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DIGITAL Semanario de las Iglesias de Granada y Guadix 3 de julio de 2016 1152 AÑO XXIV EMILIA FERNÁNDEZ, LA CANASTERA SER CRISTIANO EN LA ERA NEOPAGANA ARMENIA, ORACIÓN POR LA PAZ

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Revista diocesana Fiesta digital, Semanario de actualidad de las Iglesias de Granada y de Guadix.

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DIGITAL

S e m a n a r i o d e l a s I g l e s i a s d e G r a n a d a y G u a d i x

3 de julio de 2016Nº 1152 • AÑO XXIV

EMILIA FERNÁNDEZ, LA CANASTERA

SER CRISTIANO EN LA ERA NEOPAGANA

ARMENIA,ORACIÓN POR LA PAZ

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Cuántas veces pasamos por delante de situa-ciones de pobreza y necesidades y desviamos la mirada. Sobre las obras de misericordia y su significado el Papa ha reflexionado en su Audiencia Jubilar el día 30, señalando que la misericordia es un estilo de vida, no una pala-bra abstracta.

(…) Hoy el Señor nos invita a hacer un serio exa-men de conciencia. Está bien, de hecho, no olvidar nunca que la misericordia no es una palabra abs-tracta, sino un estilo de vida. Una cosa es hablar de misericordia, otra es vivir la misericordia. Una persona puede ser misericordiosa o puede ser no misericordiosa. Es un estilo de vida, yo elijo vivir como misericordioso o elijo vivir como no miseri-cordioso. Una cosa es hablar de misericordia, otra es vivir la misericordia.

Parafraseando las palabras de Santiago apóstol (cfr 2,14-17) podemos decir: la misericordia sin las obras está muerte en sí misma. ¡Es precisamente así! Lo que hace viva la misericordia es su cons-tante dinamismo para ir al encuentro de los nece-sitados y a las necesidades de los que están en la penuria espiritual y material. La misericordia tiene ojos para ver, oídos para escuchar, manos para le-vantar…

La vida cotidiana nos permite tocar con la mano muchas exigencias que tienen que ver con las per-sonas más pobres y más probadas. A nosotros se nos pide esa atención particular que nos lleva a

darnos cuenta del estado de sufrimiento y necesi-dad en la que están tantos hermanos y hermanas. A veces pasamos delante de situaciones de pobre-za dramática y parece que no nos tocan; todo con-tinúa como si nada, en una indiferencia que al final hace hipócritas y, sin que nos demos cuenta, con-duce a una forma de letargo espiritual que hace insensible el alma y estéril la vida. La gente que pasa por la vida, que va por la vida, sin notar las necesidades de los otros, sin ver tantas necesida-des, espirituales y materiales, es gente que pasa sin vivir, es gente que no sirve a los otros. Y recordad bien: quien no vive para servir, no sirve para vivir.¡Cuántos son los aspectos de la misericordia de Dios hacia nosotros! ¡De la misma manera, cuán-tos rostros se dirigen a nosotros para obtener mise-ricordia! Quién ha experimentado en la propia vida la misericordia del Padre no puede permanecer insensible delante de las necesidades de los her-manos. (…)

Mirar a lo esencial ¿qué significa? Mirar a Jesús en el hambriento, en el preso, en el enfermo, en el desnudo, en aquel que no tiene trabajo y debe mantener a una familia. Mirar a Jesús en estos hermanos y hermanas nuestros. Mirar a Jesús en aquel que está solo, triste, en aquel que se equi-voca y necesita un consejo, en aquel que necesita hacer un camino en silencio para que se sienta en compañía. Estas son las obras que Jesús nos pide. Mirar a Jesús en ellos, en esta gente. ¿Por qué? Porque Jesús a mí, a todos nosotros, nos mira así.

Mirar a lo esencialLa misericordia, un estilo de vida

vozdelPapa

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Hace una semana el Papa Francisco visitaba “el primer país cristiano”, lema con el que llevó a cabo este viaje apostólico a una tierra y un pueblo, de mayoría cristia-na, que lleva consigo desde hace generaciones el dolor de haber sido aniquilado por el Imperio Otomano.

En el siglo III Armenia declaró el cristianismo como re-ligión oficial tras la conversión de su rey. Durante toda su historia ha sufrido persecuciones y una de las más crueles fue la que tuvo lugar a principios del siglo XX, en 1915, con el genocidio por parte de los turcos. Tras aquello, miles de personas armenias están repartidas por todo el mundo, en la conocida como Diáspora, en nuevos lugares donde han nacido y crecido las genera-ciones posteriores, cuando sus mayores y progenitores huyeron de los horrores cometidos por los turcos con-tra el pueblo armenio, de gran mayoría cristiana.

El viaje de Francisco por tierras armenias ha sido breve pero intenso y significativo, por cuanto supone un ges-to ecuménico entre la Iglesia Católica y las iglesias de Oriente. El Santo Padre ha acudido allí como peregrino “en este Año Jubilar para prestar atención a la sabidu-ría antigua de vuestro pueblo y beber de las fuentes de vuestra fe, rocosa como vuestras famosas cruces escul-pidas en la piedra”.

La visita apostólica del Santo Padre nos dirige la mi-rada hacia un pueblo que, sufriendo martirio por no renunciar a la fe, se ha convertido en testimonio de fe para el mundo, que sirva para que no impere la revan-cha ni el odio, y la división deje paso a un tiempo de misericordia convirtiendo Armenia en tierra de perdón. Como ha pedido el Papa Francisco a Armenia, “desead ser constructores de paz: no notarios del status quo, sino promotores activos de una cultura del encuentro y de la reconciliación”. Una cultura del encuentro y la reconciliación que ahora toca plantar y cultivar para las generaciones futuras.

Visita al primer país cristiano

Editorial

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Sumario

SumarioDirectora:Paqui Pallarés García

Redacción:Rosa Die AlcoleaPedro Flores Medina

Colaboradores: Antonio Gómez Casas (Guadix)José Antonio Vinuesa GarcíaIgnacio Fernández González

Edita: ARZOBISPADO DE GRANADAPlaza Alonso Cano, s/n18001 GRANADA tel.: 958 215 675 e-mail: [email protected]ño y maquetación:Secretariado de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Granada

Facebook:Archidiócesis Granada

Twiter:@Archigranada

02. Voz del Papa Mirar a lo esencial La misericordia, un estilo de vida

03. Editorial Visita al primer país cristiano

05. Mirada

• Revisión al curso pastoral

• Rezo del Santo Rosario a los pies del monu-mento a la Inmaculada Concepción

•Descanse en paz, D. Bernabé Centeno Linares

•Hogares Nuevos celebra en Granada su “Encuentro para Encuentros” con su fun-dador

• Religión católica en la Diócesis de Guadix

•Visita del Obispo a las obras de rehabilita-ción del Hospital Real en Guadix

• Santidad que fecunda la historia

•Agenda

11. Textos“Bienaventurados los misericordiosos”Pastoral de la Carretera

14. A fondo“Desead ser constructores de paz”Oración del Papa por la paz en Armenia

18. Cultura Evangelizar y simplificar Europa

21. Testimonio Consuelo y fortaleza con el rezo del Rosario Emilia “la Canastera”

23. Signo y gracia Cristo nos lleva a todos nosotros El Palio

24. Luz de la Palabra“El reino de Dios ha llegado a vosotros”XIV Domingo del Tiempo Ordinario

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Los secretariados y delegaciones de la Diócesis de Guadix revisaron el curso pastoral 2015-16, en la reunión que tuvo lugar el pasado día 23, presidida por el obispo accitano, Mons. Ginés García.

