albus potter y la era del reclutamiento

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La tercera parte ya esta aqui

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Albus Potter Y La Era Del ReclutamientoCaptulo 1: Scarlet Se sinti algo nervioso mientras que aparcaba el auto junto a la carretera. No conoca el lugar. De hecho, nunca antes haba estado all. Y sin embargo, poda percibir sin ninguna dificultad que "algo" no era normal. Permaneci unos segundos en el auto, pensativo. Era correcto lo que estaba haciendo? Qu derecho tena l a pedirle semejante favor? Despus de todo, haca siete aos que no se vean. Ni siquiera se haban hablado en todo aquel tiempo. Pero la necesitaba. Suspir, abrumado por las responsabilidades que recaan actualmente sobre sus hombros, y se llev una mano a los enmaraados cabellos, tratando de despejarse el rostro. Haca muchos aos que no se senta de esa forma. Puntualmente, haca 22 aos que no se senta as. Se haba acostumbrado tan bien a la paz, que ahora, volver a la guerra le resultaba insoportable. El mundo que con tanto esfuerzo haba ayudado a construir pareca derrumbarse estrepitosamente frente a l. Y una vez ms, se dispona a detenerlo. Finalmente, se decidi por bajar del automvil. Tom el abrigo que haba dejado en el asiento trasero, y se asegur de cerrarlo hasta el cuello antes de salir. Poda ser verano en Londres, pero all en Per era pleno invierno. Baj del auto y una corriente de viento helado, proveniente de las altas cumbres de los Andes, lo embisti apenas puso un pie sobre el suelo. Se sorprendi de que un clima tan crudo existiera en un lugar de apariencia tan clida como Sudamrica. Mir hacia ambos lados de la carretera, y sac la varita de su bolsillo. Como si se tratara de una especie de radar, recorri todo el permetro con su varita en alto, sin pronunciar hechizo alguno. Pacientemente, sonde cada uno de los 360 que lo rodeaban, esperando a encontrar algo que le sirviera de gua. Y entonces, lo percibi. Era algo delicado, casi imperceptible. Una pequea muesca de magia, tan bien disfrazada que solo alguien con su experiencia podra haberla encontrado. Sonri para s mismo, pues reconoci en aquel hechizo la firma indistinguible de su vieja compaera y amiga. Haban pasado siete aos, y sin embargo, hay cosas que nunca cambian. Camin en direccin a la magia, adentrndose en un pequeo bosque de rboles secos y quebradizos, de aspecto moribundo. Y a solo doscientos metros, se encontr con lo que estaba esperando: un escudo mgico. Se llev una mano a la barbilla, pensativo. Recorri varios metros rodeando el escudo. Nunca haba sido muy bueno para romper barreras mgicas. Pero saba que se trataba de algo simple, pues una barrera ms poderosa habra sido muy llamativa y fcil de encontrar por cualquier brujo. Y si saba algo de su compaera, era que ella no deseaba ser encontrada.

Luego de quince minutos, encontr lo que buscaba: el punto dbil. Algo que haba aprendido con los aos de entrenamiento y batalla era que todo hechizo, en especial los escudos, tienen un punto dbil por el cual es ms fcil penetrar. Le tom solo cinco minutos abrir un espacio lo suficientemente grande como para poder atravesarlo sin romper la barrera. Y continu caminando, atento a cualquier otro truco o trampa que pudiera haber en el camino. Pero llamativamente, no haba nada. O talvez fuera l, que con los aos se haba vuelto demasiado desconfiado y paranoico. O talvez fuera ella, que con los aos de soledad se haba confiando demasiado. Finalmente, lleg al final del desvencijado bosque, desembocando en la ladera de un pequeo monte. El csped se encontraba algo amarillento, consecuencia de las crudas heladas que lo atormentaban en el invierno. Y no muy lejos de all, una cabaa se alzaba junto al monte, con una fina lnea de humo gris brotando de su chimenea. Se trataba de un lugar simple y de aspecto campesino, como si fuera el hogar de un leador y su familia. Estaba dudando sobre si se encontrara en el lugar correcto cuando un fuerte graznido lo tom por sorpresa. Saliendo de entre los rboles, pudo ver un cuervo, negro azabache, sobrevolar el cielo, y entrar por una de las ventanas de la casa, que lo esperaba abierta. Sonri melanclicamente al reconocer al animal. No, no se haba equivocado. Ese era el lugar correcto. Camin los pocos metros que lo separaban de la cabaa pensando en cmo reaccionara la duea de aquella casa al verlo en su puerta. Ri por lo bajo al imaginarse todas las posibles reacciones, y preparndose para cualquiera de ellas, toc a la puerta. Mam! Tocaron a la puerta! dijo la voz de una nia desde el interior de la cabaa. Segundos ms tarde, la puerta se abri. Una mujer de aproximadamente su edad lo recibi en la entrada. Llevaba el pelo castao corto, apenas rozndole las orejas. Su rostro era afilado y de rasgos suaves. Y sus ojos violetas lo atravesaban como dagas, obligndolo prcticamente a retroceder. Fue solo un segundo. Es fue lo que le bast a la mujer para reconocer a la persona que tena frente a ella. No pudo evitar que la sorpresa por aquella visita se reflejara en su rostro. Hola, Scarlet la salud Harry Potter, con una sonrisa en sus labios. Aquellas palabras hicieron que la mujer reaccionara. Y antes de que Potter pudiera decir algo ms, la puerta de cerr de sopetn frente a l. Harry mene la cabeza, divertido. Aquella era una de las reacciones que se haba imaginado segundos atrs. As es cmo recibes a viejos amigos? insisti Harry desde el exterior de la casa. Largo Potter! No s a qu a has venido, pero estoy segura de que no es nada bueno le respondi la voz grave de la mujer, desde el otro lado de la puerta.

Scarlet por favor, he recorrido un largo camino para hablar contigo le rog Harry. Un silencio le respondi del otro lado. Potter lo respet. Conoca a su amiga, y saba que aquello era una buena seal. Al menos, todava no le haba lanzado ninguna maldicin. Tras unos minutos de vacilacin, la puerta volvi a abrirse. Entra lo invit a pasar Scarlet de mala gana. Gracias le respondi Harry sin poder evitar sonrer, entrando en la casa. La puerta se cerr detrs de l. Qu haces aqu, Potter? le pregunt bruscamente Scarlet, con los brazos cruzados, mirndolo fieramente con sus ojos violceos. Harry no recordaba haber visto ojos como aquellos en su vida. Eran hipnotizantes. No sera ms educado empezar est conversacin con algo ms diplomtico? Un "Hola, Harry" estara bien desvi la pregunta el morocho. Por primera vez desde la llegada del invitado, Scarlet sonri. Han pasado siete aos, Harry le record ella, no sin cierta melancola. El tiempo pasa rpido, no crees? S muy rpido coincidi Scarlet, y le hizo un gesto para que tomara asiento en uno de los sillones. Harry obedeci, y ella se sent frente a l. Cmo has estado? pregunt Harry, deseando sinceramente conocer la respuesta. La expresin distante y arisca de su anfitriona pareci suavizarse un poco ante la pregunta. Sobreviviendo todos los das le confes ella. Se recost ms cmodamente sobre el silln para continuar hablando. Aqu la vida es ms tranquila. Fabrico pociones en el laboratorio que tengo en el tico de la casa y una vez por semana viajo hasta Cuzco, donde las vendo a los boticarios le coment ella. Y qu hay de ti? Todava eres un hroe? brome por primera vez ella. No, hace tiempo que la gente dej de creerse esa mentira. Ahora finjo que dirijo el Cuartel de Aurores le sigui el chiste Potter. Scarlet alz las cejas, sorprendida. Vaya que has crecido en siete aos, Potter lo felicit. l sonri. Me ascendieron poco despus de que t nos dejaras agreg Harry. La sonrisa se borr de los labios de su compaera. Yo no los dej, Harry fue el Ministerio de Magia quien me abandon a m, recuerdas? le seal ella, volviendo a adoptar una postura defensiva. Harry neg suavemente con la cabeza.

Pues ahora te pide que vuelvas, Scarlet Inglaterra te necesita le dijo Harry. Scarlet se tens an ms en su silla, y frunci en entrecejo. As que por eso has venido gru ella, con su voz hecha un susurro. Scarlet, por favor trat de contenerla Harry, pero ella se le adelant. Yo no le debo nada a Inglaterra, Harry. Nada! Scarlet elev repentinamente la voz. Si tan solo me escucharas un segundo insisti Harry. Pero ella se puso de pie, e hizo un gesto con la mano para que se callara. No tengo nada que escuchar, Harry. No me interesa lo que tienes para decirme. Hace siete aos jur no volver a Inglaterra y no hay nada que puedas decirme que me haga cambiar de opinin! le grit ella, fuera de s. Mam est todo bien? pregunt repentinamente una tercera voz. Harry gir la cabeza para encontrarse que una nia de once aos haba entrado en el living donde ellos se encontraban, y los miraba preocupada. Scarlet pareci calmarse al ver a la chiquilla. No, Nina todo est en orden. Simplemente conversaba con un viejo amigo mo le explic Scarlet a la nia. Harry, ella es Nina, mi hija la present luego. Harry se puso de pie y mir ms detenidamente a aquella jovencita. La ltima vez que la haba visto viajaba dormida en los brazos de su madre, lista para tomarse un Traslador. Haban pasado siete aos desde aquella vez, y Nina haba crecido muchos centmetros. Pero segua teniendo la misma mirada de su madre, aunque sus ojos eran de un color ms claro, ms dulce. Hola, Nina mi nombre es Harry se present el susodicho, extendiendo una mano hacia la nia. sta la estrech con cierta desconfianza. Sabes, yo tengo una hija de tu misma edad. Se llama Lily le cont Potter, tratando de entrar en confianza con ella. Nina se mostr interesada por aquella informacin. Ir a estudiar al Instituto de Salem? le pregunt Nina, curiosa. Harry alz las cejas, desconcertado, y desvi la mirada hacia Scarlet. Salem? inquiri Potter a la madre. sta asinti sin vacilar. Harry volvi nuevamente su atencin a Nina. No, mi hija ir al Colegio Hogwarts le inform. Los ojos de Nina se abrieron grandes como platos. Ah fue donde estudi mi mam! exclam emocionada, dirigiendo una mirada rpida a su madre. Scarlet tena una expresin seria, y su mirada pareca querer asesinar a Harry. Nina, cario, por qu no regresas a tu cuarto? Hay varias cosas que tengo que conversar con Harry en privado le pidi su madre en un tono que no daba lugar a

objeciones. Nina refunfu por lo bajo y abandon la sala. Por qu demonios nombraste a Hogwarts? le espet ella, apenas Nina hubo abandonado el lugar. Por qu demonios la mandars a Salem? retruc Potter. Es un excelente colegio respondi ella. No mejor que Hogwarts, y t lo sabes. Basta no discutir contigo se neg Scarlet, dndole la espalda. No puedes escapar por siempre del pasado, Scarlet le seal Potter. No estoy escapando del pasado. Entonces acepta el trabajo que vengo a ofrecerte Inglaterra est en peligro. Se ha desatado una revolucin secreta empez a explicarle Potter. Dije basta! lo interrumpi ella. Ya te he dicho que no le debo nada a Inglaterra. Ella no me ayud cuando yo necesit ayuda, por qu habra de ayudarla yo ahora? insisti Scarlet. Yo te ayud Harry solt su ltimo recurso. Scarlet se encogi levemente ante aquellas palabras. Yo te ayud repiti. Si no quieres hacerlo por Inglaterra, entonces hazlo por m le pidi. Saba que haba utilizado su ltima arma. Un arma que no deseaba usar, pero Scarlet no le haba dejado alternativa. Adis, Harry fueron las ltimas palabras de ella, mientras que caminaba hacia la puerta de la casa, y la abra. Harry camin sin decir nada hasta la puerta, y se detuvo junto a Scarlet. Ambos se miraron unos segundos, y Potter sonri. Me alegra saber que te encuentras bien. Adis, Scarlet se despidi Potter, y sin insistir, sali de la casa.

