babot 2007-paleoetnobotanica del cono sur-libre

Upload: felixhugozerpa

Post on 13-Oct-2015

12 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 5B. Marconetto, P. Babot y N. OliszewskiCompiladores

    PALEOETNOBOTNICADEL CONO SUR:

    Estudios de caso y propuestas metodolgicas

  • 4

  • 3PALEOETNOBOTNICADEL CONO SUR:

    Estudios de caso y propuestas metodolgicas

  • 6Lista de evaluadores

    Babot, Pilar - Instituto de Arqueologa yMuseo, Facultad de Ciencias Naturales eInstituto Miguel Lillo, UniversidadNacional de Tucumn -? ConsejoNacional de Investigaciones Cientficas yTcnicas.Instituto Superior de Estudios Sociales,Consejo Nacional de InvestigacionesCientficas y Tcnicas

    Bonnin, Mirta Museo de Antropologa,Facultad de Filosofa y Humanidades,Universidad Nacional de Crdoba -Consejo Nacional de InvestigacionesCientficas y Tcnicas.

    Chevalier, Alexandre - Dep. ofAnthropology, University of CaliforniaBerkeley, Berkeley, CA 94720-3710

    Del Puerto, Laura - Museo Nacional deHistoria Natural y Antropologa Ministerio de Educacin y Cultura delUruguay.

    Figini, Anbal - Laboratorio de Tritio yRadiocarbono, Facultad de CienciasNaturales y Museo, Universidad Nacionalde La Plata - Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas.

    Hocsman, Salomn - Instituto Superior deEstudios Sociales, Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas.

    Inda, Hugo - Investigador Independiente(Uruguay)

    Laguens, Andrs - Museo deAntropologa, Facultad de Filosofa yHumanidades, Universidad Nacional deCrdoba - Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas

    Marconetto, Mara Bernarda - Museo deAntropologa, Facultad de Filosofa yHumanidades, Universidad Nacional deCrdoba - Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas

    Oliszewski, Nurit - Instituto Superior deEstudios Sociales, Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas.

    Perez de Micou, Cecilia InstitutoNacional de Antropologa y PensamientoLatinoamericano - Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas.

    Pocchettino, Mara Lelia - Laboratorio deEtnobotnica y Botnica Aplicada,Facultad de Ciencias Naturales y Museo,Universidad Nacional de La Plata -Consejo Nacional de InvestigacionesCientficas y Tcnicas.

    Quiroga, Laura - Programa de Historia deAmerica Latina, Instituto de HistoriaArgentina y Americana Prof. EmilioRavignani, Facultad de Filosofia y Letras.Universidad de Buenos Aires - ConsejoNacional de Investigaciones Cientficas yTcnicas.

    Rodrguez, Mara Fernanda Instituto deBotnica Darwinion - Consejo Nacionalde Investigaciones Cientficas y Tcnicas.

    Scattolin, Mara Cristina - MuseoEtnogrfico, Facultad de Filosofa y Letras,Universidad de Buens Aires - ConsejoNacional de Investigaciones Cientficas yTcnicas.

    Solari, Mara Eugenia - Laboratorio deArqueobotnica e Historia Ambiental,Instituto de Ciencias Sociales, UniversidadAustral de Chile.

    Williams, Vernica - Instituto CienciasAntropologicas, Seccion Arqueologia,Facultad Filosofia y Letras, Universidad deBuenos Aires - Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas.

    Zaburlin, Mara Amalia -

  • 95

    * Instituto de Arqueologa y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e Instituto MiguelLillo, Universidad Nacional de Tucumn - Consejo Nacional de Investigaciones Cien-tficas y Tcnicas. [email protected]

    GRANOS DE ALMIDN EN CONTEXTOSARQUEOLGICOS: POSIBILIDADES Y PERSPECTIVAS

    A PARTIR DE CASOS DEL NOROESTE ARGENTINO

    Mara del Pilar Babot*

    RESUMEN

    En este trabajo se efecta una propuesta metodolgica para el anlisis de granos dealmidn en contextos arqueolgicos, en el marco de un enfoque que implica el estudiodel conjunto completo de microfsiles. Se describen y discuten protocolos para cadaetapa del proceso de anlisis. Por ltimo, a partir de la experiencia desarrollada encasos de estudio prehispnicos del Noroeste argentino, se efecta una evaluacin cr-tica de las posibilidades y perspectivas de la metodologa para la asignacin taxonmi-ca y anatmica en distintos casos, poniendo esto en relacin con el papel de los granosde almidn en la resolucin de diversos problemas de ndole arqueolgico, tales comola domesticacin vegetal y las cadenas de procesamiento de recursos tiles.

    PALABRAS CLAVE: granos de almidn, microfsiles, plantas tiles, domesticacinvegetal, rea Surandina

    ABSTRACT

    A methodological proposal for the starch grain analysis in archaeological contexts ismade within the framework of a broader approach that implies the whole microfossilassemblage study. Protocols for different analytical stages are described and discussed.Finally, a critic evaluation of possibilities and perspectives of starch grain methodologyfor taxonomic and anatomic appointments, is made on the base of study cases fromNorthwestern Argentina. Besides, starchs ability for the answering of several archaeo-logical questions, such as plant domestication and sequences of processing for usefulplants, is pointed out.

    KEYWORDS: starch grains, microfossils, useful plants, plant domestication, SouthAndean Area

    CAPITULO 5 PALEOETNOBOTNICA DEL CONO SUR: Estudios de caso ypropuestas metodolgicas.B. Marconetto, P. Babot y N. Oliszewski - Comp. 2007.

  • 96

    Inclusiones celulares (sustancias ergsticas)

    Granos de almidn Silicofitolitos Cristales de calcio Anillos de celulosa

    Partculas intercelulares y moldes de clulas completas Silicofitolitos rganos Granos de polen

    Esporas

    Mic

    rof

    sile

    s de

    ori

    gen

    vege

    tal

    Fragmentos de tejido

    Tejido deshidratado Microcarbones

    M. d

    e or

    igen

    an

    imal

    Partes de organismos Productos metablicos

    Espculas de esponjas Esferulitas de origen animal

    M. d

    e or

    igen

    pr

    otis

    ta

    Organismos completos o partes Frstulas de diatomeas Escamas y quistes de crisoficeas

    Tabla 1. Clases de microfsiles con valor arqueolgico.

    INTRODUCCIN

    Los microfsiles con valor arqueolgico

    En una definicin amplia (Brasier 1980, modificada por Coil et al. 2003:992) un microfsil es (...) cualquier sustancia biognica microscpica que seavulnerable a los procesos naturales de sedimentacin y erosin () indepen-dientemente de la manera en que se preserve o el tiempo transcurrido desde sumuerte. Diversas clases de micropartculas con valor arqueolgico son abar-cadas por este concepto (Babot 2004; Coil et al. 2003) (Tabla 1). Entre ellas, seencuentran los microrrestos botnicos que incluyen distintos tipos de partculasmicroscpicas de origen vegetal, tales como granos de almidn, silicofitolitos -cuerpos de slice hidratada opalina-, fitolitos de calcio o calcifitolitos -cristalesde oxalato, carbonato o fosfato clcico-, granos de polen y esporas. Estos cons-tituyen elementos con diferente origen anatmico y/o fisiolgico cuya produc-cin diferencial est controlada genticamente y cuyos atributos pueden po-seer valor taxonmico (Esau 1976; Loy 1994; Mulholland y Rapp 1992).

    En un sentido ms amplio, el anlisis de micropartculas incluye tam-bin, la observacin de otros elementos vegetales con un significado taxon-mico menor, tales como anillos de celulosa y fragmentos de tejido en estadocarbonizado o deshidratado. Asimismo, deben mencionarse, por un lado, res-tos de organismos protistas, tales como frstulas de diatomeas y escamas yquistes de crisoficeas y por otro lado, partculas de origen animal como esferu-litas de carbonato clcico y espculas de esponjas.

    Debido a sus caractersticas particulares de supervivencia a diferentesprocesos tafonmicos, a su estabilidad general como componentes de suelos,sedimentos y artefactos y a su valor taxonmico los microfsiles han sido utili-

    Babot, Mara del Pilar

  • 97

    zados sistemticamente desde la dcada de 1970 en el mbito de la Arqueolo-ga, como indicadores de la presencia de plantas an en lugares en donde no seha favorecido la preservacin de macrorrestos vegetales (Juan-Tresserras 1992;Loy 1994; Mulholland y Rapp 1992; Pearsall 2000; Piperno 1990; Radley 1943;etc.). Probablemente, la supervivencia diferencial de las distintas clases demicropartculas depende, por un lado, de su susceptibilidad al ataque de mi-croorganismos y, por el otro lado y en una medida importante, de una combi-nacin de su fragilidad, dureza y solubilidad. Estas propiedades se vinculandirectamente con la composicin inorgnica de la mayor parte de ellos -comoen el caso de los silicofitolitos, fitolitos de calcio y otros cuerpos de slice-, y/ocon su naturaleza cristalina o pseudocristalina -como en el caso de los cristalesde calcio y granos de almidn-.

    Los granos de almidn

    Los granos de almidn son constituyentes comunes de las clulas de lamayora de las plantas superiores y la manera principal en que stas almacenancarbohidratos. Tambin se encuentran en hongos, algas y otros organismos(Esau 1976; Radley 1943). El almidn est constituido por dos formas diferen-tes de la misma sustancia, los polmeros denominados amilosa y amilopectina,de las cuales depende el comportamiento fsico de los granos (Masterton et al.1991; Radley 1943). La primera es una sustancia soluble responsable de lacoloracin azul-violeta a negro con Lugol1 (I

    2-KI); mientras que la segunda, se

    comporta como una pasta viscosa y gelatinosa con agua, dando una reaccinque va de incolora, rosa, marrn y rojo-azulada a violeta luminoso (Fitt y Ma-ywald Zinder 1984; Radley 1943). Las molculas de ambas se disponen demanera ordenada y alternada conformando cada uno de los estratos de creci-miento, los cuales se suceden generando una estructura pseudocristalina (DeRobertis y Hib 1998).

    El almidn es insoluble en agua fra y en solventes orgnicos, lo cualfavorece su supervivencia; sin embargo, es propenso a disolverse en condicio-nes cidas, excepto que se encuentre protegido de la degradacin por tejidos,sellos bacterianos u otros elementos (Juan-Tresserras 1992; Radley 1943). Losgranos son higroscpicos, es decir, que poseen la capacidad de absorber aguafra e hincharse en un proceso reversible que tiene su contraparte en el encogi-miento por deshidratacin. Sin embargo, al ser calentados en un medio hme-do, en rangos de temperatura que dependen de la especie, gelatinizan irrever-siblemente, pudiendo incrementar varias veces su tamao original, perdiendola birrefringencia y, ocasionalmente, reventando y derramando su contenidoen el punto de solubilizacin -proceso de gelatinizacin- (Radley 1943). El al-midn constituye una de las principales fuentes alimenticias de hongos, bacte-rias y microfauna edfica, siendo sta una de las causas ms importantes de su

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 98

    degradacin -biodegradacin-. Est demostrado que los granos se preservanmejor en artefactos y sustancias adheridas que en suelos y sedimentos, en dn-de solo describen movimientos descendentes acotados (Therin 1994). Las va-riantes en las propiedades de estos ltimos -pH, temperatura, textura y conte-nido de humedad, entre otras- definen de una manera importante las posibili-dades de supervivencia en los contextos de depositacin (Haslam 2004).

