la ausencia recordada final

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La ausencia recordada El pasado y el presente del “pueblito más lindo del Quindío” Pijao

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La ausencia recordada El pasado y el presente del “pueblito más lindo del Quindío”

Pijao

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La ausencia recordada

El pasado y el presente del “pueblito más lindo del Quindío”: Pijao

Universidad Externado de Colombia

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Antropología

Área de Arte, Cultura y Sociedad

Bogotá

2013

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ÍNDICE Agradecimientos 1. Así comienza todo 1 2. Ubicándonos en Pijao 9 3. El Pijao de cuando había café y de la gente de antes 13 4. Sucesos de finales del siglo XX 28 5. El Pijao de la gente nueva y la escasez de trabajo 44 6. La ausencia Recordada: apuntes finales 57

Bibliografía 59 Anexos 61

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Agradecimientos

Antes de comenzar a agradecerles a las personas que me acompañaron, en primera instancia quiero agradecerle a la Tesis, por darme momentos de alegría, tristeza y finalmente por transformarme. Para abrir estas largas líneas de agradecimiento, empiezo por mis padres, Luis Pérez y Amalia Alonso, quienes me apoyaron para estudiar esta disciplina, éste estilo de vida. Continúo con mi gran colega y hermana Natalia Pérez quien me abrió un espacio en su vida y logró leerme cuando más lo necesitaba. Sigo con mi hermano Felipe Pérez y su incansable pero beneficiosa pregunta de cómo voy con la tesis. A mi abuela por sus recibimientos efusivos luego de las nueve horas de viaje, su acompañamiento en las búsquedas de las salidas de campo y, cómo no, a sus raíces las cuales me llevaron al “pueblito más lindo del Quindío”. A mis tíos, primos y cuñado que estuvieron atentos ante mis adelantos. A aquella compañía que hizo de esta tesis aún más recompénsate: a Felipe, quien logró bautizar a esta narración al contarle lo que sucedía en Pijao. A la lejana pero presente compañía de Nazzly. A Marta Saade, mi directora de tesis, a ella y a sus sabios consejos y guías. A todos mis profesores de la carrera. A mis compañeros, amigos, parceros y colegas Camilo Arana y Andrés Triana quienes recorrieron conmigo cinco años y un poco más en el aprendizaje de la antropología y las ciencias sociales. A Universidad Crítica, aquel inestable pero equilibrado colectivo que lucha por la dignidad del ser humano. A las parceras Caterina, Sol, Sara, Ana Pedraza y Ana Triana y a los parceros John Viasus, Alejandro Munevar y Camilo Mamían quienes escucharon mis dichas y desdichas en este tiempo. A los antes cercanos y ahora lejanos compañeros de clase. A Andrés Reyes por su

incondicional compañía y confianza en los inicios de este caminar. A todos los pijaenses y sus buenas costumbres al recibir un invitado en su casa, en su pueblo. A Julián Vergara (Q.E.P.D) y su activismo durante su vida hacia su pueblo. A don Vidal Peña, por su confianza al narrar las mil y un historias que tiene por decir. A Juan David, quien me apreció desde el mismo instante en que nos conocimos. A don Ramiro por darme la oportunidad de conocerlo y haberle podido charlar con fluidez y tranquilidad. A diferentes funcionarios y exfuncionarios de la Alcaldía que me comentaron sobre sus experiencias y su visión sobre Pijao a partir de esta entidad. A la Universidad Externado de Colombia y su facultad de ciencias sociales que hace posible que hoy en día ante las inclemencias de una terrible actualidad ofrecen conocimiento y aprendizaje para poder transformar lo que tanto nos incomoda. A todos los que me acompañaron, colaboraron y escucharon en este caminar, GRACIAS.

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Hace más de 20 años en una zona llamada Eje Cafetero se viene dando una fuerte crisis que se impulsó gracias a la rompimiento del "pacto de cuotas" a finales de los años ochenta, causando un efecto terrible en los precios del

grano. Esto junto con problemáticas climáticas, conflicto armado, administraciones vagas y el devastador terremoto

de 1999 ha llevado al PARO CAFETERO de hoy 25 de febrero de 2013.

Es claro y justo que estos campesinos que en tiempos

pasados disfrutaban de grandes bonanzas y que ahora son nostalgias y añoranzas, hoy se levanten indignados frente a

un sistema injusto.

¡QUE VÍVA EL PARO CAFETERO!

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Así comienza todo Introducción

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Vista panorámica de Pijao-Quindío (1)

Entre las montañas de la cordillera central de Colombia se alza un paisaje de miles de hectáreas de cultivos de café. Esta zona es conocida como el eje cafetero y comprende los departamentos de Caldas, Risaralda, el nor-oriente del Valle del Cauca y el Quindío. Así como el café, el terremoto de 1999 y el conflicto armado, son algunas de las características con las que se conoce a esta zona del país. Esta conjugación se presenta de manera particular en “el pueblito más lindo del Quindío”1 llamado Pijao y son ellas las que convocan esta investigación para optar por el título de pregrado en antropología.

1 Nombrado de tal manera cuando en 1985 se ganó un concurso realizado

por la administración departamental.

Recordar a Pijao, es recordar los pasos del galopar de los caballos sobre el cemento de la calle, es escuchar el sonido de la pequeña campana avisando el paso del carro del gas, volver sobre el sonido de las motos cruzando el Parque (Plaza Central) y sentir el olor a pollo asado del restaurante de los bajos de la casa de mi bisabuela. Pero, estar en Pijao es percibir también que algo sucedió, que hubo cambios sensibles. Aquel “cambio” parece relacionarse con mi recuerdo del 25 de enero de 1999, día en el que junto a mi madre, hermanos y primos salimos despavoridos de la vieja y sostenida casa de bahareque de mi bisabuela. El día en el que montañas y postes se movían de un lado a otro y de arriba para abajo. El día en que un terremoto azotó al Eje Cafetero del país. Años después del terremoto he regresado a Pijao. La casa de mi bisabuela está a la mitad, pues luego de la toma guerrillera del 2001 no lograron recuperar la parte por la cual salimos, puesto que era más barato tumbarla que reconstruirla. Aunque en su interior existan aún los mismos cuartos, la casa, de una u otra manera, se siente diferente. Ya no está el bifé de mi bisabuela, ya no está la mesa en donde desayunábamos arepa y chocolate caliente, ya no está la cocina y su ventana por la que se podían mirar las garzas cuando se posaban en las horas de la tarde hacia ese lado del pueblo, ya no están las camas en donde dormíamos, ya no está el televisor de mi abuelo para ver “Pataclaun”2, ya no está Olguita3 y ya no está mi abuelo. De cierta manera la casa se siente en soledad, pues su abandono ha hecho que la familia no vuelva allí. Es una soledad en la que se

2 Programa peruano cómico de televisión hecho al estilo Clawn.

3 Amiga de mi abuela que vivía en la parte de atrás de la casa de mi

bisabuela.

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hace notar que vigas, techos, tablas, escalas, paredes de bareque y esterillas, han cambiado. El terremoto al parecer causó un cambio no sólo en la casa de mi bisabuela sino en todo el pueblo. Ante la contundencia de los impactos físicos que genera un movimiento de la tierra, vale la pena preguntarse si sólo este suceso, ha causado aquella sensación de “cambio” que se percibe en muchos pijaenses. Según el Plan de Desarrollo de 2008 - 2011 presentado por el exalcalde Edgar Cuervo Osorio, la crisis cafetera, las secuelas del sismo del año 1999, la falta de alternativas económicas y la falta de resolución del conflicto armado interno, han llevado a que el municipio padezca dificultades sociales o, como los mismo pijaenses lo llaman, una “decadencia”. Un estado, reflejado para el exalcalde en el desempleo progresivo y el empobrecimiento. Tales “cambios” se relacionan con una serie de sucesos de finales del siglo XX: la crisis cafetera de los noventas, el terremoto de 1999 y el conflicto armado, éste último reflejado en la toma guerrillera de 2001 por parte de los Frentes 50 y 21 de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC-EP). En pocas palabras: las causas de los cambios del pueblo que describen la “decadencia del presente” son situadas por sus habitantes en unos sucesos del pasado. En este sentido, esta tesis se pregunta sobre ¿qué es lo que lo pijaenses tienen que decir sobre los cambios que califican como causantes de la decadencia de Pijao? Esta tesis se concentra en reunir narrativas de los pijaenses sobre este problema y de analizarlas para comprender la manera en la cual los pijaenses comprenden al Pijao actual. Con tal propósito, se llega a estudiar las maneras en que los

pijaenses muestran formas comunes y divergentes de pensar su propia historia, para intentar comprender su vida presente.

Actividad llevada a cabo con los niños del pueblo (2)

Las narraciones de los pijaenses se reunieron durante el trabajo de campo que se realizó entre las calles y lugares de encuentro y reunión principales del pueblo, sobre todo en la Calle del Comercio y en pequeños negocios de víveres alrededor del pueblo. En estos lugares se conversó con diferentes pijaenses sobre el Pijao de antes y el de ahora. Se conversó en su mayoría con personas de la tercera edad quienes se encuentran sentados, a partir de una cierta hora de la mañana a un costado de la plaza principal, por los lados del Banco Agrario, charlando entre risas, bastones, silencios y palabras cansadas. Es un lugar donde concurren personas a

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comentarse el día, la semana, los acontecimientos actuales del pueblo, del país y a veces del mundo, a hablar sobre sus cultivos, sus alegrías y sus desdichas y, como dice don Vidal, a “hacer historia”. Es un lugar donde se estructuran los recuerdos mientras se reiteran y narran una y otra vez. Así mismo, se conversó con adultos entre 30 y 50 años, quienes en su mayoría se encontraban en sus lugares de trabajo como las tiendas de víveres. Estuvieron también presentes en esta investigación Juan David de 12 años, quien me mostraba a Pijao a través de momentos cotidianos de la vida del pueblo; y don Vidal Peña quien, por medio de sus cientos de historias, me contaba lo que era Pijao en un pasado. Ellos fueron, los niños y abuelos, quienes me narraron de maneras convergentes y divergentes lo que ellos entrevén como la “decadencia de Pijao”. El haber trabajado con niños y mayores, marca algunas limitaciones de esta investigación. Lo anterior, teniendo en cuenta que cada generación está definida “sobre la base de que ciertos grupos de individuos han vivido hechos históricos determinados a una misma edad, de lo que puede inferirse una socialización común, lo que les distingue, separa de- o quizás enfrenta con- otros conjuntos constituidos a su vez, por individuos nacidos en zonas de fechas anteriores o posteriores a la considerada” (Koselleck, citado por Moyano, 2010:13). Conviene, pues, preguntarse sobre ¿cuál es la respuesta de estos pijaenses como generaciones en relación con la pregunta de la investigación? Y así lograr plantear algunas particularidades del recuerdo y la experiencia, en relación con las generaciones que constituyen a la población pijaense.

Cada narración se sistematizó en un cuadro con el fin de encontrar relaciones y diferencias entre los relatos, puesto que, como dice Nelsón Molina Valencia en su artículo Reconstrucción de memoria en historias de vida, “cada historia, pese a ser una narración diferente, comparte elementos con otras, que permiten una identificación de colectividad” (2010: 68). En este ejercicio se hizo visible la relación recíproca existente entre lo individual y lo colectivo en relación con los procesos de memoria identificados en las poblaciones con las cuales se trabajó en Pijao. Se trata de un tema, para cuya discusión resulta necesaria la referencia a Maurice Halbwachs. La referencia a “los marcos sociales de la memoria”, resulta útil como definición de la memoria colectiva. En sus palabras: “podemos hablar de memoria colectiva cuando evocamos un hecho que ocupaba un lugar en la vida de nuestro grupo” (Halbwachs, 2004: 36). Esta definición se refiere a las razones que hacen posible recordar un hecho pasado, en relación con la permanencia del grupo social en el que se dio ese hecho. Es decir, cuando tenemos un recuerdo de algo es porque aún seguimos perteneciendo a ese grupo que conserva aquel recuerdo. En tal sentido, los recuerdos que permanecen entre los pijaenses, algunos de los cuales fueron recuperados durante este proceso de investigación, fueron parte importante en las narraciones que describen la llamada “decadencia” del pueblo. Fueron aquellos recuerdos los que hicieron parte del cuadro en el que se desglosaron las narraciones. Éste llego a componerse de cinco temas: arquitectura (todo lo que tenía que ver con las edificaciones), café y cultivo (todo lo relacionado con el campo), administraciones (los alcaldes y líderes del pueblo), pijaenses (caracterizaciones de los habitantes de Pijao) y otros (demás temas que se relacionaban con los anteriores pero que de alguna manera no encajaban).

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Entre los pijaenses no sólo había narraciones, también había fotografías que le pertenecen a la población de Pijao y que ayudaron durante el proceso de investigación. Esas fotografías se encuentran en manos de diferentes habitantes y otras son expuestas tanto en la Alcaldía como en establecimientos del pueblo. Con estas fotografías logré acercarme a las narraciones que componen esta tesis. No solo eran desconocidos a los que les hablaba y les preguntaba sobre su vida en el pueblo, también eran vecinos y viejos conocidos a los que saludaba. Lo que hice fue recolectar esas fotografías de dos maneras: de las manos en las cuales se encontraban las originales y al mismo tiempo tomándole fotos con la cámara, para así obtener una copia de éstas. Las fotografías las exponía en los diálogos para lograr que me narraran lo que había en la imagen y así evocar el pasado del pueblo en relación con sus testimonios. Los lugares del pueblo también fueron evocadores del pasado, no solo me nombraban el lugar, sino que también me los señalaban en las alturas de las colinas del pueblo y lugares de trabajo o vivienda, o también atravesándolos en medio de caminatas alrededor del pueblo y sus veredas. Y no solo conjuntamente con los habitantes nos dábamos cuenta de cuánto ha cambiado el pueblo, sino que también en mis recorridos por sus calles y carreteras, lograba percibir las características del Pijao actual, así como algunas huellas de lo que fue en los tiempos de los mayores con quienes conversaba. Otro acercamiento que se hizo fue a través de la realización de tres actividades. Realicé dos talleres con los niños, ya que por medio de ellos, podría acercarme al presente de Pijao desde una mirada más anclada en el “ahora”. Otra actividad la llevé a

cabo con los abuelos del ancianato, con el fin de conocer una perspectiva más anclada en el pasado del pueblo. La primera actividad realizada fue con los niños de cuarto de primaria del colegio, a quienes se les pidió que en una hoja carta dibujaran lo que es Pijao para ellos y en otra hoja lo que hacen en sus tiempos libres. La segunda actividad se realizó en la casa de mi bisabuela con diferentes niños que se encontraban en el Parque jugando, a ellos se les pidió que unos 8 pliegos de papel kraft se dibujara un mapa de Pijao. La tercera y última actividad en el ancianato, se realizó en dos momentos. En un primer momento se habló con cada abuelo sobre lo que era el pueblo en el pasado. En un segundo momento se reunieron a todos los participantes para que en dos pliegos de papel bond se dibujara un mapa del pasado de Pijao. Como se dijo anteriormente, las respuestas, recuerdos y reflexiones suelen ser generacionales. Cabe preguntarse entonces sobre cuáles fueron las diferencias y similitudes entre los mapas de los niños y los abuelos, esto con el fin de acercarnos a las relaciones entre dos énfasis distintos con respecto al peso del pasado y el presente, para describir la vida de Pijao. Tanto la actividad de los niños haciendo el mapa como la del ancianato se hicieron con la colaboración de unos estudiantes de la Universidad ICESI, en el marco de una salida de campo de la clase llamada Técnicas cualitativas y etnográficas con la profesora Natalia Pérez de la Facultad de Ciencias Sociales. Todo este proceso fue llevado a cabo en un marco etnográfico, entendiendo a la etnografía como un método en el cual se presenta un ir y venir entre la interpretación y la descripción.