Ron escuch la puerta de la habitacin de hotel abrirse e inmediatamente se puso de pie y extendi su mano hacia el bolsillo donde tena guardada la varita. Camin cauteloso desde su habitacin hacia la pequea sala de recepcin, donde se encontraba la puerta de entrada. Se encontr con su amigo Harry Potter ingresando en el cuarto, con una extraa expresin en el rostro que no supo descifrar, a pesar de los aos compartidos juntos. La encontraste? pregunt Ron, ansioso. Harry pareci sobresaltarse a notar que su compaero se encontraba all. No se supona que iras a hablar con el Gobierno Mgico de Per? le pregunt Potter, sorprendido. Ron se encogi de hombros, y camin hacia la mesa que haba a pocos metros de l. Tom una manzana del centro de mesa, y le dio un gigantesco mordisco antes de responder.

S fui a hablar y regres le inform sin apuros el pelirrojo, sentndose para disfrutar mejor de su manzana. Y cmo te recibieron? insisti Harry. Weasley sonri divertido. Como si fuera el mismsimo Ministro de Magia se ri el pelirrojo. Habl con el jefe de Aurores de Per, Pedro Zabala, y le inform brevemente sobre la conspiracin que est teniendo lugar en Europa. Y cmo reaccion? pregunt Potter, mientras que se sentaba frente a su amigo. Ron volvi a encogerse de hombros, con desgano. Pues, djame recordar sus exactas palabras fingi hacer memoria, y luego, imitando una voz que Harry desconoca, pero que resultaba bastante educada, aunque prepotente, dijo "Con todo el respeto que se merece, seor Weasley, djeme recordarle que hay una larga distancia entre Europa y Amrica del Sur" Distancia que estoy seguro que no se privarn de recorrer para asistir al Campeonato Mundial de Quidditch buf Harry, exasperado por la respuesta que haba recibido. Eso mismo le dije yo pero el seor Zabala me asegur que Per cuenta con todas las medidas de seguridad necesarias para ser la cede del Mundial se le adelant Weasley. Eso espero lament Harry. Sabes, amigo siento como si todo esto fuera un poco deja v. Quiero decir recuerdas aquel Mundial al que asistimos antes de entrar a cuarto ao? Sera muy extrao que un ataque sorpresa del enemigo sucediera en un mundial otra vez seal Ron con precaucin. Con los aos, haba aprendido a conocer a Harry, y saba que ste poda tener muy poca paciencia cuando se trataba de luchar contra "los malos". Lo s reconoci Potter, en un suspiro. Adems, creo que el Mago de Oz no hara nada tan estpido como atacar durante un evento tan multitudinario y tan vigilado. Hasta ahora ha mantenido un perfil muy bajo, ha trabajado siempre desde las sombras, pasando desapercibido, y algo me dice que desea continuar de esa forma el mostrarse abiertamente ahora, en un evento que tiene lugar tan lejos de Inglaterra sera declarar oficialmente la guerra. Y no es eso acaso lo que busca, compaero? dud Ron. Pues s pero es lo que busca a largo plazo le respondi Harry. Y entonces qu diablos es lo que est haciendo ahora? Comenz a exasperarse Weasley. Jugando con nosotros? Algo as pienso que nos est midiendo. Quiere ver lo que somos capaces de hacer y en el entretiempo se prepara para la guerra coincidi Harry. Repentinamente, sacudi la cabeza, como si quisiera sacarse esos pensamientos de la cabeza. De todas maneras, prefiero que el Gobierno de Per est al tanto de la

situacin. De esa manera estarn mejor preparados por si me equivoco, y el Mago s ataca durante el Mundial retom la charla inicial. Ron asinti y se inclin sobre la mesa que los separaba a ambos, como si quisiera decir algo confidencial. Ahora dime t la encontraste? volvi a preguntarle el pelirrojo. S, la encontr le respondi Harry. Acept? No, an no. Qu se supone que quiere decir eso? Lo que dije que todava no ha aceptado repiti Harry, y su mirada viaj hacia la ventana del dormitorio, expectante. Y qu te hace pensar que aceptar? comenz a vacilar Ron. Repentinamente Harry sonri triunfante, y se puso de pie. El hecho de que Scarlet Raven, a pesar de todo, es una mujer de honor, Ron le respondi Potter, y camin hacia la ventana, abrindola de par en par. Weasley se dispona a preguntarle por qu demonios haba hecho algo as, cuando afuera corra un viento helado e invernal. Pero repentinamente, un cuervo negro y brillante entr por la ventana, sobrevol la habitacin, y se pos sobre la mesa. Llevaba un sobre en el pico, el cual sujetaba fuertemente. Ron trat de sacarle la carta, pero el ave grazn y alete amenazante, obligndolo a retirar su mano. Creo que es para ti, Harry seal Ron, confuso y sorprendido. Harry se acerc al ave, y extendiendo su mano con cuidado, tom la carta que el cuervo llevaba en el pico. Apenas hubo sujetado el sobre, el cuervo levant vuelo, y sali por la ventana hacia el fro invierno. Potter, Lo hago por ti. Scarlet Raven. Acept inform Harry a su mejor amigo, sin poder esconder la felicidad ante la respuesta de Scarlet. Captulo 2: El origen de nuestra esencia Albus estaba todava dormido cuando sinti que algo le picoteaba la oreja. Trat de ahuyentar a la lechuza con la mano al darse cuenta que se trataba de algo real, y no de un sueo. Pero sta insista con despertarlo. Exasperado, Albus se resign y abri los ojos.

Una lechuza parda y bellsima se encontraba apoyada sobre la cabecera de su cama y lo miraba intensamente, casi reprochndole que hubiera demorado tanto en despertar. Llevaba una carta atada a la pata, que Potter asumi que era para l. Resopl enojado consigo mismo al recordar que la noche anterior haba dejado la ventana de su dormitorio abierta por el calor. De haberla cerrado, aquel pajarraco no habra entrado, y l estara durmiendo plcidamente. La razn por la cual le molestaba haber sido despertado era porque aquella noche haba sido la primera vez en dos semanas que lograba dormir ms de cinco horas sin ser despertado por alguna aterradora pesadilla. Tom la carta con cierta brusquedad, y la lechuza ulul ofendida, mientras que remontaba vuelo sin esperar su respuesta, y sala volando por la ventana de su cuarto. Albus, Cmo te tratan estas primeras semanas de vacaciones? Yo estoy ms que emocionada con el Mundial de Quidditch! Lstima que esta vez se haga en Per mi padrino me ha prometido que si Francia llega a la final me llevar a ver el partido. As que lamentablemente, en este torneo, mi fidelidad yace con Francia. Aunque espero que Inglaterra tambin logre llegar a la final (cosa que verdaderamente dudo no te ofendas, pero el equipo ingls es desastroso). En cuanto al resto, tengo que confesar que ya me estoy aburriendo sin ustedes. As que se me ha ocurrido una idea: qu te parece si se vienen para St. Jean-Baptiste cuando termine el mundial? Te aviso que Scorpius ya me ha confirmado que vendr. Y Lysan y Ely me han dicho que por esa fecha les queda perfecto. Solo me falta que t y Rose confirmen. Responde cuanto antes. Con cario, Hedda P.D: trata bien a Zue, la lechuza, o de lo contrario se ir sin esperar tu respuesta. Es mi nueva lechuza, y creo que es un poco orgullosa. Hubieras avisado antes, Hedda se lament Albus, al comprobar que efectivamente, Zue se haba ofendido y haba abandonado el dormitorio. Dej la carta sobre su mesa de luz, y mir el reloj que haba sobre la misma, que marcaba las diez de la maana. Se sorprendi de que su madre lo hubiera dejado dormir hasta tan tarde. Desperezndose se levant de la cama, y manote la primera camiseta y el primer pantaln que encontr en su ropero. Todava adormilado, abandon la habitacin, y camin los escasos metros que lo separaban del bao que comparta con James, su hermano mayor. No haba seales de ninguno de sus dos hermanos en la primera planta.

Entr en el bao y se mir en el espejo. Luca grandes ojeras y una expresin taciturna. Su cabello estaba ms revuelto que nunca, y sus ojos verdes parecan opacos, como si hubieran perdido su brillo en las dos semanas que llevaba en casa. Albus cay en cuenta de que ya haca dos semanas que haba regresado de Hogwarts. Lo que quera decir que faltaba menos de una semana para que se cumpliera un mes desde que haba perdido su magia en el Templo de Hades. Y todava no haba seales de que la misma estuviera regresando a l. Se ba meditando que slo le quedaban unos das de esperanza. Ni siquiera una semana entera y entonces, su mayor incgnita encontrara respuesta. Cinco das, y Albus sabra si volvera a ser un mago, o si se convertira en un eterno squib. Luego de baarse regres a su dormitorio, y su mirada viaj una vez ms hacia la carta de Hedda. Una duda lo inund qu deba responderle a su amiga? No poda ir a Francia. No sin su magia. No poda volver con sus amigos si se converta en un squib. No, definitivamente no. No volvera a verlos si ese era su destino. Amargado, se sent en su escritorio y tom el libro que durante esas dos semanas se haba convertido en su mayor refugio. La Magia: el origen de nuestra esencia. Sonri recordando el momento en que Tessa Nott, una estudiante de Ravenclaw un ao ms chica que l, le haba regalado ese libro. Extraamente, Albus se sinti repentinamente cercano a Tessa. Eran ms parecidos de lo que l haba imaginado. Los dos obsesionados con resolver los problemas que se presentaban frente a ellos, incluso cuando no les eran propios. Potter pensaba ahora en ella de una manera diferente. Ya no se trataba de la prima de Scorpius, la hija de Theodore Nott, un exiliado de la guerra. No, ahora ella era Tessa, la brillante muchacha que haba descubierto el secreto de Albus. En cierta forma, senta envidia y fascinacin al mismo tiempo. Tessa era inteligente, mucho ms inteligente que l. Una semana le haba bastado para darse cuenta que Albus no poda hacer magia. Y para encontrarle aquel libro que tanto lo haba ayudado. A travs de las hojas de "La Magia", Albus haba aprendido que su caso no era el primero, y seguramente, no fuera el ltimo en la historia de la magia. La magia, segn explicaba el libro, era una fuerza invisible, pero manipulable. Es una energa interna, propia del mago, que emana desde lo ms profundo de su alma. Es una fuerza poderosa, y contrario a lo que la mayora de los brujos piensa, difcil de controlar. Segn el autor, incluso el mago ms poderoso y ms experimentado tendra dificultad para manejar la magia en su forma ms pura. Se requiere de aos de aprendizaje para poder empezar a entender el poder que los magos llevan consigo. E incluso despus de dcadas, es posible que uno nunca termine de comprender el eterno enigma que encierra el alma de un mago. Las varitas era entonces, el mtodo que los magos haban encontrado para "controlar" su poder. Una manera de canalizar toda su energa, y de convertirla, con el poder de la mente, en un hechizo. No era de la varita de donde provena el hechizo. Ni siquiera eran las palabras las que le daban forma al mismo. Las palabras eran, Albus haba comprendido, un simple decorativo. No eran necesarias. Porque no son las palabras las

