por todas partes. Después se mostra-ban más abiertos en clase. Incluso podían calcular mejor o intervenir en clase cuando antes permanecían senta-dos y callados. Me interesó la relación entre el pensar y el sentir, en qué medida el desarrollo de la personalidad

tiene que ver con la corporalidad. Paralelamente a mis descubrimientos, naturalmente, seguía bailando cada semana en cualquier escuela algún que otro método de danza. La curiosidad me empujó a dar otro paso y descubrí la posibilidad de aprender una profesión recién creada: la Psicomotricidad. Es una terapia del movimiento a partir del juego. Se estructura según la evolución motriz infan-til y actúa sobre los déficits o fallos evolutivos. Entonces pude experimentar cómo el desarrollo de las facultades y experiencias corporales tienen efectos directos sobre la personalidad. Entender a los niños a partir del movimien-to y del juego con el cuerpo fue para mí como empezar

otra vez. A menudo me daba cuenta de que mientras jugaba con los niños también me estaba haciendo terapia a mí misma. Experimentar el mundo a través del cuerpo es diferente a intentar entender el mundo a través del pensamiento. Intuí algo sobre el origen de la libertad y la posibilidad de desarrollar el pensamiento y la creatividad propios. Estas ideas no se nos dieron de forma teórica. Se me revelaron durante el trabajo. Dentro de la Formación de Terapia Psicomotriz tuve la suerte de conocer a Trudi Schoop. Nos daba clases de Danzaterapia. Así conocí a la mujer que entendía la danza y el movimiento como ex-presión del ser interior. La había encontrado. Nos enten-dimos muy bien. Aunque Trudi era 50 años mayor que yo, nos convertimos en amigas y empezó así una larga colaboración: me permitía realizar la segunda parte de sus talleres. Me dio su total confianza: “haz lo que sientas adecuado con la gente, irá bien.” Así fueron mis primeros intentos de coordinar un curso. Se convirtió en una pa-sión. En esta época adoraba la danza africana, con esa intensidad y esa implicación total del cuerpo. Combinaba movimientos con sonidos. A veces era realmente salvaje y cansado para los participantes de los cursos. Pero tenía que ser así. A veces me parecía que aún tendría que luchar contra obstáculos gigantes y superar bosques y montañas durante años. En el plano de la danza esto se transformaba en vitalidad y me daba la agradable sensa-ción de estar viva. En esa época empecé con dos grupos de danza en Zu-rich, en los que danzábamos y dibujábamos después en grandes láminas de papel. Acababa de cumplir 30 años. Estos grupos de danza continúan existiendo hoy. A los 33 años viajé a Estados Unidos para visitar a Trudi. Pasamos un mes juntas, hablamos de danza y no sólo de danza: ¿Qué empuja tu forma de caminar? ¿Qué pasa cuando te giras? ¿Cómo has bailado tu dolor? ¿De qué forma has ex-presado tu dolor? ¿Qué ha pasado en tu cuerpo? ¿De qué manera lo entiendes? ¿Cambia algo en tu pensamiento? ¿Cómo era esto cuando empezaste a dar clases? ¿Es posi-ble crecer sin dolor? ¿Puede el ser humano ser completo? ¿Cuándo te has sentido completa? ¿Por qué las personas se bloquean a sí mismas? ¿Por qué parece que el miedo es una chaqueta para esconderse? ¿Lo queremos cons-cientemente o no sabemos hacer otra cosa? Intercam-

biamos todas estas preguntas y vivencias. Aún hoy estoy enormemente agradecida de haber conocido un ser hu-mano tan abierto, libre, afectuoso y valiente como Trudi. Ella es aún mi gran inspiración. Como estaba en Estados Unidos fui a visitar a Anna Halprin a San Francisco y bailé un mes con ella en el bosque y el mar californianos. Ella inspiró mi trabajo en la naturaleza.Cuando regresé de Estados Unidos me puse por mi cuenta a trabajar con grupos de danza y trabajo corporal. Cada año desde entonces dirijo varios talleres: “Danza en la Naturaleza”, “Una fiesta para cada Estación del Año”, “Danzas y cuentos”. Al poco tiempo conocí a Paolo Knill, que me introdujo en el ISIS. Entonces pude desarrollar mi trabajo y conectarlo con ideas del campo de la psicología. ¿Cómo se podría transmitir la evolución del movimiento en forma de dan-za? ¿Cómo podría yo transmitir la presencia en el cuerpo? ¿Cómo podía conseguir convertir el concepto de los lími-tes del cuerpo en una experiencia? ¿Qué elementos se necesitan trabajar como base de una formación? Pude intentar responder muchas preguntas, todas a través de la danza y el movimiento. La danza hace emerger el mo-vimiento y la poesía del ser. Y esto era lo que yo trataba. Conmigo misma y con las personas con las que trabaja-ba: encontrarme en mi poesía del ser. Así lo nombraba en

mis cursos: cuando danzo soy completa. Entonces estoy en un espacio impregnado por la alegría del florecer. Y en cada momento percibo y siento mis movimientos en el abrirme y estirarme, movimientos que explican desde la alegría sin palabras el vivir, el sentir, el estar conectado con el Río de la Vida. A menudo regreso a casa con poco más equipaje que mi tambor sintiéndome feliz de pensar que necesitamos tan poco material, sólo nosotros mis-mos, para avanzar y encontrarnos. En la palabra danza se mecen juntos sueños, diversión, recuerdos encarnados y una gran sonrisa. Nunca olvidaré la imagen de cuando fui a “La Paloma”, la vieja sala de baile de Barcelona, y observé una pareja mayor. Él iba con bastón, pero al entrar en la sala lo dejó, se incorporó, abrazó a su mujer con cuidado y se entre-gó a una danza de ensueño con su pareja. Esta imagen permanece dentro de mí para siempre y de forma muy íntima conectada con la danza. Un amor así es lo que siento yo con la danza, un amor a la vida.

Muchas veces has hablado de salir del espacio de la rea-lidad, ya conocido, y entrar en el espacio del arte, donde todo puede pasar y sorprendernos. En este sentido, ¿Pue-des compartir algunos momentos o vivencias especiales a partir de trabajar así con el movimiento?Cuando pienso en mi día a día como terapeuta, sólo hay

sorpresas. En cada hora experimento que la magia es po-sible cuando pongo la cuerda en el suelo y digo: “esto es el escenario. Aquí pasa lo que tiene que pasar y cuando atravieses esta línea estás en otro mundo.” Cuando la pa-ciente prepara el escenario, quizá poniendo un pañuelo en el suelo, tal vez en el centro del escenario, y me pide que la acompañe con el tambor, entonces se empieza a crear una atmósfera muy especial. Estamos las dos den-tro de este Devenir. Nuestra presencia es importante y determina la cualidad de la atmósfera. Y cuando empie-zan los movimientos, las dos estamos en el Espacio de lo Especial. Mi tambor sintoniza totalmente con sus mo-vimientos y su expresión. Yo misma soy como la persona que danza, totalmente aquí y sólo aquí. Cada momento se construye sobre el anterior y se origina una pieza de danza que nos sorprende a las dos. Las dos, bailarina y acompañante, sentimos cuando ocurren los momentos especiales. Nos lo contamos entre nosotras cuando las dos volvemos al otro lado de la línea y miramos el espacio de la danza. Estos momentos son tan íntimos, verdaderos y sentidos como un sueño, y traen consigo informaciones importantes. A menudo estos movimientos se convierten en medicina, y es por eso que aconsejo a mis pacientes de repetirlos una y otra vez, ya que son como puertas abiertas para lo nuevo que quiere entrar en nuestra vida.