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Estas dos últimas acciones surgen en las relaciones sociales ya que de estas resulta el continuo intercambio de palabras donde los participantes, llamados por Miguel Bartolomé (2003) “interlocutores”, al estar activamente en una conversación, construyen e intercambian nociones culturales. Estas últimas están permeadas por la ambigüedad existente en el discurso humano, es decir por “lo que se dice que hace y lo que se hace”. La etnografía se sustenta en entablar un diálogo en el que los interlocutores despliegan sus distintas posiciones acerca de un tema. La construcción de aquellas posiciones se hace a partir de la forma de conocimiento, a partir de su experiencia de vida en la cual se hacen presentes sus prácticas y representaciones sociales, su forma de percibir el mundo. En la presente investigación “los pijaenses” y yo fuimos los llamados interlocutores; mi posición en tal relación social al entablar el diálogo fue a partir de mi cercanía con las experiencias de los pijaenses, tanto por haber estado presente en el terremoto como por mi parentesco familiar; último que hace de abuelos, tíos, primos y madre parte del Pijao que estudio. Este método se ha visto influenciado por las diferentes corrientes de las ciencias sociales. Así el ejercicio etnográfico ha llegado en algunos casos a preocuparse, solidarizarse y comprometerse con las problemáticas de las comunidades. Este punto se ha desarrollado mucho más con los indígenas, pues los antropólogos a través de la etnografía encuentran el espacio para acompañar y colaborar con la comunidad a solucionar problemáticas de diferentes índoles, como lo ha hecho Luis Guillermo Vasco en su libro Guambianos: hijos del aroiris y el agua (1998). El resultado de estos trabajos se ha visto influenciado por las ideas de los representantes de la

antropología post-colonial, quienes hablan sobre “darle la palabra al otro” y “hacer hablar al subalterno”. Allí se hace presente la reciprocidad continua entre lo escrito y lo oral de la etnografía. En el caso del escrito de esta investigación, “hacer hablar al ‘otro’” fue posible a través de pequeñas narraciones o comentarios de los pijaenses, los cuales resultarán ser recuerdos perdurables en el tiempo. Esto es y será una manera de hacer que lo que tengan que decir los pijaenses no sea olvidado. Esto es pues, y por qué no, un posible ejercicio de interdisciplinariedad entre la antropología y el periodismo pues es hacer que lo que es “noticia” no sea algo desechable, evanescente e intrascendental, sino algo importante por lo cual actuemos y nos solidaricemos. Es retornar a los nacimientos del periodismo donde “en medio de batallas, los guerreros nórdicos apartaban del combate y de la muerte a uno de ellos, para que pudiera contar a la posteridad cómo había sido la lucha de los héroes” (Ospina, 2001: 100). Esto es para mí una manera de hacer antropología, ésta es mi manera de practicarla: hacer de lo ajeno y simple algo cercano y significativo. Como resultado del trabajo de campo emergió la siguiente capitulación del escrito. En el primer capítulo se encuentra la descripción y el análisis del “pasado” de Pijao, descrito por los mayores del pueblo. En el segundo capítulo se describen y analizan los sucesos del siglo XX que se establecen como causantes de que el pueblo cambiara y decayera. En el tercer capítulo se describe y analiza al Pijao de ahora, del presente, y sus cambios como consecuencia de los sucesos descritos en el capítulo anterior. Luego se encuentran las conclusiones que responden a la pregunta y al objetivo de la investigación. Por último, están los anexos, los cuales están compuestos por el

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índice de las fotografías expuestas en el escrito y un álbum fotográfico de Pijao y sus habitantes. Así como se hizo uso de la fotografía como herramienta de campo, en el escrito también se utilizarán, no solo como soporte del relato sino como imágenes que en sí mismas son contenedoras de historias. Es importante resaltar que las fotografías adelantan la historia que se irá contando, de tal manera que se observan primero las fotos para recrear una historia y luego se lee lo que se tiene que decir sobre ellas, y así crear una relación recíproca entre lo que evoca la fotografía por sí misma y lo que se rememora de ella. John Berger y Jean Mohr en su libro Otra manera de contar, hacen uso de esta relación al relatar las fotografías con palabras: con la primera se reclama interpretación y con la segunda, la primera cobra significación (1998: 92). Es decir, al exponer las fotografías antes del texto se pretende que en un primer momento se interprete la fotografía y luego esta cobre significado con las narraciones de los pijaenses.

En aquellas interpretaciones y significaciones las fotografías son, como dicen Berger y Mohr, detenidos instantes del pasado que no pueden nunca conducir al presente (Ibíd.: 86). Es decir, que son pasado, pero: ¿podrían también ser presente? Según los autores de Otra manera de contar no podrían serlo. Sin embargo, a medida que se avance en el texto que presentamos, se aventura una respuesta a tal pregunta.

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Mapa de Pijao expuesto en la Casa de la Cultura (3)

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El lugar donde se realizó la investigación, es el pueblo cafetero de Pijao. Éste nació siendo primero un corregimiento de Calarcá, el cual pertenecía a Caldas, llamado San José de Colón. Luego, por el crecimiento económico y demográfico, pasó a ser municipio en enero de 1927. “Entre 1905 y 1930 Pijao alcanzó un gran desarrollo económico, político y social que puede considerarse uno de los más importantes en su historia” (León, 2001: 36). Este municipio, queda al sur del Quindío, tiene una extensión de 243.12 km² donde el 0.23% corresponde al casco urbano y el 99,7 % pertenece a las veredas. Se encuentra a unos 1.700 metros sobre el nivel del mar y tiene una temperatura media de 19° C. Limita con los municipios de Buenavista, Córdoba, Calarcá, Valle del Cauca y Tolima. La investigación se centró en su mayoría en el casco urbano, ya que es allí el lugar en el cual se muestran las afectaciones de las trasformaciones del campo sobre el pueblo en su conjunto. Porque, como dice doña Nelly Patiño: “cuando se debilita la economía del campo, en un municipio como estos, también se debilita en el pueblo (casco urbano) porque si a ellos les va bien en el campo a nosotros, en el pueblo, nos va bien, porque la gente viene y compra el mercadito, van e invierten en almacén, van al supermercado, van a la galería. Entonces se va quedando la economía en el pueblo, se mueve la plata, pero cuando pasa lo contrario, eso a todos nos afecta”4 Pero ¿por qué se realiza esta investigación y en aquel lugar? Todo tiene una razón de ser, y las razones por las cuales se

4 Charla con doña Nelly Patiño. Septiembre 2011.

realiza esta investigación son pocas pero relevantes. La primera razón es porque se quiere dar a conocer a una población perteneciente a aquellos recónditos pueblos campesinos trabajadores de la tierra que lentamente desaparecen sin darnos cuenta ante un mundo lleno de tecnologías. Finalmente, esta investigación y escrito es una manera de que los implicados, los pijaenses, tengan la posibilidad de que se escuchen a sí mismos, es decir, se lean para que así conozcan y reconozcan lo que fueron, son y podrían ser.

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2. Ubicándonos en Pijao

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Caminar entre la fría mañana nublada de Pijao o entre el fuerte sol de mediodía o en la helada noche pijaense es caminar entre casas que aún persiguen el pasado. Es caminar entre las pocas casas que quedan de bahareque en la zona que llaman La Cumbre (1), para luego llegar a la entrada del pueblo: al Arco del Triunfo (2), recientemente renovado con colores vivos tanto en sus ladrillos como en la virgen. Pasando éste, comienza uno a caminar sobre la Avenida llamada las Casuarinas (3), nombre otorgado por los árboles que estaban sembrados a los lados de la calle. Aunque ya no existan dado que sus pesadas ramas causaban grandes daños a los techos de las casas de alrededor, la Avenida sigue teniendo su mismo nombre. A lo largo de la Avenida, en una de las subidas hacia el occidente, se llega al barrio Morro Seco y El Prado (4) en los cuales es posible divisar todo el casco urbano del pueblo. Y sobre aquel mirador de Morro Seco se alcanza a ver: el hospital Santa Ana (7); el Bar Motorista (5) llamado así ya que al frente se encuentra el parqueadero de los jeeps (6); la actual sede de la Cruz Roja (8); y hacia el final de la Avenida, antes de que empiece la carretera hacia las veredas del sur, las casas en material (9) de los barrios Obrero, Laureano Gómez y La Maicena; y se alcanza a ver también la reconstruida Iglesia San José (10) de colores terracota y amarillo. La iglesia nos remite a la Plaza de Bolívar (plaza central) (11) llamada por los habitantes de Pijao “el Parque”. A éste se llega por la cuadra de la Casa de las Brujas (12) (calle 11) en la cual hay una vieja panadería, unos locales de venta de ropa y otros de lanas, otro de ventas de suministros agropecuarios, un café-internet, un gimnasio, un consultorio odontológico y un local de repuestos para motos. En el Parque se encuentra entonces, al lado

izquierdo de la Iglesia (10), la Casa Cural (13), remodelada en material luego del terremoto. Esta casa de color blanco y verde tiene en el segundo piso, en el que habitan el padre y las personas a las que se les arriendan unos cuartos, unos pequeños balcones adornados con flores; y en los bajos, seguida de la oficina de “Atención al Usuario” de la Iglesia, funciona una tienda desde hace muchos años. Enseguida de esta casa se encuentran la también remodelada casa en material de las Apuestas 8A (14) y que ahora tiene alianza con la empresa SuRed. En el Parque también se encuentra, al lado de la iglesia, la discoteca La Machaca (15), la cual desde hace más de 40 años está funcionando y siempre ha sido de un solo piso. Su fachada fue remodelada en material luego del terremoto; y hasta hace poco su interior también fue remodelado. A unas cinco casas de La Machaca se encuentra la Estación de Policía (16), la cual fue reconstruida luego del terremoto, dicen, que construyeron túneles para que los policías tengan donde esconderse por sí sucede algún acontecimiento inesperado, como lo fue el de la toma guerrillera.

En el marco de la plaza se encuentran casas como la de la difunta doña Adelina Gómez (17). El segundo piso de esta casa fue adaptado desde hace muchos años como casa familiar y los bajos como zona de arriendo de locales: un café recientemente renovado llamado Dimonte; el Restaurante Los Antojos famoso por su pollo broster, frito y asado; y el Bar Los Recuerdos. Detrás de esta casa se encuentra la ausente parte trasera de la edificación afectada por el terremoto y destruida por completo por la toma guerrillera. Enseguida de la casa de doña Adelina se encuentra la Alcaldía reconstruida en material (18). Es de color vinotinto

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y sus ventanas están pintadas de manera colonial: con marcos de colores blanco y verde. En la entrada, que queda en la siguiente esquina, están exhibidas en unas vitrinas cerámicas de los indígenas que ocuparon el lugar. Esto como parte de la reconstrucción del terremoto. Dentro de la Alcaldía se encuentran las oficinas de los diferentes departamentos que funcionan en una alcaldía municipal. En sus paredes tiene expuestas diferentes fotografías enmarcadas en las que se exhibe al Pijao de los años treinta, cincuenta y noventa. Su reconstrucción, al igual que la iglesia y el hospital, es moderna y hoy en día se hace el intento de darle un toque de arquitectura colonial por medio de decoraciones en ventanas y puertas. Al lado de la alcaldía se encuentra la galería (19), la cual fue construida en los setentas remplazando los toldos de la plaza de Mercado de los sábados en el Parque. En la galería, más que verduras y frutas, lo que se vende es carne.

En el costado Sur del Parque se encuentra la remodelada panadería Tayrona (20) de doña Lida1, la cual lleva en Pijao unos 35 años. Durante un tiempo fue también una fuente, pero por el alto trabajo que representaba, doña Lida decidió dejarlo sólo como panadería. Al lado de ésta, hacia el oriente, se encuentra el teatro Román (21). Este teatro se construyó en los años treinta y a finales de los ochentas comenzó a decaer como consecuencia de la entrada del betamax, por tal razón el Teatro comienza a ser un centro de videojuegos. El terremoto afectó bastante a la edificación

1 Charla con doña Lida. Marzo 2012

Es la dueña de la panadería e hija del dueño de una de las ya desaparecidas panaderías famosas del pueblo.

dejándola inservible, razón por la cual solo se remodela la fachada de bahareque puesto que los dueños no permitieron inversión alguna2. En la esquina siguiente del Tayrona se encuentra otras de las discotecas del Parque llamada La Rumba (22). Al lado de ésta se encuentra una remodelada casa de bahareque (23) en la que en el segundo piso está la vivienda de doña Gladys famosa por su remodelación, luego del terremoto, al estilo colonial; y en los bajos el lugar de vivienda de don Gustavo Toro. En la siguiente remodelada casa de bahareque, se encuentra en los bajos el Bar Social (24) y en el segundo piso la vivienda de los dueños de éste y de la Machaca. El Bar Social, cuenta Duque3 comenzó a funcionar en 1947 y durante la reconstrucción del pueblo, luego del terremoto, fue de gran importancia ya que al otro día del sismo fue el único negocio comercial que se mantuvo abierto por su planta eléctrica y su poca afectación en la edificación. Fue, pues, un escenario importante para el encuentro. Después del Bar Social sigue una pequeña casa de color rosado y azul oscuro (25), recientemente remodelada para volverla a utilizar como compraventa de café; y en seguida una casa remodelada en bahareque (26), la cual, en el segundo piso, tiempo después del terremoto, fue adaptada para un restaurante llamado la Estación Quindiana y en los bajos,

2 Esto fue narrado por Eduardo Toro. Marzo 2012.

Es el último administrador e hijo de don Gustavo Toro el exadministrador del Teatro. 3 Charla con don Duque Mayo 2012.

Hijo del exdueño del Bar Social.

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desde hace muchos años, un bar conocido como el bar Germania. En la siguiente esquina a la Estación Quindiana se encuentra la remodelada, y siempre en material, panadería La Chapolita (27) y en la esquina de en seguida de ésta, está el Banco Agrario (28) y al lado el almacén del Comité de Cafeteros (29), reconstruidos en material tanto después del terremoto como de la toma guerrillera. Luego del Almacén del Comité está la casa de los Saleg (30). En esta casa, en los bajos, se encuentra la discoteca La Barra y en el segundo piso solo hay escombros pues su remodelación en bahareque, luego del terremoto, solo llegó a la fachada. Al lado de ésta se encuentra la remodelada casa del bar el Danubio (31) en los bajos y en el segundo piso escombros como en la de los Saleg. Finalmente en el Parque se encuentra una tienda (32) en la cual se compran los tiquetes para los buses que salen hacia Armenia. Con esta descripción se ha logrado dar una panorámica de 360° alrededor del Parque y podemos fijarnos no solo en aquellos poderes religiosos (la iglesia) y políticos (la alcaldía), sino que también se encuentran poderes económicos como el banco y el comité de cafeteros, al igual que diferentes actividades comerciales como: los bares, discotecas, panaderías, tiendas y demás lugares varios. Alrededor del Parque hay también pequeños carros de color naranja los cuales venden cigarrillos, dulces y demás galguerías como galletas y paquetes.

