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  • DeArte, 4, 2005, pp. 17-34

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    Elmidrashylahagad,fuentesdelaiconografabblicadelprlogominiadodelaHagaddeSarajevo*

    GaliaPikWajs

    UniversidadAutnomadeMadrid

    RESUMEN. El Museo Nacional de Bosnia conserva un cdice litrgico sefard, datado a mediados del siglo XIV, y conocido comnmente como HagaddeSarajevo. Fiel a la tipologa y estructura tradicionales de las hagadothispanas bajomedievales, la obra comienza con un ciclo miniado de temtica bblica. Los treinta y cuatro folios iluminados a toda pgina describen escenas basadas en los cinco libros del Pentateuco, laTor, comenzando con la Creacin y finalizando con la bendicin de Moiss antes de su muerte. A pesar de ser su principal fuente de inspiracin la Biblia, muchos de los episodios revelan una segunda dependencia textual: el vasto repertorio legendario judo, el midrash. Una seleccin de escenas permite comprobar esta filiacin. Palabrasclave: HagaddeSarajevo, miniatura hebrea, hagad, midrash, iconografa.

    ABSTRACT. The Bosnian National Museum houses a mid-fourteenth-century liturgical sephardi manuscript commonly known as the TheSarajevoHaggadah. Remaining loyal to the traditional medieval spanish haggadot structure, the codex opens out with a sequence of biblical episodes. The thirty-four full-page miniatures depict episodes from the five books of the Pentateuch, the Tora, beginning with the Creation of the World and ending with Moses blessing before his death. Despite of the fact that the principal inspiration source of the scenes is the Bible, many of the illustrations reveal another textual dependence: the large legendary Jewish material, the Midrash. A selection of scenes verifies this relationship Keywords: Sarajevo Haggadah, Jewish miniature, haggadah, midrash, iconography. I. LA HAGAD DE SARAJEVO. BREVE

    ESTADO DE LA CUESTIN.

    En el ao 1898 los historiadores Da-vid Heinrich Mller y Julius von Schlosser rompieron una lanza por una de las mani-

    El presente trabajo se inscribe en el marco de una futura Tesis Doctoral versada sobre la HagaddeSarajevo y elaborada bajo la direccin de la Dra. Mara del Carmen Muoz Prraga.

    Quiero agradecer al profesor Fernando Galvn Freile el apoyo y consejo que me brind en mis prime-

    festaciones artsticas que, hasta el momen-to, haba sido completamente olvidada por los especialistas: la aportacin del pueblo judo al campo de las artes. Su obra, Die

    ros pasos dentro del complejo mundo de la miniatura hebrea. Asimismo, aprovecho la presente publicacin para agradecer, de una forma muy especial y con un profundo afecto, todo las oportunidades, consejos, y sobre todo, apoyo y aliento, al profesor de la Universi-dad de Zaragoza Dr. Jess Criado Mainar, sin cuyos primeros nimos no me hubiese atrevido a aventurar en el complejo mundo de la investigacin artstica.

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    Haggada von Sarajevo 1 , supuso un primer acercamiento a lo que entonces se vino a llamar miniatura juda2, y, ms concre-tamente, a la iluminacin de una tipologa concreta de libro litrgico judo: la Hagad3shel Psaj 4 . La publicacin de Mller y

    1 D. H. MLLER; J. SCHLOSSER, DieHaggadah vonSarajevo. Eine spanischejudische handschrift desMittelalters.Nebst einemAnhange vonDavidKaufmann, Viena, 1898.

    2 La validez del concepto de miniaturajuda ha sido debatido prcticamente desde el momento en que dichas manifestaciones artsticas del pueblo hebreo comenzaron a ser estudiadas. Aunque siguen existien-do diferentes puntos de vista, en la actualidad la gran mayora de estudiosos parece ponerse de acuerdo en negar la existencia de un estilo artstico netamente judo y prefiere hablar de miniaturahebrea, poniendo de relieve su dependencia de las escuelas de ilumina-cin contemporneas en cada uno de los lugares don-de fue creada (esto es, miniatura hebrea peninsular, miniaturahebreagermana,etc.). En realidad esta contro-versia se extiende ms all del campo de la decoracin miniada, y han sido varios los autores que se han peguntado acerca de la existencia de un artejudo. Para el debate referente al artejudo ver E. HOROWITZ, Exis-te-t-il un art juif? Le peuple de limage: les juifs et lart, Annales HSS, ao 56, n 3, Pars, 2001, pp. 665-684 ; F. LANDSBERGER, The Problem of Jewish Art, AHistoryofJewishArt Nueva York-Londres, 1946, pp. 3-14; H. ROSENBERG, Is there a jewish art?, Commentary, n 42:1, Nueva Cork, 1966, pp. 57-60. En relacin a la nocin de miniaturajuda, ver F. GALVN FREILE, Manuscritos iluminados en Sefarad durante los siglos del medievo,MemoriadeSefarad , Madrid, 2002, pp. 309-319; B. NARKISS, Manuscritos iluminados hispanohebreos, La vidajuda en Sefarad , Madrid, 1991, pp. 169-196.

    3 Con el fin de facilitar la lectura de los trminos hebreos se ha simplificado al mximo la transcripcin de los mismos respetando las reglas de la fontica espaola.

    4 Hagad (pl. hagadot): sustantivo femenino del verbo hebreo lehagid, relatar. En el judasmo, y a lo largo de los tiempos, el trmino ha sido aplicado a diferentes materiales narrativos pertenecientes al cuerpo de la erudicin rabnica no jurdica; lo nico que tenan en comn unos con otros era el hecho de incluir leyendas, ancdotas y parbolas que sirven para ilustrar los principios religiosos y ticos de la ley tradicional. La Hagad por antonomasia es la llamada HagadshelPsaj, el texto de lectura prescriptiva en la celebracin juda de la festividad de Psaj, la Pascua. La temtica del presente estudio obliga a una referen-

    Schlosser se ocup de forma casi monogr-fica de un manuscrito, la Hagad conserva-da en el Museo Nacional de Bosnia conoci-da comnmente como Hagad de Sarajevo, aunque inclua referencias y estudios ico-nogrficos de otras catorce hagadot, ocho sefards y seis ashkenazs5. La obra, en dos volmenes, no pas de ser un catlogo des-criptivo de las diferentes miniaturas que componen cada una de las hagadot, con ciertas puntualizaciones sobre el estilo e iconografa que distinguen a los ejemplares hispanos de aquellos realizados en territo-rio germano.

    Aunque en el ao 1953 se reproduje-ron por primera vez en color algunas de las escenas miniadas de la Hagad6, no fue has-ta diez aos despus cuando vieron la luz el conjunto de las mismas, en una edicin facsmil editada a cargo del historiador judo Cecil Roth 7 . El texto introductorio aportaba interesantes datos sobre la historia del manuscrito, su posible origen cataln, y sus avatares por tierras europeas tras la expulsin de 1492, as como una descrip-cin formal, muy similar a la ofrecida se-senta aos antes por Mller y Schlosser. Una segunda edicin facsimilar fue publi-cada en la dcada de los ochenta, cuyo es-tudio introductorio corri a cargo de Eugen Werber8. Este nuevo estudio retomaba gran cia minuciosa tanto a la Hagad entendida como mate-rial legendario, como a la HagadshelPsaj. Ambas se abordarn a lo largo de este trabajo.

    5 Atendiendo a criterios culturales y geogrficos, el judasmo medieval aparece dividido en dos grandes ramas: la sefard y la ashkenaz. Mientras la primera hace referencia a las comunidades judas ubicadas en la Pennsula Ibrica y norte de frica, la segunda est relacionada con aquellas comunidades asentadas en el norte, centro y este de Europa.

    6 S. RADOJI, HaggadahofSarajevo, Belgrado, 1953. La obra contiene siete reproducciones en color, acom-paadas de un breve prlogo del autor, profesor de la Universidad de Belgrado.

