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El clima y la degradación de las tierras OMM-N° 989 2006 información climatológica – conservación de los recursos – gestión sostenible de la tierra

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conservación de los suelos – gestión de la tierra – predicción de crecidas – seguridad alimentaria

Organización Meteorológica MundialPara obtener mayor información sobre la OMM, sírvase ponerse en contacto con:

Oficina de Comunicación y de Relaciones Públicas de laOrganización Meteorológica Mundial

7bis, avenue de la Paix - Case postale 2300 - CH-1211 Genève 2 - SuizaTel.: (+41-22) 730 83 14 - 730 83 15 - Fax: (+41-22) 730 80 27

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El clima y la degradación de las tierras

OMM-N° 989

2006

información climatológica – conservación de los recursos – gestión sostenible de la tierra

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información climatológica – conservación de los recursos – gestión sostenible de la tierra

El clima y la degradación de las tierras

OMM-N° 989

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OMM-Nº 989© 2006, Organización Meteorológica MundialISBN 92-63-30989-2

NOTA:Las denominaciones empleadas en esta publicación y laforma en que aparecen presentados los datos que contieneno implican, de parte de la Secretaría de la OrganizaciónMeteorológica Mundial, juicio alguno sobre la condiciónjurídica de ninguno de los países o territorios, ciudades ozonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la deli-mitación de su fronteras o límites.

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Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

Alcance y rapidez de la degradación de las tierras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

Causas de la degradación de las tierras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

Consecuencias climáticas de la degradación de las tierras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Factores climáticos de la degradación de las tierras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

Precipitación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

Crecidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Sequías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Radiación solar, temperatura y evaporación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Viento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

Causas de la erosión eólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

Implicaciones climáticas de las tormentas de polvo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Incendios forestales, degradación de tierras y emisiones atmosféricas . . . . . . . . . . 25

El cambio climático y la degradación de las tierras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

El secuestro de carbono como atenuador del cambio climático y como freno a la degradación de la tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Estudio de las interacciones entre el clima y la degradación de la tierra: el papel de la OMM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Perspectivas para el futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

ÍNDICE

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La Convención de las Naciones Unidas de Luchacontra la Desertificación (CLD) entró en vigor el26 de diciembre de 1996, y en marzo de 2002 másde 179 países eran Partes en ella. La Convencióndefine la desertificación como “la degradaciónde las tierras de zonas áridas, semiáridas ysubhúmedas secas resultante de diversos facto-res, tales como las variaciones climáticas y lasactividades humanas”.

La desertificación afecta directamente a más de250 millones de personas. Hay, además, unos milmillones de personas en más de cien países quepueden padecer sus efectos. Entre ellas seencuentran muchos de los ciudadanos máspobres, marginados y políticamente débiles delmundo. Por consiguiente, la lucha contra ladesertificación es una prioridad urgente en losesfuerzos mundiales por garantizar la seguridadalimentaria y los medios de vida de millones depersonas que viven en las tierras secas de nues-tro planeta.

El desarrollo sostenible de los países afectadospor la sequía y la desertificación sólo podrá con-seguirse mediante una serie de esfuerzos concer-tados, basados en un conocimiento a fondo delos factores que contribuyen a la degradación delas tierras en todo el mundo. Las variaciones cli-máticas están consideradas como uno de losprincipales factores que contribuyen a la degra-dación de las tierras, según se define en la Con-vención. Tiene más importancia prestar atenciónal clima como factor subyacente de la degra-dación de las tierras que tratar de ocuparse sola-mente de las consecuencias de ella. Por ejemplo,el desarrollo y adopción de prácticas de gestiónsostenible de las tierras es una de las principalessoluciones contra este problema en las vastasextensiones secas del planeta, pero para evaluarcon precisión esas prácticas es necesario cono-cer los recursos climáticos y el riesgo de desas-tres naturales relacionados con el clima o induci-dos externamente en una región determinada.

Hasta ahora se han celebrado seis períodos desesiones de la Conferencia de las Partes (COP),en los que se han abordado varias cuestionesimportantes relativas a los problemas de lasequía y de la desertificación. En el artículo 5 dela Convención, los países Partes afectados secomprometen a ocuparse de las causas subya-centes de la desertificación, y sería oportunorealizar un mayor esfuerzo por entender mejor elpapel que desempeñan los factores climáticos enla degradación de las tierras. Conviene señalar,asimismo, que el artículo 16, “Reunión, análisis eintercambio de información”, subraya la impor-tancia de integrar y coordinar la recopilación,análisis e intercambio de datos e informaciónpertinentes a corto y a largo plazo para hacerposible la observación sistemática de la degra-dación de las tierras en las áreas afectadas, ypara entender mejor y evaluar los procesos yefectos de la sequía y de la desertificación. Esesencial investigar las causas y efectos de lasvariaciones climáticas y las predicciones climáti-cas a largo plazo con objeto de proporcionaralertas tempranas. Estas cuestiones requieren laatención del Comité de Ciencia y Tecnología(CCT) de la COP.

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PRÓLOGO

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La Organización Meteorológica Mundial (OMM),como organismo especializado de las NacionesUnidas, promueve las aplicaciones de la meteo-rología y la hidrología a varios sectores, talescomo la agricultura y otras actividades humanas.A este respecto, la OMM promoverá la observa-ción, recopilación, análisis e intercambio siste-máticos de información y datos meteorológicos,climatológicos e hidrológicos; la planificación,preparación y gestión en relación con lassequías; las investigaciones sobre las variacio-nes del clima y las predicciones climáticas; y lacreación de capacidad y la transferencia deconocimientos y tecnología. Los programas de laOMM, en especial el Programa de MeteorologíaAgrícola y el Programa de Hidrología y RecursosHídricos, seguirán apoyando esos esfuerzos.

Dada la importancia de las interacciones entre elclima y la desertificación, la OMM le ha otorgadola mayor prioridad a esta área, y su plan de luchacontra la desertificación, aprobado inicialmenteen 1978 durante la decimotercera reunión delConsejo Ejecutivo de la OMM, ya ha pasado porvarias revisiones.

La OMM continuará alentando la crecienteparticipación de los Servicios Meteorológicos e

Hidrológicos Nacionales (SMHN) y de los centrosmeteorológicos e hidrológicos regionales ysubregionales en la atención que ellos prestan aestos asuntos relevantes para la CLD, especial-mente aquéllos estipulados en los artículos 10 y16 al 19 de la Convención.

Con ocasión del séptimo período de sesiones dela COP, la OMM elaboró este folleto, en el que seexplica el papel que desempeñan los diversosfactores climáticos en la degradación de la tierray la contribución de la OMM a la hora de abordaresta importante cuestión. Confiamos en que estedocumento ayude a las Partes a comprender me-jor algunos de los problemas que aquí nos ocu-pan, a fin de poder abordarlos con conocimientode causa.

(M. Jarraud)Secretario General

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Introducción

La desertificación se define en la Convención de lasNaciones Unidas de Lucha contra la Desertificación(CLD) como “la degradación de las tierras de zonasáridas, semiáridas y subhúmedas secas resultantede diversos factores, tales como las variacionesclimáticas y las actividades humanas” (esta defini-ción excluye las tierras hiperáridas). Asimismo, laCLD define la degradación de las tierras como “lareducción o la pérdida de la productividad bioló-gica o económica y la complejidad de las tierrasagrícolas de secano, las tierras de cultivo de rega-dío o las dehesas, los pastizales, los bosques y lastierras arboladas, ocasionada, en zonas áridas,semiáridas y subhúmedas secas, por los sistemasde utilización de la tierra o por un proceso o unacombinación de procesos, incluidos los resultantesde actividades humanas y pautas de poblamiento,tales como: i) la erosión del suelo causada por elviento o el agua; ii) el deterioro de las propiedadesfísicas, químicas y biológicas o de las propiedadeseconómicas del suelo; y iii) la pérdida duradera devegetación natural”.

Según la CLD, la degradación de las tierras afectadirectamente a más de 250 millones de personas.Hay, además, unos mil millones en más de cienpaíses que pueden padecer sus efectos. Entreesas personas se encuentran muchos de losciudadanos más pobres, marginados y política-mente débiles del mundo.

Desde el punto de vista de la seguridad alimenta-ria y de la calidad del medio ambiente mundial, elproblema de la degradación de la tierra cobra unaimportancia fundamental cuando se tiene encuenta que sólo alrededor de un 11 por ciento dela superficie terrestre puede considerarse comotierra de excelente calidad o de primera clase, yque ésta tiene que alimentar a los 6 300 millonesde personas actuales y a los 8 200 millones previs-tos para 2020. Por consiguiente, la degradación delas tierras seguirá siendo uno de los temas priori-tarios de la agenda internacional en el siglo XXI.

Las prácticas de gestión sostenible de la tierra sonnecesarias para evitar la degradación de ésta. Ladegradación de las tierras suele estar causada porla aplicación continuada de prácticas de gestiónde la tierra o de desarrollo humano no sosteni-

bles. Para evaluar con precisión las prácticas degestión sostenible de las tierras, es necesarioconocer los recursos climáticos y el riesgo dedesastres naturales relacionados con el clima oinducidos externamente en una región determi-nada. Sólo cuando, además de los recursos climá-ticos, exista la posibilidad de aplicar prácticas degestión o de desarrollo, se podrá evaluar la degra-dación potencial de las tierras y examinar latecnología apropiada para atenuar los efectos deesa degradación. El uso de información climáticaes imprescindible para el desarrollo de prácticassostenibles, ya que la variación del clima es unode los principales factores que contribuyen a ladegradación de las tierras e incluso la desencade-nan, y es manifiestamente necesario examinar endetalle cómo ocasiona el clima la degradación delas tierras e influye en ella.

Alcance y rapidez de la degradación delas tierras

Una evaluación mundial de la degradación de lastierras no es tarea fácil, por lo que se utilizanmétodos muy diversos, como la valoración porexpertos, la teledetección y la modelización.Debido a los distintos términos y definiciones,existen también grandes diferencias en cuanto alas estadísticas disponibles sobre el alcance yrapidez con que se degradan las tierras. Además,la mayoría de las estadísticas hacen referencia alos riesgos de degradación o de desertificación(basándose en factores climáticos y en el uso dela tierra) y no al estado actual de la tierra.

Los distintos procesos de degradación de la tierraintroducen confusión en las estadísticas existen-tes sobre la degradación de suelos y/o tierras.Algunos de los principales procesos de degrada-ción de tierras son: la erosión por efecto del aguay el viento, la degradación química (que incluye laacidificación, la salinización, el agotamiento de lafertilidad y la disminución de la capacidad deretención de cationes), la degradación física (y enparticular el “acortezamiento”, la compactación,el fraguado, etc.) y la degradación biológica (re-ducción del carbono total y de la biomasa, y dis-minución de la diversidad biológica de las tierras).La degradación biológica implica problemasimportantes, como la eutrofización de las aguas

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superficiales, la contaminación de las aguassubterráneas, o las emisiones a la atmósfera deoligogases (CO2, CH4, N2O, NOx) en ecosistemasterrestres/acuáticos. La estructura del suelo es laprincipal propiedad que afecta a todos los proce-sos de degradación. Algunos de los factores quedeterminan el tipo de degradación son la calidadde la tierra –en la medida en que resulta afectadapor las propiedades intrínsecas del clima–, lasituación del terreno y del paisaje, y el nivelmáximo de vegetación y de diversidad biológica,en especial la diversidad biológica del suelo.

Tras evaluar los niveles de población en las tierrassecas del planeta, la Oficina de Lucha contra laDesertificación y la Sequía (UNSO) del Programade las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)señaló que 54 millones de km2, es decir, el 40 porciento de la superficie terrestre del planeta, sontierras secas. Alrededor del 29,7 por ciento de esaárea pertenece a la región árida; el 44,3 por ciento,a la región semiárida; y el 26 por ciento, a laregión subhúmeda seca. La mayor parte de lastierras secas se encuentran en Asia (34,4 porciento) y en África (24,1 por ciento), seguidas delas Américas (24 por ciento), Australia (15 porciento), y Europa (2,5 por ciento).

Según puede verse en la Figura 1, las áreas delmundo vulnerables a la degradación de la tierrarepresentan en torno al 33 por ciento de toda lasuperficie terrestre. A nivel mundial, se estimaque los ingresos perdidos en las áreas directa-mente afectadas por la desertificación ascienden aunos 42 000 millones de dólares al año.

Las extensiones semiáridas a moderadamenteáridas de África son especialmente vulnerables,ya que en ellas hay suelos frágiles, densidadesdemográficas localizadas muy elevadas y, por logeneral, un tipo de agricultura de escasa aporta-ción. Aproximadamente un 25 por ciento de lastierras de los países asiáticos son vulnerables.

