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Ecografía ginecológica y obstétrica
Valoración ecográfica de la patología ovárica Francisco Javier Durán Rodríguez Centro de Salud de Socuéllamos (Ciudad Real)
Durán Rodríguez FJ. Valoración ecográfica de la patología ovárica. EuroEco 2010;1(3):55-57.
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La mayoría de las entidades clínicas relacio-nadas con el ovario que se presentan en la mujer se corresponden con uno de los siguientes epí-grafes: ALTERACIONES MICROFOLICULARES
Se caracterizan clínicamente por presentar un defecto de maduración folicular que, como conse-cuencia, produce anovulación.
Entre ellas destaca el síndrome del ovario poli-microquístico (SOP) y el ovario multifolicular (OMF). Síndrome del ovario polimicroquístico
Aparece poco después de la pubertad. Cursa con amenorrea u oligomenorrea, obesidad e hir-sutismo.
Se considera una de las patologías asociadas al síndrome metabólico y se acompaña de au-mento de la resistencia a la insulina.
Sus características ecográficas se encuentran en la tabla 1 y se observan en la figura 1. Tabla 1.- Características ecográficas del síndrome del ovario polimicroquístico.
• Aumento de tamaño del ovario. • Cápsula engrosada. • Estroma central aumentado e hiperecogénico. • Microfolículos (0,3-0,5 cm), de 10 a 20 unidades,
de disposición subcapsular.
Ovario multifolicular
Aparece en mujeres jóvenes que padecen adel-gazamiento.
El aspecto ecográfico del ovario es muy pareci-do al del tratado con anovulatorios y a su vez al-go diferente del del SOP. Su tamaño no es mayor de lo habitual y los microfolículos no son tan nu-merosos ni tan uniformes. El estroma central no se encuentra tan aumentado como en el SOP.
El útero es pequeño y el endometrio hipotrófi-co.
Figura 1.- Ovario polimicroquístico.
ALTERACIONES MACROFOLICULARES
Producen dolor pélvico como consecuencia del importante tamaño que llegan a alcanzar sus for-maciones. Pueden originar un problema de fertili-dad por disovulación.
En este apartado se encuadra el síndrome del ovario polimacroquístico y los quistes funciona-les, tanto foliculares como luteínicos. Síndrome del ovario polimacroquístico
Se observan múltiples quistes de tamaño va-riable, de más de 15 mm y hasta de 8 cm. Se pueden afectar uno o los dos ovarios.
Como es lógico, hay un aumento de tamaño ovárico y su imagen puede variar de un ciclo al
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siguiente. Los macroquistes pueden resolverse de forma
espontánea o tras tratamiento con anovulatorios. Su persistencia puede hacer necesaria la punción para realizar diagnóstico diferencial con el cistoa-denoma seroso unipapilar, entre otros. Quistes funcionales
Se relacionan con la exageración de las forma-ciones fisiológicas del ciclo menstrual. En su gé-nesis se encuentran diversos fenómenos, como la falta de reabsorción del líquido folicular o reac-ciones a hemorragias o infecciones.
Es posible encontrar en ellos pequeñas calcifi-caciones e incluso pueden ser la primera expre-sión de una neoplasia.
Se observan dos tipos diferentes de forma ha-bitual: los quistes foliculares y los quistes luteíni-cos; derivan de las formaciones que les dan ori-gen (folículos y cuerpo lúteo, respectivamente).
Ecográficamente reproducen de manera exage-rada las características de sus formaciones de origen (figura 2). En general, el tamaño no suele sobrepasar los 6 cm. El contenido es anecogénico y sus paredes finas.
Figura 2.- Quiste funcional folicular.
El único criterio diagnóstico válido es el evolu-
tivo. La consecuencia clínica es la anovulación. Su desaparición completa es espontánea o tras tratamiento inhibidor mantenido durante uno a tres meses. TUMORES DEL OVARIO
El estudio ecográfico de un tumor ovárico nunca puede distinguir de manera rotunda entre lo benigno y lo maligno, aunque se puede esta-blecer un serie de criterios, unos de carácter morfológico y otros que puede aportar el estudio con Doppler, que ayudan a la adopción de diver-sos tipos de medidas.
Inicialmente los tumores ováricos se pueden
clasificar en sólidos y los que contienen líquido, también denominados quistes orgánicos; éstos a su vez se clasifican atendiendo a la predominan-cia de la parte líquida o de la sólida.
Entre los exclusivamente sólidos se encuen-tran de forma preferente las variedades anatomo-patológicas recogidas en la tabla 2. Ecográfica-mente no se pueden distinguir entre sí y todos ellos son capaces de provocar diferentes aumen-tos de tamaño del ovario (figuras 2 y 3). Para su tratamiento siempre está indicada de entrada la cirugía. Tabla 2.- Variedades anatomopatológicas de los tumo-res ováricos sólidos.
• Fibromas. • Tecomas. • Adenocarcinomas indiferenciados. • Tumor de Krukemberg. • Metástasis (linfomas, sarcomas, otros carcino-
mas…).
Figura 3.- Masa ovárica sólida.
Figura 4.- Teratoma.
Los quistes orgánicos se pueden agrupar en:
• Quistes endometriósicos.
• Cánceres endometriósicos.
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• Quistes dermoides (teratomas).
• Cistoadenomas serosos y seropapilares.
• Quistes mucoides.
• Cistoadenomas pseudomucinosos. Resulta prolija la descripción de las caracterís-
ticas ecográficas de cada una estas variedades, por el elevado número de formas bajo las que pueden presentarse; pero, evidentemente, todas se apartan de la ecoestructura normal comenta-da del ovario (figura 5).
En la tabla 3 se apuntan los criterios ecográfi-cos de malignidad de las masas ováricas.
Figura 5.- Cistoadenoma mucinoso.
Tabla 3.- Criterios ecográficos de benignidad y malignidad de las masas ováricas.
HALLAZGOS ECOGRÁFICOS SUGIERE BENIGNIDAD SUGIERE MALIGNIDAD Tamaño de la masa Menor de 5 cm Mayor de 10 cm
Contornos externos Bordes finos y definidos Bordes gruesos e irregulares
Aspecto Exclusivamente líquido Sólido Mixto, de aspecto complejo
Septos o papilas Ausentes Gruesos Irregulares Nodulaciones papilomatosas
Adherencias a paquete intestinal No Sí
Hallazgos a distancia: • Ascitis • Hidronefrosis • Metástasis
No Sí