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INNOVACIÓN Y POLÍTICA CIENTÍFICA Con la colaboración de CEPREDE Universidad Autónoma de Madrid LA INNOV ACIÓN EN EL SIGLO XXI Realizado por: Antonio Pulido Emilio Fontela

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INNOVACIÓN Y POLÍTICA CIENTÍFICA

Con la colaboración de

CEPREDE

Universidad Autónoma de Madrid

LA INNOVACIÓN EN EL SIGLO XXI

Realizado por:

Antonio PulidoEmilio Fontela

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Edita: Centro de Predicción Económica (CEPREDE)Facultad de Ciencias Económicas y EmpresarialesUniversida Autónoma de Madrid28049 MadridTeléfono: 914978670Fax: 914978670E-mail: [email protected]ágina web: www.ceprede.com

Edita: © CEPREDE, Julio 2008Reservados todos los derechos. Prohibida toda distribución secundaria sin permiso escrito.Depósito legal: M-36776-2008

La autoría del presente trabajo corresponde a CEPREDE y refleja, de modo exclusivo, la opinión del autor, sinimplicar a IBM necesariamente con su contenido.

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Sobre CEPREDE

En 1981 nace el Centro de Predicción Económica como consecuencia del trabajo de un grupo de profesores de laUniversidad Autónoma de Madrid (UAM) y el apoyo incondicional de la Cámara Oficial de Comercio e Industriade Madrid y la Fundación Universidad - Empresa. Cinco años más tarde se constituye la Asociación Centro de Pre-dicción Económica (CEPREDE).

CEPREDE cuenta como asociados con importantes empresas privadas, instituciones públicas, organizaciones yorganismos de la Administración autonómica. Estas instituciones forman un destacado y exclusivo grupo para elanálisis de previsiones económicas sobre España en el contexto de la economía europea e internacional.

CEPREDE es hoy un centro permanente de investigación económica con análisis continuo de 1.000 variablesma-croeconómicas, 200 indicadores de coyuntura, consulta permanente a un panel de 96 expertos, que se materializaen cientos de informes de análisis y predicción, mantenimiento y actualización de informes metodológicos, cons-trucción de modelos sectoriales y participación en proyectos internacionales como LINK (Naciones Unidas),EUREN (European Economic Network), AIECE (Association of European Conjuncture Institutes). También participaa través del Instituto L.R.Klein en el proyecto HISPALINK (Regional Integrado). Visítenos en www.ceprede.com .

Sobre IBMInternational Business Machines (IBM) es una empresa dedicada a proporcionar a las empresas soluciones para lamejora de sus procesos de negocio. Así, IBM facilita a sus clientes los métodos para hacer frente a los problemasempresariales mediante una adecuada utilización de las tecnologías de la información. IBM proporciona dichassoluciones mediante un trabajo integral que abarca desde los procesos iniciales de investigación y desarrollo hastalos procesos de fabricación, comercialización y soporte posventa. Además, la Compañía presta servicios profesio-nales de consultoría de negocio, externalización e integración de sistemas, y comenzó a operar en España en 1926.Actualmente el Grupo IBM España cuenta con cerca de 6.500 empleados, incluyendo a todas las empresas y sub-sidiarias del Grupo.

Desde el ámbito y la responsabilidad que le corresponde, IBM se siente plenamente comprometida con los paísesdonde opera y pone todo su conocimiento y experiencia a disposición de un camino de progreso y bienestar paralos ciudadanos. Por ello, y desde el departamento de Relaciones Institucionales, se han elaborado una serie de pro-puestas básicas sobre políticas públicas que entiende necesario desarrollar para entrar en el círculo virtuoso demayor innovación, más productividad, más competitividad internacional, más rápida convergencia, más creci-miento, más empleo y mayor bienestar y calidad de vida. Visítenos en http://www-5.ibm.com/es/ibm/politicaspublicas/ o solicite información en el teléfono 91 397 61 78.

Este trabajo se inscribe dentro de una serie de informes realizados por CEPREDE con la colaboración de IBM y rela-tivos a la Innovación.

SERIE DE INFORMES "INNOVACIÓN"

Vol. 1. La Innovación en el Siglo XXI (ya publicado).

Vol. 2. Innovación y mercado de trabajo (ya publicado).

Vol. 3. Innovación en el sector público (ya publicado).

Vol. 4. Innovación y política científica (Informe adjunto).

Vol. 5. Innovación y competitividad global para la implantación de empresas.

Vol. 6. Innovación y convergencia con la Unión Europea.

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ÍNDICE

RESUMEN GENERAL/ ABSTRACT ________________________________________________________________ 7

PRINCIPALES CONCLUSIONES __________________________________________________________________ 9

1. El largo camino de la I+D a la innovación ______________________________________________________ 11

Universidad y política científica________________________________________________________________ 11

Esfuerzo investigador ________________________________________________________________________ 12

Rendimiento del esfuerzo en I+D ______________________________________________________________ 15

El ecosistema de la innovación ________________________________________________________________ 17

2. Hacia la nueva sociedad del conocimiento ______________________________________________________ 19

Indicadores de esfuerzo y rendimiento __________________________________________________________ 19

Redefiniendo el papel de las universidades en la nueva sociedad del conocimiento __________________ 21

3. La innovación a través de los servicios ________________________________________________________ 22

I+D e innovación en servicios ________________________________________________________________ 22

Universidad e I+D en servicios ________________________________________________________________ 23

4 Reflexiones sobre el futuro de la política científica ______________________________________________ 25

Política científica en el contexto de las políticas públicas __________________________________________ 25

Estrategia científica y de innovación en la UE ____________________________________________________ 26

Una valoración del pasado de la política científica y de innovación en España ______________________ 27

La estrategia futura en política científica e innovación ____________________________________________ 30

Una referencia al VI Plan Nacional de I+D+i 2008-2011 __________________________________________ 32

Una reflexión final sobre la universidad del futuro e innovación. __________________________________ 35

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RESUMENEl esfuerzo en I + D +i debe intensificarse, tanto enEspaña como en el conjunto de la UE, en línea con losobjetivos de la Agenda de Lisboa.

Sin embargo, no basta con incrementar el nivel degasto. Parece necesario mejorar las acciones de coor-dinación, la transferencia de conocimiento, la evalua-ción de resultados y la participación empresarial.

Pero además, una política científica equilibrada debeintegrarse dentro de un movimiento más amplio hacia

la innovación y la sociedad del conocimiento. Elesfuerzo en I + D no es equivalente a innovación, aun-que sea uno de sus elementos fundamentales. Es con-dición necesaria pero no suficiente.

Las políticas científicas que exige el siglo XXI debenvalorar adecuadamente la importancia y singularida-des del gran sector de los servicios. No se trata solo deinnovar en tecnologías de producción y nuevos pro-ductos manufacturados; es preciso reorientar losesfuerzos en I + D y la innovación, en general, hacia laproducción de servicios y la reorganización de estruc-turas empresariales y de las propias AAPP.

Resumen

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Resumen de

ABSTRACTIn Spain as much as in the European Union, the workin I+D+i must be enhanced in accordance with theobjectives of the Lisbon Strategy.

However, it is not enough to increase spending levels.It seems necessary to improve actions of coordination,transference of knowledge, evaluation of results, andparticipation of enterprises.

Also, a balanced scientific policy must be included ina wider movement toward innovation and Knowledge

Society. Although R & D investment is one of the keyfactors in innovation process, it is not an automaticoutput. It is a necessary condition but no sufficient.

All the scientific policies that this XXIst Centurydemands should assess suitably the importance andsingularities of service sector. This is not just aboutinnovations in technologies of production and newmanufacturated products, it is important to reorientateefforts in I+D and innovation in general, toward servi-ces production, and reorganize enterprise structuresand public administration.

Innovación y política científica

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Principales conclusiones

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I. La Universidad española, en particular, no deberenunciar a la calidad docente y a sus otras fun-ciones sociales por una miopía que sólo valore lainvestigación de sus profesores. Convertir lapublicación de artículos en revistas científicasinternacionales en el criterio prioritario de selec-ción y promoción de su profesorado puede resul-tar distorsionante. Es fundamental compaginar laintegración de nuestro país, al más alto nivel posi-ble, en el Espacio Europeo de Investigación, conun objetivo paralelo de incorporación al EspacioEuropeo de Educación Superior. Pero, además, lainvestigación universitaria no debe crearse y con-sumirse exclusivamente en la “torre de marfil”. Latransferencia de conocimientos, el paso de cien-cia a innovación, e incluso la divulgación cientí-fica son tareas a cuidar en una adecuada políticauniversitaria.

II. En cuanto a esfuerzo en I+D existe un acuerdogeneral en que éste se sitúa sensiblemente pordebajo del que nos corresponde por nivel econó-mico. Según unos cálculos orientativos, a los rit-mos observados en los últimos años sería precisoesperar hasta el 2012 para alcanzar el nivel pro-medio de la UE, del orden del 2% del PIB, aunsensiblemente lejos de ese 3% establecido en laAgenda de Lisboa, plazo que podría reducirse, decumplirse los objetivos del programa Ingenio2010. Asimismo, existe un desfase en la aporta-ción empresarial a este esfuerzo, lo que no sóloincide en menores recursos, sino también en unamayor lejanía del proceso de innovación.

III. Aparte del nivel de gasto en I+D, parece necesa-rio corregir algunos desequilibrios en su compo-sición. La participación directa de las empresasespañolas, tanto en gasto como en número deinvestigadores, parece reducida al compararlacon patrones de otros países desarrollados. Porotra parte, la baja productividad del investigadoruniversitario en términos de gasto y la elevadaproductividad del sistema de I+D en publicacio-

nes científicas internacionales, apuntan hacia untipo de actividad más cercano a la Investigaciónque al Desarrollo o la Innovación. Esta situaciónse confirma con la reducida relación entre pro-ducción científica y patentes.

IV. Esfuerzo en I+D no es equivalente a innovación,aunque sea uno de sus elementos fundamentales.Es condición necesaria pero no suficiente. Másaún: el sistema Ciencia-Tecnología-Innovaciónno debe considerarse un sistema cerrado en símismo, sino formando parte esencial de los obje-tivos de la nueva sociedad del conocimiento.

V. España tiene que hacer un esfuerzo no sólo enincrementar su gasto en I+D, sino también enmejorar otros componentes de la creación y difu-sión del conocimiento, tales como la formaciónde capital humano, la continua mejora de infraes-tructuras o la inversión en capital productivo dealta tecnología. Además, debe comprobarse queel esfuerzo realizado se concreta en aquellosresultados que puedan medir el rendimiento delgasto realizado, desde los más directos comopatentes o tasas de éxito educativo a las finalistassobre productividad o competitividad.

VI. La universidad es una institución clave en el pro-ceso innovador de una sociedad del conoci-miento. Precisamente por ello, su papel no selimita a proporcionar una educación tradicional,formar investigadores para su carrera académicainterna y desarrollar un conocimiento codificadode acceso restringido a la comunidad científica.Debe reforzarse su aportación a la innovación dela sociedad en su conjunto a través de una inves-tigación que considere también sus repercusionesen el proceso formativo y su capacidad de utiliza-ción social, contribuyendo, además, a la difusiónde los nuevos conocimientos generados.

VII. La innovación en empresas de servicios o en laproducción de servicios de todo tipo de empresas

PRINCIPALES CONCLUSIONES

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(comerciales, financieros, administrativos,...)tiene una importancia creciente y, sin embargo,no cuenta con el apoyo del que goza la innova-ción en procesos o productos industriales. Paracambiar esta situación es preciso reorientar losesfuerzos en I+D enfocándolos hacia los serviciosy valorar más adecuadamente la innovación enservicios, públicos y privados.

VIII. La universidad del futuro, en particular en lo refe-rente al campo de las ciencias sociales y humani-dades, debe reconsiderar su valoración de lainvestigación vinculada a la innovación en servi-cios (públicos o privados), aceptando el valoracadémico de la investigación multidisciplinar ybajo contrato, con las necesarias exigencias decalidad e innovación.

IX. La creciente preocupación por la acumulación deretrasos en el desarrollo de las tecnologías de lainformación, y por el estancamiento relativo (encomparación con Estados Unidos) de la actividadeconómica y del empleo, han motivado una granefervescencia estos últimos años en relación conel papel de la ciencia, de la tecnología y de lainnovación en las políticas públicas de la UE.Aparte del papel coordinador de la política cien-tífica por parte de los gobiernos, el esfuerzoinvestigador público parece que debiera centrarseen una producción científica básica, pero orien-tada y multidisciplinar, así como al desarrollo detecnologías genéricas de uso generalizado y lapropia innovación de los servicios públicos,aparte de su interacción con otros agentes del sis-tema y, en particular, las empresas.

X. La estrategia europea de ciencia e innovación va,progresivamente, centrándose en una Sociedaddel Conocimiento, con objetivos concretos decrecimiento, competitividad y empleo. Los retra-sos en el cumplimiento de la Estrategia de Lisboaexigen una revisión de políticas tanto en elcampo científico como en su vinculación con lainnovación y sus efectos económicos y sociales.

