crónica del reino de chile - pedro mariño de lobera

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Crónica del Reino de Chile - Pedro Mariño de Lobera CRÓNICA DEL REINO DE CHILE, ESCRITA POR EL CAPITÁN D. PEDRO MARIÑO DE LOBERA, DIRIGIDA AL EXCELENTÍSIMO SR. D. GARCÍA HURTADO DE MENDOZA, MARQUES DE CAÑETE, VICERREY Y CAPITÁN GENERAL DE LOS REINOS DEL PERÚ Y CHILE, REDUCIDO A NUEVO MÉTODO Y ESTILO POR EL PADRE BARTOLOMÉ DE ESCOBAR, DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS ArribaAbajo Preliminares Al Excmo. señor don García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete y vicerrey de los reinos del Perú y Chile. Bartolomé de Escobar, de la Compañía de Jesús, salud y eterna felicidad en nuestro Señor Jesucristo. Una de las cosas, señor Excmo., que me aumentan el gusto que en servir a V. E. con estos renglones recibo, es el hallarme desobligado a prolongarlos, con escribir el punto, que por una parte es inexcusable y por otra pudiera causar prolijidad, habiéndose de explicar como la materia pide. Esto es tratar del fin que me movió a escribir de nuevo esta historia, el cual, constándole a V. E. no ser otro sino la voluntad y obligación que de servir a V. E. tengo, me parece estoy justamente eximido de renovarlo; pues ultra desto ninguna otra cosa fuera parte para ello. Porque, aunque la materia no sea la que derechamente mi

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Crónica de Chile, hecha por Mariño de Lobrera.

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Crnica del Reino de Chile - Pedro Mario de Lobera

CRNICA DEL REINO DE CHILE, ESCRITA POR EL CAPITN D. PEDRO MARIO DE LOBERA, DIRIGIDA AL EXCELENTSIMO SR. D. GARCA HURTADO DE MENDOZA, MARQUES DE CAETE, VICERREY Y CAPITN GENERAL DE LOS REINOS DEL PER Y CHILE, REDUCIDO A NUEVO MTODO Y ESTILO POR EL PADRE BARTOLOM DE ESCOBAR, DE LA COMPAA DE JESS

ArribaAbajoPreliminares

Al Excmo. seor don Garca Hurtado de Mendoza, marqus de Caete y vicerrey de los reinos del Per y Chile. Bartolom de Escobar, de la Compaa de Jess, salud y eterna felicidad en nuestro Seor Jesucristo.