Además de todas aquellas actividades hay otras edificaciones que tienen otro tipo de funciones. Una de estas

se encuentra detrás de la iglesia, en el barrio La Planta, la cual funciona como Colegio llamado Santa Terestita (33). Este colegio fue fundado en 1944 por iniciativa del Padre Octavio Henao Gallego teniendo como filosofía “los principios cristianos, pretendiendo explicar el carisma misionero, promoviendo su acción evangelizadora y un proceso educativo liberador” (Junta Regional Armenia, 1983). Detrás del Santa Teresita donde hay una pequeña colina, llamada Tarapacá, en la cual se encuentra la remodelada estación de bomberos (34), obtenida gracias a la recolecta entre la población hace varios años. Finalmente, al otro lado del Parque, hacia el sur, a unas 3 cuadras se encuentra el Instituto Pijao (35). Tanto la Calle del Comercio como la Avenida Las Casuarinas se comunican con éste, el cual fue remodelado después del terremoto y construido en 1946 por iniciativa del educador caldense Héctor Montoya Londoño, iniciativa presentada y ejecutada por el Concejo Municipal. La Calle del Comercio, la carrera 5ª (36), es el lugar donde es posible encontrar actividades tanto comerciales como no comerciales. Por esta calle se encuentra la reubicada Casa de la Cultura (37) con sus puertas de color café y su estructura colonial, la cual ofrece el servicio de la biblioteca en los bajos y en el segundo piso las oficinas de los funcionarios. En este segundo piso están colgados unos pendones con la información general de Pijao. Así mismo hay una tela colgada en una de las paredes en la que está cosido con muchos retazos un mapa-dibujo del pueblo; también hay unas fotos de las diferentes festividades, entre los ochentas y noventas, en las que la Casa de la Cultura ha trabajado como organizadora.

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Cerca de la Casa de la Cultura, por toda la Carrera 5ª, se encuentran diferentes casas que fueron remodeladas y/o reconstruidas luego del terremoto y que han sido utilizadas para supermercados, tiendas de víveres, carnicerías, ferreterías, casinos, droguerías y revuelterias. Es sobre esta carrera que se encuentra la remodelada casa de bahareque del bar La Chispa (38), en el cual se pueden encontrar muy a menudo personas jugando cartas, dominó y juegos de mesa. Al lado de este bar, separados por la calle 13, se encuentra una remodelada casa en material (39) en la cual, en los bajos, hay un bar sin nombre el cual es un poco más clandestino pues pareciera estar en un subterráneo; y en el segundo piso, los escombros del viejo club de los leones. Siguiendo por esta calle del comercio (40) se llega a varias tiendas de víveres, a una cancha de tejo, una carpintería y a las ruinas del matadero, el cual, por falta de administración, dejó de funcionar, pues la cantidad de animales que llegaban al lugar para matar fue descendiendo. Pero aun así sigue siendo un producto muy vendido, como se pudo ver en la galería. A lo largo de la Calle del Comercio, hacia el sur, pasando un puente sobre el Río Lejos, se llega a Calle Larga (41) y por esta calle al oriente se llega al barrio Fundadores (42) y al sector La Playita (43). Todos estos barrios son de pequeñas casas en material y son los lugares en donde se reubicaron a varias familias de Pijao que perdieron sus casas luego del terremoto. También son los lugares asignados para ubicar a los desplazados de diferentes zonas del país y es donde, se dice, que se expende la droga. Al final de esta calle está el polideportivo (44) y la piscina municipal (45), dos lugares remodelados luego del terremoto.

No solo en la parte de abajo hay actividades comerciales, en la parte de arriba, más allá del Parque, por la cuadra de la casa de doña Adelina (17) se llega a otros barrios (49) de casas en material, luego de haber pasdo un puente sobre el río (46), queda una finca de los Cardona (47) (una de las “familias ricas” del pueblo) y la guardería del ICBF (48),. Cabe decir que tal puente fue reconstruido después de la tragedia de 1979 en la que el puente colgante que existía, durante una carrera de neumáticos en el río, por exceso de peso se cayó y murieron una cantidad considerable de personas. Enseguida del ICBF se encuentra la Casa de los Abuelos (el ancianato) (50) la cual fue donada por el Club los Leones e inaugurada con unos 5 abuelos quienes quedaron a la deriva ya que el Club luego de un tiempo no se encargó de ellos. Al lado, irónicamente, se encuentra el actual cementerio (51), cuya entrada es un pequeño camino en baldosa que va hasta su capilla y debajo de la cual se encuentra la fosa común. La mayoría de las tumbas son mausoleos es decir que muy pocas se encuentran bajo tierra. En la entrada del cementerio hay dos ángeles custodiándolo y siempre, en el día, tiene las puertas abiertas para entrar y salir sin problema alguno. Al seguir subiendo se llega a los barrios de casas en material (49). Los primeros que aparecen son el Paraíso y el Cacique y más arriba la Primavera y Villa Jardín. Entre estos barrios hay una finca abandonada en la cual se guardan diferentes herramientas y maquinaria que le pertenecen al pueblo.

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3. El Pijao de cuando había café y de la gente de antes

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Cabalgatas Virgen del Carmen 1989 (4)

Procesión Virgen del Carmen 1986 (5)

A veces es difícil devolverse al pasado, pensarlo y recordarlo, es complicado ya que es algo que ya no existe pero aun así sabemos que fue real. Es intangible y difícil de tocar, de explicarlo. Tantas son sus cuestiones que hasta a veces creemos que es mentira pero ¿cómo cuestionar algo que a ciencia cierta nadie puede paparlo? Lo único que obtenemos de él son residuos que quedan de lo que sucedió, como ocurre en este caso con las fotografías y las narraciones de los pijaenses sobre Pijao. Lo que sigue a continuación en este capítulo, es eso, son las fotografías y narraciones de lo que los pijaenses tienen que decir sobre su pasado. Pero no serán solo residuos, sino que será el pasado mismo. Aunque cueste creerlo, mucho del pasado de Pijao está en sus fiestas y sus momentos de jolgorio, pues era, por ejemplo, durante las fiestas del 16 de julio de la Virgen del Carmen, entre las décadas del setenta y el ochenta, que se veía y se sentía el movimiento en el que se encontraba Pijao. Doña Amelia1, una mujer nacida y criada en Pijao, que cosía a ajeno pantalones largos hasta que la vista en la vejez se lo impidió, recuerda que para estas fiestas se hacían diferentes comités por veredas y organizaciones que se encargaban de cada uno de los nueve días que duraban las fiestas. Se hacía un programa en el que lo encabezaban la administración y los bomberos. Eran ellos quienes empezaban por recoger dinero, comprar pólvora, sacar la estatua de la Virgen del Carmen para la procesión y celebrar la misa. Así, en los siguientes días, los que realizaban las actividades eran otras veredas y otras organizaciones, como por ejemplo los motoristas (los choferes y encargados de los jeeps), quienes hacían un desfile desde La Quiebra. Por supuesto, los nietos

1 Charla con doña Amelia. Junio 2011.

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y nietas de doña Adelina2, quien es mi bisabuela y una de las mujeres más reconocidas en el pueblo, no pueden olvidar que en estas fiestas se hacían también cabalgatas y verbenas. Las verbenas se caracterizaban porque desde las 6 de la mañana se colocaba pólvora alrededor del marco de la plaza, además de los castillos que se hacían en la noche; y las cabalgatas por los cientos y cientos de caballos que recorrían en el pueblo con sus jinetes a cuestas.

“Eran los toldos como con unas carpitas así blancas y ahí estaba la

carnicería y al lado estaban las verduras” Doña Nelly Patiño (6)

2 Durante la charla estuvieron presentes Amalia, Mónica y Leonardo.

Septiembre 2011. Los nietos de doña Adelina, hijos de doña Rosita, son Amalia, Eugenia, Omar, Mónica, María Fernanda y Leonardo

Pero no sólo eran en las fiestas cuando se veía el movimiento en el pueblo. Doña Nelly3, quien atiende una tienda en el barrio Laureano Gómez, explicaba que los domingos, que eran días de mercado, se hacia presente la cantidad de personas que había en el pueblo pues era el momento en el que se veía mucha gente en las calles. Estos días se caracterizaban por los toldos blancos que se colocaban en todo el marco de la plaza principal. Don Gustavo4 y don Hernando5. El primero nacido Córdoba, levantado en Génova y hasta hace veinte años está en Pijao; y el segundo nacido en Trujillo-Valle y levantado en Pijao; recuerdan estos toldos y dicen que en cada uno de los cuatro lados del Parque, se vendía un determinado producto: por el lado del banco se encontraba la carnicería; por la iglesia y la Alcaldía las verduras y las frutas; y por el Bar Social la venta de ropa y cacharrería.

3 Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012

La trajeron a Pijao cuando tenía 10 años, estudió en el colegio de la monjas, hizo una carrera intermedia en la Universidad de Caldas, trabajó durante 15 años en el hospital Santa Ana y tiene una niña de 16 años a quien cuida de que caiga “en los problemas de drogadicción y homosexualismo” 4 Charla con don Gustavo. Marzo 2012.

En la actualidad es vendedor de las rifas en el pueblo. 5 Charla con don Hernando. Marzo 2012.

se lo llevaron a Pijao para que, luego de que su madre muriera, no se quedara trabajando con su padrastro en una finca en Cartago.

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Transporte de carnes (7)

El tema de la carne era bien importante en Pijao, hasta tenían su propio matadero dentro del pueblo. Cuenta “Pelayo”6, como llaman a Jaime Saraza, un pijaense de nacimiento y fanático de los animales grandes, que el ganado llegaba a las 12 de la medianoche para deshuesarlo y tenerlo a las 6 de la mañana del domingo. Durante esos días de mercado, Pelayo también recuerda que dormía bajo uno de los toldos en los que su padre vendía carne; cuando veía jugar a los adultos con dados apostando plata; y las veces en que su padre le daba aguardiente amarillo.

6 Charla con Pelayo. Septiembre 2010.

Se describe así mismo como alguien que le gusta mucho del trago, tanto así que una vez, con muchos tragos encima, se cayó en las calles de Pijao y tan duro fue el golpe que se rompió la clavícula, razón por la cual camina con un hombro caído.

Puente “Las olas” para cruzar hacia “la zona de tolerancia” (8)

Esos días de mercado, eran también de fiesta y jolgorio, pues don Gustavo7 recuerda que en esos días eran los momentos de diversión para los jornaleros y se daba en la Zona de Tolerancia, por calle larga. En esta “Zona” estaban los bares llamados “Bar Azul” y “Bar Rosado”, en los cuales se encontraban las prostitutas. Era allí donde a don Gustavo le gustaba “mover el esqueleto” a sus 12 años y en donde se escondía de la Policía para que no lo agarraran en tales circunstancias.

7 Charla con don Gustavo. Marzo 2012

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Plaza Principal, Carrera 5ª. (9)

Otro elemento de distracción que tenían los pijaenses tanto los domingos como entre semana era el de las vueltas alrededor del parque. Cuentan las nietas8 de Adelina que eran vueltas en las que los muchachos se “arrimaban” a las jóvenes mujeres para buscar ennoviarse con ellas. Estas vueltas llegaban hasta las 11 de la noche, horas en la que ya entraban a La Machaca a disfrutar de la música. Estas vueltas, dice doña Gladýs9, quien vive en los alrededores del Parque y quien fue enfermera durante un largo tiempo en el Hospital, se hacían cogidos de gancho ya que al no haber afanes no se le interrumpía el caminar a nadie, pues el pueblo es tranquilo tanto así que se demuestra en la música que se escucha en bares y discotecas, pues es música de ritmo lento o como diría “Toba”10 “de la fina” es decir

8 Charla con Amalia y Mónica. Septiembre 2011.

9 Charla con doña Gladys. Marzo 2012.

10 Charla con don Gustavo Toro. Marzo 2012.

Don Gustavo nació en Pijao fue conductor de ambulancia de hospital y hoy es el dueño del bar Los Recuerdos. En las mañanas hace varias entradas a su bar para

boleros como los del grupo Los Panchos y tangos como los de Gardel. Es esa música, dice él, “que entre más vieja más buena”. Otros de los lugares de distracción para los pijaenses eran esos bares y discotecas donde colocaban esta música. Uno de los bares más conocidos y antiguos es el Bar Social, el cual comenzó a funcionar en 1947 y “tiene la particularidad social de convivencia y de reunir personas, adultos, jóvenes y niños, siendo el único del municipio con esta característica y que en la actualidad tiene vigencia” (Zuluaga, 2001).

hacer algunas diligencias personales a puerta cerrada y ya en la tarde abre un par de horas.

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Pero ¿qué era lo que estaba sucediendo en esa época, de los cincuenta a los ochenta del siglo XX, para que el pueblo gozara de fiestas y jolgorio por doquier? Paradójicamente, en esa época, fue el momento de la violencia más cruda que le ha tocado a Colombia, pues era cuando conservadores y liberales combatían para tomarse el poder. Pero el contexto deja de ser tan paradójico al saber que en Pijao se estaban también gestando momentos de una bonanza cafetera y si seguimos lo que nos dicen Olga Lucia Escobar y Germán Ferro en su libro La cultura del hombre cafetero, entendemos que “pensar en el café en Colombia, es pensar en las gentes que desde la propia tierra acariciaron el fruto de tiempos mejores” (Escobar, SA: SP).

Mujer recogiendo café en tiempo de cosecha Hermana de don Miguel Ángel (10)

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Mapa dibujado por los abuelos del ancianato. (11)

Era un tiempo en el que el campo (veredas) era donde se trabajaba y el pueblo (casco urbano) era donde se gozaba. Los abuelos del ancianato lo muestran de tal manera al dibujar un mapa en el cual por las proporciones del dibujo, las veredas resultan ser lo más relevante y el pueblo, representado por la iglesia, el arco, la zona de tolerancia y los lugares de ocio como los bares, pasan a ser de menor relevancia por el reducido espacio que ocupan dentro del dibujo. Eran los tiempos en los que se veía mucha afluencia de personas en el pueblo ya que, como dice don Gerardo11, quien desde hace un tiempo, a raíz del crisis en el campo, vive en el casco urbano junto con su familia, luego de aclarar que para él el principal promotor de desarrollo es el

11

Charla con don Gerardo. Junio 2011

campo: “el café es el que genera más empleo”, el cual se veía en tiempo de cosecha. Cuenta Pelayo12 que para la recolección del café se necesitaba mucha gente. Tanto así, dice don Víctor Acosta13, viejo jornalero de origen bogotano, trabajador de la construcción y presidente de la Defensa Civil, que se comenzaba en abril y al llegar junio aún se seguía recolectando. Eran tiempos en que las grandes fincas albergaban, en época de cosecha, entre 100 y 150 trabajadores. Y aun en tiempo frio, en el que no había cosecha y la gente se iba unos tres meses a otros pueblos a trabajar, dice don Gustavo, quedaban fincas con 20 y 30 jornaleros. Es esta la razón de la gran cantidad de personas que le daban el movimiento al pueblo: la bonanza cafetera, el momento del buen jornal.

