kiai022 - clark carrados - un castillo en escocia

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Novela de misterio

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ULTIMAS OBRAS PUBLICADAS EN ESTA COLECCIN17. La secta del dragn bicfalo Ralph Barby.18. Hombres sin alma Clark Carradas.19. La sombra del Samurai Curts Garland.20. Coro de ngeles Lou Carrigan.21. Budokas contra la gripe Ralph Barby.

CLARK CARRADOS

UN CASTILLOEN ESCOCIA

Coleccin KIAI! n. 22 Publicacin semanal

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.

BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS - MEXICOISBN 84-02-04952-4Depsito legal: B. 11.895 1977Impreso en Espaa - Printed in Spain1.a edicin: mayo, 1977 Clark Carrados - 1977Texto Miguel Garca - 1977CubiertaConcedidos derechos exclusivos a favor de EDITORIAL BRUGUERA. S. A. Mora la Nueva. 2. Barcelona (Espaa)

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S. A.

Parets del Valles (N-152, Km 21,650) Barcelona - 1977CAPITULO PRIMERO

La llama azul morda vorazmente la brillante superficie metlica. Era fcil ver que slo faltaban unos minutos para que el hombre del soplete diese por concluida su tarea.Eran dos, y ambos vestan de idntica manera: pullver alto, negro, pantalones del mismo color y una especie de capucha, muy ajustada a la cabeza y que slo dejaba visible el valo justo de la cara. Los dos sujetos, naturalmente, llevaban puestas gafas protectoras contra el resplandor de la llama de oxiacetileno.De pronto, el que manejaba el soplete suspendi su tarea. Redujo la potencia de la llama, sin apagarla por completo, se subi las gafas protectoras y luego, con la mano izquierda, se limpi la frente.Estoy sudando dijo.Vamos sonri el otro, ya falta poco.Muchacho, hemos tenido que trabajar por partida doble, pero t ya has descansado, mientras que yo he continuado. Anda, dame un pitillo!Tenemos prisa...Un par de bocanadas de humo, hombre.Est bien.El del soplete aspir, complacido, el humo del cigarrillo. De pronto, repar en algo que le hizo sentir cierta preocupacin. Mike, la ventana! Me parece que esa manta se ha soltado, en parte observ.Mike encendi la lmpara porttil y se acerc a la ventana. Comprob que la manta se hallaba en perfectas condiciones y regres junto a su compaero.Todo est en orden, Artie dijo. Vamos, sigue.Artie dej caer el cigarro, aplast la brasa con el tacn y se baj las gafas protectoras. De nuevo atac la puerta de la caja de caudales.En aquellos instantes, el agente Fred Shane paseaba por el exterior de la vieja fbrica, abandonada y en ruinas desde haca algunos aos. El policeman observ un coche parado junto a una de las fachadas laterales.A Shane le extra ver, all, un automvil. Haca algunos aos que prestaba sus servicios en aquel distrito y el tiempo no era como para que alguna pareja se escondiese por aquellos parajes, olvidada por completo de las recomendaciones sobre control de natalidad. Por otra parte, en la fbrica no haba nada de valor que trajese la atencin de unos posibles ladrones. Sus instalaciones haban sido desmanteladas y ahora slo quedaba, all, la cada da ms ruinosa estructura del edificio.De pronto, el agente Shane crey or ruidos en el interior de la vieja fbrica.Haba una puerta lateral que haba servido antiguamente para acceder a las oficinas de direccin. Shane encendi su linterna y, con todo cuidado, empuj la puerta.Los ojos del agente se dilataron unos segundos al ver la llama azul del soplete, cuyo siseo haba llamado su atencin. Resultaba increble que quedase en la vieja fbrica una caja de caudales, pero, por extrao que resultase, su deber era impedir la accin de los ladrones.Shane avanz unos pasos.Caballeros, temo que estn violando la ley dijo, apaciblemente. Tengan la bondad de ponerse en pie y acompaarme a la comisara.La sorpresa de Mike y Artie fue total. Lo que menos haban esperado era la llegada de un polica.Y, precisamente, ahora, cuando no me quedan ni dos minutos de tarea, rezong Artie para s.Shane dio otro paso.Deje ese soplete orden.De sbito,Artie se levant y salthacia elpolica.La llama del soplete alcanz delleno el ladoizquierdo del cuellode Shane. Una yugular result instantneamente perforada por aquel fuego de varios miles de grados de temperatura.El hedor a carne quemada se hizo intolerable. Shane trastabill y cay al suelo, pateando dbilmente, pero se qued quieto muy pronto.Mike se aterr: Has matado a un polica!El se lo ha buscado dijo Artie, hoscamente. bamos a entregarnos, precisamente ahora que ya estamos a punto de abrir la caja?Ahora, todo Scotland Yard se lanzar sobre nosotros...No hemos dejado huellas; nadie sino ese idiota saba que estbamos aqu rezong Artie. Vamos, deja ya de llorar como una vieja. Estar listo antes de cinco minutos.Furiosamente, atac el metal una vez ms. Mike evit mirar el cadver del polica. Senta escalofros cada vez que pensaba en lo que poda pasarles cuando encontrasen al agente muerto.De pronto, Artie lanz una exclamacin: Ya est! Vamos, prepara el saco.La puerta de la caja fuerte gir a un lado. Artie empez a lanzar al saco todo su contenido, papeles y un par de libros. Inesperadamente, encontr algo que le hizo lanzar una risita de alegra. Mira, t, el viejo hombre era prevenido! Lo menos hay cinco mil libras. Ense el fajo de billetes, atados con una gomita. El trabajo bien hecho siempre es recompensado aadi, con fingido acento de virtud.Mike estaba atando la boca del saquete. Qu vas a hacer con el dinero? pregunt.Nos lo quedaremos, naturalmente. El encargo era llevar los documentos de la caja. Nadie mencion una sola palabra acerca de posibles sumas de dinero. Dos mil quinientas para ti, dos mil quinientas para m... y luego el precio de nuestro trabajo. Qu te parece?Mike no estaba de humor para apreciar el cambio de fortuna.Con tal de que no nos descubran...Artie le palme, con fuerza, en los hombros.Nadie nos descubrir asegur, confiado en s mismo. Anda, deja todo y vmonos ya!(Los sopletes, botellas de gas y dems herramientas quedaron all. Artie haba tenido buen cuidado de borrar todas sus huellas, una vez puestos los guantes y antes de iniciar la tarea. Ahora no tena ganas de cargar con un equipo que poda reponer fcilmente cuando alguien volviera a necesitar de sus servicios.Minutos despus, los dos sujetos haban desaparecido del lugar.Al amanecer, el inspector jefe Broderick Felton, de Scotland Yard, contempl sombramente el cadver del agente y, mentalmente, jur que no descansara hasta encontrar al asesino. Los indicios de que disponan, sin embargo, eran poco menos que nulos.Cuando los sanitarios se hubieron llevado el cadver, Felton, en parte ms tranquilo, aunque en ningn momento haba demostrado exteriormente su agitacin, se acerc al lugar donde estaba la caja forzada.Es curioso murmur. Nadie se imagin, jams, que al viejo Larrymore se le ocurrira esconder una caja de caudales detrs de una pared de ladrillos. Por qu lo hara?Su subordinado, el sargento Cowles, se senta igualmente extraado.En algunos aspectos, el viejo Larrymore era un tanto extrao record. De todas formas, usted tiene razn, seor; a nadie sino a l poda ocurrrsele una cosa semejante.Sargento, usted, en tiempos, fue agente en este distrito. Tuvo que conocer a la fuerza al personal de la fbrica. Por qu no empieza a investigar en este sentido?S, seor. Si le parece bien, empezar por John Stephens. Quin era ese Stephens, sargento?El jefe de contabilidad de la fbrica, seor.* * *

La mujer era joven, no demasiado alta, de pelo intensamente negro y formas perfectas. Pero en aquellos momentos, June Yu-Tsan tena en la mano derecha algo que no pareca muy adecuado para su esplndida belleza.La estrella de ocho puntas y bordes como hojas de afeitar, parti, silbando por los aires, a la vez que giraba velocsimamente. George Washington Budd Baxter lade la cabeza y el shuriken se clav en la madera de la pared que haba a sus espaldas.Pero los argumentos de June no se haban agotado todava. Sac de su funda un kozuka, pual japons de (dos filos, y lo dispar con toda la potencia de su bien ejercitado brazo. El pual roz el costado izquierdo de Baxter y se hinc profundamente en la pared.Entonces, June salt hacia su derecha y agarr con ambas manos una naginata. Era un bastn muy largo, en uno de cuyos extremos se haba fijado una cuchilla de acero, de un palmo de largo, ligeramente curvada hacia la punta. June emiti un agudo kiai y se lanz a la carga.En el ltimo instante, Baxter se desvi a un lado. June le roz y, durante una fraccin de segundo, qued indefensa.Las manos de Baxter se dispararon hacia el bastn, asindolo por ambos lados de la mujer. Luego, con sbito movimiento, lo elev hacia arriba, apoyndolo en su garganta, justo bajo el mentn. Ella movi el pie derecho para hacer presa en el tobillo de su oponente, pero Baxter resisti, a la vez que presionaba con la naginata.Me declaro vencida dijo June, de pronto.Baxter solt la naginata, se separ unos pasos, junt ambas manos y se inclin ligeramente.El placer de la victoria, en este caso, no es nada comparado con el placer de mis ojos al tener frente a m a tan bella flor dijo.June hizo una reverencia anloga.No hay placer comparable al que siente el maestro cuando ve que el discpulo le supera contest.June bati palmas. Una mujer enorme, pesada, de rasgos orientales an ms marcadamente sealados que los suyos, apareci en la sala de entrenamientos.Hi-Ta, el seor Baxter necesita un masaje indic.La mujer se inclin!S, seora.Baxter empez a despojarse de sus ropas. June abandon la sala de entrenamientos.Cuando ests listo, te dar una sorpresa dijo, antes de cruzar la puerta.Baxter se tendi sobre la mesa de masaje. Hi-Ta, dio comienzo a su tarea.Media hora ms tarde, la misma Hi-Ta le friccion abundantemente el cuerpo con una delicada colonia. Luego le ofreci una bata de tejido suave y clido.Por aqu, seor dijo, al descorrer una puerta.Baxter penetr en una sala delicadamente decorada en estilo japons. Vio una mesa puesta y dio placer a sus ojos al contemplar los dos hermosos jarrones de porcelana, en donde un gran nmero de flores, demostraban la maestra de June en el Ikebana o arte de la colocacin de las flores. Sin embargo, en la decoracin haba una pequea concesin a lo occidental: una mesa con servicio de licores y un recipiente conservador de cubitos de hielo.Baxter se sirvi dos dedos de whisky y puso un cubito de hielo. Bajo la primera cubierta de la mesa, haba algunas revistas.Para entretener la espera, eligi una de las revistas. Uno de los reportajes llam especialmente la_ atencin.De pronto, exclam: Caramba, sta no puede ser! No, en modo alguno es quien dice ser! Tienes la costumbre de hablar solo, Budd? son la voz de June a sus espaldas. Oh, no!; es que me ha sorprendido... Quin es la mujer que dices que no es? Oh, no tiene importancia! Baxter dej la revista en el mismo sitio. Antes has dicho que ibas a darme una sorpresa aadi, mientras giraba sobre s mismo.Cuando vio a June, comprendi, en el acto, cul era la sorpresa que ella le haba destinado.June se haba ataviado a la moda clsica japonesa, con peinado incluido, pero tambin con una modificacin sustancial: el kimono era completamente transparente.Y debajo no haba nada ms que un cuerpo esplndidamente dotado por la naturaleza y de carne joven y firme, por el continuo ejercicio.E... es una sorpresa, de veras dijo, despus de tragar saliva.June avanz hacia l.La sorpresa, te ha privado de la capacidad de reaccin? pregunt, maliciosa.En modo alguno, aunque, bien pensado, ms que sorpresa, yo dira que se trata de un premio por mi victoria.Tal vez sea yo la que considere debe ser premiada.Baxter atrajo a la joven hacia s. Eres maestra, tambin, en las artes del amor? pregunt.En este caso, creo que soy una discpula... con muchos deseos de aprender dijo ella, con ardiente vehemencia.Ms tarde, tendidos sobre una estera, June record una cosa:Budd, quin era esa mujer que no es? Ah, s!; ya lo haba olvidado.Baxter se levant, cogi la revista y s tendi de nuevo junto a su entrenadora de artes marciales. June pudo ver en la fotografa el rostro de una hermosa mujer, de unos veintisiete o veintiocho aos, muy rubia, de ojos azules y facciones delicadamente trazadas. June ley tambin el pie de la fotografa. Vaya! Esta chica ha sido declarada heredera del ttulo y propiedades de Henry Larrymore exclam. Ha podido probar que es la nieta y, en consecuencia, hereda un castillo y una vasta extensin de bosques y tierras, entre otras cosas.Junto a la primera fotografa, haba otra, ms pequea, de una muchacha algo ms joven que la primera, de pelo castao y ojos marrones.Y sta es la demandante que ha visto rechazadas sus pretensiones aadi June.As parece. Pero Alison Larrymore es una falsificadora. En cambio, la autntica heredera es Beryl Egan.La morena.S.Budd, cmo puedes afirmar algo, con tanta rotundidad? se extra June. Estamos en Nueva York, a miles de kilmetros de Londres... y, me parece, Inglaterra no es el campo principal de tus actividades. Si hay algo serio en este mundo es la justicia inglesa y yo opino que el juez no iba a dictar sentencia en favor de una impostora. Por qu no me explicas ese misterio? Te intriga? sonri Baxter.Muchsimo admiti ella.Est bien. La que se hace llamar Alison Larrymore no es una Larrymore, porque no posee uno de los rasgos caractersticos de la familia. En cambio, Beryl Egan s los tiene. Cules son esos rasgos, Budd?Las orejas marcianas.June se qued atnita. Oye, esto no es cosa de broma! dijo, un tanto amoscada.Baxter y la joven estaban tendidos de bruces sobre la estera. El brazo derecho de Baxter se pos sobre la desnuda espalda de su hermosa anfitriona.El viejo Larrymore era muy amigo de mi familia dijo. Cuando yo era pequeo, sola comentar humorsticamente, delante de mis abuelos, las caractersticas fsicas hereditarias de los Larrymore. Todos, sin excepcin, tenan las orejas un tanto puntiagudas. Por eso deca que eran orejas de marciano. Ah, ya...!Y en estas fotos, se ve claramente, slo Beryl Egan tiene orejas marcianas.Budd, temo que eso no ha sido suficiente para que el juez haya sentenciado a su favor.No, un juez se tiene que basar en pruebas irrefutables, por lo que su sentencia, legalmente, no puede ser renovada. Pero yo voy a intentar averiguar por qu Beryl Egan ha sido despojada de lo que legtimamente le perteneca. Quiere eso decir que piensas viajar a Londres?S, June.