La productividad alimentaria a largo plazo estáamenazada por la degradación de los suelos, quees ya tan acentuada que reduce la producción enaproximadamente un 16 por ciento de las tierrasagrícolas, especialmente en las tierras de cultivode África y de América Central, y en los pastizalesde África. El África subsahariana tiene la tasa dedegradación de tierra más elevada. Se estima quelas pérdidas de productividad en las tierras decultivo del África subsahariana son del orden del0,5–1 por ciento anual, lo cual parece indicar una

Figura 1. Zonas vulne-rables a la desertifica-ción en diferentespartes del mundo(Fuente: Departamentode Agricultura de losEE.UU., Servicio deConservación de losRecursos Naturales)

Vulnerabilidad Otras regionesSeco

Frío

Húmedo/no vulnerable

Hielo/glaciar

Baja

Moderada

Alta

Muy alta

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pérdida de la productividad de al menos un 20 porciento en los últimos 40 años.

África está particularmente amenazada, ya quelos procesos de degradación de la tierra afectan aaproximadamente un 46 por ciento de ese conti-nente. La importancia de esa extensa superficie sehace evidente cuando se considera que aproxima-damente un 43 por ciento del continente se carac-teriza como desierto extremo (los márgenes delos desiertos representan las áreas de muy altavulnerabilidad). Tan sólo un 11 por ciento aproxi-madamente de la masa terrestre es húmeda y, pordefinición, queda excluida de los procesos dedesertificación. Unos 2,5 millones de km2 desuperficie terrestre son de bajo riesgo; 3,6 millo-nes de km2, de riesgo moderado; 4,6 millones dekm2, de alto riesgo; y 2,9 millones de km2, de muyalto riesgo. La región de mayor propensión seencuentra en las márgenes de los desiertos, yocupa en torno a un 5 por ciento de la masaterrestre. Según se estima, habitan en esa áreaunos 22 millones de personas (el 2,9 por ciento dela población total). Las zonas de vulnerabilidadbaja, moderada y alta ocupan el 14, el 16 y el 11por ciento respectivamente, y afectan en suconjunto a unos 485 millones de personas.

La degradación de la tierra es también unproblema grave en Australia, donde se estima queun 68 por ciento aproximadamente de las tierrasse ha degradado (Tabla 1).

Según la CLD, son consecuencia de la degrada-ción de la tierra el debilitamiento de la producciónde alimentos, las hambrunas, el aumento de loscostos sociales, la disminución de la cantidad y

calidad del suministro de agua dulce, el aumentode la pobreza y de la inestabilidad política, unamenor resistencia de las tierras ante la variabili-dad natural del clima, y una menor productividadde los suelos.

Causas de la degradación de las tierras

En la degradación de las tierras intervienen dossistemas complejos conectados entre sí: el ecosis-tema natural, y el sistema social humano. Las fuer-zas de la naturaleza, mediante el desgaste periódi-co causado por fenómenos climáticos extremos ypersistentes, y el uso y abuso por los seres huma-nos de los ecosistemas sensibles y vulnerables delas tierras secas, suelen obrar de forma conjunta,dando con ello lugar a procesos de reforzamientoque no se entienden completamente. Las interac-ciones entre ambos sistemas determinan el éxitoo el fracaso de los programas de gestión de recur-sos. Las causas de la degradación de las tierras noson sólo biofísicas, sino también socioeconó-micas (por ejemplo, el régimen de tenencia de lastierras, la mercadotecnia, el apoyo institucional,los ingresos y la salud humana) y políticas (porejemplo, los incentivos, la estabilidad política).

Una alta densidad demográfica no está necesaria-mente relacionada con la degradación de las tie-rras. Es, más bien, lo que la población hace conlas tierras lo que determina el alcance de la degra-dación. Las personas pueden desempeñar un pa-pel determinante a la hora de invertir la tendenciaa la degradación. Es más, sólo se conseguirá ate-nuar los efectos de la degradación de las tierrassi sus usuarios controlan y se comprometen a

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TipoSuperficie

(en miles de km2)

Total 443

No degradadas 142

Degradadas 301

i) Erosión por agua 206

ii) Erosión por viento 52

iii) Erosión por agua y viento 42

iv) Salinidad y erosión por agua 0,9

v) Otros 0,5

Tabla 1. Degradación delas tierras de cultivo enAustralia(Fuente: Woods, 1983;Mabbutt, 1992).

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mantener la calidad de los recursos. Sin embargo,los usuarios han de ser prósperos y estar motiva-dos política y económicamente para ocuparse delas tierras, ya que la agricultura de subsistencia, lapobreza y el analfabetismo pueden ser causas im-portantes de la degradación de la tierra y delmedio ambiente.

Existen muchas razones, normalmente interrela-cionadas, por las que los usuarios de las tierraspermiten la degradación de éstas. Muchas de esasrazones tienen que ver con la percepción social dela tierra y con el valor que se le atribuye. La ausen-cia de un régimen de tenencia de las tierras y lafalta de protección que ello conlleva constituyenuna de las principales limitaciones para cuidar de-bidamente de las tierras en algunos países. La de-gradación es, además, un proceso lento e imper-ceptible, por lo que muchas personas no son cons-cientes de que sus tierras se están degradando.

La pérdida de vegetación puede propagar aúnmás la degradación de las tierras mediante elefecto de reforzamiento recíproco entre la superfi-cie terrestre y la atmósfera. Este efecto se producecuando la disminución de la vegetación reduce laevaporación e incrementa la radiación reflejada ala atmósfera (albedo), frenando con ello elproceso de formación de nubes. Experimentos degran escala mediante modelos numéricos de lacirculación general con un valor de albedo artifi-cialmente alto en tierras secas parecen indicarque el notable aumento del albedo en áreassubtropicales podría aminorar la precipitación.

Consecuencias climáticas de ladegradación de las tierras

La superficie terrestre es una parte importante delsistema climático. La interacción entre la superfi-cie terrestre y la atmósfera responde a múltiplesprocesos y efectos de respuesta, todos los cualespueden variar simultáneamente. Se suele señalarque el cambio de tipo de vegetación puede modi-ficar las características de la circulación atmosfé-rica regional y los flujos de humedad externos engran escala. Las variaciones del balance energé-tico en la superficie como consecuencia de las va-riaciones en la superficie terrestre pueden influirenormemente en el clima de nuestro planeta.

Tras la deforestación, la evapotranspiración en lasuperficie y el flujo de calor detectable están rela-cionados con la estructura dinámica de las capasbajas de la atmósfera. Esas variaciones del flujoen la columna atmosférica pueden influir en lacirculación atmosférica a escala regional y, posi-blemente, mundial. En la cuenca del Amazonas,por ejemplo, los cambios en la cubierta forestalafectan al flujo de humedad hacia la atmósfera, ala convección a escala regional y, por consiguien-te, a las precipitaciones regionales. Investigacio-nes más recientes evidencian que esos cambiosde la cubierta forestal tienen repercusionesmucho más allá de la cuenca del Amazonas.

La fragmentación del paisaje puede afectar a losregímenes de flujo convectivo y a las pautas deprecipitación a nivel local y mundial. Los episo-dios de El Niño, y simulaciones de cambios en lasuperficie terrestre realizadas mediante modelosclimáticos, sugieren que en las regiones ecuato-riales, donde suelen producirse tormentas eléctri-cas de gran desarrollo vertical, una perturbaciónde centenares de kilómetros de longitud puedetener repercusiones en todo el planeta.

La utilización de un modelo de simulación numé-rico para estudiar las interacciones entre las nubesconvectivas, la capa límite convectiva y una super-ficie forestada evidenció que parámetros de lasuperficie tales como la humedad del suelo, lacubierta forestal, o la transpiración y la rugosidad

Figura 2. La superficiede la Tierra constituyeuna parte importantedel sistema climáticoy sus parámetrospueden afectar lasprecipitaciones

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de la superficie, pueden afectar a la formación denubes convectivas y a las precipitaciones mediantesus efectos sobre el crecimiento de la capa límite.

Se ha utilizado también un modelo de circulacióngeneral de la atmósfera con propiedades de lasuperficie terrestre realistas para investigar elefecto climático que tendría una duplicación de laextensión de los desiertos en la mayoría de lasregiones de la Tierra. Este experimento evidencióuna apreciable correlación entre las disminucio-nes de la evapotranspiración y la precipitaciónconsiguiente. Se puso de manifiesto que Áfricaseptentrional padece una fuerte sequía durantetodo el año, mientras que África austral sufre unasequía algo menos intensa a lo largo del año.Algunas regiones, en particular el Sahel, registra-ron un aumento de la temperatura en superficiedebido a la disminución de la humedad del sueloy del flujo de calor latente.

Los cambios de uso de la tierra y de la cubiertaterrestre influyen en los flujos de carbono y en lasemisiones de gases de efecto invernadero (GEI)que alteran directamente la composición de laatmósfera y las propiedades del forzamientoradiativo. También modifican las característicasde la superficie terrestre e, indirectamente, losprocesos climáticos. Observaciones realizadasdurante el proyecto HAPEX-Sahel parecen indicarque la transformación masiva de sabanas enbarbecho en cultivos de laboreo, como el mijo,podría redundar en una disminución de la evapo-ración. Los cambios de uso de la tierra y de lacubierta terrestre constituyen un factor impor-tante a la hora de determinar la vulnerabilidad delos ecosistemas (Figura 3) y de los paisajes frentea los cambios del medio ambiente.

Desde la revolución industrial, las emisionesmundiales de carbono (C) ascienden, según se es-tima, a 270±30 gigatoneladas (Gt) por efecto de lacombustión de combustibles de origen fósil, y a136±5 Gt por efecto de los cambios de uso de latierra y por el cultivo del suelo. Las emisiones vin-culadas al cambio de uso de la tierra se producenpor deforestación, quema de biomasa, conversiónde ecosistemas naturales en ecosistemas agríco-las, drenaje de humedales, y cultivo del suelo. Elagotamiento del contingente de carbono orgánicodel suelo ha aportado a la atmósfera 78±12 Gt de

carbono, de las cuales un tercio se atribuye a ladegradación de los suelos y a la aceleración de laerosión, y dos tercios a la mineralización.

La degradación de las tierras acentúa el cambioclimático inducido por el CO2, como consecuenciadel CO2 emitido por la vegetación cortada ymuerta, y por efecto de un menor potencial desecuestro de carbono en las tierras degradadas.

Factores climáticos de la degradación delas tierras

El clima ejerce una gran influencia sobre el tipo devegetación, la biomasa y la diversidad de las tierrassecas. La precipitación y la temperatura deter-minan la distribución potencial de la vegetaciónterrestre, y constituyen los principales factores enla génesis y evolución del suelo. Las precipita-ciones influyen también en la producción de vege-tación, que a su vez controla la frecuencia espacialy temporal del pastoreo y favorece el nomadismo.La cubierta vegetal se vuelve cada vez más delgaday menos continua a medida que disminuye la pre-cipitación anual. Las plantas y animales de tierrassecas exhiben muy diversas adaptaciones fisiológi-cas, anatómicas y de comportamiento al estréshídrico y térmico que conllevan las fuertes va-riaciones diurnas y estacionales de la temperatura,de la precipitación y de la humedad del suelo.

Las temperaturas generalmente elevadas y la es-casa precipitación en las tierras secas dan lugar auna producción escasa de materia orgánica y auna rápida oxidación. La escasez de materia orgá-nica hace que ésta se acumule poco y de manerainestable, lo cual favorece en gran medida la ero-sión por el viento y el agua. Por ejemplo, la ero-sión por efecto del viento y del agua está muy ex-tendida en muchas partes de África. Sin contar losdesiertos ya existentes, que ocupan aproximada-mente un 46 por ciento de la masa terrestre, un 25por ciento aproximadamente de las tierras es pro-clive a la erosión por efecto del agua; y en torno aun 22 por ciento, a la erosión por efecto del viento.

Las costras/sellados estructurales formados por elimpacto de las gotas de lluvia, que aminoran la in-filtración, incrementan la escorrentía y generanflujos superficiales y erosión. El rigor, la frecuencia

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Figura 3. El uso de latierra es un factorimportante paradeterminar lavulnerabilidad de losecosistemas

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y el alcance de la erosión se verán probablementealterados por las variaciones de la cantidad e in-tensidad de la precipitación y por los cambios delviento.

La gestión de las tierras seguirá siendo el factordeterminante del contenido de materia orgánica

del suelo y de su susceptibilidad a la erosión enlos próximos decenios. Sin embargo, las variacio-nes de la cubierta vegetal resultantes de las varia-ciones del tiempo a corto plazo y de las variacio-nes del clima a muy corto plazo afectarán proba-blemente a la dinámica y erosión de la materia or-gánica, especialmente en las regiones semiáridas.