También sirvió para plantear algunas líneas de actua-ción de cara al próximo curso, que comenzará a la vuelta del verano.

En la revisión, intervinieron los diferentes delegados y directores de Secretariado para presentar lo que se ha hecho durante el curso y analizar los logros y las dificultades a la hora de cumplir con los objetivos programados. En general, todos hicieron un balance positivo del curso transcurrido, aunque también cons-tataron las dificultades para realizar algunas de las actividades.

El curso que termina ha venido marcado fundamen-talmente por el Año de la Misericordia. Muchas de las actividades programas tenían que ver, de una u otra manera, con el Jubileo de la Misericordia. Ha habido celebraciones jubilares en la catedral, tanto por arci-prestazgos como por áreas de pastoral. También los encuentros de catequesis, hermandades, jóvenes,… han venido marcados por este acontecimiento eclesial que, sin duda, ha servido para dinamizar la pastoral diocesana.

También se ha hablado del proyecto diocesano para este Año de la Misericordia que tiene que ver con la dinamización del empleo para los más jóvenes, en una diócesis tan marcada por el desempleo en gene-ral y, sobre todo, por el juvenil. Ya se está trabajando en ello y, según informaron desde Cáritas, a la vuel-ta del verano habrá unas jornadas de concienciación que se concretarán en un programa de formación para el empleo.

Otro de los temas importantes de la reunión fue el de adelantar algunas de las líneas de acción para el próxi-mo curso pastoral 2016-17, que vendrá marcado por un nuevo Plan de Pastoral. Este nuevo plan ya está aprobado casi en su totalidad y tendrá una duración de tres años. Tiene objetivos muy concretos, basados en buena medida en la dinámica pastoral cotidiana y en la vivencia de los sacramentos. La acogida a los que se acercan a la Iglesia, la formación y el compro-miso de los que ya están, y el diálogo con el mundo y la cultura son algunos de los pilares de este nuevo plan de Pastoral que marcará la vida diocesana duran-te los próximos tres años.

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Revisión alcurso pastoral Diócesis de Guadix

Mirada

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MiradaRezo del Santo Rosario a los pies del monumento a la Inmaculada Concepción

La convocatoria está abierta a todos los fieles y retoma desde el pasado año una devoción que se iniciara con el sacerdote D. Pedro Manjón cuando llevaba a los alumnos de las Escuelas Ave María a rezar esta oración mariana.

El sábado 2 de julio, a las 19 horas, a los pies del monumento de la Inmaculada Concepción, en la Pla-za del Triunfo, un grupo de personas de la Diócesis se congregan para rezar el Santo Rosario por las in-tenciones del Santo Padre y por las necesidades de España. Se trata de una convocatoria que se repite los primeros sábado de mes abierta a la participación de todo el mundo que desee sumarse.

La iniciativa, promovida por un grupo de fieles laicos de Granada, se retomó el pasado año y se celebra todos los primeros sábados de mes.

ORIGEN EN LAS ESCUELAS AVE MARÍA

Esta iniciativa de rezar el Santo Rosario junto al mo-numento de la Inmaculada Concepción se originó con el sacerdote D. Pedro Manjón, director de las Escuelas del Ave María y capellán de la escuela de la Quin-ta, que congregaba cada año a los alumnos de estas escuelas de Granada para rezar a la Virgen. Poste-riormente, esta iniciativa continuó con el sacerdote D. Alberto Gómez Matari, que amplió la participación a los fieles en general.

“Con el paso de los años mi madre nos invitaba a rezar los primeros sábados de mes el Santo Rosario al pie del monumento a la Santísima Virgen, ya en su emplazamiento”, explicó José Molina, uno de los fieles que actualmente participan en esta iniciativa, retomada el pasado año, y recordando así los años en que acudía al rezo del Santo Rosario dirigido por D. Alberto Gómez. Y tras D. Alberto Gómez, continua-ron con este piadoso acto los laicos Miguel Corral y, posteriormente, Eduardo Palacín, recientemente fallecido.

Tras un tiempo sin poder reunirse, un grupo de lai-cos de Granada, junto con el sacerdote D. Antonio Cabrera, decidió recuperar esta devoción y desde el año pasado todos los primeros sábados de mes se reúnen a los pies del monumento de la Inmaculada Concepción en la Plaza del Triunfo para rezar el Santo Rosario. En todos los casos, siempre se ha rezado por las intenciones del Santo Padre y por las necesidades de España.

“Es importante recordar que Granada tiene el honor de ser la primera ciudad de España que hizo el jura-mento de admitir y defender la verdad teológica de la Inmaculada Concepción de María. Este fue el primer monumento erigido en el mundo en honor de la San-tísima Virgen en el campo llamado del Triunfo, y de ahí el nombre: Monumento al Triunfo de la Inmacula-da Concepción”, explicó José Molina.

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Mirada

Fue canónigo emérito de la Catedral de Granada, donde ha recibido sepultura en su cripta.

El sacerdote diocesano D. Bernabé Centeno Linares falleció en Granada el miércoles, en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. En la mañana del jueves día 30 tuvo lugar la misa corpore in sepulto en la S.A.I Catedral y enterrado en la cripta del templo catedralicio, del que era canónigo emérito.

Natural de Churriana, D. Bernabé Centeno recibió la ordenación sacerdotal el 14 de junio de 1953, y unos meses después, en el año 1954, se encargó sucesiva-mente, de la parroquia de Nuestra Señora de la Anun-ciación de Maracena, de la parroquia Santa Ana en Montillana, de la parroquia del Señor de la Expiración en Campotéjar, y coadjutor de la parroquia de Berja-Almería. Entre el año 1956 y 1968 fue coadjutor de la parroquia San Pedro y San Pablo.

También tuvo responsabilidades en el seno de la Cu-ria Diocesana, como oficial de Vicaría General, cuyo nombramiento recibió el 31 de diciembre de 1968. Posteriormente, fue vice provisor segundo del Tribu-nal Eclesiástico de Granada, donde en el año 1991

Descanse en paz, D. Bernabé Centeno Linares, sacerdote diocesano

se ocupó de la Vicaría Judicial del Tribunal Diocesa-no. En el año 2000, pasó a ser vicario judicial adjunto y Presidente del Tribunal de Apelación diocesano ad casum de Granada. También fue el consiliario del Mo-vimiento Apostólico mujeres de Acción Católica de Granada, entre 1989 y el año 2000, y Capellán de las Religiosas Siervas del Evangelio.

Se celebra en el Seminario Sierra Nevada, Anti-guo Hotel del Duque, y con ellos compartirá una de sus jornadas nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez.

Del 1 al 3 de julio, el Movimiento Hogares Nuevos-Obra de Cristo celebra su V Encuentro para Encuen-tros, dirigido a los matrimonios de esta realidad ecle-sial, en nuestra Diócesis. Al Encuentro también asiste su fundador, padre Ricardo Facci, y nuestro Arzobis-po, Mons. Javier Martínez, compartirá una jornada, que se celebra en el Seminario Sierra Nevada, Antiguo Hotel del Duque. Participarán en torno a una veintena de matrimonios procedentes de Granada, Jaén, Ma-drid y Milán, donde hay presencia de Hogares Nuevos.En estas dos jornadas los matrimonios se forman y profundizan en el carisma propio de esta realidad eclesial, para, posteriormente, desarrollar tareas de li-derazgo en la divulgación de la Buena Nueva del ma-trimonio y la familia que lleva a cabo el Movimiento Hogares Nuevos.

