informe mundial ante desastres

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www.ifrc.org Salvar vidas, cambiar mentalidades. Cultura y riesgo Informe mundial sobre desastres – Resumen 2014

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características y desarrollo de la población ante un evento traumatico

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  • ISBN 978-92-9139-215-5

    www.ifrc.orgSalvar vidas, cambiar mentalidades.

    Cultura y riesgo

    Informe mundial sobre desastres Resumen

    2014

    1280

    100

    09/2

    014

    S 2

    '500

    Esta publicacin es una sntesis de la edicin 2014 del Informe mundial sobre desastres (en ingls).

    La Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja es la mayor red humanitaria de servicio voluntario en el mundo que, cada ao, por intermedio de las ciento ochenta y nueve Sociedades Nacionales miembros presta asistencia a 97 millones de personas a travs de programas de recuperacin y desarrollo a largo plazo, as como a 87 millones de personas afectadas por desastres, emergen-cias sanitarias y otras crisis. Trabajamos antes, durante y despus de las crisis para atender a las necesidades y mejorar las vidas de las per-sonas vulnerables de manera imparcial, sin dis-tincin de nacionalidad, raza, sexo, credo, clase social u opinin poltica.

    Orientada por la Estrategia 2020 el plan de accin colectivo para superar los principales desafos humanitarios y en materia de desarro-llo de este decenio, la Federacin Internacional afirma su determinacin de "salvar vidas y cam-biar mentalidades".

    La fortaleza de la organizacin reside en su red de voluntarios, su pericia basada en las comu-nidades y su carcter neutral e independien-te. Obra en aras del perfeccionamiento de las normas humanitarias, en calidad de asociada para el desarrollo y en las intervenciones en caso de desastres. Asimismo, intercede ante los encargados de adoptar decisiones para persua-dirlos a actuar en todo momento en favor de los intereses de las personas vulnerables. As, la Federacin Internacional promueve la salud y la seguridad en las comunidades, reduce las vulne-rabilidades, fortalece la capacidad para resistir y superar la adversidad y fomenta una cultura de paz en el mundo.

    Contacto:

    Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja17, chemin des Crts Apartado Postal 303CH-1211 Ginebra 19, Suiza

    Telfono: +41 22 730 4222Telefax: +41 22 733 0395Correo electrnico: [email protected]

    Sitio web: www.ifrc.org

    Fotografa de portada: La cultura influye en nuestra manera de percibir el riesgo y en el comportamiento que adoptamos frente a este, de ah su crucial importancia en las actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico. La cultura engloba creencias, conductas, tradiciones y estructuras sociales. En el caso de Johnson Ugede, combina prcticas modernas con prcticas tradicionales de atencin de la salud. Este nigeriano de 62 aos combate la fiebre y los dolores de cabeza con plantas de la regin, pero duerme bajo un mosquitero impregnado con insecticida para protegerse del paludismo.

    Benoit Matsha-Carpentier, Federacin Internacional

  • La Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja expresa su gratitud a las organizaciones que figuran a continuacin por su respaldo y su sentido de compromiso con la presente publicacin.

    Los Principios Fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Humanidad El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al que ha dado nacimiento la preocupacin de prestar auxilio, sin discriminacin, a todos los heridos en los campos de batalla, se esfuerza, bajo su aspecto internacio-nal y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la salud, as como a hacer res-petar a la persona humana. Favorece la compren-sin mutua, la amistad, la cooperacin y una paz duradera entre todos los pueblos.

    Imparcialidad No hace ninguna distincin de na-cionalidad, raza, religin, condicin social ni cre-do poltico. Se dedica nicamente a socorrer a los individuos en proporcin con los sufrimientos, re-mediando sus necesidades y dando prioridad a las ms urgentes.

    Neutralidad Con el fin de conservar la confianza de todos, el Movimiento se abstiene de tomar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las controver-sias de orden poltico, racial, religioso o ideolgico.

    Independencia El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes pblicos en sus activida-des humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los pases respectivos, las Sociedades Nacionales deben, sin embargo, conservar una autonoma que les permita actuar siempre de acuerdo con los principios del Movimiento.

    Voluntariado Es un movimiento de socorro volun-tario y de carcter desinteresado.

    Unidad En cada pas slo puede existir una Socie-dad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja, que debe ser accesible a todos y extender su accin hu-manitaria a la totalidad del territorio.

    Universalidad El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en cuyo seno todas las Sociedades tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente, es universal.

    Swedish International Development Cooperation Agency

  • Informe mundial sobre desastresResumenCultura y riesgo

    www.ifrc.orgSalvar vidas, cambiar mentalidades.

  • Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 3

    ndice

    Introduccin 5

    Cultura y riesgo

    Captulo 1 Vnculos entre cultura y riesgo 7

    Recuadro Una catstrofe y una comunidad ante la mirada pblica la crisis ssmica de El Hierro 10

    Captulo 2 Influencia de la religin y las creencias en el comportamiento ante el riesgo 11

    Recuadro Reaccin a raz del terremoto y del tsunami ocurridos en Japn en 2011: peculiaridad japonesa? 14

    Captulo 3 La adecuada consideracin de los medios de vida 16

    Recuadro Vinculacin de los medios de vida con la reduccin del riesgo de desastres 20

    Captulo 4 El mito de la comunidad 21

    Recuadro Alojamiento provisional y de emergencia tras un cicln en Bangladesh: concepto de la preparacin 24

    Captulo 5 Cultura, riesgo y edificaciones 26

    Recuadro Las mujeres y su funcin crucial en la rehabilitacin de las viviendas 30

  • 4 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen ndice

    Captulo 6 Atencin de salud pblica adaptada a la cultura: consecuencias del VIH/SIDA y otros ejemplos 31

    Recuadro Cultura y principios rectores en materia de salud 34

    Captulo 7 El papel fundamental de la cultura en la reduccin del riesgo de desastres 36

    Recuadro Sistema de alerta ante tormentas en el lago Victoria: tecnologa y cultura 39

  • Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 5

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    Cultura y riesgoLa edicin 2014 del Informe mundial sobre desastres versa sobre un asunto que plantea nume-rosos retos, a saber, la incidencia de la cultura en la reduccin del riesgo de desastres y las repercusiones de los desastres y los riesgos en la cultura. Se examina, por ejemplo, las medidas que cabe adoptar cuando la poblacin atribuye una inundacin a la furia de una diosa -como ocurri en 2008, durante la crecida del ro Kosi, en India- o una erupcin volcnica al dios de la montaa -como en el caso del monte Merapi, en Indonesia. Tras el tsunami que asol Aceh (Indonesia) en 2004, muchos habitantes consideraron que Al los haba castigado por haber permitido el turismo y las perforaciones petroleras. Tambin existan creencias similares difundidas en los Estados Unidos de Amrica, donde se estim que el huracn Katrina se deba al descontento de dios ante determinados comportamientos de las personas que residen en Nueva Orleans o que visitan la ciudad.

    La mayora de los habitantes de lugares expuestos a graves amenazas son conscientes de los riesgos, incluidos los sesmos, los ciclones tropicales, los tsunamis, las erupciones volcnicas, las inundaciones, los corrimientos de tierra y las sequas. Sin embargo, permanecen en ese lugar por necesidad o por no tener otra opcin, puesto que all disponen de medios de vida. Las costas y los ros son zonas apropiadas para la pesca y las actividades agropecuarias; los valles y los suelos volcnicos son tierras muy frtiles; a las pocas de sequa suceden estaciones propicias para la agricultura y la ganadera. Las culturas y creencias fundadas, por ejemplo, en espritus y dioses, o el mero fatalismo facilitan la convivencia con los riesgos y confieren un sentido a la vida en un lugar peligroso. Sin embargo, en ciertas ocasiones, la desigualdad en las relaciones de poder tambin forma parte de la cultura y quienes gozan de poca influencia se ven obligados a residir en entornos peligrosos.

    Si bien las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y los organismos que eje-cutan actividades encaminadas a la reduccin del riesgo de desastres conocen las creencias y culturas de las poblaciones y las distintas interpretaciones que estas tienen del riesgo, la integracin armoniosa de esos elementos en el marco institucional y en los modelos de finan-ciacin plantea desafos. En lugar de enfrentarlos, se considera (o se espera) que la poblacin beneficiaria adoptar la misma lgica, razonar de igual modo y estar dispuesta a reducir el riesgo de desastres. En algunas ocasiones, las organizaciones se muestran renuentes a abordar los factores vinculados con la inequidad y el poder que fomentan la vulnerabilidad de las per-sonas en los lugares donde estas viven y ganan su sustento.

    No cabe duda de que la incidencia duradera de la labor de las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ver limitada si no toman adecuadamente en consideracin la cul-tura, las creencias y el comportamiento de las personas respecto de los riesgos. Habida cuenta de que el cambio climtico perjudica los medios de vida con la consiguiente agudizacin de la vulnerabilidad e incrementa tanto la intensidad como la frecuencia de los desastres natu-rales, hemos de adoptar el enfoque acertado.

    La presente edicin del Informe mundial sobre desastres tiene por propsito plantear abierta-mente la deliberacin sobre esos complejos asuntos y contradicciones culturales de manera que sea factible incorporarlos con mucho ms acierto en las actividades de reduccin del riesgo de desastres. En una primera fase (captulo2), se aborda la influencia de la religin y de otras creencias. En los captulos 3 y 4, se expone las prcticas de las organizaciones que emprenden actividades destinadas a la reduccin del riesgo de desastres, se demuestra que

  • 6 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Introduccin

    toda persona est supeditada a creencias y actitudes que determinan su percepcin de los riesgos y se brinda indicios de medidas que cabe adoptar. Se cuestiona la obstinacin que demuestran los agentes y las organizaciones que intervienen en el mbito de la reduccin del riesgo de desastres en conferir prioridad a las amenazas graves pese a que la mayor parte de la poblacin no las menciona cuando se indaga sobre los riesgos que enfrenta. Numerosas personas difcilmente pueden preocuparse por catstrofes ocasionales e impredecibles (o por el cambio climtico) cuando muchos de sus problemas estn vinculados con necesidades de desarrollo no atendidas. Por fortuna, en las deliberaciones relativas a los instrumentos que sustituirn al Marco de Accin de Hyogo y a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se aborda la necesaria convergencia entre el desarrollo y la reduccin del riesgo de desastres. Adems, en la presente edicin del informe, se explica que en los esfuerzos encaminados a la reduccin del riesgo de desastres se debe contemplar todas las causas de la vulnerabilidad, incluidas las causas culturales, y considerarlas como la piedra angular de la mitigacin de los riesgos.

