la breve eternidad de raymundo novak. willy gómez migliaro
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Hipocampo. 2005TRANSCRIPT
WILLY GÓMEZ MIGLIARO
LA BREVE ETERNIDAD
DE RAYMUNDO NÓVAK
Hipocampo editores 2005
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Nada que no esté aquí llega a ser
una des figuración de tu cuerpo
cerrado o caído.
HYSSIS PALESTINA
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los que vienen de una virtud homérica
obra circular en el prado y en el desierto
oscurecen el mundo
saben de esta vida como el mar
y su desierto
entre los muertos
aman el instante de la luz que concibe
un dolor antiguo de dioses
a menudo cargando la imagen herrumbrosa
de esferas
revelan finalmente
el camino doloroso
del resto en su avanzada
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LENGUAJE
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[1]
todo mi campo esparce
no detengo su movimiento sino aquí
no me detengo en ese espacio sino hablo
miro su cuerpo
el mundo de otra noche
y salgo lleno de tierra y de luz
me canso a veces de su silencio
de su velo deshecho
y de que su voluntad se entienda como un claroscuro signo
todavía
en otros campos de fiesta parda
pues no queda nadie ambicionando la existencia dividida
entre nosotros
la verdad no significa la vida así
y qué solos estamos sobre el nombre de las cosas
de un animal breve
de un país que es mi ausencia
esfera
de primer purgatorio aquietado de palabras
mira
y cuántos están cerca del vestíbulo de su infierno
cogiéndose como fieras
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[2]
El insignificante
la voz de las palabras ya no significa nada
si digo muralla se levanta una cultura orgiástica que atenta
contra la economía del planeta
y mientras dura su fiesta algo de belleza
& juramentos innegables calcinan el pasto de la sabiduría
digo pasión y vaya uno a saber qué son esas estatuas de boca
carminada y espumosa
qué son esos desiertos de sinfonía auroral
que nos paraliza y nos vulnera en una noche de acción
profundamente mortal
la noche ha llenado de ansiedad nuestros cuerpos
como el mar y el aire denso que actúan involuntarios
nuestras canciones nacieron de la ignorancia
gritas como un pájaro de la noche y nadie te escucha
escribes amor en el océano horror en el cosmos y ruedan piedras
dioses y hombres amargos
eres un lamento en tu poder
las palabras caen marinas y desiertas en este campo
y nada o todo de esta realidad puede ser ya entendible
aunque se afane a ser ruina o riqueza tu vocación
bailas oscuro mientras callas
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ROTURAS
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... dignified, invisible,
Moving without pressure, over the dead leaves,
In the autumn heat, through the vibrant air
T.S. ELIOT
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noche para un extenso movimiento
después
mi canto hermético
una lengua
que asciende a la vida nueva parece
de toda mi fortuna
construcción perdida
de escenarios que brillan cuando me escuchan soñar
un sacrificio en forma
de tu alma que necesita nadar
o nacer a los jardines de maleza que se estiran
desde mis palabras hacia una fundación
con los cantos esparciendo significado
el recurso del verbo cerrándose
a la distancia
negro después de mi llegada
la muerte viene de ese país
donde la escritura tranquiliza
siete reinas de corazones más
para una raza de locos
y una palabra de imposición distinta
aquí
después
la muerte viene de ese país del amor
hasta en aliento y danza que comienza
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en una oscilación entre el siempre y el nunca jamás
a través de las arboledas
difíciles
juntas e inoídas
verticales creaciones
y otra vez mi cuerpo como un espectro del futuro
suspendido desde los árboles del pasado
del sol sobre los campos cuando empieza el golpe
de la insignificancia
y un valle va conmigo como escritura simple
después en llanto
de héroe esperando mujeres muertas
jugando al oscurecer si brillas
y ordeno abrir mi ascendente
en la mañana
en la casa del juego
ellos se cogen como fieras
y aman
como un deseo
como una decepción
qué aman ellos en realidad
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vaya
una sombra de horizonte
un tulipán en el campo
un juego de verdad difícil
y esos son finalmente los descompuestos
al pronunciar el nombre
y la posesión de los ojos ante lo visible
casi ganado
lo sé
no más
descomposición de lo visible
o sonidos de campo
aquí
donde hubo muertos
sendas
inquisiciones
quejidos
yo escuché las pronunciaciones de todos los nombres
pero vamos
el cuerpo asciende de gozo
debajo
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asciende
la belleza de una sombra superior
que arrojo a la insignificancia
su próxima habitación