    7 C. ROTH, TheSarajevoHaggadahanditssignificanceintheHistoryofArt, Belgrado, 1975.

    8 E. WERBER, TheSarajevoHaggadah, Sarajevo, 1988.

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    parte de los datos que haban ofrecido aos atrs Mller y Schlosser y Cecil Roth, aun-que se completaba con un interesante apar-tado aclaratorio relativo a la celebracin de la Pascua juda, sus costumbres, tradicio-nes, significado y origen, as como una mi-nuciosa descripcin de los diferentes apar-tados que componen la Hagad.

    La decoracin miniada de la HagaddeSarajevo ha sido abordada, al margen de las obras monogrficas ya citadas, por un amplio conjunto de especialistas que, a travs de diferentes estudios de conjunto sobre la miniatura hebrea peninsular, han hecho referencias ms o menos extensas a la misma. Sin embargo, ms de cien aos despus de la publicacin pionera de M-ller y Schlosser la bibliografa artstica care-ce de un estudio sistemtico de la obra, con una aproximacin que vaya ms all de un mero anlisis formal, y ofrezca un examen profundo y riguroso de la misma.

    II. LA HAGAD Y EL MIDRASH.

    Antes de abordar la problemtica concreta de esta publicacin, esto es, la literatura midrshica como fuente de la ilu-minacin de la HagaddeSarajevo, nos pare-ce preciso dedicar unas breves lneas a acla-rar qu son la HagadshelPsaj y el midrash.

    a)HagadshelPsaj

    Nos limitaremos a aportar aquellos aspectos del Libro que nos parecen relevan-tes para poder abordar un estudio de su iluminacin9. La HagadshelPsaj es aquel

    9 Son innumerables los estudios relacionados tanto con la festividad de la Pascua juda, como con la Hagad shelPsaj, y su enumeracin aqu sera imposible, por lo que nos limitamos a ofrecer las obras ms rele-vantes en lengua castellana: A. C. AVRIL; D. MAISON-NEUVE, Lasfiestasjudas, Estella, 1996; J. BARYLKO, BreveHistoria dePsaj, Buenos Aires, 1968; P. KLENICKI, LaCelebracindelaPascua, Buenos Aires, 1984; I. MIHALO-VICI, FiestasyprcticasjudasenelTalmudyenlaTradicin, Barcelona, 2000, pp. 31-41; E. C. SCHLESINGER,

    libro que contiene el ritual y las lecturas propias de la celebracin de la noche de Psaj. Su finalidad principal es la de cum-plir el mandato divino recogido en el se-gundo libro de la Tor10: Ese da explicars a tus hijos: hacemos esto para recordar lo que hizo por m el Seor cuando sal de Egipto (Ex 13:8). As, la Hagadcumple el deber sagrado de todo judo de contar a sus hijos las maravillas hechas por Dios para redimir a los hebreos de la esclavitud de Egipto. Al margen de esta narracin del xodo judo, el texto de la HagadshelPsajcontiene diferentes pasajes de la Tor, del Talmud11, midrashim12, as como himnos y ancdotas, cuya finalidad es la de trasmitir a los ms pequeos de la casa el gran mila-gro obrado por Dios. En este punto debe sealarse que, al contrario que todos los dems libros rituales judos, concebidos para ser ledos en la sinagoga, la HagadshelPsaj est pensada para un uso domstico, en una ceremonia en la cual, tal y como ya se ha dicho, los nios tienen un protago-nismo especial. Este carcter domstico de la HagadshelPsaj es clave para compren-der la singularidad de sus ilustraciones.

    Originalmente, y hasta la Edad Me-dia, los textos propios de la Hagad shelPsaj estaban incluidos en el corpus general de oraciones, esto es, como parte de los Tradicionesycostumbresjudas.Unviajealrededordelaohebreo, Buenos Aires, 1970; Y. VAINSTEIN, Elciclodelaojudo, Jerusalem, 1986, pp. 164-178.

    10 Tor: en sentido estricto, el nombre con el cual el judasmo designa el Pentateuco (Gnesis, xodo, Levtico, Nmeros y Deuteronomio). En un sentido ms gene-ral, el trmino hace referencia a la doctrina del judas-mo que, segn la tradicin, fue revelada a Moiss en el Monte Sini, esto es, tanto la Ley Escrita, recogida en la Biblia, como la Ley Oral, transmitida de maestro a discpulo, y recogida en diversas recensiones.

    11 Talmud: ver anexo de fuentes comentadas. 12 Midrash (pl. Midrashim): en sentido general, el

    trmino midrash hace referencia a la interpretacin de la escritura. No nos detenemos en ofrecer una explica-cin ms concisa, ya que se le dedicar un apartado en el presente texto.

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    diferentes sidurim13 y mahzorim14 . Sin em-bargo, su carcter eminentemente domsti-co y pedaggico incit, all por el siglo XII, su separacin del libro oracional, para con-vertirse en un libro ritual independiente15. Estas caractersticas del texto hagdico son, precisamente, aquellas que mejor pueden explicar los motivos por los que, en el siglo XIII, se generaliz entre los judos ms acaudalados la costumbre de iluminar ri-camente las hagadot: la inclusin de ilustra-ciones tena como finalidad primera des-pertar el inters de los ms pequeos, y mantener su atencin a lo largo de la ago-tadora ceremonia, bsicamente oral, del Sder shelPsaj16. Volveremos sobre las ca-ractersticas propias de las hagadot hispanas iluminadas ms adelante.

    b) Midrash(Midrashhagad)

    Abordar cualquier concepto relativo a la literatura religiosa hebrea no es tarea fcil e intentar exponer en unas breves l-neas la complejidad del pensamiento judo y de sus reglas exegticas, se nos antoja misin quimrica. En ningn caso es nues-tra intencin adentrar al lector en los entre-sijos del corpus hermenutico judaico, sino tan slo ofrecer unas lneas explicativas

    13 Sdur (pl. sidurim): Libro de Oraciones que con-tiene la liturgia diaria.

    14 Majzor (pl. majzorim): Libro de Oraciones que contiene la liturgia de las festividades mayores.

    15 Para un estudio sobre la formacin del texto ac-tual de la Hagad shel Psaj, as como las primeras versiones como texto independiente, ver P. GOODMAN, ThePassoverAnthology, Philadelphia, 1966, pp. 72-77.

    16 SdershelPsajo, simplemente, Sder (en hebreo, orden): ceremonia domstica que tiene lugar la primera noche (o las dos primeras noches, en el caso de la Dispora) de la celebracin de la Pascua juda. Tiene una estructura fija, siendo sus principales carac-tersticas la recitacin del Kidush (oracin de consagra-cin y santificacin del da), la lectura de la HagadshelPsaj, la ingestin de ciertos alimentos simblicos, sobre alguno de los cuales volveremos ms adelante, la bebida de cuatro copas de vino y la recitacin del Halel (canto de alabanza basado en el texto de Sal 113-118).

    bsicas que faciliten la comprensin del presente estudio artstico17.

    En lneas generales el concepto de Li-teratura midrshica hace referencia al corpus de textos rabnicos relativos a la interpreta-cin de los Libros Sagrados. As, tal y como indica su raz hebrea, derash, (en hebreo, interpretacin), los midrashim comentan, explican y, sobre todo, interpretan, la Escri-tura bblica; tomando prestadas las palabras de la Doctora Elena Romero el derash, es un sistema interpretativo que intenta averi-guar lo oculto, lo que se esconde tras el sentido superficial de las palabras y que trascendindolas, busca llegar al pleno co-nocimiento de la palabra de Dios18. De-pendiendo del material literario que co-menten, los midrashim pueden ser de dos clases: midrashhalaj, si su comentario hace referencia a textos bblicos de ndole legal, y midrashhagad si afectan a material narrati-vo de las Sagradas Escrituras. En el caso del estudio que nos ocupa, el material midrshico al que haremos referencia ser, en todo caso, hagdico.