Factores que afectan a los recursos terrestres Calidad inherente

Clasea las tierras

de estrés Tipo de estrés Superficie Clase Superficie Super-(miles (miles) ficie

de km2) de km2) (%)

1 Pocas limitaciones 118,1 I 118,1 0,4

2 Contracción/dilatación elevada 107,6 II

3 Bajo nivel de materia orgánica 310,9 II

4 Alta temperatura del suelo 901,0 II 1 319,6 4,5

5 Exceso de agua estacional 198,9 III

6 Restricciones menores de las raíces 566,5 III

7 Corta duración de las bajas temperaturas 0,014 III 765,4 2,6

8 Baja estabilidad estructural 333,7 IV

9 Alta capacidad de intercambio de aniones 43,8 IV

10 Drenaje obstaculizado 520,5 IV 898,0 3,1

11 Estrés hídrico estacional 3 814,9 V

12 Alta concentración de aluminio 1 573,2 V

13 Suelos calcáreos, yesos 434,2 V

14 Lixiviación de nutrientes 109,9 V 5 932,3 20,2

15 Baja capacidad de retención denutrientes 2 141,0 VI

16 Fuerte retención de P y N 932,2 VI

17 Sulfato ácido 16,6 VI

18 Bajos niveles de humedad y de nutrientes 0 VI

19 Baja capacidad de retención del agua 2 219,5 VI 5 309,3 18,1

20 Alta concentración de materia orgánica 17,0 VII

21 Salinidad/alcalinidad 360,7 VII

22 Suelos poco profundos 1 016,9 VII 1 394,7 4,8

23 Tierras empinadas 20,3 VIII

24 Prolongación de las bajas temperaturas 0 VIII 20,3 0,1

25 Prolongación del estrés hídrico 13 551,4 IX 13 551,4 46,2

Superficieterrestre 29 309,1

Masas deagua 216,7

Superficie total 29 525,8

Tabla 2. Evaluación delos factores que afec-tan a los principalesrecursos terrestres y ala calidad de las tierrasen África (Fuente: Reich, P.F., S.T.Numben, R.A. Almarazy H. Eswaran, 2001.Land resource stres-ses and desertificationin Africa. En: Eds.Bridges, E.M., I.D.Hannam, F.W.T.Penning de Vries,S.J. Scherr yS. Sombatpanit, 2001.Response to LandDegradation. Sci.Publishers, Enfield,EE.UU. 101-114)

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La evaluación de las presiones ejercidas sobre losrecursos terrestres y de la desertificación enÁfrica realizada por el Servicio de Conservaciónde los Recursos Naturales del Departamento deAgricultura de los Estados Unidos, basada eninformación sobre los recursos del suelo y delclima en África, permite concluir (véase la Tabla 2)que la presión ejercida por el clima representa un62,5 por ciento de la presión total conducente a ladegradación de las tierras de África. Las causasson la alta temperatura del suelo, el exceso deagua estacional, la corta duración de las bajastemperaturas, el estrés hídrico estacional y elestrés hídrico prolongado, y afectan a 18,5 millo-nes de km2 de las tierras de África. El estudio po-ne claramente de manifiesto hasta qué punto esnecesario un análisis más exhaustivo de los facto-res climáticos en la degradación de las tierras.

Según la base de datos del Centro de investiga-ción de la epidemiología de los desastres (CRED)de Bélgica, los fenómenos peligrosos relaciona-dos con el tiempo, el clima y el agua acaecidosentre 1993 y 2002 ocasionaron un 63 por ciento delos daños totales causados por desastres natura-les, que ascendieron a 654 000 millones de dóla-res de los Estados Unidos. Estos fenómenos natu-rales son, pues, los más frecuentes y los más ob-servados (Figura 4), y todos ellos repercuten con-siderablemente en la degradación de las tierras.

Precipitación

La precipitación es el factor climático más impor-tante a la hora de determinar las áreas amenazadas

por la degradación del suelo y por la desertifica-ción. La precipitación desempeña un papel crucialen el desarrollo y distribución de la flora, pero lavariabilidad de las lluvias y las lluvias extremaspueden dar lugar a la erosión del suelo y a la degra-dación de la tierra (Figura 5). Si no se controladurante un período de tiempo, esa degradaciónpuede degenerar en desertificación. La interacciónde la actividad humana y sus efectos sobre la distri-bución de la vegetación mediante prácticas degestión de las tierras, y unas precipitaciones delluvia aparentemente benignas, pueden hacer lastierras más vulnerables a la degradación. Estavulnerabilidad es aún más grave si añadimos laperspectiva del cambio climático.

La precipitación y la temperatura son los principalesfactores que determinan el clima mundial y, porconsiguiente, la distribución de los distintos tiposde vegetación. Existe una estrecha correlación entrela precipitación y la biomasa, ya que el agua cons-tituye uno de los aportes principales a la fotosínte-sis. Los climatólogos utilizan el “índice de aridez”(el cociente entre las precipitaciones anuales y laevaporación potencial) para facilitar la clasificaciónde las áreas desérticas (áridas) o semiáridas. Lastierras secas existen porque la pérdida de aguaanual (evaporación) es superior a la precipitaciónanual, por lo que estas regiones adolecen de un dé-ficit hídrico continuo. Los desiertos son el más cla-ro ejemplo de un clima en el que la evaporaciónanual es muy superior a la precipitación anual. Enlos casos en los que el déficit hídrico anual no es tangrande, algunas especies vegetales pueden arrai-gar, normalmente en forma de pastizales o de este-pas. Esas tierras secas, sin embargo, situadas en lasmárgenes de los desiertos son las más susceptiblesa la desertificación y representan el caso más extre-mo de degradación de la tierra. Algunas de estasregiones son la pampa de América del Sur, las gran-des estepas rusas, las grandes planicies de Américadel Norte, y las sabanas del África austral y de laregión del Sahel en el África occidental. Con unavariabilidad normal del clima, el déficit hídrico pue-de ser mayor en algunos años que en otros, aunqueen ocasiones el déficit hídrico o la sequía prolonga-da pueden durar varios años consecutivos. Duranteese período existen varios ejemplos de degrada-ción de las tierras: la denominada ‘Cuenca de Polvo’durante los años 30, en las grandes planicies deAmérica del Norte, o la prolongada sequía del

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Avalanches andlandslides 6% Droughts and famines 9%

Earthquakes 8%

ExtremeTemperatures 5%

Floods 37%

Windstorms 28%

Volcaniceruptions 2%

Forest/scrubfires 5%

Figura 4. Distribuciónmundial de losdesastres naturales(1993-2002)

Aludes y deslizamientos de lodo 6%

Tempestades de viento 28%

Erupcionesvolcánicas 2%

Incendios forestales

Inundaciones 37%

Temperaturasextremas 5%

Terremotos 8%

Sequías y hambrunas 9%

5%

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Sahel, que duró casi dos decenios (años 70 y 80).Fue este período de sequía del Sahel el que suscitóla actual preocupación por la desertificación.

Desde hace más de un siglo geotécnicos, agróno-mos, geólogos, hidrólogos e ingenieros vienenrecopilando y analizando datos sobre la erosión delsuelo. A partir de estas investigaciones, los científi-cos han desarrollado una relación simple para laerosión del suelo, que incorpora los principalesfactores de ese tipo de erosión. La ecuación univer-sal de pérdida de suelo (USLE) fue desarrollada amediados de los años 60 con objeto de desentrañarel proceso de erosión del suelo para aplicacionesagrícolas. En 1985, esta ecuación fue actualizada yrebautizada como ‘ecuación universal revisada dela pérdida de suelo’ (RUSLE), de modo que incor-porase el gran volumen de información acumuladadesde el establecimiento de la ecuación inicial, ycon objeto de abordar aplicaciones relacionadascon usos de la tierra distintos a los agrícolas; porejemplo, la pérdida de suelos causada por la mine-ría y la construcción, o los terrenos ganados alagua. La RUSLE se deriva de la teoría de la erosióndel suelo y de más de 10 000 años de datos obteni-dos de gráficas de precipitación natural de lluvia yde numerosas simulaciones de precipitación.

donde A es la pérdida de suelo anual (t/ha/año); Rrepresenta el factor de erosividad de la precipita-ción-escorrentía; K es el factor de erosionabilidaddel suelo; L representa la longitud de la pendiente;S es el grado de inclinación de la pendiente; Crepresenta la gestión de la cubierta, y P denota unfactor que representa las prácticas coadyuvantes.Esos factores ilustran la interacción entre diversosfactores climáticos, geológicos y humanos, y laposibilidad de que las prácticas de gestión inteli-gente de las tierras reduzcan al mínimo la erosióndel suelo e incluso la degradación de la tierra.

Las precipitaciones extremadamente abundantes oescasas pueden producir la erosión del suelo, quea su vez puede dar lugar a la degradación de latierra (Figura 6). Sin embargo, los geotécnicosconsideran la precipitación como el principal factor

de erosión del suelo, de entre los muchos factoresque la causan. La precipitación puede erosionar elsuelo por efecto de las gotas de lluvia, de la esco-rrentía superficial y subsuperficial, y de las crecidasfluviales. La velocidad con la que la lluvia cae en lasuperficie produce una gran cantidad de energíacinética que puede arrancar partículas del suelo.Puede producirse también ese tipo de erosión aescala microscópica cuando un suelo fácilmentesoluble se vuelve hidrosoluble gracias a la presen-cia de ácidos moderadamente agresivos en el aguade lluvia. La ruptura y salpicadura de las partículasdel suelo por efecto de las gotas de lluvia consti-tuye sólo la primera fase del proceso, seguida delarrastre de las partículas del suelo y de la posteriorerosión causada por el agua en movimiento. Encualquier caso, si no hay escorrentía superficial elgrado de erosión del suelo por efecto de las preci-pitaciones es relativamente pequeño.

Una vez arrancadas del suelo, las partículas pue-den ser arrastradas por la escorrentía. En términosgenerales, cuanto más intensa sea la lluvia mayorserá la cantidad de partículas del suelo que arrastrela escorrentía. En el caso de las lluvias ligeras delarga duración, casi todo el arrastre de suelo tienelugar bajo el agua, y las partículas del suelo son ensu mayoría finas. Cuanto más intensas sean lalluvia y la posterior escorrentía superficial, mayorserá el tamaño de las partículas de suelo arrastra-das. Uno de los factores decisivos que determina la

LA RUSLE SE DEFINE COMO:A = R K L S C P

Contaminación

Escorrentía/�aguas de crecidasSedimento

Escorrentía superficial

Lluvia

Inundación

Suelos

Río MarMar

Figura 5. Diagramaesquemático de losprocesos inducidospor las precipitacionesde lluvia que partici-pan en la degradaciónde la tierra

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erosión del suelo por la lluvia es la permeabilidaddel suelo, que influye indirectamente en la cantidadtotal de suelo perdido y en las pautas de erosión delas pendientes. Una de las desafortunadas conse-cuencias de la escorrentía es el consiguiente trans-porte de productos químicos agrícolas y la lixivia-ción de esos productos hacia las aguas freáticas.

La intensidad de precipitación es el factor másimportante de los que determinan la erosión delsuelo por efecto de la lluvia. La precipitación en lastierras secas es, por naturaleza, variable en canti-dad e intensidad, al igual que la subsiguienteescorrentía. La escorrentía superficial suele sermás abundante en las tierras secas que en regionesmás húmedas, ya que en las tierras secas lossuelos tienden a formar cortezas impermeables porefecto de tormentas intensas, y carecen práctica-mente de cubierta vegetal o de humus. En esoscasos, el transporte de suelo puede llegar a ser unorden de magnitud mayor por unidad de cantidadde movimiento de las gotas de lluvia que cuando lasuperficie del suelo posee abundante vegetación.Cuanto menos densa es la cubierta vegetal, másvulnerable será la superficie del suelo al arranquecausado por las gotas de lluvia y por la escorrentía

superficial. También las pautas de precipitaciónpueden desempeñar un papel decisivo en laerosión del suelo y en la consiguiente degradaciónde la tierra. Un inicio errático de la estación delluvias, sumado a una precipitación intensa, produ-cirá un mayor impacto, ya que no habrá una vege-tación estacional que intercepte la lluvia o que esta-bilice el suelo con sus raíces.

Los científicos están actualmente tratando de inte-grar todos esos factores en modelos que puedanutilizarse para predecir la erosión del suelo. ElProyecto de predicción de la erosión por el agua(WEPP, por sus siglas en inglés) es un modelo depredicción de la erosión basado en procesos, conparámetros distribuidos y simulación continua,que puede utilizarse en computadoras personales yaplicarse a escala real para simular la erosión enlas laderas o la erosión más compleja de las cuen-cas hidrográficas. El modelo imita los procesosnaturales importantes en la erosión del suelo.Además, actualiza las condiciones del suelo y delos cultivos que día a día afectan a la erosión delsuelo. Cuando se producen lluvias, se utilizan lascaracterísticas de la vegetación y del suelo paradeterminar si habrá escorrentía superficial. Elmodelo WEPP consta de varios componentesconceptuales, entre ellos: el clima y el tiempo(precipitación, temperatura, radiación solar, viento,congelación–deshielo, acumulación y fusión denieve), el riego (riego por aspersión, estacionario oen surcos), la hidrología (infiltración, almacena-miento en depresiones, escorrentía), el balancehídrico (evapotranspiración, percolación, drenaje),los suelos (tipos y propiedades), el crecimiento delos cultivos (tierras de cultivo, pastizales, tierrasforestales), la gestión y descomposición de resi-duos, los efectos del laboreo en la infiltración y enla erosionabilidad, la erosión (intersurcos, surcos,canales), la deposición (surcos, canales y embal-ses), el caudal de sedimento, la organización portamaños y el enriquecimiento del sedimento.