CAPITULO II

El ndice de Baxter se apoy sobre un determinado punto de la pared. Parte de la misma se descorri silenciosamente a un lado y Baxter penetr en una habitacin provista de toda clase de sistemas de comunicacin.Baxter hizo una llamada por telfono. A los pocos instantes, se ilumin una pantalla. El rostro de un hombre de unos cuarenta aos, apareci en el televisor. Era Denis Gray, director de la agencia propiedad del joven. Hola, buenos das, Budd! salud Gray. Ocurre algo?Baxter tena un canal directo de televisin con su agencia. Era algo que, adems de conveniente en todos los aspectos, le ahorraba tiempo en desplazamientos. El cuarto de comunicaciones tena un aspecto rabiosamente futurista. Muy pocos conocan su existencia, pero las escasas personas que haban puesto sus pies en aquel lugar, lo comparaban al puente de mando de una nave espacial, tal como sola aparecer en las pelculas de ciencia ficcin.Aos antes, Baxter haba fundado una agencia de recortes de Prensa. Personajes clebres de todo tipo, estrellas de cine, escritores famosos, polticos, gente, en fin, que tuviera un mnimo de relacin con la fama, eran los clientes de la agencia, en donde el personal adecuado se ocupaba de separar de los diarios y revistas, cuanto poda resultarles de inters. Pero, al mismo tiempo, la agencia era una fuente de preciosas informaciones para Baxter, aunque jams haba realizado la menor accin que pudiera estar en contradiccin con la tica profesional.De un pequeo despacho y una secretaria, ya casada y con hijos, haba pasado a una serie de oficinas emplazadas en un lugar muy distante de la Quinta Avenida, donde Baxter tena un lujoso apartamento. En la agencia haba ahora computadoras que podan facilitar los datos precisos en cuestin de minutos, aparte de un fantstico archivo, que poda proporcionar cualquier informacin sobre una persona con un mnimo de relieve.Al saludo de Gray, Baxter correspondi colocando una fotografa ante el objetivo de la cmara. Baxter saba que en el televisor que Gray tena delante de sus ojos, una cinta grababa el sonido y la imagen. La conoces? pregunt. Una nueva conquista? dijo Gray, malicioso, porque conoca la irrefrenable aficin de Baxter al bello sexo.No la he visto en mi vida y reside en Londres. Su nombre, al menos oficialmente, es el de Alison Larrymore. Quieres conocer datos de esa preciosidad?S, Denis.Budd, adems de tu incurable aficin a las faldas, tienes tambin la detestable costumbre de meterte en donde no te llaman, por decirlo con palabras suaves.Cul es el prximo jaleo? Han robado a esa chica, abandonndola en el campo despus de violarla?No seas corrosivo, Denis. Ella no es quien es.Las espesas cejas de Gray se levantaron dubitativamente.Ella no es quin es y yo no soy quien soy dijo, burln. Y yo estoy hablando con un fantasma y esta noche no he dormido con mi mujer y no he desayunado huevos con tocino... Vamos, Budd, djate de los...Denis, esta hermosa mujer es una impostora. Cmo lo sabes?Su abuelo, es decir, el hombre que ella dice que fue su abuelo era gran amigo del mo. Ya te dar ms detalles en otra ocasin, pero ahora quiero que investigues, a fondo, en los archivos. Habrs grabado la conversacin, supongo.Desde luego.Muy bien. En tal caso, envame cuanto consigas, a Londres, hotel Black Prince.Gray salt en su asiento. Qu? grit. Te vas a Londres?Impasible, Baxter consult su reloj.Tengo una hora escasa para llegar al aeropuerto. Adis, Denis!La pantalla se apag. Baxter se ahorr, as, escuchar la sarta de maldiciones con que Gray haba acogido su peticin.Sali del cuarto de comunicaciones. Tim Koye, su criado personal, estaba ya con dos maletas en las manos, vestido con el uniforme de chferEl seor no va a necesitar de mis servicios dijo Koye.Lo siento, Tim.Al seor le convendra llevarme con l, a Londres. El seor no puede descuidar un solo da sus entrenamientos...Baxter puso una mano sobre el hombro del criado. Koye era asimismo un experto en las artes marciales. Con gran frecuencia, realizaba acciones de judo o de karate con el joven, cosa que ste le haba pedido desde que entr a su servicio, haca un par de aos. Koye, adems de fiel y discreto, era muy inteligente. Su eficacia en todos los aspectos era notable, pero ahora Baxter prefera viajar solo.Estoy bien entrenado dijo.Slo el hombre orgulloso se cree un maestro, seor.Tim, soy tu ms humilde discpulo. Saber reconocer la verdad, all donde se encuentre, no es orgullo, sino humilde admisin de lo que es rigurosamente cierto.Koye se inclin ligeramente.Creo que el orgulloso he sido yo, al tratar de decir al seor lo que debe hacer. Ruego al seor me disculpe...Tim, ests disculpado... pero tambin estamos perdiendo el tiempo. Vamos!Cuando ya se disponan a salir de casa, Tim record algo.Seor, ha llamado la seora Bronsdale. Como usted estaba ausente, dijo que volvera a llamar. Qu respuesta debo darle?Baxter sonri para sus adentros.Fidelidad contest. Fidelidad? se extra el criado.Koye lanz una risita.Tendr que enviarle un diccionario, para que aprenda el significado de esa palabra dijo maliciosamente.* * *

Mientras se baaba, en el hotel, Baxter se pregunt qu impulso le habla llevado a Londres, a ayudar a una joven a la que ni siquiera conoca personalmente. Aunque en tiempos, su abuelo y Henry Larrymore haban mantenido una firme amistad, con el paso de los aos, las relaciones entre las dos familias se haban diluido hasta cesar, prcticamente, del todo. Baxter saba que el nico hijo de Henry Larrymore haba perecido en un trgico accidente, junto con su esposa, con la que se haba casado un par de aos antes. La nica hija del matrimonio haba sobrevivido, por haberse quedado en casa al cuidado de una sirvienta. Ms tarde, el abuelo de Baxter haba fallecido y la distancia por una parte, con el ocano de por medio, y las diferentes actividades de Larrymore y los padres de Baxter, haban motivado el enfriamiento de aquella amistad.Pero Baxter no poda olvidar fcilmente al hombre alegre y jocundo que haba sido Henry Larrymore. An recordaba cuando le haca saltar sobre sus rodillas, l, un nio de pocos aos, y Larrymore ya en los umbrales de la ancianidad. A Baxter, en ms de una ocasin, le haban extraado las orejas picudas de Larrymore. Eran descendientes de marcianos, deca siempre Larrymore. De nio, se lo haba credo, pero al crecer, haba podido darse cuenta de que era una caracterstica de familia, que se heredaba inexorablemente por alguna ley gentica misteriosa, cuya explicacin escapaba a las investigaciones de los expertos en el tema.Termin de baarse y, tras secarse el cuerpo, se puso una bata. Cuando lleg a la sala, se encontr con una visita inesperada.Ella solt una risita y dijo:Temo haberme equivocado de cuarto.Baxter arque las cejas.Hay equivocaciones que le ponen a uno lleno de contento respondi. Quiere tomar algo, seora?No, muchas gracias. Dispnseme, seor...Baxter.Soy Helen Brown.Era una mujer de unos treinta aos, atractiva, de hermosa figura y ojos clidos. No obstante, su nariz, a la que le hubiera sentado muy bien una leve correccin quirrgica, le confera una expresin de astucia que borraba en buena parte la belleza de su caraEncantado, seora Brown.Seorita puntualiz ella. De nuevo le ruego que me disculpe, seor Baxter.Una equivocacin la tiene cualquiera sonri l.Helen movi la cabeza ligeramente, y se march. Al quedarse solo, Baxter se acerc a la mesita, donde haba dejado sus objetos personales, y examin su billetera con todo cuidado.Haba sido registrada a fondo, de eso no caba la menor duda. Pero en modo alguno crea la historia del error de Helen Brown.Si alguien intenta actuar contra m, ha empezado bien pronto musit.Al cabo de unos instantes fue al dormitorio para vestirse. Entonces observ algo que llam su atencin.Recordaba muy bien cmo haba dejado los zapatos, tirados de cualquier forma, al lado de la cama. Ahora estaban colocados casi correctamenteLevant el zapato derecho. En el espacio que quedaba al aire, por el arco plantar, vio una delgada chapita de metal, prolongada en un botn de forma cilndrica y un centmetro de grosor, adherido ste al sector vertical del tacn.Una microemisora musit.Durante unos segundos, se sinti tentado de arrancar aquel objeto, que permitira a alguien seguirle a donde quiera que fuese. Despus de reflexionar profundamente, decidi dejar la microemisora en el mismo sitio.De pronto, son el telfono.Baxter corri a la sala y levant el aparato.Era Gray, desde Nueva York.Acabas de llegar, me imagino dijo.S, justo he salido del bao... Qu me cuentas, Denis?Nada, Budd. Nada?No tenemos la menor referencia de Alison Larrymore en nuestros archivos fue la tajante declaracin de Gray.* * *