    El sistema hermenutico judo es muy variado, y muchos los caminos por los que los exegetas hebreos se han acercado al texto bblico con el propsito de conocer en

    17 Son muchas las obras que se han dedicado a descifrar los entresijos de la hermenutica hebrea, y su complejidad vara segn el pblico al que estn desti-nadas. Se trata, en la gran mayora de los casos, de textos de autora extrajera que rara vez han sido tradu-cidos a lengua castellana. En los ltimos aos, el gran auge de los estudios hebraicos ha fomentado la apari-cin de algunos estudios en nuestro idioma que inten-tan ofrecer unas nociones bsicas sobre el tema ver A. SENZ-BADILLOS, J. TARGARONA BORRS, Los judosdeSefarad ante laBiblia.La interpretacin de laBiblia en elMedievo, Crdoba, 1996, as como la seleccin biblio-grfica que lleva anexa. De igual inters, aunque tal vez de ms fcil lectura, el magistral texto introducto-rio de la obra de E. ROMERO, La Ley en la Leyenda.Relatos de tema bblico en las fuentes hebreas, Madrid, 1989, pp. 2-44.

    18 Ibid., p.19.

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    profundidad el mensaje divino19. Mientras una parte de estas vas se basan en el des-menuzamiento lingstico20, otras se detie-nen en el contenido narrativo propiamente dicho. Nos limitaremos a exponer aquellas empleadas para conformar el material hagdico al que haremos referencia ms adelan-te.

    Los midrashim se fundamentan en la concepcin del texto bblico como incompleto. As, el derash se permite, cuando lo cree necesario, completar y ampliar dicho texto, con el fin de rellenar aquellos espacios que considera vacos, o completar aquellos pa-sajes que entiende como demasiado escue-tos. Al igual que ocurre en la exgesis cris-tiana, muchos de los pasajes son explicados no slo en su propio contexto, sino a la luz de otros fragmentos bblicos, relacionndo-los a travs de palabras que se repiten en ambos. Esta identificacin de textos se lleva incluso ms all, identificando personas, animales, objetos, e incluso lugares, sin tener en cuenta ningn tipo de rigor crono-lgico o geogrfico. En esta misma lnea de perfeccionar el texto bblico, muchos pasajes hagdicos desarrollan o amplan conversa-ciones entre los protagonistas de la narra-cin. Estos procedimientos exegticos, junto a muchos otros en los que, tal y como ya se ha sealado antes, no nos detendremos, conforman un material literario nuevo en el cual el relato bblico subyacente resulta

    19 Para un estudio en profundidad de la metodo-loga midrshica, ver A. DEZ MACHO, ElTargum:IntroduccinalastraduccionesaramaicasdelaBiblia, Madrid, 1982. Para un texto ms asequible, en el que se inclu-yen interesantes ejemplos que facilitan la compren-sin, ver E. ROMERO, La Ley en la Leyenda.Relatos detemabblicoenlasfuenteshebreas, op. cit., pp. 20-27.

    20 As, las reglas hermenuticas se proyectan sobre cada letra, segmento de palabra, palabra, sintagma, frase y versculo del texto. Estas reglas se basan gene-ralmente en los valores numricos otorgados a las letras, en la identificacin de diferentes races para una misma palabra, la presencia o ausencia de ciertos artculos, empleo de frmulas repetitivas, expresiones paralelas, etc.

    elucidado, ampliado o concretado a tenor de la creatividad del comentarista21.

    Llegado este punto, y antes de pasar a abordar la problemtica central de este estudio, debe hacerse una ltima puntuali-zacin en relacin con aquello que hemos venido llamando literatura exegtica y acla-rar que el material midrshico se transmita, en sus orgenes, de forma oral; segn deta-lla la tradicin juda, junto a la Tor Escrita que fue entregada a Moiss en lo alto del Sina, ste recibi una explicacin oral deta-llada de todo aquello que se le estaba dic-tando; este material oral fue transmitido de generacin en generacin, pero lleg un momento en el que ya no bast con la me-moria para conservarlo. Fue alrededor del ao 100 a.C. cuando surge, por primera vez, la necesidad de fijar por escrito toda esta vasta herencia que, a su vez, fue ampliada con las disertaciones de los rabinos y otras personalidades de la vida religiosa juda. Esta labor se dilat a lo largo de varios si-glos, y en el siglo XIX todava observamos sus ltimos coletazos. Sera imposible, y poco prctico, incluir en el presente texto una aproximacin al desarrollo histrico y literario del Midrash, por lo que, a modo de anexo, comentaremos de forma breve aque-llas compilaciones midrshicascitadas en el anlisis iconogrfico22.

    III. LA HAGAD DE SARAJEVO: UNA HAGAD ILUMINADA HISPANO- MEDIEVAL.

    Aunque no son muchos los ejempla-res de hagadotsefards iluminadas que han

    21 E. ROMERO, LaLeyen laLeyenda.Relatosde temabblicoenlasfuenteshebreas, op. cit., p. 24.

    22 Ver anexo. Para una lectura detallada sobre la formacin del corpus midrshico y una relacin de las obras ms relevantes ver E. ROMERO, LaLey en laLeyenda.Relatos de tema bblico en las fuentes hebreas, op. cit., pp. 15-44.

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    llegado hasta nuestros das23, los conserva-dos guardan, en su gran mayora, un es-quema muy similar al de la HagaddeSarajevo. Tanto esta estructuracin en secciones concretas, como la disposicin de la decora-cin, las distinguen de los prototipos de origen ashkenaz24: mientras las germnicas se caracterizan por las ilustraciones margi-nales, colocadas junto al texto, en las hagadot sefards dichas ilustraciones marginales son escasas, conteniendo la gran mayora de ellas miniaturas a toda pgina que, a modo de prlogo miniado, y normalmente en cuadernos independientes, preceden al

    23 Actualmente se tiene noticias de quince ejem-plares conservados, incluyendo el que nos ocupa: HagaddeSarajevo(Sarajevo, Narodna i univerzitetska Bosne i Hercegovine); Hagad de Barcelona (Londres, The British Library, Ms. Add. 14761); Hagad deOro (Londres, The British Library, Ms. Add. 27210); Hagadcatalana, conocida como SisterHaggada (Londres, The British Library, Ms. Add. 2884); Hagadsefard, conoci-da como BrotherRylandsHaggada(Londres, The British Library, Ms. Or. 1404); HagadHispanoMorisca (Lon-dres, The British Library, Ms. Or. 2737); HagadRylands (Manchester, The John Rylands University Libra-ry, Ms. Ryl. Hebr. 6); Hagad Kaufmann (Budapest, Magyar Tudomnyos Akadmia, Ms. A 422); TheSassoon Haggadah (Jerusaln, The Israel Museum hasta su adquisicin en fechas recientes por el Israel Museum de Jerusaln, el manuscrito perteneca a la coleccin de Library of Rabbi Sassoon, Ms. 514); GrazianoHaggadah(Nueva York, Library of the Jewish Theological Seminary of America, Ms. 9300 esta catalogacin moderna se corresponde con el manuscri-to Ms. Adler 1337); Prato Haggadah (Nueva York, Library of the Jewish Theological Seminary of Ameri-ca, Ms. 9478); HamiltonHaggadah (Tbingen, Tbinger Depot der Preussiscehn Staatbibliothek, Ms. Or. Hamilton 288 esta catalogacin moderna se corres-ponde con el manuscrito Ms. Or. Hamilton 28812); HagaddeParma (Parma, Biblioteca Palatina, Ms. Parm. 2411); Hagad (Roma, Biblioteca Casanatense, Ms. 2761); Hagad consevada en dos fragmentos (Bo-logna, Biblioteca Universitaria, Ms. 2559 y Mdena, Biblioteca Estnse, cod. alfa. K.I.22); Hagad dePoblet (Poblet, Abada de Santa Mara, Ms. 100).