Cabe señalar, en particular, el impacto de otrasformas de precipitación en la erosión del suelo. Elgranizo produce graves efectos en la superficie delsuelo, ya que su energía cinética es varias vecessuperior a la de la lluvia, con lo que se destruye unasuperficie de suelo mucho mayor y una mayorcantidad de partículas son arrastradas. Además, siuna granizada viene acompañada de fuertes

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Figura 6. Los extre-mos, ya sea demasia-da o muy poca lluvia,pueden producir ero-sión del suelo que a suvez puede conducir ala degradación de latierra

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lluvias, como ocurre con ciertos tipos de tormen-tas, la erosión puede llevarse grandes cantidadesde suelo, sobre todo en tierras agrícolas, antes deque los cultivos puedan estabilizar la superficie delsuelo. La erosión por deshielo de nieve se producecuando durante el período frío el suelo se congelay el proceso de congelación arranca partículas desu superficie, de modo que cuando llega eldeshielo primaveral la escorrentía se lleva las partí-culas finas del suelo. Este tipo de erosión puedeproducir con frecuencia mayores pérdidas de sueloque la erosión por efecto de la lluvia. Además,cuando el suelo se congela, la tasa de infiltración sereduce enormemente, de manera que cuando llegael deshielo la erosión del suelo puede ser relativa-mente intensa aun cuando sea pequeña la cantidadde nieve fundida. En tales casos, los procesoserosivos pueden multiplicarse si concurren fuerteslluvias y un aflujo repentino de aire caliente. Lasladeras de sotavento de las formaciones montaño-sas son susceptibles a este efecto, ya que suelenser más secas, tienen menos vegetación, y sonpropensas a los vientos catabáticos (el aire quedesciende a gran velocidad de una cordillera secalienta muy rápidamente).

Crecidas

Los ríos de las tierras secas tienen flujos extrema-damente variables, y tanto su caudal como la canti-dad de sedimento que transportan en suspensiónson muy sensibles a las fluctuaciones de la precipi-tación y a toda variación de la cubierta vegetal en

las cuencas. La pérdida de vegetación en las cabe-ceras de los ríos de las tierras secas puede incre-mentar la carga de sedimento y cambiar drástica-mente el carácter del río, que se haría menos esta-ble y más estacional, y estaría caracterizado poruna serie de canales rápidamente cambiantes. Sinembargo, las lluvias pueden producir la degrada-ción de la tierra en otros climas, particularmentelos subhúmedos. Las lluvias excesivas, ya esténproducidas por tormentas, huracanes y tifones, opor sistemas de baja presión en latitudes medias,pueden generar una gran cantidad de agua enpoco tiempo en zonas localizadas. Este exceso deagua anega la cuenca hidrológica local y producelas crecidas de los ríos (Figura 7). Como todossabemos, se trata de un fenómeno natural que haocurrido durante millones de años y que continua-mente da forma a la tierra. Las crecidas de los ríosse dan en todo tipo de climas, pero es en las tierrassecas donde el problema es más agudo.

Sequías

La sequía es un fenómeno natural peligroso deriva-do de una deficiencia de precipitación que ocasio-na escasez de agua para algunas actividades o gru-pos. Es consecuencia de una disminución del volu-men de las precipitaciones durante un período pro-longado, por lo general una o más estaciones; estefenómeno suele estar asociado a otros factoresclimáticos, por ejemplo, temperaturas elevadas,vientos fuertes y humedad relativa baja, quepueden agravar la intensidad del fenómeno. Por

Figura 7. Las inunda-ciones de los camposde cultivo debidas alluvias intensas soncomunes en lasregiones semiáridas

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Las crecidas se producen cuando el aguade lluvia o la nieve fundida se acumulamás rápidamente de lo que pueden absor-ber los suelos o de lo que llevan los ríos.Existen diversos tipos de crecidas (desdecrecidas repentinas localizadas hastacrecidas de los ríos generalizadas) quepueden ser ocasionadas por intensastormentas, ciclones tropicales, monzones,barreras de hielo o nieve fundida. En laszonas costeras, las mareas de tempestadcausadas por ciclones tropicales, tsuna-mis o ríos crecidos por mareas excepcio-nalmente altas pueden provocar crecidas,mientras que los grandes lagos puedendesbordarse cuando los ríos que desem-bocan en ellos llevan mucha nievefundida. Por consiguiente, las crecidaspueden contribuir a la degradación de lastierras en casi todo tipo de clima, pero losclimas de las tierras secas son especial-mente vulnerables debido a la limitadacantidad de vegetación cuyas raíces retie-nen el suelo.

La predicción de las crecidas es unproceso complejo que debe tener encuenta muchos factores distintos a la vez,dependiendo del tipo y la naturaleza delfenómeno que produce las crecidas. Porejemplo, las crecidas repentinas generali-zadas suelen ser provocadas por las fuer-tes lluvias caídas en una zona dentro deuna zona más extensa de lluvia másligera; se trata de una situación confusaque hace difícil predecir el lugar en el quese producirá la peor crecida. La predicciónde crecidas causadas por fuertes lluvias omareas de tempestad que pueden azotarla tierra firme como parte de un ciclóntropical también puede ser una tareacompleja, ya que las predicciones tienenque incluir el lugar al que llegarán estosfenómenos, la fase de su evolución y lascaracterísticas físicas de la costa.

Para hacer predicciones lo más precisasposibles, los Servicios Meteorológicos eHidrológicos Nacionales (SMHN), bajo losauspicios de la OMM, realizan la predic-ción de las crecidas sobre la base de laspredicciones cuantitativas de las precipita-ciones, que han cobrado mayor precisiónen los últimos años, sobre todo en lo querespecta a cantidades ligeras y moderadasde precipitación, si bien sigue siendo difí-cil predecir grandes cantidades o episo-dios poco frecuentes. Por ello, el estableci-miento de sistemas de predicción quecombinen la predicción del tiempo con lade episodios relacionados con el agua escada vez más posible, preparando así elterreno para un enfoque realmente inte-grado.

Asimismo, la predicción ha de ser unesfuerzo cooperativo y multidisciplinario.Dada la variedad de problemas o lacomplejidad de factores que rodean a lascrecidas, los encargados de la gestión decrecidas han de aunar sus fuerzas conmeteorólogos, hidrólogos, planificadoresurbanos y autoridades de defensa civilque utilizan modelos integrados.Determinar las repercusiones socioeconó-micas de las crecidas supondrá el examenexhaustivo de la construcción o de otrasactividades en los canales fluviales o alre-dedor de ellos. La información actualizaday precisa es fundamental por todas lasvías posibles: la observación en superficie,la teledetección y la tecnología satelital,así como los modelos informáticos.

Predicción de crecidas

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ejemplo, la sequía relacionada con El Niño 2002-03en Australia, que se extendió de marzo de 2002 aenero de 2003, fue posiblemente una de las peoressequías a corto plazo –si no la peor– que se hanregistrado en Australia. El análisis de los registrosde precipitación durante esos 11 meses mostró queel 90 por ciento del país había recibido lluvias infe-riores a la mediana de largo período, y que un 56por ciento había recibido lluvias en cantidadescomprendidas en el 10 por ciento más bajo de losvalores totales registrados (es decir, en el primerdecilo) (los registros de precipitación en todaAustralia empezaron en 1900). Durante la sequía de2002-03, Australia sufrió incendios generalizados,tormentas de polvo intensas y graves efectos en laagricultura que produjeron un descenso del unopor ciento en su Producto Interior Bruto (PIB). Losprimeros cinco meses de 2005 fueron excepcional-mente secos en gran parte del país (Figura 8), loque hizo que muchos calificaran a ese período desequía realmente excepcional.

Las sequías generalizadas en ciertas zonas áridashan iniciado, o agravado, la degradación de las tie-rras. Los registros muestran que extensas sequíashan afectado a África, con episodios graves en1965–1966, 1972–1974, 1981–1984, 1986–1987,1991–1992 y 1994–1995. Las repercusiones totalesacumulados de la sequía en las economías deÁfrica pueden ser cuantiosas: un 8–9 por ciento delPIB en Zimbabwe y Zambia en 1992, y un 4–6 porciento del PIB en Nigeria y Níger en 1984. En losúltimos 25 años, el Sahel ha sufrido la disminuciónde las precipitaciones más sustancial y prolongadaque se haya registrado en el mundo desde que setoman medidas con instrumentos. Las sequías delSahel durante los años 70 fueron excepcional-mente intensas, fueron calificadas de “quintaesen-cia de una emergencia medioambiental de primerorden”, y sus repercusiones a largo plazo empie-zan ya a hacerse patentes (Figura 9).

Las anomalías en la temperatura de la superficiedel mar (SST, por sus siglas en inglés), que suelenestar relacionadas con El Niño/Oscilación Austral(ENOA) o con la Oscilación del Atlántico Norte(OAN), contribuyen a la variabilidad de las precipi-taciones en el Sahel. Las sequías del África occi-dental están correlacionadas con unas SST altas enla franja tropical del Atlántico Sur. El examen de losdatos oceanográficos y meteorológicos correspon-

dientes al período 1901-1985 mostró que los perío-dos húmedos y secos persistentes del Sahel esta-ban relacionados con unas pautas claramente dife-renciadas de las anomalías de SST a escala casimundial. Entre 1982 y 1990, se apreció una correla-ción entre las anomalías de SST vinculadas al cicloENOA y la producción de vegetación en África. Lasaguas más cálidas de la parte oriental del Pacíficoecuatorial durante los episodios de ENOA estabancorrelacionadas con el índice de precipitación, infe-rior a 1 000 mm anuales, que se registró en algunasregiones de África.

Figura 9. Tipos desequía y sus efectos

Figura 8. Decilos deprecipitación de lluviaentre enero y mayo de2005 en Australia

Variabilidad natural del clima

Precipitaciones insuficientes(cantidad, intensidad, período)

Consecuencias sobreel medio ambienteConsecuencias económicas Consecuencias sociales

Sequ

íam

eteo

roló

gica

Sequ

íaag

rícol

aSe

quía

hidr

ológ

ica

Tiem

po(d

urac

ión)

Insuficiencia de aguaen el suelo

Reducción de la infiltraciónde la escorrentía, la

percolación profunda y de larecarga de aguas subterráneas

Incremento dela evaporación yla transpiración

Falta de agua para las plantas,biomasa y rendimiento reducidos

Temperaturas elevadas, fuertesvientos, humedad relativa baja,

insolación incrementada,menor cobertura nubosa

Reducción del flujo fluvial, del caudalde entrada a los reservorios, lagos yestanques, disminución de las zonashúmedas y de los hábitats naturales

Clasificación de laprecipitación en decilos

Mayor jamásregistrada

Muy por encimade la media

Superior a lamedia

Media

Inferior a lamedia

Muy por debajode la media

Menor jamásregistrada

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La sequía puede definirse como un rasgonormal y recurrente del clima que se da encasi todos los regímenes climáticos. Tienelugar en zonas con un índice de precipitaciónalto o bajo. Se trata de una anomalía tempo-ral, a diferencia de la aridez, que es un rasgopermanente del clima restringido a zonas conun índice de precipitación bajo. La sequía esla consecuencia de la disminución natural dela cantidad de precipitación recibida en unperíodo de tiempo prolongado, normalmenteuna estación o más. La sequía está tambiénrelacionada con el tiempo cronológico (porejemplo, la principal estación del año en laque aparece la sequía, el retraso del inicio dela temporada de lluvias, la frecuencia de laslluvias en relación con las etapas iniciales delcrecimiento de los cultivos) y con la intensi-dad y el número de episodios lluviosos. Asípues, cada sequía es única en cuanto a suscaracterísticas climáticas y sus repercusiones.

La falta de una definición precisa y universal-mente aceptada de sequía contribuye a laconfusión que hay para determinar la exis-tencia de una sequía y su grado de intensi-dad. Para ser realistas, las definiciones desequía deben hacerse a nivel regional y sobrela base de repercusiones concretas (para laagricultura, los recursos hídricos, etc.). Losefectos de la sequía se extienden a una zonageográfica mayor que los daños ocasionadospor otros peligros naturales, tales como losefectos de las crecidas y los huracanes. Porestas razones, la cuantificación de los efectosy las operaciones de socorro en casos dedesastre son tareas más difíciles en el casode la sequía que cuando se dan otros peli-gros naturales.

