03. a. los matsigenka. dan rosengren

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  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    1/44

    Gufa Etnografica

    de

    l

    Alta

    Amazonia

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    2/44

    Fernando Santos & Frederica Barclay

    editores

    Guia Etnografica

    de la Alta Amazonia

    VolumenN

    Matsigenka Dan

    Rosengren

    Yanesha:

    Fernando Santos

    Granero

    o

    mithsonian Tropical Research Institute

    Institute Smitsoniana de Investigaciones Tropicales

    IFEA

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    3/44

    GUIA ETNOGR FIC DE LA ALTA AMAZONIA

    Volumen 4)

    Primera edicion: Smithsonian Tropical Research Institute

    Instituto Frances de Estudios Andinos, 2004

    Fernando Santos Frederica

    arclay

    Smithsonian Tropical Research Institute/lnstituto Frances de Estudios Andinos

    Smithsonian Tropical Research Institute

    P.O. Box 2072

    Balboa, Panama

    I -, "

    Republica de Panama . '\ I"':'

    , 'J"

    r

    Tel: (507) 212 8000 ... ,. 1 , . _'.'

    Fax: (507) 212 8148 I . r ; J : J ~ ~ \ ~ ~ + . : : _ . : ? ~ : < : J f

    Instituto Frances de Estudios Andino

    ..

    '...

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    Av. Arequipa 4595 ' 1.1.

    I

    ima

    18

    ;

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    or:

    Casilla

    18-1217 -

    Lima

    18.

    Tel: (511)

    4476070

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    I

    Fax: (511) 445 76 50

    ... .._ _.

    Derechos reservados conforme a la

    .C

    j l r ~ A

    ISBN de la Colecci6n: 9 9 7 8 6 7 3 6 X ~

    Hecho el Deposito Legal N'

    1501052004-6829 - - - - - : . ; . ; . : . . ~ - - . . . , . . - - J

    ISBN 9972-623-31-9

    Este volumen corresponde al tome

    181

    de la Serie ''Travaux de I'lnstitut Franctais

    d'Etudes

    Andines" (ISSN 0768-424X)

    Las opiniones vertidas en el libro son de exciusiva responsabilidad de los autores y no

    reflejan necesariamente el criterio institucional del Smithsonian Tropical Research Institute

    y del Instituto Frances de Estudios Andinos.

    Las traduccion de la monografia de Dan Rosengren fue realizada por Flavia Lopez de

    Romafia, y revisada y editada por Frederica Barclay y Fernando Santos.

    Disefio de portada: Antonio Mena

    llustracion de portada: Petroglifo antropomorfo encontrado en el rio Pusharo en el actual

    territorio matsigenka; diserio elaborado por Fernando Santos a partir de una foto tomada de

    Carlos Neuenschwander Landa, Paititi en la bruma de la historia Arequipa

    1983,

    p. 86.

    Cornposicion: Viviana Seitz, Ruby

    Ormeiio,

    Anne-Marie Brouqere

    lrnpresion: Tarea Asociacion

    Gratica

    Educativa

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    4/44

    ONTENIDO

    Pag.

    Pr610go

    Fcrumtdo Santos &

    rederica

    Barclay

    VII

    Fcntando

    Silllt S

    < 7

    rederica Barclay

    Introducci6n

    XV

    Los

    Matsigenka

    o

    Rosellgren

    1

    Fernando Santos Cmncro

    Los

    Yanesha

    159

    Apendice: Abreviaturas de terminos de parentesco

    361

    Glosario

    regional.....

    363

    Nota sobre los autores

    368

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    5/44

    LOS M TSIG NK

    n

    os ngr n

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    6/44

    CONTENIDO

    Pg

    Introduccin

    5

    Informacin general 8

    Historia

    de

    las relaciones con el mundo no amaznico 18

    Visiones del mundo cosmologa y

    ontologa 32

    Medios de

    subsistencia y organizacin del trabajo

    57

    Lazos

    que

    unen la articulacin de la convivialidad 84

    Situacin

    actual:

    perspectivas

    y

    amenazas

    114

    Anexo 138

    Bibliografa 15

    Mapas

    Mapa

    del ro

    Urubamba

    con las

    comunidades

    nativas

    17

    Cuadros

    Lista

    de

    comunidades nativas matsigenka

    14

    Sistema

    de

    terminologa de relaciones 1

    Categoras matsigenka

    de

    relaciones 1 3

    Grficos

    La sucesin

    de

    mundos

    segn

    la cosmologa matsigenka

    Superposicin de los

    dos sistemas de categorizacin 86

    Fotos

    Madre

    matsigenka

    con

    su hija 18

    Daro Mahuantiari gran

    narrador de

    cuentos y

    su

    esposa

    Mirian

    52

    3

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    7/44

    n os ngr n

    Mujer hilando algodn 62

    ombre preparando una

    chacra 64

    ombre llevando yuca a la espalda dejando sus manos libres 68

    ombre

    haciendo

    una

    demostracin con

    su arco y flechas 79

    En

    camino

    por la montaa del Alto rubamba para visitar

    parientes 83

    ombres

    siguiendo con

    atencin las discusiones

    durante

    una

    asamblea comunal

    4

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    8/44

    INTRO U IN

    A

    comienzos de

    la

    dcada de

    1970

    siendo estudiante segu con

    gran atencin

    diversos movimientos sociales del mundo en desarrollo

    Tena especial

    inters en

    los movimientos

    campesinos

    y

    esperaba poder

    dedicarme en el futuro al estudio y anlisis

    de

    este t ipo

    de

    expresiones

    polticas populares

    Habiendo

    crecido en la

    ciudad

    mis

    conocimientos

    sobre

    el

    mundo

    rural eran

    solo

    tericos

    de modo que decid

    familiarizarme

    con

    las condiciones de vida

    de

    los campesinos del tercer

    mundo

    Despus

    de

    trabajar algunos

    meses

    en una lavandera consider

    que

    haba

    ganado dinero

    suficiente

    para

    partir al

    Per

    y al valle

    de

    La

    Convencin

    que haba obtenido

    cierto

    renombre

    en

    mi pas debido

    a

    Hugo Blanco el lder del movimiento campesino que

    haba

    surgido

    en

    aquella

    zona

    quien por entonces viva

    en

    Suecia como

    refugiado

    poltico

    Despus

    de

    algunas semanas en Quillabamba varias personas

    mencionaron la posibilidad

    de

    viajar ro abajo a travs

    de

    la selva Ya

    que

    esto

    satisfaca en parte el sueo

    que

    haba alimentado

    desde

    nio

    part un

    da

    a la

    montaa

    y durante el viaje

    que

    me llevara finalmente

    hasta Pucal lpa me

    encontr por

    primera vez

    a

    gente del

    pueblo

    matsigenka

    Ms

    tarde cuando empec

    mis estudios

    de doctorado

    y

    decid

    que

    los movimientos campesinos no seran mi

    tema de

    investigacin

    record a los Matsigenka que haba conocido aos antes y sobre cuyo

    pueblo no

    saba gran

    cosa Por lo que

    haba observado en

    aquel viaje la

    regin habitada por

    este

    pueblo

    estaba

    recibiendo un gran

    nmero

    de

    inmigrantes provenientes de la sierra vecina

    que

    llegaban para cultivar

    caf cacao y

    otros cultivos

    comerciales

    Otros procesos similares

    en

    diversos

    lugares de

    la

    amazona anticipaban que las

    consecuencias

    5

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    9/44

    an osengren

    ecolgicas

    seran terribles

    y

    me pareci

    importante

    comparar

    las

    concepciones

    sobre naturaleza

    y

    subsistencia de los

    indgenas

    Matsigenka con

    las

    de

    los colonos

    inmigrantes para comprender

    el

    comportamiento

    de los diversos actores. Mi

    propuesta

    de investigacin

    fue

    aprobada

    y consegu financiamiento del Consejo de Investigacin

    Sueco

    para

    las Artes

    y

    Ciencias Sociales. Una vez ms, esta vez en 1979,

    part al Per y de all a la

    zona de montaa

    habitada

    por

    los Matsigenka.

    Despus de

    una

    estada

    de

    variosmeses entre los colonos serranos

    del pueblo de Kiteni y a lo largo del ro alto Kompirushiato, planeaba

    permanecer

    durante algn

    t iempo en

    una comunidad

    Matsigenka. A

    travs del Centro Amaznico

    de

    Antropologa y Aplicacin Prctica

    CAAAP)

    de

    Lima, torn

    contacto con

    los

    sacerdotes dominicos

    de

    Quillabamba, quienes me aconsejaron establecerme en la

    comunidad

    de Matoriato, cosa

    que

    hice. Fue all

    donde

    inici la

    parte

    matsigenka

    de

    mis estudios comparativos. Sin embargo, muy pronto me di cuenta de

    que

    el proyecto

    diseado

    en la

    universidad

    en Suecia requera

    una

    comprensin mucho

    ms profunda

    del

    mundo

    Matsigenka de la

    que

    posiblemente podra obtener durante el ao que

    haba

    pensado

    permanecer en el Per. A

    medida que

    la gente en Matoriato me hablaba

    de

    las

    comunidades

    nativas ,

    una

    forma

    de

    organizacin

    impuesta por

    el gobierno haca ya

    un

    tiempo, fue

    surgiendo

    un

    foco de investigacin

    alternativo. As,

    en

    vez de continuar con mis estudios comparativos eco-

    cosmolgicos, comenc a profundizar mis conocimientos en torno al

    poder y la

    organizacin

    poltica

    matsigenka. Tambin cambi

    mi

    cronograma

    y

    emple

    ms

    de dos aos

    antes

    de

    retornar a Suecia.

    Desde que empec mi investigacin, he visitado a los Matsigenka

    en varias

    oportunidades

    y

    siempre he regresado

    a la

    zona

    del Alto

    Urubamba donde realic

    mi

    trabajo de

    campo.

    El

    hecho

    de que

    concentrara geogrficamente mis investigaciones en la regin del Alto

    Urubamba se refleja en un cierto sesgo de

    informacin

    hacia los

    matsigenka

    que

    viven

    en

    esa zona. Reconozco

    que

    no

    estoy

    tan

    familiarizado

    con

    los desarrollos

    en

    el Bajo

    Urubamba

    y el Alto

    Madre

    de Dios. Con todo, he tratado, hasta

    donde

    me

    ha

    sido posible,

    de dar

    cuenta de las variantes regionales.

