agua i privatizacion y guerra

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BIBLIOTECA DE GEOPOLÍTICA Agua I Privatización y Guerra [ A n d r é s B a r r e d a ] [ S i l v i a R i b e i r o ] [ T o n y C l a r k e ] [ A n g é l i c a E n c i s o ] [ L a u r a P o y ]

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[ A n d r é s B a r r e d a ] [ S i l v i a R i b e i r o ] [ T o n y C l a r k e ] [ A n g é l i c a E n c i s o ] [ L a u r a P o y ] BIBLIOTECA DE GEOPOLÍTICA Esta es una recopilación elaborada por René D. J. sobre artículos que abordan la problemática de la geopolítica de la privatización del agua en el contexto del Cuarto Foro Mundial del Agua, realizado en la Ciudad de México en el 2006.

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BIBLIOTECA DE GEOPOLÍTICA

Agua I Privatización y

Guerra

[ A n d r é s B a r r e d a ][ S i l v i a R i b e i r o ]

[ T o n y C l a r k e ][ A n g é l i c a E n c i s o ]

[ L a u r a P o y ]

_________________________________________________Esta es una recopilación elaborada por René D. J. sobre artículos que abordan la problemática de la geopolítica de la privatización del agua en el contexto del Cuarto Foro Mundial del Agua, realizado en la Ciudad de México en el 2006.

Contenido

¿Crisis del agua?...........................................................................................4Andrés BarredaLas caras de la privatización del agua ......................................................8Silvia RibeiroLa defensa del agua...................................................................................14Andrés Barreda¿Quién está adentro y quién afuera? .....................................................22Andrés Barreda y Tony ClarkLas Guerras, Los Derechos ambientales y Los Derechos Humanos* ................................................................................................28Andrés Barreda¡Agua sí, gasolina no! ...............................................................................44Silvia RibeiroDenuncian comunidades imposición de proyectos ............................50Angélica Enciso y Laura PoyLas guerras del siglo XXI no serán por petróleo, sino por agua: peritos .........................................................................................................56Angélica EncisoEntregar a las empresas hasta la última gota, meta de la IP ..............62Angélica EncisoOfensiva de trasnacionales para apropiarse del agua, denuncian ONG ..........................................................................................................66Angélica EncisoMéxico, segundo consumidor mundial de agua embotellada ...........72Angélica EncisoReconocer a los pueblos indígenas como guardianes del recurso, piden ...........................................................................................................78Matilde Pérez U.

En países como Argentina, Ecuador, Bolivia y Uruguay,

las empresas trasnacionales que administran el agua han

llegado a embargar las propiedades de quienes tienen

deudas con ellos, advirtieron activistas de esas naciones

FOTO Yazmin Ortega Cortes. La Jornada.

¿Crisis del agua?

Andrés Barreda

La crisis del agua es real y grave. Se compone de una severa

pérdida paulatina de un recurso que está dejando de ser

renovable. De una pérdida alarmante de la capacidad de acceso

de las comunidades a este bien. Incluso en regiones que no

hace mucho eran de abundancia, como Chiapas. Pérdida por

sequía, aunada a la sobreabundancia destructiva, y pérdida por

contaminación y degradación galopante de la calidad del agua.

Su injusta distribución se suma a lo anterior como uno de los

problemas más graves.

Aun así, conceder que estamos frente a una simple "crisis

del agua" es una trampa porque en realidad estamos frente a la

crisis capitalista del agua. Resultado de la depredación que dispara

la persecución de ganancias infinitas y su producción industrial

masiva, la superpoblación que necesariamente requieren las

manufacturas, el crecimiento salvaje de las ciudades y la

depredación de agua de la revolución verde, como sustento del

desarrollo fabril, demográfico y urbano. Consumo destructivo

de agua que se sale de madre en el neoliberalismo, en virtud de

las pautas antiambientales salvajes de esta forma de acumular.

Es verdad, el capital mundial está preocupado por el severo

estado de destrucción en que se encuentra la base hídrica de su

riqueza planetaria. Pero también está molesto por tener que

asumir de alguna manera el proceso de reproducción de la vida

humana y natural a largo plazo. Cosa que durante la bacanal del

neoliberalismo olvidó por completo. Su enojo se explica

porque tal crisis expone ante todos la incapacidad del capital

para asegurar el desarrollo de la vida.

Pero el enojo, combinado con el sentido de oportunidad

que caracteriza a las empresas y la paranoia de los grandes

poderes políticos, ha trasmutado en un impulso privatizador del

agua dulce y la biodiversidad del mundo, así como en una furia

geopolítica por el control del recurso. Aprehensividad que se

apuntala con la pulsión por la manipulación científico-técnica, como

neutralización y maquillado de las catastróficas destrucciones

ambientales y de la salud acumuladas en el siglo XX.

Cuando Alberto Cárdenas, ex secretario de Medio

Ambiente, amenazó a los mexicanos advirtiendo que

pagaríamos el agua hasta que doliera, expresó, tal vez sin

saberlo, el enojo histórico que el capital tiene consigo mismo;

pero a la manera transfigurada en un enfado paternal de

tecnócrata empresario contra los ignorantes que no entienden

la necesidad de privatizar el servicio.

La energía que el capital podría em-plear autocriticando su

propio rumbo, la dilapida y oculta como inquina contra los que

defienden al agua como bien común, y como enfado contra

quienes exigen respeto al medio ambiente con base en el

principio de precaución y en contra de la introducción

precipitada de ciencias y técnicas riesgosas, sean mundialmente

desprestigiadas y agotadas como las represas, o sean las

innovaciones técnicas de actuales panaceas como la ingeniería

genética y la nanotecnología.

Después de varios siglos de saqueo y desarrollo salvaje del

planeta, la ira que el capital siente por el caos creado en su

propio fundamento hídrico y biológico no puede aparecer a los

ojos de la humanidad como la necesidad de autocrítica del

mundo material creado por él, porque tal civilización, resultado

de la dictadura del mercado, la ciencia y la tecnología, es

sagrada y no se debe ni se puede cuestionar. Por ello, sólo logra

hablar de crisis mundial del agua a secas.

Los objetivos generales del cuarto Foro Mundial del Agua

son la preparación ideológica de los capitales y la población

con vistas a la monopolización privada del recurso, la

coordinación de múltiples expropiaciones rurales y urbanas con

vistas al control del agua, la articulación de las inversiones y las

políticas hídricas con las nuevas legislaciones de cada Estado

nacional y el desarrollo técnico de punta en el control del

recurso.

El peor problema de la actual crisis del agua es la forma en

que las empresas trasnacionales, gobiernos e instituciones

globales pretenden resolverla. Sin criticar las técnicas y políticas

económicas e hídricas que responden a dinámicas en las que las

empresas y estados se hinchan de ganancias y poder; sin tener

en cuenta seriamente las formas colectivas y democráticas,

tradicionales o nuevas, de reproducir y optimizar técnicamente,

sin monopolización alguna, el aprovechamiento del agua.

Miércoles 8 de marzo de 2006

Las caras de la privatización del agua

Silvia Ribeiro*

América Latina es el continente de mayor injusticia en el uso y

acceso al agua. Según Maude Barlow, activista canadiense y

referencia mundial en el tema, aunque tenemos el mayor

volumen de agua dulce per cápita, con 20 por ciento del total

mundial, la población del continente sólo accede a uno por

ciento.

Este dato, junto a muchos otros, fue parte del armado

colectivo del rompecabezas de la crisis del agua que

campesinos, pueblos indios, sindicalistas, integrantes de

movimientos urbanos, investigadores, estudiantes y

organizaciones de la sociedad civil comenzaron en el Taller

Popular en Defensa del Agua, realizado en México del 25 al 28

de este mes, convocado por el Centro de Análisis de

Formación Social, Información y Formación Popular

(Casifop), junto al Instituto Polaris de Canadá y organizaciones

mexicanas e internacionales.

Con los aportes de más de 400 participantes de todo México y

10 países latinoamericanos y norteamericanos, se hizo evidente

que hay una crisis del agua con lineamientos comunes en todo

el continente. Las fuentes de esta crisis son las mismas: la

apropiación privada de los recursos hídricos por un puñado de

trasnacionales, favorecida por las políticas de organismos como

el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y los

tratados de libre comercio. Pero la privatización tiene distintas

caras y nos afecta de muchas maneras. Las trasnacionales

manipulan los datos de la crisis para justificar el despojo y

aumento de la privatización, culpando a la gente común, los

campesinos y los servicios públicos por mal uso y

administración. Por todo ello, es imprescindible construir

nuestros propios mapas de la crisis y de los caminos para

enfrentarla.

A partir de sus investigaciones y los testimonios y ponencias

vertidos en el taller, Andrés Barreda, de Casifop, y Tony

Clarke, del Polaris Institute, resumieron algunas de las caras

que asume la privatización del agua en el campo y en la ciudad:

-Privatización de los territorios y biorregiones. Las empresas que

comercian y/o necesitan masas de agua para sus actividades,

van por la privatización de territorios y biorregiones enteras

para garantizarse el uso monopólico del recurso, protegidas por

cambios en las legislaciones. Ya sucede, por ejemplo, con el

mar en Chile. También a través de la titulación individual de

tierras colectivas de campesinos e indígenas, con programas

como el Procede en México, para permitir su venta. La

separación de la propiedad de la tierra de la de los pozos y

fuentes de agua que estén en ellos, colocando ambos en el

mercado, es otra forma hacia la privatización del territorio.

-Privatización por desviación de aguas. La construcción de represas,

hidrovías y desviación de ríos de sus cauces naturales para

abastecer zonas de alto consumo industrial, agroindustrial y

urbano, priva del recurso a millones de campesinos y pueblos

indios, en muchos casos con desplazamientos que destruyen

irreparablemente sus formas de vida, cultura y economías

propias. Se suma el impacto sobre el propio recurso agua y el

ambiente que lo sostiene, que genera más escasez futura.