que tienen sus propiedades mgicas. Simplemente sirven para que el mago pueda focalizarse con mayor facilidad en el hechizo a realizar, pero no otorgan las propiedades mgicas al mismo. La magia viene del mismo mago, y de su capacidad para controlarla y comprenderla. Se requiere de un buen manejo y conocimiento de la magia para poder empezar a usarla sin necesidad de pronunciar los hechizos. As como tambin es necesaria una capacidad de concentracin extrema. Aislar la mente de cualquier distraccin, y centrarla nicamente en el hechizo que queremos realizar. Imaginarlo en nuestra mente. Darle forma. Se trata de un desafo para el mago alcanzar este nivel de magia. Pero una vez que se logra, el mago es capaz de conocerse mejor a s mismo, es capaz de conocer ms sus limitaciones, y sus habilidades. Pero lo ms importante, la magia puede perderse. El libro utilizaba el mismo trmino que su padre haba usado en el hospital para explicarle lo que le haba sucedido: se llama una fuga de magia. Un mago que todava no conoce la magia que posee, que todava no la domina completamente, que no reconoce sus lmites, corre el riesgo de sobre-exigirse, y perder eventualmente, el control sobre la misma. Quien no reconoce sus lmites, no sabe cuando detenerse, y termina, eventualmente, por agotar su fuerza. De hecho, un mago inexperto y joven, como era el caso de Albus, puede incluso morir al intentar realizar un hechizo que supera su dominio sobre su energa mgica. Y entonces, viene la pregunta ms importante si la magia puede perderse tambin puede recuperarse? La respuesta del libro era bastante incierta. Dependa del mago, y de su ncleo interior. En la mayora de los casos, sobre todo en los ocurridos en personas jvenes, la magia retornaba al mago, pues su ncleo, su alma, permaneca intacta. La esencia de esa persona no se haba alterado con el hechizo, y por lo tanto, luego de pasado el tiempo de extenuacin secundario a la fuga de magia, la misma retornara a su dueo. Pero entonces, surga otra pregunta. Qu determinaba que la esencia de la persona permaneciera intacta durante la fuga de magia? Nuevamente, el libro daba otra respuesta bastante ambigua. Al llegar a este punto, el autor adverta al lector que solamente se poda "adivinar" al respecto, plantear posibles hiptesis que encajaran. Y el autor de este libro crea que todo dependa de la intencionalidad con que el mago haba realizado el hechizo que haba causado la "fuga". Todo dependa de la "intencionalidad" del mago. El bien purifica el alma, y el mal la corrompe, la daa, la fragmenta. As, un alma que se fragmenta durante la fuga de magia jams podr recuperar su poder. Pero nuevamente, esto eran puras conjeturas. Albus guardaba esperanzas al respecto. Sus intenciones haban sido buenas. l haba perdido su magia mientras que intentaba cerrar el Portal de Hades, y evitar el regreso de Grindelwald. Pero las dudas seguan plantadas en su mente. Dentro de l, Albus segua preguntndose sobre la muerte de Icarus Primus. Y el libro "La Magia", haba abierto una nueva incgnita al respecto. Era un acto bueno el haberlo dejado morir? l segua repitindose que de no haberlo hecho, Primus hubiera causado mucho dao al mundo mgico pero entonces, el fin justificaba los medios? Y ms importante an era acaso necesaria su muerte? Era esa la nica salida? Y si

aquel pequeo detalle marcaba toda la diferencia? Y si su alma se haba quebrado en ese preciso momento? Entonces, volvera su magia? Frente a estas preguntas, Albus se repeta lo que Hedda le haba dicho aquella noche en la Sala Comn de Slytherin: l no lo haba matado. Y aunque hubiera querido ayudarlo, no hubiera podido. La vida de Icarus Primus era el precio que el Templo exiga por traer de regreso a Grindelwald. Y sin embargo la duda volva una y otra vez porque l no quiso ayudarlo. Lo converta eso en un asesino? Alguien toc a la puerta de su cuarto, interrumpiendo su lectura. Malhumorado, Albus gru que estaba ocupado. A pesar de su cortante respuesta, la persona del otro lado de la puerta no pareci intimidarse, sino que por el contrario, la abri y entr al dormitorio. Albus gir molesto en su silla, convencido de que se trataba de alguno de sus hermanos. En cambio, se sorprendi al descubrir a Zaira Levington de pie en medio de su dormitorio, observndolo todo atentamente. Buenos das, Albus lo salud ella, sonriendo de manera angelical. Profesora dud Potter, levantndose de su silla. Qu hace ac? consigui por fin formular la pregunta. Zaira lo miraba atentamente. Albus supo que lo estaba analizando. Y por alguna razn, aquello lo molest. Era posible que la falta de magia pudiera percibirse en su apariencia? Era Zaira capaz de ver en l a un squib? Finalmente, tras unos minutos, la aurora sonri. Pues ayer estuve en una reunin con tu padre lo not preocupado, y luego de insistirle bastante, me confes que estaba preocupado por ti le respondi Zaira, con una sinceridad que Albus no se esperaba. Si no te molesta, me voy a sentar en tu cama ltimamente estoy con mucho trabajo y ando algo cansada continu comentando ella como si nada. Mi padre est preocupado por mi repiti Albus, apretando los dientes para no elevar la voz. Claro es entendible. Despus de todo, nadie desea un hijo squib escupi Potter con cierta brusquedad. Zaira ri, descolocndolo y hacindolo enojar an ms. No seas necio, Albus. Tu padre est preocupado por ti. Dice que te has pasado toda la semana encerrado en tu cuarto, prcticamente sin comer o hablar con nadie y por lo que tengo ante m, veo que no estaba exagerando le refut Levington, gentilmente. Y te ha mandado a ti para que me arregles? trat de controlar su ira. Zaira alz las cejas en expresin de desconcierto. Primero, nadie me ha enviado. Vine porque as lo quise respondi ella, en un tono ms cortante que el que haba usado hasta el momento. Y segundo, no hay nada que arreglar en ti le asegur ella.

Entonces no entiendo por qu tanto problema ironiz Albus. Albus Qu es lo que te sucede? le pregunt ella, recuperando su dulzura inicial. Estaba preocupada. Potter lo poda leer en sus ojos ambarinos. En cierta forma, se sinti culpable por estar causando tanta preocupacin a la gente que quera. Pero al mismo tiempo, no poda evitar la manera en que se senta en ese momento. Es que no lo entienden le dijo Albus, dndole la espalda y caminando hacia la ventana de su cuarto. Qu cosa no entendemos? Nada! estall inevitablemente. Porque ninguno de ustedes ha perdido su magia! No tienen idea de cmo se siente! Por qu no me dices cmo se siente le pidi Zaira, conservando una calma asombrosa. Aquello slo consigui enfurecerlo an ms. Como si alguien me hubiera sacado una parte de mi, una parte demasiado importante, sin la cual, no soy yo trat de explicarle Potter. Lo recuperars le asegur Zaira. No lo sabes! Ninguno de ustedes lo sabe! Ninguno puede asegurarme que algn da podr hacer magia de nuevo! la contradijo l. Albus la magia es una parte de ti, pero no lo es todo trat de calmarlo la aurora. Albus ri sarcsticamente, una risa falsa y burlona que no recordaba haber usado jams con Zaira. Sin la magia no soy nada! le grit enfurecido. Detrs de l, Zaira crey ver una corriente de aire que movi las hojas del libro que minutos antes Albus haba estado leyendo. Albus, sin embargo, no lo not. Sin magia no pertenezco ms a este mundo! No pertenezco a Hogwarts! Ni a mi familia, ni a mis amigos! No perders a la gente que te ama por ser un squib le dijo repentinamente Zaira. Albus sinti como si la ex profesora lo estuviera provocando. No entiendes que no puedo vivir en un mundo donde yo no puedo hacer magia! No lo quiero! confes finalmente Albus, hecho una furia, cerrando las manos en forma de puos tan fuertes que casi le lastimaban su propia piel. Y entonces sucedi. La habitacin tembl al ritmo de su gruido final, y los vidrios de las ventanas vibraron, y finalmente, se partieron en fragmentos tan pequeos, que ms que cristales, parecan polvo brillante sobrevolando la habitacin. Y Albus supo en ese mismo instante que haba sido l. Lo haba sentido. Haba sido l. Algo confundido, mir a Zaira, quien le sonrea sentada sobre su cama.

A veces es bueno hablar y desahogarse, Albus le seal ella, tras unos segundos de silencio. Y luego, sacando su varita, y con un movimiento grcil, los cristales volvieron a repararse. Sin decir nada ms, se puso de pie, y camin hacia la puerta. Qu sucedi? pregunt Albus, ms calmo pero todava sorprendido, antes de que Levington pudiera abandonar la habitacin. Magia le respondi ella, y con un guio de ojo, sali de la habitacin, dejando a un aturdido adolescente en su interior. Baj las escaleras con paso tranquilo, casi sin hacer ruido con su caminar. En el living, sentada con las piernas cruzadas, la esperaba pacientemente Ginny. Apenas la vio entrar, la madre de Albus se puso de pie. Qu pas all arriba? Escuch los gritos le advirti Ginny, con cierta fiereza. Todo est en orden, seora Potter le asegur ella, mientras que buscaba un puado de polvos fl sobre la chimenea y los lanzaba al fuego. Inmediatamente, ste se volvi de color verde esmeralda, lanzando chispas del mismo color por todo el living. Eso no fue lo que te pregunt, Zaira. Qu pas all arriba? insisti Ginny, interponindose de manera tal que la rubia no pudiera entrar al fuego. No estoy segura confes Zaira, y su mirada pareci turbarse durante un instante. Sacudi suavemente la cabeza, como si volviera en s. Lo importante es que ha recuperado su magia agreg, con una sonrisa. Ambas mujeres se miraron. Ginny pareca estar analizando cada palabra que Zaira acababa de decirle. No pareca dispuesta a dejarla partir hasta estar convencida de que su hijo estaba bien. En primer lugar, no entenda qu haca all Zaira Levington. No comprenda cul era su relacin con Albus. Pero haba algo de lo que estaba segura: si en algn momento Zaira se converta en un peligro para su familia, Ginny la hara a un lado sin dudar un instante. Siempre supe que la recuperara. Es un buen muchachocoment finalmente Ginevra, dejando traslucir una sonrisa. Zaira asinti. Y tras unos instantes ms de tensin entre las dos mujeres, Ginny se hizo a un lado. Adis, Zaira. Gracias por venir a visitar a Albusagreg. Adis, seora Potter se despidi la aurora, mientras que entraba al fuego de la chimenea. Al Ministerio de Magia! exclam entre las llamas, y en un segundo, desapareci. Captulo 3: Justitia mnibus Darwin Cooper se acomod mejor su capucha para cubrirse del sol. Trataba de mantener la cabeza baja, para evitar encontrarse con la mirada de cualquiera de las personas que caminaban por las atestadas calles del barrio mgico de Roma.