también
de color
de la pradera boca de esperanza
bien
el que pronuncia los muertos
ama a un Lázaro reconstruido
alabado e irracional de la droga en albergue y bahía
dios del dolor del cierre de las bolsas
en el horizonte
destruido
máquina encendida todavía
en el desfiladero de costas echo hacia fuera
caverna &
odisea
cuando vengo de mi descanso final
y nada considera esa luz dejando definir apenas una fundación
sobre los campos próximos al litoral
de lo que pasó aquí
a esta orilla
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nuevo mundo acumulado en su dorsal
con desconcierto
de occidente
la decisión oscura
desfiladero que conduce un valle
donde penetrando hondo en el crimen
descubro sus aguas
el paso de la inconsciencia
abismo de concreto circular
oculto
y aquí primero lo visible
luego lo palpable
y estoy solo
cerca de este mar tocante de escritura
lejos
solo
inquieto en un Lázaro lleno de certezas
porque mezquinos son mis errores -dicen
y han llorado ante la belleza
mis ojos que apenas
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divisan la proximidad concéntrica
a la verdad
la belleza no es locura aun si la imagen primera
es jeroglífico en los cuerpos que voy reconociendo
aun si el horror se apodere de mí y haya culpa al abrir mis manos
y al cerrar mis sentidos a esa lengua de esmalte o ensalada
que no debí recibir como un alabastro nocivo
pero el espectáculo aprieta
el lugar donde encontraré renunciación
o violencia
miro en torno
no es esa la luna de la medianoche en el bosque
son huesos
quijadas en el musgo que el mar ha podrido
no es ella mi madre esparciendo la leche
en sus jardines
es la muerte que ha venido de sus grandes
almacenes y le urge la limpieza
no es el toro romano bajo las estrellas
lo que contemplo
es la percepción inmediata de un mito
que la ignorancia engendra y nada más
miro dentro
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y no puedo dejar de ser la sensación deshecha
ni el filo de este cielo que divide
vuela alto el petrel
vuela sobre el estambre de la virtud
aunque yo siga siendo más sagaz
aunque yo siga siendo más irreconocible
aunque yo siga siendo más refinado
la belleza no es locura
si la concepción extrema de un baile me detiene
hallaré otros excesos
vaya
siento ciudades en mi piel
la han tatuado
esta tarde
la ciudad
la piel gris en el filo del cielo es rancia y se encienden las luces
de un mar hacia fuera que trae ahistórica el juicio iniciado
desde sus construcciones casi invisibles
todo queda metido y el mismo padecimiento de costumbres
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voltea la ciudad &
nada es más real que el fastidio
la distribución de los bienes
las gordas bóvedas de la banca
es Normandía parece y todo está cerca
su locura encaja en el desplazamiento
de mis palabras medio ansiosas también
de los que pretendieron fundar la patria de buenas costumbres
empezaré el camino hacia esas vértebras de concreto
después
de la matanza pública y el gran robo que no nos pertenece
y me juzgan
y me juzgan por un crecimiento de ciudades
en la sala
de la culpa donde descubro un manantial
virtud
nada saben
al renunciar
al buscar orientación
en la voz que negamos
esparciendo otra ciudad
moviéndose
desde el centro de sus aguas
al país
por el que lloré
esbelta caída
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cuando sus cielos se levantaban
para la ley y la arquitectura
de mis esperanzas
un recodo del río
calmo desde las ventanas
a otra construcción deliberada
sosteniendo noche
breve eternidad
y todo lo vi desde el umbral del pasado
con mis ojos hechos al mar
hechos a una puesta de sol
que hace un buen tiempo abracé
desplegando palabras al infortunio
pero la construcción
legitima un jardín de asfódelos
y como vives divides
un pensamiento de campo calcinado
porque estigma
corrompe la memoria
una boca muda
mira
no más del otro lado
hombres entre las dalias
no verán nacer otra forma de la destrucción
arriban también sus jardines a través de hogueras
y ya nada conoce el deseo de eternidad
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jubilosos
se acercan a su fundación
desde la ceremonia encarnada
al espejo del sol arriba inclinando sus brazos
y unos pájaros cantan, otros pájaros
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ESTACIONES
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Estar dentro de la misma luz que engendra el tiempo
es un comienzo de mi atención por reconocer lo que se pierde
alrededores
Nada accidental si nada termina
Más bien una interconexión si abro camino
y todo lo olvido al partir mi propia visión de las praderas
y no el lado indistinto que acrecienta el mal
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Hay una época del año irreconocible en la ciudad.