Los sistemas de alerta temprana puedenreducir las repercusiones mediante el sumi-nistro de información oportuna sobre elcomienzo de la sequía. Las estaciones de

observación en superficie convencionales delos Servicios Meteorológicos Nacionales sonun eslabón de la cadena, pues proporcionandatos de referencia fundamentales y seriescronológicas indispensables para conseguiruna mejor vigilancia del clima y del sistemahidrológico. Seguir de cerca determinadosindicadores, tales como el flujo fluvial o lahumedad del suelo, puede contribuir a laformulación de valores del índice de sequía,que suelen ser cifras de un solo dígito,mucho más útiles para la toma de decisionesque los datos en bruto.

En los planes contra la sequía deben figurartres elementos básicos, a saber: vigilancia yalerta temprana, evaluación de riesgos, yatenuación y respuesta. Debido a la lentaaparición de las características de las sequías,los sistemas de vigilancia y de alertatemprana sientan las bases de un plan eficazde atenuación de sus efectos. Dicho plandebe basarse en evaluaciones precisas yoportunas que den lugar a la elaboración deprogramas de atenuación y de intervenciónen casos de emergencia.

Diversos programas de la OMM siguen decercan los fenómenos climáticos extremosrelacionados con la sequía, mientras quecuatro centros de vigilancia –dos en África,uno en China y el Sistema mundial de infor-mación y alerta temprana– emiten avisosmeteorológicos y facilitan resúmenes sobreel clima de uno a tres meses. Entre otrossistemas de alerta temprana de África, laComunidad para el Desarrollo del ÁfricaMeridional (SADC) controla la situación delos cultivos y de la alimentación en la regióny emite alertas en los períodos de crisis inmi-nente. Estas redes pueden ser el eje de losplanes coordinados para hacer frente a lascontingencias de sequía.

Prevención y gestión de las sequías

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Un modelo acoplado de superficie-atmósfera indi-ca que –ya fueran factores antropógenos o varia-ciones de la SST los que dieron lugar a la sequíadel Sahel de 1968-1973– la pérdida permanente devegetación en la sabana del Sahel permitiría lapersistencia de la sequía. Los efectos de la sequía,que reduce la humedad del suelo y por lo tanto laevaporación y la nubosidad, y que incrementa elalbedo de superficie a medida que se destruye lacubierta vegetal, suelen ser el aumento de la tem-peratura del aire en el suelo y cerca de la superficie,una reducción del balance de radiación de superfi-cie, y un mayor déficit del balance de radiación enel sistema superficie-atmósfera local. Se producecon ello una mayor subsidencia atmosférica y, porconsiguiente, una mayor disminución de las preci-pitaciones.

Radiación solar, temperatura y evaporación

La única fuente de energía de la Tierra es el Sol,pero nuestro planeta intercepta sólo una cantidadminúscula de esta energía (menos de la décimaparte del uno por ciento), que alimenta los diversosprocesos biológicos (fotosíntesis) y geofísicos(tiempo y clima) de los que depende la vida. Elsistema terrestre, en virtud de principios físicosbásicos, debe emitir la misma cantidad de radia-ción que recibe. El complejo proceso de transfe-rencias de energía que se establece en consecuen-cia es la base de nuestro tiempo y de nuestro clima.La radiación solar está estrechamente correlacio-nada con la nubosidad, y en la mayoría de losclimas de tierras secas hay muy pocas nubes oninguna y la radiación solar puede ser bastanteintensa. De hecho, algunos de los valores máselevados de radiación solar que se conocen se danen lugares como el desierto del Sahara. El calenta-miento solar de la superficie terrestre es el procesoque más contribuye a la temperatura del aire.

Junto con la precipitación, la temperatura es elprincipal factor determinante del clima y, por consi-guiente, de la distribución de la vegetación y de laformación de los suelos. La formación de los sue-los responde a numerosos factores: el material debase (roca), la topografía, el clima, la actividad bio-lógica, y el paso del tiempo. La temperatura y laprecipitación dan lugar a distintos tipos de meteori-zación y lixiviación de los suelos. Las variaciones

estacionales y diarias de la temperatura puedenafectar a la humedad del suelo, a la actividad bioló-gica, a las tasas de reacción química y a los tipos devegetación. Son reacciones químicas importantesdel suelo las inherentes a los ciclos del nitrógeno ydel carbono.

Durante el verano en los trópicos, las temperaturasdel suelo superficial pueden ser superiores a 55°Cy contribuyen, por consiguiente, al agrietamientode los suelos muy arcillosos, cuya superficie ysubsuperficie quedan expuestas a la erosión delagua o el viento. Naturalmente, esas temperaturasincrementarán también la evaporación de lossuelos (Figura 10) y reducirán la humedad disponi-ble en ellos para el crecimiento de la vegetación.

En las tierras secas templadas, el ciclo congela-ción–deshielo puede afectar directamente a lacomposición del suelo debido al desplazamientode rocas y piedras desde distintas profundidadeshasta la superficie. En lugares elevados, la conge-lación y el deshielo son uno de los factores quedegradan las estructuras rocosas, produciendogrietas y fisuras que pueden dar lugar a desliza-mientos de tierra y desprendimientos de rocas.

La evaporación es la conversión de agua líquida osólida en vapor, que se difunde en la atmósfera.Para que haya evaporación es necesario un gra-diente de la presión de vapor entre la superficie deevaporación y la atmósfera, además de una fuentede energía. La radiación solar es la fuente principalde energía, que determina los límites de la evapo-ración en general. En los trópicos, los valores de la

Figura 10. Altastemperaturas del sueloen terrenos arenosospueden incrementar laevaporación del suelo

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radiación solar, modificados por la cubierta denubes, son elevados, e inducen una gran demandade evaporación de la atmósfera. En regiones áridasy semiáridas, una cantidad considerable de energíapuede ser transportada por advección hacia zonasde regadío desde las áreas secas circundantes.Esas transferencias de energía a superficies queexperimentan evaporación se suelen denominar“efecto oasis”, y en los cultivos de algodón deGezira, en Sudán, las pérdidas de agua causadaspor efectos oasis intensos han llegado a duplicarlos valores calculados mediante las fórmulasmeteorológicas habituales.

Los factores climáticos producen en la atmósferauna demanda de evaporación, aunque la evapora-ción real resultante dependerá de la naturaleza delas superficies de evaporación y de la disponibili-dad de agua. En tierras degradadas, la propia su-perficie de la tierra influye en la demanda de eva-poración en función de su albedo y de la rugosidadde su superficie, que influye en las turbulencias. Enregiones áridas y semiáridas, unos valores de eva-poración muy superiores a los de la precipitacióndan lugar a la acumulación de sales en la superficiedel suelo. Los suelos con horizonte sódico se dis-persan fácilmente, y los bajos niveles de humedadse traducen en una actividad biológica limitada.

Viento

Las tierras secas de nuestro planeta experimentanuna degradación de sus suelos entre moderada ygrave debido a la erosión eólica, y hay indicacio-nes de que está aumentando la frecuencia de lastormentas de arena y de polvo. Se ha calculadoque, en las zonas áridas y semiáridas, un 24 porciento de las tierras cultivadas y un 41 por cientode los pastizales experimentan una degradaciónde los suelos entre moderada y grave por efectode la erosión eólica.

La producción anual total de polvo en el mundopor disminución de los suelos y de los sedimentosse ha estimado en 61 a 366 millones de toneladas.Las pérdidas de suelo del desierto por erosióneólica son considerables a nivel mundial. El trans-porte a gran distancia de polvo del desierto noexcede, según las estimaciones, de 1 x 1016 gaño–1 aproximadamente.

En África, se estima que más de 100 millones detoneladas de polvo al año son transportadas porel viento hacia el oeste, al océano Atlántico.Estudios al respecto indican que la zona del Sahelgenera no menos de 270 millones de toneladas depolvo al año (Figura 11), que corresponden a unapérdida de 30 mm por m2 al año o a una capa de20 mm en el conjunto de la región.

Cada año, el desierto originado por la erosióneólica se apodera de 210 000 hectáreas de tierrasproductivas en China. Se ha determinado que lafrecuencia con que acaecen tormentas de arenafuertes y extremadamente fuertes en China varíaanualmente como sigue: cinco veces en los añoscincuenta; ocho en los sesenta; 13 en los setenta;14 en los ochenta; y 20 en los noventa.

Las tormentas de arena y de polvo son fenóme-nos meteorológicos peligrosos que causan gravesproblemas agrícolas y medioambientales enmuchas partes del mundo. Su costo, tanto en loslugares afectados como fuera de ellos, es elevado.Estas tormentas pueden avanzar como una mareaincontenible mientras sus fuertes vientos arras-tran la arena, que termina cubriendo las tierras de

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Figura 11. Se estima que la cantidad de polvo proveniente dela región del Sahel es de alrededor de 270 millones de tonela-das por año

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labranza, destruye la capa superficial del suelo,denuda la estepa, daña a los animales, agrede losasentamientos humanos, reduce la temperatura,llena de sedimento los canales de riego y las ace-quias, cubre las vías férreas y las carreteras, azotalas viviendas, afecta a la calidad del agua en losríos y arroyos, deteriora la calidad del aire, conta-mina la atmósfera, y destruye las instalaciones deminería y de comunicación. Las tormentas de are-na y polvo aceleran el proceso de degradación dela tierra, contaminan considerablemente el medioambiente y causan graves estragos en la ecologíay en el medio ambiente viviente. La carga depolvo en la atmósfera debida a la erosión eólicaafecta también a la salud humana y a la calidaddel aire.

La erosión eólica causa daños directos en loscultivos, ya que ocasiona la pérdida del tejidovegetal y la disminución de la actividad fotosinté-tica debido al impacto de la arena, al soterra-miento de las plántulas bajo depósitos de arena, ya la pérdida de la capa superficial del suelo. Esteúltimo proceso es especialmente preocupante, yaque podría afectar a la base de recursos del sueloy, por consiguiente, a la productividad de los culti-vos a largo plazo al eliminar la capa de suelointrínsecamente rica en nutrientes y materia orgá-nica. La erosión eólica de los suelos arenosos lige-ros puede degradar gravemente las tierras (Figura12, izquierda), y los depósitos de arena sobre las

plántulas pueden afectar al establecimiento decultivos (Figura 12, derecha).

Cálculos basados en registros de visibilidad y develocidad del viento en penachos de polvo de 100kilómetros de extensión, y basados en ocho esta-ciones climáticas del sur de Australia, indican quela masa de polvo transportada ascendió a nadamenos que 10 millones de toneladas. Así pues, elarrastre de polvo durante ese tipo de fenómenosdegrada el suelo a largo plazo con carácter esen-cialmente irreversible. Los costos en términos deproductividad son difíciles de calcular, pero sonprobablemente sustanciales.

Causas de la erosión eólica

Suceda donde suceda, el fenómeno de la erosióneólica está vinculado a fenómenos meteorológi-cos que interactúan con la gestión de los suelos yde las tierras mediante sus efectos sobre la estruc-tura del suelo, sobre la posibilidad de cultivar latierra y sobre la cubierta vegetal. En las regionesque experimentan regularmente largos períodossecos asociados a fuertes vientos estacionales,donde la cubierta vegetal de la tierra no bastapara proteger el suelo, o donde la superficie delsuelo resulta alterada por unas prácticas degestión inadecuadas, la erosión eólica suele serun problema grave.

Figura 12. La erosióneólica en suelos areno-sos ligeros puedeprovocar intensadegradación de latierra (izquierda), ydepósitos de arena enterrenos reciénsembrados puede afec-tar el establecimientode cultivos (derecha)

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En la linde austral del desierto del Sahara sopla unviento especialmente seco y cálido, denominadoharmatán por los naturales del lugar. Ese tipo devientos del nordeste o del este suelen soplar eninvierno cuando la presión atmosférica es alta.Cuando la fuerza del harmatán es superior al valorde umbral, las partículas de arena y de polvo,sustraídas a la superficie de la tierra, viajan cientosde kilómetros hasta llegar al océano Atlántico.

En el noroeste de India, las tempestades convecti-vas de arena y polvo que preceden a los monzonesreciben el nombre de andhi. En África y en lospaíses árabes se refieren a ellas como haboob, yque en otras regiones se las conoce como el“fantasma” o el “diablo”.

Por regla general, se adoptan dos indicadores –lavelocidad del viento y la visibilidad– para determi-nar el grado de intensidad de las tormentas dearena y polvo. Las tormentas de arena y polvo delnoroeste de la India se clasifican mediante unaescala de tres grados. Las más débiles se formancuando el viento es de fuerza 6 (escala Beaufort) yla visibilidad varía entre 500 y 1 000 metros. Lastormentas de arena o polvo fuertes secundariascorresponden a vientos de fuerza 8 y una visibili-dad de entre 200 y 500 metros. Las tormentas fuer-tes van acompañadas de vientos de fuerza 9 y visi-bilidades inferiores a 200 metros.

