casco histórico de caracas

El Casco Histórico Colonial

DE LA

C i u d a d d e

Santiago de León de Caracas

Primer recorrido Experimental del Trabajo Campo

PROF. ARQUÍMEDES RIVERO

Octubre 2010

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA

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El "Casco Central de Caracas"

Tomado de las "Páginas Amarillas", Gran Caracas 2009, publicación de la CANTV.

Situación actual del llamado "Casco Central" de Caracas, donde se pueden ubicar las 25 manzanas origínales de la




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dudad, comprendidas entre las esquinas de Cuartel Viejo, Abanico, Doctor Díaz y La Gorda y el famoso "Cuadrilátero Histórico" de Don Arístides Rojas llamado "La Ciudadela,' entre la Plaza de Altagracia y la esquina de Arguinzones (hoy Maturín y las de Traposos y La Bolsa

DE LA FUNDACIÓN DE CARACAS AL SIGLO XVII

Los límites de la Ciudad originaria constan en la relación que redacta en 1578 el Gobernador Juan de Pimentel, al dejar para la historia el primer mapa de la ciudad de Caracas, habiendo constancia documentada que:

"... Diego de Henares, fue el autor del trazado de Caracas, que la orientó exactamente de Norte a Sur, entre la Quebrada de Catuche, al Este, la Quebrada de Caroata hacia el Oeste, el Guaire al Sur y al Norte la montaña..." (1)

El trazado y la repartición de los solares, debe interpretarse como parte de la campana del conquistador Diego de Lozada, en la que aplica el modelo típico de disposición en damero, adoptado casi sin modificaciones en la América hispana.

Este trazado clásico, al igual que en la mayoría de las ciudades del nuevo Continente,

"...tampoco evolucionaron durante el siglo XVIII los elementales trazados típicamente americanos siguiendo las novedades europeas, creadoras de la ciudad barroca. El simple trazado de cuadrícula se habla extendido con tal universal y unánime aceptación, que no se considera conveniente ninguna mudanza. Se había logrado una escuela difícil de desarraigar. Además, las grandes ciudades ya habían sido creadas en su mayoría, y la necesidad no reclamaba nuevas soluciones. (,.,) Todo es sencillo, monótono, claro. Los planos se trazaron sin




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tener en cuenta el emplazamiento y el relieve del terreno... Pero su monotonía está compensada, en las ciudades más ricas, por un caserío muy variado, al que rejas y balcones salientes, portadas de profusa decoración y otros elementos, daban atractivo aspecto," (2)

Este esquema predomina en Caracas, hasta finales del siglo XIX. El desarrollo de la ciudad se limita a ampliarlo con escasas variantes, en su mayoría debido a los accidentes del terreno. La "rigidez" urbana tuvo su asiento en las "Leyes de Indias" que si bien no se cumplieron a cabalidad determinaron la trama urbana de todas las ciudades en la América hispana. Fernando Chueca y Leopoldo Torres Balba agregan:

"... con el instrumento legal de las Leyes de Indias y gracias a la sencillez del plano ajedrezado, que permitía un fácil repartimiento de solares y un replanteo expeditivo sobre el terreno, los españoles pudieron Eevar a cabo su ingente tarea de fundación de ciudades, (...) En América se imponían, ante todo, las soluciones prácticas, fáciles y expeditivas, ya que a ninguna nación se le ha presentado en el curso de la Historia, ni aun lejanamente, el problema de la creación de ciudades en tal número, en tiempo relativamente reducido y esparcidas por áreas tan extensas”.




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Como se puede apreciar en el plano del Gobernador Pimentel

inicialmente la ciudad estaba formada por 25 manzanas, de las cuales, como era natural para la época, la del centro era la Plaza Mayor; divididas cada una en cuatro solares iguales, repartidos "a cordel y regla"; distribución que debió durar bien poco, debido a que las construcciones resultaban muy grandes y de costo elevado para los recursos económicos de sus propietarios, para ese entonces muy reducidos. El siglo XVIII no verá casas ocupando la cuarta parte de una manzana...

El área urbana correspondiente a este primer plano, comprendía el cuadrado inscrito entre las esquinas llamadas hoy Cuartel Viejo, Abanico, Doctor Díaz y La Gorda, cruzado a su vez por cuatro calles de Norte a Sur y otras tantas de Este a Oeste. (3)




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Para 1580, año en que las autoridades coloniales levantan un censo oficial, la ciudad cuenta con 2.000 almas, cantidad que hubiera sido mayor, si los procedimientos de conquista y "pacificación" hubiesen sido diferentes, especialmente con la población indígena, atacada además por el sarampión y la viruela, desconocidas en el Nuevo Mundo. No hay en la ciudad una sola obra del siglo XVI que haya llegado hasta nosotros.