Experimentar el mundo a través del cuerpo es diferente a intentar en-tender el mundo a través del pensa-miento.

En Estados Unidos fui a visitar a Anna Halprin a San Francisco y bai-lé un mes con ella en el bosque y el mar californianos.

Page 10: uen - iatba.org

d18 d19

Hace poco contactó conmigo una mujer para hacer una sesión. Quería, según sus palabras, “bailar su vida”. Después de contarme su historia, preparamos el escena-rio y bailó. Simplemente así, sin ningún propósito. Tenía que ser lo Nuevo, lo que el cuerpo quería explicar. Y ella bailó con unos sentimientos totalmente diferentes, me mostró con su cuerpo que era más que su historia, que escondía aún fortalezas, temas y contenidos que no ha-bían sido verbalizados en su historia de vida. Unas sema-nas más tarde me contó que se habían movido y aclarado muchos temas en su vida y que aún se estaba nutriendo de su danza. Esto me inspiró a bailar mi propia historia. Con una amiga organizamos el día: el escenario, el transcurso y acordamos la forma de acompañamiento. Y entonces viví en mi propio cuerpo lo maravillosa que es la magia de este trabajo: mi danza fue una reconciliación con el tema “Madre”, con los sentimientos maternos que estaban allí, y los que no estaban allí, que me faltaban, que añoraba. Fui madre, hija, me convertí en adolescente, me pude liberar. Semanas después aún siento el regalo de esa danza: como si algo se hubiera puesto en su sitio. Y des

de ese lugar el día a día es diferente, los pensamientos son diferentes, los pasos son diferentes. Fui consciente de lo profundo y efectivo que puede ser nuestro trabajo. De qué manera tan mágica puede actuar sobre nosotros el Espacio del Arte, de qué manera tan intensa pueden tener efecto los nuevos órdenes que creamos.

Has trabajado en muchos países y has podido experimen-tar cómo nos movemos seres de distintas culturas, paisa-jes, historias... ¿Qué hay de común y qué hay de particular a la hora de explorar el movimiento en los distintos países donde has realizado tus talleres?En todas partes existe la fascinación por la danza, aun-que de distintas formas. En Dinamarca me chocó que en las performances finales dieran por supuesto que que-rían danzar desnudos en la naturaleza, a pesar de que el día era frío y poco soleado. Tampoco olvidaré el día que

pregunté a los estudiantes de Barcelona qué querían danzar y me respondieron: un beso. Ningún grupo hasta entonces había querido danzar un beso. Lo realizaron co-locados en dos líneas, cada una de ellas representando un labio y se encontraron. La afectuosidad de los españoles me ha fascinado des-de el principio. Este es seguramente uno de los motivos por los que desde hace 12 años cada vez hago la male-ta con tanta alegría para ir a Barcelona. Además quiero agradecer todas las preciosas reflexiones que me han llegado de parte de los estudiantes a través de Mercedes después de cada módulo. Hoy, en 2013, las puedo leer y entender. Y me sabe muy mal no haber podido con-testarlas nunca personalmente. Son un gran regalo y me conmueven profundamente.

Para terminar, nos gustaría mucho que compartieras con nosotros una imagen, poema o historia que nos inspirara a bailar.Me gustaría recordaros una frase de San Agustín: “Apren-de a bailar, hombre, que si no los Dioses en el Cielo no saben qué hacer contigo”. Para mí la danza es un ensayo del Paraíso, de la libertad y la ligereza del Ser. Como una hoja que tiembla en la rama, como una ola del mar que se une a las otras olas, como un pájaro que juega con el viento en el cielo. Es así como me gustaría unirme al mundo, con todo mi ser, en una gran danza.

Para mí la danza es un ensayo del Paraíso, de la libertad y la ligereza del Ser.

En estas páginas, el “Duende” presenta a dos artistas de dos diferentes artes: el arte de la poesía y el arte de la fotografía. ¿Cuántas imágenes nos puede brindar un poema? ¿Y cuánto sentido poético nos puede provocar una fotografía? Así, hemos decidido que sería una buena idea acompañar los poemas de José Antonio Trujillo con imágenes realizadas por Roberto Solari.

José Antonio Trujillo sabe del poder terapéutico, transfor-mador y liberador de las palabras. No tenemos dudas de que el ejercicio de escribir lo ha llevado a “otros lugares”, en buena medida a lugares más sanos. Algunos de sus poemas nos recuerdan los postulados de la antipsiquia-tría, la cual difumina o derriba las diferencias entre psicó-logo/psiquiatra y paciente. El autor denuncia las etiquetas y los títulos, e incluso a veces invierte el rol de la cordura. Trujillo hace al lector cuestionarse sobre los sufrimientos y las posibilidades del ser humano defendiendo el papel del arte. Otras veces su mirada nos lleva al vacío, a la desesperanza, a un abismo que se dibuja en la más llana cotidianidad. En otras piezas no pierde la oportunidad de señalar punzantemente la sinrazón de muchas situacio-nes, conservando una militancia sociopolítica fiel al barrio donde vive y creció: el barrio obrero del Besòs en Barce-lona. Por todo ello, nos aventuramos a decir que Trujillo es un poeta que con “el taladro” de su poesía puede lle-gar a incomodarnos. Sin embargo, como si del vuelo de una mariposa se tratara, también nos lleva a un terreno

A dos manosPor José Antonio Trujillo, Roberto Solari

Sensibilidad vulnerada Tanta humanidad también duelecomo estar lejos de ella*

*como estar lejos de ella.