    Uno de los aspectos fascinantes al seguir a la sociedad matsigenka

    por

    casi treinta aos,

    desde

    la

    primera vez que

    viaj ro abajo

    por

    el

    Urubamba

    ha

    sido

    su

    impresionante capacidad

    para

    conservar

    su

    integridad cultural. De la

    impresin

    inicial

    que tuve

    de

    que

    se trataba

    6

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    10/44

    tsigenk

    de

    un

    pueblo prximo a ser absorbido

    por

    el anonimato de la cultura

    nacional, he llegado a la percepcin de que muchos de estos cambios son

    superficiales, casi ficticios. Mientras ms aprendo de los Mastsigenka, ms

    percibo

    cun

    profundamente

    insertos estnen

    un

    mundo

    diferente a aquel

    concebido por la cultura nacional. Lo que, a primera vista, parecieron

    concesiones decisivas a expresiones locales de la cultura occidental, ahora

    las veo como

    un

    mero empleo superficial de objetos forneos mientras

    que, ms all de lo que ven los ojos, reinan los supuestos y principios que

    dejan verque los Matsigenka conciben el

    mundo

    en trminos radicalmente

    diferentes a aquellos que constituyen el mundo segn ideas y patrones

    occidentales.

    No soy el nico

    que

    se ha

    interesado

    en el

    pueblo matsigenka en

    trminos antropolgicos. Entre los sacerdotes

    dominicos

    existen varios

    que durante sus aos

    de servicio

    en

    la regin,

    contribuyeron

    a

    ampliar

    nuestros

    conocimientos sobre la etnografa matsigenka Entre ellos

    destacan los sacerdotes Jos Po Aza 1923;1924 ,SecundinoGarca 1935

    1937 ,

    Wenceslao Fernndez

    1952 y

    Joaqun Barriales

    n.d. . La

    contribucin

    de

    integrantes del Instituto Lingstico de Verano ha sido

    menor

    y el diccionario de Betty Snell,

    publicado en

    1998,

    constituye una

    honrosa

    excepcin.

    Entre

    los

    antroplogos

    acadmicos

    varios han

    realizado trabajo de

    campo

    pero

    no

    todos

    los

    estudios

    han

    resultado

    en

    documentos

    publicados

    Entre quienes han publicado

    sobre

    los

    Matsigenka destacan Allen

    Johnson

    1978, 1982, 1983, 2003 Y

    sus

    estudiantes Michael Baksh 1992,1995 YAlejandro Camino 1977,1978 ,

    quienes

    comparten

    su inters

    por temas

    ecolgicos. Para

    comprender

    la

    religin y el

    shamanismo matsigenka

    son

    imprescindibles

    los

    diversos

    estudios

    de Gerhard Baer 1976, 1979, 1984, 1992, 1994 . Los estudios

    sobre los Matsigenka de France-Marie Renard-Casevitz se centran, sobre

    todo, en la estructura social, simbolismo e historia 1972, 1977 .

    Por

    su

    parte, Beverly Bennett 1996 y

    GlennShepard

    1998, 2002 han prestado

    particular

    atencin a los temas

    de salud

    y medicina.

    ot sobre l ortogr f

    Dado que no existen convenciones universales sobre cmo escribir

    el

    matsigenka

    se

    encuentra en

    la

    literatura

    diversas

    modalidades

    ortogrficas. En esta monografa me ceir a la ortografa matsigenka

    utilizada

    por

    Betty Snell 1998 ,

    cuyo

    trabajo est

    cobrando

    creciente

    valoracin.

    7

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    11/44

    an osengren

    El alfabeto matsigenka contiene 22 letras:

    h g

    i j

    k ky m n

    o p r s sh ts Iy u v y Con solo algunas excepciones estas letras se

    pronuncian igual que en espaol.

    u

    representa

    un

    complejo

    diptongo

    con

    una

    pronunciacin

    entre

    ei y ea, correspondiendo a la pronunciacin en ingls en Ieam

    g

    se pronuncia como en espaol a menos que est precedida por

    la e o la i

    en

    cuyo caso la pronunciacin es palatizada.

    j suena ms suave que la j espaola y se aproxima a una h

    aspirada.

    k se pronuncia como

    en espaol,

    a menos que est precedida

    por

    la e o la i en cuyo caso la

    pronunciacin

    es palatizada.

    Iyrepresentan la k y la t palatizadas. Estas letras

    son

    necesarias

    ya que la k y la t

    son palatizadas

    en algunos casos cuando

    preceden

    a la

    a o la o.

    sh

    se pronuncia como

    una

    fricativa palatal.

    ts en la zona del Alto Urubamba se

    suele

    pronunciar

    como

    la eh

    espaola,

    mientras

    que en el Bajo Urubamba se pronuncia como ts.

    INFORMACIN GENERAL

    El pueblo al que hoy

    en

    da nos referimos como Matsigenka

    habita

    en

    un extenso territorio

    ubicado en

    el

    sudeste

    del Per. El

    rea

    que se

    extiende desde

    la ribera derecha

    del ro

    Apurmac, en el

    oeste, abarca los

    sistemas

    fluviales de los r os Alto Urubamba y una

    gran parte del Bajo

    Urubamba

    provincia

    de

    La Convencin,

    departamento

    del Cusca ,

    y

    alcanza

    el

    Manu

    y la

    ribera

    izquierda

    del ro Alto

    Madre

    de Dios provincia

    del

    Manu, departamento de

    Madre

    de Dios , por el este. El

    censo

    nacional de 1993 registr 8 679

    habitantes

    en

    comunidades matsigenka.

    Sin

    embargo, dado

    que

    se

    admite que no

    fue

    censada la totalidad

    de

    la

    poblacin

    matsigenka,

    se

    estima

    la

    poblacin

    total de

    este pueb lo en alrededor

    de 10 000

    habitantes.

    La gran mayora de los

    matsigenka

    alrededor de 6 000

    vive a lo largo del

    ro

    Urubamba; de stos, aproximadamente 2 000

    habitan

    en la zona del

    Alto

    Urubamba

    y

    4000

    en la zona del Bajo

    Urubamba. De los Matsigenka restantes, una

    minora

    vive en la

    zona

    del Apurmac, mientras los dems habitan las zonas del Manu y el

    8

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    12/44

    atsigenka

    Alto Madre de Dios. En trminos demogrficos, la poblacinmatsigenka

    crece a paso lento

    pero

    firme ver

    cuadro

    1).

    El

    idioma matsigenka

    pertenece al tronco arahuac. Se

    encuentra

    estrechamente relacionado con las lenguas ashninka, con las que el nivel

    de

    comprensin

    mutua

    es alto. Si

    bien

    existen variaciones dialectales

    en

    el vocabulario y la pronunciacin entre los habitantes de las diferentes

    regiones

    de

    ocupacin

    matsigenka

    los Matsigenka no les

    atribuyen

    importancia como marcadores de pertenencia a diversos grupos. La nica

    excepcin est

    constituida

    por los grupos que los

    Matsigenka

    llaman

    kogapakori los

    cuales

    habitan

    en las nacientes de los afluentes de la

    margen derecha del Bajo Urubamba

    1).

    Segn

    un

    hombre del Alto

    Urubamba que particip en

    una

    expedicin a las cabeceras

    del

    ro

    Timpa

    organizada pormisioneros dominicos, al principio le resultaba algo difcil

    entender el habla de estos grupos del Alto

    Timpa

    porque hablaban al

    revs .

    El territorio poblado por los

    Matsigenka

    se

    extiende

    a

    travs

    de la

    frontera entre las partes

    ms

    bajas

    de

    la sierra y la cuenca amaznica

    por lo

    que

    existen notables variaciones ecolgicas entre las diferentes

    reas. Ya que la regin constituye

    una

    zona

    de

    frontera ecolgica, su

    biodiversidad es considerable. Segn una evaluacin ecolgica realizada

    por el

    Smithsonian Institution and onseruation International

    en el ao 2000,

    los

    bosques

    transitorios de la cordillera

    en

    la

    regin

    de Vilcabamba se

    cuentan

    entre las zonas de

    mayor

    diversidad biolgica del mundo.

    La seccin

    norte

    del territorio

    matsigenka forma

    parte de la selva

    baja

    amaznica mientras que la seccin sur al ser

    parte

    de las

    estribaciones andinas

    corresponde

    a

    una zona

    ecolgica de ceja de selva

    o

    montaa.

    Esto implica, por ejemplo, que

    esta ltima

    zona

    est

    ubicada

    a una altitud comparativamente mayor

    que

    vara entre los 800 y los

    1500 msnm. En la ceja de selva el paisaje se caracteriza

    por

    ser

    accidentado, con cumbres

    sinuosas

    y estrechos valles que se extienden

    en

    el fondo,

    donde

    suelen

    correr

    ros o

    quebradas

    de corrientes

    fuertes

    en los

    que

    frecuentemente se

    encuentran

    rpidos. La

    transicin

    entre

    ambas zonas

    ecolgicas es brusca, sobre

    todo

    cuando se

    desciende

    por

    el ro Urubamba: jus to antes

    de

    acceder a la planicie

    amaznica

    se

    atraviesa una serie de

    rpidos

    en el alto y

    angosto

    can

    conocido

    en los

    mapas

    nacionales como el Pongo de Mainique y al que los Matsigenka

    1) Existen

    rumores

    sobre la existencia de

    grupos

    aislados

    tambin

    en la margen

    izquierda

    del ro

    Urubamba.

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    13/44

    an osengren

    se

    refieren

    como Megantoni

    parte

    alta) y

    Tonkini parte

    baja). En

    contraste con la accidentada topografa de la selva alta, la selva baja

    se caracteriza

    generalmente

    por extensas planicies ribereas y colinas

    de suave

    ondulacin.

    En

    esta

    zona

    los

    ros

    son

    ms

    grandes

    y

    calmados y ofrecen ms facilidad para la navegacin que los

    de

    la

    selva

    alta.

    A las diferencias topogrficas corresponden tambin diferencias

    de

    temperatura

    y precipitaciones. ONERN 1967:16f) describe la ceja de

    selva como

    muy hmeda

    y semi-clida ,

    mientras

    la selva baja es

    hmeda y muy clida .

    Puede

    llover durante todo el ao, aunque existe

    una

    marcada

    estacin de lluvias

    que empieza

    entre octubre y noviembre

    y termina entre febrero y marzo, alcanzando su pico

    en enero, cuando

    llueve copiosamente y aparecen fuertes vientos. Durante esta poca, las

    lluvias

    son

    frecuentes, a

    menudo

    diarias, y las precipitaciones son a veces

    tan

    fuertes

    que

    los ros y riachuelos crecen a tal

    punto que destruyen

    y

    arrasancaminos y puentes, dejando a las regiones aisladas, un fenmeno

    que

    suele estar influenciado por la intensa deforestacin de la vegetacin

    ro arriba.