XI. A pesar de los importantes logros alcanzados enlos últimos veinte años, parece evidente que hayque reformar en la práctica (buenas intencionesaparte) algunas líneas básicas de nuestra políticacientífica y, en particular, las acciones de coordi-nación, la transferencia de conocimientos, la eva-luación de resultados y la participación de lasempresas y de las propias Administraciones Públi-cas (en su faceta de usuarios de la I+D+i)

XII. El planteamiento de Ingenio 2010 y de EstrategiaNacional de Ciencia y Tecnología nos parece unimportante paso adelante en el camino correctode seleccionar prioridades, establecer objetivosconcretos e indicadores para comprobar sugrado de cumplimiento, coordinar accionesentre las distintas AAPP y con las empresas oevolucionar hacia evaluación permanente de losproyectos emprendidos. Nuestra única reserva esque esas buenas ideas se conviertan en realida-des concretas.

XIII. El VI Plan de I+D+i creemos que supone un enfo-que renovado que responde a un auténtico plan-teamiento estratégico, con una visión amplia delos agentes implicados, desde las universidades alos organismos públicos o privados de investiga-ción, apoyo a la transferencia, difusión y divulga-ción, y concretando objetivos e indicadores deseguimiento. Sin embargo, todo el Plan reposa enun crecimiento importante de los recursos quesupone ritmos del 16% anual acumulativo para laadministración central y autonómica y aun supe-riores para las empresas.

XIV. Innovación y política científica son dos partes deun sistema total que no pueden tratarse de formaaislada. Igualmente una estrategia innovadora nopuede olvidar la exigencia de una universidadinnovadora y capaz de contribución a la dinami-cidad del sistema en su conjunto.

Innovación y política científica

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Universidad y política científica

Crear ciencia no debe plantearse como un objetivo ensí mismo. Pero el conocimiento científico es un requi-sito para la innovación; y la innovación es un instru-mento decisivo para potenciar el desarrollo económicoy social. Como consecuencia, la política científica nodebiera tratar la promoción de la ciencia como unaacción aislada, sino que es necesario que quede plena-mente integrada en el conjunto del sistema socioeco-nómico.

En la práctica, sin embargo, es habitual tratar la políticacientífica a diferentes niveles de integración. En oca-siones, se circunscribe a la investigación universitaria;a veces, se trata de todo el sistema público de I+D oincluso del conjunto de la I+D+i promovida con fon-dos públicos y hasta al conjunto del sistema público-privado; en ciertos casos, la política científica llega aintegrarse plenamente en los planes de innovación.

En el cuadro adjunto hemos resumido estos diferentesniveles y sus posibles tratamientos, tanto con un enfo-que interno al país o región de que se trate, como conun planteamiento globalizador, en particular en elentorno de la Unión Europea.

La investigación científica es consustancial con la pro-pia existencia de la Universidad. Con palabras deOrtega y Gasset (Misión de la Universidad, 1933):“Una atmósfera cargada de entusiasmo y esfuerzoscientíficos es el supuesto radical para la existencia dela Universidad... La ciencia es la dignidad de la Uni-versidad; más aun es el alma de la Universidad, el prin-cipio mismo que le nutre de vida e impide que sea sóloun vil mecanismo”.

Pero admitir la exigencia radical de la investigacióncientífica universitaria, no puede llevar ni a ponerexclusivamente la Universidad al servicio de la cien-cia, ni a confundir investigación universitaria con polí-tica científica.

Hace más de 70 años decía también Ortega que “hasido desastrosa la tendencia que ha llevado al predo-minio de la «investigación» en la Universidad al des-cuidar tanto la educación de profesionales como latrasmisión de la cultura, en su sentido más amplio”.Aun podríamos añadir, con una visión más adaptada anuestros tiempos, el objetivo de socialización y des-arrollo de capacidades de sus estudiantes, además delde compromiso con la sociedad. Poner por delante lainvestigación de los restantes objetivos, puede condu-cir incluso a deformar la tarea de los profesores univer-

El largo camino de la I+D a la innovación

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1. EL LARGO CAMINO DE LA I+D A LA INNOVACIÓN

Diferentes tratamientos para una política científica

NivelesTratamientos

Nacionales/ Regionales Globalizadores

1.- Universidad (I+D) Excelencia investigadora Espacio Europeo de Investigación

2.- Sector Público (I+D+i) Planes de I+D+iProgramas Marco de I+D de la UE.

EU Research Policy

3.- Sociedad en su conjunto (Inno-vación)

Planes integrales deInnovación y Competitividad

Programa Marco deCompetitividad e Innovación

CUADRO 1

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Innovación y política científica

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1 INE (2007), Estadística sobre actividades en I+D, 2005.2 Fundación C y D. (2006). La contribución de las universidades al desarrollo. Informe 2006.

sitarios, con efectos perniciosos sobre la formación decapital humano. Confundir excelencia universitariacon excelencia investigadora es un desenfoque quetodos debiéramos tratar de evitar.

Parece que los excesos de los últimos años empiezan aremitir. Cada día son más frecuentes las declaracionespolíticas que abogan por unas universidades diferen-ciadas entre sí, que se especializan según sus capaci-dades y estrategias. Caben pues universidades que sedediquen más a conseguir una educación básica o pro-fesionalizada, a investigar más en ciencia pura o endesarrollos tecnológicos, a producir o transferir cono-cimientos,...

El posible problema de futuro es que muchos de esosplanteamientos parten de premisas excesivamente sim-plistas o, incluso, interesadamente desenfocadas.

En primer lugar, hay que romper con la idea de que laexcelencia universitaria sólo se consigue con investiga-ción y, además, preferentemente de carácter básico yque se trasmite como conocimiento “codificado” sóloaccesible para colegas científicos especializados enuna pequeña área del saber.

Este planteamiento lleva implícito las señas de identi-dad y las preferencias que debe hacer suyas todo aquelque desee ser un buen académico. El respeto y la pro-moción se consigue a través de un tipo de investiga-ción determinado, en que cuentan relativamente pocosu aportación a problemas concretos de la sociedad yla transferencia de esos conocimientos. Ya se dedica-rán los elementos menos valiosos de nuestras universi-dades, a estas tareas “secundarias” y a impartirdocencia, piensan algunos.

El prototipo equivocado del “genio” universitariopodría llegar a ser la de aquel que procura dar pocashoras de clase (en todo caso en el nivel de doctorado,para formar nuevos investigadores a su imagen y seme-janza) e investigar en un pequeño campo del saber, fre-cuentemente ajeno al trabajo en equipo, a laevaluación de resultados y a cualquier enfoque multi-disciplinar. La elaboración de material didáctico, ladivulgación científica, la transferencia de conocimien-tos, el paso de conocimiento científico a innova-ción,..., son tareas frecuentemente ajenas a lashabituales para los que algunos siguen considerandocomo universitarios de éxito.

La Universidad española, en particular, no deberenunciar a la calidad docente y a sus otras fun-ciones sociales por una miopía que sólo valorela investigación de sus profesores. Convertir lapublicación de artículos en revistas científicasinternacionales en el criterio prioritario de selec-ción y promoción de su profesorado puederesultar distorsionante. Es fundamental compagi-nar la integración de nuestro país, al más altonivel posible, en el Espacio Europeo de Investi-gación, con un objetivo paralelo de incorpora-ción al Espacio Europeo de Educación Superior.Pero, además, la investigación universitaria nodebe crearse y consumirse exclusivamente en la“torre de marfil”. La transferencia de conoci-mientos, el paso de ciencia a innovación, eincluso la divulgación científica son tareas a cui-dar en una adecuada política universitaria.

Esfuerzo investigador

En cualquier caso, un paso previo que se exige paradiseñar una política científica equilibrada es reconocerque la investigación trasciende al mundo universitariopara integrarse en una amplia red de centros públicosy privados de investigación. Con datos comparables(cuadro 2), las instituciones de enseñanza superioraportan un 15% de los investigadores de EEUU, un36% en el conjunto de la UE-25 y alrededor del 50%en España. Los investigadores en empresas son ampliamayoría en EEUU (81%), la mitad en la UE y cerca deuno de cada cuatro en España (32% incluyendo insti-tuciones privadas sin ánimo de lucro).

Naturalmente, el paso de número de profesores de uni-versidad a número de investigadores equivalentes enjornada completa, exige realizar algunos supuestossobre el reparto de su tiempo por actividades. Los cál-culos realizados por el Instituto Nacional de Estadística1

para nuestro país parten de que hay unos 55.000 inves-tigadores universitarios en equivalencia a tiempo com-pleto. Sobre los aproximadamente 100.000 profesores(y teniendo en cuenta que se incluyen los estudiantesde postgrado con un salario o beca de estudio) se estápartiendo de una supuesta dedicación a actividades deI+D del 50% del tiempo, que se eleva a cerca del 75%de un profesor universitario a tareas de I+D, si se con-vierten también los profesores en equivalentes a tiempocompleto (unos 75.000 según cálculos incluidos en elinforme de la Fundación Conocimiento y Desarrollo2.

Estimular y coordinar esfuerzos de ese amplio entra-mado de instituciones investigadoras es el objetivo

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básico de la política científica de cualquier país, que seconcreta en los planes nacionales y regionales deI+D+i, con la i de innovación aun ocupando, enmuchos casos, un papel secundario respecto a la I deinvestigación, matizada por el desarrollo de procesos yproductos.

Es generalmente reconocido que el esfuerzo en I+D enEspaña está por debajo del que le corresponde. Segúnlos datos más recientes (INE, Estadísticas sobre activi-dades en I+D 2005, mayo 2007) el gasto realizado enI+D se estima en algo más de los diez mil millones deeuros, el 1,13% del PIB, a comparar con el 1,84% parael conjunto de la UE–27 (3% como objetivo teórico dela Agenda de Lisboa para el 2010) o el 2,8% de EEUU.España sigue, pues, situada en una zona de países dereducido esfuerzo investigador, por debajo de la pro-porción dedicada en la mayoría de los países UE-15 ysólo comparable a la de Italia y por encima de Portu-gal y Grecia.

A efectos de no confundir I+D e innovación es conve-niente recordar lo que aquella incluye o no. Según lasnormas metodológicas utilizadas por la encuesta, “lainvestigación y el desarrollo experimental (I+D),comprende el trabajo creativo llevado a cabo deforma sistemática para incrementar el volumen deconocimientos, incluido el conocimiento del hombre,la cultura y la sociedad, y el uso de esos conocimien-tos para crear nuevas aplicaciones” (Manual de Fras-cati).

Se considera, por tanto, como I+D tanto la investiga-ción básica (“trabajos originales, experimentales o teó-ricos, que se emprenden principalmente para obtenernuevos conocimientos sin estar dirigidos a una aplica-ción o utilización determinada”), como la investiga-

ción aplicada (también trabajos originales y con finali-dad de nuevos conocimientos, pero con un objetivopráctico específico) y el desarrollo tecnológico (traba-jos sistemáticos basados en conocimientos existentesque se dirigen a la fabricación de nuevos materiales,productos, dispositivos, procesos, sistemas y servicioso a la mejora sustancial de los ya existentes”).

No forman parte de la I+D aquellas actividades cone-xas en que no exista “un elemento apreciable de crea-tividad y la resolución de una incertidumbre científicay/o tecnológica”, es decir, “cuando la solución de unproblema no parezca evidente a cualquiera que esté alcorriente del conjunto de conocimientos y técnicasbásicas utilizadas comúnmente en el sector conside-rado”3.

Pero incluso dentro del campo estricto de la I+D, lapropia UE reconoce el papel clave de la empresa en sudoble faceta de financiador y ejecutor. En su últimoinforme anual sobre situación europea en ciencia, tec-nología e innovación4 se reconoce que “dentro de las«fábricas de investigación», el sector empresarial es elmás cercano a los consumidores y, por ello, está mejorposicionado para desarrollar productos basados ennuevo conocimiento (o nuevas combinaciones deconocimiento existente) y explotarlos comercialmente.La participación del sector empresarial en actividadesde investigación orientada resulta crucial para el creci-miento económico futuro y la competitividad deEuropa”.

Los datos disponibles apuntan, en este sentido, queuna parte importante del desfase en esfuerzo investiga-dor entre EE.UU. y la UE proviene de la menor impli-cación del sector empresarial, situación que se repiteen el “gap” entre España y el conjunto de la UE. Frente

El largo camino de la I+D a la innovación

13

3 Metodología del INE en sus Estadísticas sobre Actividades de I+D.4 UE (2007), Key figures 2007 on Science, Technology and Innovation. Towars a European Knowledge Area; junio 2007.

CUADRO 2

Investigadores por sector institucional(equivalentes a jornada completa, datos para 2004 y EE.UU., 2003)

Porcentaje por sectorTotal investigadores

Empresa* Gobierno Educación Superior

España (2005)31,9(32,1)

17,0(18,6)

51,1(49,3)

100.994(109.720)

UE-27 50,0 13,8 36,3 1.248.608

EEUU 80,5 3,8 14,7 1.261.227

*Incluye instituciones privadas sin fines de lucro.Fuente: Comisión Europea, DG Research (2007). Key Figures 2007 on Science, Technology and Innovation. Para España se

incluye el dato para 2005, INE, Estadísticas de I+D (mayo 2007).