    Las plantas producen dos clases de granos de almidn en el interior deplstidos, los que contienen almidn de reserva y los que llevan almidn transito-rio. Los granos que poseen el denominado almidn de reserva se depositangeneralmente en amiloplastos de semillas y el parnquima de rganos de alma-cenamiento especializados, tales como races carnosas, tubrculos, rizomas ybulbos. Tambin pueden formarse en frutos maduros y en el parnquima-escle-rnquima de los tejidos vasculares secundarios de tallos y races, y desarrollarsedentro de cloroamiloplastos. Almacenan energa para situaciones de stress y lagerminacin.

    El almidn de reserva es el que posee valor arqueolgico ya que se pro-duce en abundancia, frecuentemente, en tamaos mayores que el almidntransitorio -tpicamente entre 1 y 100 m- y bajo un considerable controlgentico. Esto ltimo se manifiesta en la presencia de atributos con significadotaxonmico entre los que pueden mencionarse: anisotropa ptica y doble re-fraccin o birrefringencia que ocasiona la formacin de una cruz de extincinnegra -tambin denominada cruz de Malta o cruz de Maltesse- al ser observa-dos con analizador2, tendencias morfolgicas y dimensionales, presentacin dehilo, lamella y fisuras, ordenamiento como partculas simples o compuestas,etc. (Figura 1).

    Figura 1. Atributos de los granos de almidn. Granos de almidn simples y compuestos-dobles- de semilla de Phaseolus vulgaris var. vulgaris. Las imgenes corresponden avistas con luz normal (a) y polarizada (b). Referencias: a) ramas o brazos de la cruz deextincin, b) hilo, c) lamella, d) contorno, e) extremo o terminacin, f) fisuras tpicasdel grano inalterado, g) granula en un grano compuesto. Escala: 20 m.

    Babot, Mara del Pilar

  • 99

    Por su parte, los granos que contienen almidn transitorio o almi-dn de asimilacin se acumulan en cloroamiloplastos de hojas, tallos verdes,puntos de crecimiento, frutos inmaduros, capullos de flores, granos de polen ytejidos secretores pero, a diferencia del almidn de reserva, carecen de propie-dades diagnsticas. Varan entre 0,2 y 7 m y, generalmente, son discoidales.Esta clase de almidn, que constituye una fuente transitoria de energa, seproduce durante la fotosntesis y en la noche se hidroliza y distribuye haciaotros tejidos (Fredriksson 1998; Juan-Tresserras 1992; Manners 1968; Shan-non y Garwood 1984; Sterling 1968). Constituye la materia prima a partir de lacual se resintetiza el almidn de reserva en los amiloplastos.

    Como ocurre con las restantes clases de microfsiles, en el estudio degranos de almidn deben tenerse en cuenta dos fenmenos vinculados con suproduccin que limitan las potencialidades de filiacin taxonmica y anatmi-ca de los mismos: la multiplicidad y la redundancia. El primero de ellos se refierea que una misma planta puede producir diferentes clases morfolgicas de unadeterminada micropartcula aunque, en el caso de lo granos de almidn, elconjunto de formas es reducido y reconocible en su asociacin. La redundan-cia hace mencin a la posibilidad de que diferentes taxones puedan producirmorfologas idnticas o similares de una misma clase de micropartcula (Boydet al. 1998; Pearsall 2000). En efecto, ciertas formas y tamaos de granos dealmidn son tan frecuentes en distintas plantas que su valor taxonmico oanatmico es nulo en un anlisis de partcula por partcula; sin embargo, susignificado se potencia cuando son estudiados en conjunto con otras formasms diagnsticas.

    Las aplicaciones de los granos de almidn en problemticas de ndolenetamente arqueolgica son muy diversas: a) las caractersticas y cronologasde la domesticacin vegetal (Babot 2004, 2005b; Hocsman et al. 2003; Iriarteet al. 2001; Oliszewski y Babot 2005; Pearsall et al. 2004; Perry 2004; Piperno etal. 2000; Ugent et al. 1981, 1982, 1984, 1985, 1987); b) la asignacin funcionalde artefactos, la organizacin de las prcticas sociales y cuestiones relevantes ala dieta (Babot 2001a, 2004, 2005b; Babot y Apella 2003; Babot et al. 2005,2006; Fullagar y Field 1997; Haslam 2003; Iriarte et al. 2001; Kealhofer et al.1999; Loy 1994; Loy et al. 1992; Pearsall 2003; Pearsall et al. 2004; Perry 2004;Piperno y Holst 1998; Piperno et al. 2000; Therin 1994); c) las secuencias deprocesamiento de alimentos (Babot 2001a, 2004; Babot y Apella 2003; Checaet al. 1999; Juan-Tresserras 1992, 1998); d) la presencia y/o utilizacin de vege-tales en estudios de uso del espacio y reas de actividad incluyendo mbitosproductivos (Korstanje 2005); e) los cambios vegetacionales ligados a la ac-cin antrpica (Boyd et al. 1998), f) el estudio de procedencia y circulacin debienes y conocimientos y g) la identificacin de macrorrestos vegetales de dif-cil asignacin (Cortella y Pochettino 1994; Oliszewski y Babot 2005; Pochetti-no y Scattoln 1991; Ugent et al. 1981, 1982, 1984, 1985, 1987); entre otros.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 100

    Asimismo, desde una mirada arqueolgica, se han desarrollado investigacio-nes de base para: h) facilitar la identificacin taxonmica y anatmica (Babot2004, 2005a; Babot et al. 2003; Cortella y Pochettino 1990, 1995; Korstanje yBabot 2007; Pearsall 2000; Piperno y Holst 1998); i) evaluar las posibilidadesde contaminacin de las muestras (Barton et al. 1998; Haslam 2006); j) con-trolar los aspectos tafonmicos pre y postepositacionales que afectan su super-vivencia (Babot 2003, 2004, 2005c; Babot y Bru 2005; Checa et al. 1999; Has-lam 2004; Juan-Tresserras 1992, 1998; Korstanje 2003; Lu 2003; Therin 1994)y k) evaluar protocolos de anlisis (Babot 2001b, 2004; Coil et al. 2003; Loy1994; Perry 2004; Torrence et al. 2004), entre otros. Este listado es meramenteejemplificador de la riqueza del estudio de granos de almidn en contextosarqueolgicos y no constituye una recopilacin exhaustiva de las publicacionessobre dicha lnea de investigacin, las cuales se han incrementado notable-mente en los ltimos aos. Ancient starch research (Torrence y Barton 2005,eds.), el primer texto que constituye un manual para el estudio del almidnarqueolgico, da cuenta de esto.

    METODOLOGA PARA EL ANLISIS DE GRANOS DE ALMIDN

    El anlisis conjunto y completo de micropartculas constituye la meto-dologa marco para el tratamiento de microfsiles que posibilita la obtencinde la informacin ms rica (Boyd et al. 1998; Campos et al. 2001; Coil et al.2003; Iriarte et al. 2001; Juan-Tresserras 1992; Korstanje y Babot 2007, entreotros). El empleo de todas ellas como mltiples lneas de evidencia permitecubrir las limitaciones del estudio de cada una por separado. En efecto, esto esparticularmente evidente en circunstancias en las que los procesos tafonmi-cos de origen cultural o natural (Loy 1994), o el control gentico determinan laausencia de una o ms clases de microfsiles, o bien cuando la presencia de losmismos es escasa o carente de significado diagnstico. Por otro lado, la asigna-cin anatmica y/o taxonmica puede ser mejor sustentada con el registro dediferentes micropartculas de idntica procedencia potenciando, de este modo,las interpretaciones de los resultados

    Como se discutir ms adelante durante el abordaje de los estudios degranos de almidn surandinos en el Noroeste argentino, existen circunstanciasy problemticas particulares para las que ciertas clases de microfsiles brindanla informacin ms significativa. Estas se refieren a casos que involucran porun lado, taxones en los cuales la produccin de ciertos microfsiles es diagns-tica, y por el otro, el procesamiento, tratamiento o empleo de ciertas partes dela planta en donde la produccin de determinadas clases de micropartculas seencuentra genticamente favorecida. Por su parte, en situaciones en las que laasignacin anatmica y taxonmica de la muestra constituye un objetivo cen-

    Babot, Mara del Pilar

  • 101

    tral, el registro de silicofitolitos, fitolitos de calcio, granos de almidn y anillosde celulosa merece un cuidado especial. La principal informacin que puedenaportar las dems clases de microfsiles se vincula principalmente con los pro-cesos tafonmicos que afectaron las muestras y con ciertas caractersticas delentorno ambiental.

    El tratamiento arqueolgico de cualquiera de las clases de microfsilesmencionados puede involucrar los siguientes niveles de trabajo: a) confeccinde colecciones de referencia, b) realizacin de ensayos tafonmicos, c) recupe-racin o extraccin, montaje, observacin y registro de las muestras arqueol-gicas, d) interpretacin de los resultados en trminos de la asignacin taxon-mica y anatmica de los microfsiles y la identificacin de procesos tafonmi-cos de origen antrpico o natural involucrados y e) implementacin de contro-les para la evaluacin de variables supervivencia y contaminacin. Estas eta-pas de investigacin se enumeran aqu en un orden lgico, sin embargo, pue-den presentarse o ser necesarias ms de una vez durante el proceso de investi-gacin completo. De hecho, la generacin y ampliacin de las colecciones dereferencia, atraviesa todo el proceso de anlisis e incluso trasciende el lmiteimpuesto por los casos de estudio particulares, desde el momento en que esdeseable que las mismas recojan la mayor cantidad de muestras posibles, yasean estas de especies actuales inalteradas o modificadas por distintos proce-sos-tratamientos, o bien arqueolgicas recuperadas de diferentes contextos dedepositacin.

    A continuacin se abordarn las alternativas de la metodologa de estu-dio para el caso de los granos de almidn. Estos procedimientos han sido eva-luados en diferentes situaciones arqueolgicas y sustratos materiales que invo-lucran el estudio de residuos de uso en artefactos lticos, cermicos y de ceste-ra, sustancias adheridas, materias primas vegetales y macrorrestos carboniza-dos y/o deshidratados, principalmente, en el mbito del Noroeste Argentino(Babot 2001a, 2004, 2005b; Babot y Apella 2003; Babot et al. 2005, 2006;Hocsman et al. 2003; Oliszewski y Babot 2005). Otras variantes en los proto-colos para el anlisis de granos de almidn que se refieren puntualmente a lasestrategias de recuperacin y montaje de las muestras arqueolgicas puedenconsultarse en Torrence y Barton (2005, eds.), as como en Loy (1994) y Perry(2004).

