la linda poblana

135
Otro drama novohispano: La linda poblana de Fernando Gavila Con admiración y respeto para Don Germán Viveros Maldonado Algunas características del teatro novohispano del siglo XVIII Lo cierto es que hubo una producción teatral impresionante en Nueva España. Sin embargo, se carece de documentación de la época para tener una visión de conjunto de dicho fenómeno. Por esto, quizá, suele juzgarse al teatro novohispano a partir de modelos y teorías que no corresponden a su particular ambiente social y época, con lo cual se hacen desafortunadas comparaciones entre los dramaturgos españoles y los criollos. Un error vergonzoso que nos ha llevado a afirmaciones dolorosas sobre la ausencia de verdadera literatura dramática durante el periodo colonial, particularmente durante el siglo XVIII. No obstante, como ha quedado demostrado 1 nuestro teatro colonial fue variado, heterodoxo y estaba restringido, en gran medida, por las condiciones sociales en las que surgía. Los ejemplos más evidentes de esto son, por una parte, el teatro evangelizador, comprometido con la causa del adoctrinamiento de la nueva fe; por 1 Véase Viveros, Maldonado, 2010, Teadro Dieciochesco de Nueva España, UNAM: México 1

Upload: rey-fernando-vera-garcia

Post on 08-Apr-2016

186 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: La Linda Poblana

Otro drama novohispano: La linda poblana de Fernando Gavila

Con admiración y respeto para

Don Germán Viveros Maldonado

Algunas características del teatro novohispano del siglo XVIII

Lo cierto es que hubo una producción teatral impresionante en Nueva España. Sin

embargo, se carece de documentación de la época para tener una visión de conjunto

de dicho fenómeno. Por esto, quizá, suele juzgarse al teatro novohispano a partir de

modelos y teorías que no corresponden a su particular ambiente social y época, con

lo cual se hacen desafortunadas comparaciones entre los dramaturgos españoles y los

criollos. Un error vergonzoso que nos ha llevado a afirmaciones dolorosas sobre la

ausencia de verdadera literatura dramática durante el periodo colonial,

particularmente durante el siglo XVIII.

No obstante, como ha quedado demostrado1 nuestro teatro colonial fue variado,

heterodoxo y estaba restringido, en gran medida, por las condiciones sociales en las

que surgía. Los ejemplos más evidentes de esto son, por una parte, el teatro

evangelizador, comprometido con la causa del adoctrinamiento de la nueva fe; por

1 Véase Viveros, Maldonado, 2010, Teadro Dieciochesco de Nueva España, UNAM: México

1

Page 2: La Linda Poblana

otra parte, el teatro espectacular del siglo XVIII que tomaba en cuenta la maquinaria

y el lugar de representación, pero sobre todo a su público, debido a la idea ilustrada

de enseñar entreteniendo.

Precisamente nuestro siglo XVIII es el siglo del espectáculo, del

entretenimiento. De ahí que su análisis exija una nueva visión, que se comprometa

menos con las cuestiones estilísticas y estéticas del texto dramático y más con sus

características para-textuales.

Nuestro siglo XVIII, el siglo de la espectacularidad y el patriotismo

en ciernes. Un siglo sin teatro, cuyos autores aún siguen ocultos en los

archivos documentales y que de vez en vez aparecen por afortunada

casualidad. Y sin embargo, nuestro Siglo de las Luces gestó en sus calles,

en las romerías y en sus alejados pueblecitos manifestaciones dramáticas

que con el tiempo motivarían, de algún modo, el surgimiento de un teatro

nacional y auténtico.2

Las manifestaciones dramáticas propias de la calle, por ejemplo,

estaban fuera de la vigilancia de las autoridades virreinales. Y aunque

existían bandos y reglamentos, los teatros ambulantes gozaban de una

libertad insospechada. Los temas de sus obras iban desde la velada

2 Véase Viqueira Albán, Pedro, 1985, ¿Relajados o reprimidos?, FCE: México; Ortiz Bullé Goyri, Alejandro, “Renovación teatral mexicana en las décadas del 20 al 40, del siglo XX: Confrontaciones y coexistencias”, ponencia leida durante el Simposio Seki Sano y KitagawaTamiji. Artistas japoneses en México de las décadas de 1920 a 1960, llevado a acabo en Noviembre de 2011, recurso electrónico disponible en http://ceaa.colmex.mx/sekisano/ponencias.htm, buscado el 2 de abril de 201

2

Page 3: La Linda Poblana

blasfemia, hasta la injuria consagrada a algún personaje de la vida

cotidiana. Sacerdotes, monjes e incluso el mismo virrey eran parodiados.

Los asistentes se desternillaban de la risa con las ocurrencias de los

cómicos de la legua, se asombraban con los peligrosos actos circenses y

veían con picardía las maledicencias de las máquinas de comedias de

muñecos.

El siglo XVIII fue el teatro de la espectacularidad y de lo popular.