Simultáneamente al Encuentro para Encuentros, tiene lugar el II Campamento de Hijos de Hogares Nuevos, otra rama del carisma Obra de Cristo que se ocupa de ayudar a los padres en la educación de sus hijos; edu-cación basada en los rasgos propios de su carisma: Cristo en el centro de la vida, apertura a la Iglesia, amor a la familia, humildad y alegría.

Hogares Nuevos celebra en Granada su “Encuentro para Encuentros” con su fundador

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Mirada

Religión Católica en la Diócesis de Guadix

La inmensa mayoría de los padres en la Diócesis accitana escogen Religión Católica para sus hijos en Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. La Diócesis de Guadix es una de las que tiene un ma-yor porcentaje de alumnos que cursan Enseñanza Re-ligiosa Escolar, en todos los niveles: desde Infantil has-ta Bachillerato. Y así viene ocurriendo todos los años, en los que el porcentaje, lejos de decrecer, en algunos casos, hasta aumenta. Los alumnos en Secundaria y Bachillerato, y los padres en Infantil y Primaria suelen escoger la enseñanza de Religión a la hora de hacer la matrícula para sus hijos. De Infantil a Secundaria, los porcentajes de alumnos que cursan esta asignatura superan el 90 % y en Bachillerato solo baja hasta el 82%.Con estos datos, se constata que cursar Religión en los colegios no es solo un derecho que tienen los padres para con sus hijos, sino que, además, es una opción querida y buscada por los padres, que desean que sus hijos reciban esta enseñanza, que aporta con-tenidos pero, también, valores. Y eso que cada año deben revalidar su opción al hacer la matrícula. La administración, lejos de facilitar las cosas, exige que se haga constar cada año si se desea recibir Religión, pues no vale la opción de un año para otro. A pesar de todo, el 90% de los padres y los alumnos optan por esta asignatura.

Durante el mes de junio y los primeros días de julio es cuando se formalizan las matrículas en la mayoría de los centros escolares. Y es en estos días cuando este 90 % de padres –el 93% en Secundaria- ejercen su derecho de solicitar la Asignatura de Religión para la formación de sus hijos. Es esta una elección nada fá

cil, pues no siempre se informa adecuadamente o se facilitan las cosas en los centros, a pesar de que están obligados a hacer dicha oferta. Y, con todo, la inmen-sa mayoría de los padres, que saben de su derecho, optan por esta asignatura.

En el haber de la Religión en la escuela está no solo que sea un derecho; por cierto, un derecho que existe en la mayor parte de los países democráticos y res-petuosos con las libertades. Además, en palabras de Maribel Sancho, Delegada de Enseñanza de la dióce-sis de Guadix, “la formación religiosa aparece como necesaria porque sirve para situarse lúcidamente ante la tradición cultural recibida, para insertarse crítica-mente en la sociedad y para dar respuesta al sentido último de la vida con todas sus implicaciones éticas”.

Y, por si todo esto fuese poco, es una opción querida por la práctica totalidad de los padres, que se ve re-frendada por el deseo de los alumnos que, cuando se hacen mayores, siguen optando por Religión, como se puede apreciar en Secundaria –donde el porcentaje sube- y en Bachiller –donde solo baja un poquito-. También tiene que ver en esto, seguramente, el buen hacer de los profesores, capacitados profesionalmen-te y que, cada año, completan su formación para im-partir mejor su asignatura.

Sin duda, en toda España, pero sobre todo en la Dió-cesis de Guadix, la asignatura de Religión sigue siendo una opción querida y elegida, tanto por padres como por alumnos. Una opción que en estos días se está ejerciendo con responsabilidad y, sobre todo, buscan-do lo mejor para los hijos.

Antonio Gómez

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MiradaVisita del Obispo a las obras de rehabilitación del Hospital Real de Guadix

La visita tuvo lugar el pasado día 28 de junio. Allí, Mons. Ginés García pudo conocer el estado de las mismas y lo que ya se ha realizado que, poco a poco, va devolviendo a su estado original un edifico cargado de historia. Le acompañaba el ecónomo diocesano, D. Juan Sáez.

La Diócesis de Guadix está rehabilitando el Hospital Real y la Iglesia de San Torcuato, aneja al mismo, para conservar este importante patrimonio accitano y para crear un museo, una sala de exposiciones y una resi-dencia sacerdotal. Para ello, ha recibido una subven-ción del ministerio de Fomento que asciende al 75% del millón doscientos mil euros presupuestados.

La subvención que se ha recibido del Ministerio de Fomento asciende a 922.744,14 euros, el 75% del total, con cargo a los fondos de que se generan para el 1,5% cultural por la contratación de obra pública. El 25% restante lo aporta la propia diócesis.

La rehabilitación del edifico será integral: desde las cubiertas a la fachada, pasando por el interior y la iglesia vinculada al mismo. Cuando todo esté termi-nado, el edifico tendrá un uso cultural en gran parte del mismo. Se contempla la creación de un museo relacionado con la actividad social y sanitaria en la ciudad de Guadix y, más en concreto, con la que se

realizaba en ese Hospital Real, que fue lugar de infec-ciosos y que, con el tiempo, se convirtió en la materni-dad de la ciudad accitana, donde vinieron a este mun-do muchos de los mayores de Guadix y la comarca. También habrá una sala de exposiciones temporales, que tendrá un interés especial por encontrarse en una de las zonas más monumentales de Guadix.

Además de los usos culturales, una parte del edifico se reserva para otros usos funcionales, relacionados con la actividad de la diócesis. Uno de esos usos posibles podría ser la creación de una residencia de sacerdotes mayores y enfermos, de la que carece en la actualidad la diócesis accitana. La construcción de esa residencia correría a cargo del presupuesto de la diócesis.

Santidad que fecunda la historia

Con el título Santidad que fecunda la historia (ll), se ha celebrado en Madrid la Jornada de forma-ción y convivencia de los Institutos Seculares.

Después de la presentación de la jornada a cargo de Dña. Vicenta Estelles -presidenta de CEDIS-, D. An-tonio Bravo –del Instituto Sacerdotal del Prado- nos recordó con una magnífica ponencia la aportación del Vaticano II sobre la índole secular de la Iglesia; nos re-cordó que somos memoria profética en lo concreto de la vida cotidiana; que nuestra llamada universal es a la santidad, así como estamos al servicio de la misión de la Iglesia en un mundo en constante mutación.

Hemos de crear un mundo nuevo, ya que nuestra es-piritualidad es para cambiar el mundo. Estamos lla-madas a vivir y ahondar en la autonomía del hombre y de la sociedad y servir a la humanidad.

La jornada continuó con una presentación y breve de varios fundadores de Institutos Seculares, de la segun-da mitad del siglo XX.

CEDIS

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Mirada

• Concierto. El día 8, a las 21:30 horas, en la Abadía del Sacromonte, concierto solidario del Festival Extensión (FEX), en el marco del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, a cargo de la Orquesta Efímera de Plectro Reino de Granada. Los fondos obtenidos se destinarán a la reha-bilitación de la Abadía, a través de la Fundación Abadía del Sacromonte.

• Pastoral de la salud. Eucaristía por los enfermos el día 11 a las 20 horas en la parroquia de San Agustín (C/ Dr. Barra-quer, 6), con la Pastoral de la salud y Hospitalidad Granadina Nuestra Señora de Lourdes.