    Tras estas consideraciones relativas a la cultura institucional (incluida la impugnacin de la confianza que por lo general se deposita en las actividades basadas en la comunidad, en el captulo 4), se examina cauces para salvar esos obstculos a fin de perfeccionar la preparacin para desastres. Se aborda en ese sentido el aporte de las culturas tradicionales en las esferas de la vivienda y del alojamiento provisional y de emergencia (captulo 5), as como de la salud y la medicina (captulo 6), en las que las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja gozan de dilatada experiencia y ejercen una funcin rectora desde hace varios decenios.

    En el ltimo captulo, se considera las medidas ulteriores, las modalidades de integracin de la cultura en las actividades de reduccin del riesgo de desastres y la necesidad de mayor sensibilizacin para transformar la cultura institucional; por ejemplo, dejar de lado la idea preconcebida de que los beneficiarios son personas irrazonables y aceptar que razonan de forma diferente. As, se dar inicio a un proceso en el que todos los miembros de las organiza-ciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja debern ampliar sus horizontes y contribuir a la reduccin del riesgo de desastres con miras a una mejor sincronizacin con las creencias y los comportamientos de la poblacin.

    Si bien en la presente publicacin no se ofrece respuestas a todas esas complejas cuestiones, que varan de forma notable en funcin del lugar, se brinda indicios iniciales y la orientacin que cabe adoptar y se ilustra con ejemplos la integracin idnea de conceptos tradicionales y contemporneos con miras a una reduccin eficaz de la vulnerabilidad. El reconocimiento de la significativa importancia de los distintos comportamientos y creencias redundar en la mayor eficacia de las actividades de desarrollo y de reduccin del riesgo de desastres, en general, y allanar el camino para la mayor incidencia de las iniciativas de la organizacin destinadas a superar los retos asociados al cambio climtico.

    Elhadj As SySecretario General

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    Vnculos entre cultura y riesgoCuando el huracn Katrina asol los Estados Unidos de Amrica en 2005, algunos dirigen-tes polticos y damnificados lo consideraron un castigo divino por la pecaminosa Nueva Orleans. Ciertos ciudadanos japoneses atribuyeron a los dioses el terremoto y el tsunami ocurridos en 2011. En frica occidental, donde el volcn del monte Camern entra en erupcin con cierta regularidad, un jefe comunitario explicaba que cuando el dios de la montaa enfurece, provoca erupciones, lo que refleja la opinin de numerosas personas. En todo el mundo, la reaccin ante los riesgos se funda en parte en la cultura.

    En la presente edicin del Informe mundial sobre desastres, los autores se interrogan sobre los motivos que explican los comportamientos de las personas frente al peligro y sobre el caso omiso que se hace de la cultura del riesgo en las actividades de preparacin para desas-tres que emprenden las diversas organizaciones.

    Asimismo, se aborda el cambio climtico, puesto que resulta imposible disociar la reduc-cin del riesgo de desastres de la necesidad de adaptacin a ese fenmeno. La integracin de la reduccin del riesgo de desastres en las actividades de adaptacin al cambio climtico y la consideracin de la cultura en relacin con ambos factores resultan fundamentales.

    Captulo

    1

    Un grupo de adolescentes pesca en un ro del sudeste de Bangladesh, en una zona que fue azotada por dos violentos ciclones en 2007 y 2009. La poblacin todava padece las consecuencias de la salinizacin del agua y la infertilidad del suelo. Terry Cannon

    Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 7

  • 8 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Vnculos entre cultura y riesgo

    La interaccin entre la cultura y las amenazas est ligada a numerosos aspectos del comporta-miento, incluidos la religin (captulo 2), los medios de vida y la percepcin del riesgo (captulo 3), la interaccin con los dems miembros de la comunidad y la importancia de las relaciones de poder (captulo 4), el lugar de residencia y los efectos de la cultura en la edificacin de inmuebles (captulo 5) y la salud (captulo 6). Se hace hincapi en la preparacin preventiva y no en la intervencin a raz de desastres.

    En lo que respecta al riesgo, reviste particular importancia la activacin de la cultura como factor que influye en el comportamiento de la poblacin y en la interaccin entre los miembros de la comunidad y las personas ajenas a esta. En el captulo 7, se brinda orientacin sobre el modo en que cabe abordar esos vnculos sobre la base de ejemplos de buenas prcticas.

    La cultura no se circunscribe a una definicin nica. En el informe, se analiza diversas creen-cias y comportamientos pertinentes en relacin con el riesgo y la forma en que la poblacin los asocia a las catstrofes naturales; sin embargo, las estructuras sociales, polticas e institu-cionales forman parte del proceso de configuracin de una cultura.

    La comprensin de la cultura reviste cardinal importancia pues denota las consideraciones que dictarn determinadas reacciones ante los riesgos y resulta pertinente para orientar la ejecucin de las actividades orientadas a la reduccin del riesgo de desastres y a la adaptacin al cambio climtico. Adems, la cultura puede agudizar o disminuir la vulnerabilidad.

    La actitud ante el riesgo puede corresponder a comportamientos colectivos difciles de evitar. La cultura emana de experiencias compartidas de la vida e incluye las fuerzas espirituales que se conjugan en ella como factores influyentes. El distanciamiento de las creencias de un grupo puede entraar el riesgo de exclusin del capital social conexo (conforme se menciona en el captulo 3 relativo a los medios de vida).

    La cultura ante el peligro concierne tanto a los eventuales beneficiarios de actividades encami-nadas a la reduccin del riesgo y a la adaptacin al cambio climtico como a las organizaciones que las ejecutan. En este informe, se analiza la contraposicin entre ambas culturas, que va en detrimento de la eficacia de las actividades de mitigacin del riesgo y de adaptacin al cambio climtico, destacndose la imprescindible necesidad de que las organizaciones comprendan su cultura institucional.

    Todas las culturas forman parte de constantes negociaciones entre grupos sociales, que abarcan:

    nn las tensiones entre generaciones;nn la educacin formal;nn la interaccin entre distintos grupos tnicos o religiosos;nn los conflictos;nn la interaccin y la pugna entre miembros de la comunidad y las personas ajenas a esta;nn las prcticas o culturas sustentadas en el poder;nn las prcticas culturales como la danza o la vestimenta.

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    Si bien existen investigaciones sobre el papel de la cultura en las catstrofes, su influencia ha sido mnima en las principales organizaciones.

    La cultura puede ser un elemento significativo en el fomento de la vulnerabilidad, en particu-lar si las creencias y los comportamientos reposan en sistemas de poder que asignan desigual condicin ante las amenazas (captulo 4). En algunos contextos, las personas desprovistas de tierras, los miembros de minoras, de estratos sociales y castas inferiores, y las mujeres podran aceptar su condicin como un factor cultural y no como un factor de explotacin.

    Tambin se ha realizado estudios que apenas han incidido en la reflexin sobre la reduccin del riesgo de desastres y la salud pblica. La cultura determina la percepcin de las amenazas que ataen a la salud (captulo 6), incluidos temas como la nutricin, la vacunacin infantil y la persistente negacin del origen microbiano de las enfermedades. Las organizaciones que obran por la reduccin del riesgo de desastres no han extrado enseanzas claras de las numerosas iniciativas emprendidas en materia de salud pblica y medicina preventiva.

    La propagacin del virus del bola en frica occidental, desde febrero de 2014, se debe en parte a ideas contrapuestas en cuanto a la gestin de cadveres y a la suspicacia de las poblaciones locales ante las explicaciones de la enfermedad que ofrecen personas ajenas a estas. La informacin se interpreta a travs de un prisma cultural.

    Se pone en tela de juicio que la difusin de informacin modifica el comportamiento de modo que se reduce los riesgos conforme al modelo convencional de conocimientos, acti-tudes, prcticas y comportamientos y al modelo del dficit de informacin (captulo 3); adems, se examina con acierto el carcter significativo que revisten el lugar de residencia y el apego emocional a este (captulo 3).

    Aunque la cultura constituye un punto de partida descuidado, pero prctico, para com-prender los comportamientos tanto institucionales como de la poblacin, no basta para situar el panorama completo y conviene examinar otros factores no contemplados en las actividades de preparacin para desastres y adaptacin. Las creencias y los comportamien-tos conexos estn ligados a rasgos individuales, incluida la personalidad.

    El presente informe tiene por propsito brindar un atisbo sobre la cultura a las organi-zaciones que ejecutan actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico. Bajo una faceta de sensibilizacin, se propone lograr que los profe-sionales y las organizaciones consideren legtimo juzgar las cuestiones culturales como factores significativos.

    En la mayora de las actividades de reduccin del riesgo de desastres se asume que la pobla-cin actuar de manera que se limite al mximo los peligros detectados por personas ajenas a esta, olvidando que el comportamiento cultural suele determinar razonamientos distintos.

    Numerosas organizaciones que obran por la reduccin del riesgo de desastres estn desli-gadas de la realidad cotidiana y desconocen las expectativas de las personas vulnerables. La poblacin no se comporta conforme esperan los responsables de la gestin de desas-tres. Adems, con frecuencia las organizaciones estn supeditadas a la financiacin de donantes que estn dispuestos a respaldar actividades de reduccin del riesgo de desastres relacionadas con peligros especficos y que no pueden, o no desean, abordar las causas de la pobreza y la vulnerabilidad.