Ningún otro siglo ha manifestado tal interés por el teatro como el Siglo de

las Luces. Incluso, el ambiente social en el que se dieron las comedias

determinó las características estético/literarias del texto dramático. Al

teatro se le impuso la tarea de fomentar las buenas costumbres. Así por

ejemplo, dado que el clima del Coliseo era insoportable, que los asistentes

arrojaban sus cigarrillos encendidos, lanzaban inmundicias al tablado o se

hacían de palabras con los actores, las disposiciones ilustradas ordenaban

que las piezas teatrales representaran sólo aquellos temas que pudieran ser

de utilidad para la formación cívica de quines iban al teatro, aún a pesar

de que fueran mortalmente aburridas para el espectador. 3

Por otra parte, la prohibición de que el grueso de los habitantes

ingresara a los Coliseos, pudo de algún modo iniciar con el crecimiento de

las expresiones dramáticas populares. Mestizos, indios y negros estaban

3 Véase Viveros, Germán, 1996, Talía novohispnana, UNAM: México

3

Page 4: La Linda Poblana

vetados del teatro, pero las calles les pertenecían. Quizá esta sea la

semilla del Teatro de Carpa, sin el cual el Cine de Oro Mexicano no

hubiera sido posible. 4

En efecto, no cabe la menor duda de que la actividad teatral

dieciochesca fue exponencial y variopinta. Y sin embargo, permanece

incomprendida. Los intentos por rescatarla exigen de investigadores

dispuestos a tomar el riesgo de acercarse a las diversas fuentes

documentales, aún a pesar de que estén en el estricto sentido de la

palabra, alejadas de la literatura.

Alejandro Ortiz Bullé Goyri 5 dice al respecto que los estudios del

teatro novohispano han relegado a un segundo plano los documentos

oficiales que se relacionan con el drama y el espectáculo para dejar como

única fuente de investigación al texto dramático. Lo cual supone,

evidentemente pasar por alto numerosas referencias auxiliares en la

investigación y comprensión del teatro de la época.

Estas otras fuentes documentales, a veces injustamente despreciadas,

son, sin embargo, la única información con la que se cuenta para el

estudio del teatro dieciochesco, sobre todo en cuanto a manifestaciones

4 Véase Viveros, Germán, 2012, Teatro dieciochesco novohispano, UNAM: México; Bryan, Susan E., “Teatro popular y sociedad durante el Porfiriato, en Historia Mexicana, Vol. 33, No. 1, 1983

5 Ortiz Bullé Goyri, Alejandro, “Edictos de Inquisición, fuente para el estudio del teatro novohispano (muestreo inicial)” en Tetro y vida novohispana, 2004, UAM: México, pag. 157

4

Page 5: La Linda Poblana

populares se trata. Documentos que versan sobre la normatividad y

composisción administrativa de los cómicos, los costos de las entradas, las

condiciones en las que se daba el espectáculo, los nombres de las

compañías, etc son entonces no sólo valiosos, sino parte sustancial de toda

investigación dramática.

Urge, entonces volcar nuestra atención no sólo al texto dramático

como constituyente exclusivo del objeto teatral, sino a todo documento

aquel que nos muestre dicha realidad.

Una de las conclusiones más útiles para el estudio de la dramaturgia

novohispana dieciochesca fue la necesidad de tener presente las

condiciones fundamentales del teatro como objeto de representación

espectacular. Si partimos de esta afirmación, el texto dramático se

convierte sólo en un medio más para la comprensión del fenómeno teatral,

pero no en un fin determinante para su valoración. En este mismo sentido,

Francesc Massip escribe sobre un secuestro por parte de la ciencia

literaria del teatro, es decir, a una exaltación un tanto ciega del texto

dramático por encima de todos los otros componentes espectaculares que

conforman al teatro. Por esto mismo es necesario comprender que el teatro

no puede seguir entendiéndose como texto dramático únicamente, pues

ello “significa limitar, reducir y mutilar el alcance de arte escénico y, aún

5

Page 6: La Linda Poblana

más , falsear su esencia, traicionar su especificidad. Lo específico del

espectáculo teatral reside en que la comunicación viene absolutamente

condicionada por el lugar y el tiempo en que se produce.” 6

En efecto, debemos comprender que el teatro es un hecho que existe

sólo en el presente del espectador y ello obliga a pensar la forma en que el

investigador debe abordarlo. El secuestro que ha hecho la ciencia literaria,

se debe más bien a un temor metodológico, a una imposibilidad de asir un

objeto que precisamente por su especificidad temporal no es posible

reducir. Precisamente por esto es que Massip plantea al teatro como un

hecho complejo, compuesto de diversos elementos heterogéneos e incluso

contradicotrios que adquieren validez en el momento de la representación:

El teatro es un hecho complejo resultado de la combinación de

un conjunto de elementos heterogéneos que sólo en su síntesis, a

traves de la representación, adquieren su plenitud. 7

Difícilmente el estudioso de la literatura podrá hacer afirmaciones

sobre un hecho del cual no tiene constancia plena como es el caso del

teatro. No se puede hablar de las cualidades espectaculares de un texto

dramático, porque ellas atañen exclusivamente al ámbito de la

6 Massip, Francesc, 1992, El teatro medieval, Montesinos: Barcelona, pag. 107 Op. Cit. Pag. 11

6

Page 7: La Linda Poblana

representación, y dado que ese tiempo no existe más, se debe conformar el

análisis con las conjeturas que el texto dramático ofrezca. Pero, en el caso

de nuestra dramaturgia novohispana, en la que las manifestaciones

populares rebasaron la producción regulada del coliseo y que por su

naturaleza misma, no se poseen textos dramáticos, es necesario recurrir a

otras fuentes para explicar el fenómeno. De este modo, la propuesta de

Massip va más allá de los recursos metodológicos de las sociología de la

literatura donde las características paratextuales del texto dramático

determinan el desarrollo de la obra. Porque el teatro, en el sentido estricto

de la palabra, es acción y sucede en el presente y el texto dramático sólo

supondría un parte importante del hecho teatral, pero no exclusiva.

Así pues, con este atrevimiento hacia el estudio de las características

del hecho teatral, Massip rescata indudablemente al actor que hace,

finalmente, que una manifestación permanezca en el tiempo. Lo que

intento decir es que la existencia de las manifestaciones dramáticas fue

producto de un ejecuntante más que de un escritor. En el caso particular

de la dramaturgia novohispana conocemos más sobre es tos entes que sobre

las piezas mismas.8

8 Véase Ramos Smith, Maya, 2011, Actores y compañías en la Nueva España. Siglo XVI y XVII, CONACULTA: México y Los artistas de la feria y de la calle: espectáculos marginales en la Nueva España,Conaculta: México, 2010.

7

Page 8: La Linda Poblana

Un texto dramático se juzga por la capacidad que tenga para existir

fuera del contenido léxico mismo. Es decir, funciona como tal, sin

siquiera importar si posee cualidades estéticas, siempre que sea posible

transformarlo a acción en un espacio de representación. Por todo ello

podemos decir que entendemos el teatro como espectáculo, algo que se

muestra a la visión de un público a través de la representación, y gracias a

la coincidencia, en un sitio y en un momento dado, de esto espectadores

con el conjunto de elementos que hacen posible tal representación. 9

El teatro es un ente vivo que se forma a través del acto humano del

ejecutante. Por ello, si se pretendiera estudiar el teatro del XVIII no hay

que perder de vista que fue una realidad polifacética y que habría que

entender cada cara por separado. Y por supuesto, quien se arriesgue a su

rescate debe contemplar una amplia cantidad de manifestaciones teatrales

pertenecientes al ámbito popular, que seguramente vendrían a ser mucho

más nutritivas por la innovación que representaron y porque a final de

cuentas, marcaron las tendencias del teatro, y que por supuesto, no

poseen, hasta ahora, de un texto dramático que las sustente.

De ahí que sea necesario reconocer junto con Massip que lo que

generalmente se acepta como una característica de lo dramático, a saber,

los diálogos, conflictos, personajes, escenarios, no son siquiera en

9 Massip, Op. Cit. Pag. 12

8

Page 9: La Linda Poblana

nuestros tiempos constitutivos del texto teatral, como no lo eran en el

Medievo y como no los encontraremos, seguramente, en el teatro

novohispano del XVIII.10

El drama

En este contexto, está inserta la obra que nos ocupa. Según se puede leer en el

manuscrito, el drama La linda poblana es una zarzuela u “ópera castellana” en dos

actos. La pieza fue compuesta en 1802 y dedicada a la señora doña María de la

Encarnación Casasola. En esta dedicatoria el mismo autor anuncia que, pese a las

“bastantes pesadumbres y disgustos”, sus piezas se han representado en el teatro. Y

así fue en efecto, pues la obra se montará ese mismo año y con el gozo de doble

paga.11

A partir de las bien documentadas noticias que sobre el autor hace Germán

Viveros, podemos decir que Fernando Gavila quizá haya sido español, avecindado

desde su juventud en la capital de la Nueva España con un paso esporádico en la

Habana, de donde salió pronto en busca de mejores oportunidades de trabajo.12 Su

10 Massip: 1711 AGN, Indiferente virreinal, Caja 3102, Expediente 01112 Viveros, Germán, “Un drama novohispano: La lealtad americana de Fernando Gavila”, en

Literatura Mexicana, Vol. VIII, No. 2, 1997 Pags. 695-716

9

Page 10: La Linda Poblana

nacimiento pudo haber sido hacia 1764, pues en 1791, a la edad de 27 años se sabe

que ya trabajaba, con cierto reconocimiento, de cómico del Real Coliseo de México13.

La actividad de Gavila, sobre todo como actor, se prolongará hasta 1810, año en que

sabemos fue designado como cómico suplente. Después de esa fecha le perdemos el

rastro.