Pedazo de verano en las costas del mar pacífico
donde la ansiedad quiebra el deseo de regresar a los prados.
¿Estaré viviendo un ser encerrado?
¿Estaré asistiendo al viento de los solsticios, soplos de una metrópoli
de sueños en lejanas aldeas que empiezan desde el sur?
A esta ciudad viene a reclinarse el sol del mediodía
interminable, profundo.
Los extranjeros la visitan nocturna.
Es claro, los sueños de una noche de verano vislumbran
las orillas de la ciudad que no veré más.
Quizás si el invierno llegara,
la niebla traería su poniente de primavera
desde donde siempre fue fácil alcanzar los prados.
Bien he podido llegar a otra ciudad,
pero el tiempo no se aplacará.
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Árboles que semejan el crecimiento
De un bosque dividido por la noche.
Árboles contra el cielo, mira, cuya fragancia de ramas
El viento dobla sobre capas de nubes.
Superficie y espacio en la línea de fuego
Por donde los árboles mueren.
Mi cabello se alborota. Detengo una caída de hojas.
En el umbral de este cuerpo el viento es un rugido
De celebración.
Las ramas de los árboles
Se doblan y enmascaran los brotes de junio.
Ramificaciones del viento en mi camisa marrón
Y al dar la vuelta cruzo otra línea.
Árboles azules ante el asombro o
Girando ramas también me veo
Bajo las bóvedas del seminario de Sucre.
Un temblor de enseñanza al escuchar
A los insanos de la palabra de este bosque.
Se corta la luz, el crecimiento de los árboles muertos
Sobre ribetes blancos de la hierba como si hubiese nevado.
La primera vez en Huaraz fue similar
Y no pensé recorrer sino el hielo
Cuando inicié un concepto distinto de composición
Y canté árboles.
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LAS ANSIEDADES
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[1]
el cielo no es tuyo tampoco el astro inmóvil de la muerte
hay oscurecimiento en los ojos un chorro de agua en la llanura
del desierto que se cierra al infortunio
la eternidad es un vuelo de auroras bajo la lucidez
animal del espacio que desfiguras sé cómo vives
el tiempo se desliza a una serenidad del cuerpo
para ahogar al genio de su especie elevado
animal de los ojos que te alcanzan
después de un arte verdadero arrojado a tanta luz nos separamos
después de lo visible otros ojos lloran venidos
de no sé qué ruina o imagen sonora
esta es la conquista
para quien mira desde la ausencia el espejo de un horizonte invisible
mi casa es la naturaleza
fundándose así misma
tu vida es este espacio de la soledad
donde los hombres viven comercian con su lengua cosen sus pieles
allí la sombra de un animal se alza
y desde el círculo de las piedras que su cuerpo moldea
tiene sentido una acción
entonces deviene el infierno la euforia de la paz
y el noble acontecimiento por fin de intentar el canto
cuando tú ya no estás
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[2]
el viento es la borrasca que aún se acuesta en el mar
aunque el mar ya no es su reino definitivo
ni siquiera en los desiertos aspira a la quietud de la noche
sopla desesperadamente, sopla, y esa es la búsqueda de un lugar
de paz que tal vez no encuentre
esa es su angustia natural que también yo vivo
cuando despierto en las distancias
el viento negra el alba de las estaciones
el viento levanta las hojas de los árboles muertos
y las entrega a las tumbas como un regalo de su desesperación
el viento besa la corteza viva de las palabras
el viento ya no es la celebración de nadie
pero sí el fuego en las mesetas, la lluvia en los valles
todo el éxito de los milagros en un pensamiento blanco y austral
los días son con el viento la vana ascensión de un mundo
a prueba de exorcismos
pero esto no es todo
el viento que yo hablo bajo las latitudes de este cielorraso,
es solo rumor de su noche desvanecida
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ASOMBRAS AL/FIN
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Los ríos profundos
la libertad
tu ocaso
fuente azul
naturaleza exaltada
como tus sienes rotas
también resuena
cielos
cuánto tiempo
estás muerto
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hay rosas en la memoria y tendré que recorrer otro país
porque el mismo lugar por donde empiezo cede a otra obsesión
de poder
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aquí el cuerpo tiene un movimiento complejo
que alimenta otros ojos
otras manos
tocando de nuevo
- mira
la re-
construcción
y todavía casi des-
hecho
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campo de occidente I
agua dulce
desierto
herida
o cambio de piel
cuando se negocia la caída