Roma era muy parecida y a la vez muy diferente a la Londres mgica. El centro mgico de la famosa capital de Italia se extenda completamente al aire libre, como si se tratara de un viejo bazar de la antigua ciudad. Tiendas pequeas y pintorescas se levantaban a los costados de calles angostas y empedradas. Algunos locales estaban construidos de verdadero material, hechos de adobe, arena y cermica. Se trataba de las tiendas ms antiguas y prestigiosas de la ciudad. Caminar por aquel lugar era como viajar en el tiempo siglos atrs, en la poca en que el Imperio Romano dominaba toda Europa. Y alzndose en medio de aquel barrio mgico, escondido en la turstica y moderna ciudad de Roma, haba un edificio imponente de estructura circular sostenido por gigantescas y labradas columnas, y en cuyas cumbres se podan ver esculturas de magos famosos. Darwin lo encontr increblemente parecido al Panten de Agripa, un verdadero templo que los antiguos romanos haban construido durante el Imperio para adorar a todos sus dioses. Sobre la entrada de aquella construccin se poda leer con letras grandes y elegantes: Ministerio de Magia: Justitia mnibus Justicia para todos ri Coopeer por lo bajo al leer el lema escrito en latn. Suspirando, y con una sonrisa en los labios, subi la escalinata que lo separaban de la entrada al Ministerio. Por dentro, el Ministerio de Magia de Italia no se haba privado de lujo alguno. Todo estaba hecho en piedra clara, y los pisos estaban recubiertos por mrmol blanco, brillante y resbaloso. Sobre el centro de la Entrada, se alzaba la araa de cristal ms grande que Darwin Cooper hubiera visto en su vida. La sala se encontraba sostenida por mltiples columnas de color blanco, y sobre ellas haba labrado un surco, casi como una canaleta, que giraba en espiral desde el extremo ms alto de la columna hasta el suelo. Y por aquel surco, fluyendo de manera parsimoniosa, sin siquiera salpicar el suelo, corra agua completamente cristalina, de apariencia tan fresca que Darwin se sinti tentado de beberla. El agua desembocaba en un ro artificial que rodeaba toda la circunferencia de la Sala de Entrada. Era una imagen preciosa, de una paz abrumadora. Tras unos instantes, durante los cuales qued paralizado por la ostentosidad del lugar, Cooper retom su marcha, caminando de manera decidida hacia los ascensores que se encontraban en el otro extremo de la sala. Trat de aparentar la mayor naturalidad posible, casi como si conociera el lugar de memoria. Disculpe, seor lo detuvo antes de llegar a los ascensores un brujo joven vestido de blanco. Cooper lo mir inquisitivamente, una mirada altanera que haba aprendido a desarrollar durante su tiempo en el Ministerio de Inglaterra. El tipo de mirada que tiene una persona importante a quien nadie se debera atrever siquiera a hablar sin un permiso previo. El muchacho vestido de blanco pareci vacilar ante aquella mirada. Pero cumpliendo con su trabajo como Seguridad de Ministerio, termin la frase que se le haba atragantado. Seor no puede ingresar al Ministerio sin un permiso le inform el mago de seguridad. Cooper alz las cejas, indignado.

Tengo un permiso, caballero le asegur l, pero no dio el menor indicio de querer mostrar ningn papel. Nuevamente, el brujo de blanco dud. Tiene un permiso escrito para mostrarme? insisti, pero Cooper pudo leer el miedo en aquella pregunta. Miedo a estar deteniendo a alguien importante. No lo necesito le asegur Darwin, su mirada fra clavndose amenazadoramente sobre el muchacho. Podra decirme a quin viene a ver? esta vez, el muchacho casi susurro la pregunta. Cooper sonri de manera despectiva. Claro que no te lo dir, muchacho. Ahora, si me disculpas, llego tarde a una reunin importante recalc Cooper. El muchacho trag saliva, y algunas gotas de sudor resbalaron por su frente. Darwin vio cmo el muchacho abra la boca para decir algo, pero inmediatamente la volva a cerrar. Finamente, sin saber qu hacer, el muchacho asinti mansamente y se hizo a un lado, dndole paso hacia los ascensores. Darwin ingres al primer ascensor que abri las puertas, sin mirar atrs al confundido joven de seguridad. S, lo haban descubierto en Inglaterra. S, todos los aurores de su pas lo estaban buscando. Y s, haba tenido que escapar de Londres como una rata escurridiza. Pero todava conservaba su talento manipulador que lo haba llevado en primer lugar al Ministerio de Magia de Inglaterra. Y de no haber sido por el estpido fracaso de Icarus Primus, Cooper estaba convencido de que podra haber llegado mucho ms lejos. Ahora, las cosas se haban complicado. El Mago de Oz le haba perdonado la vida, y eso era algo. Pero Darwin era un hombre inteligente, y conoca muy bien a la gente como el Mago de Oz. Gente como el Mago no es condescendiente porque s. No perdonan y olvidan. No claro que no. No hay bondad ni magnanimidad en el corazn del Mago. Solo ambicin, poder y maldad. Cooper saba que aquello era una combinacin peligrosa. Si l todava estaba vivo era porque el Mago de Oz an lo encontraba til. Y all estaba l, infiltrndose en el Ministerio de Italia, tratando de llevar a cabo la ltima misin que el Mago le haba concedido para redimirse. Un error y estaba seguro de que no dudara en matarlo. No haba margen para equivocarse. Deba hacerlo bien, y punto. Su misin, sin embargo, era la ms difcil que jams le hubieran asignado. Y Roma era slo la primera parte. Y aunque pudiera parecer irnico, tambin la ms fcil. Si lograba superar aquello, entonces le esperara un viaje muy largo hacia el otro extremo del mundo. El ascensor se detuvo en el ltimo piso del magnificente edificio, y una voz femenina le anunci en italiano que se encontraba en el Departamento de Misterios. Cooper se acomod la tnica, y adquiriendo su expresin ms arrogante, sali al pasillo.

Era un pasillo blanco, sin ventanas, iluminado por bolas brillantes de luz que flotaban sobre el cielorraso. Y a cada costado del pasillo se extendan ms puertas de las que Darwin alcanzaba a contar. Alz una ceja, sin poder creerlo. Qu puerta deba tocar? Camin hacia la primera puerta blanca que haba a su derecha, y golpe. Nadie contest. Volvi a golpear. Nada. Irritado y perdiendo la paciencia, Darwin Cooper tom el picaporte e intent abrir la puerta. Estaba trabada. Qu hace? pregunt repentinamente la voz de una mujer a su espalda. Darwin gir lentamente, para no levantar sospecha. La mujer llevaba puesta una capa negra, que la cubra completamente. La capucha se encontraba colocada sobre su cabeza, y Darwin comprob que haba un hechizo sobre la misma, que impeda ver la cara de la persona que la utilizaba. En cambio, slo poda ver negrura debajo de la capucha. Un escalofro le recorri la espina dorsal al recordar que se era el mismo hechizo que el Mago de Oz utilizaba para esconder su rostro y mantener su identidad secreta. Tard unos segundos en reaccionar y recordar que aquel era el uniforme de los Inefables. Estoy buscando a Stefano Rozzi le respondi Darwin, recuperando la compostura. Aqu no trabaja ningn Rozzi, seor le dijo la mujer, de manera casi autmata. Darwin sonri de lado, con cierta prepotencia. S que trabaja aqu, seorita. Si no me equivoco, se hace llamar Camalen la contradijo el ingls. Incluso con aquella vestimenta, Darwin pudo notar que la mujer se tensaba al escuchar el seudnimo secreto de uno de sus compaeros. Sgueme le indic la Inefable Girando sobre sus talones, la mujer recorri el pasillo hasta llegar a una de las ltimas puertas. Sac entonces una llave de su bolsillo, y la introdujo en la cerradura de la puerta. Inmediatamente, se escuch un crujir del otro lado, a pesar de que la Inefable no haba rotado la llave an. La puerta se abri inmediatamente despus. Cooper vio cmo un nuevo pasillo blanco se abra delante de l, con ms puertas flanquendolo por ambos laterales. Y el hombre poda imaginarse ms puertas detrs de cada una de esas que su vista alcanzaba. Era como un eterno laberinto, imposible de reconocer o incluso interpretar para alguien que no trabajaba all. La Inefable comenz a caminar por el nuevo pasillo sin decir una palabra. l la sigui, y apenas hubo cruzado la puerta, sta se cerr detrs de l con un sonido seco y hermtico. Finalmente, la Inefable se detuvo frente a otra puerta blanca, y sta vez, toc a la puerta con un golpeteo suave, casi tmido. Segundos ms tarde, una figura alta, vestida con una tnica de Inefable negra, abra la puerta. Se trataba de un hombre de aspecto amenazante, incluso aunque Darwin no

poda verle la cara. Comprendi al instante por qu el Mago de Oz lo quera para su Rebelin. Alguien te busca le dijo la Inefable, en un susurro. Te conoce. A pesar de que el rostro de Camalen se encontraba escondido detrs de aquella sombra mgica que se desprenda de su capucha, Darwin Cooper pudo sentir la mirada del hombre clavarse en l, casi atravesndolo. Era una mirada intensa, intimidante. No poda ver esos ojos, pero s poda sentirlos. Gracias, Viuda Negra habl la voz grave e inexpresiva del Inefable. La mujer hizo una leve inclinacin, y sin decir una palabra ms, se alej por el pasillo de regreso a la puerta por la que haban entrado. Camalen esper hasta que la Inefable, conocida como Viuda Negra, desapareciera de su vista, y con un gesto de cabeza, invit a Darwin a entrar a su oficina. Quin eres y qu quieres? le pregunt el Inefable, apenas hubo entrado en el lugar y cerrado la puerta. Era una pregunta seca y amenazante, y Cooper tuvo que hacer uso de toda su compostura para no temblar ante aquel hombre. Con expresin inmutable, Darwin se sac el guante negro que cubra su mano izquierda. Un anillo de oro macizo brillaba en su dedo anular. Tena incrustado en el centro una piedra roja, dentro de la cual pareca haber humo, girando incansablemente. Cooper toc la piedra con la punta de su varita, e inmediatamente el humo en su interior dej de moverse, para condensarse formando una "R". Sin decir una palabra, Darwin extendi su mano hacia Camalen, quien observ durante varios minutos el anillo, inmutable. Vienes en nombre del Mago de Oz dijo Camalen, quitando su mirada del anillo para posarla nuevamente en Darwin. S confirm ste. A qu te ha mandado? He venido a reclutarte, Rozzi le respondi Darwin, tratando de mantener su mejor expresin de Poker. El Mago de Oz desea de tus servicios. Eso es lo que estoy haciendo ahora. l me mand a ste chiquero italiano escupi con furia el Inefable. Darwin asinti de manera condescendiente. Y est muy agradecido por todo lo que has hecho aqu adentro. Pero ya no te necesita dentro del Ministerio de Italia. Tiene planes ms grandes para ti le explic Cooper. Qu planes? inquiri el Inefable, inclinndose amenazadoramente hacia Cooper. ste respiro hondo, tratando de conservar la calma y no desarmarse en ese momento.

