venezuela, el verdadero riesgo social - michael penfold

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1 Prodavinci Venezuela: el verdadero riesgo es social; por Michael Penfold Michael Penfold · Thursday, June 18th, 2015 Antónimos (2012), Ara Koshiro en exposición Pedazos de País II 1. ¿Usted también se pregunta si habrá un estallido social? Un fantasma recorre toda Venezuela. Muchos temen —sobre todo el gobierno— que la sociedad sufra un estallido de importantes dimensiones, un augurio que a algunos les parece inevitable. Algo que sin duda podría estremecer las bases sociales del chavismo y convertir la crisis económica en una abierta crisis política. ¿Pero realmente estamos frente a un posible estallido social? ¿Qué tan probable es un evento de esta naturaleza en Venezuela? La pregunta es relevante sobre todo porque en el mundo entero, durante las últimas dos décadas, se ha experimentado un auge de este tipo de revueltas. En Africa, Medio Oriente, América Latina y el Caribe, el aumento de los precios de los alimentos a nivel global provocó múltiples estallidos Prodavinci - 1 / 6 - 31.07.2015

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Publicado en el Portal "Prodavinci", artículo de opinión del Dr. Michael Penfold sobre la dificil situación Económica, Política y Social de la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI.

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Venezuela: el verdadero riesgo es social; por MichaelPenfoldMichael Penfold · Thursday, June 18th, 2015

Antónimos (2012), Ara Koshiro en exposición Pedazos de País II

1. ¿Usted también se pregunta si habrá un estallido social? Un fantasma recorretoda Venezuela. Muchos temen —sobre todo el gobierno— que la sociedad sufra unestallido de importantes dimensiones, un augurio que a algunos les parece inevitable.Algo que sin duda podría estremecer las bases sociales del chavismo y convertir lacrisis económica en una abierta crisis política.

¿Pero realmente estamos frente a un posible estallido social? ¿Qué tan probable es unevento de esta naturaleza en Venezuela? La pregunta es relevante sobre todo porqueen el mundo entero, durante las últimas dos décadas, se ha experimentado un auge deeste tipo de revueltas. En Africa, Medio Oriente, América Latina y el Caribe, elaumento de los precios de los alimentos a nivel global provocó múltiples estallidos

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sociales de grandes dimensiones. Son muchas más revueltas de las que uno esperaríaen unos años marcados por el crecimiento del llamado sur global.

2. ¿Qué relación existe entre el precio de los alimentos y las revueltas? LaPrimavera Arabe se inició en Túnez, precisamente después de una serie de protestasviolentas marcadas por el aumento de los precios de los alimentos. El fin de Mubaraken Egipto estuvo signado por el descontento social que provocó esa misma ola deinflación alimentaria. De modo que el gobierno tiene sobradas razones parapreocuparse, ¿pero por qué exactamente ocurren estos eventos?

El interés por el estudio académico de las llamadas revueltas sociales es de larga data.Y, para el caso venezolano, los diversos análisis sobre el 27 de Febrero de 1989produjeron una literatura bastante amplia. Tanto que el 27-F terminó simbolizando elfin del puntofijismo. Sin embargo, más recientemente, esta nueva ola de protestasglobales ha permitido que algunos economistas y sociólogos determinenestadísticamente los factores que incrementan su probabilidad de ocurrencia. Y losresultados son interesantes, por decir lo menos.

3. ¿Qué indigna más: los precios volátiles o la inflación? Uno de los primerosdescubrimientos es que no es la volatilidad de los precios de los alimentos queacompaña a los fenómenos inflacionarios lo que termina por provocar la indignaciónde los sectores populares: es el aumento en el nivel de precios.

En otras palabras: cuando la inflación sobrepasa ciertos umbrales, la probabilidad deeste tipo de fenómenos sociales se incrementa significativamente. Y cuando lainflación se mantiene alta en el tiempo, estos fenómenos se vuelven todavía másprobables. De modo que este simple elemento causal sugiere que, en este tipo decontexto, el único tema de política relevante para cualquier gobierno es un conjuntode medidas creíbles que logren estabilizar los precios y compensar rápidamente a lossectores más vulnerables.

4. ¿Un estallido social es un fenómeno urbano? Los estallidos sociales ocurrenfundamentalmente en ciudades con más de un millón de habitantes. Así que otrofactor que parece ser importante es la concentración urbana: los países con unapoblación rural de mayor tamaño tienden a observar menos protestas de este tipo.

También son relevantes otras variables como la pobreza y las libertades: países máspobres y con regímenes más autoritarios son más proclives a observar protestasviolentas por alimentos. El mecanismo autoritario lo ha descrito con muchaprofundidad Amartya Sen, Premio Nobel de Economía: no es la falta de alimentos loque produce el conflicto, sino que la gente se inhibe de dar información sobre laescasez cuando vive en un ambiente signado por el miedo.