-Privatización por contaminación. Las industrias mineras, petroleras,

papeleras, eléctricas, junto a la contaminación por agrotóxicos

de la agricultura industrial y a otras industrias sucias,

contaminan las fuentes de agua como "efecto colateral",

apropiándose de facto de un recurso que es de todos, al

imposibilitar que otros las puedan usar.

-Privatización de los servicios municipales de agua en zonas urbanas. A

través de concesiones y contratos de servicios múltiples,

protegidas por nuevas legislaciones nacionales de agua, las

empresas transnacionales se apropian de las redes de

distribución y plantas purificadoras, fijando las condiciones de

su acceso y tarifas a la población. Lo que antes era un recurso

público vital y de todos, ahora es una mercancía a la que

accederán solo los que puedan pagar por ella. La banda de los

privatizadores del agua la lideran los gigantes del agua Suez y

Vivendi (ahora Veolia), que controlan 70 por ciento del

mercado mundial, seguidos por RWE-Thames, Bechtel y pocas

más.

-Privatización por el embotellamiento de agua. No hay mantenimiento

adecuado de las redes públicas de distribución de agua por

políticas presupuestales injustas, pero se subsidia con permisos

ridículamente baratos de explotación de fuentes de agua, a las

industrias de "transformar agua en agua". El costo final a los

consumidores es de mil a 10 mil veces más caro y las propias

botellas de plástico son un factor de contaminación de las

aguas subterráneas. Cuatro grandes multinacionales de

refrescos lideran esta banda, que tiende al monopolio mundial

del sector: Coca-Cola, Pepsico, Nestlé y Danone.

-Monopolio de las tecnologías. Al mismo tiempo que las industrias

despilfarran y contaminan el agua dulce de todos, se presentan

como las únicas capaces de extraer el agua más profunda

(tecnología que ya usan las petroleras), o de purificarla

adecuadamente, ya que la complejidad de factores de

contaminación aumenta por sus propias actividades (industrial,

biológica, salinización de acuíferos). A través de control

monopólico de mercados y patentes de tecnología, los

destructores del recurso se presentan como los salvadores, a los

cuales todos tenemos que pagar.

Pero también por todo el continente crece la resistencia

popular enfrentando los diferentes aspectos de este renovado

asalto a los bienes comunes. El desafío es consolidar el tejido

común desde cada perspectiva, como los arroyos cuando bajan.

*Investigadora del Grupo ETC

La defensa del agua

Andrés Barreda

El culpable de la crisis del agua es el capital. El patrón técnico

con que aborda la relación general de todos nosotros con la

naturaleza, es la causa principal de esta crisis. Es el saqueo,

depredación y distorsión de los flujos de agua en todo el

ámbito rural mediante agroindustrias, desvío de cuencas, presas

y minas. El agua es hoy también un arma que el capital esgrime

como instrumento para la expropiación terminal de la tierra de

los campesinos que hoy sobreviven en el mundo.

En las ciudades el capital lo disloca todo. Lo fragmenta, lo

separa. Abrir la llave del agua nos corta la conciencia de su

ciclo, de su flujo. Ni siquiera conectamos bien a dónde van las

alcantarillas. El agua en las urbes es bebida por las industrias,

los servicios masivos y los grupos de control privilegiados,

mientras se le niega a grandes grupos hacinados en zonas

marginales. Quienes sí reciben agua, les llega cada vez menos,

cada vez más sucia y más cara.

El agua que las ciudades roban a las montañas se canaliza o

entuba, se la contamina de mil formas (muchas de ellas

irreversibles), se la desperdicia o depreda para finalmente

regresarla de forma inmunda a los campos. Es la civilización de

escusados ingleses y consumo que hace crecer los basurales.

El capital confronta al campo con la ciudad. Los escinde.

Provoca que la ciudad viva saqueando constantemente los

recursos del campo mientras expulsa a millones que agravan, al

migrar a los cinturones de miseria, la escasez del agua en las

ciudades en un círculo vicioso imparable.

El problema de la relación entre campo y ciudad no es sólo

un problema de relación injusta. Sus luchas son diferentes. No

se puede incriminar a los campesinos por un uso depredador

del agua porque esto es mentira y está manipulado. No se

puede plantear que la gente de la ciudad es la que se roba este

bien común porque en las ciudades hay una injusta distribución

y existen numerosos pobres en las ciudades que ni siquiera

tienen acceso al vital líquido.

Sí existe una crisis real. Los acuíferos y los ríos se están

secando. Hay cada vez menos agua. Sistemáticamente el poder,

el estado y el capital utilizan este hecho para propiciar

enfrentamientos entre las comunidades y confrontar a pobres y

excluidos del campo y la ciudad. ¿Cómo brincar esa

confrontación, cómo hacer del agua un instrumento de

vinculación y unión de todas nuestras luchas?

Debemos entender el carácter global del ataque. Ocurre en

todas las regiones. Es un ataque puntual, sistemático.

Sorprende el parecido entre el ataque en un lugar y otro.

Sorprende la forma en que lo afinan y lo endurecen, lo

perfeccionan y esconden conforme pasa de un país a otro. El

ataque es global pero la gente lo sufrimos aislados,

provincianamente. Esto tiene que terminar: tenemos que tener

la visión global, completa, del ataque. Tenemos que socializar

una visión integral de la lucha y la resistencia. Para aprender.

Para inspirarnos unos en la lucha de los otros. Mirarnos como

espejos, con nuestras experiencias mutuas. Las comunidades

indígenas plantean la necesidad de enfocar el problema del

agua con una visión integral, como una lucha territorial en

donde concurra la totalidad de los problemas. Es la lucha por

la vida, por la tierra, por el maíz, por los bosques, por una

relación diferente con la ciudad, por la propia lengua, por las

propias ideas, por la cosmovisión. Ese es realmente un espejo

en que los citadinos deberíamos mirarnos.

Una respuesta de izquierda a la crisis capitalista del agua nos

obliga a resolver los problemas generados por los lodos e

inmundicias que el neoliberalismo sedimenta en todas partes.

Fomentar las luchas por recuperar nuestras cuencas,

emprender un equilibrio territorial que nos lleve al manejo

colectivo de las microcuencas. Idear la descontaminación de

nuestros ríos, crear micro infraestructuras para retener los

flujos en las tierras de cultivo y en las ciudades, programas para

recargar y proteger nuestros acuíferos. Recuperar nuestras

tierras fértiles, limpiar las barrancas, crear —con inteligencia y

sensatez— sistemas colectivos que limpien las aguas sucias. Y

muchas otras medidas de restauración ambiental al alcance de

las comunidades.

Estos trabajos de resistencia permiten escapar de la estrecha

celda que intenta crear en las mentes el catecismo de las

instituciones del Foro Mundial del Agua: ahorro del agua en el

grifo, como también vociferan las empresas transnacionales

responsables de las grandes depredaciones de fondo y sus

"ecologistas y ONG corifeas", dedicadas a ocultar y maquillar

el nocivo manejo capitalista del líquido.

No debemos hacer eco de la religiosa campaña de culpa y

paranoia por la sed mundial del nuevo siglo. Contra estas

trampas debemos promover la creatividad colectiva diseñando

un mundo de nuevos valores de uso anticapitalistas. La actual

sed mundial no es un destino inevitable para la humanidad.

Tampoco es un destino el neoliberalismo, los gobiernos que

entregan los recursos estratégicos nacionales, ni los gobiernos

corruptos que toleran la destrucción ambiental de los

ecosistemas.

La defensa anticapitalista del agua nos obliga a la

comprensión crítica de su ciclo metabólico y sus problemas

nodales. A defender, recuperar o a recrear (según sea el caso) la

gestión comunitaria de los sistemas de riego, de los acuíferos y

de la perforación de pozos, de los sistemas de almacenamiento

y tratamiento de aguas. A desarrollar redes de distribución y

formas sensatas de consumo del líquido. Una gestión colectiva

nos empuja a recuperar o inventar instancias democráticas

directas y nuevas en poblados, campos, municipios, barrios

populares de las grandes ciudades, en las instituciones de

manejo, en las grandes cuencas y los países.

Estamos obligados a recuperar nuestra memoria colectiva, a

recuperar diversas formas indígenas y mestizas ancestrales,

recientes o vivas de manejo colectivo ambiental del agua.

Debemos gestionar integralmente los problemas de la tierra, las

semillas tradicionales, los abonos, los saberes, el uso diverso de

los bosques, el medio ambiente, la economía de traspatio y las

relaciones comunitarias. No sólo es que las ciudades

comiencen a pagar su deuda social y ambiental con las zonas

rurales (reconociendo servicios ambientales, estableciendo

mercados justos, etcétera), sino que promuevan lo antes

posible formas modestas de agricultura urbana que minen

desde abajo (y en la vida cotidiana misma) el abismo actual

entre ciudad y campo.

Sin alternativas que paulatinamente comiencen a revertir el

descomunal sometimiento del campo a las ciudades —lo que

implica una crítica de la forma material en que el capital ha

organizado los usos del campo y las ciudades— resultará

imposible escapar de las formas autoritarias y catastróficas con

que el capital mundial ordena el uso global del agua. Debemos

buscar un manejo transparente de la información. Generar

mecanismos democráticos directos de gestión, desarrollar

formas confiables de discusión e inteligencia colectiva. Hay que

desmantelar los escenarios ideológicos y "científico-técnicos"

de chantaje por la supuesta crisis y escasez mundial del agua:

son escenarios montados para legitimar la expropiación

mundial de las infraestructuras y servicios, imponer tarifas por

consumo cada vez más elevadas y sacralizar las nuevas

propuestas científico-técnicas de los grandes capitales.

Hay que reconstruir los tejidos sociales comunitarios de

forma flexible y plural. No asumir colectivamente el punto ya

obliga a las mayorías a tener que escoger entre volverse

animales de megagranjas, hacinados en las nuevas micro casas

de las megaurbes —alimentados por goteo privatizado—, o

volverse animales libres, pero habitantes del desierto,

confinados a vivir entre la sed y el sol, bajo las pocas piedras

disponibles. Tal es el prometedor futuro que hoy venden las

empresas transnacionales y sus instituciones globales,

promotoras del Foro Mundial del Agua.