    Captulo

    1

    Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 9

  • 10 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Vnculos entre cultura y riesgo

    El captulo 1 ha sido redactado por Terry Cannon, investigador en el Institute of Develop-ment Studies (Reino Unido); con la colaboracin de Fred Krger, Instituto de Geografa de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen y Nremberg (Alemania); Greg Bankoff, Universidad de Hull; y Lisa Schipper, investigadora asociada en el Overseas Development Institute de Londres. El autor del recuadro es Benedikt Orlowski, Instituto de Geografa de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen y Nremberg (Alemania).

    En octubre de 2011, El Hierro, la isla ms occidental del archipilago espaol de las Canarias, en la que residen cerca de once mil habitantes, sufri una crisis ssmica provocada por la primera actividad volcnica registrada en los dos ltimos siglos. Una erupcin submarina, precedida por una creciente serie de sesmos de baja magnitud, color el agua marina y provoc emanaciones de gas y la formacin de bombas volcnicas flotantes. La erupcin frente a la costa meridional de la isla donde se asienta la localidad pesquera y la base de buceo de La Restinga prosigui durante cinco meses.

    Los cientficos la consideraron como una oportunidad singular para la observacin de ese fenmeno en las islas Canarias. Se formularon varias hiptesis acerca de los peligros y se adopt un plan de proteccin civil mediante el cual se deleg responsabilidades a distintas instituciones. La exclusin de algunos expertos de la regin provoc una prolongada disputa en torno a la inadecuada gestin de la situacin. Se envi al ejrcito y se evacu a la poblacin de La Restinga en dos ocasiones. Las medidas adoptadas, como la prohibicin de la pesca, afectaron al turismo y suscitaron crticas. Los dirigentes polticos de El Hierro se vieron abrumados por la situacin y se esforzaron en difundir la informacin, aunque a veces esta era contradictoria.

    La poblacin enfrentaba un fenmeno natural especialmente perturbador aunque fascinante (y que, por fortuna, no caus vctimas), que fue objeto de amplia cobertura por parte de los medios de comunicacin. A las imgenes del desembarco de las fuerzas armadas y a las fotografas del agua en ebullicin se sumaron expresiones como alerta por gas venenoso o burbujas de gas explosivas. En varias bitcoras digitales se informa an sobre la persistencia de los sesmos. Los mapas de actividad ssmica contribuyen a ese tipo de descripciones, pese a que la mayora de esos fenmenos no son perceptibles. Muchos habitantes locales estiman que la perspectiva alarmista de los medios de comunicacin y las medidas adoptadas por las autoridades ahuyentaron a los turistas y redundaron en la reduccin de llegadas en un sesenta por ciento (60%) en dos aos. Ello coincidi con la crisis econmica nacional y dio lugar a una doble penuria que perjudic a numerosos mecanismos de sustento.

    La identificacin de El Hierro como un lugar peligroso perjudic el bienestar de los lugareos y muchas de las estrategias para superar la crisis estaban destinadas a modificar la percepcin que se tena del sesmo. Los medios de comunicacin locales, conscientes de la repercusin adversa que podra conllevar la terminologa asociada a las catstrofes, intentan seleccionar las imgenes que publican. Las autoridades destacan los aspectos positivos de la actividad volcnica (al igual que en Hawai) en lugar de los eventuales riesgos. En las bitcoras digitales se tranquiliza a los eventuales visitantes con respecto a la seguridad en El Hierro, y en las campaas tursticas se hace hincapi en los orgenes volcnicos de la isla. n

    Una catstrofe y una comunidad ante la mirada pblica - la crisis ssmica de El Hierro

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Captulo

    2

    Tres meses despus del embate del tsunami en 2004, la isla indonesia de Nias se vio afectada por un fuerte terremoto. En los destruidos pueblos de la costa, se observa muchos templos en ruinas, como esta iglesia en Sirumbu. Olav Saltbones, Federacin Internacional

    Influencia de la religin y las creencias en el comportamiento ante el riesgoEn el presente captulo, se explica las razones por las cuales no todas las personas reaccio-nan para reducir al mnimo la incidencia de los riesgos, incluso cuando tienen conocimiento de estos. Se describe la forma en que la religin, los hbitos y las normas sociales influyen en la percepcin y la conducta respecto del riesgo. La religin es un determinante cardinal de las percepciones y del comportamiento.

    En la reduccin del riesgo de desastres, las creencias cobran dos dimensiones patentes, a saber, pueden constituir un obstculo para medidas concretas e inciden en la idea que se tiene de las amenazas.

    Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 11

  • 12 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Influencia de la religin y las creencias en el comportamiento ante el riesgo

    Si bien los expertos en sociologa religiosa, antropologa cultural, etnologa y psicologa del riesgo han estudiado en profundidad la religin y otros sistemas de pensamiento, en la gestin del riesgo de desastres, apenas se contempla esos conocimientos. El reto radica en analizar las percepciones y prcticas respecto del peligro sin considerar que exista primaca de una inter-pretacin sobre las dems.

    Resulta difcil hacer caso omiso de la religin y otras creencias, puesto que en algunas oca-siones pueden constituir la principal causa de la exposicin a las amenazas naturales. Los miembros ajenos a la comunidad pueden reaccionar de manera negativa ante las interpre-taciones religiosas del riesgo. El reconocimiento de distintas maneras de concebir el mundo constituye una primera etapa fundamental. Quienes ejecutan actividades encaminadas a la reduccin del riesgo de desastres y a la adaptacin al cambio climtico no pueden simple y llanamente ignorar las creencias de la poblacin.

    La espiritualidad y las creencias influyen en la percepcin de la naturaleza, incluido el modo en que se interpreta las amenazas naturales y los riesgos conexos. Por ejemplo, la fe religiosa ofrece redes sociales y esperanza. Las costumbres, las tradiciones y los ritos asociados a ella brindan una estructura y una identidad.

    La religin y las creencias ejercen una funcin importante puesto que aportan una explicacin de los desastres. Pueden ayudar a las personas a enfrentar las causas de un suceso devastador: el refugio en la fe aporta consuelo.

    No obstante, los profesionales en gestin de desastres podran considerar las creencias tra-dicionales de escasa utilidad e incluso un factor innecesario de aumento de la exposicin al riesgo.

    Si bien los terremotos se explican hoy desde una perspectiva cientfica, basta con retroceder apenas un siglo para constatar la existencia de muy diversas creencias, por lo general fun-dadas en la religin o la cultura. Antao, se acostumbraba atribuir los fenmenos naturales (en particular, las erupciones volcnicas y los sesmos) a la intervencin de un ser divino que moraba en la tierra.

    En todo el mundo y aunque la religin haya transformado esas prcticas, se observa creencias por cuyo conducto las personas intentan comunicar deseos a los dioses con miras a influir en fenmenos naturales.

    La mayor parte de las poblaciones expuestas a riesgos medioambientales fomentaban las interpretaciones culturales de esos fenmenos puesto que les permitan ofrecer una expli-cacin racional del peligro. Cuando se produca una catstrofe, las comunidades tenan as la impresin de controlar la situacin y con frecuencia atribuan la responsabilidad a un factor interno o a una malvola intencin externa.

    La determinacin de riesgos ambientales y la concertacin de acuerdos para mitigarlos no siempre son tareas fciles. Varios ejemplos ilustran la forma en que las poblaciones han inte-grado los desastres en su concepcin del mundo, sin afn de evitarlos; as ocurre en la isla de Vanuatu, en el ocano Pacfico, donde se considera las erupciones volcnicas, los sesmos y los tsunamis como fenmenos sociales ms que naturales.

    Los sistemas de creencias tambin influyen en la reaccin ante el cambio climtico. Si bien la mayor parte de los gobiernos de las islas del ocano Pacfico afectadas por el aumento del nivel del mar abogan por un cambio mundial, sus argumentos apenas han trascendido entre los habitantes, quienes en su mayora estiman que la devocin religiosa basta para protegerlos.

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Captulo

    2

    Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 13

    En la mayora de pases, el cambio climtico entraa distintos riesgos medioambientales sin precedentes y a largo plazo. Ello pondr a prueba la eficacia de numerosas creencias tradi-cionales en un contexto, adems, agravado por el incremento de la densidad de poblacin.

    A fin de transformar el enfoque de las instituciones que se ocupan de la reduccin del riesgo de desastres con respecto a la religin y las creencias, es necesario que estas entiendan en primer lugar su perspectiva en este momento. Por lo general, los sistemas de creencias no influyen en las polticas nacionales sobre amenazas o riesgos medioambientales. Sin embargo, en el plano subnacional, los sistemas locales de pensamiento gozan a veces de mayor prominencia y podran propiciar una reorganizacin de las prioridades nacionales.

    En numerosos pases, la reubicacin de los asentamientos humanos costeros afectados por el aumento del nivel del mar reviste capital importancia. Las creencias religiosas pueden tener incidencia en este caso; as, en algunas islas del ocano Pacfico, muchos cristianos creen que dios velar por que su vivienda no quede sumergida por las aguas.

    La atribucin de la catstrofe a una causa divina permite que los responsables polticos y otros dirigentes soslayen sus responsabilidades. Estrategia til cuando la inadecuada planificacin urbanstica, la deficiente calidad en la construccin de las carreteras, o la corrupcin son los verdaderos factores que transforman las amenazas en desastres.

    Si bien en caso de catstrofe las organizaciones religiosas tendan a atender de forma prio-ritaria a sus propios miembros en vista de que podan acceder ms fcilmente a ellos, la aceptacin del principio de no discriminacin ha atenuado el carcter excluyente de esa asistencia.