En China, las tormentas de arena y polvo se clasifi-can de modo análogo. La única diferencia es que lacategoría de tormentas fuertes se subdivide en dosgrados: fuerte y severa. Cuando la velocidad delviento es de 50 metros por segundo (m/s) y la visi-bilidad es inferior a 200 metros, la tormenta dearena se clasifica como ‘fuerte’. Cuando la veloci-dad del viento es de 25 m/s y la visibilidad de entre0 y 50 metros, la tormenta de arena se clasificacomo ‘severa’ (en algunas regiones la llaman“vendaval negro” o “diablo negro”).

La erosividad del viento es el principal factor quedetermina las pautas generales de la erosióneólica. Se ha definido como “propiedad del vientoque determina su capacidad para arrastrar ytransportar suelos desnudos y secos preparadospara el cultivo”. Se puede estimar a partir de losregistros diarios u horarios de los valores de velo-cidad del viento superiores a un valor de umbral

relacionado con la velocidad mínima de arrastre delas partículas del suelo. El índice Chepil-Woodruffde capacidad erosiva del viento (C) se ha definidocomo sigue:

C =V3

2,9 (P - Ep)

donde V = velocidad del viento en niveles deobservación estándar (~ 10 m), m/s; P = precipita-ción (mm); y Ep es la evapotranspiración potencial(mm). La Tabla 3 contiene una clasificación de lacapacidad erosiva del viento en función de suíndice de capacidad de erosión.

Cuando el transporte de suelo es continuado, lacantidad de suelo que puede ser transportada porel viento varía con el cubo de su velocidad. Losmodelos indican que la erosión eólica se acentúarápidamente a partir de un valor de umbral develocidad del viento. En la franja de cultivo demaíz de los Estados Unidos de América, un incre-mento del 20 por ciento de la velocidad media delviento aumenta considerablemente la frecuenciacon que se supera el valor de umbral y, por lotanto, la frecuencia de los fenómenos erosivos.

Se han realizado varios esfuerzos por integrartodos estos agentes erosivos del viento en unmodelo informático. En particular, el sistema depredicción de la erosión del viento (WEPS), que esun modelo basado en procesos, de escalona-miento diario, que predice la erosión del suelomediante la simulación de los procesos funda-mentales que rigen la erosión eólica. El WEPSpuede calcular el transporte de suelo, estimar los

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0-20 Insignificante o nula

20-50 Moderada

50-100 Alta

> 150 Muy alta

Valor del índice Capacidad erosiva del viento

Tabla 3. Capacidad erosiva del viento (Fuente: W.S. Chepily N.P. Woodruff. 1963. Physics of wind erosion and itscontrol. Advances in Agronomy, 15)

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daños sufridos por las plantas y predecir lasemisiones de polvo PM-10 cuando la velocidaddel viento supera el umbral de erosión. Además,proporciona a los usuarios información espacialrelativa al flujo, deposición y pérdida de suelo endeterminadas regiones de un terreno a lo largodel tiempo. WEPS tiene estructura modular, y secompone de siete submodelos y cuatro bases dedatos. La mayoría de sus submodelos utilizan elestado del tiempo diario como impulsor naturalde los procesos físicos que modifican las condi-ciones reales. Los otros submodelos están basa-dos en: la hidrología, y en particular las variacio-nes de temperatura y de estado hídrico del suelo;las propiedades del suelo; el crecimiento de lasplantas cultivadas; la descomposición de las plan-tas cultivadas; las prácticas de gestión típicas,como la labranza, la plantación, la cosecha o el

riego; y, por último, la fuerza del viento a escalasubhoraria.

Implicaciones climáticas de las tormentas de polvo

La finísima fracción de polvo que proviene delsuelo (Figura 13) ejerce un efecto de forzamientoconsiderable sobre el balance radiativo. Se consi-dera que las partículas de polvo ejercen unainfluencia radiativa sobre el clima directamente,mediante la reflexión y absorción de la radiaciónsolar, e indirectamente, al modificar las propieda-des ópticas y la duración de las nubes. En funciónde sus propiedades y de la parte de la atmósferaen que se encuentren, las partículas de polvopueden reflejar la luz solar hacia el espacio y pro-ducir un enfriamiento por partida doble. Directa-mente, reflejan la luz solar hacia el espacio yreducen, por consiguiente, la cantidad de energíaque llega a la superficie. Indirectamente, actúancomo núcleos de condensación y dan lugar a laformación de nubes. Las nubes actúan como un“manto atmosférico” que atrapa en la atmósferala radiación de onda larga emitida en la Tierra. Asípues, las tormentas de polvo tienen implicacio-nes a nivel local, nacional e internacional con res-pecto al calentamiento de la Tierra. Los cambiosclimáticos, a su vez, pueden modificar la ubica-ción e intensidad de las fuentes de polvo.

Cuatro definiciones de los fenómenos relacio-nados con el polvo coinciden con las queutiliza la Oficina de Meteorología de Australia,que se ajusta a las normas mundiales de laOMM. Se incluyen las claves SYNOP detiempo presente [ww]:1. Tormenta de polvo (clave SYNOP ww: 09),

causada por vientos turbulentos quelevantan gran cantidad de polvo y reducenla visibilidad a menos de 1 000 metros.

2. Nube de polvo alta (clave SYNOP ww: 07),transportada por el viento a alturas modera-das sobre el terreno y que, a la altura del ojohumano (1,8 metros), reducen la visibilidad,pero no a menos de 1 000 metros.

3. Calima de polvo (clave SYNOP ww: 06),formada por partículas de polvo en suspen-sión que han sido levantadas del suelo poruna tormenta de polvo antes del momentode la observación.

4. Remolinos de polvo (o tolvaneras) (claveSYNOP ww: 08), que son columnas de polvoen rotación que se desplazan con el viento,normalmente a menos de 30 metros dealtura (aunque se pueden extender hasta los300 metros o más). Suelen disiparse trasrecorrer una distancia corta.

Figura 13. El polvolevantado por el vientopuede tener importan-tes efectos de forza-miento en el balanceradiativo

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La erosión eólica tiene lugar cuando la ve-locidad del viento en la superficie del sue-lo es superior a la velocidad umbral nece-saria para arrastrar la partícula de suelomenos estable. La partícula desprendidapuede desplazarse unos cuantos milíme-tros antes de encontrar un lugar más pro-tegido en el paisaje. La velocidad del vien-to necesaria para arrastrar la particularmenos estable se denomina umbral está-tico. Si la velocidad del viento aumenta, elmovimiento del suelo surge y, si la veloci-dad es suficiente, el movimiento del sueloes continuo. Esta velocidad se denominaumbral dinámico.

Cuando la fuerza del viento alcanza el valorde umbral, varias partículas empiezan avibrar. Al aumentar aún más la velocidaddel viento, varias partículas son arrastradasde la superficie al flujo de aire. Cuandoestas partículas chocan contra la superficie,salen despedidas más partículas y se iniciaasí una reacción en cadena. Una vez quesalen despedidas, estas partículas semueven en una de las tres modalidades detransporte según el tamaño, la forma y ladensidad de la partícula. Estas tres moda-lidades se denominan suspensión, salta-ción y reptación. Su tamaño y densidaddeterminan las características del movi-miento de las partículas de arena y polvo.

La suspensión afecta a partículas de polvode menos de 0,1 mm de diámetro y a par-tículas de arcilla de 0,002 mm de diámetro,que son pequeñas en tamaño y ligeras endensidad. Estas partículas finas de polvopueden ser transportadas a alturas de hasta6 km y viajar distancias de hasta 6 000 km.

Las partículas en saltación (a saber, aqué-llas entre 0,01–0,5 mm de diámetro) dejanla superficie, pero son demasiado grandespara estar en suspensión. Las demás par-tículas (es decir, las superiores a 0,5 mm)son transportadas en la modalidad de rep-tación. Estas partículas son demasiadograndes para salir despedidas de la super-ficie y, por lo tanto, ruedan por efecto delviento y de las partículas que chocancontra ellas. Dada la naturaleza de estamodalidad, las partículas rara vez alcanzanmás de 30 cm de altura y casi nuncasuperan los pocos metros de distancia.

Durante la tormenta, las partículas en rep-tación pueden moverse en distancias quevan de pocos centímetros a varios metros;las partículas en saltación viajan de unoscuantos metros a unos cuantos cientos demetros; y las partículas en suspensiónpueden ser transportadas entre variasdecenas de metros y miles de kilómetros.En la cortina de arena y polvo, la fuerza deelevación producida por la corriente deaire que se levanta es potente. Los granosde arena del estrato inferior de la cortinade arena y polvo son partículas gruesas;las partículas de arena del estrato medioson las siguientes en tamaño; y las delestrato superior son principalmentepartículas de polvo en suspensión.

Las partículas de arena, transportadas porsaltación y reptación, se acumulan paraformar dunas cuando el viento las sopla,las escalona y las transporta a unadeterminada distancia.

Mecanismos de las tormentas de arena y polvo

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Incendios forestales, degradación detierras y emisiones atmosféricas

Todas las zonas del mundo con vegetación pade-cen incendios forestales incontrolados. Se estimaque resultan afectadas cada año por los incendios1 015 millones de hectáreas de bosques de laszonas boreal y templada y de otros tipos de tie-rras; 2 040 millones de hectáreas de bosquespluviales tropicales, por actividades de conver-sión de los bosques y fuegos agrícolas descontro-lados; y hasta 500 millones de hectáreas de saba-nas y bosques espesos y ralos tropicales y subtro-picales. El contingente de carbono orgánico delsuelo es dos veces mayor que el presente en laatmósfera, y de dos a tres veces mayor que elacumulado en los organismos vivos de todos losecosistemas de la Tierra. En tales condiciones,uno de los efectos ecológicos y medioambienta-les de los incendios estriba en que éstos son unafuente importante de gases de efecto inverna-dero, causantes del calentamiento de mundial.

A escala mundial, se estima que la quema debiomasa (Figura 14), incluidos los incendios fores-tales incontrolados, produce un 40 por ciento deldióxido de carbono, un 32 por ciento delmonóxido de carbono, un 20 por ciento de laspartículas y un 50 por ciento de los hidrocarburosaromáticos policíclicos, sumamente canceríge-nos, producidos por la totalidad de las fuentes.Los métodos actuales de estimación de lasemisiones mundiales están limitados por la faltade datos precisos sobre la superficie quemada ysobre el combustible disponible para la quema.

Las emisiones procedentes de los incendios sonconsiderables, y contribuyen en gran medida a lasemisiones mundiales brutas de oligogases y departículas a la atmósfera provenientes de todotipo de fuentes. Las emisiones naturales son res-ponsables de una proporción importante de esoscompuestos, en especial de los compuestos orgá-nicos volátiles distintos del metano (COVDM), delmonóxido de carbono (CO) y del óxido nítrico(NO), que determinan las concentraciones de oxi-dantes en la troposfera. El flujo total de COVDM seestima en unos 84x1012 g de carbono (Tg C), quese compone fundamentalmente de isopreno(35 por ciento), otros 19 compuestos terpenoides

(25 por ciento) y 17 compuestos no terpenoides(40 por ciento).

Se ha cuantificado la influencia de los incendiosen las características del suelo (contenido de aguadel suelo, compactación, temperatura del suelo,capacidad de infiltración, propiedades del suelo y,especialmente, contenido de materia orgánica,pH, Ca, Mg, K y Na intercambiables, y P extraíble)de un pastizal semiárido del África austral en dosperíodos de crecimiento (2000/01–2001/02) tras unincendio accidental. La disminución de la cubiertabasal debida a los incendios (incendios frontales)expuso más el suelo a los elementos naturales y,por ende, a un aumento de las temperaturas y dela compactación del suelo que redundan, a su vez,en una disminución del contenido de agua y de lacapacidad de infiltración del suelo.

El cambio climático y la degradación delas tierras

Las actividades humanas –fundamentalmente laquema de combustibles de origen fósil y las alte-raciones de la cubierta terrestre– están modifi-cando la concentración de propiedades o compo-nentes atmosféricos de la superficie de la Tierraque absorben o dispersan energía radiante. Enparticular, el aumento de la concentración degases de efecto invernadero (GEI) y de aerosolescontribuye muy considerablemente a los cambiosclimáticos observados en el siglo XX (Figura 15),

Figura 14. Los incendios son fuentes importantes de gasesde efecto invernadero

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y se espera que contribuya a ulteriores cambiosclimáticos durante el siglo XXI y posteriormente.Estas variaciones de la composición atmosféricaalterarán probablemente las temperaturas, losregímenes de precipitación, el nivel del mar, losfenómenos extremos, y otros aspectos del climade los que dependen el medio ambiente natural ylos sistemas humanos.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertossobre el Cambio Climático (IPCC), creado por laOMM y el PNUMA, los ecosistemas están sujetosa numerosas presiones (por ejemplo, los cam-bios de uso de la tierra, la demanda de recursos,la evolución demográfica); su extensión y pautasde distribución están cambiando, y los paisajesse están fragmentando cada vez más. El cambioclimático constituye un elemento de presión adi-cional que podría modificar o poner en peligrolos ecosistemas y los múltiples bienes y serviciosque aquéllos proporcionan. Las propiedades yprocesos del suelo –en particular la descomposi-ción de la materia orgánica, la lixiviación y losregímenes hídricos del suelo– resultarán influi-dos por el aumento de la temperatura. La erosióny degradación del suelo agravarán probablemen-te los efectos perjudiciales de la subida de latemperatura del aire sobre el rendimiento de loscultivos. El cambio climático puede acentuar laerosión en algunas regiones por efecto de lasfuertes lluvias y del aumento de la velocidad delviento.