    Confeccin de colecciones de referencia

    Las colecciones de referencia constituyen bases de datos de las que sedispone a los fines de comparar las muestras arqueolgicas para su identifica-cin. El conocimiento botnico tradicional (sensu Cotton 1998) es un prerre-quisito para comenzar el montaje de una coleccin, dado que seala la diversi-dad de recursos vegetales potencialmente tiles (por ejemplo, Babot 1999a,

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 102

    1999b, 2001b). Este constituye una gua en el proceso de seleccin de taxonespara el muestreo limitando su nmero a aquellos de los que se tiene algunareferencia etnogrfica o histrica de uso. Sin embargo, esto mismo introduceun sesgo en la representatividad de las colecciones desde el momento en quemuchas prcticas tradicionales se han visto histricamente modificadas o re-ducidas en sus manifestaciones. En este sentido, es sumamente importanteconsiderar, adems, el registro macrobotnico local, regional y macrorregional,el cual, salvando cuestiones relacionadas con el descarte y la supervivenciadiferencial, destaca a las especies introducidas intencionalmente en los sitios(por ejemplo, Babot 2004; Korstanje y Babot 2007). A este conjunto puedensumarse recursos sin referencia etnogrfica, histrica o arqueolgica pero quepresenten caractersticas o propiedades comparables a otros cuya utilidad estdocumentada. Para reforzar el carcter diagnstico de los microfsiles identifi-cados en plantas tiles, es preciso que la coleccin de referencia incluya, asi-mismo, otras plantas aunque no estn emparentadas con las primeras. Cuantoms amplia sea esta coleccin, ms rigurosas sern las identificaciones.

    El muestreo de plantas actuales requiere de un trabajo de herborizacina largo plazo cuyas fuentes pueden ser tan variadas como recolecciones siste-mticas en el campo, entrevistas con usuarios actuales, intercambios con otrosprofesionales, bsquedas en herbarios institucionales o recorridos de mercadostradicionales. Los rganos de almacenamiento ricos en granos de almidn nosuelen ser herborizados por lo que su consecucin requiere, en buena medida,del trabajo personal.

    Es importante que las colecciones de referencia alberguen muestrasobtenidas de ejemplares arqueolgicos con diferente cronologa en tanto losprocesos de seleccin pueden alterar las caractersticas del almidn (Por ejem-plo, Babot et al. 2003; Oliszewski y Babot 2005). Asimismo, progresivamentedeben introducirse ejemplares procedentes de ancestros silvestres y congne-res, fundamentalmente en los casos en los que la asignacin taxonmica cons-tituye un objetivo de importancia. Es esperable tambin, que se incluyan pre-parados en los que puedan ser apreciables diferentes efectos antrpicos y natu-rales que puedan alterar las caractersticas de los granos de almidn, tales comolos que suelen observarse en productos y subproductos, a fin de potenciar suidentificacin. Sin embargo, debe destacarse que el alcance de las coleccionesde referencia en cuanto al nmero de taxones y de muestras por taxn -y, por lotanto, el tiempo y trabajo involucrados en el montaje de las mismas-, se vincu-la estrechamente con las reas y problemas de investigacin que guan cadacaso de estudio as como con las hiptesis de trabajo (Tabla 2).

    Un muestreo bsico prioriza las partes tiles de las plantas y, en lo posi-ble, de stas en diferentes estados de maduracin, dado que los atributos delalmidn varan durante este proceso. Sin embargo, es altamente deseable do-cumentar tambin los atributos de las partes sin utilidad conocida, sobre todo

    Babot, Mara del Pilar

  • 103

    Tabla 2. Factores que intervienen en el proceso de confeccin de colecciones dereferencia y clases de especimenes a seleccionar para muestreo.

    - Conocimiento botnico tradicional - Registro arqueolgico macrobotnico - Afinidad anatmica con plantas tiles - Relaciones taxonmicas - Evaluacin del proceso de seleccin y domesticacin - Evaluacin de procesos tafonmicos antrpicos y naturales

    plantas actuales y modernas de utilidad conocida variedades nativas de plantas tiles plantas de uso potencial con utilidad no conocida ancestros silvestres de plantas tiles domsticas congneres y especies de gneros afines especimenes arqueolgicos domsticos de diferente

    cronologa y procedencia muestras de ensayos taxonmicos subproductos y recursos en diferentes estadios de procesamiento

    PROBLEMTICA Y REA DE ESTUDIO

    cuando su hallazgo es comn en contextos arqueolgicos. En cualquier caso,es importante para el estudio de granos de almidn contar, al menos, con unregistro de los tejidos de almacenamiento que son los que aportan la informa-cin ms importante de ndole taxonmica y anatmica.

    A nuestro juicio, las tcnicas de extraccin y montaje de preparados dereferencia deben reunir dos requisitos: preservar una porcin representativa dela riqueza y diversidad de microfsiles y ser comparables en su presentacincon muestras arqueolgicas. El empleo de un cortante o un instrumento pun-zante para raspar o escarbar suavemente las partes seleccionadas en una plantafavorece la liberacin de micropartculas del tejido vegetal que las contiene.De esta manera, los elementos desagregados se preservan inalterados y mvilesen buena medida, facilitando la observacin clara de sus atributos (Cortella yPochettino 1994, 1995). Mediante la utilizacin de un medio de montaje equi-valente al de las muestras arqueolgicas, se obtienen imgenes comparables.

    El proceso de observacin y registro debe reflejar aceptablemente lavariabilidad de microfsiles y, en este caso, del almidn en cada taxn. Poresto, la atencin debe dirigirse a las caractersticas de los conjuntos completosde granos incluyendo tanto los diagnsticos o tpicos, as como los raros o nocomunes ya que ambas clases poseen probabilidades de integrar las muestrasarqueolgicas, ya sea de manera individual o combinada. Ciertamente, las pro-babilidades de supervivencia son tericamente mayores para los morfotiposque se producen en mayor cantidad; no obstante, independientemente de suabundancia en un mismo taxn, an no se conoce bien cual es el efecto deltamao y composicin de los granos en sus posibilidades reales de resistencia alpaso del tiempo. Las variables o atributos cuali-cuantitativos considerados enlas descripciones son aquellos que, para la clase de microfsil en particular, seconsideran como diagnsticos en una evaluacin total e integral. Los que co-rresponden a los conjuntos de granos de almidn se resumen en la Tabla 3 yFiguras 1 y 2.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 104

    Figura 2. Granos de almidn de acuerdo con su multiplicidad. a y b) Granos de almidnsimples de tubrculo de Cana edulis; c y d) granos de almidn compuestos de raz deIpomoea batatas; e y f) granos de almidn semi-compuestos, tipo trozos de almidn, desemilla de Amaranthus caudatus; g y h) granos de almidn semi-compuestos, tipo

    Babot, Mara del Pilar

  • 105

    agregados, de semilla de Cucurbita maxima; i y j) posible grano de almidn pseudo-compuesto de semilla de Cucurbita moschata. En todos los casos las imgenescorresponden a vistas con luz normal -izquierda- y polarizada -derecha-. Escala: 20 m.

    Una propuesta para la descripcin sinttica del conjunto sugiere lo siguiente(sensu Babot 2004; Korstanje y Babot 2007): a) efectuar una caracterizacin delos granos de almidn por cada parte de la planta muestreada -por ejemplo:hoja, tallo, tubrculo, inflorescencia, semilla, fruto y, a su vez, endocarpo, peri-carpo, etc., segn el nivel de detalle del muestreo-; b) discriminar cada tipo degrano de almidn segn su multiplicidad por separado; c) diferenciar los ejem-plares distintos dentro de cada categora segn su multiplicidad, cuando elcaso lo amerite; d) dentro de cada tipo separado en a, b y c, describir de mane-ra secuencial los atributos de los granos de almidn mencionados en la Tabla 2.

    Los resultados del estudio de muestras de referencia pueden organizarseparalelamente en una base de datos fotogrfica y como fichas con las caracte-rsticas de los patrones o estndares de comparacin (por ejemplo, Babot 2004;Korstanje y Babot 2007), los cuales se completan con datos procedentes deotras fuentes ditas -entre las que pueden ser destacadas por su extensin,Reichert (1913) y Winton y Winton (1932)-.

    Anlisis tafonmicos

    La informacin sobre el uso tradicional de recursos vegetales permitehipotetizar sobre la posible puesta en marcha de una serie de procedimientosdestinados a la preservacin, procesamiento y coccin y procesamiento en elpasado. Entre ellos pueden mencionarse: deshidratacin por aireamiento, tos-tado, calcinado, congelado, desaponificacin-lavado, pelado, hervido, molien-da y maceracin o fermentacin. Estos podran haber afectado de manera im-portante a rganos almacenadores de almidn y por lo tanto, a los propiosgranos de almidn en propiedades tales como el grado de cristalinidad, com-pletitud y apariencia en algunos granos, dependiendo de la historia particulardel producto derivado. En este sentido, la realizacin de anlisis tafonmicosque reproduzcan esos procedimientos constituye una herramienta para regis-trar y evaluar los patrones de dao y modificaciones generados por esas prcti-cas en los microfsiles, a los fines de posibilitar su identificacin como moda-lidades de procesamiento en las muestras arqueolgicas (Por ejemplo, Babot 2001a,2003, 2004, 2005c; Babot y Apella 2003; Checa et al. 1999; Juan-Tresserras1992, 1998).

    Adems de los mencionados ensayos de laboratorio, los procesos tafo-nmicos pueden ser estudiados mediante el anlisis de micropartculas en pro-ductos artesanales elaborados a partir de las tcnicas de procesamiento men-cionadas. Dado que la fuente botnica de los granos de almidn tiene un rol

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 106

    Tabla 3. Variables o atributos cuali-cuantitativos considerados para lacaracterizacin de los conjuntos de granos de almidn en muestras de referencia

    (sensu Babot 2004).

    Referencias:* En muchas plantas los grnulos muestran una disposicin de capas concntricas ms omenos difractivas alternadas, lamella, que se depositan sucesivamente alrededor del hilo.La disposicin en capas no es visible en granos deshidratados (Esau 1976).** Los granos de almidn pueden considerarse, respecto de su multiplicidad de la siguientemanera:-simples: ocurren cuando solo un grnulo se forma en un amiloplasto-compuestos: ocurren cuando dos o ms grnulos se forman en un mismo amiloplasto.Pueden tener una cobertura exterior nica que los une o bien carecer de ella y estarsimplemente mutuamente adheridos. Cada componente se denomina granula (French1984, Badenhuizen 1965). Una caracterstica tpica es que suelen presentar uno o msextremos facetados debido a su origen comprimido; cada granula puede an exhibir supropia cruz de extincin y, el compuesto, adems, mostrar a veces una cruz propia delconjunto (Loy 1994).-semi-compuestos: pueden ser de dos clases a) Agregados o aquellos en los que granosinicialmente simples se unen, despus, por la depositacin de una capa cobertora de

    Babot, Mara del Pilar

    1. Rango de tamao de los granos y apreciacin de su abundancia relativa: principalmente referido al largo mximo

    y mnimo en m 2. Distribucin de tamaos: en trminos de isodiametra o variedad de tamaos 3. Dimensiones relativas del largo/ancho: largo=ancho, largo=ancho. 4. Formas presentes y apreciacin de su abundancia relativa: esfrica, oval, en bowl o plano-convexa, triangular,

    arrionada, ovoide, elipsoidal o ahusada, en lgrima o en gota, en pera, en corazn, lobulada irregular o irregular, polidrica -con indicacin del nmero de lados-, ahusada, en campana, discoidal, en botella, en hoz o cncavo-convexa aguzada, en salchicha o cncavo-convexa redondeada, en concha de ostra, en timbal, en boomerang, prismtica, en roseta.

    5. Distribucin de formas: en trminos de isomorfismos o variedad de morfologas 6. Simetra de la forma: simtrica, asimtrica; segn el largo, el ancho o el espesor 7. Redondeamiento de la forma: redondeada, angular, irregular, facetada 8. Otros elementos de la forma:

    a. extremo o terminacin de los granos en general: con proyecciones, en bisel, aguzado, redondeado; para granula en granos compuestos: truncado horizontal, en ngulo u oblicuo, cncavo, convexo, cncavo-convexo u ondulado, cncavo-cncavo, facetado.

    b. depresin o cavidad central de los granos en general: presencia/ausencia; forma: oval, circular, con forma similar al contorno del grano, etc.