    Las investigaciones sobre las creencias y los riesgos se generalizan de forma paulatina. Conforme se desprende del reciente Quinto Informe de Evaluacin del Grupo Interguberna-mental de Expertos sobre el Cambio Climtico, es necesario que se contemple los factores culturales para disminuir la vulnerabilidad ante el cambio climtico.

    Los donantes y las organizaciones internacionales adoptan, en su mayora, una perspectiva agnstica bajo el argumento de que, en caso contrario, se introducira un elemento de sub-jetividad en anlisis que deben estar exclusivamente fundamentados en la ciencia.

    Aspectos fundamentalesAl menos seis razones justifican la consideracin de las creencias en la labor de reduccin del riesgo de desastres. En sentido positivo:

    nn ayudan a las personas a superar la adversidad;nn ofrecen una reserva de capital social;nn brindan una plataforma para la divulgacin de informacin sobre reduccin de riesgos.

    Ahora bien, tambin existen creencias que pueden resultar perniciosas porque:

    nn obstaculizan el reasentamiento o la incorporacin de mtodos o modalidades de edifi-cacin diferentes;

    nn fomentan la vulnerabilidad;nn dificultan la divulgacin de informacin sobre reduccin del riesgo.

  • 14 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Influencia de la religin y las creencias en el comportamiento ante el riesgo

    El 11 de marzo de 2011, ocurri en Japn un terremoto de magnitud 9 que provoc un devastador tsunami y un accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi. Frente a esa conjuncin de calamidades, los medios de comunicacin internacionales buscaban explicaciones para la calmada y diligente actitud de la poblacin ante circunstancias tan adversas y pese a la gran prdida de vidas humanas y los gravsimos daos sufridos en las infraestructuras.

    Cabe destacar que la singularidad de Japn que se esgrime a modo de explicacin tambin se menciona en el informe del parlamento japons en el que se concluye que el accidente nuclear de Fukushima se debi a la con-nivencia entre el Gobierno y los reguladores de Tepco [el operador de la central] y a la falta de buen gobierno por parte de ambos.

    En la introduccin del informe, Kiyoshi Kurokawa, presidente de la comisin investigadora, indica que cabe reconocer con gran pesar que se trata de un desastre caracterstico de Japn. Se debe buscar las causas fun-damentales en las arraigadas prcticas culturales del pas: en nuestro reflejo de obediencia, nuestra reticencia para cuestionar la autoridad; nuestra devocin por la planificacin; nuestro gregarismo y nuestra insularidad.

    Conviene reflexionar acerca de la interpretacin que cabe conceder a la vinculacin planteada entre la cultura, la preparacin para desastres y la intervencin a raz de estos y preguntarse si la singularidad de Japn es tal que la poblacin siempre logra sobrellevar situaciones insostenibles o si esa capacidad es apenas un barniz cultural que pregonan los dirigentes polticos y los medios de comunicacin.

    Japn est ubicado sobre tres placas tectnicas y alberga el origen de gran cantidad de sesmos de magnitud 6, o superior, adems de verse afectado por distintos fenmenos naturales como tifones, corrimientos de tierra, inun-daciones y erupciones volcnicas. Numerosos desastres han asolado el pas.

    Si bien en algunos documentos histricos se menciona la conexin entre la religin y la actitud de los japoneses ante los desastres, resultara incorrecto aseverar que se trata de una caracterstica general del pas. Al igual que en otros lugares y pese a las apariencias, la cultura en Japn no es uniforme; coexisten, en distintas esferas, una amplia variedad de culturas arraigadas en diferentes creencias religiosas y valores culturales. La sorprendente relacin entre el budismo y el sintosmo torna an ms complicado comprender la influencia que ejercen la cultura y las religiones en el comportamiento de la poblacin ante las catstrofes.

    Reaccin a raz del terremoto y del tsunami ocurridos en Japn en 2011: peculiaridad japonesa?

    Las personas se sienten incmodas ante lo desconocido y recurren a sistemas de creencias para esclarecer o comprender mejor lo que les afecta y lo que sucede a su alrededor. Las interpretaciones arraigadas en la cultura surgen como una explicacin racional a la exposi-cin constante al peligro. Por frustrantes que resulten para quienes trabajan en la reduccin del riesgo de desastres, conviene reconocer que la religin y la espiritualidad constituyen una forma de capital social y revisten carcter prioritario para la recuperacin.

    El vnculo entre creencias y catstrofes es complejo y suscita intensas emociones. Resulta difcil abordar el tema sin revelar de inmediato la propia perspectiva del mundo. No obstante, es muy probable que surjan problemas si los responsables de la gestin de desastres no dan cabida a este aspecto crucial de la cultura.

  • Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 15

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    No obstante, en otros estudios se indica que las festividades y los rituales tradicionales y religiosos desempean una funcin esencial en la construccin de comunidades resistentes y con capacidad de recuperacin en caso de catstrofe. En Tohoku, la regin ms afectada por los desastres, se ha demostrado que los santuarios sintostas han ejercido un papel significativo en la preservacin de la unidad en las comunidades.

    Aunque resulte imposible demostrar la existencia de un vnculo directo, a escala nacional, entre la religin, la cultura y los comportamientos de la poblacin ante los desastres, la poblacin japonesa est mucho mejor preparada para reaccionar ante esas situaciones y, habida cuenta de su experiencia en diferentes tipos de desastres, suelen mostrarse ms solcitos en tales circunstancias. n

    El captulo 2 ha sido redactado por Lisa Schipper, investigadora asociada en el Overseas Development Institute (Londres); Claudia Merli, profesora en el departamento de antro-pologa de la Universidad de Durham (Reino Unido); y Patrick Nunn, profesor de geografa en la Universidad Sunshine Coast (Australia). La autora del recuadro es Rina Tsubaki, miembro del European Journalism Centre.

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Captulo

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    La adecuada consideracin de los medios de vidaEl captulo 3 versa sobre los medios de vida. Se explica que, pese a tener conocimiento de los riesgos, las personas residen en zonas peligrosas porque ah es donde disponen de medios de vida. Ello entraa un considerable desafo para las actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico.

    Las llanuras inundables y los suelos volcnicos son lugares muy frtiles; las costas son zonas propicias para la pesca y la agricultura y, en las zonas ridas de fallas, con frecuencia fluyen acuferos. Ciudades y pueblos en todo el mundo ofrecen medios de vida pese a su ubicacin costera o su proximidad a cursos de agua y fallas.

    El riesgo de una gran catstrofe se minimiza para acceder a medios de vida. Incluso si las personas se exponen a perder su vivienda en un desastre, en esos lugares cuentan con oportunidades econmicas, medios de subsistencia y empleos de los que careceran si se trasladasen.

    Hay quienes se resignan a vivir en un lugar peligroso, mientras que otros se ven obligados a hacerlo debido a la pobreza. Principalmente las personas viven donde cuentan con medios para ganarse la vida, como Dang, que cultiva y vende arroz en una regin de Vietnam propensa a inundaciones. Benoit Matsha-Carpentier, Federacin Internacional

    16 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    La cultura posibilita la convivencia con los riesgos: en vista de que no se alejarn del foco del peligro, las tradiciones les permiten vivir en situacin de riesgo sin padecer un trauma emocional.

    Si bien en los pases de renta elevada no se suele emplear el trmino medios de vida, este s se utiliza con frecuencia en los marcos y modelos correspondientes a los pases de renta baja y media.

    Cada medio de vida requiere determinados activos o capital. Los agricultores deben disponer de tierras y agua y, en su defecto, arrendarlas o trabajar como aparceros. Los pro-fesores deben estar cualificados y los conductores de autobuses deben poseer un permiso de conducir. El enfoque sobre los medios de vida sostenibles establece cinco categoras de activos para facilitar el anlisis de los sistemas de medios de vida, la pobreza y la vulnera-bilidad: financiera, humana, fsica, natural y social.

    En muchos anlisis de la vulnerabilidad y la capacidad, la evaluacin de esos activos es parte integrante del proceso.

    En numerosos pases, el hogar constituye la unidad econmica bsica en la que se concibe las estrategias relativas a los medios de vida. Los activos se manejan de distintos modos para obtener ingresos, proceso en el que participan todos los miembros en activo del hogar (que incluyen a muchos nios en los pases de renta baja). Si bien algunos miembros no generan ingresos de forma activa (con frecuencia las mujeres y los nios), las tareas de recogida de agua y combustible, cocina, cuidado de nios, atencin de mayores o de fami-liares enfermos tambin resultan fundamentales.

    Por lo general, la poblacin apenas confiere prioridad a las amenazas graves que los organismos de reduccin del riesgo de desastres intentan afrontar y asigna mucha ms importancia a los problemas cotidianos. Est dispuesta (u obligada por la pobreza) a residir en lugares peligrosos para contar con medios de vida.

    Las organizaciones de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico quizs estimen que quienes conviven con las amenazas se comportan de forma irracional. No obstante, la mayora considera que acta de modo racional cuando elige un lugar de residencia en el que puede cultivar tierras, pescar, desempear una actividad laboral, tra-bajar en una fbrica o acceder a medios de vida.

    Pese a las advertencias que difunden las organizaciones de reduccin del riesgo de desas-tres, la poblacin no se trasladar si considera que perder los medios de vida a largo plazo. La idea de que la informacin conseguir que se modifique el comportamiento (de forma racional) frente a las amenazas serias (modelo del dficit de informacin) ha quedado desacreditada.

    La informacin o incluso la educacin no garantizarn que la poblacin supere los riesgos que enfrenta. La cultura, la psicologa y los factores emocionales ejercen una funcin de filtro que modifica el modo en que se utiliza la informacin. Todo nuevo conocimiento tiene que interactuar con comportamientos y emociones.

    Captulo

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  • 18 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen La adecuada consideracin de los medios de vida

    La relegacin de una creencia frente a un nuevo conocimiento incide tanto en la vida de las personas como en el modo en que se relacionan con sus familiares y dems personas de su entorno. El apego emocional a la percepcin del riesgo est tan afianzado que resulta difcil obviarlo. Al igual que ocurre con otras prcticas culturales, resulta extremadamente difcil que un hogar cambie si todos no lo hacen.