12

Charla con Pelayo. Septiembre 2010. 13

Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011.

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Croquis de Pijao (12)

Por la alta actividad cafetera, dicen los autores del libro Recuperando memorias de los pueblos del Quindío, se logró construir una buena infraestructura de servicios básicos (CEPA, SA: SP). Esa infraestructura estaba organizada, dice Néstor Tobón (1987: 140) en su libro sobre la arquitectura antioqueña, en una cuadrícula que ordena el trazado de sus calles, con la carrera quinta como el eje de la actividad económica.

Casas en bahareque de la calle 13 – 1987 (13)

La infraestructura, según el libro Recuperando memorias de los pueblos del Quindío, eran casas hechas en madera, guadua y tierra: el bahareque tradicional. Luego se introdujo el cemento convirtiendo aquel material tradicional en “bahareque encementado”. Néstor Tobón, por su lado dice que en la plaza central lo que primaba eran las casas de colores pastel y en los lugares más alejados a esta aparecían los colores rojos, naranjas, azules, amarillos, verdes y lilas que contrastan con las paredes blancas en cal.

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Calle del comercio. Años ochenta (14)

Tienda de telas. Calle del comercio. Años cincuenta (15)

Sastre Alcides Gonzalez. Años cincuenta (16)

Como se dijo anteriormente en la carrera quinta, “la calle del comercio”, se concentraban las actividades económicas por lo cual se caracterizaba por ser la calle de mayor afluencia de gente durante los días de mercado. Allí se encontraban los negocios que funcionaban en aquella época. Por ejemplo, los nietos de doña Adelina14 recuerdan mucho las cacharrerías como las de Inocencio, las tiendas de telas como las de los Saleg que eran de una familia turca llegada al pueblo y las sastrerías que tenían en ese tiempo bastante trabajo.

14

Charla con Amalia, Mónica y Leonardo. Septiembre de 2011.

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“Acto cívico”. Año 1946 (17)

Esa afluencia de gente, como consecuencia a la gran cantidad de trabajo que había gracias a la bonanza cafetera, hacían parte de las generaciones de la gente de antes, de los pijaenses de las buenas costumbres cívicas en las cuales se reunían el dolor hacia el pueblo, el sentido de pertenencia hacia este, y la colaboración y la honestidad con que se hacían las cosas. Cuenta doña Amelia Narváez15 que la “gente de antes era como más solidaria, como más buena gente”. Aquella gente, dice don Alejandro Cano16, ganadero nacido y criado en Pijao, se caracterizaba porque “todo el mundo colaboraba, trabajaba y ayudaba”, era “cívica”, esta palabra parece invocar en su voz a gente que eran muy colaboradora con ciertos detalles: “había un sentido de pertenencia muy verriondo”- concluye. La gente, complementa Pelayo, en el mismo sentido, era honesta, “nadie preguntaba y cuánto me van a pagar a mí, no, eso era vamos a trabajar”, todo el mundo trabajaba por “civismo”, por favor al pueblo y esas cosas. La gente era muy abierta cuando tenía sentido de pertenencia, no era con egoísmo, ni con interés. Estas generaciones se forjaron desde el momento en que colonizadores antioqueños llegaron a tierras baldías, puesto que al término de la fiebre por la búsqueda de oro, se comienzan a concentrar en la búsqueda de tierras fértiles. Con esto se logra “superar los vicios de una comunidad minera colonial [para transformarse] en “una sociedad

15

Charla con doña Amelia. Junio 2011. 16

Charla con don Alejandro. Junio 2011. Don Alejandro Cano, es nacido y criado en Pijao; durante su vida continuó el negocio de la ganadería de sus padres, actividad que dejo de ejercer por razones de salud.

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agrícola con costumbres puritanas [y] una religión al servicio de su actividad económica y reguladora de su moral” (Escobar, SA: SP). Así se fue formando, para generaciones siguientes pero cercanas a las anteriores, lo que es “ser un pijaense” alrededor del cultivo y la bonanza cafetera, pues trabajar con el grano traía consigo una forma de vida, pues según don Juan, un jornalero de finca, “la planta es agradecida” con quien la cultiva dependiendo de su cuidado. El cuidado hacia la planta debe ser igual a la respuesta de ésta. Por tal razón, el cultivo esta alrededor del agradecimiento. Así como el agradecimiento se encuentra en el “ser pijaense”, el ritmo de vida lento aparece gracias al largo y paciente proceso de producción del café. Por esta razón el pijaense también se caracteriza por ser lento en el sentido de ser paciente, como sucede en su caminar alrededor del parque y su música. Esta forma de caracterizar las buenas costumbres cívicas de los pijaenses, forjadas alrededor de un cultivo en auge, se hacen notar en diferentes entidades y en particulares habitantes de Pijao.

Aguinaldo de los niños. Club los leones. 1982 (18)

Inauguración Casa de los Abuelos. (19)

Una de las entidades que sacaba a relucir tales características era el Club los Leones. Don Hernando Giraldo17, uno de los fundadores del Club y dueño de la antigua Droguería Giraldo, cuenta que en el año 1981, apadrinado por el Club en Quimbaya, nació el Club de Leones de Tarapacá como organismo cívico que colaboraba con pequeñas campañas de bailes y bingos. Entre sus campañas se inauguró el ancianato “la casa de los abuelos” y se hacía reconocer por la entrega de aguinaldos a los niños del pueblo.

Habitantes particulares “nacidos y criados” como doña Adelina Gómez y “levantados” como don Vidal Peña, representan lo que es “ser un pijaense”. Los pijaenses “nacidos y criados” son aquellos que como bien lo dice nacieron y se criaron en el pueblo o que pertenecían a la

17

Charla con don Hernando Giraldo. Marzo 2012

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generación heredera de los colonizadores. Los pijaenses “levantados” son los que nacieron en otras zonas del país pero se criaron en el pueblo. Con esta distinción se nombran formas de ser pijaense, que podemos explorar a partir de algunos recorridos vitales.

Entrega medalla al mérito cívico a doña Adelina Gómez por parte del

Alcalde.

La distinguida matrona doña Adelina Gómez viuda de Gómez nació en Santuario, Antioquia en 1909. De allí salió hacia Calarcá, lugar en el que se casó con Vicente Gómez, se trasladó luego a Barcelona donde nació su primera hija Rosa Gómez. De allí se pasaron a vivir a Génova, luego a una finca en Pijao y de ahí se fueron a vivir a la casa esquinera en el pueblo. A partir de ese momento comenzó a conocerse su nombre como una de las pijaenses que más colaboraba para el pueblo.

Doña Adelina era, y es, dice don Gerardo Quintero, “muy venerada en el pueblo (…) [ya que] se esmeraba por servirle a la gente”. Su esmero se expresaba en sus colaboraciones hacia el pueblo con obras de caridad para la gente más necesitada. Se recuerda mucho las empanadas

que ella hacía y vendía para recoger fondos para la iglesia, su gran esfuerzo para la construcción de la Estación de Bomberos, los cubrelechos que le regalaba a los pobres hechos de los retazos que le sobraba de lo que cosía y la ayuda en general a quienes lo necesitaban, como a doña Inés18 a quien le dio una casa más arriba de la Estación de Policía.

Esta forma de actuar para con los más necesitados conllevó a que doña Adelina, en 1983, en los actos conmemorativos de los 81 años de la fundación de Pijao, fuera condecorada con la medalla del mérito cívico. Como dice la resolución No. 167 de la Alcaldía Municipal de Pijao: “Que esta distinción se otorga a las personas o Entidades que se hayan distinguido por los servicios prestados en bien de la comunidad”, especificando, así, “que Adelina Viuda de Gómez se ha destacado (…) por su acendrado Espíritu cívico, que la ha caracterizado como tal”. Así mismo, se le reconoce en las actas de condolencias que fueron enviadas a la familia el día de su muerte. Actas enviadas por el Partido Conservador, el Hospital Santa Ana, el Cuerpo de Bomberos, la Asociación de Juntas de Acción Comunal, el Concejo y la personería Municipal. En cada una de estas actas se rescata “su humanismo y colaboración en pro de la gente más necesitada en la comunidad pijaense”, “su fervor cívico (…), sus excelsas virtudes ciudadanas y sus elevadas virtudes morales”, “su honorabilidad y servicio a la comunidad”. Doña Adelina demuestra el “ser pijaense” al expresar el “civismo” en sus servicios humanistas, colaborativos y honorables que le prestó a la comunidad.

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Chara con doña Inés. Alias “Ángel Mío”, es una mujer nacida en Cajamarca y levantada en Pijao, se viste de forma varonil y hace, sin escrúpulos, actividades en las que utiliza bastante fuerza.

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Don Vidal Peña y su carrito de dulces (22)

Don Vidal Peña “el dulcero del pueblo” nació en la Belleza, Santander en 1936 y llegó a Pijao en 1956. Es un personaje muy peculiar en la vida del pueblo, pues no solo es el dulcero sino que es a quien se le pregunta cuando se necesita algún tipo de información sobre fechas y momentos relevantes de Pijao. Por tal razón tiene escrito en varios papelitos y cuadernos esos datos sobre la historia. En uno de esos cuadernos escribió la historia de su vida: su niñez, su juventud y su llegada a Pijao donde, dice él, se enamoró y se quedó. Aquel escrito, don Vidal, lo llama “Las letras del

analfabeta” y lo empezó a escribir en el mes de octubre del año 2005, terminándolo en febrero del 2006. Cuenta la historia de su vida. Luego, de que sus padres se fueron de su lado, dejándolo con su abuela, su vida comienza a girar en torno a los diferentes lugares en los que vivió y los diferentes trabajos que realizaba, como escribe él, “para pagar su comida”. Todo comienza en la casa de una señora en la cual lo dejó su abuelastro luego de que su abuela muriera. En esta casa cargaba agua y leña, arriaba vacas, ayudaba a ordeñar y a encerrar los terneros. Luego pasó a vivir a diferentes fincas y la mayoría de las veces, la razón por la cual se trasladaba de un lugar a otro, era porque al hacer algún trabajo mal lo castigaban pegándole y él, para evitarlo, se escapaba encontrándose en el camino personas que le ofrecían otros trabajos. Estos trabajos fueron de ayudante en un camión, vendiendo dulces, de ayudante en una panadería, de mandadero y desarrollando diferentes tareas de finca como las que hacía en la primera. Hasta que llegó el momento en que tuvo que abandonar tales trabajos para prestar el servicio militar. Cuando le dieron de baja en el ejército, volvió a su pueblo donde tanto trabajo le habían dado, pero a raíz de las malas ofertas decidió irse a donde unos primos, sobrinos del papá que se encontraban en un pueblo llamado Pijao, Caldas. Así pues, su principal razón para llegar a Pijao, a pesar de la gran violencia que se desataba en aquella zona, fue el trabajo. Por lo tanto, a su llegada, lo primero que hace es trabajar en una finca en la que se da cuenta de las buenas oportunidades de empleo en aquella región pues el día se pagaba a cuatro pesos, trabajando desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde; situación que no sucedía en su pueblo. Sin embargo, como ya se dijo, además de ser

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la época de las “vacas gordas”, también era una época de fuerte violencia bipartidista recrudecida, según él, por el derrocamiento del presidente General Rojas Pinilla. Esta época de la “vacas gordas” y de fuerte violencia, don Vidal la recuerda como la época en que había buenos precios para la venta de café, lo cual le daba al pueblo un comercio que se caracterizaba por un movimiento en que “todos ganaban” pues era “50% para el propietario y 50% para el administrador”. Ganaban:

al mayordomo, al patrón de corte (que era el que contaba a los trabajadores), al garitero (que era el que le llevaba los alimentos a los trabajadores), al arriero (que era el que arriaba las mulas), al patiero (que era el que pelaba, lavaba y subía el café a la helda, lo revolvía, le daba punto, lo recogía, lo empacaba y quedaba listo para transportarlo), hasta ganaba la empleada de la cocina, las lavanderas, quienes le arreglaban las ropas a los trabajadores en las fincas (Manuscrito “Las letras del analfabeta”).

Otras de las características que recuerda don Vidal de la época de las “vacas gordas” son el mal transporte de taxis, una mayor cantidad de bares, cafés y cantinas, los grandes comercios como las sastrerías que vendían 10 vestidos semanales, y la eficiencia del Hospital Santa Ana. Durante este “buen tiempo”, cuenta él, había también crisis tanto por precios bajos en la venta del café como por los inviernos que destruían los cafetales. En medio de estos buenos y malos tiempos don Vidal, luego de enamorarse y casarse, decide comprar una finca la cual supuestamente se la financiaba la Caja Agraria, pero en el momento de la compra esta entidad le dice que ya no presta dinero para comprar tierra. Luego de esta decepción decide irse a administrar una finca en el campo de Pijao hasta que le

ofrecieron un “carrito de dulces”. Cuando decide trabajar en el carrito se traslada a vivir al casco urbano. El mudarse hacia la parte urbana del pueblo trae para él la decisión de defender a la comunidad tanto por el beneficio de ésta como por el de su familia. De esta manera, emprende una serie de luchas en pro de la población: por los abusos de los servicios públicos domiciliaros (la instalación de medidores de agua y las alzas en los cobros de energía), por el deficiente transporte en el que solo se beneficiaban los taxistas, por la venta del acueducto a otra empresa, por el cierre del Instituto Pijao, por la fundación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) y la Junta de Acción Comunal de Morro Seco y por la planta de tratamiento y potabilización del agua. Todas estas luchas las ganó junto con diferentes compañeros, como su gran amigo Carlos Forero Castro que hacía parte, así como él, del Consejo Municipal. Estas luchas son las que constituyen “el dolor” de un pijaense hacia el pueblo y que muchos pijaenses enuncian para marcar la preocupación por el bienestar y la pronta solución de los riesgos de cualquier tipo que pueda enfrentar la población. Es apropiarse de los problemas comunales y darles salidas de manera pronta y satisfactoria. El “ser pijaense” en don Vidal, es una clase de respuesta de él hacia el pueblo y viceversa, por todos los años de lucha que le ha dado y por todo lo que el pueblo le ha dado a él, como el amor.

El “ser pijaense”, tanto en doña Adelina como en don Vidal, se forjó en el pueblo (casco urbano), esto no quiere decir que sea solo allí donde se hacen notar las características de los habitantes de Pijao, sino que más bien el pueblo es el lugar

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predilecto para que se hagan visibles, puesto que la lejanía de las veredas lo hace difícil. Es decir que estas características también se encuentran presentes en los pijaenses que están en la zona rural de Pijao y es esta zona, como se dijo anteriormente con el cultivo del café, la que forja tales formas de ser. Don Gustavo19 explica bien al decir que la educación era la que se aprendía en el campo, en la naturaleza y entre los animales, era la que los profesores enseñaban tanto lo que leían en los libros como lo que veían en el campo.

