gombrich - norma y forma

Download Gombrich - Norma y Forma

If you can't read please download the document

Upload: aalexx17

Post on 30-Oct-2015

1.544 views

Category:

Documents


27 download

TRANSCRIPT

  • '

  • E. H. GombrichNORMAYFORMA

    Estudios sobre el artedel Renacimiento, 1

    OEBATE

  • P.im.n cdici .n 6h cdiro!I m 2ooo

    Yebin c.ltcIe dc Remigio C,me Drz

    Quedd dgtlli)Mot prehibids. sin l.u@ri4n *rir dct ntd.l .?rrr, bio i4 scionB Brabjcids o la LyB. ta Eprcdueintoul o parcial de eu obn por (ualqui Bedio o pedimnNo,.mpmdr'dtu . rpl)8f , el tnmi.nb in6i@, y h dirribucindc ejemplE d. cll. m.dic.lquiLr o prsmo pLtbli@.

    TItrb tiEL lvrra/,rO P[,i.bo PB lrJ- 1966@ D. 12 rdsiih, idor Prs timiEd

    Edidn e&lLE pbliod2 por Eied.l e. Srt"O'Domcll, 19, 2a009 M.did, t999. @n l.utoriz.i d. Ph.idor PB Limitd

    I.S.B.N.| M-830c21tJ EdibrilD.bat , S.A.Compuoto cn Vosal ,{ G., S. L., J@ d. Arcls, 3, MdridIpI@ SnE ptt (Piat d in Siaapot)

  • SUMARIO

    Prefacio

    La concepcin rnacntista del pro$eso artfstico y srs cons-

    Apollonio di Giowanni. Un uller de rrz florentino vistocon los ojos de un poeta humanista

    EI Penecimiento y la Edad de Oro

    El meccnazgo de los primeros Mdicis

    El mtodo de clabor composiciones de Leonardo

    t Madona llh sedia de Rafzr,l

    VI

    1

    11

    29

    35

    t8

    I

    Norme y forma- ls cetegorles esdlfsdes de la historia delate y sus orgcnes an loc idela rcnaccnrisas 8l

    El manierismo: tesfondo I tcorla del ate reruccnise y d nrirri:oo dd pai{i:mo 107El esitb ll\tica:imizci y asimilacin 122Ia teorla y prctica de la imitacin co Rcynol& 'Iits mujc-

    res adorado rn trmino de Himcnco 129Nota.s 135Nota bibliogrce 154Lista de ilustraciones 155fndice 160Ilustraciona 165

    I

    t- ,_a

  • PREFACIO

    En el ptefacio a mi ltbro Mcdiacionr $bn ,n caballo b jquar expresaba mi gra-tirud a los edirores por su propsito de publicar a continuacin una coleccin de misensayos sobre el Renacimiento isliao. Resuh luego qu su nmero exceda de loque poda recogerse razonablemente en un romo, y acepr la sugercncia del edor, elseor Michael Baxandall, de dividnlos en dos grupos: uno que rratase del simbolismoen el funacimienro y otro que tratase de problemas de estilo, mecenago y gusto. Eseste segundo romo el que el lecror dene en las manos. Creo que puede advertirse quea lo largo de estos variados ensayos discurre un tema que los unifica m de lo que esadescripcin superficial parece indicar. Todos ellos rratan de lo que podramos llamarel ambiente de opinin renacendsra en rorno al arre y del influjo que este ambienteejerci sobre la pnicrica del ane y su crrica. Este planteamienro contradice un mnroel supuesto corriente de que el ane va siempre por delanre del pensamiento sistemri-co, y de que el cltico sigue a distancia al anist tntando de catalogar y de explicar lomejor que puede lo que ha nacido de la creacin inconsciente. Este libro trara decomprobar la validez de la hipresis conrreria desde diversos ngulos. No es que pre-tenda minimizar, y mucho menos negac h creatividad del arrisra, pe.o s trata deponer de manifiesto que esa creatividad slo puede desplegane en el seno de cienoambienre, y que ste tiene sobre las obra dc ane resultantes tanta influencia como elclima geogrfico sobre la forma y la ndole de la vegeracin. Nrese que esra met:iforaexcluye un determinismo rlgido. El mejor clima del mundo no podria producir unrbol en ausencia de una semilla o un pimpollo sanos. Ms an, un clima bueno paralos rboles que nos resultan gratos rambin puede favorecer la difusin de malas hier-bs o plagas, que aborrecemos. Los mapas climricos por t,ro no permnirn pEde'cn la flora de una regin y menos an la forma de una planra concrera. Y sin embar-go -:rbandonando la mefora- parece legtimo esrudir los cnones criricosexplciros e impliciros aceprados por annr:s v clirntes en el seno de una rradicin yprqunursc qu influencia pueden tener esras normas rcbre Ias formas creadas pormaesEos m o mnos dorados.

    Asi, en.l pimcr cnsayo de ate rolumen,.h concepcin reacentist dl pro-grso artstico v sus con.ucncia5,, nos prtunrarnos por la influencia concreta queuna idea como sra pudo habcr renido sobre esculrores y pinrores. "El Renacimientoy la Edad de Oro, plantea una pregnta anloga sobre el efeo que pudo haber ejer-cido un mito lirerrio sobre Ios necenas y por tanto, de forma indirect, sobre lasarres de la poca. .El mrodo de elaborar composiciones de tonardo" (publicadooriginalmente en francs) rrata de poner de relieve lo estrechamente trabado queesraba el duradero eilo de esre maestro con sus convicciones en torno a la preren,sin de que la pintura era un ane liberal. Un cuano ensayo, .ta teora del ane rena-cenrisra v el naciminro del paisajismo", prerende demosrru que los humanistas delRenacimienro hablaron del paisajhmo antes de que la prctica artisrica les dieraalcace: v el rrabajo sobre .El esrilo allbntica: imitacin y asimilecin, exam;na la

    \1

  • reoria humrnlstica de que la "imiracin, era un camino que conducia a la perfeccinartlstica e ilusra e1 modo en que funcionaba en la prctica. Me pareci apropiadoasimismo inclui un articulo sobre "l teoria y prctica de Ia imitacin en Rey-noldv,, en el que se estudia el ltimo eslabn de una tradicin que procede delRenacimiento y perrenece a su rbita.

    Interclados enrre esros seis estudios hay dos que versan sobre el gusto m quesobre teora formulada. EI referido a Apollonio di Giovanni presenta, como indica elsubdulo, un taller florentino de arrr visto con los ojos de un poera humanista.Confro en que arroje cierta luz sobre los gustos de un humanista menor, al que nopareclan irreconciliabla el amor a \4rgilio y la admiracin por lar ilusrraciones gti-cas mrdas. El rirulado .El mecenazgo de los primeros Mdicis, estudia la influenciaque parecen haber ejercido las difeentes penonalidades de rres miembros de lafamilia Mdicis sobre las obras de arte por ellos encargadas.

    Si estos dos ritrimos ensayos tramn de normas no formuladas, los tes esudios res-tantes de este uolumen se desplazan al otro extremo del espectro: estn dedicados alexame de las normas misma. El que da dtulo al ltbro, Norna y forna (qe es la prL-mera vez que aparec en ingls), ,ffliza el ascendiente que ejerce an la norma rena-centista sobr nuestras ideas en torno al estilo, incluso entre crfticos que, como \Volf-flin, impugnaron sus pretensiones de validez universal. El breve trabajo sobre elrasfondo histrico del concepto de manierismo examina el caso especial de la apari-cin y apreciacin, a la luz de esta noma, de una categora de esdlo psficularmentepolmica, en tanto que la afeecia sobre .La Madonn dell ed;a de Rafael, inves'tiga el significado y algunas de las cnnotaciones filosficas y psicolgicas de la normaa travs de un ejemplo en tiempos famoso. Diversos vlnculos enlazan en ambas direc-ciones esr

  • VIII PlefdcaNOTA BIBLIOGRTICA A LA CUARTA EDICIN

    En el Prefacio escrito en 1966 expresaba la esperanza de demostrar en fururosestudios que la teora y la prctica del ane son realmenre inseparables. Debo dejarque sean mn lectores quienes comprueben en catlogos de bibliotecas y en biblio,gmfias hasta qu punro he cumplido una promesa rin atrevida. En esras pginasdeseo referirme a las obras de orros aurores que han seguido esas lneas de investiga-cin y han apuntado modificaciones. Su incorporacin a1 texto habra ex;gido unacostosa recomposicin, por lo que he seguido la sugerencia del editor de indunlasaqu en forma de nota. La pagin:rcin remie al rexro principal de esre libro.

    El ensayo sobre "Apollonio di Giov:rnni, (pgs. I I-28) ha generado felizmenteuna monografia sobre esr arrisra anreriormenre olvidado (Ellen Callmann, Apolb-nio di Giounni, Oxford, 1974), as como varias aibuciones nuevas que no puedo

    Las incorporaciones y modiicaciones ms importantes se refieren al ensayo "Elmecenzgo de los primeros Mdicis,, publicado originalmente en i960 y reproducido en este volumen en las pgs. 35-37. t inrencin en esre estudio era deiar a unlado relatos posteriores y concenrarse en lo que es posible inferir a parrir de tuenresprimarias, de contemporneos y de documentos de archivo. Al intentar sinredzar deeste modo el estado de nuestros conocimienros hace unos veinticinco aos, era coos-ciente de la posibilidad de que el panorama cambiase a medida que la invesrigacin:vanzaba. He tenido la suene de encontar en la docrora Caroline Elam a una histo-riadora que ha realizado una gran dos;s de trabajo original en los archivos de Floren-cia y que, con ejemplar generosidad, repa mi ensayo y llam mi arencin sobreuna rica bibliografa que ha acumulado mientras ranto en relacin con los remas queyo haba tocado. Huelga decn que no es responsable de los datos que he selecciona-do para su inclusin aquf, pues deseaba limitarlos a la informacin sobre hechos.P*o a enumerar estos puntos en el oden en que los habria mencionado dc habesido posible volver a redactar y componer el ensayo e cuesrin. l paginacin rem;te a1 ensavo tal como aparece impreso en este volumen.

    Prigina 36. El imporrante libro de Martin Vackernagel esr disponible ya en tra-duccin al ingls por A. Luchs, TbeVorA of the Fb,e tine Renaisance Ai't, Prince-ron, 1981, con una ril bibliografia y algunar corecciones de los errores del autor.Disponemos ahora de algunos dtos ms sobe el padre de Cosme, Ciovann; diBicci:

    C. Sringer, .Ambrogio Tiaversari and rhe Tempio degli Scolar; at S. Maria degligeL,, Bqs praented to Myron P Glnore, ed S. Berrelli y G. Ramakus,Florencia, 1978, I, pgs.271-286. (Giovanni di Bicci don 100 flor;nes parala construccin de un nuevo dormitorio en Sanra Mara de losngele.)

    E. Battistt, Brunelbsi, The Com?lete lYo*,Indres, 1981, pg.352, nm. ticita el invenrario de la casa de Giovanni di Bicci en l4l7,l418 lfech idica-

  • tufuio Ixda errneamente como 147I), que inclua obras de arre .invariablementereligiosar,.

    COSME

    Ha salido a la luz alguna que orra referencia sobre las relaciones de Cosme con

    R. de Roover: Risz aru[ Derline of the Melii Aaz, Carnbridge. \lssa.huser$,\963, p9. 62 y nn. 46, p9. 42\ y n. 116, cita un documenro de 1426, enel que Cosme de Mdicis usa el banco de un primo de Pisa para pagar unpequeo anticipo a Donatello para la compr de mmol de Carrra v dospares de calzas. Vanse tambin pgs. 229-230.

    A. D. Frazer-lenkins: .Cosimo de' Medicit patronage of archirecrure and rherheo.y of Magnificence,, lnrnal of the Varbury and Cootaul In'ttutes,)C(l|Ill, 1970, pgs. 162-170, cita una cana de 1417 de la confrtern;dad deflorentinos en Venecia a Cosme y Lorenzo de Mdicis pidiendo dinero paraayudar a construir una capilla en los Frari. (Nota: El san Juan Bautista enmadera de Donatello en los Fari fue datado recientemente en 1438; vase F.Anes-Lewls ei Art History ll, 2, 1979 .)

    Pgina 42. En lo que se refiere a la construccin del monasterio de San Marcos,parece que Vespasiano no es plenamente fiable, pero ivesrigaciones recienres confiFman el carcrer no sisremtico de ia innovaciones de Michelozzo (Hans Teubner,.San Marco in Florenz: Umbaurelr' vor 1500,, Mtteilangen dzs Kansthiwnrhen Inrtit"t' n FbftM, 1]I, 1979, pgs. 240-271). El mkmo carcter no sistemtico hasido sobrdamenre confirmado para la reconstruccin de la iglesia de San Lorenzopor Cosme (no hay pruebas documentales de la panicipacin de su hermano Loren-zo). Nunca se compromeri a reconstruir la iglesia entera (V Herzner, "Zur Bauges-ch ichre von S. Loenzo i n Florcnz , Zeitschf fiir Kn*geschchte, XYll, ), 1971,pss. 89-1 15, y P Roselli y O. Sqerchi, L'Etlificazione delk Baslca di S. Lorenzo,Florencia, 1980).