    En algunos casos, los gobiernos proponen evacuar (incluso por la fuerza) lugares peligrosos y privan a la poblacin de sus medios de vida.

    En vista de que muchos ciudadanos se ven obligados a residir en lugares peligrosos a causa de la pobreza, en las polticas de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio clim-tico, se debe contemplar con seriedad la influencia de los medios de vida. La reticencia que se muestra ante las evacuaciones, por temor al robo o a la prdida de los activos, tambin refleja esa situacin. Los daos causados en los medios de vida por una falsa alarma pueden ser tan significativos como los estragos provocados por una catstrofe.

    Los medios de vida constituyen la primera salvaguarda ante los desastres y determinan el nivel educativo de los hijos. Adems, un medio de vida satisfactorio determina la capacidad de pro-teccin frente a las amenazas y permite edificar viviendas en lugares seguros. Incluso cuando disponen de ingresos suficientes, muchos ciudadanos no adoptan medidas de proteccin.

    Cuando se solicita informacin sobre los problemas que se enfrenta, muy pocos interlocutores mencionan los riesgos que las personas ajenas a la comunidad consideran como la causa de graves catstrofes. Muchos tienen un conjunto de prioridades totalmente diferente respecto de los riesgos. Esta aseveracin se funda en los numerosos anlisis emprendidos en el plano local por las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y las organizaciones no gubernamentales.

    Por lo general, en gran parte de las organizaciones no gubernamentales, esos anlisis se ela-boran sobre la base de mtodos participativos anlogos. En muy pocas ocasiones, la poblacin hace referencia a amenazas graves. Si bien los hombres, las mujeres y los nios suelen tener prioridades distintas, apenas mencionan los sesmos, las inundaciones, los huracanes u otros desastres de inicio repentino.

    Las organizaciones de reduccin del riesgo de desastres o los donantes suelen efectuar evalua-ciones de los riesgos, como los anlisis de la vulnerabilidad y la capacidad, teniendo presente una amenaza concreta; esas organizaciones entablan contactos a escala local sobre la base de la financiacin obtenida para enfrentar peligros concretos.

    En lugar de mostrar inters por los desastres, sus interlocutores suelen mencionar problemas cotidianos. Conforme se indica en algunos anlisis sobre preparacin para desastres, es intil fomentar la participacin en las actividades de reduccin del riesgo de desastres hasta que no se subsane esos problemas.

    Se prev que el cambio climtico entrae un aumento de la frecuencia y la gravedad de las amenazas y de la cantidad de personas vulnerables expuestas. Los efectos de las variaciones trmicas, las precipitaciones y la estacionalidad consecuencia de ese fenmeno daan los medios de vida rurales de miles de millones de personas e incrementan la cantidad de quienes estn expuestos a las amenazas.

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    Photo: at the Birmingham Refugee Destitution Centre, the British Red Cross distributes vouchers to refugees and asylum seekers to buy essential supplies. Distribution of cash and vouchers will likely become more common as the forcibly displaced become more urbanized. Jonathan Banks

    Captulo

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    El concepto de territorialidad se emplea en sociologa para calificar el comportamiento con el que se muestra la importancia que se confiere a un determinado lugar. Es, ante todo, un mecanismo de defensa que contribuye al mantenimiento de la estabilidad emocional ante los cambios.

    El concepto de disonancia cognitiva tambin resulta pertinente; este se refiere al sufri-miento emocional de quienes se ven obligados a vivir con dos ideas contradictorias. La disonancia surge ante la imposibilidad de alcanzar un equilibrio emocional y de controlar todas las circunstancias, por ejemplo, cuando se vive en una situacin de riesgo a cambio de un acceso a medios de vida.

    La cultura y las creencias pueden ejercer esa funcin cuando se interpreta el peligro desde una perspectiva religiosa. Se convive con los riesgos gracias a las creencias que facilitan la superacin de la disonancia. Estas forman parte del proceso mediante el que los seres humanos logran reducir la disonancia cognitiva vinculada al riesgo. El grupo cultural que acostumbra a proceder de ese modo estima que los seres humanos no pueden controlar los riesgos.

    Resulta interesante constatar que las instituciones de reduccin del riesgo de desastres o de adaptacin del cambio climtico han extrado escasas enseanzas de otras disciplinas en las que se conoce ampliamente y utiliza de larga data los conceptos mencionados para contribuir a la explicacin de los comportamientos. En proyectos recientes en los que cola-boran quienes asumen tradicionalmente la labor de previsin meteorolgica, invocadores de lluvia africanos y miembros de servicios meteorolgicos se observan intentos conexos para salvar las diferencias y combinar los distintos sistemas de creencias.

    ConclusinEn la concepcin de los programas de reduccin del riesgo de desastres, no se suele con-templar esos aspectos caractersticos del comportamiento humano prioridades respecto de los riesgos e importancia de los medios de vida. Si no se confiere mucha ms aten-cin y respeto a las prioridades, los comportamientos y los sistemas de creencias, es muy probable que las actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico no puedan dar lugar a un cambio consecuente.

    La ineficacia de las actividades de reduccin del riesgo de desastres suscita ms preocupa-cin a causa del cambio climtico y de su incidencia en la frecuencia y la intensidad de los fenmenos climticos. As, resulta imperativo que se incremente la eficacia de las inicia-tivas en ese mbito y, habida cuenta de que la poblacin se ve obligada a vivir en lugares peligrosos, que toda actividad de preparacin para desastres o de lucha contra el cambio climtico se funde en la comprensin de prioridades complejas.

    Por consiguiente, resulta esencial que en las actividades de reduccin del riesgo de desas-tres y adaptacin al cambio climtico se aborde los factores culturales que influyen en la disposicin para asumir riesgos y peligros. El problema fundamental radica en que, con frecuencia, se prefiere permanecer en una ubicacin peligrosa para preservar los medios de vida.

  • 20 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen La adecuada consideracin de los medios de vida

    El captulo 3 ha sido redactado por Terry Cannon, investigador en el Institute of Develop-ment Studies (Reino Unido). La autora del recuadro es Mara Alczar Castilla, miembro del Centro de Referencia para Desarrollo Econmico y Medios de Vida Sostenibles.

    A continuacin, figuran algunos de los retos que plantea el vnculo entre medios de vida y reduccin del riesgo de desastres.

    n Ausencia de pruebas para demostrar los beneficios a largo plazo de la inversin en preparacin preventiva con objeto de proteger los medios de vida.

    n Muchos enfoques y metodologas han sido concebidos para zonas rurales y se los ha adaptado de forma incorrecta a contextos urbanos.

    n Resulta crucial que se examine el modo en que las mujeres, los jvenes, las personas discapacitadas y los ancianos se ven afectados, tomndose en consideracin las estrategias que emplean con respecto a los medios de vida.

    n En algunas ocasiones, los programas destinados a la reduccin del riesgo de desastres se centran en los peligros naturales y no contemplan de forma oportuna la pobreza o los conflictos.

    n La financiacin de las actividades de reduccin del riesgo de desastres an es limitada.

    No obstante, varios ejemplos pertinentes ilustran el modo en que se puede vincular de forma sencilla los medios de vida y la reduccin del riesgo de desastres. Con el respaldo de Cruz Roja Espaola, la Cruz Roja Etope ha ejecutado proyectos relacionados con los medios de vida que incluyen actividades de preparacin preventiva y proteccin medioambiental en zonas afectadas por sequas mediante la combinacin de la proteccin del entorno, la preservacin de los acuferos y el incremento de la productividad de los cultivos y de la crianza de ganado.

    Mediante el incremento de la financiacin destinada a la proteccin de los medios de vida, se podra reducir de forma notable el costo de las intervenciones a raz de catstrofes y las actividades de recuperacin. La Federacin Internacional y Cruz Roja Espaola consideran que es necesario aumentar la cantidad y la calidad de las actividades relativas a los medios de vida para reducir la vulnerabilidad; con ese fin, establecieron el Centro de Referencia para Desarrollo Econmico y Medios de Vida Sostenibles, con el apoyo inicial de la Fundacin Accenture. n

    Medios de vida y reduccin del riesgo de desastres

  • World Disasters Report 2014 Summary

    El mito de la comunidadMuchas organizaciones que emprenden actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico no han establecido una cultura emprica, sino fundada en la confianza. En este captulo, se examina la certidumbre que se suele atribuir de forma equivocada a la comunidad y a la consiguiente participacin.

    Numerosas organizaciones no gubernamentales, las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y muchas organizaciones internacionales emplean el trmino comuni-dad, que suelen preferir a personas o localidad. Si bien la palabra ha adquirido un valor simblico, esta denota colaboracin y comportamiento benignos que pueden no resultar acertados.

    Con frecuencia, el trmino comunidad se emplea sin sentido crtico (al igual que expre-siones como capacidad de resistencia y recuperacin, sostenible, y marginado) puesto que est arraigado en la cultura institucional y tiene el propsito de difundir dos argumentos que legitiman la organizacin y sus funciones. En primer lugar, el hecho de que se ejecuta las actividades con un enfoque ascendente y en colaboracin con las comunidades locales. En segundo lugar, que existe una entidad cohesionada que favorecer el proceso de reduccin del riesgo de desastres y de adaptacin al cambio climtico, una vez movilizada mediante actividades participativas.

    Un grupo de mujeres acude al pozo de agua del pueblo en Mount Darwin (Zimbabue). Las actividades participativas de ayuda humanitaria ejecutadas a nivel local pueden ser muy valiosas, pero las organizaciones que desempean tareas de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico deben trascender de su propia cultura institucional para comprender mejor las causas de la pobreza y la vulnerabilidad, y analizar las relaciones de poder dentro de las comunidades. Federacin Internacional

    Captulo

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  • 22 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen El mito de la comunidad

    La mayor parte de las organizaciones que desempean labores en las esferas de la reduccin del riesgo de desastres y la adaptacin al cambio climtico tienen un slido conocimiento de las relaciones de poder que afectan a la comunidad. Sin embargo, suelen hacer caso omiso de estas pese a la prevalencia casi constante de divisiones de gnero, clase social, etnia, casta, cultura y religin.