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al objetivo de la Agenda de Lisboa de alcanzar un 66%de financiación privada de los gastos en I+D, las cifrasmás actuales apuntan que aún no se ha alcanzado el55%.

Pueden resultar de interés algunos cálculos adicionalessobre el esfuerzo necesario para converger con lamedia de la UE. A ritmos similares a los observadosdurante los últimos años en crecimiento del PIB (delorden del 3,5% para España y del 2,5% para la UE-15)y del gasto en I+D (del orden del 12% para España enlos últimos 5 años según el INE y 4% para la UE, segúndatos de DG Research para 1997-2001), puede esti-marse que no sería hasta el 2012 cuando España igua-laría el porcentaje que habría entonces alcanzado elgasto en I+D sobre el PIB en la UE-15 y que estaríasituado sólo ligeramente por encima del dos porciento5.

Pero el objetivo del 3% del PIB en gasto en I+D para elconjunto de la UE en el año 2010, hoy día se consideraya prácticamente inalcanzable. En su último informe(Key Figures 2007) se acepta como un óptimo alcanzarel 2,6%, e incluso las últimas tendencias observadasapuntan más a mantenerse por debajo del 2% en 2010,lo que reduciría el tiempo de “captura” del esfuerzo

investigador de España respecto a la UE con esas tasasde variación históricas del orden del 12%. Tasas decrecimiento superiores de los gastos en I+D en España(se ha llegado a plantear un 25% acumulativo) permi-tirían a nuestro país haber alcanzado el promedioeuropeo para el 2010, que es uno de los objetivos delprograma Ingenio 2010, presentado por la ComisiónInterministerial de Ciencia y Tecnología en 2005.Naturalmente, nos estamos siempre refiriendo al pro-medio de la UE y no a los países líderes.

En cuanto a esfuerzo en I+D existe un acuerdogeneral en que éste se sitúa sensiblemente pordebajo del que nos corresponde por nivel econó-mico. Según unos cálculos orientativos, a los rit-mos observados en los últimos años sería precisoesperar hasta el 2012 para alcanzar el nivel pro-medio de la UE, del orden del 2% del PIB, aunsensiblemente lejos de ese 3% establecido en laAgenda de Lisboa, plazo que podría reducirse,de cumplirse los objetivos del programa Ingenio2010. Asimismo, existe un desfase en la aporta-ción empresarial a este esfuerzo, lo que no sóloincide en menores recursos, sino también en unamayor lejanía del proceso de innovación.

Innovación y política científica

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5 El cálculo a realizar para estimar el “tiempo de captura” (n) es el siguiente:

Porcentaje en España I + D s / PIB ×

= Porcentaje en UE-15 I + D s / PIB ×

En nuestro caso 1,13 años × = 1,84 × ⇒ n = 8 años

(a partir de datos 2004)

CUADRO 3

Contribución de empresas y sector público a la I+D

Esfuerzo total(% PIB)

Esfuerzo empresas(% PIB)

Esfuerzo sectorpúblico(% PIB)

Otras fuentes(% PIB)

EE.UU. 2,67 1,70 0,83 0,14

UE-27 1,84 1,00 0,64 0,20

España 1,13 0,54 0,46 0,13

Desfase EE.UU.-UE 0,83 0,70 0,19 -0,06

Desfase UE-España 0,71 0,46 0,18 0,07

Fuente: DG Research. Incluido en Key figures 2007.

1+%Δ(I+D)E n

=1+%ΔPIBE ][1+%Δ(I+D)UE n

1+%ΔPIBUE][1+0,12 n

1+0,035 ][ 1+0,04 n

1+0,025 ][

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Rendimiento del esfuerzo en I+D

Por sectores institucionales es interesante destacar eldesequilibrio entre la participación de las empresas ennúmero de investigadores (solo uno de cada tres) y engasto ejecutado (algo más de la mitad). En términos deproductividad aparente del factor trabajo (como eshabitual calcular en otros campos), la conclusión esque la correspondiente a las empresas triplica la de losinvestigadores universitarios: 160.000 euros al año porinvestigador a jornada completa respecto a 55.000.

Una posible explicación de la disparidad entre ambascifras se encuentra en el trabajo más individualista delinvestigador universitario (sólo dos colaboradores deinvestigación por cada diez investigadores) respecto alrealizado en el seno de las empresas (cerca de docecolaboradores cada diez investigadores). Natural-mente, al tratarse de gasto y no de valor de lo produ-cido, también puede pensarse en la menor retribucióndel investigador universitario o incluso en los gastosmás reducidos de proyectos de investigación (básica oaplicada), respecto a los de desarrollo empresarial deprocesos y productos.

Como indicador inicial de participación en el sistemade I+D, el hecho es que la aportación de las universi-dades españolas a la producción de I+D se calcula enunos 3.000 millones de euros sobre un total de gastoligeramente superior a los 10.000, es decir un 30% deltotal.

En cualquier caso, lo más importante son los resultadosdel esfuerzo (output de I+D), por encima de los recur-sos empleados (inputs de personas o gasto en I+D). El

problema está en cómo medir la cantidad y calidad deesta producción de nuevos conocimientos.

Una medición habitual es el número de publicacionesen revistas internacionales, aunque ello penaliza ensus resultados a los países con menor uso del inglés ya las áreas científicas de producción más local. Segúndatos de la D.G. Investigación de la Comisión Europea,la UE aportaría cerca del 40% de la producción cientí-fica mundial y EE.UU. algo más del 30%, correspon-diendo a Japón un 10% aproximadamente. España,

con del orden del 3% del total de artículos científicospublicados, se situaría en un honroso quinto puestodentro de la UE-27, tras el Reino Unido, Alemania,Francia e Italia.

El hecho es que si medimos la eficacia del gasto en I+Den número de publicaciones científicas internacionales(unas 7.000, mayoritariamente en inglés) recogidas enel SCI (Science Citation Index), la productividad denuestros investigadores es sorprendentemente elevada.

La cuota que le corresponde a España por gasto en I+Do número de investigadores se supera ampliamente enpublicaciones científicas internacionales. Con un gastoen I+D sobre el PIB del orden del 60% del de la UE-15y del 40% de EEUU, la producción científica, relativi-zada al número de habitantes de cada país, es enEspaña sólo el 8% inferior a la del conjunto de la UE-27 y del orden de tres cuartas partes del nivel en EEUU.Si se corrige por el gasto en I+D en porcentaje del PIB,el rendimiento en España se sitúa un 50% por encimade la media de la UE y un 70 por ciento superior a

El largo camino de la I+D a la innovación

15

CUADRO 4

Algunos datos significativos sobre esfuerzo en I+D. España, 2005 (millones de euros)

Gastos internos Totales en I+D .................... 10.197 (1,13% del PIB)

Fuente: INE, (mayo 2007). Estadística sobre actividades en I+D 2005.

Empresas {Gastan 4.720

Ejecutan 5.485

AAPP {Gastan 4.384

Ejecutan 1.738

Enseñanza superior {Gastan 420

Ejecutan 2.960

Extranjero (gastan) 586

IPSFL {Gastan 87

Ejecutan 14

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EE.UU.Sin embargo, la situación cambia radicalmentecuando medimos el impacto de la producción cientí-fica a partir de las patentes, como indicador delimpacto social de esa investigación. Con datos de laDG Research de la OCDE, entre EE.UU, la UE y Japónreúnen casi el 95% de las patentes “triádicas”6, peromientras Alemania supera el 10% de esas patentes oFrancia se sitúa en el 5%, nuestro país aporta menosdel 5 por cada mil patentes internacionales registra-das.

En patentes europeas por millón de habitantes, Españase situaría alrededor del puesto 16 de los 27 miembrosde la UE.

Incluso con datos de la Oficina Española de Patentes yMarcas, nuestras universidades estarían en una mediaanual de unas 200 patentes. Como punto de referencia,las patentes del conjunto de países de la UE supera las15.000 por año.

El desfase entre producción de conocimiento científicoy su plasmación en avances patentables tiene múltiplescausas relacionadas con el Sistema Ciencia-Tecnolo-gía-Innovación y que la propia D.G. Research de la UEvincula al papel relativo de los diferentes agentes en elproceso de producción, difusión y utilización delconocimiento; la calidad e intensidad de sus interac-ciones; la estructura industrial o el sistema de educa-ción y aprendizaje.

Un papel destacable se asigna a la participación de lasempresas en el esfuerzo de I+D, ya que estas “contri-

buyen en mayor proporción a la investigación cientí-fica que se incorpora a aplicaciones tecnológicas”.

Aparte del nivel de gasto en I+D, parece nece-sario corregir algunos desequilibrios en su com-posición. La participación directa de lasempresas españolas, tanto en gasto como ennúmero de investigadores, parece reducida alcompararla con patrones de otros países des-arrollados. Por otra parte, la baja productividaddel investigador universitario en términos degasto y la elevada productividad del sistema deI+D en publicaciones científicas internaciona-les, apuntan hacia un tipo de actividad más cer-cano a la Investigación que al Desarrollo o laInnovación. Esta situación se confirma con lareducida relación entre producción científica ypatentes.

Innovación y política científica

16

6 US Patent and Trademark Office, European Patent Office y Japanese Patent Office.

CUADRO 5

Rendimiento del esfuerzo en I+D medido a través de publicaciones internacionales

España UE-27 EE.UU.

Número de publicaciones internacionales por millón de habitantes 588 639 809

Gasto en I+D (% s/PIB) 1,13 1,84 2,68

Índice de rendimiento (Publicaciones por habitante por cada 1% de PIBinvertido)

520 347 302

Gasto por investigador (miles de euros) 101 182 248

Índice de rendimiento (Publicaciones por euro gastado en investigador,EE.UU=100)

178 108 100

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Comisión Europea, Key figures Towards a European Research Area. Science,Technology and Innovation. La información sobre número de publicaciones está referida a 2003 y el gasto en I+D a 2005.

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El ecosistema de la innovación

Aunque los planteamientos más actuales de un sistemade I+D+i son mucho más amplios y complejos que lostradicionales, aún hay participantes en este sistema(responsables políticos, gestores o investigadores debase) que siguen razonando en términos de unesquema lineal que se inicia en la investigación (prin-cipalmente de carácter básico) y termina en la innova-ción.

Con este planteamiento, si deseamos más innovaciónla solución es inmediata: incrementar el esfuerzo enI+D. Como principal, y casi único, requisito para eléxito de la operación: comprobar que el esfuerzo daunos resultados de calidad, medidos por la publicaciónen las revistas científicas internacionales de impactoreconocido.

Frente a este planteamiento simplista es preciso revin-dicar un complejo ecosistema de la innovación, en quela I+D es solo una (aunque imprescindible) de lasvariadas fuentes de la innovación; y las publicacionescientíficas internacionales, uno más de los indicadoresde resultados del esfuerzo en I+D+i.

Para una consideración más amplia sobre condicio-nantes político-estratégicos, infraestructura y efectosde la innovación, nos remitimos a nuestro anterior

documento La Innovación en el siglo XXI 7. Aquí sólocomentaremos la variedad de fuentes de la innovacióny la conexión entre esfuerzos y efectos.

Puede ser que un desenfoque inicial del problemavenga de la mano de una supuesta mejora en su plan-teamiento. El avance fue añadir la i de innovación a latradicional I+D de la Investigación y el Desarrollo. Elmensaje que trataron de transmitir sus defensores era elde la necesidad de añadir innovación al sistema inves-

tigador. Pero un peligro latente era que la innovaciónse interpretase solo como una fase última de la I+D yno como un fin en sí misma. La dura realidad es quepuede haber innovación sin I+D e I+D que no pro-duzca innovación.

Aparte de los resultados de la I+D, la innovación enprocesos, productos o pautas de comportamiento yorganización, muchas veces proviene de nuevas ideas(no necesariamente producto de un proceso científicode investigación); de la difusión de innovaciones yaexistentes; del conocimiento incorporado en la comprade nuevos materiales o equipo productivo; de la adqui-sición de propiedad intelectual en cualquier otro país,etc,.

Cualquier economista sabe bien que el crecimientoeconómico de un país en un año determinado no

El largo camino de la I+D a la innovación

17

7 A. Pulido (2005). La innovación en el siglo XXI. Proyecto Ceprede-Instituto L.R. Klein (UAM)-IBM.

Gráfico 1

Ecosistema de la innovación

FUENTES

CONDICIONANTESPOLÍTICO-ESTRATÉGICOS

INFRAESTRUCTURA

EFECTOSINNOVACIÓN

Gasto en I+D InvencionesAdaptaciónempresarial

Innovación deproductos y procesos

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Innovación y política científica

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tiene, prácticamente, relación alguna con el gasto enI+D que dicho país realice en los años inmediatamenteanteriores. Por una parte, está el largo camino tempo-ral que lleva del conocimiento científico a la aplica-ción al mundo real. Por otra, las múltiples pérdidas porconocimiento no utilizado, que se ha quedado obso-leto antes de aplicarse o que no ha tenido una mínimaaceptación por sus utilizadores potenciales. Pero, ade-más de todo lo anterior, está el impacto en el creci-miento de la innovación introducida a través de lasotras múltiples fuentes de conocimiento: capital pro-ductivo, patentes adquiridas, royalties por utilizaciónde innovaciones externas, nuevas ideas surgidas de lacooperación con proveedores y clientes o de una reor-ganización empresarial, etc. La suma de todos estosfactores de innovación, junto con la I+D+i de añosanteriores que haya conseguido introducirse en el sis-tema productivo, son el auténtico capital de conoci-mientos que condiciona a corto, medio y largo plazo lapotencialidad de crecimiento económico de un país.