Andrés Barreda es director del Centro de Análisis, Información y

Formación Popular (Casifop)

Ojarasca 110 junio 2006

Trabajadores colocan una exposición fotográfica sobre

el agua en la Alameda Central, en el contexto del Foro

Mundial del Agua que se realiza en la ciudad de México

Foto José Carlo González

¿Quién está adentro y quién afuera?

Andrés Barreda y Tony Clarke*

Mientras miles de personas se reúnen en México para el cuarto

Foro Mundial del Agua (FMA) esta semana, la atención se

concentrará en la lucha entre dos visiones y estrategias

opuestas sobre cómo resolver el cada vez más grave problema

de la crisis mundial del recurso. Vivimos en un mundo en el

que el acceso al agua potable, esencial para la vida humana, está

lejos de haber sido garantizado para todos. De los 6 mil

millones de habitantes del planeta, mil 500 millones no tienen

acceso a agua potable y otros 4 mil millones carecen de

servicios de saneamiento adecuados. En tanto, en muchas

partes del tercer mundo muere un niño cada 15 segundos por

enfermedades prevenibles relacionadas con el líquido y se

construyen gigantescas represas hidroeléctricas sobre los cauces

de los ríos que inundan tierras y destruyen la vida de millones

más.

El FMA se basa fundamentalmente en la premisa de que la

solución a esta crisis global del agua radica en la privatización

de los recursos hídricos y sus servicios. Como cualquier otra

mercancía, el líquido es visto como un "bien económico" que

sería mejor administrado por el sector privado y distribuido en

el mercado a cambio de una ganancia. En 2000, en La Haya,

Holanda, el segundo foro adoptó una "visión global del agua"

que hacía un llamado a la futura privatización, mientras las

principales corporaciones trasnacionales cabildeaban

agresivamente en favor de "asociaciones público-privadas"

como el mejor medio para resolver la crisis global. Aquí, en la

ciudad de México, el patrocinio corporativo de los grandes

usuarios del recurso, como Coca-Cola, sin duda buscarán

reforzar estas tendencias.

El FMA es dirigido por el Consejo Mundial del Agua (WWC,

por sus siglas en inglés), organismo internacional cuyo comité

de planeación se conforma generalmente con representantes

del Banco Mundial, las grandes corporaciones del agua -Suez y

Veolia-, y representantes de agencias de ayuda o desarrollo de

los gobiernos de los países industrializados. Actualmente, el

WWC está compuesto por 300 miembros de tan sólo 50 países

del mundo, entre los que destacan ejecutivos de empresas

privadas como Biwater y Severn Trent, consultores financieros

de empresas como Price Water Cooper, así como de empresas

constructoras, firmas financieras, departamentos

gubernamentales y varias asociaciones de profesionales.

A pesar de las apariencias, el FMA no es un organismo

intergubernamental ni tiene mandato oficial de la Organización

de las Naciones Unidas (ONU) para generar un plan de acción

que resuelva la crisis global del agua. Sin embargo, en él

participan funcionarios de la ONU y este año albergará una

reunión de representantes de distintos gobiernos. En cada una

de las ediciones del FMA, se anima a los participantes a generar

una "declaración ministerial" que, a su vez, se promueve y

difunde ampliamente para dar la impresión de que se trata de

una declaración oficial emitida por los gobiernos. En

consecuencia, cabe preguntarse: ¿a quién representa el FMA? Y

¿qué legitimidad tiene?

El programa del foro, de una semana de duración, ha sido

diseñado para mostrar lo que pueden hacer las grandes

empresas y los gobiernos para promover "soluciones" desde el

sector privado. Una de las razones por las que México fue

elegido como sede del FMA de este año es el programa del

gobierno de Vicente Fox -llamado Promagua-, el cual se diseñó

para facilitar la apropiación privada y trasnacional de los

sistemas municipales de agua por empresas como Suez, Veolia

y RWE-Thames, con la ayuda de instituciones financieras

como el Banco Mundial. Para dar continuidad a la orientación

de los foros anteriores, el tema del foro es "acciones locales

para un reto global". Y, como de costumbre, habrá una amplia

gama de talleres y sesiones plenarias para atraer participantes,

así como síntesis y resoluciones predefinidas.

Durante el tercer foro, realizado en Kyoto, en 2003,

numerosos grupos de la sociedad civil pudieron manifestar su

oposición dentro de las actividades. Sesión tras sesión,

activistas por el derecho al agua de todo el mundo se

abalanzaron sobre los micrófonos y cuestionaron a los

dirigentes del foro con sus propias historias y estadísticas sobre

los daños causados por la privatización del recurso en sus

comunidades. En cierto momento, durante un foro abierto en

el que participaban los más altos funcionarios de las

trasnacionales del líquido, un trabajador del sistema de aguas de

Cancún ofreció un vaso con agua sucia y maloliente, tomada

del grifo de su casa, al presidente de Suez, la empresa que

opera el sistema de aguas de Cancún y lo retó a beberla.

Ahora, los organizadores han tomado medidas para asegurar

que este tipo de cuestionamientos se mantengan fuera del foro

oficial en la ciudad de México. Los participantes serán

principalmente internacionales, nacionales y elites locales.

Después de todo, ¿quién puede pagar los 600 dólares de

admisión? La amplia mayoría de las organizaciones sociales y

los movimientos comunitarios que trabajan localmente para

resolver sus problemas de agua, no sólo en México sino en

todo el mundo, han sido excluidas del FMA. Los movimientos

sociales de indígenas, campesinos, colonos y trabajadores,

cuyas vidas cotidianas son dramáticamente afectadas por los

usos del líquido, han sido excluidos de toda participación, ya

no se diga de la toma de decisiones.

Por esta razón, las actividades formales "dentro" del FMA de

esta semana estarán acompañadas de actividades de resistencia

"afuera". A lo largo de la semana, se realizarán encuentros con

la participación de movimientos populares de masas como los

de los pueblos indígenas, campesinos y trabajadores, seguidos

de un Foro Internacional Alternativo de organizaciones de la

sociedad civil, que albergará múltiples actividades relacionadas

con el tema del agua. En medio, ocurrirá una gran marcha

contra el FMA y los privatizadores del líquido. Será "afuera"

del foro, donde podrá encontrarse una visión y estrategia

alternativas a la crisis mundial del recurso.

Aunque todos estos movimientos sociales son heterogéneos, lo

que los unifica no es sólo la resistencia contra la privatización y

el control empresarial de nuestros recursos y servicios de agua,

sino la lucha común por el líquido como un derecho humano

universal y un bien público. Como afirman muchos de estos

movimientos, la única manera de resolver la crisis mundial es

desarrollando nuevas formas de asociación entre el sector

público y las comunidades locales en la gestión y la

administración de los recursos y los servicios, por medio de

formas participativas de propiedad y control colectivo de este

vital elemento común de nuestras vidas. Sólo así podrá

garantizarse el derecho fundamental al agua que nos

corresponde a todos.

Sábado 18 de Marzo de 2006

* Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular, AC

(México) e Instituto Polaris (Canadá), respectivamente. Traducción del

inglés: Octavio Rosas Landa.

Las Guerras, Los Derechos ambienta- les y Los Derechos Humanos*

Andrés Barreda

Entrego mis felicitaciones a los amigos de Censat Agua Viva y

a todos los organizadores de este importante evento. Mi

profesión, nada más aclaro, no es filósofo, soy economista.

Tampoco me dedico a la cuestión agraria, me dedico sobre

todo a cuestiones geopolíticas y al análisis de cómo el

desarrollo general del capitalismo está reorganizando los

espacios globales. En particular, en mi país me he dedicado a

estudiar con mucho detenimiento la lógica geopolítica y

geoeconómica de la guerra en el estado de Chiapas, también los

planes de desarrollo de la integración de México en el contexto

de Libre Comercio, en particular el Plan Puebla Panamá. La

guerra no me es un tema ajeno, es un tema que hemos estado

trabajando en México, no de la misma manera que en

Colombia pero con una intensidad similar. Nuestro país se

encuentra en guerra. En México además del Ejército Zapatista

de Liberación Nacional (EZLN), que es un grupo muy

conocido, existen dieciséis grupos armados.

Vamos a hablar un poco del tema de la guerra y el medio

ambiente. Creo que hablar de este tema hoy es sumamente

pertinente.

En el mes de febrero de este año la humanidad por primera

vez en toda su historia logró una movilización simultanea de

millones de personas con un objetivo preciso. Esto que ocurrió

en el mes de febrero no tiene precedentes en la historia de la

humanidad, es una demostración a nosotros mismos no sólo

de lo que podremos sino de lo que tendremos que estar

haciendo en los próximos años cada vez de manera más

articulada, de manera más organizada, no sólo para llevar

adelante nuestros sueños sino simple y llanamente para

sobrevivir. Además de esto, el tema de la guerra ligado al tema

de los Derechos Humanos y de los Derechos Ambientales es

pertinente porque normalmente quienes nos ocupamos de

estos derechos lo hacemos sin evaluar muy cuidadosamente

cuáles son las tendencias generales que parecen gobernar en lo

económico, lo político y lo militar al mundo. Estas reflexiones

son muy urgentes y necesarias. Estoy felicitando a los

organizadores de este evento por haber decidido comenzar y

mantener a lo largo del ciclo la reflexión teórica sobre este

problema.