    En vista de que la mayor parte de donantes respaldan actividades locales en colaboracin con las personas ms vulnerables y econmicamente desfavorecidas, la comunidad se ha conver-tido en el distintivo honorfico que permite a las organizaciones receptoras de fondos aseverar que obran de forma correcta.

    Si bien los anlisis de la vulnerabilidad y la capacidad tienen por propsito el acopio de infor-macin y el fomento de la participacin de la poblacin local, no se suele examinar las causas subyacentes de la pobreza y la vulnerabilidad. Resulta contradictorio que, mediante un pro-yecto de reduccin del riesgo de desastres o de adaptacin al cambio climtico basado en la comunidad, se intente alentar la participacin de los dirigentes y de las instituciones en la solucin de un problema cuando en realidad forman parte de l. En la mayora de los proyec-tos, se entabla relaciones con las personas que ostentan el poder para obtener su autorizacin o lograr su participacin en el proyecto.

    En los ltimos cuarenta aos aproximadamente, la esfera del desarrollo ha sido objeto de drs-tica transformacin: las polticas con enfoque descendente se han sustituido en gran parte por actividades participativas y con arraigo comunitario. Un cambio anlogo ocurri en las organi-zaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, conforme denota la ejecucin de actividades locales que utilizan el enfoque del anlisis de la vulnerabilidad y la capacidad y promueven iniciativas basadas en la comunidad.

    Aunque en ltima instancia las organizaciones definen la comunidad sencillamente como el lugar en el que trabajan, se ha demostrado que las actividades con arraigo comunitario pueden resultar eficaces en la esfera de la reduccin del riesgo de desastres.

    Por lo general, cuando se ejecuta actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico, en la prctica, se carece de espritu crtico y apenas se tiene conocimiento del intenso debate que tiene lugar desde hace varios decenios. Apenas se reflexiona sobre el significado efectivo de los trminos comunidad o basado en la comunidad en el contexto de las divisiones internas de clase social, gnero y etnia.

    El examen de los problemas que entraa el concepto de comunidad y la reflexin crtica sobre su significado revisten importancia. Su utilizacin puede resultar perniciosa para las actividades de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico, puesto que gran parte de lo que denota es ficticio.

    Se observa tres desafos fundamentales. El primero radica en el cuestionamiento del carcter uniforme y homogneo de las comunidades y de la ausencia de conflictos o divisiones internas. El segundo est vinculado con los sistemas locales de poder y se centra en la idea de captacin por parte de la lite. El tercero estriba en la casi constante distorsin de la participacin, en favor de determinados grupos o personas, a raz de las divisiones internas y las relaciones de poder.

    En la edicin 2004 del Informe mundial sobre desastres, se seala que los grupos ms homogneos en cuanto a clase, etnia, medios de vida o medios econmicos contribuyen en mayor medida al fomento de la capacidad de resistencia y recuperacin que las comunidades que denotan

  • Captulo

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    divisiones en torno a esos factores. No obstante, esa uniformidad apenas se observa en la mayor parte de los pases, donde predominan los conflictos, las tensiones, la explotacin interna de la comunidad y la divisin en subgrupos.

    Las principales fracturas observadas en el seno de las as denominadas comunidades estn vinculadas con los sistemas de poder, que organizan a las personas en funcin del gnero, de la clase social, de la casta, de la etnia, de la sexualidad y de la edad o por medio de la esclavitud o del trabajo forzoso.

    Se ha demostrado que la inequidad entre hombres y mujeres est vinculada por distintos medios con la reduccin del riesgo de desastres y la adaptacin al cambio climtico:

    nn las mujeres son ms vulnerables ante las amenazas y se recuperan con mayor dificultad;nn por lo general, las mujeres ejercen un control muy inferior en las actividades de reduccin

    del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico;nn la violencia y los abusos que padecen las mujeres y las nias aumentan tras las catstrofes;nn las mujeres confieren prioridad a las necesidades de la vida diaria, la seguridad y el

    abastecimiento en agua;nn las mujeres organizan con ms acierto las actividades colaborativas de reduccin del

    riesgo de desastres y ejercen funciones rectoras con mayor idoneidad;nn la primaca de las intervenciones posteriores a desastres sobre las actividades de mitiga-

    cin del riesgo no permite la adopcin de medidas respecto de las causas de la pobreza y para superar las catstrofes; adems, se sita a las mujeres en condicin de vctimas y no de agentes del cambio.

    Si bien la violencia es un fenmeno frecuente en gran parte del mundo, resulta muy difcil abordarlo con los miembros de los hogares. Conforme estima la Organizacin Mundial de la Salud, un tercio de las mujeres mayores de quince aos han sido atacadas por su pareja. Las organizaciones dedicadas a la reduccin del riesgo de desastres y la adaptacin al cam-bio climtico se muestran optimistas cuando consideran que pueden reducir la inequidad entre hombres y mujeres mediante la inclusin de estas en actividades participativas.

    Muchas personas sin tierra apenas son capaces de afrontar el riesgo de desastre que enfrentan o de adaptarse al cambio climtico. Sin embargo, se carece casi por completo de investigaciones y prcticas en las que se contempla el modo en que esas personas conciben la reduccin del riesgo de desastres y la adaptacin al cambio climtico.

    La apropiacin por parte de las lites denota que las personas ms acaudaladas, ms educadas y de clase social ms elevada tienden a estar representadas de forma excesiva en los proyectos participativos.

    La participacin inducida ocurre en el exterior; aunque por lo general esta prctica no resulta provechosa, constituye un elemento obligatorio de la autojustificacin de las condi-ciones que establecen los organismos y los donantes.

    Cuando una organizacin desea elegir una localidad para la ejecucin de actividades basa-das en la comunidad, la aprobacin de los funcionarios o los dirigentes locales constituye una etapa casi inevitable. Se corre el riesgo de que los ciudadanos ordinarios perciban el proceso como ajeno o vinculado a los sistemas de poder local.

    Cuando la vulnerabilidad es consecuencia del sistema de poder comunitario, cabe inte-rrogarse sobre el periodo de preservacin de los logros y el eventual progreso significativo en cuanto a la reduccin de las causas subyacentes de la vulnerabilidad.

  • 24 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen El mito de la comunidad

    ConclusinLa capacidad de participacin de la poblacin en actividades locales de reduccin del riesgo de desastres y adaptacin al cambio climtico casi siempre se ve afectada por las relaciones de poder significativas en el plano de la comunidad; toda eventual colaboracin en iniciati-vas comunitarias de esa ndole se tiene que llevar a cabo en ese contexto. Las organizaciones deben diferenciar los distintos grupos econmicos y sociales y tener conocimiento del modo en que el poder influye en la reduccin del riesgo y la adaptacin.

    Se considera que la falta de medios econmicos y la vulnerabilidad que padecen las personas se debe por lo general a las relaciones de poder, que determinan sus bienes e ingresos. Resulta capital que quienes obran por la reduccin de la vulnerabilidad y la pobreza entiendan que el poder local tender a defender su posicin si las actividades de reduccin del riesgo de desas-tres y las iniciativas basadas en la comunidad pueden lograr una incidencia significativa.

    Uno de los mayores retos que plantea la preparacin preventiva para hacer frente a ciclones en Bangladesh radica en la ausencia de sentido de propiedad comunal de los alojamientos provisionales y de emergencia. Puesto que no se consult a las comunidades respecto de la construccin de esas instalaciones, muchas personas consideraron que pertenecan a terceros.

    Durante varios aos, la Media Luna Roja de Bangladesh intent promover el sentido de propiedad comunal y velar por la preservacin y el mantenimiento de esos locales mediante comits de gestin en los que participaban distin-tos grupos locales. Sin embargo, pocos siguen en funcionamiento. Adems, estn dominados en gran parte por los donantes de las tierras en las que se edificaron. Conforme explica Ekram Elahi Chowdhury, director del programa de gestin del riesgo de desastres de la Media Luna Roja de Bangladesh, un comit favorable a la comunidad garantiza el uso pblico de los alojamientos provisionales y de emergencia.

    Adems, la decisin de traslado a una instalacin de esa ndole depende ante todo de factores culturales y de seguridad. Las mujeres de entornos conservadores esperan la decisin previa del esposo; los varones se muestran reacios a que su esposa e hijas busquen amparo en lugares donde se encontrarn a proximidad de otros hombres.

    Los factores culturales estn vinculados con errores de diseo. El mayor problema estriba en la falta de ins-talaciones de agua y saneamiento en el interior; ello determina que las mujeres embarazadas o en periodo de menstruacin se mantengan distantes de los dems.

    Ekram Elahi Chowdhury explica que la participacin de las mujeres, sobre todo en las decisiones relativas al diseo de las infraestructuras, resulta crucial. La colaboracin de las personas discapacitadas en el comit de gestin tambin es un factor esencial. No se ha concedido suficiente atencin a aspectos como el hacinamiento y el acceso a la asistencia mdica por parte de las mujeres embarazadas y los heridos.

    La ubicacin de las instalaciones y la proximidad de estas son factores importantes que inciden en la disposicin favorable de la poblacin para usarlas, de manera idnea, las personas no deberan recorrer ms de un kilmetro y medio para llegar al lugar de refugio.

    Adems de los aspectos culturales y de diseo, la eficacia de los mensajes de alerta depende de la confianza que las personas depositan en la fuente.