El drama que nos ocupa fue localizado en el Fondo Reservado de la Biblioteca

Nacional de México, en la serie Manuscritos, No. 1590. Se trata presumiblemente de

un manuscrito autógrafo, aunque de bella encuadernación posterior, la portada fue

cuidadosamente decorada a tres tintas, lo que nos hace pensar se tratase de una copia

especialmente hecha por el autor para la señora Casasola, a quien se dedicó la obra.

Consta de poco más de 50 hojas.

La pieza fue dividida en dos actos y señalada como “ópera española”, es decir,

zarzuela. A partir de lo que dice el mismo autor, una zarzuela era un género un tanto

despreciado por los sensores de la preceptiva dramática, ya que consistía en la mezcla

de la representación, el canto y el recitado en detrimento de la verosimilitud de la

fábula, pues era impropio “en las zarzuelas el ponerse a cantar un actor que finge

estar en el lance más amargo de su vida”.

No obstante la falta de rigor en el seguimiento de las preceptivas dramáticas de

la época (especialmente la de Luzán), Fernando Gavila defiende la pieza al señalar

que su ingenio no está desprovisto del conocimiento de la forma y fondo de las

13 AGN, Matrimonios, 069, vol. 50, exp. 47

10

Page 11: La Linda Poblana

composiciones teatrales. Y para demostrarlo, apela sobre todo a la larga experiencia

que tiene en el arte de componer piezas para el teatro sin que ninguno de sus trabajos

haya tenido falta de mérito.

La afirmación de Gavila no corresponde, sin embargo, a una postura

envalentonada y orgullosa de un rebelde, sino a la actitud recta y honesta de quien

conoce perfectamente bien las reglas de composición dictadas por la teoría dramática

de su época. Así por ejemplo, en La linda Poblana, Gavila pondrá especial atención

en seguimiento de la verosimilitud de la historia y de los personajes para conseguir el

efecto tan deseado por las autoridades del XVIII, educar al pueblo mediante la

exhibición de los defectos y el ensalzamiento de las virtudes.

A pesar de que en la composición de Gavila subyace el seguimiento de las

formas dramáticas establecidas, no por ello deja de ser innovador. La dramaturgia de

este poeta es muy diferente a la de los siglos anteriores e incluso ajena a su propia

época. La diferencia radica en que Gavila mismo está consciente de la formas,

estructuras y objetivos que debe perseguir una pieza teatral. En este sentido, es un

autor muy moderno, es decir, que asume la responsabilidad de renovar el teatro de su

época. Esto mismo parecerían significar las siguientes afirmaciones:

No imaginen le hace fuerza producir esto [La linda poblana] un entusiasmo de amor

propio, si[no] el deseo de enmendar las deformidades de nuestras representaciones

antiguas. Y como la presente la [el autor] juzga algo libre [en] cuan[to] [a] su

satisfacción, la [grave] ignorancia, parece disculpable.

11

Page 12: La Linda Poblana

El “engreimiento” de nuestro autor sólo supondría su absoluto dominio de los

textos dramáticos, tanto es su particular composición escrita como en su montaje

espectacular. Esto quiere decir que Gavila, como autor, actor y productor teatral

(asentista) pensaba exclusivamente en sus piezas como obras para ser representadas.

Incluso un análisis poco comprometido de las didascalias presentes en la Linda

Poblana sería suficiente argumento para esta afirmación. Sirva como ejemplo de todo

esto la descripción del decorado del primer acto:

Después de una rumbosa obertura sube el telón, descubriendo la perspectiva de la

Hacienda. En la derecha, corriendo el jardín, adornando de naranjos, rosales, y

macetones dese el edificio hasta la boca del teatro [y] ambos lados. En el centro

interior se besan unas dilatadas lomas sembradas de caña y entre ellas a lo lejos,

algunos ingenios de labrar azúcar. Más a lo exterior, un pozo con su arco y brocal

labrados. Afuera, dos poyos o asientos de mármol; en uno de ellos estará sentado

don Sebastián como pensativo...

Todo texto dramático posee didascalias y su revisión permite al estudioso

comprender las posibilidades de representación de dicho texto, y, en suma, afirmar

ciertas cualidades estéticas necesarias para todo drama. Guillermo Schmidhuber de la

Mora afirma al respecto que la didascalia es el recurso sin el cual no es posible

calificar algo como texto dramático.14

En la época, la principal característica del teatro consiste en sus posibilidades

espectaculares. Y aunque el teatro (al menos el de Coliseo) tenía por objetivo la

14 Schmidhuber de la Mora, Guillermo, “Apología de las didascalias o acotaciones”, en Sincronía, Invierno 2001, recurso electrónico disponible en http://sincronia.cucsh.udg.mx/schmid2.htm