Una de las cosas, seor Excmo., que me aumentan el gusto que en servir a V. E. con estos renglones recibo, es el hallarme desobligado a prolongarlos, con escribir el punto, que por una parte es inexcusable y por otra pudiera causar prolijidad, habindose de explicar como la materia pide. Esto es tratar del fin que me movi a escribir de nuevo esta historia, el cual, constndole a V. E. no ser otro sino la voluntad y obligacin que de servir a V. E. tengo, me parece estoy justamente eximido de renovarlo; pues ultra desto ninguna otra cosa fuera parte para ello. Porque, aunque la materia no sea la que derechamente mi profesin ejercita, mas bien mirada, no la tengo por fuera della, pues a un prncipe tan defensor de la religin cristiana, y celoso de su aumento, y tan protector de las particulares religiones y afecto a ellas, y sealadamente a nuestra Compaa de Jess, cualquier servicio que se le haga se puede presumir que redunda en lo que todos pretendemos, que es la gloria del nombre de Cristo, a la cual todos debemos aspirar ante todas cosas. Y no tengo por cosa muy remota deste intento el asunto que he tomado en esta historia, pues se trata en ella originalmente el modo cmo entr y se ha ido aumentando en estas partes nuestra santa fe catlica, para que en semejantes ocasiones tenga el lector aviso de cmo debe proceder as en seguir lo que aqu se da por lcito y loable como en evitar lo menos puesto en razn, y aun lo exorbitante della, si hallare algo que merezca tal nombre. Ni tampoco es razn que deje yo de estimar por suficiente motivo el que tiene por tal V. E., que es no dejar frustrados los trabajos de don Pedro Mario de Lobera, autor de esta historia, el cual con extraordinaria diligencia escribi as las cosas de que fu testigo, como persona que se hall en Chile casi a los principios de su conquista, como las que inquiri con tanta solicitud, que ninguna cosa ms deseaba que el no ver en su historia cosa que discrepase un punto de la verdad averiguada. Y desto puedo decir que soy testigo; porque del mesmo modo con que conmigo hablaba desto pocos das antes que muriese, colega yo claramente ser pura verdad la que trataba, porque en su sinceridad y llaneza no pudiera caber doblez o ficcin que pudiera disimularse sin echarla de ver, mayormente quien tanto daba y tomaba con l en esto como yo. Y bien se le echa de ver que no atenda a otra cosa sino a la verdad sola y apurada; pues ni se cur de lenguaje ni estilo ni de buscar quien le fuese ayudando en este asunto al tiempo que escriba, sindole tan necesario como persona que dems de su natural sinceridad se haba ocupado siempre en las armas y en ejercicios militares nada concernientes a este ministerio; tanto que habiendo acabado de escribir su historia, deseando que se redujese a disposicin, lenguaje y estilo, se content con quien tan corto caudal y suficiencia tiene como yo, que por reconocerla tanto no me atreviera a salir a esto si no fuera mandado de V. E., cuya benignidad suple mis faltas, animndome a ms de lo que, por, m solo me fuera justo. Verdad es que no reparo tanto en el ingenio mal subtilizado, lenguaje y mtodo mal proporcionado a lo mucho bueno que se requera para la descripcin del reino de Chile, la diversidad de sus temples, la abundancia de sus mantenimientos, la ferocidad de sus naturales y riqueza de sus minas y, finalmente, el discurso de su conquista y asiento, en lo cual no va mucho estar ms o menos bien puesto en orden histrico y elegante estilo; lo que he temido es solamente el emprender esta obra en cuanto tiene insertas las memorables hazaas de V. E., que mientras ms tengo que escribir dellas, tanto menos acierto a referirlas, sin bajar mucho de los quilates a que ellas suben. Pero ningn hombre discreto se espantar de que yo no atine a ponderar como es razn el haber V. E. siendo de veinte y dos aos cuando entr en el gobierno destos reinos, salido con empresas, que arguyen cincuenta de madureza y muchos ms de experiencia; como se ver en el discurso desta historia. Bien sabe todo el mundo de la manera que entr V. E. a apaciguar un reino inquieto y rebelado entre brbaros de dobladas fuerzas y temerarios bros, y entre espaoles medio alborotados, estando sin concierto y orden el estado de las cosas, y haberlo dejado todo tan llano, cuanto antes y despus, que V. E. alz mano de su gobierno esa ......destruido y miserable. Gran cosa fue, sin duda, el haber V. E. en...... dos generales espaoles aposesionados de la tierra, envindolos...... fuera del reino y pacificndolo en todo; y habindose con los suyos con tal equidad y peso, que no hiciesen gnero de desdn o desafuero; grande el haber entrado en aquella ......famossimas batallas campales con tan reducido nmero de soldados entre el excesivo de los brbaros belicosos, saliendo siempre con la victoria; grande el haber acometido a una fortaleza entrndose slo por la puerta entre veinte mil enemigos, teniendo apenas veinte soldados que le siguiesen; grande el haber fundado siete ciudades y puesto en orden las que estaban antes desconcertadas, y no menos grande el haber hecho mucho y sacar nada de inters de las Indias, como consta en todas ellas. Pero lo que es ms que grande y de mayor ponderacin es el comn sentir no slo de los espaoles, que en todo Chile y el Per han llorado tanto la ausencia de V. E. cuanto deseado su venida; mas tambin la voz de los mismos brbaros, que perseveran en la guerra, los cuales pblicamente han clamado desde entonces que con ninguno otro medio se allanaran si no es con V. E. De suerte, seor Excmo., que la falta que en m reconozco de los requisitos para escribir exactamente cosas tan aventajadas me haba puesto casi a punto de desistir deste laberinto; mas considerando atentamente las circunstancias, me pareci que la cortedad de mi caudal para tratarlas, por una parte es ganancia de V. E. sin prdida ma, y por otra granjeo yo mucho sin disminucin del nombre de V. E. Digo ser ganancia, pues lo es, y muy ilustre, que las obras de V. E. sean tales que no haya ingenio que acierte a darles el punto en que ellas estn, y sin menoscabo mo, pues no pierdo yo nada en no llegar a lo que ninguno alcanza. Dije tambin ser inters mo, porque mientras el lenguaje y estilo es ms humilde, se colegir ms claramente no haber en mi intento alguna mezcla de otro fin, fuera del que me he propuesto de servir a V. E., pues no viendo en m cosa de que se pueda hacer ostentacin de mi parte, presumir cualquier discreto que est de parte de V. E. todo lo que me mueve y no otra cosa, y esto sin detrimento de las hazaas de V. E., pues son ellas tan manifiestas a todo el mundo que ni el alto estilo las acumula ni el bajo las disminuye. Y cuando, no estuvieran por s mesmas tan notorias, fueran agora manifiestamente conocidas por las presentes del gobierno y justicia que V. E. en el Per administra de que somos todos testigos; donde as las pas como las grandiosas hinchen enteramente el vaco que el marqus mi seor, padre de V. E., dej en su muerte, segn con razn esperamos, dichosa, nunca acabado de llenar hasta el tiempo en que V. E. vino a ello. Pregntelo a los pueblos de indios cuyas iglesias estaban arruinadas por haberlas arrasado con el suelo los furiosos terremotos pasados, y estn ya todas reedificadas con tantas ventajas que en slo este valle de Lima, donde V. E. reside, ha fabricado cuatro. y reparado las dems en lo necesario; lo cual se ha hecho a este tenor en los dems lugares deste reino; dganlo tambin los hospitales, as el de los espaoles, fundado por el marqus mi seor, padre de V. E., y el de San Diego ahora de nuevo edificado, y favorecido con el amparo de V. E., como el de los indios, gente a quien V. E. con particular afecto favorece y ampara; pues vemos que actualmente est V. E. aumentando estas casas, ilustrndolas con hermosas fuentes no menos tiles para el servicio que deleitables para recreacin de los enfermos, socorrindolos con este regalo que gozan hoy todas las religiones y lugares pblicos desta ciudad de los Reyes con tanta abundancia Y hermosura que parece era otra la ciudad cuanndo V. E. entr en ella de lo que es ahora,,en la sazn presente. Y no quiero que senn solos enfermos los indios que atestiguan con esto, sino todos universalmente de culquiera disposicin y estado; a los cuales, como a gente miserable y amilanada, ha eximido V. E. de gravsimas vejaciones, sindoles refugio y alivio en todas cosas, as temporales como espirituales,. de que estaban no poco necesitados. Veo tambin que los motines y desconciertos que en unos lugares se rugan, y en otros comenzaban a tramarse, les cort V. E. los bros sin dejarles alzar cabeza, apagndose como centella los que, faltando la prevencin y diligencia de V. E., pudieran ser de tanto detrimento que pusieran al reino del Per en contingencia y a canto de perderse, si Nuestro Seor, por su misericordia, no tomara a V. E. por instrumento para allanarlo todo en sus principios, poniendo resguardo a lo que si viniera a ms rompimiento tuviera, sin duda, fines desastrados. Dejo aparte la nueva poblacin de Castrovirreina para el asiento y labranza de las ricas minas de nuevo descubiertas, y otra semejante hecha en Guailas, de no menos prsperas esperanzas, ni tampoco hago mencin del nuevo pueblo de San Lzaro, ni de la insigne fbrica de las casas reales de la habitacin de V. E., ni de la grande cantidad de artillera y municin con que.V. E. ha ilustrado y fortalecido la tierra y guardado el mar, cosa que no poco admira a los que ahora diez aos ni vimos rastro desto, ni aun pudiramos persuadirnos que en cien aos viniera pueblo de las Indias a tanta medra, como hoy vemos, estando as esta ciudad de los Reyes como su puerto de mar y navos que por l navegan tan lleno todo de piezas gruesas, tan perfectas y bien labradas, que creo nos podran tener envidia los lugares que en Europa estn ms guarnecidos y pertrechados, lo cual toco tan de paso no porque la cosa no sea digna de ponderacin y estima, sino porque la veo mejor declarada por los efectos. Me remito, pasando a otra cosa tan pa cuanto liberal, segn de la mano y generosidad de V. E. se esperaba. Esto dirn mejor no pocos hombres honrados tan pobres que andaban casi muriendo de hambre, a los cuales ha auxiliado V. E. ......no cesan de echarle bendiciones. De manera que siendo las......que V. E. ......Chile notorias a todos, as por s mismas como por las presentes que gozamos, no puede mi cortedad de razones perjudicar a sus trofeos, cuanto ms que ......en mi facundia para poder cumplir con la materia, me reprimiera al conocer la condicin de, V. E......no gusta tanto de ver sus hazaas escritas en los autores cuanto de ser autor de ellas por la obra. Y por haber tenido atencin a esto el capitn don Pedro Mario de Lobera, y....... en que destas cosas insignes y memorables de V. E. que l tena escritas antes de que V. E. viniese por vicerrey de aquestos reinos, se cercenasen no pocos renglones por haber ya V. E. venido, por cuya mano haba de pasar este libro, las cuales estaban lejos de deberse quitar tildes dellas, pues antes se les deba de, aadir mucho si hubieran de pasar por otra mano. Y desta limitacin que pusimos...... segn nuestra voluntad y la mesma casa que ......en todas ellas......los originales primeros desta historia, los cuales ...... muchos aos antes que V. E. viniese quitan toda sospecha de lisonja, pues estaba el autor bien descuidado de ver en estos reinos a V. E., sabiendo como hombre ......experimentado que la cosa ......ms deseada es la que est ms lejos de venir a efecto, y el haber Dios Nuestro,Seor cumplido el universal deseo destos reinos, trayendo a ellos tal prncipe, por quien tanto anhelaban todos desde el da que V. E. sali de ellos, me persuado haber sido por querer su Divina Majestad enviar un comn refrigerio a estas tierras a tiempo que estaban en medio de tantos infortunios y calamidades, que todos por nuestros pecados experimentbamos. Ninguno hay a quien no le conste que hall V. E. los pueblos con excesiva caresta de mantenimientos, universal hambre, enfermedades y pestes gravsimas, apenas a la sazn fenecidas del todo, edificios arruinados lastimosamente con los extraordinarios terremotos que poco antes haban precedido, con otras muchas calamidades dignas de propia historia, todas las cuales se trocaron en tanta prosperidad y contento, que somos todos testigos que de treinta aos a esta parte no se ha visto tan comn sanidad y buenos temporales; ni abundancia de frutos y ganados tan copiosa; ni tanto lustre y crecimiento en las ciudades, as por los edificios restaurados como los de nuevo fabricados desde los cimientos: no olvidndome de lo que el verlo cada da a los ojos no me dejara olvidar aunque quisiera, que es el haber dado V. E. asiento y orden en dos cosas de las principales que ejercita la repblica cristiana: la una la prevencin y ensaye ordinario en el ejercicio militar, y la otra, el crecimiento y buen progreso de las letras, que cuando no hubiera ms que ver a esta ciudad de los Reyes tan ilustrada con tantos colegios y seminarios, unos de nuevo fundados por V. E. y otros aumentados con su favor y amparo, era motivo suficiente para tener por felice su venida a estas partes. Cuanto ms. si tocase el punto que prepondera casi a todos los que he tocado, que es haber salido estos reinos de un gnero de opresin y aun ignominia de la befas que cada da nos hacan diversos piratas ingleses, entrando y saliendo por este mar del Sur como por su casa, y saliendo siempre con la suya con no echar vez lance en vano sin llevar presa, tanto, que pareca se andaban paseando por el mar, tomando los navos que les hacan al caso sin resistencia alguna, y hallndolo todo a pedir de boca, sin haber quien se lo demandase con no pequea nota de la honra espaola, que no suele sufrir que se le hagan semejantes burlas y gasquetas, ni dejarse estar tan sojuzgada como lo estbamos de estos corsarios, que nos tenan puesto, como dicen, el pie sobre el pescuezo. Bendito sea Nuestro Seor que nos ha trado tan deseado prncipe y tan cabal en todo lo que haban menester tan precisamente estos reinos, pues la primera vez que estos enemigos acometieron entrar en tiempo de V. E. fuerontodos destrudos con desastrados temporales antes de embocar por el Estrecho de Magallanes, como se vi el ao de noventa y dos, y la segunda vez, que fu el ao de noventa y cuatro, cuando vino el general Richarte de Aquines, de tres navos que traa perdi los dos en el camino, quemndose uno ante sus ojos y el otro yndose a fondo sin poder socorrerle aunque lo vea, y aun el mismo general, que se tena por mejor librado en haber entrado con su capitana y lancha a correr esta costa, ni hall en ella de aquellas presas que sus antecesores; ni dej l de quedar preso, por haber puesto V. E. diligentsima prevencin y resguardo en que todo estuviese puesto en cobro; y juntamente cometiendo esta empresa a la persona ms calificada destos reinos, que es el seor don Beltrn de la Cueva, hijo del conde de Lemos y hermano de mi seora la marquesa, con cuya jornada y el orden con que V. E. procedi en dar alcance a este corsario, le hubo a las manos V. E. a l y a todos los suyos, tomndole el navo y lancha y ponindole en la prisin, donde al presente est, cual todos vemos. Y no quiero dejar de advertir por respeto de los que en Europa podran leer esta victoria, que no se debe quilatar de la manera que en Italia o Espaa se hiciera, sino como cosa mucho ms excelente que all pareciera, atento a la disposicin deste reino, cuyos moradores calificamos esto por gran negocio, como gente que tocamos con las manos las cosas de por ac y sabemos la incomparable dificultad que hay en salir con semejantes empresas; todo lo cual escribo sin recelo de sospecha de adulacin alguna, sabiendo que la gloria y alabanza se debe a Dios primeramente, para la cual es justo no ocultar tan manifiestas misericordias, y para acordar a V. E. ......ni estado, cuanto le incumba a obligacin de dar incesablemente gracias al Seor, a quien ......tomando a la de V. E. por instrumento para poner ......perfectamente. Y por resolucin de esta carta slo me resta que decir que, aunque yo no soy autor desta historia, ni he aadido cosa concerniente a la sustancia, antes quitado......por evitar prolijidad, y si algunas he de nuevo escrito, son algunos puntos comunes al Per y Chile que yo he visto, y han sido necesarios para declaracin y entereza de la historia, de suerte que......por mi ......he puesto, por la mayor parte no es ms que la disposicin y estilo, deseando dar a cada cosa la ponderacin y punto que se le debe; pero cuando llegu a escribir la parte que en esta crnica a V. E. pertenece no me satisface con que tuviese un autor solo, sino dos juntos, parecindome que por ser cosas tan heroicas y extraordinarias no era razn perdonar punto de la autoridad que se le poda dar a la historia, y para ayudar yo algo ......de mi profesin, hice. ......informndome muy por menor ......fidedignas que en Chile conocieron a V. E., y hallndolas tan contestes......Pedro Mario de Lobera, finalmente no pude aadir cosa de sustancia ultra ......una nueva autoridad, que ......exmenes deben resultar en lo que escribo. Lo ......mente en el acatamiento de V. E., de cuya mano espero que la ha de venir a este libro el ......que tanto el ......deseo, y yo no he acertado a darle, teniendo V. E. a los largos trabajos, y continua diligencia de don Pedro Mario de Lobera, y lo ......deseo servir a V. E., que parece obliga a la generosidad de tan gran prncipe a favorecer sus intentos, levantando de quilates lo que yo, por mi parte, he deslustrado, aunque no por eso des ......de la confianza que en la benignidad de V. E. tengo, que recibir por servicio este pequeo cornadillo, que yo he puesto corno de siervo y capelln, que se ocupa mucho ms que en esto, en aplicar a Nuestro Seor guarde la excelentsima persona de V. E., como todos estos reinos, y otros muchos, lo ......para mayor servicio y honra de Nuestro Creador y Seor Jesucristo, al cual sea siempre la gloria que le es debida, y espero en su infinita bondad dar a V. E. un eterno descanso y bienaventuranza como todos sus siervos y capellanes desta mnima compaa con la debida instancia le suplicamos.

BARTOLOM DE ESCOBAR.