    Pgina 44. Los documentos extraamente ambiguoo, a los que aqu se hacereferencia no tienen nada que ver con Cosme, sino con el conflicto enrre los frailes vlos aTaal nombrados por elEstado. Cosme si financi, sin embargo. la consrruccindel noviLido de ranra Croce. pero no cl dormirorio.

    Pgas 44-45, Pasando por alto la fantstica descripcin del Palacio N{dicisque aqu se cita, deben rnencionarse algunos estudios recientes sobe ese edificio:Isabelle Hvman, Fifeenth Centary Florentine Sadies: The Palazzt Mcdci and a Led-get for tbe Churcb ofsdn Loenzo, Nwva\ok, 1976; D. V y F. w. Kent, .Two com

  • mn$ of March 1445 on the Medici Palace,, Burlixgtot Magazixc, OO{I, 1979; yRab Hatfield, .Some unknown descriprions of rhe Medici P^l^ce in 1459", AnB lain, Ll, sepiembre de 1970, pC;s. 246-248. Para el palacio anterio vase aho-ra el invenario mencionado para la pg. 36 en relacin con Ciovanni di Bicci.

    Pgina 45. Para la abadia de Fiesole, vase ahora tambin U. Procacci, .Cosimode' Mcdici e la cosrruz;one dell Badia Ficsolana,, Conmentari, N. S., 1968, yF. Borsi, G- Morolli, S. tnducci, E. Balducci, l Bdda Fieolna, Flotecia, 1976.

    PIERO

    Pfgin 45. Trcs documcntos menorcs eferidos a las actividdes de Piero en1451-1455 debcrin insenarsc aq. En l45l encarg el techo dc una sala para elPalacio Mdicis Aduino da Baisio, confirmando as su preocupacin por la deco-rcin inrerior (V/: A. Bulsr, "Die ursprungliche innere Aufreilung des PalazzoMedici i Flore2,, Mittihtngn dts lGnsthntornchet Instittts in Floroq diciembrede 1970, pE;s.369-392; y P Foster, *Donarllo noticc in Medici ltters,, ?4rr 8//"-,,, IXII, 1980, pgs. 148-160, demosando que Piero envi alguna posesiones deDonatello a Florencia en 1454, y l ao siguienr efec$ patos a Donatello ennombre de su hermano Giovanni para madonas y mrmol p^a in s.ittoo en 12,villa dc Fsole).

    Pgina 50. La docroa Elam seala acertadamenre que la configuracin delrccho que describ como "la esrella" es el embleme de san Bernardino, pro me sigopreguntando si el conrexto no sugiere la cstrclla orientadora.

    Pgina 52. Hay mucha litcratura reciente sobe la femosa coleccin Mdicis a laque slo me refela de pasade. La evaluacin ms minuciosa se encuentra en loscaptulos XI y XII de loseph Nsop, Thc Ran An Taditioar, Nucva York, 1982 (rese-ado por m en Thc Ncw Yo* kuietu ofBooh2 de diciemle de 1982), donde elautor aboga por una revaluacin completa de los datos relarivos a los precios enume-rados cn los inventrios. Vase tambin:

    Luigi Beschi, "tr antichitl di tnrenzo il Magnifico: caratteri e vicende,, en 6/iUfizi, Conacgno Intemaziondl di Stu, Floren ia, 1982, publicado en Flo-rcncia, 1983, vol.I, pgs. l6l-176.

    Nicole Dacos, Antonio Ciuliano y Ulrico Panuti, Il Taon di Lonna il Magni-fco: Le Gennc, Florencia, 1973.

    Dedef Heikamp y Andreas Grote, Il Tcoro / Loftnzo ;l Mdgnifco: I V6 Flo-rencia, 1974 (con nueva documentacn).

    G. Pampaloni (ed.), .I ricordi segreti dcl mediceo Francesco diAgosrino Cegia,,Archivio Stoico luli0, CX.V, t957, pe;s. 188-214.

  • }JLORINZO

    Pgina 52. Es comprensible que se hayan realizado muchas investigaciones sobrela brillante figura de Lorenzo, cuya conespondencia completa est siendo edimdapor un equipo de historiadores bajo la dneccin general de Nicolai Rubinsrein.Lorcnn de' Medici e k ociet atinca del uo tmpo, de Enrico Bartucci, ha sidopublicado con una muy necesaria revisin de Ldsa Beccherucci (Florencia, 1964):vase tambin el estudio introductorio de la literatura recient en la tercra edicinde Andr Chastel, l/, / Hanannne Florence au km?s de La rent k Magnifque(Pars, 1982) y Edmund Fryde, "Lorenzo de'Medicit finances and then influenceon his prtronage of an, , Stadi n menoria de Fetur;ga Melis (Fluencia, 1978) , wl.3, pgs. 453-467. La breve lista de sus encargos que yo inclua en la pgina 52 puederequerir anoraciones y enmiendas adicionales: vase F. \1. Kent, .New light onLorenzo de'Medici's convenr ar Porra San Gallo", Burlington Magazl,, CXXIV1982, pgs.292-294, y R. Lightbown, Botticll; (I ad,res, 1978), pgs. 97 y sigs.para los rnurales de Spedaletto que, por cierro, no estaba situado cerca de Arezzo,sino en los limites de Volterrano en el Val d'Era. Pero se ha arrojado una luz msimportante sobre las acr;vidades de edificacin de Lorenzo en Poggio a Caiano. Susedificios agricolas sos esrudiados por P Foste "Lorenzo de' Medicit Cascina at Pog-gio a Caiano,, Mitteihngn ler Krn*histoischer Institux ix Florena jLrnio de 1969,pgs. 47-66. Mi afirmacin de que la villa de Poggio a Caiano lue "terminada yransformada por los sucesoes de Lorenzo, debe ser matizada en la medida n queP Foster, A snfu oflorenm de'Medn\ Vilk at Poggio a iano (New Haven, 1978),ha demostrado que la declaracin de bienes de los Mdicis de 1495 consta feha-cinrmente la existencia de un modelo completo de la villa. Hay dos referenciasanteriores a este modelo de Giuliano da Sangallo, y una de ellas indica que el arqui-tecto lo llev a Miln a peticin de Ludovico elMoro (L. H. Hydenreich, .Giulia-no da Sangallo in Vigevano", Sctitti i onoe di Ugo Procatri, Miln, 1977. ll, pgs.321-323, y M. Manelli, .I Pensieri Archnenonici del Magnifrco. Connentari,1966, pgs. 107-11l). En relacin con otro documento sugesrivo pero desconce-rante de la poca de la compra de la propiedad por Lorenzo, vase F. V. Kenr..I-orenzo de' Medicit acquisition of Poggio a Caiano and an early reference ro hisarchitectural expertise,, lounal of the warburg and Corrtaald Insti"tl 42, t9-9.pgs.250-256.

    Pgina 54. Dos de los ardculos mencionados ms arriba confirman rmbin miexposicin sobre el prerigio de Lorenzo como rbirro de la arquitectura: \fndli.en ConnntarL ha publicado una carta que muesrra con qu impacienci2 .+a:Lorenzo que los pliegos del De Arch;tectur., de Albeni saliern dr la impma Kenr 1e presenra discuriendo deralles arquitectnicos con el antenor propia:rio &Poggio a Caiano. Piero Morselli y Cino Corri, Za Cliesa di Stu .rli bll Cr-ri in Prato: Contrib*o {i Lorenz d' Medii e Girliano da kngalo dh ngdtzj",.(Florencia, 1982), documenran la influencia de Lorenzo en la plmiocin. Por

  • acicno, el consjo d l,orcnzo fu solicirado de hecho en relecin con Santo Spirito,como rcseo n el ensayo, pero cerca de la fachada (si dcba rencr tres o cuatropuenas) y no sobre la sacristla.

    Orra (infiucdfera) inrervencin arquitccrnica dc l-orcnzo se cncuentra en elarlculo de Franco Buselli, .Fra Snana c Sarzar,cllo,, Ncoopoli, 6-7, 1969-1970,pfus 61-68, con pruebas dc que t,orenzo apoy el proyecto de Giuliano y Antonioda Sangallo pam la fonalcu: de Sanana quc no tue llevado a cbo.

    Pgina 55. Tcngo que desdecirme de una ob,servrcin imprudentc que haca enel rcxto, o matizarla. Repeta la historia quc dice que Lorcnzo prcscnt su propioproyecto de fachada de la caredral de Florcncia en 1491 e inrenr maniobrer paraque fum aceptada. Sin embargo, P Foster, .l-orenzo de' Mcdici and the FlorenccCathedral Fagde,, lrr BzlLaz, )O(II, sepricmbre d 1981, pts. 495-500, ha exa-minado de nuevo los documentos y descarra su intcrpreracin como una difamacinposterior. No se pueden negar las maniobras, pero puede que lrenzo deseara con-scgun el cncargo para su favorito (que naruralmente podrfa hbr sido ms acomo-daticio en relacin con sus deseos).

    t-a lisra que equi se ofrcce es larga, pero haciendo examen de conciencia no creoquc el anculo origina.l mcrczca ser desechado, pues me parece que la cracterizcinquc oftccfa dc lar trcs ten.rcionr d mecenas ha resistido el paso del tiempo. Espe-ro que pucda decir lo mismo d los dcms csrudios incluidos cn este volumen.

    Londrcs, septicmbre dc I 984 E. H. G.

  • La concepcin renacentista del progresoartistico ! sus consecuenlls

    T r roncepcion renLrnrtra del progre'o annti

  • Ld conce?ci,a ftMte"n'tu .1ptugeso ttttito ! tu .at,nrtupos, condenen su talento, meosprecien a sus hombres )- deploren Ia desgracia dehaber nacido en cre s;glo ta lto de probidd. enre de indusrria y en el quc -egndicen ellos- no sc va cn pos de l cortesla... Po. lo que a m roca, a veces mc gustaglorirrme det hecho de haher nacido en esra poca, quc ha producido un neroincalculable de hombres que ianro hao descolldo en diversas tutes y epeos quemuy bien puede comparrselos con los anriguos.

    Pra comenzar con .oss pequas y proceder despus a asuntos de m:is peso: lasartes de la escultura y la piniura, agraciads con pocs anteriores por el gen;o deCinabue, de Giotto y de Taddeo Gaddi, ral grandeza y excelencia han alcanzado merced a algunos pintores que han Ro.ecido en nuesra poca quc bien merecen srcs sermencionados l lado de los anriguos.

    El ms cer.ano nosorros fue M6ccio, cuvo pincel podia expresar la forna decualquier bieio de h naruraleza con ral perfcccin que se diia que o esamosnirando la imagen de una cosa, sino la cosa misma.

    Y habrl algo ms ingenioso que las pinruras de Domenico Veneciano? Algo msadmirable que los cuadros de Filippo el Monje [F;lippo Lippi]? A1go ms florido quel imi+ns ded por lua el de la Oden de Pred;cadores [F Anglico]? Todosellos difieren en si por direms concepros, v sin embago se Les considera prejos en

    En cuano a los esculroes, aunque podria mencionar a muchos que hubicmn sidoaunriqs celebridades de haber nacido un po@ anres de nuera poca, Donatello losha superado a rodos en ral medid que es os; el nico que cuenra en esra disciplina.Aun u, no hay que despreciar a Lua della Robbi ni a Lor.zo di Baroluccio [Ghibenil, como arestieua el ga renombre de sus obras.

    Tengo que dejar de lado la alabanza que hace Rinuccini de Brunelleschi y Alberti, como ingenieros y tambin como arquirecros, y seleccionar en su dilarado infor-me sobre el auge de las artes librles n su poca tan slo su pasaje ms en el que seexpresa con especial claridad la idea de progreso:

    El so de la oaroria clsica y de un etilo ladno sin racha resucir poco antes denuestra poca: eo ella es ahora nn cultivada y pulida como nunca floreciera desle losdenpos de Icrancio y san Jenimo. E$o se puede ver iicilmere en los escritos delos qu bucaron el conocimienro de muchos smndes temas en la poca comprendidaene hs nedichas, pero su mmera de escribi era rosca, hecho que no me sorprende.y que varios de los lib.os de Cicern estaban ocultos en la oscuridad y no habia posi-bilidad de indlos. Al principio, pus, colu.cio salurari se lai un poco y bosquejun modo de expresin algo ms elegre, que .ieriaenre hereca grandes elogiosporque abri el cmino de la elocuencia que dumnre ranto empo haba esrado coru,do y nosrr a los qe vinieron rru l la rura por la que habi d sender. L sigui.-ron Poggio I Leonrdo Areino, que volvieron a saor a l luz esa elocuencia que rhaba visro interumpida y cai a6olida.