En los últimos años, hay un acuerdo creciente entre losresponsables de las políticas públicas en referirse altriángulo de la innovación (ciencia, sociedad y econo-mía) o al triángulo del conocimiento (educación,investigación e innovación). Con algunas confusionesy contradicciones, va consolidándose una base comúnque vincula necesariamente la investigación con susimplicaciones económico-sociales y con la educacióny otros condicionantes de la mejora general de conoci-mientos y la innovación entendida en un amplio sen-tido.

De hecho, la Dirección General de Empresa de laComisión Europea (2002) en un estudio sobre nuevosenfoques en la política de la innovación (InnovationTomorrow. Making innovation an integral part of thebroader structural agenda) diferencia tres sucesivas yperfeccionadas generaciones en política científica:

• Primera generación: El desarrollo de las innova-ciones se basaba en una idea lineal: el procesocomienza con el trabajo en el laboratorio yavanza a través de diferentes etapas hasta que seencuentra una aplicación empresarial.

• Segunda generación: El proceso se vuelve máscomplejo, con más coordinación y retroalimenta-ción entre las diferentes etapas dentro de un «sis-tema de innovación» en que importa tanto lacreación como la difusión de innovaciones.

• Tercera generación: Coloca a la innovación en elcentro de las acciones políticas para conseguiruna economía basada en el conocimiento: Inves-tigación, Educación, Competencia, PolíticaRegional, etc.

Este último enfoque ha llevado a la UE a defender elsistema STI (Science-Technolgy-Innovation) al serviciodel crecimiento económico, la competitividad y la cre-ación de empleo, insistiendo en el papel clave de lainteracción entre instituciones en un sistema colectivode creación, difusión y uso del conocimiento.

Esfuerzo en I+D no es equivalente a innovación,aunque sea uno de sus elementos fundamenta-les. Es condición necesaria pero no suficiente.Más aún: el sistema Ciencia-Tecnología-Innova-ción no debe considerarse un sistema cerradoen sí mismo, sino formando parte esencial de losobjetivos de la nueva sociedad del conoci-miento.

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Indicadores de esfuerzo y rendimiento

Como es bien conocido, el objetivo estratégico de laCumbre de Lisboa de 2000 fue convertir a la UE parael 2010 en “la economía mundial más dinámica ycompetitiva, basada en el conocimiento, capaz de uncrecimiento económico sostenible, con más y mejorestrabajos y mayor cohesión social y respeto por elmedio ambiente”

Una sociedad basada en el conocimiento, no sólotiene que invertir en I+D; debe, al mismo tiempo, esti-

mular la innovación en su conjunto, cuidar la educa-ción y el capital humano, liderar la nueva sociedad dela información.

La propia DG Research de la Comisión Europea hapropuesto una métrica de avance en una economíabasada en el conocimiento, a través de siete indicado-res de esfuerzo y cinco de resultados.

Mas allá de los indicadores seleccionados (siempre dis-cutibles), hay dos aspectos relevantes en esta elección.Uno, es el reconocimiento explícito de que el conoci-miento (y, por tanto, la innovación) se obtiene de fuen-

Hacia la nueva sociedad del conocimiento

19

2. HACIA LA NUEVA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Indicadores seleccionados por la UE para medir y comparar entrepaíses una economía basada en el conocimiento

I. Indicadores de esfuerzo Aspecto detectado

I.1.-Gasto total en I+DI.2.-Número de investigadoresI.3.-Nuevos doctores en Ciencia y TecnologíaI.4.-Gasto total en educaciónI.5.-Aprendizaje de por vidaI.6.-Gobierno electrónico (E-government)I.7.-Formación Bruta de capital fijo

(excluida construcción)

Creación del conocimientoCreación del conocimientoCreación del conocimientoCreación y difusión del conocimientoDifusión del conocimiento: capital humanoDifusión del conocimiento: infraestructura de la infor-mación.Difusión del conocimiento: nuevas tecnologías incor-poradas.

II. Indicadores de rendimiento Aspecto detectado

II.1.-PIB por hora trabajadaII.2.-PatentesII.3.-Publicaciones científicasII.4.-Comercio electrónico

II.5.-Tasa de éxito escolar

ProductividadRendimiento I+DRendimiento I+DResultado de las infraestructuras de la informaciónEfectividad del sistema educativo

Fuente: Comisión Europea, DG Research. Key Figures 2005.

CUADRO 6

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Innovación y política científica

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tes muy diversas, una de las cuales es el esfuerzo enI+D, pero donde también juega un papel esencial todolo vinculado con la educación como aportación a lacreación del conocimiento (formación de investigado-res, doctores, ...) y las diferentes vías de difusión delconocimiento (formación y aprendizaje en general,infraestructuras de la información, progreso tecnoló-gico incorporado).

Un segundo aspecto destacable es la necesidad de vin-cular esfuerzo con rendimiento y medir este último condiversas unidades. La eficacia del sistema de I+D vamás allá de las publicaciones científicas y, al menos,debe considerar la capacidad para transformarlo enpatentes. Pero también hay que evaluar el rendimientode las inversiones en infraestructura o del sistema edu-cativo. En último término, no hay que olvidar los obje-tivos finalistas de la Agenda de Lisboa: productividad,competitividad, cohesión social y desarrollo sosteni-ble.

Aunque puedan discutirse los indicadores selecciona-dos por la Comisión Europea, y el periodo de análisisde referencia en la última publicación conjunta dispo-nible (1995-2002), es interesante comparar la situaciónde España con relación a otros países de la UE en dosindicadores sintéticos que representan, respectiva-mente, esfuerzo y rendimiento. (European Commis-sion, Towards a European Research Area. Science,Technology and Innovation. Key Figures 2005).

Según estos resultados (véase gráfico 2), Grecia, Portu-gal, España e Italia estarían en los puestos más bajos enesfuerzo en una sociedad del conocimiento. En con-creto España se situaría en un nivel ligeramente supe-rior a 3 sobre un máximo de 5,5/6 para los paíseslíderes europeos (Suecia o Dinamarca) y una mediaUE-15 del orden de 3,5.

En cuanto al indicador conjunto de rendimiento lasdiferencias son similares, aunque existan algunas alte-raciones en cuanto a posiciones relativas esfuerzo/ ren-dimiento (p. ej. Grecia supera a España en el índice deresultados a pesar de un índice de esfuerzo sensible-mente inferior). Nuestro país se sitúa sólo por delantede Portugal, con un índice conjunto de rendimientoligeramente por encima de 3 frente a una media UE-15algo superior a 4.

En el último informe, Key Figures 2007, se incluyenalgunos otros indicadores tales como presupuestopúblico, subsidios impositivos o capital riesgo dentrodel esfuerzo inversor y especialización científica ytecnológica como indicadores de rendimiento. Sinembargo, no se proporcionan datos de indicadoresconjuntos de inversión y rendimiento.

España tiene que hacer un esfuerzo no sólo enincrementar su gasto en I+D, sino también enmejorar otros componentes de la creación ydifusión del conocimiento, tales como la forma-ción de capital humano, la continua mejora deinfraestructuras o la inversión en capital pro-ductivo de alta tecnología. Además, debe com-probarse que el esfuerzo realizado se concretaen aquellos resultados que puedan medir elrendimiento del gasto realizado, desde los másdirectos como patentes o tasas de éxito educa-tivo a las finalistas sobre productividad o com-petitividad.

Gráfico 2

Indicadores compuestos de esfuerzo inversor yrendimiento en los países de la UE-15.

Fuente: Comisión Europea, DG Research. Key Figures 2005.Código de países: BE= Bélgica, DK= Dinamarca, DE= Ale-mania, EL= Grecia, ES= España, FR= Francia, IE= Irlanda,IT= Italia, LU= Luxemburgo, NL= Holanda, AT= Austria,PT= Portugal, FI= Finlandia, SE= Suecia, UK= Reino Unido,(2)EU-15= Unión Europea de los 15.

6.5

6.0

5.5

5.0

4.5

4.0

3.5

3.0

2.5

2.02.0 2.5 3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5

SE

DK

FI

FRUK

BE AT

DENL

IE

IT

EL

ES

PT EU-15(2)Niv

el in

vers

or

Nivel de rendimiento

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Hacia la nueva sociedad del conocimiento

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Redefiniendo el papel de las universidades en lanueva sociedad del conocimiento

En esa nueva sociedad del conocimiento, en que lainnovación permanente juega un papel central, las uni-versidades constituyen una institución básica tanto porsu aportación en la formación de las nuevas generacio-nes, como por su participación en la educación de porvida, la preparación de nuevos investigadores o suimportante contribución al sistema de I+D+i.

Parece que existe un acuerdo creciente en que las uni-versidades deben ser los actores principales en cuatrofunciones claves:

• Producción de conocimiento mediante la investigación.

• Transferencia de conocimientos a través de la educa-ción y el aprendizaje.

• Diseminación del conocimiento mediante publica-ciones.

• Explotación del conocimiento con su aportación a lainnovación de la sociedad de su conjunto.

La consecuencia inmediata de este enfoque es la nece-sidad de adaptar las universidades a estas exigenciasde la sociedad, superando posibles planteamientosinmovilistas o desenfoques sobre su papel en educa-ción e investigación.

Una reunión internacional convocada por la Comuni-dad Europea (abril 2004) sobre la universidad delfuturo (The Europe of Knowledge 2020: A vision forUniversity-based research and innovation) ha repasadosiete temas claves: producción de conocimiento, rela-ción entre educación superior e investigación, finan-ciación, relaciones entre universidades y regiones,gobierno de universidades, preparación de investiga-dores y en busca de la excelencia.

De entre los mensajes clave para el futuro de las uni-versidades podemos destacar los siguientes:

• La fortaleza del sistema europeo de investigacióndepende de una nueva generación de investigadoresde alta calidad, cuya preparación exige un cambiocultural. Las universidades deben plantear la forma-ción de investigadores hacia el exterior y no comocarrera académica interna.

• El desarrollo de las competencias de los graduadosuniversitarios requiere una atención creciente en ladoble dirección de prepararlos para los mercadoslaborales del futuro y adaptar los proceso de apren-dizaje y adquisición de competencias. Es importantefortalecer la relación entre investigación y educa-ción.

• Deben tomarse medidas para promover entornosque estimulen la transferencia de conocimientos,tales como redes, desarrollos empresariales (spin-off), patentes y licencias.

• Dedicar una atención especial a potenciar las rela-ciones entre universidad y empresa

En particular es importante insistir en que la investiga-ción universitaria no se limita al que se ha denominadoconocimiento codificado, sino que existan al menosotros tres grandes tipos de productos:

(1) Conocimiento codificado: Artículos y otras publica-ciones de y para la comunidad científica cuya cali-dad e importancia se determina en procesos deevaluación por pares (peer review) y citas de otrosinvestigadores.

(2) Conocimiento incorporado al proceso formativo: Laformación de graduados, masters y doctoradosnecesita una corriente permanente de nuevos cono-cimientos que puede favorecer una investigaciónuniversitaria que valore su aportación a ese procesoformativo y no solo a la investigación en sí misma.

(3) Conocimiento colectivo: Debe esperarse que lainvestigación contribuya a la producción de bienescolectivos, en campos tales como salud, medioambiente, seguridad,... y también a la cultura ytoma de decisiones colectivas, a través de su parti-cipación en empresas innovadoras, start-up, think-tanks, fundaciones, etc.

(4) Conocimiento transferido e impulso innovador:Relaciones con otros agentes innovadores a travésde contratos de investigación, creación de empre-sas spin-off, patentes, licencias,...

La universidad es una institución clave en elproceso innovador de una sociedad del conoci-miento. Precisamente por ello, su papel no selimita a proporcionar una educación tradicional,formar investigadores para su carrera académicainterna y desarrollar un conocimiento codifi-cado de acceso restringido a la comunidad cien-tífica. Debe reforzarse su aportación a lainnovación de la sociedad en su conjunto a tra-vés de una investigación que considere tambiénsus repercusiones en el proceso formativo y sucapacidad de utilización social, contribuyendo,además, a la difusión de los nuevos conocimien-tos generados.

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I+D e innovación en servicios

Para nadie es una novedad la importancia relativa delsector servicios tanto en términos de producción comoempleo. Así, se estima que 2/3 del PIB de Europa segenera en los sectores productivos de servicios, priva-dos o públicos.