T sers parte de la Guardia del Mago de Oz le respondi Cooper, con una sonrisa de lado. El Mago te ha elegido para que ests entre sus ms selectos discpulos quiere que formes parte de los lderes de la Rebelin. Por qu yo? insisti Camalen, con cierta desconfianza. Eres un experto en transformaciones, en barreras protectoras y escudos mgicos, no es as? Esa fue la misma excusa con la que me metieron en primer lugar aqu rezong Camalen, y repentinamente, solt una risa irnica. Yo me un al Mago porque l me prometi un cambio. Me prometi poder, me prometi una nueva sociedad y hasta ahora, todo lo que he hecho ha sido trabajar para la Justitia mnibus. Yo, que odio con todo mi ser al Ministerio italiano gru entre dientes apretados. Y el Mago es conciente de todo ese trabajo que has hecho, Rozzi. Dime, entonces, cundo empieza la tan esperada Rebelin? Porque me estoy cansando de esperar aqu. A eso he venido, Rozzi la Rebelin ha empezado, y el Mago te ha mandado a llamar le respondi Cooper, conservando su expresin de orgullo y prepotencia Y te ha mandado a ti a buscarme? ri burlonamente Camalen. Cooper mantuvo la compostura, y en cambio, dibuj una sonrisa burlona. T puedes ser muy bueno en lo que haces, Rozzi. Pero yo soy el mejor en lo que hago explic Cooper. Y qu haces t? escupi la pregunta Camalen. Diplomacia dijo irnicamente Darwin. Para su sorpresa, el Inefable ri debajo de la capucha. T pareces conocerme pero yo an no s quin eres seal el Inefable. Mi nombre es Darwin Cooper. Y he venido a buscarte. Ahora, dime t, Rozzi Ests listo? lo ret a responder, extendindole la mano izquierda, a la espera de su respuesta. Estoy listo desde el da que nac le respondi Rozzi, y estrech la mano extendida hacia l. Un haz de luz roja brot del anillo de Darwin Cooper, envolviendo ambas manos como si se tratara de un lazo, y se aferr a sus muecas. Tras unos instantes, se esfum en el aire, sellando el pacto. Bienvenido a la Guardia sentenci Cooper. Captulo 4: Cartas nocturnas

Albus todava recordaba el anterior mundial de Quidditch, cuatro aos atrs. Haba tenido lugar en Espaa, y el campen haba resultado ser, sorpresivamente, el equipo nacional de Per. El Quidditch, si bien era originario de Europa, haba recorrido un largo trecho hasta las costas sudamericanas, donde haba encontrado mejor acogida en tierras incas. Desde haca ya muchos aos, Per vena demostrando que Amrica del Sur tena mucho Quidditch en la sangre, y de a poco, se haban ganado el respeto de sus contrincantes. Pero el momento culmine en la historia de dicho pas haba llegado cuatro aos atrs, cuando en Madrid, el equipo peruano alz entre sus manos la prestigiosa Copa del Campeonato Mundial de Quidditch por primera vez. Y fue con tal suceso que Amrica del Sur consigui ser cede del siguiente Campeonato, el cual, se celebraba durante aquel verano en nada menos que Per. Albus amaba el Quidditch, y junto con su padre, haban seguido todos los partidos a travs de la radio mgica. Los equipos de Amrica del Sur parecan entusiasmados con la idea de que el torneo se estuviera realizando en su continente, pues nuevamente, Per logr abrirse paso hacia las semifinales, donde jugara nada menos que contra su vecina, Argentina. El equipo argentino no tena ninguna copa en su historial, pero s una inmensa sed de triunfo, como lo haba definido Teddy Lupin una tarde mientras que discutan sobre el posible campen. Sin embargo, Albus estaba convencido de que Per ganara ese partido, abrindose paso hacia la final por segunda vez consecutiva. La otra semifinal sera entre Alemania y Francia. Lamentablemente, Inglaterra haba quedado afuera de la semifinal al perder avasalladoramente contra Francia. Potter todava recordaba el Howler que Hedda Le Blanc haba enviado a su casa, el da siguiente al partido, para burlarse de l y de su hermano James. Con su magia de regreso, Albus esperaba ansioso la llegada de la final. En primer lugar, porque le encantaba el Quidditch, y en segundo lugar, porque su padre le haba prometido entradas para ir a ver la final, a l y a sus dos hermanos. Actualmente, Harry Potter no se encontraba en su casa en el Valle de Godric. Haba partido un par de das antes de que su hijo recuperara la magia, y ahora, dos semanas ms tarde, todava no regresaba. Cada vez que Al, o alguno de sus hermanos, preguntaba por su padre, Ginny frunca el ceo, y les deca que estaba ocupado con trabajo. Todo lo que saban era que Harry haba viajado junto con el to Ron, por asuntos del Ministerio, a Per. Supuestamente, se trataba de cuestiones de seguridad relacionadas con el Campeonato de Quidditch. Pero Albus estaba seguro que haba algo ms detrs de todo aquello. La expresin de su madre y la larga ausencia de su padre le decan que haba algn secreto detrs de aquel viaje. Durante las noches, Albus se recostaba en su cama y meditaba largamente al respecto. A veces, se mandaba cartas con Scorpius, compartindole sus inquietudes. En los ltimos aos, Potter haba descubierto que su amigo rubio era mucho ms racional y fro que l.

Era ms tranquilo, menos pasional, ms indiferente. Y aquello le era indispensable para analizar objetivamente las situaciones. As, Albus le escriba largas cartas donde formulaba posibles hiptesis sobre lo que su padre estara haciendo en Per. Y a la noche siguiente, siempre reciba la respuesta de su amigo, en la cual analizaba cada una de las opciones enumeradas por Potter, e iba descartando las improbables. Aquella noche, luego de dos semanas de haber recuperado su magia, y su cordura, Albus esperaba impaciente la carta de su amigo. La noche anterior haba tenido una idea que l crea bastante acertada sobre la "misin" de su padre. Ahora, esperaba la opinin de Malfoy. La figura de una lechuza se dibujo en el cielo, alumbrada por la luz de las estrellas y la luna llena. Albus se puso inmediatamente de pie al reconocerla, y abri la ventana de su cuarto para permitirle entrar. La lechuza entr en el dormitorio, sobrevol grcil la habitacin, y dej caer una carta sobre el escritorio de Potter. ste tom la carta con manos torpes y aceleradas, y la abri desgarrando levemente los bordes de la misma. Potter, Creo que cada vez elaboras mejor tus teoras. Me gust mucho la que planteaste en la ltima carta. Casi me haba olvidado yo de que todava existen dos Joyas de la Corona perdidas en algn lugar oculto de este mundo. Ahora por qu habra tu padre de ponerse a buscar ahora las Joyas? Si los Guardianes Negros no pudieron encontrarlas, qu te hace pensar que tu padre s podr? No quiero parecer que estoy menospreciando a tu padre, sino todo lo contrario. Sabes que creo que es uno de los mejores magos que existe, pero qu ganara l buscando las Joyas? Pinsalo de esta manera: las Joyas estn bien escondidas. Durante aos, nadie las ha encontrado. Por lo tanto, estn mucho ms seguras donde sea que estn que en manos de tu padre, donde alguien podra enterarse y robrselas. La nica opcin que me queda para justificar tu teora sera que tu padre piense que los Guardianes van detrs de las Joyas nuevamente pero creo que por el momento, tu padre tiene bastantes problemas con la Rebelin y el Mago de Oz como para preocuparse de nuevo por los Guardianes. No, si me lo preguntas a m, yo creo que tu padre no fue a Per en busca de las Joyas. No tengo la menor idea de por qu est en Per en este momento, pero sea el motivo que sea, estoy convencido de que guarda una relacin con la Rebelin. Espero ansioso tu prxima carta. Estoy seguro que discutirs al respecto de lo que acabo de escribirte. A ver si para la prxima te esfuerzas un poco ms, porque hasta ahora me ha resultado demasiado fcil refutar todas tus teoras, Potter. Saludos, Malfoy Albus termin de leer la carta y no pudo evitar sonrer al leer el comentario prepotente y competitivo que su amigo le dedicaba en el ltimo prrafo. Las cartas se haban convertido gradualmente en un desafo mutuo, donde cada tanto, se lanzaban provocaciones, y a modo de competencia, haban dejado sus nombres de pila y sus apodos a un lado, para referirse el uno al otro por sus apellidos.

Instintivamente, Potter tom una hoja de pergamino de su escritorio, y se sent con una pluma en la mano, listo para pensar su respuesta. Scorpius tena razn. Desde la captura de Octavius Genrich y la muerte de Brida, los Guardianes haban desaparecido. Su inters por las Joyas de la Corona pareca ahora extinto. En cambio, haba surgido una nueva amenaza, de la mano del Mago de Oz, quien proclamaba el estandarte del cambio "Por el Bien Mayor". Albus todava recordaba con cierto escalofro el momento en que la figura de Grindelwald se haba hecho visible a travs del Portal del Templo. Icarus Primus haba estado muy cerca de cumplir su misin y de revivir a Grindelwald. Albus se preguntaba que hubiera pasado si l no hubiera logrado detenerlo. Habra revivido verdaderamente, en carne y hueso? Habra Grindelwald accedido a unirse a la Rebelin, y junto al Mago de Oz, liderar un cambio en la sociedad mgica? Albus no tena respuestas para todas esas preguntas. Pero ya no importaba. Porque con o sin Grindelwald, Potter estaba seguro de que el Mago no se detendra. Estaba en personas como su padre, o como l mismo, detenerlo. La pregunta era hasta dnde llegara la Rebelin? Iba el Mago detrs de Inglaterra, o era su plan mucho ms ambicioso? Albus saba que el Mago tena un infiltrado en el Departamento de Misterios de Inglaterra, y tambin de Italia, pues as haba logrado conseguir los Ojos del Cerbero para abrir el Templo. Entonces sera Italia tambin vctima de la Rebelin? Una nueva teora comenz a gestarse dentro de la mente del joven Potter, y mojando su pluma en el tintero, se dispuso a escribirle a su compaero de Slytherin. Malfoy, Puede que tengas razn en algn punto de tu carta, pero tambin creo que te equivocas. Y paso a explicarte por qu. Pienso que el Mago de Oz es mucho ms ambicioso de lo que pensamos. Creo que esto no se trata simplemente de Inglaterra. Alguien como l, y la gente que lo sigue, son personas brillantes y fanticas. Creen firmemente en la poltica de Grindelwald. Defienden fielmente al "Bien Mayor". No creo que se trate de algo que simplemente atae a Inglaterra. Creo que es algo mucho ms grande. Desde ya podemos decir que incumbe a Italia, verdad? Sino cmo es posible que haya logrado conseguir el Ojo que estaba bajo custodio del Ministerio Italiano? Gente de Italia trabaja para l. Y tambin gente de Grecia. Cuando Primus nos Transport a James y a m, un tipo griego nos estaba esperando en Tanaerum. A lo cual, yo me pregunto lo siguiente: cmo consigue un solo hombre abrirse semejante camino en las sombras, conseguir tanto seguidores, sin levantar sospechas, sin que nadie lo descubra? Y entonces llego a la siguiente conclusin: no est solo. Y no hablo de sus seguidores. Hablo de "Pares". Gente cmo l, a su misma altura. Gente que tambin ha estado trabajando desde las sombras sin ser descubiertos. T dijiste en la carta que mi padre estaba demasiado ocupado con el Mago de Oz como para volver a pensar en los Guardianes Negros. Pero Cul es la probabilidad de que dos sociedades secretas de magia negra coexistan al mismo tiempo, con un mismo objetivo, sin saber la una de la otra y sin querer destruirse una a la otra? Seguramente,

las probabilidades sean nulas. Tiene que haber algo ms detrs de todo esto, algo que se nos est escapando... algo que debemos investigar. Quin es el Mago de Oz? De dnde viene? Existe una relacin entre l y los Guardianes? Y si existe... cul es? Crees posible que el Mago de Oz sea un Guardan Negro? Ahora s quiero ver cmo consigues ahora refutar esta teora, Malfoy. Saludos, Potter. Albus termin de escribir la carta, la dobl y la at a la pata de la lechuza de Scorpius. Esper a que sta levantara vuelo y abandonara su habitacin, y entonces, se acost en su cama y cay profundamente dormido.

Albus! Despierta! grit Lily, golpeando la puerta de su cuarto. Albus prcticamente salt de su cama, tomado por sorpresa. Lily! Qu quieres? pregunt Potter exasperado, mientras que se cubra la cabeza con la almohada para no escuchar los golpes de su hermana. Que te levantes, haragn! Hay que terminar de ordenar todo antes de irnos! le dijo la pelirroja, y sin preguntar, abri la puerta. Tienes esa psima costumbre de entrar a mi dormitorio sin golpear le critic Albus, pero no pudo evitar sonrer mientras que lo deca. Lily siempre le sacaba una sonrisa. Pero si golpee! Pero yo nunca te dije que podas entrar. Tampoco dijiste que no poda insisti Lily, y comenz a caminar hacia el escritorio de su hermano. Repentinamente, Albus vio que la nia sostena la carta que Scorpius le haba enviado la noche anterior. Qu es esto? pregunt ella, curiosa, dispuesta a comenzar a leerla. Aterrado, Albus salt de la cama y se sac la carta con un movimiento rpido, propio de un buscador. Por Merln! Eres muy entrometida, Lily! Oh! Es una carta de amor! De tu novia! comenz a rerse ella. Albus no pudo evitar sonrojarse. Claro que no, Lily, no seas tonta. No tengo novia desminti l, girando para que ella no pudiera verla.