“Asolada por el pirata inglés Amias Preston, en 1595, Caracas llega al siglo XVII, con una población escasamente superior a 2.000 habitantes. Este siglo, "... es el de la larga espera silenciosa. Nada cambia, nada crece, nada sucede. Vienen y van los Gobernadores, se reúnen los cabildos, se cantan los Te Deum y los funerales, pero en el vecindario están los mismos nombres con las mismas tierras. Cultivos de poco rendimiento, el hacendado en la casa de adobes, gibada y umbrosa, (...) lentos viajes en muía con escapularios y rogativas, enfermedades, novenarios y muertes.,," (4)

A finales de ese siglo la ciudad contará con algo más de 6.000 habitantes y no se conoce, en caso que exista, un solo plano de la ciudad elaborado durante el siglo XVII; por este solo indicio, nos damos cuenta del poco interés demostrado por la corona, para con este pedazo de sus colonias y la poca importancia de Caracas dentro de la organización colonialista.

Diré que en medio de este esbozo, la ciudad del siglo XVIII, manifiesta su lento desarrollo urbano; y es precisamente aquí, donde encontramos nuevamente documentación planimétrica que nos ubique en un contexto sí se quiere, más actual. Tendremos que esperar hasta 1772 para encontrar otro plano de la ciudad precisamente levantado por Juan Vicente Bolívar y Ponte, padre del Libertador y por encargo del recién llegado Gobernador José Solano y Bote. A la época, según relata Don Juan Vicente, la ciudad alojaba de 19.000 a 20.000 habitantes, (3)




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En las décadas finales del siglo XVIII, Caracas atraviesa un período más dinámico; se abren las puertas al comercio libre y se extinguen los privilegios de la Compañía Guipuzcoana; al abrigo de la relativa tranquilidad política y el incremento de la actividad mercantil, se emprenden obras de utilidad pública; se construye el primer teatro de la ciudad y es de mencionar el crecimiento demográfico que según el Obispo Martí, llega rápidamente a los 40.000 habitantes. En este período, precisamente el 24 de julio de 1783, acontece un hecho que cambiará la historia de América: nace en Caracas Simón Bolívar, El último año de ese siglo, llega a Caracas la eminente figura de Alexander von Humboldt, sabio alemán que en su "Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente' deja para la historia de Venezuela, una obra fundamental; según su relato y para 1812, la ciudad ya pasaba de los 50.000 habitantes.

EL "CUADRILÁTERO HISTÓRICO" DE ARÍSTIDES ROJAS

El historiador Arístides Rojas, en su libro "Crónica de Caraca?, da este nombre a las principales calles y edificaciones de la Caracas colonial: la "cíudadela" como la llama, estaba comprendida entre la Plaza de Altagracia y la esquina de Arguinzones (hoy Maturín), y las de Traposos y La Bolsa; son doce manzanas donde se llevarán a cabo todos los acontecimientos de importancia por esa época y que posteriormente serían trascendentales. Refiere también que comprendía la

"...primera casa que edificó Lozada en la esquina de Arguinzones o de Maturín; el templo de San Sebastián, los dos más antiguos conventos de monjas; el Palacio de los Capitanes Generales, la Audiencia, la Intendencia; la Cárcel Real, el




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Ayuntamiento, la Universidad; el Seminario Tridentino; la Catedral con su cementerio y prisión; la Tesorería Real; (...) la Casa de los Jesuítas; la casa donde se instaló el Congreso Constituyente de 1811; (...) la casa donde vivió Humboldt; y últimamente, la casa donde nació Simón Bolívar; su casa patrimonial, a la cual llegó en 1827 (...) y la plaza en que se verificó su apoteosis."

Además refiere este insigne cronista, como hecho realmente curioso, pero muy de acuerdo con las costumbres de esa Caracas colonial el de la "Campana de la Audiencia", en el edificio erigido al lado de la casa de los Bolívar, en San Jacinto:

"... existía una puerta con una campana y atada a ella una cadena de hierro. El culpable que al ser perseguido, tiraba de la cadena, quedaba bajo el amparo de la Audiencia y nadie podía tocarle. Solo dos Templos tuvieron este privilegio: la Cátedra y Altagracia; lo mismo que la de la familia Arguinzones, ya extinguida, que vivió en la esquina de Maturín,"

Es en este "Cuadrilátero Histórico", donde se ubica el corazón de Caracas por tres largos siglos; es la fragua donde se forja el ascenso y la caída del Imperio Español en Venezuela, como se verá más adelante.