Eso es lo que termina por precipitar la crisis social.

El gobierno llega sólo cuando el estallido ha comenzado: primero a aplacar y luego acompensar. Pero es tarde. En contextos democráticos, la información fluye con másrapidez y los gobiernos responden más ágilmente.

5. ¿Qué papel juega el clientelismo y qué es “la zona gris de la protesta”?

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Quizás el estudio más interesante sobre las protestas por alimentos es el de JavierAuyero, un sociólogo argentino que ha realizado los estudios etnográficos máscompletos sobre el clientelismo político en América Latina y, además, ha estudiadocon mucho detalle este tipo de consecuencias.

Auyero leventó las protestas por alimentos que precedieron a la caída del PresidenteDe la Rua en Argentina, a comienzos del milenio, cuando la crisis económica por elcolapso del sistema de convertibilidad hizo rugir a la sociedad argentina: compilóinformación sobre 289 episodios de violencia vinculados con las protestas poralimentos en toda Argentina.

En un ejercicio de sociología espacial, Auyero descubre algunos fenómenos vinculadoscon la distribución de la fuerza policial y el comportamiento de los políticos de base,quienes actúan solapadamente por detrás de los levantamientos.

Lo primero es que las fuerzas de seguridad tienden a concentrarse alrededor decomercios de gran tamaño, bajo la impresión que son los más vulnerables. Esto dejadesprotegidos a los pequeños comerciantes y el resultado es que la mayor parte de loseventos tienen lugar en zonas de pequeños establecimientos (porque son realmentelos más vulnerables). En los comercios de gran tamaño, como los hipermercados, lasrevueltas son menos frecuentes, aunque más llamativas. Y ocurren sólo cuando lafuerza de seguridad se involucran indirectamente.

Lo segundo es que las protestas están precedidas por rumores que las organizacionesde base popular no necesariamente provocan, pero sí pueden estimular. Auyero llamaeste fenómeno la zona gris de la política que circunda a la protesta: la intersecciónentre la sociedad civil, los políticos de base y las organizaciones populares.

En el caso de Argentina, los pitadores peronistas y los famosos piqueteros (que para elmomento eran opositores con gran penetración en las zonas suburbanas) jugaron unpapel fundamental.

6. ¿Cuánto duran “las revueltas del hambre”? En todo caso, estos estallidossociales ponen a prueba los criterios de equidad y justicia más elementales de unasociedad. E.P. Thompson, el gran historiador de la transición capitalista en Inglaterra,fue siempre muy sarcástico cuando hablaba sobre la idea de que los estallidos sonsimplemente una consecuencia directa de la inflación o la escasez. Según Thompson,las “revueltas del hambre” eran más bien un “instante” histórico durante el cual unacrisis económica pasa a revelar profundas fallas sobre su contenido moral, en especialen cuanto a la justicia en los mecanismos de asignación de bienes y servicios.

Cuando las clases populares perciben que hay una ruptura de esa condición “moral”(es decir: sobre la justicia distributiva), en un momento signado por la escazez y laalta inflación, estos grupos se manifiestan violentamente en las calles.

Amartya Sen, quien rescata buena parte de esta crítica sociológica a la economía,afirma que el momento culminante (o la causa real detrás de estos eventos) tienelugar cuando los sectores populares perciben que se viola el sentido de dignidad quehay detrás del acceso preferencial a sus derechos de alimentación.

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En efecto, los pobres pueden comprender la crisis e incluso pueden también ser partede la solución y aceptar los sacrificios que conlleva las duras circunstanciaseconómicas que las acompaña. Pero lo que no pueden tolerar es un sentido deinjusticia alrededor de los mecanismos que garantizan el acceso a su propiasupervivencia.

7. ¿Puede entonces volver a ocurrir un 27-F? Ciertamente. Pero tampoco resultaobvio que sea un riesgo inminente. Venezuela no sólo enfrenta una alta variación enlos precios, sino también un alto nivel en la inflación de alimentos. Por si fuera poco,Venezuela es uno de los países más urbanos de toda América Latina, lo que hace alpaís más sensible a este tipo de situaciones.

La estrategia gubernamental hasta ahora ha privilegiado la supervisión directa de losgrandes comercios, dejando desprotegidos a los pequeños establecimientos. La faltade información, como consecuencia de la autocensura de los medios y el controlgubernamental sobre los mismos, no sólo podría impedir que el gobierno actúe conrápidez, sino que podría inhibir a los sectores más pobres de informar sobre susverdaderas necesidades. Estas condiciones son unos habilitadores directos para unposible estallido social.

Sin embargo, no todas las condiciones (en especial las políticas) están presentes.