En la Biblioteca Pblica, al da siguiente, Baxter adquiri una completa informacin sobre el proceso sobre la herencia de Henry Larrymore. Ahora, se dijo, slo le faltaba entrevistarse con Beryl Egan y averiguar si era o no la autntica nieta de Larrymore.Una cosa le extraaba sobremanera: el apellido Larrymore deba haberse prolongado en su nieta. Por qu se llamaba, ahora Egan?Cuando sali de la Biblioteca,tom un taxi. Reclinado en el asiento posterior, mir discretamente hacia atrs. S, all estaba el coche con los dos tipos que le haban seguido desde que saliera del hotel.Actan rpido, muy rpido se dijo.Media hora ms tarde, se ape del taxi frente a una casa de modesta apariencia. Fingiendo no advertir que saba que era seguido, atraves el pequeo jardincito y llam a la puerta.Una joven abri, momentos despus. Qu desea? pregunt. Es usted Beryl Egan?S, en efecto.Me llamo Baxter. Puedo hablar con usted, seorita?Seora dijo ella. Oh, se cas!Y enviud... aunque no comprendo a qu viene todo esto, seor Baxter.Permtame, seora. Mi abuelo fue muy amigo del suyo. Yo le conoc cuando todava era un nio de pocos aos. En Nueva York tuve ocasin de enterarme de su proceso. Oh, comprendo! dijo Beryl. Pase, tenga la bondad.Mil gracias, seora Egan. Quiere una taza de t? ofreci ella.Encantado.La joven se alej con paso mesurado. El peinado, observ Baxter, se compona de dos mitades, separadas por una raya central. Las bandas de pelo cubran enteramente las orejas. Baxter se pregunt cmo hara para comprobar si era la autntica Beryl.Tena una memoria fotogrfica. Aquella joven, muy atractiva por otra parte, era un tanto diferente de la fotografa que haba visto en Nueva York. Claro que, muchas veces, el original difera de la copia, pero Baxter era hombre pragmtico, que no acostumbraba a dar por confirmada una cosa, sin pruebas irrefutables.Beryl regres a los pocos minutos.Mi abuelo nunca me habl de usted, seor Baxter dijo, mientras serva el caf.En todo caso, le hablara de mi abuelo, gran amigo suyo. Pero yo me refiero al padre de mi madre, quien, por supuesto, no se apellidaba Baxter. Oh, comprendo! Espere! grit l, de pronto. Ha entrado una avispa en la casa! Ahora est en el pelo...! No se mueva!La joven se qued paralizada por la sorpresa. Baxter, con un pauelo en la mao, fingi espantar al inexistente intruso, pero ello le sirvi para alzar un poco el pelo que cubra la oreja izquierda.Ya est sonri. La avispa se ha ido y me ha dicho que usted no es Beryl Egan.CAPITULO III

Durante un par de segundos, ella permaneci inmvil, mirndolo fijamente. Luego sonri. Cmo lo ha sabido?Permtame que guarde el secreto, por ahora contest Baxter. Por favor, dgame su nombre autntico.Suzy Hatcher. Me parezco bastante a Beryl, no es cierto?Puede pasar. Quin la contrat para desempear este papel?Aguarde un momento... Voy a decirle la verdad. Me pagan, sabe? Oh, claro!; ya me imagino que no lo hace gratuitamente.Por lo tanto, si usted me paga ms, le dir todo. Cunto? pregunt Baxter, secamente.Mil libras.Las cejas del joven se arquearon.No es usted precisamente barata dijo.Suzy se encogi de hombros.Pague o vyase contest framente.Puedo obligarla a que hable.Ella ri sin estridencias.Permtame, creo que la avispa est ahora en esa cortina...Suzy se acerc a la ventana y sacudi la cortina, de tejido casi transparente. Luego volvi a la mesita y cogi su taza de t, con el plato.La avispa se ha marchado dijo, mirndole por encima de la taza. Dnde est Beryl?Eso s que ya no se lo podra decir, aunque quisiera. Pero si me da mil libras... Tiene que apresurarse, o ser muy tarde.Baxter sinti que se le contraa el estmago.Est secuestrada y en peligro de muerte dijo.No, yo me refera a usted. Suzy suspir. Adis, mil libras!La puerta se abri bruscamente. Dos hombres penetraron en la casa.Me est haciendo preguntas inconvenientes dijo Suzy.Baxter se volvi. Aquellos sujetos, adivin, eran los que le haban estado siguiendo todo el rato.Nosotros las contestaremos por ti, preciosa dijo uno de ellos.Sonriendo desdeosamente, avanz hacia el joven. De sbito, dispar su puo derecho.Dos manos, que parecan tenazas de acero, asieron la mueca y el antebrazo. Al mismo tiempo, Baxter giraba un cuarto a su izquierda y adelantaba el pie derecho. Con el mismo movimiento, apoy el impulso inicial del sujeto, ayudndole a salir disparado contra la pared frontera.El hombre vol casi por los aires. Se oy un rugido inhumano, cuando su rostro choc contra el muro. Cay al suelo y se qued quieto, con la cara baada en sangre.El otro se qued boquiabierto, aunque reaccion muy pronto y sac una pistola. Antes de que pudiera poner el brazo horizontal, una mano se apoder de su mueca. La otra se apoy en el codo.Baxter tir con todas sus fuerzas. El hombre aull, al sentir que le descoyuntaban el brazo. El dolor, insufrible, le hizo caer de rodillas. Baxter alz una de las suyas y la estrell contra el mentn del sujeto, hacindole perder el conocimiento instantneamente.Luego se volvi hacia Suzy. Ella pareca aterrorizada.Baxter sonri, a la vez que mova el ndice en forma de gancho.Ven, preciosa dijo.Suzy retrocedi.No... no...De repente, se encontr sujeta por las muecas!Te voy a torturar anunci Baxter, truculentamente. Te colgar de los pies y con un cuchillo har tiras tu piel... aunque me parece que voy a emplear otro procedimiento mucho ms agradable. Para m, claro.Antes de que pudiera saber lo que ocurra, Suzy se encontr boca abajo sobre las rodillas del joven. Baxter empez a mover la mano derecha contra un trasero muy bien contorneado.Al tercer golpe, nada suave, suspendi la tarea.Si me dejas continuar, vas a tener que dormir boca abajo durante un mes dijo alegremente.Suzy lloraba de rabia.Se llama Helen Brown dijo. Es todo lo que s...Baxter golpe de nuevo. Sabes ms! exclam, inflexible.Ella me facilit algunos datos sobre la vida de Beryl... Dijo que deba permanecer aqu un par de semanas... Si vena alguien a visitarme, yo tena que hacer seales con los visillos... Dnde vive Helen Brown?Murray Grove, cuatrocientos ocho.Baxter se puso en pie de golpe. Suzy cay al suelo.Descuida, no le dir que queras sacarme mil libras sonri.Se acerc al telfono y arranc el cable de un tirn. A prevencin, desenrosc la tapa del auricular y quit el micrfono.Suzy se haba puesto ya en pie y se frotaba las posaderas doloridas.Eres un maldito bruto se quej.Si fueses de otra clase, pensaras de m de forma muy distinta sonri Baxter. Ten cuidado con esos cuando se despierten; podran rebanarte el pescuezo.Ella lanz un chillido de pavor, pero Baxter abra ya la puerta.El coche de sus perseguidores estaba al otro lado de la calle. Baxter cruz la calzada, abri la portezuela y estudi, unos momentos, el tablero de instrumentos.S, all estaba el detector. Un ultramoderno y efectivo sistema de espionaje, pero cmo haban sabido, tan pronto, de su llegada?De pronto se le ocurri la idea de que era una tontera gastarse el dinero en un taxi, cuando all dispona de un magnfico automvil. Dio el contacto y el motor arranc, con satisfactoria suavidad.* * *

Helen Brown sali de la baera, se sec y luego se contempl unos instantes ante el espejo de cuerpo entero que ocupaba una de las paredes del cuarto de bao. Sonri, mientras se acariciaba las caderas con las manos.Era una mujer hermosa y ella era consciente de su belleza. El nico punto negro era su nariz. Se toc el caballete con dos dedos. Si no tuviera ese irracional pnico a la mesa de operaciones..., pens. Un da, no obstante, tendra que decidirse. Su cara ganara enormemente..., pero eso era algo que poda esperar por el momento.Al cabo de unos instantes, meti los pies' en unas aparatosas chinelas de alto tacn. Desnuda como estaba, abandon el bao y camin hacia su dormitorio. Cruz por delante de un silln de alto respaldo y observ distradamente la columnita de humo que sala por el borde superior. Dio dos pasos ms y entonces, sobresaltada, se dio cuenta de que no esperaba ninguna visita.No tema usted, seorita Brown dijo alguien, con acento jovial. S que toda su indumentaria son las chinelas, pero soy un caballero y no me volver para contemplar su esplndida figura.Me parece que conozco esa voz dijo ella, parada en el centro de la sala, con las manos en los costados.Budd Baxter, a su servicio. Esta vez he sido yo quien la ha sorprendido en el bao.Supongo que ser intil preguntarle cmo ha entrado en mi casa.He usado el mismo procedimiento que usted, ayer, en mi suite del hotel.Y aadir que, de un modo poco menos que milagroso, ha podido encontrar mi direccin.Se lo pregunt a mi bola de cristal. Lo sabe todo.Helen entorn los ojos. Del otro lado del respaldo del silln se elevaron unos anillos de humo. Sbitamente, vio asomar una mano.Se le perdi ayer en el hotel aadi Baxter.Helen apret los labios.Eres muy astuto le tute de repente, pero sabes lo que te puede pasar por entrar aqu sin mi permiso? Vas a llamar a la polica?Por supuesto que no. Hay asuntos que se resuelven mucho mejor, de forma privada, entre los interesados.Por ejemplo, el secuestro de Beryl Egan.El parecido es muy notable. Hicimos que Suzy se mudara de casa y, bajo la apariencia de Beryl, se despidiera de las pocas amistades que le quedaban. En realidad, sus amigos ntimos podan contarse con los dedos de la mano y an sobraban. Si alguno hubiese ido a visitarla casualmente y hubiera advertido ciertos cambios en ella, Suzy le hubiera dicho que habra padecido fiebres cerebrales de extrema gravedad, lo que le haba dejado secuelas de amnesia parcial. Pero t no figurabas en el crculo ntimo de Beryl.Eso es muy cierto. Y, sin embargo, estabais enterados de mi viaje a Londres.Alguien nos avis de que tu llegada poda crearnos incomodidades. Sabemos que tu familia y la de Beryl fueron muy amigas, en tiempos, pero, a pesar de todo, t no la conocas a ella personalmente.Eso me hace pensar que habis investigado a fondo sus antecedentes. El asunto mereca la pena, eh?Imagnatelo. Pero an no me has dicho por qu sabes que Suzy no es Beryl.Tampoco t me has dicho dnde est Beryl.Ni te lo dir.Lo cual significa que tenis miedo.No me hagas rer...Si no tuvierais miedo, Beryl no habra sido secuestrada. Alison Larrymore es una impostora, aunque el juez le diese la razn al sentenciar el pleito. Por qu no te levantas? sugiri ella. Para qu? Estoy bien as y te veo en el reflejo del cristal de ese armario donde guardas las porcelanas. Baxter lanz por encima del respaldo el micro- emisor. No quieres decirme dnde est Beryl?Te lo dir si te vuelves insisti Helen.Muy bien, puesto que tanto lo deseas...Baxter se puso en pie y abandon el silln. Helen, sin mostrar el menor rubor por su absoluta desnudez, sonrea, a tres pasos de distancia.De sbito, Baxter capt una indefinible sensacin de amenaza. En Helen, a pesar de que no llevaba encima un solo gramo de tejido, haba cambiado algo.Lo advirti demasiado tarde, cuando ella lanz un seco y penetrante grito que l conoca muy bien: Kiai!!Entonces vio que Helen estaba descalza, pero ella volaba ya por los aires y le aplic con fulgurante rapidez el golpe Dol liyo ha ki o patada circular, saltando en el aire y girando, al mismo tiempo. Los pies parecan muy delicados, pero el que golpe el costado izquierdo de Baxter tena la dureza del granito.Baxter se qued sin respiracin, aunque intent contraatacar, haba perdido ya la iniciativa. Helen ejecut un segundo golpe, el Ap cha ki, o patada frontal, que fue dirigida a su mandbula. A Baxter le pareci que le haban puesto un cartucho de dinamita en el mentn. Despus del fogonazo, vino la oscuridad.CAPITULO IV

