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1 Universidad Politécnica de Madrid Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica TÍTULO DEL TRABAJO “ESTUDIO DE LOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS Y MATERIALES REFRACTARIOS EMPLEADOS EN LOS BAÑOS ÁRABES DE TOLEDO” TRABAJO FIN DE MÁSTER Autora M. CRISTINA DEL CAMPO MORENO Septiembre 2011

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1

Universidad Politécnica de Madrid Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica

TÍTULO DEL TRABAJO

“ESTUDIO DE LOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS Y

MATERIALES REFRACTARIOS EMPLEADOS EN LOS

BAÑOS ÁRABES DE TOLEDO”

TRABAJO FIN DE MÁSTER

Autora

M. CRISTINA DEL CAMPO MORENO

Septiembre 2011

2

Universidad Politécnica de Madrid Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica

MASTER EN TÉCNICAS Y SISTEMAS DE EDIFICACIÓN

TRABAJO FIN DE MÁSTER

TÍTULO DEL TRABAJO

“ESTUDIO DE LOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS Y

MATERIALES REFRACTARIOS EMPLEADOS EN LOS

BAÑOS ÁRABES DE TOLEDO”

Autora M. CRISTINA DEL CAMPO MORENO

Directora SILVIA ARBAIZA BLANCO-SOLER

Subdirección de Investigación, Doctorado y Postgrado

2011

3

Resumen

Realizadas dos extracciones de ladrillos de diferentes tipologías procedentes

de dos baños árabes localizados en Toledo, me dispongo a llevar a cabo los

análisis comparativos de cada muestra que nos permita indagar en los

procesos constructivos a que fueron sometidos, para alcanzar las

características físicas y químicas necesarias que le permitieron desarrollar su

función sin sufrir deterioro alguno. La investigación ha de centrarse en las

propiedades que se observan en cada uno de ellos, tanto ladrillos cerámicos

como morteros recogidos en puntos diversos de cada construcción (junto a la

caldera o lejana a ésta), para así permitir el estudio de su grado de refracción.

Abstract

Carried out two extractions of bricks of different typologies from two arab baths

located in Toledo, I am about to carry out the comparative analysis of each

sample that will allow us to explore the constructive processes to which they

were subjected to achieve the physical and chemical characteristics necessary

which allowed him to develop his role without suffering any deterioration.

4

Índice general

Resumen ......................................................................................................................... 3

Abstract ........................................................................................................................... 3

Índice general ................................................................................................................. 4

1. Introducción ............................................................................................................ 7

1.1. Justificación del valor potencial de la investigación ................................. 7

1.2. Objetivos ......................................................................................................... 9

1.3. Estado del arte ............................................................................................. 11

1.4. Metodología general.................................................................................... 12

1.5. Siglas ............................................................................................................. 13

1.6. Agradecimientos .......................................................................................... 14

2. Las Termas Romanas como antecedente de los Baños Árabes................. 15

2.1. Fuentes documentales para el conocimiento de su construcción ....... 17

2.2. Distribución de una terma........................................................................... 21

2.3. Soluciones de calefacción adoptadas ...................................................... 25

2.4. Las Termas Romanas de Toledo. Amador de los Ríos. ....................... 29

3. Los baños árabes: El Hammam. ....................................................................... 32

3.1. Consideraciones en torno a la edificación islámica. .............................. 32

3.1.1. Arquitectos, maestros constructores y artesanos........................... 35

3.1.2. Dibujos arquitectónicos, técnicas de trazado y gastos .................. 37

3.1.3. Literatura sobre arquitectura y ordenanzas de oficios................... 38

3.1.4. Sistemas constructivos. ...................................................................... 39

3.1.4.1. Piedra: mampostería y sillería. .................................................. 39

3.1.4.2. Tierra: tapial, adobe y ladrillo..................................................... 41

3.1.4.3. Arcos y bóveda............................................................................. 45

3.1.4.4. Revestimientos ............................................................................. 51

3.1.4.5. Carpintería y talla de madera. ................................................... 52

3.1.4.6. Trabajos en metal. ....................................................................... 53

3.2. Vinculación del agua al mundo religioso.................................................. 54

3.3. Arquitectura, construcción y funcionamiento del Hammam.................. 59

5

3.4. El declive de los baños árabes .................................................................. 72

4. Los baños árabes encontrados en Toledo ...................................................... 74

4.1. Geología, geomorfología y localización geográfica ............................... 74

4.2. Estudios arqueológicos............................................................................... 79

4.2.1. El área de la Catedral ......................................................................... 82

4.2.2. El área norte del barrio de San Nicolás. .......................................... 83

4.3. Interpretaciones acerca del baño árabe toledano. ................................. 85

5. El baño de Tenerías de Toledo ......................................................................... 88

5.1. Preliminares. ................................................................................................. 88

5.2. Estancias contempladas............................................................................. 91

6. El ladrillo refractario de Tenerías. ..................................................................... 98

6.1. Introducción sobre el ladrillo refractario. .................................................. 98

6.2. Metodología de análisis ............................................................................ 103

6.2.1. Metodología aplicada en la extracción de muestras arqueológicas

105

6.2.1.1. Informe de Extracción arqueológica de muestras de ladrillo y

mortero en el baño árabe de Tenerías....................................................... 109

6.2.1.2. Informe de extracción arqueológica de muestras de ladrillo y

mortero en el baño árabe de “El Ángel” en Toledo .................................. 120

6.2.2. Relación de ensayos de laboratorio realizados ............................ 130

6.2.3. Metodología de ensayos de laboratorio. ........................................ 132

6.2.3.1. Preparación de probetas, fraccionamiento y denominación de las

mismas. ........................................................................................................... 133

6.2.3.2. Realización de ensayos de laboratorio .................................. 143

6.2.3.2.1. Ensayos Físicos .................................................................... 143

6.2.3.2.2. Ensayo de Microscopía Óptica de Polarización............... 146

6.2.3.2.3. Ensayo de Difracción de Rayos X ...................................... 147

7. RESULTADOS ................................................................................................... 148

7.1. Resultados Cuantitativos .......................................................................... 148

7.2. Resultados Cualitativos ............................................................................ 151

8. CONCLUSIONES .............................................................................................. 153

8.1. REFERENTES A LOS RESULTADOS NUMÉRICOS OBTENIDOS EN

LOS ENSAYOS DE PROPIEDADES FÍSICAS ................................................ 153

6

8.2. REFERENTES A LOS RESULTADOS DEL ENSAYO DE

MICROSCOPÍA ÓPTICA DE POLARIZACIÓN. ............................................... 160

9. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN..................................................... 167

10. Bibliografía. ..................................................................................................... 170

7

1. Introducción

1.1. Justificación del valor potencial de la investigación

La cal y el yeso, junto con la tierra (adobe y tapial), cerámica, piedra y madera

fueron los seis únicos materiales constructivos que acompañaron en su

andadura a la arquitectura planetaria, desde su origen, hasta la modernidad

reciente.

Interesa resaltar cómo dichos elementos que extraemos de la tierra,

abundantes y comunes, no preciosos e inmediatos de obtener, adquieren

formas modestas para, por mediación del hombre, ser transformados en

productos sofisticados, manipulados con técnicas precisas de gran complejidad

y convertidos, finalmente, en iconos clave de una de las manifestaciones de la

cultura humana: la Arquitectura.

Así pues, estudiar las técnicas históricas de construcción, analizando las

transformaciones realizadas a elementos tan sencillos como aquellos

procedentes de la tierra, lo entiendo como un avance de gran relevancia,

paralelamente a la cultura de nuevos productos de construcción de más

complicada elaboración. En este análisis tenemos la clave para continuar

avanzando en el conocimiento del trabajo desarrollado por civilizaciones

anteriores como la que nos ocupa para, con ello, ampliar las técnicas

empleadas en la actualidad.

El estudio que pretendo realizar sigue esta línea de investigación, ya que con la

extracción de una muestra (fragmento) de ladrillo procedente de un baño árabe

de Toledo: baño de Tenerías, en la sala del Hipocausto, y su posterior ensayo y

análisis, podríamos obtener los datos necesarios que nos permitan reconstruir

el posible proceso de cocción que le imprime el carácter refractario a la pieza.

Y, partiendo de estos resultados, elaborar una comparativa con un ladrillo

ejecutado en la actualidad.

8

Además, si fuera posible, extrayendo otra muestra del mismo baño localizada

en un muro de la sala fría, podría llevar a cabo un interesante estudio, que me

gustaría poder ampliar en la realización de un trabajo de Tesis, en el cual

tendríamos la posibilidad de contrastar los diferentes sistemas de elaboración

de dos piezas datadas en una misma época y que son parte integrante de una

misma edificación histórica.

Agradezco de antemano al Departamento de Gestión de Patrimonio del

Consorcio de Toledo, junto con la Dirección General de Patrimonio Cultural de

Toledo a la que va dirigido este escrito, la confianza depositada en mí, al

haberme brindado la posibilidad de desarrollar este trabajo de investigación

contando con su valiosa colaboración en la futura toma de muestras y la

recopilación de documentación histórica de los edificios en análisis: baños

árabes de Toledo.

Huelga decir, que todos aquellos resultados y conclusiones que origine la

presente investigación serán cedidos íntegros a dichos organismos para que,

con ello, podamos contribuir a ampliar los conocimientos que hasta ahora se

tienen de los sistemas constructivos utilizados en la cultura islámica de la

ciudad de Toledo.

9

1.2. Objetivos

El objetivo principal de esta investigación es determinar las características

estéticas (color y dimensiones), composicionales (mineralógica y temperatura

de cocción original) y tecnológicas (propiedades físicas, hídricas y mecánicas)

de los ladrillos pertenecientes a los diferentes baños árabes de la ciudad de

Toledo.

El estudio se ha orientado hacia la selección de rutinas de caracterización más

apropiadas para la restauración de edificios históricos. El conjunto de

conocimientos obtenidos durante este trabajo sobre el casco antiguo de Toledo

permitirá proponer la utilización de ladrillos de sustitución para aquellas zonas

de los edificios que se encuentren tan degradadas que necesiten restauración,

mediante: la reutilización de ladrillos antiguos, la elaboración de nuevos

ladrillos especiales ejecutados con arcillas de las antiguas canteras, y la

elaboración de ladrillos con nuevas mezclas basadas en arcillas comerciales

disponibles, y aditivos que modifiquen su composición para aproximarla a la de

los ladrillos históricos. Pero para ello será imprescindible realizar estas

actuaciones con materiales muy similares, a fin de evitar incompatibilidades

que aceleren el proceso degenerativo del monumento.

Las cartas internacionales de restauración, Carta de Atenas (1931), Carta de

Venecia (1964), Carta del Restauro (1972), y otras de la misma índole, abogan

por la utilización de materiales diferenciados, que permitan la identificación del

trabajo de restauración realizado, sin que por ello se vea modificada la

autenticidad de la obra. Por consiguiente, los ladrillos de sustitución han de ser

marcados con un sello o inscripción, como por ejemplo la fecha de la

restauración realizada, para evitar este conflicto de este tipo.1

1 DELGADO VALERO, Clara. Materiales para el Estudio Morfológico y Ornamental del Arte Islámico en Toledo. Estudios y Monografías 3. Consejería de Educación y Cultura del Museo de Santa Cruz. Toledo, 1987.

10

El análisis del tipo de alteraciones de un ladrillo permite conocer y evitar los

mecanismos que deterioran su composición y estructura original. Por esto, otro

objetivo importante, es el estudio de las huellas de alteración presentes en los

ladrillos históricos, en función de sus diferentes composiciones químicas y

mineralógicas, temperaturas de cocción, propiedades físicas y su ubicación en

el edificio estudiado. Estos análisis facilitan las tareas de conservación de

ladrillos con degradaciones en su estética, pero que no necesitan ser

sustituidos.

La composición química de las alteraciones orienta sobre los productos y

métodos de limpieza y preservación más adecuados y compatibles con la

estabilidad físico-química del ladrillo, para que su aplicación no provoque una

modificación de la composición original. La información que proporcionan las

alteraciones de las superficies de los ladrillos históricos también puede ser

utilizada como indicador paleoclimático de episodios de contaminación

pasados.

Se realiza un completo estudio de caracterización de ladrillos antiguos de la

Ciudad de Toledo por diferentes técnicas (MOP y DRX), además de la

determinación de sus propiedades físicas, hídricas y mecánicas, con la

finalidad de dar a conocer a los fabricantes de ladrillos y restauradores las

claves para fabricar ladrillos destinadas a la restauración de edificios históricos.

El estudio también permite conocer como han variado las características

estéticas, composicionales y petrofísicas de los ladrillos históricos a lo largo del

tiempo, a partir de la caracterización de sus huellas de alteración, el estudio de

las arcillas de las antiguas canteras y de las probetas de arcilla cocida

elaboradas con las mismas. De este modo, se puede predecir la durabilidad de

los nuevos ladrillos que se fabriquen con composiciones mineralógicas

similares.

Finalmente y, gracias a todos estos métodos de análisis, tendríamos la

posibilidad de contrastar los diferentes sistemas de elaboración de dos piezas

datadas en una misma época y que son parte integrante de una misma

edificación histórica: el baño árabe de Toledo.

11

1.3. Estado del arte

Los baños árabes que han sido encontrados en Toledo no disponen de ningún

estudio de investigación que aporte información alguna acerca de la

composición y características físico-químicas de los ladrillos refractarios con los

que fueron construidos.

Así pues, en el trabajo que nos ocupa, abordo la novedosa y, por ello

interesante tarea de realizar los ensayos de laboratorio necesarios que me

permitan obtener datos de composición, densidad, porosidad, mineralogía,

cristalografía, etc. del material de construcción citado.

Hasta el momento, la investigación que podría considerarse más avanzada en

esta materia y que está relacionada directamente con el trabajo que aquí

planteo, ha sido desarrollada por los arqueólogos y profesionales que

componen el Consorcio de Toledo.

De ellos recopilo una valiosa documentación, gracias a la incalculable

colaboración del propio Consorcio, consistente en las memorias de puesta en

valor de estas construcciones históricas, hipótesis de su posible localización, e

información sobre la distribución de los diferentes baños reflejada en planos de

planta.

Dicha recopilación queda recogida en la exposición de capítulos siguientes.

Comenzando por la explicación de la Terma Romana como antecedente

originario de la edificación en estudio y posteriormente el Baño Árabe en

España en comparativa con el hallado en Toledo: sus semejanzas y

diferencias.

12

1.4. Metodología general

Presentamos en este apartado la metodología seguida en la elaboración del

trabajo de investigación que nos ocupa.

Los capítulos 3 y 4, de extracción y análisis de muestras, disponen de un

procedimiento de ejecución específico en cada caso, que quedará reflejado y

debidamente desarrollado en los capítulos correspondientes.

Así pues, enumero brevemente los pasos que hemos seguido en el mismo, sin

dejar de incidir en todas aquellas dificultades burocráticas con las que nos

hemos encontrado a la hora de adquirir el objeto de nuestro estudio: el ladrillo

refractario del baño árabe toledano.

1º) Búsqueda documental.

2º) Solicitud de extracción de muestras a organismos oficiales de Toledo.

3º) Extracción arqueológica de muestras.

4º) Análisis de muestras en el laboratorio.

5º) Obtención de resultados.

6º) Interpretación de resultados.

7º) Conclusiones referentes a los resultados.

8º) Observar las futuras líneas de investigación.

13

1.5. Siglas

LRT Ladrillo refractario de Tenerías

LNRT Ladrillo no refractario de Tenerías

LRA Ladrillo refractario de El Ángel

MRT Mortero refractario de Tenerías

MNRT Mortero no refractario de Tenerías

MRA Mortero refractario de El Ángel

MO Microscopía óptica de polarización

DRX Difracción de rayos x

EFH Ensayo físico-hídrico

MEB Microscopía electrónica de barrido

ATD Análisis térmico diferencial

ATG Análisis térmico gravimétrico

FRX Fluorescencia de rayos x

TL Termoluminiscencia

LEO Luminiscencia estimulada ópticamente

ME Microsonda electrónica

Pn Peso natural

Ps Peso seco

Pst Peso saturado

Psm Peso sumergido

Ca Coeficiente de absorción

Vap Volumen aparente

Dap Densidad aparente

Pa Porosidad abierta

Vha Volumen de huecos abiertos

CT Consorcio de Toledo

DGPCT Dirección General de Patrimonio Cultural de Toledo

EUATM Escuela Universitaria de Arquitectura técnica de Madrid

ETSAM Escuela Técnica Superior de Arquitectura

FCG Facultad de Ciencias Geológicas

UCM Universidad Complutense de Madrid

14

1.6. Agradecimientos

En este último apartado quiero dedicar unas palabras de sincero

agradecimiento a quienes, con su esfuerzo, me han ayudado a finalizar este

proyecto lleno de complicaciones burocráticas y esperas lógicas en respuesta a

mis numerosas solicitudes.

En primer lugar, mi mayor agradecimiento a Silvia Arbaiza Blanco-Soler, por

sus valiosas sugerencias que me guiaron como faro en la noche y lograron dar

forma al estudio que hoy entrego. Sumado a esto, agradezco igualmente, el

esfuerzo y dedicación en sus correcciones, que de tanta ayuda me ha servido.

Juan Manuel Rojas Rodriguez-Malo, arqueólogo de la Dirección General de

Patrimonio Cultural de Toledo, que con su amabilidad y enorme profesionalidad

me ha enseñado tanto sobre los baños árabes de su ciudad y facilitado en gran

medida que sea posible la extracción de los ladrillos.

Y con él, Soledad Sánchez Chiquito de la Rosa del Consorcio de la ciudad de

Toledo, María Perlines y Álvaro Sanz, nuevamente de la Dirección General de

Patrimonio, que me facilitaron los trámites, me escucharon y enseñaron toda

aquella información escrita que me podría ser de utilidad.

Y finalmente, mis últimos agradecimientos son para David Sanz Arauz por

quién he podido llevar a cabo todos los ensayos que completan estas páginas.

15

2. Las Termas Romanas como antecedente de

los Baños Árabes

“La gran arquitectura típicamente romana, posiblemente encuentra su más alta

expresión en los edificios termales (Thermae). Nada encontramos más

magnífico, más grandilocuente, más fértil en soluciones arquitectónicas, más

variado, más lujoso y desbordante en materia decorativa que una terma

romana”.2

Es en estos complejos donde se abordan problemas constructivos de primer

orden, como la cubrición abovedada de inmensas salas, sistemas de

contrarrestos que nacen de la propia conformación y encaje de las diversas

partes del edificio, o hacen presentir el futuro uso del contrafuerte y casi del

arbotante. También problemas de iluminación, inteligentemente resueltos por

las diversas alturas de los diferentes cuerpos de edificación; problemas de

ordenación espacial en la relación de las grandes salas y las intermedias, que

llenan los huecos que dejan entre sí las primeras. Pero así mismo problemas

de decoración de inmensas superficies que deben mantener el asombro de un

espectador, constantemente empequeñecido por su propia obra. En definitiva,

las termas son “la pieza de bravura” de una arquitectura excitante en su

monumentalidad, rayana casi en el paroxismo del lujo, extremo en punto final

del lenguaje clásico antes de hacer crisis en la orientación final del Imperio.

Estas gigantescas termas podrán abrumar, fatigar en su opulencia con el brillo

y policromía de sus mármoles, de sus columnatas atectónicas, la multiplicación

de nichos, estatuas, relieves, pinturas, mosaicos, incluso producir empacho con

todos sus arreos y condecoraciones, pero paralelamente no podemos negar su

extraordinaria corrección en el manejo del lenguaje clásico y el alto nivel de

cultura académica que en ellos alcanza la expresión arquitectónica. Prueba de

2 ORTEGA ANDRADE, Francisco Historia de la Construcción. Libro Segundo: Romana y Paleocristiana. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad, Servicio de Publicaciones. Las Palmas, 1993.

16

ello es que cuando en el Renacimiento la humanidad se siente llamada a

recuperar el lenguaje de la antigüedad clásica, los arquitectos se sentirán

obsesionados por las creaciones del genio romano, se las pondrán como meta

y harán de su obra, obra de discípulos, trenzando mil variaciones sobre estos

temas casi reverenciados como sacrosantos.

Marco Vespasiano Agripa, personaje máximo de la Roma Augusta, amigo y

yerno del primer emperador, al que ayudó eficazmente en su ascensión a la

cúpula, fue el primer magnate que tuvo la idea de construir en Roma un

establecimiento termal que sobrepujara a los antiguos baños, uniendo a la

sencilla práctica higiénica otra serie de alicientes antes desconocidos. Fue

cónsul dos veces y prefecto en la urbe, siendo uno de los hombres que más

contribuyó a su progreso y embellecimiento. Construyó las termas de Agripa en

el Campo Marcio y las legó al pueblo a su muerte en el año 12 a. de J.C.3

A partir de entonces muchos emperadores quisieron imitar su ejemplo para

beneficiar a su pueblo y dejar monumentos como testimonio de su reinado. De

este modo, Nerón construyó otras termas en el campo de Marte, no lejos de las

de Agripa. Tito y Trajano elevaron las suyas en el Esquilino; Cómodo, Septimio

Severo y después Caracalla lo hicieron en la Vía Appia; Dacio, en el Aventino;

mientras que Diocleciano y Constantino en el Quirinal. Al final del Imperio

Roma contaba con once grandes establecimientos termales que tenían su eco

correspondiente en algunas, también grandiosas, construcciones termales de

las provincias.

De todas estas termas los que mejor se conservan son las de Caracalla y

Diocleciano. Por este motivo a partir de ellas podemos reconstruir

perfectamente cómo eran en su periodo de mayor esplendor.

3 CHUECA GOITIA, Fernando Historia de la Arquitectura Occidental. I. De Grecia al Islam. Editoriales Dossat. Madrid, 2000. pag. 147-151

17

2.1. Fuentes documentales para el conocimiento de su

construcción

Como se ha descrito, en Roma estos edificios llegaron a alcanzar formas

espléndidas, algunos con capacidad para 1.600 personas en simultánea

utilización. Fueron las termas en la antigüedad lugar de encuentro, reunión,

comunicación y conocimiento.

La tradición de los baños árabes arranca pues de la época grecorromana, y su

arraigo entre la cultura islámica fue tan profundo que seguía fielmente el

esquema constructivo de las termas, hasta el punto de que la mayoría de los

autores citan las partes de los baños árabes con los nombres latinos. Sin

embargo existe una terminología propia en árabe.

Fue Vitruvio por quien conocemos las reglas de construcción de una terma. Así

pues, en su tratado de arquitectura explica mediante numerosas ilustraciones

los sistemas constructivos empleados, la orientación más apropiada y los

materiales que soportaran altos valores de temperatura y humedad. Según este

autor una terma consistía en un conjunto de dependencias comunicadas entre

sí en las que se encuentran numerosas pilas o alveos, bañeras o incluso

piscina, conteniendo aguas calentadas a distinta temperatura desde un hornillo.

El fuego obtenido de la combustión calentaba dichas estancias y se avivaba

desde la caldera o Praefurnium. El calor se transmitía al suelo y paredes del

Tepidarium y del Caldarium a través de diversos conductos formados por

estrechos tiros de chimeneas situados entre los muros, que tenían también

como misión expulsar el humo producido en el Hipocausis por encima de las

bóvedas o tejados que cubrían las termas. Es decir, diversos espacios

jerarquizados a tenor de su temperatura interior, la que aumenta desde la

puerta de ingreso interior hasta el hornillo.

