el universo del español bonaerense lucía escriche
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SociolingüísticaTRANSCRIPT
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LUCA ESCRICHE CLEMENTE
EL UNIVERSO
DEL ESPAOL BONAERENSE
EN CLASE DE ELE
TUTOR: ANTONIO TORRES TORRES
Mster Experto en espaol como lengua
extranjera en mbitos profesionales
Departamento de Filologa hispnica
Universidad de Barcelona
Junio de 2012
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AGRADECIMIENTOS:
A mi tutor Antonio Torres, por sus sabias enseanzas y su constante ayuda.
A mis padres y a mi hermano, por creer en m y por su apoyo inquebrantable.
A M Julia, ejemplo de esfuerzo y superacin.
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NDICE
1. Introduccin .......................................................................................................... 7
2. El habla dialectal ................................................................................................. 11
3. La geografa en el mundo hispnico................................................................... 15
4. La historia del espaol......................................................................................... 15
5. La sociedad en Amrica....................................................................................... 19
6. Situacin lingstica en Hispanoamrica ........................................................... 21
6.1 El espaol en Amrica ............................................................................ 21
6.2 Contacto lingstico entre el espaol
y las lenguas amerindias......................................................................... 22
7. Divisin dialectal del espaol en Amrica .......................................................... 26
8. El espaol bonaerense ......................................................................................... 27
8.1 Situacin lingstica de Argentina......................................................... 28
8.2 Localizacin geogrfica de Argentina ................................................... 32
8.3 Historia y sociedad de Argentina .......................................................... 33
8.3.1 Inmigracin masiva en Argentina ................................................ 38
8.4 El espaol bonaerense: una modalidad muy particular ..................... 39
8.5 Caractersticas generales del espaol bonaerense ............................... 43
8.5.1 Plano fnico ..................................................................................... 44
8.5.2 Plano gramatical ............................................................................. 45
8.5.3 Plano lxico ..................................................................................... 49
8.5.3.1 Vocabulario de origen hispnico ......................................... 49
8.5.3.2 Vocabulario procedente de otras lenguas europeas ............. 50
8.5.3.3 Vocabulario de origen indgena o africano .......................... 50
8.5.3.4 Lenguaje popular y expresiones idiomticas ....................... 51
8.6 La literatura bonaerense .......................................................................... 52
9. La variacin diastrtica ......................................................................................... 55
10. La variacin diafsica ......................................................................................... 60
10.1 El registro coloquial ............................................................................. 62
11. Lengua oral y lengua escrita ............................................................................... 64
12. La importancia de la pragmtica en la eleccin del lenguaje ........................... 68
12.1Mximas de cooperacin ........................................................................ 70
12.2Teora de la relevancia ........................................................................... 70
12.3El principio de cortesa........................................................................... 71
12.4La atenuacin .......................................................................................... 72
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12.4.1 Procedimientos de atenuacin lingstica ................................... 73
12.5La intensificacin .................................................................................... 74
12.6Los conectores pragmticos o marcadores del discurso ..................... 74
13. Anlisis prctico .................................................................................................. 79
13.1 El cine argentino en clase de ELE, un mundo de posibilidades ........... 81
13.1.1 La historia argentina a travs del cine .......................................... 81
13.1.1.1 La historia oficial ......................................................... 82
13.1.1.1.1 Argumento .................................................... 82
13.1.1.1.2 Aspectos lingsticos .................................... 86
13.1.2 El habla coloquial bonaerense
a travs del cine: Luna de Avellaneda ...................................... 89
13.1.2.2 Aspectos lingsticos ....................................................... 90
13.2 Un tesoro musical argentino: la milonga y el tango ............................ 96
13.3 Un ejemplo significativo de la literatura argentina: Ernesto Sbato103
13.4 Ejemplos de conversacin real: La entrevista formal y coloquial ... 106
13.4.1 El registro formal en la conversacin:
entrevista a Ernesto Sbato ......................................................... 106
13.4.2 Ejemplo real de una conversacin coloquial .............................. 110
14. Conclusiones ...................................................................................................... 115
15. Bibliografa ........................................................................................................ 119
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1. Introduccin
El presente trabajo pretende realizar un estudio de la variedad lingstica de Buenos
Aires, modelo irradiador de lengua en Argentina, dentro de un contexto de enseanza de
espaol para extranjeros.
La razn principal que nos mueve a ello se basa en que el estudio de una lengua
extranjera se enriquece cuando aumentan las posibilidades de acceso del estudiante a un
mayor nmero de modalidades de una misma lengua. Es posible que el estudiante no
viaje al pas donde aparece esta variedad de lengua. Sin embargo, cada vez ms, debido
a este mundo globalizado que nos ha tocado vivir y a la difusin de nuevos medios de
comunicacin, tales como internet, el estudiante puede tener acceso a la variedad
bonaerense a travs de numerosas vas desde cualquier punto del planeta e, incluso,
cabe la posibilidad de que el aprendiente tenga contacto real con un hablante de esta
modalidad lingstica, debido a la creciente movilidad de personas por los distintos
pases del mundo.
Pese a que el estudiante de una lengua extranjera tiene, normalmente, un acceso a la
variedad general o estndar del espaol dentro del aula, lo cierto es que esa variedad
estndar es ficticia, esto es, la delimitacin del espaol estndar se debe a un acuerdo de
adhesiones y exclusiones que influye sobre lo que se debe ensear en el aula de ELE. Sin
embargo, la realidad con la que se va a encontrar el estudiante en el exterior es una
realidad lingstica muy diferente: existe unidad en la diversidad (Moreno Fernndez
2009: 29). Esta constatacin implica que el espaol est conformado por numerosas
variedades que enriquecen la lengua y la llenan de valor patrimonial.
Por otra parte, el alumno comprobar, fuera del aula, que el nivel sociocultural de un
individuo es otro factor extralingstico que influye en la variacin de la lengua, hecho
que constatar el diverso modo de hablar de los miembros de una misma comunidad de
hablantes.
Asimismo, dentro de una variedad regional concreta, el estudiante comprobar que,
motivado por el contexto situacional, el hablante utiliza la lengua de modo diverso
adaptndola a las convenciones sociales de su cultura. Cada comunidad lleva a cabo
estas variaciones de un modo concreto, modo que el estudiante deber aprender para
realizar un uso adecuado de la lengua, ya que el alumno necesita conocer, adems de
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herramientas tales como la gramtica, las reglas conversacionales que le permitan
dominar la lengua lo suficiente como para poder conseguir una comunicacin correcta y
libre de errores por el contexto situacional.
Esta capacidad del hablante nos la proporciona la pragmtica. Dicha disciplina resulta
realmente til para el estudiante que desea profundizar en cmo interactan los
hablantes en una conversacin, y qu hay ms all de sus palabras, esto es, qu es
exactamente lo que el emisor est comunicando con su intervencin, ya que en un acto
comunicativo, cualquier gesto o palabra puede incorporar una gran carga semntica,
incluyendo ms de un significado.
La dificultad reside en el hecho de que la pragmtica no es universal. Las normas de
interaccin que son aceptadas en una comunidad de habla pueden no serlo en otra. Se
trata de una convencin que alcanza cada grupo de hablantes dependiendo de elementos
lingsticos y extralingsticos que interactan. Los factores extralingsticos que
determinan las reglas de actuacin dentro del acto comunicativo dependen de las
caractersticas propias de cada sociedad.
Pero volvamos al hecho de presentar una modalidad de lengua concreta, en nuestro caso
la bonaerense, en el aula de espaol para extranjeros. El alumno debe ser consciente de
la gran diversidad fontica, gramatical y, sobre todo, lxica que conforma nuestra
lengua. Como es lgico, es imposible pensar que el estudiante de una segunda lengua
puede controlar todas las modalidades de esta; sin embargo, el profesor debe tratar de
que el alumno ample, en lo posible, el conocimiento de la gran riqueza que conforma el
mbito lingstico del mundo hispnico.
A lo largo de la historia de una lengua, esta va desmembrndose en diversas
modalidades, las cuales, a su vez, se desarrollan y evolucionan en cada lugar de un
modo concreto. Esta evolucin se produce debido a diversos factores, adems del
histrico, como el geogrfico, el histrico, el social, el situacional, etc. Este hecho
provoca la necesidad de conocer la historia de los pueblos que usan las distintas
modalidades lingsticas, las caractersticas de sus hablantes y el tipo de organizacin
social de estos, la geografa en la que se desarrolla una variedad, etc.
Asimismo, el acceso a la cultura que conforma esa sociedad es esencial para conocer
una variedad de lengua concreta. Nuestro objetivo principal es la lengua, pero la lengua
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como parte indivisible de la cultura de un pueblo. Por lo tanto, se hace indispensable la
introduccin en clase de ELE de las distintas modalidades del espaol acompaadas de la
cultura de la sociedad que las utiliza.
Debido a que la lengua forma parte de la cultura de una sociedad, la inclusin de
aspectos culturales en el aula no har sino complementar y favorecer el aprendizaje de
la lengua. El estudio de un segundo idioma acompaado de su cultura correspondiente
aviva el inters en el alumno, debido a que este tiene acceso a situaciones reales de
lengua y ello provoca una mayor consciencia de la utilidad del estudio y conocimiento
de esta.
Con respecto a la organizacin de este trabajo, este se divide, principalmente, en dos
grandes bloques; por un lado, una presentacin terica que pretende clarificar cules son
los factores extralingsticos que provocan la variacin en la lengua, adems de una
exposicin de cmo han influido estos factores en la modalidad bonaerense y cules han
sido las circunstancias que han llevado al desarrollo y evolucin del espaol en este
territorio del mbito hispanohablante. Realizaremos, en estas pginas, un recorrido a lo
largo de la historia de esta variedad y de sus gentes, estudiaremos cundo llegaron los
primeros colonizadores al territorio austral de Hispanoamrica, qu situacin lingstica
se encontraron los espaoles al otro lado del ocano Atlntico y, en concreto, en
Argentina, adems de conocer qu ocurri con las lenguas indgenas que all se
hablaban antes de la llegada de Coln y qu situaciones de contacto se dieron entre el
espaol y las lenguas amerindias.