    9. Atributos del hilo: presencia/ausencia, visibilidad (visible, no visible), distincin (claro o ntido, no claro), forma (de punto, circular, oval, de lunar, en v, en x, triangular, en lnea, en cavidad), ubicacin (variable, central, excntrico, con indicacin del extremo en el que se dispone), multiplicidad (simple, doble)

    10. Lamella *: presencia/ausencia, visibilidad (visible, no visible), distincin (clara o ntida, no clara) 11. Cruz de extincin: presencia/ausencia, forma, nmero de brazos o ramas visibles, apariencia y regularidad de los

    brazos (regulares o bien definidos, irregulares, fibrosos, incompletos) tamao relativo de los brazos (iguales, dos largos y dos cortos), interseccin (en el centro o de dos en dos; en un punto, crculo, valo o lnea), visibilidad (visible, no visible), distincin (clara o ntida, no clara), ubicacin (variable, central, excntrica; extremo en el que se dispone), simetra (simtrica, asimtrica)

    12. Fisuras: presencia/ausencia, visibilidad (visible, no visible), distincin (clara o ntida, no clara), ubicacin (en el hilo, centrales, en el cuerpo del grano, en el contorno o extremos), forma (radiadas, en estrella, en lnea recta, en lnea irregular, ondulada, en cicatriz o lnea ramificada)

    13. Contorno o borde: visibilidad (visible, no visible), multiplicidad (simple, doble) 14. Brillo: suave, moderado, fuerte 15. Multiplicidad en los granos **: simples, compuestos (doble, triple, mltiple; nmero variable o indefinido de

    granula), semi-compuestos (agregados, starch chunks o trozos de almidn), pseudo-compuestos. Abundancia relativa de estas clases.

    16. Caractersticas de los granos mltiples: a. En granos compuestos o pseudo-compuestos: nmero de granula, visibilidad, equivalencia en tamao,

    orientacin y forma de cada uno de sus integrantes; presencia/ausencia de cobertura exterior, grado de transparencia de sta (transparente, translcida).

    b. En granos semi-compuestos: mximas dimensiones, forma, presentacin (redondeados, lineales, en pequeos grupos, arracimados, en forma de fibra); visibilidad, rango de tamao, forma y elementos distintivos (cruz, hilo, contorno, etc.) en los individuos que los constituyen; presencia de cobertura exterior nica y su transparencia; nmero de componentes (indefinido; constante o variable).

  • 107

    central en sus propiedades fisicoqumicas (Fredriksson 1998), y son stas lasque se ven alteradas o modificadas por los procesos tafonmicos, es centralestudiar los efectos de los mismos en diferentes taxones.

    Desde luego, tambin se precisa del control de los procesos tafonmicosque afectan la supervivencia y estado de los granos de almidn en suelos, sedi-mentos y artefactos en los casos de estudio. Tambin esto puede implicar larealizacin de ensayos o experimentos de replicacin, as como una explora-cin de las variables intervinientes (por ejemplo, Babot y Bru 2005; Lu 2003;Therin 1994). En Haslam (2004) puede encontrarse una sntesis completa ycrtica del efecto que tienen distintos procesos naturales sobre el almidn ar-queolgico.

    Es importante destacar que la valoracin de los posibles procesos antr-picos y naturales sufridos por una muestra dada permiten una evaluacin crti-ca de la coherencia, tanto de los resultados positivos como negativos obtenidosdel anlisis de microfsiles.

    Al igual que con el muestreo de especies actuales, la elaboracin demuestras de referencia de procesos tafonmicos, implica la utilizacin de tc-nicas de extraccin y montaje compatibles con las que se emplean en muestrasarqueolgicas. Debe evitarse el uso de agua para prevenir la prdida de atribu-tos diagnsticos durante la rehidratacin y la identificacin de ejemplares muydaados puede requerir del empleo del test de Lugol y/o Congo Red.

    El almidn de cada muestra debe ser observado, fotografiado y compa-rado con el de las especies sin procesar. Los resultados pueden ser descriptos entrminos de conjuntos de caractersticas factibles de aparecer en los granos dealmidn, esto es, como patrones de daos o estndares de comparacin, como enel ejemplo de la Tabla 4. Los atributos ms tiles para esta caracterizacin son(sensu Babot 2003): rasgos del contorno y la superficie, forma del hilo y tama-o, localizacin y forma de las fisuras, visibilidad de la lamella, tamao de gra-no individual y rango de tamaos del conjunto; propiedades de la birrefringen-cia, atributos de la cruz de extincin, profundidad del relieve, visibilidad de losgranos mediante luz normal, completitud, apariencia de vaco o relleno com-pleto, estado de empaquetamiento de los grnulos compuestos, presencia deemplastos y otros indicadores (presencia de partculas de carbn, tejido vegetaly modificaciones del medio de montaje).

    almidn. En estos, los componentes conservan sus formas originales. b) Starch chunks otrozos de almidn son las estructuras celulares compuestas por numerosos granospequeos cementados por almidn amorfo (Goering et al. 1970, Goering 1967). Se partenen formas irregulares como en el caso de Amaranthus spp. -pseudo-compuestos: son aquellos granos que inicialmente se presentan como individualesy que, despus, desarrollan varias facetas internas aunque permanecen como una entidadnica, como en el caso de la arveja (French 1984) o de Hypseocharis pimpinellifolia yCucurbita moschata probablemente.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 108

    Tabla 4. Daos y modificaciones en el almidn generados por procesos deelaboracin de alimentos, mostrando los diferentes patrones que les son atribuibles

    (sensu Babot 2002, 2003, 2004).

    Referencias: El incremento en la intensidad y frecuencia de cada tipo de dao para un

    proceso dado se indica por una, dos o tres cruces (+).

    Recuperacin, anlisis e identificacin de las muestras arqueolgicas

    Los residuos de uso y sustancias adheridas pocas veces son macroscpi-cos, esto es, que se presenten a modo de manchas o impregnaciones visibles asimple vista. Sin embargo, en ningn caso se debe descartar a priori la posibili-dad del anlisis de microfsiles, an cuando las condiciones del medio de de-positacin sugieran una pobre preservacin. En la medida de lo posible, lasmuestras o los soportes de las que stas sern extradas deben ser preservadosde cualquier fuente de contaminacin, siendo embalados individualmente enbolsas plsticas, evitando su excesiva exposicin y manipuleo desde el momen-to mismo del hallazgo, y obviando su limpieza previa al anlisis de microfsiles(Loy 1994).

    Babot, Mara del Pilar

    PROCESAMIENTOS DE ALIMENTOS Daos y modificaciones en el almidn

    Deshidratacin por aireamiento

    Tostado Calcinado Congelado No desaponi- ficacin

    Molienda

    Fisuras + + + +++

    Fracturas +++ +++

    Alteraciones del hilo

    + +++ ++ ++

    Relieve deprimido + ++ ++ +++ +++

    Baja visibilidad + ++ +++ +++ +++

    Reventado ++ ++

    Daos en la superficie

    + ++

    Daos en el contorno

    + ++

    Vaciamiento ++ ++

    No visibilidad de lamella

    ++ +++ ++

    Desagregacin ++ + +++

    Gelatinizacin ++ +++

    Emplastos ++ +++

    Alteraciones en la birrefringencia

    + + + +++ +++

    Alteraciones en la cruz de extinc.

    + ++ +++ +++ +++

    Alteraciones en tamao de los individuos

    ++ +++

    Alteraciones en rango d/tamaos

    ++ +++

  • 109

    El procedimiento de muestreo comienza con una inspeccin a ojo des-nudo, con el auxilio de una lupa o un microscopio de luz reflejada, de los sec-tores seleccionados para el muestreo, tales como las partes activas de los arte-factos, cuando el objetivo de su estudio es definir su funcionalidad3. Dentro deellos, los sectores con residuos visibles o bien las irregularidades de la superficiecomo poros, vesculas y grietas deben recibir especial atencin, por cuanto sonestos elementos de la microtopografa los que posibilitan la captura y retencinde microfsiles.

    Las diferentes estrategias de muestreo corresponden a dos tipos bsicosde procesos, los que ocurren en seco y en hmedo. Ambos pueden ser emplea-dos para la extraccin de residuos que no son apreciables a simple vista, tantoin situ en campo como en laboratorio. El muestreo en seco se recomienda par-ticularmente para aquellos de tipo macroscpico.

    Dentro de los muestreos en hmedo se encuentran los que actan lo-calmente de manera no invasiva, por goteo (por ejemplo, Loy 1994; Loy y Fu-llagar 2005), y los que proceden mediante lavados del objeto-muestra (porejemplo Babot 2004; Juan-Tresserras 1992; Perry 2004). Estos ltimos suelenincluir mecanismos de desincrustacin -bao de ultrasonidos-, desecado y se-paracin/concentracin -centrifugado-.

    En el caso del muestreo en seco, la extraccin comienza con una lim-pieza mecnica gruesa mediante el cepillado de estos sectores para separar elsedimento superficial y posibles fuentes de contaminacin postdescarte; asi-mismo, puede ser preciso el uso de pequeas esptulas. Por lo general, estaprimera muestra de control brinda un espectro de microfsiles muy similar alque ofrece el sedimento de la matriz de procedencia, debido a que correspondea eventos de sedimentacin posteriores a la depositacin final del objeto-muestray por lo tanto, no proviene necesariamente del uso. La segunda muestra proce-de del raspado y/o escarbado cuidadoso para separar las partculas de inters dela matriz que las aloja; la misma puede contener parte del sedimento superfi-cial y fragmentos del soporte desprendidos durante el muestreo. Esto se efectamediante un instrumento punzante o cortante, dependiendo de la visibilidad,adherencia y presentacin general del residuo-muestra.

    El muestreo puede tener como parmetro un tamao de rea fijo. Sinembargo, al menos en el caso de materiales manufacturados sobre diferentesclases de rocas, es aconsejable una modalidad alternativa, sobre todo si se bus-ca obtener resultados comparables cuantitativamente. El tiempo de muestreopuede estandarizarse, por ejemplo en 5 a 7 minutos por muestra, concentrandola bsqueda en las irregularidades de la microtopografa, de modo que las tex-turas ms lisas pueden requerir del barrido de una superficie mayor. De estemodo se reduce el efecto de la textura petrogrfica -su potencialidad diferen-cial para albergar microfsiles (sensu Babot y Bru 2005)- en el conteo final demicropartculas por muestra. En los casos en los que se precisa de resultados

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 110

    cuantitativos de exactitud sobre la representacin de diferentes clases de mi-crofsiles y/o morfotipos, pueden aplicarse diseos de muestreo que contem-plan clculos estadsticos de tamao ptimo de muestra, lo cual depende de lavariabilidad intrnseca que se registra en cada caso.