Cuando abri los ojos, oy la voz de Helen que hablaba en alguna parte.'Vamos, estpido!; hace media hora que te estoy llamando. Dnde te habas metido? Que habas salido a por tabaco? Ah, ya, claro!; y de paso te has quedado en la taberna de Paddy OBalaclagh a tomarte unas cuantas pintas de cerveza... Escucha y no seas estpido; te conozco demasiado bien, as que no trates de escudarte con pretextos que no creera ni un nio de pecho... Ven para ac inmediatamente, con Mace... Que no sabes dnde est? Pero qu clase de gente tengo yo contratada? Bscalo inmediatamente, condenado hijo de perra!Vaya lenguaje, pens Baxter. Hermosa, pero con una lengua viperina, calific a Helen. Y entonces, cuando quiso incorporarse, se dio cuenta de que estaba atado.Alz la cabeza un poco. S, aquello era una cama y l estaba sujeto a la misma por medio de los cordones de unas cortinas.El costado y la mandbula le dolan, pero hizo abstraccin de aquella sensacin. Lo que le interesaba, ahora, era librarse de sus ligaduras.De pronto, volvi a or la voz de Helen: Hootie? Eres t? Escucha, ven lo antes que puedas... Tengo a Baxter en mi casa... Que baje la voz? Idiota, lo tengo inconsciente y, adems, atado! Que cmo ha venido a mi casa? No pierdas tiempo, tonto; ya te lo explicar todo cuando ests aqu. De todos modos, voy a anticiparte que ya conoce la trampa de Beryl... Est bien, treinta minutos, pero ni un segundo ms.Baxter oy el ruido del telfono al ser puesto de nuevo sobre la horquilla. Luego percibi ruido de tacones.Helen apareci en la puerta de la estancia. Baxter emiti una sonrisa de circunstancias.Es la primera vez que uso la cama para... esta situacin dijo con jovial acento.Quiz, al venir, pensabas darle su verdadera utilidad conmigo respondi ella, maliciosamente.No soy tan presuntuoso; jams me he considerado un conquistador irresistible. Aunque, la verdad, valdra la pena intentar conquistarte.Perderas el tiempo, Budd.Tal vez. Oye, dnde has aprendido a pelear tan bien?Helen (hizo un gesto ambiguo con la mano.Por ah respondi evasivamente. Te duele?Ya se va pasando. Puedo preguntarte qu piensas hacer conmigo?Ella demor la respuesta unos segundos. Ahora llevaba puesta una bata muy corta, de mangas anchas. El color de la prenda era rojo llameante.Lo siento, pero tenemos que quitarte de en medio dijo, al cabo, con tranquilo acento.Lstima, morir tan joven... Aqu?No, no quiero que dejes rastros. Simplemente te narcotizaremos. Ya no despertars. Disclpame, pero tengo que arreglarme. Usars un bal, Helen?Ella se volvi desde la puerta. Cmo lo has adivinado? sonri.Al quedarse solo, Baxter empez a forcejear con las ligaduras. Resultaba evidente que la belleza no haba restado a Helen un pice de su inteligencia. No era la clsica mujer bella, pero tonta, que l conoca muy bien. Hermosa, pero astuta... y mortfera como una pantera.Los nudos estaban bien hechos. Baxter tena las manos pegadas a los costados, aunque poda flexionar ligeramente los costados. De pronto, not un ligero bulto junto a su mano derecha.Sonri, mientras forcejeaba para encoger un poco el brazo. Al fin, logr sacar el encendedor.La llama quem uno de los cordones. Baxter rog para que Helen no captase el olor del tejido quemado. El cordn salt, al fin. El resto fue muy sencillo.Minutos ms tarde, se haba puesto en pie. Cuando se acercaba a la puerta, entr Helen.Ella haba estado arreglndose en otra habitacin y llegaba vestida solamente con sujetador, pantaloncitos y medias, negro todo el conjunto. Cuando quiso darse cuenta de que algo no iba como debiera, el filo de una mano le golpe secamente en el desnudo estmago.Sin respiracin, cay de rodillas, agarrndose la cintura con ambas manos. Su artstico peinado qued deshecho en un santiamn, cuando Baxter la agarr por el pelo, a la vez que apoyaba la rodilla en su columna vertebral, a la altura de los hombros.Si tiro hacia atrs, te romper el cuello dijo.Por favor... rog ella, aterrada.Slo quiero saber una cosa: Dnde est Beryl Egan?Epshaine, Caxton Mancr, Sudbury...Si me has mentido, volver para degollarte. Y esto no es ninguna metfora termin Baxter, duramente.Solt a la joven. Helen se levant como un relmpago, a la vez que giraba en redondo. Baxter decidi que no poda perder tiempo. Haba circunstancias en las que lo que ms convena era la brevedad.Lo breve, en aquel caso, era una mano cerrada en forma de puo. Se oy un seco chasquido, Helen puso los ojos en blanco y cay fulminada.Baxter se dijo que no le convena aguardar a los amigos de Helen. Treinta segundos ms tarde, se hallaba en el pasillo exterior, aguardando la llegada del ascensor.* * *

Caxton Manor era una residencia campestre, no demasiado bien cuidada, pens Baxter, al verla con las ltimas luces del da. Aunque, por supuesto, era el lugar adecuado para esconder a una persona secuestrada.Haba una verja, terminada en agudas puntas, que circunvalaba el jardn que rodeaba la mansin. Baxter la recorri en busca de un lugar para poder entrar, sin necesidad de correr el riesgo de quedarse ensartado como una mariposa al intentar saltar por arriba. La verja de acceso estaba cerrada, pero, inesperadamente, en la parte posterior, descubri una puertecita de hierro, que rompa la continuidad de la verja. Era una salida al campo y tambin el acceso al servicio y a los suministradores. Con gran asombro y no menos placer, Baxter comprob que la puerta no estaba cerrada con llave.Empuj muy suavemente. Hubo un leve chirrido, pero fue la mayor dificultad que encontr. Pas al otro lado y corri de puntillas hacia la puerta de la casa que, sin duda, daba a la cocina.Momentos despus, entraba en el edificio. Olfate un poco, alguien haba hecho la cena no haca mucho rato. Cruz la cocina, abri otra puerta y escuch atentamente.Dos hombres charlaban en alguna parte de la casa. Baxter se pregunt dnde estara Beryl. Seguramente, en alguna habitacin del piso superior.Atraves un pequeo zagun y alcanz el vestbulo. A su izquierda tena una escalera con balaustrada de piedra, que conduca al primer piso. Cuando pona el pie en el primer peldao, oy el ruido de una puerta | que se abra inesperadamente.Un hombre asom y le vio en el acto. Inmediatamente, el sujeto se precipit sobre l, bramando como j un bfalo enfurecido. Jack! Hay un intruso! aull.Baxter se dispuso a contraatacar. Cuando el hombre llegaba a su altura, alz ambas manos, como si fuese a amenazarle la cara. El sujeto vacil ligeramente, pero una fraccin de segundo ms tarde, Baxter le haba cogido por las solapas del traje, a la vez que se dejaba caer de espaldas. Al mismo tiempo, deslizaba sus piernas junto al pie derecho de su contrincante, I en un perfecto sutemi o volteo, que hizo dar al individuo una tremenda voltereta en el aire.Era una impecable ejecucin de la sptima kata, la Iwa-nami, Ola contra la roca. El hombre cay de espaldas, con tremendo golpe, y qued aturdido en el suelo.Baxter se incorpor con la agilidad de un mono. En el mismo instante el otro sujeto cargaba contra l, blandiendo una porra corta y pesada. Cuando el brazo del hombre bajaba, Baxter elev el suyo, en una perfecta parada Teisho uke, lo que bloque la mueca de su adversario. Luego ejecut el Haito uchi, el golpe circular, con el filo de la mano, dirigido al cuello, bajo la oreja. Pero en el mismo momento, el otro se mova en sentido contrario, tal vez por el instinto de buscar una mejor posicin para su contraataque.El golpe, seco, parti unas vrtebras. Dos ojos giraron horriblemente en sus rbitas. Un cuerpo humano cay al suelo, flccido, como un saco vaciado repentinamente de su contenido.Baxter inspir con fuerza. Mene la cabeza. El no haba querido matar; no haba aprendido las Artes Marciales para cortar vidas humanas, sino para defenderse. Haba sido un encuentro de mala suerte.Pero a fin de cuentas, yo no he secuestrado a Beryl gru, mientras se lanzaba escaleras arriba hacia el piso superior.Cinco minutos ms tarde, llegaba a una sorprendente, pero tambin desoladora conclusin.Haba un dormitorio vaco, con evidentes seales de haber estado ocupado hasta haca muy pocos minutos. Beryl, pens Baxter, no era una chica tonta. Las ligaduras cortadas que yacan sobre el suelo, as lo indicaban.Beryl haba estado tendida sobre la cama; el hueco de su cuerpo todava estaba marcado en el lecho. Pero no la haban atado a la cama y ella haba podido levantarse y caminar a saltitos, hacia un viejo tocador, al pie del cual se vean un par de frascos rotos. Los vidrios le haban servido para cortar sus ataduras. Tambin se vean algunas gotas de sangre; era inevitable que se hubiese cortado en sus esfuerzos para conseguir la libertad.La noche haba cerrado ya. Baxter pens que era intil buscar a la muchacha. Beryl ya no estaba secuestrada, pero era lgico imaginarse que buscara un escondite apropiado.Y si sus secuestradores no saban encontrarla, l, prcticamente recin llegado a Inglaterra, todava tena menos probabilidades.* * *

Por la maana, se levant muy tarde. Despus de un somero desayuno, llam a recepcin y pidi le pusieran en contacto con MacDonald Woodle.Unos minutos ms tarde, hablaba con una secretaria:El seor Woodle est ocupado en estos momentos. Deme su mensaje y se lo transmitir inmediatamente.Me llamo Baxter y soy amigo de la familia Larrymore. Deseo hablar personalmente con el seor Woodle. Me hospedo en el Black Prince...Muy bien, seor Baxter, as se lo comunicar. Le llamar en cuanto el seor Woodle pueda atenderle Baxter colg el telfono. Permaneci pensativo durante unos momentos y luego abandon su habitacin.En el vestbulo, busc una cabina telefnica. Por medio de la gua, supo la direccin de Alison Larrymore.Reflexion con rapidez. Por un instante, se sinti tentado de desempear el papel de espa, pero decidi que lo mejor era un ataque frontal. Sali de la cabina y se encamin hacia la calle, pero cuando pasaba frente a la recepcin, uno de los empleados llam su atencin.Seor Baxter...El recepcionista le tenda el telfono. Baxter lo tom.'Hola! son la voz de Helen Brown. Has dormido bien?Perfectamente, cario. Pensando en ti, por supuesto, se duerme maravillosamente.Yo cre que te remordera la conciencia. No tienes nada de qu acusarte?Defensa propia contest l, significativamente.Eso no tiene importancia. Es la ley de la jungla, Budd. Yo me refera a otra cosa. Beryl?Exacto. Dnde est?Baxter suspir.Hermosa, puede que me creas, puede que no; de todos modos, en estos momentos estoy dicindote la verdad. Beryl result ser ms lista de lo que todos cremos.No mientas, Budd...Tengo ya unas ganas locas de que el videfono sea tan popular como el telfono. Si ahora dispusiramos de ese Utilsimo aparatito, me veras con la mano derecha levantada, en seal de que juro decir la verdad, toda la verdad y nada ms que la verdad.Helen guard silencio durante unos instantes.Voy a tener que creerte, Budd dijo al cabo.No miento asegur l. Pero tampoco puedo evitar tus dudas. Sin embargo, he dicho la verdad. Hasta la vista, hermosa.Baxter devolvi el telfono al empleado, sonri v se dirigi hacia la salida.Dnde diablos se haba metido Beryl Egan?La chica era ms lista de lo que todos haban credo. Sin embargo, tena una enorme desventaja.Poda esconderse, pero le era absolutamente imposible demostrar que era la autntica heredera de Henry Larrymore.CAPITULO V