    24 Aunque en este estudio por motivos de delimi-taciones temporales las hagadot sefards conservadas datan de los siglos XIII-XIV nicamente hagamos referencia a las escuelas sefard y ashkenaz, existi una tercera escuela decorativa, la italiana, cuyos restos conservados se retrasan hasta el siglo XV.

    texto de la Hagad. Este prembulo pintado contiene escenas relativas al segundo libro de la Tor, el xodo, aunque, como en el caso que nos ocupa, en ciertas ocasiones dicho ciclo se ampla, abarcando hechos narrados en otros libros del Pentateuco. Estas decoraciones bblicas suelen ir acom-paadas por otras de carcter ritual, fun-damentalmente de ndole instructiva refe-rentes a la preparacin y celebracin del Psaj25.

    A esta primera parte le sigue el texto hagdico propiamente dicho, escasamente decorado, seguido de una tercera, y ltima parte, que contiene una coleccin de piyutim26, que raramente incluyen decoracin.

    La Hagad que nos ocupa data de c.1350, fecha en que la tipologa de Hagad sefard miniada est ya consolidada27, y sus tres partes perfectamente establecidas:

    25 Aunque nos limitemos a hacer referencia a las ilustraciones bblicas y rituales, por ser aquellas que aparecen en las miniaturas a toda pgina que antece-den al texto, son cuatro las categoras en que, depen-diendo del contenido, pueden dividirse las miniaturas de la Hagad: las dos ya mencionadas, as como las decoraciones textuales y las de naturaleza escatolgica. La prctica mayora de autores que han tratado el tema de la Hagad sefard han hecho referencia a esta cudruple divisin. La esencia de todo lo publicado, a modo de sntesis, puede leerse en EncylopaediaJudaica, vol. 7, Jerusalem, 1972, cols. 1096-1097.

    26 Piyutim: poemas litrgicos que deban ser reci-tados en la sinagoga durante toda la semana de Pascua y el sbado anterior a la misma.

    27 Las iluminaciones de los textos pascuales datan de fechas anteriores al siglo XIV, aunque en ningn caso con la profusin y riqueza de imgenes que pre-sentan las de la decimocuarta centuria. Los primeros fragmentos de Hagad ilustrados datan del siglo X, cuando el texto todava formaba parte del conjunto oracional judo, y fueron encontrados en la Genizah cairota. Para una mayor informacin sobre estos fragmentos, ver A. M. HABERMANN, TheCairoGenizahand other genizoth: Their character, contents anddevelopment (en hebreo), Jerusalem, 1971; P. E. KAHLE, The Cairo Geniza, Nueva York, 1960; D. KAUFMANN, Notes to the Egyptian Fragments of the Haggadah, JewishQuarterlyReview10, Londres, 1898, pp. 380-381;

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    1) Prlogo miniado. Ocupa los pri-meros 34 folios. Sus 69 miniaturas aparecen iluminadas sobre el lado de la carne, por lo que el lado del pelo queda sin iluminar. La distribucin de los folios, haciendo coinci-dir los lados pelo y carne en pginas conse-cutivas, nos presenta las imgenes y los folios en blanco enfrentados dos a dos, esto es, a dos folios miniados les siguen otros dos en blanco. En los mrgenes superior e inferior de cada una de las escenas pueden leerse los versculos bblicos a los que dicha imagen hace referencia, o, en su caso, la descripcin del acto ritual que tiene lugar en la misma.

    El ciclo iluminado de la HagaddeSarajevo es el ms extenso de los conservados, ya que comienza con la Creacin del mun-do (Gnesis 1:1), y finaliza con la bendicin de Moiss antes de su muerte (Deuterono-mio 34:9). A estas escenas bblicas siguen una representacin del Templo de Jerusaln a pgina completa, y tres escenas rituales relativas a la celebracin de la Pascua.

    2) El texto hebreo de la Hagad. Ocu-pa los cincuenta siguientes folios. Estn escritos en ambos lados en una escritura sefard cuadrada, y muchas de las palabras iniciales aparecen destacadas y ricamente decoradas. En el texto se intercalan tres miniaturas a toda pgina, as como otras, de menor tamao, de tipo ritual y textual28.

    3) Piyutim. Las ltimas setenta y tres hojas contienen las poesas, plegarias y textos bblicos pertinentes de ser ledos en los oficios ya mencionados.

    S. REIF, A JewishArchive fromOldCairo: the history ofCambridgeUniversitysGenizahcollection, Londres, 2000.

    28 Para una descripcin detallada de las miniatu-ras, tanto las que forman la introduccin miniada, como aquellas que decoran el cuerpo textual, ver C. ROTH, TheSarajevoHaggadah and its significance in theHistoryofArt, op. cit., pp. 17-25; E. WERBER, TheSarajevoHaggadah, op. cit., pp. 22-39.

    IV. FUENTES TEXTUALES DEL PRLO-GO MINIADO: EL MIDRASH29.

    A pesar de la existencia de algunas publicaciones monogrficas sobre nuestro manuscrito30, no cabe duda de que la gran mayora de los aspectos relativos al mismo siguen pendientes de estudio. En las lneas siguientes intentaremos proporcionar algu-nas pistas sobre uno de estos aspectos: las fuentes textuales que inspiraron el prlogo miniado. La totalidad de los especialistas estn de acuerdo en que la iconografa ju-da, al margen de inspirarse en los cinco Libros de la Tor, evidencia una segunda fuente de inspiracin: los textos y tradicio-nes que integran su vasto material exegti-co. El caso de la Hagad deSarajevo no es una excepcin, tal y como intentaremos demostrar con el anlisis de algunas de sus escenas31:

    CanyAbel(Fol.4rregistrosuperior)

    Pasado algn tiempo, Can pre-sent al Seor una ofrenda de los frutos de la tierra. Abel le ofreci tambin los

    29 Ntese que en el mundo judo la lectura se reali-za de derecha a izquierda. Este aspecto condiciona la lectura de las imgenes dentro de un mismo folio, ya que en la mayora de los casos se presentan en el mismo sentido que la escritura.

    30 Ver notas 2, 6, 7 y 8. 31 Haremos referencia a cada una de las escenas

    que vayamos a examinar citndolas segn su temtica y sealando su ubicacin en el prlogo. A su vez, citaremos el versculo, o versculos, en que est basada la respectiva iluminacin. En la prctica totalidad de los casos las palabras que acompaan a cada una de las imgenes estn extradas de dichos versculos bblicos, aunque no recogen la totalidad del mismo. Por este motivo hemos optado por sealar en cursiva aquellas partes de la cita bblica que efectivamente acompaan las ilustraciones. En algunos casos las frases aclaratorias a las imgenes no estn tomadas del texto cannico, sino de otras fuentes hebreas, o son, sencillamente, aadidos y libres intervenciones del escriba-iluminador; transcribiremos dichas palabras encerradas entre corchetes []. En los casos en que las ilustraciones contengan ms de un epgrafe aclarato-rio, reflejaremos todos ellos, marcando la separacin entre unos y otros mediante un cuadrado negro .

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    primognitos de su rebao y hasta su grasa. ElSeor se fij enAbely suofrenda ms que en Can y la suya. Entonces Can se enfureci mucho y andaba cabizbajo (Gen 4, 3-5) Can propuso a su hermano Abel que fueran al campo y, cuando es-taban all, selanz[Can]contrasuhermanoAbelylomat (Gn 4, 8)

    La imagen rene en una misma esce-na dos episodios diferentes de la narracin (fig. 1): los sacrificios ofrecidos por ambos hermanos y el asesinato de Abel. Nos cen-traremos en esta segunda parte; en la esce-na Can aparece abalanzado sobre su her-mano atravesando su cuello con lo que parece un pequeo cuchillo. Es evidente que el iluminador de la Hagad no pudo inspirarse en las escuetas palabras de la Biblia, ya que nada dicen las Sagradas Es-crituras acerca del modo en que fue llevado a cabo el fratricidio, o el arma que en l fue empleada.