Esa educación, ese “ser pijaense” es el que hace parte de “la gente de la cultura cafetera del occidente colombiano, [quienes] avanzan y se trasladan llevando consigo interiorizados los elementos que constituyen su historia, su cultura, su identidad regional, suma de su ser mestizo”, para actuar y responder “con la experiencia de su memoria cultural asumiendo los nuevos hechos que le presenta el acelerado mundo moderno” (Escobar, SA: SP).

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Charla con don Gustavo. Marzo 2012.

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Elementos emblemáticos de Pijao (23)

El arco del triunfo, la iglesia, la alcaldía, las garzas, la palma de cera y los jornaleros en el trabajo del café.

Este es el pasado de Pijao, el antes del pueblo. El de la bonanza cafetera, el de una gran cantidad de trabajo tanto en el campo como en el pueblo, el de las casas de bahareque, el de la Zona de Tolerancia, el de la plaza de mercado en el parque, el de las fiestas de la Virgen del Carmen, el del Club de Leones, el de la cívica doña Adelina y el luchador don Vidal, ese es el pueblo de los pijaenses de las buenas costumbres cívicas. Con esto se estaría dando respuesta sobre el pasado de Pijao, con lo cual se concluiría que el pueblo era diferente al decadente presente de hoy. Este pasado, como dice Eric Hobsbawn, es “básicamente el modelo para el presente”, es decir, aquello que “cada generación copia y reproduce con la máxima fidelidad posible a la generación que le precedió y se le consideraría fracasada si no lo hace (2002: 23). Podría considerarse que la “decadencia” del presente es una muestra de tal fracaso, y marca una diferencia con respecto al trabajo realizado por las generaciones que siguieron a los colonizadores quienes asumieron su “ser y vivir pijaense” a través del tiempo, pues a pesar de diferentes crisis que se presentaban, Pijao seguía teniendo las mismas características de bonanza cafetera. Pero, aun así haciendo la copia al pie de la letra “las cosas nunca volverían a ser como en los viejos tiempos” (Ibíd.: 27). Esto sucede ya que entran en juego ciertas “innovaciones”20 a las cuales la sociedad no puede escapar, pues “incluso la sociedad más tradicional se verá obligada a aceptar la innovación circundante que amenaza con invadirla” (Ibíd.: 25). Sin embargo, existe la posibilidad de que con las “innovaciones” haciendo presencia, puede seguirse dando la sensación de no haber alterado el modelo heredado del pasado (Ibíd.: 24). Con esta reflexión sobre el pasado de Pijao se quiere saber de esta manera cuáles son las “innovaciones” que se introdujeron en el pueblo.

20 Las innovaciones será aquello que, como dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “muda o altera algo, introduciendo novedades”.

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4. Sucesos de finales del siglo XX

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Se sabe que nos encontramos en el analisis de las narrativas de los pijaenses sobre los cambios decadentes que ha tenido Pijao desde el pasado, descrito por los pijaenses mayores, hasta el presente, y tan solo con el análisis del primero hallamos que han habido una serie de “innovaciones” a las cuales los pijaenses han respondido de una manera que aún no sabemos, pero que si ha sido diferente a la forma de respuesta de generaciones anteriores. Para saber cuáles han sido las “innovaciones” que han entrado al pueblo primero hay que hacer un recorrido por el cómo incursionaron en la historia. La forma en que las “innovaciones” aparecen en Pijao fue por medio del contexto que se estaba gestando desde los años noventa del siglo XX hasta nuestro días. En estos años aparecen una serie de sucesos los cuales han sido catalogados como “desastres” y constituyen catalizadores de cambios en la estructura y la organización de la sociedad (López, 1999: 10). Entonces, ¿cuáles son esos “desastres” que motivan cambios más acelerados en determinadas sociedades? Estos “desastres”, en nuestro caso, como bien se han nombrado anteriormente, son sucesos de finales del siglo XX, es decir: el terremoto de 1999, la toma guerrillera del 2001 y la crisis cafetera. Lo que exploraremos en este capítulo será sobre lo que encierran estos sucesos para que se generen “innovaciones”, éstas percibidas por los pijaenses como cambios.

Portada del periódico La Vanguardia (24a)

El 26 de Enero de 1999 muchos periódicos nacionales, si no todos, tenían en primera plana palabras como destrucción, desolación y temor. Palabras que dejaban al descubierto la fuerza del terremoto de 6,4 grados en la Escala de Richter del día anterior, en los 28 municipios del Eje Cafetero. Varias de las páginas de los diferentes periódicos nacionales le dedicaron cientos de frases de tristeza y esperanza a aquella tierra colombiana devastada. En aquellas páginas, los periódicos informaban lo sucedido, por medio de fotos, testimonios y perspectivas de los diferentes periodistas. Esas imágenes y palabras daban razón

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sobre el 25 de enero de 1999, cuando a la una y diecinueve minutos, miles de personas intentan refugiarse de aquel inescapable movimiento de la tierra. Esto deja momentos de confusión y desesperación en las horas siguientes al suceso. Horas en las cuales las personas se encontraban buscando a sus seres queridos entre los heridos, escombros y muertos. Personas intentando sacar algunos de sus objetos de sus casas, intentando conciliar el sueño mientras pensaban en nuevas réplicas y nuevas sacudidas, intentando consolar a sus amigos, a seres queridos y hasta a desconocidos, saqueando la Cruz Roja y los diferentes supermercados. Personas que después tuvieron que pensar en comenzar su vida de cero y así intentar reponerse del suceso.

Terremoto de 1999 (25)

Terremoto de 1999 (26)

“Destrucción total ¿no?”, dice don Miguel Ángel1, desde su droguería de la carrera 5ª, al ver estas fotografías tomadas días después del terremoto. Cada quién vivió aquella destrucción dependiendo del lugar donde se encontraba. Yo tenía en mis manos de nueve años una alcancía amarilla con forma de payaso. Estaba en la cocina de la casa de mi bisabuela intentándola abrir para sacar mis ahorros e ir a comprar colores y un cuaderno para dibujar. De pronto, todo comienza a moverse de un lado a otro, mi madre, la señora que hacía el almuerzo y yo, corrimos hacia el cuarto en el que hacía dos años mis abuelos estaban viviendo. Allí estaba mi hermana y unos primos, todos abrazados decidimos, antes de

1 Charla con Miguel Ángel. Enero 2011

Es ahijado de mi abuela, nacido y criado en Pijao.

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que se acabara el sacudón, salir de la casa. En instantes estábamos en la puerta principal, pero ésta no abría ya que la pared de encima la estaba trancando, por lo tanto salimos por la puerta trasera, por la puerta de la parte de la casa en la que vivía Olguita. Al salir y mirar a nuestra izquierda estaba la mitad de la iglesia, al verla, mi madre entró en shock: su rostro se puso pálido y sus labios morados. Los rescatistas al vernos nos llevaron al Parque para tranquilizarnos. Cuando ya había una relativa calma, recuerdo que mi madre fue por el carro a la parte de arriba donde quedaba bomberos y que al mismo tiempo era un parqueadero. Minutos después de que ella llegara fue el momento en que se cayó el techo del parqueadero por la fuerte réplica de las cinco de la tarde. Esa noche, mientras intentábamos dormir en las carpas instaladas en uno de los refugios, a eso de la medianoche, se escuchó un fuerte estruendo, todos asustados nos levantamos pensando que había sido otra replica pero en realidad fue la caída de una de las partes de la torre de la iglesia. Muchos estaban en el pueblo, como yo que me encontraba en la casa de mi bisabuela situada en el marco de la Plaza Central. En el barrio El Paraíso en una casa de “material”2 estaba doña Orfa3, una mujer soltera y madre de tres hijos, y cuando el terremoto ella se encontraba organizando la ropa, cuando uno de sus hijos le dice: “Mami se van a dañar los pocillos, mire”. Ella miró y la plancha “se veía subir y bajar”. Luego de buscar las llaves de la puerta y no encontrarlas, abrió la ventana, y salió con sus hijos por allí. Salieron y

2 Casa en su mayoría prefabricadas, construidas totalmente en cemento.

3 Charla con doña Orfa. Junio 2011. Tiene un gran gusto por tejer en croché, a máquina, en punto de cruz y en general por las manualidades y su único álbum de fotos lo guarda debajo del colchón, pues el resto los perdió en el terremoto.

mucha gente lloraba, mientras ella decía: “gracias a Dios me salvé”. Doña Gloria4, quien tiene un pequeño puesto en el Parque donde vende unos cuantos dulces, cigarrillos y minutos, también se encontraba en su casa y en el momento en que comenzó a temblar estaba bañando al hijo para darle el almuerzo. Ella lo cogió, lo envolvió en una toalla y lo sacó. Iban saliendo mientras seguía temblando, se cayeron una y otra vez, siendo un momento muy duro ya que tenía a su “hijo pequeñito”. Don Víctor5, también en su casa, se encontraba con su esposa y con su hijo de tres años. En el momento en que cogió al niño para alzarlo comenzó a temblar. Cuando salió al parque, puesto que el techo de la casa empezó a caerse, se dio cuenta que ya no estaba la iglesia, varias casas habían colapsado y la gente estaba en pánico. No solo en el pueblo se sintió el sismo, en las fincas también, claro está, que no de la misma manera. Don Hernando6 recuerda que allá donde él se encontraba, en una finca, no fue tan horrible como en el pueblo. Él con sus compañeros estaban en un semillero sembrando chapola, semilla de café, cuando comenzó a moverse la tierra, él estaba sentado y el movimiento lo dejó arrodillado, cosa que le causó gracia. Don Laureano7, un viejo de unos 70 años que camina por el

4 Charla con doña Gloria. Junio 2011.

Doña Gloria, se desvive por su hijo y todo lo que trabaja es para lo que él necesite. 5 Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011

6 Charla con don Hernando. Marzo 2012.

7 Charla con don Laureano. Junio 2011.

Es un Santandereano que llegó hace más de sesenta años a Pijao, es un viejo jornalero hasta que envejeció y no lo contrataron más. Es un jugador fanático del dominó, sonríe a pesar de los pocos dientes de su dentadura y anda con un bastón y una maleta desteñida pequeña.

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Parque, recuerda que se encontraba cogiendo café en una finca. Estaba solo cuando la tierra “como que se movía y los palos como que se mecían”. Mientras el temblor lo único que pensaba era: “¿y pa’ onde corre uno?”

Cambuches del refugio instalado por el sector de la bomba, a la entrada

del pueblo (28)

Muchos, como mi familia y yo, corrimos desde la primera noche hacia los refugios. Con doña Gloria8 recordamos que habían cambuches arriba donde ahora está la bomba y por el lado de ladrilleros. Ella, junto con su hijo, se fue, para arriba ya que allá estaban el papá y la mamá. Yo en cambio fui a los refugios a la finca que en la actualidad es el ICBF.

8 Charla con doña Gloria. Junio 2011.

Mi familia y yo salimos del pueblo un par de días después del terremoto. Sin embargo, fueron casi dos años – cuenta doña Nelly Patiño9 – los que duraron los pijaenses en aquellos cambuches. Fueron años en los que sufrieron diferentes inconvenientes. Doña Orfa10 recuerda que esperaban cualquier momento para bañarse, eso era lo que le daba más duro: que llegarán las diez de la mañana y no pudieran cepillarse los dientes ni bañarse. Cuando se consiguieron una manguera, se bañaban en pantaloneta con esa agua que les causó hongos. Eran “muy descontroladas las cosas”, dice ella.

Llegaban camiones llenos de alimento, ropa y demás elementos para

satisfacer las necesidades de los damnificados. (29)

9 Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012

10 Charla con doña Orfa. Junio 2011.

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Cuando llegaron los auxilios fueron de gran alivio. Según doña Amelia11 hubo para el pueblo muchas donaciones que llegaron de otros países.

Pero muchos de esos auxilios no llegaron a su destino final. Doña Orfa12 recuerda que les daban cobijas y muchas veces ropa. Sin embargo, ella no quería recibir nada de ahí ya que había gente muy viva (los líderes) que bregaba a echarle mano a todo eso. Llegaba mucho mercado al colegio y eso era muy difícil entrar allá, pues cuando fue a pedirle un mercado al alcalde, él se negó ya que era solo para los que recogían los escombros pero “eso no le costaba a él”. Hasta que un día se fue a donde estaban haciendo una repartición y allí le dieron un colchón y su primera cobija, con lo cual quedó lo más de contenta. También hubo auxilios de otro tipo. Un miembro de Planeación comentaba que el arreglo de fachadas de arquitectura colonial fue por parte del programa de la ONG de la Cámara de Comercio de Manizales y el arreglo de la planta de agua potable y el cambio de unas redes de acueducto se hizo por parte de una ONG de Suiza. Dice don Alejandro13 que por parte de la ONG de Manizales, que eran los encargados de la reconstrucción del pueblo, hubo un geólogo que decía que en Pijao no había donde construir, entonces le daban a cada persona, a cada damnificado, doce millones de pesos, pero no para reconstruir, sino para comprar en otra parte.

11

Charla con doña Amelia. Junio 2011. 12

Charla con doña Orfa. Junio 2011. 13

Charla con don Alejandro. Junio 2011.

A pesar de la desorganización estos auxilios trajeron grandes beneficios. Para doña Orfa14 el terremoto, aunque fue un susto muy horrible, sirvió mucho pues si no hubiera pasado el terremoto estarían en las mismas ya que le hubiera tocado a ella sola arreglar toda su casa, cosa que habría sido imposible con sus hijos, que en esa época estaban pequeños. Don Gerardo15 dice que en parte lo que hizo el terremoto fue que a las personas que ayudaron las beneficiaron remodelándole la casa o dándole a las personas que no tenían. Pero así como fueron de gran ayuda, los auxilios también trajeron consigo otro tipo de consecuencias. Para doña Rubiela a algunas personas les fue bien y otras se quedaron sin nada, por ejemplo unos que no tenían nada les dieron casa, pero no acá sino en otra parte como Barcelona, Montenegro y La Tebaida. Don Miguel Ángel por su parte dice que la gente se volvió descarada pues como le estaban dando la comida no era necesario trabajar y ahí se quedaron. Además no se pudo adecuar un plan de vivienda y mucha gente tuvo que trasladarse a otros pueblos buscando otras oportunidades. El “plan de reubicación” propuesto por las organizaciones de reconstrucción para mitigar la catástrofe, fue lo que más afecto a la población. Esto sucedió ya que los estudios y valorizaciones que precisaron “las zonas del municipio que se encontraban en riesgo de deslizamientos y desbordamientos”. (Saavedra, 2002: 210) causó la reubicación de familias que se encontraban en las zonas de riesgo alto, mediano y bajo. Esto

14

Charla con doña Orfa. Junio 2011 15

Charla con don Gerardo. Junio 2011

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lo explican Saavedra y Albán sobre lo sucedido en Calarcá. Sin embargo, en Pijao también sucedió que la reubicación “se convirtió en un problema sociocultural” ya que por un lado las familias tenían que asumir la condición de riesgo y al mismo tiempo concebir el traslado a otros lugares donde consideraban que con aquella vivienda no se compensaba la inversión que habían hecho durante buena parte de su vida (Ibíd. 211). En el ámbito de la psicología social, aquel movimiento de la población hacia otras zonas fuera del pueblo es llamado, según los autores del artículo Catástrofes, traumas y conductas colectivas, como “desplazamiento forzoso o involuntario” es decir: éxodos que se presentan cuando hay una atmósfera de miedo y precipitación (Páez, 2001: 4). Pero en el caso del terremoto no solo fue un desplazamiento a causa del miedo hacia la catástrofe, sino también por la intervención de terceros, misma que causó que el desplazamiento fuera forzoso e involuntario.