La doncella, correctamente ataviada en blanco y negro, tom la tarjeta de manos del visitante y dijo que iba a entregrsela a su destinataria. Mientras aguardaba, Baxter se acerc a una consola artsticamente trabajada y contempl el reloj de sobremesa, en el que unas figuritas, que representaban un grupo de pastores y pastoras, se movan incesantemente al comps de la maquinara.La caja del reloj pareca de oro macizo. El metal precioso y el trabajo le conferan un valor excepcional. Aquel reloj, sin duda, junto con la consola y otros muebles de singular elegancia, procedan de la herencia del viejo Larrymore. Los dos cuadros que haba en la pared opuesta eran, sin lugar a dudas, autnticos Turner. Baxter los contempl lleno de admiracin y envidia, al mismo tiempo.De pronto, oy una voz femenina:Seor Baxter...El visitante se volvi. Alison Larrymore estaba frente a l, exquisitamente ataviada, con el bolso en el brazo izquierdo y los guantes de finsima piel de Escocia en la mano derecha. Ella vesta traje de chaqueta, severo en apariencia, pero muy elegante. La blusa era cerrada y en el cuello se vea un valioso camafeo de marfil, oro y brillantes.El conjunto resultaba sumamente atractivo. Era indudable que Alison posea el sentido de la elegancia. Los zapatos, de cocodrilo, hacan juego con el bolso. Pero sus ojos, muy azules, eran duros y fros.Gracias por haber accedido a recibirme, seorita Larrymore dijo Baxter. Sin embargo, me parece haber llegado en un mal momento.As es confirm la joven. Voy a pasar una temporada en mis posesiones de Escocia.En Earnley Castle, sin duda.Alison levant las cejas. Cmo lo sabe? pregunt.Baxter sonri.S que Earnley Castle forma parte de la herencia de Henry Larrymore. Tambin s que usted es una impostora.Despus de aquellas palabras, sobrevino un helado silencio. Baxter capt en las pupilas de Alison una leve chispa de furia, pero tambin haba temor en aquel destello.Sbitamente, Alison volvi la cabeza un poco. Ketty!La doncella apareci a los pocos instantes. Seorita?Haga el favor de avisar a la polica. El seor Baxter me est molestando con sus groseras dijo Alison, secamente..Pero, seorita! se horroriz la doncella.Haga lo que le ordeno o la despedir inmediatamente, Ketty.S, seorita...Baxter levant una manoNo ser necesario que llame a la polica. Me marcho inmediatamente. Pero usted sabe, mejor que nadie, que lo que acabo de decir es la pura verdad, seorita Larrymore.Ya no aadi una sola palabra ms: Dio media vuelta y se dirigi hacia la salida:Minutos ms tarde, vio a Alison cruzar la acera. El chfer, uniformado, mantena abierta la puerta del Rolls Royce. Cuando el coche hubo arrancado, Baxter se puso un cigarrillo en los labios.Qu precio haba tenido que pagar Alison por desempear aquel papel?, se pregunt.Cuando regres al hotel, se encontr con un mensaje:El abogado Woodle ha dicho que le recibir esta tarde, en su despacho, a las cuatro y media en punto le inform el atildado encargado de la recepcin.* * *

MacDonald Woodle era un hombre de unos cuarenta aos, alto, delgado, de rostro aquilino y mirada inteligente. Despus de los primeros saludos de cortesa, se sent tras su lujosa mesa de despacho y junt sus manos, con los codos apoyados sobre el resplandeciente tablero de caoba de la mesa.Puedo concederle quince minutos, seor Baxter declar. Cul es su problema, por favor? Si va a necesitar ms tiempo, mi primer pasante podra continuar atendindole...Baxter sonri levemente.Creo que sobrarn minutos de ese cuarto de hora contest. El asunto que me trae aqu, se refiere a la herencia de Henry Larrymore.Est resuelto ya dijo Woodle framente. El juez 'dict sentencia de una forma que no deja lugar a dudas. Las pruebas que present en nombre de mi cliente, eran irrefutables.'Las pruebas, tal vez, pero no la personalidad de su cliente. Qu es lo que quiere decir, seor Baxter?Se lo he dicho a ella hoy mismo, antes de medioda. Alison Larrymore no es la nieta de Henry Larrymore.Woodle sonri con aire de superioridad. Va a saber usted ms que un juez, cuya probidad est fuera de toda duda?No se me ocurrir jams dudar de un juez ingls, seor Woodle. Pero hasta el juez ms honesto puede ser engaado por unas pruebas amaadas, o una personalidad tan hbilmente falsificada, que nadie sepa advertir la trampa. Y esto es lo que sucede, en el caso presente: Alison Larrymore es una impostora.Seor Baxter; por mi profesin, estoy acostumbrado a or muchas cosas en este despacho. Lo que no me gusta or son insultos personales. Por lo tanto, le ruego se sirva marcharse inmediatamente. Es todo lo que tiene que decirme sobre el caso Larrymore?La entrevista ha terminado respondi Woodle, con glacial acento.La entrevista, s, pero no el caso. Apenas acaba de empezar, aunque ustedes cuenten con la sentencia favorable de un juez.Baxter se dirigi hacia la puerta.Un castillo en Escocia, con cientos de hectreas de terrenos altamente productivos, incluso un pequeo lago, muy rico en pesca; acciones y bonos de todas clases, un lujoso piso en Londres, en Maida Vale... Todo eso mereca muy bien el trabajo de hacer una falsificacin a fondo. Pero las falsificaciones, inevitablemente, acaban por ser descubiertas. Salga! dijo Woodle. Salga, antes de que llame a mis empleados, para que lo expulsen a viva fuerza...Por favor, una ltima pregunta. Usted se encarg de la defensa de Alison... llammosla Larrymore. Quin fue el abogado de Beryl Egan?La seora Egan es una deshonra para la profesin respondi Woodle, altaneramente. Como abogado en ejercicio, defendi ella misma su propia demanda. Sin la menor posibilidad de xito, por supuesto. Oh, una increble sorpresa! exclam Baxter. Luego emiti una brillante sonrisa. He tenido un gran placer en darle a usted un enorme disgusto, seor Woodle.El abogado se qued con la boca abierta. Baxter abri y abandon el despacho, antes de que el leguleyo tuviese tiempo de replicar a su mordaz despedida.* * *

Aquella tarde, Baxter se desplaz a la casa donde haba encontrado a la doble de Beryl Egan, pero no encontr a nadie. La casa estaba completamente vaca.Regres al hotel. Acaso recibiese alguna llamada... los autores del plan de suplantacin deban de sentirse muy inquietos. Haban trazado un plan que deba de parecerles casi perfecto, pero, inopinadamente, se haba infiltrado un granito de arena en su bien engrasada maquinaria.Sin embargo, nadie llam ni dio seales de vida. Baxter empez a pensar en la conveniencia de hacer una segunda visita a Helen Brown.Decidi dejarlo para el da siguiente. Despus de cenar, estuvo un rato en la sala de fiestas del hotel. Cuando subi a su habitacin, son el telfono.Baxter levant el aparato precipitadamente. Lina voz dulce, muy insinuante, dijo algo de aliviar su soledad. Baxter estuvo a punto de contestar con una grosera. Sin embargo, dio una respuesta llena de buen humor:Detesto a las mujeres, guapa. Soy alrgico al sexo opuesto dijo, con voz un tanto aflautada.La desconocida le envi por telfono un insulto atroz. Baxter se ech a rer y dijo que se lo aplicase al autor de sus das, si acaso le conoca, extremo acerca del cual senta grandes dudas. Luego colg el telfono, agarr una novela policaca y se dispuso a provocar la llegada del sueo.A la maana siguiente, el repiqueteo del timbre del telfono atraves chirriante las brumas que envolvan su cerebro. Alarg la mano y coloc el aparato casi bajo la almohada, que le cubra la cabeza en aquellos momentos.Baxter dijo, con voz pastosa.Soy Beryl Egan.Baxter se sent en la cama inmediatamente. Beryl Egan? repiti.Exacto. No ser Suzy Hatcher?No tengo el honor de conocer a esa seora...Pero a m s me conoce y, sin embargo, no nos hemos visto jams.Se lo explicar todo cuando venga a verme. Nmero doscientos catorce, Wandstone Road, Harlow. Use la autopista once. Eso es todo.Son un clic. Baxter contempl el telfono, maravillado.Esto parece un milagro dijo.Pero, de sbito reaccion y se levant de un salto, para subir disparado hacia el bao. Al terminar, pidi el desayuno.Beryl estaba segura, pens, y no importaba perder unos minutos en reponer fuerzas. Cuando termin, baj a recepcin y orden que le pidieran un taxi.* * *

La casa tena el mismo aspecto que docenas de edificios situados en aquel suburbio: planta, primer piso, tejado a dos aguas, con un par de buhardillas, y un pequeo jardn alrededor. Baxter llam a la puerta y esper unos instantes.Al cabo de unos minutos, se abri la puerta.Soy Baxter dijo.La chica le tendi una mano.Beryl Egan, Larrymore de soltera se present, Quiere entrar?Gracias.La casa era sencilla, pero decorada con un buen gusto innegable. Es suya? pregunt Baxter.S. Heredada de mis padres, pero ello no tiene nada que ver con los bienes del abuelo. Oh, comprendo! T? Caf?Caf, muchas gracias,Beryl y Suzy, apreci Baxter, eran muy parecidas. Pero la semejanza slo podra engaar a un observador superficial.Ella volvi, minutos ms tarde. Cmo supo usted que yo estaba en Londres? pregunt Baxter.Llam a Nueva York. El servicio de informacin telefnica se encarg de localizar su direccin. Alguien me dijo que usted estaba en Londres.Chica lista sonri l. Ha perdido mucha sangre?Beryl ense la mueca izquierda, rodeada por una venda.No fue una hemorragia mortal contest, a la vez que se sentaba frente al visitante. Su abuelo fue gran amigo del mo.S, es cierto. Pero yo no la conoc a usted. Naci con algunos aos de retraso respecto a m.Ocho puntualiz ella, sonriendo.Beryl, usted se cas y enviud. Suele suceder a una edad tan temprana como la suya, pero no es corriente.El se mat en un accidente de automvil. Iba demasiado bien acompaado.Y no lo siente.Siento la prdida de una vida humana, simplemente. Bueno, y la de la mujer que le acompaaba. Pero eso es todo.Comprendo. Cmo se le ocurri llamarme?El abuelo me lo dijo hace muchsimos aos y se me qued grabado en la memoria. Si un da ests en un apuro, llama a un Baxter, me aconsej. Naturalmente, dio ms detalles de su familia... y yo me acord cuando estaba en un apuro.El cual, por cierto, no es una tontera coment Baxter. Pero hay algo que todava me intriga sobremanera. S?Usted es la nieta de Henry Larrymore. Sin embargo, ha perdido el pleito.Haca aos que nos habamos distanciado de una forma prcticamente total. Cada uno tenamos nuestras ideas. La discrepancia se agudiz cuando me cas con Bill Egan.Y el abuelo la deshered.Beryl hizo un gesto negativo.No. Simplemente, me ech de su casa, pero, que yo sepa, no me deshered. En el juicio apareci el testamento, y eso es lo preocupante, a mi entender, porque yo no tena ni idea de dnde poda hallarse ese documento. Bueno, el testamento y muchos otros papeles y libros que ahora han desaparecido. De haber contado yo con esa documentacin, el fallo judicial habra sido muy diferente.Es probable, pero no haba nadie que la reconociese a usted como la nieta de Henry' Larrymore?Usted debe saber, sin duda, que yo pas mi infancia y hasta parte de mi adolescencia, interna en un colegio, ya que el abuelo estaba demasiado absorbido por sus negocios. Si l muri prcticamente de viejo, todos los sirvientes que me conocan, an ms viejos que l, le haban precedido. Por tanto, la servidumbre actual no me conoce como nieta de Henry Larrymore.Sin embargo, alguno deba saber...Los que saban algo, estaban enterados de que me cas a los dieciocho aos y que, entonces, no puse los pies en casa de mi abuelo. Precisamente, la ltima vez que estuve, a fin de tratar de suavizar la situacin, el abuelo me despidi de la peor manera que pueda imaginarse. Orden al mayordomo que me echara a la calle. Textualmente, dijo: Esa mujer no es mi nieta. Imagnese lo que el mayordomo declar en el juicio.Concluyente admiti Baxter. De modo que la documentacin fue robada...S.Pero dnde estaba?De pronto, llamaron a la puerta. Beryl se puso en pie.Dispnseme, seor Baxter dijo.Por favor, llmeme Budd sonri l.Baxter vio que la esbelta muchacha se diriga hacia la puerta. Unos segundos ms tarde, la vio retroceder, con las manos en alto.Bien dijo, satisfecho, el hombre que empuaba la pistola, la hemos encontrado.CAPITULO VI