la leyenda
de estos campos
donde perduran
silenciosas
las voces
de la única virtud
homérica
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campo de occidente II
nada a razón del paisaje y su insistencia
detalle que colma roturas cuando la pista de metal conduce al campo &
se abre una tumba crecida de la infancia
hecha historia
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ya no besaré tus campos ya no tendré visiones ya no tocaré tus pies
o el uranio vívido del cosmos ya no buscaré tu nirvana en la
constelación de mi desierto ya no escucharé el mundo real
in-
visible
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SOBREVIVIR
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vivo llevando palabras de expresiones deshechas
en su amor
nada sin límites ninguna perfección
de acto exagerado
así también
como un martín-pescador
busco
el horizonte -un día creí verlo
reflejado
y que se dicen como cosas
como ruinas
vivo una distancia funcional
en rededores
con una voz amortiguada por escenarios
y por la virtud
desierto de orillado fundamento
35
llego
a la virtud
signo perdido
rosa cadáver en un bosque cosido
que se extiende
con el porvenir
de una bella construcción
vivo
en sus bordes
sin el resto
Isla de Chiloé, enero de 2000
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NEXOEPILOGAL
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LA BREVE ETERNIDAD DE UN HOMBRE SOLO
Ljudevir Hlavnikov (*)
Cierto es que con el paso del tiempo la herrumbrosa y ordinaria
heráldica del nombre propio adquiere una determinada figura
acumulada. El ejercicio de creer en la palabra implica no sólo la firme
voluntad de hacerse digno de aquella primera palabra con la que nos
llamaron al mundo, sino también la de dar categoría de verdad
eficiente al cuerpo que lo ejecuta en acto y potencia, en poder y
bienestar. Todo desencuentro fatal entre la palabra tutelar y el cuerpo
propio crea pues la cicatriz de estar, quebrados o ajusticiados, por un
determinado modo de ser para ser con el otro que nos llama. Asombro
y estupor de no ser los llamados sino los que deben aprender a llamar
de nuevo al mundo, luchar contra una voz sin rostro ni patria, y a esa
doble llama darle la forma corporal de texto escrito para hacer visible
y aparente la otra voz ante la incredulidad del ojo que ve lo oscuro
como si fuera transparente. Deshacerse y desear con el otro esa
palabra-rito que reúna el mundo en sus diversos ciclos de tiempo y
dimensiones de espacio implica desconfiar del poder de esa palabra
primera y uncial que crea un llamado a lo no conjunto, a lo no religado
a su naturaleza plural y liberada, a lo no integrado en sus experiencias
de ruptura y transición hacia aquella comunión y diálogo con lo que
está ajeno a nuestro devenir inmediato. La palabra de encuentro surge
después del extravío del cuerpo por esas jornadas de convocamiento y
llamamiento, aparece como un episodio privilegiado entre el caos y la
arbitrariedad verbal, para llamar falso poderío a la forma sin forma.
Después del largo peregrinaje por el dorso de la lengua el llamado no
es del tú personal y privado, sino del nosotros, allá en los puntos
cardinales de un nuevo mundo que ha sido recobrado en la duración de
una experiencia.
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LA BREVE ETERNIDAD DE RAYMUNDO NÓVAK es la ruta de
un tiempo al revés que traza la historia de un hombre que ha decidido
dejar la ciudad por los campos, ha decidido asimismo callar para que
los hombres puedan oír y saber de su mortalidad y su morbo para con
la destrucción del mundo. Esta trayectoria no es por la recuperación y
el solaz de los campos, aunque estamos ante un sujeto de retorno, es
una nueva ruta para llegar al espacio de lo conjunto, al umbral de lo
epifánico. Su lenguaje oscila de lo alto a lo feraz en el sentido estricto
del término porque habrá de reconocer la agonía sin la piedad humana,
y habrá de resentir el asco y la miseria durante la apoteósica muerte de
dios entre los hombres. La atmósfera de sus jornadas evocadas, así
fragmentarias como ambiguamente numerarias, es la de un otoño
crepuscular respecto de todo lo creado, aquello donde la austeridad y
su corrosión han impuesto la desnudez del objeto para la exposición
cínica y voraz de los sentidos. Agotamiento físico y vejez que no
señalan ninguna experiencia de conocimiento válido para
justificaciones porque toda praxis y todo sentimiento moral le han sido
esquivos, generando depresión y apáticos gestos de representar una
humanidad que decae en el ensimismamiento y la autoflagelación.