    Es aconsejable que el raspado se realice directamente sobre los portao-bjetos para evitar prdidas de muestra; stas pueden montarse con glicerinacomo preparados semi-permanentes. Debido a su viscosidad e ndice refractivola glicerina constituye un medio de montaje adecuado para los microfsiles yaque por un lado, permite el desplazamiento de las partculas entre el cubreob-jetos y el portaobjetos facilitando la observacin de sus tres dimensiones, y porel otro lado, provee de contraste y relieve necesarios para la observacin decuerpos transparentes como los silicofitolitos y otras partculas de slice (Fre-dlund y Tieszen 1994). Para obtener preparados permanentes o de reserva, losmontajes pueden hacerse tambin con Blsamo de Canad, con el impedimen-to de que este medio no permite la movilidad de los microfsiles. El aceite deinmersin, agua, Permount, Entellan y otros, constituyen medios alternativos yde uso comn en el anlisis de microfsiles (ver especificaciones en Coil et al.2003).

    Para los muestreos in situ, como en el caso de artefactos de moliendafijos que no pueden volcarse para la toma de muestra en seco, el procedimientovara levemente (modificado de Loy 1994). Las superficies seleccionadas sehumedecen con agua destilada suministrada con una pizeta en forma de hilo apresin; el lquido conteniendo las micropartculas se extrae con la ayuda depipetas Pasteur, en lo posible, descartables, y se coloca en viales para su evapo-racin. Se requieren de dos a tres lavados, incluyendo los del sedimento mssuperficial y los de la superficie del objeto-muestra en estado de avanzada lim-pieza. Es aconsejable evitar el uso de otros mecanismos para deshidratar, comoel secado en estufas, para prevenir cualquier tipo de modificacin de los granosde almidn. Los residuos desecados por aireacin se levantan del vial en que seencuentran utilizando pequeas cantidades de alcohol para su posterior mon-taje.

    Consideramos que la intencin del muestreo debe ser preservar los es-casos microfsiles que suelen ser extrados de los objetos-muestra, y de estemodo, recuperar toda la evidencia disponible. Por ello, ante la sospecha deconteos bajos de microfsiles y siempre que la observacin est permitida porel tipo de sedimento de la matriz, se propone evitar la utilizacin de procedi-mientos tcnicos para la separacin de los distintos componentes entre s y delsedimento asociado, los cuales emplean procesos fsicomecnicos y/o qumicosms agresivos, como es habitual en el tratamiento de muestras de suelos ysedimentos y en los muestreos de artefactos en hmedo. Diversos autores hanmencionado las dificultades de preservacin del conjunto completo de micro-fsiles cuando se siguen parcial o totalmente dichos protocolos (por ejemplo,

    Babot, Mara del Pilar

  • 111

    Coil et al. 2003; Korstanje 2005), y an las manipulaciones de laboratorio mssencillas, incluyendo la extraccin y montaje de las muestras, as como lostrasvases entre distintas clases de recipientes pueden dejar marcas en los gra-nos de almidn, ocasionar prdidas de partculas de los residuos o bien intro-ducir elementos forneos. Ciertamente las tcnicas de concentracin, deflocu-lacin, eliminacin del sedimento ms grueso por tamizado y flotado, favore-cen la observacin de las muestras, sin embargo, en ciertos casos es convenien-te prevenir sus efectos an cuando el costo implica un tiempo mayor de obser-vacin por preparado.

    La observacin directa est imposibilitada cuando se trabaja con matri-ces sedimentarias cuyo contenido de materia orgnica es mayor al 5% o cuyosvalores de arcillas son superiores al 10%. En tales casos se hace imprescindibledeflocular y eliminar parte de la arcilla y la materia orgnica por decantacin,sin recurrir a ataques qumicos. Ciertas muestras con elevada participacin dela matriz sedimentaria pueden requerir de un tamizado previo.

    Otras precauciones contra la contaminacin por procedimientos de la-boratorio incluyen: evitar el uso de guantes -ya que su proceso industrial re-quiere del tratamiento con almidn-; lavar todo el instrumental de uso fre-cuente y desechable utilizando detergentes suaves y enjuagando tres veces conagua potable y luego con agua destilada; y limpiar los porta y cubreobjetos, almenos, con un algodn o papel tis embebido en alcohol antes de su utiliza-cin.

    La observacin de los microrrestos -mayoritariamente, entre 1 y 200 m- implica tpicamente el empleo de medianos aumentos -entre 100 y, almenos, 400 magnificaciones- en un microscopio petrogrfico. Dadas las parti-cularidades pticas de las micropartculas se utiliza una combinacin de cam-po claro y oscuro; para la observacin de elementos birrefringentes se usan elpolarizador y analizador del equipo. Para la identificacin de los granos de al-midn, principalmente de aquellos daados o de asignacin dudosa, y su dife-renciacin de las esferulitas de origen animal, se puede interpolar la lmina decuarzo (Ribes 1983, en Juan-Tresserras 1992). Conjuntamente se puede obser-var el efecto de cruz al girar la platina y utilizar tambin el test de tincin conLugol (Fitt y Maywald Zinder 1984; Loy 1994), pero el empleo de este ltimodebe ser ocasional dado que altera la imagen real de la preparacin y elimina elefecto de cruz de extincin (Ribes 1983, en Juan-Tresserras 1992).

    El tamao del rea escaneada en cada preparacin y el nmero de pre-paraciones por muestra dependen de la riqueza y variabilidad del material quese est analizando, as como de la concentracin del preparado. En el caso demuestras de residuos que no son apreciables microscpicamente, se aconseja elescaneo completo y sistemtico de cada preparado obtenido -equivalente altamao de un cubreobjeto de 18x18 mm o mayor por preparado- mediantetransectas paralelas (horizontales o verticales). Tambin para estos casos exis-

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 112

    ten herramientas estadsticas y grficas que permiten apreciar el nmero pti-mo de observaciones.

    Se sugiere el registro sistemtico de los distintos tipos de microfsilesconsiderados, sus coordenadas y rasgos, los que deben ser documentados foto-grficamente cubriendo su variabilidad. En lo posible, los diferentes tipos de-ben ser contabilizados o, al menos, efectuar una apreciacin cualitativa de suabundancia que, a su vez, posea una referencia cuantitativa -por ejemplo, muyabundante corresponde a ms de n ejemplares por campo o muestra o ams del n% de las observaciones por muestra-. Para la identificacin poste-rior de los microfsiles se utiliza el material de referencia, as como la informa-cin provista por bibliografa de base y casos de estudio.

    Es aconsejable controlar la posible contaminacin actual o subactualcon microrrestos: a) aportados por especies dominantes de crecimiento en elrea de emplazamiento mismo de los sitios arqueolgicos, principalmente paralos artefactos recuperados de contextos superficiales; b) suministrados por otrasactividades desarrolladas sincrnicamente en los contextos de recuperacin delos objetos-muestra, tanto para los que se extraen de sitios arqueolgicos, comopara los que se hallan en depsitos de museos; c) procedentes del registro ma-crobotnico local y extralocal recuperado de estratigrafa. Para ello deben ob-servarse muestras del sedimento superficial del sitio y de su estratigrafa, ascomo el recuperado de la primera etapa de limpieza del objeto-muestra.

    Las observaciones con microscopio ptico pueden ser complementadascon anlisis por microscopia electrnica de barrido (MEB) (Fitt y MaywaldZinder 1984; French 1984), fundamentalmente en el caso de granos de almi-dn que se encuentran en el lmite de observacin permitido por los aumentosconvencionales y slo cuando la cantidad de muestra disponible es suficiente yla concentracin de almidn, importante. El siguiente procedimiento puedeser empleado en estos casos: se seleccionan extractos en agua destilada obteni-dos in situ segn el procedimiento descripto ms arriba; se obtiene una peque-a cantidad de los mismos utilizando una micropipeta; esto se coloca sobre unfragmento de cubreobjetos de vidrio adherido al portamuestras mediante cintade carbn; posteriormente se deshidratan en desecador y metalizan para suobservacin. La Figura 3 muestra ejemplos del tipo de imagen que puede serobtenida mediante esta tcnica.

    LA INFORMACIN APORTADA POR LOS GRANOS DE ALMIDNEN LOS CASOS ARQUEOLGICOS DEL NOROESTE ARGENTINO

    En este acpite se discuten las posibilidades del anlisis de granos dealmidn sobre la base de la experiencia desarrollada en nuestros casos de estu-dio arqueolgicos en el Noroeste argentino. En Korstanje y Babot (2005) y

    Babot, Mara del Pilar

  • 113

    Babot (2004, 2005a) se presenta una caracterizacin de granos de almidn yfitolitos de alrededor de 40 taxones surandinos, y se discuten las posibilidades ylimitaciones de su asignacin taxonmica a partir de ambas clases de microf-siles. En este trabajo se retoman las principales conclusiones que ataen enparticular, a los granos de almidn.

    Es importante recordar que es el almidn de reserva el que se empleacomo principal indicador taxonmico y de la parte-fuente, para cualquier clasede tejidos adaptados para el almacenamiento, ya sea que estos se encuentrenen semillas, races carnosas, tubrculos, rizomas o bulbos. Por su importanciaarqueolgica, es esta clase de recursos la que ha merecido especial importanciadurante la generacin de la mencionada coleccin de referencia de almidn.En los rganos subterrneos de almacenamiento de 7 especies silvestres y do-msticas (Hypseocharis pimpinellifolia J. Rmy, Ann. soldaque, Tropaeolum

    Figura 3. Microfotografa MEB de Granos de almidn de Zea mays (a y b) y Solanumtuberosum (c) procedentes de residuos de uso de un molino arqueolgico (5.CC1),sitio Cueva de los Corrales 1, Taf del Valle, Tucumn, Argentina. Escala: 20 m.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 114

    tuberosum Ruiz & Pav. mashua, Oxalis tuberosa Mol. oca, Ullucus tuberosusCaldas ulluco, Ipomoea batatas L. batata, Solanum tuberosum L. papa co-mn, Canna edulis Ker-Gwal. achira) y en las semillas de 13 especies y va-riedades silvestres y domsticas (Zea mays L. maz, Chenopodium quinoa Willd.quinoa, Amaranthus caudatus L. coimi o quiwicha, A. mantegazzianus Pass.chaclin, Arachis hypogaea L. man, Phaseolus vulgaris var. vulgaris L. po-roto comn cultivado y P. vulgaris L. var. aborigineus (Burk.) Baudet porotocomn silvestre, C. edulis, Cucurbita mxima Duchesne ex Lam. zapallo, C.moschata Duch. ex Poir. calabaza, Prosopis chilensis (Mol.) Stuntz. algarro-bo, Bixa orellana L. uruc o achiote y Anadenanthera colubrina (Vell.) Bren.cebil o vilca) se han observado conjuntos de granos de almidn caractersti-cos y, dentro de ellos, ejemplares con morfologas que poseen un especial valordiagnstico. Con algunas excepciones, en la mayora de ellas, las tuberosidadeso semillas constituyen las partes que han sido sealadas como de utilidad.

    En nuestra investigacin se han considerado como diagnsticos a nivel deespecie o variedad, a aquellos morfotipos de granos de almidn o asociacionesde granos de almidn cuyos atributos tomados en conjunto permiten una asig-nacin no ambigua. Estos no se ven alcanzados por el fenmeno de redundan-cia. En una proporcin importante, corresponden a recursos domsticos quehan sido sistemticamente estudiados y/o en los que el almidn ha adquiridocaracteres especiales a travs del proceso de seleccin antrpica o natural. Estees el caso, por ejemplo, de la papa comn y la achira, dentro de los tubrculosdomsticos andinos, del maz y del poroto comn en sus variedades domsticay silvestre.