En efecto, parece existir una lógica espacial muy irracional,

pero comprensible a nuestras cabezas, en todas las guerras que

hoy en día están proliferando por el mundo. En primer lugar,

es evidente que dentro del actual proceso de globalización en el

cual se han estado tejiendo redes no sólo de internet sino

también de servicios multimodales (o sea redes de articulación

de todas las formas de transporte físico) los corredores que

aparecen en el caso de los Estados Unidos como Land Bridges,

en el caso del ismo México Centro Americano como el Plan

Puebla Panamá, los corredores de Integración urbano -

regional en América del sur como el IRSA o en el corazón del

continente euroasiático como el proyecto TRASECA son

lugares estratégicos sobre los cuales se están desarrollando

áreas claves de integración de los principales centros

económicos del planeta con los nuevos grandes centros de

acumulación mundial. En particular, la atracción magnética que

ejerce sobre la totalidad de la economía mundial la economía

asiática con sus tres mil doscientos millones de habitantes y

con sus salarios extraordinariamente baratos. En China existen

ochocientos millones de población activa siendo el salario

promedio 25 centavos de dólar, pero en el caso de Bangladesh,

que tiene nada más cien millones de habitantes, el salario

promedio es de 10 centavos de dólar la hora. Esta región, a la

que arriban barcos cargados de población esclava para que

cobre un centavo de dólar o simplemente no cobre

absolutamente nada, evidentemente es la región de generación

de acumulación de capital más importante del planeta que tiene

una enorme pujanza y obliga a que los norteamericanos

construyan sus Land Bridges desde el este de los Estados

Unidos en dirección al pacifico. También obliga a que se

busque abrir toda la región mesoamericana como un área de

fácil tránsito pero también de captura de mano de obra barata

competitiva contra la China, obliga igualmente a la industria

poderosa del Merco Sur a buscar sus salidas de conexión al

pacifico con el proyecto del IRSA, obliga también a los

capitales europeos a buscar sus rutas de conexión igual con

China, con India y con el sudeste asiático, sea por medio de la

ruta de Siberia que queda en manos de Rusia, sea por la ruta de

la seda, la vieja, la de Marco Polo. Fíjense ustedes en esa ruta.

Pasa por Yugoslavia, a ver si les suenan los lugares, por

Turquía, por la región Kurda, por el norte de Irak, rosa

Chechenia, pasa por Afganistán , también toca las regiones de

Cachemira (todas esas regiones muy “tranquilas y pacíficas”)

para arribar a las regiones más densamente pobladas del

planeta. A los europeos les ha quedado solamente una especie

de línea zigzagueante que entra y sale por el centro de Europa y

entra por el Asia central hasta el norte de China, eso es a lo que

ellos llaman el proyecto TRASECA.

Las redes que se tejen, que son múltiples, que son como un

sistema nervioso muy abierto, tienden entonces hoy, en el

proceso de estructuración de la globalidad, a crear grandes

corredores en los cuales fluya el capital y por supuesto los

millones de trabajadores inmigrantes. Estas son áreas muy

tensas. En particular, la ruta de la seda concentra el mayor

número de todas las guerras hoy existentes en el planeta.

En segundo lugar, también tenemos que las guerras ocurren en

los espacios donde existen recursos estratégicos, no solo

petróleo, también minerales, agua y biodiversidad. Todos lo

sabemos bien y lo entendemos cada vez más claramente. En

todo caso, lo que hay que notar en este asunto de los recursos

estratégicos es que en la medida en que el capital está

integrando tan ágilmente todos los recursos y todas las riquezas

en una visión absolutamente esférica, planetaria, unitaria, lo

que a las potencias hegemónicas y a las empresas

transnacionales les interesa, sobre todo, es la combinatoria de

los recursos. Éstos están distribuidos heterogéneamente.

Sabemos perfectamente que el petróleo se concentra en su

mitad, una mitad de la totalidad de las reservas, en el Golfo

Pérsico. Después de esto hay unas reservas muy importantes

de petróleo, pero sobre todo de gas, en Rusia, ésta es la

segunda área de reservas energéticas del planeta,

principalmente en las planicies bajas de Siberia occidental y en

el conjunto de países de la ex Unión Soviética que quedaron en

el Asia Central. A pesar de que los recursos petroleros

quedaron ahí concentrados Estados Unidos que es el principal

devorador de petróleo ha tratado de mantener su soberanía, ha

tratado de mantener su equilibrio sacando petróleo del resto

del planeta más fácilmente manipulable al punto de que el 40%

de su petróleo actualmente lo obtiene de América Latina y el

otro 15% de Canadá. Aunque no tenemos tanto petróleo en el

continente americano hay lo suficiente para ser la siguiente área

geopolítica en importancia petrolera. En materia de minerales

la principal área de reservas del planeta es el continente

africano. La segunda región en coincidencia con las reservas

gaseras y petroleras de Asia central y de Rusia es también la

segunda región minera del planeta. El agua queda en un 40 %

concentrada entre Estados Unidos y Canadá, como aguas

congeladas o de lagos en el norte de Canadá y sobre todo en

Alaska, se les podría considerar la OPEP del agua. Por

supuesto hay otra parte importantísima en América del Sur.

De manera que el grueso del agua del planeta se encuentra

concentrada en un 60, 70% en el continente americano. Lo

mismo sucede con los recursos de biodiversidad que se

encuentran básicamente concentrados entre la región

amazónica, todas las cabezas de cuenca de la región andina y,

por supuesto, el corredor biológico mesoamericano que es

donde se conjugan las biotas nearticas y biotropicales. Estos

son los 4 recursos estratégicos que interesan a los Estados

Unidos y a las potencias europeas o asiáticas para el control no

solo de la economía actual sino de la economía futura.

Vale la pena, en este contexto, observar que lo importante de

esto es la combinatoria de los recursos. De la combinatoria es

difícil encontrar un lugar más importante que la cuenca

amazónica por ser el principal núcleo de la biodiversidad del

planeta, el segundo de concentración del agua, el tercero de

concentración de reservas petroleras y por tener muy

importantes reservas mineras. La cuenca amazónica es, sin

lugar a duda, el principal interés geopolítico de los Estados

Unidos en materia de recursos naturales. Siberia también ofrece

una combinatoria de recursos importante que explica la

pertinencia de la ocupación militar de Afganistán.

Ya no hablando de recursos naturales sino de éstos

combinados con recursos demográficos e industriales la ruta

islámica de la seda concentra la principal área de reservas

petroleras y de concentración demográfica de todo el planeta.

Estas, desde mi punto de vista, son las tres principales regiones

calientes en la actual lógica geopolítica de control del mundo

(hay otras regiones pero no es mi intención detenerme en este

punto). En todo caso, esta lógica espacial que es compleja (que

no es simplemente del petróleo) parece ser la expresión actual

de la lógica de los procesos de globalización que se han venido

sedimentando desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero

que tan inmensamente crecen en los años del neoliberalismo.

En este proceso de globalización el capital mundial ha logrado

tejer un autómata productivo de escala global que se ha estado

apoyando en los procesos de privatización de estos recursos

globalizados. Por eso, hoy presenciamos ya no solo la

privatización de las infraestructuras (carreteras, ferrocarrileras,

portuarias, telefónicas, de aviones, satelitales, etc., etc.) sino la

privatización de los recursos naturales que no lo estaban.

Evidentemente, el petróleo y los minerales estaban

parcialmente privatizados y había un arrasamiento de todas las

naciones que mantenían control soberano del petróleo y de sus

minerales, pero hoy, y esto es lo sorprendente, hay una nueva

privatización del agua entendida como la hidrosfera dulce o

una privatización de la biosfera en su conjunto desde los

códigos genéticos hasta el conjunto de las áreas naturales

protegidas, integradas también en este esquema muy ad hoc

con la globalización, que es el de los corredores biológicos.

En este contexto de integración de un autómata productivo de

escala global también vemos como se des - industrializan los

países del tercer mundo para sustituir sus viejas cadenas

productivas por nuevas áreas o corredores de ensamble (en

México los llamamos maquiladores) en donde los capitales

globales fluyen, entran con todas las partes que van a ser

ensambladas, usan la mano de obra, ensamblan y luego

exportan. Esto lo aplican tanto en los textiles y la

microelectrónica como en la agricultura y en esquemas de agro

exportación.

Esta producción de un autómata global está obligando también

a la integración ya no sólo de los procesos productivos sino de

los procesos reproductivos que se apoyan en los procesos de

privatización de todo lo que se llama servicios. Es decir,

privatización no solo de las comunicaciones y de los

transportes sino también control de los grupos financieros.

Esto siempre ha existido pero ahora es integrado al control de

los flujos de comunicaciones y transporte articulados al manejo

de todos los programas de elevación de la eficiencia de los

procesos productivos, pero, sobre todo, ya se está

considerando a la totalidad del medio ambiente como una

condición reproductiva del capital. Punto clave es la

consideración de todo el medio ambiente como un servicio

ambiental por el cual se debe de pagar. El pago por los

servicios ambientales es una innovación importantísima en los

últimos años en materia de privatización de la totalidad de los

recursos. Este proceso de integración global, evidentemente,

nos conduce al manejo, en primer lugar, de la explotación y

superexplotación de toda la población del planeta. Igualmente

se distribuye la superexplotación que se concentra en Asia, la

exclusión o ausencia de oportunidades y aniquilación por

millones de personas que se concentra en África y una

combinación de exclusión y de superexplotación en América

latina.

En este contexto ocurre la relación entre guerra y destrucción

ambiental. Los organizadores señalan en el folleto de

introducción que existe una relación simbiótica entre la guerra

y la destrucción del medio ambiente en la cual la destrucción

ambiental es una consecuencia muchas veces olvidada de la

guerra. Campos de petróleo ardiendo, industria química

bombardeada, fumigaciones sobre bosques, campos

inpoblados, campos contaminados con uranio empobrecido,

regiones contaminadas por armas químicas y biológicas dejan

un legado para muchas generaciones. Pero también están las

guerras visibles o invisibles que son consecuencia cada vez más

obligada de una crisis ambiental global que al no encontrar

ninguna vía de solución clara crece de manera cada vez más

amenazante, por ejemplo las guerras del agua.

Pero, ¿a qué es a lo que le estamos llamando guerra?

¿Entendemos por ésta sólo cuando aparecen los cuerpos del

Estado enfrentándose con cuerpos armados internos del país o

procedentes de otro país? ¿O seríamos capaces de concederle

este nombre a las acciones de estos ejércitos públicos, pero

también privados, militares o paramilitares que se dedican a

aniquilar a un grupo indefenso de indígenas en las selvas

ecuatorianas para obtener petróleo? ¿O cuando se dedican a

aniquilar a un grupo de indígenas zapotecos en la Sierra Sur de

Guajaca para ir a obtener uranio o hierro sin que exista ningún

otro ejército armado? Resulta importante formular estas

preguntas y contestarlas para pensar con claridad lo que los

indígenas zapatistas del sur de México han llamado la guerra de

exterminio que el neoliberalismo le ha declarado a la

humanidad.