Sin embargo pueden haber pasado desapercibidasalgunas realidades que afectan directamente a la rela-ción entre política científica e innovación. El hecho esque existe una acusada desproporción (generalizada amuy diversos países) entre el esfuerzo dedicado a laI+D en servicios y la aportación de este sector al nivelde vida. Para el año 2000 la OCDE da una participa-ción inferior al 15% del gasto total en I+D en serviciosde las empresas para el conjunto de la UE, que se elevahasta un 35% para EEUU, pero siempre por debajo dela cuota de los servicios en el PIB. Por su parte la UE(Key Figures 2007) estima en el 16% el gasto de I+D enservicios en la UE-27, frente al 30% en EE.UU., aun-que avisa de que diferentes reglas contables implicanuna sobre-estimación del dato de EE.UU. respecto aleuropeo (todo depende de donde se computen losesfuerzos de innovación en marketing de las empresasindustriales).

En cualquier caso, detrás de esta situación de menoresfuerzo investigador en los servicios se encuentran unconjunto de ideas tradicionales que han desenfocadolos esfuerzos de I+D+i de las administraciones públi-cas, universidades y empresas de los más variados paí-ses. La primera idea a desterrar es la identificaciónentre “innovación” e “innovación industrial”. Existejunto a la innovación tecnológica y de productosmanufacturados, una innovación en la forma de produ-cir servicios y en la variedad de los mismos. Los servi-cios financieros, las actividades de consultoría o lavariedad de productos que ofrecen las empresas deinformación y comunicaciones, incorporan innovacio-nes en forma similar a como lo hacen los fabricantesde automóviles o la industria química.

Pero, más aún, una parte importante de la innovaciónen todo tipo de empresas proviene de mejoras de ges-tión y cualquier empresa industrial produce, para supropio consumo interno o externo una cantidad impor-tante de servicios (comerciales, financieros, adminis-trativos,...). Como reconoce la propia ComisiónEuropea (Benchmarking enterprise policy, 2004): “Fuertemente relacionado con el impacto de las TIC enla productividad y competitividad, está la importanciade las innovaciones organizativas. La inversión encapital organizacional es complementario y sostén dela inversión en nuevas tecnologías”. Un hecho indis-cutible es que, para cualquier empresa en cualquiersector, tienen una importancia considerable, los deno-minados activos intangibles, activos intelectuales ocapital de conocimientos.

Por supuesto existen razones para que se haya descui-dado el apoyo al esfuerzo innovador en servicios frenteal realizado en desarrollos industriales.

La primera justificación práctica que puede encon-trarse es la dificultad de reconocer una innovación enlos servicios. La innovación industrial tiene una con-creción y defensa inmediata respecto a imitadores, quees la patente. En servicios es excepcional el que puedapatentarse una innovación. “La mayor parte de la capa-cidad innovadora de las empresas de servicios resideen la experiencia humana y «expertise», que resultanmuy difíciles de codificar y, por tanto, de patentar”(Comisión Europea The Europe of Knowledge 2020,pág.59).

El papel estratégico de la innovación en serviciosparece que va, poco a poco, siendo reconocido en losplanes de I+D+i. Así, el Marco Comunitario para Ayu-das del Estado a la I+D+i incorporado a nuestro pró-ximo Plan Nacional de Investigación Científica,Desarrollo e Innovación Tecnológica 2008-2011incluye (junto con investigación fundamental, investi-gación industrial, desarrollo experimental e innova-ción en procesos) la innovación en materia deorganización. Está innovación en servicios recoge las

Innovación y política científica

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3. LA INNOVACIÓN A TRAVÉS DE LOS SERVICIOS

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La innovación a través de los servicios

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“actividades para la aplicación de un nuevo métodoorganizativo a las prácticas comerciales, la organiza-ción del centro de trabajo o las relaciones exteriores dela empresa”. Sin embargo no se consideran comoauténticas innovaciones los cambios en prácticascomerciales, la mera reorganización del centro de tra-bajo o de las relaciones exteriores basadas en métodosorganizativos ya empleados por la empresa, así comolos cambios de estrategia de gestión, las fusiones yadquisiciones, el abandono de procesos, la sustitucióno ampliación de capital, los cambios exclusivamentederivados de variaciones en el precio de los factores, lapersonalización, los cambios periódicos de carácterestacional y el comercio de productos nuevos o signi-ficativamente mejorados.

Es evidente que en el campo de los servicios siguenexistiendo unas fronteras muy difusas entre investiga-ción e innovación y entre innovación y cambios queno suponen auténtica innovación.

La innovación en empresas de servicios o en laproducción de servicios de todo tipo de empre-sas (comerciales, financieros, administrativos,...)tiene una importancia creciente y, sin embargo,no cuenta con el apoyo del que goza la innova-ción en procesos o productos industriales. Paracambiar esta situación es preciso reorientar losesfuerzos en I+D enfocándolos hacia los servi-cios y valorar más adecuadamente la innova-ción en servicios, públicos y privados.

Universidad e I+D en servicios

Sin embargo, no se trata sólo de la dificultad de paten-tar un invento en los servicios. Además está toda unatradición en considerar que la ciencia y la investiga-ción científica corresponde, muy principalmente, alárea de las “ciencias duras” o experimentales, frente alas ciencias sociales y humanidades. Más aun, el cono-cimiento científico se mide a través de indicadores queinclinan la balanza hacia la innovación en procesos oproductos con una base física (patentes) o que tienencomo destinatario final a otros miembros de la propiacomunidad científica (revistas científicas internaciona-les). La consecuencia no es sólo que la financiaciónpública se encamine preferentemente hacia el conoci-miento codificado, sino que, además, sólo cierto tipode investigación tenga un reconocimiento académico.

Merecen una reflexión especial las siguientes frasescorrespondientes al informe ya mencionado, TheEurope of Knowledge 2020:

“Hasta muy recientemente la innovación en losservicios se ha sostenido en recursos internos de laempresa u organización que los ofrecía. Esto estáempezando a cambiar y las empresas en este sec-tor empiezan a buscar recursos externos para lainnovación. Una observación muy importante aeste respecto es que los servicios se apoyan muchomás en las ciencias sociales y humanidades que lohace la industria. Las disciplinas académicas quesoportan las manufacturas han tenido muchasdécadas de interacción y evolución en las que surelación con las empresas ha cambiado para ofre-cer un soporte efectivo. Este no ha sido el caso delas ciencias sociales y humanidades. Si las univer-sidades apuestan por proporcionar un apoyo signi-ficativo al sector servicios, esto implica un cambiocultural interno importante. Si quieren aportarinnovación en servicios, estas disciplinas deberánbuscar una rápida producción de resultados y nue-vos modos de transmitirlos. Esto implica un ciertoajuste en los resultados y el estilo de la investiga-ción. La principal dificultad no está en hacer unainvestigación de este tipo (aunque pueda ser unreto), sino más bien en la percepción de que estainvestigación no es de valor académico. La conse-cuencia de esta percepción es que, dentro de estoscampos, cualquier investigador universitario quehaga este tipo de investigación está cometiendo unerror muy serio a efectos de su carrera académica.La investigación hecha con rapidez, en respuesta auna cuestión específica y no publicada en unarevista académica o en un libro, no tiene valor parasu reputación y carrera (o posiblemente será nega-tivo). Peor todavía, ello le quita tiempo de aquellasotras actividades que contribuyen a su carrera o asu prestigio. Hacer investigación que apoye lainnovación externa sólo puede dañar las expectati-vas de un investigador para su promoción y presti-gio dentro de la comunidad académica”.

Esta situación, que puede paralizar o, al menos, debili-tar sensiblemente la aportación del sistema de I+D+i ala innovación en el sector servicios, fue analizada porlos asistentes (cerca de 1.000 participantes y 120expertos invitados) a la reunión internacional sobreuna nueva universidad de futuro basada en la investi-gación y la innovación, organizada por la Task ForceUniversities de la DG Research (Lieja, abril 2004).

Sus recomendaciones se concretaron en los siguien-tes puntos. Primero, y con carácter general, reforzarla producción de investigación básica y la innova-ción en el sector servicios, implicando a las universi-dades y atendiendo a la financiación pública, enparticular para la innovación en los servicios decarácter social.

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Una segunda recomendación es la necesidad de pro-fundizar en la medida de la innovación en el sector ser-vicios, particularmente a través de la creación de basesde datos sobre investigación e innovación en este sec-tor, aparte de cambios en el sistema de patentes quepermita aceptar como tales nuevos métodos de gestiónempresarial u otros temas similares.

La tercera sugerencia se refiere a que las universidadesreconozcan que junto a la investigación, e incluso pordelante de esta función, se encuentra su papel funda-mental como institución formativa. Precisamente por-que los servicios son mucho más dependientes de lasinteracciones productor-consumidor, la mayoría de lasinnovaciones en servicios tienen lugar a través de estaconexión. Los trabajadores implicados, tienen unimportante papel en la propia innovación y su forma-ción es una condición vital para su éxito.

Por último, se propone una transformación de la pro-pia estructura universitaria que posibilite la investiga-ción multidisciplinar frente a la habitual investigaciónpor líneas de disciplinas académicas y acepte y pro-mueva la investigación bajo contrato en paralelo conla investigación académica, principalmente medianteinstitutos universitarios “ad-hoc”.

En nuestro país, el nuevo VI Plan de I+D+i 2008-2011reconoce la necesidad de que la investigación socioe-conómica vaya más allá de la generación general deconocimientos, a través de la investigación fundamen-tal y aplicada, para tratar del estudio de consecuenciasde la innovación para la sociedad, el medio ambientey las aspiraciones de bienestar de los ciudadanos deri-vados del nuevo conocimiento como componenteesencial del desarrollo económico. “Los desarrolloscientíficos y tecnológicos de las acciones estratégicasidentificadas, han de encontrar respaldo, apoyo teóricoy sentido social y ético a muchos de sus planteamien-tos, proyectos y resultados. Las consecuencias sociales,ambientales, jurídicas, económicas y éticas de la inves-tigación exigen una atención creciente. El diseño deindicadores socioeconómicos y científicos es pues fun-damental para elaborar políticas tanto a nivel macrocomo micro, así como las actividades de prospectivacientífica, industrial y social en un mundo en cambio”.

La universidad del futuro, en particular en loreferente al campo de las ciencias sociales yhumanidades, debe reconsiderar su valoraciónde la investigación vinculada a la innovación enservicios (públicos o privados), aceptando elvalor académico de la investigación multidisci-plinar y bajo contrato, con las necesarias exi-gencias de calidad e innovación.

Innovación y política científica

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Reflexiones sobre el futuro de la política científica

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Política científica en el contexto de las políticaspúblicas

Las políticas científicas y tecnológicas han pasado aocupar un papel estelar en el conjunto de las actuacio-nes públicas de creación de un marco adecuado parael desarrollo empresarial, capaz de fomentar la capaci-dad competitiva de todo tipo de actividades producti-vas sin incurrir en los distorsionamientos de mercadosque introducen otras políticas industriales intervencio-nistas o basadas en ayudas financieras.

El razonamiento que justifica estas actuaciones es fácilde entender:

• en un mundo que se globaliza, el bienestar de lospaíses depende de la capacidad de las empresaspara competir en los mercados;

• la capacidad competitiva depende de factores queevolucionan constantemente y los mercados secaracterizan por la rapidez con la que se manifies-tan cambios en las ofertas y en las demandas;

• el éxito competitivo de las empresas de un paísdepende de su capacidad de creación o de adap-tación al cambio, de su capacidad de innovaciónproactiva o reactiva;

• entre los factores que pueden contribuir más pode-rosamente a la capacidad de innovación de lasempresas destacan los cambios tecnológicos, losnuevos procesos y los nuevos productos;

• estos cambios tecnológicos se establecen en laempresa mediante procesos internos de acumula-ción de capital tecnológico y de capital humano.

• las políticas científicas y tecnológicas, de investi-gación y de educación superior de los Gobiernosproporcionan bienes públicos que las empresaspueden integrar en sus procesos de acumulaciónde capitales tecnológicos y humanos.

En el campo de la ciencia básica, su carácter de bienpúblico no admite discusión, ya que los resultados desu desarrollo se difunden sin barreras a toda la comu-nidad científica mundial. A medida que la investiga-ción científica se acerca a la tecnología, y esta a lainnovación, los resultados son apropiables y, por tanto,la justificación económica de las políticas públicas esmás discutible. Por el momento, los países de la OCDEestán abordando con gran pragmatismo este tema y, encierto sentido, están desarrollando una competenciaente sistemas nacionales de apoyo a la innovaciónque, en general, van más allá de la simple producciónde bienes públicos.

El campo de las políticas científicas es, en consecuen-cia, un campo en el que se observan constantes fluc-tuaciones de todo tipo (se crean o suprimenministerios, se concentran o se descentralizan decisio-nes, se modifican incentivos fiscales, etc.). Como laevaluación de los resultados es muy difícil, las decisio-nes pueden estar condicionadas por actuaciones degrupos de presión, o en base a comparaciones entrepaíses que no siempre tienen sentido cuando los fun-damentos institucionales son diferentes.