    Tras pasar revista a los erudiros y hombres de estado griegos, Rinuccini imprimea su carta el esperado gno elegante Por qu habria de pararme a demostrar tu ra-bajosamente que somos tan buenos como los antiguos No hay ms que mir-ros, miseor prncipe, para ver confirmada la grandea de nusra poca.

  • En lo gue se refiere a las ares, esta idea trascendenral tue expuesta probablemen-te por vez primera en la fam osa itrodtccl al Della /ittutd de Alberti, panre ins,pnacin de la carra de Rinuccini. A.lberri nos confiesa que habla panicipado de lamelanclica opinin de que la Naturaleza estaba en decadencia y ya no producagigantes ni grandes espiritus hasra que, al volver del exilio a Florencia, la mera exis-tencia de Brunelleschi, Donatello, Masaccio, Ghibeni y Luca della Robbia restaur.u fe en l vid. Pero mienrr' AJberri contempla ai.ldmenre e,ror ,rirrs. Itunucrini lo'.onsider pafle de un mo!imienro de cuya.onrinua.ion., '* p-- /pior riempo. e. revigo. l posibilidad de rl movimrenro debi de ser lmiliar Irodo hummirL. No slo Plinio. sino aquello, grrnde' rruudo" de elo. uencia qu 'e /acababan de redescubn, el Bmas d.e Cican y la Ins*"tio Ontoria d. Qninriliano,describian l evolucin lenta y gradual de las ares en la Anrigedad, desde loscomienzos a la perfeccin cumplida{. La imagen, por ranro, esraba a Ia mano. Ade-ms se daba casi por descontado que era aplicable a la siruacin de Florencia. Nohaba afirmado Dante que la fama de Giotto haba eclipsado Ia de Cimabue? 5 Y nose enorgulleclan especialmente los artistas florenrinos, como sabemos por Cennini,de culdvar la tradicin viva de ese gigante entre los arrismsi6 Aqui renemos, por tan,to, la concepcin de la historia de Vasari prefigurada ya en el Qaanocento. F,ra sinduda una idea que habla esedo "en el ane, durante algin tiempo. Nunca hubieranacido de no haber tenido lugar el avance real de Giotto o de Masaccio en la direc-
  • l:,) Intu cp.it t nltchtn t prosre,o atltico | tu, con,cc,?ntir* \7)- -co un come,,i-re qu. \a.i p.nru,s v c., uhuras de en.rgo y.u'o. cri,e,io. crar.. , los de sus orgaaiaciones profesionales, los grem;os. l.a idea de progreso aporra un ele- / menro enre,-enre nuevo. Ahora, si se me permite expresa,ro.pigo-,iiio-*t., a / ilrlsr ten,a que pensu no solo en su encrso, sino en su crso. y su carso o misin. f .on,vu en l. recilru ta gtona de L epo, r r rr\d, detp,os,e,o de rre.

    - \ \ Todos ubemos lo facil que resuha eugerar el conrasrc enrre la Edad Media y el\\ -\ Renacimieno. Peo este marco de referencia si que paece haber crealo un conrexto nue,\ , vo p.m el ane. Nuevo cundo menos si romamos la palabra "ane e nuesro sentido.\ . \ moderno. EI nobh adagio ar bnga, L! bta t' nos recuerda que ya este mismo sentido esi I de tech retrirmenre reciente. pues el . anc. que es m dumdero que ta vida humma

    . * \ es .l de Esculap,or el dicho. el parecer pro.ienen de la medicina griegas. Bien puede ser.i . I que la rdea d. prosre.o pre,lecLenre en el nundo risuo tuer diferenre de ta nuesrra e.

    J- :Y De i r nue.r de l rrqu n. .on su promes, de prtecribili

  • La co"cepr;n t h btkta drl ?/ogt'o dttbti.o r 'u'.o"'. encia' 5& aquellos momentos parecen muy influidos por los mejora orfebres del arilo interna-cional, qui por el borgon "Cusmin,, cuya existencia ha demostrado la brillantelebor detectivesca del profaor Kaueimerir. Pero el rrato del mismo Gusmin quenos daa las pdrnas de los Connmaii de Ghibeni muesra que su ideat de juventudlie un anisra que ingres en un monasterio para hacer penitencia por su rana bquede la gloria.

    No necesito extenderme sobre le enorme revolucin que leva en su sno ia segundapuena de Ghibeni (ilustracin 13). Es un cambio que trasciende con mucho las modi- -fica(iones esrilnrica que puede expenmcnra un anisu ;.1 conrao con orros anisr*r. Yo diria que el mismo marco de referencia denrro del qu( esubr rrabmdo Chiberri hbra licrmbiado. pues sin duda ib buscdo no lo mancner la alrasr.otar del pasdo. tino \hrr progresos. dear arnis incluo su propir obra precedente. Su inrencin tue enrendi- /da y aceprada plenamenre por \ur con(emporineo

  • I6 L.on.epci ft"d"ttkta del?tugeto ttrt;.o Jt tN co recu"c'diimportancia de ia que tiene, pero demuestn qu. Ios intereses humanisticos de Ghiberrise remontan a la poca de su vida en la que rabaja en los relieves de l* "l'ueras delPanso,r-. Verle formar pane en 1430 de esa comunidad intercambiadora de cdicesen la que figunban Aurispa, Tnversari, Niccol Niccoli y Poggio Bracciolini es vcr unGhibeni un ano distinto'3. Tan slo en esto adio mi iusri0cacin para examinar taldocumenro en el presente contexto: reforzaria mi resis de que cuando {ihiberri hizola segunda puena, al igual que sus amigos hun,anntx, se cosideraba inmemo e lacrrienre de la historia, reevocando y resucitaado deliberadamente e1 pasado y apuntan-do a un nuevo tuuro. Creo que hay algunrs pruebas en los misrnos escriros de Ghibenique corroboran ra1 interpretaci de su ombio de estilo.

    El primer libro de los Conmentarii de Chiberti es desde luego poco ms que unaparfrasis del relato de Plinio sobre la ascensi del arte antiguo. Fue en Plinio don-de pudo saber Ghibeni de Ia aponacin que todo artista hace al progreso del arte, yhubo de leo con paticular inrers las pginas un tanro cripricas de Plinio sobre elmvor de los esculrores en broncc de la Anrigedad, Lisipo r!.Ya el principio de estepargrati enlrenraria a Ghibeni con una concepcin del are en violenta contradic-cin con rodo lo que habia pracricado ) aprendido. Pues se arribuye a l.hipo habcrdicho (posreriormenre le sera adjudicado a Caravagg;o) que slo ia Naturaleza ha deser imnada, y no la obra de otros artistas. Conina Plinio (parafraseando a su vez laobra de un critico ignorado sobre el progreso del arte)r":

    Se dice que sus principles aponaciones al rnc dc la escuhura consisticro en surcpresentacin de los crbcllos, e hacer las cabeas ms pequeas que los ttists .te-riores y los cuerpos ms esbeltos y menos lo que sus figuras parecanms altas. No hay un trmino en la lengua latim para dcsign,r esa ryuu.n que conrao estuuzo culivala, rodificando las rgidx proporciones de los driists arerioressin romper la armona: sola decir que ellos represcnraron los hombres coro cran,mienrras que 1 los reprcsenrab. como parecan serr

    Pues bien, si ahora nos volvemos a conremplar las proporciones exnaanente alar-gdas de las figuras de la segunda puena y las comparamos con las figuru de la primeta(ilusracioes 1 I y 12), o su Adn con la .epresenracin de Ia mism cscena de AdrePisano (ilusrrciones 6 y 7), nos resular diflcil evirar la sospecha de que Ghibeni esta-b rratando deliberedamenre de hacer el papel de Lisipo y cambiar el canon. Creo queesta sospecha puede veme refooada por un revelador dalh del famoso pasaje de tlu-min. Entre todas las palabras de elogio que encuentra Ghibeni para el santo anista delnone hry una de leve cesr: oLe s* sunc eran ,r lot .rr., sus esraruas e.a upoco achaparadas. Esto concueda con la idea de Kaurheimer de que Gusmin era bor-gon, por Io a menudo que se puede califior a lc figuras del ane de Borgoa, precisa-mente, de un poco corte (llurracin 10). Como Gusmin es el anista cuy: vida precede ala suya en el segundo libro delos Connentarii, parece como si Ghiberti hubicra desea-do re,erurr,c p,ru r el oarl de.egundo Lr' po.

    ,v,

  • Lt.o"..?cii r."nn?nt\rld|t'tugtiod ;toIt"tt"tt..irt li .:: rcdad Ghiberri adopr un nuo canon parr cmbiar en la die..cin indic.i-

    :. : : liinio. se hce m intcligible el ombio toral de marco de retirencia que supone ).:::.:rJr puerta. Sabemos que no tue ur cambio previsto en el encarso original. El

    r dc 1."n,,J" tsruni ,onrernp.. ' ., de .,. jo. rc :.. .., o,Bu.,o\. alrm.. "n d.,;hiho.; d.-. - 1.., r.:., n.,-.. o,' hue,l'. ..., r'i,oL(op.n,one' "c'oG\,h.r \,J,ur. JJ. 1- '"br' ,....:r... r,,,, rlear o..r.J.\ .r.'.. ..,'.'.',,h-.- \

    , p,e,(n \e,. .' leemo. Lr d,.. ,., F t;h,.. ). u.-ru 'or cl adnrado r.n, nJ"'n l, menre e'r. n,..,:'. .: i.'r. :. .'.i'.. ." | .,,n.lu.,on dc quc r rirrtio -rr n--,, I i.rpo.lrgtgrai ctcan initare ld natura qunta a ne fu o,,:., :, r tr nrinor que aJ.,.n'o. e. " -nJ m.,d.\p,e\on -ur.n",i. de lr . .' . .. \" ". \

    ,,r opli " on a 'e- olog a . , .. l, q-. \, 'br.*'nooerupr, -nrcnr l" -.r,.ronJclr .., . .. - I,.",,.u.l"n,.o.mcdro,.. l,'.p"r.o,Jo..o'.on.e,,,'.- -:-:,::,r como pude, con todas las lincas

  • Ld cotcepci, rsace"Jtt 1 dcl prograo artbtio 1 tu conteenciat

    I\

    i

    demosrrrr la validez de su consrruccin perspecriva. Tambin A.lbrri ide una especiedc mundo nucvo para manifesrar el poder del ane pan crear ilusiones. l y su bigrafollamrn a estos ejercicios . dinostmtionn,, demosracionesl(.

    I Algo de esre espriiu de experimenracin se revela ambin en la segunda puerra.I El .d,fi.i" circulr dc la hi'ronr deJo'e riunrcrn l4,ndrponral relaro: alI conrrio, m.s bren lo embroll. Pero est ubirarlo en mirad de h obra a modo deI d;.,'noti,,,. mue'r,a de h penLra del risra en geometria apl;cada que. podemo'\ *p."". ."b*p*,b, , cuanro 'e hub,er he,ho nrer (isuiendo e{a line.s.\ No e, quc yo diga quc fuer; del crrrulo mgico del rrre hummi'ra no rc dierrn

    estas demostraciones de pericia. No hay m:is que leer lo que cuenta Fazio sobre Janvan Eyck para darse cuenta de que tambin de los artis(as septentrionales se pensabaque introducan ciertos rasgos en su obra para hacer gala de virtuosismo ms que

    / po,q"..l asunro lo exigiese. Pero ml vez Ia d;ferenc;a esrribe en que Ias soluciones/ conrempladar y ejemplificadn por Ghibcrri ,on demovrbles: aponan rcalmenre'l ,tg",t ,"",,",.a. lo' cono.:ricno.. Una vv crpuerr po,Chrb. ilconsru(.\ cin pei.p..ttra de un rdi.,n .:n ulr rl .o- podra prar a ,er del dominiopubli-i co. .omo de hr.ho 'ur.dio. F n otrr. pal,br:..

  • La cancp.kn lnak .sti'ta dcl ptogrcn atstico y su conceari*rud. Nos dicr Vasari que Filippino Lippi haba recibido el encargo de pintar una Sazra,.lru para la tuunciacin de Florencia, pero que renunci al enterarse de que konardo,de rueha a Miln, esraba deseoso de pintar ese cuadro ". Tal vez Filippino ruviera susrazones paa realizar ese desacostumbrado aco de geneosidadro, pero anbin lo pode-mos cons;dera simbolo de la conciencia de que a un Leonardo haba que darle opomr'nidad de apoar su conribucin, encargos aparte.