18

VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)

19

VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)

,

Como se puede observar presento aquí el texto completo de dicha

documentación por entenderla básica para conocer los fundamentos

constructivos utilizados en las edificaciones en estudio. En él podemos

encontrar una breve alusión al ladrillo utilizado en la sala caliente o baño cálido:

“(…) ladrillo de dos pies construido con arcilla amasada con pelo”.4

Conjuntamente, aportamos la imagen perteneciente al libro anterior, la cual

ilustra mediante plantas y secciones la composición habitual en una edificación

termal de la época.

4 VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla. Barcelona, 1993. p.128.

20

Planta de la estancia de Baño Caliente e Hypocausis VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)

Igualmente para los cuartos húmedos

diseñó y dejó reflejado en sus escritos

el procedimiento de ejecución, para así

solucionar problemas de paredes

húmedas.

VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)

21

2.2. Distribución de una terma

La distribución más usual de una terma monumental de estilo romano lo dio

Trajano al quedar plasmada en aquellas que elevó en el monte Esquilino: Un

gran edificio central situado en una despejada plaza o recinto rodeado de un

períbolo de edificaciones secundarias que limitan un espacio libre5.

A. Apoditerium mujeres

B. Tepidarium mujeres

C. Caldarium mujeres

D. Hypocausis

E. Apoditerium hombres

F. Frigidarium hombres

G. Tepidarium hombres

H. Caldarium hombres

Planta de una terma romana en Pompeya (siglo I a. C.) CARLOS VILCHEZ VILCHEZ. (Baños Árabes,2001)

El ejemplo mejor y más clásico lo tenemos en las termas de Caracalla,

construidas entre los años 212 y 235 de nuestra Era. La plaza es cuadrada, de

unos 350 metros de lado. El edificio central comprende las tres salas

tradicionales: Frigidarium, Tepidarium y Caldarium, organizadas según un eje

de gran monumentalidad donde se busca un contraste espacial muy acusado.

5 ADAM, J-P. La Construcción Romana. Materiales y técnicas. Editorial de los oficios. León,

1999.

22

El historiador, especializado en arquitectura, Auguste Choisy describió en su

libro “El arte de construir en Roma” (1873) las estancias de una terma del

siguiente modo:

El Frigidarium tiene como principal aliciente la piscina para el baño frío

de inmersión.

El Tepidarium es más bien el gran hall central de relación, vastísima

sala de 70 metros de largo cubierta con bóvedas de aristas sucesivas en

tres tramos que vienen a descansar en ocho gigantescas columnas

monolíticas de granito gris.

El Caldarium es una rotonda, hija legítima del Panteón y que alcanza la

dimensión diametral de 39 metros.

A los lados de estas piezas centrales, palestras, Apoditerium (de

apodytein, desnudar) y otras piezas menores encajadas admirablemente

en las grandes líneas de la composición.

Termas de Caracalla de Roma Chueca Goitia, F. (Historia de la Arquitectura Occidental,2000)

23

El períbolo comprendía pórticos, exedras, gimnasios, salas de reunión y

audición, bibliotecas y un Semiestadio para juegos atléticos.

Las termas de Diocleciano, las más vastas de todo el Imperio, repetían con

variantes de detalle el plan fundamental de las de Caracalla. En el edificio

central el Caldarium, rotonda de menor tamaño que estaba flanqueado por el

Frigidarium y el Tepidarium, quedando la piscina en un atrio exterior. En el

períbolo, el Studium estaba sustituido por un vasto hemiciclo a manera de

teatro. Este lugar lo ocupa hoy la llamada plaza de la Exedra, una de las más

céntricas de la Roma actual. El Caldarium y Tepidarium fueron transformados

por Miguel Ángel y se convirtieron en la actual iglesia de Santa María de los

Ángeles. Una de las salas cupuliformes de uno de los ángulos del períbolo se

conserva todavía convertida en iglesia de San Bernardo.

FLETCHER/CALZADA. Termas de Diocleciano (Historia de la Arquitectura por el método comparado,1985)

24

Las termas de Roma fueron sucesivamente creciendo de tamaño. Las de

Agripa se cree que tenían aproximadamente 30.000 m², las de Trajano,

112.000; las de Caracalla, 122.000, y, por último, las de Diocleciano, 140.000.

Estas cifras nos demuestran la magnitud de las empresas romanas y el alcance

de una sociedad expansiva que el mundo no volverá a conocer hasta la llegada

de la revolución industrial.

Detalles de Termas de Diocleciano, Roma VIGNOLA.(Tratado de la Arquitectura con los cinco órdenes,1562).

25

2.3. Soluciones de calefacción adoptadas

Las técnicas de caldeo utilizadas en la vivienda romana, en los primero siglos,

no conoció otro dispositivo de calefacción que aquél consistente en disponer de

un hogar, Artium, que quedaba alimentado permanentemente para

proporcionar calor a la estancia.

De ahí evolucionó al uso de dispositivos móviles o braseros, en los que el

humo y los vapores de cocción se evaporaban por una o dos aberturas

situadas en el tejado.

Paralelamente, los establecimientos de baño de la primera generación también

estaban provistos de braseros, cuyas dimensiones o cuyo número estaban

adaptados al volumen de las salas.

Pero, la verdadera innovación, tanto en el ámbito técnico como el de la

habitabilidad, llegó a finales del siglo II o a principios del I a.C. con la aparición

de la calefacción sobre hipocausto (calefacción interior), cuyo nombre

atestigua un origen griego, aunque los romanos lo atribuyan a Sergus Orata,

como cita J.P Adam en su libro la construcción romana de 1999.

En el origen cualquier sistema de calefacción se encuentra naturalmente una

hoguera, cuyo calor se expande bien mediante radiación directa, bien a través

de un conducto o de un tabique caliente. Asimismo, gracias a la concepción de

esta solución se resolvía el problema del humo y los gases tóxicos, a la vez

que distribuía un calor seco, sano y eficaz.

Consistía éste en un espacio cubierto por un suelo colgante, la suspensura,

que descansaba sobre un gran número de piletas, casi siempre construidas

con un ladrillo cuadrado. Este suelo de circulación tenía una estructura

compuesta análoga a la de todos los suelos, con la diferencia de que aquél

descansaba sobre las piletas por mediación de una o varias capas de grandes

ladrillos de dos pies de lado, que hacían las veces de cimbra. Encima se

26

encontraba un primer hormigón de tejolete de 15 o 20 cm de grosor y luego un

mortero fino que recibía un enlosado de mármol o un mosaico. El grosor total

de la suspensura era de30 a 40 cm, lo cual, añadido a los aproximadamente50

cm de las piletas daba al conjunto una altura de 80 a 90 cm.

ADAM JP. Hipocausto. (La construcción romana, 1999)

Como se observa en la ilustración, el calor procedente del praefurnium u

hogar, es decir, sala de combustión y aprovisionamiento pasaba por dichos

conductos.

Los estanques de las salas calientes siempre se situaban encima de la boca

del hogar para percibir todo el calor. La estanqueidad se reforzaba a veces con

una hoja de plomo que cubría la totalidad del estanque.

La evacuación del aire caliente y del humo era aprovechada para continuar

calentando las estancias a través de las paredes. Para ello, como primera

solución adoptan la fabricación de ladrillos planos, cuadrados o rectangulares,

provistos de 4 o 5 uñas prominentes o pernos, llamados por este motivo

tegulae mammatae.

27

No obstante, la débil protuberancia de las uñas y el hecho de que las paredes

estuvieran enteramente separadas, no favorecía el buen tiro.

ADAM JP. Tegulae. (la construcción romana, 1999)

Como segunda solución a la problemática planteada, se inventaron en el

transcurso del siglo I de nuestra era los tubuli, consistentes en unas

canalizaciones de cerámica de sección variable (8,50x13 a 14x24 cm), que

iban empalmadas para constituir otros tantos conductos de humo. Algunos

modelos de tubuli estaban provistos de aberturas laterales para permitir, según

parece, el paso de una tubería a otra.

ADAM JP. Hipocausto. (La construcción romana, 1999)

28

Apoyados a lo largo de las paredes, sobre el borde de la primera fila de ladrillos

de dos pies que cubría las piletas, los tubuli se fijaban sobre la pared mediante

una capa de mortero y a menudo se anclaban con grapas metálicas en forma

de T, que las sujetaban de dos en dos.

Se disimulaban luego con una capa de revoco que recibía un estuco, una capa

de pintura o un revestimiento de mármol.

En uno o en varios puntos de la bóveda o de la parte superior de la pared se

abrían los conductos de chimenea que aseguraban el tiro del humo hacia el

exterior.

Tubuli. Museo de Berry (Bourges) Autora M.C. del Campo Moreno

29

2.4. Las Termas Romanas de Toledo. Amador de los Ríos.

En 1986 fueron hallados los restos del yacimiento correspondiente a esta

edificación subterránea, localizados en la céntrica plaza toledana de Amador de

los Ríos. Dicho nombre, que designó igualmente a las termas encontradas, fue

puesto en honor al gran arqueólogo historiador español José Amador de los

Ríos.

Los vestigios arquitectónicos que se conservan en este lugar nos ilustran sobre

la monumentalidad que debió tener la ciudad de Toledo en época romana,

trazada y dotada siguiendo el modelo urbanístico imperante en el momento y

emanado desde la capital del Imperio: Roma.

Siguiendo el procedimiento habitual, dos años después se procedió a su puesta

en valor, la cual corrió a cargo de los arqueólogos del Consorcio de Toledo:

Juan Manuel Rojas y Ramón Villa.

Hipocausto de las Termas de Amador de los Ríos. Toledo

Autora M.C. del campo moreno

30

Así, los restos arqueológicos conservados se convierten en referentes de los

sistemas y procesos constructivos empleados en la Ingeniería y Arquitectura

romanas de carácter civil, algunos de los cuales, como el empleo del hormigón

de cal (Opus caementicium), o el uso del arco formado por dovelas de piedra,

supusieron una auténtica revolución tecnológica en la Hispania de la época.

Estas innovaciones se encuentran bien representadas en este lugar, contando

también con un tramo de canalización o galería abovedada fabricado con Opus

Caementicium y un arco formado por dovelas y un arco formado por dovelas

graníticas almohadilladas, que debieron formar parte del suministro de aguas

limpias de la ciudad.6

Sobre estas estructuras se dispuso un complejo arquitectónico con una función

exclusivamente balnear o termal. Los restos aquí documentados configuran al

menos dos estancias, la primera de ellas mal conocida por el momento, siendo

la segunda una estancia rectangular, de dimensiones aproximadas: 10 x 12 m,

cuyo subsuelo fue dotado de un sistema de calefacción (hipocausto) destinado

a caldear el alzado de la sala, configurándose como una suerte de sauna o sala

cálida (caldarium), básica en el ritual romano del baño y presente en todas las

construcciones romanas del momento.

Las dimensiones de este caldarium, la cuidada planificación de su

construcción y los materiales utilizados en su decoración (mármoles, estatuas),

nos permiten indicar un carácter público del edificio, levantado, sin ninguna

duda, bajo los auspicios del poder imperial. Por lo que respecta a la cronología

de los restos, corresponden a un periodo situado entre fines del siglo I y

mediados del siglo II d.C.

6 ARRIBAS DOMINGUEZ, R. / JURADO JIMÉNEZ, F. La intervención de las termas romanas de la plaza de Amador de los Ríos, 5 Monográficos del Consorcio I. Consorcio de la Ciudad de Toledo. Toledo, 2005.

31

Sistema hidráulico de abastecimiento de las Termas de Amador de los Ríos. Toledo

Autora M.C. del campo moreno

32

3. Los baños árabes: El Hammam.

3.1. Consideraciones en torno a la edificación islámica.

Los hombres que construyeron las mezquitas, caravansares, palacios y baños

eran en su mayoría artesanos anónimos que utilizaban técnicas anteriores a la

época islámica.

Michell, G. Relación de oficios hecha en Cachemira en 1850. (La Arquitectura del Mundo Islámico. Madrid, 2000)

33

Estas técnicas siguen vivas hoy en día y al estudiarlas podemos penetrar en

los métodos de construcción del pasado.

Las imágenes reproducidas en la imagen de la figura X provienen de una

relación de oficios realizada en Cachemira en el decenio de 1850. Arriba a la

izquierda: extracción de la piedra, que se carga en cestos y se transporta en un

bote. Arriba a la derecha: horno para la fabricación de ladrillos, situado

asimismo fuera de la ciudad y que requiere transporte fluvial. Abajo a la

izquierda: construcción de un muro de tierra apelmazada. En la parte inferior,

dos hombres con palas amasan la tierra que se coloca entre un encofrado de

madera y se comprime fuertemente; Abajo a la derecha: torneado de madera y

utensilios del carpintero. El hombre está utilizando un taladro accionado al

desplazar un arco hacia delante y hacia atrás, una técnica para taladrar y

tornear la madera que es universal en el mundo islámico.

A la arquitectura islámica se la ha calificado, como nos explica Francisco

Ortega Andrade en su libro IV de Historia de la construcción, como

“arquitectura disimulada u oculta”, entendiendo por ello la falta de identidad que

existe entre el contenido o interior del edificio y la expresión exterior del mismo.

Así, George Michell en su libro Arquitectura del mundo islámico en relación con

este aspecto expresa:

“…un edificio islámico es un volumen

edificatorio que no contiene exteriormente

ningún valor arquitectónico y que no refleja

desde el exterior, la arquitectura que se

descubre al pasar a su interior.” 7

7 MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000. P.36.

34

ORTEGA ANDRADE, F. Distribución de la tipología constructiva de la arquitectura Islámica (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

Por otro lado, se trataba de una “arquitectura ligada al suelo” en el más amplio

sentido de la palabra. Los árabes estaban acostumbrados a estudiar

minuciosamente el emplazamiento antes de realizar cualquier construcción.

Olían y oteaban el lugar detectando los vientos dominantes, las vistas

despejadas y, siempre que fuera posible, la proximidad de un río o un

manantial. Toda la construcción musulmana es una arquitectura “cercana al

medio”, no sólo en el emplazamiento y en el análisis de la climatología, sino en

sus materiales. Quizás lo más valioso en la construcción musulmana sea el uso

sensible de los materiales y la comprensión perfecta de sus posibilidades para

la construcción y la decoración.

Entre los calificativos con que se ha tratado de definir a esta arquitectura nos

encontramos con aquella que la denomina “arquitectura cuántica”,

entendiéndose como tal a la secuencia o sucesión de espacios perfectamente

medidos y controlados, cuyos ejes cambian de dirección al sobrepasar el

dominio funcional. Un conjunto islámico puede seguir creciendo como lo hace

un arrecife de coral, nos comenta Francisco Ortega, y es muy difícil que

podamos precisar, por su planta, cuál es su construcción inicial y cuáles sus

ampliaciones.

También podemos señalar la “ausencia de vínculos entre la función y la forma”

como una de las características de la arquitectura musulmana. Así, no hay

35

ninguna forma, ni elemento constructivo que esté comprometido con ninguna

función determinada.

3.1.1. Arquitectos, maestros constructores y artesanos

La documentación acerca de los edificios islámicos es mucho más pobre de lo

que se podía esperar, existiendo escasas fuentes e inscripciones islámicas.

Los mismos arquitectos no parecen haber recogido mucho acerca de su propia

labor, ya que no se han encontrado dibujos, cálculos y cuentas más que en un

par de ocasiones. Parece ser que arquitectos profesionales sólo existieron en

ciudades y en épocas de gran actividad constructora. A veces consideraban

oportuno desplazarse de un centro importante a otro y en ocasiones incluso

viajar a regiones lejanas con objeto de trazar determinados monumentos.

Posiblemente los maestros trazadores llevaron a cabo la mayor parte de la

labor constructora del Islam. Su arquitectura se prestaba más fácilmente que la

mayoría de las demás, a ser realizada por el proyectista no cualificado, ya que

las formas y las fórmulas de las plantas eran simples y se podían repetir con

ligeras variaciones. Además, se sabe muy poco acerca de la preparación

ORTEGA ANDRADE, F. Ejecución de fábrica de ladrillo en la Alhambra (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

36

formal de los arquitectos del Islam de cualquier época, aunque se tiene

conocimiento del hecho de que a veces la profesión de arquitecto existía en

una familia durante varias generaciones.

Existe sin embargo, en inscripciones y textos, una gran cantidad de alusiones a

maestros designados con el nombre de un oficio que formaba parte de la

construcción de un edificio; éstos pertenecientes probablemente a la segunda

categoría, es decir, a los maestros trazadores.

Los arquitectos alcanzaban con frecuencia un status social elevado, dándose el

caso de relaciones de amistad entre éstos y altos cargos de la política árabe,

sultanes y emires. Otros eran miembros de la clase dominante, que sin duda

proyectaban edificios por placer, por ejemplo se encuentra el arquitecto erudito

Fath ibn Ibrahim, quién según se decía construyó mezquitas en Córdoba y

Toledo. Los términos empleados para designar al arquitecto variaban según el

lugar y el tiempo, pero está claro que el término existía y era diferente del de

jefe de un oficio o constructor cualificado.

En general, los nombres de arquitectos raramente aparecen en sus edificios, ni

siquiera cuando hay inscripciones que conmemoran el nombre del mecenas y

otros dignatarios. En gran parte esto se debió a una cuestión de moda, ya que

en la época omeya en España era costumbre indicar el nombre del arquitecto

en un lugar destacado del edificio. En referencia a su trabajo, George Michell

coincide con otros autores en suponer que con frecuencia un edificio fuera

concebido, diseñado, ejecutado e incluso terminado por el mismo arquitecto.

Finalmente es importante incidir en la relación entre la profesión de arquitecto-

ingeniero con las matemáticas conocidas y empleadas en la época.

37

3.1.2. Dibujos arquitectónicos, técnicas de trazado y gastos

Numerosos testimonios nos confirman que la mayoría de los monumentos

islámicos se proyectaban en dibujos antes de ser construidos. Los arquitectos

islámicos heredaron las técnicas de dibujo de la Antigüedad, de las que

sabemos que, a juzgar por los delicados instrumentos para el dibujo lineal que

se han encontrado en excavaciones arqueológicas, así como por fragmentos

de dibujos, eran sumamente refinados.

Utilizaban pergamino para dejar constancia de sus diseños, según nos indica el

historiador al-Balawi acerca de la construcción de la mezquita Tulun en Fustat

(876-879), hasta que se introduce el papel procedente de China a partir del

siglo IX. Gracias a una miniatura del s. XVI encontrada en Afganistán

observamos que el plano arquitectónico utilizado disponía de una fina red de

líneas que surcaban el papel al completo, presumiblemente con el propósito de

establecer una modulación que facilitara la escala de las piezas utilizadas en su

construcción. A través de esta cuadrícula se ha podido observar la diferencia

de modulación, es decir, dimensiones de cubos distintas de un edificio a otro.

MICHELL, G. Plano de arquitectura islámico. (La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000) En la ilustración lateral, el arquitecto del emperador

mongol Babur sostiene un plano en cuadrícula, del

que se ha conservado algunas muestras, (en

imagen inferior), procedentes de Ukbekistan. El

módulo que determina las dimensiones de los

muros, ventanas, puertas, etc, solía estar en razón

simple con el tamaño de los ladrillos.

38

El empleo de una cuadrícula no excluía otros sistemas de dibujo basados en

coordenadas. En ambos queda patente el uso fundamental de la geometría en

la arquitectura, para así poder trasladar proporciones y medidas desde su

potencialidad a la realidad de su posterior construcción.

En cuanto el gasto que suponía la construcción de un edificio, evidentemente

iba de acuerdo al edificio proyectado. De cualquier forma, la mayoría de las

construcciones islámicas eran moderadas en su presupuesto, ya que la

literatura religiosa árabe censuraba justamente el gasto desmesurado en

mezquitas. La razón de esto no era otra que la conciencia de los sufrimientos

infligidos a las clases más pobres mediante el trabajo forzado y los impuestos.

3.1.3. Literatura sobre arquitectura y ordenanzas de oficios

No se conocen libros dedicados exclusiva o principalmente a la arquitectura

que sean anteriores al siglo XIII. El primer texto del que se puede decir que

incluía un manual de arquitectura parece que fue El libro de las cosas vivas y

los monumentos de Rasid al Din, escrito por el primer ministro de los

soberanos iljaníes de Irán a finales del siglo XIII. A principios del siglo XVII

Safar Efendi escribió un tratado de arquitectura que explica con detalle cómo

procedían en su trabajo los arquitectos de entonces.

Es posible que fueran más corrientes los textos acerca de la aplicación de las

matemáticas, a la arquitectura práctica. Se conoce uno del autor iraní Giyat al-

Din Kasi (1423) que incluía tablas para el trazado de arcos, y se conservan dos

manuales de carpintería, uno en Irak y otro en Túnez, como manuscritos

únicos.

“Las ordenanzas de oficios y mercados, que estaban incluidas en las leyes de

la hisba, las administraba el jefe del mercado y jugaban un papel importante en

el mantenimiento de la calidad de la producción de artistas y artesanos. se

conservan una serie de documentos de hisba, del siglo XVI, que contienen las

39

reglas para fijar los tipos de suelo, para regular los niveles de trabajo, y para

prohibir el uso de materiales inadecuados o baratos”.8

El tamaño de los ladrillos, de las viguetas de madera destinados a los pisos, del

entarimado y de las vigas de madera estaba asimismo sometido a reglas, así

como la calidad de la superficie de las tejas. El manual de hisba escrito en el

siglo IX por al-Nasir li-Din Allah recomienda que los fabricantes de ladrillo

cocido tienen que usar un tamaño uniforme de molde. Por el contrario, el

manual de hisba del s. XII de Ibn Abdun recomienda que los ladrillos han de

ser grandes adaptados al ancho del muro. En poder del almotacén, o colgados

de la mezquita mayor, deberá haber patrones del grueso de los tirantes y de las

vigas, así como del grueso de las tablas de solería. Estos patrones deberán

estar hechos de de madera dura, no susceptibles de carcoma. 9

3.1.4. Sistemas constructivos.

3.1.4.1. Piedra: mampostería y sillería.

Excepto en las regiones en las que la piedra escaseaba tanto que era

prohibitivamente cara, los muros tenían cimientos de piedra que se alzaban

hasta unos 50 centímetros por encima del nivel del suelo, o incluso más si era

probable que hubiera inundaciones. Los cimientos eran toscos cascotes o

cantos de río en las construcciones más baratas; de hiladas de sillería

toscamente labradas en la mayoría de los casos y de sillares pulimentados

solamente en los edificios más grandes y elegantes. Se escogía la piedra más

dura de la que se podía disponer, con frecuencia granito o basalto. Los

cimientos se hundían casi siempre por debajo del nivel del suelo, y su

profundidad oscilaba entre los 50 cms en las construcciones pobres, hasta los

11 m en el caso de altas edificaciones.