    La

    poca

    seca,

    entre marzo/abril

    y

    septiembre/octubre,

    se

    entiende

    como

    seca solo en el sentido

    relativo

    del trmino: sigue

    lloviendo ocasionalmente, si bien

    durante

    cortos intervalos. En la poca

    seca, en

    las

    zonas ms altas, la temperatura puede descender

    drsticamente hasta los 10C durante las noches y alcanzar solo

    hasta

    20C

    durante

    el da. Como llueve

    todo

    el ao, la lluvia no sirve

    para

    marcar los cambios estacionales y los Matsigenka prefieren diferenciar

    las estaciones en

    trminos

    del nivel de agua de

    los

    ros. Lo que

    correspondera

    a la

    temporada

    seca se conoce

    como

    shiri grini

    o

    poca

    de aguas en descenso , mientras

    que

    la

    temporada

    de lluvias

    o kimo rinies la poca

    de

    creciente .

    enomin cin

    Sibienhasta fines del siglo

    el conocimiento de la zona habitada

    por los Matsigenka era limitado, los habitantes indgenas figuran con

    cierta frecuencia

    en

    los

    documentos

    coloniales y de comienzos de la

    Repblica. Sin embargo el hecho de

    que

    no se registrara

    ninguna

    forma

    de auto-denominacin, deja

    ver

    la poca familiaridad

    que

    los diferentes

    autores tenancon dicha zona. Por el contrario, hasta comienzos del siglo

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    14/44

    atsigenka

    pasado, los diversos nombres empleados para referirse a los Matsigenka

    eran

    todos

    de origen forneo.

    Hasta

    el siglo XIX, los

    nombres ms

    comunes

    empleados

    en diferentes

    perodos,

    eran Andes, Antis,

    Chunchos

    y

    Manares,

    todos

    ellos

    probablemente

    de

    origen

    andino.

    Durante el siglo XIX, el trmino

    campa

    y algunas de

    sus variantes

    ganaron importancia y reemplazaron a las denominaciones anteriores.

    Segn

    Varese 1973: 143f), la

    denominacin

    campa

    est

    asociada a la

    orden franciscana, que

    empez

    a emplearla de

    manera ms

    consistente

    hacia fines del siglo XVII, para referirse a los grupos que hoy en

    da

    se

    llaman a s mismos como

    Ashninka,

    Ashninka o Nomatsiguenga.

    La orden franciscana tuvo a su

    cargo

    la evangelizacin

    de

    la zona

    del

    Urubamba entre

    1799 y 1900.

    Durante

    este

    tiempo,

    los

    monjes

    tambin

    incluan bajo el nombre Campa al

    pueblo

    conocido hoy da

    como Matsigenka. El origen

    etimolgico

    de esta denominacin no es

    claro,

    pero es probable

    que

    sea amaznico.

    lvarez

    1981: 30) sugiere

    que el trmino

    campa

    se deriva

    de

    la

    expresin

    yine, o piro, kamta-l ,

    que significa

    aqul

    que

    ha

    atado su pene con una cuerda .

    lvarez

    asume

    que el trmino fue empleado para

    designar

    a los hombres

    matsigenka y ashninka, ya que sta es

    una prctica

    que los distingue

    de

    los

    hombres

    yine.

    Para

    lvarez,

    el

    apelativo yine

    utilizado

    para

    designar

    a

    sus

    vecinos arahuacos es

    de

    naturaleza peyorativa, si bien

    podra ser una designacin

    que tambin)

    indicara

    una

    relacin de

    afinidad.

    Tal supuesto es sugerido

    por

    las observaciones de Gow 1999:

    239) en cuanto a que

    entre

    los Yine

    los cuados

    entre s

    hacen

    pblicos

    los detalles de la

    vida

    sexual

    y de sus

    genitales

    en forma de bromas y

    apodos. Aquello

    que

    los parientes

    nunca discuten,

    las esposas lo sacan

    a colacin y los cuados lo gritan por

    todo

    lo alto . As, k ml lipodr

    ser

    una

    de

    las

    formas

    en

    que

    los

    Yine

    se

    referan

    a

    los

    hombres

    matsigenka y

    ashninka

    como parientes polticos

    verdaderos

    o

    potenciales.

    Ejemplos

    del uso de formas castellanizadas de la denominacin

    Matsigenka. tales como Machiguenga y Machiganga se pueden observar

    en los textos correspondientes a las ltimas dcadas del siglo XIX. Sin

    embargo

    el uso del

    etnnimo

    se generaliz recin cuando los misioneros

    dominicos empezaron

    a publicar,

    en

    1918, la

    revista Misiones Dominicas

    del Per ,

    donde

    dicha denominacin

    fue aplicada,

    desde

    el

    principio,

    de manera exclusiva.

    Podra

    sospecharse

    que

    el

    cambio

    en la

    prctica

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    15/44

    n os ngr n

    de nombrar, est asociado a la creacin de las Prefecturas Apostlicas

    de

    Urubamba

    y San Francisco en el ao 1900, la cual dividi en dos la

    zona habitada por quienes, hasta entonces, haban sido conocidos como

    Campa. Junto con la divisin de funciones administrativas, se dieron

    nombres diferentes a los habitantes indgenas de la zona respectiva. La

    administracin de la PrefecturaApostlica de San Francisco permaneci

    bajo los franciscanos, quienes continuaron utilizando la denominacin

    Campa. La prefectura del

    Urubamba

    cay bajo la responsabilidad de la

    orden dominica y los habitantes de la zona conocidos hasta entonces

    como

    Campa

    pasaron a ser llamados Machiguenga a partir de ese

    momento.

    Al

    hablar

    de denominaciones tnicas, es necesario

    tener

    en cuenta

    que

    nombres

    como por ejemplo Anti

    Campa y

    Machiguenga

    pertenecieron inicialmente a un discurso de elite. Los colonos que vivan

    en la zona solan referirse a los Matsigenka en trminos

    ms

    despectivos

    como chunchos o salvajes , una prctica que parece datar de largo

    tiempo atrs.

    Si la

    etnicidad

    es

    vista

    como

    la

    expresin

    de

    relaciones

    sociopolticas dentro de un sistema jerrquico, la dimensin tnica de

    las

    nociones

    de

    identidad

    matsigenka

    tena

    probablemente

    una

    importancia menor hasta hace poco tiempo. Es probable que el uso

    indgena del

    trmino

    matsigenka como etnnimo, en el sentido estricto,

    sea de origen reciente y que no vaya

    ms

    all de la dcada de 1960.

    Como

    en

    el caso de la

    autodenominacin

    de otros pueblos indgenas de

    la amazona, m tsig nk podra ser traducido como seres humanos .

    As, en el

    uso

    matsigenka, la denominacin no se refiere principalmente

    a

    una

    categora tnica, ya

    que

    incluye a todos los pueblos indgenas de

    la arnazona, partiendo de la base de su origencomn. Si bien se reconoce

    diferencias en cuanto a lenguas, cultura y organizacin social, no se

    considera que tales variaciones afecten la afinidad fundamental que une

    a estos pueblos.

    En el sistema matsigenka de clasificacin tnica, la ambigedad

    de las categoras se hace manifiesta en la falta de

    una

    clara diferenciacin

    entre algunos de los grupos de la zona que actualmente se distinguen

    en el discurso etnopoltico como grupos tnicos discretos. As, existe

    cierta

    confusin

    en

    relacin a los vecinos

    ashninka.

    El

    trmino

    ashdninka

    por

    ejemplo, significa en matsigenka paisano , compatriota .

    Esta ambigedad es todava mayor en relacin a los llamados kogapakon

    a quienes los Matsigenka, al igual

    que

    otros (ver Ribeiro Wise 1978:

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    16/44

    tsigenk

    135),

    consideran

    como un grupo

    matsigenka.

    Estos se diferencian

    culturalmente 2) de los Matsigenka hasta cierto punto,

    pero

    no cabe duda

    que hablan un dialecto de la

    misma

    lengua.

    Entre los

    grupos que

    se mantienen

    voluntariamente aislados

    de

    la

    sociedad

    peruana,

    existen

    algunos grupos que

    durante

    las

    lt imas dcadas

    han

    comenzado

    a establecer

    comunicacin con

    representantes de la sociedad nacional, en

    gran

    parte

    como

    resultado

    de las

    actividades

    de los misioneros y la

    presencia de compaas

    petroleras en

    las

    inmediaciones.

    Hay

    quienes sostienen

    que

    estos

    grupos no se consideran Matsigenka, y que se llaman a s mismos

    Nanti. Sin embargo, en el idioma matsigenka, o t significa

    yo

    soy

    y la cuestin es, si estos reportes no constituyen, ms bien, otro

    ejemplo de cmo

    es

    posible

    malinterpretar

    las

    concepciones

    de

    identidad. Adems, se puede preguntar hasta qu punto existe una

    conciencia tnica

    entre

    estos

    grupos

    ver

    tambin

    la

    discusin

    sobre

    este

    tema en

    el captulo 6). Es comprensible que este grupo de

    personas no

    acepte

    ser

    llamado

    k o l p l k o n ~ ya que este

    trmino

    significa aquellos que hacen lo que quieren , lo que tiene una

    implicancia

    peyorativa

    de irresponsabilidad y amoralidad que

    reflejara

    su supuesta costumbre de matar

    a los

    extraos

    a

    primera

    vista.

    En la

    zona

    del

    Alto

    Madre de

    Dios no

    hay

    comunidades

    nativas

    legalmente

    reconocidas

    como

    matsigenka.

    Huacaria, una

    comunidad

    Huachipaeri

    Arakmbut),

    tiene una poblacin matsigenka que est

    en

    aumento hasta

    que casi

    domina

    la situacin. Tambin pueden

    encontrarse grupos

    matsigenka ms

    pequeos en

    las

    comunidades

    de

    Shintuya y

    Diamante, donde

    viven

    como

    minora

    entre las

    mayoras

    Arakmbut

    y Yine. En la zona del Alto Madre de Dios existen

    grupos

    matsigenka

    que

    viven a ari1las de los ros Palotoa y

    Pii-

    Pii. La mayor concentracin de poblacin

    matsigenka en

    la

    zona

    de Madre de Dios se encuentra probablemente dentro del Parque

    Nacional del Manu,

    donde existen

    tres importantes comunidades

    matsigenka: Shipetiaari, Tayakome y Yomybato cuadro 1). Como

    estas

    comunidades

    se

    encuentran

    dentro de los confines del Parque

    2) Prcticamente no existen descripciones

    sobre

    los asi llamados kogapakori en la

    literatura etnogrfica, pero por la poca informacin disponible, parece

    que

    existen

    algunas

    diferencias en

    cuanto

    a la

    cultura material respecto

    de los matsigenka.

