PROMESAS

Tú fuiste una promesauna noche lejana de

verano.Me cogiste la mano

y yo te entregué mi vientre entero

para que lo cubrierascon un olor a brisas y

mareas.

¿PERDER PARA GANAR?

A Román López Tamés

¿Perder para ganar? ¿Eso es posible?

¿Quién auguró jamás que te tendría en la copa de la

mano,arrebatado a la vida, en

tu muerte, siempre seguro y mío

sin perderte, siempre presto a escucharme, a

enseñarmecon vívido recuerdo

perdurable? Entre rejas de dedos

con que asirte, te perdí

DESPERTAR

Tu boca, pájaro alado,va besando despacito

el sauce de mis anhelos.Y reverdece y retoña,

amor, mi amor dormidito,y brotan hojas doradasy lágrimas de colores

como savia, ¡sabia savia!,y tu musiquilla de alas

me besa el vientrevestido muy sobriamente

de nada.Nadan tus labioscomo seda segura

en aguas profundas.Déjate llorar,

VIEJOS ANHELOS

Ser libres. ¡Ah!, sueñan las cumbres,

poder volar como ese pájaroque se caga en sus picos,

mientras ellassienten su pie atado a tierra

y una mudez de simas las impide

LIBERTAD

Sueñan las rejas caderas,visitas, indultos, fuegos

de artificio. Sólo la lumbrebuscan del rescate, la

lámparade amor que las recobre

para un recuerdo al menoslibre y puro. A las rejas,

la yedra se arrecimacomo una amante antigua

y condenada. En las nocheslos besos son de herrumbre.

Elena Camacho Rozas

Aquella noche pasó.Volviste a ella... En mí te

quedas.

Elena Camacho Rozas

para el mundo para hallarte

en mi mundo a placer y en cada instante que mi

necesidadquiera con su cariño congregarte. Serás porque te pienso

sin nombrarte, vestido con el etéreo traje de los

sueños,sin carne, sin voz, pero tan fértil que, aunque

perdí, ganéy ahora te tengo en el

cuenco de la mano congregado.

Elena Camacho Rozas

déjate reír,marea de las olas.Mis dedos serenos

serán pañuelo, serán sonrisa.

Mi mano, paloma,sabrá recompensarte.

Elena Camacho Rozas

devolver cagarrutas y no sombra

al animal profano.

Elena Camacho Rozas