Por otro lado, en el segundo bloque llevaremos a cabo un anlisis de diversos
documentos, audiovisuales, donde aparece la variedad bonaerense dentro de su mbito
cultural. El objetivo de este anlisis ser el de probar la utilidad de dichos documentos
en la presentacin de la modalidad portea en el aula de ELE y, asimismo, justificar las
ventajas que ofrece el hecho de completar la introduccin de una modalidad de lengua
con su contexto cultural.
Primeramente nos centraremos en el mundo del cine argentino. Como muestra de este
gnero analizaremos dos largometrajes cuya funcin dentro del aula ser diferente: en la
primera pelcula orientaremos la atencin al argumento, que repasa la historia reciente
del pas, mientras que en la segunda nuestro objetivo principal ser el plano lingstico.
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Seguidamente analizaremos la letra de dos piezas musicales que nos ayudarn a conocer
el lenguaje del tango, principalmente, el lunfardo, y, a continuacin, una novela del
siglo XX nos servir como muestra de la riqueza literaria de este pas, adems de ser un
ejemplo ptimo para tener un primer contacto con la lengua literaria de Argentina.
Por ltimo, analizaremos dos conversaciones reales muy diferentes: la primera, dentro
del registro formal del mbito periodstico, y la segunda, una conversacin entre
hablantes con relacin de simetra, esto es, un acto comunicativo entre iguales dentro de
la jerarqua social. Este ltimo anlisis pondr de relieve las diferencias pragmticas y
lingsticas que existen entre los dos contextos situacionales.
Todo ello persigue el objetivo de presentar documentos que podran ser de gran ayuda
al profesor a la hora de introducir la modalidad bonaerense en la clase de espaol para
extranjeros.
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2. El habla dialectal
En este apartado nos centraremos en estudiar por qu hablamos de variedades del
espaol y qu factores determinan que una lengua se pueda presentar en distintas
modalidades.
Como afirma Francisco Moreno Fernndez (2009), todas las lenguas naturales del
mundo aparecen en distintas manifestaciones debido a varios factores determinantes: la
historia, la geografa, la sociedad y, en menor medida, las situaciones comunicativas. Es
por ello por lo que la lengua espaola tambin experimenta esta situacin de cambio que
origina distintas variedades. Adems, el espaol es la lengua romnica ms hablada en
el planeta, con ms de 400 millones de hablantes nativos, y ocupa la cuarta posicin en
cuanto a la superficie terrestre donde est presente (9,1%), segn Marqus de Tamarn
(citado por Moreno Fernndez 2009: 25). Es fcil deducir que a mayor nmero de
hablantes de una determinada lengua, mayor tendencia a la heterogeneidad. Sin
embargo, segn Moreno Fernndez (2009: 29), las distintas variedades del espaol
forman unidad en la diversidad, esto es, pese a lo extenso del territorio, las diferencias
sociales y el peso de la historia en cada lugar, existe un factor comn que une todas las
variedades. Esto permite que los hablantes de espaol nos podamos comunicar y
entender sea cual sea nuestro origen. No obstante, seguimos hablando de diversidad en
relacin a las variedades geogrficas, tambin llamadas geolectos o dialectos. Cada
dialecto presenta caractersticas propias en cuanto a la pronunciacin o entonacin, el
lxico, la morfologa y la sintaxis.
As pues, los dialectos relacionan unos fenmenos a un rea territorial determinada.
Moreno Fernndez (2009: 32) sostiene que los dialectos son modalidades de la lengua
que se utilizan en un territorio concreto. Pero como esta definicin sera incompleta, el
autor detalla varias caractersticas que han de darse para considerar dialecto una
determinada modalidad: es una variedad de una lengua a la cual est subordinada, suele
estar desprestigiada por la comunidad de hablantes, es utilizada en un territorio siempre
inferior en extensin al de la lengua de la cual deriva y por un menor nmero de
hablantes, y tiene el mismo origen que otras variedades.
Los lmites de los dialectos vienen dados por la aparicin de fenmenos lingsticos
concretos en un espacio determinado. Sin embargo, no es nada fcil establecer dnde
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termina una variedad y dnde comienza la siguiente, ya que cada rasgo lingstico tiene
sus propios lmites geogrficos, los cuales no suelen coincidir con las fronteras
polticas, debido a que las lenguas vivas evolucionan de manera diversa en cada lugar.
Esos lmites que marcan la extensin geogrfica donde aparece un rasgo concreto de la
lengua reciben el nombre de isoglosas.
La idea de si existen o no los dialectos ha estado expuesta a debate continuo, ya que el
trmino dialecto es un concepto complejo y para nada absoluto, y este arduo trabajo se
complica, dado que se refiere a una lengua viva y en continuo cambio, y no a una
ciencia exacta. Ciertas voces han negado la existencia de los dialectos, como es el caso
de Paul Meyer, quien en 1877 explicaba la imposibilidad de fijar lmites a los rasgos
lingsticos, ya que unos rasgos pueden sobrepasar la isoglosa, mientras que otros quiz
no consigan acercarse a dicha frontera imaginaria (mencionado por Moreno Fernndez
2009: 43). La nica justificacin que este autor da a la existencia de los dialectos es que
ello facilita su estudio. Sin embargo, otros autores como Ramn de Andrs defienden la
existencia de los dialectos, afirmando que contamos con justificaciones lingsticas
suficientes pese a que las fronteras geogrficas, lingsticas o temporales son difusas
(citado por Moreno Fernndez 2009: 46).
Entones, cul es la diferencia entre una lengua y un dialecto? Montes Giraldo (1980:
241) manifiesta que dicha discusin resulta principalmente de factores polticos, ya que
la delimitacin de estos conceptos es complicada. Sin embargo, actualmente es aceptada
la idea de un carcter bsicamente dialctico de la lengua, la cual es una abstraccin
cmoda y necesaria, como afirma Montes Giraldo (1980: 241), para organizar un
complejo conjunto de sistemas y subsistemas. La clsica idea de un universalismo
monoltico es rechazada actualmente, ya que una lengua se basa, en su esencia, en un
permanente cambio. Segn Montes Giraldo (1980: 245): La lengua es un conjunto de
variantes o dialectos y por consiguiente todo hablante lo es de un dialecto (o de muchos,
no simultnea sino alternativamente). Dicho autor concluye que para diferenciar
lengua y dialecto, nos tenemos que centrar en un criterio sociopoltico, esto es,
comprobar la existencia de una autonoma o plenitud funcional (lengua) o, por el
contrario, la ausencia o limitacin de ella (dialecto).
Asimismo, Veny (1985: 12), siguiendo la lnea de Coseriu, afirma que todo dialecto es
lengua, un sistema fnico, gramatical y lxico realizable en el hablar, que puede
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funcionar en el hablar. Entonces, objetivamente no existe diferencia de naturaleza entre
lengua y dialecto (traduccin ma). Adems, el autor recoge las palabras de Coseriu
(1981), cuando este sostiene que las lenguas no pueden ser realizadas directamente, sino
que el hablante se expresa mediante una de las variedades de dicha lengua. Por otra
parte, Veny (1985: 18) mantiene que las lenguas de prestigio alcanzan dicho estatus
cuando el Estado se sirve de ellas como instrumento de este. En este caso, la variedad
elegida por el Estado ir de la mano del poder, mientras que otras modalidades de la
lengua quedarn en una situacin inferior.
A menudo, los dialectos son considerados vulgares, sobre todo en situaciones de
diglosia, esto es, cuando en una determinada regin existe bilingismo y una de las dos
lenguas goza de mayor prestigio entre los hablantes y de una mejor posicin social
(variedad alta vs. variedad baja). Sin embargo, no debemos confundir estos trminos, ya
que una lengua vulgar es de esta manera considerada cuando el hablante incorpora a
su discurso de lengua trminos que no son aceptados por la sociedad, como las palabras
groseras, ofensivas o incultas. Otra diferencia que suele aparecer en situaciones de
diglosia es que la variedad alta se encuentra normalmente estandarizada, es decir, tiene
un modelo de lengua compuesto por unas normas lingsticas. Sin embargo, esta
codificacin es artificial, debido a que ningn hablante se expresa continuamente de
dicho modo, ya que es una seleccin convencional de pautas. Ms adelante
observaremos qu ocurri en este aspecto con el espaol.
Pero, cmo es posible llegar a esta diversa ramificacin lingstica de las lenguas
naturales? Se trata de un asunto relativamente complejo debido a la influencia de los
factores extralingsticos anteriormente mencionados y que a continuacin pasamos a
desarrollar. Los factores son los siguientes:
1) El individuo
2) La geografa
3) La historia
4) El nivel sociocultural
5) El marco situacional
6) El medio oral o escrito
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Las variedades de lengua resultantes de la influencia de los factores arriba mencionados
son las siguientes:
1) Idiolecto: se refiere a la variedad de lengua caracterstica en un momento de la
vida de un individuo determinado. Cada hablante tiene un modo personal y nico
de utilizar el lenguaje. El hablante puede tener una tendencia al uso de ciertas
expresiones o vocablos con los cuales se le relaciona. Por lo tanto, la variacin
lingstica ya comienza en uno mismo. Por otra parte, como afirma Alonso
(1935: 54), la lengua individual est condicionada por el ambiente en el que se
produce.
2) Variacin diatpica, dialecto o geolecto: concepto que se refiere a las diversas
maneras de utilizar una misma lengua que tienen hablantes de diferentes
territorios. Los hablantes de un mismo dialecto suelen ser conscientes de las
particularidades lingsticas de su zona que los hacen diferentes en cuanto al uso
de la misma lengua. Los elementos lingsticos susceptibles de cambio por
influencia de la geografa son fnicos, gramaticales, lxicos y discursivos. Las
condiciones geogrficas que inciden en los cambios en la lengua son la distancia
entre comunidades de hablantes, la dificultad de comunicacin entre estos, los
contactos lingsticos que puedan tener las modalidades con otras lenguas, y la
personalidad histrica que cada territorio posee (Moreno Fernndez 2009: 85-
87).