    13

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    17/44

    an Rosengren

    uadro 1

    Lista de

    comunidades

    nativas

    matsigenka

    BAJO URUBAMBA

    omunidad

    Pobl.

    omposicin

    Situacin

    tnica legal

    1

    aman

    258

    Matsigenka Con ttulo

    2

    Camisea 196 Matsigenka Con ttulo

    3

    Kirigeti 454

    Matsigenka Con ttulo

    Carpintero

    4

    Kashiriari 106 Matsigenka Con ttulo

    Ampliacin 1

    sji

    Sin ttulo

    Ampliacin II sji Sin ttulo

    5

    Kochiri

    83

    Matsigenkaj

    Con ttulo

    Ashaninka

    Ampliacin sji Con ttulo

    6

    Mayapo

    232 Matsigenka Con ttulo

    7

    Nueva Luz

    408 Matsigenka

    Con ttulo

    Ampliacin

    sji

    Sin ttulo

    8

    Nueva Vida 96 Matsigenka

    Con ttulo

    9

    Nuevo

    232

    Matsigenka on ttulo

    Mundo

    10 Porotobango 36

    Matsigenkaj Con ttulo

    Ashninka

    Ampliacin sji

    Con ttulo

    Puerto 296 Matsigenka

    on ttulo

    uallana

    12

    Sababantiari

    49

    Matsigenka

    Con ttulo

    13

    Segakiato

    274

    Matsigenka Con ttulo

    Ampliacin

    sji

    Sin ttulo

    14 Shivankoreni 206

    Matsigenka

    Con ttulo

    Ampliacin sji on ttulo

    15 Ticumpinia 216

    Matsigenka Con ttulo

    Chocoriari

    Ampliacin sji

    Sin ttulo

    16

    Timpa

    389

    Matsigenka

    Con ttulo

    Ampliacin

    sji

    Con ttulo

    14

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    18/44

    atsigenka

    LTO URUB MB

    Comunidad

    Pobl

    Composicin

    Situacin

    tnica

    legal

    17 Alto 240

    Matsigenka

    Con ttulo

    Sangobatea

    18 Chakopishia to

    48

    Matsigenka

    Con

    ttulo

    19

    Chirumbia

    255

    Matsigenka

    Con

    ttulo

    mpliacin

    s

    Sin ttulo

    20

    Inkaare

    47

    Matsigenka

    Sin ttulo

    21

    Koribeni

    800

    Matsigenka

    Con

    ttulo

    22

    Mani

    tinkiare 47

    Matsigenka

    Sin

    ttulo

    shninka

    23

    Matoriato

    810

    Matsigenka

    Con

    ttulo

    24

    Monte Carmelo

    391 Matsigenka

    Con

    ttulo

    mpliacin

    s i

    Sin

    ttulo

    25

    Morenkani 65

    Matsigenka

    Sin ttulo

    26 Pogentimari

    374

    Matsigenka

    Con

    ttulo

    mpliacin

    s i

    Sin ttulo

    27

    Shimaa / 564

    Matsigenka

    Con ttulo

    Shimentato

    28 Tivoriari

    66

    Matsigenka

    Con ttulo

    29 Yokiri

    39

    Matsigenka Con

    ttulo

    LTOM DRE DE DIOS

    30

    Huacaria

    s i

    Huachipaeri

    Con ttulo

    31 Palotoa

    s i

    Matsigenka

    Sin ttulo

    32

    Pii Pii

    s i

    Matsigenka

    Sin ttulo

    33 Shipetiaari

    s i

    Matsigenka

    Sin ttulo

    34 Tayakome

    s i

    Matsigenka

    Sin ttulo

    35

    Yomybato

    s i

    Matsigenka Sin ttulo

    . Las cifras de poblacin provienen del Censo Nacional de 1993.

    s i

    sin informacin

    Nacional del Manu no

    han

    sido reconocidas como comunidades nativas

    lo que implica

    que

    estos grupos no tienen los mismos derechos

    que

    aquellos

    que viven fuera del parque. Adems como el objetivo del parque es la

    conservacin se

    supone que

    quienes

    viven dentro

    de

    sus

    lmites

    deben

    15

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    19/44

    an osengren

    vivir de

    forma

    tradicional , loque significa, por ejemplo, que no

    pueden

    usar escopetas para cazar dentro del permetro del parque.

    Hasta

    fines del siglo

    X X

    la

    montaa

    de Vilcabamba no concit

    mayor

    inters ms all de la regin

    durante

    mucho tiempo, ofreciendo

    bsicamente

    peligros

    y

    penurias

    lo

    cual

    implic

    que

    la zona

    prcticamente no gozara de medios de acceso. Los propietarios de las

    pocas haciendas, que se establecieron en el valle de la Convencin,

    prefirieron el acceso restringido que ofreca el nico sendero para mulas

    existente, ya

    que

    les facilitaba el control de los trabajadores. Sin embargo

    con el auge de las gomas, la montaa se convirti en una

    zona

    de

    gran

    atractivo. El acceso ms fcil era desde el Norte, viajando en embarcacin

    por

    el

    ro.

    Con

    todo

    el

    rea

    quedaba

    lejos

    de

    los

    centros de

    comercializacin de caucho, de modo que se buscaronmedios de acceso

    alternativos.

    El ms

    infame

    y

    conocido de estos proyectos de

    comunicacin es

    probablemente

    el de Fitzcarraldo,

    que

    se

    propuso

    interconectar los sistemas fluviales de los ros Urubamba y Madre de

    Dios a travs del llamado Istmo de Fitzcarraldo,

    para

    luego dirigirse al

    ro Madeira y los mercados brasileos. Por su parte, el gobierno peruano

    planific la construccin de un ferrocarril para conectar la sierra del sur

    del pas con algn lugar a lo largo del bajo Urubamba al

    que

    fuera posible

    llegar navegando en cualquier poca del ao. La ejecucin del proyecto

    empez en 1914, con la construccin del ferrocarril de Cusco a Santa

    Ana, por ese entonces capital de la provincia de La Convencin.

    Cuando el ferrocarril alcanz el casero de Santa Teresa por la

    zona ms meridional de la provincia, en la dcada de 1930,se paralizaron

    los trabajos debido al fuerte brote epidmico de paludismo, que durante

    un par de aos azot la zona, resultando en una disminucin de la

    poblacin de la provincia de

    ms

    de 20 . El trfico

    que

    vena

    desde

    Cusco tuvo que continuar en adelante

    por una

    angosta trocha que

    poda

    utilizarse

    en una

    sola direccin al mismo t iempo. El proyecto del

    ferrocarril fue retomado a comienzos de la

    dcada

    de 1970 y lleg hasta

    Quillabamba, la actual capital, en 1975. Anticipndose a la llegada del

    ferrocarril, se empez la construccin de una trocha desde Quillabamba

    hacia el Pongo de Mainique en 1933.La construccin del camino ha sido,

    desde entonces, discontinua; en 1969el camino lleg al pequeo afluente

    Kitene que,

    durante

    largo tiempo, constituy el final de la

    ruta

    y

    donde

    se desarroll

    un

    pueblo de colonos. Actualmente, el camino alcanza

    Tintinikiato, unos kilmetros ms all en la

    ruta

    planeada inicialmente.

    16

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    20/44

    tsigenk

    apal

    apa del

    ro

    rubamba

    con las

    comunidades nativas

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    21/44

    an osengren

    Madre matsigenka con su hija

    Foto: Dan Rosengren

    El

    camino

    tambin

    tiene

    un

    desvo

    que sigue a lo largo

    del

    ro

    Kompirushiato

    hasta

    Shimaa Ms all de estos

    puntos

    el transporte se

    hace

    en lancha

    o

    por

    pequeos senderos Es posible

    que

    el relativo

    aislamiento

    de

    la

    zona llegue

    a su fin

    con

    la

    explotacin

    de

    los

    yacimientos de gas de Camisea cuyo aparato logstico requiere la

    creacin de facilidades de transporte

    HISTORI

    DE

    L S

    REL CIONES CON

    EL

    MUNDO

    NO

    M ZNICO

    El contacto

    entre

    la

    montaa

    la costa y la sierra antes de la

    aparicin de los incas es atestiguado

    por

    los hallazgos arqueolgicos

    realizados en estas regiones los cuales

    indican

    cierta familiaridad

    con

    la flora y la fauna de las tierras bajas tropicales al este de los Andes

    18

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    22/44

    tsigenk

    Asumiendo que extensas

    redes

    de

    comercio

    vincularon a pueblos

    del

    continente durante largo tiempo podramos especular acerca de

    la

    posibilidad

    de que los

    lugares

    donde la

    gente

    de

    las

    tierras bajas

    tropicales

    y la

    sierra

    solan

    encontrarse

    para comercializar y hacer

    trueque hasta comienzos del siglo XX fueran en realidad

    de

    origen

    pre-inca.

    Poco es lo que

    se

    sabe con certeza

    sobre

    la

    historia

    precolombina

    de

    los Matsigenka. En la

    zona

    hab itada por

    los

    Matsigenka

    as como en otros lugares de la montaa existen

    petroglifos que indican que el

    rea

    ha estado habitada por un perodo

    prolongado.

    Sin embargo

    no

    se sabe quin

    hizo estos petroglifos

    ni

    tampoco lo que representaban para sus creadores. Segn Baer 1984:

    288-291 los

    motivos

    sugieren que son de

    procedencia amaznica

    ms

    que

    andina. Para los

    actuales Matsigenka estos petroglifos

    suelen tener poca importancia.

    Algunos

    atribuyen estas inscripciones

    al dios

    Chonkvari pero

    para la

    mayora

    constituyen un

    mero

    recuerdo del

    pasado

    del

    que

    nada

    se

    sabe

    y

    en

    la actualidad los

    petroglifos no despiertan el inters suficiente como para que la gente

    especule

    sobre sus orgenes.

    Si bien sigue siendo escasa la informacin sobre los pueblos

    de la montaa

    esta

    se incrementa

    con relacin

    a la poca en que los

    incas

    dominaron

    la

    regin

    serrana vecina.