12

Page 13: La Linda Poblana

instrucción de los asistentes, dicha condición raras veces se cumplía. Lo que estaba en

juego era la capacidad de entretenimiento, mediante la innovación. No importaba si

se trataba de un espectáculo de calidad, lo que interesaba es que no faltara a las

buenas costumbres y mantuviera entretenidos a los asistentes. Es decir, que para la

preceptiva teatral dieciochesca, lo que en realidad resultaba importante en una

representación era la capacidad que tuviera para distraer al público a partir de

manifestaciones líricas y de gran aparato escénico. Todas las innovaciones servían

para granjear mayores entradas al coliseo, que cabe decirlo, era el responsable de

aportar recursos económicos a los hospitales.15

De este modo, la calidad estética de los textos dramáticos quedaba en segundo

plano. No obstante, aún bajo estas circunstancias, ciertos ingenios lograron con

bastante buen tino, combinar la calidad literaria con las exigencias espectaculares de

la época. De este modo, Fernando Gavila menciona, en su “Advertencia al Lector”,

que La linda poblana tiene muy poco de complejidad intelectual, pero, en cambio,

tiene la capacidad de entretener honestamente a cuantos la vieran y aún más

garantizar concurrentes al coliseo:

[La linda poblana] examinada no viene muy bien con la conclusión alegórica. Mas

has de saber que el público, amante de la novedad, lo mueve a curioso tal vez una

vez, una voz agradable. En la región [en la que] nos encontramos, puede atraer

concurrencia de espectadores una cosa escrita del país, cuyo [título] lo expresa.

15 Véase Viveros, Germán, 2005, Manifestaciones teatrales en la Nueva España, UNAM: México

13

Page 14: La Linda Poblana

A este propósito, merece la pena mencionar que en el siglo XVIII difícilmente

se montaban piezas escritas por comediógrafos nativos, ya que pesaba sobre su

trabajo un impuesto. De tal suerte, resultaba mucho más económico importar piezas

extranjeras, ya gravadas y más aún, plenamente censadas por las autoridades.

Precisamente por esto Fernando Gavila, pleno conocedor de su entorno social, llama

la atención sobre el poco aprecio que tenían los paisanos por comedias de temas

regionales, lo cual nos descubre, de algún modo, que la tendencia en la composición

teatral la dictaba el gusto del público.

En conclusión podemos decir que el teatro novohispano del dieciocho es

espectacular, en el sentido que busca asombrar, ya que:

Son obras de gran aparatosidad y complejidad en las que prevalecen los elementos

maravillosos o sobrenaturales, la temática mitológica, las pomposas alegorías, las

hagiográficas o las de temática histórica, aunque en este sentido «[...] se observa una

notoria debilidad por los temas relacionados con la Nueva España:La mexicana en

Inglaterra de Francisco Gavila, Hernán Cortés en Tabasco de Fermín del Rey, Cortés

triunfante en Tlaxcala de Agustín Cordero y sobre todo La conquista de México de

Diego Sevilla [...]2». No obstante, según Teodosio Fernández, no es Calderón como

autor el que impone el canon de teatro en Nueva España, sino la inclinación del

público hacia la ostentación y la extravagancia de la puesta en escena de la que ya

hemos hablado.16

Características literarias del drama.

La linda poblana es una pieza dramática en todo sentido. Como el mismo Fernando

16 Vázquez Leñeroz, Ángeles, “

14

Page 15: La Linda Poblana

Gavila lo advierte, es una obra que asombra menos por su complejidad estilística, que

por su potencial de representación. En ella puede advertirse una ligera necesidad por

iniciar un gusto hacia los temas regionales. Y aunque no logra desarrollar cuadros de

costumbres, sin embargo, se puede advertir que preocupaba al autor que el espectador

pudiera reconocer ciertos estereotipos sociales. De este modo, tenemos al rico

hacendado de origen español, a los hijos criollos y a la servidumbre perteneciente a

alguna casta.

El tema de la obra es, básicamente, la tiranía que sobre los hijos ejercen los

padres. A lo largo de toda la pieza, se mantiene el aviso de lo nocivo que resulta

“violentar el estado” de los hijos, es decir, obligarlos mediante la fuerza a que ejerzan

destinos para los cuales no fueron asignados. Es interesante este tema porque

evidencia cierta noción de libertad. Sin perder del todo la idea de la obediencia

incondicional hacia la autoridad máxima de la casa, busca evidenciar una conducta

que suponemos corriente en la época (y en tantas otras): obligar a los hijos a

continuar un camino diferente al de sus deseos.

Fernando Gavilia da inicio a la obra con un epígrafe sobre el tema que se

desarrollará. Se trata de unos versos cuyo objetivo es demostrar la tiranía injusta que

los padres ejercen sobre los hijos: “Tiranos de aquella/ propia sangre que temeis/ y

debéis amar de veras.”