    El GnesisRab se ocupa del episodio, analizando las palabras de la Tor. As, Rab Yojann afirma que Abel erams fuerte queCan,pues laEscrituradicese levantprecisamentepara indicarque[Can]estabacadoasus pies 32 cuando le dijo: slo nosotros dosestamosenelmundo,quvasadecirleapadre[si me matas]?Yleperdon,llenodecompasinporl,quinalmomentosealzcontralylemat33. Pero el texto hermenutico an va ms all, al afirmar que las palabras bblicas indican un objeto que produce heridas34. Por ltimo, segn Rab Yisjak, Can haba visto a su padre, Adn, sacrificando a un novillo, e imitndolo mat a su hermano por ellugardelcuelloydesusrganosvitales35. Este lti-mo aspecto aparece tambin recogido en el Talmud de Babilonia, que afirma que Can estuvo infligiendo golpes y heridas a Abel,

    32 En el transcurso de la pelea, Abel habra deriva-do a Can.

    33 BereshitRab, captulo XXII, Gn 1-16. 34 Ibid. 35 Ibid.

    sin saber por dnde sala el aliento, hasta que lleg al cuello36.

    El decorador del prlogo miniado de la Hagad de Sarajevo, conoca, sin duda, estas interpretaciones midrshicas. Aunque tuvo como fuente principal los versculos del Gnesis, los detalles menores de la esce-na fueron tomados de los textos exegticos, que amplan y aclaran la narracin bblica, aportando detalles vitales para la plasma-cin pictrica de la escena.

    Jos y sus hermanos (Fol. 16rregistro superior)

    A Jos le sirvieron aparte. Y sir-vieron por separado a ellos y a los egip-cios que haban de comer all, pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, porque esto a los egipcios les es una abominacin. Se sentaron en su presencia de esta manera: el primognito deacuerdo con su rango hasta elms joven deacuerdoconsuedad. Y los hombres se mi-raban atnitos unos a otros (Gn 43:32-33)

    Pocos son los detalles que da el G-nesis con relacin al banquete ofrecido por Jos a sus hermanos; el texto se limita a indicar la separacin entre los egipcios y los judos (Gn 43:32), y aade que los herma-nos fueron sentados a la mesa de acuerdo a su edad, detalle que llam poderosamente su atencin. Por qu deban sentarse los judos en una mesa aislada, separados de los egipcios? Qu fue aquello que tanto llam la atencin de los hermanos de Jos? Las respuestas a todas estas preguntas se hallan en el TargumpseudoJonatn; en pri-mer lugar nos aclara que la abominacinde los egipcios, y el motivo por el que deban comer separados de los hebreos, tiene su origen en la comida: los primeros conside-

    36 Cain inflicted upon his brother many blows andwounds,becauseheknewnotwhence the souldeparts [he did not know which blow would prove fatal],untilhereached his neck [And severed the arteries], Orden NezikimTratado Sanedrn37b.

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    raban sagrados algunos animales que los segundos no dudaban en ingerir37. En se-gundo lugar, y mucho ms importante para entender la interpretacin iconogrfica, el Targumnos da la pista para comprender el modo en que Jos justific ante sus herma-nos el hecho de que estuvieran sentados en orden, de acuerdo a sus respectivas edades; Jos tom una copa de plata y fingiendo tener dotes adivinatorias, la haca sonar cada vez que sentaba a uno de sus herma-nos a la mesa. Cuando estaban todos aco-modados, se dieron cuenta de que los hijos de una misma madre estaban uno al lado del otro38, segn sus edades39. En nuestra escena la copa adivinatoria, a mayor tama-o, preside la mesa, mientras Jos la seala, hacindolasonar (fig. 2).

    MuertedeJos(Fol.20rregistrosuperior)

    Josmuri a la edad de 110 aos, y lo embalsamaron y lopusieronenunatadenEgipto (Gn 50:26) [Los egipcios lo de-positaron en el Nilo] [Egipto]

    Es la HagaddeSarajevo el nico ma-nuscrito iluminado hebreo, de entre los conservados, que incluye en su ciclo la muerte de Jos (fig. 3). El texto bblico es parco en palabras, y nicamente nos indica que el cuerpo del patriarca fue embalsama-do e introducido en un atad (Gn 50:26). En la escena podemos ver un grupo de perso-najes encapuchados que sumergen el atad en un ro. Si hacemos caso a las palabras aadidas de la parte superior, el ro que vemos es el Nilo, y los personajes, egipcios. Sin embargo, si examinamos ms deteni-damente la escena, olvidndonos de las palabras superiores, los atavos de los pro-tagonistas, y su cabeza cubierta en seal de

    37 TargumpseudoJonatn Gn 43:32. 38 Aunque todos hijos de Jacob, Jos y sus herma-

    nos tenan distintas madres: Lea, Zilp, Bilh y Raquel, madre de Jos (Ver Gn 35:22-26).

    39 TargumpseudoJonatn Gn 43:33.

    luto40, les delatan como judos. Tal y como intentaremos demostrar, la escena recoge no una, sino dos tradiciones hagdicas dis-tintas.

    El comentario del Targum pseudoJonatn mantiene la creencia hebrea de que fueron los judos quienes, tras introducir el cuerpo de Jos en el atad, lo sumergieron en el Nilo para evitar que los egipcios lo emplearan en sus ritos politestas. Esta es la versin aportada por Werber en su anlisis descriptivo del ciclo bblico de la Hagad41. Sin embargo, la inscripcin de la parte su-perior, que afirma explcitamente que fue-ron los egipcios los que introdujeron el atad en el Nilo, obliga a buscar otra inter-pretacin paralela. Ex 13:1942 seala que en su salida de Egipto, Moiss llev consigo los restos de Jos, cumpliendo la antigua promesa que los hijos de Israel le haban hecho a la hora de su muerte43. Una inter-pretacin midrshica de este episodio cuenta que fueron los magos del faran quienes introdujeron el cuerpo de Jos en un atad de metal y lo hundieron en el Nilo, con el fin de que los judos jams pudieran cum-plir la promesa que hicieron a Jos de lle-varse sus restos a la tierra de Israel, y as impedir la marcha del pueblo de Israel de Egipto44. Mientras la escena recoge la pri-

    40 La costumbre de cubrirse la cabeza en seal de luto estuvo muy extendida en tierras hispanas a lo largo de todo el perodo medieval. Ver E. CANTERA MONTENEGRO: Aspectosde lavidacotidianade los judosenlaEspaamedieval, Madrid, 1998, p. 123.

    41 E. WERBER, The SarajevoHaggadah, op. cit., pp. 30-31.

    42 Moiss llev consigo los restos de Jos, porque ste haba hecho jurar a los israelitas que se llevaran con ellos sus restos cuando Dios los liberase (Ex 13:19).

    43 Entonces Jos hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: ciertamente Dios vendr en vuestra ayuda; entonces vosotros haris llevar de aqu mis restos (Gen 50:25).

    44 Esta segunda versin hagdica del entierro de Jo-s est tomada de la compilacin de E. ROMERO, LaLey

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    mera tradicin, el texto aclaratorio parece inclinarse por la segunda.

    Esta discordancia entre texto e ima-gen, interpretando diferentes fuentes, tiene una sencilla explicacin. Los encabezamien-tos de las imgenes delatan una interven-cin tarda, no contempornea al resto del manuscrito45. As, el escriba que aadi las palabras superiores no supo interpretar correctamente la intencin del artista ilu-minador, aadiendo la parfrasis targmica, que era, en realidad, completamente ajena a la fuente de inspiracin original de la ima-gen.