    Alojamiento provisional y de emergencia tras un cicln en Bangladesh: concepto de la preparacin

  • Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 25

    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    El captulo 4 ha sido redactado por Terry Cannon, investigador en el Institute of Develo-pment Studies (Reino Unido); Alexandra Titz y Fred Krueger, miembros del Instituto de Geografa de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen y Nremberg (Alemania). Los autores del recuadro son Khaled Masud Ahmed, coordinador de programas; Maliha Ferdous, jefa de las actividades de fomento de la capacidad de resistencia y recuperacin, y Himadri Ahsan, jefa de comunicacin, en la delegacin de la Federacin Internacional en Bangladesh.

    Si bien se necesita ms unidades de alojamiento provisional y de emergencia, en particular en las islas y los bancos de arena habitados, se suele olvidar los factores que reducen el acceso a estos. Cuando se examina el conjunto de actividades que ejecutan los voluntarios del programa de preparacin preventiva ante ciclones, se observa que estas se ven afectadas por los problemas culturales y de seguridad que afectan a las personas vulnerables.

    Saidur Rahman, director y fundador del programa de preparacin preventiva ante ciclones de Bangladesh, asevera que, si bien la poltica de gestin de los alojamientos provisionales y de emergencia es muy inclusiva, an se utiliza un enfoque descendente y se obvia la cuestin de la propiedad comunitaria. n

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Cultura, riesgo y edificacionesCaptulo

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    Cultura, riesgo y edificacionesEste captulo tiene por principal objetivo destacar el carcter fundamental de la edificacin de estructuras en la reduccin del riesgo de desastres y las ventajas que aportan los cono-cimientos de las comunidades indgenas y la arquitectura verncula.

    Todos los desastres afectan a los inmuebles y, en muchos casos, como en el sesmo que asol Hait en 2010, tambin exacerban la crisis de la vivienda. El estado de las edificaciones es un determinante esencial del riesgo.

    Con creciente frecuencia, la arquitectura verncula se sustituye con estructuras cons-truidas con materiales no convencionales en particular, hormign armado y bloques de hormign lo que suele provocar el deterioro de la integridad estructural de las edificacio-nes, el olvido de mtodos de construccin tradicionales y la destruccin del patrimonio.

    El nivel de urbanizacin previsto en el siglo XXI y los consiguientes cambios en los medios de vida y las tecnologas entraan un desafo para la construccin de edificios seguros, sostenibles y asequibles. Las zonas edificadas en rpida evolucin se caracterizan, en particular, por la expansin de inmuebles dispares, sobre todo en los mercados de rpido crecimiento de Asia oriental.

    Las inundaciones representan un riesgo

    persistente en los Pases Bajos. Esta casa anfibia, fotografiada en

    Maasbommel, demuestra la vigencia del concepto

    de proteccin de las viviendas particulares. Anne Loes Nillesen

    26 Federacin Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

  • Captulo

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    Si bien la poblacin modifica los edificios con el paso del tiempo en funcin de los riesgos, se ha demostrado que esa adaptacin cultural depende de tres factores fundamentales, a saber, la persistencia del riesgo, la posibilidad de alerta previa y la gravedad de los daos previstos. En la mayor parte de las amenazas naturales, se observa esos aspectos.

    La arquitectura verncula suele constituir un trmino medio ante las mltiples amena-zas, puesto que la mayora de las comunidades est expuesta a distintos peligros y debe establecer prioridades respecto de los riesgos. Sin embargo, el tipo de arquitectura nunca est supeditado a un nico peligro medioambiental. En las zonas expuestas a riesgos, el elemento fundamental determina la adopcin de un mtodo de edificacin que, a menudo, evoluciona durante varias generaciones.

    Si se gestiona con acierto, la arquitectura verncula ofrece resultados satisfactorios incluso en circunstancias extremas. La elevada cantidad de muertes en los terremotos de Izmit (Turqua) en 1999, Bam (Irn) en 2004 y Hait en 2010 se debieron ms a la inadecuada edi-ficacin de los inmuebles contemporneos que a las construcciones vernculas.

    Tras un desastre, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales suelen conferir prioridad a la edificacin de una gran cantidad de viviendas, con recursos limitados, en el menor tiempo posible. No obstante, en la reconstruccin se debe tomar en consideracin la opinin de la comunidad local para que el resultado sea satisfactorio.

    La cultura reposa sobre valores fundamentales que determinan la orientacin del enfoque de las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, conforme a la cual los propieta-rios de las viviendas destruidas deben decidir acerca de la reconstruccin. La vivienda est vinculada con la reconstruccin de las comunidades, la rehabilitacin del capital social y cultural y los medios de vida.

    Las decisiones desacertadas en cuanto a la ubicacin de asentamientos provisionales tras-tocan los medios de vida y agudizan la vulnerabilidad. Un enfoque en el que se concede responsabilidad a los propietarios, se contempla la participacin de la comunidad y se recurre a tcnicas de construccin adaptadas a la cultura, constituye la base de la rehabi-litacin de las comunidades.

    Las consideraciones culturales son parte integrante de la reconstruccin a largo plazo. La arquitectura verncula puede ofrecer significativa orientacin en cuanto a la construccin de nuevas viviendas; la preservacin de los materiales protege el patrimonio arquitectnico y la identidad de las comunidades.

    En caso de sesmos, con frecuencia, se subestima los elementos relacionados con la cultura y las tradiciones, lo que perjudica de forma considerable tanto a quienes acuden en ayuda como a las poblaciones damnificadas. Los terremotos son los principales fenmenos natu-rales repentinos que sirven de parmetro para calcular la resistencia de los edificios.

    Los primeros cdigos de construccin elaborados en los Estados Unidos de Amrica influ-yen en numerosas normativas contemporneas. En Norteamrica, cerca del noventa y cinco por ciento (95%) de la poblacin reside en viviendas con estructuras de madera. All y en otros lugares del mundo, estas ofrecen mayor resistencia en caso de sesmos.

    Esa situacin contrasta de forma notable con la que se observa en la mayora de las regio-nes en el mundo expuestas a terremotos, donde, por lo general, se construye los inmuebles con armazones y juntas rgidas y las columnas con fbricas de albailera no armada para resistir al esfuerzo cortante. Las estructuras rgidas de hormign armado han transformado

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Cultura, riesgo y edificaciones

    el sector de la construccin en el mundo cambio tan generalizado que apenas se contempla los riesgos conexos, pese al incremento de la cantidad de muertes provocadas por daos a estructuras de hormign armado en caso de sesmos.

    No obstante, la fortaleza y resistencia observadas en determinadas ocasiones en las estruc-turas rgidas de hormign armado hacen difcil que se ponga en tela de juicio esas tcnicas.

    Conforme se observ en el terremoto ocurrido en Hait en 2010, resulta urgente que se exa-mine los riesgos que conllevan las estructuras rgidas de hormign armado. El aparente fallo estructural de varios edificios emblemticos en Puerto Prncipe cre la impresin de una abru-madora cantidad de vctimas en los densos asentamientos de las laderas de la capital haitiana, construidos en gran parte con bloques de hormign; sin embargo, las precarias e improvisadas viviendas construidas por los propios habitantes ofrecieron ms resistencia que los inmuebles recientes con estructuras de hormign armado.

    Si ese tipo de estructuras son de excelente calidad, los resultados pueden resultar extraordi-narios. No obstante, habida cuenta de la amplia generalizacin de ese tipo de construccin, se emplean apenas en una reducida proporcin de edificios.

    El inters despertado por las tcnicas de edificacin tradicional acusa constante aumento. En las zonas ssmicas, se examina con atencin las estructuras tradicionales que ofrecen una resistencia inusual ante el derrumbe.

    Con frecuencia, la predileccin por el hormign como nica opcin moderna ha debilitado las tradiciones. La rehabilitacin de los oficios caractersticos de la arquitectura verncula tambin puede contribuir a la preservacin de la cultura.

    En Turqua, las nuevas estructuras incluyen crecientemente muros de hormign armado concebidos para resistir al esfuerzo cortante. Si bien la mampostera confinada ofrece una alternativa viable, el refuerzo de edificios con estructuras de hormign armado rgido mediante paredes resistentes al esfuerzo cortante resulta muy costoso y exige que los ocupantes aban-donen el lugar por periodos prolongados. En esos casos, se propone mtodos que conlleven menos incomodidades.

    En la fase de socorro, los organismos externos de asistencia hacen hincapi en las necesidades y no en las capacidades; la importacin de una nica solucin puede resultar contraprodu-cente para la recuperacin local. Asimismo, el control de los recursos y la asuncin de la responsabilidad por agentes externos de socorro en esferas como el alojamiento provisional y de emergencia y la reconstruccin de las viviendas puede obstaculizar las iniciativas de los hogares, los dirigentes y las instituciones locales.

    No obstante, en vista de los resultados insatisfactorios y del coste de las tiendas y los materia-les de construccin importados, por ejemplo, en el proyecto sobre alojamiento provisional y de emergencia que la Federacin Internacional emprendi en el Sahel, la organizacin vel por ofrecer soluciones ms adaptadas a la cultura.

    Las tcnicas de construccin evolucionan de forma constante. Tras la sustitucin de la cultura rural por la urbana, se ha reemplazado la agricultura y la subsistencia por un sistema fundado en gran parte en las transferencias monetarias. La cultura rural tambin se halla en una fase de transicin.

    Los desastres ocurren en ese contexto de transicin y pueden acelerar la urbanizacin, la utilizacin de nuevos materiales y la transformacin de las familias ampliadas en unidades

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    nucleares. Adems, las crisis de gran envergadura pueden, por ejemplo, fomentar la con-cepcin de nuevas soluciones por parte de los albailes a fin de subsanar los defectos de los edificios.

    En ese momento de cambio acelerado, se corre el riesgo de perder aptitudes, conocimientos y bienes valiosos tambin a raz de la demolicin de edificios tradicionales y de poner en peligro la cultura de construccin local.

    Los momentos posteriores a un desastre resultan cardinales para el establecimiento y la redefinicin de asuntos relativos a la edificacin y se puede fomentar o relegar las aptitudes tradicionales.