    Sin

    embargo

    con raras

    excepciones esta informacin se restringe a historias relacionadas a

    la situacin de contacto propiamente dicha y no es posible conocer

    mucho

    en torno

    a las condiciones sociales y

    culturales

    de

    las zonas

    de los bosques tropicales. Es ms como la informacin est basada

    sobre todo en

    la

    tradicin oral

    y

    en

    rumores reproducidos a partir

    de cronistas espaoles esta debe

    ser tomada

    con

    cautela ya que a

    menudo

    los

    cronistas buscaban

    promover intereses propios adems

    de depender de

    las

    conceptualizaciones

    andinas

    o

    espaolas

    referidas

    a la selva y

    sus

    habitantes.

    Es probable

    que

    el

    contacto

    entre los

    pueblos de las

    tierras

    bajas y la

    sierra fuera

    sobre

    todo

    de naturaleza econmica y que se

    basara

    ms a menudo

    en

    el

    comercio

    antes que

    en

    los tributos

    ver

    Gade

    1972: 209; Myers 1983; Santos Granero 1992: 19 . En

    este

    intercambio las hojas

    de

    coca const itu an una

    importante

    contribucin

    de la gente de la montaa junto con el tabaco las pieles,

    plumas

    y

    animales

    vivos

    mientras que

    las

    contribuciones

    de

    los

    19

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    23/44

    an osengren

    habitantes de la sierra se centraban

    en herramientas

    de bronce 3), sal y

    textiles. lvarez 1980: 11) se refiere

    vagamente

    a la existencia de

    tradiciones orales, segn las cuales los Incas habran mantenido puestos

    de

    intercambio con depsitos

    en

    varios

    lugares

    de

    la

    montaa

    de

    Vilcabamba en la zona de Picha,

    en

    las nacientes del ro Yavero y en

    Tonkini, es decir, en la zona baja del Pongo de Mainique, en el ro

    Urubamba , los cuales contenan productos para intercambiar. Estos

    lugares,

    explica lvarez,

    eran

    dirigidos por

    agentes

    de comercio a

    quienes los Yine llamaban

    kajituy

    los

    Ashninkayayanchi 4 .

    En 1996, grab en la zona del Alto Urubamba un mito

    sobre

    Yayanchi,

    quien

    fue descrito por los Matsigenka de

    hoy

    como un

    poderoso

    y sabio personaje

    proveniente

    de ro arriba. En esta narracin,

    no

    se haca referencia alguna a productos de intercambio y solo se

    mencionaban los poderes excepcionales de Yayanchi. El

    lugar

    de Tonkini,

    sin

    embargo, est

    asociado al dios inventor matsigenka

    llamado

    Chonkvari 5),

    de quien se dice

    que

    vivi all

    durante

    algn tiempo,

    rodeado

    de las cosas maravillosas

    que

    creaba. Esta ubicacin se asocia

    actualmente

    a

    rumores

    de tesoros que

    supuestamente provendran

    de

    Chonkvari

    y no de agentes de intercambio de los incas.

    Desde la

    perspectiva

    matsigenka, el inters

    por

    los Incas

    parece

    limitado,

    en

    comparacin al que se atribuye a los Ashninka, Ynesha y

    Shipibo-Conibo. Esto es sugerido tanto

    por

    la poca importancia que la

    mitologa matsigenka le asigna a los Incas, como por la insignificancia

    de elementos

    andinos en

    la cosmologa matsigenka. En la etnografa

    cosmolgica matsigenka se menciona, a veces, a

    una

    clase de espritus,

    3)En este intercambio es probable que las herramientas y otros instrumentos de metal

    fueran los objetos de

    mayor

    inters para los pueblos de la montaa. Se ha dicho que la

    razn principal por la que los misioneros fueron

    aceptados

    al comienzo de la colonia

    fue porque provean a los pueblos de objetos de metal Santos Granero 1988: 4).

    4)Segn lvarez 1980:11) ambos trminos significan aquel que tiene cosas . Segn

    mis conocimientos, sin embargo, noexiste

    tal

    construccinen idiomamatsigenka y lomismo

    parece suceder en el caso ashninka Hanne Weber, comunicacin personal).

    5)

    Chonkvari

    es tambin conocido como Chaingavane, a

    quien

    Renard-Casevitz

    1991:219) asocia

    con

    los incas. En los mitos que he recolectado en el Alto Urubamba,

    el uso de recursos mgicos

    impidi

    a Chonkvari

    retornar

    a su hogar en Tonkini y

    ahora

    vive

    entre

    los

    blancos

    a

    quienes

    entrega sus

    inventos,

    lo

    cual

    explica la

    superioridad tecnolgica occidental. Entre los ashninka existe un dios inventor de

    tecnologa conocido como Inca o

    Inka Weiss

    1975:267)o

    Padlt1kalllaife Benavides 1986 .

    20

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    24/44

    tsigenk

    s no rite llamados nkakuna una palabra obviamente andina

    Se dice

    que los nkakunavivan en lo ms alto de los mundos que conforman el

    universo y no tenan

    mayor

    injerencia en la vida cotidiana. La existencia

    de mitos sobre los dioses Inkarr y Pachakamue o Pachakama ha sido

    considerada

    evidencia de la influencia de la

    cultura andina sobre

    los

    Matsigenka verCenitagoya 1943,Rostworowski 1992 .Weiss 1985:3 Of

    observa,

    sin

    embargo

    que

    las figuras mticas de Inkarr y

    Pachakamue

    /

    Pachakama son

    sinnimos del dios Yavreri o Avreri, como lo

    llaman

    los Ashninka . De acuerdo a esto, Weiss

    concluye

    que las creencias y

    relatos

    andinos

    sobre estas figuras han servido a lo sumo para proveer

    elementos

    complementarios

    para elaboraciones

    de

    los mitos

    preexistentes de la montaa

    Pocos

    aos despus

    de

    que

    los

    espaoles

    tomaran

    el

    poder en

    el

    Cusca, las historias de la fabulosa

    ciudad

    de El Dorado, o Paititi, atrajeron

    el

    inters

    de los conquistadores hacia las tierras bajas tropicales. En 1539,

    Pedro

    de

    Candia

    sali al

    mando

    de

    ms

    de cien

    soldados

    en

    busca

    de

    nuevas

    tierras y riquezas.

    Cuando

    la

    expedicin

    lleg al bajoKosipata

    los

    soldados

    se

    enfrentaron

    a los

    indgenas

    quienes, armados

    con

    arcos

    y flechas, repelieron la intrusin. El

    siguiente

    intento de expansin

    hacia

    el Alto

    Madre

    de Dios fue dirigido

    por

    Juan lvarez

    Maldonado en

    1567.

    Si bien fue exi tosa al comienzo la campaa termin de

    forma

    tan

    desafortunada como

    la de Candia y,

    desde

    entonces los

    espaoles

    evitaron

    la regin del Alto

    Madre

    de Dios

    durante mucho

    tiempo.

    En los

    documentos

    de principios de la poca colonial, el

    trmino

    ms comn

    empleado para

    referirse a los

    indgenas

    de la

    regin del

    Urubamba

    era Manares o Maares. La falta de informacin sobre las

    relaciones entre los habitantes andinos de la sierra y los Manares, sugiere

    que el contacto fue interrumpido

    poco

    despus de la llegada de los

    espaoles No obstante la situacin

    podra

    ser interpretada de dos

    maneras: o

    bien hubo una

    ruptura

    en

    el contacto o, si el contacto continu,

    no fue

    muy

    conocido, o no se le dio suficiente

    importancia

    como

    para

    ser mencionado por los

    cronistas

    de la poca. Por lo que se sabe, la

    montaa

    pronto se convirti

    en

    refugio

    para

    los

    indgenas

    y esclavos de

    origen africano

    que

    escapaban de las encomiendas as como para los

    opositores del gobierno

    colonial

    y criminales comunes As pues

    continu

    existiendo cierto nivel de intercambio

    entre ambas

    zonas.

    Es posible asumir que el

    inters

    de los grupos locales manares

    de relacionarse con los Incas fuera bsicamente de

    naturaleza

    pragmtica.

    21

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

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    an osengren

    Despus

    que

    los espaoles

    tomaron

    el poder, las

    fuerzas

    incaicas se

    resistieron a la ocupacin espaola y se cre el llamado estado neo-inca,

    que

    se estableci en la

    montaa

    de Vilcabamba. Segn

    algunos

    cronistas,

    contingentes

    de

    Antis

    un

    trmino

    que

    fue

    usado

    paralelamente

    al

    de

    Manares,

    pero con un

    significado

    ms

    integral

    de pueblos de

    las tierras

    bajas tropicales ) formaron parte de las tropas incaicas ver Rodrguez

    Figueroa

    1913[1565]: 189). Sin embargo cuando los espaoles llegaron a

    los

    asentamientos

    manares, estos no

    parecieron

    estar muy

    unidos

    al

    Inca por vnculos de lealtad, y se dice que recibieron amistosamente a

    los

    soldados espaoles que

    los visitaban ver

    Ocampo

    1907[1610]: 234 y

    ss.). Considerando la

    manera

    en que

    hoy

    en da

    los

    Matsigenka

    categorizan

    a

    distintos tipos

    de

    seres

    humanos,

    no

    sera

    raro que para

    los Manares no

    hubiera

    existido

    ninguna

    diferencia significativa

    entre

    los Incas y los

    espaoles

    y que, por lo tanto, ambos fueran considerados

    como

    pertenecientes

    a la

    misma

    categora.

    Cuando la expedicinespaolaque persegua al Inca Tpac

    Amaru

    I entr al valle de Vilcapampa, o Vilcabamba, en 1571,el Inca intent escapar

    junto a

    un

    pequeo squito

    6).

    Segnelsoldadoespaol Baltasar de Ocampo

    19 7:

    221),

    que

    formaba

    parte

    del

    grupo que

    captur al Inca fugitivo, este

    parti

    hacia

    el pas

    de

    los indios maares,

    una

    tribu

    guerrera

    y amiga,

    donde

    haba balsas y canoas apostadas para salvarlo y permitirle el escape .

    Bajo las rdenes de Martn Carca de Loyola, cuarenta soldados elegidos

    descendieron

    por

    el ro Masahuay

    7)

    en busca del Inca fugitivo

    hasta que

    se internaron en el bosque tropical ,

    donde navegaron

    descendiendo

    por

    el ro

    que

    ellos conocan

    con

    el

    nombre

    de Simaponte Hemming

    1983:437y ss.). En elSimaponte, Loyola encontr la aldeaMomori, lamisma

    que Savoy 1971: 74) ubica en el ro Picha, cerca de la confluencia

    con

    el

    BajoUrubamba. En este lugar, supuestamente, el Inca fugitivo y su squito

    fueron capturados y forzados a volver al Cusco.