• Mater Christi. Ejercicios espirituales con Mater Christi del 18 al 23 de agosto, en la localidad madrileña de Collado Vi-llalba, abierto a la participación de todo el mundo. Más infor-mación e inscripciones en el teléfono 91-532-91-92.

• Parroquia de Víznar. Representación teatral Camino del Veleta, de D. Manuel Medina Olmos, a cargo de un grupo de personas voluntarias de la parroquia, el día 9, a las 21:30 horas, en el patio de las Escuelas, en Víznar. Organiza la pa-rroquia en colaboración con el ayuntamiento de este muni-cipio.

• Patrona de Almuñécar. El 9 de julio presentación del car-tel que anunciará la Coronación Canónica de Nuestra Seño-ra de la Antigua, Patrona de Almuñécar. La presentación del cartel tendrá lugar en la Casa de la Cultura de este municipio y la Coronación Canónica tendrá lugar el 6 de agosto, en el parque del Majuelo, a las 21 horas.

• Vídeo. El Secretariado de Medios de Comunicación So-cial del Arzobispado de Granada ha publicado un vídeo del concierto de cantos cristianos orientales, ofrecido en la igle-sia parroquial del Sagrario el pasado día 23, con el que se clausuraron las actividades de este curso del Centro Cultural Nuevo Inicio. El vídeo está disponible en el canal Youtube del Secretariado de Medios de Comunicación Social del Arzobis-pado, accesible también a través de la web diocesana www.archidiocesisgranada.es

• Por tantos. El Secretariado para el Sostenimiento de la Igle-sia Católica ha renovado la página web Xtantos, en la que se informa sobre el régimen fiscal de la Iglesia Católica en España, para aclarar que no se tienen privilegios ni goza de un régimen fiscal distinto al resto de confesiones, presenta la labor de la Iglesia y da cuenta de lo que se hace con este dinero. A través de www.portantos.es puede contactarse di-rectamente con las Diócesis de Granada y Guadix. Majuelo, a las 21 horas.

AGENDA

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En los desplazamientos, especialmente intensos con el tiempo de vacaciones, también estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre es misericordioso, respetando al resto de conduc-tores y peatones, y socorriendo a quienes han sufrido accidentes, como el Buen Samaritano. Mensaje de la Pastoral de la Carretera, de la Co-misión Episcopal de Migraciones, en la Jornada de Responsabilidad del tráfico que celebramos el 3 de julio.

“Bienaventuradoslos misericordiosos”

Textos

Pastoral de la Carretera

Queridos hermanos y amigos:

En la fiesta de San Cristóbal y en el inicio de las va-caciones de verano, desde la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, en el Departamento de la Pastoral de la Carretera, os hacemos llegar nuestro cordial saludo a todos los que estáis relacionadas con la carretera: camioneros, transportistas, taxistas, conductores de autobuses, de autocares, de ambulancias, bomberos, Guardia Civil, policía de tráfico, cofradías de san Cristóbal, asocia-ciones de transportistas. Nos dirigimos también a las personas que cada día pasáis buena parte de vuestro tiempo al volante por razones de trabajo, necesidad o porque os vais de vacaciones. Asimismo a los moto-ristas, ciclistas y peatones que, de una u otra manera, hacéis uso de las vías públicas. Os deseamos la paz, la alegría y la bendición del Señor en este Año de la Misericordia.

Sermón de la montaña.

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El lema del Año Jubilar, Misericordiosos como el Pa-dre, palabras de Jesús, según el evangelio de san Lu-cas (Lc 6, 36) nos invita a no juzgar, a no condenar, sino a perdonar y ser misericordiosos. “Es un progra-ma de vida tan comprometedor como rico de alegría y de paz”, nos dice el Papa Francisco (MV, n. 13). Por-que la misericordia en la Sagrada Escritura es la pala-bra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros.

La parábola del Buen Samaritano, que encontramos en Lucas 10, 30-37, es una magnífica manifestación de Dios misericordioso, que se revela en su Hijo, nues-tro Señor Jesucristo, el Buen Samaritano, que se com-padece, levanta y cura al hermano herido y abando-nado, lo lleva a la posada y asume los costes de sus cuidados. En contraste con dos servidores del Templo de Jerusalén, que pasaron de largo, ante el hermano apaleado y despojado por los bandidos.

También hoy, por accidentes de diversa naturaleza, podemos encontrarnos con personas heridas. Ahora, como entonces, puede que muchos vayamos cada uno a lo nuestro, ocupados en nuestras cosas y pro-blemas, deseando llegar lo antes posible a nuestro

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Bienaventurados los misericordiosos es el lema que este año para el Día de la Responsabilidad en el Trá-fico, que celebramos el próximo 3 de julio. Las pala-bras están tomadas del Sermón de la Montaña (Mt 5, 1-12).

Estamos en pleno Año Jubilar de la Misericordia. “Mi-sericordia -nos dice el Papa Francisco en su Bula de Apertura del Año Jubilar, Misericordiae Vultus (MV)- es el acto último y supremo con el que Dios viene a nuestro encuentro” (MV, n. 2). El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define la misericordia como la “virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos”.

Continuamente, en este Año Jubilar de la Misericor-dia, el Papa Francisco nos habla de la misericordia. También nosotros, en la Pastoral de la Carretera, que-remos hacernos eco de las palabras del Papa y pro-clamar, con el Señor, por todas nuestras carreteras y calles: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”.

Escuchar en nuestras calles y carreteras esta procla-mación de la bienaventuranza por parte del Señor nos llena de alegría y nos compromete a vivir en con-secuencia. “Estamos llamados a vivir de misericordia –nos dice el Papa Francisco- porque a nosotros, en primer lugar, se nos ha aplicado misericordia. El per-dón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso”, porque “el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón” (MV, n. 9). La ex-periencia personal de la misericordia por parte de Dios nos lleva a ser misericordiosos con los demás al modo como Dios lo es con nosotros.

A todos nos gusta que los demás sean misericordio-sos, indulgentes, pacientes y comprensivos con no-sotros, a pesar de nuestros fallos y faltas. Ello debe llevarnos a ser humildes, a reconocer que perfecto solo es Dios y a ser misericordiosos con los demás, si queremos alcanzar misericordia.

En la carretera o en la calle, en el coche o como pea-tones, no podemos perder los modales y ser jueces inmisericordes con todos los que se cruzan en nuestro camino y hacen -o dejan de hacer- una maniobra o adoptan una actitud inadecuada. Todos hemos sido testigos, o protagonistas, alguna vez, de insultos o discusiones entre conductores por motivos, que, con un poco de paciencia, comprensión y educación, ha-brían quedado en nada.

Textos

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lugar de destino. Pararse a ver lo que ha pasado y a ayudar en lo que se necesite nos puede complicar la vida, perder tiempo y, a veces, dinero; así que pode-mos tener la tentación de pasar de largo. Pero el Buen Samaritano se compadece, se para, atiende y ayuda al herido, aunque sea a costa de su tiempo y de su dine-ro, y termina diciéndonos, como Jesús dijo al maestro de la Ley: “Anda y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37).

El Papa Francisco nos recomienda como acciones prácticas las clásicas catorce obras de la misericordia. “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia cor-porales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia” (MV, n. 15). Las obras de miseri-cordia –dice en otro lugar– “nos ayudan a abrirnos a la misericordia de Dios, a pedir la gracia de entender que sin misericordia la persona no puede hacer nada” (El nombre de Dios es misericordia, p. 106).