    Rescate de Moiss (Fol. 20r registro inferior)

    Entonces el faran mand decir a todo su pueblo: echad alNilo a todonioquenazca, pero a toda nia conservadle la vida (Ex 1:22) Entonces lahijadelfarandescendi alNilo para baarse. Y mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del Nilo, ella vio la arquilla entre los jun-cos y enviaunasierva suya para que la tomase. Cuando la abri, vio al nio; y he aqu que el nio lloraba. Y teniendo com-pasin de l, dijo: este es un nio de los hebreos (Ex 2:5-6) Y la hija del faran le dijo: llvate a este nio y cramelo. Yo te lo pagar. La mujer tom al nio y lo cri (Ex 2:9)

    La hija del faran, coronada y segui-da por dos sirvientas, aparece de pie, en medio del ro, a la izquierda de la imagen. Mientras una de sus manos parece tocar la cesta abierta, con la otra seala a las otras dos protagonistas de la escena, la madre y la hermana de Moiss, que permanecen de pie, en la otra orilla (fig. 3). Por qu el ilu-minador nos presenta a la hija del faran recogiendo la cesta de Moiss, cuando las

    enlaLeyenda.Relatosdetemabblicoenlasfuenteshebreas, op. cit., p. 276.

    45 C. ROTH, The Sarajevo Haggadah and itssignificanceintheHistoryofArt, op. cit., p. 21.

    Sagradas Escrituras indican claramente que envo a una de sus criadas?

    Estamos ante uno de los episodios veterotestamentarios que con mayor pre-mura llam la atencin de los especialistas, debido a la discrepancia evidente entre la narracin bblica y la plasmacin pictri-ca46. Al ser un ejemplo de interpretacin midrshica sobradamente estudiado, nos limitaremos a exponer brevemente las con-clusiones a las que han llegado los especia-listas: los comentarios midrshicos y talm-dicos se detienen en examinar el trmino hebreo (amatah) que, dependiendo de la vocalizacin47, puede leerse de dos mo-dos: mientras amatah significa susirvienta, ammatah debe leerse subrazo. Esta doble lectura tiene su origen en una discusin rabnica, recogida tanto por el Talmud como por los textos midrshicos48. A pesar de que la segunda lectura parece ms verosmil a la luz del texto bblico, de acuerdo al cual lahijadelfarandescendialNilo para baarse mientras sus doncellas sepaseabanporlariberadelNilo49, la traduccin de la Vulgata prefiri la primera lectura, lo que explica que en la gran mayora de ilus-traciones cristianas la hija del faran apa-

    46 En el ao 1960 el Dr. Joseph Gutmann public un breve estudio acerca de la iconografa mosaica, en el que incluy una interesante comparativa incluyendo varios ejemplos, tanto judos como cristianos, del rescate de Moiss de las aguas. Ya en este temprano estudio seala las lneas bsicas que permiten analizar de forma adecuada la escena. Ver J. GUTMANN, The haggadic motif in Jewish iconography, EretzIsrael, vol. VI, Jerusalem, 1960, pp. 16-22

    47 El sistema de escritura hebreo fue, en sus orge-nes, consonntico. Es a partir del siglo V d. C cuando, muy lentamente, se comienza a fijar un complicado sistema de vocalizacin basado en 14 seales diacrti-cas que deban ser colocadas dentro, debajo o encima de la letra. Esto ocasion, como en el caso que nos ocupa, un doble sentido de una misma palabra, de-pendiendo de la forma en que se hubiese vocalizado.

    48 Orden NashimTratado Sotah, 12b y ShemotRab, cap. I, 23.

    49 Ex 2:5.

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    rezca fuera del agua, mientras una de sus sirvientas baja a recoger el cesto. Sin em-bargo, aquellas miniaturas inspiradas en textos hebreos, como es el caso de nuestra escena, prefieren representar a la misma hija del faran encontrando la cesta50.

    Lacuartaplaga(Fol.23vregistroinferior)

    [][arov]

    Mientras Moiss y su hermano Aa-rn observan la escena, el faran y otros personajes son atacados por una serie de animales imaginarios, tanto voladores co-mo reptadores y cuadrpedos (fig. 4). Nue-vamente la representacin vara de aquella que conocemos en las ilustraciones cristia-nas. El motivo radica, al igual que en el caso anterior, en la interpretacin rabnica que se dio al trmino arov, voz con que la lengua hebrea denomina la cuarta plaga; su raz (arav) evoca la idea de mezcla, concepto que en las diferentes traducciones bblicas deriv en multitud; mientras la Vulgata opt por traducirlo como una multitud deanimalesvoladores (moscas o tbanos en las versiones castellanas), los rabinos judos en los comentarios midrshicos dieron una in-terpretacin diferente al trmino, afirman-do que la cuarta plaga llegara a tierras egipcias desdearribaydesdeabajo51 y consis-tira en una mezcladeavesyanimales52. Dos glosas distintas de un mismo trmino han generado, como en el caso del Rescate mi-lagroso de Moiss, dos interpretaciones icnogrficas diferentes: por un lado la ins-pirada en los textos de ndole hebrea que, como en el caso que nos ocupa, se inclina por una multitud conformada por toda clase de animales (figs. 5 y 6); por otro lado, las

    50 Esta iconografa aparece en poca muy tempra-na, como puede observase en las pinturas del muro occidental de la Sinagoga de Dura Europos, conserva-das actualmente en el Museo Nacional de Damasco (Siria), y datadas en el siglo III d. C.

    51 MidrashShemot, 8: 18 (vol. 3, p. 143) 52 Ibid. (vol. 3, p. 144).

    escenas inspiradas en los textos de traduc-cin latina, que plasman la plaga a travs de una multitud de insectos, moscas y mos-quitos.

    ElpasodelMarRojo(Fol.28rregistrosuperior)

    Pero loshijosdeIsraelcaminaronenseco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su iz-quierda (Ex 14:29) Moiss extendi su mano sobre el mar, y cuando amaneca, ste volvi a su lecho, de modo que los egipcios chocaron contra l cuando hu-an. As precipit Jehovah a los egipcios en medio del mar (Ex 14:27)

    Los regimientos de caballera egip-cios aparecen completamente anegados por las aguas del mar, mientras los hebreos avanzan a travs de dos sendas paralelas (de la superior no vemos ms que un pe-queo fragmento), completamente secas (fig. 7). La escena, una de las ms reprodu-cidas del manuscrito, evidencia una doble inspiracin hagdica. Segn la tradicin, y para evitar posibles peleas acerca de priori-dades en la llegada tras cruzar el mar, fue-ron doce los senderos que se abrieron a travs de las aguas, uno para cada una de las tribus. Este midrash aparece recogido en la narracin hagdica de Rab Eliezer 53 . Aunque alguna Hagad contempornea plasma la totalidad de los camino54 (fig. 8), otras, como la de Sarajevo, se limitan a su-gerir la multiplicacin de caminos con la plasmacin de dos de ellos55 (fig. 9).

    53 PirkeiRabEliezer, captulo 52. 54 Hagad (Roma, Biblioteca Casanatense, Ms.

    2761) fol. 4.; en el caso de la llamada SisterHaggadah, los doce caminos son sugeridos a travs de doce repre-sentantes que se disponen a cruzar el mar (Londres, The British Library, Ms. Add. 2884), fol. 16.v;

    55 La simplificacin de los doce caminos en dos tambin puede verse en HagadRylands (Manchester, The John Rylands University Library, Ms. Ryl. Hebr. 6), fol. 19; Hagad Brother Rylands Haggadah(Londres, The British Library, Ms. Or. 1404), fol. 7v.

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    Pero la escena del Paso del Mar de la Hagad de Sarajevo guarda una segunda sorpresa a los especialistas en iconografa: la figura coronada en el extremo de la ima-gen nos revela que, a pesar de las palabras bblicas que atestiguan que no qued ni un solo egipcio con vida56, uno de ellos s so-brevivi: el faran. Del siglo XI es el llama-do MidrashVeyosh que aclara como, en el ltimo momento antes de perecer arrastra-do por las aguas, el faran se arrepinti y proclam la Unicidad del Dios de los hebreos. Este arrepentimiento tardo le salv de las aguas, pero le vali quince das de torturas en el fondo del mar, para ser finalmente coronado Rey de Ninve, pueblo cuya destruccin impidi consiguiendo el arrepentimiento de sus habitantes57. A su muerte, el faran fue colocado en las puer-tas del Cielo, donde no duda en proclamar la grandeza de Dios cada vez que un mo-narca atraviesa la entrada58. No fue el artis-ta de nuestra Hagadel nico que plasm la narracin midrshica del arrepentimiento del faran, sino que existen muchos otros ejemplos, incluso cristianos, que se basaron en el texto hagdico. Todos estos ejemplos aparecen recogidos en sendos estudios mo-nogrficos de Bezalel Narkiss, director del Centerof JewishArt59, y del especialista en Arte bizantino, Carl Otto Nordstrm60, a los que remitimos para mayores detalles sobre los mismos.