Ni siquiera esa amiga tuya que vino el verano pasado a casa? insisti Lily. De quin hablas? De Hedda, tontito! Lily, por favor! Escucha las cosas que dices. Cmo voy a estar de novio con Hedda? se ri Albus, sin poder evitarlo. Qu tiene de malo? A mi me pareci una chica bonita un poco rara y algo callada, pero me pareci buena chica sugiri ella. Albus volvi a rer. Pues no digo que Hedda sea fea ni nada por el estilo simplemente que es mi amiga aclar l. Lily lo mir serio, y se cruz de brazos, como si desconfiara de su palabra. Pues mejor as susurr ella, clavando su mirada en l. Pero no era que te pareca linda y buena? le pregunt Albus, sin comprenderla. Lily gir a mirar sobre su hombro hacia la puerta, como si quisiera asegurarse que nadie estaba cerca para escuchar lo que iba a decir. S, me parece todo eso pero creo que si a ti te gustara entonces habra un conflicto de intereses le explic Lily. Con quin? Con James, tonto! Es que hay que explicarles todo a ustedes los hombres? se exasper ella. Albus nuevamente, ri sin poder contenerse hasta las lgrimas. Y qu es lo que te causa tanta gracia? Que esos dos se odian, Lily! Ya lo vers cuando entres a Hogwarts este ao le explic Albus, despienndole el cabello. Lily, buf, ofendida porque su hermano se riera de su comentario. Pues entonces, dime, de quin es la carta? De Scorpius respondi sin pensar Albus. Malfoy? quiso cerciorarse Lily. Conoces algn otro Scorpius? se burl Potter, mientras que guardaba la carta en el cajn mgico de su escritorio. No espera! Quiso frenarlo su hermana. Quiero leerla! Estas loca! y sin hacerle caso, abri el cajn con su varita y meti la carta dentro, donde haba guardado toda la correspondencia del verano. Cerr el cajn nuevamente con su varita, y mir a Lily con una expresin burlona que saba que le molestara.

La pequea pelirroja le dedic una breve mirada de odio, y luego, haciendo un gran ruido con sus pisadas, sali del dormitorio. Y a sta que le pasa? dijo la voz de James Potter desde el umbral de la puerta, con una sonrisa de lado. Albus se encogi de hombros restndole importancia. Ser terrible en Hogwarts, no crees? coment Albus, mientras que se vesta para bajar a desayunar. James chasque la lengua. Vamos, qu puede ser peor que nosotros dos? brome el mayor de los Potter, y con un guio, se despidi y continu su camino escaleras abajo. Albus sacudi su melena negra, en gesto de resignacin, y sigui a James hacia la planta baja. En la cocina, Ginny Potter se encontraba inmersa en la lectura de "El Profeta". Luca una expresin seria y analtica. Los hermanos Potter haban aprendido a que no deban interrumpirla cuando ella se encontraba analizando el diario. Desde que haba dejado el Quidditch, Ginny se dedicaba a supervisar la edicin de El Profeta. Ahora, chequeaba que el diario del domingo estuviera tal como ella haba dicho. Apenas los vio entrar, Ginny dej el diario a un lado y les sonri. Albus pudo leer en la mirada de su madre la emocin. Listos para viajar? les record su madre, radiante. Estoy listo hace una semana! coment James, mientras que se serva un vaso de jugo de naranja y tomaba una caja de cereales de la alacena. Haca una semana, Harry Potter haba enviado una carta, donde les deca que ya tena todo arreglado para que tanto Ginny como los chicos pudieran viajar a Per, y poder presenciar en vivo la Final de Quidditch. Mam, t quin crees que llegar a la final? le pregunt Albus a su madre, interesado por conocer su respuesta. Cuando se trataba de predecir resultados, Ginny era siempre la persona correcta. Ella pareci meditarlo unos minutos, y entonces sonri. Definitivamente pienso que Per llegar nuevamente a la final coment ella. Y por ms que Alemania parece entusiasmada con el campeonato, dudo que pueda ganarle a Francia sentenci. A su lado, James gru y se apur a tragar los cereales para refutar la teora de su madre. Francia? Pero si los franceses juegan sin corazn critic James, enfadado. Yo creo que tienen un equipo muy slido. Buenos cazadores que saben jugar en equipo, Bateadores que ms que hombres parecen semigigantes, un guardin que atrapa hasta los tiros ms difciles, y una buscadora que no ha dejado escapar ni una snitch en todo el campeonato lo contradijo Albus. James volvi a bufar, he hizo un gesto con la mano como si quisiera desechar esa idea. Alemania es feroz, Albus. Se devora a sus contrincantes. Es una mquina insisti James. Lily, que hasta entonces haba permanecido en silencio, pasando prcticamente

desapercibida por sus hermanos, solt una risita. Y t de qu te res si ni siquiera te animas a subirte a una escoba? T no quieres que gane Francia porque es el equipo de Hedda ri nuevamente Lily. Te molest el Howler que te envi cuando Francia nos derrot, y ahora quieres devolverle con lo mismo cuando Francia pierda continu explicando. Enana, no tienes idea de lo que ests diciendo. No quiero que gane Francia porque me parecen un montn de niitos de mam subidos a escobas ms caras que sus propias casas neg James. Envidioso sigui pelendolo Lily, divertida. La envidiosa eres t, Lily. Once aos y todava no te animas a volar dijo James, fingiendo pena, mientras que le acariciaba burlonamente el cabello. Cllate! se enoj Lily. Miedosa sigui molestndola James. Envidioso le devolvi ella, aunque con menos seguridad que antes. Todos se reirn de ti en Hogwarts cuando hagas un papeln en tu primera clase de Vuelo volvi a atacar James. Los ojos castaos de Lily se llenaron de lgrimas ante aquel comentario. Mam! estall la pequea finalmente. Ginny, quien haba vuelto a la lectura del diario, suspir al escuchar la discusin. Aquel tipo de peleas entre Lily y James eran cosa de todos los das. James, por alguna extraa razn, disfrutaba de molestar a Lily, y sta, incapaz de quedarse callada, le segua la pelea hasta que finalmente, derrotada por su hermano, recurra a su madre entre lgrimas. James! lo ret Ginny, sin levantar los ojos del diario. Yo no he dicho nada malo, mam! T siempre dices que no hay nada de malo en los nios que no saben volar, verdad? la jug inteligentemente el mayor de los Potter. Ginevra levant los ojos por sobre el borde del diario, y le lanz una mirada amenazante a su hijo. James, que saba lo que le convena, retorn inmediatamente a su desayuno. Partiremos en un par de horas, as que terminen de armar sus bolsos y djenlos junto a la puerta de la casa, entendido? les record Ginny. S, mam dijeron los tres al unsono, con voz montona, y levantndose de la mesa, subieron a sus dormitorios para terminar de armar el equipaje. Dos horas ms tarde, todos estaban casi listos, con lo ltimos preparativos para salir. La ms nerviosa sin duda era Ginny, quien repasaba una y otra vez una lista mental sobre las cosas que no deba olvidarse.

Finalmente, subieron todas las valijas al auto, y ya estaban todos dentro del mismo, listos para partir, cuando Ginny record algo. Oh, casi le olvido! exclam, llevndose una mano a la frente-. Albus o James, alguno puede ir a la oficina de su padre y buscar de su biblioteca su agenda mgica que se la olvid y me pidi que la llevara? No voy! se apur a cantar James. Bufando, Albus baj del auto y volvi a entrar a la casa. Entr a la oficina de su padre, ubicada en la planta baja de la casa. Todo estaba tal cual como su padre lo haba dejado unas semanas atrs. Busc en la biblioteca la agenda, pero no la encontr. Apurado, recorri toda la habitacin con la mirada, y entonces, vio el mueble ubicado detrs del escritorio de su padre, que posea dos puertas de madera, y debajo de las mismas, varios cajones. Albus camin hacia el mueble, y abri las puertas del mismo, revelando una serie de estantes donde yacan varios frascos de pociones, algunos libros ms, y una especie de cliz que llam su atencin. Recordaba vagamente aquella copa inmensa, hecha de oro macizo, en cuyo interior pareca fluir una especie de humo lquido, grisceo y brillante. La haba visto pocas veces y en ocasiones en las cuales haba irrumpido sorpresivamente en la oficina de su padre. Casi siempre, Harry Potter se encontraba sentado en su escritorio, con el cliz frente a l, y la mirada perdida en el lquido de aspecto gaseoso que yaca en su interior. Una vez, Albus se haba animado a preguntar al respecto. Su padre le haba sonredo de esa manera protectora tan suya, y le haba dicho que todava era muy pequeo para entenderlo, pero que algn da se lo explicara. Pero nunca lo haba hecho, y en ese momento, de pie frente al cliz, Albus se sinti tentado de tocar la superficie de aquel humo gris. Extendi su mano, inseguro, pero justo cuando sus dedos estuvieron a punto de tocar la superficie del cliz, su madre toc de manera estridente la bocina del coche. Sobresaltado, sintindose como si lo hubieran atrapado in fraganti, Albus decidi dejar para otro momento al cliz, y buscando en los cajones que haba debajo de las puertas, encontr finalmente la agenda. Corri de regreso al auto, y mientras que se sentaba en el asiento trasero, listo para emprender el viaje a Per, se prometi que a la vuelta investigara ms al respecto del cliz de su padre. Captulo 5: Waman Ruka Per era increble. Albus no poda dejar de maravillarse con todo lo que vea. Era otro mundo, completamente diferente al europeo, y sin embargo, igual de apasionante.

La gente era diferente. Todo era distinto. El encontrarse en otro pas, con una cultura completamente nueva, con otro idioma y otras costumbres, as como otra magia, lo anonadaba. Deseoso de conocer ms, Albus se haba comprado un libro sobre la historia de la magia en Per. As supo que tiempo atrs, en pocas previas a la llegada de los europeos, haba habitado aquellas tierras un pueblo conocido como los Incas. Su imperio se extenda mucho ms all de Per, alcanzando gran parte de Amrica del Sur. Potter no poda dejar de sorprenderse al comprobar que la magia haba poblado la historia de todos los pases. Los Incas eran una de las pocas sociedades antiguas en las cuales los magos y los muggles convivan pacficamente, colaborando unos con otros. Se trataba de una sociedad sumamente organizada y jerarquizada. As, los muggles se encargaban de labrar la tierra, criar a los animales y construir las casas. Los magos, en cambio, protegan al pueblo con su magia. Conocidos ms comnmente como chamanes, los magos de aquella poca, cuidaban las cosechas, sanaban a los enfermos con sus pociones y se conectaban con el alma de la tierra, a quien ellos llamaban Pachamama. Eran personas espirituales, conectadas con la naturaleza; eran brujos pacficos. Sin embargo, cuando sus poderes se requeran para la guerra, ellos aceptaban su responsabilidad. A fin de cuentas, Albus entrevea en aquellas palabras que el verdadero poder recaa sobre los magos. Pero entonces, cmo era posible que una sociedad tan perfecta como la de "Los Hijos del Sol" hubiera cado bajo el poder de los europeos? Albus no poda siquiera imaginarse cmo era posible que Pizarro hubiera conquistado Amrica del Sur si los Incas contaban con el apoyo de sus brujos. Estaba sumergido en este pensamiento cuando su padre toc a la puerta del dormitorio que comparta con su hermano, en una pequea casa que haban alquilado en Cuzco mientras esperaban a la gran final. Tal como Ginny haba predicho, Per y Francia eran los finalistas, que se disputaran la copa esa misma noche. Adelante dijo James, cerrando rpidamente el cuaderno sobre el cual haba estado escribiendo hasta ese momento. Estn listos? pregunt Harry, sonriendo cmplicemente desde el marco de la puerta entreabierta. Ya nos vamos? pregunt Albus, emocionado, cerrando tambin su libro. S Ya no puedo esperar aqu les confes Harry, quien se encontraba igual de ansioso que sus hijos. Inmediatamente los dos se levantaron de sus camas, tomaron sus camperas para enfrentar el invierno que ruga afuera y salieron de la habitacin. Esperando en la puerta ya se encontraba Ginny, con Lily de la mano. De todos, la pequea era la menos entusiasmada con el partido.