Detrs del hombre de la pistola, entr otro, igualmente armado. Baxter se levant, durante un segundo, dispuesto a lanzarse a la pelea, pero casi en el acto desisti de sus intenciones, ya que no tena la seguridad de que se disparase un tiro. Beryl poda, entonces, resultar herida. Era preferible aguardar el curso de los acontecimientos, decidi finalmente.Apostara algo a que uno de los dos es Mace sonri.Yo declar orgullosamente el primero de los intrusos. Mace Rayner. Este es Boddus Corcoran.Encantado, amigos dijo Baxter. Puedo saber qu es lo que buscan aqu?Espere un minuto, por favor respondi Rayner afablemente. Boddus, viglalos, pero sobre todo a l. Es muy peligroso; anteayer se carg a Ken Willis.Corcoran mir a Baxter con admiracin.Es usted todo un to dijo. Ps, corrientito! contest el joven modestamente.Mientras tanto, Rayner se haba acercado al telfono. Marc un nmero, esper unos instantes y luego dijo:Los tenemos... S, en donde usted indic. Ella y l... Bien, esperamos.Rayner volvi el telfono a la horquilla. Luego hizo un ademn.Pnganse cmodos, por favor dijo.Es usted muy amable elogi Baxter. Beryl, sintese a mi lado, seguiremos la conversacin en el punto en donde la habamos dejado. Es decir, si estos caballeros no nos prohben hablar. Oh, por favor! dijo Rayner con irnica cortesa; en Inglaterra, la libertad de expresin es uno de los derechos fundamentales de la persona.Resulta maravilloso sentirse prisionero de unos gnsteres tan bien educados. Beryl, cuando estos amigos nos interrumpieron, yo le haba preguntado dnde estaban los documentos.En la vieja fbrica del abuelo. La cerr hace algunos aos y liquid todas las instalaciones. Pero l escondi la caja de caudales tras un falso tabique y nadie saba dar con ella... excepto dos personas que la encontraron, abrieron la puerta con un soplete y mataron a un guardia. Horroroso! En Inglaterra, matar a un agente de la ley puede ser causa de una condena a la horca, aun estando abolida la pena de muerte.S, pero el caso es que nadie sabe quines son los ladrones.Se podra averiguar, si se supiera dnde adquirieron ellos tan excelente informacin dijo Baxter.Creo que eso no sera demasiado difcil. MacDonald Woodle era el abogado del abuelo. Oh, creo que comprendo...! Las cosas se van aclarando, Beryl.Puede ser, pero estoy tan lejos de conseguir lo mo, como el da en que mi abuelo me ech de Earnley Castle se quej la muchacha.Es preciso armarse de paciencia...Rayner extendi su brazo.Eso mismo digo yo siempre. Paciencia, que con paciencia, a todas partes se llega dijo irnicamente.Incluso al infierno contest Baxter. Oh!, para qu est uno en esta vida? Nace, crece, ama, envejece y al cabo la dia. Lo que pase despus, no importa.Beryl, este hombre es un descredo dijo Baxter, vuelto hacia la muchacha.Yo dira que es algo mucho peor contest ella.Por m no se reprima exclam Rayner, burln. Los insultos puede que no sean agradables de or, pero no hacen dao al cuerpo.Es que no quiero seguir, para no tener que lavarme la boca despus dijo Beryl.Por cierto, Mace, a quin ha llamado usted por telfono? pregunt el joven.No sea curioso, hombre. Ya lo sabr cuando llegue.Baxter hizo un gesto con la cabeza.Apostara algo a que se trata de Helen Brown murmur.Rayner volvi la cara a ambos lados.En esta casa, no hay para entretener la espera? pregunt.S, tengo peridicos y revistas, pero son atrasados. Como en la sala de espera del dentista dijo Beryl, irnicamente.La chica tiene humor, t intervino Boddus.As da gusta trabajar sonri Rayner, con una botella y un vaso en la mano. Oiga!; cmo mat a Willis? se dirigi a Baxter.Si me lo permite, le har una demostracin. Oh, muchsimas gracias, otro rato! Boddus, quieres un trago?Desde luego.Rayner tom un sorbo de su vaso y cogi otro, que llen parcialmente. Corcoran se puso en pie y empez a cruzar la sala, en direccin a su compinche.Entonces, Baxter decidi aprovechar la ocasin.Estaba sentado en el divn, junto a la muchacha. Delante de s tena una mesita baja, de forma rectangular, con la parte superior de mrmol. Era un mueble relativamente pesado, pero Baxter lo lanz hacia adelante, de modo que resbalase por el pulido pavimento de madera encerada.* * *

El encuentro entre las piernas de Corcoran y la mesa se produjo al final de dos trayectorias convergentes. Rayner empez a gritar, pero su compinche ya no tena tiempo de detenerse.Corcoran tropez y cay hacia adelante. Con desesperacin, Rayner trat de echarse a un lado, pero la cabeza de Corcoran le golpe en un hombro y le hizo caer de costado. La pistola se desprendi de sus dedos, aflojados instintivamente, para extenderlos y apoyarse en el suelo al trmino de la cada.Beryl se puso en pie, con los nervios en tensin. Corcoran maldijo obscenamente, mientras forcejeaba para levantarse. Cuando se pona de rodillas, el filo de una mano, lanzada en un incontenible Haito uchi o golpe semicircular, le golpe bajo la oreja izquierda. Corcoran sinti como una especie de sacudida elctrica, que repercuti agudamente en su cerebro, y perdi el conocimiento.Rayner, ms gil, se haba puesto en pie. Baxter decidi pasar del karate al judo. Para el ataque de Rayner, la Ryote-dori o presa con ambas manos, sera lo mejor.Rayner confiaba en la fortaleza de sus msculos, pero no cont con la suprema habilidad de su adversario. Cuando quiso darse cuenta, tena ya las muecas rodeadas por las manos de Baxter.Inmediatamente, Baxter dio media vuelta a su izquierda, avanz su pie derecho tambin hacia la izquierda, y liber la mano izquierda de Rayner, con lo que su mano derecha qued libre. Tir de la derecha de Rayner y, haciendo un movimiento circular, bloque el brazo derecho de su oponente. Ahora ya slo le faltaba inclinarse hacia adelante. En un entrenamiento le habra bastado marcar el ejercicio simplemente. Pero estaba actuando en la realidad y el caso era muy diferente.Los pies de Rayner se separaron del suelo. Una fraccin de segundo despus, volaba por los aires, sobre la cabeza de Baxter.Beryl contempl la escena con ojos fascinados. Rayner aterriz sobre un silln, lo volc y cay al otro lado, lleno de aturdimiento, aunque no inconsciente, ni mucho menos.Sin embargo, haba perdido la iniciativa. Baxter empleaba sus conocimientos de Artes Marciales para defenderse, no para matar, a menos que se encontrase absolutamente acorralado. Cuando Rayner se incorporaba, con movimientos muy lentos, us el codo derecho, en un Tate hiji ate. El golpe, dirigido de abajo arriba, alcanz de lleno el mentn de su adversario. Rayner puso los ojos en blanco, se tambale y cay al suelo, completamente Sin conocimiento.Entonces, atnita, Beryl se dio cuenta de que el combate, que le haba parecido de interminable duracin, haba transcurrido en poqusimos segundos.Baxter mir a la joven y sonri.Alguien va a venir dijo. Rayner lo anunci, pero me parece que no conviene que esperemos.Ella, muda de asombro todava, hizo un gesto de aquiescencia. Vmonos! aadi.Beryl agarr su bolso. Instantes despus, se hallaban en la calle. Entonces, Baxter repar en el coche de los hampones.Aguarde un momento.Entr en el coche y arranc a tirones, unos cuantos cables.Pediremos un taxi dijo, con brillante sonrisa. Aunque me parece que, si esto sigue as, me va a salir ms a cuenta alquilar un coche.Inmediatamente, echaron a andar. Ella dijo:Me siento pasmada. Es usted un superhombre?No ri Baxter. Simplemente, hace aos que aprend las Artes Marciales Orientales. Ahora bien, me entreno prcticamente a diario y procuro aprender nuevas tcnicas, eso es todo.Ellos estaban armados...Confiar en un arma suele ser funesto. Yo prefiero emplear solamente mis manos... Bueno, tambin los codos, las rodillas... En esto, todo vale. Pero convendra que nos trazsemos un plan de accin.No s, siquiera, por dnde empezar confes Beryl.Todas las cosas empiezan por un principio. Dgame cul fue el suyo.Bien, el abuelo muri, yo reclam la herencia, porque no apareca el testamento y, de pronto, surgi Alison Larrymore. Ella s present los documentos. Los peritos calgrafos dictaminaron su autenticidad, cosa que yo no negu nunca. Lo que sucede, es que los testigos declararon que no me conocan como la nieta del difunto Henry Larrymore.Y a Alison, s.Tampoco, pero ella tena toda la documentacin. Eso result definitivo. Sabe cmo la consiguieron?Hace, algunos meses, se produjo un hecho raro en la vieja fbrica del abuelo...Beryl explic lo que haba ocurrido all. Al terminar, Baxter se qued muy pensativo.De modo que haba una caja de caudales, oculta tras un muro de ladrillo.S. El abuelo, a veces, tena cosas raras... igame, Beryl!, no recuerda usted de nadie que haya conocido a su abuelo con cierta intimidad? Supongamos un alto empleado de la vieja fbrica. Qu le parece?Ella chasque los dedos. John Stephens! exclam. Quin es ese caballero? pregunt Baxter.El jefe de contabilidad. Se retir cuando el abuelo ces en el negocio. Prcticamente, era el que diriga la fbrica.Entonces, tiene que estar enterado de muchas cosas. Sabe dnde vive?Desde luego.En aquel instante, Baxter divis un taxi libre. Alz la mano, sonri y dijo:Dele la direccin de Stephens al taxista.* * *