8 CLÉVENOT, D. Ornamentación del Islam. Ediciones Encuentro. Madrid, 2000.

9 MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000

40

MICHELL, G. La labra de sillares de piedra en la arquitectura Islámica. (La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

Hay algunos indicios de que el mortero hecho con cal, cuando se podía

obtener, se prefería para los cimientos y las esquinas de los edificios. El

mortero de yeso se usaba entonces para rejuntar las uniones de las superficies

exteriores de sillería o ladrillería, en cuyo caso el mortero de los lados interiores

y núcleo de los muros normalmente no era más que una lechada de arcilla

local, en ocasiones mezclada con paja o barcia.

En numerosos lugares del mundo islámico parece ser que durante mucho

tiempo fue costumbre construir con sillería el piso bajo, incluso a veces el

primer piso, y después cambiar el modo de construcción para pasar al ladrillo

en los pisos superiores. Era también una técnica habitual en la construcción de

alminares.

El hecho de que haya pocos ejemplos conocidos de arquitectos islámicos que

emplearan en sus edificios columnas de piedra recién sacada de la cantera, se

explica más bien por el aprovechamiento de columnas, capiteles y fustes

procedentes de edificios más antiguos. La mayoría de las columnas reutilizadas

eran de edificios religiosos propios de otras épocas e ideologías, por ello es

posible que esto también implicara el simbolismo del triunfo del Islam sobre las

religiones anteriores.

41

Esta costumbre de aprovechar material antiguo desapareció en el momento en

que el suministro se fue acabando, aproximadamente en la época abasí, hecho

por el que a partir de entonces tuvieron que ejecutar desde el comienzo los

elementos constructivos.

“La sillería adoptó la forma de hiladas alternas desde una fecha temprana. Una

de sus variaciones consistía en alternar hiladas de sillería con ladrillo.

En su vertiente decorativa, la piedra adoptó una utilización más precisa al

valerse de sus diferencias de color para subrayar las figuras y formas

arquitectónicas frente al simple aplacado del paramento.

Los vanos de piedra en la arquitectura islámica temprana empleaban con

frecuencia dinteles, a veces con arcos de descarga de piedra sobre ellos,

según la costumbre romana y bizantina. Los musulmanes adoptaron muy

pronto el dintel “engrapado” (de dovelas trabadas), con el tiempo estas formas

de trabazón se volvieron más complejas, sirviendo a fines más decorativos que

funcionales.”10

Los enrejados de mármol o alabastro fueron empleados en todas las fases de

la arquitectura que nos ocupa, tomando formas espléndidas de celosía como la

existente en la mezquita de aljama de Damasco (705-715).

3.1.4.2. Tierra: tapial, adobe y ladrillo.

Dentro de las fábricas que se ejecutan en tierra podemos distinguir el tapial y el

adobe.

A principios del siglo XV Ibn Jaldun describía las técnicas de construcción de

muros de tierra mediante tablas o encofrado, o lo que comúnmente conocemos

como tapial, con las siguientes palabras:

10 MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000.

42

“Se construyen muros con ella (la tierra) utilizando dos tablas de madera cuyos tamaños varían según la tradición local. El tamaño corriente son cuatro codos por dos (1.70x85 cm). Se colocan sobre los cimientos. La distancia entre ambas depende de la anchura de los cimientos que el constructor considere apropiada. Se unen entre sí con piezas de madera fijadas con cuerdas y bramante. Entonces se echa tierra mezclada con cal viva dentro (de este bastidor). La tierra y la cal viva se baten con instrumentos especiales… hasta que todo esté bien mezclado. Después se añade tierra una segunda y tercera vez hasta que se rellena el espacio entre las dos tablas. Entonces la tierra y la cal viva se han combinado y han formado una sola superficie. Luego se colocan encima, y del mismo modo, otras dos tablas y (todo) se hace de igual manera…y después así pieza por pieza hasta que se ha levantado todo el muro, que está tan firmemente unido como si fuera de una sola pieza”11

Existía otra técnica para ejecutar muros de tierra sin utilizar encofrados. En

este caso la tierra apelmazada se coloca formando altas hiladas que se dejan

secar antes de ponerse encima las siguientes. Una hilada típica, de 40 a 50

cms de altura, es más ancha en su parte inferior, de manera que sobresale

ligeramente de la que tiene debajo, dando lugar a una separación óptima entre

las hiladas que con frecuencia se acentúa debido a la acción de los elementos.

En su composición también entra un pequeño porcentaje de paja, barcia y

arena, que con grandes cantidades de agua se dejaba reposar dos días antes

de convertirlo en bolas de barro. Éstas, suficientemente amasadas y

golpeadas, adoptaban el ancho del muro para finalmente formar parte de las

hiladas descritas. Cada hilada se construía ligeramente combada hacia arriba

en su centro quedando más pronunciada esta técnica en las esquinas, de igual

modo se comprimía ligeramente a medida que el muro se elevaba.

Los vanos se consolidaban con losas de piedra o refuerzos de madera

empotrados en la tierra. Estas precauciones evitan que las grietas producidas

por la acción de los elementos hagan que las esquinas se desplomen hacia

11MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000. pp. 110 y

111.

43

fuera. Por el contrario, la consolidación de los mismos con el transcurso del

tiempo tiende a reforzar el edificio.

MICHELL, G. Muros de barro: hilada formada por bolas de arcilla apelmazada por percusión.

(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

El Ladrillo

Aunque los árabes construyeron en cada lugar con el material local, puede

decirse que es la construcción en ladrillo la que ha definido a su arquitectura.

Cuando se trataba de un edificio público y mínimamente monumental se

nombraba un almotacén o persona celadora de las dimensiones de los

materiales y de las proporciones de las mezclas. A éste le correspondía velar

por los patrones de los ladrillos, el grueso de las tablas y las dimensiones de

las escuadrías de las vigas. Primeramente se fijaban los patrones de los

ladrillos y con estos se fabricaban las gradillas, en las que se moldeaban los

ladrillos.

Los árabes usaban con mucha frecuencia el adobe o ladrillo crudo, secado al

sol, para los que usaban cualquier tierra arcillosa, arena y paja, que tras un

secado de no más de 48 horas, protegido de la lluvia y del sol directo,

44

quedaban listos para ser colocados. El adobe era un material económico y

doméstico, que era colocado por quién lo hacía, y por esta razón no pasaba al

horno. Pero en la obra pública y cuidada, los ladrillos elaborados con arcillas

escogidas, después de 72 horas de secado en las condiciones citadas, se

sometían a cochura por un tiempo también de 3 días en grandes hornos de

pila, que se cargaban y descargaban por la parte superior y en los que se

utilizaba un combustible que podía variar desde el estiércol seco hasta

arbustos y palos.

Tampoco tiene la construcción musulmana un ladrillo de dimensiones

determinadas: se empleaban de todos los tamaños, desde los pequeños de

10x10x3 cm³, tamaños medianos y cuadrados de 17 o 20 cm de lado y 4 cm de

espesor, hasta los mayores del tipo romano, de 60x60 cm², y los rectangulares

de 50x25 cm² o 43x22 cm², casi siempre de 4 cm de espesor y moldeados en

gradilla.

El mortero que comúnmente se usaba al colocar los ladrillos era una mezcla de

barro y paja cuando se trata de ladrillos secados al sol y yeso para el ladrillo

cocido, excepto en lugares expuestos a la humedad en los que se empleaba un

mortero de cal y arena.

ORTEGA ANDRADE, F. Muro en el mausoleo selyúcida de Qarrayan. Irán. (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

45

El uso de ladrillos que forman una decoración entretejida aparece por primera

vez en el s. VIII en el palacio de Ujaydir inspirándose en la decoración del

ladrillo de la antigua Roma. Evolucionó el sistema al colocar ladrillos en

entrante y saliente lo que permitió la realización, mediante sombras, de

inscripciones caligráficas. También se hizo uso de ladrillos vidriados en la

decoración, especialmente aquellos coloreados en lapislázuli que cubrían parte

de la superficie de la fachada insertados a intervalos espaciados.

Más sorprendente aún es la técnica de las incrustaciones en la fábrica,

mediante azulejos, marfiles y otras piedras semipreciosas. Para ello, sobre los

ladrillos de la fábrica que había de quedar vista, se tallaban con cincel y

exquisito cuidado, los huecos dentro del cual se alojarían las piezas rómbicas,

circulares o de estrellas que engalanaban al muro.

3.1.4.3. Arcos y bóveda

Es obvio que el arco es uno de los elementos constructivos consustanciales al

edificio musulmán. Así, podemos hablar del amplio desarrollo que el arco

encontró en este periodo, observándose escasa relación entre determinada

forma de arco y su construcción en un tipo de edificio concreto.

No obstante, su arquitectura no buscó nunca en el arco que fuera un elemento

capaz de salvar grandes luces, de manera que si demandaron del arco alguna

exigencia, a parte del gusto por la forma, ésta fue la de superar alturas.

Podemos, incluso, encontrar razones mecánicas por tener éste mayor

capacidad para recibir una carga puntual en la clave que otras soluciones

constructivas lineales.

Así pues, siendo en su origen la arquitectura musulmana una construcción

adintelada, muy pronto el arco pasó a formar parte de sus elementos

constructivos más habituales por influencia de sirios, griegos y sasánidas, que

participaban asiduamente en la realización de sus construcciones. Aunque

también fue de gran utilidad para resolver problemas de apeo en el sistema

adintelado, propio de la arquitectura mediterránea.

46

3.1.4.3.1. El arco de medio punto

Se introduce y permanece en la construcción musulmana, proveniente de la

Siria bizantina, desde el inicio del Islam. Adquiriendo, en su evolución, un

marcado carácter decorativo, propio de esta arquitectura que, como tantos

otros tipos de arcos, se engalanó con la construcción islámica, mostrando su

intradós recargado de múltiples lóbulos y, en ocasiones, cegando su vano con

planos de celosías, e incluso con cortinas de mocárabes.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco de medio punto (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

3.1.4.3.2. El arco apuntado

Fue sin duda el elemento más definitorio y generalizado de la construcción

islámica, hasta el punto que podría considerarse una creación suya, a pesar se

conocerse una cierta inspiración en las bóvedas de ojivas de origen sasánida.

Pero, de lo que no cabe duda es que es el artífice de su difusión y aceptación

por todo el vasto territorio islámico, por lo que podemos, sin ningún género de

dudas, adjudicarle a la arquitectura musulmana la paternidad de el arco

apuntado.

47

El arco apuntado tomó distintas formas. Así lo encontramos con sus dos ramas

curvadas, simétricas o de dos centros.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco apuntado (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

a) La forma más frecuente fue la de intradós mixtilíneo, en el que la parte

curva remonta hasta los riñones y, a partir de de esta altura, éste se resuelve

con una línea recta más o menos tendida hasta alcanzar la clave.

Este arco, de directriz casi recta, tremendamente esbelto y resuelto mediante

mocárabes, fue una solución propia de las portadas de los caravansares.

b) Igualmente, la forma apuntada acompañó con gran frecuencia al arco de

herradura.

c) Finalmente, podemos encontrarnos el arco apuntado ricamente

festoneado de lóbulos en su intradós.

48

3.1.4.3.3. El arco de herradura

Se cree que es una creación propia de un constructor armenio o de la costa sur

de Anatolia. El arco de herradura o traspasado, como le gusta llamarlo a

Auguste Choysy12 , constituye una solución de acabado del arco circular

peraltado.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco de herradura (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

La solución de peraltar el arco de medio punto o de elevar su cimbra por

encima de la línea de imposta, además de lograr mayor altura para el vano o

para la arquería, presenta la ventaja de sacar la cimbra con mayor facilidad que

aquellos arcos en los que la imposta pétrea era muy prolongada. Una vez

terminada la construcción del arco circular elevado sobre dichas impostas y

retirada la cimbra, se prolongaba la curva de la directriz del intradós, por debajo

de los salmeres hasta enrasarlo con el saledizo de la imposta.

12 CHOISY, A. El Arte de Construir en Roma. Instituto Juan de Herrera: Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas. Madrid, 1999.

49

3.1.4.3.4. El arco de herradura apuntado, de directriz mixtilínea

De clara traza y aire oriental tomó formas muy variadas y fue ejecutado tanto

en ladrillo, como en piedra.

Construido habitualmente recercado de mocárabes descolgados, es

característico del Este del irán y la India.

3.1.4.3.5. El arco lobulado

Es probablemente una germinación lógica que, partiendo de un pequeño arco

de herradura que resolvía un vano de escasa longitud, tuvo que multiplicarse

simétricamente al ensancharse el hueco, originando el arco trilobulado o

pentalobulado, para pasar más tarde a un mayor número de lóbulos y quedar

transformado en un arco polilobulado y finalmente angrelado.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco lobulado, angrelado y de cortina. (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

50

3.1.4.3.6. Bóveda

La bóveda no se asocia al edificio religioso, en todo caso es más propia de la

construcción funeraria. Aunque, puede decirse que la arquitectura musulmana

no asignó una función específica que requiriese la presencia de ella.

De igual modo sucede con el material utilizado, ya que éste no estaba

subordinado a un determinado tipo de bóveda.

Las más comunes de la arquitectura en estudio son las siguientes:

- bóveda de nervaduras cruzada

- bóveda de poligonalización

- bóvedas piramidales de plegaduras

- bóveda de cañón

Como originales nos encontramos con.

- artesa de bóvedas asociadas

- cúpulas

- bóvedas de ladrillo por tajadas

ORTEGA ANDRADE, F. Bóvedas (Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

En la bóveda de nervaduras, los arcos circulares salvan la planta cuadrada

dejando libre el centro de la bóveda. En ella, los nervios que arrancando desde

los puntos medios de los lados y que divergen hasta encontrar los lados

contiguos, se cruzan con los otros nervios a alturas distintas, de manera que

las intersecciones se producen con gran dificultad.

51

3.1.4.4. Revestimientos

Los enlucidos.

El yeso es el material más por excelencia para cementar enlucidos y morteros.

Este necesita de mayor temperatura de cocción que la cal para adquirir sus

propiedades. En general es cierto que el yeso se prefería para estucos de gran

precisión y esmerado acabado, mientras que la cal para el mortero en lugares

húmedos, en enlucidos para tejados o en enlucidos de mármol. Así mismo, la

cocción realizada a cada una de ellas constituía oficios diferentes. Se

mantenían entre 12 y 24 horas en el interior del horno a fuego intenso, cuánto

más tiempo a fuego lento mejor, entonces el material se comprimía con tierra y

se dejaba enfriar.

La cal se vendía directamente para proceder a su apagado antes de su

utilización, en cambio el yeso debía ser molido en molino de muela vertical

antes de que estuviera listo para su uso. El estuco de yeso era empleado para

la decoración ornamental, era barato y sencillo de trabajar. Los enlucidores

fueron desarrollando mezclas y técnicas de aplicación: algunos empleando cal,

consiguieron enlucidos sorprendentemente duros y duraderos, mientras que

otros destacaban por su extrema suavidad.

Como ejemplo, explicamos a continuación la técnica llevada a cabo en el

Yemen, donde se conserva este oficio sin haber sufrido a penas cambio

alguno:

En primer lugar se mezcla la cal con una finísima arena resultante del molido

de mármol. Tras dejar fermentar una semana se procede a su aplicación capa

a capa. Se extienden dos o tres capas y, a cada una de ellas, con

independencia, se las golpea durante 3 días con piedra. Finalmente se pule 3

veces con piedra pómez. Una semana más tarde se cepilla con agua haciendo

uso de un cepillo fino y es entonces cuando la superficie cambia de color

adquiriendo una tonalidad crema. Luego se aplica con un paño a mano, tuétano

52

de hueso, lo que contribuye a completar el bruñido y el aspecto de mármol que

presenta.

La diferencia con el enlucido de yeso estriba en que requiere de 3 trabajadores:

uno que cribe, otro que amase y evite su fraguado inesperado, y otro que

aplique o incluso moldee de modo decorativo la superficie a enlucir. En este

caso, se deja la capa solidificar después de haber sido extendida para proceder

a su posterior talla con cuchillo o molde.

3.1.4.5. Carpintería y talla de madera.

Aunque se sabe que en los países islámicos existe escasez de esta materia

prima, los techos eran en su mayoría de madera, a menudo ricamente tallada,

y las ventanas con celosía de madera fueron siempre un rasgo corriente en

arquitectura doméstica.

El hecho de que se aprovechase la madera vieja era probablemente debido,

más que a una gran escasez, a sus connotaciones originarias o que había

adquirido un cierto grado de santidad.

La talla de la madera era un oficio

especializado cuyos técnicos

realizaban desde la talla en relieve y

la talla en rehundido, hasta los

diversos tipos de celosías de madera

torneadas y caladas. El tornero

usaba un simple torno, que

accionaba con la mano izquierda

mientras que con la derecha sostenía

un cincel. Éste se accionaba

haciendo correr hacia delante y hacia

atrás una cuerda tensada colocada

en un arco. Las piezas torneadas y

unidas entre sí formaban los

complicados enrejados de las

ventanas con celosías en muchas

regiones.

MICHELL, G. Pilar y artesonado en madera Palacio Ali-Qapu.

(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

53

3.1.4.6. Trabajos en metal.

El metal tuvo una aplicación muy limitada dentro de la arquitectura islámica,

generalmente en puertas o cerca de ellas, siendo muy frecuente encontrarlo

extremadamente decorado. Existen bisagras y cerraduras de metales muy

diversos: hierro, latón, plata e incluso oro, pero también piezas más

complicadas, tales como tiradores, aldabas, placas y tachones.

Encontramos que había dos tipos de bisagras: aquellas de pivote, de influencia

iraní, o las más comunes: largas bisagras con pernio que encajaba en una

hembra circular fijada al marco de la puerta o ventana.

Con frecuencia los pestillos eran similares a las bisagras y enganchaban

asimismo a una hembra circular. Otras veces se usaban cerrojos de resbalón,

con agujeros taladrados para ponerles candados.

MICHELL, G. Puerta de hierro con hilera de tachones y tiradores. Irán

(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

54

3.2. Vinculación del agua al mundo religioso.

Hay una frase muy característica de la religión árabe, que dice así: “la limpieza

es parte de la fe” (al-nazafa min al-iman). La frase corresponde a un hadit, y

ello quiere decir que está directamente vinculada a la figura del propio profeta

Muhammad, a su conducta personal, a toda la tradición que en torno a él se ha

ido elaborando en la doctrina islámica.

La frase expresa con absoluta claridad lo que en un principio ético e ideológico

indiscutible: la vinculación de la noción de “limpieza” al mundo de lo religioso,

como elemento inseparable de la fe que es ejemplar manifestación de ella.

Nos situamos pues en un terreno que no tiene absolutamente nada de

insignificante, frívolo o baladí. Nos situamos en un terreno de valores

fundamentales, de principios básicos originarios, que definen y singularizan

tanto a la comunidad que por ellos se rige, como a cada uno de los individuos

que la constituyen, y a los que también se aplican13.

13 ALLAH, A. El siglo XI en 1ª persona. (Traducción de E. Lévi- Provencal y Emilio García Gómez). Alianza Editorial. Madrid, 1980. pp. 215.

“Se dice que la unión carnal es uno

de los mayores remedios de la

atríbilis, por la alegría que se

experimenta en el momento de

consumarla, y que otro remedio es

entrar en el baño, por el placer que

en él recibe el hombre. En realidad,

aquél a quien le guste disfrutar de las

delicias del mundo debe aprovechar

cuantas facilidades encuentre para

satisfacer su apetito, porque quien

arrebata a la suerte una hora de

placer, eso se encuentra, y quién la

deja para más adelante eso se

pierde, ya que el hombre es efímero

e hijo del instante”.

55

El Hamman no tenía como misión sólo la limpieza corporal pues, como piensa

el profesor Lévy-Provenzal, la limpieza del cuerpo en el mundo islámico es una

obligación religiosa: las abluciones o aguado (al-wudu). Así pues, además de

las abluciones que se hacían en las fuentes o mida de los patios (sahn) de las

mezquitas, el baño cumple una función ritual muy importante, y era uno más de

los modos para alcanzar la pureza legal antes de la oración, lo que en la

teología islámica se denomina tahara.

MENÉNDEZ PIDAL, R. (Historia de España,1965)

Interesante es observar cómo Ramón Menéndez Pidal, en su libro Historia de

España, describe la importancia que tiene el aseo anterior a la oración.

56

VILCHEZ VILCHEZ, C. Tramo central. Baño de Alhama (Algarra, J.) (Baños Árabes, Granada, 2001)

En el id al-fitr o gran fiesta de la ruptura del ayuno al finalizar el Ramadan, los

baños eran un hervidero de creyentes que hacían una limpieza completa de su

cuerpo. Según el compilador Argelino al-Maqqarí (siglo XVII) los habitantes de

Al-Andalus destacaban por su limpieza y practicaban además en los hamma o

manantiales minerales la hidroterapia.14

Leemos en el Corán (v,6): “¡Creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la azalá

(oración), lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasad las manos por la

cabeza y lavaos los pies hasta el tobillo. Si estáis en estado de impureza legal,

purificáos…y (si) no encontráis agua, recurrid a arena limpia y pasadla por el

rostro y las manos”15. Como vemos, es tan rígida esta obligación de las

abluciones que cuando no había agua se recurría a la arena, rito que en árabe

se denomina tayammum. 14 ALLAH, A. El siglo XI en 1ª persona. Traducción de E. Lévi- Provencal y Emilio García Gómez. Alianza Editorial. Madrid, 1980. 15 CORTÉS, J. El Sagrado Corán. Biblioteca Islámica «Fátimah Az-Zahra» 2005, El Salvador. p.182.

57

Sin embargo el hammam, además de rito religioso era entendido como

expresión del placer corporal provocado por las fases de cambio de

temperaturas extremas, al igual que ocurría en las termas romanas, y nos

repite el sentido hedonista de la vida islámica. Para comprender mejor este

aspecto transcribo un poema del escritor Ibn Baqi:

Este hedonismo es el origen de la utilización en el hammam hispano de

esculturas romanas reutilizadas, y de la etapa islámica en la que se realizaban

representaciones figuradas, humanas y animales, en escultura, pintura y

mosaicos, representaciones que en árabe se las conoce como suwar al-

hammam.

“Es falsa la creencia según la cual el baño fue en España una práctica

exclusiva de la población islámica y no de la cristiana y judía. Por el contrario,

entre los cristianos se bañaban reyes, nobles, burgueses e incluso frailes y

monjas”16

Numerosas fueron las ciudades que recogen la regulación del uso de los

baños, utilizados en los siglos XII, XIII y XIV. En algunas ciudades se empleaba

el baño por las tres etnias conjuntamente, y en otras había días concretos para

cada una. Este aspecto novedoso en el estudio de los baños fue dado a

conocer por primera vez por Aníbal Ruiz-Moreno, en su exilio de Buenos Aires.

Incluso se llegaron a construir nuevos baños idénticos a los árabes en ciudades

16 GOODWIN, G. España Islámica. Editorial Debate. Madrid, 1991.pp. 25-26

“Nuestro hammam es abrasador como la estación

de la canícula, pero al mismo tiempo encierra

en ella el frío vivo que no hace mal.

Dos contrarios entre los cuales el cuerpo humano

experimenta una gran voluptuosidad, como la rama

que goza conjuntamente del sol y de la lluvia”.

58

como Barcelona y Gerona en el siglo XII, y musulmanes granadinos erigieron el

baño del palacio de Tordesillas por orden del rey castellano Alfonso XI en el

siglo XIV.