Con frecuencia el ejercicio de las obras de misericor-dia está relacionado con los desplazamientos. Por ejemplo, para visitar a los enfermos, a los presos, para llevar alimentos, ropa o medicinas, para acompañar en un entierro. Por otra parte, tanto el ejercicio de es-tas obras corporales, como el de las espirituales, exige de nosotros disponibilidad para servir, para aconsejar, para enseñar al que no sabe, para corregir al que co-mete una infracción, para perdonar las ofensas que otros puedan hacernos, para soportar las molestias que otros nos originen. En su comentario, el Papa Francisco, refiriéndose a las cuatro primeras obras de

misericordia espiritual, se pregunta: “¿No tiene que ver, en el fondo, con lo que hemos llamado ‘el apos-tolado de la oreja’? Acercarse, saber escuchar, acon-sejar y enseñar, sobre todo con nuestro testimonio” (El nombre de Dios es Misericordia, p. 107).

Desgraciadamente, la carretera va asociada a la muer-te de bastantes centenares de personas que anual-mente pierden la vida en un accidente de tráfico. La última obra de misericordia espiritual es: “Orar a Dios por los vivos y difuntos”. En nuestros desplazamien-tos, hay tiempo para todo, también para pedir a Dios por nuestra familia, por nuestras necesidades, por las necesidades de otras personas, por los vivos y por los difuntos. O, sencillamente, para darle gracias por su ayuda y misericordia.

En la letanía, a la Virgen la invocamos como Madre de Misericordia; y en la Salve le decimos “vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”. Ponemos en sus manos a todos los conductores -profesionales o no- para que los guarde en todos sus caminos con su misericordia maternal.

Feliz fiesta de San Cristóbal, con su eucaristía, la ben-dición de los vehículos, donde tenga lugar, y la convi-vencia familiar y fraterna.

+ José Sánchez González Presidente del Departamento de

Pastoral de la Carretera de la CEE

Textos

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“Desead serconstructores de paz” Oración del Papa

por la paz en Armenia

“Armenia, desead ser constructores de paz: no notarios del status quo, sino promotores activos de una cultura del encuentro y de la reconcilia-ción”, les dijo el Papa Francisco a los armenios en su última visita apostólica, que realizó del 24 al 26 de junio con el lema Visita al primer país cristiano; un país que ha sufrido persecuciones y, a principios del siglo XX, el genocidio de un pueblo de mayoría cristiana, una herida que ha acompañado a las generaciones posteriores. Venerado y querido hermano, Patriarca supremo y Catholicós de todos los armenios, Señor Presidente, Queridos hermanos y hermanas

La bendición y la paz de Dios estén con vosotros.

Mucho he deseado visitar esta querida tierra, vuestro País que fue el primero en abrazar la fe cristiana. Es una gracia para mí encontrarme en estas montañas, donde, bajo la mirada del monte Ararat, también el silencio parece que nos habla; donde los khatchkar -las cruces de piedra- narran una historia única, im-

pregnada de fe sólida y sufrimiento enorme, una historia rica de grandes testigos del Evangelio, de los que sois herederos. He venido como peregrino desde Roma para encontrarme con vosotros y para mani-festaros un sentimiento que brota desde la profundi-dad del corazón: es el afecto de vuestro hermano, es el abrazo fraterno de toda la Iglesia Católica, que os quiere y que está cerca de vosotros.

En los años pasados, se han intensificado, gracias a Dios, las visitas y los encuentros entre nuestras Igle-sias, siendo siempre muy cordiales y con frecuencia memorables. La Providencia ha querido que, en el mismo día en el que se recuerdan los santos Após-toles de Cristo, estemos juntos nuevamente para reforzar la comunión apostólica entre nosotros. Estoy muy agradecido a Dios por la “real e íntima unidad” entre nuestras Iglesias (cf. Juan Pablo II, Celebración ecuménica, Ereván, 26 septiembre 2001: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 5 de octubre de 2001, p. 14) y os agra-dezco vuestra fidelidad al Evangelio, frecuentemente heroica, que es un don inestimable para todos los

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cristianos. Nuestro reencuentro no es un intercambio de ideas, sino un intercambio de dones (cf. Id., Carta enc. Ut unum sint, 28): recojamos lo que el Espíritu ha sembrado en nosotros, como un don para cada uno (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 246). Com-partamos con gran alegría los muchos pasos de un camino común que ya está muy avanzado, y mire-mos verdaderamente con confianza al día en que, con la ayuda de Dios, estaremos unidos junto al altar del sacrificio de Cristo, en la plenitud de la comunión eucarística. Hacia esa meta tan deseada “somos pe-regrinos, y peregrinamos juntos (…) hay que confiar el corazón al compañero de camino sin recelos, sin desconfianzas” (ibíd., 244).

En este trayecto nos preceden y acompañan muchos testigos, de modo particular tantos mártires que han sellado con la sangre la fe común en Cristo: son nuestras estrellas en el cielo, que resplandecen sobre nosotros e indican el camino que nos falta por reco-rrer en la tierra hacia la comunión plena. Entre los grandes Padres, deseo mencionar al santo Catholicós Nerses Shnorhali. Él manifestaba un amor extraor-dinario por su pueblo y sus tradiciones, y, al mismo tiempo, estaba abierto a las otras Iglesias, incansable en la búsqueda de la unidad, deseoso de realizar la voluntad de Cristo: que los creyentes “sean uno” (Jn 17,21). En efecto, la unidad no es un beneficio es-tratégico para buscar mutuos intereses, sino lo que Jesús nos pide y que depende de nosotros cumplir

con buena voluntad y con todas las fuerzas, para realizar nuestra misión: ofrecer al mundo, con cohe-rencia, el Evangelio.

Para lograr la unidad necesaria no basta, según san Nerses, la buena voluntad de alguien en la Iglesia: es indispensable la oración de todos. Es hermoso estar aquí reunidos para rezar unos por otros, unos con otros. Y es sobre todo el don de la oración que he venido a pediros esta tarde. Por mi parte, os aseguro que, al ofrecer el Pan y el Cáliz en el altar, no dejo de presentar al Señor a la Iglesia de Armenia y a vuestro querido pueblo.

San Nerses advertía también la necesidad de acre-centar el amor recíproco, porque sólo la caridad es capaz de sanar la memoria y curar las heridas del pasado: sólo el amor borra los prejuicios y permite reconocer que la apertura al hermano purifica y me-jora las propias convicciones. Para el santo Catholi-cós, es esencial imitar en el camino hacia la unidad el estilo del amor de Cristo, que “siendo rico” (2 Co 8,9), “se humilló a sí mismo” (Flp 2,8). Siguiendo su ejemplo, estamos llamados a tener la valentía de dejar las convicciones rígidas y los intereses propios, en nombre del amor que se abaja y se da, en nom-bre del amor humilde: este es el aceite bendecido de la vida cristiana, el ungüento espiritual precioso que cura, fortifica y santifica. “Suplimos las faltas con caridad unánime”, escribía san Nerses (Cartas

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de Nerses Shnorhali, Catholicós de los Armenios, Ve-necia 1873, 316), e incluso -hacía entender- con una particular dulzura de amor, que ablande la dureza de los corazones de los cristianos, también de los que a veces están replegados en sí mismos y en sus propios beneficios. No los cálculos ni los intereses, sino el amor humilde y generoso atrae la misericordia del Padre, la bendición de Cristo y la abundancia del Es-píritu Santo. Rezando y “amándonos intensamente unos a otros con corazón puro” (cf. 1 P 1, 22), con humildad y apertura de ánimo, dispongámonos a re-cibir el don de la unidad. Sigamos nuestro camino con determinación, más aún corramos hacia la plena comunión entre nosotros.