    56 xodo14:28. 57 La salvacin de Nnive gracias a la intervencin

    de su Rey aparece recogida en Jons 3. 58 El Midrash Veyosh aparece recogido en L.

    GINZBERG, The Legends of the Jews, vol 3, Baltimore-Londres, 1998, pp. 29-30.

    59 B. NARKISS, Pharaoh is dead and Living at the Gates of Hell, Journalof JewishArt, n 10, Jerusalem, 1983, pp. 6-13.

    60 C. O. NORDSTRM, The Water Miracles of Moses in Jewish Legend and Byzantine Art, OrientaliaSuecana, 7, Uppsala, 1958, pp. 87-98. El texto fue reco-gido nuevamente en J. GUTMANN, ed., No GravenImages.StudiesinArtandtheHebrewBible, Nueva York, 1971, pp. 277-308

    ElTemplodeJerusaln(Fol.32r)

    [El Santo Templo que ser pronto erigido, en nuestros das]

    Estamos ante una de las tres miniatu-ras a toda pgina que incluye el prlogo miniado; siguiendo los prototipos del mo-mento, el artista nos presenta, a travs de una fbrica fortificada, el Templo de Jerusa-ln, en cuyo centro observamos el tabern-culo conteniendo las Tablas de la Ley (fig. 10). Esta imagen parece ciertamente fuera de lugar, ya que, a primera vista, no guarda relacin alguna con los contenidos de los folios anterior y posterior; el folio 31v cie-rra, aparentemente, el ciclo bblico, con las bendiciones de Moiss al pueblo de Israel (registro superior) y a su sucesor, Josu (registro inferior). El folio 33v, en cambio, contiene dos de las tres escenas de carcter ritual del prlogo miniado, las costumbres sefards de repartir jaroset (registro supe-rior) y matz(registro inferior)61. Cmo se explica la presencia del Templo de Jerusa-ln y del Tabernculo al final del ciclo bbli-co y antes de las narraciones de tipologa ritual? La respuesta, una vez ms, debe buscarse en el Midrash.

    ElMidrashTanhumaYelamedenu sea-la la relacin existente entre el Tabernculo y la Creacin del mundo, poniendo en rela-cin la narracin Gnesis 1:1-2:3 con pasajes

    61 Tal y como indicbamos en la nota 16, una de las caractersticas de la cena ritual del Sder es la inges-tin de ciertos alimentos simblicos. Su simbolismo est relacionado con los sufrimientos y penalidades que pasaron los judos en Egipto. La jaroset es una mezcla a base de manzana, miel, vino y frutos secos, en recuerdo del mortero con que los judos levantaron las construcciones del faran. La matz, el pan cimo, en recuerdo del panque llevaron los israelitas en su huda de Egipto; la salida precipitada impidi que la levadura del pan fermentara por lo que la matz se elabora prescindiendo de levadura. El reparto de dichos alimentos antes del comienzo de la cena ritual fue una costumbre extendida entre las comunidades sefards.

  • Elmidrashylahagad,fuentesdelaiconografabblicadelprlogominiadodelaHagad de Sarajevo

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    bblicos de otros libros de la Tor62. A conti-nuacin reproducimos las palabras de Rab Yehud Salom 63 : Hemos averiguado que laconstruccindelTabernculoguardaunaestrecharelacincon laCreacindelmundo.Eldaprimero fueron creados los cielos y la tierra,sobre loscualesestescrito:despliega loscieloscomo cortinas (Ex 26:1) y del Tabernculo sedice:yharscortinas(Ex26:1).Eldasegundo:hayaun firmamento que separeunas aguasdeotras (Gn1:6),ydelTabernculo:y separar elveloentreelSantoyelSantsimo(Ex26:33).Elda tercero: renanse lasaguas (Gn1:9),ydelTabernculo:yharsunapiladebronceypondrs en ella agua (Ex 26:33).El da cuarto: yhaya luminarias (Gn1:14),ydelTabernculo:harsun candelabro (Ex25:31).Eldaquinto:vuelen las aves (Gn 1:20), y del Tabernculo:harsdosquerubinesqueextendernsusalas(Ex20:1820).Eldasexto:hagasalir la tierraalmasvivas(Gn1:24),ydelTabernculo:quiendevosotrosofrezcaunsacrificiolohadeofreceralaentradadelTabernculo(Lev1:23).Eldasptimotodoestuvollenodeluz,yelTabernculo, cuando entrDios en su interior, resplandeciacausadelaPresencia.

    No es casual, pues, la representacin del Tabernculo como cierre al ciclo bblico. Comenzando con la Creacin, y culminan-do con el Tabernculo, el prlogo miniado constituye un crculo perfecto que vuelve sobre s mismo. Esta idea de fin que reme-mora su principio es la misma que alimenta

    62 Nos hemos abstenido de incorporar el MidrashTanhumaYelamedenu a nuestro breve listado de obras midrshicas, por tratarse de un caso particular sobre el cual ni los propios especialistas parecen ponerse de acuerdo. Parece que en el texto que actualmente cono-cemos como MidrashTanhumaYelamedenu se confun-den, en realidad, tres textos distintos. Los datos con los que se cuenta hoy en da, as como la controversia alrededor del texto aparece recogida en E. ROMERO, LaLey en la Leyenda.Relatos de tema bblico en las fuenteshebreas, op. cit., pp. 103-106.

    63 Texto especifico tomado de Ibid. p. 142. Para el texto midrshico completo ver S. A. Berman, MidrashTanhumaYelammedenu, New Jersey, 1996.

    la esencia de la festividad de la Pascua, que constituye un recordatorio anual de la Libe-racin de Egipto, una vuelta a los principios de la existencia libre del pueblo de Israel64.

    V. A MODO DE CONCLUSIN

    Como se ha sealado ms arriba, el cuerpo de la Tor comprende dos grandes estructuras: por un lado el cuerpo escrito, textual, recogido en los cinco libros mosai-cos; por otro, el transmitido en forma oral, la Tradicin. Es evidente, como emana de todo lo anteriormente expuesto, que fueron ambos universos, y no solamente la tradi-cin textual, los que inspiraron las imge-nes judas de poca medieval, y, en nuestro caso, las del prembulo miniado de la HagaddeSarajevo.

    Pero estos elementos midrshicos no slo sirvieron de inspiracin a los artfices de los manuscritos judos sino, tal y como hemos visto en algunos ejemplos, tambin fueron la fuente textual de miniaturas cris-tianas. Un anlisis de los textos exegticos rabnicos sera vital para comprender no slo las plasmaciones veterotestamentarias en las manifestaciones artsticas del pueblo

    64 Tal y como hemos indicado al comienzo, la obli-gacin de narrar a las nuevas generaciones las maravi-llas hechas por Dios para redimir a los hebreos de la esclavitud de Egipto aparece ya recogida en la Tor: YMoiss dijo al pueblo: tenis que recordar este da en quesalisteisdeEgipto,delatierradeesclavitud,porquehasidolafuerzapoderosadelSeorlaqueoshasacadodeaqu()Ex 13:3; Eseda explicars a tushijos:hacemos estopararecordar loquehizopormelSeorcuandosaldeEgipto, Ex 13:8. Pero la importancia va an ms all, tal y como nos recuerda Maimnides en el SeferhaMitzvot: BythisinjuctionwearecommandedtorecitethestoreoftheExodusfromEgypt,withalltheeloquenceatourcommand,ontheeveofthefifteenthofNisan.Heistobecommendedwho expands this theme, enlarging on the iniquity of theEgyptiansandthesufferingswhichtheyinflictedonus,andonthewayinwhichtheLordwroughthisvengeanceuponthem, and offeringHim thanks (exalted beHe), precepto positivo 157 [tomado de RAB MOSH BEN MAIMN, SeferhaMitzvot, traduccin y notas a cargo de Rabbi Dr. Charles B. Chavel, dos volmenes, Londres, 1967].