Al cristiano lector

Entre las infelices calamidades que universalmente se experimentan en estas Indias, no es la menos de llorar la inquieta inestabilidad del estado de las cosas que casi siempre se toman como de paso y de prestado, atendiendo cada uno al blanco de su pretensin, y alzando mano de lo dems, dejndolo correr por do corriere. Quiero decir que la mayor parte de los hombres que pasan de Europa a estas partes emplean su conato en atesorar las riquezas a que vienen anhelando, con designio de dar la vuelta a sus deseadas patrias, para gozar en ellas los bienes que en las Indias hubieren acumulado. De aqu es que todas las dems cosas que son concernientes al aumento de sus haciendas, se miran como propias, y las que desdicen desto, como ajenas y fuera de propsito o como casa de alquiler, que es mirada con muy diferente cuidado de propio dueo, o del inquilino, que no mira ms de tener casa en que vivir por aquel ao, aunque al fin dl quede tan deslustrada que no pueda otro entrar a habitar en ella. En efecto; los ejercicios a que en la Amrica se han dedicado los que de fuera han venido a ella han sido sacar oro y plata, o ayudar a ello, sin tomar de propsito el levantar y autorizar las cosas de esta regin con amor y afectos a ellas como a propias; antes usan lo que con la misma tierra, que en sacando el metal de los minerales lo desentraan cuanto pueden, recogiendo la plata y echando, como dicen, por ah la tierra. De aqu procede el poco caso que hasta aqu se ha hecho de poner en historia las cosas memorables deste nuevo orbe, habiendo en l tantas y tan extraordinarias y de tanta admiracin para todo el mundo. No quiero cansar al lector acumulando razones para apoyar la utilidad y aun importancia de escribir historia; baste para confirmacin de todo, el haberla usado gravsimos autores, y los dichos de todos los sabios que intiman este asunto como absolutamente necesario. No poco ponder Cicern este punto cuando dijo en lo de oratore: la historia es testigo de los tiempos; luz de la verdad; vida de la memoria, y maestra de la vida. Y as en las repblicas bienordenadas habr hombres eruditos diputados para escribir sus anales y para que la diuturnidad del tiempo no pusiese en olvido sus grandezas. Bien se colige la estima que los antiguos tenan desto, del uso de los romanos, los cuales levantaron estatua con lengua de oro a Josepho Histrico, con ser extranjero, y a otros muchos, como consta en sus escritores. Y no fuera de pequeo inconveniente el andar a ciegas sin saber hacer distinciones de personas nobles para echar mano dellas cuando se ofrecen lances de importancia, las cuales personas se disciernen de la gente vulgar y de menor grueso por lo que de sus antepasados se lee en las historias, sin las cuales mal se pudiera averiguar la aintigedad de la prosapia y origen de cada uno, y los esclarecidos hechos por los cuales merecieron sus antecesores la honra y opinin en que son tenidos los descendientes. Cuanto ms que para emplearse un hombre en este ejercicio basta el ver que muchos hombres de sutiles ingenios han estado en innumerables errores por carecer de historias, con las cuales han venido en conocimiento de la verdad otros muchos de moderados y aun cortos entendimientos, pues nadie duda haber sido raro el caudal de ingenio de Aristteles, el cual se despe en graves desatinos acerca de la creacin del mundo y de las cosas consiguientes a sta, estando certificados de la verdad innumerables hombres de humildes entendimientos, porque gozan de las historias sagradas, las cuales instruyen al lector en lo que, segn la ley catlica, todos confesamos. Viene muy a propsito lo que pasa en las mismas Indias, donde al presente estamos, de cuyos naturales ni sabemos el origen, ni de qu parte, o por qu va hayan aportado a estos reinos, y andamos conjeturando acerca desto, sin atinar con el rastro de la verdad, no con poco disgusto de los hombres polticos y curiosos, solamente por faltar historias antiguas desta tierra, por la barbaridad de aquesta gente. Y es esto de tanto inconveniente que, aun los que sabemos las cosas que han pasado de dos o tres mil aos a esta parte entre los lacedemonios, atenienses y espartanos, y en otras regiones remotsimas, que no nos tocan, solamente por la curiosidad y vigilancia que tuvieron en escribir historia, andamos a ciegas en las cosas que sucedieron ahora ochenta o noventa aos en los mismos reinos que habitamos. Y entre otras muchas utilidades que trae la historia no es la de menos estima el ser incentivo de virtud a los lectores, porque, como dijo Horacio, ms remisamente mueven las palabras que los ejemplos, o sabidos por relacin de las historias, o vistos por los ojos. No puede negarse que el ver a otros que fueron de la misma masa y condicin nuestra frgiles y deleznables y, como dicen, en carne y hueso, finalmente hombres que venciendo sus naturales inclinaciones...... todo por no faltar a Dios, ni a su rey, ni al pundonor ......y de......con ......a los pere......y por otra los hizo salir ......cualquier negocio heroico, y......por ganar lo que ganaron los que hicieron lo, que ellos imitan. Y por decir mi sentimiento desnudo de toda aficin y sin recelo de que alabo cosa ma, me parece que est la historia que escribo tan...... de esterilidad en esta parte que antes hay materia a manos llenas. Porque si el lector pondera los intolerables trabajos, memorables hazaas y valerosas empresas, no s por qu deba anteponer ni hacer ms caso de los famosos hechos de los griegos, romanos y asirios, ni tener por ms sealados los de Alejandro Magno y Julio Csar, pues hallar aqu Hctores, Aquiles y Roldanes tanto ms dignos destos nombres y otros de ms estofa; que si alguna diferencia hay entre aquellos antiguos y estos nuestros, es el ser ms averiguada verdad la que ...... que los ......bien ponderados de las suyas. Mas a la verdad la ......que yo hallo para que estas cosas no hayan dado tan grande estampido en el mundo ......dos a los que las oyen, es el ser cosas de Indias, las cuales han cado entre hombres ......y mercancas, no entre Josephos, Homeros, Titolivios ni Plutarcos. Que si hubiera. ......de cronistas que de......ya reconociera el mundo que no es uno ni diez ...... Cides que ha tenido Espaa escondidos en este rinconcillo del reino chilense. Y ......estos tan valerosos hombres ni han dejado estatuas levantadas, ni suntuosos ......su memoria, tengan siquiera por algn premio de sus trabajos el ser en paz ......historia, aunque. con cierto menos aparato que ellos merecan, pues ni yo puedo dar alcance cumplidamente a este asunto, ni me atrevo a arrojar a los que con razn pudieran poner las cosas tales que podran causar algn gnero de sospecha a quien no ha visto la fiereza, multitud y fortaleza de estos brbaros, mayormente tucapelinos y araucanos, ni considera ms de cerca las grandiosas obras que por ac se han hecho tan insignes y calificadas, que aun yo mismo no pudiera creer haberlas hecho a otros que los espaoles.

Vida del capitn don Pedro Mario de Lobera

Autor desta historia

Don Pedro Mario de Lobera fu natural de la gran villa de Pontevedra, en el reino de Galicia, hijo de Hernn, Rodrguez de Lobera y Rivera y de doa Constanza Mario Marinas de Sotomayor. fu su padre regidor perpetuo del dicho pueblo y capitn general en su costa de mar por S. M. real del, emperador don Carlos V, habiendo guerra entre Espaa y Francia, desde el ao de 1538 hasta el de cuarenta y dos, en el cual tiempo, con celo de la honra de la M. Cesrea, puso la espada en la cinta a su hijo, don Pedro, autor de esta historia, dndole los consejos concernientes a la calidad de su persona para que procurase siempre dar de s buena cuenta, esmerndose en las cosas de virtud y llevando adelante las buenas costumbres de sus progenitores. Habiendo, pues, servido a su padre en oficios de su ejercicio militar algn tiempo, lo pareci que le estara bien dar una vuelta en las Indias, y as lo intent y trat con su padre, cuya licencia y bendicin alcanz, con la cual puso en ejecucin su deseo, saliendo de su patria el ao de 45. El primer viaje que hizo fu a la ciudad de Nombre de Dios, de la cual di la vuelta para Espaa, ms por justos respetos que le movieron que por desistir de la prosecucin de sus intentos. Mas como llegase a la Habana para de all pasar a Espaa, acert a venir en aquella coyuntura el licenciado Gasca por Presidente del Per, el cual hall a don Pedro de Lobera en este puerto de la Habana y le hizo echar por otro rumbo, envindolo a la Nueva Espaa con ciertos recaudos de importancia para don Antonio de Mendoza, vicerrey de aquel reino. Dio tan buena cuenta de s en este negocio que, pasando el mismo vicerrey al Per a gobernarle, lo trajo en su compaa hasta esta ciudad de los Reyes, donde hizo asiento. Mas como don Pedro era tan aficionado a las armas y supo que en el reino de Chile haba no poco en que emplearse acerca desto por las continuas guerras que hay entre los indios naturales de latierra y los espaoles, psose en camino para all, adonde lleg el ao de cincuenta y uno. Lo que en esta conquista sirvi a S. M., los trabajos que padeci en razn de esto, la gran suma de dineros que gast, quedando al fin pobre, por no haher recibido alguna paga o gnero de remuneracin, se ver mejor en el discurso de la historia, la cual l escribi con suma diligencia, desvelndose en inquirir las cosas que dej escritas, y aunque su lenguaje y traza en el escribir, dems de ser el que ordinariamente usan los de Galicia, era de hombre ejercitado ms en armas que en libros, y la letra que escriba era mal formada, con todo eso tomando en las manos un papel y tijeras cortaba unas letras tan perfectas, que ningn maestro las sacara mejores con pluma y tinta. Y de estas letras haca muchos rtulos en derredor de las cortaduras, que cortaba con tal primor que por gran servicio las presentaba a cualquier prncipe. Y lo que ms me espantaba era que, siendo harto viejo, tomaba un papel de dos dedos de ancho y de largo de todo el pliego y lo cortaba por medio por lo grueso, haciendo de una mesma tira dos del mesmo ancho y largo, pero mucho ms delgado que estaba antes. Y con la misma sutileza tomaba un manojo de cabellos y los iba cortando de abajo arriba, haciendo de cada uno dos sin quitarles punta del largo que tenan. Lo cual escribo por ser curiosidad muy particular y una gracia muy buena en un caballero que tena la mano hecha a la lanza, como ms largamente se refiere en la historia con las dems cosas de su vida. Muri a fines del ao de noventa y cuatro en la ciudad de los Reyes, a la cual haba venido de Caman, donde haba sido corregidor sin haber an sacado a su mujer del distrito de su corregimiento por haber poco tiempo que haba dejado el tal oficio. Recibi todos los sacrmentos con la preparacin debida en hombre tan cristiano, dejndonos esperanzas de que Nuestro Seor le tiene consigo en la eterna felicidad, para que todos fuimos criados.

ArribaAbajoLibro primero

ArribaAbajoParte primera

De la situacin y conquista del reino de Chile hecha por don Diego Almagro

ArribaAbajoCaptulo I

De cmo el adelantado don Diego de Almagro tuvo noticia del reino de Chile y se puso en camino para descubrirle

En las Indias Occidentales, con razn llamadas nuevo orbe, as por la grande longitud de su distrito como por estar tan remotas de las tres regiones conocidas de los antiguos, est un reino llamado Chile en la parte ltima desta nueva regin llamada Amrica, de que tratamos, el cual, aunque no est en mayor altura que de veinte y cinco a cuarenta y dos grados, que tiene este reino de longitud yendo de Norte a Sur, con todo eso es el ms llegado al polo Antrtico, llamado medio da, que hay en toda la Amrica, porque la tierra que va ms adelante acercndose al dicho polo austral, o es despoblada, o por descubrir; la cual se va prolongando por el largo estrecho de Magallanes, cuyos moradores apenas se sabe cules sean; y as hablando de la tierra conquistada por los espaoles, es la deste reino de Chile la ms prxima al Sur y la de mayor altura que hay en su regin. Por la otra parte, que se va apartando del medio da, confina con el Per, aunque tiene en medio tantos despoblados y provincias casi desamparadas e incultas, que hay ms de quinientas lenguas deste reino de Chile a lo que propiamente se llama Per, mayormente si se toma el lindero por la parte martima, porque tomndole por la tierra ms alta, que est de la otra parte de la cordillera, confina este reino con el de Tucumn, que est inmediato al Per; y as, el descubrimiento de este reino de Chile fu inmediatamente hecho despus que el Per fu descubierto y por los mismos conquistadores, por el orden siguiente, remitindome en lo que toca al Per...... historia.