3) Variacin diacrnica: la lengua evoluciona con el transcurso del tiempo. Si nos
enfrentamos a textos de la misma lengua de periodos histricos distintos
podremos comprobar las variaciones que esta ha sufrido en relacin con la
fontica, la ortografa, la sintaxis y la semntica.
4) Variacin diastrtica o sociolecto: concepto introducido por Coseriu en 1981
(citado por Rivarola 2007). El modo de expresarse del hablante depende de su
situacin social, econmica y educacional, ya que la lengua est ntimamente
ligada a los hablantes que la utilizan y a su situacin social y cultural. Cabe la
posibilidad de que lo que es aceptado por una comunidad de hablantes pueda ser
considerado vulgar o incorrecto por otros hablantes de la misma lengua.
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5) Variacin diafsica o registro/estilo: se refiere al diferente modo de expresarse
que tienen los hablantes en las distintas situaciones. El hablante adapta su
discurso a la circunstancia en que se encuentra: no utiliza el mismo lenguaje en
una comida informal con sus amigos que en una entrevista de trabajo.
6) Variacin diamsica: concepto introducido por Mioni en 1983 (citado por
Rivarola 2007). Alude a la variacin en la lengua en funcin del medio utilizado
para la comunicacin, oral o escrito.
3. La geografa en el mundo hispnico
Los territorios donde se habla espaol tienen unas particularidades geogrficas que
hacen posible la gran variedad lingstica de esta lengua. Como apuntbamos
anteriormente, el espaol ocupa una amplia superficie en el planeta y, por lo tanto, nos
encontramos con todo tipo de accidentes geogrficos. El espaol es hablado en una
veintena de pases, los cuales, pese a estar relativamente cerca unos de otros, como
ocurre en Hispanoamrica, se encuentran con inconvenientes geogrficos tales como
cordilleras, selvas, ros y enormes distancias que han dificultado la comunicacin entre
ellos. Esta razn ayuda a explicar la gran variedad de dialectos del espaol que se
hablan en Espaa y en el continente americano. Pese a todo, no es posible explicar
nicamente con la condicin geogrfica las distintas modificaciones que ha sufrido la
lengua en cada zona. Necesitamos siempre del resto de factores que afectan a la lengua
para justificar dichos cambios.
4. La historia del espaol
El castellano durante un largo periodo convivi en la pennsula ibrica con el latn. Sin
embargo, esta no era una coexistencia entre iguales, ya que el castellano, junto con el
resto de lenguas peninsulares, se utilizaba para uso familiar (variedad baja), mientras
que el latn ocupaba una situacin de prestigio (variedad alta), debido a que esta lengua
apareca en el mbito pblico y en la institucin eclesistica. Durante la Edad Media, el
castellano era utilizado como lengua koin, es decir, tena una funcin instrumental de
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intercambio entre hablantes de naciones y lenguas diferentes que no se podan
comunicar.
Lpez Garca (1985: 43-59) mantiene que el castellano era un habla de transicin vasco-
romnica, la koin del valle del Ebro, la cual naci con el objetivo de establecerse como
una lengua mixta formada por la gramtica de una modalidad, y el lxico y la
morfologa de otra, simplificada en la medida de lo posible para hacer ms efectivo su
propsito. Una koin se basa en que no es impuesta, esto es, los hablantes de una koin
la eligen libremente por un inters propio, el de conseguir comunicarse con personas
que hablan modalidades lingsticas muy diversas.
Los habitantes de Espaa en la Edad Media escogieron la koin ms adecuada para sus
necesidades, la que haba nacido del intercambio lingstico entre el euskera y el latn
romanceado de la zona del valle del Ebro, que se encontraba ms fijada y resultaba ms
favorable para ser aprendida. Esta fue la modalidad de lengua que ms tarde se impuso
como lengua nacional sobre las dems que existan en la pennsula. Esto se debe a
factores sociales, econmicos y culturales que influyeron durante la Edad Media hasta
el siglo XVI. A raz de ser adoptada como lengua de Estado, el castellano perder su
esencia inicial de koin, nacida con el objetivo de unir, situada fuera de cualquier
ideologa para representar a lo comn, elegida libremente por hablantes de distintas
lenguas, y pasar a ser impuesta, iniciando as su rechazo por parte del resto de personas
que no se sentan identificadas con dicha idea de Estado.
Como apunta Moreno Fernndez (2009: 21), las razones que provocaron que el
castellano se convirtiera en una lengua de prestigio fueron varias: la mayor poblacin en
la pennsula ibrica se concentraba en el reino de Castilla. Adems, Castilla tena costa
en dos mares, lo que le supona un mayor poder econmico. Dicha circunstancia
geogrfica favoreci los avances en navegacin que propiciaron una importante fuerza
naval y la exploracin de las costas occidentales africanas y arribar a las islas Canarias.
La poderosa maquinaria econmica de Castilla form una potente fuerza militar que
conquistaba nuevos territorios. Sevilla era el punto de partida de las relaciones
comerciales de Castilla con el norte de frica, y esta era la ciudad que reciba el oro de
las tierras conquistadas.
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Los siglos XV y XVI fueron cruciales para el afianzamiento de un poderoso imperio y del
prestigio del castellano, la lengua hablada por sus habitantes. La unin de la reina Isabel
de Castilla y Fernando de Aragn en 1469 fue, evidentemente, un hecho que marcara el
devenir del imperio. Sin embargo, no menos importante fue 1492, fecha que cambi el
rumbo de la historia para siempre. En dicho ao, los Reyes Catlicos terminaron de
expulsar a los musulmanes de la pennsula. Por otra parte, su enemistad con dicha
comunidad estaba acrecentada, adems, por la rivalidad comercial que mantenan por el
control de la ruta de las especias, hasta entonces dominada por los musulmanes. Los
Reyes Catlicos decidieron apostar por la propuesta que un navegante genovs con gran
experiencia, Cristbal Coln, les haba hecho mediante la Capitulacin de Santa Fe:
buscar una nueva ruta a oriente por el occidente.
Coln sali de Espaa el 3 de agosto de 1492, y arrib a tierras americanas el 13 de
octubre de ese mismo ao, pensando que haba cumplido su cometido. Llam al nuevo
territorio Indias, y a sus pobladores, indios. Este navegante realiz varias
expediciones al nuevo mundo hasta que muri en Valladolid en 1506, sin tener
conocimiento de que haba descubierto un nuevo continente. A las suyas le seguiran
ms y ms exploraciones en el Nuevo Mundo. Fue el navegante Amrico Vespucio
quien comprob que aquellas tierras no eran Asia, y bautiz al nuevo continente con su
propio nombre.
Dichos territorios pertenecieron al imperio espaol y lo llenaron de gloria y riquezas
durante cuatro siglos, hasta que en el siglo XIX, Espaa fue perdiendo todas sus colonias
americanas, desde principios de siglo hasta 1898, fatdico ao para Espaa, en el cual el
antiguo imperio pierde en la guerra con Estados Unidos las ltimas colonias que todava
no haban obtenido la independencia: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Hubo varias razones por las que las colonias americanas decidieron luchar por la
independencia: una de ellas tiene su raz en el hecho de que el monarca Borbn Carlos
III, durante su reinado (1759-1788), llev a cabo una segunda conquista en Amrica,
como la llama Lynch (1985: 28), e intent controlar a los criollos mediante un refuerzo
de la administracin que los asfixi a tasas e impuestos (recordemos que la primera
conquista haba buscado el control de los indios); otra razn, responde a que la
navegacin y el comercio transatlntico estaban restringidos a Espaa y, como
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consecuencia, los americanos se vean forzados a comerciar con las colonias; en tercer
lugar, el poder poltico en Amrica recaa nicamente en los espaoles.
Pese a todos estos factores que perjudicaban a los criollos, haba un elemento en el que
estos superaban a los espaoles: el demogrfico.
Sin embargo, este control frreo de los Borbones fue colapsado cuando en 1808, el
ejrcito de Napolen ocup Espaa. Carlos IV y su hijo Fernando se vieron obligados a
abdicar en el hermano del emperador francs, Jos Bonaparte. Esta fue la oportunidad
de oro que aprovecharon los criollos americanos para forzar la autodeterminacin de las
distintas colonias; ellos haban desarrollado un fuerte sentimiento nacionalista,
influenciados, adems, por la independencia de su vecino Estados Unidos y por las
ideas romnticas que venan de Europa. Cada antigua colonia form un pas, ya que
tenan su propia identidad. Adems, la geografa hispanoamericana es muy compleja, lo
que dificultaba la comunicacin y propiciaba el aislamiento: la naturaleza reforz las
divisiones impuestas por el hombre (Lynch 1985: 36).
El siguiente mapa muestra las fechas de la independencia de las colonias americanas:
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Independencias de las colonias
Fuente: http://www.kalipedia.com/historia-universal/tema/graficos-independencia-
america-espanola.html?x1=20070717klphisuni_99.Ees&x=20070717klphisuni_217.Kes
5. La sociedad en Amrica
La sociedad con la que se encontraron los nuevos pobladores en las tierras descubiertas
estaba conformada por una amplia y diversa cantidad de pueblos indgenas que
hablaban cientos de lenguas. Con respecto a las circunstancias de las personas que hasta
all viajaron para buscar una vida mejor, nos encontramos con la misma situacin: una
gran heterogeneidad. La gran mayora de los primeros colonizadores eran de origen
andaluz occidental, los cuales trasvasaron a la zona del Caribe un gran nmero de
fenmenos lingsticos propios de su variedad.
Snchez (2003: 134) seala que la sociedad del Nuevo Mundo estaba integrada por una
base europea trasplantada que se mezclaba con la sociedad indgena y africana
(personas de origen africano llevadas a Amrica como esclavos). La situacin social era
discriminatoria, ya que beneficiaba siempre a la clase privilegiada espaola, a la que
otorgaba la exclusividad del poder. En relacin a los espaoles que llegaron a Amrica,
socialmente se dio una situacin de nivelacin igualitaria hacia arriba (Rosenblat
2002: 43). Esto nos indica que, en general, la sociedad espaola sola alcanzar en
Amrica una situacin social ms favorable de la que haba tenido en Espaa. Adems,
dicho autor resalta el hecho de que tuvo lugar una hidalguizacin general de estos
colonos, es decir, muchos de ellos recibieron ttulos nobiliarios como premio a sus
conquistas, etc., y posean el poder econmico, militar y poltico.