Destrucción de la iglesia, la casa de doña Adelina y la Alcaldía. (30)

“Esa era la alcaldía que estaba cuando el terremoto” (31)

- Rosalba y Teresa

“El hospital también todo lo renovaron” (33)

- Rosalba y Teresa

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-

“Jum! Mire, como era de bonita, la iglesia era muy bonita” (32)

- Miguel Ángel

El comité, como era también de bonito (34)

- Rosalba y Teresa

El terremoto causó, así mismo, una gran cambio arquitectónico. Un miembro de Planeación cuenta que los sectores que más se afectaron por el terremoto fueron las casas del centro, por la avenida, el sector de la planta y el sector de la cumbre. Fueron zonas en las que en su mayoría tenían casas de bareque, así como arquitecturas de gran importancia para el pueblo como la Estación de Policía, la iglesia, el hospital, la Alcaldía, el cuerpo de bomberos, la sede de la Cruz Roja, la sede de la Defensa Civil, la casa de la cultura y el comité de cafeteros. Todos los edificios importantes del pueblo quedaron destruidos, dice don Miguel Ángel16.

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Charla con Miguel Ángel. Enero 2011

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“Acá están reconstruyendo la torre, tan feita” - 2001 (35)

- Rosalba y Teresa

La iglesia reconstruida -2001 (36)

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Muchas de esas edificaciones importantes que se afectaron con el terremoto y que fueron reconstruidas en su totalidad, pudieron haber sido renovadas con su arquitectura original; como la Alcaldía, la iglesia y el hospital, ya que para muchos estas reconstrucciones “modernas” fueron de muy “mal gusto”, pues distintos pijaenses repudian la arquitectura de varios edificios reconstruidos. Esta actitud de los pijaenses se explica, como dicen los autores del libro Del terremoto a la reconstrucción, ya que hay una aceleración de la modernización en los procesos de reconstrucción que causan rupturas con la tradición (Saavedra, 2002: 255), ya que hay una pérdida de la memoria con relación al patrimonio cultural que se tenía sobre todo en los pueblos cordilleranos del sur con el bahareque (Ibíd.: 57). Cuando se llega a Pijao lo primero que uno percibe, como visitante regular, es el cambio en las fachadas de las casas y de las nuevas edificaciones las cuales, a causa de la reconstrucción, son diferentes a lo que se solía ver en el pueblo; haciendo alusión, de manera destacada a las casas de bahareque. Por los cambios visibles que causo el terremoto, éste se convirtió en el primer suceso de finales del siglo XX a tratar, para saber cómo entraron las “innovaciones” al pueblo. Una de las reconstrucciones en el pueblo es el punto de referencia de los pijaenses para hablar sobre otro de los sucesos ocurridos a finales del siglo XX. La iglesia fue inaugurada en el 2001. Inaugurada, como dice doña Orfa, “por la gente esa”. Pues como cuenta doña Ligia17 ella llego al

17

Charla con doña Ligia. Septiembre 2010

pueblo a la inauguración de la iglesia para así quedarse del todo y fue a los 15 días que la guerrilla se entró.

Los frentes 50 y 21 de las FARC- EP se tomaron Pijao el 25 de octubre de 2001, desde las siete de la noche hasta las 6 de la mañana del otro día. Doña Lyda18, una mujer de la tercera edad y quien vive con su hermana menor Artemisa, recuerda que cuando se asomaron por el rio, ella se encontraba en la tribuna (en la ventana), la gente corría y ella se quedó ahí mirando; y fue durante toda la noche en la que caían cosas, como piedras, por encima de los tejados. Doña Orfa19 esa noche iba para la casa de su mamá con sus tres hijos. Como en esos días habían arreglado la iglesia, los muchachos le pidieron entrar pero ella al ver las calles tan solas les dijo que no y siguieron caminando. Fue cuando piso el primer escalón de la casa que una señora comenzó a gritar: “ay! se entró la guerrilla” y cuando entró a la mitad de la sala se escuchó la primera explosión. Ella junto con su familia cogió la biblia y comenzaron a rezar, describiendo el momento como “una trasnochada muy horrible”.

Lo que más se afectó durante la toma fueron la iglesia, la Estación de Policía y el banco. Dice doña Amelia20 que su casa fue una de las que más sufrió ya que se encontraba en los alrededores de la estación de policía a la cual le tiraban las

Amiga de mi abuela y vive en una casa cercana a la Estación de Policía. 18

Charla con Lydia y Artemisa. Junio 2011. Son dos hermanas poco elocuentes que hablan sobre sus ya fallecidos familiares, sobre sus vidas de jóvenes y sus trabajos en el hogar. 19

Charla con doña Orfa. Junio 2011 20

Charla con doña Amelia. Junio 2011.

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pipetas. Dice don Laureano que al banco lo afectaron ya que venían en busca de todo el dinero que se depositaba allí. La toma guerrillera fue como una extensión del terremoto pues al día siguiente también hubo edificaciones destruidas, pero en este caso fue en un sector específico del pueblo y no duró unos pocos minutos sino unas largas horas nocturnas. Esta es la razón por la cual doña Amelia21 comenta que la gente quedó muy atemorizada del corazón y con una psicosis muy horrible, pues fue toda una noche de balas y pipetas. Por aquel temor, cuenta doña Rubiela22, una mujer que se fue a vivir, junto con su familia, en al casco urbano luego de estar varios años en una finca, que hubo un desplazamiento de la población hacia otros lugares, así como la poca afluencia de gente de afuera hacia el pueblo. Pues, como dice don Miguel Ángel23 después de la toma vienen los hostigamientos y la presencia guerrillera, lo cual causa una pérdida de confianza y un miedo hacia el pueblo. Se podría explicar que la migración de la población de Pijao fue en un primer momento con el terremoto y luego con la toma guerrillera, la diferencia es que en el primero la mayoría de las personas se fueron por un tercero (organismos encargados de la reconstrucción); es decir, hubo un desplazamiento involuntario, mientras en la segunda la gente salió de Pijao por si sola, lo que se podría llamar un desplazamiento “voluntario” pues no hubo un tercero interfiriendo.

21

Charla con doña Amelia. Junio 2011. 22

Charla con doña Rubiela. Junio 2011. Es de Aguadas, Caldas y llegó a Pijao en el año noventa. 23

Charla con Miguel Ángel. Enero 2011

La explicación a tal temor que causa la huida de las personas de Pijao, se puede dar en dos sentidos. El primero de ellos es sobre la forma de actuar de la guerrilla heredada de los años noventa y lo segundo seria a partir del impacto que tienen “las catástrofes provocadas por el hombre”. La primera explicación nos la da Camilo Echandía en su artículo llamado El conflicto armado colombiano en los años noventa: cambios en las estrategias y efectos económicos. Dice él que durante la época de los noventa las FARC tenía como estrategia “los ataques a las poblaciones para destruir los puestos de policía y debilitar la presencia estatal en los municipios donde busca ampliar su influencia” al igual que “los sabotajes a la infraestructura económica” (Echandía, 2000). Es una estrategia que puntualmente se observa en la toma guerrillera hacia Pijao. En cuanto al impacto de “las catástrofes provocadas por el hombre” Darío Páez, Itzial Fernandez y Carlos Martín Beristain explican en su artículo que las personas expuestas a estos sucesos tienen una mayor sensación de pérdida de control por lo cual resultan ser de mayor impacto. Esa pérdida de control se expresa en Pijao con la cantidad de personas que salieron del pueblo.

Sin embargo, las estrategias guerrilleras y la psicosis social fueron disminuyendo quedando en el pueblo un estigma social, causando que la gente no invierta en la tierra donde supuestamente hay presencia guerrillera. Esto sucede ya que la alta inmigración de trabajadores de regiones pobres, producida por la cosecha cafetera, es explotada por grupos guerrilleros que encuentran apoyo en los desempleados (Echandía, 2000). Este estigma es una de las tantas explicaciones que se le da a la crisis del café que afecta al Eje Cafetero.

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La crisis del café es el contexto en el que se dio tanto el terremoto como la toma guerrillera y se convierte en el tercer suceso a tratar.

“Pero este año (2011) no hubo café; fincas que cogían, por decir 3000

arrobas de café, este año no cogieron si quiera 500 arrobas” (37) - Don Alejandro Cano

Por la crisis del café las fincas cafeteras comenzaron a mermar: son alrededor del 70% de las fincas en el pueblo que están perdidas, dice Pelayo24. Pues, como dice doña Rubiela25, se encuentran “muy decaídas y en mera maleza”. Lo que hace que Pijao, como municipio del Quindío, haga parte “de los 16

24

Charla con Pelayo. Septiembre 2010. 25

Charla con doña Rubiela. Junio 2011.

departamentos cafeteros que presentan un decrecimiento en su área cafetera en los últimos 25 años” (Fonseca, 2003: 3) Existen varias explicaciones por las cuales comenzó a darse este fenómeno. Una de ellas se da particularmente en Pijao y es la de la presencia guerrillera. Otra razón es la del “rompimiento del pacto de cuotas en 1989”, causando, explica doña Nelly26, momentos en los que la gente del campo comienza a quejarse sobre la rebaja del precio del café. Don Gerardo27 dice que estas quejas se daban, y se dan, porque los precios del café no concordaban con los gastos de producción del mismo, eran “unos precios muy irrisorios”, y aunque hoy el precio del bulto del café se encuentre en un millón de pesos, los arruinados campesinos de aquellos momentos de precios irrisorios no pueden responder ya que no tuvieron una forma para sostenerse a tal crisis. Esta crisis es la que se conoce como “el rompimiento del pacto de cuotas del café” en 1989. Este rompimiento fue lo que causó una crisis de precios del café, una crisis que aún se sigue sosteniendo puesto que a partir de entonces los negocios del café se rigieron por las leyes de oferta y demanda, es decir que en la práctica la cotización sería fijada por el comprador (Suarez, S.A.: 9).

26

Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012 27

Charla con don Gerardo. Junio 2011

Page 45: La Ausencia Recordada Final

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Hojas enfermas de roya de una planta de café en una finca por las veredas del sur de Pijao. La roya es una enfermedad en la que le aparecen lunares blancos a las hojas y causa estragos en el crecimiento del fruto. Como la

roya, la broca es otra enfermedad que se caracteriza por un pequeño animal que ataca al fruto directamente, dejándolo con huecos y causándole

ennegrecimiento al grano (38)

Otra razón por la cual se mermaron las fincas y el grano café, es la del incremento de las enfermedades de la roya y la broca en los cultivos. Cuentan Pelayo y don Alejandro28 que el fuerte verano que hizo en la última época causó el incremento en las epidemias de los cultivos. Además de la poca importancia que se le dio en el tiempo en que se advertía sobre estas fuertes enfermedades. Razón por la cual, dice doña Orfa29, talaron todos los palos de café, perdiendo una gran cosecha para sembrar otra.

28

Charla con Pelayo y don Alejandro. Junio 2011. 29

Charla con doña Orfa. Junio 2011

Cultivo de Café Caturra (39)

Las respuestas del Comité de Cafeteros para contrarrestar aquellas enfermedades son otras de las razones por las cuales se fueron mermaron las fincas y los cultivos. Don Víctor30 dice que el café arábigo era el tradicional y fue el primer cafeto que se sembró en tierras colombianas, estos palos se caracterizaban por ser grandes por lo cual le daban sombra a la tierra y la protegía; los otros, como el caturra, ya son híbridos, injertos, los cuales ya no le dan la misma protección a la tierra, perjudicándola. El uso de químicos para el abono del cultivo ha dejado de lado el abono orgánico lo cual también ha afectado de manera negativa a la tierra.

30

Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011

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“Volcanes” (derrumbes) provocados por el invierno (40)

Los fuertes climas son causantes de malas cosechas y estos, en la última época no han sido de gran ayuda para el cultivo. Una vecina de doña María Rosa31 comenta que la fuerza de los veranos o de los inviernos azota al café, ya que todo en exceso hace daño. Lo que sucede entonces, dice don Víctor32, es que ha habido demasiado verano y demasiado invierno, esto último es claro cuando los campesinos cuentan que en los derrumbes se les van 5000 palos de cafetales floreciendo (importante etapa del cafetal pues de la flor sale el grano).

31

Charla con doña Rosa y en momento con su vecina. Junio 2011. Doña María Rosa Monsalve es la mamá de Blanca (una de las tantas señoras que le ha colaborado a mi abuela en la casa), vivió en una finca y en La Cumbre, pero a causa del terremoto la reubicaron en el barrio los Fundadores. 32

Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011

Todas estas explicaciones a la crisis cafetera son lo que Luz Amparo Fonseca llama las situaciones adversas a las cuales los caficultores colombianos han tenido que enfrentar durante la década de los años noventa hasta nuestro días (2003, 14). Algunos le colocan mayor relevancia al rompimiento del pacto de cuotas ya que es allí donde se “puede establecerse el momento que da inicio a la perdida” (Saavedra, 2002: 55). Pero ¿qué es lo que realmente ha causado la crisis del café? Ha causado una problemática en la economía de quienes trabajan la tierra expuesta en la falta de fuentes económicas pues como dice doña Marta Ramírez33 “plata no ha habido porque no ha habido café” y si no hay café no hay empleo ya que, repitiendo a don Gerardo34, el que genera el empleo es el

café. Lo que sucede es que con “la pérdida de rentabilidad de

los cultivos y el impacto de la crisis han incrementado los

niveles de pobreza y desempleo en las áreas más

especializadas en el cultivo” (Fonseca, 2003: 4).

33

Charla con doña Marta Ramirez. Junio 2011. Ex-dueña de un restaurante por la calle 13, un restaurante que tenía exhibida en las paredes unas cuantas fotos del terremoto, de la iglesia antes y después de éste y de la crecida del río en 1972. Ella por razones personales, luego de la muerte de su padre, se trasladó a vivir a Armenia. 34

Charla con don Gerardo. Junio 2011.

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“Ventaniando desde la destrucción”

Terremoto de 1999 (41)

El terremoto de 1999 dejó como consecuencias la destrucción tanto de la arquitectura como de la población. La destrucción causó que la arquitectura de edificaciones emblemáticas del pueblo, como la Alcaldía y la iglesia, cambiaran drásticamente. Así mismo, mucha población tuvo que migrar ya que no hubo una correcta reubicación de la población en la reconstrucción y construcción de viviendas. Problemáticas: ruptura con la tradición, migraciones involuntarias.

“Vestigios de un enfrentamiento”

Toma guerrillera de 2001 (42)

Durante la toma guerrillera de 2001 solo se afectaron la iglesia, el banco, la estación de policía y casas aledañas. Aunque la destrucción física fue poca, comparada con la del terremoto, la toma dejó en el pueblo miedo y temor tanto en los pijaenses como en la gente afuera. Problemática: migraciones “voluntarias”.