A propósito, Germán Viveros menciona que los temas de los cuales se vale

15

Page 16: La Linda Poblana

Gavila para la composición de sus obras siguen muy de cerca la preceptiva teatral

española del siglo XVIII, sobre todo la representada por Ignacio Luzán, y por lo tanto

la finalidad sería educar al público sobre algún precepto moral, en este caso,

insistimos, la libertad que debe dársele a los hijos. 17

Por otra parte, la calidad de la obra como pieza literaria es admirable. Quizá

Gavila haya tenido como modelo inmediato la comedia El atormentado de sí mismo

de Terencio, pues los temas se relacionan mucho. En aquel, se trata de un hombre que

le atormenta el destino de su hijo al cual ha obligado a convertirse en soldado y partir

a la guerra. En el caso de nuestra obra, Sebastián ha orillado a su hijo a escapar de

casa, luego de prohibirle casarse con una muchacha pobre. Aparentemente, el joven,

en su escape hacia Veracruz ha sido asaltado y muerto por un amigo que le

acompañaba. Sebastián, entonces, es presa del mayor remordimiento, pues se

responsabiliza del destino cruel que ha tenido su hijo.

El drama, por otra parte, es congruente con el tema y sigue muy bien el respeto

a las unidades que la preceptiva mandaba tener a toda obra teatral. Durante toda la

historia se desarrolla un solo problema, con lo cual cumple cabalmente con la unidad

de acción. Así por ejemplo, Sebastián, después de atormentado por el remordimiento

de la muerte de Antonio, su hijo, comete el mismo error de “violentar el estado” de su

hija Angela al quererla convertir en monja. Esto es el problema que generará toda la

17 Véase Viveros, Germán, “Un drama novohispano: La lealtad americana de Fernando Gavila”, en Literatura Mexicana, Vol. VIII, No. 2, 1997, pag. 708

16

Page 17: La Linda Poblana

acción. En definitiva la pieza es coherente con los objetivos buscados por el autor. No

existen historias paralelas, ni cabos sueltos. Es un núcleo perfecto de acción.

En efecto, desde el inicio Fernando Gavila alardea sobre sus conocimientos

sobre la composición dramática. La unidad de lugar, por ejemplo, se respeta de una

manera formidable, ya que toda la historia transcurre en un sólo espacio, a saber, la

Hacienda de Sebastián. Todo acontecimiento que haya ocurrido en otro sitio es

anunciado por los actores.

La unidad de tiempo, quizá la más difícil de respetar, se resuelve

brillantemente, pues la pieza comienza en una mañana soleada y termina justamente

por el mismo tiempo del día siguiente. Esto quiere decir que toda la historia sucede en

un día justo: en el primer acto desde que la mañana hasta que el sol se pone; y en el

segundo, desde la noche, hasta la mañana. No existen cambios abruptos en el tiempo

de la historia, con lo cual se cumple la demanda de no prolongar la pieza más allá de

una jornada (Aristóteles, Luzán) y de hacer creíble el paso del tiempo de la historia en

el corto tiempo de la representación. Gavila, cabe mencionarlo, consigue dicho efecto

valiéndose de los recursos escenográficos con los que posiblemente contaba. Así por

ejemplo, para anunciar el cambio temporal, recomienda que éste sea sugerido con

cierto juego de iluminación:

“Mientras su duración, va amaneciendo con la naturalidad posible, en los grados de

iluminación. [Se oyen gorjeos] de pájaros) [...]

17

Page 18: La Linda Poblana

Sale doña Angela. Empieza a oscurecer figurando el grado de iluminación la venida

de la noche”

Gavila, como vemos, cumple con lo establecido por las reglas dramáticas de

composición. En su “Aviso al lector” dice cumplir con todas las condiciones técnicas

que exigía la preceptiva de su tiempo, de ese modo consigue que su pieza sea

verosímil.

Otra forma de llegar a la verosimilitud es a partir de los personajes. Uno de los

recursos necesarios para lograr esto consiste en que cada personaje actúe conforme a

su condición. Esto significa que el noble se dirija con la propiedad que le corresponde

a su posición y que el esclavo no expresa otras ideas que no sean aquellas producto

de su clase. Gavila cumple no sin genio esta exigencia. Así por ejemplo, la gravedad

del discurso de Amador, contrasta con la rusticidad y simpleza de su criado

Periquillo. En este mismo sentido, la congruencia entre los personajes es observada

con notable precisión en Anselma, a quien corresponde el papel de villano, no es

mala en sí misma, sino que sus actos corresponden a un avaricioso que realiza sus

acciones en perfecta orientación a su carácter. En definitiva, Fernando Gavila atiende

todas aquellas sugerencias presentes en la Poética18 de Luzán sobre la forma en que

los personajes deberían se representados.

Finalmente, conviene señalar que la conducta de los personajes es manifiesta en

18 Véase sobre todo, Poética, Capítulo X y XIV

18

Page 19: La Linda Poblana

la forma de su discurso. El lenguaje que se debe emplear en la comedia, según apunta

Luzán (capítulo I) debe ser sencillo, pero sin olvidar los particulares recursos que

cada personaje usaría de acuerdo a su condición.