Como podemos comprobar, la estructuracin social que se estableci en Amrica,
debido a sus circunstancias particulares, era de una gran complejidad y nada tena que
ver con el esquema social que Espaa haba experimentado hasta aquel momento. La
sociedad americana tena un carcter estamental y estaba organizada de mayor a menor
estatus de la siguiente manera: a) lite espaola, b) clase media, c) plebe y d) esclavos.
a) La lite espaola estaba conformada por la nobleza, el funcionariado y el sector
ms poderoso del clero.
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b) Espaoles recin llegados (llamados chapetones), criollos (hijos de espaoles
nacidos en tierras americanas que anhelaban un ascenso social), funcionarios
medios y la mayor parte del clero.
c) Indgenas, mestizos (descendientes de espaol e indgena), mulatos
(descendientes de espaol y africano), zambos (descendientes de indgena y
africano), y africanos libertos.
d) Esclavos, africanos en su mayora, ya que desde el siglo XVI estaba prohibido
esclavizar a los indgenas, considerados sbditos de la Corona.
La situacin lingstica que se dio en los territorios descubiertos fue de auge del espaol
y declive de las lenguas indgenas, mediante un proceso de hispanizacin que se llev
a cabo por parte de los colonos, en gran medida de la labor de los religiosos
franciscanos y jesuitas, entre otros, que hasta all se desplazaron para evangelizar y
educar a los nativos en las iglesias y escuelas. Rosenblat (2002: 26) afirma que en
aquella poca, la institucin eclesistica en Espaa era la clase ms culta, y en Amrica,
tena el monopolio de la enseanza, hecho que ocasion ciertos problemas con el poder
poltico, ya que los misioneros controlaban las aldeas indgenas que estaban a su cargo.
Este poder que los religiosos acumulaban en Amrica determin que la monarqua de
Carlos III diera un vuelco a la situacin y expulsara en 1767 a la orden de los jesuitas.
Este cambio de postura es provocado por la introduccin en el resto de Europa, y
posteriormente en Espaa, de una educacin ms secular y a cargo del Estado.
Asimismo, la poltica lingstica en Amrica fue otro punto de conflicto entre Iglesia y
Corona debido a que la Corona siempre apost por la enseanza del espaol a las
comunidades indgenas, mientras que la Iglesia se decant con frecuencia por la
difusin de las principales lenguas amerindias como instrumento para la cristianizacin.
Sin embargo, Rosenblat (2002: 41) afirma que el medio que se demostr ms eficaz
para la asimilacin indgena de la lengua de los conquistadores fue el mestizaje, esto es,
los grandes ejecutores de la hispanizacin en Amrica, segn este autor, fueron los
mestizos. Dicha mezcla social provoc un aprendizaje realmente eficaz de la lengua por
parte de los indgenas.
Por otro lado, a lo largo de los aos, la variedad de orgenes y circunstancias sociales,
econmicas y culturales de los inmigrantes espaoles fue amplindose. Adems, cabe
destacar circunstancias sociales relevantes que influyeron decisivamente en la
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formacin de las diferentes variedades del espaol de Amrica: por una parte, es
destacable la llegada de esclavos africanos a las tierras colonizadas como mano de obra;
por otra, es esencial la influencia de las grandes oleadas de inmigrantes,
mayoritariamente europeos, que arribaron a este territorio.
Como afirma Rosenblat (2002: 21), la colonizacin de Amrica era de carcter
principalmente urbano, ya que los encargados de la conquista provenan
mayoritariamente de ciudades espaolas y su objetivo principal tras las ocupaciones era
el de fundar ncleos urbanos. Asimismo, pese a que la Corona dedic grandes esfuerzos
a estimular la salida de agricultores espaoles hacia el Nuevo Mundo, esta llamada no
fue prcticamente seguida, ya fuera por el apego de los labradores a sus tierras o por la
prohibicin de los seores a sus campesinos de abandonar sus labores. Sea como sea, la
llegada de agricultores de las zonas rurales fue escasa y su influencia en el espaol de
Amrica, inferior al de la sociedad urbana. Sin embargo, no podemos obviar otras
circunstancias sociales no menos decisivas que influyen en la variacin dialectal, como
por ejemplo el mayor o menor contacto con los indgenas, con la metrpoli, con las
ciudades virreinales, etc.
Y, cmo no, el proceso de urbanizacin que se dio en Hispanoamrica, acrecentado a
partir de las independencias americanas, fue realmente clave en relacin a la evolucin
de la lengua, ya que all se concentraban hablantes de diferentes variedades del espaol.
6. Situacin lingstica en Hispanoamrica
6.1 El espaol en Amrica
En relacin a la situacin lingstica en Hispanoamrica a partir de su descubrimiento
por parte de los espaoles, la introduccin de la lengua de los colonizadores en tierras
americanas y la suerte que dicha lengua corri en su nuevo asentamiento, las opiniones
han sido varias a lo largo de los aos.
Torres (2004: 12) expone el continuo debate sobre los orgenes del espaol en Amrica:
los defensores de la teora andalucista en oposicin a los que propugnan la teora
poligentica. La primera teora propone que el espaol del Nuevo Mundo tiene su
origen en las hablas andaluzas occidentales. Esta opinin, expresada por autores como
Leopold Wagner, defiende una teora monogentica en la que el espaol meridional de
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la pennsula ibrica fue trasplantado a las nuevas tierras descubiertas por parte de
numerosos andaluces en la primera etapa de la colonizacin.
Sin embargo, Torres (2004: 13) afirma que hubo opiniones opuestas como la de Amado
Alonso, quien explic que la base del espaol americano fue la nivelacin realizada
por todos los expedicionarios en sus oleadas sucesivas durante todo el siglo XVI (citado
por Fontanella de Weinberg 1993: 35). Alonso alegaba que la base lingstica en
Amrica est formada por el castellano y sus variedades regionales, defendiendo, as,
una teora poligentica en la que ciertos rasgos presentes en las hablas andaluzas podan
haberse desarrollado en Amrica de forma paralela e independiente.
Ms adelante, autores como Rivarola defienden que en el Nuevo Mundo, las hablas
tradas por espaoles de distintas variedades lingsticas, geogrficas y sociales,
entraron en contacto entre s de forma muy diversa basndose en tres puntos: la
reestructuracin patrimonial en la que las diversas variedades de una lengua entran en
contacto y, por circunstancias diversas, ciertos aspectos lingsticos son seleccionados y
generalizados; la acomodacin del bagaje lxico tradicional a la nueva realidad, ya
sea natural o cultural; y el contacto con los indgenas, que provoc cambios,
regionales principalmente, en la lengua (citado por Torres 2004: 17).
6.2 Contacto lingstico entre el espaol y las lenguas amerindias
A causa del contacto, la influencia de las lenguas precolombinas sobre el espaol fue
considerable, principalmente en el lxico. Esto se debe a que, pese al intento de los
espaoles por nombrar los elementos del Nuevo Mundo con la terminologa utilizada
para su realidad europea, la gran cantidad de circunstancias nuevas para ellos los
obligaba a servirse del lxico indgena (Torres 2004: 22).
Las situaciones que se dieron con cada lengua precolombina fueron varias, ya que el
contacto de los espaoles con dichas lenguas fue diferente en cada regin. Por otra
parte, algunas de esas lenguas fueron exterminadas. Sin embargo, otras se encontraban
en una situacin privilegiada por el valor que les era otorgado en los territorios donde se
hablaban, y ello ha devenido en la permanencia hasta el presente de algunas de ellas.
Podemos deducir que las zonas con ms presencia lingstica indgena han propiciado
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una mayor influencia sobre el espaol en su rea, ayudando as a la diversificacin
lingstica de los distintos territorios.
Palacios (2008: 12) explica que en las zonas donde los indgenas han ido sustituyendo
su lengua por el espaol, esta ltima refuerza su permanencia aunque con gran
influencia de las lenguas amerindias. Por el contrario, en las zonas donde el bilingismo
es relativamente estable, la mezcla de lenguas llega a convertirse en un rasgo de
identidad de sus hablantes.
Con respecto a los tipos de cambio ms frecuentes y relevantes que se producen en las
lenguas debido al contacto lingstico, Palacios (2008: 13) menciona los apuntados por
Thomason y Kaufman: el prstamo y la interferencia lingstica. El prstamo tiene
lugar entre bilinges simtricos que controlan ambas lenguas y consiste en la
incorporacin de elementos de la segunda lengua a la lengua nativa. Dichos procesos
estn considerados prestigiosos y enriquecedores de la lengua. Sin embargo, la
interferencia lingstica es un fenmeno socialmente estigmatizado que ocurre entre
bilinges con deficiencias en el aprendizaje de la segunda lengua. El hablante transfiere
elementos de su lengua materna a la segunda lengua como consecuencia,
probablemente, de deficiencias en el aprendizaje de esta ltima. Dentro de la
interferencia lingstica, el calco, copia de estructuras de la lengua materna en la
segunda lengua, es el ejemplo ms frecuente. Sin embargo, no podemos olvidar que, en
situaciones de bilingismo, ambas lenguas reciben, en mayor o menor grado, la
influencia de la otra lengua con la que se encuentran en contacto.
Como hemos afirmado previamente, los espaoles a su llegada a Amrica se
encontraron con una gran cantidad de lenguas y familias de lenguas. Seguiremos a
Enguita (2010: 268-278) para realizar una descripcin de las principales lenguas
amerindias, las cuales han aportado numerosos elementos lxicos al espaol de su zona
de influencia, que incluso han llegado a convertirse a veces en trminos panhispnicos.
Segn dicho autor, la principal familia lingstica de las Antillas, la familia del
arahuaco, fue de gran ayuda para los primeros colonizadores, quienes se sirvieron de un
gran caudal lxico indgena para nombrar las realidades del Nuevo Mundo, trminos
que estos exportaron a otros territorios americanos y a Espaa. Algunos de estos
vocablos son: canoa embarcacin de remos, larga y estrecha (probablemente de origen
caribe pero transmitido a los espaoles por los indios arahuacos), guacamayo especie
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de papagayo, iguana reptil saurio de gran tamao con una cresta dentada a lo largo del
lomo, macagua rbol de gran altura, de madera blanca, con el corazn oscuro,
utilizada en carpintera, etc.