“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo” (Jn 14,27). Hemos escuchado estas palabras del Evangelio, que nos disponen a implorar de Dios esa paz que el mundo tanto se esfuerza por encontrar. ¡Qué grandes son hoy los obstáculos en el camino de la paz y qué trágicas las consecuencias de las guerras! Pienso en las poblaciones forzadas a abandonar todo, de modo particular en Oriente Me-dio, donde muchos de nuestros hermanos y herma-nas sufren violencia y persecución a causa del odio y de conflictos, fomentados siempre por la plaga de la proliferación y del comercio de armas, por la ten-tación de recurrir a la fuerza y por la falta de respeto a la persona humana, especialmente a los débiles, a los pobres y a los que piden sólo una vida digna.

No dejo de pensar en las pruebas terribles que vues-tro pueblo ha experimentado: Apenas ha pasado un siglo del Gran Mal que se abatió sobre voso-tros. Ese “exterminio terrible y sin sentido” (Saludo al comienzo de la Santa Misa para los fieles de rito armenio, 12 abril 2015), este trágico misterio de ini-quidad que vuestro pueblo ha experimentado en su carne, permanece impreso en la memoria y arde en el corazón. Quiero reiterar que vuestros sufrimientos nos pertenecen: “Son los sufrimientos de los miem-bros del Cuerpo místico de Cristo” (Juan Pablo II, Carta apostólica en ocasión del XVII Centenario del bautismo del pueblo armenio, 7: L’Osservatore Ro-mano, ed. semanal en lengua española, 2 de mar-zo de 2001, p. 6); recordarlos no es sólo oportuno, sino necesario: que sean una advertencia en todo momento, para que el mundo no caiga jamás en la espiral de horrores semejantes.

Al mismo tiempo, deseo recordar con admiración cómo la fe cristiana, “incluso en los momentos más trágicos de la historia armenia, ha sido el estímulo que ha marcado el inicio del renacimiento del pue-blo probado” (ibíd., 276). Esta es vuestra verdade-ra fuerza, que permite abrirse a la vía misteriosa y salvífica de la Pascua: las heridas que permanecen abiertas y que han sido producidas por el odio feroz e insensato, pueden en cierto modo conformarse a las de Cristo resucitado, a esas heridas que le fueron infligidas y que tiene impresas todavía en su carne.

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Él las mostró gloriosas a los discípulos la noche de Pascua (cf. Jn 20,20): esas heridas terribles de do-lor padecidas en la cruz, transfiguradas por el amor, son fuente de perdón y de paz. Del mismo modo, también el dolor más grande, transformado por el poder salvífico de la cruz, de la cual los Armenios son heraldos y testigos, puede ser una semilla de paz para el futuro.

La memoria, traspasada por el amor, es capaz de adentrarse por senderos nuevos y sorprendentes, donde las tramas del odio se transforman en proyec-tos de reconciliación, donde se puede esperar en un futuro mejor para todos, donde son “dichosos los que trabajan por la paz” (Mt 5,9). Hará bien a todos comprometerse para poner las bases de un futuro que no se deje absorber por la fuerza engañosa de la venganza; un futuro, donde no nos cansemos jamás de crear las condiciones por la paz: un trabajo digno para todos, el cuidado de los más necesitados y la lucha sin tregua contra la corrupción, que tiene que ser erradicada.

Queridos jóvenes: este futuro os pertenece: sabien-do aprovechar la gran sabiduría de vuestros ancia-nos, desead ser constructores de paz: no notarios del status quo, sino promotores activos de una cultura del encuentro y de la reconciliación. Que Dios bendi-ga vuestro futuro y “haga que se retome el camino de reconciliación entre el pueblo armenio y el pue-blo turco, y que la paz brote también en el Nagorno Karabaj” (Mensaje a los Armenios, 12 abril 2015).

Por último, quiero evocar en esta perspectiva a otro gran testigo y artífice de la paz de Cristo, san Gre-gorio de Narek, que he proclamado Doctor de la Iglesia. Podría ser definido también “Doctor de la paz”. Así escribía en ese extraordinario Libro que me gusta considerar como la “constitución espi-ritual del pueblo armenio”: “Recuérdate, (Señor, …) de los que en la estirpe humana son nuestros enemigos, pero por el bien de ellos: concede a ellos perdón y misericordia. (…) No extermines a los que me muerden, transfórmalos. Extirpa la viciosa con-ducta terrena y planta la buena en mí y en ellos” (Libro de las Lamentaciones, 83, 1-2). Narek, “partí-cipe profundamente consciente de toda necesidad” (ibíd., 3,2), ha querido identificarse incluso con los débiles y los pecadores de todo tiempo y lugar, para interceder en favor de todos (cf. ibíd., 31,3; 32,1; 47,2): se ha hecho “’ofrenda de oración’ de todo el mundo” (ibíd., 28,2). Su solidaridad universal con la humanidad es un gran mensaje cristiano de paz,

un grito vehemente que implora misericordia para todos. Los armenios, presentes en muchos países y a quienes deseo abrazar fraternalmente desde aquí, son mensajeros de este deseo de comunión, “emba-jadores de paz” (Juan Pablo II, Carta apostólica en ocasión del XVII Centenario del bautismo del pue-blo armenio: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 2 de marzo de 2001, p. 6). Todo el mundo necesita de vuestro mensaje, necesita de vuestra presencia, necesita de vuestro testimonio más puro. Kha’ra’rutiun amenetzun (Que la paz esté con vosotros).

Papa Francisco

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En el año 1992 se celebró el Sínodo Extraordinario sobre Europa, en el que el Papa emérito Benedicto XVI, entonces cardenal Joseph Ratzinger, ofreció un discurso sencillo y breve, alejado de los análisis políticos y pastorales, y anclado en la Biblia y en la enseñanza de los Padres. Ratzinger/Benedicto XVI, que acaba de cumplir 65 años de sacerdocio, reclamaba una conciencia más viva de la urgencia de la misión, pero advierte que la clave no está en nuevas planificaciones y estructuras, sino en la comunicación sencilla y alegre de la fe: que Dios, en Cristo, está con nosotros, nos guía y nos condu-ce con su amor. Al hablar de la vieja Europa, forjada en sus orígenes por el cristianismo, Ratzinger advierte que son numerosos los signos en los que se hacen evidentes las trágicas consecuencias de la ausencia de Dios. Por eso, la “nueva evangelización” requiere hablar en primer lugar de Dios, para poder hablar con verdad del hombre.

Evangelizar y simplificarEuropa

Cultura

José Jiménez Aranda.

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Observando los signos de los tiempos, hemos visto que nuestro primer deber en este momento histórico es anunciar el Evangelio de Cristo, ya que el Evangelio es fuente verdadera de libertad y humanidad. El Señor mismo indica el núcleo de este anuncio con breves palabras, que deben ser el corazón de toda evange-lización. Al principio de su vida pública, Cristo resu-me así la esencia de su Evangelio: “Se ha cumplido el plazo, ya llega el reino de Dios. Convertíos y creed la buena nueva” (Mc 1, 15).