La degradación de la tierra y el cambio climáticoprovocado por el CO2 siguen estando inextrica-blemente relacionados, debido a los efectos recí-procos entre la degradación de la tierra y la preci-pitación. El cambio climático podría intensificarla degradación de la tierra al alterar las pautas

espaciales y temporales de la temperatura, de laprecipitación, de la radiación solar y de los vien-tos. Varios modelos climáticos sugieren que elfuturo calentamiento de la Tierra puede reducir lahumedad del suelo en extensas superficies depastizales semiáridos de América del Norte yAsia. El cambio climático acentuará probable-mente la degradación de las tierras semiáridasque traerá aparejada la rápida expansión de lapoblación en el próximo decenio. Según las pre-visiones, las tierras desérticas aumentarán en un17 por ciento como consecuencia del cambioclimático previsto, y se duplicará el contenidoatmosférico de CO2.

Los recursos hídricos están indisolublemente liga-dos al clima, de modo que el cambio climáticomundial repercutiría gravemente en ellos y en eldesarrollo regional. El cambio climático –enespecial los cambios de la variabilidad del climaen términos de sequías y crecidas– complicaráaún más estos problemas. Las mayores repercu-siones seguirán recayendo sobre los más pobres,que son los que menos acceso tienen a los recur-sos hídricos. Las variaciones de las precipitacio-nes y el aumento de la evaporación podrían tenergraves consecuencias en algunos lagos y embal-ses. Ciertos estudios demuestran que, en elpaleoclima de África y en el clima actual, la varia-bilidad del clima altera el volumen de almacena-miento en lagos y embalses, que en muchos ca-sos se desecan completamente. Además, esosestudios demuestran que en el régimen climáticoactual algunos humedales y lagos de gran tama-ño presentan un delicado equilibrio entre el flujode agua entrante y saliente, hasta el punto deque un aumento de la evaporación del 40 porciento podría reducir sustancialmente la salidade agua.

Todos los forzamientos

1850 1900 1950 2000-1,0

-0,5

0,0

0,5

1,0

Anom

alía

sde

late

mpe

ratu

ra(°

C)

modeloobservaciones

Forzamientos de origen humano

Anom

alía

sde

late

mpe

ratu

ra(°

C)

1850 1900 1950 2000-1,0

-0,5

0,0

0,5

1,0 modeloobservaciones

Forzamientos naturales

Anom

alía

sde

late

mpe

ratu

ra(°

C)

-1,0

-0,5

0,0

0,5

1,0

1850 1900 1950 2000

modeloobservaciones

Figura 15 . La compa-ración de la tempera-tura media simuladade la superficie de laTierra con datosprovenientes de medi-ciones puede contri-buir a la comprensiónde las causas subya-centes de los cambiosmás importantes; laadición calculada delos efectos de forza-miento producidos porel hombre más losnaturales se asemeja alos resultados deobservaciones reales(IPCC, 2001)

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La frecuencia de los transportes episódicos por elviento y por el agua desde tierras áridas aumen-tará también probablemente en respuesta a loscambios previstos del clima mundial. Un menornivel de humedad del suelo y una cubierta vegetalmás rala harían el suelo más susceptible a laerosión eólica. La disminución del aporte demateria orgánica y una mayor oxidación de lamateria orgánica del suelo podrían reducir lacapacidad de retención de agua a largo plazo,agravando con ello el problema de la desertifica-ción. Además, el aumento de la erosión eólicaincrementa la cantidad de polvo mineral transpor-tado por el viento, que a su vez puede intensificarla absorción de radiación en la atmósfera.

El secuestro de carbono como atenuadordel cambio climático y como frenoa la degradación de la tierra

El contingente de carbono orgánico del suelo(COS) a profundidades de hasta 1 m se sitúa entrelas 30 toneladas por hectárea en climas áridos ylas 800 toneladas por hectárea en suelos orgáni-cos de regiones frías. La conversión de los ecosis-temas naturales en ecosistemas agrícolas agotaen hasta un 60 por ciento el contingente de COSen las regiones templadas, y en un 75 por ciento omás en los suelos cultivados de los trópicos. Esadisminución es aún mayor cuando la salida decarbono (C) supera la al aporte, y cuando la degra-dación del suelo es acentuada.

El secuestro de carbono implica la transferenciade CO2 de la atmósfera a contingentes de largapervivencia y su almacenamiento seguro, de mo-do que no sea reemitido inmediatamente. Asípues, el secuestro de carbono del suelo estriba enincrementar las reservas de COS y de carbonoinorgánico del suelo mediante un uso razonablede la tierra y unas prácticas de gestión recomen-dadas. Algunas de esas prácticas son el cultivocon superficie protegida, el laboreo de conserva-ción, la agrosilvicultura y distintos sistemas decultivo, los cultivos de cubierta y la gestión inte-grada de nutrientes, en particular mediante el usode estiércol, abono orgánico o biosólidos, elpastoreo mejorado, y la gestión forestal.

La capacidad potencial de los ecosistemas gestio-nados como sumideros de carbono es aproxima-damente igual a la pérdida histórica acumuladade C, que se estima en 55 a 78 gigatoneladas (Gt).Compensando las emisiones de combustibles deorigen fósil con un mayor potencial de COSpueden obtenerse numerosos beneficios biofísi-cos y sociales. Un incremento de una tonelada decarbono en los suelos de cultivo degradadospuede mejorar el rendimiento de los cultivos en20–40 kg por hectárea en el caso del trigo, en10–20 kg por hectárea en el caso del maíz, y en0,5–1 kg por hectárea en los cultivos de frijol, ypodría mejorar la seguridad alimentaria mundial.

Estudio de las interacciones entreel clima y la degradación de la tierra:el papel de la OMM

La OMM es el organismo de las Naciones Unidasespecializado en meteorología e hidrología opera-tiva. La OMM presta apoyo a los Servicios Meteo-rológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) desus 187 Estados Miembros y Territorios en suscometidos de observar y comprender el tiempo yel clima y de prestar servicios meteorológicos yservicios similares en apoyo de las necesidadesnacionales. Estas necesidades están vinculadas,especialmente, a la protección de la vida y de losbienes, a la protección del medio ambiente, y a lacontribución al desarrollo sostenible.

Los programas científicos de la OMM han sidoesenciales para mejorar nuestro conocimiento delsistema climático. Las observaciones sistemáticas(Figura 16) realizadas con métodos estándar hanproporcionado datos a escala mundial para elanálisis, investigación y modelización de la at-mósfera y de las pautas cambiantes de sus siste-mas meteorológicos. La OMM coordina una redmundial de adquisición e intercambio de datos deobservación en el marco del Sistema Mundial deObservación de su Programa de la Vigilancia Me-teorológica Mundial (Figura 17). El sistema integraunas 10 000 estaciones en tierra, 1 000 estacionesde observación en altitud, 7 000 buques, unas3 000 aeronaves que proporcionan a diario másde 150 000 observaciones y una constelación de16 satélites meteorológicos, medioambientales,

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operativos y de investigación (Figura 18). La OMMcoordina asimismo una red de tres Centros Me-teorológicos Mundiales, 35 Centros Meteoroló-gicos Regionales Especializados y 187 CentrosMeteorológicos Nacionales. Los programas deobservación especializados, incluidos los queexaminan los componentes químicos de la atmós-fera y las características de los océanos y sus cir-culaciones, han permitido comprender mejor lasinteracciones entre los distintos ámbitos del siste-ma climático (atmósfera, océanos, superficie te-rrestre y criosfera), así como la variabilidad delclima y el cambio climático.

La OMM ayuda, en concreto, a comprender mejorlas interacciones entre el clima y la degradación

de las tierras por medio de observaciones dedica-das exclusivamente al sistema climático; a mejo-rar la aplicación de métodos agrometeorológicosy a una evaluación y gestión adecuadas de losrecursos hídricos; a realizar progresos en la cien-cia y predicción del clima; y a fomentar la creaciónde capacidad con objeto de aplicar la informacióny los datos meteorológicos e hidrológicos a laprevención y gestión de las sequías. En este con-texto, la OMM seguirá abordando el problema dela degradación de la tierra mediante sus Pro-gramas de Meteorología Agrícola, de Hidrología yRecursos Hídricos, y otros programas científicos ytécnicos, con los objetivos siguientes:

a) Abogar por una mejora de los sistemas deobservación a nivel nacional, regional e inter-nacional. La OMM se compromete a colabo-rar con las Partes en la CLD para mejorar lossistemas de observación del tiempo, delclima y de los recursos hídricos, con el fin deresponder a las necesidades de laConvención y de ayudar a los países endesarrollo a participar más a fondo en larecopilación y utilización de esas observacio-nes, en cumplimiento de los compromisoscontraídos en el marco de esa Convención. Aeste respecto, sería interesante examinar lasdecisiones de la Conferencia de las Partes enla Convención Marco de las Naciones Unidassobre el Cambio Climático (CMCC) referentesa los sistemas de observación del clima, asícomo el programa de cursillos regionalesque ha desarrollado y está aplicando endistintas partes del mundo la Secretaría delSistema Mundial de Observación del Clima(SMOC), copatrocinada por la OMM.

b) Promover sistemas eficaces de alertatemprana, que constituyen también mecanis-mos esenciales e importantes de luchacontra la degradación de las tierras. Comolos fenómenos meteorológicos e hidrológi-cos peligrosos están vinculados a la variabili-dad del clima, son necesarias evaluacionesperiódicas y afirmaciones fiables sobre lainterpretación y aplicabilidad de los datos deobservación con el fin de estudiar la variabi-lidad del clima y de implementar un sistemade alerta sobre el clima que permita a losSMHN emitir alertas tempranas sobre la

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0

2

4

6

8

10

Nov Oct Sep Aug

0

2

4

6

8

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Nov Oct Sep Aug

CENTRO DE SATÉLITES

METEOROLÓGICOS

SATÉLITE GEOESTACIONARIO SATÉLITE

DE ÓRBITA POLAR

RADAR METEOROLÓGICO

ESTACIÓN DE OBSERVACIÓN

EN ALTITUD

ESTACIÓN SATELITAL EN TIERRAESTACIÓN DE

SUPERFICIE

ESTACIÓN AUTOMÁTICA

BOYAS DE DATOS

OCEÁNICOSBUQUE

METEOROLÓGICO

AERONAVE

ORGANIZACIONES DE PREVENCIÓN DE DESASTRES

MEDIOS DE DIFUSIÓN Y PÚBLICO

EN GENERAL

AGRICULTURA

RECURSOS HÍDRICOS

TRANSPORTES ESPARCIMIENTO Y

TURISMO

CONSTRUCCIÓN

SERVICIOS ELÉCTRICOS Y ENERGÍA

SALUD Y MEDIO AMBIENTE

PREDICCIÓN NUMÉRICA DEL TIEMPO

VIGILANCIA METEOROLÓGICA DE ZONA

INTERPRETACIÓN FORMULACIÓN

DE LAS PREDICCIONES ESPECIALES DESTINADAS AL USUARIO

PREDICCIONES A MUY CORTO PLAZO, PREDICCIONES INMEDIATAS Y

AVISOS

SISTEMA AUTOMATIZADO DE EDICIÓN DE DATOS Y CONMUTACIÓN

ARCHIVOS

DATOS Y ADVERTENCIAS CLIMATOLÓGICAS

COMPUTACIÓN CENTRAL

PREDICCIÓN NUMÉRICA

DEL TIEMPO

Figura 16. Sistemasbásicos de la OMM

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inminencia de importantes anomalías climá-ticas. Empieza a ser posible emitir alertassobre desastres relacionados con el climacon semanas e incluso estaciones de antela-ción. El Programa Mundial sobre el Clima dela OMM seguirá emitiendo declaracionesperiódicas sobre el estado de El Niño o LaNiña que, por conducto de los SMHN,pueden alertar a los gobiernos para que sepreparen contra los efectos de las anomalíasrelacionadas con El Niño, que pueden provo-car diversos tipos de desastres. La OMMdesempeñó una función activa en las activi-dades del Grupo de expertos ad hoc sobresistemas de alerta temprana, creado por elComité de Ciencia y Tecnología (CCT) de laCLD. Algunas de las principales recomenda-ciones del Grupo consisten en: realizar unanálisis crítico del comportamiento de lossistemas de alerta temprana, vigilancia yevaluación; mejorar los métodos y metodolo-gías para la predicción de sequías y para lavigilancia de la desertificación; y desarrollarmecanismos que faciliten el intercambio deinformación, particularmente en materia deredes subregionales y nacionales. El nuevoPrograma de la OMM de prevención de losdesastres naturales y atenuación de sus efec-tos permitirá consolidar esos esfuerzos enmateria de alertas tempranas y adoptar

nuevas iniciativas en ese ámbito, en colabo-ración con otras organizaciones.

c) Mejorar todavía más la capacidad de predic-ción del clima mediante el Proyecto sobreVariabilidad del Clima (CLIVAR) del ProgramaMundial de Investigaciones Climáticas(PMIC). Empieza a ser posible predecir ElNiño y sus efectos con un grado de eficaciarazonable y con unas cuantas estaciones deantelación. A este respecto, la OMM estáampliando la ejecución de su Proyecto sobre

Figura 17. Coberturatípica de las observa-ciones de superficie

850 km

PUNTO SUBSATELITAL

GOMS (Federación de Rusia)

76°E

MSG (EUMETSAT) 0°Longitud

ENVISAT/ERS-2 METEOR 3M N1 SPOT-5

METEOR 3M (Federación de Rusia)

Aqua QuickScat TRMM

FY-1/3 (China)

GMS-5/MTSAT-1R (Japón)

140°E

FY-2/4 (China) 105°E

Metop (EUMETSAT)

NPOESS (EE.UU.)