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    hebreo, sino tambin en aquellas generadas en un entorno cristiano.

    Pero reconocer la dependencia que las manifestaciones artsticas judas tienen de los textos hermenuticos hebreos nos permite, adems, una segunda lectura: hemos comentado la ausencia de un estiloartsticonetamentejudo, debido a la depen-dencia que las manifestaciones artsticas del pueblo hebreo tenan de la cultura artstica del lugar y momento en que fueron crea-das. No obstante, esta ausencia de un estilonetamentejudo no significa que la miniatura hebrea no presente particularidades que le confieren entidad e identidad propias; tal vez parte de esta singularidad se cimiente en la necesidad del pueblo hebreo de crear expresiones artsticas que reflejen la unici-dad de su pensamiento y de su Tradicin. Parte de este pensamiento y de esta Tradi-cin estn recogidos en el Midrash y en la Hagad.

    ANEXO. FUENTES COMENTADAS

    Bereshit Rab (en hebreo, Gnesis Mayor): Midrash hagdico del Libro del Gnesis. Se nutre de fuentes orales, de le-yendas, de los escritos apcrifos y de los escritos de Filn y Flavio Josefo. Es obra de los amoratas de Palestina (en hebreo, n-terpretes; sucesores de los tannatas sabios, su tarea fue la de profundizar y comentar los textos talmdicos entre los siglos III y VI d. C.). Es el ms antiguo entre todos los MidrashRab, comentarios de los diferentes Libros Sagrados. Hemos utiliza-do la traduccin espaola de Luis Vegas Montaner, Gnesis Rab I (Gnesis 111).Comentario midrshico al libro del Gnesis Estella, 1994. Citado por captulo y verscu-lo correspondientes del Gnesis.

    Pirkei Rab Eliezer (Captulos de RabEliezer): narracin hagdica a pasajes del Gnesis, xodo y Nmeros. Se atribuye a Rab Eliezer ben Hircanos, tanata de la segunda generacin (c. 90-130 d. C), aunque los in-

    vestigadores se inclinan a pensar que fue redactado durante el siglo VIII, o principios del IX, en Palestina. Hemos utilizado el texto del manuscrito de Abraham Epstein, Viena, publicado en Pirk de Rabbi Eliezer(The chapters ofRabbiEliezer theGreat), tra-duccin y notas de Gerald Friedlander, Nueva York, 1970 [Existe una versin espa-ola del texto a cargo de Miguel Prez Fer-nndez, LoscaptulosdeRabbEliezer Valen-cia, 1984].Citado por captulo.

    ShemotRab (en hebreo, xodo Ma-yor): Midrash hagdico del Libro del xodo. El texto que ha llegado a nosotros es el re-sultado de la fusin, en el siglo XI o XII, de dos textos diferentes: ShemotRab I (xodo1-10) y ShemotRabII (xodo1214). Ambos son compilaciones medievales de material agdico de pocas tanata y amorata. Hemos empleado el texto hebreo editado por A. A. Lev, MidrasRabba, (en cuatro volmenes), Jerusaln, 195965. Los volmenes 3 y 4 co-rresponden al Libro del xodo. Citado se-gn captulo y apartado de la correspon-diente edicin de Lev.

    TalmuddeBabilonia: corpus legal y de prescripciones relativas a diversas facetas de la vida de los hebreos, as como comen-tarios sobre la Tor. Consta de un cdigo de leyes, denominado Mishn, y de un comen-tario sobre ste, la Guemar. Existen dos compilaciones del Talmud: el Talmud dePalestina (tambin llamado TalmuddeJerusalem), redactado entre los siglos III y V d. C, y el Talmud de Babilonia, escrito entre los siglos III y VI d. C. Fue el segundo, el TalmuddeBabilonia, el aceptado por las comu-nidades judas en la Dispora, y es el que se considera como ms autorizado. El corpus textual se divide en seis secciones, llamadas

    65 Quiero agradecer de forma muy especial a Cata-lina Wajs, mi madre, su infinita paciencia a la hora de ayudarme a traducir los textos hebreos, as como por su insistencia para que abordase la herencia hebrea como tema central de mi futura Tesis Doctoral.

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    sedarim (en hebreo, rdenes; sing. sder), dividindose cada una de ellas en tratados, cuyo nmero vara de siete a doce. La pre-sencia hagdica en esta obra es muy varia-ble, ya que mientras algunos de los tratados tienen un contenido puramente legal, otros abundan en textos legendarios. Hemos empleado la versin de Rabbi I. Epstein (ed.), TheBabylonianTalmud, Londres, 1935-1948. Citado por el nombre del sder, segui-do por el tratado y el folio.

    TargumpseudoJonatn: las traduccio-nes del texto bblico al arameo reciben el nombre de targum(en hebreo, traduccin; pl. targumim). Los targumim son, en la gran

    mayora de los casos, traducciones para-frsticas, por lo que contienen gran canti-dad de ampliaciones al texto original. El TargumpseudoJonatn o TargumdeJerusaln fue elaborado en Palestina, probablemente entre los siglos I y II d. C., aunque algunos retrasan su redaccin final a los siglos VII u VIII d. C. En la actualidad slo se conservan algunos fragmentos. Hemos utilizado la traduccin castellana, de muy reciente apa-ricin, de Teresa Martnez Siz, Traducciones arameas de la Biblia. Los Targumim delPentateuco. I.Gnesis, Estella, 2004. Citado por los correspondientes versculos.

  • Galia Pik Wajs

    32

    Fig. 1. Can y Abel y Construccin del

    Arca de No, HagaddeSarajevo, Sarajevo, Museo Nacional de Bosnia, fol. 4r.

    Fig. 3. Muerte de Jos y Rescate de

    Moiss , Hagad de Sarajevo, Sarajevo, Museo Nacional de Bosnia, fol. 20r.

    Fig. 2. Jos y sus hermanos, Hagad deSarajevo, Sarajevo, Museo Nacional de Bosnia, fol. 16r.

    Fig. 4. Tercera plaga: piojos y Cuarta

    plaga: arov , Hagad de Sarajevo, Sarajevo, Museo Nacional de Bosnia, fol. 23v.

  • Elmidrashylahagad,fuentesdelaiconografabblicadelprlogominiadodelaHagad de Sarajevo

    33

    Fig. 5. Cuarta plaga: arov, HagaddeOro,

    Londres, The British Library (Ms. Add. 27210), fol. 12v.

    Fig. 7. El paso del Mar y Cantos y dan-

    zas de agradecimiento tras la liberacin, Hagad de Sarajevo, Sarajevo, Museo Na-cional de Bosnia, fol. 28r.

    Fig. 6. Cuarta plaga: arov y Quinta

    plaga: peste sobre el ganado, HagadRylands, Manchester, The John Rylands Uni-versity Library (Ms. Ryl. Hebr. 6), fol. 16v.

    Fig. 8. El paso del mar, Hagadcatalana,

    conocida como Sister Haggada, Londres, The British Library (Ms. Add. 2884), fol. 16v.

  • Galia Pik Wajs

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    Fig. 9. El paso del mar, Hagad Rylands,

    Manchester, The John Rylands University Library (Ms. Ryl. Hebr. 6), fol. 19r.

    Fig. 10. El Templo de Jerusalem, HagaddeSarajevo, Sarajevo, Museo Nacional de Bos-nia, fol. 32r.