Así pues, tenemos una realidad muy compleja en la que existe

un circulo vicioso entre guerra y destrucción ambiental.

Además de estas relaciones de retroalimentación tenemos otros

factores que salen de este círculo pero también se

retroalimentan con él. No es una simple coincidencia la

presencia de estos factores externos. La coincidencia entre

guerra y destrucción del medio ambiente no es algo que esté

ocurriendo casualmente a finales de este siglo. Como decía

Ricardo Navarro, el capitalismo del siglo XX logra asentar y

perfeccionar la manera de vivir con desperdicios y

destrucciones de estos desperdicios de manera cada vez más

complicada. En el fondo lo que estamos viendo es un

capitalismo con una lógica profunda que busca contrarrestar

una caída tendencial en las tasas de ganancia de los capitales

que le obliga a convertir sus fuerzas productivas sobre todos

los aspectos contra finalistas. Por ejemplo, la energía fósil con

sus aspectos contra finalistas de contaminación perfecciona

todos estos aspectos en un verdadero sistema de fuerzas bélicas

o no bélicas que destruyen la naturaleza, el cuerpo y la mente

de cada uno de nosotros y las riquezas materiales que se han

acumulado pero que sistemáticamente tienen que destruirse

con mecanismos bélicos. Por último, destruyen grupos de

personas, comunidades, etnias, culturas.

Esta lógica de control progresivamente destructiva de la que el

capital se ha vuelto ya un adicto en el siglo XX, esta

destrucción de riquezas naturales y humanas implica una

dinámica compleja que me parece importante observar.

En primer lugar, es un proceso de saqueo, depredación y

destrucción de recursos que avanza como una actividad

permanente y estructural en la vida de todas nuestras

sociedades y encuentra sus momentos de auge en el estallido de

las crisis que se tienden a complicar cada vez más, no me

refiero solamente a la crisis económica que lleva ya treinta años

y que cada vez es más fuerte, también me refiero a las crisis

sociales, políticas, técnicas, ambientales y militares.

En segundo lugar, además de existir todas estas

contradicciones vivas, este capitalismo se especializa en la

constante manipulación de todas estas contradicciones, es

decir, no resuelve ninguna pero desarrolla una actividad muy

intensa buscando neutralizarlas. Esto nos lleva, en tercer lugar,

al escalamiento permanente de las contradicciones, no se

resuelven nunca y se van escalando de manera cada vez más

caótica.

Como esta arrogancia no parece encontrar remedio alguno

dentro del capitalismo este sistema se interna cada vez más

profundamente en un callejón sin salida en el cual distinguimos

claramente una ecología "posmoderna" que se dedica a denegar

todos los problemas. Una ecología “posmoderna” con estudios

facturados por las propias empresas trasnacionales, sus

científicos a sueldo y algunas organizaciones no

gubernamentales ad hoc. En este callejón sin salida

encontramos un tecnologicismo que promete la solución

tecnológica de todas las contradicciones mediante la aplicación

de instrumentos técnicos de uso de inusitado peligro, es el caso

de la ingeniería genética, la nanotecnologia, las ciencias

neuronales, la electroinformática y todo lo que el grupo viene

llamando las tecnologías Bang. También en el callejón

encontramos un crecimiento del cinismo trágico que acepta

como inevitable la destrucción del planeta al tiempo en que se

endurecen todas las crisis y decisiones de parte de los

principales grupos de poder, se endurece el consumo de

combustibles fósiles en los últimos años como nunca, se

endurecen los riesgos genéticos, se endurece la deforestación,

se endurecen las políticas guerreristas, se endurece el ataque a

todas las instancias mediadoras y se endurecen las políticas de

exterminio de población.

Por la velocidad con que ocurre la introducción de nuevas

oleadas técnicas y los factores de caos, por la manera en que se

salen de madre todas las contradicciones y pérdidas humanas y

ambientales es como si el capitalismo estuviera queriéndonos

decir: ¿un futuro sin mí? Mejor nos vamos todos al abismo.

Aunque naturalmente el capitalismo no dice nada, es

automático, es ciego, y si algo le caracteriza es la falta de

sentido en cada uno de los actos que realiza.

Quienes decimos esto somos nosotros, porque somos nosotros

los que ponemos el sentido, eso es lo que nos define como

izquierda. Por eso tenemos que responder con los pies en la

tierra organizándonos colectivamente, acostumbrándonos a

hablar muy claro, a pensar más claramente la globalidad, a

sobrevivir y a salir de este infierno.

Gracias.

*Presentado en el Panel de Instalación de CENSAT Agua viva.

¡Agua sí, gasolina no!

Silvia Ribeiro

Con esta sencilla y contundente afirmación, los vecinos de

Cuautla resumen su lucha contra la instalación de la gasolinera

Milenium 3000. No están solos, en ningún sentido. Según trajo

a la luz el recorrido de la otra campaña, hay luchas similares en

Cuernavaca y Morelia. También las hay en muchas otras partes

del país y del mundo, porque las gasolineras son un factor de

contaminación de aire, agua y suelo, que si tuviéramos todos

los datos, nadie toleraría tener cerca de su vivienda o de la

escuela de sus hijos.

Las gasolineras son fuertes contaminadoras del aire, porque

concentran los efectos nocivos de la emisión de gases de los

automóviles y los vapores de gasolina (algunos probados

carcinógenos), afectando a vecinos, clientes y trabajadores.

Pero también tienen un potencial de alto riesgo sobre suelos y

acuíferos, debido a las filtraciones de los tanques de depósito y

a la mezcla de desechos de este tipo de actividad, que incluyen

además grasas y aditivos.

En Estados Unidos hay cerca de 400 mil sitios declarados

brownfield, que son zonas que tienen tal nivel de contaminación

química del suelo, que no pueden volver a utilizarse para

ningún fin, más que con largos y costosos procesos de

remediación. La mayoría de éstos son lugares donde en algún

momento hubo una gasolinera.

En el caso de la gasolinera Milenium 3000 en Cuautla, se

magnifica además el riesgo de contaminación del agua

subterránea, debido a que la construcción (basada en múltiples

"irregularidades") se hizo a sólo 350 metros del pozo El

Calvario, que forma parte del importante acuífero Cuautla-

Yautepec. Ya durante la construcción de los cajones

subterráneos donde posteriormente se depositaron tres tanques

con capacidad de 80 mil litros cada uno, el agua subterránea del

acuífero inundó los cajones haciendo que los tanques flotaran.

Esto se puede apreciar claramente en una filmación realizada

por los vecinos durante la construcción. El Calvario tiene un

carácter estratégico por ser uno de los pocos pozos brotantes

de México y por abastecer al 80 por ciento de la población de

la ciudad. Este y otros factores hicieron que el movimiento que

comenzó siendo barrial, involucre actualmente a toda la ciudad

de Cuautla.

Antes de este sexenio existían cinco gasolineras en Cuautla, que

cubrían la demanda de la población. Actualmente hay 15

gasolineras y cinco gaseras. Según el investigador Andrés

Barreda, integrante del Frente por la Defensa del Agua en

Cuautla, esto no es casualidad, sino que se repite en muchas

entidades, como parte del proyecto encubierto de privatización

de Pemex, que está facilitando un sobrestablecimiento de

gasolineras a prestanombres de las trasnacionales del petróleo,

que preparan su desembarco también en el área de distribución

de gasolina en México.

Desde el comienzo del movimiento, iniciado por mujeres del

barrio Manantiales, las preocupaciones de los vecinos fueron

objeto de burla y calumnias, o simplemente ignoradas, en un

juego compartido entre la presidencia municipal y diversas

autoridades del estado de Morelos, que parecen solamente

interesados en apoyar a Rafael Anguiano Aranda, dueño de la

gasolinera, soslayando los peligros a los que se expone a la

población. Ya en 2001, ignoraron la decisión comunitaria del

pueblo de Cuatlixco, que se manifestó en contra del proyecto,

así como luego lo hicieron con los vecinos de Manantiales. Los

integrantes del Frente en Defensa del Agua de Cuautla han ido

encontrando todo tipo de irregularidades: hay violación de

normas de uso de suelo, se comenzó la obra sin licencia de

construcción, sin aprobación de protección civil y de tránsito,

sin un estudio de impacto ambiental adecuado, que reconozca,

por ejemplo, algo tan grave como la presencia del acuífero

Cuautla-Yautepec a sólo dos metros de profundidad, la

cercanía del pozo El Calvario y el riesgo de contaminarlos.

Por el contrario, la Comisión Estatal de Agua y Medio

Ambiente (CEAMA) de Morelos, que tomó unilateralmente la

decisión de aprobar la construcción de la gasolinera, "explicó"

a los vecinos que podrían haber impugnado la decisión en ese

momento. Claro, si se les hubiera informado de esa posibilidad,

lo cual no hicieron, porque "no tienen obligación legal de

hacerlo". Agregaron que las normas de seguridad de Pemex

son tan altas -como demuestran los múltiples accidentes que

han sufrido en los últimos años-, que "podrían construir una

gasolinera en medio del mar" y, que ya se construyó una

gasolinera en Temixco, en condiciones similares, por tanto "en

Cuautla no va a pasar nada, porque en Temixco no ha pasado

nada" (sic). Paradójicamente, Javier Bolaños, ex-director de la

CEAMA, fue uno de los organizadores del cuarto Foro

Mundial del Agua -donde se dedicaron a promover la

privatización del agua- conoce perfectamente los riesgos reales

que negó a los vecinos.