Junto con la política comercial y la política agrícola, laComisión Europea gestiona competencias en el ámbitode las políticas de investigación científica y técnica.Estas políticas, apoyadas con medios financierosmodestos, han contribuido a promocionar una mayorcooperación entre instituciones nacionales de investi-gación, y en especial entre centros universitarios, juntocon (en ocasiones) empresas.

Como norma general, los agentes públicos del sistemade educación superior/investigación deberían concen-trarse en los componentes públicos de la ciencia, estoes: (1) estimular la producción científica básica en unaperspectiva holística e interdisciplinar; (2) facilitar eldesarrollo de tecnologías genéricas; y (3) sostener lainnovación en los servicios públicos. Podemos partirdel hecho de que las universidades y los centros públi-cos de investigación están en la mejor posición para

4. REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO DE LA POLÍTICA CIENTÍFICA

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responder a las necesidades científicas y tecnológicascomunitarias, mientras los centros de investigación delsector privado están en la mejor posición para respon-der a las necesidades de innovación tecnológica de lasempresas, pero siempre con una interacción entretodos los agentes del sistema.

La creciente preocupación por la acumulaciónde retrasos en el desarrollo de las tecnologías dela información, y por el estancamiento relativo(en comparación con Estados Unidos) de la acti-vidad económica y del empleo, han motivadouna gran efervescencia estos últimos años enrelación con el papel de la ciencia, de la tecno-logía y de la innovación en las políticas públicasde la UE. Aparte del papel coordinador de lapolítica científica por parte de los gobiernos, elesfuerzo investigador público parece quedebiera centrarse en una producción científicabásica, pero orientada y multidisciplinar, asícomo al desarrollo de tecnologías genéricas deuso generalizado y la propia innovación de losservicios públicos, aparte de su interacción conotros agentes del sistema y, en particular, lasempresas.

Estrategia científica y de innovación de la UE

En marzo 2000, en la Cumbre de Lisboa, la UniónEuropea definió como objetivo para 2010 ser “la eco-nomía del conocimiento más dinámica y competitivadel mundo, capaz de un desarrollo económico sosteni-ble, con más y mejores empleos, con una mayor cohe-sión social y con respeto del medio ambiente”.

Aunque el objetivo de una “economía del conoci-miento” no fue definido con precisión, la interpreta-ción más frecuente ha sido la de una economía conempresas innovadoras que contribuyan al dinamismo ya la competitividad, factores que completan el objetivode Lisboa.

En 2005 la Comisión Europea revisa la Estrategia deLisboa y establece su “Integrated Guidelines forGrowth and Jobs 2005-2008”8 a partir de tres áreaspolíticas (una de ellas conocimiento e innovación parael crecimiento) y diez objetivos básicos (entre ellosinvertir más en I+D y en capital humano):

I. Hacer de Europa una zona más atractiva parainvertir y trabajar

1) Extender y profundizar en el mercado interior

2) Asegurar mercados competitivos dentro y fuerade Europa

3) Impulsar la regulación nacional y europea

4) Expandir e impulsar la infraestructura europea

II. Conocimiento e innovación para el crecimiento5) Incrementar y promover la inversión en I+D

6) Facilitar la innovación, la aplicación de las TICy el uso sostenible de recursos

7) Contribuir a una base industrial europea fuerte

III. Crear más y mejores empleos

8) Atraer más personas al empleo, incrementar laoferta de trabajo y modernizar los sistemas deprotección social.

9) Impulsar la adaptabilidad de trabajadores yempresas

10) Invertir más en capital humano a través de mejo-ras de educación y habilidades

Entre las directrices de mayor trascendencia en políticacientífica y de innovación:

• Aumentar y mejorar la inversión en I+D (a pesar deque el ratio I+D/PIB sigue en un 2% y el ratioGasto privado/total en un 55%, frente a los objeti-vos de Lisboa de un 3% y un 66% respectiva-mente), reforzando centros de excelencia,aumentando los incentivos fiscales, fomentando laformación científica y técnica y mejorando el esta-tuto social de los investigadores;

• Facilitar la innovación y la adopción de las TIC,con servicios de ayuda a las empresas, creación depolos tecnológicos y redes de innovación, transfe-rencia de conocimientos derivados de inversionesdirectas en el extranjero, mejor financiación deriesgos y derechos de propiedad mejor definidos;

• Contribuir a la creación de una base industrialeuropea sólida, mediante el desarrollo de iniciati-vas tecnológicas comunes y de partenariadospúblico-privados encargados de remediar lascarencias del mercado y de desarrollar polos deempresas regionales y locales.

Esta última directriz abre claramente la puerta a laspolíticas mesoeconómicas sectoriales y territoriales, yapela al desarrollo de nuevos mecanismos de interven-ción para complementar la actuación insuficiente delos mecanismos de mercado.

En realidad, las políticas científicas comunitarias sondeclaradas prioritarias para la estrategia de crecimientoy empleo, pero distan mucho de serlo, y aunque existe

Innovación y política científica

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8“Council recommendation of 12 July 2005 on the broad guidelines for the economic policies of the Member Status” (2005/601/EC).

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la idea de que sería bueno reorientar el camino secto-rial comunitario desplazando inversiones del sectorprimario (la PAC) al sector cuaternario, las líneas deesta transformación profunda todavía se desconocen.

Compartimos el diagnóstico de COTEC (Informe 2007,pag. 181) de que, en general, la innovación ha estadoausente de las políticas comunitarias: “La preocupa-ción por la innovación, entendida como la conversióndel conocimiento en nuevos productos y procesos, yen nuevas formas de organización y de comercializa-ción, no ha estado históricamente entre las prioridadesde la política de la UE. Mientras la investigación, quegenera ciencia y tecnología, ha recibido recursos yatención constante de la Comisión, no ha ocurrido lomismo con las restantes actividades necesarias paraconvertir este conocimiento en valor económico, porlo que no ha habido una política comunitaria de inno-vación completa”.

Sin embargo, no hay duda de que algo se mueve y conatisbos de ir en la dirección que, consideramoscorrecta, aunque sea con titubeos y resabios depasado.

El VII Programa Marco de I+D (2007-2013) ha multipli-cado por tres los recursos asignados al programa pre-vio 2002-2006 y se estructura a partir de cuatrograndes objetivos:

1. Investigación transnacional en nueve áreas temá-ticas seleccionadas (Programa “Cooperación” alque se le dedican del orden de dos tercios de losrecursos financieros disponibles)

2. Mejora del dinamismo, creatividad y excelenciade la investigación en la frontera del conoci-miento (Programa “Ideas”, 15% de los recursos)

3. Incremento del capital humano en I+D (Programa“Personas”, 10% del presupuesto)

4. Capacidades de I+D+i, principalmente infraes-tructuras y pymes (Programa “Capacidades”, 8%de presupuesto).

En cuanto a las áreas temáticas seleccionadas parecerazonable su concreción en sólo nueve grandes temasy su insistencia en una auténtica cooperación transna-cional. Parece muy acertado que las áreas a las que seasigna más recursos sea a las vinculadas con las TIC,bio y nano tecnologías, aunque sea en acciones sepa-radas y no primando la convergencia nano-bio-info-cogno como prioritaria.

Las restantes áreas seleccionadas, en particular ener-gía, medio ambiente, seguridad y transporte, parecen

también campo idóneo de colaboración entre los paí-ses miembros. Es curioso destacar la forma inconcretay con escasos recursos (apenas el 2% del total) con quese introduce un área general de ciencias socioeconó-micas y humanidades.

Por lo que respecta al Programa “Ideas”, parece desta-cable el papel del nuevo European Research Council,que si bien es anterior a la aprobación del nuevo Plan(se constituyó en 2005), su línea de trabajo se apoya enlos recursos que aporta “Ideas” para su objetivo princi-pal de estimular la excelencia científica, a partir delapoyo a los mejores y más creativos científicos que searriesguen a ir más allá de los límites del conocimientoy de las fronteras de sus disciplinas.

Un signo de evolución en el enfoque que la ComisiónEuropea tiene del sistema general de innovación nos loproporciona la novedad de un primer Programa Marcopara la Innovación y la Competitividad 2007-2013.

Aunque con recursos aún escasos (un 7% aproximada-mente del Programa de I+D) y provenientes de anterio-res medidas dispersas, la UE ahora dispone de unalínea presupuestaria propia que conecta innovación ycompetitividad a través de tres acciones principales,dedicadas a la iniciativa empresarial, al apoyo a lapolítica en TIC y a la energía inteligente. Al menos esun recuerdo de que el objetivo general de convertir aEuropa en una de las zonas más competitivas delmundo sólo es posible a partir de una atención prefe-rente a la innovación.

La estrategia europea de ciencia e innovación va,progresivamente, centrándose en una Sociedaddel Conocimiento, con objetivos concretos decrecimiento, competitividad y empleo. Los retra-sos en el cumplimiento de la Estrategia de Lisboaexigen una revisión de políticas tanto en elcampo científico como en su vinculación con lainnovación y sus efectos económicos y sociales.

Una valoración del pasado de la política científicay de innovación en España

En el plano agregado, mientras el objetivo de Lisboacorresponde a un esfuerzo en I+D del 3% del PIB, y laUE sigue alrededor de un 2%, España ha pasado hacepocos años la barrera del 1%. Partiendo de una situa-ción de escaso interés por la investigación en la socie-dad española en general, llegar al 1% es una proezaque ha implicado doblar el número de investigadoresen 10 años, posición que se ha conseguido gracias a

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una verdadera explosión de la enseñanza superior, quehace que en estos momentos la población española de25-34 años tenga una proporción de diplomados uni-versitarios netamente superior a la media europea.

Resultado de esta evolución es que la población inves-tigadora española es muy joven y está bien preparada,lo que se manifiesta en el volumen de publicacionescientíficas que, con el 2,8% del total mundial, es muysuperior a la aportación de España al PIB mundial.

El pasado aniversario de los veinte años de la promul-gación de la llamada Ley de la Ciencia (Ley 13/1986,14 de abril, Fomento y Coordinación General de laInvestigación Científica y Técnica) ha servido parapasar revista a sus logros y carencias dos décadas des-pués.

Su objetivo era (como suele ocurrir con las declaracio-nes programáticas) un punto de partida para la renova-ción del sistema español de I+D, como “garantía de unapolítica científica integral, coherente y rigurosa en susdistintos niveles de planificación, programación, ejecu-ción y seguimiento, con el fin de obtener, del necesarioincremento de recursos para la investigación, la renta-bilidad científico-cultural, social y económica más ade-cuada a nuestras exigencias y necesidades”.

A partir del primer Plan Nacional de I+D 1988-1991 sesuceden diferentes planes cada cuatro años, que per-miten progresar desde aquel 0,6% del PIB en 1986 amás del doble veinte años después, triplicando el per-sonal dedicado a I+D+i en proporción a la poblaciónactiva del país y casi multiplicando por cuatro la apor-tación española a la producción mundial de conoci-mientos recogida en revistas científicas internacionalesde referencia.

Sin embargo, se reconoce generalmente que aun exis-ten aspectos en que la situación no resulta aun satisfac-toria, en sí misma y respecto a los países de nuestroentorno, tales como la transferencia de conocimiento,la generación de patentes, la cooperación público-pri-vada o la inversión privada en I+D.

El exSecretario General de Política Científica y Tecno-lógica, Francisco Marcellán, concretó el reto actual en“conseguir que ambas actividades, la generación deconocimiento científico y su transferencia y los resulta-dos de cara a la innovación empresarial, conecten y sebeneficien mutuamente, para poder converger, encuanto a la dimensión y calidad de nuestro sistemade ciencia y tecnología con los países más avanza-dos de la UE”9.

Posiblemente, el principal problema de la políticacientífica española consiste en la maximización del

valor empresarial de este recuso, o sea en la eficienciade las relaciones Universidades-OTRIs/Empresas.

Por un lado, en las encuestas europeas de innovación,se observa que las empresas españolas se sitúan muypor encima de las empresas de otos países en lo que serefiere a innovaciones de procesos; esto se explica porel crecimiento de las inversiones de expansión queadoptan nuevas tecnologías (incorporadas en maqui-narias, know-hows o patentes financieras), en líneacon el diferencial de crecimiento positivo, duranteaños, de la economía española.

Por otro lado, cuando las empresas españolas inviertenen I+D en sus propios laboratorios, lo hacen conesfuerzos bastante similares a los de sus competidores;el gasto medio por investigador en la I+D interna de lasempresas es del mismo orden que la media Europa.

En otras palabras, las empresas tienen un comporta-miento racional cuando adquieren conocimientos tec-nológicos o cuando intentan desarrollarlos por ellasmismas.

Por otra parte, la propia Comisión Europea valora posi-tivamente la política pública de incentivos, en cuanto afinanciación a través de nuevos fondos directos a lasempresas y tratamiento fiscal favorable. Para 2006 soloen cuatro países la DG Research considera que existeuna acción conjunta de fuerte financiación directa a laI+D de las empresas y un tratamiento fiscal favorable:Reino Unido, España, Polonia y República Checa:“Desde el 2000 el Reino Unido y España han incremen-tado sus subsidios directos para I+D, mientras mantie-nen sus incentivos fiscales a un nivel favorable. Otrosdos países - República Checa y Polonia- se caracterizanhistóricamente por su fuerte financiación directa y hanañadido incentivos fiscales significativos a la I+D en losúltimos años” (Key Figures 2007, pag. 67).