Baño de Tenerías. Toledo. Autora M.C. del Campo Moreno

A finales de la Edad Media se abandonan los baños en la España cristiana

porque se pensaba que quienes los usaban pecaban de “molicie y

afeminación”. No cabe duda de que existió un transfondo integrista y racista en

este hecho, que se encargaría de trasladar la Inquisición a la población en

general.

59

3.3. Arquitectura, construcción y funcionamiento del

Hammam.

Los baños siguieron siendo edificaciones utilitarias dedicadas a la higiene

corporal que podríamos llamar clásicas por la influencia tan directa que

recibieron de las termas romanas. La principal diferencia se impuso en la etapa

emiral-califal (siglos VIII-XI), momento en que las salas se sitúan paralelas e

inscritas en un cuadrado o en un rectángulo, como ocurre en los baños del

Campo de los Mártires de Córdoba, y en los baños anejos al salón Rico de

medinat al-Zahara. Esta tipología será la que continúe a lo largo de todo el

periodo hispanomusulmán.

MICHELL, G. Los Baños de Gany Ali Jan en Kirman (La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000).

Según henri Péres podemos establecer una distinción en la etapa islámica,

entre los baños naturales o hamma y los baños clásicos, que en la actualidad

denominamos “baño turco” por influencia del romanticismo pictórico, y que en

árabe se llama hammam, plural hammamat. 17

Los hamma o manantiales de agua caliente y mineral abundaban en tierra

granadina (Sierra Elvira, La Mahalá, Alicún de Ortega, baños de Graena,

Alhama, etc.), pero no en todos se construyó un edificio que los albergara. De

hamma precisamente deriva el topónimo Alhama, del que tenemos ejemplos en

Zaragoza (Alhama de Aragón), en Murcia, en Almería y en Granada.

17 VILCHEZ VILCHEZ, C. Baños Árabes. Granada guías de Historia y Arte. Los libros de la estrella. Diputación de Granada. Granada, 2001.

60

MICHELL, G. Hammam de Istambul s. XVIII (La arquitectura del mundo islámico, 2000)

La estructura del hammam seguía fielmente el esquema romano, tomando

proporciones menores y eliminando una serie de salas complementarias.

Según Torres Balbás18, conocemos el nombre árabe de las distintas

dependencias del hammam gracias a un documento mozárabe del siglo XIII de

reparación de un baño propiedad del Monasterio de Dueñas de San Clemente,

(Toledo).

18 TORRES BALBÁS, L. Los baños públicos en los fueros municipales españoles. Al-Andalus Tomo XI. Madrid, 1946.

ORTEGA ANDRADE, F. Baño del Palacio de Comares

(Historia de la Construcción IV, 1998)

61

Por lo general, la planta del baño musulmán consta de una primera estancia

denominada al-bayt al maslaj, que corresponde a aquella bautizada en Roma

como apoditerium, vestíbulo de ingreso donde el cliente descansa, espera y se

desviste. Servía de guardarropa y sala de reunión, ya que en los muros de esta

estancia suelen abrirse taqas, camarillas de escaso fondo destinadas a

depositar la ropa. Exterior a esta zona solían venir emplazadas las letrinas,

retrete abierto por una ranura vertical en el suelo donde corría el agua,

generalmente un pequeño cubículo.

ORTEGA ANDRADE, F. Baño del Palacio de Comares

(Historia de la Construcción IV, 1998)

LÓPEZ RECHE. M. Baño del Palacio de Comares (Archivo de la Alhambra, s. MPD, 2970)

62

La siguiente estancia es denominada al-bayt al-barid, que corresponde a la

sala fría, o frigidarium en una terma romana. Estas dos salas, generalmente de

planta rectangular, suelen estar atajadas en sus extremos mediante arcos

perpiaños o gemelos, que originan espacios destinados al reposo (iwan). 19

Figura. S. Fría. Baño Bañuelo (Granada)

Figura. S. Fría. Baño el Polinario(Granada)

VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

La tercera estancia, la más espaciosa del baño, y correspondiente a la sala

templada o de vapor, cuyo nombre latino es el de tepidarium, se denomina en

la arquitectura islámica al-bayt al-wastani, que en árabe significa literalmente

“la sala intermedia”. Por su mayor dimensión, suele organizar la cubrición del

espacio central mediante cúpula apoyada en columnas.

19 IWAN. No han de confundir este espacio dedicado al reposo con aquél de los palacios persa-sasánidas. Este último era una sala rectangular o cuadrada, con 3 de sus 4 lados cargados, que servía de acceso a dichas edificaciones.

63

Sala Templada. Baños Bañuelo y de la Judería de Baza. VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

La cuarta sala, corresponde al caldarium o sala caliente de la época romana y

tiene la denominación árabe de al-bait al-sajun. El suelo de dicha estancia,

permanecía hueco y se sostenía por pilares de ladrillo, era una cámara de

tradición romana para calentar el suelo desde el horno. Como el suelo se

mantenía a altas temperaturas los usuarios circulaban desnudos pero calzados

con gruesos zuecos o alcorques de suela hueca, que impedían la transmisión

del calor y, como consecuencia, que se quemaran.

64

Sala Caliente en Baños Comares y Polinario. VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

La zona de servicio o hypocausis, hueco o arco de medio punto abocinado,

contaba también con caldera o al-burma, y todo este sector recibía el nombre

genérico de horno o al-furn (término derivado directamente del latino furnus),

aunque lo conocemos más comúnmente cómo leñera.

En algunos baños también se conserva un angosto callejón que era utilizado

para el acarreo de leña por acémilas, y que Jesús Bermúdez Pareja denominó

“calle de servicio del baño”. Quedaba abierto a modo de patio para facilitar el

acceso de las caballerías con sus cargas de combustible, ya que para caldear

el baño, se quemaba en el hornillo todo aquello que podía arder, sin molestias

para el vecindario.

65

Hypocausis. Baño de la plaza del mercado de S. Agustín VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

Respecto a el combustible, es curioso el relato que hace Michael Jenner, en

1984, en una crónica viajera a Sana’a, ciudad del centro de la meseta yemení

que estuvo durante siglos cerrada a la influencia arquitectónica actual: “El viaje

termina con una entrada al interior de la casa de baños (hammam) provistos de

una guía, en donde se enumeran 17 establecimientos de éstos, después de

una iniciación al ritual del baño. El combustible más importante es el

excremento humano (khara), recogido para proporcionar gran calor…El arriero

que abastece al baño con tal combustible, saca luego de él las cenizas, que

vende como abono a huertos y jardines donde se cultivan legumbres. Así, el

ciclo comienza de nuevo con la producción de alimentos.” 20

En cuanto a su construcción, los baños eran edificios de gran solidez, dado su

uso. Fundamentalmente se utilizaba para elevar los muros hormigón de cal

hidráulica, y para las bóvedas la piedra o el ladrillo. La tipología de las bóvedas

se relacionaba con el espacio que cubrían: las de medio cañón, rectángulos, y

las de aristas y esquifadas espacios compartimentados sostenidos por muros y

columnas.

20 JENNER, M. “Sana’a-Summit of Islamic urbanism”,The International Magazine of Arab Culture. Iraqui Cultural Centre of London. Londres, 1984. pp. 54 y 55

66

En el interior se cubrían los muros con un duro estuco, algunas veces

policromado, para poderlos limpiar fácilmente y con asiduidad. La disposición

en muros de los huecos de paso de una sala a otra determinaba ejes

quebrados de entrada y salida.

Restos de muro. Baño de Tenerías. Toledo. Autora M.C. del Campo Moreno

El suelo solía ser de mármol o de ladrillo. El pavimento de las distintas salas se

organiza con pendientes mínimas que aseguraban la eliminación del agua

vertida o derramada, las cuales eran conducidas hasta el exterior del hammam.

La naturaleza de esto pavimentos variaba desde el mármol y el barro cocido

hasta la piedra natural, en función del papel que cada estancia desempeñaba.

67

VILCHEZ VILCHEZ, C. Fuente baja de la Sala Vestuario. Baño del palacio de Dar al-Arusa (Baños Árabes, Granada, 2001).

El caño o desagüe, el humero o chimeneas y las cenizas procedentes del baño,

son tres elementos que han de evitar problemas a la vecindad, salvo que el

hammam sea más antiguo que las edificaciones levantadas en su entorno. El

hornillo constituía la parte sucia del baño donde trabajaban esclavos,

generalmente cautivos cristianos en espera de remisión. Éstos, caminando

sobre las bóvedas de cubrición del baño, cerraban o abrían las lucernas

(midwa, madawi en plural) mediante cristales coloreados, graduando así la

temperatura interior. Son estos orificios de forma geométrica (lobuladas,

cuadradas, rectangulares, hexagonales, octogonales o estrelladas) los que

cumplían una doble misión: en primer lugar daban luz cenital, y en segundo

lugar regulaban la cantidad de vapor y calor de las salas, según era la apertura

de los cristales que las tapaban. Las madawi eran muy llamativas, ya que

lucían colores muy diversos.

68

VILCHEZ VILCHEZ, C. Detalle de lucernas. Baño de Comares (Baños Árabes, Granada, 2001).

Bajo el arco abocinado ubicado entre el la sala caliente y el hornillo, un tabicón

separaba la parte sucia de la limpia del baño, evitando el paso del humo. Esta

pared será eliminada en época cristiana por la costumbre de permanecer

sentados ante el fuego sin molestias ante la presencia de aquél.

A ambos lados del hornillo solían disponerse nichos profundos, conteniendo

pilas de agua fría y caliente.

“La construcción del hypocausis bajo el pavimento de las salas templada y

caliente del baño, se organiza partiendo de un conducto principal que se inicia

en el hornillo, lugar de apoyo de la gran caldera de cobre donde se calentaba el

agua para todo el edificio”.21 Este conducto, ramificado en otros secundarios,

acaba conectándose con chimeneas abiertas en los muros, por donde el humo

y el aire caliente escapaban al exterior. Montado el pavimento sobre la red de

canales subterráneos, quedaba altamente caldeado; vertiendo agua fría sobre

él, podía obtenerse vapor para el correspondiente baño caliente.

21 DELGADO VALERO, C. Toledo Islámico: ciudad, arte e historia. Caja de Toledo. Toledo,

1987. p. 280.

69

Canalización. Baño de Tenerías. Toledo. Autora M.C. del Campo Moreno

La alimentación de agua a la caldera y desde ella a las distintas pilas se lleva a

cabo a través de conductos de barro (atanores) o de plomo que, alojados en

muros, prestan a éstos su calor perdido.

El recorrido interno del agua en el hammam no era complejo porque no

necesitaba de una gran red de tuberías, ya que sólo se utilizaba en la caldera y

en las pilas de agua fría y caliente, y para conseguir producir vapor por medio

de una diminuta fuente generalmente situada en al-bayt al-wastani. Aunque la

red interna de agua era pequeña, necesitaba el baño una gran afluencia. Para

conseguir este objetivo el hammam se abastecía de distintas maneras,

normalmente a través del entramado de acequias (al-saqiya) que recorrían las

ciudades y los campos. Muchas veces se complementaba el abastecimiento

con aljibes (al-jubb) que aseguraban el suministro, como ocurrirá en las

Mercedarias de Granada (madinat Garnata) o en el palacio de los

Abencerrajes de la Alhambra (madinat al Hamra).

70

Si la orografía así lo requería, se utilizaban las norias (na’wra) que subían el

agua desde las acequias o ríos, como encontramos en los baños de Ronda o

en el de Dar al-Arusa en el cerro del Sol, sobre el Palacio del Generalice.

VILCHEZ VILCHEZ, C. Alzado y Planta del Baño de Alhama (dibujo Manzano Martos, R) . (Baños Árabes, Granada, 2001).

En la etapa musulmana, como ocurrió en la época romana, había baños

públicos en las ciudades y pequeños pueblos, así como baños privados que se

construían en los grandes palacios y casas del estamento privilegiado.

Los baños públicos eran generalmente propiedad de las mezquitas y con la

recaudación se ayudaba a su mantenimiento. Eran construidos por lo emires y

grandes personajes, que los donaban a las mezquitas para su mantenimiento,

gracias al sistema de fundación piadosa de los hábices o ahdis. Un arrendador

era el encargado y lo ayudaban los mozos del baño o tayyab, y los masajistas

o hakkak, que limpiaban el baño, atendían la caldera y regulaban las lucernas.

71

El funcionamiento del baño público estaba perfectamente regulado y se

prohibía expresamente la coincidencia de hombres y mujeres. Según el

arrendador Ibn Abdun “el arrendador del baño no puede sentarse en el

vestíbulo cuando éste se abre para las mujeres, por ser ocasión de libertinaje o

fornicación”.22

Por las mañanas acudían los hombres y, por la tarde, las mujeres, las más

asiduas clientes del hammam en opinión del profesor Rachel Arié. Allí se

reunían con amigas y conversaban mientras se dedicaban largo tiempo al

cuidado de la piel con aceites y al teñido del pelo con alheña. A su servicio

estaban las maquilladoras o masita. Ibn Abdul especifica que “las pilas de los

baños públicos deben estar tapadas, porque si quedan al aire libre no se podrá

evitar que se ensucien, siendo así que estos lugares han de ser limpios por

definición”.23

22 PORRES MARTÍN - CLETO, J. Un enigma histórico El baño de la Cava. Fundación Juanelo Turriano. Toledo, 1991. p.p. 75-76 23 PORRES MARTÍN - CLETO, J. Un enigma histórico El baño de la Cava. Fundación Juanelo Turriano. Toledo, 1991. p.p. 81-82

72

3.4. El declive de los baños árabes

En las capitulaciones de los Reyes Católicos y Boabdil (Muhammad XII)

firmadas a fines de 1491, se ordenaba que los musulmanes que quedaran en el

reino de Granada “pudieran guardar sus buenos usos y costumbres.”24

Esta población se denominó morisca a partir de su paso a la corona española y

convivió con los dominadores cristianos. Pero la realidad se impuso y se

produjo lo que algunos historiadores han definido como “la imposible

coexistencia”.

Aunque el conde de Tendilla y el arzobispo fray Hernando de Talavera

respetaron en gran medida los pactos capitulados, algunas personas

relevantes, entre ellas los propios Reyes Católicos, que volvieron a Granada en

1499, como el arzobispo Cisneros, provocaron con su intransigencia la primera

rebelión de los moriscos entre los años 1499-1502. Se quería ante todo la

conversión obligada y el abandono de las costumbres de este sector de la

población.

En el año 1500 se hicieron unas “recomendaciones” a los moriscos del Albaicín

y por defecto a todos los que vivían en España, contra lo pactado en 1491,

algunas tan flagrantes como: “Lo primero que olvidéis toda ceremonia y toda

cosa morisca de la oración, en ayunos, en pascuas y en fiestas y en

nacimientos de criaturas y en bodas y en baños…”25

En el Cabildo de Granada de 30 de julio de 1501 ya no sólo se aconsejó el

abandono de los baños, sino su prohibición, porque se pensaba que era un

lugar de reunión para la conspiración de los moriscos; prohibición que se

mantuvo durante algunos años. Tras la derrota de la rebelión, se les ofreció

24 ALLAH, A. El siglo XI en 1ª persona. Traducción de E. Lévi- Provencal y Emilio García Gómez. Alianza Editorial. Madrid, 1980.p.87 25 MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000. p.p.93-94.

73

elegir entre la conversión masiva o el destierro al norte de África. Ante esta

disyuntiva, los moriscos que quedaron en España decidieron lo que el

antropólogo Julio Caro Baroja denominó como fenómeno de la taqqiya o

“disimulación” ante el poder hostil de los cristianos. Nos encontramos pues en

todo el siglo XVI con “moriscos disimuladores” que en público visten con

discreción y han abandonado sus costumbres y la fe islámica, y en privado

practican sus ritos y son auténticos musulmanes o “creyentes.

A lo largo del siglo XVI, en la época de Carlos V la vida de los moriscos se va

cristianizando, culminando el proceso cuando el emperador da permiso a la

Inquisición para entrar en la ciudad en 1526. Desde principios de siglo se

produce una remodelación de las ciudades españolas de mayor peso en

arquitectura islámica (plazas, calles, prohibición de saledizos, etc.) que se

remata con la conversión de las mezquitas en parroquias.

Sin embargo, es en la época de Felipe II cuando la situación se agravará. En

1566 y 1567 culmina todo este proceso con la promulgación de varias

pragmáticas que prohíben definitivamente el uso de la lengua árabe, de la

vestimenta tradicional, de las fiestas, del uso de la alheña por las mujeres, así

como el uso de baños árabes al ser considerados lugares construidos para la

conspiración: “Que no se bañaren en los baños artificiales y que los existentes

se destruyeran”26.

Esta pragmática fue respondida por el insigne Francisco Núñez Muley en la

Real Chancillería de Granada, como muestra del pensamiento de aquellos

tiempos, aunque sería despechado al ser rechazados sus argumentos. Esta

sería la base de la segunda rebelión de los moriscos, que comienza en 1568.

Vencidos finalmente, los moriscos fueron expulsados por Felipe III en 1610. A

partir de entonces los baños dejaron de utilizarse derribándose muchos de

ellos; no obstante, por suerte algunos han llegado hasta nuestros días, como el

de Tenerías (Toledo), objeto de este estudio.

26 GRABAR, O. ETTINGHAUSEN, R. Arte y Arquitectura del Islam 650-1250. Ediciones Cátedra. Madrid, 2000. p.23.

74

4. Los baños árabes encontrados en Toledo

4.1. Geología, geomorfología y localización geográfica

Como fundamental para la elaboración de las piezas de ladrillo que conforman

la edificación en estudio, no podemos dejar pasar la oportunidad de detallar en

este capítulo, a modo de preámbulo, la descripción detallada de la

geomorfología existente en la ciudad de Toledo.

Toledo en 1934

Paula López Arce Martínez en su Tesis: Ladrillos de edificios históricos de

Toledo: caracterización, origen de las materias primas y aplicaciones para su

conservación y restauración (Universidad Complutense de Madrid. Madrid,

2004), recoge todos los datos a este respecto.

La ciudad de Toledo se sitúa en la Hoja 53 del Mapa Geológico de España

(IGME, 1986) a escala 1:200.000, abarcando mayoritariamente la provincia de

Toledo, y parte de las provincias de Madrid y Ciudad Real. Los mapas

geomorfológicos (Instituto Geográfico Nacional, 1988) y geográficos (Instituto

Geográfico Nacional, 2002) donde se ubica la ciudad, corresponden a la Hoja

de Toledo-Sonseca a escala 1: 50.000, y a las Hojas 629-III Toledo (35-50) y

629-IV Sta. María de Benquerencia (36-50) a escala 1:25.000.

75

Topográficamente la ciudad de Toledo delimita tres grandes regiones, al Sur se

encuentra la Meseta Toledana, al Norte la región de La Sagra, y la parte

central, lo constituye el Valle del Tajo.

La Meseta Toledana, desde un punto de vista geológico, pertenece al Macizo

cristalino de Toledo, unidad compleja constituida por rocas metamórficas de

tipo migmatítico, junto con rocas plutónicas y enclaves de rocas menos

afectadas por el metamorfismo.

Las rocas de bajo metamorfismo son pizarras con intercalaciones de niveles de

calizas, dolomías y calcoesquistos, sobre las que aparece discordante un nivel

de conglomerados que pasan a alternancia con cuarcitas y pizarras. Tienen

edad Paleozoica (Cámbrico inferior, superior y Ordovícico) y afloran en el

centro de la meseta Toledana formando los relieves de la alineación de los

cerros del Pulgar, Layos, Nambroca y Almonacid, que se sitúan entre las dos

unidades geológicas cristalinas, quedando al Norte la migmatítica y al sur la

granítica. El piso culminante que corona los relieves montañosos aislados lo

forman las cuarcitas armoricanas Ordovícicas del Arenig.

Toledo en la actualidad Autora LÓPEZ ARCE MARTINEZ, P.

76

Las rocas plutónicas afloran al Sur de la Meseta y están representadas por un

batolito granítico intrusivo de edad hercínica, en el que se distinguen

granodioritas y adamellitas.

El casco antiguo de Toledo se asienta sobre el zócalo migmatítico, en el Norte

de la meseta Toledana, donde el río Tajo, que discurre de Este a Oeste, forma

un meandro encajado que ha dado lugar a un valle estrecho de vertientes

abruptas que rodean el casco histórico de Toledo.

Las rocas que constituyen este complejo de alto metamorfismo catazonal

(facies anfibolitas) son principalmente arteritas (estructura bandeada con mayor

componente feldespático que micáceo), anatexitas (rocas intermedias entre las

gneisico-migmatíticas y las graníticas, compuestas de cuarzo, ortosa y

plagioclasa, con textura gruesa) y agmatitas (mineralogía de las arteritas pero

sin estructura bandeada).

El valle del Tajo, se corresponde geológicamente con la llanura aluvial

cuaternaria del Tajo. Los valles de la vertiente Norte, descienden rectos en

dirección N-S buscando el nivel de base en el río Tajo. La vertiente Sur está

formada por el escalón topográfico que enlaza la superficie de la Meseta

Toledana con el fondo del valle.

Los barrancos que han labrado profundos surcos proceden del interior de la

meseta cristalina y del borde superior del propio escalón topográfico. Esta

unidad está formada por depósitos de sedimentos pleistocenos y holocenos de

origen fluvial, que han dado lugar a los fondos aluviales del valle del Tajo y a su

sistema de terrazas. Los depósitos de las terrazas son cantos, gravas, arenas,

básicamente cuarcíticas, y limos de litología cuarcítica, con una importante

proporción de granitos y menor de calizas. Los fondos aluviales están

constituidos por materiales finos, arenas, arcillas y limos.

En el margen derecho del río (al Norte) se encuentran materiales terciarios

miocenos de granulometría gruesa formados principalmente por

conglomerados y arenas, y es sólo a medida que se avanza hacia el norte

cuando comienzan a aparecer arcillas, margas y calizas margosas

77

correspondientes al Mioceno Superior. En general, hacia el Oeste y a lo largo

del valle del río Tajo, aparece una monótona sucesión de margas rojizas y

arenas arcósicas, más o menos arcillosas, con algunos niveles delgados de

cuarcita, cuarzo, y rocas cristalinas muy alteradas. Esta facies detrítica se

denomina «Facies Toledo» y es característica del borde sur de la fosa del Tajo.

En el margen izquierdo del río Tajo (al Sur), dentro de la llanura aluvial, se han

localizado restos de antiguas tejeras, que por el fácil acceso a la ciudad de

Toledo, su proximidad al río y por las arcillas que aparecen intercaladas en

terrazas aluviales cuaternarias, en las que abundan limos, arenas y arcillas,

estaban ubicadas en zonas perfectas para fabricar los ladrillos de la mayor

parte de los edificios históricos de Toledo.

La región de La Sagra, se encuentra en la cuenca terciaria del Tajo, unidad que

se extiende al Norte de Toledo desde su contacto con el macizo cristalino.