Pero el reino de Dios no es un lugar o un tiempo, ni una estructura del mundo que nosotros debemos meditar y realizar. El reino de Dios es Dios mismos, que se nos acerca, comunica con nosotros, se une a nosotros, para reinar en nosotros. Anunciar el reino de Dios es anunciar a Dios vivo y verdadero. Quien no conoce a Dios no conoce al hombre, y quien se olvida de Dios destruye la humanidad del hombre, ignoran-do su verdadera dignidad y grandeza.

Por eso, San Ireneo: “Si al hombre le faltara comple-tamente Dios, el hombre cesaría de existir”, intro-duciendo de esta manera la famosa declaración del humanismo cristiano, a menudo citada, pero sólo a medias: “La gloria de Dios es el hombre vivo, pero la vida del hombre es ver a Dios” (Adversus haereses, IV 20,7). Ver a Dios significa tener abiertos los ojos del corazón a la existencia de Dios, y los oídos del corazón a su palabra: propender con toda la propia existencia al Dios vivo.

Si nuestro corazón no percibe ni acepta de ningu-na manera la existencia de Dios, nosotros cesamos de vivir verdaderamente. El corazón trata en vano de extraer vida de otras fuentes, pero en realidad se destruye como demuestran tantos signos de nuestro tiempo, en los que son evidentes las consecuencias trágicas de la ausencia de Dios.

Si en la nueva evangelización tenemos que hablar en primer lugar de Dios para poder hablar con verdad del hombre, entonces hemos de hacer un examen de conciencia. Buena parte de nuestra catequesis y de nuestra predicación parece estar determinada por la convicción de que antes que nada se deben resolver los urgentes problemas económicos, sociales y políti-cos, para luego, con paz y tranquilidad, poder hablar también de Dios.

De esta manera, se pervierte la verdad de las cosas: anunciamos una sabiduría nuestra y un reino huma-no, pero ocultamos la luz verdadera, de la que todo depende, tras el velo de nuestras ideas e iniciativas.

Quizás tengamos incluso que admitir que a veces la Iglesia habla hoy demasiado de sí misma, que está demasiado centrada en sí misma, preocupada por su propia estructura, que hay que mejorar, por lo que la confesión del Dios vivo que nos dona la vida y el ca-mino no resplandece en ella y de ella. A esto se puede aplicar lo que el Señor dice del ojo, lámpara del cuer-po, del que dependerá si el cuerpo en su totalidad es luminoso o tenebroso (Mt 6, 22 s).

La Iglesia está llamada a ser el ojo en el cuerpo de la humanidad, por el que se ve y por el que entra en el mundo la luz divina. Un ojo que quiere verse a sí mismo es un ojo ciego. La Iglesia no fue creada para sí misma, sino que existe para ser el ojo mediante el cual la luz de Dios nos alcanza; para se la lengua que habla de Dios.

Cultura

“La Iglesia (…) anuncia un yugo suave y sencillo: Dios, que en Cristo está con nosotros, nos guía y nos conduce con su amor”

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Quien se busca a sí mismo se pierde. También esto es válido para la Iglesia. La Iglesia se encuentra a sí misma si llama a los hombres al reino de Dios, hacién-doles pertenecer al Dios vivo. Por eso, debe ser muy prudente cuando crea nuevas estructuras de derecho humano; el criterio ha de ser siempre el mismo: ver si de este modo se hace más libre y más idónea para anunciar la palabra de Dios.

Quisiera añadir dos observaciones complementarias. Si la Iglesia, sobre todo, predica a Dios, no habla de un Dios desconocido, sino de aquel Dios hecho car-ne en su hijo, que nos reveló su corazón amándonos hasta el final, hasta su muerte en la cruz. En la pre-dicación cristiana todo lleva a Dios, pero Dios es en Cristo verdadero Enmanuel. Se hizo “Dios con noso-tros”, como dice San Mateo en el primer capítulo de su Evangelio (1, 23) o en el último, donde lo declara cumplidamente: “Yo estoy con vosotros cada día…” (28, 20). La Iglesia no anuncia una masa de dogmas y preceptos, cuyo yugo sería demasiado grave para los hombres, sino que anuncia un yugo suave y sencillo: Dios, que en Cristo está con nosotros, nos guía y nos conduce con su amor.

La segunda anotación es la siguiente: quien habla de Dios, habla de la vida eterna del hombre, porque no hay un Dios de muertos, sino de vivos (Mc 12, 27).

También aquí tenemos que hacer examen de concien-cia. Por miedo a que nos acusen de que al hablar de la vida eterna alejamos a los hombres de su compromiso con el mundo, nuestro anuncio ha sido a menudo de-masiado tibio.

Pero el hombre, privado de la vida eterna, está grave-mente mutilado. La certeza dada al hombre de vivir eternamente con Dios, pero también de que puede perderse eternamente, no debilita el compromiso te-rrenal, sino que le confiere su verdadero peso e im-portancia.

Por este motivo, tenemos que hablar con gran con-fianza tanto de la vida eterna como de la resurrección de la carne. Esta es nuestra alegría: el Señor ha ido “a prepararnos un aposento”; la casa del Padre, en efecto, “tiene muchos aposentos” (Jn 14, 2). El Señor mismo es nuestro aposento, Él es nuestra casa. Esta es nuestra alegría, la alegría del evangelio, que nadie nos quita (Jn 16, 22). Esta es la alegría que debemos anunciar en la nueva evangelización.

Joseph RatzingerSer cristiano en la era neopagana (Ed. Encuentro)

“El Señor mismo es nuestro aposento, Él es nuestra casa”

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Emilia “La Canastera”

Consuelo y fortalezacon el rezo del Santo Rosario

Testimonio

La gitanilla Emilia, a quien los ‘payos’ le habían apodado la Canastera por el oficio humilde y ar-tesano con que se ganaba el pan de cada día, será beatificada junto a otros 114 mártires de Al-mería, entre ellos el Siervo de Dios José Álvarez-Benavides, Deán de la catedral almeriense. El Papa ha pedido a la Diócesis vecina que promul-gue el “Decreto de martirio” de estos Mártires.

Su nombre era Emilia Fernández Rodríguez, nacida y bautizada en Tíjola el 13 de abril de 1914 y falleci-da el 25 de enero de 1939, a los veintitrés años de edad, en la cárcel de Gachas Colorás de la ciudad de Almería.

Fue detenida, junto a su esposo, por negarse éste último a ir a la guerra y provocarse, no sé con qué artes, una ceguera transitoria. Éste fue encarcelado en la cárcel de El Ingenio. Ella, como queda dicho, in-gresó en la Prisión de Mujeres de Gachas Colorás para cumplir una condena de seis años en momentos tan especiales como siempre lo es la espera de un hijo.

En aquella cárcel de mujeres en la que se halla reclui-da la gitana, un grupo de presas rezaban a escondi-das el santo rosario cada día. Ésta, curiosa y piadosa, pide a sus compañeras de cárcel que le enseñen a rezar esta hermosa oración. Una de ellas, Dolores del Olmo, hace de catequista enseñándole a rezar.

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Testimonio

Emilia, aunque es analfabeta, posee una inteligencia natural espléndida y aprende pronto. Pero por alguna razón los responsables de la prisión se enteran de las reuniones de oración e interrogan a la que creen más débil para que delate las acciones subversivas del gru-po. Emilia no abre la boca ni cede ante las presiones sabiendo que habría represalias. Y, en efecto, como castigo fue recluida en una celda aislada y es abando-nada a su suerte.