En los planos sucesivos elaborados durante el siglo XIX, encontramos una ciudad más desarrollada y organizada; se nombran calles y esquinas, se enumeran monumentos y puntos de interés, etc.

LAS CALLES Y ESQUINAS DE CARACAS

Según el historiador Arístides Rojas, alrededor de 1766 (5), Diez Madroñera, quien fuera obispo de Caracas (1757-1769), concibió la idea de dar nombre a las calles y templos de la ciudad ordenando que se pusiese cada casa bajo la protección de un patrono celestial, en vista del sismo recién




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ocurrido. Surgieron entonces nombres para las calles, tales como La Encarnación del Hijo de Dios, Circuncisión y Bautizo de Jesús, La Resurrección, Huida a Egipto, Jesús Nazareno y pare de contar.

Eso no fue todo; como cada calle para aquel entonces, tenía cuatro o más cuadras, cada una llevaba el nombre de vírgenes, como Virgen del Pilar, de Covadonga, etc. las familias fueron obligadas a construir un retablo en el zaguán de cada casa, similares a los que obligó a construir en cada esquina. El obispo murió en 1769 y Caracas reaccionó: desapareció el rezo obligatorio del rosario y los prohibidos carnavales y bailes populares y sobre todo los toros, que eran la gran diversión de la época, reaparecieron.

No todas las esquinas de Caracas tienen un origen digno de mención especial; unas al azar o debido a los personajes que en ella vivieron, otras tienen nombres populares que recuerdan nuestro ingenio, nombres de árboles, conventos, colegios, sucesos históricos que las hicieron famosas, etc.

De una manera u otra, y de acuerdo a la evidencia, la nomenclatura del obispo Diez Madroñera debió durar poco, aunque algunos nombres lograron subsistir. La gesta de la Independencia y los eventos posteriores, influyen decisivamente en el trazado urbano y como consecuencia en los nombres de las calles y esquinas de la ciudad

Según el libro La Ciudad de los Techos Rojos, del cronista de Caracas, don Enrique Bernardo Núñez, quien tomó de "un plano de 1856, época del Consejero Lisboa y reproducido en 1865 por la Imprenta Republicana de Federico Madriz (colección Landaeta Rosales en la Academia Nacional de la Historia)" y extractando el nombre de la calle y sus esquinas, encontramos que:




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1. Fraternidad (La Protección) 2. De Ochoteco (Pineda)3. Del Cuartel Viejo4. De Altagracia5. De Mijares6. De jesuítas7. De Alguisonis (Maturín)8. De La Bolsa

En este trabajo se hace mención a varias Esquinas de Caracas, pero solamente como referencia a algún hecho resaltante, sin entrar en los detalles de su origen. Sobre el particular recomendamos el libro de Las Esquinas de Caracas de Carmen Clemente Travieso.

REFERENCIAS:

(1) Eduardo Arcila Farías, Historia de la Ingeniería en Venezuela, Caracas, 1961.




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(2) "Fernando Chueca Goitía y Leopoldo Torres Balbas. Planos de Ciudades Iberoamericanas y Filipinas existentes en el Archivo de Indias. Instituto de Estudios de Administración Local. Madrid, 1951.

(3) Es de importancia para este estudio anotar que el límite norte en el primer plano de Caracas, en la dirección de Cuartel Viejo a Marica, vendría a ser con el tiempo la calle La Protección, llamada después La Fraternidad y en la actualidad Oeste-Este 3, dando nombres entre otras esquinas, a las de Jesuítas y Arguinzones, hoy Maturín, donde la tradición ubica la casa del Fundador de la ciudad, Don Diego de Lazada (N, del A)

(3) "Arturo Uslar Píetri, La Nación Venezolana se hizo, introducción al libro “Venezuela 1498 – 1810”.

(4) Ramón Díaz Sánchez, "Caracas Cuatricentenaria", Edición de 14 planos de la Mobil de Venezuela, Caracas, 1966.

(5) Para ese año se sucede un terremoto en Caracas que en su libro el Padre Blas Joseph Terrero "Teatro de Venezuela y Caracas”, afirma que el terremoto del 21 diciembre de 1766, hizo todo su estrago en los templos. Es lógico pensarlo así pues este tipo de edificaciones eran prácticamente las únicas con una altura mayor a una planta. (N. del A.)

(6) Las Esquinas de Caracas de Carmen Clemente Travieso (2002). Colección Ares. Editorial Los Libros de El Nacional. Tercera reimpresión. Caracas – Venezuela.

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Extracto parcial del libro: “El Templo Masónico de Caracas ante la Historia” del Historiador Jorge Serrano Acosta (2009).




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