Aunque puedan pedirse mayores esfuerzos de innova-ción a nuestras empresas y una política pública deapoyo más eficaz, parece que el punto más débil de lacadena que transforma I+D en innovación se encuen-tra en la relación entre el sistema público de creaciónde conocimiento científico (especialmente universida-des) y su complemento y explotación por parte delmundo de la empresa.

En lo que se refiere a las Universidades, su elevadonivel de excelencia se consigue con gastos por investi-gador que sólo superan ligeramente la mitad de lamedia europea, lo que obviamente corresponde a unainvestigación poco experimental y más básica o teó-rica. Es difícil, por tanto, que se establezca una rela-ción adecuada que no consista simplemente en latransferencia de información avanzada (conocimientos

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9 Marcellán, F. (2006), “El impacto de la Ley de la Ciencia en el Sistema Español de Investigación, Desarrollo e innovación: una perspectiva de futuro”. Enwww.madrimasd.org/revista

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básicos) a la empresa, por lo que las experiencias deéxito de colaboraciones profundas público-privadas(que existen) son más bien excepcionales.

La creación de un Instituto Europeo de Tecnología (quese incluye en la Comunicación Barroso, “Working Toge-ther for Growth and Jobs, A New Start for the LisbonStrategy”, febrero 2005) está en la línea de desarrollarorganismos de interfaz dotados de una verdadera capa-cidad de actuación en investigación aplicada para lasempresas. Esta carencia europea es especialmente mar-cada en España, donde los organismos de interfaz estánen general mal dotados en las competencias que verda-deramente necesitan las empresas para una investiga-ción orientada a la innovación tecnológica, en la queintervienen necesariamente elementos de diferentesdisciplinas científicas, ingenieros, y economistas; y sinella, el paso del conocimiento científico al desarrolloinnovador es imposible.

Entre los objetivos estratégicos del actual Plan Nacio-nal de I+D, 2004-2007, que estamos finalizando, yafiguran: mejorar la visibilidad y la comunicación de la

ciencia y la tecnología en la sociedad española; refor-zar la coordinación entre las diferentes AAPP; perfec-cionar los procedimientos de evaluación y gestión;crear un entorno favorable a la inversión en I+D+i, enparticular en colaboración con el sector empresarial.

Sin embargo, no siempre estas buenas intencionesestán teniendo una concreción real. En el diagnósticode la Fundación COTEC sobre la situación en 2004 (ElSistema Español de Innovación) se comentan estosdiferentes aspectos:

• A lo largo de los últimos años la sociedad españolano ha aumentado sensiblemente su interés por laciencia y la tecnología, siendo éste menor que el quemuestra la media europea (Diagnóstico D-EN 14).

• El sistema público de I+D debe asumir que tieneque contribuir a la generación de riqueza y al bien-estar social, procurando que los resultados de suinvestigación puedan llegar a ser utilizados por eltejido productivo de su entorno (R-SP 5).

Reflexiones sobre el futuro de la política científica

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CUADRO 7

Objetivos estratégicos del PN de I+D (2004-2007)

Sistema español de ciencia-tecnología-empresa

1. Incrementar el nivel de la ciencia y la tecnología españolas, tanto en tamaño como en calidad.

2. Aumentar el número y la calidad de los recursos humanos, tanto en el sector público como en el privado.

3. Fortalecer la dimensión internacional de la ciencia y la tecnología españolas, con especial referencia al Espa-cio Europeo de Investigación e Innovación.

4. Potenciar el papel del sistema público en la generación de conocimiento de carácter fundamental.

5. Mejorar la visibilidad y comunicación de los avances de la ciencia y la tecnología en la sociedad española.

Coordinación del sistema

6. Reforzar la cooperación entre la Administración General del Estado y las CCAA y, en particular, mejorar lacoordinación entre el PN de I+D+i y los planes de I+D+i de las CCAA.

7. Mejorar la coordinación entre los órganos de gestión del PN, así como perfeccionar los procedimientos deevaluación y gestión del PN.

8. Impulsar la cooperación y coordinación entre las instituciones del sector público de I+D.

Competitividad empresarial

9. Elevar la capacidad tecnológica e innovadora de las empresas.

10. Promover la creación de tejido empresarial innovador.

11. Contribuir a la creación de un entorno favorable a la inversión en I+D+i.

12. Mejorar la interacción, colaboración y asociación entre el sector público de I+D y el sector empresarial.

Fuente: CICYT (2003)

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• No existe coordinación entre los aspectos tecnoló-gicos de las políticas de inversión de la Administra-ción General del Estado. No se aprovecha estaoportunidad para una coherente política de inno-vación (D-AD 7).

•Las Comunidades Autónomas van tomando prota-gonismo en la financiación de la I+D y, especial-mente, en las otras actividades de innovación. Lacoordinación de estas políticas han sido, hastaahora, poco operativa (D-AD 8).

• Excesiva burocracia, criterios de selección pocoempresariales, controles reiterados y costes finan-cieros extraordinarios, disuaden a las empresas departicipar en los programas de fomento a la inno-vación (D-AD 4).

• El Plan Nacional ha incluido programas orientadasa la transferencia y la difusión de la ciencia y latecnología, pero con escaso peso en comparaciónal contexto internacional. Estas actividades estánexcesivamente fragmentadas, poco profesionaliza-das, y el papel de los centros tecnológicos no essuficientemente reconocido (D-AD 10).

En el Informe COTEC 2007 sobre Tecnología e Innova-ción en España se sigue insistiendo en estos temas,pero con nuevos matices que van definiendo el diag-nóstico. Entre los principales problemas, según elpanel de expertos de COTEC, figuran:

1. Escasa dedicación de recursos financieros yhumanos para la innovación en las empresas.

2. Insuficiente orientación de la I+D de las universi-dades y centros públicos de investigación hacialas necesidades tecnológicas de las empresas.

3. Falta de cultura en los mercados financieros espa-ñoles para la financiación de la innovación.

4. Escasa cultura de colaboración de las empresasentre sí y con los centros de investigación.

5. Baja consideración de los empresarios españoleshacia la I+D+i como elemento esencial para lacompetitividad.

6. Las políticas de I+D+i fomentan más la mejora dela capacidad de investigación de los centros públi-cos que el desarrollo tecnológico.

7. Insuficiente coordinación entre las actuacionespromovidas desde las distintas administraciones.

8. Exceso de burocracia en el procedimiento paraobtener ayudas públicas para el desarrollo de pro-yectos innovadores en las empresas.

A pesar de los importantes logros alcanzados enlos últimos veinte años, parece evidente que hayque reformar en la práctica (buenas intencionesaparte) algunas líneas básicas de nuestra políticacientífica y, en particular, las acciones de coor-dinación, la transferencia de conocimientos, laevaluación de resultados y la participación delas empresas y de las propias AdministracionesPúblicas (en su faceta de usuarios de la I+D+i).

La estrategia futura en política científica einnovación

Con motivo de la elaboración del IV Plan Nacional deI+D 2000-2003, los autores del presente documentotuvimos la oportunidad de pertenecer a un reducidonúcleo que se constituyó como Grupo de ReflexiónEstratégica (GRE). Algunas de nuestras experiencias ypropuestas creemos que siguen siendo válidas hoy día.

La primera dificultad en cualquier Plan de I+D es queexista una auténtica estrategia, con unos objetivos con-cretos y unas líneas de acción a medio y largo plazo.Hace 10 años existía un documento (Estrategia de laI+D en el marco de la CICYT, diciembre 1997) que sereducía a establecer un esquema para la selección de“áreas estratégicas prioritarias” (perspectivas de creci-miento, masa crítica empresarial, demanda de tecnolo-gía, política de las AAPP, creación de empleo,colaboración internacional, base científica) y unos“objetivos estratégicos” generales (bienestar social,competitividad empresarial y difusión del conoci-miento).

Dada la insuficiencia de estos rasgos para definir unaauténtica estrategia, propusimos concretar la mismapartiendo de la aceptación previa de tres principiosbásicos:

1. Una visión amplia del Sistema de Ciencia y Tecno-logía que llevase hasta las últimas consecuenciasdel proceso de innovación y de mejora del capitalhumano.

2. Un enfoque globalizador, que situara los esfuerzosespañoles en I+D en el contexto adecuado de laeconomía y la sociedad española, europea y mun-dial.

3. Una posición innovadora y reformista en la defini-ción y gestión del Plan, “superando vicios y com-promisos que ha ido acumulando el sistema”.

Dentro de este último punto, considerábamos priorita-rio consolidar los desarrollos de los programas previos

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de I+D y evaluar los resultados “con criterios ampliosde relación coste/eficacia de las acciones emprendidas,más allá de la evolución puramente formal o de calidadcientífica, para considerar la aportación real al procesode innovación y mejora tecnológica, así como las posi-bles potencialidades futuras de nuevas inversiones.”

En esta línea reformista, considerábamos que un obje-tivo básico del nuevo Plan de I+D debía ser el “poten-ciar la transformación de la universidad española caraal nuevo siglo y a la integración europea, introdu-ciendo incentivos (muy flexibles en burocracia) quepermitan un salto cualitativo en la organización deproyectos de investigación y en la calidad de la ense-ñanza”.

Asimismo, señalábamos como un principio estratégicobásico la coordinación con otros planes de I+D (enparticular, Programa Marco de la UE y planes regiona-les), así como la unidad de acción y coordinación deesfuerzos.

Incluso con una línea presupuestaria única para el con-junto de la política en I+D+i, los recursos asignados nodebían ser una simple operación contable de agrega-ción de partidas propuestas por los diferentes ministe-rios, sino responder a una auténtica estrategia común yser gestionados en común.

Además, “la continuidad de ciertas acciones exige unmarco plurianual efectivo en cuando a la asignación derecursos, por lo que proponemos la creación de un

Fondo Nacional de Investigación a medio plazo y unautilización presupuestaria flexible de forma inme-diata”10.

Con relación a la participación empresarial en los pla-nes de I+D, siempre hemos insistido en una estrategiadinámica, global y participativa capaz de “convertir enprotagonistas a los implicados y no limitarse a tratarloscomo fuente de información y contraste sobre los pla-nes elaborados externamente”. Por otra parte, subrayá-bamos, hace 10 años, lo inadecuado de concentrarseen el sector industrial olvidando la importancia delsector servicios y el papel innovador de las nuevas tec-nologías (especialmente de las TIC) en la organizaciónempresarial11.

Desgraciadamente, una década después aún estamosen la fase de definir una auténtica estrategia de I+D einnovación. La buena noticia es que ahora el ProgramaIngenio 2010, la Estrategia Nacional de Ciencia y Tec-nología (ENCYT) y el Plan Nacional de I+D+i 2008-2011, parecen responder a muchas de las carenciasdetectadas.

El propio diagnóstico de la Comisión Interministerialde Ciencia y Tecnología (CICYT) reconoce como puntode partida, “la insuficiente coordinación (interinstitu-cional, interdepartamental e interregional), el excesivonúmero de instrumentos, la escasa planificación estra-tégica, la fragmentación de la financiación y la ausen-cia de indicadores adecuados de seguimiento yevaluación”.

Reflexiones sobre el futuro de la política científica

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10 GRE (1998). “Planteamiento Estratégico Básico” Nota 13/10/9811 GES. Notas sobre proyecto INIDES y anteproyecto de Ley de Fomento de la Innovación Industrial (14/9/98 y 13/10/98)

Gráfico 3

Cambio de política en Ingenio 2010

Fuente: CICYT, Programa Ingenio 2010, junio 2005

Antigua política de I+D+i Ingenio 2010

IndividuosGrupoRedes

Consorcio

Proyectos individualesGrandes líneas de

investigación

Escasa duración Larga duración

Atomizados Gran tamaño y alcance

Evaluación sólo ex-anteEvaluación ex-ante,intermedia y ex-post

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Por ello, Ingenio 201012 parte de un cambio relevanteen los instrumentos a utilizar en la nueva política deI+D con la potenciación de redes de investigación,selección de grandes líneas, perspectiva de largoplazo y evaluación permanente (véase Gráfico 3,página 31).

Las actuaciones estratégicas de Ingenio 2010 se estruc-turan en tres grandes programas:

1. Programa CENIT (Consorcios Estratégicos Nacio-nales de Investigación Tecnológica), para incre-mentar la colaboración público-privada a travésde programas conjuntos de largo plazo en líneasseleccionadas (biotecnología y nanotecnología,TIC, medio ambiente, seguridad...), movilidad deinvestigadores y apoyo al establecimiento de fon-dos de capital riesgo.

2. Programa CONSOLIDER, para aumentar la masacrítica y la excelencia investigadora a través deredes temáticas (p.ej. CIBER para Biomedicina yCiencias de la Salud), incorporación y apoyo ainvestigadores de excelencia o creación de unFondo Estratégico de Infraestructuras Científicas yTecnológicas.