Sobre ella se asienta el Valle del Tajo, a excepción del tramo correspondiente a

la parte del zócalo migmatítico donde se ubica el casco histórico de Toledo. Los

materiales que constituyen esta unidad están formados por rocas

sedimentarias premiocenas, conjunto de edad cretácica, formado por una serie

de areniscas con intercalaciones margosas sobre las que afloran calizas

blancas muy erosionadas. Sobre estos materiales calcáreos se apoyan

terrazas fluviales o coluviones de ladera. Estos afloramientos son muy escasos,

limitándose al Este de la ciudad de Toledo, asociados a las grandes fracturas

alpinas, y adosados al escarpe Norte del macizo cristalino, en el contacto de

los materiales migmatíticos del zócalo y los sedimentos miocenos.

La serie miocena del borde Sur de la Cuenca del Tajo, se puede dividir en

cinco unidades litoestratigráficas, en función de su mineralogía y química

(García Romero E.et al, 1990). Las formaciones con carácter más terrígeno

(«Formación de Arenas Gruesas Rojas», «Formación de Arenas Gruesas

Pardas» y «Formación de Arenas Finas con Sepiolita, Sílex y Carbonatos»),

presentan una composición mineralógica resultante de los procesos de

herencia de los productos de alteración del área fuente, a excepción de los

niveles de sepiolita y ópalo que aparecen en la «Formación de Arenas Finas

78

con Sepiolita, Sílex y Carbonatos», que son depósitos autígenos. Las

formaciones detríticas más finas («Formación de Arcillas Rojas de la Sagra» y

«Formación de Arcilla Verdes») son el resultado de fenómenos de

transformación y neoformación.

Los materiales de la «Formación de Arenas Gruesas Rojas» proceden

directamente de la erosión de los Montes de Toledo y se caracterizan por la

presencia de abundantes cantos angulosos de rocas metamórficas, debido a

un transporte corto con mala clasificación. Son sedimentos depositados en las

zonas proximales de los abanicos aluviales situados en el borde sur de la

depresión y transportados por procesos de «debris-flow» y de «stream -flow».

Los filosilicatos que constituyen esta formación, principalmente esmectita,

junto con illita subordinada, resultado de la alteración en el área fuente, de

feldespatos y micas, probablemente se encuentra bajo un clima semiárido. Esta

unidad pasa lateralmente hacia el interior de la cuenca, a la «Formación de

Arcillas Rojas de la Sagra», con la que presenta una clara continuidad lateral.

Los sedimentos que la forman son principalmente lutitas illíticas que

constituyen la base de la industria cerámica de la región.

Hacia el Oeste, y en continuidad con la formación anterior, se encuentra la

«Formación de Arenas Finas con Sepiolita, Sílex y Carbonatos», constituída

principalmente por sedimentos terrígenos de origen ígneo, que puede seguirse

hasta zonas muy próximas al borde noroccidental de la cuenca donde debería

situarse su área fuente. En las zonas más distales, entre los sedimentos

terrígenos, se encuentran intercalados niveles lenticulares de sepiolita que son

explotados en algunos puntos, asociados a esmectitas magnésicas, rocas

carbonáticas o silíceas según los sectores. El medio de sedimentación de estos

materiales en la región de La Sagra, corresponde a las partes más distales de

un sistema de abanicos aluviales que se desarrolló en dicho borde.

Sobre la «Formación de Arcillas Rojas de la Sagra», y en total continuidad, se

encuentra la «Formación de Arcilla Verdes», de naturaleza principalmente

lutítica con filosilicatos mayoritarios, esmectitas magnésicas de composición

saponítica. Sus características sedimentológicas son las propias de una facies

79

de «mud-flat» depositada en los márgenes del núcleo evaporítico de la cuenca.

El techo de esta formación está formado por una alternancia de lutitas, arenas

y carbonatos, que ocupan la posición estratigráfica más alta.

Por último, está la «Formación de Arenas Gruesas Pardas» la cual se

encuentra recubriendo parcialmente las formaciones anteriores a excepción de

las Arcillas Verdes.

4.2. Estudios arqueológicos.

En este apartado se pretende realizar una síntesis de aquellos estudios

arqueológicos desarrollados hasta nuestros días sobre la existencia de los

baños árabes en la ciudad de Toledo.

En este caso, los profesionales de la arqueología difieren en algunos puntos de

vista al no estar completos los datos que se disponen de las edificaciones en

análisis, motivo por el que ser referenciados mediante hipótesis de ubicación y

morfología de aquellas partes que no se han conservado o que todavía no se

conocen.

Comenzando por la localización de los baños aparecidos en la urbe nos

topamos con algunas teorías sobre su reconstrucción. Trataremos aquí

aquellas que en seminarios y congresos recientes han dejado constancia de su

aceptación y cuyos resultados fueron publicados.

ROJAS, J.M. Mapa de Toledo con la situación de baños

80

RUÍZ, A. / LLINAS, C. Mapa de Toledo con la situación de baños

Si convenimos que los baños son establecimientos de uso común y

generalizando entre la población musulmana, dada la necesidad de purificarse

mediante las abluciones o el baño antes de rezar y, en especial, antes de

asistir a la oración del viernes en la mezquita, parece lógico pensar que los

baños deberían estar distribuidos estratégicamente en distintos puntos de los

barrios, en especial de los más poblados. Por ello, “cabe pensar que deberían

hallarse muy cerca de las mezquitas y, puesto que se trata de edificios de uso

generalizado entre la población, sería importante que estuvieran bien

comunicados y con buena accesibilidad”27.

Vistas estas características que, además de parecer lógicas, se suelen

establecer de cumplimiento generalizado en la mayor parte de los baños

medievales, al analizar la ubicación de los que se conocen en Toledo

encontramos que el factor fundamental que se da para que un baño se

encuentre en un lugar determinado es la proximidad al punto de abastecimiento 27 PASSINI, J. / ROJAS, J. M. / VILLA, J.R. Los baños extramuros de San Sebastián. Al-Qantara. CSIC. Revista de Estudios Árabes. Vol XVIII. Madrid, 1997. pp. 10

81

del agua. A partir de ahí, parecen quedar como factores de segundo orden la

cercanía a las mezquitas y la accesibilidad.

La conexión de los baños con las zonas de vaguadas o manantiales parece

darse en la mayoría de los casos que conocemos, si bien hemos de tener en

cuenta que la concentración de estos establecimientos contrasta con el vacío

de otras zonas de la ciudad con posible mezquita y densamente pobladas.

En cuanto al acceso, basta observar el caso del baño de Tenerías, donde se

presenta una zigzagueante y empinada rampa de la calle que quedaba junto al

extremo oriental del baño de Tenerías.

Esta cuestión de los caudales necesarios para mantener en funcionamiento un

baño nos lleva a plantear cuál sería el principal sistema de aprovisionamiento.

Por un lado se encuentran aquellos baños que, por su situación al final de

importantes vaguadas, podrían tener un aporte, básicamente de manantiales,

cosa que, casi con toda seguridad, no sucedería en la mayoría de los demás

baños, cuya situación a media ladera o en zonas elevadas les obligaría a

suministrarse de pozos.

También se sabe, gracias a los restos encontrados en el baño de Tenerías, que

tenían un aljibe o depósito, cuya función principal era, básicamente la

regulación del consumo, pues dada su pequeña capacidad, necesitaban tener

un importante suministro externo que repusiera los gastos diarios de agua.

A continuación hago un somero resumen de la hipótesis de ubicación según los

escasos restos arqueológicos encontrados:

82

4.2.1. El área de la Catedral

PASSINI, J. Área de la Catedral. (LOS BAÑOS Y EL AGUA EN TOLEDO,2006).

Según el arqueólogo Jean Passini, en contradicción con la historiadora Clara

Delgado, la cual tiene una nomenclatura sensiblemente diferente de los baños

con hipótesis de ubicación con ligeras variaciones, el área de la catedral que

fue el de la mezquita mayor desde el siglo IX al XI, comprende siete baños

localizados, cinco de ellos ubicados en el barrio del Cenizal y del Pozo Amargo

en los siglos XII y XIII.

El barrio del Cenizal y del Pozo Amargo

De estos cinco, tres eran bien conocidos durante la edad Media y deben

nombre al barrio, mientras los otros dos aparecen referenciados en los textos

de la época sin una designación precisa.

83

4.2.2. El área norte del barrio de San Nicolás.

En la Edad Media se mencionan tres baños en la parroquia de San Nicolás. El

primero, propiedad en el primer decenio del siglo XII del conde Pedro Ansúrez,

no está localizado con exactitud. El segundo, llamado “banno del espital”,

perteneció a la orden de Calatrava, que lo donó en 1249 a don Mair, almojarife

de Toledo. El tercero sirve de referencia para situar una casa en 1353, pero no

figura su nombre. Se dice que está cerca de la iglesia de Santa Cruz, y por ello

creemos que puede ser el mismo al que se alude en 1460 en la descripción de

una casa del arrabal de Santiago, de la que “una entrada como manguilla” linda

con la prolongación de la “calle del vanno de la Cruz ”.

Fig. Barrios de Cenizal y Pozo Amargo 1. Baño del Cenizal. 2. Baño del Caballel. 3. Colegio de los Infantes. 4. Baño Ruinoso. 5. Baño del Pozo Amargo. 6. Plaza del Cenizal. 7. Casa de la Fuente

PASSINI, J. Área del barrio San Nicolás. (Los baños y el agua en Toledo,2006).

84

No se ha podido localizar ninguno de estos baños, ni seguirlo después en los

textos. Por el contrario, el análisis del espacio y de las construcciones actuales

permitió hallar dos estructuras subterráneas en la zona norte del barrio, junto al

cauce natural de evacuación de aguas que desciende desde el punto más bajo

de la calle de Alfileritos, al pie de la colina de los Usillos, hacia la puerta de Bab

al-Mardum. A estas sub-estructuras, que evocan las de los baños antiguos,

vamos a llamarlas baño del Refugio y baño de Bab al-Mardum.

PASSINI, J. Área del barrio San Nicolás. (Los baños y el agua en Toledo,2006).

85

4.3. Interpretaciones acerca del baño árabe toledano.

Transcurridos alrededor de 10 años de estudio de los primeras edificaciones

encontradas (datada en 1997 la primera publicación de los hallazgos), los

arqueólogos responsables de las excavaciones consideraron que disponían de

datos suficientes para elaborar varias hipótesis sobre la función de algunas

salas que permanecían con una asignación errónea e incompleta. Esto nos ha

permitido entender el resto de los baños de Toledo, sobre los que también se

han elaborado hipótesis acerca de la función de las estancias conocidas y de la

ubicación de aquellas que no se han conservado o permanecen ocultas.

SPALZA, M. Tipos hipotéticos de baños árabes

Existen pues varios aspectos, como las razones de la distribución de los baños

o las fechas de su construcción en la ciudad, de los siglos X y XIII, en los que

las teorías existentes coinciden en afirmar que las garantías de abastecimiento

de agua prima en la elección de la ubicación del baño sobre la posible cercanía

a una mezquita, o la buena accesibilidad.

86

En el análisis realizado por los estudiosos de la materia (J.Passini, J.M. Rojas,

Clara Delgado, Carlos Barrio), sobre las funciones de las distintas estancias de

los baños toledanos, han creído encontrar varias características comunes que,

salvando las pequeñas diferencias que hay entre todas ellas, ya que no hay

ninguno igual a otro, las confieren una cierta singularidad respecto a la mayor

parte de los baños que se conservan en el antiguo al-Andalus. “Una de esas

características es la existencia de una sala de reposo y/o masaje, de pequeño

tamaño, claramente diferenciada de la sala templada. En Toledo no se conoce

ningún baño en el que esta sala sea mayor, o mucho mayor, que la caliente y

que, por tanto, hubiera concentrado las funciones de reposo y/o masaje junto a

las de aseo personal que, de por sí, se desarrollan en ella”.28

Entre las características comunes a todos los baños se encuentra la fortaleza

de la mayoría de las estructuras, en especial de las destinadas a la zona

húmeda o de baño propiamente dicha. De ahí que, a pesar de su antigüedad,

se hayan conservado buena parte de ellas. Las razones por las que son tan

sólidos se deben a que se trata de edificios que están sometidos a unas

condiciones especiales de uso, ya que sufren frecuentes dilataciones y

contracciones, junto con un alto porcentaje de humedad ambiental.

La manera de garantizar esa solidez no sólo debía estar basada en el

levantamiento de gruesos muros capaces de soportar el peso de las bóvedas

que cubrían esos espacios, sino también en la compensación de fuerzas y

empujes que se creaba en el conjunto de las bóvedas de las distintas salas.

Por tanto, estas estructuras abovedadas no sólo cumplían la importante función

de aislamiento térmico y acumulador de calorías, sino que, además

garantizaban la estabilidad del edificio.

Cabe concluir que, a la hora de edificar un baño, se tenían en cuenta unas

normas basadas en determinadas necesidades fundamentales. En primer

lugar, debían contemplarse las necesidades básicas e imprescindibles para

28 ROJAS, J.M. / GARRIDO, G. Informe final de Intervención Arqueológica en el baño de “El Angel” en Toledo. Consorcio de la Ciudad de Toledo. Toledo, 2007. p.36.

87

que funcionase cualquier baño, como la compartimentación en distintas salas

con distintas temperaturas y una importante distribución de agua para letrinas

pilas y bañeras. A partir de ahí, cabe pensar que en cada baño se llevaban a

cabo las adaptaciones que requerían sus necesidades concretas.

Las dimensiones y las formas de cada estancia diseñada surgían de la

adaptación de un espacio y un presupuesto económico, sin olvidar las

influencias culturales que primaban en el momento de la edificación. Por tanto,

se puede resumir que se da un importante número de factores en el hecho de

que no exista ningún baño igual a otro, sin que, por ello, dejen de cumplir unas

mismas funciones.

88

5. El baño de Tenerías de Toledo

5.1. Preliminares.

Estos baños se encuentran localizados junto al camino que conduce a la senda

ecológica del río, lindando con la ronda de la Cornisa. En cualquier caso están

en relación con San Cipriano y San Sebastián (posibles mezquitas) y su

ubicación sobre esta ladera tiene sentido si nos planteamos que su disposición

sobre el terreno aprovecha su temperatura cálida de su orientación sur,

además de permanecer cerca de las corrientes subterráneas que discurren

bajo sus cimientos.

Su cronología sólo se conoce al ser destruidos por la Orden de Calatrava a

inicios del siglo XIII aunque se cree que estuvieron en uso durante el siglo XII.

Son un conjunto de estructuras relacionadas con el agua, pertenecientes al

mundo musulmán, y realizadas con fábrica de ladrillo que se compartimentan

en varias salas cuyas cubiertas han desaparecido. A ellos se accedía a través

de una puerta practicada en una cerca que rodeaba el conjunto para restringir

el acceso incontrolado.

Baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

89

Los Baños fueron descubiertos y excavados entre 1988 y 1989.

Posteriormente, en 1997, la Confederación Hidrográfica del Tajo encargó

nuevas excavaciones y estudios a los arqueólogos Juan Manuel Rojas y

Ramón Villa. Los trabajos de investigación confirmaron la importancia del

yacimiento y la existencia de una ocupación humana durante la Edad Media,

que debió prolongarse hasta la Edad Moderna.

Tras su excavación los restos encontrados sufrieron un importante deterioro

provocado por el cambio producido en sus condiciones de conservación. En el

mismo momento de su descubrimiento comenzó la degradación. El equilibrio

alcanzado por los restos cubiertos durante cientos de años se rompe cuando

se lleva a cabo la excavación. Para ello se planteó el proyecto de recuperación,

que consistió en los siguientes trabajos:

Intervención previa.

Limpieza inicial.

Consolidación.

Puesta en valor y adecuación del yacimiento arqueológico.29

Actualmente un equipo se encarga de que el yacimiento esté en perfectas

condiciones de mantenimiento y de que pueda ser visitado por el turismo con

las debidas precauciones para su conservación. Además, actualmente el

conjunto arqueológico está rodeado de un camino que permite la

contemplación desde fuera, una plataforma y un panel explicativo que ayudan a

comprender la globalidad del yacimiento.

29 Arqueología y Patrimonio, S.L. Parque Arqueológico de Tenerías (Toledo). Intervención arqueológica. Memoria final de la Excavación. Consejería de Educación y Cultura. Toledo, 1998.

90

Baño de Tenerías, antes de su intervención arqueológica. Toledo. EL CONSORCIO DE TOLEDO. (Monográfico de Baños Árabes. Toledo, 2006).

J.M. ROJAS. Baño de Tenerías. Toledo. EL CONSORCIO DE TOLEDO. (Monográfico de Baños Árabes. Toledo, 2006).

91

5.2. Estancias contempladas.

Dentro de las estancias podemos distinguir:

Vestuario (al-maslah)

Distribuidor

Letrinas

Sala de reposo y masajes

Sala templada (bayt al-wastani)

Sala caliente (bayt al-sajun)

El aljibe

Caldera e Hipocausto30

El vestuario (al-maslah)

Se puede observar, en el lado oriental, la existencia de un espacio rectangular

situado de manera transversal, junto a los extremos orientales de la sala

caliente, templada y el distribuidor, que a pesar de que apenas se ha excavado,

por sus dimensiones, ubicación y el aparejo de los muros que lo componen

parece tratarse de la primera estancia de los baños, es decir, el vestuario

(maslah) o espacio seco, desde el que se accedía a la zona húmeda.

Las dimensiones de la planta que se observa en la actualidad, parece tener

unas características que permiten la presencia de un vestuario, en el que

además de las funciones propias del mismo, tendrían cabida las estanterías

con el correspondiente material de baño (toallas, jabones…)y, tal vez, una zona

ocupada por un barbero, junto con un espacio suficiente para permanecer

sentado mientras se espera.

Distribuidor 30 ROJAS, J.M. Informe de Intervención Arqueológica en B.A. Tenerías. Consorcio de la Ciudad de Toledo. Toledo, 1998.

Baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

92

La siguiente sala a la que se accedía de manera obligada desde el vestuario,

era una pequeña estancia de planta ligeramente rectangular, donde se

hallaban las puertas que comunicaban con las salas de baño, las letrinas y el

vestuario. Se cree que en el interior de dicha estancia existió una fuente o pila

en la que se recogía agua limpia para distintos usos.

Este distribuidor confiere un carácter diferenciador y de cierta singularidad a los

baños árabes de Toledo respecto a los que, por ahora, se conocen en otras

zonas del territorio de Al-Andalus.

Con objeto de evidenciar su función de sala de paso y no un segundo vestidor,

existen diversos argumentos fruto de estudio de los arqueólogos que trabajaron

en su puesta en valor:

1. El hecho de ser un espacio de reducidas dimensiones y tener tres

puertas, plantea un problema a la hora de situar las estanterías

destinadas a contener todo tipo de material de baño.

2. Parece ilógico suponer que, al ser el vestuario una estancia destinada a

la espera y la conversación, se encontrara junto a las letrinas.

Letrinas

En el extremo noroeste de la sala distribuidor se encuentra la puerta a través

de la cuál se accedía a las letrinas, subiendo a través de un pequeño tramo

acodado que tenía varios escalones. La sala constaba de tres retretes

separados por tabiques, con sus correspondientes sumideros o evacuatorios y

un punto para toma de aguas limpias.

Sala de reposo y masajes

En el extremo suroeste del distribuidor de este baño se abre la puerta que da

paso a una pequeña estancia de planta rectangular que conserva un espacio

más elevado junto a los muros norte y oeste. Es probable que se tratara de

93

una especie de banco de obra que, en los momentos de uso del baño, podría

estar cubierto por una estera y/o entarimado.

Esta sala es común en los baños toledanos y se cree podría servir como lugar

destinado a la preparación anterior a la inmersión, llevándose a cabo en ella

los frotamientos en seco a fin de activar la circulación sanguínea. Aunque

también es posible que se utilizara como sala de secado.

“Para bañarse como es debido, conviene que el bañista permanezca algún tiempo en el primer espacio; de ahí pase al segundo y se quede en él poco tiempo, y luego entre en el tercero (…) Finalmente, para salir se seguirá el mismo procedimiento, paulatino que acabamos de describir. A continuación, se tumbará en el tercer espacio hasta que se haya secado, es decir, hasta que ya no sude. Se secará el cuerpo con paños perfumados con agua de rosas y ámbar. En verano se secará con toallas de lino blandas y finas, y en invierno, con toallas de algodón o de seda.”31

Sala Templada (bayt al-wastani)

Estancia rectangular que se encuentra situada paralela y entre las salas

caliente y de reposo. Aunque es mayor que esta última, también es

notablemente más pequeña que la caliente, lo que sin duda viene a constituir

otra de las características que hacen diferentes a los baños toledanos, ya que

en el resto de España la sala templada suele ser mayor que la caliente.

Conserva los huecos de sendas alcobas en los extremos, encontrándose las

puertas de acceso a las salas caliente y de reposo enfrentadas, de igual modo

que sucede en la sala distribuidor con aquellas que comunica.

31 TORRES BALBÁS, Leopoldo. El baño de Torres Torres (Valencia) y otros levantinos. Al-Andalus Tomo XVII.2 Madrid, 1952.p. 123

94

Sala Caliente (bayt al-sajun)

La última sala en el recorrido de un baño es la caliente. Tiene planta

rectangular y es paralela y algo mayor que la templada. Se aprecian en ella dos

pilas de distinta forma y tamaño: la mayor es la situada en el extremo oriental.

En origen tenía forma semicircular, con un lado recto que actuaba de muro de

separación del hipocausto y a través del cual se producía el calentamiento del

agua. Sus dimensiones abarcaban casi al completo la alcoba, dejando un

mínimo espacio para alojar una posible cabina en el grueso muro de

contención de la fachada sur. En el extremo oeste de la sala había tres

alcobas, una de ellas dedicada a pila, de planta cuadrada y poco profunda,

mientras que las otras eran simples alcobas que servirían para lavarse o hacer

abluciones con la ayuda de un recipiente.

Sin duda, ésta era la sala más frecuentada, ya que además de ser un lugar

donde disfrutar del agua caliente, también se tomaban baños de vapor con los

que acelerar la sudoración y limpiar los poros de la piel.

El Aljibe

Fue construido junto a los muros occidentales de las salas caliente y templada.

Sus paredes eran muy bajas, apenas 1 m y además del depósito principal,

cuya planta era rectangular con un quiebro en el muro meridional, tenía una

Baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

95

prolongación a modo de canal abovedado, que llegaba hasta la sala

distribuidor.

A fin de poder efectuar una buena distribución del agua en la mayoría de las

salas, el aljibe estaba elevado a más de 1,60 m, al tiempo que se disponía de

varios canalillos que surcaban la parte superior de los muros. Probablemente,

servirían para distribuir el agua caliente procedente de la caldera.

Caldera e Hipocausto

La caldera y el hipocausto son los otros elementos fundamentales que no

pueden faltar en un baño de estas características, pues además de caldear el

ambiente de las salas principales del baño y de calentar el agua necesaria para

bañarse o lavarse, también consigue que se genere un ambiente propicio para

los baños de vapor.

En el baño de Tenerías, el hipocausto ocupaba el espacio rectangular existente

entre las pilas que había en los extremos y era alimentado a través de una

puerta que lo comunicaba con el espacio de la caldera, al que se accedía

desde la leñera, de la que no se conserva algún resto.

Pileta en Hipocausto. Baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

96

La estructura del hipocausto está construida de forma independiente al resto

del edificio, dado que el suelo de la sala caliente se apoyaba sobre un sistema

de falsas bóvedas, sustentadas por ocho pilares y por un murete perimetral.