Una hora ms tarde, Baxter llamaba a una puerta. Beryl, a su lado contena su impaciencia.No contesta nadie dijo l.Stephens viva en un suburbio. Su casa, como todas, era de planta y piso, y estaba rodeada por un jardn. A Baxter le pareci que un jubilado deba de estar en casa, entreteniendo sus ocios con algn trabajo casero, o bien cuidando el jardn.Esprame, dar la vuelta dijo.Baxter rode la casita. La puerta posterior estaba entreabierta. Algo le golpe el pecho. Era el silencio que se perciba en el interior.Avanz unos pasos. De pronto, vio unos pies que asomaban por una puerta. Dio dos pasos y vio el cuerpo, boca abajo, con el pelo blanco manchado de sangre.La voz de Beryl son, de pronto, en la entrada. Est en casa, Budd?No entre. Stephens ha muerto.Ella lanz un pequeo chillido. Baxter regres a la cocina.Alguien ha considerado muy prudente asesinar a Stephens dijo, mirndola fijamente. Por qu? Era un hombre bueno, leal...Tal vez por eso mismo. Beryl; cmo es que no compareci en el juicio para declarar a su favor?Haca muchsimos aos que no nos veamos. Ms de doce... Yo era una chiquilla... S que era bueno y fiel, por lo que le haba odo al abuelo...Baxter la empuj hacia la puerta.Tenemos que marcharnos dijo. Adnde? Yo no puedo volver a mi casa le record ella. Quin lo ha dicho? Ellos creen que no vas a volver, por lo que se habrn marchado, de modo que vamos a regresar all inmediatamente. Con tranquilidad, trazaremos un plan de accin para conseguir que la reconozcan como la legtima heredera de su abuelo.Lo veo muy difcil, Budd. Soy abogado, comprende?Baxter sonri maliciosamente.Usted es la nieta de Larrymore. Tarde o temprano, demostraremos la verdad afirm, con rotundo acento.Cuando estaban en el taxi, Baxter record algo que le intrigaba sobremanera.No acabo de entenderlo. Por qu la secuestraron? Si usted, legalmente al menos, no era ya un obstculo para ellos, el secuestro, a mi modo de ver, no tiene sentido.Siento no poderle dar una respuesta satisfactoria. Hay muchas cosas, aqu, que no acabo de entender en modo alguno.Es cierto suspir l. Slo se entiende una cosa, Beryl. Cul? pregunt la muchacha.Una herencia de un par de millones. Y se me est ocurriendo algo, adems, que esmero que pueda ayudarnos muchsimo. Habla en serio? Se puede bromear, despus de haber visto muerto a John Stephens?Ella hizo un gesto negativo.No, no se puede bromear convino. Pero qu se le ha ocurrido?Un viaje a Earnley Castle. Para qu, Budd?Alison Larrymore, o como quiera que se llame la rubia, est all. Una entrevista con ella resultara de gran inters. De todos modos, antes de emprender ese viaje, har una visita. A quin, si puedo saberlo?Baxter sonri para s.Se lo dir despus de la entrevista respondi, evasivo.CAPITULO VII

La puerta se abri y la doncella alz un poco las cejas al reconocer a su visitante.Ella le ech de casa dijo.Baxter asinti.Lo admito. Pero ella no est ahora en casa, Ketty. Tena las manos a la espalda y, de pronto, ense una monumental caja de bombones. Las flores son muy bonitas, pero slo alimentan la vista.La cara de la doncella se suaviz un tanto.Entre invit.Puede llamarme Budd, Ketty. A propsito, cul es su apellido? Oh! Rebosa nobleza por cada una de sus letras: Smith.Al menos, no se puede negar que es muy antiguo. Ketty, por qu no abre la caja de los bombones?Est tratando de conquistarme ri ella.Lo admito.Ketty solt el enorme lazo que adornaba la caja, rompi la celofana y levant la tapa. Sobre los bombones haba una capa de billetes de cinco libras.Budd, qu significa esto? pregunt, sbitamente recelosa. Ests sola en casa?S, pero me pagan muy bien...Nadie tiene por qu saber nada. Con toda desenvoltura, Baxter se acerc a la barra que haba en uno de los ngulos de la sala y destap una botella de whisky. Creo que doscientas libras te permitirn comprarte un bonito vestido... o simplemente guardarlas en tu libreta de ahorros. Con lo que pierde la moneda, a causa de la inflacin? dijo Ketty, risuea. No, gracias; ya encontrar motivos para cooperar en esa inflacin, gastando y no ahorrando. Pero qu quieres saber? Quin es Alison Larrymore?Para m, es ella. Hace slo tres meses que estoy a su servicio. Los informes que le present son excelentes. La paga, estupenda. El trabajo, y, sobre todo, ahora que est en Earnley Castle, escaso. Puedo pedir algo ms?Encuentro raro que una dama acaudalada salga de viaje y no se lleve a su doncella personal. Por qu?Ketty se acerc al visitante y le quit el high-ball de la mano.En Earnley Castle tiene sirvientes de sobra dijo. Quin eres t? Qu buscas? pregunt.La verdadera identidad de Alison Larrymore. Ella no es quien dice ser.Yo no me meto en los. Si es una impostora, all ella.S, tienes razn. Pero, en tres meses, calculo, habrs podido enterarte de algunas de sus amistades...Ketty entorn los ojos.Es curioso dijo. Hace algunas semanas, vino un tipo a verla. Bastante guapo, pero no de su clase. Hablaron durante un buen rato y luego ella le dio un cheque. S que se llama Mike Heats y... Aguarda un momento; ella anot su direccin.La doncella fue a una consola, en la que estaba el telfono, abri una agenda, pas algunas hojas y, al fin, levant la mano izquierda;Anota dijo. Tyers Street, veintiocho, Lambeth.Tengo buena memoria sonri Baxter. Parece como si ese Mike y Alison hubiesen tenido cierta /elacin en tiempos.Yo tambin pienso lo mismo. El cheque fue como una especie de paga de licenciamiento, supongo. Desde luego, Mike se fue contentsimo. Por eso est aqu su direccin, porque le dijo que la anotase por si volva a necesitarle.Ketty, no s cmo darte las gracias. De una cosa puedes estar segura; no dir hada de mi visita.Aguarda un momento.Ketty corri hacia Baxter. El joven la mir inquisitivamente. Tienes mucha prisa? pregunt ella, insinuante.Hombre...Estamos solos. Y t me caes muy bien.Baxter pellizc la mejilla de Ketty. Era una joven de apetitosos contornos, pero no poda distraer un solo minuto a su tiempo.T tambin dijo, tras una cortsima pausa. Quiero decir que tambin me gustas una barbaridad, pero ahora tengo muchsima prisa. Si no tienes inconveniente, te llamar por telfono.Puesto que no hay otro remedio... se resign la doncella.Minutos despus, Baxter estaba en la calle. Tom un taxi y le dio la direccin de Mike Heats.* * *

La puerta se abri slo unos centmetros. Una voz recelosa dijo:No tengo nada que comprar. Lrguese.Usted no tiene nada que comprar, porque ya han comprado su conciencia, Mike. O lo he soado? exclam Baxter, sarcsticamente. Es usted de la polica?No.La puerta se abri un poco ms. Heats mir suspicazmente al joven.No, no parece un poli dijo. Pero qu diablos quiere de m?Baxter ense un abanico compuesto de diez billetes de cinco libras. Hablar de Alison Larrymore.Entre.Heats cerr la puerta. Luego sac tabaco y fsforos, aunque no ofreci de fumar al visitante. Baxter se dio cuenta de que Heats estaba muy nervioso. No slo le temblaba la mano con la que sostena el fsforo encendido, sino tambin el cigarrillo en los labios.Tiene miedo adivin.Heats expuls el humo, nerviosamente.S. Lo admito. Pero le juro que yo no me imagin nunca que la cosa iba a acabar tan desastrosamente. Artie era un tipo sanguinario. A l no le import cargarse a un polica, comprende?Baxter se dio cuenta de que el sujeto estaba ya derrotado por el miedo. Y quiz no tema solamente a Scotland Yard. Qu pas? quiso saber.Ella nos contrat. Dijo que la caja fuerte estaba oculta tras una pared de ladrillo. Quera que le llevsemos todos los documentos. Cuando estbamos terminando, apareci un polica. Artie le quem la yugular con el soplete. Quin es ella?No dio su nombre. Slo dijo que encontraramos los documentos y que, cuando se los entregsemos, nos pagara mil libras a cada uno. As lo hicimos... pero tambin es cierto que encontramos cinco mil libras en la caja fuerte. Artie y yo nos repartimos la pasta...Mike, por qu tiene miedo?Hace cuatro das, una lancha de la polica sac el cadver de Artie del fondo del Tmesis. Tena en la nuca un agujero de bala.Baxter silb tenuemente.Se comprende dijo. Pero, hay algo que me extraa, Mike. Le pagaron mil libras, ms dos mil quinientas que se qued del dinero que haba en la caja fuerte, ms... Cul era el importe del cheque que le entreg Alison?Cinco mil rezong Heats, de mala gana.Eso suman ocho mil quinientas libras. Ha derrochado todo ese dinero en poco ms de medio ao?La boca de Heats se lade, en un gesto que era ms bien una mueca de malhumor.Me he dado a la buena vida. Adems, tengo mala puntera cuando he de acertar un ganador en las carreras. El dinero que llega fcil, se va fcil contest, con un toque final de filosofa barata.No hay duda convino Baxter, sonriendo. Pero volvamos a la mujer que les contrat. No sabe el nombre... Vio su cara?Aguarde un momento, le explicar cmo sucedi todo. Desde luego, yo no s cmo se enter de que Artie y yo ramos socios. Es de suponer que tendra buenas referencias... El caso es que Artie vino, me busc, y fuimos juntos a una direccin. Alguien abri la puerta, pero no vimos sino a la mujer... Digo que la vimos, porque la entrevista se desarroll en una habitacin casi a oscuras, con una sola lmpara que nos daba en la cara. Ella estaba detrs y hasta apostara que tena el rostro tapado con un velo negro. Nos indic la direccin de la vieja fbrica y el lugar donde debamos buscar. El premio era de mil libras para cada uno. Slo cit los documentos, no habl de otra cosa, as que nos quedamos con las cinco mil libras. Como no se lo dijimos, ella no protest.Lgico. Bien, Mike. Qu pas despus, cuando encontraron los documentos? Oh! Se los llevamos a casa, nos pag y ya no la hemos vuelto a ver. La entrevista se desarroll de la misma forma que en la primera ocasin.Mike, puede decirme dnde est la casa?Se lo dir, pero perder el tiempo. Por qu? se extra Baxter.Artie pens despus, como cuatro o cinco semanas ms tarde, que la fulana era rica y que merecera la pena hacer una visita a su caja fuerte particular. Naturalmente, empez a procurarse informes y descubri que el apartamento haba sido alquilado, amueblado, pero que la seora Jones slo haba residido all una semana. Naturalmente, el nombre de Jones, puede imaginrselo, es falso. Y si estuvo tan poco tiempo, fue porque era lo que necesitaba para las dos entrevistas.Desde luego, pero resultara til que me diera la direccin. As, yo me entrevistara con el gerente del edificio. Oh, si quiere tomar nota...!Baxter escribi en una agenda. Luego mir al todava aprensivo Heats.Mike, qu hubo entre Alison Larrymore, y usted? pregunt.Ver, ella y yo nos conocimos hace aos. Incluso fuimos amantes, para qu negarlo? Despus, nos distanciamos. Un da me enter de sus jaleos con la herencia y al cabo del tiempo fui a visitarla. Ella me dio un cheque y eso es todo.Mike, no me engae. Nadie da cinco mil libras slo como recuerdo de los buenos ratos pasados juntos.Heats desvi la mirada.La verdad es...Quiso hacerle chantaje.S admiti el sujeto, a media voz.Eso significa que conoce su verdadero nombreS. Por qu no me lo dice?La lengua de Heats se asom para humedecer los labios, demasiado secos.' Luego agarr la botella y verti parte del licor en un vaso. Entonces, se oy un leve chasquido.Heats se tambale. Baxter vio el impacto de la bala en su pecho y, con enorme agilidad, salt al otro lado del divn. Un segundo despus, percibi el sonido del segundo disparo. La bala, esta vez, fue dirigida a la frente del sujeto.Mientras Heats se desplomaba, muerto en el acto, Baxter mir hacia la puerta, que se cerraba rpida y silenciosamente. El asesino haba actuado en un momento muy oportuno, pens.No obstante, corri hacia la puerta, pero no pudo abrir. Alguien haba puesto un obstculo en el exterior. Se trataba slo de un pequeo listn de madera, que salt despus de varios tirones. Pero aquella prdida de tiempo, se dijo amargamente, era suficiente para que el asesino pudiera escapar sin temor a ser visto.* * *