    La

    descripcin de estos

    sucesos, por regla general,

    presume que

    exista una relacin permanente y amigable entre los Incas y los Manares.

    Sin embargo,

    de haber sido

    as, se

    podra haber esperado que

    el

    grupo

    6) Sin siquiera una escolta , dice Poma de Ayala 1944:125).

    7)

    Este es el nombre que Mura le da al ro que

    Hemming

    1983:618)

    presume

    es el

    que actualmente se llama ro Concebidayoq o Parnpaconas, cuyo curso, ro abajo,

    contribuye a la formacin del ro Koshireni, elcual es un afluente del mrgen izquierdo

    del Alto Urubamba.

    22

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    tsigenk

    de

    gente

    que acompaaba

    al Inca fugitivo incluyera algunos manares

    como guas o aliados. Antonio

    de

    Calancha 1978 [1638]: 1882) sostiene

    adems, que Tpac Amaro se dej capturar porque quiso ms fiarse de los

    que

    le buscavan,

    que

    esconderse

    por

    aquellas montaas

    donde

    le seguian .

    Renard-Casevitz 1981b: 126) presenta

    una

    teora

    alternativa que

    explicara la ausencia

    de

    mana res en el grupo

    del

    Inca fugitivo, al sugerir

    que,

    en su huida

    del

    ejrcito

    espaol, Tpac

    Amaru no se

    diriga

    precisamente

    hacia la

    regin

    habitada por los Manares. Por el contrario,

    Tpac

    Amaru

    habra buscado

    evadir

    las fuerzas espaolas y escapar

    hacia las laderas

    ms

    occidentales, por los alrededores

    del

    pueblo

    de

    Andahuaylas.

    Es

    obvio que

    los

    espaoles

    tuvieron en

    cuenta esta

    posibilidad y

    enviaron

    a

    sus

    tropas a

    cubrir

    la

    zona

    de la

    potencial ruta

    de

    escape

    Ocampo

    1907[1610]: 220).

    Despus de la captura de Tpac

    Amaru

    y la subsiguiente

    ocupacin

    espaola de

    la provincia de Vilcabamba, el

    virrey Toledo

    nombr al

    general

    Martn Hurtado de Arbieto gobernador de

    Vilcabamba con el privilegio de conquistar Hunuco y las prouincias

    de

    los Maares y Pilcozones y Mamor, comarcanos a la dicha prouincia

    de Bilcabamba citado en Varese 1973: 111). Sin embargo la expansin

    espaola

    hacia el interior

    de

    la

    zona de

    montaa

    de

    Vilcabamba se vio

    interrumpida

    y los contactos con la gente de la

    montaa,

    en principio, se

    dieron solo cuando estos pueblos visitaban los emplazamientosespaoles.

    El relato de Mura 1962[1590]) sobre la visita a un asentamiento

    manar durante la

    persecucin

    de Tpac Amaru es singular, ya que

    describe el lugar con cierto detalle. Su descripcin

    debe

    leerse con cautela,

    puesto que es muy probable que

    haya sido

    influenciada por las

    aspiraciones particulares ocultas detrs

    de

    la

    visin espaola

    de lo que

    traera

    consigo

    la

    conquista.

    As, Mura

    cuenta

    que los

    espaoles

    encontraron

    un

    boho en la selva, a cierta

    distancia

    del ro,

    que meda

    trecientas

    y

    cinquenta bracas

    de

    largo

    y

    contena

    veinte

    puertas.

    Si la

    braca

    de

    Mura corresponde a 1,5

    metros

    que sera la equivalencia

    usual

    de

    aquella poca) el edificio no

    tendra

    menos

    de

    525 metros

    de

    largo.

    Considerando

    el

    tamao de

    las

    construcciones de

    la amazona

    en

    general y

    de

    la montaa en particular, es muy probable

    que

    se trate de

    una exageracin. En esta presuntacasa gigante, los espaoles se encontraron

    inopinadamente

    con

    siete indios

    chunchos

    y ms de cincuenta sbalos,

    peces

    que

    los Maares

    estaban

    pescando al

    momento de

    ser descubiertos

    por

    los espaoles. El

    capitn espaol quera hablar con

    el

    lder

    del grupo,

    23

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    27/44

    Dan Rosengren

    un hombre llamado Ispaca, quien supuestamente era el cacique y el

    prinsipal de los yndios maaries chunchos . El nombre Ispaca 8 no

    significa

    nada

    en matsigenka tampoco existen entre los Matsigenka

    -por

    lo menos tal como se los conoce en los ltimos 100 a 150

    aos

    caciques y principales . Este retrato tampoco coincide, por ejemplo,

    con la imagen de la sociedad anti que present el Padre Font en 1595, tras

    su visita a los pueblos ubicados en las regiones de los ros Apurmac y Ene,

    donde

    encontr una sociedad igualitaria con una poblacin dispersa.

    Como informacin etnogrfica, es probable

    que

    el relato de Mura sea

    de poco valor.

    La obvia tendencia en los

    documentos ms tempranos

    de la

    conquista espaola de la

    montaa

    de Vilcabamba, a magnificar los hechos

    es interesante, pero dice ms acerca de los espaoles y su lujuria por el

    botny el lujo,que de otra cosa.Una sociedad con abundancia de alimentos,

    edificios sumamente grandes y

    una

    estructura poltica jerrquica es ms

    prometedora, desde la perspectiva de los conquistadores, que el tipo de

    sociedad descrito por el Padre Font, la cual es similar a la sociedad

    matsigenka que conocemos hoy en da. Esprobable, pues, que ladescripcin

    de Mura y otras afines sean,

    hasta

    cierto punto, proyecciones de las

    esperanzas y anhelos de xito y opulencia de los espaoles.

    Por algn tiempo,

    despus

    de la derrota imperial,

    grupos

    de

    Manares y Pilcozones, que aparentemente solan visitar la provincia de

    Vilcabamba para intercambiar sus

    productos con

    los incas,

    continuaron

    llegando, pero ahora para visitar a los conquistadores espaoles y trocar

    sus productos con ellos. Los documentos de inicios de la colonia

    cuentan

    que

    Manares polticamente prominentes llegaban a la

    nueva

    capital

    provincial de San Francisco de la Victoria para visitar al gobernador

    espaol.

    Una

    serie

    de

    visitas

    entre representantes mana

    res

    y la

    administracin espaola tuvo lugar alrededor

    de

    1580 ver Regalado de

    Hurtado

    1992).

    Cuando los

    espaoles comprendieron

    que

    el proyecto de

    colonizacin de Vilcabamba no

    producira grandes

    riquezas, el trato a

    los trabajadores forzados en las minas y las haciendas experiment un

    deterioro general. Es ms, las minas de plata y mercurio de la provincia

    de Vilcabamba

    muy

    pronto resultaron menos prometedoras

    de

    lo

    que

    parecan, sobre

    todo

    si se las

    compara

    con las minas de Potos.

    Segn

    8)A menos que sea una mala pronunciacin de

    ip it k

    l se llama a s mismo .

    24

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    28/44

    tsigenk

    Hemming 1983:475), la

    provincia

    de Vilcabamba no era un lugar alegre

    en los

    aos

    que

    sucedieron

    a la conquista . El territorio,

    ms

    all del

    control de los

    espaoles

    se convirti, por lo

    tanto, en zona

    de refugio.

    Existen referencias

    sobre

    pequeos asentamientos de indios cimarrones,

    indgenas fugados

    de las

    encomiendas, ubicados en la periferia del

    espacio colonial, es decir, en reas donde los

    espaoles circulaban, pero

    en donde no ejercan un control efectivo Regalado de

    Hurtado

    1992: 97).

    Si bien las relaciones entre los Manares y los

    negros

    africanos

    que

    servan como esclavos o que

    haban

    huido de

    sus amos)

    sola ser

    mala 9), el

    rudo

    comportamiento de los espaoles haca

    que

    ocasionalmente

    ambos grupos

    se unieran en

    protestas

    y

    revueltas

    comunes. La primera vez que sucedi

    esto

    fue en 1602, y se repiti

    nuevamente

    en

    1604. En 1602,

    un

    grupo constituido sobre todo por

    negros y

    algunos

    indgenas, dirigidos por un

    indio

    de la montaa

    cercana, llamado Francisco o Juan)

    Chichita 10),

    se sublev contra la

    opresin espaola. La sublevacin fue reprimida con rapidez y, quiz

    como

    una seal de la baja estima que los negros

    tenan por

    los

    indgenas,

    se present la cabeza

    de Chichima

    al gobernador

    de Vilcabamba,

    el

    capitn Diego de Aguilar y Crdova, como

    gesto

    de paz Bowser 1974:

    176-177; Ocampo 1907: 239-241;

    Regalado de

    Hurtado 1992: 151).

    Despus de

    comprender

    que la

    montaa

    de Vilcabamba no

    representaba fortuna alguna para los conquistadores, no se hicieron ms

    intentos por colonizar

    la

    zona

    durante

    varios aos

    y la

    evangelizacin

    de los manares

    tambin

    declin. Desde fines del siglo XVI, el principal

    inters

    de

    los

    espaoles

    en la

    zona de

    Vilcabamba se centr en la

    produccin agrcola, y la

    colonizacin fue

    limitada en

    trminos

    territoriales,

    involucrando

    slo a un pequeo nmero de

    personas.

    Desde la perspectiva matsigenka, la misin-hacienda de

    Cocabambilla, ubicada en las afueras del actual pueblo de Echarate,

    constituy

    el

    punto

    focal

    de

    la relacin

    con

    los

    representantes de

    la

    9) Ocampo 19 7: 241) sostiene que generalmente los indgenas

    eran pisoteados

    por los negros, quienes los maltrataban tanto de palabra

    como

    en la vida cotidiana.

    As pues, los

    indgenas llamaban

    amos a los

    negros

    y los

    negros

    les decan

    perros

    a

    los

    indgenas .

    10)

    Segn

    Regalado

    de Hurtado

    1992: 151)

    y Ocampo 19 7:

    239) se

    trataba

    de un

    Pilcosone. Etimolgicamente, sin

    embargo,

    el

    nombre

    se asocia fcilmente

    con

    el

    trmino

    matsigenkaj

    ashninka, tsitso chic u que significa fuego o luz ,

    siendo

    m

    un

    superlativo.

    Otidnma

    podra

    significar, entonces,

    gran

    fuego

    o

    gran

    luz .