Muro divisorio entre salas del baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

Hipocausto del baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

97

Toda la estructura era de ladrillos trabados con barro refractario que permitía

absorber grandes dilataciones en momentos de altas temperaturas sin que se

produjeran agrietamientos en ninguno de sus paramentos.

Sala caliente derruida sobre Hipocausto. Baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

98

6. El ladrillo refractario de Tenerías.

6.1. Introducción sobre el ladrillo refractario.

Romanos, judíos, árabes y cristianos construyeron la antigua ciudad de Toledo

con ladrillos como principal material de construcción. Por causas naturales y

antropogénicas, nuestro patrimonio arquitectónico es destruido tanto de forma

repentina como lentamente. Así por ejemplo, “el domo central de la catedral

Hagia Sofía (Estambul), construido entre el año 532-537 DC se hizo

íntegramente con ladrillo y tras varias restauraciones por daños producidos por

los frecuentes terremotos, éste todavía sigue en pie (Richards RW., 1990); se

investigaron las propiedades fisicoquímicas de estos ladrillos bizantinos,

demostrando que se emplearon técnicas de construcción y materiales

realmente resistentes a continuas tensiones y deformaciones, proponiendo

técnicas de restauración en base a estos estudios, de cara a futuros terremotos

(Moropoulou A. et al., 2000).”32

Los movimientos de tierra también pueden provocar agrietamientos en

construcciones de ladrillo; Cook D.A. et al. (2000), proponen opciones de

reparación modificando el comportamiento de la fábrica de ladrillo mediante la

introducción de refuerzos. Los conflictos bélicos también han provocado la

desaparición de edificios emblemáticos, que se han podido recuperar gracias a

posteriores restauraciones, como el Alcázar de Toledo destruido durante la

guerra civil española.

La degradación de los materiales de construcción de edificios históricos

también se produce de forma natural y progresiva por causas

medioambientales, cambios bruscos de temperatura, erosión provocada por el

viento, la lluvia y las heladas, dando lugar a disoluciones, corrosiones,

disgregaciones, agrietamientos o desprendimientos de ladrillos, morteros y

piedra natural.

32 GYMPEL, J. Historia de la Arquitectura de la Antigüedad a nuestros días. Ediciones Könemann. Barcelona, 2005, p.p.65-66

99

“Los efectos de la contaminación ambiental por gases producidos en la

combustión de vehículos, industrias y calefacciones de los hogares, tales como

NOx, SO2 ó CO2, (Massey S.W., 1999; Cultrone G. et al., 2000), así como, el

vertido de soluciones con elevadas concentraciones de metales pesados a las

aguas (Deely J.M.& Fergusson J.E., 1994; Klavins M. et al., 2000), cuya

evaporación conlleva a la posterior deposición de estas partículas sobre los

materiales durante las precipitaciones (como lluvia ácida, por ejemplo),

reaccionando con los mismos y provocando su disolución, y la reprecipitación

de minerales secundarios, como costras enegrecidas de alteración de yeso,

apatito, singenita, oxalato, acetato, o pátinas de oxidación (Bowler G.K. et al.,

1996; Sabbioni C. et al., 1998; 2003; Valls del Barrio S. et al., 2002,

Moropoulou A. et al 2003). La acción de los organismos, hongos, líquenes,

algas, etc, también puede producir efectos negativos en los materiales de los

edificios (Danin A., 1993; Carballal R. et al., 2001; Mottershead D. et al.,

2003)”.33

La carta de Atenas de 1931, recomienda la colaboración de todos los países,

de los conservadores de monumentos y de los arquitectos, con los

representantes de las ciencias físicas, químicas y naturales, para alcanzar

resultados seguros de aplicaciones siempre mayores, y la difusión, por parte de

la Oficina Internacional de los Museos, de estos resultados mediante noticias y

publicaciones regulares sobre los trabajos emprendidos en los diversos países.

Durante las tres últimas décadas, la conservación del patrimonio arquitectónico

ha adquirido un interés creciente por parte de científicos, arquitectos,

historiadores del arte, ingenieros y arqueólogos, convirtiendo esta materia en

una nueva área de investigación interdisciplinar. Muchos edificios históricos

están siendo restaurados debido a una mayor consciencia de la importancia

que tiene su conservación, como parte de nuestra historia y herencia del

conocimiento tangible para futuras generaciones, a las que se les muestra los

materiales propios de una región, los diferentes estilos arquitectónicos

33 LÓPEZ ARCE MARTINEZ, P. Tesis: Ladrillos de edificios históricos de Toledo: caracterización, origen de las materias primas y aplicaciones para su conservación y restauración. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2004. p.p. 145-146.

100

empleados o la convivencia conjunta de diferentes culturas, pudiendo así

visualizar en el presente el legado arquitectónico del pasado. Esta

rehabilitación del patrimonio arquitectónico mejora a su vez la fuente regional

de riqueza que genera el turismo.

Actualmente, cuando un edificio histórico de ladrillo está muy deteriorado y

necesita ser restaurado con materiales de sustitución, se utilizan ladrillos

antiguos procedentes de derribos o se emplean ladrillos de fabricación actual

con características de forma y aspecto similares a los originales. Sin embargo,

además del aspecto estético, el estudio de la composición mineralógica y

propiedades físicas, hídricas y mecánicas del material original es crucial para

mantener el equilibrio físico-químico con los materiales adyacentes donde se

va a intervenir, para evitar una posible degradación acelerada de los mismos

debida a una incompatibilidad composicional o petrofísica. Para llevar a cabo

este tipo de tareas de restauración, se requiere una profunda caracterización

tanto de los materiales originales como de los de sustitución, para controlar el

comportamiento físico-químico del sistema. El conocimiento histórico no es sólo

analizar y conservar el material, también es investigar la metodología para

producirlo y utilizarlo.

Los principales objetivos de la caracterización de materiales cerámicos son la

conservación y restauración, apoyando a los estudios arqueológicos que

incluyen, la determinación del origen de las materias primas de esos

materiales, los procesos y cambios de los objetos arqueológicos sufridos

durante el enterramiento, la estimación de la temperatura original de cocción y

la reconstrucción de los procesos implicados en las técnicas de cocción y

tecnologías de fabricación.

Los ladrillos y los productos cerámicos se pueden considerar rocas

metamórficas artificiales, que el hombre ha creado a partir de una materia

prima arcillosa, moldeándola y sometiéndola posteriormente a un cierto grado

de temperatura durante la cocción en los hornos (“metamorfismo industrial”), lo

que conlleva por tanto, a unas rutinas de investigación próximas a las llevadas

a cabo con las rocas metamórficas. De este modo, las técnicas modernas

101

empleadas en el campo de la mineralogía, petrología y geoquímica son muy

útiles para el estudio de materiales cerámicos arqueológicos, y utilizadas de

forma complementaria proporcionan unos resultados más fiables que la

utilización de una sola técnica.

Los ladrillos experimentan dos fases de cambios antes y después de la

conformación del producto cerámico. La primera fase es la transformación de

arcilla en ladrillo, desde su extracción en una formación geológica hasta la

fabricación del producto acabado listo para ser utilizado en construcción,

mediante los procesos de molienda, amasado con agua, secado y cocción. La

segunda fase es la historia posterior de cambios físico-químicos del ladrillo

colocado en el edificio, debido a la deposición e interacción con fluidos

externos, partículas contaminantes, depósitos orgánicos y variaciones

climáticas que modifican el equilibrio dinámico del ladrillo con su entorno

ambiental, y provocan una degradación del ladrillo a largo plazo.

Las técnicas de análisis termogravimétricos (ATG) y termodiferenciales (ATD),

difracción de rayos X (DRX), microscopía electrónica de barrido, (MEB) y

medidas porosimétricas de cerámicas medievales y bizantinas, han revelado

interesante información sobre los procesos de fabricación histórica y sobre las

materias primas empleadas en su elaboración.

La naturaleza, forma y tamaño de los diferentes tipos de granos incluidos en la

matriz de un ladrillo pueden ser estudiados con un simple microscopio de

polarización. Esta técnica básica permite diferenciar materias primas: arenas

de cuarzo, feldespatos, micas, carbonatos y minerales accesorios (anfíboles,

piroxenos, granates, esfenas, etc), fragmentos de rocas plutónicas, volcánicas

y metamórficas, chamotas (fragmentos cerámicos añadidos a la arcilla), y color

y textura de la matriz arcillosa.34

34 LÓPEZ ARCE MARTINEZ, P. Tesis: Ladrillos de edificios históricos de Toledo: caracterización, origen de las materias primas y aplicaciones para su conservación y restauración. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2004.

102

La MEB junto con el análisis elemental semi-cuantitativo utilizando

espectrómetros de energía dispersiva de rayos X (EDX), proporciona imágenes

de alta calidad que facilitan la interpretación de numerosos problemas

arqueológicos. La información sobre el grado de vitrificación de cerámicas

antiguas, y sus correspondientes temperaturas de cocción obtenidas mediante

análisis de MEB permiten distinguir entre diferentes tradiciones en la tecnología

cerámica de tiempos históricos. Los análisis de microsonda electrónica (ME),

combinando la óptica electrónica con el análisis químico puntual de pequeños

granos minerales accesorios característicos, contenidos en la matriz del ladrillo

determinan su composición, identificando así su procedencia. La DRX y los

ATD se han aplicado frecuentemente al estudio de fases minerales y

compuestos químicos en materiales cerámicos. La espectroscopia Mössbauer

es una técnica muy adecuada para el estudio de las fases minerales de hierro

en un amplio rango de muestras y de sistemas complejos. Esta técnica es

particularmente útil para estudiar materiales cerámicos, porque los análisis

cualitativos y cuantitativos de los compuestos y estados de oxidación de hierro

proporcionan información relacionada con el color, técnica de cocción y

tecnología de fabricación de la cerámica.

103

6.2. Metodología de análisis

Para alcanzar los objetivos propuestos, este proyecto se ha organizado en las

siguientes fases de investigación:

La situación idónea para este tipo de estudios es obtener muestras de ladrillos

de todas las épocas históricas en que se desarrolló la construcción de los

baños árabes en Toledo, y dentro de ellas obtener muestras representativas

correspondientes a condiciones de enterramiento (yacimientos arqueológicos) y

a condiciones áreas (edificios). Así mismo dentro de estas últimas muestras de

los muros exteriores (fachadas y patios) e interiores (sótanos y pisos

superiores). Sin embargo en la práctica, la toma de muestras de ladrillos

históricos depende de las intervenciones de restauración que se estén

realizando durante el periodo de ejecución del trabajo. Por ello este muestreo

necesita de la colaboración de arqueólogos especializados de la Diputación

Provincial de Toledo.

Las muestras de ladrillos históricos se extrajeron por medio de paletas,

martillos, macetas y cortafríos, picos, mazas y alcotanas, raspando la tierra,

mortero o argamasa que servía de trabazón entre piedras y ladrillos, y

eliminando las piedras y ladrillo que ejercían de cuña entre la mampostería y

las verdugadas.

Para la caracterización de los ladrillos, se considera que las técnicas

instrumentales más adecuadas son la difracción de rayos X (DRX) a fin de

determinar la composición mineralógica, y los ensayos tecnológicos para las

propiedades petro-físicas, resistencia a compresión, absorción y succión de

agua, densidad y porosidad.

La determinación de la temperatura de cocción se estimará a partir de las fases

minerales presentes en el ladrillo, características de una temperatura de

cocción determinada. Para conseguir más información se emplea el método de

104

los recocidos, que se basa en la aparición y desaparición de especies

minerales una vez que se haya superado la temperatura de cocción original.

El estado de conservación de los ladrillos históricos determina a través de la

relación de sus propiedades físicas, del estudio de la morfología química, tipos

y abundancia de huellas de alteración presentes, tanto en la superficie como el

interior de los ladrillos y de la influencia que ejercen en el deterioro de los

ladrillos, la mineralogía, la temperatura de cocción de las piezas, la edad de las

mismas, el ambiente de exposición, así como los posteriores estudios

comparativos con las probetas, elaboradas con las arcillas de las antiguas

canteras.

Para la determinación de la edad de los ladrillos, aunque se puede realizar de

un modo aproximado a partir del estilo arquitectónico del edificio donde se

encuentra ubicado, se llevarán a cabo análisis de luminiscencia ópticamente

estimulada en algunas muestras de ladrillos, para contrastar los resultados

sobre la datación de los ladrillos con los proporcionados por los arqueólogos.

Antes de llegar al laboratorio, el ladrillo muestreado debe incluir una ficha con

la historia del edificio en restauración (incluir el apéndice referente al baño de

Tenerías), el estilo arquitectónico, la edad aproximada, las técnicas de

extracción y la posición de muestreo exacta, para conocer su ambiente de

conservación: por ejemplo, las condiciones de enterramiento, insolación,

irrigación, etc. Posteriormente, en el laboratorio se realiza la caracterización

instrumental y tecnológica.

Conocida la composición, textura y comportamiento ante la cocción, así como

las propiedades petrofísicas o tecnológicas, se estudian las alteraciones en

función del ambiente de conservación. Tomadas las muestras de los baños

árabes de Toledo, se clasifican en función de su exposición ambiental

específica, in-situ.35

35 LÓPEZ ARCE, P., GARCÍA GUINEA, J., GRACIA, M., OBIS, J. (2003). Bricks in historical buildings of Toledo City: characterisation and restoration. Materials Characterization, Vol 50, pp-59-68.

105

Muestra de ladrillo a ensayar Autora M. C. del Campo Moreno

La dimensión de la muestra a tomar, según recomendaciones de laboratorio,

ha de ser la correspondiente al fragmento de un ladrillo, siendo representativo

del edificio en análisis. Una primera se tomará en la sala de hipocausto y otra

de un elemento constructivo que no haya requerido la exposición a las altas

temperaturas.

6.2.1. Metodología aplicada en la extracción de muestras arqueológicas

En líneas generales, la metodología a la hora de recoger las muestras

arqueológica para su estudio en laboratorio debe seguir las siguientes pautas:

A. Localización de la muestra dentro del yacimiento (ubicación

espacial mediante coordenadas topográficas).

B. Documentación de la muestra “in situ”:36

B.1) Descripción del contexto arqueológico “inmediato” en el que

se halla, es decir, si se trata de un ladrillo, describiremos con

anterioridad en que muro o pared se encuentra, las dimensiones

36 CABALLERO ZOREDA, L. “Método para el análisis estratigráfico de construcciones históricas o lectura de paramentos”, Informes de la construcción, 46,n. 435, 37-46. Madrid, 1995

106

del mismo, sus características constructivas (a soga a tizón…) y

de que elemento constructivo forma parte (si del hipocausto, de

una piscina, de la cámara de combustión, de la de cocción…)

B.2) Descripción de la propia muestra in situ: medidas, a que

altura o hilera se halló, en que parte de la estructura, color y

material de composición.

B.3) Documentación fotográfica de la muestra “in situ” y con

escala o jalón y brújula o indicador que indique el norte

geográfico, para referenciarla visualmente en el contexto

arqueológico.

C. Proceso de extracción de la muestra. Varía según que tipo de

muestra sea. En este caso habría que cortar un fragmento de

ladrillo. Si el muro estuviera algo deteriorado, la argamasa fuese

poco compacta o la estructura estuviera trabada sin argamasa,

sólo habría que usar herramientas de fricción y apalancamiento

para horadar entre las juntas y hacer saltar la pieza. Si hubiese

que cortar se usarían herramientas de corte. Las usadas

habitualmente suelen ser paletines, piquetas, picos, serruchos…

a gusto del arqueólogo que haga el trabajo.

D. Una vez obtenida la muestra debe ser convenientemente

empaquetada y etiquetada. Dependiendo del material que sea, el

tipo de análisis que se vaya a hacer y el estado de conservación

de la pieza se usará un tipo u otro de envoltorio, aunque lo más

recomendable en este caso sería un envoltorio plástico o de tela

para evitar la pérdida de cualquier trozo que pudiera

desprenderse.

Si se elige envoltorio plástico, es preferible que sea poroso o, en su defecto,

hacer agujeros para que el ladrillo no sude y/o se dañe. Posteriormente, lo ideal

sería introducir este primer envoltorio en otro más rígido (caja de madera o

107

cartón duro) amortiguado dentro con material blando (papel, tela) para impedir

daños en el transporte.

La etiqueta debe indicar que material contiene, de donde se ha extraído y el

momento en que se realizó la recogida del mismo (día, fecha, hora). Lo idóneo

es colocar la misma etiqueta tanto en el envoltorio interior como en el exterior.

De cualquier modo, la metodología varía según las circunstancias de

extracción, el criterio del arqueólogo y el tipo de análisis a realizar, de ahí se

aporta una descripción preliminar sobre el procedimiento a seguir, debiéndose

especificar correctamente, por los profesionales encargados de los trabajos,

una vez queden definidos todos los datos descritos.

Así pues, siguiendo estas premisas se han realizado dos informes de

extracción arqueológica que se adjuntan a continuación y en los que queda

documentada la información, antes señalada, teniendo presente que dicha

información es específica para cada elemento constructivo recogido.

108

INFORME DE EXTRACCIÓN ARQUEOLÓGICA DE

MUESTRAS DE LADRILLO Y MORTERO EN EL BAÑO

ÁRABE DE “TENERÍAS” EN TOLEDO

109

6.2.1.1. Informe de Extracción arqueológica de muestras de ladrillo y

mortero en el baño árabe de Tenerías

DATOS DE INICIO.

Fecha: 22 de junio de 2011.

Hora: 12:00 horas.

Emplazamiento: Baño árabe de “Tenerías” en c/ carreras de S. Sebastián s/n.

Localización: Muestras extraídas del muro de la sala templada (materiales no

refractarios) y de uno de los pilares de la sala hipocausto (materiales

refractarios). Queda indicado en plano adjunto.

Estado del muro: No ha sufrido alteración ni reconstrucción alguna, aunque

presenta una altura aproximada de 25 centímetros y la cohesión entre las

piezas es escasa. Se mantiene expuesto a la intemperie por ser una

construcción que no conserva la techumbre ni ningún material que lo proteja.

Estado del pilar: Igualmente se mantiene expuesto a la intemperie ya que la

sala caliente, que permanecía sobre la sala de hipocausto analizada no existe

en la actualidad, por haberse derruido. Los pilares de donde extraigo ladrillo y

mortero son aquellos que están localizados al norte de la sala.

MUESTRA 1. Fragmento de LADRILLO REFRACTARIO

Dimensiones: Soga: 17 cms ; tizón 10cms y grosor 4 cms (dimensión irregular).

Peso: 0,560 kg

Color del ladrillo: Rojizo oscuro.

Situación en el pilar: Ladrillo perteneciente a la segunda hilada de uno de los

pilares incompletos, siendo su última pieza que queda al descubierto.

Permanece colocado a tizón en una de las caras del pilar y a soga en aquella

perpendicular a ésta.

Material de composición: Arcilla.

MUESTRA 2. Restos de MORTERO REFRACTARIO

Peso: 0,310 kg

110

Color del ladrillo: Rojizo grisáceo.

Situación en el pilar: Mortero de cohesión entre el ladrillo perteneciente a la

primera hilera y el de la siguiente de un pilar incompleto.

Material de composición: Cal, arena, agua y arcilla.

MUESTRA 3. Fragmento de LADRILLO NO REFRACTARIO

Dimensiones: Soga: 12 cms ; tizón 8 cms y grosor 3 cms (dimensión irregular).

Peso: 0,420 kg

Color del ladrillo: Rojizo.

Situación en el pilar: Ladrillo perteneciente a la cuarta hilada del muro

incompleto, siendo su última pieza que queda al descubierto. Permanece

colocado a soga.

Material de composición: Arcilla.

MUESTRA 4. Restos de MORTERO NO REFRACTARIO

Peso: 0,255 kg

Color del ladrillo: Blanquecino.

Situación en el pilar: Mortero de cohesión entre el ladrillo perteneciente a la

tercera y cuarta hilada del muro incompleto.

Material de composición: Cal, arena y agua.

SALA TEMPLADA DE BAÑO ÁRABE DE TENERÍAS M.C. del Campo Moreno

111

PILARES SITUADOS EN EL EXTREMO NORTE DE LA SALA HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE DE “TENERÍAS” DE 10 CMS DE ALTURA Y COMPUESTO POR 2 HILADAS, DE DONDE PROCEDEN LAS MUESTRAS EXTRAÍDAS 1 Y 2.

PLANTA DEL BAÑO ÁRABE DE “TENERÍAS” EN TOLEDO. SITUACIÓN ACTUAL (R. VILLA Y J.M. ROJAS).

MURO DE FÁBRICA QUE CONSERVA 4 HILADAS Y DE DONDE PROCEDEN LAS MUESTRAS EXTRAÍDAS 3 Y 4. MUESTRA 3 TOMADA DE RESTOS DE LADRILLO FRAGMENTADOS Y DESPRENDIDOS POR GELIFRACCIÓN.

112

MOTIVOS DE ELECCIÓN DE LAS MUESTRAS.

MUESTRAS DE SALA HIPOCAUSTO.

1. Las muestras 1 y 2 pertenecen, cada una de ellas, a los dos pilares

situados más al norte de la sala hipocausto, los cuales no han sido

reconstruidos nuevamente hasta dar por completa la altura originaria de

los mismos. Así pues, el material de dicho elemento constructivo puede

ser considerado íntegramente de la época en que fue edificado el

recinto.

2. Las piezas a extraer están situada en la parte inferior de la fábrica de

ambos pilares, donde quedaba expuesto a temperaturas superiores. Por

lo que se presupone, debido a este hecho, que el ladrillo fue fabricado

para poder tolerarlas, es decir, su grado de refracción se entiende será

el mayor de entre todas las piezas de la sala. (En caso de existir

diferentes características entre los ladrillos de la misma).

3. Se escogen las muestras de unos pilares y no del muro que acoge a la

caldera por encontrarse en mejores condiciones de conservación que

este último, ya que no estuvo directamente expuesto al punto ignífugo

que se desarrollaba dentro de ella.

4. Debido a la facilidad de extracción que supone disponer de un pilar

exento e incompleto que da lugar a poder adquirir sin complicación su

última pieza.

5. Con motivo de no producir posibles alteraciones en el orden establecido

de los muros colindantes, originarios en su altura inferior, y que

sustentan estructura de fábrica reconstruida. En dicho caso alternativo

podrían ocasionarse desprendimientos e incluso la ruina del mismo.

113

6. Al haberse detectado, tras una observación minuciosa de la sala, que

era factible el desprendimiento del ladrillo sin relativo esfuerzo en su

procedimiento.

7. Por ser la pieza encontrada un fragmento de ladrillo completo e

inalterado en toda su estructura.

MUESTRAS DE SALA TEMPLADA.

1. Las muestras 3 y 4 pertenecen a uno de los muros que cierra la sala

templada, los cuales no han sido reconstruidos nuevamente hasta dar

por completa su altura originaria. Así pues, el material de dicho elemento

constructivo puede ser considerado íntegramente de la época en que fue

edificado el recinto.

2. La muestra 3, es decir el ladrillo no refractario, fue tomada de restos de

ladrillos fragmentados y desprendidos por gelifracción.

3. Debido a la facilidad de extracción que supone disponer de un muro

incompleto en altura que da lugar a poder adquirir sin complicación su

última pieza.