    Por su parte, son considerados como diagnsticos a nivel de gnero losmorfotipos que presentan redundancia entre congneres. Slo provisoriamen-te, tambin se incluyen en este grupo a especies domsticas cuyos congneres-entre los que se incluyen los ancestros silvestres-, no han sido sistemtica-mente estudiados. Este ltimo es el caso, por ejemplo, de especies silvestres deIpomoea, Oxalis, Chenopodium, Amaranthus y Cucurbita, entre otros, en su rela-cin con los respectivos parientes domsticos para los que si se cuenta con unabuena caracterizacin e inclusive, con conjuntos de almidn muy tpicos, losque son resultado del proceso de seleccin. Las especies domsticas de estosgneros tampoco presentan redundancia, al menos, cuando se los comparacon otros taxones muestreados, hasta el momento, en nuestra coleccin o pu-blicados por otros autores. Del mismo modo, pueden mencionarse grupos derecursos silvestres para los que se han estudiado algunas especies, como es elcaso de Prosopis, Hypseocharis o Geoffroea. Para todos estos taxones, la asigna-cin puede referirse sin dudas al gnero y, con precaucin, a la especie. Ellmite de la asignacin en estos casos est dado por el conocimiento del inves-tigador sobre el tema y rea de estudio. Esta constituye una de las principaleslneas en desarrollo en lo que respecta a estudios de base sistemticos sobre

    Babot, Mara del Pilar

  • 115

    granos de almidn -y de microfsiles en general- en especies actuales, funda-mentalmente por su importancia para las primeras manifestaciones de la do-mesticacin vegetal.

    En ciertos casos, los granos de almidn vinculados con el procesamien-to o tratamiento de tejidos almacenadores aparecen en asociacin con micro-fsiles procedentes de otras partes de la planta, tales como las glumas, flores,endocarpos y cortezas. Los mismos pueden ser interpretados como remanentesde una mala limpieza de las partes tiles o an de etapas anteriores que impli-can la manipulacin de la planta completa. Este es el caso de silicofitolitos deglumas y hojas de maz, corteza de mate o semilla de achira, o bien de polen dediferentes especies en registros de artefactos de molienda, por ejemplo (Babot2001a, 2004; Babot y Apella 2003).

    En varios taxones cuya utilidad reside en hojas, tallos y frutos, el almi-dn no se ha presentado como un componente con atributos tpicos en esaspartes tiles. Tal es el caso de la pulpa del fruto de algunas Cucurbitceas (C.maxima y C. moschata) y leguminosas comestibles (Geoffroea decorticans, P. chi-lensis, Acacia visco), otros frutos silvestres como Zizyphus mistol, la hoja deErythroxylum coca, Tillandsia spp y Acrocomia spp y de Nicotiana tabacum. Enlos mismos, los granos de almidn nicamente aportan informacin adicionala la ms diagnstica que procede de los silicofitolitos y/o que anticipa un futuroestudio sistemtico de los cristales de calcio (Babot 2005a; Korstanje y Babot2007). Algunas excepciones las constituyen granos de almidn tpicos de cor-teza de Lagenaria siceraria, pulpa del fruto de Cucurbita fiscifolia y endocarpo deG. decorticans.

    Debido a esta produccin diferencial de clases de microfsiles con valordiagnstico en distintas partes de una planta e incluso en grupos de recursos, acada tipo de micropartcula se le puede asignar un valor relativo como indica-dor potencial para diferentes problemticas (Korstanje y Babot 2007). De estamanera, los granos de almidn constituyen los indicadores por excelencia delcultivo, almacenamiento o procesamiento de tuberosidades y semillas de ce-reales, pseudocereales y legumbres en general, en tanto que adoptan un papelcomplementario en estudios que se vinculan con el aprovechamiento o trata-miento de hojas, tallos y ciertos frutos en los que se espera una mayor represen-tacin de silicofitolitos, fitolitos de calcio y anillos de celulosa.

    Nuestra experiencia de trabajo sugiere que las tendencias mencionadaspara especimenes actuales no siempre pueden ser aplicadas a muestras arqueo-lgicas. Los conjuntos arqueolgicos de almidn se caracterizan por estar inte-grados por: un nmero limitado de granos, individuos que pueden o no corres-ponder a las morfologas ms diagnsticas y granos fragmentados, desagrega-dos -en el caso de los compuestos- o alterados, que carecen de ciertos atributosy por lo tanto presentan menores potencialidades para la asignacin. Estas

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 116

    circunstancias ciertamente limitaran las posibilidades de asignacin taxon-mica a los casos en los que pueden reconocerse, al menos, algunas formas diag-nsticas. A nuestro juicio, en tales situaciones, la consideracin del conjuntocompleto de microfsiles constituye la mejor estrategia posible. En efecto, aun-que los dems tipos de microfsiles adolecen de las mismas limitaciones que losgranos de almidn en muestras arqueolgicas, muchas veces la ausencia o es-casez de morfologas diagnsticas de una clase, respectivamente, puede suplir-se o complementarse con la presencia de otras (Korstanje y Babot 2007). Porejemplo, algunas combinaciones de microfsiles -en un orden decreciente dehabilidad diagnstica- que han potenciado la asignacin de gnero o especie eincluso, de variedad, en nuestros casos de estudio son: grano de Z. mays: gra-nos de almidn y silicofitolitos; semilla de C. quinoa, granos de almidn +fitolitos de calcio + silicofitolitos; semilla de A. caudatus/mantegazzianus, gra-nos de almidn + fitolitos de calcio + silicofitolitos; tubrculo de C. edulis:granos de almidn + silicofitolitos y fitolitos de calcio; vaina de P. chilensis:fitolitos de calcio y silicofitolitos + granos de almidn; tubrculo de H. pimpi-nellifolia: granos de almidn + cristales de calcio + silicofitolitos; corteza de L.siceraria: silicofitolitos + granos de almidn.

    Aun considerando el conjunto completo de microfsiles, algunas mues-tras arqueolgicas no pueden ser asignadas a gnero o especie. Esto se debe,por un lado, a que se componen nicamente de formas redundantes al nivel defamilias o inter-familias, como en el caso de silicofitolitos de hoja y fruto deArecaceae (sensu Boyd et al. 1998; Korstanje 2005; Korstanje y Babot 2007;Pearsall 2000); plaquetas perforadas opacas tpicas de partes areas de Astera-ceae, reportadas tambin en semilla de C. edulis (Babot 2005a; Pearsall 2000);cristales de calcio polidricos procedentes del fruto de especies de varios gne-ros silvestres -A. visco, G. decorticans, Z. mistol- (Babot 2005a); la arena crista-lina que se encuentra en C. quinoa y O. tuberosa ente otros; estructuras com-puestas de granos de almidn con forma de cinta que se han registrado endiferentes familias -semilla de A. mantegazzianus, P. vulgaris y A. colubrina, vai-na de A. visco- (Babot 2004; Korstanje y Babot 2007); y ciertas morfologas degranos de almidn bastante generalizadas en distintas tuberosidades (ibid.).Esta situacin se refleja en asignaciones que llegan de un modo general a lafiliacin taxonmica -una o varias familias, varios gneros- o a su procedenciaanatmica -por ejemplo, tubrculos/races no diferenciados que podran co-rresponder tanto a especies incluidas en la coleccin de referencia as como aotras que an no han sido estudiadas-.

    Una circunstancia diferente presentan algunos ejemplares de granos dealmidn que carecen de caractersticas de forma y tamao diagnsticos o que,en cambio presentan atributos muy tpicos pero no corresponden a taxonessistemticamente analizados, por lo que no pueden ser asignados en el estadoactual del conocimiento; stos se denominan como no identificados. Deben

    Babot, Mara del Pilar

  • 117

    mencionarse tambin los casos en los que la asignacin del almidn es tanambigua que remite nicamente a la presencia de un componente vegetal ouna estructura almacenadora en la muestra.

    A modo de sntesis y de acuerdo con nuestra experiencia en el Noroesteargentino podra decirse que, de preferencia, las asignaciones taxonmicas debenbasarse sobre comparaciones estrictas con materiales de referencia de distintotipo, y partiendo, en lo posible, de la consideracin de varias clases de microf-siles atribuibles a un mismo taxn. En los casos en que esto no es posible, seconsideran las partculas que presentan elementos diagnsticos o bien, los con-juntos de varias formas asociadas con valor taxonmico incluyendo morfotiposdiagnsticos y no diagnsticos. Por esto, los ejemplares aislados, carentes deelementos tpicos, se agrupan como no identificados, evitando las asignacionesdudosas o ambiguas.

    Un ejercicio de importancia para controlar la exactitud de los resulta-dos, consiste en evaluar los registros microbotnicos en su recurrencia, esto es,la concordancia entre los repertorios taxonmicos contemporneos proceden-tes de diferentes clases de muestras; adems, de comparar con otras evidenciasde dieta o consumo vegetal como las aportadas por los anlisis isotpicos.

    En cualquiera de las situaciones precedentes, la correspondencia gene-ral entre el registro microbotnico documentado y los conjuntos macrobotni-cos de los sectores especficos estudiados constituye una medida de controladicional. Esto ha sido particularmente til en nuestras investigaciones, sobretodo en el caso de registros tempranos de cultgenos (Babot 2004, 2005b).Cuando esto no es as, debido mayormente a problemas de preservacin endichos contextos, an se tienen datos que proceden de reas ms amplias parala mayora de los taxones que se hallan representados en las muestras de mi-crofsiles. Ciertos recursos como los tubrculos y races constituyen la excep-cin ya que su presencia es escasa en cualquier registro macrobotnico en ge-neral.

    De cualquier manera, es importante destacar que la coincidencia parcialentre las dos clases de registros es una situacin esperable, dadas las diferentesposibilidades de preservacin de ambos y, a su vez, la multiplicidad de fuentesde informacin microbotnica a las que puede recurrirse -artefactos, sustan-cias adheridas, suelos y sedimentos, los propios macrorrestos botnicos carbo-nizados no identificados, etc.-. Estas particularidades de la metodologa demicrofsiles permiten evaluar crticamente los tipos de resultados que la mis-ma est aportando a nivel mundial. Por ejemplo, nuestros datos sobre uso deespecies silvestres y domsticas obtenidos a partir del anlisis de instrumentalde molienda del NOA para contextos arcaicos y formativos, se encuadran bienen el marco del conocimiento vigente sobre el uso prehispnico de recursosvegetales en la regin y el rea Centro-Surandina (Babot 2004, 2005b; Hocs-man et al. 2003). Sin embargo, en buena medida nuestros registros ms tem-

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 118

    pranos se sitan en, o bien exceden, los extremos de las cronologas macrorre-gionales, las cuales se han confeccionado y sustentado, mayormente sobre labase de los conjuntos macrovegetales. Dado que esto forma parte de una ten-dencia que estn marcando las investigaciones de microfsiles a nivel mundial,esta aparente anomala parecera corresponder ms bien a una potenciali-dad del registro microvegetal que slo recientemente se ha incorporado a ladiscusin del manejo de recursos vegetales en el pasado.

    Ciertos aspectos condicionan el tipo de respuestas que pueden brindar-se desde el anlisis del registro de microfsiles. A nuestro juicio, los mismos seencuentran entre los temas prioritarios de investigacin en la actualidad. Enprimer lugar, deben mencionarse las limitaciones de los materiales de referen-cia, y para el rea Surandina en particular, lo que respecta a especies afines yancestros de cultgenos, y a taxones silvestres en general.