La oposición no tiene organizaciones de base, como las tenía el peronismo cuandohacía resistencia a De la Rúa en Argentina, ni como la Hermandad Musulmana tuvo enEgipto. Así que es difícil pensar que, incluso teniendo interés en promover undesenlace social de la crisis económica que enfrenta el país, tengan la capacidad parahacerlo. Esa capacidad política continúa estando más del lado del chavismo que de laoposición. De ahí que los llamados “colectivos” sean una fuerza temida por algunossectores populares que podría activar esa zona gris de la política que suelecaracterizar a los estallidos sociales.

8. ¿Cómo evalúa el gobierno su futuro inmediato? El gobierno es muy sensible aeste tema: sabe que su futuro político (político: no electoral) depende de estasorganizaciones, por lo que independientemente de su control sobre esos mecanismosparaestatales (es decir: sobre la violencia), están dispuestos a realizar cualquierconcesión a estos grupos organizados a cambio de que mantengan inhibida a lasociedad y se mantengan fieles a su causa.

Éste es, sin duda, un tema central que permite entender no sólo el miedo del gobiernofrente al poder de estos grupos, sino además el comportamiento político tan radicaldel chavismo frente a la crisis.

El segundo tema es la visión de los sectores populares sobre la “moralidad” de lacrisis económica y sobre la falta de resolucion a sus verdaderos problemas, sumada ala falta de cumplimiento de sus derechos. Este es un tema complejo que toca la mismanarrativa que ha construido el chavismo en torno a su propio discurso de inclusiónsocial. Sin duda, aunque las misiones sociales son cada vez menos efectivas, pues sonerosionadas por la misma inflación, su poder simbólico continúa siendo un acervocentral del chavismo en la construccion narrativa de su vocacion política de inclusion

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social.

Una narrativa social que, lamentablemente, ha estado históricamente divorciada de latransformación productiva y de la modernización económica del país. Algo que explicala dificultad política del gobierno para enfrentar un ajuste económico que luceinevitable.

Entonces, ante la falta de definición, se ha erguido la guerra económica en el discursooficialista como una especie de guerra santa. Pero lo cierto es que su barniz “moral”es relativamente endeble.

9. ¿Quiénes son los responsables de la crisis? Para la población venezolana esdifícil pensar que el sector privado es el único actor responsable de la crisiseconómica, de las largas colas y de la escasez. Tampoco visualizan la caída del ingresopetrolero como algo que pueda explicar semejante desmoronamiento. Más bienpiensan que es la falta de entendimiento lo que está profundizando las penurias, peroson ambivalentes a la hora de culpar al gobierno o al empresario por la falta de unacuerdo.

Lo cierto es que el país está desesperado por un diálogo social que restaure lanormalidad económica.

El gobierno de Maduro debería abandonar cuanto antes la radicalización económica yaceptar que no sólo es necesario estabilizar la economía y promover la inversión, sinoque es fundamental abrir un espacio de entendimiento que restaure la fe en el trabajoy la producción como vehículo de cambio social.

La guerra económica es un fórmula cortoplacista que puede voltearse en contra delchavismo en el momento en que los sectores populares perciban que no es el sectorprivado quien incumple (aunque le tengan una gran desconfianza) y que es es lainquina política lo que impide restaurar la convivencia.

10. ¿Qué podemos esperar? El país está en un momento de gran fragilidad. Laaceleración inflacionaria que hemos experimentado durante el primer trimestre delaño, producto del masivo financiamiento monetario, es una causal directa de cualquierevento social que podamos observar en los próximos meses.

Por si fuera poco, la aparición de una gran economía informal, controlada porbachaqueros dedicados a la rapiña comercial, puede minar el sentido de justicia quehaya detrás de cualquier medida adoptada para mejorar el abastecimiento.

Nuestras ciudades, reducidas además en su calidad de vida por el crimen y afectadaspor las ineficiencias del sistema de transporte y el tráfico, son espacios fértiles paraque la desigualdad social se vuelque sobre las calles en forma de protestas masivas yviolentas, como resultado del rápido aumento en los niveles de precios y la altaescasez.

Si el gobierno decide continuar por esta senda económica tan absurda, el riesgo sociales real. Es fundamental que las autoridades enfrenten las distorsiones cambiariaspromoviendo su unificación, flexibilicen los controles de precios ampliando la

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focalización directa de los subsidios a los sectores populares y desmonten el acoso a lainversión privada, para poder estimular la producción y la generación de empleos.Todo dentro de un renovado impulso de diálogo social que permita un punto deencuentro entre los sectores populares y las clases medias para restaurar unasensación de futuro.

El país es un hervidero. Y no es un fantasma el que recorre el territorio: es unapoblación cada vez más desesperada.

This entry was postedon Thursday, June 18th, 2015 at 8:00 am and is filed under ActualidadYou can follow any responses to this entry through the Comments (RSS) feed. You canleave a response, or trackback from your own site.

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