Pese a las muchas maniobras y amenazas a que los han

sometido, la lucha de los vecinos contra Millenium 3000

seguirá hasta cancelar el proyecto. Pero ya no termina allí. La

experiencia de estos años ha sido un manual didáctico de que

sólo la lucha activa de los pobladores garantizará la decisión

sobre sus condiciones de vida. Ahora, junto a muchos otros

movimientos locales, ven que la gasolinera es apenas un

síntoma más de los múltiples impactos del crecimiento urbano

descontrolado, contraparte lógica del proceso de

desmantelamiento de la vida campesina, solamente para

favorecer a los ricos y las empresas.

Sábado 6 de Mayo de 2006

Las autoridades de la delegación Iztapalapa distribuyen

agua con pipas, ante la escasez que padecen varias colonias

Foto Jesús Villaseca. La Jornada.

Taller popular, defensa y gestión comunitaria del agua

Denuncian comunidades imposición de proyectos

Angélica Enciso y Laura Poy

Cobros excesivos de agua, sobrexplotación de acuíferos e

imposición de proyectos de infraestructura fueron algunos

planteamientos de las comunidades y organizaciones en la

primera mesa del Taller popular, defensa y gestión comunitaria

del agua en el campo y la ciudad.

Andrés Barreda, investigador del Centro de Análisis Social,

Información y Formación Popular, y catedrático de la

Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que ante el

deterioro de los recursos hídricos del planeta "no podemos

olvidar la relación que existe entre un modelo de capitalismo

salvaje y el creciente exterminio del campesinado, que acarrea

no sólo una mayor presión demográfica sobre las grandes

urbes, sino el abandono de una cultura que preserva el medio

ambiente.

"No se trata únicamente de una mala gestión gubernamental de

los recursos hídricos, sino de intereses capitalistas que buscan

desarraigarnos del ciclo del agua y hacer invisible la relación de

explotación campo-ciudad, para no ver a quiénes les

arrebatamos el agua", aseguró.

Habitantes de San Andrés Huayuapan, municipio de los valles

centrales de Oaxaca, señalaron que la Comisión Nacional del

Agua concesionó al gobierno estatal los manantiales de la

comunidad, por lo que comenzaron la defensa legal del líquido.

También se presentó el caso de la presa La Parota. Los

ejidatarios manifestaron que continuarán la defensa de sus

tierras e impedirán que pase la maquinaria para construirla.

Margarita Mendoza pidió apoyo al resto de participantes para

evitar el despojo de sus ejidos.

Habitantes de Salina Cruz se quejaron por los cobros excesivos

en las tarifas de agua, ya que los pozos de los que se extrae el

líquido los abrieron los propios habitantes, declararon a la

CNA cuántos eran y los registraron, y ahora les hacen cobros

exorbitantes.

Aldo González, de la Sierra Juárez de Oaxaca, señaló que la

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales impulsa

un programa financiado por el Banco Mundial para emprender

proyectos como embotelladoras de agua, pero las comunidades

enfrentan problemas para comercializar el líquido y empresas

como Peñafiel ya han pedido la "maquila" de agua para su

marca.

Agregó que se prevé la llegada de trasnacionales como Coca-

Cola, una vez que se haga oficial el fracaso de los proyectos

comunitarios de embotellar agua, con el fin de apropiarse de las

concesiones.

Productores de Chihuahua detallaron que existe

sobrexplotación de pozos en el estado, no se han realizado

estudios para verificar su situación y se estima que al menos 15

de 60 están prácticamente agotados. Señalaron que existen

vacíos legales que favorecen la sobrexplotación del agua del

subsuelo.

Habitantes del valle de México aseguraron que a la creciente

escasez del líquido en poblados y colonias se suma un clima de

hostigamiento contra la organización y participación

comunitaria en la gestión de los recursos hídricos. En el caso

del municipio de Tulpetlac, estado de México, "llevamos más

de 50 años en lucha por defender un bien común".

Residentes de Iztapalapa señalaron que la distribución

inequitativa del agua, mala calidad, elevados costos por acceder

al recurso por tandeo, con precios que van de 400 a 600 pesos

por pipa, además del creciente consumo de agua embotellada,

"fomenta que paguemos hasta triple tarifa por un servicio que

no recibimos".

Jesús Rebollo, integrante de la UPREZ, afirmó que la

sobrexplotación de los mantos acuíferos de la zona propició el

hundimiento y daño estructural de cientos de casas, que afecta

"de norte a sur de la demarcación, ya que en la sola unidad

habitacional Villa Estrella, 21 viviendas tienen graves daños

estructurales y 12 fueron desalojadas por pérdida total".

En municipios conurbados como Ecatepec y Tulpetlac, estado

de México, representantes de los servicios autónomos de agua

potable señalaron que la falta de inversión pública para

garantizar nuevas obras hidráulicas y el incremento en las

tarifas de energía eléctrica promueve un clima de

"hostigamiento contra la organización y participación

ciudadana en la gestión de los recursos, como medida de

presión para aceptar la privatización del sistema.

"Requerimos crear una verdadera organización de usuarios que

exija a las autoridades municipales, estatales y federales que

deroguen cualquier normatividad en la que no se reconozca el

agua como bien común", agregaron.

Saturnino Méndez, indígena del Valle del Mezquital, Hidalgo,

afirmó que la grave contaminación que sufren los campos

agrícolas de la región, por el cultivo de hortalizas con aguas

negras, es "culpa del gobierno y no de nuestros vecinos de la

ciudad, quienes corren más riesgos por consumir estas

verduras".

Barreda señaló que en los municipios de Tecámac y

Huixquilucan, estado de México, se desarrollan proyectos

habitacionales con grandes demandas de agua, que además de

ser ofensivos para las comunidades que sufren mayor escasez,

representan una "verdadera cloaca de los megaproyectos

habitacionales", en los cuales es claro el proceso de apropiación

de los escasos recursos hídricos.

El investigador Tony Clarke advirtió que la sed de Estados

Unidos se tratará de saciar con agua de México y Canadá

FOTO Yazmin Ortega Cortes. La Jornada.

Las guerras del siglo XXI no serán por petróleo, sino por agua: peritos

Angélica Enciso L.

Si en el siglo XX la pugna de los gobiernos fue por el

denominado oro negro -el petróleo-, en el siglo XXI la lucha

será por el agua: el oro azul. Esto se ha comenzado a reflejar en

la tendencia privatizadora del recurso natural y en que las

empresas dedicadas a la comercialización del líquido lo ofrecen

con precios hasta 10 mil veces más altos que los servicios

estatales.

Lo anterior fue asegurado por los autores del libro Oro azul,

que el miércoles se presentó en Ciudad Universitaria y en el

cual se expone la forma en que el agua dulce se ha convertido

"en un gigantesco negocio y en coto cerrado para los ricos".

Maude Barlow y Tony Clarke, especialistas canadienses que

han dedicado años al análisis del tema, plantearon que han

visto en las experiencias de los países de América Latina e

incluso Canadá y Estados Unidos, la forma en que los

planteamientos de su libro pasaron a la realidad.

La expansión del control privado de los servicios de agua, de la

"producción" del recurso y de su distribución se ha convertido

en el gran negocio de un puñado de industrias. Entre ellas

Suez, Vivendi, RWE-Thames y Veolia, además de las

embotelladoras Coca Cola, Pepsi y Nestlé, indicó en su

intervención Andrés Barreda, del Centro de Análisis Social,

Información y Formación Popular (Casifop).

Agregó que en México ese proceso comenzó desde el gobierno

de Miguel de la Madrid y se afinó con Carlos Salinas de

Gortari, en 1992, cuando los cambios constitucionales sentaron

las bases para el Tratado de Libre Comercio de América del

Norte, "y se remató con los cambios a la Ley de Aguas

Nacionales en marzo de 2004".

Detalló que el libro analiza la crisis que ocurre en el mundo,

ligada al cambio climático y el agotamiento del líquido con un

patrón de consumo que saquea y agota los recursos. "Las

ciudades se han convertido en máquinas de defecar agua".

Por su parte, Luis Hernández Navarro, coordinador de opinión

de La Jornada, presentó un ejemplo del proceso privatizador de

agua en México. Detalló que en la región de La Laguna,

Durango, en medio del desierto la empresa Lala promueve la

siembra de alfalfa, la cual requiere grandes cantidades de agua,

y se estima que por cada litro de leche que se produce se

requieren alrededor de mil litros de agua.

Indicó que cada año se extraen mil 200 millones de metros

cúbicos de 3 mil pozos, los cuales no vuelven a recargarse, "es

claro que entre las primeras víctimas del agua en esa zona están

los campesinos". Precisó que en esa región se producen uno de

cada dos vasos del líquido que se consumen en el país: ahí "el

agua que les sobra a las vacas la toma la gente".

Aseveró que los autores de Oro azul postulan la necesidad de

luchar por una modernidad alternativa con el planteamiento de

diez pasos para alcanzar la seguridad en el tema del agua. Entre

esos puntos están promover constituciones que garanticen un

mínimo vital de agua gratuita para todos; luchar por una

legislación nacional que proteja el agua; oponerse a la

explotación comercial del agua; hacer frente al FMI y al Banco

Mundial, y promover la propuesta de un tratado de defensa del

agua como bien común.

En su intervención, Maude Barlow dijo que América Latina

tiene 20 por ciento del agua dulce disponible en la tierra.

"Ustedes deberían tener más agua de la que tienen. Cada

latinoamericano debería contar con 110 mil metros cúbicos y

actualmente tiene apenas uno por ciento de esa cantidad. Son

ricos en agua y al mismo tiempo son pobres".

Destacó que un problema serio es la contaminación, porque la

mayor parte del agua que utiliza la industria vuelve a los cauces

de ríos y al suelo sin tratamiento y de esa forma ensucia los

mantos freáticos; además, una de cada seis personas en la zona

no tiene servicios sanitarios adecuados. "Frente a esta injusticia

del agua, la respuesta es una gran revolución del líquido",

puntualizó.

Tony Clarke aseveró que en México y Canadá existe

preocupación porque a Estados Unidos se le acaban las fuentes

de agua dulce, lo cual es un llamado de atención para estos

países por la riqueza acuífera que aún poseen. "Veo que los

problemas que se examinaron en el libro, ya tomaron vida",

concluyó.