4. Con motivo de no producir posibles alteraciones en el orden establecido

de los muros colindantes, originarios en su altura inferior, y que

sustentan estructura de fábrica reconstruida. En dicho caso alternativo

podrían ocasionarse desprendimientos e incluso la ruina del mismo.

5. Al haberse detectado, tras una observación minuciosa de la sala, que

era factible el desprendimiento del ladrillo sin relativo esfuerzo en su

procedimiento.

6. Por ser la pieza encontrada un fragmento de ladrillo completo e

inalterado en toda su estructura.

114

HERRAMIENTAS UTILIZADAS EN LA EXTRACCIÓN.

Paletín.

Escoplo.

Martillo.

Bolsa y etiqueta.

Caja de cartón.

Cinta Métrica.

METODOLOGÍA DE EXTRACCIÓN.

En líneas generales la metodología que se lleva a cabo en la extracción de la

presente muestra arqueológica para su estudio en laboratorio consiste en:

1. Localización de la muestra dentro del yacimiento (ubicación espacial

referenciada en la planta).

2. Documentación de la muestra “in situ”:

descripción del contexto arqueológico “inmediato” en el que se halla, es

decir, si se trata de un ladrillo, describiremos con anterioridad en que

muro o pared se encuentra, las dimensiones del mismo, sus

características constructivas (a soga a tizón…), de que elemento

constructivo forma parte (si del hipocausto, de una piscina, de la cámara

de combustión, de la de cocción…)

descripción de la propia muestra in situ: medidas, a que altura o hilera se

halló, en que parte de la estructura, color, material de composición.

documentación fotográfica de la muestra “in situ” y con escala o jalón y

brújula o indicador que indique el norte geográfico, para referenciarla

visualmente en el contexto arqueológico.

115

3. Proceso de extracción de la muestra. Este es diferente dependiendo

del tipo de muestra extraída.

LADRILLO REFRACTARIO (L.R.): En este caso no es necesario

cortar la pieza por haber localizado un fragmento del mismo de fácil

adquisición, perteneciente a un pilar que se encuentra ligeramente

deteriorado y que está adherido a la hilada inferior mediante mortero

disgregado. Por todo ello, solamente sería necesario utilizar

herramientas de fricción y apalancamiento, con objeto de poder

horadar entre las juntas el espacio suficiente que provoque el

desprendimiento de la pieza.

Primeramente se sitúa el escoplo entre la hilada primera y segunda y,

ayudado por dos golpes de martillo aplicados en el extremo del

mango de dicha herramienta, hacemos saltar la muestra

independizándola del material de agarre. La recogida de la muestra

se realiza manualmente.

MORTERO REFRACTARIO (M.R.T.): Este material lo encontramos

suelto y disgregado, por lo que se procede a extraerlo mediante

paletín únicamente.

LADRILLO NO REFRACTARIO (L.N.R.T.): La pieza no dispone de

adherencia alguna y es posible su adquisición sin necesidad de

herramientas, únicamente se extrae de modo manual.

MORTERO NO REFRACTARIO (M.N.R.T.): Este material lo

encontramos suelto y disgregado, por lo que se procede a extraerlo

mediante paletín.

4. Una vez obtenida las muestras se cree convenientemente

empaquetarlas y etiquetarlas. Dependiendo del material que sea, el

tipo de análisis que se vaya a hacer y el estado de conservación de

la pieza se usará un tipo u otro de envoltorio, aunque lo más

116

recomendable en este caso es un envoltorio plástico para evitar la

pérdida de cualquier fragmento que pudiera desprenderse.

En la elección de envoltorio plástico, es preferible que éste sea poroso o, en su

defecto, disponga de aberturas suficientes para evitar la posible sudoración o

daño de las muestras. Posteriormente, se procede a introducir este primer

envoltorio en otro más rígido (caja de madera o cartón duro) para así

amortiguar la pieza que quedará colocada sobre una cama de relleno (papel,

tela) que aminore su movimiento al transportarlo.

La etiqueta debe indicar qué material contiene, de dónde se ha extraído y el

momento en que se realizó la recogida del mismo (fecha, hora). La misma

etiqueta ha de figurar tanto en el envoltorio interior, como en el exterior.

DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA.

Muestra 1 (LRT) Extracción de ladrillo refractario de uno de los pilares pertenecientes a la sala hipocausto de Tenerías. Utilización del escoplo y el paletín.

117

Muestra 2 (MRT) Extracción de mortero refractario del pilar contiguo al del ladrillo perteneciente a la sala hipocausto de Tenerías. Utilización de un paletín.

PILAR Nº 8. Restos del pilar de hipocausto de donde procede la muestra 2: Mortero Refractario (M.R.T.)

PILAR Nº 6. Restos del pilar de hipocausto de donde procede la muestra 1: Ladrillo Refractario (L.R.T.)

Sala Hipocausto. C.M. del Campo Moreno.

1

3

2

5

4

7

Situación hipotética del resto de pilares

118

PILAR Nº 6. Sala Hipocausto

PILAR Nº 8. Sala Hipocausto

Pilares de sala hipocausto. M.C. del Campo Moreno

Muestras 3 y 4 tomadas de ladrillos

no refractarios fragmentados y

desprendidos por gelifracción en muro

de fábrica. Sala templada.

119

INFORME DE EXTRACCIÓN ARQUEOLÓGICA DE

MUESTRA DE LADRILLO Y MORTERO EN EL BAÑO

ÁRABE DE “EL ÁNGEL” EN TOLEDO.

120

6.2.1.2. Informe de extracción arqueológica de muestras de ladrillo y

mortero en el baño árabe de “El Ángel” en Toledo

DATOS DE INICIO.

Fecha: 15 de junio de 2011.

Hora: 13:15 horas.

Emplazamiento: Sala de Hipocausto del baño árabe de “El Ángel” en c/ El

Ángel de Toledo.

Localización: Muestras extraídas del pilar más sur-occidental de la sala.

Estado del pilar: No ha sufrido alteración ni reconstrucción alguna. Presenta

una altura aproximada de 40 centímetros y la cohesión entre las piezas es

escasa.

MUESTRA 1. Fragmento de LADRILLO REFRACTARIO

Dimensiones: Soga: 28 cms ; tizón 10-15 cms y grosor 4 cms (dimensión

irregular en su lado menor, dotando a la muestra de una forma trapezoidal).

Peso: 1,940 kg

Color del ladrillo: Rojizo oscuro alterno con tonos negros en sus extremos.

Situación en el pilar: Ladrillo perteneciente a la quinta hilada del pilar

incompleto, siendo su última pieza que queda al descubierto. Permanece

colocado a tizón en una de las caras del pilar y a soga en aquella perpendicular

a ésta.

Material de composición: Arcilla.

MUESTRA 2. Restos de MORTERO

Peso: 0,510 kg

Color del ladrillo: Rojizo.

Situación en el pilar: Mortero de cohesión entre el ladrillo perteneciente a la

quinta hilera del pilar incompleto, última pieza que queda al descubierto y la

hilada anterior.

Material de composición: Cal, arena y agua

121

PILAR SUR-OCCIDENTAL DE LA SALA HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE DE “EL ÁNGEL” DE 40 CMS DE ALTURA Y COMPUESTO POR 5 HILADAS, DE DONDE PROCEDEN LAS MUESTRAS EXTRAÍDAS.

PLANTA DE LA SALA DE HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE DE “EL ÁNGEL” EN TOLEDO UNA VEZ RETIRADOS LOS RELLENOS.

SITUACIÓN ACTUAL

122

MOTIVOS DE ELECCIÓN DE MUESTRA.

8. La muestra pertenece a un pilar que no está alterado constructivamente,

ya que los restos encontrados no han sido reconstruidos para así

completar la estructura del mismo en toda su altura. Así pues, el material

de dicho elemento constructivo puede ser considerado íntegramente de

la época en que fue edificado el baño árabe en análisis.

9. La pieza a extraer está situada en la parte inferior de la fábrica del pilar,

donde quedaba expuesto a temperaturas superiores. Por lo que se

presupone, debido a este hecho, que el ladrillo fue fabricado para poder

tolerarlas, es decir, su grado de refracción se entiende será el mayor de

entre todas las piezas de la sala. (En caso de existir diferentes

características entre los ladrillos de la misma).

10. Se escoge la muestra de un pilar y no del muro que acoge a la caldera

por encontrarse en mejores condiciones de conservación que este

último, ya que no estuvo directamente expuesto al punto ignífugo que se

desarrollaba dentro de ella.

11. Debido a la facilidad de extracción que supone disponer de un pilar

exento e incompleto que da lugar a poder adquirir sin complicación su

última pieza.

12. Con motivo de no producir posibles alteraciones en el orden establecido

de los muros colindantes, originarios en su altura inferior, y que

sustentan estructura de fábrica reconstruida. En dicho caso alternativo

podrían ocasionarse desprendimientos e incluso la ruina del mismo.

13. Al haberse detectado, tras una observación minuciosa de la sala, que

era factible el desprendimiento del ladrillo sin relativo esfuerzo en su

procedimiento.

123

14. Por ser la pieza encontrada un ladrillo completo e inalterado en toda su

estructura.

HERRAMIENTAS UTILIZADAS EN LA EXTRACCIÓN.

Paletín.

Escoplo.

Martillo.

Bolsa y etiqueta.

Caja de cartón.

Cinta Métrica.

METODOLOGÍA DE EXTRACCIÓN.

En líneas generales la metodología que se lleva a cabo en la extracción de la

presente muestra arqueológica para su estudio en laboratorio consiste en:

5. Localización de la muestra dentro del yacimiento (ubicación espacial

referenciada en la planta).

6. Documentación de la muestra “in situ”:

descripción del contexto arqueológico “inmediato” en el que se halla, es

decir, si se trata de un ladrillo, describiremos con anterioridad en que

muro o pared se encuentra, las dimensiones del mismo, sus

características constructivas (a soga a tizón…), de que elemento

constructivo forma parte (si del hipocausto, de una piscina, de la cámara

de combustión, de la de cocción…)

descripción de la propia muestra in situ: medidas, a que altura o hilera se

halló, en que parte de la estructura, color, material de composición.

124

documentación fotográfica de la muestra “in situ” y con escala o jalón y

brújula o indicador que indique el norte geográfico, para referenciarla

visualmente en el contexto arqueológico.

7. Proceso de extracción de la muestra. Este es diferente dependiendo

del tipo de muestra extraída.

LADRILLO: En este caso no habría que cortar la pieza por haber

localizado un fragmento del mismo de fácil adquisición, perteneciente

a un pilar que se encuentra ligeramente deteriorado y que permanece

adherido a la hilada inferior mediante mortero disgregado. Por todo

ello, solamente sería necesario utilizar herramientas de fricción y

apalancamiento, con objeto de poder horadar entre las juntas el

espacio suficiente que provoque el desprendimiento de la pieza.

Primeramente se sitúa el escoplo entre la hilada cuarta y quinta y,

ayudado por dos golpes de martillo aplicados en el extremo del

mango de dicha herramienta, hacemos saltar la muestra

independizándola del material de agarre. La recogida de la muestra

se realiza manualmente.

MORTERO: Este material lo encontramos suelto y disgregado, por lo

que se procede a extraerlo mediante paletín únicamente.

8. Una vez obtenida las muestras se cree convenientemente

empaquetarlas y etiquetarlas. Dependiendo del material que sea, el

tipo de análisis que se vaya a hacer y el estado de conservación de

la pieza se usará un tipo u otro de envoltorio, aunque lo más

recomendable en este caso es un envoltorio plástico para evitar la

pérdida de cualquier fragmento que pudiera desprenderse.

En la elección de envoltorio plástico, es preferible que éste sea poroso o, en su

defecto, disponga de aberturas suficientes para evitar la posible sudoración o

daño de las muestras. Posteriormente, se procede a introducir este primer

125

envoltorio en otro más rígido (caja de madera o cartón duro) para así

amortiguar la pieza que quedará colocada sobre una cama de relleno (papel,

tela) que aminore su movimiento al transportarlo.

La etiqueta debe indicar qué material contiene, de dónde se ha extraído y el

momento en que se realizó la recogida del mismo (fecha, hora). La misma

etiqueta ha de figurar tanto en el envoltorio interior, como en el exterior.

DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA.

Foto 1. Foto 2.

Foto 3. Foto 4.

126

FOTOS 1, 2, 3, 4, 5, 6 Y 7: ELECCIÓN DE PILAR PERTENECIENTE A LA SALA

HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE DE “EL ÁNGEL”.

MUESTRA SITUADA EN LA HILADA QUINTA DEL MISMO.

M.C. del Campo Moreno

Foto 5.

Foto 6. Foto 7.

127

Foto 8.

Foto 9. Foto 10.

Foto 11. Foto 12.

FOTOS 8, 9, 10, 11 Y 12: PROCEDIMIENTO DE

EXTRACCIÓN LLEVADO A CABO CON EL

LADRILLO.

SE UTILIZAN LAS HERRAMIENTAS: ESCOPLO Y

MARTILLO.

J.M. Rojas Rodriguez - Malo

128

Foto 13.

FOTO 13: MUESTRA DE FRAGMENTO DE LADRILLO EXTRAÍDO DE

DIMENSIONES 28X10/15X4 CMS.

J.M. Rojas Rodriguez - Malo

129

Foto 14. Foto 15.

Foto 16. Foto 17.

FOTOS 14, 15, 16 Y 17 EXTRACCIÓN DE RESTOS DE MORTERO SITUADO

ENTRE LA HILADA CUARTA Y QUINTA DEL PILAR MÁS SUR-OCCIDENTAL DE

LA SALA HIPOCAUSTO.

MORTERO DE SUJECCIÓN DEL LADRILLO SUBSTRAÍDO CON ANTERIORIDAD.

J.M. Rojas Rodriguez - Malo

130

6.2.2. Relación de ensayos de laboratorio realizados

En este trabajo se ha denominado técnicas de caracterización instrumental, a

todos aquellos análisis que determinan su textura (MO, MEB), composición

química (FRX, EDS, EM) y mineralógica (DRX, ME), las reacciones físico-

químicas (ATD, TL/LEO), y las pérdidas de peso (TG) que se producen cuando

las muestras son sometidas a calentamiento.

De entre los siguientes ensayos, señalo aquellos que hemos realizado y de los

que hemos obtenido resultados a modo de resumen, para posteriormente,

detallar más ampliamente la metodología empleada:

Facultad de Geológicas UCM. LOPEZ ARCE, P.

131

Microscopia óptica de polarización (MO)

La microscopía de polarización permite establecer comparaciones y similitudes

entre ladrillos históricos y probetas fabricadas con las mismas arcillas históricas

que se emplearon antiguamente.

Difracción de rayos X (DRX)

Todos los análisis difractométricos de los ladrillos se realizan sobre muestras

en polvo, para la determinación de la mineralogía global, tanto de las muestras

sin recocer como de los recocidos a diferentes temperaturas, para ello las

muestras se trituran en un molino de discos a 1.400 rpm. Posteriormente se

muelen en mortero de ágata hasta un tamaño inferior a 50 μm.

En los ladrillos históricos y en las probetas de arcilla cocida, también se llevan

a cabo análisis de DRX de la mineralogía global para estudiar la evolución de

las fases minerales tras su cocción a diferentes temperaturas, 700º, 800º, 900º

Y 1000ºC, y para observar si las probetas cocidas presentan análogas

composiciones que las de los ladrillos históricos.

Difractómetro de Rayos X. LOPEZ ARCE, P.

132

Ensayos Físico-Hídricos

Las propiedades relacionadas con los procesos de captación, pérdida y

circulación de agua en el interior de las rocas, en nuestro caso ladrillos, se

denominan propiedades hídricas y su conocimiento nos ayuda a caracterizar el

comportamiento de éstas frente al agua.

Para conocer la cinética del proceso de absorción, las probetas se ponen en

contacto con el agua midiendo cada cierto tiempo el incremento de peso por el

agua absorbida.

6.2.3. Metodología de ensayos de laboratorio.

Las propiedades tecnológicas de un producto cerámico no sólo están

relacionadas con las características mineralógicas y granulométricas de las

materias primas, también dependen del proceso de producción: técnica de

moldeo, tiempo y temperatura de secado, velocidad y temperatura de cocción,

tiempo de permanencia en el horno, tipo de combustible, etc. La porosidad,

distribución del tamaño de poro, coeficiente de saturación, capilaridad, tasa de

evaporación de agua, absorción de agua y la resistencia a compresión, en los

productos cerámicos son propiedades que se consideran importantes para

predecir su durabilidad y por tanto su posible comportamiento ante las elevadas

temperaturas (respuesta refractaria).

Debido a esta razón he dedicado una parte importante del presente estudio a

realizar los ensayos físico químicos necesarios que me permitan determinar

estas características.

133

6.2.3.1. Preparación de probetas, fraccionamiento y denominación de las

mismas.

Primeramente enumero la nomenclatura asignada a cada una de las

muestras extraídas arqueológicamente, con su correspondiente fotografía y

dimensiones. Para, tras realizar su división en fracciones, asignarle el

subíndice adecuado.

Ladrillo Refractario de Tenerías (L.R.T.)

Ladrillo No Refractario de Tenerías (LRT)

Ladrillo No Refractario de Tenerías (L.R.T.)

Dimensión: 17 x 10 x 4 cm

Peso: 0.560 Kg.

Fracción irregular de ladrillo.

Dimensión: 12 x 8 x 3 cm

Peso: 0.420 Kg.

Fracción irregular de ladrillo.

134

Ladrillo Refractario de El Ángel (L.R.A.)

Se lleva a cabo la partición de probetas mediante herramientas de corte y

presión (escoplo y martillo) que serán utilizadas en los diferentes ensayos de

laboratorio.

Mortero Refractario de Tenerías (M.R.T.)

Dimensión: 28 x 10-15 x 4 cm

Peso: 1,940 kg

Fracción irregular de ladrillo.

Peso: 0.310 kg

135

Mortero No Refractario de Tenerías (M.N.R.T.)

Mortero Refractario de El Ángel (M.R.A.)

Peso: 0.255 Kg.

Peso: 0.510 kg

136

a) Denominación de probetas destinadas a ensayos físicos:

Se divide en dos partes de tamaño similar un fragmento del ladrillo y se asigna

a las dos piezas los subíndices 1.1. y 1.2, siendo el primero de ellos debido al

orden en que se ejecutan los ensayos y el segundo por razones de numeración

entre ambos.

Primer fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayos Físicos:

L.R.T. 1.1.

Segundo fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayos

Físicos: L.R.T. 1.2.

Ladrillo Refractario de Tenerías (L.R.T.1.1 y 1.2.)

M.C. del Campo Moreno

Herramientas de trabajo para realizar el fraccionamiento de las

muestras

M.C. del Campo Moreno

137

Primer fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayos

Físicos: L.N.R.T. 1.1.

Segundo fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayos

Físicos: L.N.R.T. 1.2.

Ladrillo Refractario de Tenerías (L.R.T.1.1 y 1.2.)

M.C. del Campo Moreno

Primer fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayos Físicos:

L.N.R.T. 1.1.

Segundo fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayos Físicos:

L.N.R.T. 1.2.

Ladrillo Refractario de El Ángel (L.R.A.1.1 y 1.2.)

M.C. del Campo Moreno

138

b) Denominación de probetas destinadas a Difracción de Rayos:

Preparamos las muestras correspondientes de fracciones de ladrillos y

morteros ajustándonos a las dimensiones aproximadas de 1 cm x 5 cms en

cada uno de ellos. Para que nos sea posible, utilizamos las herramientas de

corte y presión citadas con anterioridad y mantenemos el criterio en la

denominación de su primer subíndice, alusivo al tipo de ensayo.

Posteriormente, pulverizamos cada muestra obtenida mediante mortero en

primer lugar, con el que se machaca el material hasta obtener una consistencia

granulada de la muestra.

Finalizamos el proceso de preparación de la muestra en el Molino de Bolas,

donde el producto queda pulverizado tanto como si fuera harina, perfecto para

el análisis de Difracción al que se destina.

Mortero

M.C. del Campo Moreno

Interior de Molino de Bolas con muestra preparada para

ser pulverizada Laboratorio de Materiales.

E.T.S.A.M. M.C. del Campo Moreno

Muestra preparada para ser

molida con mortero

M.C. del Campo Moreno

139

Se aplica igual velocidad de funcionamiento y tiempo de proceso para la

totalidad de muestras de ladrillo (v=65 y t=30 min), e igualmente en todas

aquellas de mortero (V=55 y t=20 min).

Molino de Bolas Laboratorio de Materiales.

E.T.S.A.M. M.C. del Campo Moreno

Molino de Bolas con muestra de ladrillo refractario de Tenerías tras ser molida

Laboratorio de Materiales E.T.S.A.M. M.C. del Campo Moreno

140

Las muestras al ser fragmentadas nuevamente y pulverizadas en su

preparación, pasan a llamarse:

Fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción de

Rayos X: L.R.T. 2.

Fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción

de Rayos X: L.N.R.T. 2.

Fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Difracción de

Rayos X: L.R.A. 2.

Fragmento del Mortero Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción de

Rayos X: M.R.T. 2.

Fragmento del Mortero No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción

de Rayos X: M.N.R.T. 2.

Fragmento del Mortero Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Difracción de

Rayos X: M.R.A. 2.

Molino de Bolas con muestra de ladrillo refractario de El Ángel tras ser molida

Laboratorio de Materiales. E.T.S.A.M.

M.C. del Campo Moreno

141

c) Denominación de probetas destinadas a Microscopía Óptica de

Polarización mediante obtención de láminas delgadas transparentes:

En este caso la dimensión de las muestras utilizadas es de 1 cm x 5 cm,

seccionadas igualmente que en los dos apartados anteriores: con herramientas

de corte y presión manuales.

Quedan de este modo preparadas las probetas para, en el laboratorio de

Cristalografía de la Facultad de Geológicas, poder ser transformadas en

láminas delgadas transparentes que nos permitan posteriormente su

observación al microscopio.

Se asigna la nomenclatura siguiente a las muestras obtenidas en esta última

fragmentación:

Fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Microscopía:

L.R.T. 3.

Fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de

Microscopía: L.N.R.T. 3.

Fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Microscopía:

L.R.A. 3.

Fragmento del Mortero Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Microscopía:

M.R.T. 3.

Fragmento del Mortero No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de

Microscopía: M.N.R.T. 3.

Fragmento del Mortero Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Microscopía:

M.R.A. 3.

142

Después de haber realizado una detallada exposición de la asignación de

siglas según el ladrillo al que pertenezca y/o el ensayo para el que se prepara,

adjunto presento una tabla resumen en la que se dispone ordenadamente toda

esta información.

TABLA RESUMEN DE NOMENCLATURA DE MUESTRAS

A partir de este momento procedemos a explicar la realización de cada uno de

los ensayos, utilizando las muestras que han sido debidamente preparadas.