En estas circunstancias, el 13 de enero de 1939, sin atención médica, con grandes hemorragias, sobre un jergón de esparto en el suelo, da a luz a una niña. Entre dos luces, Dolores del Olmo bautiza a la niña y le pone por nombre Ángeles. Aquella misma tarde se llevaron a la madre presa de una gran debilidad al Hospital con su hija recién nacida. A los cuatro días la devuelven a la cárcel. El día 25 de enero, a las 9:30 horas de la mañana, Emilia entrega su alma a Dios, víctima de la dejadez y abandono a que la sometieron en el cautiverio a consecuencia de su fe en Dios y su fidelidad a sus compañeras. Fue enterrada en el ce-menterio de Almería en fosa común.

Emilia, la Canastera, vivió pobre y pobre murió. Pero, en momentos tan críticos de su vida como es la pri-vación de libertad en circunstancias de salud precaria, encontró consuelo espiritual y fortaleza en la reci-tación piadosa del santo rosario que, como escribía Juan Pablo II, “es contemplación del misterio de Cristo con los ojos de la Virgen Madre” y, como bien decía el Papa Pablo VI, “es la oración por excelencia de los pobres”.

El mes de octubre, de manera especial, la Iglesia in-siste a sus fieles en la importancia de la recitación piadosa del santo Rosario. El ejemplo de la gitanilla Emilia, paisana e hija de esta tierra almeriense, desde su sencillez y pobreza extrema, nos enseña a rezar el santo Rosario como medio privilegiado para pedir y construir la paz tal y como se lee en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae Juan Pablo II, “no se puede recitar el Rosario sin sentirse implicados en un com-promiso concreto de servir a la paz”. La gitana Emilia es todo un ejemplo.

Manuel Pozo OllerVicario Episcopal Diócesis de Almería

15 de octubre de 2011

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El Palio es un paramento litúrgico, una especie de estola circular tejida en lana virgen de corde-ro con cruces bordadas y una parte rectangular anterior y otra posterior en forma de ‘Y’. El nom-bre deriva del latín pallium, o sea manta de lana. Sobre el origen se sabe que ya en el siglo IV los pontífices lo usaban. Los corderos de donde procede la lana son criados por monjes trapenses de la comunidad de Tre Fontane. El Papa bendice a los corderos cada 21 de enero, día de santa Inés, en una capilla del Palacio Apostólico Vati-cano. Cada año, el Martes Santo los corderos son tras-quilados y las religiosas benedictinas de la comunidad romana de Santa Cecilia, preparan la lana y tejen los palios.

SIMBOLISMO

El Palio simboliza el cordero que el Buen Pastor ponía sobre sus hombros. La lana de cordero representa la oveja perdida, enferma o débil que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida, la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda. El Palio indica que Cristo nos lleva a todos no-sotros. Suele tener tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión.

Representa también al pueblo que el Señor pone sobre los hombros del arzobispo. Pero simboliza sobre todo a Cristo, ya que sus cinco cruces bordadas de color rojo representan las llagas de Jesús. Es también símbolo de comunión con el sucesor de Pedro y de la solicitud que deben tener como pastores que cargan la oveja a sus espaldas. El palio del Papa tiene en cambio seis cruces bordadas de color negro.

MODALIDAD DE ENTREGA

El Santo Padre Francisco ha cambiado la modalidad de la entrega del palio a los nuevos arzobispos metropoli-tanos. Con una carta enviada a las nunciaturas apostó-licas, con fecha del 12 de enero de 2015, el maestro de ceremonias pontificias, monseñor Guido Marini, ha comunicado esta decisión del Papa.

Los palios son entregados el 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo. Así, los nuevos metropolitanos están presentes en Roma, y concelebran con el Santo Padre, participan en el rito de bendición de los palios, pero no hay imposición, simplemente reciben el palio de manos del Santo Padre de forma más sencilla y pri-vada.

La imposición en cambio, se efectuará en sus diócesis de pertenencia y, en un segundo momento, en presen-cia de la Iglesia local y en particular de los obispos de las diócesis sufragáneas acompañados por sus fieles.

Zenit

Cristo nos llevaa todos nosotros

El Palio

SignoyGracia

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El Palio tejido en lana blanca con cinco cruces que representan las llagas de Jesús. Foto CEE.

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Isaías 66, 10-14cSalmo 65Gálatas 6, 14-18

Lucas 10, 1-12. 17-20

Cuando se completaron los días en que iba a ser lle-vado al cielo, Jesús tomó la decisión de caminar a Je-rusalén. Y envió mensajeros delante de él. Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: ”Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?”. Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Mientras iban de camino, le dijo uno: “Te seguiré adondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zo-rras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la ca-beza”. A otro le dijo: “Sígueme”. Él respondió: “Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre”. Le contestó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa”. Jesús le contestó: “Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios”.

“El reino de Diosha llegado a vosotros”

luzdelaPalabra

Fresco, s. XI. Monasterio Benedictino de Stift Lambach, Austria.

XIV DomingoTiempo Ordinario

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luzdelaPalabra

Las lecturas de este decimo cuarto domingo ordina-rio, nos invitan a seguir a Jesús y dar testimonio de su Reino.

El Evangelio de San Lucas nos muestra a Jesús en-viando a sus discípulos a anunciar la Buena Nueva del Evangelio y a anunciar la paz.

La invitación a vivir en paz es parte del mensaje del Señor. La paz a la que nos invita Jesús se apoya en el amor a los hermanos.

Todo cristiano, cada uno de nosotros, somos enviados por Jesús para anunciar el Evangelio, para difundir su paz.

Cuando hablamos de paz solemos pensar casi siem-pre en la paz social, y nos olvidamos de otros espacios en los que también ha de haber paz verdadera.

En primer lugar, para poder sembrar paz, es necesa-rio vivir en paz con nosotros mismos, alcanzar la paz interior. La persona egoísta, indiferente, no trabaja por la paz.

En segundo lugar, hay que llevar paz a la familia y a los amigos. La paz en nuestras familias es necesaria porque muchas veces se da el olvido, el egoísmo y hasta la violencia. Es necesario, dentro de la familia, el encuentro de padres e hijos para ayudar a la for-mación de la personalidad, de la educación y de la conciencia de los hijos, y si no hay paz, difícilmente se darán estos encuentros.

Hemos de esforzarnos para que haya un buen en-tendimiento, respeto y disposición de ayuda entre los amigos y entre todas las personas con las que convi-vimos diariamente.

Pidamos al Señor que siempre confiemos en Él, y que nos llenemos de la paz que El Señor nos da hoy y siempre.

Ignacio Fernández GonzálezSacerdote Diócesis de Granada

Comentario al Evangelio

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laPuntadaReflexiones para náufragos

Hay que amarlo todo: una orquídea bruscamente abierta en la jungla, un caballo hermoso, un gesto de niño, un chiste, una sonrisa de mujer. Hace falta admirar toda la belleza, des-cubrirla, aunque sea en el lodo, y elevarla hacia Dios. Pero no atarse a ella. Porque sólo es un rayo de luz y nosotros estamos hechos para el sol, no para el mar oscuro donde juegan sus reflejos.

Porque estamos amasados de una materia eterna, buscamos obstinada y desesperadamente construir en lo duradero. Por algo se experimenta un gozo tan grande cuando se tiene un hijo o se levanta un edificio. Pero las generaciones no son más que pasarelas; la mejor de todas no pasa de ser un pobre navío. Por esto hay tanto desencanto en este mundo.

Guy de Larigaudie

Escritor y periodista francés