    25

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    29/44

    an osengren

    sociedad nacional hasta fines del siglo

    X X

    Esta hacienda se ubicaba

    inicialmente en la periferia del territorio matsigenka,

    pero

    por

    haberse

    retirado los Matsigenka al ritmo de la

    expansin

    colonial, actualmente

    sta se halla a treinta o

    cuarenta

    kilmetros al

    sur

    del permetro.

    Para

    las diversas rdenes religiosas a cargo de la hacienda, el propsito

    principal de su existencia no fue la evangelizacin de los pueblos

    de

    Vilcabamba, sino la produccin de los

    medios

    necesarios

    para

    financiar

    sus

    proyectos de evangelizacin en otras zonas del Per. Es probable

    que el poco inters

    demostrado desde

    comienzos del siglo XVII hasta

    fines del XIXpor convertir a los

    Mastsigenka

    a la cristiandad

    obedezca

    a varios

    motivos.

    La rebelin

    dir igida por

    Santos Atahualpa y la

    subsiguiente

    expulsin

    de

    los

    misioneros

    y

    representantes de

    la

    administracin colonial de la montaa central ha sido mencionada

    frecuentemente como la principal causa del aislamiento de la regin

    ver

    Castro Arenas

    1973; Varese 1973 ,

    pero

    es posible que en la zona

    de Vilcabamba tuviera an

    menor

    importancia. El aparente desinters

    de los misioneros por los Matsigenka, est probablemente l igado a su

    creciente inters por los Yine, el mismo que obedeca, segn Romn

    1983: 104 , al hecho de que la

    contribucin de

    la

    corona

    dependa del

    nmero de

    personas que

    los

    misioneros lograban convert ir

    al

    cristianismo. Los dispersos Matsigenka

    eran

    considerados por ello un

    objetivo

    de

    menor atractivo econmico para los

    propsitos de

    evangelizacin,

    mientras que

    gente como los Yine,

    que

    viva agrupada

    en aldeas,

    representaba un

    objetivo ms interesante. En concordancia

    con estas consideraciones econmicas, en su carta de 1752 al rey de

    Espaa Fernando VI, Gil Muoz 1906[1752]: 151 justificaba los

    limitados esfuerzos de evangelizacin,

    realizados

    por los padres

    de

    la

    misin hacienda

    como

    debidos a

    los

    problemas

    logsticos

    para

    mantener

    a los misioneros en el campo.

    Tomando en consideracin la difcil situacin econmica de las

    misiones religiosas, la ubicacin geogrfica de la haciendaCocabambilla

    tena una importancia estratgica para la

    meta

    de evangelizacin de los

    misioneros ya que

    los

    Manares

    o Antis

    como

    sola

    llamrselos

    llegaban por s solos hasta la hacienda

    para

    comercializar sus productos.

    Este hecho constitua

    una

    ventaja

    para

    los misioneros quienes

    aparentemente solan

    comprar

    muchachos y muchachas

    por

    el precio

    de un hacha de Vizcaya o dos hachas fabricadas en el Per Gil

    Muoz

    1906[1752]: 150 y ss. . La diferencia de precios est relacionada

    con

    la

    26

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    30/44

    tsigenk

    calidad de las hachas, pues

    mientras

    las hachas

    espaolas

    duraban unos

    seis aos, las hachas fabricadas localmente se gastaban despus de un

    ao de uso.

    A pesar de la actitud negativa de los habitantes de la sierra hacia

    los pueblos de la

    montaa

    las relaciones de los Antis

    con

    los espaoles

    parecen haber sido, en trminos generales, amigables durante

    algn

    tiempo, yel Cusca recibi diversas visitas de grupos

    provenientes

    de la

    montaa. De acuerdo a la versin

    predominante

    sobre la historia de

    relaciones inter tnicas de la montaa

    donde

    se

    subrayan

    a

    menudo

    aspectos salvajes y brutales de estos pueblos, estas relaciones amigables

    terminaron abruptamente despus de una serie de levantamientos que

    suelen

    estar

    asociados con San tos

    Atahualpa.

    En los valles de

    Quillabamba

    y

    Amaybamba

    los

    habitantes

    de

    diversos

    pueblos

    fueron

    exterminados por

    un

    grupo de salvajes liderados por un tal Cosme

    Bueno Bes 1930: 68). Se dice que

    un

    grupo de trabajadores de las

    plantaciones de coca fue

    atacado por

    gente de la

    montaa en

    mayo

    de 1769.

    Sin

    embargo

    puede cuestionarse la afirmacin de

    que hubo

    una

    ruptura

    total de las relaciones amigables.

    Segn

    fuentes eclesisticas,

    las visitas comerciales de pueblos

    de

    la

    montaa

    a las haciendas

    de

    la

    regin

    continuaron

    siendo bastante frecuentes, y no existe evidencia

    concreta de

    que alguna

    hacienda

    fuera

    destruida por

    estos

    pueblos

    ver

    Bennett 1991: 81, 83). En 1790, Orican 1906[1790]: 351) anotaba que las

    relaciones entre los pueblos de la montaa y los espaoles

    variaban

    de

    una regin a otra, y observ

    que

    los chunchos de la zona

    del

    alto

    Urubamba no son mui atrebidos, y caribes como en las otras cejas,

    tienen algn comercio

    con

    los nuestros, y nos tratan de amigos . Sin

    embargo, a consecuencia de la hostilidad

    que surgi entre

    los pueblos

    de la montaa y los forneos a la regin tras los rumores de ataques

    hostiles,

    muchos habitantes

    de

    la sierra y espaoles

    que

    vivan

    en

    los

    alrededores de las zonas cocaleras abandonaron el lugar.

    Despus de la expulsin

    de

    los jesuitas, la hacienda Cocabambilla

    fue tomada por los misioneros dominicos, que trabajaron

    en

    el valle

    entre

    1768

    y

    1798. Durante

    estas tres dcadas, se organizaron

    por

    lo

    menos dos expediciones ro abajo, llegando

    ambas

    hasta Santusari, cerca

    del actual pueblo Rosalina. En

    1798,

    los dominicos

    fueron

    reemplazados

    por

    los franciscanos que, ese mismo ao, trajeron cuarenta y cuatro

    Matsigenkas a la misin de Cocabambilla.

    Hasta 1898, cuando debieron

    27

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    31/44

    an osengren

    abandonar

    la zona

    para

    dejar

    lugar

    a los dominicos,

    que retornaron

    en

    1902, los franciscanos haban realizado

    por

    lo menos siete expediciones

    navegando ro abajo a lo largo del Urubarnba. Ya que las actividades de

    los misioneros franciscanos se concentraban

    en

    la Selva Central, los Yine

    siguieron siendo el foco de inters principal en la zona del

    Urubamba

    y

    cinco de las siete expediciones los

    tenan como

    destino.

    Si

    las relaciones comerciales que

    los

    pueblos de

    la

    montaa

    mantenan con

    pueblos de la sierra se interrumpieron,

    despus

    del retiro

    de los espaoles de San Francisco de la Victoria, estas fueron retomadas

    durante

    el siglo XVIII ver

    Camino

    1977: 130 . La Feria de Carmen, que

    se

    celebraba cada ao

    en

    julio ostentaba una posicin

    comercial

    predominante. sta se realiz originalmente

    en

    las afueras de la hacienda

    Cocabambilla de Sartiges

    1947[1851]: 86,

    Valdz y Palacios

    1971[1844-

    1846]: 98 y ss. y luego

    en

    un lugar ambiguamente denominado l

    ncuentro siendo

    no solo el lugar de

    encuentro entre

    los comerciantes

    de las tierras bajas y la sierra, sino

    un

    punto

    de confluencia de los ros

    Vilcanota y Yanatile,

    que forman juntos

    el ro

    Urubamba

    Miller 1836:

    176, Wiener 1880: 351 . Posteriormente, la feria se

    mud

    ro abajo al ritmo

    de la expansin de la sociedadnacional y de la retirada de los matsigenka.

    Finalmente, la feria -que fue rebautizada como Feria de

    Santa

    Rosa

    despus

    de la reaparicin de la

    orden

    dominica

    Fernndez

    Moro

    1952:

    81 alcanz la desembocadura del ro Sirialo, donde se la celebr por

    ltima vez

    en

    1914. La existencia de la feria termin abruptamente

    cuando

    tres nios

    matsigenka

    fueron

    raptados por

    autoridades de la

    prefectura

    provocando

    la

    huida

    de los

    Matsigenka

    y

    de

    los Yine

    presentes, quienes nunca ms volvieron Menndez Ra 1948: 153 .

    En la literatura histrica se subraya la

    importancia

    de los Yine

    en

    este intercambio comercial, mientras

    que

    a los Matsigenka se les asigna

    el

    papel

    de

    vctimas

    de

    las incursiones que

    los

    comerciantes yine

    realizaban a los asentamientos matsigenka,

    con

    el propsito de proveerse

    de comida, bienes de uso y gente,

    que eran vendidos

    a los

    habitantes

    de

    la sierra ver Camino 1977 . Esprobable que

    tambin

    algunosMatsigenka

    tomaran

    parte

    en

    el intercambio,

    aunque

    su presencia

    parece haber

    sido

    menos

    espectacular

    que

    la de los Yine. A diferencia de estos ltimos,

    que organizaban partidas de ms de 300 personas que viajaban ro arriba,

    no

    exista

    motivo alguno

    para

    que

    los pequeos grupos locales

    matsigenka, dispersos y

    autnomos

    se reunieran de la misma forma.

    Por

    ende, los

    individuos

    y

    grupos

    de

    individuos matsigenka tenan

    una

    presencia menos conspicua en las ferias.

    28

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    32/44

    tsigenk

    Se ha sugerido que los Matsigenka empleaban la tctica atribuida

    a los

    pueblos arahuacos

    consistente en colocar a

    personas

    que

    servan

    de

    escudo

    al frente de la

    mayora

    de la poblacin,

    para defenderlos

    de

    las

    incursiones

    enemigas

    tanto frente

    a los yine

    como

    a los

    andinos.

    Sin

    embargo

    hasta

    donde

    conozco, no se ha

    descrito

    casos

    reales

    de

    ese

    tipo de sacrificios tcticos entre los Matsigenka y no encuentro muy

    plausibles estas acciones: el t os individualista la estructura poltica

    iguali taria y la

    ausencia

    de grupos locales,

    con una permanencia

    en el

    tiempo,

    hacen

    que la

    implementacin

    de

    ese tipo

    de

    solucin resulte

    bastante

    difcil.