Asimismo, podemos aadir el tano, variedad del arahuaco, que era hablado en islas
antillanas como Hait, Cuba, Puerto Rico y Jamaica. No lleg a ser lengua general ya
que los espaoles terminaron rpidamente con esta poblacin y su modalidad
lingstica. Sin embargo, los colonizadores adoptaron numerosos trminos tanos, tales
como: aj especie de guindilla, batata tubrculo comestible, maz gramnea de tallo
grueso, que produce mazorcas con granos amarillos, cacique designacin que
aplicaban los tanos a sus seores y jefes guerreros, sabana planicie extensa cubierta
de vegetacin gramnea, a veces con rboles aislados, etc.
Otra gran familia lingstica de Amrica del Sur fue la caribe, que se hablaba en
territorios de Colombia, Venezuela, las Guayanas y Brasil, pero que se haba extendido
por Amrica Central. Los caribes eran guerreros temidos por sus costumbres
antropfagas, hecho que provoc un mnimo contacto lingstico entre el espaol y las
modalidades caribe. Sin embargo, gran cantidad de vocabulario fue adoptada por el
espaol: caribe (= canbal) antropfago, caimn reptil muy parecido al cocodrilo,
piragua embarcacin larga y estrecha, mayor que la canoa, hecha generalmente de una
pieza o con tablas o caas, loro papagayo, butaque, butaco y butaca asiento, etc.
Por otra parte, el nhuatl fue, segn Enguita (2010: 272), el principal vehculo de
comunicacin del imperio azteca, el cual todava es hablado, principalmente en Mxico
y Amrica Central. Unos ejemplos del vocabulario azteca que pas al espaol son los
siguientes: mapache mamfero carnicero, del tamao y aspecto del tejn, de piel de
color gris oscuro, coyote especie de lobo que se cra en Mxico y otros pases de
Amrica, de color gris amarillento, aguacate, cacahuate, cacao, tomate, etc.
Otras lenguas indgenas realmente importantes en Amrica del Sur fueron el quechua y
el aimara. El quechua fue la nica modalidad indgena de Amrica del Sur que
desempe, en la poca precolombina, el papel de una lengua de civilizacin (Enguita
2010: 274). Podemos imaginarnos la importancia de dicha lengua, la cual todava es
hablada por millones de personas en el sur de Colombia, noroeste argentino, algunos
lugares del norte de Chile, adems de Bolivia, Ecuador y Per. Algunos de los trminos
que pasaron a formar parte del espaol son: cancha terreno llano, espacio destinado a
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depsito de ciertos objetos o a determinados juegos y deportes, poroto especie de
alubia, coca, china mujer india o mestiza, sirvienta indgena o mestiza, niera,
amante, guano estircol, utilizado como abono, pucho residuo, etc. Segn Enguita,
la mayora del lxico quechua tambin aparece en el aimara, que todava es hablado por
millones de personas en los Andes bolivianos, Per y ciertas zonas del norte de Chile.
Algunas de las palabras provenientes del aimara son: chinchilla mamfero roedor cuya
piel es muy apreciada, cholo mestizo de indio y blanco en cuyos caracteres tnicos
prevalecen los rasgos indgenas, etc.
El mapuche o mapundungu era hablado en la zona central de Chile y se extendi a la
Pampa argentina. Algunos de los trminos que todava persisten en el espaol de las
zonas de influencia del mapundungu son: tabardillo dolor de cabeza, maln (en
Argentina) grupo de muchachos o de personas que provocan desrdenes en
espectculos o reuniones pblicas, poto trasero, etc.
Por ltimo, mencionaremos la familia lingstica tup-guaran, que hoy en da se habla
en una zona que abarca Paraguay (donde el guaran es lengua cooficial con el espaol),
y territorios limtrofes de Brasil y Argentina. Algunas voces de gran difusin en el
espaol son: bucanero pirata, gaucho hombre del Ro de la Plata, jinete por
excelencia y especializado en trabajos de la ganadera a campo abierto, jaguar tigre,
maraca instrumento musical fabricado con un calabacn lleno de piedras, piraa tipo
de pez; tapir mamfero similar a un jabal, etc.
Este sera el mapa del presente lingstico de Hispanoamrica:
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Mapa lingstico de Hispanoamrica.
Fuente: http://lenguajeeidiomas3.bligoo.cl/content/view/1541591/Mapa-Linguistico-de-
America.html
7. Divisin dialectal del espaol de Amrica
Como hemos podido comprobar, los factores extralingsticos que hemos estudiado han
propiciado que la variacin dialectal del espaol en Amrica sea inmensa. Los haces de
isoglosas se desarrollan en el territorio de un modo distinto, ya que unos pueden
sobrepasar los lmites dialectales, mientras que otros no llegan a alcanzarlos. Es por ello
por lo que establecer lmites geogrficos a dichos dialectos es un arduo y dificultoso
trabajo que ha propiciado innumerables debates entre los estudiosos del tema. Sin
embargo, pese a la diversidad de opiniones y propuestas, podemos seguir dos tipos de
divisin dialectal que destaca Moreno Fernndez (2009: 79):
a) De un modo general, podemos dividir tanto el espaol de Espaa como el
espaol de Amrica en dos grandes regiones: las regiones conservadoras, las
cuales mantienen ciertos sonidos en su pronunciacin, y las zonas innovadoras,
en las que dichos sonidos tienden a relajarse, simplificarse o perderse, con
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ejemplos tales como la aspiracin de /s/ implosiva, la prdida de /d/
intervoclica, la prdida o relajacin de /r/, la neutralizacin de lquidas, la
aspiracin de /x/, etc. Sin embargo, esta divisin plantea problemas, ya que la
lengua puede ser innovadora en unos elementos y conservadora en otros, sin
movernos de un mismo territorio.
b) Ms en particular, el espaol de Amrica se podra dividir en cinco grandes
regiones: Mxico y Centroamrica, el Caribe, la regin andina, Chile y, por
ltimo, la regin que en este trabajo nos compete: la zona austral, que est
formada por Argentina, Uruguay y Paraguay.
8. El espaol bonaerense
Dado que la variacin dialectal en Hispanoamrica es tan marcada, hemos optado en el
presente trabajo por centrarnos en una variedad ms reducida y abarcable: el espaol de
Buenos Aires o bonaerense, perteneciente a la variedad lingstica de la provincia
argentina de Buenos Aires donde se encuentra la capital del pas. La justificacin de
esta acotacin radica en que dentro del territorio austral existen asimismo diferencias
lingsticas, debido a factores muy diversos de contacto con otros territorios o con
lenguas indgenas, aislamiento, etc., y se presenta complicada la posibilidad de abarcar
en el presente trabajo tan amplia modalidad de lengua como es el espaol austral. Esta
situacin geogrfica influye en la lengua de la zona, por sus contactos con otras
modalidades o con lenguas diferentes, como es el caso del portugus de Brasil, o las
lenguas indgenas que se encuentran dentro de Argentina, rodeada por Chile, Bolivia y
Brasil. Por otra parte, la importancia del habla de Buenos Aires reside en que es la
capital idiomtica del Ro de la Plata, ya que posee influencia lingstica sobre este
territorio. Dicha variedad se generaliza en toda esta zona uniformndose, hecho que se
consigue eliminando y creando (Alonso 1935: 101).
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8.1 Situacin lingstica de Argentina
Segn Martnez (2008: 255), las lenguas indgenas ms habladas en Argentina y que
ms han influenciado al espaol en sus zonas de contacto son: el quechua en el noroeste
en la provincia de Santiago del Estero, el guaran al noreste en la zona de Corrientes, y
el mapuche en la Patagonia. Sin embargo, la Argentina es, como explica Martnez
(2008: 257), un pas minoritariamente bilinge ya que no lo es ms del 5% de la
poblacin. Por lo tanto, la influencia de las lenguas amerindias en el espaol de este
pas es menor que en otras zonas hispanoamericanas en las que tienen mayor peso.
La descripcin lingstica de Argentina no es sencilla, ya que, como muestran Messineo
y Cneo (2006: 2), dicho pas est formado por una sociedad multilinge en la cual la
lengua oficial es el espaol, lengua que convive con veinte lenguas de inmigracin
europea y asitica, adems de trece lenguas indgenas. Todas estas lenguas indgenas
son lenguas minoritarias, ya que carecen de prestigio y derechos sociales frente a otras
como el ingls o el italiano.
Con respecto a las varias situaciones de contacto lingstico que ha tenido el espaol en
Argentina con las lenguas amerindias, Martnez (2008: 256) distingue las siguientes:
Zonas con poblacin indgena, habitualmente bilinge espaol-lengua
amerindia, pero tambin con hablantes monolinges en lengua indgena,
principalmente mujeres y nios.
reas de hablantes bilinges criollos.
Regiones fronterizas con Paraguay y Bolivia, donde tiene lugar el contacto del
espaol con el guaran y el quechua, respectivamente. Las lenguas indgenas son
habladas tanto por indgenas como por criollos en esta zona.
Acumulacin de grupos sociales heterogneos en zonas urbanas con gran
influencia de inmigrantes de otros pases y sus lenguas indgenas como Per,
Paraguay, Bolivia, etc.
Martnez (2008: 258) realiza un recuento de las lenguas indgenas presentes todava hoy
en el pas, las cuales influyen en el espaol en mayor o menor grado, aunque todas se
encuentran en peligro de extincin: guaran, chiriguano, mby, quichua santiagueo,
toba, pilag, mocov, wich, nivacl, chorote, mapuche y tehuelche. Gracias a
investigaciones recientes, Messineo y Cneo (2006: 9) afirman que se puede agregar a
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la lista el vilela, lengua que haba sido considerada desaparecida desde la dcada de
1960. A continuacin llevaremos a cabo una breve descripcin de las zonas donde
aparecen dichas lenguas, siguiendo a Martnez (2008: 258-259):
Familia tup-guaran:
El guaran es hablado en las provincias de Corrientes, Chaco, Misiones,
Formosa, y en centros urbanos de Santa Fe y Buenos Aires debido a las
migraciones internas.