    En segundo lugar, se encuentra la magnitud de las inferencias sobremodalidades de procesamiento que pueden efectuarse a partir de los estnda-res de comparacin actuales. Ciertamente los tipos de daos que se atribuyena diferentes procedimientos en muestras actuales, pueden aparecer solapadosen las arqueolgicas. En este sentido es importante evaluar la correlacin entreel tipo de recurso, el tipo de efecto documentado y la clase de procedimientoesperado en cada caso, as como sus potenciales combinaciones.

    Por ltimo, debe mencionarse que, al menos en las muestras obtenidasdirectamente de las superficies de artefactos y de sustancias adheridas y, a dife-rencia de lo que ocurre con muestras de suelos y sedimentos, las identificacio-nes suelen partir de un conjunto limitado de microfsiles y de un nmero me-nor an, de partculas taxonmicamente diagnsticas, lo cual no permite eltratamiento estadstico complejo de los datos (Babot y Bru 2005). Sin embar-go, esto no ha impedido el tratamiento cualitativo de los mismos y la diversi-dad de inferencias sobre diferentes prcticas que la metodologa de microfsi-les ha aportado a la discusin arqueolgica.

    AGRADECIMIENTOS A Laura del Puerto por sus valiosas observacionessobre una versin previa de este texto. A mis alumnos y colegas de los cursosde microfsiles, por sus exigencias, discusiones y comentarios que, de algnmodo estn reflejados en este trabajo.

    NOTAS

    1 La presencia de ceras u otras sustancias hidrofbicas densas puede ralentizar o reducirla intensidad de la reaccin. La intensidad del teido depende tambin de la concen-tracin de la solucin (Juan-Tresserras 1992). Algunos autores han sealado que losgranos de almidn daados pueden ser mejor teidos con Gongo Red en rosa-negro,aunque nuestra experiencia ha mostrado que an estos especimenes son susceptibles ala tincin con Lugol.

    Babot, Mara del Pilar

  • 119

    2 Las estructuras anisotrpicas, a diferencia de las isotrpicas, son aquellas en las que laluz polarizada se propaga a diferentes velocidades, dependiendo de la direccin delplano de incidencia. Estos materiales se denominan birrefringentes porque presentandos ndices de refraccin distintos, los cuales corresponden a dos velocidades de propa-gacin de la luz diferentes (De Robertis y Hib 1998).3 Se ha sugerido la realizacin de muestreos en distintos sectores de los instrumentos,sosteniendo que los residuos relacionados con el uso en s permaneceran solamente enlas zonas activas y que, los restantes, podran atribuirse a fuentes de contaminacin(por ejemplo, Loy 1994). Sin embargo, observaciones personales del proceso de mo-lienda en la actualidad, por ejemplo, nos permitieron constatar que los residuos de lassustancia molidas quedan distribuidos en diferentes sectores de los artefactos. Estoocurre principalmente en las zonas activas de los artefactos pasivos pero tambin ensus sectores neutros y zonas de prensin, as como en el espacio circundante. La tota-lidad de la superficie de los tiles activos puede ser alcanzada por los mismos residuos,en diferentes proporciones y stos superponerse a otros, como los procedentes de sus-tancias empleadas en el enmangue. Sobre esta base, los residuos ubicados fuera de laszonas activas de diferentes clases de artefactos y su entorno inmediato, al menos enresiduos de facto (sensu Schiffer 1987), podran no ser considerados como el resultadode eventos de contaminacin sino del uso propio. A su vez, los restos hallados en laszonas activas y de prensin deben ser tomados como los ms indicativos de uso yenmangamiento, respectivamente.

    BIBLIOGRAFA

    Babot, Mara del Pilar

    1999a Un estudio de artefactos de molienda. Casos del Formativo. Tesis de Grado,Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumn.Tucumn, Argentina. Indito.

    1999b Recolectar para moler. Casos actuales de inters arqueolgico en el No-roeste Argentino. En: (CA. Aschero, MA. Korstanje y PM. Vuoto, eds.) En lostres reinos: prcticas de recoleccin en el cono sur de Amrica, pp. 161-170. Edi-ciones Magna Publicaciones, San Miguel de Tucumn.

    2001a La molienda de vegetales almidonosos en el noroeste argentino prehis-pnico. Publicacin Especial Asociacin Paleontolgica Argentina 8:59-64.

    2001b Almidones y fitolitos: desentraando el papel funcional de los artefac-tos de molienda arqueolgicos. En prensa en: Actas del XIV Congreso Nacionalde Arqueologa Argentina. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Na-cional de Rosario, Argentina.

    2003 Starch grain damage as an indicator of food processing. En: (DM. Hartand LA. Wallis, eds.) Phytolith and starch research in the Australian-Pacific-Asianregions: the state of the art, pp.69-81. Terra Australis 19, Pandanus Books for theCentre for Archaeological Research and the Department of Archaeologicaland Natural History, The Australian National University, Canberra.

    2004 Tecnologa y utilizacin de artefactos de molienda en el Noroeste Prehis-

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 120

    pnico. Tesis de Doctorado en Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales e IML,Universidad Nacional de Tucumn. San Miguel de Tucumn, Argentina. Indito.

    2005a Silicophytoliths and calcium crystals in useful wild and domestic plants of theSouthern Andes. The Phytolitharien. Bulletin of the Society for Phytolith Re-search 17(2): 20-21.

    2005b Plant resource processing by Argentinian Puna hunter-gatherers (ca.7000-3200

    B.P): microfossil record. The Phytolitharien. Bulletin of the Society for Phytolith Research17(2): 9-10.

    2005c Damage on starch from processing Andean food plants. En (R. Torren-ce y H Bardon, eds.) Ancient starch research, pp. 66-67, 71, 31-32. Left CoastPress, California.

    Babot, Mara del Pilar y Mara Cristina Apella

    2003 Maize and bone: residues of grinding in Northwestern Argentina. Ar-chaeometry 45(1):121-132.

    Babot, Mara del Pilar y Elena Bru de Labanda

    2005 Analysis of three factors that have an influence on the preservation ofmicrofossils in archaeological artifacts. The Phytolitharien. Bulletin of the Societyfor Phytolith Research 17(2): 4-5.

    Babot, Mara del Pilar; Patricia Susana Escola y Salomn Hocsman

    2005 Microfossils in largests module sidescrapers in agro-pastoralist contextsof the Argentinian Northwest: a contribution to their functional assignment.The Phytolitharien. Bulletin of the Society for Phytolith Research 17(2): 13-14.

    Babot, M. del Pilar, Natalia Mazzia y Cristina Bayn

    2006 Procesamiento de recursos en la regin pampeana bonaerense: aportesdel instrumental de molienda de las localidades arqueolgicas El Guanaco yCerro La China. En prensa en Libro del IV Congreso de Arqueologa de la ReginPampeana Argentina (CARPA), Baha Blanca.

    Babot, Mara del Pilar; Nurit Oliszewski y Alfredo Grau

    2003 Estudio morfolgico y de estructuras de Phaseolus Vulgaris L. (Fabaceae)silvestres y cultivados arqueolgicos y actuales. En prensa en: Parodiana 13(1-2).

    Barton, Hugh, Robin Torrence y Richard Fullagar

    1998 Clues to stone tool function re-examined: comparing starch grain fre-quencies on used and unused obsidian artifacts. Journal of Archaeological Scien-ce 25: 1231-1238.

    Boyd, William, Carol Lentfer y Robin Torrence

    1998 Phytolith analysis for a wet tropics environment: methodological issuesand implications for the archaeology of Garua Island, West New Britain, Pa-pua New Guinea. Palynology 22: 213-228.

    Campos, Sara; Laura del Puerto y Hugo Inda

    2001 Opal phytolith analysis: its applications to the archaeobotanical record

    Babot, Mara del Pilar

  • 121

    in the East of Uruguay. En: (JD. Meunier y F. Colin, eds) Phytoliths: applicationsin Earth Sciences and Human History, pp. 129-142. A. A. Balkema Publishers.

    Checa, A.; A. Jimeno; Jordi Juan-Tresserras; J.P. Benito y A. Sanz

    1999 Molienda y economa domstica en Numancia. En: Actas del IV Simposiosobre Celtberos. Economa, pp. 63-68. Institucin Fernando el Catlico(CSIC), Excma. Diputacin Provincial, Zaragoza.

    Coil, James, Mara Alejandra Korstanje, Steven Archer y Christine A. Hastorf

    2003 Laboratory goals and considerations for multiple microfossil extractionin archaeology. Journal of Archaeological Science 30:991-1008.

    Cortella, Alicia R. y Mara Lelia Pochettino

    1990 South American grain Chenopods and Amaranths: a comparative mor-phology of starch. Starch/Strke 42(7): 251-5.

    1994 Starch grain analysis as a microscopic diagnostic feature in the identifi-cation of plant material. Economic Botany 48(2): 171-81.

    1995 Comparative morphology of starch of three Andean tubers. Starch/Strke47(12): 455-61.

    Cotton, C.

    1998 Ethnobotany. Principles and aplications. Wiley and Sons, Chichester.

    De Robertis, E. y J. Hib

    1998 Fundamentos de biologa celular y molecular de De Robertis. Librera Edito-rial El Ateneo, Buenos Aires.

    Esau, Catherine

    1976 Anatoma vegetal. Ediciones Omega, Barcelona.

    Fitt, L. y E. Maywald Zinder

    1984 Photomicrographs of starches. En (R. Whistler, J. Bemiller y E. Paschall,eds.) Starch: chemistry and technology, pp. 675-689. Academic Press, San Diego.

    Fredlund, Glen G. y Larry T. Tieszen

    1994 Modern phytolith assemblages from the North American Great Plains.Journal of Biogeography 21: 321-335.

    Fredriksson, H.

    1998 Characterization of starch from different sources. PhD thesis, Swedish Uni-versity of Agricultural Sciences, Uppsala. Unpublished

    French, D.

    1984 Organization of starch granules. En (R. Whistler, J. Bemiller y E. Pascha-ll, eds.) Starch: Chemistry and Technology, pp. 183-247. Academic Press, Flori-da.

    Fullagar, Richard y Judith Field

    1997 Pleistocene seed-grinding implements from the Australian arid zone.Antiquity 71: 300-307.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 122

    Haslam, Michael

    2003 Evidence for maize processing on 2000-year-old obsidian artefacts fromCopn, Honduras. En: (DM. Hart and LA. Wallis, eds.) Phytolith and starchresearch in the Australian-Pacific-Asian regions: the state of the art, pp.153-161.Terra Australis 19, Pandanus Books for the Centre for Archaeological Resear-ch and the Department of Archaeological and Natural History, The Austra-lian National University, Canberra.

    2004 The decomposition of starch grains in soils: implications for archaeologi-cal residue analyses. Journal of archaeological science 31: 1715-1734.

    2006 Potential misidentification of in-situ archaeological tool-residues: starchand conidia. Journal of archaeological science 33: 114-121.

    Hocsman, Salomn, Mara del Pilar Babot, Sebastin Maman Segura, Cecilia Haros,Alfredo Calisaya, Aldo Jernimo, Luca Gonzlez Baroni y Ezequiel Milena

    2003 La transicin de cazadores-recolectores a sociedades agro-pastoriles enAntofagasta de la Sierra (Catamarca) vista desde el sitio Peas Chicas 1.3. En:Resmenes de las VI Jornadas de Comunicaciones de la Facultad de Ciencias Natu-rales e Instituto Miguel Lillo, p. 17. San Miguel de Tucumn.