Marta Canellas

frágil, afectivo y sensible: el terreno de las emociones.Y así, nos sensibiliza. Su poesía entonces, al abrirnos a la intimidad, nos brinda luz. Por su verdad. Porque todo lo que nos dice es verdad. Incluimos aquí una selección de piezas extraídas de sus dos poemarios. Roberto Solari es un fotógrafo clásico. Es clásico en un doble sentido: en cuanto a la dimensión de su arte foto-gráfico y en cuanto a la técnica por él cultivada durante décadas: la fotografía convencional en blanco y negro. Sus fotografías son producto de otra época, una época –no tan distante- en la que no existían las cámaras digita-les. Cada imagen suya ha sido parte de un proceso artís-tico-artesanal-técnico. La irrupción de la fotografía digital ha supuesto un auténtico desafío para sus convicciones y maneras de hacer. En cuanto a su obra, se trata de una obra artística eminentemente basada en lo estético: com-posición, contraste, grano, claroscuro... Solari ha sido un fotógrafo libre en cuanto a la elección de los temas de sus imágenes. Se ha apartado de las conceptualizacio-nes apriorísticas o teóricas a las cuales acuden muchos autores de la fotografía actual. Consideramos que su fo-tografía permite la apertura hacia lo poético y lo metafó-rico, ofreciéndonos a través de las formas y los matices mensajes silenciosos, sugerentes y a veces enigmáticos. Dejamos pues que el lector “converse” con los poemas y las fotografías (que a su vez conversan entre sí en estas páginas).

Page 11: uen - iatba.org

d20 d21

Que no te importe Que no te importe si el versono llega nunca a ocupar portadasy su esencia escapaa la fugacidad de los tabloides.

Caló hondo en ti y eso es todo.El asombro ante el mundo y nada más.

Y una bicicleta que escapa de la prisa.Y una anciana que se ha convertido en ternura.Y el chofer enfadado con su sino.Y el niño que te hace creer en un futuro.

Para cuando llegue la muertetu corazón lo dio todo.

Si hueles mi miedo Si hueles mi miedono lo acorralesdéjalo libreque surque los mares.

La poesía es un arma No me dejaronllevarla poesía al manicomio.

Tenían miedo de que bailáramos skaentre cadáveres de batas blancas.

Page 12: uen - iatba.org

d22 d23

Roberto Solari es un fotógrafo chileno radicado en México. Estudió arquitectura y más adelante se dedicó a la docencia y la práctica de la fotografía. Ha participado en nume-rosos concursos de fotografía, siendo ganador de varios premios y menciones y ha presentado una treintena de exposiciones en varios países. Fue miembro fundador de dos clubes fotográficos. Se acaba de editar una versión especial de su libro “Fotovivencias”, que contiene obras suyas de los últimos 59 años. Actualmente está jubilado, aunque aun activo en el terreno de la creatividad.

José Antonio Trujillo nació y vive en Barcelona. Estudió las carreras de Sociología y Periodismo. Obtuvo un Máster en Creación Literaria. Ha trabajado para diversas publica-ciones y medios de comunicación. En 2004 publicó su primer poemario “Alambrada para un sueño” y ha escrito un segundo poemario titulado “La ventana encendida”, el cual actualmente prepara en una edición digital. Su e-mail es: [email protected]

Morirá tu esfinge(O la miseria de la psicología) Caerá una tunda de hielo para acallar la vergüenza de tu verbo.El grito afilado de tu arrogancia quedará mudo ya por siempre.Y si me preguntan si te vi, ya sabes: una larga lista de posiblesen la que no citaré la soga ni el puñal con que te quisearruinar el rostro y ahogar la frase fácil y el consejo absurdo.

Después pensaré en mi egoísmo pero no como un mal que me avergüence,pues en cada sesión tú me inculcasteque es gran virtud lamerse uno mismo las miserias.

Correrá la voz por las esquinas del desastrepara que el mundo sepa entre algodonesque la verdad del alma está en tu bocapor 100 euros la visita.

Entre vítores de sartenes anunciaré tu estafay te apearás del templo en que te escondes.

Mi celda He cogido cariño a mi celda,no por ser celdasino por ser mía.

La conozco. Habito en ella.Sé lo que tiene y lo que ha tenido.No miro más allá.

Como mucho cambio un cuadro,cualquier adorno. Por cambiarpero sin que nada cambie.

Si el recuerdo pudiera ser materiayo no sé qué seríami pasado. Una película francesa,tal vez.

Esta celda es para mí todo el universo.Hay muchos libros, comprados y robados.Les llamo “mis agujeros negros”en los que todo cobra otra dimensión.

Después está la calle.Apoyado en el cristal dejo a mis ojoslas horas pasar. Pienso en la genteque camina por el parque.Me imagino como una de esas hormigas.Cambiando de ropa como los árbolesmudan sus hojas.Niños que jueganen una infancia que yo ya he olvidado.

A veces añoro compañía.Viene mi madre. Hablamos.El pan cada día va más caro.

Entiendo mi soledad y por esohe acabado por querer con extrañezaesta celda. Mi celda.

Con todos sus abismos.

SMSred de personas tristes que deambulanbuscan personas tristes que deambulenpara sentirse fuertes y lo que surja

personas tristes que deambulan.

Page 13: uen - iatba.org

d24 d25

Espacios blancos

Vista desde fuera.

Vista desde fuera.

Por Claudia Navarrete lgo sucede y, desde el instante en que comienza a suceder, nada puede volver a ser lo mismo.

Algo sucede. O bien, algo no sucede. Un cuerpo se mue-ve. O bien, no se mueve. Y si se mueve, algo comienza a suceder. Y aun si no se mueve, algo comienza a suceder. Paul Auster Lo cotidiano en las aulas universitarias es la juven-tud. Encontrarse con el tedio y la desidia que corroe el sentido existencial no debiese ocurrir en el ámbito universitario, aunque sucede con frecuencia. Mi piel se eriza cuando el espacio vacío o lleno de nada induce a sumergirse en la indiferencia a poblaciones jóvenes, en plena vitalidad y tan vulnerables a modas. Participar de un proyecto educativo con universitarias y universitarios inmersos en un sistema privado privile-giado con una idiosincrasia desconocida incluye ciertas exigencias técnicas como también personales que llevan a interrogar: ¿De qué manera me hago parte de esto?. Pudiese formularse como un ejercicio de entrenamien-to didáctico donde sostener el acomodo y las propias celebraciones de los ya instituidos, del status quo que garantice la aprobación y reconocimiento social como puede haberlo hecho su itinerario escolar previo. Ese su-puesto derivaría en un ejercicio plano, deshumanizado y autómata de la práctica docente, destinado al fracaso formativo. La institución que alienta mi desempeño profesional en estos días, apuesta por deconstruir esa tendencia despersonalizada y desvinculante en la formación de profesionales. Sus egresados y egresadas suelen obtener muy buenos resultados en el mercado laboral y eso ad-mite sofisticar el proyecto educativo. Entre sus líneas de acción me han convocado a favorecer un training que, a mi parecer, desacomoda a sus estudiantes de entrada “pasan de tener un tiempo muerto a un espacio que