Apenas haba salido de la casa cuando Albus sinti que algo le quemaba en el cuello, y record su pieza del Medalln, artefacto mgico que lo comunicaba con sus cinco mejores amigos y con su hermano James. Ya estoy en el Estadio. Es increble! H. Ley el mensaje que su amiga Hedda le haba enviado y sonri. Tal como su to Jaques se lo haba prometido, all estaba tambin Hedda, lista para ver la gran final de la nacin que ella haba adoptado como propia: Francia. Ansioso, Albus esperaba poder encontrrsela, aunque lo crea imposible debido a la enorme cantidad de gente que asistira al evento. El Estadio de Quidditch haba sido construido en las afueras de Cuzco, lejos de los muggles. Por lo tanto, todos los Potter tuvieron que subirse a un auto que Harry haba alquilado, y conducir por una ruta que los alejaba de Cuzco y los introduca en una oscuridad impenetrable. Luego de cuarenta kilmetros completamente desrticos, Harry dobl por una calle de tierra que se desviaba de la ruta e introduca en un bosque. Albus supuso que el bosque era simplemente una pantalla para esconder el campo de quidditch y a los miles de brujos que se agruparan a su alrededor. Luego de conducir otros cinco kilmetros, finalmente pudieron divisar el inmenso Estadio que el Gobierno de Per haba construido para la ocasin. Cientos de personas se agolpaban en las entradas del lugar, esperando a que finalmente las puertas se abrieran al pblico. Albus poda ver y escuchar gente hablando cientos de idiomas diferentes, sosteniendo en alto las banderas de Per y de Francia, algunos cantando canciones o himnos nacionales. Era algo emocionante, capaz de erizar el vello de la nuca. Sganme orden Harry, luego de estacionar el auto y que todos bajaran del mismo. Los gui entre la gente, esquivando personas, para llegar finalmente a una puerta lateral, donde varios brujos uniformados con tnicas verdes las custodiaban. Seor, tiene sus entradas? le pregunt uno de los hombres uniformados, de manera respetuosa. Harry sac las cinco entradas de ubicacin preferente que haba conseguido para aquel evento, y que los habilitaba a entrar en el campo antes que la mayora de los espectadores. El hombre control las entradas y luego, con un gesto de afirmacin, los dej pasar. Que disfruten del partido les dese, con un esbozo de sonrisa. Albus ya haba estado en una final de Quidditch, el campeonato anterior. En aquel entonces slo tena nueve aos, y recordaba muy poco. Se haba realizado en Espaa y haban viajado slo l y su hermano, junto con su padre. Ginny se haba quedado con

Lily en casa, ya que para aquella poca la hermana de Albus era demasiado pequea para ir a un evento tan multitudinario. Pero Albus todava recordaba la emocin que se viva dentro del Estadio, los gritos y silbidos, las banderas, la gente alentando a sus pases. Y los equipos formados por los mejores jugadores del mundo sobrevolando el campo. Las bludgers que a veces pasaban tan cerca de la gente que podan llegar a golpearla. La adrenalina de ver a los buscadores compitiendo, cabeza a cabeza, para atrapar la pequea y escurridiza snitch. Y la expresin de gloria en el rostro de los jugadores mientras que sostenan en alto la Copa. Y sin embargo, apenas entr en el Campo y lo pudo apreciar completamente vaco, con slo algunos de los lugares ms privilegiados ocupados por las figuras ms importantes del mundo, se sinti abrumado por la realidad. All estaba l, viendo a los finalistas debatirse por la mayor gloria que un jugador de Quidditch poda desear: ganar un Campeonato Mundial. Seor Potter! lo llam repentinamente una voz masculina con un extrao acento. Se trataba de un hombre que deba de estar rozando los setenta. Tena la tez oscura, el cabello largo atado en una trenza, y grandes ojos grises que resaltaban entre tanta oscuridad. Haba una expresin pacfica en su mirada que inspiraba paz a quien quiera que lo viese. Era algo sobrenatural, algo mgico. Presidente Ruka! le devolvi el saludo Potter, cuando estuvo cerca del hombre. Harry le extendi una mano amistosa, pero el hombre en cambio lo envolvi en un fuerte abrazo, como si se conocieran desde haca tiempo. Como si se tratara de un viejo amigo a quien haca tiempo que no se encontraba. Me alegro de que hayas podido venir con toda tu familia, Harry le confes Ruka, el Presidente de Per. Le presento a mi esposa, Ginevra indic Harry, sealando a Ginny. sta dio un paso al frente y salud con un beso en la mejilla al hombre, quien tambin le dedic un breve y cordial abrazo. Mi nombre es Hakan Ruka. Un placer conocerla, seora Potter. Su esposo me ha hablado maravillas de usted. Me dijo que es una excelente jugadora de Quidditch coment Ruka, dedicndole una sonrisa afable. Ginny se sonroj levemente. Sola ser bastante buena susurr por lo bajo, humildemente. Era la mejor Cazadora de Inglaterra insisti Harry, mirndola como un nio enamorado. Entonces tendr que pedirles que se sienten cerca de m y me comenten el partido. Tengo que confesar que nunca fui muy bueno sobre la escoba les dijo el Presidente, mientras que les indicaba la fila de asientos junto a l.

Un muchacho de la edad James, o apenas mayor, se encontraba sentado all. Albus crey que se trataba de una versin cincuenta aos ms joven del Presidente Ruka. Tena la misma tez oscura y los mismos ojos grises, inmensos y hechizantes. ste es mi nieto, Waman Ruka lo present Hakan, y su pecho pareci inflarse de orgullo. Un placer conocerlos dijo Waman a Albus, James y Lily, con una inclinacin respetuosa de cabeza. Al igual que su abuelo, manejaba un ingls muy correcto, pero con un acento peculiar. Mi nombre es Albus Potter se present ste, estrechando la mano de Waman. Yo soy James, el mayor dijo inmediatamente James, sonriendo de manera carismtica. Waman le devolvi la sonrisa. Lily Luna Potter se present la ms pequea, adelantndose y extendiendo la mano para que Waman la estrechara. ste alz las cejas, sorprendido con lo desenvuelta que era la menor de los hermanos, y estrech su mano extendida aguantando la risa. Waman les hizo un gesto con la mano invitndolos a sentarse en los asientos que haba libres junto a l. Albus ocup el lugar inmediatamente junto al muchacho nuevo. Sus asientos eran verdaderamente privilegiados. Desde all podra apreciar el enfrentamiento mejor que cualquier otro espectador. Sin duda, se trataba de lugares muy especiales, reservados para "gente importante". As que, cmo se siente ser el hijo de Harry Potter? le pregunt repentinamente Waman, con una sonrisa que invitaba al dilogo. Cmo se siente ser el nieto del Presidente? le retruc Albus, devolvindole una sonrisa de lado, astuta. Waman solt una risa suave y grave. Es odioso confes el peruano, poniendo los ojos en blanco. Bueno, ya tenemos algo en comn coincidi Potter. Todo el mundo espera de m que sea como l No quiero ni imaginarme cmo debe de haber sido para mi padre agreg Waman, con una sonrisa resignada. Albus asinti en silencio, sintindose ms conectado con aquel muchacho de rasgos aborgenes que con cualquier persona en toda su vida. Cuntos aos tienes, Waman? quiso saber Albus. Quince. T? devolvi la pregunta. Cumplo trece en Agosto le respondi Albus. Waman alz sus cejas, revelando sorpresa.

Pareces ms grande confes Waman. Mir atentamente a Albus durante algunos minutos y luego agreg: Es por tu mirada. Qu tiene mi mirada? inquiri Potter. No tienes la mirada de un nio. Tienes la mirada de una persona adulta. Como si cargaras con demasiadas cosas respondi pensativamente el muchacho. Albus alz una ceja, inquisitivamente. Y deduces todo eso por mi mirada? Te sorprendera todo lo que puedes aprender de una persona slo por su mirada replic Waman. Alrededor de ellos, los asientos comenzaban a ocuparse. El Estadio se encontraba cada vez ms lleno, y el partido no tardara en comenzar. Te gusta el Quidditch? le pregunt Albus, tratando de cambiar de tema. Waman volvi a rer con esa risa suave y llena de paz. Por un instante, aquel sonido tan hechizante le record a su amiga Hedda cuando cantaba. Lo preguntas en serio? Adoro el Quidditch! Juego de Cazador para mi equipo en el Instituto de Salem respondi Waman. Salem? Eso no queda en Estados Unidos? pregunt Albus, sorprendido. Waman asinti con la cabeza. Mi padre viajaba mucho cuando yo era pequeo, y mi madre y yo lo acompabamos. La mayor parte del tiempo se la pasaba en Estados Unidos, as que cuando llegu a los once aos, Salem era la escuela ms cercana que tena le explic Waman. Y hay escuelas aqu en Amrica adems de Salem? pregunt en su ignorancia Potter. Claro que s! Est la Escuela de Magia del Ro de la Plata, en Argentina el Instituto Maracaibo, en Venezuela y la Escuela de Brujera de Tecnochtitln, en Mxico. Vaya De todas formas, el mejor Quidditch est en Salem brome Waman. Y t juegas bien? brome Albus. Soy el mejor. Sueo con terminar mis estudios y dedicarme profesionalmente al Quidditch confes Waman. Talvez compitas contra mi hermano, porque suea con lo mismo ri Albus. Waman torci una sonrisa triste.

No lo creo dudo que algn da pueda jugar al Quidditch profesional neg ste. No acabas de decirme que eres el mejor? No es por m Es mi familia dijo en voz baja el muchacho. Ellos te lo prohben? inquiri Albus. Waman neg suavemente con la cabeza. No exactamente Es difcil de entender, pero podra decirse que simplemente no es mi destino trat de explicarse el muchacho peruano. Albus supo interpretar que no deba seguir insistiendo al respecto, y guard silencio. Minutos ms tarde, las tribunas del Estadio se encontraban repletas. La gente gritaba a pleno pulmn los nombres de los jugadores de Per y de Francia. La adrenalina se respiraba en el aire. Y entonces, una voz se escuch amplificada por todo el lugar, anunciando el comienzo de la gran final. Con aplausos, silbidos y cnticos, los latinoamericanos recibieron al ltimo campen mundial, Per. El equipo peruano luca brillantes uniformes rojos, sobre los cuales se encontraban grabados en la espalda, con letras blancas, los nombres de los jugadores. Albus tuvo que reconocer que se trataba de un buen equipo. Incluso mientras sobrevolaban el campo a modo de reconocimiento del terreno, lo hacan con mucha gracia y habilidad. La gente pareca apoyar incondicionalmente a Per, pues lo gritos y las banderas rojas y blancas se venan por todas partes en las gradas. Pero entonces, el equipo francs hizo su entrada, y Albus se sorprendi al ver la cantidad de gente que apoyaba a la elegante Francia. Para no generar confusiones, el equipo francs luca uniformes azules, con los nombres tambin escritos en blanco. Quin crees que ganar? le pregunt repentinamente Waman, inclinado hacia delante, con la mirada fija en los jugadores, como si se tratara de un halcn midiendo a sus presas. No te ofendas, pero yo creo que este ao ganar Francia confes Albus, buscando sus binoculares en un bolsillo para poder mirar ms de cerca el partido. Ya veremos, Potter brome Waman, mientras lo imitaba y sacaba sus propios binoculares. Tal como haban anunciado los mejores crticos del deporte, aquel result ser uno de los partidos ms emocionantes que Albus hubiera presenciado en su vida. Por un lado, estaba Per, un equipo que tena un juego limpio, rpido e impredecible. Y por el otro lado, estaba Francia, pas que haba llegado incontables veces a las instancias de semifinalistas, y cuyos jugadores se caracterizaban por sus habilidosas estrategias de juego, su organizacin y su destreza. Sin embargo, Albus apostaba al juego de Francia.