    Iriarte, J.; I. Holst; J. Lpez y L. Cabrera

    2001 Subtropical Wetland Adaptations in Uruguay during the Mid-Holocene:An Archaeological Perspective. En: (B. Purdy, Ed.) Enduring records. The envi-ronmental and cultural heritage of wetlands, pp. 61-70. Oxbow Books.

    Juan-Tresserras, Jordi

    1992 Procesado y preparacin de alimentos vegetales para consumo humano. Apor-taciones del estudio de fitolitos, almidones y lpidos en yacimientos arqueolgicosprehistricos y protohistricos del cuadrante NE de la Pennsula Ibrica. Tesis Doc-toral, Universitat de Barcelona, Barcelona. Indito.

    1998 La cerveza prehistrica: Investigaciones arqueobotnicas y experimenta-les. En (JL. Maya, F. Cuesta y J. Lpez Cachero, eds.) Gen: un poblado delBronce Final en el Bajo Segre (Lleida), pp. 241-252, Publicaciones de la Univer-sitat de Barcelona, Barcelona.

    Kealhofer, Lisa; Robin Torrence y Richard Fullagar

    1999 Integrating phytoliths within use-wear/residue studies of stone tools. Jo-urnal of Archaeological Science 26: 527-546.

    Korstanje, Mara Alejandra

    2003 Taphonomy in the laboratory: starch damage and multiple microfossilrecovery from sediments. En: (DM. Hart and LA. Wallis, eds.) Phytolith andstarch research in the Australian-Pacific-Asian regions: the state of the art, pp.105-118. Terra Australis 19, Pandanus Books for the Centre for ArchaeologicalResearch and the Department of Archaeological and Natural History, TheAustralian National University, Canberra.

    2005 La organizacin del trabajo en torno a la produccin de alimentos en socieda-des agropastoriles formativas (Pcia. de Catamarca, Rep. Argentina). Tesis de Doc-torado en Arqueologa. Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad

    Babot, Mara del Pilar

  • 123

    Nacional de Tucumn. San Miguel de Tucumn, Argentina Indito.

    Korstanje, Mara Alejandra y Mara del Pilar Babot

    2005 A microfossil characterization from South Andean economic plants. En:(M Madella, MK. Jones y D. Zurro, eds.) Pleaces, people and plants: using phyto-liths in Archaeology and Palaeoecology. Proceedings of the 4th International Mee-ting on Phytolith Research. Oxbow Books, Cambridge, UK.

    Loy, Thomas

    1994 Methods in the analysis of starch residues on prehistoric stone tools. En(J. Hather, ed.) Tropical Archaeobotany: Applications and New Developments, pp.86-114. Routledge, New York.

    Loy, Thomas y Richard Fullagar

    2005 Residue Extraction. En (R. Torrence y H Bardon, eds.) Ancient starchresearch, pp. 197-198. Left Coast Press, California.

    Loy, Thomas; M. Spriggs y S. Wickler

    1992 Direct evidence for human use of plants 28,000 years ago: starch residueson stone artifacts from the northern Solomon Islands. Antiquity 66: 898-912.

    Lu, Tracey

    2003 The survival of starch residue in a subtropical environment. En: (DM.Hart and LA. Wallis, eds.) Phytolith and starch research in the Australian-Pacific-Asian regions: the state of the art, pp.119-126. Terra Australis 19, PandanusBooks for the Centre for Archaeological Research and the Department of Ar-chaeological and Natural History, The Australian National University, Can-berra.

    Manners, D.

    1968 The biological synthesis of starch. En: Starch and its derivatives, pp. 66-90.Chapman and Hill Ltd., Londres, 4ta. Edicin.

    Masterton, William L.; Emil J. Lsowinski y Conrad L. Stanitski

    1991 Qumica general superior. McGraw Hill, Mxico DF, 6 Edicin.

    Mulholland, S. y G. Rapp

    1992 Phytolith systematics: an introduction. En (G. Rapp y S. Muholland,eds.) Phytolith Systematics, pp. 1-13. Plenum Press, New York.

    Oliszewski, Nurit y Mara del Pilar Babot

    2005 Selection processes of the common bean in the high valleys of the Prehis-panic Northwestern Argentina. Micro and macroscopical analysis of archaeo-botanical specimens. Enviado para su publicacin en: Economic Botany.

    Pearsall, Deborah

    2000 Palaeoethnobotany: a handbook of procedures. Academic Press, New York.Segunda edicin revisada.

    2003 Integrating biological data: Phytoliths and starch grains, health and diet,at Real Alto, Ecuador. En: (DM. Hart and LA. Wallis, eds.) Phytolith and starchresearch in the Australian-Pacific-Asian regions: the state of the art, pp.187-200.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 124

    Terra Australis 19, Pandanus Books for the Centre for Archaeological Resear-ch and the Department of Archaeological and Natural History, The Austra-lian National University, Canberra.

    Pearsall, Deborah M.; Karol Chandler-Ezell y James A. Zeidler

    2004 Maize in ancient Ecuador: results of residue analysis of stone tools fromthe Real Alto site. Journal of Archaeological Science: 31: 423-442.

    Perry, Linda

    2004 Starch analyses reveal the relationship between tool type and function:an example from the Orinoco valley of Venezuela. Journal of ArchaeologicalScience 31: 1069-1081.

    Piperno, Dolores R.

    1990 Aboriginal agriculture and land usage in the Amazon Basin, Ecuador.Journal of Archaeological Science 17: 665-677.

    Piperno, Dolores R. e Irene Holst

    1990 Aboriginal agriculture and land usage in the Amazon Basin, Ecuador.Journal of Archaeological Science 17: 665-677.

    1998 The presence of starch grains on prehistoric stone tools from the HumidNeotropics: indications of early tuber use and agriculture in Panama. Journal ofArchaeological Science 25: 765-776.

    Piperno, Dolores R., A. J. Ranere, Irene Holst y P. Hansell

    2000 Starch grains reveal early root crop horticulture in the Panamanian tro-pical forest. Nature 407: 894-897.

    Pochettino, Mara Lelia y Mara Cristina Scattoln

    1991 Identificacin y significado de frutos y semillas carbonizados de sitiosarqueolgicos de la ladera occidental del Aconquija, Prov. de Catamarca, Rca.Argentina. Revista del Museo de La Plata (nueva serie) Antropologa 9(71):169-181.

    Radley, J.A.

    1943 Starch and its derivatives. Chapman y Hall Ltd., Londres. Segunda Edi-cin.

    Reichert, C.T.

    1913 The differentiation and specificity of starches in relation to genera, species, etc.Carnegie Institution of Washington D.C., Publication 173.

    Schiffer, Michael

    1987 Formation processes of the archaeological record. University of New MexicoPress, Albuquerque.

    Shannon, J. y D. Garwood

    1984 Genetics and physiology of starch development. En (R. Whistler, J. Bemi-ller y E. Paschall, eds.) Starch: chemistry and technology, pp. 26-85. AcademicPress, San Diego.

    Babot, Mara del Pilar

  • 125

    Sterling, C.

    1968 The structure of the starch grain. En Starch and its derivatives, pp. 139-167. Chapman and Hill Ltd., Londres, 4ta. Edicin.

    Therin, Michael

    1994 Subsistence through starch: the examination of subsistence changes on GaruaIsland, West New Britain, Papua New Guinea, through the extraction and identifi-cation of starch from sediments. BA (Honours) Thesis, Prehistoric and Histori-cal Archaeology, Sydney University, Sydney. Unpublished

    Torrence, Robin y Huw Barton (eds.)

    2005 Ancient starch research. Left Coast Press, California.

    Torrence, Robin; Richard Wright y Rebecca Conway

    2004 Identification of starch granules using image analysis and multivariatetechniques. Journal of Archaeological Science 31: 519-532.

    Ugent, Donald; Tom Dillehay y Carlos Ramirez

    1987 Potato remains from a Late Pleistocene settlement in Southcentral Chi-le. Economic Botany 41(1): 17-27.

    Ugent, Donald, Shelia Pozorski y Thomas Pozorski

    1981 Prehistoric remains of the sweet potato from the Casma Valley of Peru.Phytologia 49(5): 401-415.

    1982 Archaeological potato tuber remains from de Casma Valley of Peru. Eco-nomic Botany 36(2): 182-192.

    1984 New evidence for ancient cultivation of Canna edulis in Peru. EconomicBotany 38(4): 417-432.

    1985 Archaeological manioc (Manihot) from Coastal Per. Economic Botany40(1): 78-102.

    Winton, A. L. y K. B. Winton, K.B.

    1932 The structure and composition of foods. John Wiley, New York.

    Granos de almidn en contextos arqueolgicos

  • 219

    NDICE

    PRLOGO.................................................................................................................... 7

    CONFECCIN DE CORDELES EN LA PUNA SEPTENTRIONALY MERIDIONAL ARGENTINA. MOVILIDAD E INTERACCIONESSOCIOECONMICAS ............................................................................................. 11M. Fernanda Rodrguez y Carlos A. Aschero

    PRIMERA EVIDENCIA ARQUEOLGICA DE CULTIVOS DELVIEJO MUNDO (TRIGO, CEBADA Y DURAZNO) EN EL NOA:SU SIGNIFICACIN A TRAVS DEL REGISTRO DE EL SHINCALDE QUIMIVIL ........................................................................................................... 25Ayln Capparelli, Marco Giovannetti y Vernica Lema

    El ALGODN (Gossypium sp.) EN EL REGISTROARQUEOLGICO DEL NOROESTE ARGENTINO: SU PRESENCIAPRE Y POST HISPNICA ........................................................................................ 49Vernica Lema y Aylen Capparelli

    IDENTIFICACION DE LEGUMINOSAS MIMOSOIDEASPROVENIENTES DE REGISTROS ARQUEOLOGICOS. CAMPO DELPUCARA (CATAMARCA, ARGENTINA) COMO CASO DE ESTUDIO .......... 79Nurit Oliszewski

    GRANOS DE ALMIDN EN CONTEXTOS ARQUEOLGICOS:POSIBILIDADES Y PERSPECTIVAS A PARTIR DE CASOS DELNOROESTE ARGENTINO ...................................................................................... 95Mara del Pilar Babot

    DISCUSIONES EN TORNO A LA ANTRACOLOGA Y LOS SITIOSARQUEOLGICOS DE LA REGIN SUR-AUSTRAL DE CHILE ................... 127Mara Eugenia Solari

    ANTRACOLOGA Y SUBSISTENCIA: PALEOETNOBOTNICADEL FUEGO EN LA PREHISTORIA DE LA REGIN ESTE DELURUGUAY - PUNTAS DEL SAN LUIS, PASO BARRANCAS, ROCHA,URUGUAY................................................................................................................ 137Hugo Inda y Laura del Puerto

  • 220

    ESTUDIO ANTRACOLGICO EN TEBENQUICHE CHICO (DPTO.ANTOFAGASTA DE LA SIERRA, PROVINCIA DE CATAMARCA) .............. 153Ivana Carina Jofr

    ARQUEOBOTNICA DEL SITIO PEAS CHICAS 1.3 (ANTOFAGASTADE LA SIERRA, CATAMARCA, ARGENTINA) ................................................. 179Mara Gabriela Aguirre

    APORTES DE LA ANTRACOLOGA A LA CRONOLOGADEL VALLE DE AMBATO .........