    Para Leonardo, a su vez, estaba fuera de toda duda que el arthta cra no parasarisfacer a sus clientes sino, como l dice, "para complacer a los primeros pintores,,que son los nicos capaces de juzpr su obra. Los que no, no conseguirn dotar asus cuadros del escono, el relieve y el movimiento que constituyen la gloria de lapioura.lt, La Sanu Ana (ilustracin 15), por supuesro, contiene todo esto, y ellono disminuye la imponancia del cuadro, que nunca fue entregado al altar para el

    \

    )

    que habia sido encargado. El cann, hsta la misma .invencin', bastaba.Ln ( ierros Ape(to\. pue,. una obra como la \ana Ana de leonxdo prricip del )

    espniru de la dimonationc". Su prop';,o s rflcia cl modo de'rcorrumbrdo e 1rngenio,o cn que el gran maesrro re'uelve el probleme anfrrico planreado por exe /rem (radirion1. El mrsmo fomenro de la "dino,nanoq" e' respons:ble de buena /pane de lo que llamamos manierismo,. Pues el manierismo alona su punto lgidoen el momento en que se manifiestan las ambigiiedades inherentes a la idea renacen-r;ra del progreso arsrico, n el momento en que, por consenso generat, Miguel.gel habia alcanzdo la "perfeccin, al materializa las ms elevadas potencialida-d.ad. - -,.. segn e.r inrerprerarin. re rara de una crisi' de h concepcin del 'arre. y no roro de una crisi' enraiad, cn cl -c'pfriru de lo< riempos. /. /

    Ieo Ia'.on

  • \O In cone?ci /.kd rci'td elPtug.o afn'nro ! tu' co$tae c;3por ejemplo, dj de PreocuParse de los problemas del ceno y e hizo provinciana, unalaguna de aguas estancadas, sin duda encantadon superficialmente, pero pag su negati-la a seguir a Florencia, como habia hecho Urbino, quedando descolgada del ren delprogeso. Cieno es que Venecia se nego tambin a pasar por el aro, pero cri su propiaideologfa, su propia aponacin especica al color, que los Custodios del Libro de lasReglas admitieron a regaiadientes, aunque esta variante tuvo que ocupar un lugar por

    /ebajo de la aponacin ms intelecrual, y por tanto ms .noble', a los prcblema de/ "d;kk o.. P*, " ns\"r rmeh borud^. Ia ider prir.tp:J. L id..r de que cl re hbr( '"- " ",..'.." Crono 1 que lo' grandes florenrno. tue,on '. bnderd"'. eni\ rod l tueza din.inic de .u pae Dure-o l rcirer; y .us.nbe' . 1 Io mi'mo hen l| -"* I r.' ..*"^ q,. no podran pt,mirine el luio d. p.r..r por 'sri,o'' v retrosa'( do".{lpocoriempo.oresrjen.onta.,otone'ra.onicnreprincipaldeprogre'oo'e

    e.r.i tuem dc ju.go'. Y por cllo el vi;ie a l,li 'e con,ierre cn una necerd. porquej atli est la piedra de toque con que rodo el ane ha de conrrxrarse Se podria reaccionar,t -",'" "t.. :n'irir en oon,,lidde' de'rendid de l pinrum rrle' como el m. del\#neovdelp;gieperulirdelnone.peroh,lsprore'rloucpud;ramo'dc'cubrilr.n el lle de Bruegcl nor remiren. rz raltdad d p'omn: IL tner que.omeni cn l-lo-

    encia. Y asi ha sido darde entonca. E cenrro del vnice podia emigra de Florencia a, Roma. de Roma Put'. de Pars a \uo Yok, lo. o-oblcm. undenr.' pod,.ln r"o 'e,] 1a el reJnmo..ino h expre'ion o L *riculacrn del in,onriente. pero el impul'o de l,( re"olu;tn inicidr cn Florenci nun.a *,goro. E' un: mol.ion que ricnlu' mni

    J '*. q* .,*." ** po .l ne en crecien,c di,orcio de Ls prci.rencit del pblno " Y! p.'. , ,.ao' ',. pu",o' deb;le'. e'u ide de un humanidrd ompromeri en .oo'truir( un rei.o ,*nomo de v,Jors. que puede coroiderane que enrc de rlgun\ at de la aponacin y comprensin de los indiduos, no ha perdido vigencia. Est ligda) , t" ia., a. t, .."p"",. on .l dinowaian'. Ht igo de -dmo"mnone en ut dnia( . vo"., .. -.no. que en un, nrurle mucna rubr.r de Pi.su. H-ra el produ. ro\ mn dewudo deld.rd.i'mo roma el 'enrido quc pued rener del 8ro de de'lio l mun'\do en general. e. dir. de 'u rereren. ia I ide de Ane de Ia que ha.r moa H.srr enI95l pudo escribir un influyenre ponavoz del movimiento moderno como Herben

    Read que .para un pinror ignorar los descubrimientos de un Canne o un Picasso es@mo si un cientcc, igore los dacubrimientos de un Einsrein o un Frud, r?.

    Supongo que el historiador no precisa ni puede ir ms lejos. No puede mediar enrresra opinin extremada l.la de Hazlht, que en 1814 negaba que las anes pudierm 'pro-gresar,, porque esra idea ,,se aplica a Ia ciencia, no al arte, r3. Qui e1 arte progresameno' l moera de l cicncia que aJ modo cn que 'e puede d'r qu. un.t pieza mu'i

    I cl hce p."s,*, .ada frnc o morito rdquirierd" .u 'enrido y expre.in Je io que haI habido ""r-. de l^ erpe.rarim que "e hrn de'penrdo ' ahora 'e.umpl.n. burl.ur o)nieen.srnlid-deuncnrquep,osle.drra,dsdclo"islo.nohabnrhnrorirdel( ,.. N. *r,.i" d. ms. puer. qu( no'",,o'. lo' h,'oridon del ne. re.ord.emo'\hombres como nLmanno Rinu*ini. el humi.ra florenrtno . un ' uy; crta comen. .

  • Apollonio di GiouanniUn talle de cassone orenino yisto con los

    ojos de un poera humanisra

    principios de siglo Heinrich Brockhaus encontr una copia de los documentosen un aller de ra florentino entre las Cane Stnzid. Coe na lit

    :::rlem de Ios cofres matrimoniales v otras obr:rs vendidas a lo Iargo de diecisieter:. de 1446 a 1463, por los propietarios del mller, N'larco del Buono Giamberril':.r..ionio d; Giovann; '. Sabedor por los propierarios de que a \\arbure le inreresa-: sobremanera los rrsn, esos clocucntes tesrimonios del gusto ' Ias opiniones de:: nercaderes florentinos, Brockhaus le presenr el documeno:. \\ bure 1o hizo:-.:ir en la confianz de que sera posible identificar algn produo del taller en::-rin .nrre los rasazl que La lista daba siempre el nombre de la:r::: cuvo aiuar habia de conrener el colre y tambin el de su tutuo mrido. Como.::;osrumbre poner los escudos dc armas de las lamiliu de los novio en q obrr:: :riibicin, las perspecrivx de identifiocin parecan buenas. \\:rbure pnxedi de,::ro identificar los matrimonios enumerados en Ia lista a panir de orr.rs lienres.i:i:ct una versin plenamente anorada de la lisra, pero pese a r;n arduos rrabaios: r.rre prreca volverle la espalda: el taller se le segua escabullendo. Cuando P:,:ubring preparaba su corpus de rasazl los intereses de hrbure t onenrabn ra:::i documenos visuales ms esrimulintes, y ororg de buen grado el p

  • 12 Apolhio di Giouanarea alemana sobre Barh, y nada queda sino una foto (ilustracin l7). La orra lacompr el Allen Memorial An Mueum de Oberlin, Ohio, y fue publicada de formaejemplar por el profesor \ll Stechow cn el Bolern de esa institucin (ilustraciones16 y l8)4. Fue este profesor el primero en llamar h atencin sobre la importanciade esra rlnica pirr: superviviente para todos los que se ;nrcresan po. el gil encn6 delos pintores de muebles florentinos.

    El prnel de Oberlin, con las armas de los Venori y los Ruccllai esparcidas protu-samenre por roda h escena, demostr hata dejar excluida cualquier duda razonableque Marco del Buono y Apollonio di Giovanni ean de verdad los maesrros de algu-nas de las piezas del gnero ms hmosas y arractiva. Como sealaba el profesor Ste-chow, encaja en cl grupo estilistico que Schubring llamaba .del Maesrro de Dido,, alque tambin se hace referencia en la bibliografia sobre el rema con los nombres de*Maestro de Vrgilio" y "Macstro de los rarazi Jarvcs,, 5. Toda esus denominacionesderivan de l obre m elabonda del grupo, dos frcntes de rsz con escenas de laEneida ,evirgilio 9!e se conserra en l coleccin lanes de la Universidad de Yale,New Havn, Connecricut (ilusaciones 19 y 20). Los manierismos esrillsdcos deesre maesrro son (an pronuncados que no es lcil confundir sus gesticulanrcs hom-brecnos agolpndose en grandes paisajes panomicos. Slo una pregunra quedabaen cl aire: si el raller haba penenecido a dos maestros, Marco del Buono y Apollo-nio di Giovanni, cul de los dos es el "Maesrro de Dido,lta respuesra a esta prcgunra la da un poma que gura enm los epigramas y elegasde uno de los versificadores latinos m prolficos dcl Qzatioccna florenrino, el norarioy humanista Ugolino Verino (1438-1516)6. Su primcra obra, un pequeo tomo de ele-glas amoro$s y orros epigrl.mx ntulado Fhncttz,la escribi entrc 1458 y 1464'/. Hayen l un epigrama laudatoio sobre .E sobresalientc pintor Apollonius":

    En riempos cant Homero los muros de la Troya de Apolo quemados en lu phasgriegd, y rambi l 8!n obm de Virgilio proclam los ardides de los griegos y loruin* de Troya. Pero sin duda quc el Apeles tosmo, Apollonius, nos ha pinradomejor Troya en llmas. Y tmbin la huid de Eneas y la iE de la inicueluo, conl* bals* volodas, las pint on habilidad maravillosa; no pcor l* menaz* de Nep-tuno, micnra abrlgr por alta mar cmbridando y calmdo los vientos ligeos. Pir. En6, acompnado d. su fiel Aetcs, cntmndo disiado .n Cmgoi y rambin supanida y cl tuneral dc la desgmciada Dido rparccen en la rabla pintada por la manodc Apolloiu 3.

    Siempre resulta satisfactorio comprobar que los mtodos derecrivescos de la his-toria llevan a veces a resulrados que pueden recibir confirmacin de testimoniosindcpendientes. El razonemiento en cuanro etepes que llwa de la copia del siglo wrtde un documento del Quattocerto zl dato herldico para identificar cl panel dcOberlin y de ahl, por comparaciones puramenre cstilstica, a las pinruras virgilinasdel "Maesro de Dido, de la coleccin lanes, se ve confirmado por este testimonio

  • Apolbno i Gordn; l3literario que saluda a Apollonio como pintor de escenas virgilianas. La mayorfa delos episodios que segn Verino consuyen el tema del cuadro de Apollonio figuraoen los dos frentes de rrr, d la coleccin Jarvcs. En las palabras del poeta son: (l)la ira de la inicua luno con las balsas volcadas, (2) Ia.s amenazas de Neptuno cLrandoencala los vientos, (3) cmo Eneas, acompaado de Acares, entr disfrazdo enCarrago. to que falm en los casrad Jarves, no menos que en sus rablas hermmas deHannover', son la primera y la lrima escena. "Tror' en llames v la huida de Eneas,al comienzo del ciclo, y ,Ja partida de Eneas y cl funeral de la desgraciada Dido, all'inal. El rarazr de Jarues tiene en su lugar la llcgada de Enes l Lacio v la fundacindc Roma.

    Ahora bien, las escenas de la destruccin de Troya v de la huida de Enes en ver-sin de Apollonio se han conservado en realidad. Consriruven el grueso de las ilus-rraciones dcl manuscrno de Virgilio de la Riccardiana lCd. +91t. que segn seadmite desde hace riem po es obra del maestro quc pinr los .,j,,, lan e5 I . La rela-cin no es solamente dc estilo o dc tcmtica: algunas de l escen de los 2, serepiten en el cdice sin modificacioner importa!es.