Oscar Olivera, de Bolivia, luchador social que participó en las

protestas en contra de la privatización del agua en

Cochabamba, dijo que el triunfo de ese movimiento fue "una

victoria sobre el Banco Mundial y los intereses de los

empresarios que armaron una trampa para imponer la

privatización. Nadie va a poder frenar un proceso de saqueo y

despojo, no sólo en lo material, sino en lo social".

29 de Abril de 2005

En la planta potabilizadora de Berros del Sistema

Cutzamala, en Villa de Allende, estado de México,

indígenas mazahuas del Movimiento Zapatista por la

Defensa del Agua emprendieron una marcha con el

propósito de expresar sus puntos de vista en el foro que se

realizará en la ciudad de México Foto Agencia MVT /

Mario Vázquez de la Torre

Entregar a las empresas hasta la última gota, meta de la IP

Angélica Enciso

Con los temas centrales sobre el derecho al agua, privatización

y financiamiento de los recursos hídricos, comienza hoy el

cuarto Foro Mundial del Agua en la ciudad de México, durante

el cual, con el lema Acciones locales para un reto global, se buscará

aterrizar proyectos empresariales en las localidades. Al mismo

tiempo, para protestar contra esta iniciativa, centenas de

integrantes de organizaciones populares y ambientalistas,

nacionales e internacionales, realizarán una marcha del Angel

de la Independencia al Centro Banamex, sede del encuentro.

Se prevé la asistencia al foro del presidente Vicente Fox; los

príncipes de Holanda, William Alexander, y de Japón,

Naruhito, así como de 129 ministros de áreas relacionadas con

el agua. Al cierre de inscripciones se habían acreditado unas 10

mil personas que participarán en 202 sesiones, las cuales

pagaron entre 300 y 600 dólares para asistir. Los días 21 y 22

de marzo habrá una reunión ministerial y se presentará la

declaración final del encuentro.

En defensa del recurso

En tanto, desde el lunes se realizan actividades alternas al foro

oficial en distintas zonas de la ciudad, en las que los aspectos

centrales de análisis son la definición de mecanismos de

resistencia frente a la privatización del agua y la defensa del

derecho humano a este recurso natural.

Documentos oficiales indican que se trata del "evento más

importante en el mundo en el que se adoptan medidas públicas

para el adecuado manejo del agua". Es un foro no

gubernamental en el que participan la Organización de las

Naciones Unidas, gobiernos y distintos sectores de la sociedad,

y "tiene una incidencia eficaz en las decisiones y medidas con

las que cada uno de estos participantes se compromete".

Esta cuarta edición del foro es la continuación del trabajo que

se desarrolló en Japón hace tres años, se buscará consolidar la

participación privada en la gestión del agua y se revisarán los

obstáculos que aún existen, señaló Andrés Barreda, del Centro

de Análisis Social, Información y Formación Popular.

Destaca el panel especial Financiamiento, agua para todos,

donde se presentará el informe del grupo coordinado por el

recién designado director general de la Organización para la

Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Angel

Gurría, el cual se concentró en los sistemas de financiamiento

del líquido en el ámbito local.

Habrá otro panel sobre Fortalecimiento de capacidades de

organizaciones, integrado por expertos nacionales e

internacionales, para elaborar un documento técnico sobre el

desarrollo de los actores locales en cuanto al agua; estará a

cargo de Julia Carabias, ex secretaria de Medio Ambiente.

Debate por el control del mercado

Asistirán representantes del Banco Mundial y de las principales

trasnacionales que controlan el mercado mundial del agua, que

es de alrededor de 5 por ciento del total. Varias organizaciones

no gubernamentales que participan en el foro alterno

intervendrán en algunas mesas.

En 1996 se fundó la Asociación Mundial del Agua con el

propósito de "apoyar" a los países en la gestión sostenible de

sus recursos hídricos; el mismo año se creó el Consejo Mundial

del Agua, con un grupo de expertos, cuya tarea principal es

ofrecer "asistencia" sobre los problemas mundiales del recurso.

Asimismo, en 1998 se fundó la Comisión Mundial del Agua

con la finalidad de fomentar el uso sostenible de los recursos

hídricos; recibe apoyo de Canadá y Holanda, y de las

principales agencias relacionadas con el tema, señalan Maude

Barlow y Tony Clarke en el libro Oro azul.

Las corporaciones del agua poseen una red propia de

asociaciones industriales para promover sus proyectos de

privatización y presionar para que los gobiernos ofrezcan

asistencia legal y financiera, así como conseguir el apoyo

ciudadano o comunitario para sus iniciativas.

Una de ellas es la Asociación Internacional del Agua, que

incluye corporaciones como Vivendi, Filter, Enron y Bi Water.

Convocado por el Consejo Mundial del Agua, el foro se realiza

cada tres años. El primero se efectuó en 1997, en Marruecos;

en 2000, en La Haya, y el tercero en Japón.

16 de Marzo de 2006

Ofensiva de trasnacionales para apropiarse del agua, denuncian ONG

Angélica Enciso

Los programas gubernamentales mexicanos sobre el agua están

dirigidos a la privatización total del recurso, lo cual se da no

sólo mediante el control del servicio, sino también de las presas

y ríos, y de la venta del líquido embotellado. Todo esto en el

mundo es manejado por unas cuantas empresas cuya presencia

en América Latina ha dejado resultados negativos y ha sido un

fracaso, señalaron organizaciones de la región reunidas en el

foro En defensa del agua.

Con cambios en las legislaciones para legitimar la presencia de

las compañías trasnacionales y el apoyo de organismos

multinacionales, como los bancos Mundial e Interamericano de

Desarrollo, la privatización de los recursos hídricos que ha

convertido al agua en una mercancía se ha extendido por el

planeta.

Alrededor de 400 delegados de organizaciones y comunidades

de Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Durango, Sonora y

representantes de Canadá, Estados Unidos, Honduras, El

Salvador, Nicaragua y Ecuador, entre otras naciones, están

reunidas desde ayer para analizar el impacto de ese proceso,

que por un lado ha incidido en el incremento de tarifas al

público en general bajo argumentos de escasez y, por otro lado,

ha favorecido a la industria con concesiones de pozos, se le

permite contaminar el líquido y además tratarlo para su venta.

Sumado a ello, la construcción de presas, que en México se

prevé que serán concesionadas al sector privado de acuerdo

con la Ley de Aguas Nacionales, ha ocasionado el

desplazamiento de poblaciones -un ejemplo de esto es el Plan

Puebla-Panamá que prevé toda esa infraestructura- y la

desviación de cauces de ríos para abastecer del líquido

determinadas zonas, explicó Tony Clarke, director del Instituto

Polaris.

El especialista consideró que la privatización de los servicios

públicos de agua significa que empresas trasnacionales como

Suez, Vivendi y RWE-Thames, con apoyo del Banco Mundial,

se apropien de las redes de suministro para hacer grandes

negocios. A esto se agrega el rápido crecimiento de la industria

del agua embotellada que es dominada por empresas como

Nestlé, Danone, Coca Cola y Pepsi Co., lo cual contribuye al

agotamiento y contaminación de las aguas subterráneas, agregó.

Por su parte, Andrés Barreda, del Centro de Análisis Social,

Información y Formación Popular, estimó que la privatización

se da en varios frentes. En el ámbito urbano está el Promagua,

mediante los organismos operadores del servicio que

paulatinamente han dejado de ser públicos para convertirse en

empresas privadas y que han quedado en manos de

trasnacionales, como Suez y Vivendi, en combinación con

grandes empresas mexicanas de infraestructura como ICA.

Este proceso, dijo, también se da con los registros particulares

de los pozos y hay una embestida contra la propiedad colectiva

del agua, ya que además se concesiona el uso de ellos a ramas

industriales altamente consumidoras del líquido, como el caso

de la automotriz, además de la alimenticia, la química y las

refresqueras. Estas tienen un doble derecho porque cuentan

con la posibilidad de que el agua que contaminaron en sus

procesos industriales la pueden tratar y venderla.

Agregó que las trasnacionales se presentan en México como

"empresas integradoras de servicios", es el caso de Enron, Suez

y Vivendi, las cuales se encargan de actividades de

construcción, operación, manejo y venta directa de recursos,

como gas y electricidad, para los que existen los contratos de

servicios múltiples.

Destacó el hecho de que funcionarios del gobierno federal,

encabezados por el presidente Vicente Fox, quien fue director

de Coca Cola, estén ligados de alguna manera con el agua. Es

también el caso del secretario de Agricultura, Javier Usabiaga,

quien participó en el proceso de privatización de pozos y

manejo de acuíferos desde que estuvo en el gobierno de

Guanajuato, y Cristóbal Jaime, director de la Comisión

Nacional del Agua y ex director de Lala, puntualizó.

En el foro, representantes de Argentina, Ecuador, Bolivia y

Uruguay aseguraron que en sus países ha sido un fracaso el

proceso privatizador del servicio de agua potable y que la

política de que "quien paga puede acceder al agua" ha llevado

no sólo a la suspensión del servicio sino a que a la gente se le

embarguen sus viviendas cuando no puede pagar.

26 de Abril de 2005

Irritación popular, a finales de 1922, por la escasez de agua

en la ciudad de México Foto Fototeca Nacional

México, segundo consumidor mundial de agua embotellada

Angélica Enciso

Con al menos 94 por ciento de ríos y lagos contaminados, la

sobrexplotación de 102 acuíferos, la desaparición de cinco

lagunas y 38 ciudades con problemas serios de abasto de agua

potable, México enfrenta una crisis de escasez del líquido que

ya amenaza el desarrollo de ciertas urbes y ha generado

conflictos sociales.

La ubicación de 77 por ciento de la población en las zonas

áridas y semiáridas; 11 millones de personas -sobre todo del

campo- sin agua potable; el desperdicio de al menos 50 por

ciento del líquido, y alrededor de 70 por ciento de aguas

residuales sin tratamiento son algunas de las características que

delinean el espectro nacional del agua. Paralelamente, México

se ha convertido en el segundo consumidor de agua

embotellada en el mundo.