Tras tres excitantes horas, Potter demostr estar en lo correcto cuando la imbatible buscadora de Francia se tir literalmente de su escoba para atrapar la snitch a tres metros del suelo. Todo el Estadio se sumi en un abrumante silencio cuando Danielle Delacroix se desplom en el suelo, quedndose quieta durante varios segundos, que parecieron horas. Y entonces, incorporndose de manera trabajosa, con la nariz sangrando y las rodillas cortadas, Delacroix alz la mano derecha, donde sostena firmemente apretada la snitch dorada. Y toda la aficin francesa estall en gritos y alabanzas. A su lado, Waman Ruka solt un suspiro de resignacin, y luego sonri. Tenas razn al apostar por Francia, Potter dijo, dirigindole una mirada amistosa. Albus se encogi de hombros. Fue suerte Per podra haber ganado tranquilamente respondi educadamente Potter. Lo dice slo para que yo no me sienta mal. Es verdad acept Albus. Y ambos rieron. Ha sido un placer conocerte, Albus Potter. Espero que volvamos a vernos algn da confes sinceramente Waman, extendindole una mano. Albus la estrech agradecido. Lo mismo digo, Waman Ruka. Y ojala que el destino te deje perseguir tu sueo le dese Potter. Waman le sonri, y con una inclinacin de cabeza se despidieron para reunirse con sus respectivas familias. Albus no supo definir qu era lo que le haba agradado tanto de Waman Ruka. Talvez fuera el hecho de que, en cierta forma, los dos vivan bajo la sombra de grandes personas, grandes magos. O que, talvez, se esperaba de ambos que hicieran grandes cosas. Talvez fuera porque los dos deseaban ser diferentes, ser reconocidos por s mismos y no por los logros de sus padres o abuelos. Pero lo cierto era que Albus verdaderamente esperaba que la vida volviera a cruzar sus caminos alguna vez. Nunca se hubiera imaginado lo que el destino tena planeado para ellos dos.

No poda dormirse. Era una de las ltimas noches en Per, y Albus se senta inquieto, sin sueo. Se haba enamorado de Cuzco, de su rica cultura, de su gente, de su magia. Y deseaba poder quedarse algunos das ms para terminar de desvelar algunas preguntas que todava le rondaban la cabeza. Inquieto, decidi finalmente levantarse de la cama e ir a la cocina a buscar un vaso de agua. Al entrar en la misma, se encontr con que Harry Potter tambin se haba desvelado. Su padre estaba sentado en una de las sillas, con una cerveza de manteca en la mano y una expresin ausente, pensativa.

Pap? lo llam Albus. Harry se sacudi los pensamientos y se enderez en la silla al escuchar a su hijo. Albus! Qu haces despierto a esta hora? le pregunt su padre, mientras que arrimaba una de las sillas para que su hijo pudiera sentarse junto a l. No poda dormirme le confes su hijo, mientras se sentaba frente a l. Harry bebi un sorbo de la cerveza y la apoy en la mesa. Quieres contarme qu es lo que te tiene inquieto? le pregunt amablemente. Albus vacil, pero la curiosidad termin por derrotarlo. He estado leyendo sobre los Incas desde que llegamos a Per comenz a explicarse. Su padre se acomod mejor, para prestarle atencin. Y hay algo que no termino de entender. A ver Dmelo y talvez yo puedo ayudarte sugiri Harry. Pues Segn lo que le, en la antigua sociedad inca, muggles y brujos convivan pacficamente, sin necesidad de que los ltimos tuvieran que esconderse Es verdad? pregunt Albus su primera duda. Harry se reclin sobre el respaldo de la silla, y bebi otro sorbo de la botella antes de responder. Es verdad Pero eran tiempos muy diferentes a los de ahora, Albus. Y la sociedad inca era muy distinta a las sociedades que t conoces hoy. Para ellos, la magia era algo "natural", algo que algunos hombres reciban como regalo de la Madre Tierra. Era un don, y al mismo tiempo, una responsabilidad le explic su padre, pacientemente. Entiendo acept Albus. Y tengo otra duda. Dispara le concedi Harry. Cmo puede ser que un montn de muggles con armas precarias hayan derrotado al Imperio Inca, cuando ellos contaban con magos de su parte? pregunt lo que ms le carcoma la mente. Harry se tom ms tiempo para responder esta pregunta, como si estuviera evaluando seriamente qu decir. Pues, no soy la persona ms indicada para responder esa pregunta, pues no se mucho al respecto Segn tengo entendido, los brujos incas, conocidos como Chamanes, eran esencialmente buenos, pacifistas. No crean en la guerra y la muerte como respuesta a los problemas Y cuando lleg Pizarro con todas sus ansias de conquista, pues Simplemente arras con ellos trat de explicarle de la mejor manera posible su padre. Albus, sin embargo, no pareca muy convencido con la respuesta. Me estas diciendo que los chamanes no usaron su magia para proteger a su pueblo? puso en duda la historia. Albus cuntos chamanes crees que haban en esa poca? Eran pocos. Y eran personas espirituales. No estaban preparados para luchar contra gente que vena

decidida a aniquilarlos. No estoy diciendo que no usaron magia Digo que no eran guerreros trat de hacerlo entender Harry. Albus asinti con la cabeza, aunque dentro de su mente, la historia no terminaba de convencerlo. Harry pudo notarlo, ya que unos segundos despus, agreg: Si quieres saber ms al respecto, te recomiendo que le preguntes a Waman, el muchacho que conociste ayer en la final de Quidditch sugiri Harry. Crees que l sepa algo? insisti Albus, con desconfianza. Harry sonri. Seguramente sepa algo Waman, al igual que su padre y su abuelo, son descendientes de chamanes incas le confes Harry con una mirada cmplice. Captulo 6: Tierra sagrada Gracias por invitarme, Albus dijo Waman, sentado frente a l, en la mesa de la cocina que los Potter haban alquilado provisoriamente en Cuzco. Gracias por aceptar venir, Waman le respondi Albus, sonriendo cmodamente. Por alguna extraa razn que Potter no saba explicar, se senta sumamente a gusto en presencia del joven mago descendiente de quechuas. Haban hecho una conexin amistosa aquella noche en el Estadio de Quidditch, y Albus no quera desaprovecharla. As, al da siguiente, le haba escrito una carta, invitndolo a tomar el t a su casa y conversar un rato. Y Waman haba aceptado gustoso. Y cundo regresas a Londres? pregunt Waman, mientras que tomaba una de las galletas que haba hecho la madre de Albus para la ocasin y le daba un mordisco. Maana le respondi Potter, sin poder evitar sentirse afectado frente a aquella respuesta. Y la cara larga a qu se debe? se burl Waman. No estoy seguro de querer irme todava confes el muchacho ingls, frunciendo levemente el entrecejo. Cuzco es hechizante, no? le dijo su compaero, risueo. Una luz de orgullo pareci brillar en sus ojos grises, y Albus pudo leer en aquella mirada el amor que Waman tena por su tierra. Es que hay tanto de Per que todava no s! Y tengo esta especie de obsesin, en la que cuando algo se me mete en la cabeza, necesito descifrarlo le explic Potter, mientras que apoyaba los brazos sobre la mesa, inclinndose hacia Waman. As que por eso estoy aqu, eh? dedujo inteligentemente el muchacho de piel morena, sonriendo divertido.

En parte por esoacept Potter. Pero la mayor parte porque simplemente me caes bien agreg. Waman mene la cabeza, mientras que una risita se escapaba de sus labios. A ver En qu puedo ayudarte? acept el desafo. Vers Estuve leyendo sobre los Incas comenz a decir Albus. Waman se acomod mejor en la silla, para dedicarle toda su atencin. Y me qued bastante sorprendido al leer que los muggles y magos de aquella poca convivan pacficamente en el Imperio. As era coincidi Waman. Era otro pas en aquel entonces. Los magos y los muggles trabajan juntos para la grandeza de un Imperio. Algo sin precedentes, y algo que dudo que vuelva a suceder jams en ninguna sociedad. Pero entonces Cmo es que los espaoles los derrotaron? Es decir Estamos hablando de Pizarro, un simple muggle, enfrentndose contra el primer imperio que supo unir lo mgico con lo no mgico Albus dispar su primera y ms importante pregunta. Waman lo mir intensamente durante unos segundos y se llev una mano al mentn, como si meditara qu responder, o mejor dicho, cmo responder. Debes entender primero que los Chamanes no eran guerreros. S, podan pelear, pero eso no los converta en guerreros. Su magia, toda su existencia, era de carcter espiritual. Hablamos de hombres que vivan conectados con el mundo que los rodeaba, con la naturaleza, con la Madre Tierra, su adorada Pachamama No eran magos violentos, y se oponan a la guerra trat de explicarle Waman. Entonces no pelearon cuando Pizarro invadi Per sentenci apresuradamente Albus. Waman neg con la cabeza, indicndole que estaba equivocado. Nunca tuvieron la opcin de elegir. Cuando los espaoles llegaron a Amrica, el Imperio estaba en una de sus peores pocas Acababa de concluir una guerra interna entre los dos herederos al trono: Huascar y Atahualpa. Y finalmente, cuando Atahualpa logr la victoria, los espaoles llegaron a Per. El Emperador entr en pnico. Para l, aquellas armas desconocidas y letales que escupan fuego slo podan ser obra de magia. As que orden a todos los chamanes del imperio a ir a enfrentarse a Pizarro y sus hombres Solos. Una lucha entre iguales, as fue cmo lo llam el Emperador le aclar Waman, con cierto sarcasmo tiendo las ltimas palabras. Albus escuchaba en silencio, impactado por la historia. Los chamanes eran poderosos, pero como te dije, no eran guerreros. Y los hombres de Pizarro los superaban ampliamente. No est en la naturaleza de un chamn ser asesino Pero lamentablemente, en una guerra, es matar o morir. As que los envi solos a pelear contra Pizarro Y murieron todos? pregunt Albus, todava sin poder creer la historia. Waman sonri melanclicamente. No, unos pocos lograron sobrevivir y escapar. Tuvieron que adentrarse en la selva y esconderse

De Pizarro quiso cerciorarse Potter. Pero nuevamente, Waman neg con la cabeza. De Atahualpa. Volver a Cuzco hubiera sido considerado un deshonor, una desercin de la batalla. No, tuvieron que esconderse y esperar. Y sin los chamanes, el Emperador no tuvo otra opcin que utilizar al ejercito muggle para luchar dijo Albus, y esta vez su compaero asinti, dndole la razn. Muchos creen que si muggles y chamanes hubieran peleado juntos, habran tenido ms posibilidades de derrotar a Pizarro que por separado. Pero el Emperador confiaba en que l