    Es este hccho ----cl quc sepamos que Apollonio repiri sus e5.nri lireilianas endiversas ocasiones y en distinrcs medios el que plantea una inrercs:nre cuesrin.Verino describe o varias tablas, sino wa -picu tabella, ea la gue se combina unalarga serie de episodios. Es el singular que usa tan slo una liccn.ia po.rL-: o ernrircalmente csa gran tabla? Si hubo tal cuadro, no figura en los hiros del rller. enlos que consta por lo mcnos otra obra ejecutada por Apollonio en soliorio "-.ia11a-,iio fa l Rinano al ntdh in su la Canapecora di Gio"d,lti Btoln.o Q'uhzt 'i-) .\'no se limitan exdusivamete alos usoni ("A Giouain; l; Prgolo Rr,-.lh ?,lso,toncl Cich dclla l^oggia t451, Fl 97,). Por otra pane la lista gurd rnbin siencosobre las ilusrraciones al Virgilio de la tuccardiana, lo que pudiera erplicase por elhecho de que nunca fueron terminadas. Pero en todas es(s cuexiones hemos dehacer uso en la medida que nos sea posible de pruebas incrnas. pues al parecer losarchivos de taller se interrumpen unos dos aos anes de la muene de Apollonio'r; 'quin sabe si no tue en cstos dos ltimos aos cuando comenz a ex.ender sus acri-vidades a nuevos camposi

    En un punto, sin cmbargo, el considerar quc cl "Maesro d. \'irgilio" r Apollo-nio son la misma persona ha de trastomar neccsariamente el puoram: de la situa-cin trazado por Schubring hace unos cuarenta aos. Pensaba Schubring que el "tlaes-tro de Dido, cra bsicamcnte un miniaturista cuyo punro de parrida fue el cdice deVirgilio de la tuccardiana y que luego aplic su habilidad d. narrador a unos cuan-ros rrrr. Esta hpresis no puede ya sosrenerse. Es obvio que la linca de uabajoprincipal de Apollonio era la de los ra.razr, y es ms que probrble que en clla realiza-ra su aprendizaje. Por cstc mero hccho resulta improbable que Schubring acenera alfechar el cdice ares dc los lzl de las esccnas virgilians. AI compararlos, de-m:s, se confirma la prioridad de stos. En el primer ra*ana de Yale, por eiemplo,

  • 14 Apotk b di Giordh ;teemos una narracin conrinua perfecemente equilibrada que ebarca desde l visi-ta de Juno a Eolo hasra la rempesrad y el .Q c'r 0, y Ls ^11, a la inrervencin deVenus en la orilla (ilusrracin l9). En el cdice (ilusrracin 21) la visita de Juno aEolo se ha adaprado a 1a form:r rectangutar de las miniaturas anadiendo la prhin delos vientos, pero rodos los vienros soplan hacia la derecha, como ocure en el rszccon toda lgica, en que provocan la tcmpesrad. La composicin resultanre estpidiendo ser continuada a la derecha, Io que prueba, igual que otros indicios, que elra.. e. I re,.i"n . "n, cbrda ongrnarramen...

    Schubring, por supuesto, no renia manera de saber que el pintor del cdice deVirgil;o era en realidad uno de los maesos de rsrr, ms corizados. Pero rena ade-ms otra razn para inclinarse por la prirnaca de las miniatur. Creia haber descu,bierro una pista en el cdice que lc pennita ftcharlo en los primros aos de los cin-cuete. Si los .jj,,; virgilianos habi de se areriores:l cdice, dararannecesarimene de la dcada anrerior. lo que incluso a Schubring, cuyas fechas suelencr.rcrerizare por scr e e\ceso rempranls. ruvo que parecerle imposible. Pero sumrodo de tichar el cdice.rpenas resiste la cririca. Sostena que la construccin deCarrago que aparece rl lbndo de una de ls miniaruras (ilusrcin 22), represenrabal ereccin del Palacio de los Itd;.is. Como eris obras ruvieron quc rerminar hacia1452 Io ms rarderr, hay que fcchar el cdice con rnrerioridad a ese momento.Schubring saba que esre argumenro no era de mucho peso, sobre rodo porqLre noses conocido gr:rcias a \frrburg, que el amanuense que escribi el texto del cdice vfirm en el cololn ,Nicok"s Rici r, S?i oslls cnt"e habia nacido en 1433',. Amenos que prerendamos que fue un nio prodigio no podemos stua la fecha delcdice antes de, pongamos, 1450, momenro en que el amauense contba diecisieteos. Pero el r:zonam;eno de Schubring es eneo. Es uno de mntos otros formu-Iados por los erudnos de su generaci que deseaban ver l.vida coidiana, delQtnttrocento refleiada en el arte de la poca. Y aqu, como solia suceder en alescasos, el deseo engendr el pensamienro. El ttc del Quattrocento to nos ofrece unrcporraje de los lugares y personajs de aquellos tiempos, pucs rabaja con tipos vesquem6, no co rerraos individuales.

    Los estereotipos v frmulas urilizados en los fondos arquitecrnicos no constituyen una excepcin. Es interesante, en este conrcxro! que un palacio con planta bajaalmohadillda un poco a la manera del tipo del Prlacio Mdicls aparezca ya en elfondo de la predela de Genrile di Fabriano que se encuenra en el Louvre (ilurra,cin 24). Al poner al da *ta lrmula para la represenracin de edificios ranocompletos como incompleros de la noble ciudad de Cartago, Apollonio bienpudo haber hecho uso del ripo del l,alacio de los Mdicis (ilusrraciones 22 y 23).pero o por ello hay que oma sus miniaturas por panormicas topogrficas. \'menos an hay que pensar que el que no estn termnrados los edificios de Canagonos permire remirirnos a la hisroria de las construcciones de Florencia.

    Por tnro, el nico ten;n r ante g\ poemos aceptar con ceneza para el cdice

  • A?al@sb d Gb"dik; lide virgil;o es la fecha de la muene de Apollonio, 1465. En realidad parece muchoms probable que la miniatura pertenezca a una fecha rarda, pues la explicacin msnarurat del hecho de que las miniaturas estn incomPletas seria que APollonio murimienrras trabajaba en ella. Es fcil darse cuenta de que pensaba continuarlas, puesalgunas no son m,s que dibujos a pluma, y otras llevan ya aplicados algunos de loscolores. Si todo esto lo hubiera hecho a principios de la dcada de los cincuena.;po. qu nunca sisui? Tuvo que ser el xho de los rasanl virgilianos el que dio auno de sus clientes la idea de encargar estas ilusrraciones a Apollonio. Naci delmismo xito la idea de un cnadro panormico, Ia .piaa tubella, del poemz de Ugoli,-no Verioo? O escribi Verino simplemente de memoria poniendo las escenas queesperaba enconrar? En ausencia de pruebas en contra, Parece ms segiunro, suponr qu querla decn lo que decia y que ral Pintura existi. Podtiamosimaginarla qui colocada encima de un zcalo, doode los florentinos estaban acos-rumbrados a ver tapices flamencos con episodios semejantes de la hisror;a de Troya.EI mnmo Apollonio nos da una idea del posible aspecro y disposicin de tal pinruracuando ilustra el Templo de Juno en Canago en el que Eneas y Acates descubrenrepresentaciones de Iliupersis (ilustraciones 20 y 22). La Pintura a la que se refiereVerino debi de estar terminada hacia 1464, el ao en que el poeta acab de compi'lar la Fkmetta. A Apollonio, por raoto, cabe el honor de haber pintado el primercuadro mirolgico a escala monumnral.

    En su publicacin de la tabla de Oberlin el profesor Stechow indicaba que, delos dos propietarios del talle Marco del Buono pareca el candidaro ms probable alnombre de.Maestro de Dido,. l: razn que daba es que conocemos numerosos .r,-rozl de esre grupo que, por morivos estilsticos, hay que fechar con posterioridrd a1465, el ao de la muerte de Apollonio. El epigrama de Verino nos permne recrifi'car la hiptesis. Sabemos ahora cmo era el esrilo de Apollonio Nos permire ram-bin hacernos una idea del de su colega? Esre problema es considerablemenre mscomplicado. El profesor Stechow nos ha prevenido acerradamente contra la tDtarivade desenredar el caos acruat de la atribucin de snr findonos de meras fotografas.Es cierto sin duda que las fotografas son casi siemPre tan pequec y poco clarasque no permiten disdnguir caraclerst;cas individuales en estas hormigueantes multitudes de triunfos y baallas. Es tambin mris que probable que los resauradoradecimonnicos que adecentaron frenres de carazr para los coleccionisas eiercieraun efecto nivelador sobre tu peculiaridades de estilo que pudieran haber exnridoPero incluso despus de tener en cuenta todo esto subsisre un problema metodolqr-co: Es del todo cierto que el esilo de los rzl estuvo siempre tan chramente cir-cunscriro como el de los retablosi A juzgar por los achivos de su uller. \lco delBuono yApollonio di Giovanni suminisrraron ,,r, 1Para hara veinlirrs,iures a.l

    2no )"- r. mro/tu d /r rcccs dcbtz dc czcartzr,sc ,r?.//rd/2-t /:,/2/Z !,2r:,, qu,r .enn ,hn t tta uno o do, prottuLro, ,.r6rd". p".,.,;,^.medio. TaI produccin presupone sin duda un nmtro el edo de avud;nres b*"

  • t6 A?o/b"io di Giohkn;re independientes, algnos de los cuals ral vez acabaron monundo sLr propio mllercon posterioridad, llevndose consigo los patrones o copiando las formulas de Apo-Ilonio. Quiz los clientes encargran adems a orros ralleres copias de sus piezas pre-dilecras. Adase a esras diversas posib;lidades el hecho documentado de que nues-tro taller esruviera regido por dos maesrros qu tal vez cohboraran de var;adasmaneras y podr extraar que con frecuencia los razl eludan ese encaillamienroesc.upuloso tan del gusto de los coleccionistc.

    Una cosa, sin embargo, queda clara: ls divisiones de Schubring no se pueden seguirmanreniendo. Se recoda que la lisra de raoazl que anibua al Maesro de Dido eamuy corra: nuere. de los cuales rres haca pareja. Por lo que a este maestro toca, el pro-fesor Ole. r puso reparos a esra Iista hace ya tiempo po. morivos purumenre esrils+cos. Razonaba, v lo hacia de rbrma convincenre, que orros dos hermosos rrazl de lacoleccin l16 debn arr;buirse tambin al mismo taller. Uno * la tabla de un torneoen la Plaza de Smra Croce (ilusrracin 25), que para Schubring era unajusta celebradaen 1439 en honor del Concilio de la Unin. No hay pruebas que jusrifiquen esta interprelacin, y rodo habla en cona de una fecha rar temprana t,. Schubring atribuiaocho pieas al maatm de esra tabla, pero constiruyen un grupo un tanro dispar. El tor-neo propiamente dicho, sin embargo, es sin duda una obra maestra de nuestro reller.Esr por ldmo la bella tabla d la coleccin J,rves con la visna de la reina de Saba aSalomn (ilustracin 26). Esta consumada obra la atribua Schubring a otro raller dis-tinto, que l llamaba el del "Maestro del Cassone, y al que adjudicaba vdnte piezas desu corpus. De nuevo Offner ha asestado un duro golpe a la nomenclarura de Schubrinsal reivindicar la tabla para el mismo taller que emb;n pro

  • Apo okio i Gio,ll"i l-Anghiar;, de Schubring, aunque incluso en este caso hay um tierra de nadie camre dercgos pronunciados que se exriende entre su taller y el nustro.

    El grupo reunido por Offner parecerla la base de parrida est.atgica mi segurapara xplorar una vez m el material reunido por Schubring. Excede del propsitode este trabajo emprender ral reconsideracin, pero podemos mencionar dos ejemplos de buena catidad no analizados por estos aurors para mostrar el cance delproblema. Uno orra escena virgiliana ms (ilusacin 28), eldesernbarco de Eneas en el Lacio, la comida en la costa y la recepcin por Larino,segn el libro MI de h rze;da13. Ajuzgar por el paisaje y las figuras (Latino recuer-da a los reyes de los na;ps primitivos), este .a.rru es un ejemPlo de la versin msarcaica del estilo, y tal vez dare d los ios treinta o cuarenta. Por contra, la Pinradel niunfo de Csar (ilustracin 30) r'representa una fase prxima a la del rasoze deOxford y tambin, quizi, del rorneo de Santa Croce, con el que riende ono puentel-as figuras son mayores, la armazn espacial mucho ms firme. Por ello se sienreuno renmdo a volver a dividn los grupos entre los dos propietarios del taller, Apollo'nio y Marco del Buono.