El mby es hablado en Misiones por indgenas que reciben el mismo nombre.
El chiriguano lo hablan indgenas chiriguanos, tapiets y chans de las
provincias de Salta y Jujuy.
El quechua: est presente principalmente en el noroeste argentino. Santiago del Estero
es la provincia con mayor presencia bilinge quechua-espaol. Por otra parte, el
quechua aparece en ciudades como Buenos Aires a causa de la inmigracin de sus
hablantes que llevan consigo su lengua.
Familia guaycur:
El toba es la lengua hablada por los tobas, la etnia ms numerosa actualmente.
Es hablado en las provincias de Chaco, Formosa y al este de Salta. Como ocurre
con otras lenguas, en ciudades como Buenos Aires y Santa Fe, la lengua toba ha
comenzado a estar presente debido a la inmigracin de familias tobas.
El pilag es hablado en la provincia de Formosa.
El mocov es hablado en Chaco y Santa Fe.
Familia mataguaya:
El wich es la lengua de esta familia lingstica con mayor nmero de hablantes.
Est presente en las provincias de Chaco, Formosa y Salta.
El nivacl es hablado en Salta con un nmero mucho menor de usuarios.
El chorote es asimismo hablado en Salta por un grupo reducido de hablantes.
El vilela: todava se conserva pero por un nmero considerablemente reducido de
hablantes.
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El mapuche: est presente en Argentina en las provincias de Neuqun, Ro Negro, La
Pampa y Chubut. Aparece adems en zonas de la provincia de Buenos Aires. Est
actualmente considerado como la lengua indgena ms relevante de la Amrica austral.
Familia chon:
El tehuelche: se encuentra al sur del pas, en la zona de la Patagonia.
Actualmente es conservado por un nmero muy reducido de hablantes.
La supervivencia de estas lenguas est, como afirma Martnez (2008: 272), seriamente
comprometida, debido a razones sociales que tienen que ver con el desprestigio y la
estigmatizacin. Por otra parte, a menudo, la situacin real de los indgenas y su
necesidad de adaptacin al sistema laboral, as como las migraciones de grupos
indgenas a zonas urbanas ms industrializadas del pas, y la inclusin en el sistema
educacional, etc., ha provocado el abandono progresivo de su lengua nativa en favor de
la lengua oficial del pas, con el fin de facilitar sus relaciones sociales e insercin en la
sociedad.
No obstante, desde la reinstauracin de la democracia en 1983, el Estado ha llevado a
cabo polticas que reconocen los derechos de los indgenas, dentro de los cuales est
incluido el derecho a una educacin bilinge. Asimismo, el empeo por mantener las
lenguas y culturas indgenas plasmndolas por escrito ha ido en aumento, debido a que
estas culturas son de tradicin oral y corren el riesgo de perder su patrimonio. Por otra
parte, la supervivencia de una lengua depende en mayor grado de que se mantenga
como lengua nativa de una poblacin (Messineo y Cneo 2005: 9). Sin embargo, en
situaciones escolares de multiculturalidad, los profesores han mostrado una gran
carencia de preparacin en los conocimientos y recursos para transferir los contenidos
curriculares en tales situaciones (Martnez 2008: 257). El nuevo reto es, segn la autora,
conseguir desarrollar mtodos que puedan ayudar a solventar los problemas que pueden
surgir en las escuelas en situacin de bilingismo.
A continuacin presentamos un mapa que muestra cmo estn distribuidas
geogrficamente las lenguas amerindias habladas actualmente en Argentina:
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Mapa de lenguas indgenas habladas actualmente en Argentina
Fuente: http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD9/contenidos/recursos/datos-
mapas/mapa1.html
Seguidamente presentamos el esquema de divisiones y subdivisiones que se pueden
realizar dentro del espaol austral para situar el espaol bonaerense, que es la variedad
que nos ocupa:
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8.2 Localizacin geogrfica de Argentina
El espaol rioplatense es la variedad que se habla en los territorios que se encuentran
alrededor del Ro de la Plata, lo cual se refiere a la provincia argentina de Buenos Aires
y a Uruguay. Como comprobaremos ms adelante, la variedad de referencia en esta
zona, que se est imponiendo con fuerza en territorios colindantes, as como en el resto
de Argentina, es la modalidad de Buenos Aires, capital de Argentina. Es por ello por lo
que nos centraremos en dicho territorio argentino y estudiaremos las razones que han
llevado a esta situacin. Asimismo, obviaremos hablar de Uruguay, no por razones
lingsticas, sino porque existen varias circunstancias extralingsticas (histricas
principalmente) que difieren de las argentinas, y mezclarlas podra llevar a confusin.
La zona austral del continente americano abarca varios territorios entre los que se
encuentra el pas de Argentina, una amplia y diversa regin que todava hoy en da,
contiene una densidad de poblacin muy desigual, donde existen ncleos de poblacin
muy densos, como por ejemplo en la provincia de Buenos Aires, mientras que en otros
espacios hacia el sur, los ncleos de poblacin son muy escasos y dispersos. Como
hemos afirmado, la variedad lingstica en esta zona viene influenciada por su situacin
geogrfica. Esta localizacin geogrfica, la ms al sur de los territorios
hispanoamericanos junto con Chile, forz que su descubrimiento por parte de los
colonos fuese ms tardo.
Espaol austral
Atlntico
Litoral
Rioplatense
Bonaerense
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8.3 Historia y sociedad de Argentina
De acuerdo con Lipski (1996: 184), Juan Daz de Sols descubri el Ro de la Plata en
1516 buscando una alternativa por barco hacia el ocano Pacfico. A esta expedicin le
sucedieron varias ms y, en 1534, Pedro de Mendoza firm una capitulacin con el rey
Carlos I que tena como fin la conquista y poblacin del Ro de la Plata. Mendoza fund
Buenos Aires en 1536 y, pese a que, al principio, la relacin de los colonos con los
indios era buena, no tardaron en llegar las quejas de los indgenas por las duras
condiciones a las que estaban sometidos. La ciudad fue despoblada en 1541 debido a las
hostilidades de los indios de las Pampas hasta que, tras varias expediciones frustradas,
Juan de Garay fund definitivamente Buenos Aires en 1580.
La gran distancia que separaba estos territorios del resto de las colonias provoc un
cierto olvido de estas tierras por parte de los gobernantes, hecho que llev a un
aislamiento y empobrecimiento de la poblacin. Esta falta de control propici el
contrabando ilegal en el comercio entre algunas ciudades de la zona austral y las
potencias de Francia e Inglaterra, un mercado paralelo, como lo llama Lipski (1996:
185). En el caso de Inglaterra, al declararse en 1776 la revolucin de las colonias de
Amrica del Norte, necesitaba la apertura de los puertos de Amrica para el comercio,
ya que el suministro de produccin de sus antiguas colonias haba cesado.
La sociedad que exista en dicho periodo era muy variada: por un lado estaban los
peninsulares, que eran los espaoles que formaban la clase social ms alta, los criollos
eran hijos de espaoles que haban nacido en Amrica, esclavos de frica, mestizos
(mezcla de indio y espaol), mulatos (mezcla de negro y espaol), y zambos (mezcla de
indio y negro). Los criollos tenan conflictos sociales y polticos con los espaoles, y
ello provoc futuros problemas. Chapetn (originariamente: espaol recin llegado)
era el trmino despectivo con el que los independentistas nombraban a los espaoles
(Fontanella de Weinberg 1993: 100).
Para un mayor control administrativo de la zona, el monarca Borbn Carlos III cre en
1776 el virreinato del Ro de la Plata (Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia), con
Buenos Aires como capital. Sin embargo, en 1806 y 1807 se producen dos invasiones
inglesas frustradas por milicias de criollos en Buenos Aires, que dejaron en evidencia
que Espaa no poda ocuparse de la defensa de sus colonias, ya que deba primero
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defenderse en la pennsula de la ocupacin francesa por parte de Napolen entre 1808 y
1813. Fueron sus habitantes y no Espaa quienes defendieron Buenos Aires de los
ingleses (Lynch 1985: 52). Estos hechos motivaron a los criollos revolucionarios,
conscientes de que haban creado un poder militar, a llevar a cabo sus intenciones
nacionalistas desde 1810, ao en que derrocan a Cisneros, el ltimo virrey del Ro de la
Plata. El siete de noviembre de 1810 los patriotas ganan definitivamente la guerra de la
independencia al ejrcito espaol, y tiene lugar la primera formacin de gobierno, en
busca de una futura independencia, la cual ser proclamada el nueve de julio de 1816
por parte de un grupo de provincias unidas.
Mientras tanto, en 1812 se presenta la bandera nacional y se publica una Constitucin.
Sin embargo, el modo de llevar el sistema de administracin de la nueva repblica
provoc una escisin de ideologas: los federales, liderados por Juan Manuel de Rosas y
Francisco Quiroga, apoyaban el poder de las autonomas provinciales, mientras que los
unitarios, la alta aristocracia burguesa de Buenos Aires y las ciudades ms importantes,
eran partidarios de un poder centralista porteo. Esta inestabilidad poltica y social llev
a una guerra civil (1828-1829).
La batalla fue ganada por los federales, que llevaron a la presidencia a Juan Manuel de
Rosas, quien lider un rgimen en el que apoy a las masas rurales. En 1835, De Rosas
vuelve a la presidencia hasta 1852, instaurando el terror contra sus opositores, ya que su
objetivo era restablecer el orden. Su sucesor electo fue Urquiza, quien tuvo conflictos
con los opositores porteos, que decidieron separar Buenos Aires del resto de provincias
de la Confederacin argentina hasta 1861. En 1853 se haba redactado una nueva
Constitucin. En este contexto, Urquiza favoreci la educacin, base del progreso de la
nacin (eran influyentes las opiniones de los intelectuales de la Generacin del 37), as
como la agricultura y la inmigracin. A Urquiza le sustituy Derqui (1860-1861), al que
sigui Mitre (1862-1868), quien opt por declarar a Buenos Aires capital de Argentina
y, tras finalizar su mandato, fue sustituido por Sarmiento hasta 1874. Dicho presidente
realiz el primer censo demogrfico con un resultado de 1 736 701 habitantes, de los
cuales el 70% eran analfabetos. Es por ello por lo que el presidente se centr en
promover la educacin.