En La Linda Poblana, el lenguaje empleado por los personajes es congruente

con la condición de cada uno de ellos, pero esto es representativo sobre todo en el

personaje Periquillo, esclavo negro, cuyos giros lingüísticos tratan de imitar las

particularidades léxicas de un hombre afrocaribeño. Ello a mi juicio, representa un

recurso muy interesante empleado por Gavila que podría permitir cierta lectura de

carácter costumbrista de toda la obra.

Con todo lo dicho hasta ahora, podríamos esbozar cierta conclusión sobre la

sorprendente calidad literaria de la pieza. Resta mencionar que la métrica es bastante

general, aunque atacada de ripios en algunos pasajes, sobre todo los que corresponden

a aquellos que exigen ser cantados. No obstante, Gavila asigna diferentes tipos de

verso según el tipo de intención que persigue cada pasaje.

Finalmente, los criterios que he aplicado a mi transcripción han sido motivados

por mi interés de difundir a un público amplio la obra de este gran dramaturgo, de ahí

que haya modernizado la ortografía, la acentuación y la puntuación siempre y cuando

no interfirieran con el sentido del discurso ni con la rima; además desaté las

abreviaturas. Reconstruyo, entre corchetes, palabras que no son muy claras en el

19

Page 20: La Linda Poblana

manuscrito original. Sirva mi vivo interés por rescatar la literatura novohispana del

doloroso olvido en el que yace para disculpar, señalar, pero sobre todo, ver con cierta

ternura cualquier imprudencia que haya cometido.

¡VALE!

20

Page 21: La Linda Poblana

La linda poblana,

Zarzuela en dos actos

por Fernando Gavila,

Primer Galán del Coliseo de México

año de 1802

Dedicado a la señora doña María de la Encarnación Casasola

21

Page 22: La Linda Poblana

Dedicatoria.

Señora doña María de la Encarnación Casasola:

Por una inclinación natural a la benignidad de usted, sus amables prendas y viva

comprensión, desde el momento que tomé la pluma fue con designio de dirigir mi

honrada fatiga en su obsequio.

Entonces lo hizo una voluntad sincera y ahora lo exige forzosamente la necesidad.

Soy tan infeliz en las composiciones de mi ingenio, que exceden a sus yerros

sus infortunios. Solamente el amparo de tal protectora podrá enmendar un destino

impío. Ya que la suerte permite perezcan, en este país, las dedicatorias,

lamentaciones, no puedo menos de quejarme. Bastantes pesadumbre y disgustos me

ha costeado conseguir la ejecución de estas piezas en el teatro, y aún no respondo del

entero acierto.

Pero conociendo su V. Su corto mérito y concediendo perdón del atrevimiento,

le ofrecen las tan corto presentes un respetuoso afecto; quedará satisfecho este su más

atento y fiel criado.

L.S.P.B

Fernando Gavila

22

Page 23: La Linda Poblana

Al lector19

Esta obra que tienen en las manos no va con la recomendación común, suplicando

perdones los defectos, ni sometiéndose a la adulación para abrirse la alabanza por

medio de un temor afectado.

Su autor conoce, en alguna parte, el fondo de las composiciones dramáticas

como versado en ellas mucho tiempo y confiesa sinceramente a su parecer el mérito

de cada una. Censor de sí mismo, haya en la presente, estilo propio al pasaje,

naturalidad de argumento, arreglo al arte y carácter propio a los personajes,

sosteniendo hasta el fin.

Descubre la intención de corregir las costumbres, abatiendo el vicio y

ensalzando la virtud con sentencias concluyentes y tratables a la inteligencia de todos.

No imagines le hace fuerza a producir esto, un entusiasmo de amor propio, sí el

deseo de enmendar las deformidades de nuestras representaciones antiguas, y como la

presente la juzga algo libre cuando su satisfacción, la gradúes de ignorancia, parece

disculpable.20

Fuerza a error pensar librarse de la crítica justa e injusta, que debe aguardar

todo el que escribe. Así como no hay en el orbe drama sin objeción, tampoco hay

gusto para juzgarle que no esté sujeto al yerro en una u otra parte.

Por esta razón es forzoso haya diversidad de dictámenes. Si ofendido del

aparente engreimiento, deseas encontrar defectos, el propio te advierte el primero, y

es titularse esta ópera castellana o zarzuela La linda poblana, y examinada no viene

muy bien con la conclusión alegórica, mas has de saber que el público, amante de la

19 La advertencia “Al lector” forma parte de la página IV y IV-bis del manuscrito. Sin embargo, considero que sería más conveniente colocarla justo después de la “Dedicatoria”...

20 Es decir que el lector no debe pensar que escribir una comedia de este tipo sirve para envanecimiento del autor, sino antes bien para suplir los errores que las antiguas comedias (quizá las del barroco) tenían. Así pues la presente comedia puede ser juzgada de ligera, pero disculpabledebido al noble objetivo que persigue.