    Por desgracia los hechos contradicen esta divisin rajante Pese a la.s dudas deBerenson, yo creo que las miniaturas de la Riccardiana son obra de un maestror yen el repertorio de este maestro, que no puede ser orro que Apollonio, figuraban losdiseos como de friso de ilustraciones picas y los ms compacros marcos escnicosde las ablas de Csar. Por ranto, la cuestin de dnde encajar a Marco del Buonosigue a la espera de solucin. El profesor Stechow seal el camino al decir que cual-quier creacin de nuestro taller que pueda demostrarse que fue pinrada despus de1465, el ao de la muerte de Apollonio, podra atribuirse a su socio. Hay rarazl quecumplen esra condicin,'pero no ha sido facrible rzar un panorama muy claro apardr de ellos. Tenemos el st r de la coleccin Perry en Highnam, por ejemplo r',arribuido por Schubring al maesrro del Torneo de Santa Croce, pero en el que apare-cen unas figuras de arqueros que podra sospecharse que tueron romadas del SarSebatirtn de Pollaiuolo, pinrado en 1 475. No obsante, esta obra a duras penas reve'la un carcter artistico lo bastante pronunciado para convertirla en cenrro de un gru-po. Lo mnmo cabe decir de los suntuosos cofres maoimoniales de la coleccin delord Lee r. Su estilo apunra en verdad a una fecha considenblemenre Poslerior a1465, pero algunos de los motivos, ales como el ePisodio de Brenno (ilrracin 'l-r '.recuerd:rn las escenas y marcos romanos de nuestro taller Parece seguro inciu

  • 18 Apo io i Giont1de los r rl vez no est de ms reexaminar brevemenre los orgenes de su esrilo.Tal examen puede llevarnos a revisar una opinin repetidamente expresada en losanlis;s del ane del Quatrocento: la idca de 1ue el estilo de los ral refleja los x;tos de los grandcs maestros, en especial de Uccello y Domenico Veneciano. Es cienoque se dan estos prstamos, pero en line* generales llama la atencin Io indepen-dienre que es su lenguaje de lo que consideramos corrienle principal del arr. floren'rino. Es.omo si Masaccio o Doarello no hubieran existido v se hubiera dejado queel estilo internacional, al como Lo encarna Genile da Fabriano, siguiera evolucio-ando sin ser molestado, prolongndose en la siguiente generacin r. Resultainsructivo, en ese conexro, comparar las escenas de caza del rzsazelawes (iiustra'ctL 3t) con La caza de Uccello (ilusracin 32). Apolionio, con sus graciosas silue'as de venados que huyen y peros que los periguen, conserva en su otalidad clcarcter de tapiz del gtico internacional, mienrras que en Uccello es prlpable elirenro de taducir las mismas frmLrlas al lenguaje del nuevo esilo tridimensional.F-ste mmo carcter tridimensionrl es el que disringue los vivaces cazadores de Uccellode los gesriculanrcs nraniquies de ,\ollon;o, pues en tanto que Uccello aparta sus figu-ru del espectador r ls hace perseguir h caza en lo protundo del bosque. los esfuezosde Apollonio van siempre orienrdos a consenar una siluem fcilmente legible. Es esteestueno por evnar escorzos d;ficiles en la representa.in de figtuas dotadas de u. remperamenro verdaderamenre iralimo el que explica las curiosas conrorsiones quc tan fre-cuentes son en las composiciones de Apollonio. Hy algo casi de egipcio en la maneraen que esparce sus maniquies; siempre que sea posible han de vrseles 1os brazos y laspicrna'. r ora ne'id;d .onfie.e r .u' igu o e movmnnroescrpe.ro.urio..menrcinquieto e inesrable que constiruye el selLo de su estilo. A los 6nes narativos de Apollo-nio. sin embargo, este recurso se adecuaba admirablemente. Permna que sus fLgurasclaves resalasen claramente en los bulLiciosos panoramas de sus historias pintadas,guiando asi al especrador de una escena ;r otra. Algunas de estas poruras se re;teran conuna ingenua monorona que nos hace pensar en alguien que estuviera cambiado desitio soldaditos de plomo. A.si, por ejcmplo, el esrerEoripo del hombre que camini conpiernas separadas y manos de rarioera, visto siempre por detr. lo mismo siwe pararepresenr a Ascnio embarcndose para abandonar Tioya (ilu.sracin 34) que a uncamarero que lleva uns fuentes en el banquete de Dido (ilustracin l5). Con liseruvariantes se aprovecha en la ligura de un marinero en la proa del buque de Eneas (i1uricin 31), y en la de un espectador que se asoma por una vlla en el torneo (ilustracin 36). l'ero qui no sea jrcto echade en cara al atism esta repeticln de frmulas,pues tambin en esto no haca ms que seguir una pr.rio rradicional. Su misno mIo-do, que hemos obscrvado en las escenu de Virgil;o, de usar y adapraL idnrica frmulapicrrica en medios y contexros difcrcncs delaa la postura del anesano medial quesabe economir sus recursos.

    El proceso de produccin en el taller a rl escala dependa de l;r exisrencia de unmuestrario disponible de parrones para reprcsenrar ciudades, barcos, campos, crrros

  • Apo oo ; Gatdn i t9. , :. -.:r.rllos c.iidos u hombres en lucha. Es narural que hava rarraai en los quc:, . ..:r los riesgos ms obvios de la produccin en masa, pero estos riesgos::: ::.:os cn la fha dc originatidad que en la ejecucin inerlexna o apresuradr: .:.:::. :nsullcientemente familiarizados con las inrcnctones del cstro. En tasr . : ,::i! nrs ambicnxas dcl ralle, ales como ls es(n de la L:tid o lt: :::rel nesanl suele ser clevado. Sin embargo podri rSii,rse que la mis. . . -: ,: l demlle. la mnm vivacidrd de la narracin. h.. qur a yeces rcsut-: ::::nrcs los estereotipos v maniernmos del esrilo.

    -,::dor de omaccs del sigto xr, podia permirirse cl lu, ,lr rrperir sLrs cli-.- .j,..Lrmo esr con rodo el dalle relisa acumulado po il cor:.,r :lrc.n.ionl. - :::i hr.ii la plausibilidad de la escena picrrica rena..nrijrr. "::.ifr . .\c.. :, :::ij,.r del D,undo real parr que pascmos por aho sus incon!:.rr:.ti. , mr.L*jr

    rcal;smo supericial, su arencin a las esrucrur r .o. r.Lr. r t.r. :ron dc rasgos realisas nles como somlras provecradas lo. 9r: :r:o qu: *ra. :,'r/. rrsen,'. li, ,l aorvoe.,r irp,..,on.. r.r..r. nlniaruras ,ncbadas del mauscrrto de Virgilio lilur:tr.,rr i- {\1u,.. :: :. :rinor el deralle realista susceptible de inducios eng-:o.:::::::; ::uopnr

    .:-::,rrrrsrrdifercnre,Apolloniosenosrevelacomounuren:,;:.:::::::tdcl.::. .or-l..r..c.ncdc..,onr(n.i.1,. gorL lun-. .. . ..: r:::o crece dc la ambicin de rsccderlas, iun .orie,:,, :i: :iqo El

    -- ...n'1".,lL!rr..onJ8.Lnpt,.oeremplu.r :rr,;,dd coD que Apollonio aplica las p.ruras de l ndi;:,r: !..r.: r L .on., : . J. un rerraro ptausibte del mundo real en ningri l'cr: r, :rrj Lrb\1r que

    ,,r . St tu Cnc? lilsraci 25). Hemos vnto que S;:.:i:::s l onside-. -: \:'o1'tge y es por cicrro muy posible que las dn is. . ,, rnhres de los, ,dsntlliquen un iur auDica rt. Pero pese a todo ,u :rs:::or dcrlle, la

    . . .r:i. o hace ms que scgu;r las Ineas del csquema trr,rirorrl p;r.r hs lus-. ,::..rJo por l

  • 20 Apola io di Gtu,am1ser un representanre de lo que os parece un estilo un ranto "retrgrado,. Nos siguegustando pensar que en el Renacimieto se dio un.progreso, uniforme, y esra pers-pectiva coloca juntos en vanguardla a1 humanista y a los arristas antigticos. En elcomplejo anlisis que reliza Warburg de la siruac;n en rorno a 1460, la muera gri,ca, a la que l suraba poner lz ewerz de "alk farr,, repreqenta el elemenro rerar-datorio contra el que ha de emplear a fondo sus energas el autntico humanismo'allhnnra,. Peo Wtburg saba tambin lo inextricablemente que esraban mezcladasesras rendencias y orientaciones en Ia mente de odos los tlue se hallaban sometidosa erar tensiones. Subrraba la presencia en el ute grico de un deseo genuino derecostuir ls hisrorias andguas como si luea sucesos contemporneos, y se diocuenta de que en el naruscrito de Virgilio y en 1as correspondienres escenar de raoozrse habia rrarado de pinrar una Venus de:specto clico. A Warburg le hubiera encanta-do, pues, esra alianza entre un pinror que narr los relaros de Virgilio con modosmedievales v un poera que con tanta frecuencia emplea forma.s virgilianas para contarua hisrori medieval. Pues igual que lu escenas de Virgilio constituyen la obra maes-rra de Apollonio, el trabajo de su vida de Ver;o rc Las catial, un poema picoescrito a imnacin de la Ie en honor de Carlomagno y sus paladines. La mezda deestilos resulta en ambos artisr liamarivamente similxr. Un poer que escribianr

    .E ille onandus, fnncorum msDus achillc$,

    igual podra ensalzar a Apollonio como parejo a Hon,ero r Virgilio. Nunca parecenhaber turbado el espiritu de ninguno ideas de propiedrd o adecuacin alaplicar la for-ma al conrenido. Si e1 estito de Apollonio coninuaba la rradicin gtica, 1o mismocbe d.cir de Gozzoli. posrerior dccorador de la capilla de los Mdicis. Mems, lalinrosa rlabanza que hizo Fzio de \ Erck. Rosier. Genrile da Fabriano v Pisanellonos previene conrr.r l.r ide.r Jc una pretirencia exclusl.a de los humanistas por el arre11;r, Si no. .ul rro que ie elogie a Apollonio como "segundo Apeles,,conrendr record cue doi lolrnrino: m.rs a los que se colg esra eriqueta en epigra-mas lainos tueon lr \nsrli.o ! B(nozzo Cozzoli rr.

    No har ningun mo!tro. puer prr pensr que Verino no estuvien a la altua desus colegas humanrx en lo que.r sus guros arrricos se refiere. tnemos pruebasvlidas inclLrso de que re inrereso ms lcgrimmente por la pinrura que cualquier otrode sus contemporneos lireririos..\ direrencia d Marri y Rinuccini, se crey en Iaobligcin de dedicar su pericia liheraria a los arrisrai vivos de su tiempo, y quiz nohaya recibido el triburo que merece por haber comprendido, en fecha ran remprana,que "ral vez Leonardo da Vinc; supera a rodos los dem, !. Peo si los humanistas searuvieron e algn criredo cririco conscienre, ese tue sin duda el de la fidelidad a ianaturaleza, sobre la cual pud;eron leer en los autores antiguos. El realismo grico pareca sadsfacer bien este crnrio, pero en general sus inrereses eran por encima de rodolirerarios, y el tema ilu.srrado era patentemente m:s importante a sus ojos que lo que

  • ..1po|,tu Gio"n"ni ll

    : ;.xumcnto ms explcno que poseemos, de mano de uno de lossn rorno a los princ;pios que deben regir 1a eleccin de estos

    .rrr:z-: : . :tx rJoptare para la rercera puena del baptisterio.

    :--,::::r-:ourcdel-ArtiguoTesramenro,habriadcposeerbisicamenredos. * ::.. ,r:. ,lhen mostrar esplendo| oma, deben rener sigificci. Por esplen

    r::. : rquello que merece ser recordado... scr mcn.ster que la persona quer r : :: ,.:rlos conozca bic cda una de las historias. para as pode. dis,ibui

    .:.lrs tigurs y sus ac.iones, y que sea elegante cntiend. de adoros... !

    :. - ::-'os cl arc de Apollonio desde esros puntos de visra, es deci desde losr- r .' : i:.:rdes. \o slo hay en sus obras ms "esplendoo que es .un reglo pm la-i :-: :\r.Srmos, eD las de Castagno o Uccello, sino que hxra dan testimonio qui-- r --i -,:ror .omprensin de la ,,sig,r icci n, que los adsr$ cuyas obras se.eilian=- -.,-..:.-enre a los temas rdicionales. hes cn el caso de las pinturas dc asaze la.+:- - : :-r.rnir de asunros .d;gnos de ser recoddos,, se daba Ia mno con I exi'=r.,. -. ::- dc un asuno apropiado a ran fara ocasin. El r,zrra,re despues de todo,r :: :-. -.io u mueble alegnmenre decorado: su encargo r entrega formaba pane de, - --- :r:rinoni.Jes de los floreninos cultos. Haba por ranro de ser cons;derador --.: : :r lices augLrios, si no de rfounados hechizos. Esra significacin privada es:..:: --.re obri en las pinrur$ inreriores de lr rapm (ilustraciones 42 y 43) que.:'-::r .s riguras ideales de una mu.hacha y un jov.n hemosos, a vece con tos.- . : Pris" r.Helenoi. Qu orro objeto poda cner el poner a la visa de l.r. : . : os modelos de bellea ms que consrituir un f-eliz presagio de una hermosai1.-:.:.ir? l: idea de que las imgenes conremplads duranrc el embararc influyen: : -:.o i! unnersalrt. En la sociedad de Ia Florecia del Qrattocento esta co*'- ::.:.i etico" de ls imgenes se fundirian impcrceptiblemente con las ophioncs:--. .r .rr. imsenes de bellea et "esplendoo y la "significacin, conversean..:r :ntluso ls pinruas del exterior se escogan siempre de manem que tueran apro: -:. : .s espenas v spiraciores dc la milia. Dos de hs obru de Apollorio cuvo-.-:: :o h;ido |sra el presente del rodo elucidado pueden seruir para ilusrrar esre:-:: L e; el arr del que se mnserua un liagmenro en el,Ahmole.rn liluseum de-.' : . E,.i cirr.logdo como un grupo de acrbatas actuando (ilusrricin *). El

    -::- -:r :.,ne en h pnra de otra pica dc la misma tabla conscrvada ahora en l Galeria'.::: :i i- Es.ocia " con el rulo de Is nouiL tnr.turr (ilusrracin 15). ll rradicin:.: .::::l::cin. de las pinruras de los azsazr permitc dar ficilnrere con elverdadero

  • 22 A?ollono d Gauaasunto. Se trata del rapto de las sabinas, tanta rcces represenado en los cofrts de lasnovia como augurio para la tundacin de un nuevo linaje. Encontnmos la acruacin delos acrbatas represenada de modo anlogo en el r'r"" de la coleccin Harewood 3,(ilustracin 46), donde disraen a las coniad,s mujeres sabinas. la tabla de Edimburgo,por supuesto, rprenra lverdarlero asalto repentino al grupo.