    Los organismos de socorro y los tcnicos profesionales que participan en las actividades posteriores a los desastres participan de forma significativa en las deliberaciones sobre la cultura y las tcnicas de construccin. Por lo general, los expertos externos logran suplir las carencias tecnolgicas. Si bien numerosos especialistas cuantifican las prdidas, pocos efectan un examen cualitativo de los inmuebles daados y apenas documentan los que resistieron de forma adecuada.

    En algunos casos excepcionales, los organismos han regenerado de forma satisfactoria los conocimientos locales, como en el caso de la quincha, un ligero entramado de caa tradi-cional que la organizacin no gubernamental Practical Action utiliz para la construccin de alojamientos provisionales y de emergencia y edificaciones permanentes tras el terremoto ocurrido en Per.

    ConclusinUn desastre puede impulsar la voluntad poltica y social de intervencin con miras al per-feccionamiento de la gestin medioambiental.

    Los detractores de las tcnicas tradicionales que esgrimen argumentos medioambientales tienden a obviar los perjuicios y el frecuente rendimiento insatisfactorio de los materiales modernos a ese respecto, su limitada eficiencia energtica y las posibilidades de aumento de la vida til de los inmuebles gracias a un perfeccionamiento de las edificaciones.

    Si bien resulta esencial que la asistencia y las intervenciones externas contribuyan a que las comunidades locales adopten decisiones informadas a este respecto, ello no debe hacerse a expensas de criterios culturales que estas valoran ms que las personas ajenas a la comunidad.

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Cultura, riesgo y edificaciones

    El captulo 5 ha sido redactado por Greg Bankoff, profesor de historia moderna en la Universi-dad de Hull (Reino Unido); Randolph Langenbach, analista principal (jubilado) del organismo federal para el manejo de emergencias de los Estados Unidos de Amrica, y Maggie Stephen-son, consultora en el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos. La autora del recuadro es Anna Wachtmeister, experta independiente en alojamiento provisional y de emergencia.

    Las mujeres son quienes se ven ms afectadas por las consecuencias de viviendas inadaptadas. Su vnculo con las edificaciones reviste particular importancia en culturas donde el hogar constituye el ncleo de prcticas sociales y culturales.

    La Federacin Internacional considera esencial conferir particular atencin a la participacin directa de las muje-res. Convendra que los organismos que se ocupan del alojamiento provisional y de emergencia velen por que las mujeres ejerzan una funcin positiva y contribuyan plenamente a la rehabilitacin de las viviendas.

    En muchas culturas, las mujeres llevan las riendas del hogar y disponen de amplia autonoma para gestionarlo. Adems, participan en su construccin por mltiples medios. A veces, les incumbe la responsabilidad de embe-llecerlo o de prepararlo para que resista a las inclemencias del tiempo.

    Han demostrado ser asociadas fundamentales de los organismos humanitarios en el proceso de recuperacin de las viviendas a raz de enfrentamientos. Por ejemplo, gracias a la colaboracin con las mujeres en la planificacin de los campamentos de desplazados, se puede establecer condiciones de intimidad y seguridad adaptadas a la cultura.

    El realojamiento entraa cambios en las prcticas culturales y, al cabo del proceso, las personas podran ocupar viviendas que poco o nada tienen que ver con su hogar original. A menudo, las mujeres asumen un papel vital en la preservacin de prcticas culturales en medio de las presiones de cambio.

    Los desastres tienden a desplazar el proceso de edificacin de un entorno femenino y domstico a un contexto masculino y pblico. Los organismos pueden contrarrestar esa tendencia, asignando responsabilidades especficas a las mujeres en las organizaciones comunitarias.

    Las organizaciones suelen considerar los desastres como una oportunidad para subsanar la desigualdad de gnero en determinadas esferas: por ejemplo, velan por que las mujeres firmen documentos e introducen la titularidad conjunta de la propiedad. Las microfinanzas domsticas suelen ofrecer oportunidades para las mujeres.

    En suma, tras una crisis, el papel de la mujer en la construccin de la vivienda se ve sujeto a ingentes presiones puesto que muchos elementos dependen de ello. De ah la creciente necesidad de que las organizaciones tengan presente y entiendan las prcticas culturales. n

    Las mujeres y su funcin crucial en la rehabilitacin de las viviendas

  • Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Captulo

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    Atencin de salud pblica adaptada a la cultura: consecuencias del VIH/SIDA y otros ejemplosEn el presente captulo, se describe la interaccin entre distintas culturas y entre la atencin de salud pblica y biomdica y la medicina tradicional. Resulta fundamental que se tenga presente esa conexin.Los desastres y la salud estn relacionados de dos modos. En primer lugar, las catstrofes, crisis sociales o guerras pueden alterar las condiciones de vida y, por consiguiente, causar enfermedades, lesiones u otros graves problemas de salud.

    En segundo lugar, las afecciones pueden provocar catstrofes, por ejemplo, una pandemia de VIH/SIDA. Desde una perspectiva de salud pblica, esos desastres son fenmenos com-plejos puesto que es necesario emprender un proceso poltico para denominarlos como tal.

    Una campaa en el sur de Zambia promueve la tolerancia para combatir la discriminacin contra las personas que viven con el VIH o con SIDA. Fred Krger

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen Atencin de salud pblica adaptada a la cultura: consecuencias del VIH/SIDA y otros ejemplos

    En las actividades humanitarias y de salud pblica, la pertinencia de los conceptos que se denomina de forma vaga comunidades, actividades locales y capacidad de resistencia y recuperacin es de difundido reconocimiento.

    La identificacin de las personas ms vulnerables resulta fundamental para las actividades humanitarias.

    En el Cdigo de conducta del personal de la Federacin Internacional, tambin se toma en consideracin la cultura, las prcticas, los conocimientos y las capacidades locales. La orga-nizacin, que cuenta con millones de voluntarios, ha integrado la sensibilidad cultural en sus polticas y prcticas como mtodo para mantenerse informada de forma permanente y como sistema de alerta temprana.

    La asistencia humanitaria y los planes de salud pblica tambin son expresiones culturales.

    La mayor parte de los expertos estima que la pandemia de VIH se podra haber prevenido si no hubiesen imperado una inaccin y una estigmatizacin generalizadas. En vista del acusado aumento del ndice de infeccin por VIH en determinados pases y de su incidencia directa en vastos sectores de la sociedad, no caba duda alguna de que la pandemia era un desastre en s.

    Con objeto de poner coto al VIH en Botsuana, se suministr tratamientos antirretrovricos a escala nacional por conducto del programa Masa (nuevo amanecer en lengua setswana), que ha reducido de forma notable la estigmatizacin y la discriminacin de los pacientes seropositivos.

    En los ltimos aos, una creciente cantidad de personas se ha sometido a pruebas de forma voluntaria y ha tomado conciencia de las ventajas que ofrece el tratamiento. Sin embargo, quienes admiten estar infectados de forma abierta son minoritarios.

    Los significativos avances logrados mediante esa intervencin en la esfera de la atencin de salud han restado pertinencia a los grupos de apoyo que velaban por enfrentar la discrimina-cin y han provocado la disolucin de la mayora de los colectivos. Por lo tanto, quienes an se sienten discriminados han perdido el espacio del que disponan.

    Es costumbre tildar de falsos o mticos los conocimientos locales. Si bien en este captulo no se promueve la medicina convencional, se arguye que coexisten distintas manifestaciones de prcticas relacionadas con la salud y que en ocasiones estas se oponen. Habida cuenta de la confianza que numerosas personas depositan en la medicina tradicional, resultara inade-cuado que esta se obviara en las actividades.

    En lo que respecta a las intervenciones de salud pblica en relacin con el SIDA, numerosos curanderos consideran que se les ha dispensado un trato condescendiente y han quedado rele-gados a una esfera paralela. Los mensajes difundidos por los agentes de la salud pblica quizs ya no incidan en los curanderos y sus pacientes. Es posible que estos se vean excluidos de los tratamientos biomdicos y que los enfoques y los conceptos teraputicos de los curanderos tradicionales pasen desapercibidos.

    Incluso cuando no existe una confrontacin patente, la cultura resulta fundamental en la esfera de la salud pblica. El grado en que los pacientes seropositivos atienden los consejos mdicos es un factor crucial; reviste capital importancia que se realice un estrecho segui-miento de la observancia de estos.

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    Informe mundial sobre desastres 2014 Resumen

    El plan Masa de Botsuana tiene por propsito lograr la aplicacin de las recomendaciones mdicas por el conducto de distintas medidas. Esta se debe considerar como un factor biomdico obligatorio y como un proceso cultural que conviene tomar en consideracin.

    La empata y la sensibilidad cultural parecen desvanecerse en las esferas administrativas ms elevadas de las instituciones que obran por la reduccin del riesgo de desastres y en los mbitos poltico y econmico. La adopcin de decisiones se funda en programas y objetivos fijos, de obligada aplicacin para todos los empleados, regidos por las din-micas de administraciones de gran envergadura. Cuando ocurren desastres, los enfoques que ofrecen resultados satisfactorios se suelen fundar en los sistemas vigentes y no en la importacin de personal. Sin lugar a dudas, resulta esencial que las organizaciones den cabida a los trabajadores sanitarios locales y faciliten la participacin de las personas afec-tadas de forma directa por los riesgos sanitarios.

    Es posible que las divergencias en las interpretaciones de la salud y la sanacin conduzcan a olvidar a los ms vulnerables. En la edicin 2008 del Informe sobre la salud en el mundo, publicado por la Organizacin Mundial de la Salud, se pone de realce la pertinencia que revisten los objetivos en materia de atencin primaria de salud, establecidos inicialmente en 1978, en la Declaracin de Alma Ata. Cabe pues interrogarse sobre las enseanzas que las instituciones pueden extraer.

    nn Los problemas de salud estn relacionados con los hbitos