SIGLAS DE LAS MUESTRAS

EF MOP DRX

LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS LRT 1.1. LRT 1.2. LRT 2 LRT 3

LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS LNRT 1,1 LRNT 1.2. LRNT 2 LRNT 3

LADRILLO REFRACTARIO DE EL ANGEL LRA 1.1. LRA 1.2 LRA 2 LRA 3

MORTERO REFRACTARIO DE TENERÍAS X X MRT 2 MRT 2

MORTERO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS X X MRNT 2 MRNT 2

MORTERO REFRACTARIO DE EL ANGEL X X MRA 2 MRA 2

143

6.2.3.2. Realización de ensayos de laboratorio

6.2.3.2.1. Ensayos Físicos

Las propiedades relacionadas con los procesos de captación, pérdida y

circulación de agua en el interior de las rocas, en nuestro caso ladrillos, se

denominan propiedades hídricas y su conocimiento nos ayuda a caracterizar el

comportamiento de éstas frente al agua.Para conocer la cinética del proceso de

absorción, las probetas se ponen en contacto con el agua midiendo cada cierto

tiempo el incremento de peso por el agua absorbida.

La determinación de las propiedades hídricas se basa, en el establecimiento de

los pesos Natural (Pn), Seco (Ps), Saturado (Pst) y Sumergido (Psm) de cada

probeta. En la presente investigación lo llevo a cabo con dos muestras de cada

material para así realizar la media aritmética de ambas y lograr un menor índice

de error.

PESO NATURAL (Pn). Aquél obtenido al pesar la muestra tras haber

sido recogida de su lugar originario.

ESTUFA Laboratorio de Materiales. E.T.S.A.M.

BALANZA Laboratorio de Materiales. E.T.S.A.M.

144

PESO SECO (Ps). Se determina mediante el secado de las probetas en

el interior de una estufa de secado a una temperatura promedio de 40º-

50º hasta que, realizadas 3 últimas pesadas se obtenga resultado

constante.

PESO SATURADO (Pst) Se obtiene sumergiendo la probeta en agua 48

horas antes de ser pesada.

Muestras preparadas para introducir en la Estufa.

Muestras sumergidas en agua durante 48 horas.

145

PESO SUMERGIDO (Psm) Se obtiene con una probeta saturada, la cual

se sitúa sobre una bandeja sujeta con un hilo de nylon de peso

despreciable, totalmente sumergida y sin tocar el fondo de la bandeja de

agua en la que permanece, de una balanza hidrostática.

Peso saturado de una muestra Autora M.C. del Campo

Moreno

Peso saturado de una muestra Autora M.C. del Campo

Moreno

146

Para determinar dichos pesos se lleva un registro periódico de los mismos.

El lapso de secado y saturado de las muestras se obtiene aproximadamente en

48 horas, por lo que se han de dejar sumergidas como mínimo este periodo de

tiempo. Así vendrá determinado específicamente cuando la diferencia entre dos

pesadas sucesivas no exceda de 0.01 grs.

El volumen de la probeta en el presente estudio será irregular en todos los

casos y obtendremos sus características físicas aplicando las relaciones

matemáticas siguientes:

COEFICIENTE DE ABSORCIÓN: Ca = (Pst – Ps) x 100 / Ps

VOLUMEN APARENTE: Vap = Pst – Psm / 1 (densidad del agua)

DENSIDAD APARENTE: Dap = Ps – Vap

POROSIDAD ABIERTA: Pa = Vha x 100 / Vap

Donde Vha (Volumen de huecos abiertos)

Vha = Pst – Ps / 1 (densidad del agua)

6.2.3.2.2. Ensayo de Microscopía Óptica de Polarización

La microscopía de polarización permite establecer comparaciones y similitudes

entre ladrillos históricos y probetas fabricadas con las mismas arcillas históricas

que se emplearon antiguamente, mediante la observación de las mismas y de

las correspondientes láminas delgadas transparentes.

Una vez preparados las muestras de ladrillos a analizar por el presente

sistema, debidamente fraccionados (1cm x 5cm), empaquetados y etiquetados,

se entregan en la facultad de Geológicas (UCM), donde se lleva a cabo la

147

fabricación de láminas delgadas transparentes. Estas quedan expuestas a en

el apartado de resultados.

6.2.3.2.3. Ensayo de Difracción de Rayos X

Todos los análisis difractométricos de los ladrillos se realizan sobre muestras

en polvo, para la determinación de la mineralogía global, tanto de las muestras

sin recocer como de los recocidos a diferentes temperaturas, para ello las

muestras se trituran en un molino de discos a 1.400 rpm. Según explicamos en

la metodología preparatoria.

En los ladrillos históricos y en las probetas de arcilla cocida, también se llevan

a cabo análisis de DRX de la mineralogía global para estudiar la evolución de

las fases minerales tras su cocción a diferentes temperaturas, 700º, 800º, 900º

Y 1000ºC.37

37 A fecha de presentación de este trabajo fin de master nos mantenemos a la espera de resultados procedentes de la facultad de Geológicas (UCM) debido a la complejidad que supone coordinar diferentes organismos involucrados en la elaboración de los mismos. Cuando los recibamos quedarán incluidos en la futura Tesis Doctoral que dará continuidad a esta investigación.

148

7. RESULTADOS

7.1. Resultados Cuantitativos

Me dispongo a continuación a recopilar los resultados de los ensayos físicos

llevados a cabo a los ladrillos pertenecientes a los edificios históricos en

análisis.

TABLA DE PESADAS EN DIFERENTES ESTADOS DE HUMEDAD

GRÁFICA COMPARATIVA DE PESADAS EN DIFERENTES ESTADOS DE HUMEDAD

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2

Pn (g) 383,31 345,18 112,60 124,91 586,80 426,83

Ps (g) 338,69 300,80 113,85 127,00 541,16 389,40

Ps (g) 338,57 300,76 113,86 126,99 540,80 389,27

Ps (g) 338,55 300,76 113,86 126,99 540,67 389,25

Pst (g) 374,42 335,12 132,72 145,06 616,88 453,38

Psm (g) 185,26 165,60 66,17 72,86 270,34 200,69

0,00

100,00

200,00

300,00

400,00

500,00

600,00

700,00

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2

MUESTRAS

RE

SU

LT

AD

O P

ES

AD

AS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

149

TABLA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS

GRÁFICA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2

Pn (g) 383,31 345,18 112,60 124,91 586,80 426,83

Ps (g) 338,55 300,76 113,86 126,99 540,67 389,25

Pst (g) 374,42 335,12 132,72 145,06 616,88 453,38

Psm (g) 185,26 165,60 66,17 72,86 270,34 200,69

Ca (%) 10,60 11,40 16,60 14,20 14,10 16,50

Vap (cm³) 189,20 169,50 66,60 72,20 346,54 252,69

Dap (g/cm³) 1,79 1,77 1,71 1,76 1,56 1,54

Pa (%) 19,00 20,30 28,30 25,00 22,00 25,40

Vha (cm³) 35,90 34,40 18,90 18,10 76,20 64,10

0,00

100,00

200,00

300,00

400,00

500,00

600,00

700,00

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2

MUESTRAS

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

150

TABLA DE VALORES

VALORES MEDIOS DE RESULTADOS DE LOS LADRILLOS EXTRAÍDOS

11,00

15,40 15,30

1,78 1,73 1,55

19,60

26,70

23,70

0,00

5,00

10,00

15,00

20,00

25,00

30,00

LRT LNRT LRA

MUESTRAS

RE

SU

LT

AD

OS

Ca (%)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

GRÁFICA COMPARATIVA DE VALORES.

VALORES MEDIOS DE RESULTADOS DE LOS LADRILLOS EXTRAÍDOS

LRT LNRT LRA

Ca (%) 11,00 15,40 15,30

Dap (g/cm³) 1,78 1,73 1,55

Pa (%) 19,60 26,70 23,70

151

7.2. Resultados Cualitativos

Las láminas delgadas transparentes obtenidas para proceder a su observación

y así completar el método de ensayo cualitativo de Microscopía Óptica de

Polarización, las presentamos aquí para poder proceder a elaborar las

conclusiones que de ello se desprenda.

Láminas delgadas transparentes LRT y LNRT

152

Láminas delgadas transparentes

LRA, MRT, MNRT y MRA

153

8. CONCLUSIONES

8.1. REFERENTES A LOS RESULTADOS NUMÉRICOS OBTENIDOS EN

LOS ENSAYOS DE PROPIEDADES FÍSICAS

ANÁLISIS DE RESULTADOS MEDIANTE GRÁFICAS

El diámetro medio de poro puede tener una relación inicial con la composición

original de la materia prima y con la temperatura de cocción, correspondiendo

un gran tamaño de poro a muestras que han sido cocidas en el intervalo de

temperatura del proceso de la desgasificación de los carbonatos (750º -

850ºC), y antes del punto de fusión (a unos 1000ºC), momento en el que los

poros comienzan a cerrarse por el vidrio formado.

La porosidad y el diámetro medio de poro se modifican después de la cocción

por procesos de alteración. La disminución del diámetro medio de poro

después de la cocción se puede atribuir a una posterior cementación por

mecanismos de disolución y reprecipitación.

La densidad, en principio, se puede considerar un valor independiente ya que

no tiene porque verse muy modificada por procesos de alteración, por lo que no

se puede considerar un buen indicador del estado de conservación del ladrillo.

GRÁFICA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS

0,00

100,00

200,00

300,00

400,00

500,00

600,00

700,00

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2

MUESTRAS

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

154

Por otra parte, algunas propiedades físicas son indicadores de un buen estado

de conservación de un ladrillo, por ejemplo, cuando nos encontramos una baja

porosidad y una baja capacidad de absorción y succión de agua. La

determinación de estas propiedades, como bien podemos ir observándolo en la

gráfica que nos precede, orienta sobre el grado de deterioro de los ladrillos

históricos, sin embargo, para determinar bien el estado de conservación, hay

que relacionar estas propiedades con:

1. La mineralogía y la temperatura de cocción original.

2. La edad de los ladrillos.

3. El ambiente de conservación, aéreo o enterramiento.

4. La localización y ubicación dentro de los edificios de muestras expuestas a

condiciones aéreas.

5. La presencia y abundancia de huellas de alteraciones, físicas, químicas y/o

biológicas.

GRÁFICA COMPARATIVA DEL COEFICIENTE DE ABSORCIÓN

Ca (%)

0,002,004,006,008,00

10,0012,0014,0016,0018,00

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT1.1

LNRT1.2

LRA1.1

LRA1.2

MUETRAS

CO

EF

ICIE

NT

E D

E

AB

SO

RC

IÓN

Ca (%)

155

GRÁFICA COMPARATIVA DEL COEFICIENTE DE ABSORCIÓN.

VALORES MEDIOS

Así pues, tras observar detenidamente los resultados de cada ladrillo y

teniendo en cuenta que el coeficiente de absorción nos indica la capacidad que

tiene cada material para absorber agua dependiendo directamente del grado de

porosidad del mismo, podemos llegar a la conclusión que se desprende de ello:

cuanto mayor sea Ca (%), mayor es su capacidad de absorción y, por

tanto, mayor su porosidad. Este dato queda perfectamente ilustrado en la

gráfica adjunta al comienzo de la presente página.

GRÁFICA COMPARATIVA DE LA POROSIDAD APARENTE

Pa (%)

0,00

5,00

10,00

15,00

20,00

25,00

30,00

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2

MUESTRAS

PO

RO

SID

AD

AP

AR

EN

TE

(%

)

Pa (%)

Ca (%)

11,00

15,40 15,30

0,00

2,00

4,00

6,00

8,00

10,00

12,00

14,00

16,00

18,00

LRT LNRT LRA

MUESTRAS

CO

EF

ICIE

NT

E D

E A

BS

OR

CIÓ

N %

Ca (%)

156

GRÁFICA COMPARATIVA DE LA POROSIDAD APARENTE.

VALORES MEDIOS

Como bien se puede comprobar en la tabla numérica de resultados y reflejado

en las gráficas anteriores, en nuestro análisis los ladrillos refractarios, tanto el

de Tenerías (LRT), como el de El Ángel (LRA) son menos porosos que aquél

considerado inicialmente como no refractario debido a su localización en el

interior del baño. Así pues ambos tienen menor grado de porosidad abierta (Pa

%) que el ladrillo no refractario de Tenerías (LNRT) y de igual modo menor

grado de coeficiente de porosidad, lo que viene a confirmar que estamos ante

dos ladrillos (LRT y LRA) de características refractarias similares.

TABLA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS.

VALORES MEDIOS DE LOS LADRILLOS EXTRAÍDOS

LRT LNRT LRA

Ca (%) 11,00 15,40 15,30

Dap (gr/cm³) 1,78 1,73 1,55

Pa (%) 19,60 26,70 23,70

Pa (%)

19,60

26,70

23,70

0,00

5,00

10,00

15,00

20,00

25,00

30,00

LRT LNRT LRA

MUESTRAS

PO

RO

SID

AD

AP

AR

EN

TE

%

Pa (%)

157

Según las gráficas siguientes, la figura que el diagrama de barras determina

en cada una de ellas es idéntica en muestras de un mismo ladrillo, es

decir la muestra LRT 1.1. presenta una gráfica semejante a aquella

perteneciente a la muestra LRT 1.2.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRT1.1.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRT1.2.

0,00

50,00

100,00

150,00

200,00

250,00

300,00

350,00

400,00

450,00

LRT 1.1

LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.1.

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

0,00

50,00

100,00

150,00

200,00

250,00

300,00

350,00

400,00

LRT 1.2

LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.2.

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

158

Las gráficas que a continuación se incluyen reflejan el comportamiento de los

ladrillos no refractarios, por tanto difieren de las anteriores, las cuales recogen

aquellos resultados propios de los ladrillos refractarios.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LNRT1.1.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LNRT1.2.

0,00

20,00

40,00

60,00

80,00

100,00

120,00

140,00

160,00

LNRT 1.2

LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.2.

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

0,00

20,00

40,00

60,00

80,00

100,00

120,00

140,00

LNRT 1.1

LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.1.

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

159

CONCLUSIÓN FINAL

De igual modo se observan gráficas similares en ladrillos supuestamente

refractarios, es decir gráficas prácticamente iguales entre LRT y LRA. Esto

nos permite verificar la existencia de un proceso de elaboración similar

en dichos ladrillos que les confiere una mayor calidad, resistencia y

durabilidad ante los agentes externos.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRA1.1.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRA1.2.

0,00

100,00

200,00

300,00

400,00

500,00

600,00

700,00

LRA 1.1

LADRILLO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL MUESTRA 1.1.

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

0,00

50,00

100,00

150,00

200,00

250,00

300,00

350,00

400,00

450,00

500,00

LRA 1.2

LADRILLO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL MUESTRA 1.2.

RE

SU

LT

AD

OS

Pn (gr)

Ps (gr)

Pst (gr)

Psm

Ca (%)

Vap (cm³)

Dap (gr/cm³)

Pa (%)

Vha (cm³)

160

8.2. REFERENTES A LOS RESULTADOS DEL ENSAYO DE

MICROSCOPÍA ÓPTICA DE POLARIZACIÓN.

A continuación exponemos las conclusiones desprendidas de la observación en

Lupa binocular de las láminas delgadas transparentes, elaboradas mediante

el ensayo de Microscopía Óptica de Polarización, de cada muestra en estudio.

Además de emplear las láminas delgadas transparentes, analizaremos las

probetas de donde fueron cortadas, con el fin de obtener una mayor

información y que ésta sea más fiable y exacta.

LUPA BINOCULAR. Cátedra de Materiales de Construcción. E.T.S.A.M. M.C. del Campo Moreno

161

CONCLUSIONES POR OBSERVACIÓN DE LADRILLOS.

LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS

Presenta menor cantidad de poros y éstos son de un tamaño más reducido que

el resto de ladrillos analizados. Su coloración es más clara y compacta, por lo

que se deduce que dispone de una mayor calidad, además de permanecer en

menor medida deteriorado y ser más resistente a los agentes externos.

Láminas delgadas transparentes LRT

Probeta LRT

A

B

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

B Tamaño máximo del poro.

162

LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS

Se observa mayor número de poros de gran tamaño y su color es más oscuro,

por lo que la cocción a la que fue sometido en su elaboración ha sido menor.

De todo ello concluimos que estamos ante un material constructivo de peor

calidad, que presenta mayor deterioro significativo y que ha sufrido en mayor

medida el ataque de los agentes externos en la edificación de donde se extrajo.

Láminas delgadas transparentes LNRT

Probeta LNRT

B

A

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

B Tamaño máximo del poro.

163

LADRILLO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL

En esta muestra se puede apreciar la coincidencia de las dos tonalidades de

color que define a los dos ladrillos anteriores, por lo que se deduce que el

presente ladrillo fue sometido a un proceso de cocción en su elaboración

intermedio. Es decir, fue sometido a temperaturas intermedias en su

fabricación. Aparecen también zonas aisladas con aspecto de haber sufrido

menor cocción.

Independientemente de lo anterior, observamos en el contorno de algunos

poros restos de la evolución de un proceso denominado Corrosión de Bordes

(de poro). Este fenómeno de deterioro se identifica gracias a una coloración

negra alrededor del poro y se explica cuando el material se ha visto alterado

por procesos de disolución en relación a la localización donde fue hallado el

ladrillo.

Láminas delgadas transparentes LRA

Probeta LRA A

D

C

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

C Corrosión de borde de poro.

D Cocciones a distintas

temperaturas.

164

Existen diversos factores que provocan estas transformaciones químicas pero,

en este caso, se cree que puede ser debido a la cercanía que presentaba el

ladrillo con la caldera. De hecho, de entre todos los fragmentos de ladrillo

extraídos para elaborar este estudio, es el que se encontraba a menor distancia

de la misma, por lo que se corrobora el dato.

CONCLUSIONES POR OBSERVACIÓN DE MORTEROS.

MORTERO REFRACTARIO DE TENERÍAS

Compuesto por OPUS SIGNINUM cal, arena, polvo de ladrillo molido y agua.

Probeta MRT

Láminas delgadas transparentes MRT

A

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

165

Se identifican los tres primeros componentes, observando una tonalidad rojiza,

coloración característica de la arcilla. Este último material pétreo actúa en los

morteros reaccionando con la cal, para así conferirle una mayor resistencia a

través de complejos procesos hidráulicos.

MORTERO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS

Compuesto por cal, arena y agua. Se detectan los dos primeros componentes,

sin encontrar rastro de arcilla. El árido en este caso coincide con granito

molido.

Láminas delgadas transparentes MNRT

Probeta MNRT

E

A

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

B Árido: Granito molido.

166

MORTERO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL

Compuesto por OPUS SIGNINUM (cal, arena, polvo de ladrillo molido y agua).

Como se puede apreciar, nos encontramos con una coloración semejante a la

encontrada en la lámina delgada transparente correspondiente al primer

mortero analizado, MRT. Confirmamos con esto la presencia de arcilla en dicho

material constructivo. También identificamos el resto de componentes: cal y

árido.

La porosidad de esta muestra se identifica mediante poros aislados y de menor

tamaño que aquellos encontrados en la lámina anterior, perteneciente al

mortero no refractario.

Los áridos son de mayor calidad, por lo que se desprende que han sido

escogidos para aportarle mayor resistencia.

Láminas delgadas transparentes MRA Probeta

MRA

A

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

167

9. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

1. En el presente estudio de investigación hemos podido desarrollar parte

de los ensayos que en un inicio teníamos planteado realizar. Aquellos restantes

que no lo han sido pueden quedar en espera de completar un futuro trabajo de

Tesis Doctoral, en el que sea posible ampliar toda la información resultante que

se desprenda de ellos. Dichos ensayos son los siguientes:

Microscopía electrónica de barrido (MEB)

La microscopía Electrónica de Barrido tiene utilidad para observar el

comportamiento y evolución de la textura y fases minerales presentes en las

probetas de arcilla cocida a medida que aumenta la temperatura de cocción y

comparar con los ladrillos históricos.

Microscopio electrónico de barrido. LOPEZ ARCE, P.

Análisis térmico diferencial (ATD)

El ATD permite conocer la termodinámica de las reacciones físico químicas que

se producen en una sustancia (deshidrataciones, deshidroxilaciones,

168

descarboxilaciones, cristalizaciones, etc.), y las temperaturas a las que tienen

lugar, a través de la medida de la diferencia de temperaturas entre la muestra y

el material de referencia, estando las dos especies sometidas al mismo

régimen de temperatura, en una atmósfera determinada y en un ciclo de

calentamiento o enfriamiento a velocidad controlada.

También se pretende estudiar la evolución de las fases minerales tras la

cocción de las probetas a diferentes temperaturas, además de tratar de

comparar los resultados con los obtenidos en los análisis térmicos de los

recocidos de los ladrillos.

Análisis termogravimétrico (ATG)

Las determinaciones termogravimétricas, de pérdidas y ganancias de peso y de

los intervalos de temperatura a las que se producen, permiten conocer a que

temperaturas se debe controlar la velocidad de calentamiento y/o atmósfera del

horno durante el proceso de cocción de las arcillas.

Fluorescencia de rayos X (FRX)

Los análisis de FRX son útiles cuando se correlacionan determinados

elementos traza para determinar la procedencia de objetos cerámicos

arqueológicos.

Termoluminiscencia (TL) y Luminiscencia estimulada ópticamente (LEO)

Para determinar las edades absolutas de ladrillos de edificios históricos de

Toledo, se aplican técnicas de luminiscencia, mediante una metodología

tradicional (Universidad de Sheffield) y otra más novedosa (Universidad de

Oxford), ambas basadas en la luminiscencia estimulada ópticamente, utilizada

generalmente para la datación de sedimentos, pero considerada más precisa

que la Termoluminiscencia, habitualmente utilizada en datación de cerámicas

arqueológicas.

169

Microsonda electrónica (ME)

La microsonda electrónica es de gran utilidad en el análisis de pequeños

granos de minerales pesados (granates, piroxenos, ilmenitas, circones, etc),

examinados con lupa binocular, y extraídos en algunos casos con aguja de

acero, y en otros, mediante tamizado tras moler las muestras en molino de

martillos. Los análisis se llevan a cabo tanto en los ladrillos históricos como en

sus potenciales materias primas, para establecer relaciones genéticas.

Espectroscopía mössbauer (EM)

Esta técnica se emplea para determinar el estado de oxidación del hierro

presente en las muestras de ladrillo, ya que los compuestos de hierro, y en

especial los óxidos, cuando son sometidos a tratamientos térmicos mediante

ciclos de calentamiento o enfriamiento, bajo condiciones oxidantes o

reductoras, experimentan transformaciones que conllevan la formación de

especies oxidadas o reducidas diferentes, relacionadas con la temperatura,

atmósfera y duración del tratamiento. El dato resultante nos da información

sobre los procesos de calentamiento sufridos por el ladrillo histórico y, por

tanto, acerca del procedimiento de fabricación.

2. Dado que los baños árabes de Toledo no disponen de un estudio de

investigación que aporte información acerca de la composición y características

físico-químicas de los ladrillos refractarios con los que fueron construidos, otra

futura línea de investigación sería el análisis en laboratorio de los ladrillos

procedentes de estas construcciones termales; así mismo, poder llevar a cabo

el comparativo entre las mismas, a fin de clarificar en mayor medida el proceso

de elaboración empleado y los componentes utilizados en cada una de ellas.

3. Otra línea interesante sería el levantamiento de planos de las diferentes

termas toledanas, tanto en planta (ya existe alguna realizada), en sección, en

alzado y detalles constructivos correspondientes, con objeto de disponer de

mayor documentación y así poder reconstruir tales monumentos.

170

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