    Mayor inters an tiene la .significacin, que clint y arrisra hubieron de atri-buir al par de earozl que tueron punto de panida para la identificacin del taller: laubla de oberlin con la invasin de lerjes y su pareja perdida con el niunfo de losjefes griegos (ilustraciones 17 y 18). Considerarlos meras ilustraciones histricx sig-nifica desatender su sentido general. La hisria, en realidad, est un mnro compri-mida y en ocasions de,a paso a Ia novela. Si podemos fiarnos de las inscripciones,no slo aparecen enre los defensores de Grecia contra los persas Cimn y Temsto-cles, sino tambin Pericles. Pero alguna medida de comprensin era necesaria siApollonio habia de pon slo el "esplendoo, de la flota invasora deJer,es, sino rambin la "signifrcacin de su acaso. Pues el destino de Jerjes era unfanoso exemphm del orgullo humillado- A parir del material transmitido por auto-les como Jusno y Orosio, Boccaccio habla narrado elocuentemente la historia de laarro$rcia y cada finat del gobernarre persa a0; qu m adecuado al tema generalde la cada de los prncips que la historia de este fracaso espectacular? Y por elloBoccccio echa mano de todos los recurcos al refern la creacin de un ejrcito dem de un milln de hombres, el cruce del Helesponto en un puente de pontones yla invasin de Grecia; pues cuanro m grande es la empresa, ms vergonmso el nau-fragio. Primero resistieron a Jerjes los hombres de knidas herido en su hdaignominiosa, ruvo que bebc con las maos de un rfo ensuciado con la sangre ptri-da de sus propios soldados caidos; una bebida que en su necesidid p,recile m:dulce que ninguna otra que hubiera probado antes. Luego, sus hombres fueron dis-persados cuando trataban de desrruir el rcmplo de Apolo en Delfosi y por ltimo svio atrapado con su flota en Salamina y derrotado por Temsrocles. Volvi a su rierrasolo, remblando en l barcaza de un pescador. AIli recibi nuevas del desrino de suejrcito al mando de Ma-rdonio, la huida de su flota y la desrruccin final de los res-tos del ejrcito pesa, junto al ro Eurimedn, a manos de Cimn. Impotente y eco-bardado, fue asesinado por su c"pitn Arrabano. A esta tremenda naracin, en lque todo est subordinado a la enseanza moral, Boccaccio aade an un sermncontra la ceguera d Ios mortales,, en el que se detiene en cada una de estas indignidades como ejemplo de advertencia. .Si buscsemos en toda la historia, a ningunohatlariamos m famoso por boato regio, mayores riquezas u obediencia de m pue-blos... envanecido por el orgullo de tan exclusiva grandeza, se vio despojado por dpequeo grupo de Lenidas... y privado por Temstocles y Cimn de todos aquellmbarcos con los que habia cubieno el mar enrro... el que solla dar rdenes a rryesrog marsamente a los barqueros que le cruzaran, el que poco antes era jefe de tangrande ejrcito cruz el mar en solitario, en la diminuta barca de un pescador...

  • Apollonto Gtotnnai 1,1-'- n.rs rendremos que dcir? iqu ms pruebas querrmos de lo que valen lx:r::an- el poder v el dominio rempoal... no hubier:r sido mejor para Jerjes cae-: i c{lo:... por qu enronces no disipamos de nuestros ojos la niebla de la igno-:zr>... .: alzando los ojos y el espiritu al cielo, abrimos los oldos a las palabras de3:l ? pues Dios dispone de muchos Temstocles y Lenidas; aunque tuviramos-- hombres de los que nunca tuvo Je.jes, nos vrlamos despojados de ejrcitos:rirnos. puesros en tuga abatidos, rogariamos en vno al inexorable barqueror. : onll del Helesponro sino, desnudos, a las del Aqueronre, donde estaramos-io r :iligidos, Ilorando erernamente la prdida de Ia vida mejor.,\o c:be duda de que la versin de Boccaccio constituye el marco general de la::-i de obedin. vemos, a la derecha, alerjes a caballo, cruzando el Helesponro con-: crcrciro fabuloso de carros y camellos. Al fondo, para que se conozca que es el=:: \cgro, reconocemos Constantinopla con algunos de sus signos disrndvos ms:-*crisricos. como la column de Teodosio. El viejo de la barca del pescador, tan:..uminenremente colocada en primer plano, bien puede ser rambin Jejes en su:rd: ignominiosa. En ranro, cn el lado izquierdo se plasma la tragcdia del ejrcno-r. Cimn, delante de su tienda, recibe a un grupo de nobles persx prisioneros.-::: cl primer phno uno de los persas parece como si se apurara, quiz al recibir un=cnsaje. EI nico xpecto desconcenante es la presencia de Pericles enre los griegos.ao cn l tadicin de las crnicas del mundo Pericles era en realidad un general:.niense qu vivi en riempos de Sfocles ", y como en la tabl se resume el rriunfoj< Crcia su prsencia no reulta del rodo ilgic. Se nos dice que en Ia rabla que.-.. pareja apareca, cosa muy aprop;ada, el iunfo de Cimn, Temstocles y un ter-:c c,udillo (ilustacin 17). Tl ve se rrata orra vez de Pericles, que susriruia a Le-:idx va que a ste, al haber muerto en las Termpilas, no se le podia pintar de esa:naaera. En el hdo izquierdo y en la parre del londo se pretendi, al parecer, repre-,nr la barlla de Salamina.

    Si los Rucellai encargaron la hhtoria de la caida de Jerjes y los rriunfos de losSnos, probablemenre pensaron en una "significacin, que rrascenda incluso la del hisroria con monleja ms dramt;ca del mundo. Pues en 1463 este relato y sumco histrico no slo recordarian al espectador el paso de la Estigir, como a Boc-,-rcio, sino orra ameneza m inminente. Qu ms rranquilizador, en la dcada deI cada de Constantinopla. que recordar que los orgullosos conquistadores asiticos'on propensos a ir ms lejos de lo deb;do?:.

    Tcnemos la suerte de que esra concepcin moralista de la historia tenga mbinparalelos en las obras de nuestro principal testigo, Ugolino Verino. Sw Crl;ala sebren con una dapracin del primer libro de la rzcr que hace honor al admna-dor del "Maestro de Dido,. Toda la namoya es idnrica, salvo que no es la flota deEneas la asolada por la ira de Juno, sino la de Carlomagno, cup regreso victoriosode la conquisra de'Irena Santa es obstaculiado por el Diblo'r. Is exhausros marinostan tierra igualmente en una costas desconocidas y hallan una ciudad rica y amis-

  • 24 A?ol,"io i Gio"d "itosa, Butroro, en cl Epiro, donde gobierna Justino. Al describn las paredes de la resi-dencia de Jusrino el poeta no puede omitir la obligada cbpbruli, y xi Yerino aprwe-cha la oponunidad de rendir un pequeo rributo a los arrisras de su rimpo qu pre-viamente ha pasado por alto. Los .emblemas, de la izquierda, dice, fueron pintadospor -Alejand.o. sucesor d Apeles,, a lo quc en el manuscrito de Prfs, se ade unanota al margen dc la mano dc Verino: "Alcxander picror florentinus,, es decir, Boai-celli. La historia de la derecha, leemos, la pint el toscano Pullus, o sea, segn expli-ca la nota al margen, .picror pullus florentinus,, o Pollaiuolo.

    t-a referencir (prescindiendo de las noras al margen) se encuenra ya en el primerbosquejo del poma que nos s conocido: el aurgrafo de la Magliabecchiana. Elcolofn de esra primera versin nos dice que el decimoquinto y himo libro tue elrerminado en Pha el 3 de diciembre de 1480 a las dos de la noche, Sus comienzos sremonrrn a linles de la dqda de los scsenra s. En algn insrante enrre csas dosfechrs, por ranro. hav que ubiar este aferencia a Boricelli v a Pollaiuolo, que nosproporcion un opone con6macin dc la creciente fama de los dos maestros enu momento rcltirzment. t.mpmo dc su caEra. No carece por tanto de intersvcr lo que L'golino imaginz qu. csto6 antan han pintado (o idcado) para las parcdesdc l Gaicia nsidcncia de Jusrino. He aqui cl rexro dc l versin mi primiriva .5:

    A la izqunrda, Alcjandro, el sucesor de Apeles dc Cos, pinr a Jerjes embridendoel o.o con un peorc, y la Frforacn del Donr. Athos, v tambin los lechos des-cados de los ros y los pcr*s bebiendo de ro),c arotados: y los ferca areniensa,despus de la

  • A?albh;o i Gia%h"i 25onr2 con no poca sorpresa qu hubo de imaginarlas en trminos del estilo de ..-r & -{pollonio. Slo de esta manera era posible congregar esros ePisodios disparesa dor pinturas enfrentadas. La de las conquistas de Jerjes es en verdad sorpren-dotcmente similar a la pareja de Apollonio con el puente sobre el Helesponto y la.sI--rl-< de Platea y Salamina. El encuentro de Alejandro con la familia de Dario for-n pne asimbmo de grandes composiciones panomicas de rrz del estilo debs de .{pollonio (ilusracin 47)a'.

    Tras consratar la relariva independencia de la rradicin de los rssze frenre a loshgros del ane monunenral, tal vez parezca doblemente incongruente ver a Verinomecla los nombres de Botticelli y Pollaiuolo con los modos y temas de esros ilus-u-rdores. Pero, en verdad no exisre vfnculo ninguno enrre nueso Apollonio, (uscus-\pcles" y Botticelli .choi succesor Apelli,? Curiosamente los documenos nos dicenqr algn gnero de puente, por frgil que fuera, hubo de existi pues en la prima-.rr de 1481, poco despus de terminar Verino lz primera red,accin d'e las catlia'lr, Bonicelli se puso en conracro con la iglesia de San Manino a fin de pinrar unrisco de la Anunciacin, recuperado ahora de debajo del jalbeguea3. Los tesrigos decge convenio tueron Marco del Buono, el antiguo socio de Apollonio, y un tal Fran-caco di Michele, tallisra en madera, que bien pudo ser el nuevo compaero de Mar-o en el negocio de los rasaza. Cualquiera que sea el significado que esta relacinpersonal pudiera tener, demuestra que Botticelli, en la vispera de su panida paraRoma, manenla un contaao, del gnero que fuera, con el propietario superivientedel mller de rarazr especializado en ilustraciones clsicas. Es posible que la relacin'rsuet que la eleccin de nombres de Veino, sea forruira, y sin embargo tal vez noshaga fijarnos ms en determinados aspeaos del arre de Botticelli: su esrilo nararivo.\o sabemos quin tue el responsable del proyecto y del programa de los frescos de laCapilla Sixtina; pero es notable que, de todos los arrisras que en dla abajaron, Botti-celli fuera el que adopt el traramienrc ms episdico. Su historia de Moiss dhcurrede un modo no extrao a ma pinturz de carsone, con una escena principal en el cen-rro y una orla con otros seh episodios dispuesta en derredor de aqulla. Una disposi-cin anloga de las Tentrciones de Cristo (ilusrracin 48) le oblig incluso a insenarun cenrro que no tiene una .lacin patente con el ema bsico del ciclo, l vida deCristo. Tras ubicar a Cristo en el pinculo del templo, rellena el espacio del primerplano con una escena de .esplendor y significacin, que resulta muy difcil de inter-preru.,. Hay sin duda un mundo de diferencia enrre esta enigmtica comPosicin,que hasta Ralael estudi con provecho'o, y los tucos de oficio empleados por Apo-Ilonio at disponer sus composiciones en torno a una pareia que se encuentra (ilusua-cin 37). Y sin embargo, si en Botticelli puede observarse un rerorno a las simparx"gricas, tal vez se deba entrc orras cosas a esa suPervivencia del esrilo inrernacionalque representa el raller de Apotlonio.