“Maquinaria abandonada”

Crisis cafetera (43)

Las situaciones adversas que se presentaron ante los caficultores durante los años noventa hasta nuestros días, causaron que las fincas y el cultivo del café mermaran bajando la economía del pueblo. Problemática: pobreza y desempleo.

Page 48: La Ausencia Recordada Final

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Junto con estos tres sucesos de gran impacto de los últimos veinte años en la historia de Pijao, se suman otros dos, los cuales en los discursos de las Alcaldías de los últimos años no los han tomado en cuenta.

“Presencia de comunidades afro en Pijao” (44)

Cuenta don Alejandro1 que al pueblo ha llegado mucho desplazado, han comprado fincas y les han hecho parcela para ayudarles a que hagan un porvenir. Sin embargo, para doña Rubiela2 eso de los desplazados es un negocio muy verraco pues cuando llega un desplazado al que le dan una casa éste luego la pone a la venta, cosa que no debería ser ya que si a uno le dan una casa ésta debe ser para mantenerla como un

1 Charla con don Alejandro. Junio 2011.

2 Charla con doña Rubiela. Junio 2011.

bien propio. Aparte de esto la alcaldía les paga el arriendo, a ellos les llega un mercado mensual, les dan plata y por ejemplo en la salud tienen prioridad. Eso para ella resulta ser un negocio. De esta manera la gente desplazada que llega al pueblo por acuerdos entre la Alcaldía y el gobierno para auxiliarlos, se ha convertido para los pijaenses en un emergente problema para con la población, pues les está quitando beneficios.

“Evidencia de las malas administraciones por parte de los alcaldes electos”

Crónica del Quindío 26 de septiembre de 2012 (45)

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El otro suceso que se agrega es el de las administraciones de los alcaldes y sus funcionarios. Don Alejandro3 afirma que ha habido malas administraciones pues por la deshonestidad no rinde la plata de quienes la están manejando. Es en las labores pésimas de los alcaldes donde se ve reflejado la mala administración de estos. El alcalde durante el terremoto por ejemplo, cuentan Rosalba y Teresa4, las mujeres que atienden el Bar Motorista, que no dejaba trabajar para la reconstrucción pues era la manera como se llevaba el dinero. Muchos cuentan que aquel alcalde cogió varios de los alimentos que llegaban de los auxilios para luego montar una tienda de víveres en el pueblo. Por otro lado, cuenta Palomo5 que las alcaldías, junto con el Comité de Cafeteros, han implementado diferentes proyectos para el campo, pero a los cuatro años que se acaba el periodo los proyectos implementados quedan a la deriva pues las siguientes administraciones no los continúan. El exalcalde Edgar Osorio, por su parte, - cuenta doña María Rosa6-, también brillo por sus promesas incumplidas pues él le prometió que si quedaba elegido como alcalde le arreglaba el andén de su casa, hecho que nunca sucedió durante su periodo electo. Dice doña Amelia7 que no todos son de malos sentimientos, pero a la mayoría como que “no les duele el pueblo”. Además los concejales buenos no pueden hacer nada porque ahí está el gamonal al acecho.

3 Ibíd.

4 Charla con Rosalba y Teresa.

Son las hijas de don Javier Ramírez, el dueño del bar. 5 Charla con “Palomo”. Junio 2011.

Palomo se pasea de un lado a otro, es electricista y hace trabajos en el campo. 6 Charla con doña María Rosa. Junio 2011.

7 Charla con doña Amelia. Junio 2011.

El desplazamiento y las malas alcaldías son otros de los “desastres” que se suman a los anteriores y que han causado igualmente problemáticas como la falta de alternativas económicas con la presencia de los desplazados y el aprovechamiento de los recursos por parte de los alcaldes y sus funcionarios. De las consecuencias problemáticas, las cuales resultan de los sucesos de finales del siglo XX, surgen las “innovaciones” que al parecer son causantes de los cambios decadentes del pueblo, Esto nos suscita no más que preguntas para el próximo capítulo: ¿Hay una total innovación en la que recuperar o recrear un pasado es tan lejano que su relación con el presente es mínima? (Hobsbawn, 2002) ¿Qué tan fuertes son estas problemáticas para que “se llegue a un punto en el que el pasado ni siquiera pueda llegar a reconstruirse de una manera parcial” dando como resultado el fracaso de una generación frente a la constante positiva situación del pueblo? Estas son las preguntas que se responderán cuándo se sepan cuáles han sido las innovaciones y sus cambios en Pijao.

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5. El Pijao de la “gente nueva” y la escasez de trabajo

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Iglesia años noventa (46)

Iglesia 2012 (47)

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Alcaldía años noventa (48)

Hospital Santa Ana años noventa (49)

Alcaldía 2012 (50)

Hospital Santa Ana 2012 (51)

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Hemos llegado al presente y con este a sus diversas “innovaciones” que se han manifestado en el pueblo. Son diferentes a las del pasado, claro está, puesto que las respuestas de las generaciones de aquel tiempo (antes de los años noventa) lograron ser encaminadas hacia un Pijao del “buen vivir” con pijaeneses de buenas costumbres cívicas y una economía sólida basada en el cultivo y la producción de café. Ahora, ¿Cuáles son las “innovaciones” que emergen de las problemáticas generadas por los sucesos del siglo XX? ¿cómo responde los pijaenses a esto? En este sentido ¿cuál es la decadencia del pueblo? y

Con el terremoto y su problemática de la ruptura con la tradición, la arquitectura cambió, pues dejaron de ser casas en bahareque y comenzaron a ser casas en “material”, es decir casas prefabricadas y totalmente de cemento. Sin embargo, aunque hayan cambiado los materiales de construcción, los pijaenses “innovan” al intentar mantener las fachadas de la arquitectura colonial.

Casas aledañas a la estación de bomberos (53)

Casas del Paraíso (52)

A pesar de que existen casas antes del terremoto fabricadas en “material”, éstas tiene también tienen caracteristicas de la arquitectura del pasado como lo son sus colores vivos azules, rojos, amarillos, naranjas y verdes.

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Junto con el terremoto, se encuentra la toma guerrillera y los desplazados, los cuales por sus problemáticas respectivas: desplazamiento “vonluntario”, involuntario y la llegada de de gente nueva a Pijao, ha implicado cambios en la composición de la población que habita en el pueblo.

Allá arriba es donde se van a fumar marihuana – Juan David.

Por un lado, las personas que se fueron del pueblo fueron aquellos que se caracterizaban como pijaenses. Para doña Amelia1 la gente que se ha ido es la gente vieja del pueblo las de las buenas costumbres civicas. Pero, así como la gente se ha ido, también ha estado llegando a Pijao gente de otras partes de la región y del país; y, según doña Inés2, son esos borrachos enmarihuanados los que vienen de otra parte

1 Charla con doña Amelia. Junio 2011

2 Chara con doña Inés. Junio 2011.

pero están viviendo allí en el pueblo3. Por tal razón, cuenta doña Nelly, la incursión de la droga al pueblo fue porque alguien se percató de que no se vendía y vio en eso un buen ingreso económico como cuando se ve que no venden algún producto y se trae. Entonces, la llegada y la salida de gente en el pueblo han causado que se cambien las buenas costumbres cívicas por la droga. Pero no sólo por la droga sino también por el interés personal y el poco sentido de pertenencia hacia el pueblo. Estos cambios en el actuar de los pijaenses es lo que se llama crisis cafetera, pues a causa de la crisis en el cultivo hay una afectación en el “ser pijaense”. Dicen Beatriz Nates Cruz y Paula Velásquez López en su escrito territorios en mutación crisis cafetera, crisis del café que las implicaciones económicas hacen referencia a la crisis del café y la práctica cafetera como dinamizadora de los estilos de vida a la crisis cafetera que involucra el replanteamiento del uso y manejo de los territorios, de los sentidos sociales y culturales históricamente construidos.

Pero a pesar de aquellos cambios en el “ser pijaense”, aún siguen existiendo los pijaenses de las buenas costumbres cívicas. Pues, como dice María Elvira4, una mujer de unos ochenta años y que vive en una casa humilde: “la gente es la misma pero más poquiticas” y esa gente es la que hace que

3 Con esto no se quiere generalizar que los desplazados sean quienes

han traído tales vicios al pueblo, sino que gente de afuera en general, no solo lo desplazados, lo han traído. 4 Charala con doña Maria Elvira. Junio 2011.

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doña Aleida5, una caldense que se encuentra en su revuelteria de la calle 11, se amañe en el pueblo, pues es la gente que ya la conoce. Pero ¿por qué han cambiado el interés personal y el poco sentido de pertenencia hacia el pueblo? En este caso ¿cuál es la “innovación”?. Pues bien, la innovación en este caso sería la de la permanencia de unos cuantos pijaenses de buenas costumbres cívicas en el pueblo, ya que esta es la respuesta no solo de los cambios en la población sino también de los cambios generados por la problemática de la pobreza y el desempleo que genera la crisis del café.

. Llegada Caravana Hijos Ausentes al Parque – 2011 (55)

5 Chara con doña Aleida. Junio 2011.

Vive hace treinta años en Pijao, unos cuantos de estos en una finca, la cual le toco abandonar ya que el terremoto destrozó un horno que tenía como función tostar el café.

Una de las problemáticas de la crisis del café es la sustitución de las fiestas de La Virgen del Carmen por las fiestas de los Hijos Ausentes pues las primeras dejaron de ser lo que eran y, como dice un miembro de Planeación, ahora solo son actividades religiosas, pues comenzó a haber una afectación económica en la que los dueños de fincas ya no aportaban y ya no participaban igual. La fiesta de los Hijos Ausentes fueron innaguradas en 1979 por parte de la Junta Regional de Armenia quien en esa época se encontraba Alba Saleg, exalcaldesa de Pijao, como Presidenta. Cuenta don Alejandro6 que estas fiestas fueron hechas para que la gente que se había ido durante la época de la violencia retornara al pueblo y así se acabara el sectarismo de conservadores y liberales. De esta manera, la intención de estas fiestas, escribe Gonzalo Ramirez en la editorial de la publicación del 2° Encuentro de Hijos Ausentes, es la de “revivir y dignificar el civismo”. Doña Amelia7 recuerda que la fiesta de los Hijos Ausentes era una “cosa muy bonita, muy tierna” pues era ver que la gente que se iba regresaba y las colonias de los diferentes lugares donde los pijaenses residían traían muchas donaciones. Don Alejandro, por su parte, cuenta que todo era muy organizado y se hacia notar el sentido de pertenencia ya que todo el mundo colaboraba.

6 Charala con don Alejandro. Junio 2011.

7 Charla con doña Amelia. Junio 2011.

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Construcción caseta para la llegada de los Hijos Ausentes 2011 (54)

Sin embargo, ya todo eso ha cambiado como consecuencia de la sustitución de las fiestas: por ejemplo, las fiestas de los Hijos Ausentes del 2011, según don Alejandro8, se volvieron un negocio, pues, cuenta don Gerardo9, esas fiestas se las vendieron a una empresa privada la cual comenzó a cobrar por todo: se cobró la entrada a una caseta fabricada con guadua en la que se hacia todas las presentaciones musicales y culturales; y a los carros ambulantes que permanecen en el marco de la plaza se les cobró la estadia en ese lugar durante los días de la fiesta. Esto es lo para don Alejandro es perder el sentido de pertenencia hacia el pueblo y aumentar el interes personal,

8 Charla con don Alejandro. Junio 2011

9 Charla con don Gerardo. Junio 2011.

con lo cual, afin de cuentas, se pierde el civismo y el dolor hacia el pueblo. Pero la “innovación” de que permanezcan en el pueblo pijaenses de buenas costumbres cívicas, hace que durante las fiestas aún haya un momento en el que se realicen las donaciones para los más necesitados por parte de las colonias que llegan de otras zonas del país, lo cual revive lo que es “ser un pijaense”.

Afluencia de personas un día de mercado – 2012 (56)

No sólo las fiestas han sido una problemática de la crisis del café, los días de mercado tampoco tienen el mismo tinte de hace unos años, los bailes y la fiesta con los que gozaba don Gustavo dejaron de ser lo que eran pues ni siquiera existe la Zona de Tolerancia y ahora se convirtio en días en que hay poca afluencia de gente y de bares y discotecas de poco

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movimiento. Doña Aleida10 lo explica al decir que al no haber café la gente en días de mercado no tiene mucho a que ir al pueblo. La “innovación” que aparece aquí es la posible reaparición de la Zona de Tolerancia pues según Amanda la van a volver a colocar ya que el bar Aquarius, que se encuentra en plena Plaza, se está volviendo un “putiadero”. Con esto se entiende que la gente se sigue divirtiendo en los bares y discotecas: en el Bar Social, La Chispa, Los Recuerdos y el Motorista; y en las discotecas La Machaca, La Barra, La Rumba y Aquarius.

Antigua volqueta recolectora de basuras (58)

Otra de las problemáticas generadas por la crisis es la falta de empleo en el pueblo (casco urbano). Cuenta don Gerardo que las basuras antes le generaban mucho empleo a las

10

Chara con doña Aleida. Junio 2011.

señoras pero desde que se lo entregaron a una empresa privada ya solo son dos personas las que trabajan en eso. Así como el trabajo de las basuras también se acabó el trabajo en las casas de familia pues, explica doña Orfa, “hasta el más pobre tiene lavadora”; lo que quiere decir que no es necesario contratar personas que hagan el aseo.

Venta de arepas en el Parque (59)

La “innovación” que aparece para este cambio es la posibilidad de encontrar otra clase empleos y otras formas de ingreso. Según doña Nelly, los empleos que se pueden encontrar son los de los comerciantes independientes, los supermercados en los que contratan 2 o 3 empleados, en el hospital o en la alcaldía.

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El mapa expuesto a continuación demuestra que en el presente lo que se hace más relevante es el pueblo (casco urbano) a diferencia de lo que los abuelos dibujaron en su mapa en el que el campo, las veredas, se hacía notar por ser la zona donde se desenvolvían diariamente. En el mapa de los niños el casco urbano se convierte en ese lugar de diario vivir, pues es allí donde se encuentra el trabajo a pesar de su escasez y donde, de alguna manera, se encuentra algo qué hacer. Es posible entenderlo al ver que los niños entre 5 y 13 años dibujaron un mapa de Pijao en el que solo se muestra edificaciones como la alcaldía, la iglesia, el hospital y los barrios que existen en el pueblo. Se muestra así mismo la presencia de la droga, al dibujar en el sector de la Playita a unas personas fumando marihuana y a la policía detrás de estos. Allí se dibujó también el Comité de Cafeteros como una de muestra de donde trabajan sus padres y no dejan de aparecer las zonas de diversión como el coliseo, las canchas, la piscina y el parque. La crisis del café entonces también ha producido una problemática en la concepción de lo qué es Pijao pues para generaciones anteriores era el campo y de cierta manera el casco urbano como zona de ocio; y ahora se concibe que Pijao es el casco urbano, es decir el lugar del desenvolvimiento de la vida y el campo se sitúa como espacio de ocio. Esto último se evidencia en la actividad realizada con los niños de cuarto de primaria cuando al preguntarles sobre qué hacen con sus familias respondieron con dibujos en los cuales colocaban personas en un campo verde elevando comenta y disfrutando de los momentos de “no estudio” y “no trabajo”.