    En la

    lnea

    del argumento de la

    defensa

    sacrificatoria . se

    presume que las

    incursiones yine

    tuvieron

    gran impacto

    sobre la

    organizacin

    social y

    modelos

    de

    asentamiento

    matsigenka. Segn este

    argumento los Matsigenka vivan originalmente a

    largo

    del

    ro

    Urubamba pero, para

    escapar

    de las incursiones yine, se dispersaron

    - separndose en grupos familiares - y se trasladaron a las cabeceras

    de ros ms

    pequeos.

    Se cree que el

    shamn

    que simultneamente

    detentaba

    la posicin de

    lder

    poltico, se estableca en la boca del

    afluente

    para detener los

    ataques

    de los Yine, intercambiando

    con ellos los

    productos que deseaban.

    Sin

    embargo

    no existe

    razn

    alguna

    para creer

    que el histrico

    modelo

    de

    asentamiento matsigenka

    difiera en absoluta

    del

    modelo

    actual.

    Por

    el

    contrario

    el

    modelo de asentamiento disperso

    descrito por P.

    Juan Font

    en 1602 corresponde a la

    actual distribucin

    de

    unidades familiares 11). En vez de

    ser

    el

    resultado

    de una estrategia de

    defensa, el

    modelo

    de

    asentamiento

    predominantemente

    disperso

    es,

    ms probablemente

    el producto de la combinacin de la productividad

    limitada de la zona y de factores endgenos socioculturales.

    Sin lugar a dudas a fines

    del

    siglo XIXy comienzos

    del

    siglo

    tuvieron lugar

    incursiones

    y ataques que hicieron

    estragos

    entre los

    matsigenka. Sin embargo estos ataques

    no tenan

    el propsito de

    abastecer

    a los comerciantes

    vine sino

    satisfacer la

    necesidad

    de mano

    de obra de los caucheros. La demanda de

    fuerza

    de trabajo

    alcanz

    rpidamente niveles

    desastrosos

    para los

    indgenas

    de

    la montaa. Para

    conseguir

    gente

    y

    obligarla

    a

    trabajar en

    la extraccin de

    caucho

    con

    11)

    Todo

    lo

    que

    hallaron fueron a pequeos

    grupos

    de

    indgenas

    dispersos en un

    espacio

    aproximado

    de

    cuarenta

    leguas de ancho. Cada uno de aquellos

    grupos

    estaba

    conformado solo por unos ocho o diez indios Regalado de

    Hurtado

    1992: 195).

    29

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    33/44

    an osengren

    frecuencia

    los

    comerciantes caucheros

    empleaban

    como agentes

    a

    hombres

    de la

    localidad.

    En la

    zona

    de los ros

    Urubamba

    y

    Alto

    Madre

    de

    Dios

    dichos agentes eran bsicamente gente yine o

    ashninka

    pero tambin

    haban entre

    ellos

    hombres

    matsigenka.

    Por

    lo

    tanto

    las

    incursiones

    de

    esa poca

    no

    fueron resultado

    de conflictos

    intertnicos propiamente dichos

    Se puede

    argumentar

    entonces que no fueron el trueque y

    las

    incursiones

    los

    que afectaron los modelos de

    asentamiento

    matsigenka sino

    ms bien

    la industria

    gomera.

    La extraccin de

    caucho

    y el

    uso

    de mano de obra forzada

    afectaron

    la

    organizacin

    territorial matsigenka

    produciendo

    dos

    efectos

    contrarios. Como

    consecuencia

    de las

    incursiones

    para conseguir mano de obra la

    gente

    hua de los

    caucheros

    hacia

    zonas

    de difcil acceso como la

    divisoria

    de

    aguas

    entre

    los ros

    Urubamba

    y

    Madre

    de Dios es decir

    la

    zona habitada actualmente por

    los grupos

    llamados Kogapakori

    y Nahua. O tra

    repercusin

    fue la concentrac in de poblacin

    matsigenka dentro yen los alrededores de las reas de extraccin de

    caucho

    donde se encuentran

    todava importantes

    centros

    poblados

    tales

    como

    por ejemplo

    Chirumbia

    Koribeni

    Shimaa

    Matoriato

    Monte Carmelo

    Pogentimari y Timpa.

    Como podra esperarse

    el

    auge gomero

    tuvo efectos

    desastrosos sobre

    la

    poblacin

    indgena local An si no se dispone

    de cifras podemos presumir fehacientemente que los

    Matsigenka

    suf rie ron tanto por

    el

    maltrato como por la propagacin

    de

    enfermedades. Otra consecuencia

    de la

    explotacin del caucho

    fue

    la dispersin de los pueblos

    indgenas ya que muchas familias

    escaparon internndose en la

    selva

    para

    evitar

    ser

    obligadas

    a

    trabajar

    en las diversas compaas

    que

    operaban en la zona. Existe

    un gran nmero

    de

    relatos

    que

    refieren

    a

    las

    persecuciones

    y

    derramamiento de sangre con las que

    se

    asocia esta poca.

    De los

    diferentes barones

    que

    explotaban

    los

    recursos

    de la zona habitada

    por los

    matsigenka

    el

    ms

    afamado o infame es

    Carlos

    Fitzcarraldo

    cuya habilitacin comercial de una

    conexin entre los sistemas

    fluviales del Urubamba y

    Madre

    de Dios fue glorificada en la pelcula

    Fitzcarraldo dirigida por

    el

    cineasta

    Werner Herzog. Para los

    indgenas de la zona del Urubamba

    Fitzcarraldo

    y otros barones

    del

    caucho

    significaron

    el

    terror

    y la

    persecucin

    sin

    compasin

    de

    la poblacin local

    30

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

    34/44

    tsigenk

    Sin embargo los Matsigenka no se consideran

    meras

    vctimas

    pasivas y existe un buen nmero

    de h isto rias

    que rela tan la

    resistencia y valenta de los hombres

    que

    se opusieron a los secuaces

    de las compaas caucheras utilizando tanto la fuerza como la

    astucia

    Un

    hombre conocido

    como Tomnkoni

    aparece

    en

    varias

    de

    estas historias y se

    cuenta por

    ejemplo que

    escap

    de los agentes

    perseguidores nadando

    por

    los

    torrenciales

    rpidos

    del

    Pongo de

    Mainique a pesar de haber

    sido herido

    por

    una

    bala

    en

    el

    hombro

    Otro

    hroe

    es el shamn conocido como Serapio de quien se cuenta

    que logr liberar a sus

    esposas

    e hijos

    utilizando

    sus

    poderes

    mgicos

    para

    llenar

    de cicatrices al

    comerciante

    de esclavos que los captur

    y apres

    Misiones religiosas

    En relacin a

    la supervivencia

    fsica y

    cultural

    de

    los

    matsigenka la actuacin

    de

    las

    diversas

    organizaciones religiosas

    que se

    dedicaban

    a actividades

    misioneras

    es de

    naturaleza

    ambigua

    Los misioneros aparecieron

    entre

    los Matsigenka espordicamente

    desde el

    siglo

    XVI En la prctica sin

    embargo su

    impacto fue casi

    nulo

    hasta

    comienzos

    del siglo

    pasado

    ya

    que cuando

    la

    orden

    dominica

    tom a su cargo la administracin pastoral de la zona

    en

    1900 los

    misioneros

    empezaron

    por

    primera

    vez

    a

    trabajar en

    la

    zona de

    manera

    permanente La

    primera

    base

    misionera

    moderna

    fue creada en el ao 1902

    cuando

    el

    primer

    sacerdote

    misionero

    se

    estableci

    en Chirumbia

    En los aos siguientes se instalaron otras

    misiones en

    la zona Otro impor tante

    actor

    en el proceso

    de

    evangelizacin de los Matsigenka ha sido el Instituto Lingstico de

    Verano

    que

    lleg a la

    regin en

    1952 Si

    bien ambas organizaciones

    buscan

    convertir

    a

    los

    indgenas

    a

    su

    interpretacin

    particular

    del

    cristianismo tambin

    han

    servido como instrumentos de

    defensa

    de

    las comunidades

    locales

    contra las invasiones e injusticias

    perpetradas

    por gente

    colona

    y han establecido centros de salud y

    escuelas

    A pesar de la presencia de misioneros

    cristianos

    entre los

    Matsigenka solo

    algunos conversos

    parecen

    tomarse en

    serio las

    enseanzas religiosas As

    pues

    si bien actualmente existen muchos

    Matsigenka que

    se

    reconocen como cristianos

    solo

    una pequea

    31

  • 8/11/2019 03. a. Los Matsigenka. Dan Rosengren

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    an osengren

    minora participa

    activamente

    de la

    vida

    religiosa de la Iglesia y

    comparte

    los

    mismos valores que

    los misioneros. Incluso en los

    asentamientos donde se

    encuentran

    centros misionales solo algunos

    adultos

    asisten

    a la iglesia y la

    mayora

    de

    personas

    conserva

    sus

    creencias

    en

    sistemas cosmolgicos que son bsicamente indgenas y

    donde los

    elementos del

    cristianismo se han

    acomodado

    de alguna

    manera. La mayora de los que

    participan

    en las actividades de la Iglesia

    busca consciente y estratgicamente alcanzar lo que ellos entienden

    por una forma de vida

    moderna .

    Es probable que

    para

    los Matsigenka el siglo XX

    haya

    sido el

    que

    ha

    implicado cambios ms radicales en

    cuanto

    a condiciones de

    vida

    Durante

    ese

    siglo los

    Matsigenka

    han

    presenciado,

    entre

    otras

    cosas el establecimiento de misiones religiosas

    dentro

    de la zona

    habitada por

    ellos el ocaso

    del

    auge gomero

    oleadas

    de

    inmigrantes

    provenientes de la sierra y la costa el establecimiento de

    comunidades

    nativas y ltimamente la llegada de compaas petroleras Estas y otros

    tipos de influencias

    sern tratadas en los siguientes

    captulos,

    especialmente en el captulo 7

    VISIONES DEL

    MUNDO:

    COSMOLOGA Y

    ONTOLOGA

    Aun

    si la descripcin sobre las condiciones naturales de la

    montaa, presentada anteriormente fuese ampliada y

    tratada

    en

    mayor

    detalle sta nunca podra dar cuenta de

    manera

    cabal del mundo en el

    que

    viven los Matsigenka Suelos clima topografa flora fauna y otros

    elementos constituyen juntos solo una dimensin de su mundo. Otra

    dimensin igualmente importante

    pertenece

    a la concepcin

    que

    los

    Matsigenka tienen