exige su plena presencia y vitalidad”: los pilla de sor-presa. Una ecuación de gestión docente que fortalece (como amerita a toda institución educativa que se digne) aprendizajes significativos y experiencias cargadas de sentido al alumnado. Entro a ocupar los espacios vacíos, no es una metá-fora. Mi figura profesional se avoca a dinamizar grupos cuando un docente no asiste, con la finalidad de favore-cer competencias transversales que aporten al desarrollo humano integral de estos futuros profesionales sin reque-rir ampliar la carga horaria. Así, trabajo aleatoriamente con toda la población universitaria dando talleres para fortalecer habilidades para la Vida: desde autonomía para tomar decisiones personales hacia el cómo interrogar el rol profesional y su sentido ético; o el cómo registrar mis pautas de comunicación no verbal y mejorarlas ha-cia cómo potenciar creativamente mis diferencias, entre otros. Poseo para ello tiempo, recursos plásticos y libertad de acción: lujos. Fundamentalmente una buena escucha grupal y mi valiosa caja de herramientas me permiten ir detectando cómo abordar estas temáticas. La metodolo-gía que utilizo se afirma tanto en la psicología grupal al elegir un dispositivo adecuado, como en la interrogación permanente sobre la obra, lo que resuena y eso tercero que emerge. Mi figura profesional es la de Docente Lanistae. Lo de Lanistae viene de la época romana, cuando la enseñanza de la esgrima estaba instituida, los Lanistae entrenaban

en estrategias, que permitían desenvolverse con mayor destreza en las batallas cotidianas de aquellos tiempos. Así fueron alimentando lo que conocemos como el circo romano. Siendo un entrenamiento para una batalla visi-ble, provocativa: espectáculo popular. Entonces recupero escenas de esgrima de films, que resuenan en mi imaginario como un ejercicio de sofistica-ción dialéctica, una danza gestual microcalculada y un compromiso corporal tenso, sobrealerta. Luego investigo. Eso históricamente masivo de la esgri-ma fueron sus inicios, la esgrima fue derivando con el tiempo en eso performático ligado al duelo de salón de tés y cricket, así potenciado persistió como un refinado training de exhibicionismo de fuerzas en clases altas. Para mí, tiene eso de desafío a la vez brutal y sutil, de estar alerta in situ en algo que parece delicado como una danza, de peligro inminente aunque silenciosamente encapsulado en blanco uniforme. Puedo asociarlo a un registro corporal defensivo ante un ataque que pudie-se desmontar todo en un sólo revés, des-cubriendo la identidad. Como analogía no es un estado de alarma que asocie con algún suceso cotidiano, mediato, explícito. Es más bien una lógica capturadora, hábilmente perversa y lenta hacia lo adormecido, un guiño de luces tenues, un giro de atrapasueños, que sin darnos cuenta pudiese apoderarse silenciosamente de algo íntimo. Creo que actualmente el sostenernos a veces ante una sociedad-circo que nos invisibiliza, excluye o desacredita por no llevar el camino modélico que se nos oferta como

garantía de reconocimiento social, exige de mucha estra-tegia y creatividad. Afortunadamente podemos resistir-nos en paralelo a esa promesa superflua de promoción social, si acogemos con cuidado y responsabilidad nues-tra participación en el mundo. Si creamos y perpetuamos espacios de bienestar con sentido que nos permitan aco-ger lo que somos, estamos del otro lado. El singularizarnos, agudizar nuestra lógica sensible e intuitivamente ir reconociendo nuestros límites, nuestra potencia, sombras y luces parece ser un camino despo-blado de reconocimiento y apoyo social /educativo en universidades. Fortalecer grupos activos, nutrir el tejido social e institucional con este espíritu puede ir generando que los emergentes reales y demandas colectivas cojan voz y forma, hagan eco. Hay una acepción de este training formativo Lanistae en la esgrima que lo define como “el aprendizaje en grupo de los movimientos básicos”, intento acoger con pulso y ganas esta idea cada vez que entra un nuevo grupo a mi aula. Aprendo de lo infinito y maravilloso que es encontrar esa diversidad latiendo y poder en flashazos sutiles reconocerla, mapear un estado de cosas y resonar con alguna actividad adecuada, sabiendo que son acon-tecimientos micropolíticos que me vinculan totalmente: cuando un movimiento grupal acoge el hecho de que que un cuerpo se suelte, una voz lánguida se despierta y una mirada cómplice nos sonríe. Un movimiento interno y secreto individual se redirige al grupo y dialoga. El grupo alfabetiza a quienes se prestan en cuerpo presente a ser parte, yo incluida. “El yo es un movimiento entre el gentío”, decía Hen-ri Michaux. Creo que el arteterapeuta procura visibilizar uno de esos movimientos íntimos del yo entre el gentío de yoes que nos habita y cuidarlo, mecerlo, restaurarlo y potenciarlo para su desarrollo. Mediante el miramiento de los procesos creativos y la apertura de un espacio po-tencial, se mueve todo, se muda de lugar y se transforma. Por último, la esgrima de salón exige como estrategia el tocar sin ser tocado, cosa que como arteterapeutas y fi-guras educativas pierde sentido, ya que la implicación humana del encuentro con el otro sólo ocurre desde una estética desnuda y firmemente sostenida en lo que pal-po y registro vivencialmente en el encuentro vibrátil, que permite el natural despliegue de lo sano y lo nuevo. Celebro esta oportunidad de aprendizaje y encuentro con este proyecto, vital y verde como los paisajes que fértiles y abundantes ocupan cada rincón de esta ciudad. Y así va yendo por aquí, creciendo mi árbol de la vida junto a tantos y frondosos compañeros.

Un abrazo a mi familia profesional,

A

Claudia Navarrete es psicóloga y graduada de la 6º edición de la Formación en Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano de ISPA. Ha sido colabora-dora docente, terapeuta y supervisora de dicha Formación y ha impartido talle-res en Chile, España y Bolivia. Actualmente es responsable del Proyecto Aula Lanistae en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra Bolivia ( UPSA). Su e-mail es: [email protected])