Tacto y vista se reconstruyen hacia lo amplio y la expansión es de un
movimiento amorfo y vacío; mientras que olfato, oído y gusto se
arraigan en lo vertical y la orientación de una caída sin fin. Si el
tiempo parece reemplazable lo es en la medida en que los objetos han
dominado sobre la acción humana repitiendo al unísono su deterioro,
mientras que el quehacer cotidiano de este hombre persiste en el límite
de la acción, él es el quieto testigo de una iniquidad, el que vigila la
acción corrosiva del péndulo sobre la nada.
Aquí acude la paráfrasis y su maquinaria desnuda, aquí acude la
imaginación para reclamar una forma en medio del caos, la virtud de
lo que renace desde los campos, en los escombros de una distancia
lúcida que a su vez da luz a lo oscurecido por lo antes hegemónico.
Raymundo Nóvak nos lleva sin remedio a un lugar límite, nos conmina
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a su distancia y su otredad de habitante o natural, para anunciar con
rigor lo que se aproxima. En la horizontalidad y la distancia de los
campos, el sujeto de retorno revela su trance de cuerpo sin nombre.
Aquí primero lo visible, luego lo palpable, dice. Y el lugar desde
donde nos anuncia su voz y su rostro están vueltos hacia la naturaleza
de lo que fluye y así fundidos con la corriente de las aguas y los
vientos, porque todo diálogo con lo creado no es sino con lo más
elemental, con la atmósfera de aquello que no ha sido más que una
trayectoria hacia la muerte; es el mundo sin la fija estructura del
mundo revelando su elipsis hacia el cosmos, y sólo hemos accedido a
él tras aceptar la catástrofe de una huella perdida, apenas trazada para
que sea proliferación de la materia dispersa o descompuesta.
Cuando voz y visiones se funden a la transfiguración del sujeto para
ser llamado y llamar al mundo no estamos ante la recreación de un
mito sino ante la fábula cotidiana, estamos en la experiencia de un
sujeto que contempla y recuerda, concentra y engendra su origen en
otra lengua. En la palabra-rito, Raymundo Nóvak hace de su voz un
juicio de sí mismo, construye su propia condena y su redención, y se
resiste a volver al otro lado, donde toda legitima autoridad le es
usurpada. El obsesivo recorrido por los escenarios de la memoria en
que violentamente han sido profanados los símbolos y sacrificadas las
criaturas deviene en la serena fundación de un hombre solo en la otra
soledad del mundo.
La razón que sobrevive y vigila Raymundo Nóvak tiene la cualidad de
ser una visión de la atmósfera iluminada por la fidelidad a su breve
duración, a su inminente sensación de presente. Al rescatar del pasado
las visiones y las voces de todo aquello que fue perdido y
desacreditado en su origen verdadero con la amarga declaración de lo
ausente, el sujeto de retorno avizora para si la mortalidad de su cuerpo
recobrado. La eternidad por la que habla Raymundo Nóvak no reclama
cielos ni dioses, sino la virtud de ser y la nobleza del acto, conjuntos
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en un solo rito enunciado, un nominalismo funcional que operando en
la dinámica del mundo genere una armónica desaparición en el tiempo
de lo aural y los espacios infinitos de lo perfecto.
La Punta, Septiembre de 2005
(*) Ljudevir Hlavnikov (Severomoravsky, 1987) ha regresado al Perú luego de
estudiar ingeniería de sonido en la Universidad de Gjod. Ha compuesto "Canciones
Concretas" y diseñado "Non Píeceless" y "The Amniotic Loto", ambos para el II
Festival de Música Estática de Wellspring en 2003. Integró la intervención urbana
"Intramuros Libro Mural" en Lima, bajo el auspicio de Tranvías Editores.
Actualmente prepara un libro-objeto titulado "Tangente Trino Transversal" para la
editorial Sofisma de Máquina Virgen, en Curitiba, Brasil.