GPM ADEOS II GCOM

GOES-R (EE.UU.)

75°W

METEOSAT (EUMETSAT)

63°E

GOES-R (EE.UU.) 135°W

Terra NPP Jason-1 Series Okean

ÓR

BIT

AG

EO

ESTACIONARIA

Órb

ita

I &D

ral

op

atibr

Ó

COMSAT-1 (República de Corea)

120°E

INSATs (India) 83°E

35 800 km

Otras misiones oceanográficas de�I & D de uso de latierra, de química �atmosférica e hidrológicas

Figura 18. Sistema deobservación espacial

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Servicios de Información y Predicción delClima (CLIPS), concebido para promover eluso de los servicios de información y predic-ción del clima, la creación de capacidad, la in-vestigación multidisciplinaria y el desarrollode nuevas aplicaciones. Las predicciones alargo plazo de sequía consensuadas que seformularon en varios foros regionales sobrela evolución probable del clima, organizadosen distintas partes del mundo con el apoyoactivo de la OMM, proporcionan a las autori-dades nacionales competentes informaciónútil sobre alertas tempranas (Figura 19).

d) Evaluar la vulnerabilidad y analizar lascausas de peligro mediante el uso de losconocimientos sobre la vulnerabilidad a nivellocal, regional y nacional, que son un factorimportante para evaluar la idoneidad de lasalertas tempranas. Para evaluar esos distin-tos grados de vulnerabilidad es útil vincularlas bases de datos sobre el tiempo, el clima ylos desastres y los distintos tipos de desas-tres meteorológicos e hidrológicos. A esterespecto, se está realizando en Chile unproyecto piloto que relaciona el clima con lasbases de datos sobre desastres causados porcrecidas, con el apoyo de la OMM y pormedio del Programa Mundial sobre el Clima,como parte de las actividades de los Gruposde trabajo sobre clima y desastres y sobreevaluación de la vulnerabilidad a los riesgosy del impacto, del Equipo de Trabajo Inter-

institucional para la Reducción de Desastres.Es éste, pues, un instrumento importantepara la comunicación de riesgos entre losresponsables de políticas y las comunidades.La OMM seguirá ayudando a desarrollar ygestionar las bases de datos sobre el climaque sean de interés mediante proyectos derescate de datos y de gestión de bases dedatos sobre el clima.

e) Implementar aplicaciones de gestión de ries-go que combatan la sequía y atenúen losefectos de las crecidas. A este respecto, lacartografía de los fenómenos de riesgo, lazonificación agroclimática adecuada y elestablecimiento de alianzas son instrumen-tos fundamentales para planificar el uso de latierra y las medidas de preparación. Variosequipos de expertos establecidos por laComisión de Meteorología Agrícola (CMAg)de la OMM examinan esas cuestiones deforma crítica y publican informes de orienta-ción para los usuarios. En el ámbito de lapredicción y gestión de crecidas, el Programade Hidrología y Recursos Hídricos de la OMMestá ejecutando el Programa Asociado deGestión de Crecientes (APFM), en colabora-ción con la Asociación Mundial del Agua, enel marco de la gestión integrada de los recur-sos hídricos. En distintas partes del mundose están creando proyectos a ese respectopara proporcionar orientaciones sobre eldesarrollo de sistemas de apoyo a la gestiónsostenible de las tierras y a la zonificaciónagroclimática.

f) Contribuir activamente a la aplicación de laEstrategia Internacional para la Reducción deDesastres (EIRD) de las Naciones Unidas.Cabe señalar que la capacidad de la sociedadpara hacer frente y adaptarse al cambioclimático dependerá en gran medida de sucapacidad para evaluar cómo y cuándo esprobable que cambien las pautas meteoroló-gicas y climáticas, para predecir las fluctua-ciones continuas del riesgo y de la vulnerabi-lidad de las comunidades, y para elaborarestrategias de adaptación que mejoren lacapacidad de recuperación y la resistencia dela comunidad cuando se cierna sobre ella un

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Figura 19. Una proyec-ción típica del climaproducida por elCentro de predicción yde aplicaciones climá-ticas del IGAD, patro-cinado por la OMM

Más que normalNormalMenos que normal

Porcentaje de probabilidad:

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Para realizar evaluaciones de calidad ytomar decisiones respecto de las interac-ciones entre el clima y fenómenos como lasequía y la desertificación, los desastresnaturales, la deforestación y los fenómenosextremos, y para evaluar sus respectivasrepercusiones socioeconómicas, los cien-tíficos han de analizar e integrar tipos muydiferentes de conjuntos de datos espacialesy temporales procedentes de muchas disci-plinas distintas. Estas disciplinas van desdela botánica, las ciencias agrícolas y las cien-cias del suelo hasta la meteorología, pasan-do por una amplia gama de conocimientosy técnicas que cada una de ellas ha desa-rrollado en los últimos decenios. Los con-juntos de datos que utilizan estos científicospueden ir desde los mapas zonales digita-lizados de los tipos de suelo, el uso de latierra y diversos datos obtenidos porteledetección desde satélites hasta losconjuntos de datos puntuales de laprecipitación, la temperatura y la altura.

La cartografía agroclimática y la zonifica-ción agroecológica son algunas de lasmetodologías que pueden utilizarse paraanalizar estos distintos conjuntos de datos.En el decenio pasado, se crearon sistemasde información geográfica (SIG) comoayuda a este tipo de análisis. Los SIG sonun sistema informático que permite a losusuarios recopilar, gestionar, archivar,analizar y manipular grandes volúmenes dedatos con referencias espaciales y atributosconexos. Los datos están referenciadossegún las coordenadas geográficas de suselementos (latitud y longitud). Es útilconsiderar los SIG como un proceso másque como un objeto. Los SIG suelenutilizarse para analizar los datos obtenidospor teledetección desde satélites.

Los esfuerzos por adoptar las tecnologías ylos instrumentos más novedosos, talescomo la teledetección, los SIG, las medicio-nes en superficie y las aplicaciones de lamodelización para generar mapas agrocli-máticos combinados contribuyen ya a alestablecimiento de sistemas de producciónde cultivos sostenibles y más eficientes res-pecto de los cultivos y recursos humanoslocales. Las predicciones de la vulnerabili-dad a la variabilidad del clima y la evalua-ción de los riesgos se incluyen en esosanálisis como instrumentos importantespara la gestión de las explotacionesagrícolas y la adopción de decisiones. Seestán realizando investigaciones paraaplicar estas metodologías a la gestiónsostenible de las tierras, la conservación dela biodiversidad y la evaluación de lospotenciales específicos de las distintasrealidades agrícolas.

Instrumentos analíticos de la cartografía agroclimática

Zonas medioambientalmente sensibles a ladesertificación en Cerdeña (Montroni y Canu, 2005)

P – Potencial

F1 – Frágil

F2 – Frágil

F3 – Frágil

C1 – Crítico

C2 – Crítico

C3 – Crítico

No clasificado

N – No amenazado

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nuevo desastre. La OMM dirige el Grupo detrabajo de la EIRD sobre clima y desastres.

g) Apoyar el fortalecimiento de las capacidadesde las Partes y de las instituciones regionalesque llevan programas de lucha contra lasequía, y fomentar la colaboración con otrasinstituciones en regiones propensas a lasequía y a la desertificación, con especialatención a África, Asia, América Latina y elCaribe, y la región del Mediterráneo septen-trional, todas las cuales figuran en losAnexos de la Convención relativos a la apli-cación por regiones. En África, son ejemplosde ese tipo de instituciones el CentroAGRHYMET y el Centro Africano deAplicaciones de la Meteorología al Desarrollo(ACMAD), ambos en Niamey, Níger, el Centrode predicción y de aplicaciones climáticas delIGAD, y los Centros de la OMM de Control dela Sequía en África oriental y meridional,ubicados en Nairobi, Kenya, y Harare,Zimbabwe, respectivamente, y que cuentancon el apoyo de la OMM. Con el fin de mejo-rar la creación de capacidad para desarrollarplanes de acción nacionales en el marco de laConvención, la OMM organizó en Beijing,China, en mayo de 2001, y en Antigua yBarbuda, en abril de 2004, seminarios itine-rantes sobre la aplicación de datos climáticosa la lucha contra la desertificación, a la prepa-ración frente a las sequías y a la gestión deuna agricultura sostenible.

Perspectivas para el futuro

La definición de degradación de la tierra adoptadapor la CLD otorga especial importancia a los fac-tores climáticos que contribuyen a la degradaciónde los suelos, pero no existe ningún esfuerzo

concertado a escala mundial para vigilar sistemá-ticamente los efectos de diferentes factores climá-ticos en la degradación de las tierras en diferentesregiones y para diversos niveles de degradación.Por ello, hay que vigilar con carácter urgente lasinteracciones entre el clima y la degradación de lastierras. Para comprender mejor estas interaccio-nes, es también importante identificar las fuentesy sumideros de carbono de las tierras secas, asícomo los aerosoles y oligogases en esas mismastierras. Esto se puede lograr de modo eficazmediante las redes de vigilancia del clima a nivelregional. Estas redes podrían también contribuir amejorar la aplicación de predicciones climáticasestacionales a una gestión más eficaz de las tierrassecas.

En muchas áreas, algunas de ellas situadas enregiones con graves problemas de degradación dela tierra, la red meteorológica básica y las instala-ciones de observación adolecen de grandes defi-ciencias. La más grave y generalizada es la falta deinformación sobre la intensidad de las precipita-ciones de lluvia. La OMM está adoptando medidaspara facilitar el desarrollo de sistemas de alertatemprana y, a tal fin, organiza el desarrollo deinstrumentos adecuados y de cálculos estadísti-cos. La OMM coordina, asimismo, los esfuerzosque realizan sus Miembros para investigar el usode datos procedentes de satélites meteorológicosque mejoren los conocimientos sobre las condi-ciones meteorológicas que influyen en la degrada-ción de las tierras, sobre todo en zonas insuficien-temente abarcadas por las observaciones a niveldel suelo. A la OMM, en representación de sus 187Miembros, le complace participar en el esfuerzopor comprender mejor el papel del clima en ladegradación de las tierras y, a tal fin, colabora condiversas organizaciones regionales, nacionales einternacionales y con la sociedad civil para comba-tir y frenar la degradación de las tierras.

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conservación de los suelos – gestión de la tierra – predicción de crecidas – seguridad alimentaria

Organización Meteorológica MundialPara obtener mayor información sobre la OMM, sírvase ponerse en contacto con:

Oficina de Comunicación y de Relaciones Públicas de laOrganización Meteorológica Mundial

7bis, avenue de la Paix - Case postale 2300 - CH-1211 Genève 2 - SuizaTel.: (+41-22) 730 83 14 - 730 83 15 - Fax: (+41-22) 730 80 27

Correo electrónico: [email protected] - Sitio Web: www.wmo.int

Para obtener mayor información, sírvase ponerse en contacto con:Departamento del Programa Mundial sobre el Clima

Organización Meteorológica Mundial7bis, avenue de la Paix - Case postale 2300 - CH-1211 Genève 2 - Suiza

Tel.: (+41-22) 730 83 80 - Fax: (+41-22) 730 80 42Correo electrónico: [email protected] - Sitio Web: http://www.wmo.int/web/wcp/agm/agmp.html

El clima y la degradación de las tierras

OMM-N° 989

2006

información climatológica – conservación de los recursos – gestión sostenible de la tierra