Todo esto ha sido documentado en el libro Agua, edición

especial de La Jornada, donde además del panorama del recurso

en la nación, que no difiere demasiado de lo que ocurre en el

resto del mundo, se exponen posibles soluciones que presentan

especialistas en la materia. De la misma forma se presenta un

diagnóstico sobre la critica situación del agua en la ciudad de

México, la crónica de cómo se ha desaguado el valle y un

estudio de la UNAM sobre la calidad de agua potable, donde se

han encontrado sustancias cancerígenas y altos niveles de

materia fecal.

La edición, de 336 páginas, además de reportajes sobre el

panorama del agua, incluye alrededor de 200 fotografías, un

mapa del agua en México, un almanaque y colaboraciones de

reconocidos especialistas como Miguel León-Portilla, Iván

Restrepo, Jorge Legorreta, José Steinsleger, Javier Flores, Silvia

Ribeiro, Andrés Barreda, Luis Hernández Navarro, Mauricio

Ortiz, Gilberto López y Rivas y Gian Carlo Delgado.

En el volumen se señala que la carencia del líquido no es

exclusiva de México, ya que las existencias de agua dulce para

consumo humano son de tan sólo 0.26 por ciento de la que

existe en el planeta. En el mundo se estima que mil 700

millones de personas padecen por la escasez; las regiones que

más sufren por ello son Africa y Medio Oriente, indica el libro.

Aunque en América Latina se encuentra 46 por ciento de las

reservas acuíferas, el déficit en el tratamiento de aguas

residuales es de 88 por ciento. En México se limpian 32 por

ciento de las descargas de aguas residuales municipales y 26 por

ciento de las industriales, es decir, el rezago es aún severo.

Pese a que la existencia del agua ha entrado en una fase

delicada, y aunque esté próxima la realización en la ciudad de

México del cuarto Foro Mundial del Agua, del 16 al 22 de

marzo, la atención en torno a este recurso ha sido limitada.

Desde el inicio de su administración, el presidente Vicente Fox

señaló que el agua era tema de seguridad nacional, pero en los

hechos no se le ha dado tal relevancia. Como se señala en el

capítulo respectivo, los recursos destinados al sector bajaron de

15 mil 732 millones de pesos en 1998 a 10 mil 566 en 2002;

para 2005 se le asignaron 17 mil millones de pesos, 56 por

ciento de lo que la propia Comisión Nacional del Agua

(Conagua) reconoce como necesario para atender al sector. En

contraste, el mercado de agua embotellada casi duplica esos

recursos, ya que se estima que tiene un valor de 32 mil millones

de pesos, lo cual coloca a los mexicanos como los segundos

consumidores mundiales, después de Italia, con 117 litros por

persona al año.

El libro Agua advierte que las pérdidas de líquido se dan por

distintas vías. La agricultura utiliza 76 por ciento, de lo cual se

pierde 60 por ciento debido a que, de los 6.3 millones de

hectáreas de riego, tan sólo un millón están tecnificadas, y en el

resto el líquido aún se conduce por canales de tierra, en los que

se infiltra o evapora. A esto se agrega que del agua que llega a

las ciudades, cerca de 14 por ciento del total del país, 50 por

ciento se pierde en fugas de la red de agua potable. Mientras

que de 10 por ciento que utiliza la industria, sólo 26 por ciento

recibe tratamiento.

A las pérdidas de agua se suma la contaminación. En este

rubro, aunque los datos difieren, se presenta un panorama

desolador. Especialistas indican que todos los lagos, ríos y

lagunas están contaminados, mientras que Conagua considera

que aún queda libre de contaminación 6 por ciento de los

cuerpos de agua superficiales. Una gota de aceite o gasolina es

capaz de contaminar un millón de litros de agua.

Alrededor de 25 millones de mexicanos que radican en 23

ciudades enfrentan una disponibilidad extremadamente baja de

agua, de acuerdo con los parámetros de la Organización de

Naciones Unidas, y la mayoría de las ciudades de más de 50 mil

habitantes se ubican sobre acuíferos sobrexplotados.

Como parte de las soluciones, el gobierno federal ha impulsado

el incremento de tarifas, ''hasta que duela'', pero se trata de

decisiones municipales y aún el promedio nacional de las tarifas

de cobro es dos pesos por mil litros.

Las políticas nacionales dan pauta a la privatización del manejo

del agua, en la cual participan 10 trasnacionales que controlan 5

por ciento del mercado mundial, y 70 por ciento está

concentrado en las empresas francesas Suez y Veolia, lo cual da

idea de la magnitud del comercio de agua embotellada. Esto ha

llevado al debate que se analiza en el libro de La Jornada sobre

si el agua es un bien público y derecho humano, o una

mercancía.

Este diagnóstico, realizado a partir de entrevistas con los

investigadores del IPN, la UNAM y de la UAM, también

detalla que la escasez de agua ha ocasionado disputas por el

recurso, y especialistas han señalado que en este siglo las

guerras serán por el también llamado oro azul.

Entre las diferencias internacionales están las derivadas del

Tratado de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos, de

1944. El vecino país entrega a México cada año mil 850 metros

cúbicos del río Colorado, y del río Bravo se envían 431.7

millones de metros cúbicos a los estadunidenses. Esto generó

una crisis por la larga sequía de la década pasada, que impidió

cumplir a México con el compromiso y, aunque ya se cubrió la

deuda de agua, es un problema que sigue latente por las

eventuales sequías en el norte del territorio nacional.

De los conflictos interestatales destaca el del estado de México

y el Distrito Federal, que llevó al gobierno mexiquense a

promover una controversia constitucional ante la Suprema

Corte contra el gobierno federal para evitar lo que llama el

''saqueo'' de sus recursos hídricos.

Reconocer a los pueblos indígenas como guardianes del recurso, piden

Matilde Perez U.

En las regiones donde residen los pueblos indígenas se genera

y capta 12 por ciento del volumen de agua nacional, por esta

razón deben ser reconocidos como guardianes del recurso y de

la biodiversidad, y no sólo como "productores" del líquido, se

destacó ayer en el Taller popular: defensa y gestión comunitaria

del agua en el campo y la ciudad.

Ekart Boegel, ambientalista residente en Veracruz, explicó a

integrantes de casi cien organizaciones sociales, urbanas,

indígenas y miembros de la Coalición de Organizaciones

Mexicanas por el Derecho del Agua, que en 65 por ciento de

las regiones donde habitan indígenas hay precipitaciones

mayores a cuatro metros cúbicos. "Son productores de líquido,

pero no usurarios, y por eso no están considerados en la ley",

señaló.

Mencionó que en 57 por ciento de los territorios rarámuri y

tepehuano -en el norte del país- se tiene la mayor captación de

agua de la región; y en 60 por ciento de las zonas indígenas de

Durango, Guerrero, Veracruz y Oaxaca -que comparten la

cuenca del Papaloapan- ocurre el mismo fenómeno.

Sin embargo, los pueblos originarios no son los beneficiarios ni

los agricultores que exportan sus productos; "¿por qué si el

agua es de ellos no se les reconoce y se les otorga?, ¿qué

debemos hacer, cómo incluir a los pueblos indígenas como

productores de líquido, que están ligados a la biodiversidad?

Hay que reposicionarlos dentro de la sociedad y no dejarlos

como los más pobres entre los pobres", acotó.

A pesar de que la pretensión del taller no era provocar

polémica, sino que los participantes hablaran de sus

experiencias de lucha contra la privatización del agua, la

construcción de presas, la contaminación de los ríos y mantos

freáticos, por ejemplo, el oaxaqueño Aldo González puntualizó

que los indígenas son guardianes del líquido y de la

biodiversidad, no "productores" de esos recursos.

Al hablar de la defensa del agua a partir de la defensa del

territorio, González recordó que durante cinco siglos se ha

tratado de desmembrar a los pueblos indígenas y la embestida

más reciente es que los recursos naturales y la biodiversidad ya

son de interés del gran capital, de las trasnacionales. Sólo a

ellos se les ocurre separar la tierra del agua, mientras las

comunidades siguen luchando por la recuperación de sus

predios.

"Nos queda claro que la intención del capital es apropiarse del

agua y de la biodiversidad, y que no descansará en su afán de

destruir la unidad indígena. Por eso la lucha ya no podrá

realizarse de forma aislada, de comunidad por comunidad, sino

como pueblo", asentó.

Advirtió que algunas organizaciones no gubernamentales que

se han ganado la confianza de los indígenas ahora tratan de

convencerlos de que "acepten la dinámica de las trasnacionales,

pues saben que están asentadas en nichos ecológicos

diferentes". Mientras, el gobierno sigue viendo a las etnias

como "productores ineficientes, improductivos, y sabe que la

mejor manera de sacarlos de ahí es mediante la migración".

Aldo González destacó que se trata de fortalecer el falso dilema

de que las ciudades paguen el agua al campo, porque se

fomenta una política de migración de los campesinos de

subsistencia hacia las urbes medias, donde estarán quienes

salieron del agro y entonces éstos tendrán que pagar el recurso.

Ante esa embestida, abundó, los pueblos indígenas

"seguiremos resistiendo y luchando porque se reconozca

nuestra libre determinación; los habitantes de las ciudades

deben confiar en que seguiremos protegiendo nuestro territorio

de los intereses del gran capital".

En el último día del encuentro, el canadiense Tony Clarke

comentó que la privatización del recurso abarca los servicios

públicos y municipales, la construcción de embalses, los

manantiales, el tratamiento de aguas contaminadas y el líquido

embotellado. La pretensión es, agregó, tener un control

corporativo, y el reto global es evitar la tensión entre el campo

y las ciudades y unificar sus luchas contra la privatización del

recurso.

Los participantes acordaron crear una red de organizaciones

nacionales, con un espíritu de horizontalidad, y que aquellos

que ya luchan contra la privatización del agua y la construcción

de presas se unifiquen en una red nacional. "No hay que estar

dispersos, la unidad es indispensable para fortalecer la

organización nacional e internacional", acotó Andrés Barreda,

investigador del Centro de Análisis Social, Información y

Formación Popular.