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Finca de Nelly, Juan David y Martín (61)

Cultivo de Lulo (64)

Sin embargo, la “innovación” que aparece como respuesta a ese cambio en la concepción sobre Pijao en el presente, se evidencia al volver a concebir al campo como lo hacían las generaciones anteriores pero de una manera diferente. Por ejemplo como sucede con Juan David y su hermano Martín1 quienes tienen una finca en la que vive su madre doña Nelly con su esposo. A pesar de que los niños no viven allí ya que su relación con el esposo de la mamá no es muy buena, ellos van a la finca y hacen diferentes trabajos, como recoger el rastrojo de los cultivos, estar pendientes de sus animales y jugar con el gran campo que tienen. Juegan a pescar en la cañada que tienen allí cerca. Lo que hacen es coger un costal, mientras uno se hace abajo del río el otro en la parte de arriba lanza una piedra para que los peces salgan más rápido y en grupo hacia el costal. Luego de agarrarlos los colocan en una botella plástica para mirarlos. Después los sueltan dejando solamente uno para el pato que tienen arriba en la finca. Doña Nelly tiene en su finca cultivos de maíz, frijol, yuca, mora, fresa, guayaba, plátano, naranja y plantas de canela y manzanilla. Para ella el mejor cuidado para que la tierra no tenga plagas es desyerbando uno mismo y utilizando ají, pues al fumigar la tierra se ve perjudicada. Hay otras fincas como la de Juan David y Martin que se vive el campo sembrando otro tipo de cultivos. Cuenta don Alejandro2 que lo que se está haciendo es que los

1 Una tarde de Agosto del año 2011, Juan David me invito a su finca

para que la conociera. Ese día pude darme cuenta de lo que estaba sucediendo en las fincas en el presente de Pijao. 2 Charla con don Alejandro. Junio 2011.

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campesinos se muevan por otros cultivos cuando no haya café. Otros cultivos como plátano, yuca, naranja, lulo y otros cítricos.

Cientos de almácigos de café esperando a ser plantados en el lugar

donde se supone deberían florecer. (65)

De esta manera se pretende que el campo siga siendo ese lugar de trabajo y, cómo no, de diversión, con unos leves cambios como lo son los cultivos varios para mitigar las afectaciones que causa la crisis cuando no hay café. Como por ejemplo lo ocurrido en la finca doña Nelly, en la parte de arriba de la montaña, con un gran número de pequeñas plantas de café en unas bolsas negras. Estas plantaciones se les llaman almácigos y es una de las etapas de la siembra del palo de café pues luego de que están un tiempo allí pasan a ser plantadas en su lugar final donde florecerán y darán el fruto. Pero, los almácigos que se encuentran en la finca de doña Nelly llevan más tiempo de lo debido, ya que la dueña no ha permitido que se muevan pues, como dice doña Nelly, al parecer no tuvo recursos para la plantación final. Son estas claras evidencias sobre la baja producción de café lo que hace que la “innovación” de la reactivación del campo esté presente; puesto que, como dice don Víctor lo ideal sería que se volvieran a los tiempos de antes, para que la gente trabajara la tierra y sembrara sus cafetos, pues si hay producciones en el campo hay trabajo, y si hay trabajo hay plata. Así mismo, don Gerardo piensa que para que haya empleo lo primero que se tiene que hacer es darle más garantías al campesino para que trabaje el campo, porque el campo está desprotegido. Con esto, dicen Rosalba y Teresa, se espera que más adelante Pijao vuelva a hacer el que era antes para que la gente vuelva a coger a las fincas, a renovarlas y a organizarlas para vivir.

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Al hacer un recorrido por las “innovaciones” que emergieron de los cambios problemáticos producidos por los “desastres” de finales del siglo XX se puede sostener que la mayoría de las “innovaciones” emergen por las consecuencias problemáticas de la crisis del café; de tal manera, que la crisis del café se convierte en el “suceso general” del cual emerge la “innovación general”. Esta innovación es la de la “reactivación del campo a partir de características del pasado”, pues sin este las demás “innovaciones” no serían posible ya que, como sucedía en el pasado, ésta era la que hacia mover al pueblo. Es decir, que la “innovación general”, y con ella el resto de innovaciones, “utilizan o pretenden utilizar elementos de un pasado histórico”: “a través de la recuperación de una parte pequeña aunque emocionalmente muy significativa de este pasado perdido con el cual se consigue recuperar la totalidad del mismo” (Hobsbawn: 28-29). Por esto, las “innovaciones” 3 en este caso pasan de ser algo negativo a algo positivo, ya no son un elemento que ataca sino en una herramienta que ayuda, pues son las respuestas de las generaciones presentes a los cambios problemáticos que se generan en el pueblo. El “innovar” en la crisis de café, reactivando el campo, hace referencia al lazo que se crea entre el grupo (los pijaenses) y el territorio (el campo). Es un proceso de “arraigo” con la tierra “a través del cual se establece una relación particular con el territorio, en la que metafóricamente se “echan raíces” en él por diversas situaciones, creando lazos que mantienen algún tipo de “atadura” con el lugar” (Quezada, 2007: 43). Este lazo se crea porque en “el territorio queda inscrita la cultura, las huellas y marcas dejadas por quien o

3 En este caso sería la siguiente definición que de la RAE: “volver algo a su

anterior estado”.

quienes lo habitan, es un espacio depositario de recuerdos” (Chávez, SA: 27). Lo que aquí se presenta ya no es solo un cambio problemático y decadente sino también una permanencia con buenas intenciones es decir “el doble faz que se presenta en los fenómenos socioculturales”: las permanencias y los cambios. En la “permanencia” se produce un análisis de lo estático o casi estático; y en el “cambio” un análisis de los procesos, valga la redundancia, de cambio sociocultural en el tiempo (Palerm, 1997: 7). Las “innovaciones” para el caso de Pijao resultan ser permanencias pues algo del pasado permanece. En cuanto a la “innovación” de la arquitectura, la cual emerge directamente del suceso del terremoto está también sumida en la “reactivación del campo” puesto que hace parte de la representación de un campo activo y productivo. La arquitectura, analizándola desde una perspectiva del espacio, Maurice Halbwachs dice, a partir de su análisis de los espacios familiares y urbanos, que el espacio, por sus características de inmóvil, permanente y estable, se hace familiar, creando, en el grupo, una imagen del ambiente y al mismo tiempo una relación estable con éste. Son, de esta manera, espacios imperturbables, es decir espacios que al parecer no son afectados en lo más mínimo. Por lo tanto, cuando hay sucesos extraordinarios en el grupo hay una conciencia más aguda de su pasado y su presente, pero, al mismo tiempo, cuando casas y edificios permanecen iguales el grupo no siente la sensación de cambio (1990). De esta manera, los pijaneses a “innovar” la arquitectura con características del pasado crean una sensación de un espacio “inmóvil”, en nuestro caso permanente, para que la relación

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de éste con el grupo siga siendo estable, sin crear una ruptura con la tradición. Finalmente, la permanencia en el pueblo de pijaenses con buenas costumbres cívicas es un grupo con una memoria compartida con la cual conforman tal identidad y es lo que permite que el sujeto se piense idéntico en el tiempo. En Pijao, por lo tanto, no se alteró el modelo heredado por el pasado pues aun así acepto la introducción de cambios. Es así que la relación del presente con el pasado se resume en que “la transformación no ha alcanzado cierto nivel por lo cual la sociedad puede seguir siendo tradicional: el molde del pasado continua dando forma al presente, o, al menos eso lo que se espera que haga” (Hobsbawn: 26). Las permanencias en Pijao, sus “innovaciones”, crean así inmovilidad, lo idéntico en el tiempo (identidad) y finalmente, recuerdos.

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6. La ausencia recordada: apuntes finales

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“Si alguien propusiera regresar a una vida más lenta, casi todos verían en ello con desaprobación un retorno al pasado, casi nadie

vería un retorno a la sensatez”

William Ospina Los nuevos centros de la esfera

Hay en la casa de doña Gladys un pequeño espejo en una baranda, éste desde un cierto punto refleja una foto antigua de Pijao que está en la pared de al frente. Es pues el reflejo del pasado (foto) en el presente (espejo). Bechelard, citado por Joel Candau, afirma que al momento de recordar lo que se hace es componer el pasado en función de lo que está en juego en el presente (Candau, 2002: 32). Con esta comparación entre el pasado y el presente de Pijao se termina diciendo que “todo tiempo pasado fue mejor”. Por esta razón, al ver la historia de Pijao se entendería que ésta ha tenido una decadencia en la que la continua crisis del café junto con las malas administraciones, el terremoto, la gente nueva (desplazados) y la toma guerrillera han influido para que las fiestas, la arquitectura, el “ser pijaense”, el empleo y el campo hayan cambiado. A partir de estos cambios lo que había en el ayer ya no está en el hoy; y aquello que ya no está ha sido sustituido por elementos del hoy que no había en el ayer. Pero, con las “innovaciones” se logra sustituir aquello que ya no está en el hoy con lo que había en el ayer, es decir que el pasado exista en el presente, lo que hemos llamado permanencia. Por esta razón los relatos y fotografías del primer capítulo no son meros residuos del pasado sino que son éste en sí mismos.

Así como existen permanencias también existen ausencias: las cuales surgen de aquello que había ayer y que ya no está hoy. Sin embargo, es una ausencia que inmediatamente pasa a ser presencia con la permanencia. En Pijao, lo que ocurre es que las ausencias al hacerlas presentes son recordadas, pues los recuerdos al ser pasado, expresados en las “innovaciones”, sustituyen lo que hoy está ausente. Paul Ricoeur explica que el “recuerdo se presenta como la imagen1 de lo que antes se vió, oyó, experimentó, aprendió y adquirió” (Ibíd.: 313), después de todo, “con el recuerdo lo ausente lleva la marca temporal de lo anterior” (Ibíd.: 38). Es decir, “el recuerdo adviene como presencia de lo ausente (…) es re-presentación en el doble sentido del re: hacia atrás, de nuevo” (Ibíd.: 60,61). Lo que quiere decir que aquello que ha estado ausente ha sido recordado para hacerlo presente, permanente. He ahí la ausencia recordada. Esto es, pues, lo que los pijaenses tienen que decir sobre los cambios causantes de la decadencia de Pijao. Hay un pasado: la bonanza del café, un desastre: la crisis del café, un cambio: desempleo y pobreza, una innovación: la reactivación del campo y un presente que se enfrenta al pasado. La generación presente crea ausencias recordadas para afrontar los cambios problemáticos, y la decadencia del pueblo no es más que el resultado parcial del enfrentamiento de actuales generaciones con el presente. Sin embargo, este enfrentamiento podría llegar a una definitiva respuesta negativa si la generación siguiente, que son los niños, continúa concibiendo a Pijao como lo dibujaron y no como Juan David y Martín lo están viviendo.

1 La cual es el eikon, es la presencia de una cosa ausente (Ricoeur: 22).

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La misma calle, diferentes tiempos

(Años cuarenta y ochenta)

Las fotografías expuestas en el escrito son por si solas un instante del pasado que no puede conducirse al presente. Sin embargo, el pijaense al darle un relato a la fotografía resulta suministrándole significados en los que aparecen las “innovaciones”, conduciendo así el instante detenido del pasado a un presente. Esto aparece cuando las fotografías del pasado de Pijao y de los sucesos del siglo XX se reúnen con las fotografías del Pijao del presente. Puesto que las historias contadas a partir de cada una de éstas se complementan entre sí. Por ejemplo, las fotografías de las fiestas de la Virgen del Cármen se reúnen y complementan con las de la fiesta de los Hijos Ausentes; las fotos de las casas de bareque con las fotos de la destrucción del terremoto y las casas de material ahora construidas. Así, continuamente se va narrando un pasado que luego pasa a ser un presente. Hacer de la ausencia un recuerdo que perdure en el tiempo.

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ANEXOS

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Índice de Fotos 1. Archivo personal. 2. Archivo personal. 3. Archivo personal. 4. Archivo Luis Ángel1. 5. Archivo Luis Ángel. 6. Archivo personal Amelia Narváez. 7. Archivo Luis Ángel. 8. Archivo Marta Ramírez2. 9. Archivo personal Julián Vergara. 10. Tomada de: Tobón, Botero Néstor. Arquitectura de la

colonización antioqueña. Tomo III - El Quindío. 1987. 11. Exposición permanente de fotografía en la alcaldía

municipal de Pijao. 12. Archivo personal de Miguel Ángel. 13. Archivo personal. 14. Tomada de: Tobón, Botero Néstor. Arquitectura de la

colonización antioqueña. Tomo III - El Quindío. 1987. 15. Archivo Luis Ángel. 16. Archivo Luis Ángel. 17. Archivo Luis Ángel. 17a. Archivo Luis Ángel. 18. Archivo Luis Ángel. 19. Archivo personal Hernando Giraldo. 20. Archivo personal Hernando Giraldo. 21. Archivo personal Rosa Gómez. 22. Archivo personal Rosa Gómez. 23. Archivo Luis Ángel.

1 Recolección personal de fotos antiguas de Pijao.

2 Exposición de fotos en su restaurante.

24. Tomada del Grupo de Facebook “Pijao, Quindío”: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=383843901670534&set=o.26255043368&type=3&theater 24a. Tomada de: http://www.vanguardia.com/historico/38244-terremoto-en-armenia- 25. Archivo Casa de la Cultura. 26. Archivo Casa de la Cultura. 27. Archivo Casa de la Cultura. 28. Archivo Casa de la Cultura. 29. Archivo Casa de la Cultura. 30. Archivo personal Rosa Gómez. 31. Archivo Casa de la Cultura. 32. Archivo Casa de la Cultura. 33. Archivo Casa de la Cultura. 34. Archivo Casa de la Cultura. 35. Archivo personal don Pedro. 36. Archivo personal don Pedro. 37. Archivo personal. 38. Archivo personal. 39. Archivo personal. 40. Archivo personal. 41. Archivo Casa de la Cultura. 42. Archivo personal don Pedro. 43. Archivo personal. 44. Archivo personal. 45. Tomado de: Cruz, Paola. Destituido e inhabilitado exalcalde de Pijao por omitir los principios de contratación .Septiembre 26 de 2012: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-destituido_e_inhabilitado_exalcalde_de_pijao_por_omitir_l

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os_principios_de_contratacion_-seccion-regional-nota-52504.htm 46. Archivo Casa de la Cultura. 47. Tomada del Grupo de Facebook “Pijao, Quindío”: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=383843901670534&set=o.26255043368&type=3&theater 48. Archivo Casa de la Cultura. 49. Archivo Luis Ángel. 50. Archivo personal. 51. Archivo personal. 52. Archivo personal. 53. Archivo personal. 54. Archivo personal. 55. Archivo personal. 56. Archivo personal. 57. Archivo personal. 58. Archivo Luis Ángel. 59. Archivo personal. 60. Archivo personal. 61. Archivo personal. 62. Archivo personal. 63. Archivo personal. 64. Archivo personal. 65. Archivo personal. 66. Archivo personal.

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Álbum Familiar

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