Page 14: uen - iatba.org

d26 d27

¿Qué es lo “que a Bahiana tem?”, así se expresa una música popular brasileña. La gran mezcla entre indígenas, africanos, europeos y asiáticos, ha aportado a Brasil un color que ya de por sí apunta una diferencia. Allí encontramos gente morena, parda, rubia, con ojos claros, verdes, azules, castaños... Individuos con fisonomía inglesa, japonesa, española, alemana, africana, pero que son todos brasileños. Es una mezcla que amplía el rol de las posibilidades y permite que la creatividad fluya por sí misma. Estos aspectos se reflejan en diferentes ámbitos como el estilo de vida, de expresión, de conocimiento, convivencia, actitud y mira-da. Están explícitos en el arte, tal como se retrata en las novelas de Jorge Amado, en la arquitectura de Niemeyer, en la poesía de Tom Jobin o en la música en general que comprende todo el país. Viviendo en Brasil no percibía la dimensión que abar-ca esta forma de vivir. La distancia amplía la mirada, tal como desde lo alto de la montaña es posible apreciar la amplitud del paisaje. Allá por ejemplo, por costumbre, el “menú cotidiano” es servir “platos combinados”. Es de-cir, una combinación equilibrada de diferentes alimentos en un mismo recipiente pero, donde cada uno mantiene su lugar y estilo propio. Aquí al contrario, lo más común es servir porciones distintas en un primer y un segundo plato. Esta metáfora ha sido un punto de referencia para entender de dónde venía y situarme aquí en España en un nuevo contexto cultural. El trabajo en el ámbito arteterapéutico que es desa-rrollado en el país también acompaña esta característica de “platos combinados”. Desde mi punto de vista, este “peculiar” estilo destaca en diversos aspectos. Entre ellos está la continua respiración del arte; la gran diversidad de vías expresivas; la libertad en poder combinar diferentes aspectos del arte, las terapias y la cultura; la frescura y la alegría en la práctica arteterapéutica. Además, está el inmenso y profundo viaje al mundo simbólico, cuya com-prensión es un punto primordial en nuestra profesión. Para comprender este estilo de trabajo es importan-te situar algunas referencias teóricas que lo conforman. Para ello, partimos de Freud y de Jung como parte de uno de los grandes marcos teóricos de influencia directa o in-directa en los diversos modelos terapéuticos. Si conside-ramos el sentido que ellos tenían sobre el arte, podemos decir que su definición traza por sí misma una manera de trabajar con el arteterapia (AT). Podemos observar mejor esta consideración a partir del siguiente cuadro:

En líneas generales, la influencia junguiana es muy fuerte en todo el país, aunque haya propuestas de for-mación con diferentes enfoques metodológicos. También otros investigadores marcaron su influencia y al mismo tiempo fueron precursores del AT en Brasil. Entre ellos destacan Ulysses Pernambucano en el inicio del siglo XX y Osório Cesar que en 1923, como estudiante, mantenía correspondencia con Freud. Ambos investigaron sobre el “arte de los alienados”. En el país, ellos son considera-dos pioneros del análisis de la expresión de los enfermos mentales. Destaca también la Dra. Nise da Silveira cuya labor es internacionalmente reconocida. Aunque su trabajo se enfocara en el campo de la terapia ocupacional, in-directamente ya en 1946 marcó el inicio del arteterapia en Brasil. Ella era alumna y amiga personal de Jung, lo que posibilitó a ambos el intercambio de experiencias. Su abundante investigación y preocupación en preservar las obras de los pacientes ante la sociedad, dio origen a la organización de un espacio respetado que reunie-se el trabajo desarrollado en los diversos talleres que se impartían en el hospital psiquiátrico. También con el fin de ofrecer las condiciones para que se investigaran las imágenes y los símbolos, fomentó el acompañamiento de la evolución de casos clínicos a través de la producción plástica espontánea. Este espacio, hoy conocido como “Museu do Inconsciente”, se encuentra en Río de Janei-ro y es una referencia mundial en la categoría de “Mu-seos de Art-Brut”. Todo este fomento de la producción plástica posibilitó que algunos pacientes produjeran obras estéticamente respetables, revelándose así personalidades artísticas como Arthur Bispo do Rosario, Emygdio y Fernando Di-niz.

como por ejemplo, un desbloqueo o la liberación de las constricciones habituales de sus respectivas estructuras psíquicas. Pequeñas o grandes bolsas de plástico, tela u otros tipos de materiales eran llenadas de aire, de agua, de arena o poliestireno; tubos de caucho, rollos de car-tón, trapos, medias, conchas, miel y otros muchos obje-tos inesperados se desparramaban en el espacio poético que creó en una habitación de su casa y que denomina-ba “consultorio”. Se trataba de los elementos de un “ri-tual iniciático” que ella instauró a lo largo de “sesiones” regulares con cada receptor. En su trayectoria, Lygia no ha dejado de revolucionar. Buscó superar los limites entre obra y vida, rechazó la or-todoxia del concretismo, instauró un nuevo movimiento, experimentó el body art, introdujo el arte plurisensorial y, viviendo en la frontera entre el psicoanálisis y la expresión artística, abdicó del propio rótulo de artista, exigiendo ser llamada “propositora”. El trabajo de Lygia es “visceral”, es un arte no para ser contemplado sino vivenciado. Ella estaba convencida de que revitalizando el campo del arte mediante las técnicas psicoterapéuticas, los individuos podrían reconducir su historia de vida. Con este pequeño recorrido podemos apreciar que la historia del arteterapia en Brasil viene de lejos. A lo largo de los años, otros investigadores han dejado sus huellas, han abierto senderos, han ofrecido sus descubrimientos sobre la magia del arte, consolidando así el marco teóri-co y las referencias para la práctica del arteterapia en el país.

Desde otros maresPor Inez Marçal

Arthur Bispo por ejemplo, es considerado “la cara de Brasil” por su espontaneidad. Fue una persona como otra cualquiera, que trabajó para vivir, sobrevivir y realizar sus objetivos. En la víspera de las Navidades de 1938, se despertó declarando haber recibido “la misión de Dios” de retratar el mundo hasta que llegara el Apocalipsis. Diagnosticado de esquizofrenia paranoica, fue llevado a un manicomio donde estuvo internado durante 50 años-no consecutivos. En todo ese período estuvo recopilando y transformando todos los objetos que encontraba con el objetivo de “retratar el mundo”. Al vivir entre la locura y el arte, Bispo fue innovador en el concepto estético de su época. Existen varios estudios y documentales sobre su trayectoria. Todavía médicos, psiquiatras e investigadores se preguntan si el arte dio vida a su locura o si la locura dio origen a su arte. Murió dejando una colección de más de mil obras realizadas en tejido, cartón, lata, cuero y otros materiales a los que tuvo acceso. Todavía hoy es uno de los nombres internacio-nalmente relevantes del arte contemporáneo. El peculiar trabajo de la artista Lygia Clark la llevó a desempeñar un influyente papel tanto en el arte como en el campo de la terapia. Lygia comenzó su carrera a finales de los años ‘50 como una artista concreta y su inquietud estética desembocó en preguntas existenciales cómo: “¿Cuál es la naturaleza de la distancia que media entre mi cuerpo y el mundo? ¿Por qué no puede el cuer-

po - no sólo el cuerpo del sujeto, sino el cuerpo social mismo - liberarse del dolor?” Tal era su inquietud, que en cada estadio de su pro-ceso creativo, ella redefinía y reconstituía a su público invitándolo a interactuar y a formar parte de la obra. El espectador, por ejemplo, era invitado a crear o a utilizar un objeto a partir de instrucciones escritas, o bien ella misma le iniciaba en experiencias de grupo, inicialmente en el recinto de la exposición y más tarde en la calle o los espacios públicos. Esta propuesta de interacción todavía perdura cuando se contempla su obra de arte en una exposición. Cada vez más el desarrollo de su propuesta ha in-crementado la estimulación recíproca y la invención del espectador. En un determinado momento de sus inves-tigaciones, ella decide dirigir su trabajo a pequeños gru-pos de espectadores que se convertían en “pacientes”, comprometidos con ella en un intercambio recíproco ex-perimental. Sin embargo, eso no impidió a Clark abrir su obra a cualquier persona dispuesta a aventurarse, capaz de experimentar “una forma de conocimiento interior” en el proceso de manipulación. Hacia el final de su vida, el desarrollo de su investiga-ción la condujo a formular las bases de una terapia con objetos. Los “objetos relacionales” -así los llamaba-, al ser aplicados periódicamente sobre el cuerpo de sus “pa-cientes”, despertaban una serie de sensaciones físicas

“El trabajo de Lygia es “visceral”, es un arte no para ser contemplado sino vivenciado. .”