Haban ......en la ......el marqus don Francisco ......y un caballero llamado don ......de Almagro, como los principales cabezas ......caudillos, de suerte que S. M. ......emperador Carlos V, rey de n ......as para satisfacer al ......como a sus ......mand que el...... del ......conquistado estuviese ......de ......marqus fu gobernador ......del reino que estaba ms lle ......don Diego de Almagro ......de la ciudad del ......y aunque es verdad ......de la conquista que ......en la tierra, no fu cosa de duda, porque todo el caudal eran pedazos de oro, y ......que estaban recogidos en las huacas; ......cuales son unas grandes cuevas llenas de huesos, retretes oscuros que servan, as...... orculos de los demonios que hablaban a los indios hechiceros en aquel lugar; como de enterramientos suyos; y por ser costumbre de los indios principales llevar consigo todas sus riquezas al sepulcro cuando mueren, vino con el tiempo a crecer mucho la riqueza de las huacas, y as los espaoles hallaron al principio todo lo que haba junto y, como dicen, ahechado. Mas pasado este primer lance y fortuna, no se hallaba ......riqueza de las minas, que ahora hay, porque no estaba descubierto el famossimo cerro de Potos, que es el ms rico de todos los minerales de plata que se sabe en el universo; y as estaba la tierra menos...... Tuvo a esta sazn don Diego de Almagro relacin de este reino de Chile, del......cada ao gran suma de ......el rey Inca del Per llamado Guaynacapac, y parecindole que sera negocio acertado proseguir su marcha hasta......Chile ......, cuyo conocimiento...... los brbaros deste ......tambin ......y quien se haban de superar ......Y as se resolvi en poner en ejecucin su intento comenzando luego a convocar alguna gente espaola, de la cual era ilustre gran parte y juntamente se previno de todas las armas que pudo haber ofensivas y defensivas con los de ms instrumentos blicos, municin y vituallas concernientes a tal entrada, y habiendo juntado como quinientos espaoles, en cuyo ...... y avo gast gran suma de ......por ser tiempo ......razonable ......tres y ......mil pesos, se pu ...... haciendo resea de la gente ......entre los cuales hizo eleccin de capitn, del ejrcito, poniendo los ojos en los ......para tal oficio por ser el blanco que ......cosas debe poner a los ojos en todas las ocasiones donde hay comunidad, el procurar...... haya cabezas con mucha prudencia y ......es ......para esto las personas de ms lustre y valor. Y as, en el primer ......que el adelantado...... sali por su teniente Orgez,. hombre ......por maestre ......Nez de ......que industrioso; y tal fu tambin el alfrez general Diego Maldonado. Por capitanes: Noguerol de Ulloa, Gmez de Alvarado, Ru Daz de Torres, Juan de Herrada, Juan de Saavedra y Francisco de Chaves, con cuya eleccin, puesto en orden el ejrcito, comenz a marchar el ao del Seor de mil y quinientos y treinta y cinco, precediendo el capitn Juan de Saavedra con su compaa, para recoger en la provincia de Paria alguna gente que estaba convocada, donde lleg el resto del ejrcito a pocos das, y descans algn tiempo para poder proseguir en adelante. Habiendo hecho alto para renovar el orden con la nueva compaa, vino en busca del adelantado un indio llamado Pablo Inga, hermano de Topa Inga, que a la sazn era rey del Per por muerte de Huaynacapac. Este Pablo traa consigo sesenta mil indios de pelea para ofrecerse con ellos, como ......Adelantado para ayudarle en su conquista. Dile las gracias el Adelantado ......grandes...... agradecimiento ......ajeno de recelo en verse rodeado de tantos indios, los cuales, aunque venan en su favor y pareca felice suerte, con todo esto...... cuando .......y as trat con Pablo con achaque de evitar trabajos excusados, que escogiendo algunos sus ms amigos, despidiese la gruesa de su gente; lo cual se ejecut volvindose a sus casas ms de cuarenta mil indios, y siguiendo Pablo con el resto el orden que el Adelantado le daba en todo. Estando as confederados los espaoles con los indios, fueron prosiguiendo el viaje comenzado hasta llegar a una provincia llamada Jupisa, en la cual tuvieron de nuevo el motivo que dir para su intento. Lleg un indio principal llamado Huayllullo que bajaba de Chile con el presente acostumbrado que aquel reino ofreca al rey universal del Per, el cual tena en Chile dos gobernadores de aquel reino puestos por su mano, el uno en el valle de Mapuche y el otro en el de Coquimbo, de los cuales era envnado por embajador el Huayllullo; y era tanta la veneracin con que en aquel tiempo respetaban los indios a su rey, que por ms reverencia traan el presente...... en unas andas ricamente artificiadas con guarniciones de oro de martillo llevadas en hombros de indios principales, a los cuales hacan solemne recibimiento en todas las provincias por donde pasaban en honor de su rey, que as lo mandaba. Era todo el presente de oro fino en barretas y tejas que se suelen hacer por fundicin del oro que se saca de las minas envuelto en la misma tierra donde se engendra. Pero entre esto traa dos gramos de oro criados en la misma tierra, que venan sin pasar por fundicin, los cuales eran de extraordinaria grandeza, porque el uno pes catorce libras, y el otro once, con los cuales era toda la suma de oro que traan hasta doscientos mil pesos de oro, que valan trescientos mil ducados, y en lugar de marca traan las barretas y tejas la figura de su rey. Recibi l Adelantado con muy buen rostro al indio embajador y con mejores manos el oro que traa, del cual se posesion comunicando su intento con el Huayllullo y dndole razn de su viaje y aviso de que ya estaba libre de semejantes tributos, pues el rey del Per era otro, al cual slo se deba obediencia, conviene a saber el emperador Carlos V; y as le persuadi a que se volviese con l cesando en su viaje, pues haba cesado al fin adonde lo diriga. Condescendi Huayllullo con el Adelantado volvindose con l a Chile; y era de ver el contento, y ......con que acudan los soldados a coger cada uno aparte los ms largos ratos que poda a el embajador para informarse dl pormenudo de la riqueza de la tierra, el cual les hablaba tan al paladar que con el grande peso del oro que prometa los aligeraba ms, que con espuelas a los caballos, aunque por entonces fueron forzados a hacer alto en aquel lugar, y yo en aqueste con la historia, dejando el progreso para el captulo siguiente.

ArribaAbajoCaptulo II

De algunos encuentros que tuvo don Diego de Almagro en el camino con los brbaros en las provincias llamadas Jojou, Chihuana y Quirequire, donde hubo una famosa batalla

En este asiento de Jupisa estuvo detenido el ejrcito ms de tres meses, hasta ver cmo se podra allanar el paso, que, segn se deca, estaba muy poblado de gente en la provincia siguiente, llamada Jojou, por lo cual sali adelante por explorador un capitn con gente de a caballo y de a pie, a quien salieron a recibir los indios brbaros, que estaban en la fortaleza de aquel puerto, convidando con la paz y amistad, para asegurar a los espaoles, como lo hicieron, de suerte que se alojaron cerca de aquel fuerte, de donde enviaron al general aviso de todo, quedando todos ellos sin l, y con total descuido. No tardaron mucho los indios en descubrir sus intentos, dando de repente sobre los espaoles con nimo determinado, de manera que los hicieron retirar con prdida de cuatro soldados, por ms valentas que hicieron entre los indios. Sabido por el Adelantado estas desgracias, sintilo ntimamente, sabiendo cunto importa entrar con buen pie en semejantes coyunturas, y as lo dio a entender a los de su campo, representndoles la importancia desto para animarlos con la eficacia de sus razones, diciendo ser cosa de grande inconveniente ir a los principios de vencida, mayormente entre gente brbara; la cual si al principio es sojuzgada de los bros de sus enemigos, queda tan cobarde y amilanada, que no osa en adelante resistirlas, y, por el contrario, si a los principios sale con la suya, cobra tal orgullo y avilantez, que no hay quien despus se pueda averiguar con ellos. Y en razn desto despach al capitn Francisco de ......con ochenta hombres de a pie y de a caballo y algunos indios de su ejrcito para que fuesen a dar el debido castigo a los atrevidos brbaros, con tal rigor que volase la fama por la tierra adelante, poniendo pavor a los dems indios que se haban de ir conquistando. Parti sin dilacin aquella compaa bien pertrechada, y en llegando a la fortaleza ......en ella con toda diligencia considerando ......los lugares ms a propsito para ......ella; y habindolo reconocido todos no pudo conocer lugar flaco, aunque por todas partes no cesaba de darle batera, prohibiendo...... y entrada de los contrarios. Acordaron los espaoles de valerse del remedio ms cierto y provechoso, que es la oracin, sin la cual muy mal ......de momento, pues lo que los hombres...... no pueden acabar ...... industrias, despus de haber hecho ......no de potencia, lo concluyen con grande facilidad acogindose a Dios ......es difcil ......mostrar de desamparar a los suyos en semejantes aprietos, para que se acuerden, que todo el bien ha de venir de su poderosa mano; como consta a cada paso de la sagrada escritura; y lo ver claramente el que leyere el captulo veinte del xodo, donde se dice que estando el pueblo de Dios peleando con los Amalecitas ......Moiss alzando las manos a Dios puesto en oracin, vencan los suyos, y ......bajan ......y aflojando en su ......de sus contrarios. Y as se experiment en esta necesidad de que tratamos; porque se vieron tan apurados los brbaros, que...... no pudiendo resistir al nuevo mpetu de los cristianos desampararon secretamente aquella noche su fuerza, aunque por mucho que lo disimularon, no pudieron dejar de ser sentidos de los espaoles, los cuales acudieron al ruido, y entrndose por la fortaleza no hallaron persona en ella, pero no fu lance en vano, porque dems de la provisin que en ella haba de vituallas, tuvieron a los enemigos desencastillados, para poderlos seguir a placer hasta darles alcance, matando a los que iban en la retaguardia, y cogiendo la ropa y otras cosas que, por aligerarse, dejaban los fugitivos.

Poco despus deste conflicto lleg all el Adelantado con el ejrcito, y juntndose con l la gente que haba precedido, fueron todos con buen orden en prosecucin de su viaje hasta otra provincia llamada Chihuana. En este lugar anduvieron algunos espaoles con tan libre soltura y demasa que hicieron muchos desafueros contra los indios de aquel asiento, entrndose por sus casas como por via vendimiada a saquearlas. Cuya insolencia indign a los moradores que estaban a la mira en las cabezadas del valle de tal manera, que arremetieron con mpetu a dar en los desmandados, y prevaleci su clera y bro, de manera que pusieron en huida a los nuestros, descalabrando algunos y cautivando a un soldado, cuyo nombre era Antonio de Salazar ......el adelantado ......refriega ......cuarenta hombres de a caballo y algunos de a pie, con los cuales sali a ponerse en celada usando un ardid de guerra astuto, y avisado desta forma, iban con el ejrcito muchos Yanaconas (que es nombre ndico, el cual quiere decir, mozos de servicio) y ......que andaban entrada, no solamente servan de traer...... y lea, y ......de los caballos ......concerniente ......tambin ayudaban a sus amos en la guerra, como hasta hoy lo hacen los indios......de Chile, gu ......au...... y parie ......yanaconas, y los dems indios guerreros del ejrcito distribuy el adelantado muchos por diversos lugares del valle, para que, estando por all esparcidos, se ......en ello los enemigos; y al tiempo ......en ellos, sobreviniesen los espaoles cogiendo a los contrarios a ......Dicho y hecho, apenas haban asomado los yanaconas cuando los brbaros se vinieron descolgando por los cerros ......apriesa los arcos, crujiendo las hondas y haciendo volar por los aires recios dardos de pal...... con puyas de cobre y con menuda...... arrojadizas. Los espaoles estaban viendo el espectculo a pique para partir en oyendo la voz del Adelantado, que aguardaba sazn para hacer su lance; mas un soldado estaba tan violento con la dilacin, que le coman los pies por abalanzarse, como lo hizo, sin aguardar rdenes. Apenas haba salido de su puesto, cuando los brbaros lo divisaron, y entendiendo la letra volvieron al punto las espaldas antes de llegar a lo llano, con lo que se perdi la ocasin de cogerlos en campo raso, donde los espaoles son mejores. Picado el Adelantado, y sentido de que los enemigos se fuesen alabando, se arroj tras ellos sin aguardar consultas, y as por la destreza que tena en gobernar la espuela, y siendo como por ser el caballo de tanta estima, que haba costado cinco mil ducados, en breve tiempo dio alcance a los brbaros, y alcanz a los dos ltimos enemigos. A esto revolvi un consorte de los alanzados, hombre valiente y animoso, y tir una saeta con tal violencia, que acertando a los pechos del caballo, dio con l en tierra muerto, y an puso en aprieto al Adelantado, que estaba casi debajo del caballo. Hallse all cerca un soldado no menos industrioso que leal llamado Juan Martn, de Cceres; ste se ape de su caballo y sacando del peligro al Adelantado lo subi en l, mientras los dems acudieron a resistir al indio que lo haba derribado, alancendolo con algunos otros a quienes dieron alcance, y aunque por la aspereza de la cuesta, que era fragosa, no pudieron proseguir adelante, con todo eso hicieron riza, porque esparcindose por todo el valle descubrieron algunos indios que estaban escondidos, y, trayndolos ante el Adelantado, les mand dar rigurosos castigos por la muerte del espaol, y a vista de todos fueron empalados los que se hallaron en la matanza.