3. Plan Avanz@ para converger con la UE en laSociedad de la Información a través del cumpli-miento público-privado de una serie de objetivoscuantificados en los indicadores seleccionados.

La Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología(ENCYT)13 es un importante paso adelante en la líneamarcada por Ingenio 2010 al añadir un horizonte másamplio (2008-2015), concretar objetivos e indicadoresde evaluación de cumplimiento y responder a unareorganización estratégica con participación de todoslos agentes del sistema de I+D+i.

De esta forma, ENCYT supone un marco general paralos Planes Nacionales 2008-2011 y 2012-2015, asícomo los regionales de I+D. Aparte de objetivos gené-ricos como “situar a España en la vanguardia delconocimiento”, mejorar la competitividad empresa-rial, integrar los ámbitos regionales, potenciar ladimensión internacional o trabajar por un entornofavorable a la inversión en I+D, ENCYT se arriesga aconcretar las metas para 2015 en 16 indicadores(véase cuadro 8, página 33).

El planteamiento de Ingenio 2010 y de EstrategiaNacional de Ciencia y Tecnología nos parece unimportante paso adelante en el camino correctode seleccionar prioridades, establecer objetivosconcretos e indicadores para comprobar sugrado de cumplimiento, coordinar accionesentre las distintas AAPP y con las empresas oevolucionar hacia evaluación permanente delos proyectos emprendidos. Nuestra únicareserva es que esas buenas ideas se conviertanen realidades concretas.

Una referencia al VI Plan Nacional de I+D+i2008-2011

El VI Plan se ha conocido en sus detalles en julio200717. Responde a los planteamientos básicos recogi-das en Ingenio 2010 y ENCYT, profundizando en undesarrollo estratégico con objetivos concretos e indica-dores para su seguimiento. En su concepción generaltrata de avanzar en seis objetivos programáticos yaincluidos en la ENCYT, pero que se desarrollan en 23objetivos estratégicos. Una selección de los mismos seincluye en el cuadro 9 (página 34).

La atención a los objetivos establecidos se realiza a tra-vés de actuaciones que pueden agregarse en cuatroáreas de trabajo, seis líneas instrumentales de actua-ción y trece programas específicos. El nuevo enfoquesupone, a nuestro entender, una mejora importantesobre planes anteriores al concretar objetivos, destina-tarios, instrumentación, e indicadores para su efectivoseguimiento.

Las cuatro grandes áreas de trabajo (generación deconocimientos y capacidades, fomento de la coopera-ción, I+D+i sectorial y acciones estratégicas) sirvencomo marco general del desarrollo operativo que serealiza a través de cada Línea Instrumental de Actua-ción (LIA) y sus programas correspondientes (cuadro10, página 34).

Para cada una de las cinco acciones estratégicas selec-cionadas (salud, biotecnología, energía y cambio cli-mático, telecomunicaciones y sociedad de lainformación y nanociencia, nanotecnología, nuevosmateriales y nuevos procesos industriales) se concretanlos objetivos, temas a estudiar, líneas de trabajo, pro-gramas implicados e indicadores de seguimiento.

Uno de los aspectos más críticos para la realizaciónefectiva del Plan es el cumplimiento de compromisospresupuestarios. Para alcanzar el nivel del 2% sobrePIB de recursos dedicados a I+D+i en 2010 es necesa-

Innovación y política científica

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12 CICYT (2005). Programa Ingenio 2010.13 CICYT (2006), Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología.14 CICYT (2007), Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2008-2011, 7º borrador, 10 julio 2007.

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Reflexiones sobre el futuro de la política científica

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Situación de partida y objetivos 2015 para los indicadores seleccionados en la ENCYT

Indicadores 2005 2011 2015 Fuente

1. Gasto interno total en actividades de I+D como porcentaje del PIB 1,13 2,2 2,50 INE

2. Gasto en I+D ejecutado por el sector empresarial (en % sobre eltotal)

53,80 60,4 65,00 INE

3. Gasto en I+D financiado por el sector empresarial (en % sobre eltotal)

46,30 55,0 60,00 INE

4. Gasto en innovación como porcentaje del PIB 1,49 3,0 4,00 INE

5. Programa de Gasto I+D+I de los PGE Capítulo I-VII/sobre totalPGE (%)

0,98 1,7 2,20 MEH

6. Investigadores por mil de población activa 5,78 7,1 8,00 INE

7. Investigadores en el sector empresarial (en % sobre el total) 31,93 42,8 50,00 INE

8. Número de doctores anuales 8.176 10.470 12.000 INE

9. Cuota de producción científica respecto al total mundial (en %) 3,03 3,6 4,00 FECYT

10. Producción científica en colaboración internacional (en %) 37,00(1) 45,0 50,00 FECYT

11. Retorno económico participación española en PM de I+D de UE(en %)

5,8 7,1 8,00 CDTI

12. Patentes solicitadas en la EPO por millón de habitantes 14,36(2) 96,0 150 EPO

13. Empresas innovadoras respecto al total de empresas (en %) 27,00 37,8 45,00 IN

14. EIN que han cooperado con Univ. OPI o CT sobre total EIN quehan cooperado (en %)*

51,22 62,5 70,00 INE

15. Capital riesgo 0,013 0,035 0,05 EUROSTAT

16. Contenidos científicos en los medios de comunicación -- -- -- FECYT

* EIN: Empresas innovadoras o con innovaciones en curso o no exitosas

(1) Datos de 2004

(2)Datos de 2003

INE: Instituto Nacional de Estadística

MEH: Ministerio de Economía y Hacienda

FECYT: Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología

CDTI: Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial

EPO: Oficina Europea de Patentes

EUROSTAT: Oficina Estadística de las Comunidades Europeas

Fuente: CICYT (2006), Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología. Para 2011, VI Plan Nacional de I+D+i.

CUADRO 8

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Innovación y política científica

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CUADRO 9

CUADRO 10

Una selección de objetivos del VI Plan

O.1 Situar a España en la vanguardia del conocimiento

O.1.2 Aplicar criterios de excelencia científica y oportunidad para las actividades de I+D orientada y pordemanda

O.2 Promover un tejido empresarial altamente competitivo

O.2.1 Elevar la capacidad de los cambios tecnológicos de las asociaciones, de los parques y plataformas tec-nológicas, para aumentar la participación de las PYMES

O.3 Desarrollar una política integral de ciencia, tecnología e innovación

O.3.3 Potenciar la participación conjunta AGE-CCAA en las convocatorias de ayudas a la I+D+i (cogestión,cofinanciación y codecisión)

O.4 Avanzar en la dimensión internacional

O.4.5 Incentivar la participación de grupos españoles en el VII Programa Marco

O.5 Conseguir un entorno favorable a la inversión en I+D+i

O.5.2 Incrementar la transparencia y homologación de los sistemas de evaluación y seguimiento

O.6 Fomentar la cultura científica y tecnológica de la sociedad

O.6.1 Aprovechar los nuevos formatos de comunicación para trasladar correctamente a la sociedad los avan-ces científico tecnológico

Fuente: Selección propia de los objetivos del VI Plan Nacional de I+D+i

Líneas instrumentales de actuación y sus programas

1. Recursos Humanos

1.1 Programa de formación de recursos humanos

1.2 Programa de movilidad de recursos humanos

1.3 Programa de contratación e incorporación de recursos humanos2. Proyectos de I+D+i

2.1 Programa de proyectos de investigación fundamental

2.2 Programa de proyectos de investigación aplicada

2.3 Programa de proyectos de desarrollo experimental

2.4 Programa de proyectos de innovación3. Fortalecimiento institucional

3.1 Programa de fortalecimiento institucional4. Infraestructuras científicas y tecnológicas

4.1 Programa de infraestructuras científico-tecnológicas5. Utilización del conocimiento y transferencia tecnológica

5.1 Programa de transferencia tecnológica, valoración y promoción de empresas de base tecnológica

6. Articulación e internacionalización del sistema

6.1 Programa de redes6.2 Programa de cooperación público-privada

6.3 Programa de internacionalización de la I+DFuente: CICYT (2007), Plan Nacional de I+D+i 2008-2011, 7º borrador, julio 2007.

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rio no solo que la Administración Central incrementetodos los años un 16% su aportación, sino que lohagan al mismo ritmo las CCAA y aun más rápida-mente la financiación empresarial (cuadro 11).

El VI Plan de I+D+i creemos que supone unenfoque renovado que responde a un auténticoplanteamiento estratégico, con una visiónamplia de los agentes implicados, desde lasuniversidades a los organismos públicos o pri-vados de investigación, apoyo a la transferen-cia, difusión y divulgación, y concretandoobjetivos e indicadores de seguimiento. Sinembargo, todo el Plan reposa en un crecimientoimportante de los recursos que supone ritmos del16% anual acumulativo para la administracióncentral y autonómica y aun superiores para lasempresas.

Una reflexión final sobre la universidad delfuturo e innovación

El VI Plan reconoce, de entrada, la necesidad de adap-tar nuestras universidades a la estrategia general deinvestigación e innovación.

Con sus propias palabras (pág. 33), “los programas deestudios de las universidades están más orientados almundo académico que al empresarial, y por tanto nose favorece fácilmente la movilidad de profesores einvestigadores entre el ámbito público y las empresas.En este sentido, en cumplimiento con el acuerdo deBolonia, las universidades españolas se encuentran enel proceso de actualización de sus estudios y estructu-ras como sus homólogas europeas. El sistema universi-tario requiere, además, de incentivos que fortalezcan

la excelencia, con especial atención al profesorado, elcual arrastra defectos de selección y restricciones buro-cráticas que dificultan la compatibilidad entre ense-ñanza e investigación. La reciente reforma de la LeyOrgánica de Universidades (LOU) incluye el sistemade acreditación de profesorado para homologar la uni-versidad con los estándares internacionales. Para todoello es importante el papel de la Agencia Nacional deEvaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) a lahora de garantizar unos criterios homogéneos de com-petencia entre los profesores universitarios basados enla evaluación de los currícula de cara a su contrata-ción. Lo que debe complementarse con un sistema deevaluación y calidad, para cuyo fin se cuenta con laAgencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP)y el Sistema Integral de Seguimiento y Evaluación(SISE) como herramientas básicas del sistema de cien-cia y tecnología”.

Por ello la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnologíaapuesta por una universidad de excelencia que con-creta en dos puntos principales: una universidad inno-vadora y el sistema universitario como elementodinamizador.

Una universidad innovadora. La ENCYT apuesta poruna universidad con una elevada productividad cientí-fica, una universidad que colabora con centros deinvestigación cooperativos de excelencia aportandodedicación investigadora de su profesorado y un ele-vado nivel científico tecnológico de soporte. Una uni-versidad dirigida a mejorar la trascendencia del nuevoconocimiento que genera y el grado de influenciasobre el progreso social y la competitividad econó-mica, dedicada a transferir conocimiento a través desus OTRIS y otros tipos de unidades especializadas, yque dirige sus esfuerzos a trasladar su conocimiento almercado. Para ello debe utilizar nuevas estructuras, enespecial los parques científicos y tecnológicos. Una

Reflexiones sobre el futuro de la política científica

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CUADRO 11

Recursos presupuestarios de las AAPP para la financiación del Plan Nacional de I+D+i 2008-2011(en tasas de crecimiento interanual)

AÑO AGE CCAA I+D/PIB% de financiación

empresarial

2008 16% 16% 1,6% 53%

2009 16% 16% 1,8% 54%

2010 16% 16% 2,0% 55%

2011 16% 16% 2,2% 55%

Fuente: Plan Nacional de I+D+i 2008-2011.

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Innovación y política científica

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universidad que trabaja para gestionar un valioso por-tafolio, convenientemente protegido y valorizado, parasu comercialización y que promueve la culturaemprendedora entre sus estudiantes, mediante proce-sos horizontales de mejora de las habilidades y capaci-dades. También debe desarrollar medidasincentivadoras entre su personal para incorporarse enproyectos emprendedores. Una universidad quemejora su objetivo de difusión a la sociedad de susactividades científicas y promueve unidades u obser-vatorios encaminados a la vigilancia ética y de sosteni-bilidad.

El sistema universitario como elemento dinamizador.Debe contribuir a la generación de conocimiento y aldesarrollo, promoviendo el cambio cultural hacia unasociedad más emprendedora e innovadora, mejorandola calidad de la docencia, favoreciendo la inserción de

graduados. La universidad, por lo tanto, debe reforzarsu actividad en la transferencia de conocimiento y tec-nología, en la creación de empresas y en la política depatentes. Asimismo, debe dar respuesta a las demandassociales referidas a los problemas de profesionaliza-ción de una parte de la población activa, así como alos procesos de inserción de doctores y de graduados ya la movilidad entre investigadores y profesionales delas empresas, además de a la formación de postgrado.

Innovación y política científica son dos partesde un sistema total que no pueden tratarse deforma aislada. Igualmente una estrategia innova-dora no puede olvidar la exigencia de una uni-versidad innovadora y capaz de contribución ala dinamicidad del sistema en su conjunto.

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