Arthur Bispo.

Lygia el rostro.

Pinceladas del hacer arteterapéutico en Brasil

Page 15: uen - iatba.org

d 28 d29

Panorama actual del arteterapia en Brasil La expansión de los centros de estudios y de formación en arteterapia es ascendente en todo el país. Los mo-delos teóricos predominantes son tan diversos como el junguiano, el gestáltico, el psicoanalítico, el antroposófico y el transpersonal. Los tipos de formación más habitua-les se denominan “cursos de especialización, extensión o postgrado” y son impartidos en instituciones privadas, así como en asociaciones, fundaciones, clínicas y escuelas, siendo el vínculo con las universidades cada vez más cre-ciente. Para un país con cerca de 200 millones de habi-tantes, no es ninguna sorpresa que existan más de 3.000 arteterapeutas, muchos de ellos con títulos de másters y doctorados. El área de aplicación es amplia y abarca todas las franjas de edad de un público con demandas diversas, el cual incluye atención individual, familiar, grupal y co-munitaria. Los diferentes contextos de actuación son de orden clínico, social, educativo, empresarial o de auto-conocimiento entre otros, y se desarrollan tanto en ins-tituciones como en espacios privados. La producción bibliográfica es abundante reflejando la experiencia de-sarrollada en todos estos ámbitos. A nivel nacional, existen catorce asociaciones registra-das y que forman parte de la UBAAT – (União Brasileira de Associações de Arteterapia), la cual tiene como obje-tivo asegurar la calidad de la práctica, la enseñanza y la profesionalización. Se colabora y se fomenta el desarrollo de proyectos, publicaciones e investigaciones, posibili-

tando la apertura en la interacción con otras asociaciones nacionales e internacionales, con el objetivo del inter-cambio científico, de experiencias y el enriquecimiento mutuo. Desde 2005 está constituido el Sindicato de Artetera-peutas, siendo reconocido por el Ministerio de Trabajo, lo cual consolida la personalidad jurídica de la profesión y permite la defensa de su especificidad. Como caracterís-tica propia del estilo brasileño, el 22 de abril es conside-rado el “Dia del Arteterapeuta” como cariñoso homenaje a la profesión. Desde dónde habloPara elegir una propuesta de formación, muchas veces buscamos las referencias con alguien que haya explora-do el camino. Sin embargo, uno de los puntos más defi-nitivos de nuestra elección está en la afinidad de la pro-puesta con nuestras búsquedas interiores. Los profesores suelen ser nuestros primeros compañeros de itinerario. Es con ellos que nos lanzamos a la profunda inmersión en el arteterapia. Acompañan nuestro proceso tanto a ni-vel pedagógico, como de crecimiento personal y apues-tan por nuestra aventura. Particularmente mi formación tiene su base en la pers-pectiva junguiana impartida por la Clínica Pomar, que desde hace más de 30 años viene impartiendo forma-ción en su sede de Río de Janeiro, así como en alianza con otros núcleos propagados por el país y por América del Sur. Su directora es la gran arteterapeuta Angela Phi-lippini, quien destaca como veterana en la construcción

del AT en Brasil y es una de las mayores formadoras del país. Mi práctica se ha consolidado en la construcción del “Projeto Terra” - (núcleo de investigación, desarrollo y formación de agentes de cambio a través del arteterapia) que ofrece una formación en AT, además de la realización de proyectos y actividades relacionadas con la salud, la investigación interior, la educación y la cultura, tanto en Brasil como aquí en España. Este aprendizaje ha sido compartido con cariño con Blanda Melo, también una referente del hacer arteterapéutico en Brasil. Mi “kit de herramientas”, tanto como arteterapeuta como persona, trae consigo la marca del hacer “poma-riano” y los 15 años de experiencia en el “Projeto Terra”. Este se expresa como forma de vida, de mirada, en la actitud de aproximación a los diferentes contextos de ex-periencia como forma de comprensión de los procesos internos tanto personales como de los demás y principal-mente, como forma de entender el arteterapia. Palabras finalesEl arteterapia en Brasil es “multidimensional”. Tal como los reciclajes de Arthur Bispo, los “objetos relacionales” de Lygia Clark, la interdisciplinariedad de la propuesta jun-guiana o los “platos combinados” del día a día, la práctica arteterapéutica agrega en sí varios factores. El termino “arteterapia” no se restringe a la expresión plástica, pues abarca también otros ámbitos como la música, la dan-za, el gesto corporal, la voz, la poesía y el teatro, aunque existan movimientos específicos de cada disciplina artís-tica. Además, el vídeo, la fotografía, el cine, el body art, el tablero de arena, las marionetas, los bordados, los hilos, el collage, los cuentos, los mitos, los mandala, los orácu-

los, el rito, el territorio sagrado, entre muchos otros, son también vehículos de uso arteterapéutico. El fundamento básico es trabajar con el sujeto desde una dimensión ho-lística, la cual considera a la persona como un sistema integrado por el cuerpo físico, emocional, mental, energé-tico y espiritual. Allí lo científico, lo místico, lo creativo y la naturaleza se suman para comprender y, esencialmente, para ayudar al ser humano a comprenderse a sí mismo. El arte es vida y la vida fluye con el arte. Siguiendo el perfil cultural, los arteterapeutas suelen tener un estilo práctico y vivencial. Delante de la emer-gencia, actúan dejándose llevar por la intuición, con la certeza de que “haciendo” es cuando acontece. En el ámbito personal, el arteterapeuta normalmente es un investigador creativo de sí mismo. Como profesional, asume un lugar de observador, investigador y facilitador dentro del proceso terapéutico. Como observador, procu-ra tener una mirada y una escucha atenta para percibir las demandas. No hay una receta fija (formación, técnica, casos, etc.). Es preciso estar atento y tener un “abanico de posibilidades” teóricas y expresivas. No hay un tiempo que determine ese proceso. Éste acontece de forma na-tural, sin inducción, hasta encontrar la clave que puede llevar al tema central. El setting terapéutico es considerado un “territorio sa-grado” que genera un ambiente propicio a la transforma-ción, tal como la alquimia, lo que también implica que la relación entre terapeuta y paciente se dé en un espacio de calor humano. Es posible que esta forma de entender el arteterapia también sea común en otros contextos culturales o pro-puestas de formación. Sin embargo en lo que se refie-re a Brasil, estas son las características más peculiares en cuanto a cultura. También es el estilo con el cual me identifico y realizo mi trabajo. Quizás podríamos exclamar - ¡cuántas cosas pasan en otros mares! Sin embargo en el fondo, para hablar de la historia del AT es preciso volver a tiempos remotos, cuando el ser humano ya se comunicaba y registraba sus conquistas, inquietudes y deseos a través de las imáge-nes, de los sonidos, de las señales y los símbolos... Hoy, cuando hablamos de AT, nos puede parecer que estamos descubriendo una nueva idea. Tal vez la expresión en sí sea de ahora, pero el arte tiene en sí mismo la propiedad de expresar lo que hay en el alma.