A pocos das despus de estas refriegas lleg con su compaa el capitn Noguera de Ulloa, que haba quedado atrs, con cuya llegada se ......el ejrcito, y prosigui su camino a otra provincia llamada Quirequire. En sta descans algunos das, previnindose de bastimentos, y hecha suficiente provisin fu prosiguiendo por sus jornadas hasta dar en una campaa desierta, aunque en medio de ella estaba un fuerte de dos tapias en alto, por el cual entraba un ro para servicio de los que estaban dentro, que eran como quince mil indios de guerra naturales de aquella provincia, los cuales estaban bien prevenidos de mantenimientos para algunos das, y no menos de diversos gneros de armas, como gente que no atenda a cosa fuera desto. Informado el Adelantado de aqueste puesto por los corredores del campo, que lo descubrieron, acudi con toda presteza a ponerle cerco con la gente espaola que traa en la vanguardia, y...... no tard mucho en llegar el resto del ejrcito con el maestre de campo, al cual mand que juntase los capitanes y oficiales de guerra con algunos otros caballeros diestros en ella, haciendo consulta sobre el caso; hallndose all Rodrigo Orgez, su lugar teniente, con cuyos pareceres se determin de tentar primero la va ms loable, y que suele disculpar a los agresores, que es el convidar primero con la paz, y as lo puso por obra, persuadiendo a los brbaros que se asomasen los gobernadores por encima de la muralla para tratar con ellos sus intentos. Y habiendo ellos salido a tratar del caso les dio su mariamente declaracin de su venida, y ante todas cosas les comenz a instruir en el conocimiento del Criador, intimndoles la importancia de la fe, con lo cual deban creer y confesar, que hay un Dios solo y universal Seor del cielo y tierra; criador y gobernador de todas las cosas y dellos mismos, aunque no lo conocan, y juntamente les dio noticia que Dios es tres personas: Padre, Hijo y Espritu Santo, que aunque son en s distintas, no son tres dioses, sino uno solo, y un mismo ser y sustancia, y aadi la obligacin que tenan a reconocer a tal Seor, de cuya mano reciban no slo el ser, pero tambin los dems provechos que le venan de las criaturas: as plantas como animales, y no menos de las celestes, como sol, luna y estrellas, que no son Dios, sino criaturas suyas para el bien del hombre. Y para esto ponder las grandes ventajas de los bienes que Dios tiene aparejados en el cielo para los que temen y sirven fielmente, cuya gloria es tan incomparable, que por no ver a los hombres frustrados de ella, como merecen por sus pecados, se dign el hijo de Dios, que es la segunda persona de la Santsima Trinidad, de hacerse hombre en las entraas de la gloriosa Virgen Mara, para redimir a los hombres cados en pecado, as el original que todos contrajimos de nuestros primeros padres como, de otros ......con que somos inficionados cada da, por los cuales han de ser castigados los que no temen a este Seor, y consiguientemente lo seran ellos con tormentos eternos en el infierno. Dicho esto les notific la conquista avisndoles que los reinos del Per estaban sujetos a la real corona del emperador Carlos V, a la cual se deban ellos rendir, para ser remunerados de S. M. como leales vasallos; donde no, que seran todos oprimidos, y por fuerza de armas castigados hasta dar fin de todos ellos, sin quedar hombre a vida. Odas estas razones por los brbaros, sin aguardar consulta dieron la respuesta con las armas, enviando sobre los espaoles una gran rociada de flechas, que tiraron por las fronteras y saeteras de las murallas que tenan hechas para tales ocasiones. Y no se levantaban menos que las saetas los alaridos de toda aquella gente brbara deseosa de pelear, como cosa que tenan de oficio.

El Adelantado, con voluntad de evitar efusin de sangre y no venir a rompimiento, tom a dar otro tiento antes de venir a las manos, y as procur dar orden en atajar el ro que pasaba por el fuerte, para que, sin matanza, se le rindiesen. Mas ni este ni otro algn medio que se intentaba tuvo efecto, porque tenan dentro de la fortaleza otro manantial suficiente para todos, y as fu forzoso el tomar el ltimo remedio, que fu llevarlo por fuerza de armas. Psose la gente en orden de pelea sin querer por entonces admitir el auxilio de Pablo Inga, ni de sus indios, que venan en favor de los espaoles, porque quiso el Adelantado que entendiesen los indios que los espaoles eran bastantes para toda aquella y mucha ms gente brbara que hubiera. A esto respondi Pablo Inga que ya que no se quera servir dl su seora en aquel lance en cosas de guerra, que le diese licencia para servirle en cosas concernientes a la paz, permitiendo que tratase con aquellos brbaros sobre el negocio. Condescendi el Adelantado con su demanda, con cuya licencia trat Pablo con los brbaros de ......persuadir en...... del rey ......los moradores de ......Echaron por ......los brbaros las ......de su vasallaje...... querindole llevar por punta de lanza, y abreviar razones contrarias a sus costumbres.

Vista la determinacin de los brbaros se determinaron los espaoles de llevarlo a fuego y ......no se pudo hacer el...... de la fortaleza, as por ser muy estrecha y baja como por las mquinas de guerra que haba en ......disimulados......de los agresores......o cogidas, cuya dificultad bien considerada oblig a los cristianos a acometer por encima de las tapias, aunque su mpetu fu obviado de los indios con tales bros, que hubieron los espaoles de desistir de aquel camino, acometiendo con tropel por la portezuela, adelantndose......animosos espaoles, que se arrojaron en medio de los peligros ......de allanar el paso a los dems soldados sus secuaces. En este reencuentro perdi la vida ......agresores, llamado Alonso Meja, vendindola bien con matanza de sus contrarios; ms el otro consorte suyo, que se llamaba Francisco Rodrguez de......prevaleci varonilmente con los dems, que en pos dl iban entrando, y haciendo riza en los adversarios con tal coraje y esfuerzo, que en tres horas que dur la batalla, se vi la parte interior del fuerte tan llena de cuerpos muertos, cuanto teido en sangre el ro que por all pasaba. No fu bastante este lastimoso espectculo a que los indios quisiesen entregarse hasta quedar tan pocos, y sos tan ......que no fu en su mano el hacer ms resistencia. Asimismo de los cristianos salieron muchos heridos, aunque los muertos fueron slo dos, con ser tan grande el nmero de los paganos que murieron. Habida esta victoria se levant el ejrcito para apartarse de aquel lugar que con el olor de los cuerpos muertos estaban inficionando, alojndose en sitio ms......y examin el Adelantado a los enemigos que haba preso, haciendo escrutinios de los motivos que tuvieron para recogerse en aquella fuerza, y la informacin que tuvo dello fu que aquella gente haba concurrido de diversas provincias, cuando haba llegado la voz de que venan los espaoles, con la que ...... en aquel lugar, para atajarles ......fabricando para este fin aquella fortaleza......donde murieron en la demanda.

ArribaAbajoCaptulo III

......los indios chilenses hicieron para recibir a los espaoles siendo informados por tres dellos, que fueron......ados antes del ejrcito