En 1874, Avellaneda asumi la presidencia del pas. Con l se inici la conquista del
desierto, que buscaba una ampliacin de la frontera hacia el sur. Los habitantes
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indgenas de la Pampa fueron forzados a huir o someterse. Bajo la presidencia de
Avellaneda, Buenos Aires fue declarada definitivamente capital del pas. Asimismo,
este presidente tuvo que sofocar una guerra civil con Buenos Aires, liderada por Carlos
Tejedor.
En 1880 tuvo lugar la primera presidencia de Roca hasta 1886, en una poca de paz y
optimismo. Este fue sustituido por Jurez hasta 1890, quien llev a cabo una
democracia restringida con gran corrupcin poltica, en la que el PAN (Partido
Autonomista Nacional) era el partido de la oligarqua, momento en el que hubo una
importante crisis econmica. Como oposicin a esta situacin, se fund el partido
poltico UCR (Unin Cvica Radical) en 1889, y fue en 1916 cuando triunf el
radicalismo con el presidente Yrigoyen, quien, despus de un corto mandato de Alvear,
volvi a gobernar a partir de 1928. Fue sustituido por Uriburu (1930-1932), despus
gobern Justo (1932-1938), seguido de Ortiz (1938-1940). En este ao Castillo obtuvo
la presidencia hasta 1943, cuando sufri un golpe de estado por su ministro de guerra
Ramrez. El presidente Ramrez mantuvo una posicin neutral ante la segunda Guerra
Mundial pese a tener simpata por el Eje liderado por la Alemania nazi. Posteriormente,
el gobierno de Farrell declar la guerra a Japn y Alemania en 1945, cuando ya era
evidente la derrota de estos.
En 1945 se inicia la dcada del presidente Juan Domingo Pern, quien vio el potencial
del movimiento obrero y se volc en mejorar su situacin. Asimismo, cerr filas en
relacin a la proteccin de la economa interna librndola del capitalismo extranjero. La
primera etapa de su mandato fue democrtica y consigui grandes mejoras sociales,
asistido siempre por su gran aliada, su esposa Eva Mara Duarte (Eva Pern). Sin
embargo, la segunda etapa fue la de un gobierno tirano que se exceda en el uso del
poder. En esta se sufri una grave crisis econmica, y el presidente tuvo una fuerte
oposicin, cada vez ms alterada, de la Iglesia, entre otros sectores. En 1955 tiene lugar
la Revolucin Libertadora de la oposicin, que oblig a Pern a dimitir.
Fue sustituido por una serie de gobiernos militares hasta 1973, ao en que Pern vuelve
a la presidencia. Sin embargo, muri al ao siguiente, ao en que su segunda mujer,
Mara Estela Martnez de Pern, lleg al gobierno, y se convirti en la primera
presidenta del Estado. El pas se encontraba sumido en un contexto de violencia poltica
creciente, descontrol econmico, crisis, protestas y desorden. Este fue el pretexto que
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utilizaron los militares (encabezados por el teniente Jorge Rafael Videla), en
coordinacin con los empresarios (destaca Jos Alfredo Martnez de la Hoz), para llevar
a cabo un golpe de Estado. Estos dos grupos de la sociedad fueron apoyados en su plan
por la Iglesia catlica y por ciertos partidos polticos que sentan un gran descontento
con la situacin que imperaba en el pas.
Otra razn que llev al levantamiento militar fue que Argentina era en 1976 el nico
pas del cono sur americano que mantena un rgimen poltico democrtico. El resto de
pases de esta zona (Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay) se encontraban
sometidos a un sistema de gobierno dictatorial. Dichos gobiernos estaban coordinados
con Estados Unidos mediante el Plan Cndor u Operacin Cndor. Este plan
mantuvo en contacto a la CIA de Estados Unidos y a los gobernantes de las dictaduras
del cono sur durante las dcadas de 1970 y 1980. Estados Unidos se encontraba en una
situacin de anticomunismo radical, y por ello apoy estos regmenes autoritarios. El
Plan Cndor consista en una serie de operaciones de seguimiento, detencin,
desaparicin, asesinato, etc., de toda persona sospechosa de ir en contra del sistema
dictatorial que imperaba en estos pases. La mayora de las personas que fueron vctimas
del Plan Cndor eran susceptibles de ser considerados miembros de la izquierda
(socialistas, comunistas, etc.) contrarios a las dictaduras de estos pases. La CIA colabor
en el seguimiento de estas personas, as como en la instruccin de mtodos de presin
en los interrogatorios, torturas, etc.
El golpe de estado fue llevado a cabo el da 24 de marzo de 1976. Rpidamente fue
destituido el gobierno constitucional y se instaur la llamada Junta Militar, integrada
por las tres fuerzas armadas: el ejrcito era representado por el teniente general J. R.
Videla, la marina la encabezaba el almirante Massera, y la aeronutica estaba
personificada por el brigadier Orlando R. Agosti. Este golpe de estado triunf debido a
que lo llevaron a cabo los militares, a que numerosos empresarios esperaban un cambio
econmico, los principales medios de comunicacin y Estados Unidos lo apoyaron, y a
ello se sum la pasividad de la comunidad internacional.
Llamaron al nuevo sistema de gobierno el Proceso de Reorganizacin Nacional, y uno
de sus objetivos era imponer un rgimen econmico liberal basado en las doctrinas
neoliberales de la Escuela de Chicago, que era la poltica econmica que exigan a los
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pases de Latinoamrica el Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos. Esto llev
a un aumento de la pobreza del pas, que alcanz a un tercio de la poblacin.
Adems de la nueva orientacin econmica, el gobierno del Proceso albergaba una
ideologa muy similar en numerosos aspectos a la nazi. Sus ideas se basaban en un
deseo de homogeneidad de la poblacin. Dicha pretensin dejaba fuera de la sociedad a
minoras tales como judos, ateos, personas con orientaciones sexuales diferentes a la
heterosexualidad, personas cuya religin no era la oficial (la catlica). Estas personas
corrieron la misma suerte que las personas contrarias a la dictadura o de izquierdas. El
objetivo era imponer el orden acallando cualquier voz disidente que pudiese ser
subversiva. Este adjetivo fue de gran importancia durante los aos de la dictadura
militar, ya que cualquiera que estuviese en contra del poder poda ser subversivo. En el
diccionario de la RAE, el adjetivo subversivo es definido como: capaz de subvertir o
que tiende a subvertir, especialmente el orden pblico. Y para clarificarlo todava ms,
el mismo diccionario define el verbo subvertir del siguiente modo: trastornar, revolver,
destruir, especialmente en lo moral. Ahora s nos podemos hacer una idea de cules
eran las acusaciones vertidas sobre las personas consideradas subversivas por el
gobierno.
El gobierno llev a cabo un terrorismo de estado llamado guerra sucia contra las
personas subversivas: se trataba de una violencia indistinta, que inclua seguimientos,
detenciones y desapariciones ilegales de personas, planes de tortura que podan llegar a
lmites insospechados de crueldad, manipulacin de informacin y un largo etctera de
atentados contra la humanidad. Una vez detenidos los sospechosos, eran recluidos en
Centros clandestinos de detencin (ESMA, Vesubio, etc.), donde eran torturados fsica y
psicolgicamente. Una vez atormentados, los detenidos eran ejecutados y abandonaban
sus cuerpos en fosas comunes, o eran lanzados al ro de la Plata desde aviones militares.
En esta guerra sucia, los nios de las familias subversivas corran distintos tipos de
suerte: cuando los padres eran detenidos y secuestrados o chupados, sus hijos eran
tambin detenidos. Los grupos de tareas o patota instaurados por el gobierno se
dedicaban a repartir a los nios a familias militares, las cuales los inscriban como hijos
propios, borrando cualquier relacin con su familia biolgica. Adems, numerosos
nios eran maltratados delante de sus padres a modo de tortura para sus progenitores.
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Las mujeres detenidas que estaban embarazadas eran obligadas a dar a luz en los centros
de detencin sin apenas asistencia. Sin poder ver a sus hijos ni una sola vez, les eran
arrebatados y nunca ms volvan a saber del paradero de sus criaturas. Como
consecuencia, las familias de los subversivos desaparecidos perdan cualquier tipo de
rastro que les pudiera dar informacin acerca del paradero de sus familiares y la suerte
que estos haban corrido. Fue en 1977 cuando un grupo de madres y abuelas de estos
desaparecidos se agruparon para ayudarse en la bsqueda de sus hijos y nietos, y
llegaron a ser el grupo ms frreo de oposicin al gobierno. Este grupo fue llamado las
madres y abuelas de Plaza de Mayo.
Sin embargo, los problemas del gobierno se agravaron cuando en 1978, Argentina y
Chile entraron en crisis por cuestiones limtrofes y tuvo lugar el Conflicto del Beagle. El
conflicto se prolong hasta que en 1980, el Papa medi y Argentina lo acept. El
declive de esta dictadura militar se inici en 1982, con la Guerra de las Malvinas contra
Gran Bretaa. El 2 de abril de 1982, las tropas argentinas invadieron estas islas. Este fue
el motivo para que la guerra entre ambos pases estallara y dur dos meses, hasta que
Argentina se rindi. El gobierno de Argentina haba reclutado como soldados a jvenes
de zonas pobres del pas sin ninguna preparacin. Este hecho, sumado a las constantes
protestas de la sociedad y a la presin internacional, oblig al gobernante Bignone a
llamar a elecciones en 1983. Este fue el final de la dictadura militar, y el inicio de una
democracia dirigida por el presidente electo Ral Alfonsn, quien juzg a algunos de los
responsables de las atrocidades de la dictadura, y puso en marcha una comisin que se
dedic a la bsqueda de los desaparecidos. Esta fue la ltima dictadura militar que ha
sufrido Argentina. Tras ella, el pas ha vivido en democracia pero todava no ha curado
algunas de las heridas de su pasado reciente.