Inez Marçal es originaria del Brasil y vive en Cataluña (España). Es artetera-peuta, artista plástica y educadora. Obtuvo un Doctorado en Educación Artísti-ca por la Universidad de Barcelona. Trabaja en una gran variedad de proyectos de tipo social, cultural, artístico y terapéutico con diversos tipos de población. Atiende a grupos y de manera individual. Su e-mail es: [email protected] del Projeto Terra-Brasil.

Lygia Clark diálogos de gafas, 1968.

Page 16: uen - iatba.org

León el Africano

El ojo y el espíritu

Hannah Arendt

Take Shelter

El último concierto

d 31d 30

“Take Shelter” se traduciría quizás de esta mane-ra: “Coge refugio” o “Refúgiate”. “Es un tipo que siente que va a pasar algo terrible. ¿Y quién no siente eso?... Yo lo veo más como una fábula”. Con estas palabras, el actor Michael Shannon describe detrás de las cámaras su propio personaje y la te-mática de la película, la cual es co-protagonizada por Jessica Chastain y dirigida por Jeff Nichols. La sencilla y convencional vida de una familia de clase media de Ohio (EEUU) se ve trastocada por una serie de sensaciones que vive el personaje de Shannon. ¿Es ese personaje víctima del delirio, la profecía, la paranoia o de una extrema y aso-cial lucidez? Es esta la pregunta, o mejor dicho, el acertijo que nos plantea el film. Posee un ritmo lento y rutinario, en que lo extraordinario va ma-nifestándose cada vez más. Se trata de una histo-ria de amor, de fidelidad, de desequilibrio, y... no decimos más hasta que el espectador vea su final.

El último concierto, un film para recordar.Interpretaciones magistrales de cuatro actores en estado de gracia, nos conducen de la mano de Beethoven, de Rembrandt y del tembladeral de las almas, a una profunda interrogación ética. La mú-sica, el arte explícito e implícito de este film ex-traordinario, nos enfrentan a cuestiones esenciales de la existencia: el amor, la rivalidad, los conflictos consigo mismo y con los otros, el arte como espacio sagrado que une, las fortalezas y fragilidades de los vínculos, el imprescindible cuidado hacia lo que

Publicado en 1963, fue su último libro, moriría tres años después.En él se encuentran condensados algunos de los aportes fundamentales de Merleau-Ponty en la fenomenología, especialmente su desa-rrollo y esclarecimiento sobre el lugar central de la corporalidad viviente de Husserl, a partir de la cual la conciencia experimenta el mundo.Arremete contra Descartés. Critica fundamental-mente a la ausencia de “carne” en el cuerpo carte-siano.En este pequeño ensayo, el autor interroga a la vez la visión y la pintura, buscando nombrar lo que constituye el milagro del cuerpo huma-no, su animación inexplicable, tan pronto como se entabla su mudo diálogo con los otros, con el mundo y consigo mismo. Y lo hace acercándose a pintores como Cézanne y Pol Klee, en especial.Bellísimas paginas de este clásico en toda regla.Felizmente reeditado el año pasado por Trotta.

Nacida en Hannover, Alemania, en 1906, y falle-cida en Nueva York, en 1975, donde estaba exilia desde 1933. Arendt creció en el seno de una fami-lia judía culta. Estudió filosofía en la universidad de Marburgo, donde fue alumna de Heidegger, y posteriormente, en la universidad de Heidelberg de Husserl y Jasper.Cuando en 1961 se celebró en Jerusalén el juicio del líder nazi Adolf Eichmann, la revista The New Yorker escogió como enviada especial a Hannah Arendt, los cinco artículos que la filósofa redactó acerca del juicio despertaron admiración en algu-nos (tanto el poeta estadounidense Robert Lowell como el filósofo alemán Karl Jaspers afirmaron que eran una obra maestra), mientras que en mu-chos más provocaron animadversión. Cuando Arendt publicó esos reportajes en forma de libro con el título Eichmann en Jerusalén (Lu-men 2003) y lo subtituló “Sobre la banalidad del mal”, el resentimiento notardo en desatarse. Para Arendt, la falta de pensamiento, de reflexión, equivale justamente a la banalidad. “Una de las lec-ciones que nos dio el proceso de Jerusalén es que el alejamiento de la realidad y la irreflexión pue-den causar más daño que todos los malos instin-tos inherentes, quizá, a la condición humana”. La falta de reflexión no solo es propia de individuos como Eichmann, sino de las sociedades y países que colaboraron, por omisión o activamente en el Holocausto. La condición humana, esa frágil caña batida por los vientos, cuyo único sostén es el ejer-cicio crítico del pensamiento.

Duende recomienda

Peelícula, géneroDramaEstados Unidos, 2012Duración:105 min.Director: Yaron ZilbermanGuión: S.Grossman, Y. Zilberman. Reparto: P. S. Hoffman, C. Keener, C. Walken, M.Ivanir.

Película, género: drama.Estados Unidos, 2011. Duración: 117 minutos.Dirección: Jeff Nichols.Guión: Jeff Nichols.Reparto: M. Shannon, J. Chastain, S. Whigham, K. Mixon, K. Baker, Lisa Gay Hamilton.

Película, género: drama. Alemania, 2012.Duración: 113 min.Dirección: Margarethe von Trotta.Guión: Pam Katz, Marga-rethe von TrottaReparto: Barbara Sukowa, Axel Milberg, J. McTeer, Julia Jentsch.

“Soy hijo del camino, la caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía.”La frase citada está realmente atribuida a León el Africano, nombre cristiano con el que fue bautiza-do Hassan al-Wazzan, que vivió aproximadamente entre 1488 y 1554.