Animados los cristianos con esta...... para ser temidos en todo el reino...... su viaje huta llegar al ro...... que es muy famoso en los confines del reino de Tucumn, y en este asiento hallaron unos panes grandes hechos de algarroba que era la comn provisin de los infieles que habitaban cerca de las orillas del ro. En saliendo de aquel alojamiento lleg el ejrcito a las faldas de una sierra, donde en cierto lugar algo apartado del camino ......una carta colgada con tal traza que pudiese ser vista del ejrcito si por all pasaba, la cual divis un soldado corredor del campo llamado lvaro Ruiz, y leyendo el sobreescrito deca: Al muy Magnfico seor Adelantado don Diego de Almagro ...... muy orgulloso al Adelantado, pidindole albricias como de muy alegre nueva, el cual estuvo sin alguna mudanza, estando todos muy alborotados de ver una tan grande novedad como aqulla en un desierto donde se crea no haber llegado espaol desde la creacin del mundo. Reconocidas las firmas, se hall ser de tres espaoles, cuyos nombres eran: Juan de Sedizo, y Antonio Gutirrez y Diego Prez del Ro. Estos haban sido...... por el Adelantado desde la ciudad de Cuzco a la provincia de Tupisa para que se informasen si haba pasado por all aquel oro, que se sola traer en tributo al Inga, del cual presente queda dicho arriba, en el captulo primero, haberlo recibido el Adelantado, sin que estos tres soldados hubiesen dado con l, con haber ido tan adelante. La causa desto era que los indios que los guiaban haban perdido el camino o se haban hecho perdedizos, porque pasase el oro sin que diesen con l los espaoles. En razn desto se haban ido poco a poco huyendo los indios de su compaa hasta dejarlos desamparados en los desiertos, por donde caminaban a pie y con su vitico a cuestas, sin saber......a caso a ......al cual llevaron consigo ......sin huirse como los dems. Este los llev al valle de Copiap, que est a la entrada de este reino de Chile, lugar muy poblado y frtil, don de fueron bien recibidos y festejados de los indios, hasta que pasaron al valle del Guasco, que est veinte y cinco leguas adelante; y de all al de Coquimbo, que est otras veinte y cinco, y es de los principales de este reino. All los salieron a recibir el gobernador y capitn de los indios con todos los caciques principales, que son como los seores de ttulo en Espaa. El gobernador tom por la mano a Juan deSedizo, que era el hombre ms autorizado de los tres que all llegaron, y estvosolos mirando como a cosa del otro mundo, y lo mismo haca la multitud de la gente que concurra a verlos como a monstruos, por ser gente de muy diverso aspecto que el suyo, de cuya nacin nunca haban visto hasta entonces hombre, fuera de uno que haba pasado por all algn tiempo antes, de quien se dir en su lugar ms a la larga. Aposent el gobernador a los tres espaoles en lo mejor de su pueblo, con todo el regalo que fu posible, y al cabo de tres das, cuando le pareci que haban descansado del camino, se puso muy despacio a comunicar con ellos, informndose qu gente era y de qu parte y con qu designio haban aportado a aquella tierra y otras muchas cosas que, con curiosidad, inquira por menudo. A esto Juan de Sedizo, que haba venido aprendiendo la lengua de aquel reino y la saba razonablemente, les hizo una pltica, instruyndolos en la fe a la manera que se dijo en el captulo pasado haberse hecho con los indios de la fortaleza del despoblado, y juntamente les dijo cmo el Per estaba conquistado con fuerzas de armas, por no haberse rendido sus moradores a los espaoles al principio, y que la costumbre de los espaoles es no hacer mal a ninguno que se sujete a la razn. Y que, por tanto, se alegrasen, porque les haca saber que vena cerca don Diego de Almagro con muy grueso ejrcito de espaoles en compaa del Pablo Inga, el cual estaba tan afecto a la gente de Espaa, que se vena tras ella con muchos indios vasallos suyos, y que, conforme a esto, deban tambin los chilenses alegrarse, pues la venida de los espaoles era con intento de hacerlos cristianos, favorecindolos en todo como a sus hermanos muy queridos. Juntamente con esto les apercibi a que preparasen muchos regalos y refresco para los espaoles, que ya tardaban, hacindoles l recibimiento digno de sus personas, y debido a los trabajos que venan pasando en tan largos y speros caminos por el amor que tenan a todo Chile. Cuando los indios oyeron estas razones quedaron no menos admirados de ver a un espaol que los hablaba en su lengua materna, que afligidos con nuevas tan malas para ellos, as por la sujeccin en que estaba el rey del Per, seor a quien ellos obedecan, como porque, teman el mismo dao por sus casas con la venida de los cristianos. Y as, mirndose unos a otros, se vieron los semblantes demudados, mostrando el gran sentimiento con seas y ademanes que entre s hacan, aunque por no mostrar cobarda lo procuraron disimular lo ms que pudieron prometiendo a los tres soldados de cumplir puntualmente todo lo que mandaban. Y poniendo luego por obra su promesa, comenzaron a fabricar casas y a recoger mantenimiento juntando cuatro mil hanegas de maz y mucha carne de ovejas mansas y muchas de las que llaman huanacas, de que hicieron cecina, que en su lengua se llama charqui, matando para ello cuatro mil reses y ms de quince mil perdices de que ellos suelen hacer cecina, ultra de otros regalos, que previnieron con tanta diligencia y solicitud que dentro de treinta das estaba todo puesto a punto. Mas como, la tardanza del ejrcito fuera a la larga que al cabo de seis meses no saban dl determinaron los tres espaoles de dar traza as de informarse ellos de su venida como de dar informacin al Adelantado de lo que por all pasaba, y se resolvieron de escribir una carta duplicada con la cual fuesen dos dellos a los caminos, por donde se presuma que haba de venir el ejrcito, que dando el otro en Coquimbo aguardndole. Partironse los dos por diversas vas echando el uno por la tierra adentro por grandes despoblados hacia la provincia de Tucumn y el otro por la parte que va declinando hacia la mar del Sur. Llegando estos dos soldados a los puntos que les parecieron a propsito, pusieron las cartas en lugares cmodos para ser vistas, porque si el ejrcito por all viniese, las divisase. Hecho esto, se volvi cada uno por el camino por do haba venido hasta llegar a Copiap, donde se juntaron los dos como lo tenan concertado. De all prosiguieron juntos hasta Coquimbo, donde el otro soldado, que era el tercero, los aguardaba.

Viendo los indios que guiaban a estos espaoles que no haban hallado al ejrcito que decan, dieron aviso al goberndor, llamado Anien, y a un cacique, cuyo nombre era Maracondi, tenido entre ellos por hombre de muchas fuerzas y prudencia, los cuales, haciendo junta general de sus principales, acordaron de matar a los tres espaoles; as lo ejecutaron, teniendo por fingida la nueva que haban dado de que el ejrcito vena. En este nterin acert a llegar el Adelantado al lugar donde haba puesto la carta aquel soldado que ech por la tierra adentro, y la ley a solas. Mas por ser tan buenas las nuevas que en ella se contaban mand al secretario la leyese pblicamente en presencia de todo el campo para animarlos con la esperanza a proseguir su viaje y a sufrir con nimo los trabajos de un despoblado, que, segn la carta les deca y ellos hubieron despus por experiencia, es el mayor que se sabe, porque tiene de travesa ms de ciento y veinte leguas, donde los tres soldados se vieron en gran afliccin de sed y hambre. Cuando los espaoles oyeron tales nuevas cobraron nuevos bros...... ms con la prosperidad prometida...... que entristecindose con adversidad de los caminos, por las cuales se fueron luego encaminando en la manera que se dir en el captulo siguiente.

ArribaAbajoCaptulo IV

De la entrada de los espaoles al valle de Copiap, pasando una muy spera Sierra Nevada

Fueron tales estmulos para los espaoles las nuevas arriba dichas que alargando de all adelante ms el paso se fueron entrando por la grande y fragosa cordillera de que hicimos mencin, donde al pasar un portezuelo de ......descubrieron una llanada de dos leguas, por la cual corre ordinariamente un viento tan furioso, helado y penetrante, que pone a los pasajeros en riesgo de la vida. A esta sazn habl el indio Paulo Inga al adelantado previnindole para el peligro que despus de ste se tema, porque a la bajada de la sierra est el valle de Copiap, tierra muy poblada de indios belicosos, los cuales estaran ya informados de su venida y puestos ......para cogerlos a la bajada en algunos pasos speros y estrechos. Por lo cual era su parecer que su seora, sin detenerse un punto, pasase con algunos de los suyos la llanada, respecto de ser el da tan desabrido, que los brbaros estaran descuidados y sin gnero de sospecha de que los espaoles bajaran en tan recio tiempo, y con esto tendran el paso llano y cogeran a los brbaros de sobresalto. Apenas haba acabado de hablar Paulo Inga, cuando el Adelantado consult el caso con los principales del ejrcito, y resolvindose todos en que se siguiese el parecer de Paulo, se parti luego el Adelantado con cincuenta hombres de a caballo apercibido para pelear, si fuese necesario. Mand asimismo al maestre de campo que con la mayor brevedad que fuese posible se partiese con todo el campo en seguimiento suyo, intimndole cunto convenga a acudir puntualmente a todas cosas, pues muchas veces dependen ms de las ocasiones que de otra cualquier industria o fuerza humana. fu tanta la diligencia con que el Adelantado y el escuadrn fueron caminando, que a pocas ......por el gran valle de Copiap, donde hall a los indios a medio armar, y juntndose a toda priesa para salir al paso a los cristianos, cuya llegada a tal coyuntura fu de tanta eficacia que con ganarles...... se interrumpieron los intentos...... causando el dao, que ......de algunas horas lleg el ejrcito ......el mismo da no menos fatigado del rigor del camino, que lleno de compasin, por haberse muerto al pasar del pramo cinco mil indios hombres y mujeres, de los que iban del Per en su compaa y servicio, y tambin algunos negros esclavos de los espaoles, y ms de treinta espaoles, lo que en aquel tiempo era gran prdida. Y aunque tanta mortandad en de......hora es harto manifiesto indicio del intolerable fro de aquste pramo, con todo esto me parece que lo es mayor, y testigo ms irrefragable, por ser hoy vivo, un caballero principal, que es vecino de mucha renta en la ciudad del Cuzco, del Per, llamado Hyernimo Castilla, al cual en este paso se le pegaron los dedos de los pies a las botas, de tal suerte, que cuando le descalzaron, a la noche, le arrancaron los dedos, sin que l lo sintiese, ni echase de ver hasta otro da, que hall sus pies sin dedos, y ......ellos. El cual caso es tanto ms notorio en todo Chile y el Per cuando ms conocido es este caballero en ambos reinos. En este valle de Copiap estuvo el ejrcito, treinta das reformndose; y como no tuviesen nueva de los tres espaoles de que se hizo mencin en el captulo pasado, hubo mala sospecha de que deba de haber algn mal recaudo, pues ninguno de los indios daba noticia dellos. Y as, para descubrir la verdad, mand el Adelantado coger a un indio principal y ponerle en un lugar apartado, donde le examin con tan sagaz astucia y fuerza de tormentos, que muri el indio en ellos, habiendo confesado que los espaoles haban sido muertos a manos de los indios de aquel valle y de otro que est ms adelante ......lenguas, llamado el del Huasco. Con esto se parti luego el gobernador con su gente para este valle disimulando por entonces con los indios de Copiap, y dejando un capitn entre ellos con cuarenta hombres para que despus de partido el ejrcito prendiese dos indios ms principales del valle, con los cuales fuese en su seguimiento. De all a poco lleg el ejrcito al valle del Huasco, donde tomando provisin para adelante dej el Adelantado otro capitn para el mismo efecto que el pasado, y sin detenerse fu marchando con todo el campo en demanda del valle de Coquimbo.

ArribaAbajoCaptulo V

De la llegada de la gente espaola al valle de Coquimbo y, finalmente, algn valle de Chile