    Si el que Verino eligiera a Borticelli no resulta por ranto tan incongruentecomo pudiera parecer en un principio, 3mo entender que mencione a Pollaiuolo como

  • I26 Apouh;o ; Giotdtkimaeso de la pieza que hac pareja? iTro significaba Pollaiuolo para el admiradorde Apollonioi Curiosamenre existen indicios de que no era asi, y de que Verino nose sentia muy cmodo al haber elegido este nombre. Slo figura en las dos primerasedacciooes de Las carliadas: cuando emprendi la revisin del poema, posiblementeen la ltima dcada del siglo, conserv el nombre de Bonicelli, pero cambi .Pullus,por "philippus, (Filippino Lippi)rr. Es bien conocida por los epigramas la admna-cin que senda Verino por este aftisra5r. Adems, los hermanos Pollaiuolo se habianmarchado a Roma, y su fama iba centrndose paulatinamente ms en la esculturaque en la piorura. Sin embargo, resufta sorprendentemente adecuado que, al tratarde acrualizar su poema pico. Verino seleccionase el nombre de un arrisra en cuyoesdlo los elemenros gricos v los clicos vuelven a fundirse ran ntimamenre que lle-ga a escaparse de las categoras tajanres de los histoiadores evolucionisras.

    La ?k?L/a'' e Verio .onsriruve un ejercicio lirerario tpico y cualquier intentode busa paralelismos en el ane vivo de la poca puede parecer un mnto forzado. Ysin embargo merece la pena recordar que su visin de dos cuadros hisrricos unofrenre al otro pintados por los dos maestos m desucados de la dudad no lue anslo un sueo privado. Casi se hizo realidad en el Saln del Gran Consejo, donderronardo y Miguel gel iban a represenrar episodios nascendentes del pasado dela ciudad5r. Habr de ser puro accidenre que el primer rema seleccionado, la baraliade Anghiari, hubiera nacido en un rz florentino ,a?

    Ugolino Vino sobrevivl mtchos ziLos ala lbck de este grandioso encargo.\4vi lo suficienre para dar la bienvenida a su atiguo discpulo Len X, que regre-saba a Florencia a finales de 1515. Se ha conjerado que en el squito papal deaquella ocasin figuraba Rafael, que acababa de terninar st Incndio hl Boryo, consus muchos recuerdos de Virgilio. Qu pensaria el anciano humanista al repasar susjarniliay @parse con su epigrama en labanza de Apollonio, nrcut Apelles?

    Apndie: Fragmentos & la obras dt Ugolino Vetino1.D. Flanetta,lllro II

    De Apollonio Picrore insigniMrconide' quonm phoebee moen; lroieCantarar grais esse cremara rogis,Arque irerum in.idir Dnum lroireque ruinrmAltiloqui cecinir grande Maronis opus.Sed ceno melius nobis nunc ruscus ApellesPergamon incensum pinxit Apollonius;Aeneaque tugam arque irrm lunoni. in;qu(Et mira quasas pinxerta arre rates,Neptunique minas summun dum per.rolat acquo,

  • A?oA";o i Ga'nn;A rapidis mulcet dum frera vrsa noris;Pinxit ut Aeneas fido comirtus AchareUrbem Phoenissae dissimulanrer adirDiscessumque suum, miserae quoque tunus ElissaeMonstrat Apolloni picta tabella manu.

    ll.De t a , rliada,libo L(a) Primera versin, Florencia, Bibl. Nac (Magl. 7'977,lol.8'-8\

    Regir porphircis .pecr,rbr nrx columnL.Undique quam prrio cingebar ponicus ingcniisor C. Backuis cacreria con tanto acino como "civimo, rr'. Guenu. desde lucgo,hubo. pero en trminos gcnerates cn lc loas del circulo de Cosme el pl.rccr de la barallacede su puesto al romance de la paz. Y en cstc anriguo sueo dt arrrra .t 'eo un.r dels nices del estereoripo historiogrfico dc una poca en que las anes rte h pz pmspera'ron baio la rurela de un genio befico. Como Nldo Nddi hrce profct;z:rr a Cosme enun discurso al enviado milane:

    El Rutonto y h Ldd d oro

  • 34 El Raucinioto t h Edzd& OtoHoc duce sic Iani renplum cludctur ct intu

    Mars emer arquc iterum vinda molera gcrct.Tuft ct prisca Fid6 ad nos pit rqu. redibir,Qu.lemes iust rempcrar arte parcs,

    Hinc Pa purpuro &ontcm redimir coroaGra. p. AGonis ibit mie domos,

    Turba ncc i ltiis ulli ruc fiet in agris,Oplio rut6 quisque r.n.bisovs,.

    (Se ccrn el tcmplo dc Jrno, * enadenu al cnloquccido Mdr., l F. nrigu retori'r y * adminisrd.luri.ia; la Pa, con su gunnaua prpura, visiie. los hogGs de Itlia, yld ovjs pa$,rr scgu6 eo los mposJ

    F* el tcma dc lz pax a libata que apcce en cl rcverso dc la famosa medallapstuma del Pedrc dc la Petriz (ilustrcin 52).

    Tal "cz e no podrmos rccptzr t$s prEtcriions ran alegremente como Roscoc.Hubo mcc libct4 mcno pz y mcnc abundancia cn la poca de los Mdicis delo quc prodamamo hs poctes ni tmpoco ndz condcros con lana e$alta, comoar h orte Qlogr" Eao, pudicrn h:bcrsc consmridos todas las casas dc campo sihs rs n5 sws dc la inflrrcnc y la riqucza no hubieran rcemplazado gradud-mcn lz olcnc dc lo fcudor localcs quc simboliz las rorrcs medicrles de SanGimign2no? El R.recimicnto no tuvo que ndcscubrir al hombrc,; y sin cmbaqo talvcz haya algo dc vcldad cn la ider dc Vico dc que sicmpre quc tcrmina la Edad delos hrocs puede al fin amnccer una Edxd de los hombre.

  • 36 El n.M.p d lor pin"rc' Mirirea de.spe.ar que esris pesonas voraran a Avor d. los intereses de los Mdicis en losinnu,crables comits del gremio y del gobierno de la ciudad. 5e os ha conservadouna carta del hijo de Cennini, elorfebre, pidiendo hLimildemenre perdn a Lorenzoporque por una vez la votaci e el ,rte dlla kn se haba opLLesto a los deseos de suparrocinador6. Algunos de sus colegas cnsules panidarios de Lorenzo esaban ausentes de la ciudad, y aunrlue l haba suplicado a los reunidos que no conviftiesen enentmigo i patronam artt Lautentiun, o le habian l,echo aso- Patronum arti signi-fica, por supuesto, prorecror delgremio, pues elque escr;bia pensaba en trm;ros deinstituciones popuiares y comunales. La idea de que Lorenzo ofreciera su apoyo a l,rcausa del .are, como tal, que nro atrajo a las generaciones posteriores, lo ms pro-bable es que le hubiera dejado fro. Cabe dudar incluso de que hubiera podido expre-sarlo fcilmene en su lesuaje. Se comprenda bieo el rpoyo a los esrudios, a la cru-dicin, las Musas. ! conrinuenre se ensalzab: a los Mdicis por su 4qrlrr enestas causas. La.uesrin es pkdsamenre. empero, que por cntonces no se pensabaque l.rs Nuere Hcrnr.tn.ls jn.lu\trn e sLl uela a los consructores, escultores y pin-ores -. El n,cinrienro de un mecen.ueo deliberdo del i:trte como el que cetebra\isrri cs imposible sin la ide de -ne". Esre desphzamienro del cenrro de arencines Io que esr an por ser in,esrigado, r de ello tal vez pueda brindarse aqui un ejenrplo cn los rres ripos de proreccin ofiecidos por Cosme, Picro v Lorenzo de Mdicn.L base documenml d esra inrerpreRcin es bien conocida: la reunieron pioneroscomo Roscoe, Caye, Reumont, v Eugne Muentz,ll, y la esrudi de modo emplarMarr;n \ackerngel en stl;bro sobre el anhiente del .rrc florentino det (2"dtroce tor.En muchos lugares esrc ensryo no hace ms que prosegu;r y profundizar sus refiren,cir-s para ver h:uta qu punro condu.en a ua inrerpreracin.

    Al principio de aparecer los Mdicis cn su papel de mecenas, su crividad crsaan perfectamente con las aejrs rradiciones de ia vida rcligiosa comunal. H.rcia 6na,les de 1418 el prior v cl cabildo de la iglesia de San Lorcnzo soliciaron de la Seoriapermiso para deribar .rlgunas casas, pues deseaban ampliar 1a igtesi,:. Al parccer .lproyecro cra del prior, y el d;nero iban .r prcporcionado los micmbros ms ricos de laprnoquia. Ocho de ellos se iban a enc.rrgar de construir cada uno un.r capitla que conposrerioridad, por supuesto, les seria asignada para rs enrcramientos famitiares y Jasmis.rs decir por sL mucte. Por este conducro nos enreramos de que Ghvanni Biccide Mdic, el hombre nrl rico del brrio, cmprendi no slo la consrruccin de unacapilla, sino tambin de la sacrisr. De.;;n crucial para la historia del ane, pues etproyecto de esta parte dcl edific;o le fue encargado Brunelleschi (ilustracin 53).Par cuando muri Giovanni, la sacrista esraba ya abovedada. Su hijo Lorenzo, pare-ce, sigui luego apoyando el proyecro en honor de su so parrn.

    .o.me

  • El n*razgo & las prnetos Mdnn i-:-. 5olicimron la hornacina originariamenre asignada a los panaderos. que nd:-,-: ::':l de fondos, y tras obrenerla nombraron un Pequeo com;t de er-,,'.:r.:: que encergara una esratua del patrn de los banqueros, san Mareo el publicmo.-:o J los miembros de este comit de cuatro seria Cosme de Mdicis, que fue par-::enre responsable de que le fuera adjudicado el rabaio a Ghibeni (ilustracin i+r.- .oi'i a recaudar el dinero colectivamente, y es interesante consramr que Cosme-r. .'uidado en hacer patente, r trvs de las cantidades por l aponadas, que se-*: orgo de que su riqueza era superior y al tiempo de h necesidad de no osren'-,a Cuando otros aportaban dos floines l daba cuarro; en otra l;sra en que orros,a:rbm a diecisis l aportaba vcinte.

    L cxudidad ha querido que conseruemos el tesrimonio dc otra findacin Pa:< .os hermanos Mdicis en estos primeros aos. Ghiberti menciona en su declara--:.'r de impuesros de 1427 que Cosme y Lorenzo Ie habian encargado consrruir el;lraumento funerario de los mrtnes Jacinto, Nemesio y Proto'a. Es uno de losrros encargos de los Mdicis en que no deacan en modo alguno su enblema ni,: :rudo de armas, aun

  • 38 Eln enazgo te lot pitunot Mdri'de Vespasiano reconstruccin. En especial esa referencia a los que.quieren n ms lejos que Ios dems, es posible que sea de su cosecha. No hubo msque un hombre de esrado por el que Vespasiano mostrase ms fervor quc por Cosme, y ese fue Palla Strozzi, el anterior mecenas del saber a quien Cosme haba expul,sado y lozado rl exilio. Sin duda a Vespasiano le hubiera guado notar que el cspi-ritu dc Cosme se hallaba turbado por este acro de venganza potrica. A losadversarios de Cosme ral vez les complaciera atribuir sus ftrndaciones pas a un senti-miento de culpabil;dad por un deliro dererminado. No puede excluirse que se dieraesre morivo, pero es difcil que fuera el prnrcipal. Para un hombre piadoso, comoCosme se demostr, el pecado dominanre quiz no fuera un delito especifico, sinoms bien su modo de vida. Sus mismas riquezas le delaraban: no era posible ser banquero sin quebrantar el inrerdicro conrra la usura. cualesqLriera que tuesen las evasi-vas tcnicas que se emple:rsen . Sabemor por la correspondencia de Francesco Dati,ni. ran rn idm.nre scrdi lr luz por lris Origo Ls, lo fuerres que era losanragonismo. elreio.o,r r soile qu. susciba el negocio dc la banca. El nicomed;o de eludir :i :.:lgn Je I usura e .ra de derohrsclo rodo r los pobres,,.omo di.. Don.ni.o,li Cmbio en un cn l mercder de Prato,.

    H;r pruebs de que ewo e! iuslamene lo qu. Cosme rraraba de hacer E una canade condolencia no publicada a su hijo Piero se le aribuve haber dicho frecuerementeen broma: .Slo con que rengas paciencia conmigo, Dios mio, re lo devolver rodo,:,r.Debi de ser una se oda por l en demasiadas ocariones cuando llesban sus deudo-res a implonrte un aplazamiento de gracia. Tambin por Vespasiano sabemos que l scconsideraba deudor del Seor y quiz en un senddo sorprendenremente lierI. Esroexplicrra el acenm que sobre las cantidades exacras invenidas en sus diversas tundacio-nes pone Vespasiano y que los Mdicis trataron de m:rntener sienrpr