Giorgio Agamben nació en Roma en 1942. Se doctoró en la Università di Roma con una tesis sobre el pensamiento político de Simone Weil. En 1966 y 1968 asistió a los seminarios de Heide-gger en Le Thor (Suiza) sobre Heráclito y Hegel. El texto presenta la agonía de la cultura occidental sobre el fenómeno estético del arte. El autor reto-ma el tema de la percepción y la crítica del arte desde los griegos hasta el mundo contemporáneo, enfocado en el concepto de la estética en el arte. ¿Ha muerto definitivamente el arte occidental? ¿Podrá salir algún día del pozo sin fondo en el que parece encontrarse? Giorgio Agamben lleva a cabo una relectura del origen del “buen gusto”, de la separación entre el artista y el espectador, para decirnos que “mientras el nihilismo gobierne se-cretamente el curso de la historia de Occidente, el arte no saldrá de su interminable crepúsculo”. Pero no es éste un texto apocalíptico o predecible. Agamben ha conseguido abrir una nueva perspec-tiva para abordar el problema de la obra de arte. En este ensayo de insólita riqueza, se funden la percepción artística y un análisis riguroso para esgrimir una ars poética con vocación de futuro.Agamben nos propone mirar más hondo de lo humano... en lo más profundo del abismo.

El hombre sin contenido

verdaderamente nos importa. Estas son las cues-tiones, entre otras, que despliega esta obra de arte.En el momento que esto escribo, El último con-cierto puede disfrutarse en el cine Maldá, de Bar-celona. Aprovecho entonces para anunciar otra gran noticia para los cinéfilos: el cine Maldá ofre-ce maratones de películas en VOSE, todas con un solo ticket de entrada. Con buen cine sí que vale la pena empacharse: devorar para desovar.

Giorgio AgambenEnsayo.Áltera Barcelona 2005.185 páginas.

Amin Maalouf Novela histórica.Editorial Alianza, 1986.496 páginas.

M. Merleau-PontyEnsayo.Editorial Trotta, 2013.67 páginas.

Hassan al-Wazzan nació en la España musulmana del s.XV. La cruel reconquista obligó a su familia a exiliarse en Marruecos. En Fez vivió su adoles-cencia, estudió en la Universidad y trabajó en un hospital. Desde muy joven empezó a viajar por África, acompañando a su tío en sus viajes diplo-máticos. Más adelante se instaló a vivir en Egipto. En 1518 fue capturado y obsequiado al Papa León X, en Roma. Como narra en su autobiografía: “mi sabiduría ha vivido en Roma, mi pasión en el Cai-ro, mi angustia en Fez, y en Granada todavía vive mi inocencia.” Amin Maalouf, es un reconocido autor libanés, exiliado en Francia. En este libro ha construido la autobiografía imaginaria de León el Africa-no. Su escritura es de una gran sensibilidad y ri-queza poética. Con ella nos narra la subjetividad del protagonista, construida entre distintas cul-turas y condicionada por los grandes aconteci-mientos históricos. Hassan al-Wazzan, hijo de Oriente y de Occidente, hijo de África y de Euro-pa, encarna un hombre cosmopolita que se guía por la pasión de vivir y el instinto de felicidad.

Page 17: uen - iatba.org

Con la intención de recoger la participación de sus lectores y de toda aquella persona interesada, “El Duende” lanza dos Convocatorias con el objetivo de publicar las piezas seleccionadas por su grupo de redactores en ejemplares próximos de la revista:

1.- Convocatoria de poesía visualLa poesía visual es una disciplina poética que in-cluye la palabra y las imágenes. Generalmente se producen juegos o combinaciones entre ambos códigos comunicativos, los cuales suelen hacer reflexionar o producirle ideas y sensaciones nove-dosas al lector. En Europa y en países como Espa-ña, hay una difícil realidad recurrente desde hace años: “La crisis”. Convocamos a los interesados a que nos envíen un poema visual (solo una pieza por participante) que plantee un mensaje, un sen-timiento o una reflexión respecto de este tema. El formato ha de ser en tamaño DIN-A4 y se puede enviar vía archivo informático original, en un ar-chivo “escaneado” del original o bien a través de una fotografía digital a la siguiente dirección elec-trónica: [email protected]

2.- Convocatoria de cuento terapéutico breve Denominamos “cuento terapéutico” a un tipo de cuento que pueda expresar algún tipo de trans-formación personal, grupal, interior, exterior, etc. ejercida por algún elemento, personaje, discipli-na, persona, etc. con características terapéuticas. Enfatizamos el arteterapia como agente transfor-mador, aunque también nos interesa aquello tera-péutico en un sentido más amplio. Pedimos a los interesados que nos envíen sus cuentos con una extensión máxima de una hoja tamaño DIN-A4, escrita en letra tipo “Arial” sencilla de tamaño 10, a renglón sencillo, utilizando letras mayúsculas y minúsculas (por favor evitad escribirlo todo en mayúsculas). El idioma de los escritos ha de ser el castellano y se han de enviar en un archivo infor-mático tipo “Word”. Rogamos encarecidamente a los participantes que el texto esté corregido y revi-sado tanto en su redacción como en su ortografía. La dirección electrónica de envío es: [email protected]

ConvocatoriaConvocatorias de participación para el “Duende”

Spring Symposium de Artes Expresivas

Nos complace comunicaros que el Spring Sym-posium de Artes Expresivas se celebrará en Te-nerife del 22 al 27 de abril 2014. En este Sym-posium se encontrarán las Artes Expresivas y la Eco-psicología en el Jardín del Edén. El tema del Symposium es particularmente relevante para quienes están trabajando o tienen un gran in-terés en los temas ambientales y las artes, ofre-

Con alegría y entusiasmo os anunciamos la prepa-ración de la I Jornada “Arte y Sociedad”, organiza-da conjuntamente por nuestra Formación y la ATh (Asociación de Arteterapeutas Transdisciplinarios para el Desarrollo Humano).La idea es generar un espacio de intercambio creativo, reflexivo y vivencial para hacer un re-cuento de nuestra tarea y nuestra manera de trabajar en los diversos ámbitos de la sociedad.Vivimos tiempos difíciles y complejos. Intentare-mos que en esta Jornada se investiguen posi-bles caminos para atravesarlos creativamente: nuestro trabajo como constructor de espacios de resistencia, respondiendo con vitalidad a las necesidades del maltratado tejido social. La Jor-nada se realizará en el precioso entorno arqui-tectónico y cultur del Caixa Forum de Barcelona.

A través de comunicaciones, talleres y perfor-mances, gestaremos juntos un encuentro que abra puertas al presente y al futuro de nuestra tarea.Os invitamos a agendar ya los días 28 por la tarde y 29 de marzo todo el día. Próximamente iréis re-cibiendo más noticias a través de e-mails, sobre el programa y la inscripción.El e-mail de contacto de la Jornada es: [email protected]

AgendaI Jornada “Arte y Sociedad”

ciendo una oportunidad única que facilita el intercambio entre las artes y otras disciplinas.Nosotros -y las personas con las que trabajamos- podemos aprender a conectar con la sabiduría de la naturaleza a través de las artes.La inscripción ya está abierta en http://springsym-posium.net El precio de la inscripción es de 650 €. Si hu-biera alguna pregunta pueden contactar en idioma inglés con: [email protected]