Una de las cosas que ya sabemos positivamente es que Alison Larrymore es una impostora. Claro que yo lo sospech desde el principio, pero la entrevista con Heats me lo ha confirmado.Beryl asinti, mientras serva el t. Baxter encendi un cigarrillo.Ahora bien, lo que yo no comprendo es por qu, si usted es la heredera del viejo Larrymore, se llama Beryl y no Alison. Porque me imagino que el nombre autntico es ste y no el que usa usted.En esotiene toda la razn. La verdad es que tambin me llamo Alison, pero a mi difunto esposo no le gustaba en absoluto. Eso suceda cuando an yo crea en l, de modo que acept que me llamase Beryl. Y, si he de serle sincera, el nombre de Alison no era tampoco demasiado de mi agrado, as que he seguido usando el nombre de Beryl por inercia. Satisfecho?Tambin a m me gusta ms sonri l. Consult la hora. Ya es un poco tarde, as que no har nada hasta maana, salvo proteger la casa. Me he trado el material y... Maana empezar a indagar sobre la seora Jones. El gerente del edificio no conocer otro nombre, aunque espero que pueda darme su descripcin fsica. Y tengo que buscar, tambin, rastros de Mike Heats. Heats? Pero si est muerto!Hubo un tiempo en que viva y era el amante de Alison. Alguien tiene que acordarse, en alguna parte, de esas relaciones... y por ello podremos conocer el verdadero nombre de la impostora.Baxter apur su taza de caf y se puso en pie. Mir, un instante, a travs de la ventana; la calle estaba ya a oscuras, alumbrada solamente por algunos faroles. Al cabo de unos segundos, agarr el saco que haba trado consigo y sali al jardn.La tarea dur dos horas. Eran ms de las diez de la noche, cuando volvi a la casa.La sala estaba vaca. Baxter se alarm. Beryl! llam.La voz de la joven baj desde el primer piso:Aqu, Budd.Baxter se dirigi hacia la escalera. Haba una puerta abierta, pero la luz de la habitacin era muy escasa. Desde el umbral, divis a Beryl, vestida solamente con un camisn transparente, recostada con lnguida actitud en las almohadas. Qu has estado haciendo? pregunt ella.Una alarma de mi invencin. Alguien puede sentir deseos de llegar a deshoras.Eso significa que estamos seguros.Moderadamente seguros. A menos que no nos tiren una bomba...No lo harn. Parece que no les gusta el ruido.Eso es lo que yo pienso.Budd, antes has dicho que estamos seguros.S.Entonces, entra y cierra la puerta.Baxter vacil. Beryl sonri en la penumbra.Eres un hombre valiente. Te he visto atacar a dos forajidos armados con pistolas, empleando solamente tus manos. Vas a tener miedo, ahora, de una indefensa mujer?Las mujeres indefensas tienen unas armas muy poderosas, slo resistibles por cierta clase de hombres. Cules son esos hombres?Los... los que no lo son, Beryl.Ella ri suavemente.T eres un hombre afirm. Y el instinto me dice que no estoy equivocada.Baxter cerr la puerta lentamente.No, no ests equivocada dijo.

CAPITULO VIII

De repente, en el silencio de la noche, se oy un agudo grito.Beryl despert sobresaltada. Baxter sonri en la oscuridad.No temas, preciosa dijo. La trampa ha dado resultado.Ella, sentada en el lecho, se volvi para mirarle. Baxter alarg la mano y busc a tientas los cigarrillos y el encendedor. Cul es la trampa? pregunt Beryl, con la sbana hasta el pecho, en el momento en que l haca funcionar el encendedor.Electricidad. Cmo?Un cable conductor, sujeto a la valle de tu jardn, con el debido aislamiento, por supuesto, y conectado a una toma de corriente en la casa. No dar descargas mortales, a menos que tengan los pies mojados y descalzos, pero el intruso habr notado la sacudida y ha escapado, pensando en que dentro de esta casa ha funcionado una especie de alarma.Beryl sonri.Eres un tipo muy astuto dijo. Creo que he tenido mucha suerte al conocerte.La suerte es ma sonri l. Pero lo que acaba de suceder me indica la conveniencia de que cambies de domicilio durante algunos das.No tengo adonde ir...Harrison Rowles, el gerente que alquil un departamento a la seora Jones, tendr uno para ti, con toda seguridad. Mejor dicho, para los dos, porque as dejar yo el hotel.Si alquilas ese apartamento con tu nombre...Seremos el seor y la seora Johnson. Un nombre tambin muy corriente, no te parece? Y, en lugar de llamarte Beryl, te llamars Agatha, que tambin es nombre de piedra preciosa.De pronto, Beryl se arroj sobre l.Eres un hombre encantador exclam, apasionadamente.A las once de la maana, Harrison Rowles entreg al seor y a la seora Johnson la llave de uno de sus apartamentos. Baxter pag el importe de la renta y luego, de pronto, como si olvidase algo, exclam:Por cierto, me he enterado de que en ese edificio vive tambin una conocida nuestra, la seora Jones. Ol!; slo estuvo una semana. Se march muy pronto, a pesar de que dijo que el apartamento le gustaba muchsimo.Y no le dio la direccin.No, lo siento. Qu lstima! Mi esposa y ella estudiaron juntas, y tenamos inters en vernos... La seora Jones es una joven rubia, gordita, de mediana estatura, me parece... Oh, no, en absoluto! Temo que se equivoca por completo, seor Johnsondijo el gerente. La seora Jones es guapsima, con perdn de su bella esposa. Muy alta, elegantsima, pelo rojizo, ojos verdosos...Helen Brown, no cabe la menor duda, pens Baxter.Est bien, tal vez se trata de otra seora Jones dijo, con la mejor de sus sonrisas. Es un apellido tan comn...A medioda, estaban instalados ya en el nuevo domicilio.No creo que se les ocurra buscarte aqu dijo Baxter. Por supuesto, tendrs que permanecer encerrada todo el tiempo.Y t saldrs, adnde?Tengo que encontrar algn conocido de Heats. Alguien tiene que haberle visto con Alison, hace aos. Alguien recordar el verdadero nombre de la impostora.Baxter se dirigi hacia la puerta.Y no abras a nadie, bajo ningn pretexto, sea quien sea se despidi.* * *

Cuatro das ms tarde, Baxter, despus de innumerables preguntas, encontr, al fin, la primera pista sobre el asunto que tanto le interesaba.La pista fue proporcionada por una mujer de unos treinta aos, muy pintada y con aspecto de saber todo sobre la vida y el amor. Al ver su escote, en el que la mesura brillaba por su ausencia, Baxter pens que el aparato de niln que sujetaba aquel voluminoso pecho deba de ser dos tallas inferior a la adecuada. Pero Ruby Tate pareca sentirse muy orgullosa de lucir sus exuberantes pectorales.El que te puede decir algo es Tom Nolan indic la mujer. S que era muy amigo del difunto Heats, pero ignoro todo lo dems. Puedes decirme dnde puedo encontrar a Tom?Ruby sonri profesionalmente. Tienes mucha prisa?Baxter emiti un suspiro mental. Sac dos billetes de diez libras y los sujet con el ndice y el pulgar.Como si te hubiera despeinado dijo, maliciosamente.Ruby s suspir con todo realismo.Est bien. Le avisar por telfono dijo.La rubia se march, para volver a los pocos minutos.Tom te aguarda en el Golden Legs declar. Est en la cuarta mesa de billar, contando desde la entrada.Golden Legs sonri Baxter. Quin tiene las Piernas de oro?La duea, en sus buenos tiempos. Ahora pesa ciento diez kilos.Baxter pellizc suavemente la carnosa cadera de la rubia.No la imites se despidi.Ten cuidado con Tom. Es un mal bicho calific Ruby.El Golden Legs estaba a trescientos pasos de distancia, en la misma acera. Cuando Baxter entr, el local apareca completamente desierto, a excepcin de un aburrido barman y un hombre que realizaba cansinas jugadas con las bolas y el taco.Baxter hizo una seal con la mano.Lleve dos dobles del bueno a aquella mesa dijo, a la vez que dejaba un billete de una libra sobre la barra. Y gurdese la vuelta.Bien, seor.Baxter lleg a la cuarta mesa. En la pared, estaba el estante de los tacos. Cogi uno y empez a darle tiza. Cuando Nolan hubo lanzado un golpe, l apunt con todo cuidado y dispar el taco contra una de las bolas.Soy Baxter dijo, a media voz. Tmese un buen trago, Tom.El otro se inclin para calcular la siguiente jugada.No es polica murmur.No.Entonces, qu diablos quiere de m?En tiempos, usted fue un gran amigo de Heats.Muy amigo.El tena una fulana guapsima.S. Cmo se llama?Inesperadamente, Nolan hizo voltear el taco y, agarrndolo por la parte ms delgada, dirigi un terrible golpe a la frente de Baxter.El taco encontr un obstculo. Baxter, reaccionando con no menor rapidez, haba alzado el taco sobre su cabeza, sujetndolo con ambas manos. Era como una Naginata, aunque sin hoja afilada en su extremo.Nolan resping. Vari su tctica y dirigi el siguiente ataque al estmago de su oponente.Baxter desvi y contraatac. Para su sorpresa, Nolan result ser un magnfico esgrimidor. En la barra, el barman contemplaba la lucha con aire indiferente.Durante unos momentos, los dos hombres se limitaron a un furioso intercambio de golpes. Baxter comprendi que, de alguna forma, Nolan era tambin un excelente practicante de las Artes Marciales. Pero el tipo tambin estaba sorprendido.Al fin, encontr un hueco y golpe una rodilla con la parte ms gruesa del taco. Nolan grit, se tambale y acab apoyndose en la mesa de billar con ambas manos. Basta! Es mejor que yo! reconoci.Baxter sonri, a la vez que dejaba su taco sobre el verde tapiz. Fue hacia la otra mesa y regres con los vasos de whisky.Aunque no lo crea, soy amigo dijo.Nolan le mir recelosamente.A Mike le dieron una muerte de perro gru.Baxter no quiso decir que, a fin de cuentas, Heats se lo haba buscado. Nolan era un caso infrecuente de amistad y no quera herir sus sentimientos.Lo s. Yo estaba con l cuando le pegaron dos tiros.Usted... Nolan le mir asombrado. Qu haca all?Lo mismo que aqu. Preguntas.Nolan se frot la rodilla. Duele, demonios! gru. Yo pens que usted sera alguno de la banda que apiol a Mike.No. Al contrario, soy su adversario. Tom, no tengo mucho tiempo que perder. Se lo pagar bien, por supuesto, pero quiero que me diga cul es el verdadero nombre de la chica de Mike, la que luego, usted tiene que saberlo por la Prensa, ha resultado ser heredera de una enorme fortuna.Nolan emiti una irnica carcajada. Esa ramera! calific, crudamente. Cuando el pobre Mike la conoci, ella buscaba clientes por las calles. Entonces, se haca llamar Fay Tower. Luego, no s cmo, ella subi y dej plantado a Mike. Un da, Mike me ense los peridicos. Imagnese, una golfa de a diez chelines, duea de millones... y hasta un ttulo. Mike dijo que eso iba a ser una mina para l...Lo que encontr fue plomo, Tom dijo Baxter, severamente. Sac dos billetes de cinco libras. Gracias por la informacin se despidi.El barman junt y separ las manos tres veces.Bonita pelea, s seor elogi.Baxter correspondi con el saludo del boxeador vencedor. Luego sali a la calle.Camin una veintena de pasos. De pronto, un taxi se par junto a la acera.Suba, caballero dijo el taxista.En el asiento posterior, alguien ense una pistola, discretamente oculta por un peridico.La carrera est pagada seal Mace Rayner.* * *

La carrera termin en una casa relativamente aislada. Baxter se dej conducir hasta el edificio, sin oponer la menor resistencia. Instantes despus, en la sala a que haba sido llevado, apareci Helen Brown. Mace, djanos, por favor! orden. Pero no te vayas del vestbulo.Est bien.Helen vesta una larga bata de color rojo fuego y sonrea mientras llenaba dos copas de cristal tallado.A estas horas, me parece, el jerez resulta muy apropiado dijo.Si es bueno, resulta a toda hora contest l.Helen le entreg una copa. Baxter contempl primero el vino al trasluz y luego lo olfate, para, finalmente, ponerse unas gotas en la punta de la lengua.To Pepe,