Ya queda dicho arriba cmo en el valle de Coquimbo estaba un indio del Per puesto por mano de su rey Huaynacapac por gobernador de aquel valle que posea tirnicamente haciendo tributarios a los naturales de ......Aqu lleg el ejrcito de los espaoles a tiempo que salieron a su recibimiento as este gobernador peruano con sus indios que all tena de presidio como los naturales del valle, que estaban ya apercibidos para hacer recibimiento. Pasronse algunos das en fiestas y regocijos, con que los indios solemnizaron la llegada de los cristianos, sirvindoles con regalos en abundancia y hacindoles ofertas semejantes para adelante; y habindose todos dado por amigos mand el Adelantado el indio gobernador que diese orden como se juntasen todos los caciques y seores comarcanos para tratar con ellos muchas cosas concernientes a su venida y al bien universal de todo el reino. No tardaron mucho los indios en acudir al mandato del Adelantado, congregndose todos en una gran plaza con ms puntualidad y sujecin que si fuera su seor natural por muchos aos reconocido. Estando todos as juntos y descuidados de traicin alguna, dieron en ellos los espaoles prendiendo al gobernador y caciques principales, y ponindolos muy a recaudo con prisiones y gente de guarda. Desta manera los tuvieron algunos das hasta que llegaron las dos compaas de soldados espaoles que haban quedado en los dos valles arriba dichos para traer, como en efecto trajeron, presos a los indios principales dellos. Viendo, pues, el Adelantado ante s los indios indicados de los tres valles que estaban todos juntos, les habl con palabras graves declarndoles los motivos de su viaje, los cuales eran ante todas cosas el instruirlos en el conocimiento de Dios y de su hijo Seor Nuestro, y de su Santa ley; y juntamente de sujetar la tierra a la corona real de Espaa como medio expediente para la introduccin de la cristiandad que se pretenda. Y que siendo ste su fin sin pretender hacerles algn gnero de agravio, deseaba saber dellos la causa porque haban muerto a los tres espaoles con tormentos tan crueles como estaba informado. A esto enmudecieron todos, quedando como absortos, y entendiendo la causa de su prisin por esa que ellos tenan por totalmente oculta y casi imposible de venir a noticia de los cristianos, y no sabiendo qu responder se miraban unos a otros atnitos de verse todos juntos los de los tres valles a un mismo punto, sin saber cmo ni por qu va. Y no hallando lugar por donde evadirse o alguna excusa o achaque aparente, confesaron de plano su delito, por el cual fueron quemados luego todos, que eran treinta y seis; perdonando el Adelantado a slo uno por intercesin de Paulo Inga, que dijo ser indio muy noble y extraordinariamente afecto a los espaoles, a los cuales serva y regalaba con todo su caudal y diligencia, estando muy aficionado a ellos, as por la traza de sus personas y traje como por las barbas que traan tan largas y bien dispuestos, cosa de que los indios carecen totalmente. Y no ......para que el adelantado dejase de condescender con los ruegos de Paulo Inga, el estar con l algo desabrido, porque en el valle de Copiap se le haban huido una noche sin ser sentidos ocho mil indios de su compaa que venan del Per con el ejrcito, las cuales se tornaron a entrar con aquel tan riguroso tiempo por el casi impertransible pramo de Atacama, de que habemos ya tratado arriba. Y no fu sin causa el sentimiento del Adelantado, pues por haber entrado los indios sin tiempo y sin gnero de prevencin y avo, como gente al fin que iba huyendo, murieron todos los ocho mil sin escapar hombre a vida, ni aun uno solo, que pudiera llevar la mala nueva. Concluido, pues, el sobredicho castigo y habiendo descansado algunos das, pas el ejrcito diez leguas adelante a otro valle llamado Limar, que es no menos fuerte que apacible, por el cual pasa un hermoso ro que riega todas las vegas donde acude, con gran multiplicacin de cualquiera cosa que all se siembre. Y aunque as la comodidad del lugar como los moradores dl (que eran muchos) convidaban a los espaoles a gozar de la ocasin algunos das con todo eso no quiso el Adelantado... vindose ya cerca del famoso valle de Chile, llamado por otros dos nombres Concagua y Guillota, al cual iban a parar y estar de asiento. Por esta causa se parti luego y fu marchando por los valles de Chuapa y de la Ligua sin hacer alto en ellos, hasta venir a dar al valle de Chile, donde traa su designio, en el cual como en trminos de su jornada hizo asiento de propsito. Viendo los espaoles la hermosura, fertilidad y grandeza deste valle y del caudaloso ro que va guiando por todo l y juntamente la gran suma de indios naturales de la tierra, juzgaron todos ser el mejor puesto que hasta all se haba descubierto desde el da en que entraron en las Indias. En este lugar hallaron a un espaol llamado Gonzalo Calvo de Barrientos, el cual haba llegado all tres ao antes respecto de haber tenido pesadumbre en la ciudad de los Reyes del Per, que le oblig a salir del reino con instancia, de suerte que se puso en camino para Chile por lugares despoblados y sin saber casi adnde iba, sin tener ms gua que dos indios deudos de una india principal que iba con ellos, por cuyo ......de ......pasan ......tambin ......valle un lance que......la......y fu que al tiempo que lleg a l hall ......caciques principales des ......y haciendo gente el ......el ......Hzose Gonzalo Calvo del ......tanta que le puso batalla ......tra el de la p......los enemigos, que ...... victorioso .......persona ......por esta causa ......para los que de nuevo entraron ......informarles de las ......de la tierra ......para ayudarles ......en ella ......y......

ArribaAbajoCaptulo VI

De la entrada ......Gmez de Alvarado......descubrir lo que haba en la Tierra adentro y de una sangrienta batalla que tuvo con los brbaros

Habiendo el ejrcito de los espaoles hecho asiento en el valle de Chile, descansando all algunos das, le pareca a don Diego de Almagro buen sitio para vivir en l la gruesa de la gente, enviando alguna que fuese descubriendo la tierra que segua ms adentro. Y para esto puso ojos en el capitn Gmez de Alvarado, persona de quien l tena gran satisfaccin, y ......y dndole cien hombres de a caballo le despach para esta empresa con intento de que (si fuese posible) entrasen en la famosa tierra de Arauco y Tucapel, que son dos provincias las ms nombradas, y su gente la ms fogosa y belicosa......de todo el reino ......por seguir a un indio llamado ......natural de Arauco, el cual los ......por las tierras......y habiendo pasado muchos...... y ......y caudaloso, cuyo nombre es Maule, llegaron a un lugar donde se juntan dos ros, el uno llamado Itata y el otro uble, los cuales tambin......haber per ......de todas las casas de la ......entrando el rigor del invierno y ......dificultades en el camino ......por lo que......informando ......Y ......parecer de echando por......seguido y a la que tra ......No haba andado muchas leguas cuando dieron en una provincia llamada ......no guelen ......de gente ......determinada ......queel riesgo de los espaoles entre tal multitud de brbaros era manifiesto, con todo eso no quiso el capitn desistir de su ve ......ni volver el pie atrs mostrando pusilanimidad, y un discreto razonamiento ......que los brbaros para ......el exa ......di los es......pues ......de los espaoles......cuatro capitanes, y ......y cinco soldados de compaa para arrojarse luego a la batalla. Hecho esto se hincaron de rodillas haciendo oracin a la majestad de Dios ......la cruz del estandarte que preceda, y juntamente les encomend mucho Gmez de Alvarado que obedeciesen puntualmente a sus capitanes, pues ninguna cosa puede causar mayor detrimento en semejantes coyunturas que el desdecir un punto la orden y mandato de los que gobiernan, sin el cual......sera confusin y ......y...... destrui ......campo. Apenas haba concluido estas razones, cuando salieron los enemigos con no menos orden que fuerza de gente instruida, sus escuadrones formados con gran suma de flecheros y piqueros y ......gneros de armas, y saliendo a campo raso se pusieron en orden de pelea hacia la parte de una loma donde esta ......muchos en ......para salir ......la suya. De la otra parte estaba ......de los espaoles ......puestos ......con ......los estribos, y estando ......partieron a una de ......horas continuas no......de ambos bandos, hasta que se declar la victoria de parte de los espaoles. El nmero de los indios era excesivo; su esfuerzo y fuerzas, aventajadas; su arrojamiento y nimo, temerario; pero su experiencia, ninguna en tal modo de pelear. No estaban hechos a entender con gente de a caballo; no cursados en escaramucear en campo raso; no diestros en evadirse y defenderse del golpe de la espada y punta de la lanza; entraban y salan como gente brutal y arrojada, abalanzndose de la misma suerte que si la hubieran con otros brbaros como ellos. Cuando los pobrecillos ......a sentir su dao, era tan tarde para ......que los muchos cuerpos muertos en que iban ......no les dejaban rodear ligeramente para poder ponerse en salvo. Pero al fin como mejor pudieron se pusieron todos en huida con tal velocidad que, cayendo y levantando, desaparecieron en breve tiempo, arrojndose por veredas donde no pudiesen ser seguidos de los cristianos. Pero los que de veras lo eran sintieron entraablemente el ver a sus ojos un espectculo tan desastrado y fnebre de cuerpos muertos a sus manos, sin casi poder excusarlo, aunque quisieran., Finalmente, quedando el campo por suyo reconocieron que entre tanta multitud de difuntos solos dos eran espaoles, saliendo los dems con vida, aunque algunos heridos y maltratados. A este tiempo se postraron todos por tierra a dar gracias al Seor por la merced recibida de su mano, porque los que se la haban pedido de rodillas era justo que despus de conseguida la reconociesen humillados adorndole como autor de todo bien. Despus desto se recogieron todos a curar los heridos y poner a recaudo a los indios que en la batalla haban preso, los cuales eran ms de ciento, en cuya compaa salieron de aquel lugar en prosecucin de su camino. Desta manera vinieron a llegar al valle de Chile el mismo da que por otra parte haba llegado al mismo lugar el capitn Ruy Daz con su escuadra, dando al adelantado gran contento con verlos concurrir a un mismo tiempo, mayormente trayendo nuevas tan felices de las cosas de la tierra descubierta como de la inopinada victoria, con lo cual tuvieron todos los cristianos un muy buen da de extraordinario solaz y regocijo, viendo que se haba Dios con ellos al modo y estilo que con su pueblo cuando conquist a los cananeos, amorreos y jebuseos.

ArribaAbajoCaptulo VII

De la vuelta que don Diego de Almagro dio para el Per con todos los espaoles que haba en Chile

Al tiempo que los espaoles haban llegado al trmino de su viaje y se comenzaba a dar as ......a las cosas del reino; tuvo la fortuna tanta envidia del sosiego a que todos estaban cercanos, que lo procur atajar derramando los solaces, y echando el azar que ella suele en las cosas prsperas al tiempo que van en ms pujanza. Este fu la llegada de ciertos indios de Copiap con cartas del teniente del general que era Rodrigo Orgez y del capitn Juan de Herrada, en que le daban cuenta de su llegada a aquel puerto, y juntamente de ciertos pronuncios de alzamiento del Per, que estaba a punto de revolverse por algunas personas que se iban amotinando. Estas causas fueron la piedra del escndalo, porque se ......con ellos tanto el Adelantado, que juntando luego a todos sus soldados les habl con gran ponderacin y sentimiento de esta manera:

La satisfaccin que tengo, seores y amigos mos, de la lealtad y amor que por la experiencia todos habis mostrado, as a nuestro rey y seor como a m, que. soy ministro suyo, me quita cualquier estorbo que podra ofrecerse, para empacharme y acometer a pedirles negocios arduos y dificultosos, principalmente habiendo causa tan eficaz como la que ahora se va tramando, de cuyo remedio redunda en nosotros gran ganancia, y resultar a su majestad grande servicio. Bien habis odo las malas nuevas que por esta carta se significan, de que en el reino del Per se va rugiendo negocio de alzamiento, y siendo cosa tan verosmil, razn ser que cada uno de nosotros procure de su parte obviarlo, poniendo el hombro a cualquier trabajo en razn de sustentar a su majestad lo que le habis ganado. Veo que el marqus don Francisco Pizarro ha quedado con poca gente para resistir al excesivo nmero de los naturales del Per, y que socorro de otra parte no hay que esperarse, si nosotros no le damos, pues ninguna otra gente de nuestra profesin est menos remota que nosotros, por mucho que lo estemos. Los motivos que por cualquier parte se consideran, ayudan todos a este intento, ahora se mira lo que dejamos, ahora lo que pretendemos. Porque si se repara en las cosas de por ac, no es mucho lo que se deja, pues hasta ahora no hemos topado aquellos montes (como dicen) de oro, que nos prometan, ni an lleva talle de hallarse en adelante, ni tampoco volvemos frustrados de nuestra pretensin, pues gran parte della ha sido descubrir cules sean estas tierras con todo lo que hay en ellas, lo cual segn veis que habemos conseguido, pero si adverts en lo que vamos a buscar, es negocio que con muchas ventajas excede a lo que se deja, pues primeramente ser para gloria de Dios el evitar guerras y conservar los indios en el estado y ley evanglica que han tomado, lo que tambin ha de ser servicio de su majestad y bien de los indios y espaoles. Ultra desto tengo por nueva, que se van en el Per descubriendo grandes tesoros ms ciertos que los que ac buscamos, y tambin aquel que vistes que tom en Tupisa a los indios, que de este reino lo llevaban, lo mand guardar para nosotros entre los cuales ha de ser distribuido como se debe. Y si acaso os arrepintiredes de la vuelta, yo interpongo mi fe y palabra de no salir un punto de vuestro gusto, as en este como en otro cualquier lance que se ofrezca. Pudo tanto con los soldados la eficacia de razones, ruegos y mando de don Diego de Almagro que huberon de ponerse en camino para el Per como lo ......da por diversos rumbos, aunque ...... a causa del grande despoblado de Atacama donde perecieron, gran parte de los caballos Y gente de servicio que ......en la pasada. ......finalmente habiendo pasado muchas y lastimosas calamidades llegaron al Per harto destruidos; en el cual aunque haba algunos prenuncios de conjuracin de los indios, pero en efecto no haba alzamiento declarado ni lo hubo despus, sino fu de los mismos espaoles que se rebelaron unos contra otros, viniendo a rompimiento el Adelantado y el marqus don Francisco Pizarro sobre el partir de las tierras, cuya administracin, y gobierno perteneca a los dos en diversos puestos. Y fu tan adelante esta divisin y alboroto, que no par hasta que vinieron a darse aquella famosa batalla de las Salinas, de que tratan las historias del Per, hasta que vino a morir don Diego de Almagro a manos de los secuaces del marqus Pizarro ......este caso. Este fu el efecto que tuvo la ......acordada vuelta de los espaoles, que desistieron de la conquista de Chile, lo cual fu principio de grandes desastres que en el Per se fueron acumulando y muchos ms en este reino de Chile, cuya paz y sosiego se iban ya poniendo en buen punto, y de haberlo desamparado los espaoles se sigui incomparable dificultad en tornarlo a conquistar, por estar ya los indios con prevencin aprendida de la conquista, y as ha costado y va costando cada da innumerables vidas con crueles matanzas y destrozo de los desventurados naturales, sin que hasta hoy se haya acabado de allanar el reino; y no han sido pocas las calamidades y muertes de los espaoles que han acometido esta empresa. Mas no hay que espantarse nadie de muchos destos y otros semejantes infortunios que han venido, si es verdad lo que se sospech en la vuelta del Adelantado; esto es, que tuvo nuevas de la cdula de su majestad, que le haba venido del Per, para que fuese gobernador de una parte del reino, con lo cual se movi a innovar todo lo que se iba entablando en Chile, porque si esto es verdad no hay que buscar otro achaque ......malos sucesos; pues consta de todas las historias, as modernas como antiguas, que casi todos los males del mundo han venido por ambicin y gana de mandar, y no menos por la codicia, de quien dice el Apstol que es raz de todos los males. Mas, en fin, dejado esto al juicio de Dios, que penetra los corazones, es justo echar las cosas a la mejor parte, pues fu bastante motivo para que don Diego de Almagro se volviera del Per, el que ya se ha dicho de la rebelin o motn que se sospechaba.

Solamente resta que advertir en este lugar, que por ser el valle de Chile el ltimo a que los espaoles llegaron, sali la voz por toda la tierra que vena de Chile, y de aqu es que se le ha quedado hasta hoy este nombre a todo el reino llamado el de Chile, habiendo sido antiguamente nombre de un valle particular.

ArribaAbajoParte segunda

De la segunda conquista del reino de Chile, hecha por D. Pedro de Valdivia

ArribaAbajoCaptulo VIII

De la partida del capitn don Pedro de Valdivia del reino el Per para el de Chile por el largo despoblado de Atacama

Despus de haber sucedido muchos desastres en el Per ocasionados de la vuelta que don Diego de Almagro dio a aquel reino desamparando al de Chile, entre los cuales fu la muerte del mismo Adelantado, hallndose a esta sazn en el mismo reino un soldado de capa y espada llamado Pedro Valdivia, hombre de suerte, y que haba servido a su majestad del emperador Carlos V en Italia, con cargo de alfrez de una compaa y pasado al Per por su maestre de campo, le pareci buena ocasin la que se ofreca para acometer alguna grande ......de su nimo generoso. Y deseando ......en razn desto la segunda conquista de las provincias de Chile, comunic su intento con el marqus don Francisco Pizarro, gobernador del Per, y habida u licencia sali a esta jornada el ao 1540 en el mes de octubre con poca gente espaola, que convoc a la primera instancia. Pero cuando iba caminando por las provincias de Arica y Tarapac se le iban allegando algunos ms soldados, y entre ellos un capitn llamado Francisco de Villagrn, que sala con algunos soldados desbaratados de la entrada de una provincia de indios llamada los Chunchos, que hasta. hoy estn por conquistar, donde haban muerto otros muchos de hombre y trabajos del camino. Tambin se le alleg otro capitn llamado Francisco de Aguirre con obra de veinte hombres espaoles para ir con l a la conquista, y habindose congregado un razonable nmero de soldados, que seran hasta ciento y sesenta, gente muy granada, y los ms dellos de a caballo, hizo lista de todos ellos, entre los cuales eran los ms sealados Alonso de Monroy, natural de Salamanca; Francisco de Aguirre, de Talavera de la Reina; Jernimo de Alderete, natural de Olmedo; Rodrigo de Quiroga, natural de Monforte de Lemos, en Galicia; Gil Gonzlez, de Avila; Pedro de Villagrn, de Colmenar de Arenas; el Padre don Rodrigo Gonzlez, natural de Constantina, hermano del den que entonces era de Sevilla. y otras muchas personas nobles y aptas para el fin de su pretensin. Y aunque por ser la gente tan poca para meterse entre tanta inmensidad de brbaros tan fuertes y belicosos, pareca temeridad acometer este asunto; con todo eso era el capitn tan animoso que atropellando dificultades fu en prosecucin de su camino animando a los suyos, y allanndoles el paso como si fueran por tierras propias suyas, y llegado al valle de Atacarna tomaron bastimentos en abundancia para sustentarse en el largo despoblado de que hemos hecho mencin arriba, cuya travesa es de ciento, y veinte leguas, donde pasaron trabajos excesivos, por ser muy estril y sin gnero de hierba ni agua, ni otro pasto para los caballos, y as perecieron en l algunos y muchas ms personas de servicio, as indios como negros. Son tan speros y fros los vientos de los ms lugares deste despoblado, que acontece arrimarse el caminante a una pena y quedarse helado y yerto en pie por muchos aos, que parece estar vivo, y as se saca de aqu carne momia en abundancia. De estos cuerpos muertos iban topando en mucho nmero a cada paso arrimados a riscos y barrancas, tanto que sirven de seales del camino para no poder perderse, estando todos tan frescos que parecen recin muertos, siendo de ms de trescientos aos segn la relacin que dan los indios, de entre los cuales salieron los que as se helaron en el camino. Las pocas aguas que fuera de la lluvia hay en estos desiertos son tan intiles que, o estn en jageyes a doce y trece leguas, o en algunos pocos manantiales donde corren clarsimas acequias de agua que convidan tanto con su transparencia, que se abalanzan a ella los que llegan sedientos, conociendo por experiencia cunta verdad sea que el deleite tiene la apariencia amena, dejando al gusta amargo ms que acbar. Ni es menos intil el agua de un hermoso ro deste despoblado, que siendo tan grata al aspecto como la pasada, apenas se ha tomado en la mano, cuando est vuelta en sal cuajada, de la cual slo son sus riberas sin otra cosa. Slo un ro hay para consuelo de los pasajeros, de tal condicin que a ciertas horas del da viene de monte a monte, y cuando se le antoja se seca de repente al mejor tiempo, por lo cual le llaman los indios ancha llulla, que quiere decir ro mentiroso. Algunos dicen que este ro se origina de un grande lago que est en lo ms alto de la cordillera, el cual crece y mengua como la mar a las mismas horas que ella, y as redundan en el arroyo las variedades de su principio. No dejar de decir cmo estando el ejrcito en cierto paraje a punto de perecer por falta de agua, congojndose una seora que iba con el general llamada doa Ins Jurez, natural de Plasencia y casada en Mlaga, mujer de mucha cristiandad y edificacin de nuestros soldados, mand a un indio cavarla tierra en el asiento donde ella estaba, y habiendo ahondado cosa de una vara sali al punto agua tan en abundancia, que todo el ejrcito se satisfizo, dando gracias a Dios por tal misericordia. Y no par en esto su magnificencia, porque hasta hoy conserva el manantial para toda gente la cual testifica ser el agua de la mejor que han bebido la del jagey de doa Ins, que as se le qued por nombre. Con estas y otras dificultades y trabajos casi increbles llegaron los espaoles a Copiap, que es la primera tierra poblada de las de Chile, donde no solamente los hombres manifestaban extraordinario consuelo con verse ya fuera de tantas calamidades, mas an tambin los caballos insinuaban el regocijo que sentan con los relinchos, lozana y bros que mostraban como si reconocieran el trmino de los trabajos y lugar...... Tom aquel da posesin de la tierra el general Valdivia en nombre de su majestad haciendo a los naturales una larga pltica as acerca de este intento, como del principal, que era el continuarles la predicacin del Santo Evangelio e instruccin en la vida cristiana comenzada por don Diego de Almagro, segn en la primera parte desta historia queda referido. Para lo cual se subi en una huaca, que sola ser lugar de orculos del demonio, y all mand se pusiese una cruz grande bien labrada, ante la cual se puso de rodillas con todos los suyos, adorndola humildemente y convidando a los indios a hacer lo mismo, como lo hicieron. Y finalmente cre por escribano a Luis de Cartagena, que a vista de todos escribi la posesin del reino sujetndola a la corona real de Castilla, y ponindole por nombre la Nueva Extremadura. fu grande entonces el regocijo de todos, parecindoles que los habra Dios trado a tierra de promisin como a su pueblo ......dndoles ......en l con ......milagros.

ArribaAbajoCaptulo IX

De la resistencia que los indios de Copiap hicieron a los espaoles, que pretendan sujetarlos

Ya los indios de las provincias de Chile no estaban para los espaoles de aquel tinte que al principio, porque como los haban conversado y servido y habitado con ellos en sus casas, conocan ya que no eran cosa del otro mundo, ni algunas fantasmas, como al principio haban temido, sino hombres de carne y hueso como ellos, y con quien se podan tener en bunas. Y as por esto como por ver que venan muy pocos respecto de los primeros, acordaron de defender su capa y ser seores de sus tierras, sin dejarse avasallar de extranjeros, pues tenan bros para ponerse en defensa de sus personas. Incitles ms a este propsito otro no menos eficaz motivo, que fu el ver que los soldados traan del Per muchos indios presos con cadenas y collares, y no menos indias, para servirse de ellos por fuerza, sacndolos de sus patrias con ms violencia que si fueran esclavos. Esta crueldad escandaliz mucho a los chilenses, persuadindoles que haran con ellos ......muy ......que se les representaba haberlo hecho...... Almagro; muchos de lo; cuales llevaron y presos en cadenas y collares no pocos indios de Chile, hombres y mujeres cogindolos a barrisco y sin distincin ni delito, llevando al marido sin la mujer y a la mujer sin el marido, sin tener respeto a hijos ni a padres, sino echando mano a los primeros que topaban, y el cual desafuero dej a los indios tan...... esta diciendo y ......por no haber sido ste slo, pues las ......de este jaez que en Chile haban hecho y hacan...... y aun hoy hacen los espaoles, ni son tan pocas ni tan leves que las quieran sufrir los que no deben. Y as, los indios de este valle comenzaron a tratar de su libertad comunicando sus intentos con todos los dems de los lugares circunvecinos, y comenzan