8.3.1 Inmigracin masiva en Argentina
A partir de finales del siglo XIX y principios del XX se produjo un flujo migratorio hacia
lugares de Hispanoamrica como la Argentina, que provoc un aumento considerable de
la poblacin en los pases receptores. Argentina fue un pas al que, desde 1870 hasta
alrededor de 1960, llegaron enormes cantidades de inmigrantes europeos, los cuales se
sentan atrados por las posibilidades de obtener dinero fcil, y la promesa de una vida
mejor, que en numerosas ocasiones fue posteriormente frustrada. Esta llegada masiva de
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extranjeros al pas se produjo en dos grandes fases: primeramente llegaron alrededor de
doscientos mil europeos en los aos previos a la Primera Guerra Mundial. El inicio y
desarrollo de la guerra (1914-1918) detuvo el flujo de inmigrantes hasta los aos veinte
del siglo pasado, en los que arribaron a tierras argentinas unos cinco millones de
europeos, muchos de ellos espaoles e italianos, ya que eran los que mejor se adaptaban
a las condiciones de Argentina. Segn diversas fuentes consultadas, en Argentina en
1869, la poblacin era de un milln ochocientos mil habitantes (13% eran inmigrantes).
Sin embargo, en 1914, la poblacin haba aumentado enormemente hasta alcanzar los
siete millones ochocientos mil habitantes (30% eran inmigrantes). Di Tullio y Kailuweit
(2011: 13) afirman que en 1960, el nmero de habitantes en la Argentina era ya de
treinta y seis millones. Asimismo, dichos autores manifiestan que desde 1880 a 1950,
6,5 millones de inmigrantes europeos se asentaron en tierras argentinas. Esto provoc
especialmente un crecimiento de la poblacin urbana.
8.4 El espaol bonaerense: una modalidad muy particular
Como hemos podido observar, numerosos fenmenos sociales, econmicos, culturales,
etc., influyen en la lengua de un territorio. En el caso del espaol bonaerense, todos los
factores extralingsticos que afectaron ayudaron a crear una modalidad de lengua muy
particular. A finales del siglo XVIII, la sociedad bonaerense estaba claramente dividida
en dos: la sociedad espaola, que se consideraba culta y europea, opuesta a la sociedad
americana, que era considerada por los primeros como gauchos o brbaros. Los
unitarios, esto es, la poblacin partidaria de un poder centralista, utilizaba un lenguaje
muy correcto y lleno de expresiones cultas. Sin embargo, estos cambiaran su manera de
utilizar el lenguaje, aproximndose a las hablas del pueblo indgena para controlarlo.
Pese al temor de algunos de que las lenguas indgenas se impusieran sobre el espaol,
este problema nunca lleg a surgir debido a que los unitarios aniquilaban o enviaban a
otras tierras a los indgenas. A finales del siglo XIX, cuando se produjo la revolucin de
Carlos Tejedor, surgi una nueva tendencia, que se repetira en el futuro, al habla con
rasgos populares, ya que en el grupo de resistencia de Buenos Aires se mezclaban
personas de diversos orgenes sociales y, adems, se utilizaba el nivel popular
deliberadamente, con el fin de demostrar que eran el pueblo.
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El proceso de nacionalizacin y de sentimiento de una identidad patria propia tras la
independencia fue unido a la lengua, esto es, un grupo de intelectuales llamados la
Generacin del 37 tales como Juan Bautista Alberdi o Domingo Faustino Sarmiento
deseaban que la independencia poltica fuese unida a la independencia de la lengua (Di
Tullio y Kailuweit 2011: 13). Estos intelectuales pensaban que la independencia total de
Espaa solo se conseguira desarrollando una lengua propia. Los autores mencionados
previamente (2011: 13) citan en su estudio a Amado Alonso en su obra Castellano,
espaol, idioma nacional (1938), quien afirma que prefiere el trmino castellano a
espaol ya que el primero no responde a ningn estado nacional. Alberdi considera que
la lengua espaola no es la lengua argentina, y Arlt llega ms lejos al afirmar: yo no
escribo en castellano sino en porteo. Esto nos lleva a considerar que los autores
argentinos influyeron notablemente en la manera de hablar de la poblacin; por lo tanto,
podemos afirmar que la literatura, adems de la escuela, era un importante instrumento
para la aceptacin de innovaciones en la lengua cotidiana.
Este inters por hablar diferente albergar ms adelante un deseo nacionalista de
desarraigo lingstico para apartarse de la lengua comn espaola. De hecho, en este
pas se alzaron numerosas voces en contra de la Real Academia de la Lengua, y la
academia argentina lleg a defender el derecho a la incorreccin en 1943, ya que lo
que haba interesado en el territorio rioplatense era el contenido y no la forma, con el
rechazo as, de la obsesin espaola por la correccin. Sin embargo, esta escisin no
lleg a ocurrir, pero s que se ha conseguido en este territorio una modalidad muy
particular e interesante del espaol.
Por otra parte, la situacin de inmigracin masiva que vivi el pas (los inmigrantes eran
espaoles e italianos mayoritariamente) propici el nacimiento y desarrollo de una
jerga, exclusiva en su origen de Buenos Aires aunque posteriormente se expandir a
otros territorios, llamada lunfardo. En los primeros estudios, esta jerga era considerada
como un lenguaje carcelario utilizado por los presos para evitar ser entendidos por la
polica. Sin embargo, Conde (2009) discrepa de esta teora y explica que el lunfardo es
un modo de expresin popular y que su lxico abarca varios aspectos de la vida adems
del delictivo. Conde (2009) lo define como un repertorio lxico integrado por palabras
y expresiones de diverso origen, utilizadas en alternancia con las del espaol estndar y
difundido transversalmente en todas las capas sociales y centros urbanos de la
Argentina. Aunque su origen pueda ubicarse en Buenos Aires, este vocabulario se ha
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extendido ya al pas entero. Engels y Kailuweit (2011: 230) explican que dicha
modalidad lingstica nace dentro de un contexto ampliamente heterogneo en relacin
a la mezcla tnica y social y, por lo tanto, es el producto de la hibridacin de diversas
peculiaridades lingsticas llegadas de todas partes. Lo importante, afirman, ya no es
centrarse en el personaje criminal en s, sino en el ambiente social donde dicha jerga se
crea y desarrolla.
Esta jerga pronto se difundi con gran xito entre la gente de las clases baja y media-
baja. Esta aceptacin y asimilacin tan rpida y satisfactoria se debe en gran medida a
que sus vocablos aparecan con frecuencia en las letras del tango, gnero musical
caracterstico de Argentina, y particularmente de Buenos Aires, que surge del mestizaje
de sociedades y culturas que viven en la ciudad a partir del siglo XIX. Este gnero bebe
de numerosos estilos musicales y es influencia de diversas culturas, las cuales fusiona
de un modo muy particular. Es caracterstico de la sociedad urbana y en concreto de la
sub-urbana. Este fenmeno nos muestra la influencia que tuvieron las clases sociales
ms humildes en la lengua. Para conocer el mbito lxico del lunfardo y de las hablas
del pueblo en Buenos Aires nos guiaremos por los diccionarios de lunfardo y de
trminos populares de Jos Gobello (1982 y 1990).
Etimolgicamente, el trmino lunfardo no presenta unos orgenes claros. Segn el
nuevo diccionario de Gobello (1990), varias son las propuestas: la primera afirma que el
trmino proviene de la palabra italiana lombardo natural de Lombarda; la segunda
opcin propone el trmino romanesco lombardo que significa ladrn; por ltimo, la
tercera posibilidad que propone el autor es lummardu, palabra de origen siciliano que
significa lombardo y, en sentido figurado, hombre sucio y, posteriormente, se utiliz
como sinnimo de ladrn o delincuente.
El lunfardo mezcla italianismos, anglicismos, galicismos y lusismos. Adems, contiene
abundancia de metforas y elementos poticos que pueden llegar a ser incomprensibles
para quienes no los conocen. Por otra parte, el lunfardo se mezcla con el vesre,
modalidad que permite la generacin de nuevas palabras mediante la combinacin de
slabas: camin > mionca. Actualmente, todava se mantienen numerosos trminos
del lunfardo, que se han sumado a la lengua en Argentina, y sobre todo en Buenos
Aires.
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Adems del lunfardo, debido a la fuerte inmigracin que recibi Buenos Aires, tambin
se desarroll una jerga italo-hispnica llamada cocoliche que naci en el barrio de Boca.
Sin embargo, esta jerga tuvo menos difusin y fue menos popular que el lunfardo.
Conde (2009) la define de la siguiente manera: un habla de transicin de la que se
sirvieron, en su mayora, los inmigrantes italianos llegados al Ro de la Plata que
intentando expresarse en castellano mezclaban con l sus respectivas lenguas maternas
tanto en el plano lxico como fontico y a veces incluso en el sintctico. Estas hablas
son consideradas de transicin debido a que los inmigrantes se valen de ellas como
puente desde su lengua nativa a la espaola. Debido a ello, el autor explica que no hubo
un solo cocoliche, sino tantos como nmero de hablantes.
Fontanella de Weinberg (1993: 254) afirma que el cocoliche no es una tercera lengua
adems del italiano y el espaol, sino que es una evolucin paulatina de una a otra.
Asimismo, dicha autora rechaza la posibilidad de que esta modalidad sea un pidgin o un
criollo por varias razones: en primer lugar, en las modalidades pidgin, tiene lugar una
simplificacin considerable. Sin embargo, la semejanza entre el italiano y el espaol
permiti mantener la flexin. En segundo lugar, una modalidad criolla surge de dos
modalidades ininteligibles entre s y, como sabemos, este no es el caso. Por ltimo, una
modalidad criolla es acogida por hablantes de ambas lenguas, mientras que el cocoliche
fue nicamente utilizado por hablantes italianos.
El cocoliche no dur ms de dos generaciones debido a que el objetivo de sus hablantes
era precisamente abandonar su lengua nativa y aprender la variedad de prestigio
rioplatense tan pronto como fuera posible, para una pronta integracin en su nueva vida.
Adems del cocoliche