23

Page 24: La Linda Poblana

novedad, lo mueve a curioso, tal vez, una vez, una voz agradable. En la región [en la]

que nos encontramos, puede atraer concurrencia de espectadores una cosa escrita del

país, cuyo [título] lo expresa. Debe el ingenio prudente en ciertas ocasiones, preferir

sus intereses a un trivial reparo. Y así como hija legítima, puso nombre a su fatiga, si

no te adaptase, confírmala en tu mente el que quisieres.

También se confiesa lo impropio en las zarzuelas de ponerse a cantar un actor

que finge estar en el lance más amargo de su vida. Pero no se ha de negar que la

música mueve el interior, persuadiendo los afectos con una dulce viveza y empeña la

ilusión. El gusto de nuestro público lo ha manifestado claramente.

A cuenta de los yerros, debe contrapesar la dificultad de acertar una acción que

consta de representado y cantado, reducido forzosamente a solos los individuos que

tiene el teatro, con dos habilidades y sus genios. Últimamente, hallarás diversión

leyéndola, si la encuentras buena, por serlo y si mala, riéndote de ella.

24

Page 25: La Linda Poblana

Personas Actores

Don Sebastián, caballero español europeo

de áspera condición.

Lucas Saenz

Doña Anselma, su mujer de segundas

nupcias

Mariana Argüello

Doña Angela, Linda Poblana, hija de don

Sebastián en el primer matrimonio

Dolores Munguía

Don Antonio, su hermano, capitán de

Dragones, graduado de teniente coronel.

José Abad

Don Amador, mayordomo de la

Hacienda, incógnito, bajo el nombre de

don Camilo

Fernando Gavila

Periquillo, negro, esclavo de don

Amador

Francisco Saldaña

Rosita, niña que no habla, hija de doña

Anselma.

Ana Josefa Sausa

Un criado Mariano Ayala

Mozos, labradores de hacienda.

25

Page 26: La Linda Poblana

A los que violentan el estado a sus hijos

¡Oh, tiranos

padres! Tiranos de aquella

propia sangre que teméis

y debéis amar de veras.

Juzgad el pecho de un hijo

por vuestro. La cadena

que tal vez no sufriríais,

se la echáis a la inocencia

Don Amador, Acto 1°

Acto Primero

La acción se representa en el reino de la Nueva España, cerca de Atlisco.21

21 Esta frase se encuentra en el Folio III, pero por su contenido, juzgo que conviene más situarla justoantes de la descripción del primer acto.

26

Page 27: La Linda Poblana

Después de una rumbosa obertura sube el telón, descubriendo la perspectiva de la

Hacienda. En la derecha, corriendo el jardín adornando de naranjos, rosales, y

macetones desde el edificio hasta la boca del teatro [y] ambos lados. En el centro

interior se besan unas dilatadas lomas sembradas de caña y entre ellas a lo lejos,

algunos ingenios de labrar azúcar. Más a lo exterior, un pozo con su arco y brocal

labrados. Afuera, dos poyos o asientos de mármol; en uno de ellos estará sentado

don Sebastián como pensativo. Después de algunos compases pianos, canta el

siguiente aire:

[Sebastián] Cruel destino! Amarga suerte!

Nada me puede aliviar:

La memoria me devora,

No me deja descansar.

Aquel hijo tan amado

Lo estoy viendo agonizar

A los golpes de un traidor

Falso amigo desleal

Ay de mi! Ay de mi!

Que ya lo perdí.

Ni la Hacienda que poseo

Ni el campo puede alegrar

a quien fiero tormento

Le hace siempre suspirar.

Ay de mi! Ay de mí!

Que ya lo perdí.

(Representa)

27

Page 28: La Linda Poblana

Don Sebastián infeliz

Sí tú, Antonio te viera

Fuerzas venturoso; ¡Dale!

¿Que no pueda, que no pueda

En quince años olvidar

Lo amargo de aquesta pena?

Yo tuve la culpa, yo

Por violentarle a que fuera

Tan trágicamente muerto

A la alevosa vil diestra

Del mayor amigo suyo

Traidor! Sí yo le cogiera

Entre mis brazos, aunque

La edad minora mis fuerzas

le hiciera dos mil pedazos,

y de su sangre bebiera

hasta verle...¿Más que es testo?

Dejemos necias quimeras.

Las cinco son de la tarde;

ora es de dar una vuelta

y mirar si los bribones

abandonan las tareas

como suelen hacer. Vamos...

pero mi esposa se acerca

¡una Paloma es! El centro

de la virtud y modestia;

28

Page 29: La Linda Poblana

mi único consuelo, iman

de mi cariño y terneza.

(Desde los versos que corresponde se ha ido acercando Da. Anselma, vestida

modestamente, aparentando un carácter humilde)

Doña Anselma: ¡Esposito! Sin tu vista

no es posible que yo pueda

sosegar ¿Dónde has estado?

Sebastián: Aquí h he pasado la siesta

gozando de la frescura

de este paraje.

Anselma: si hubiera

sabido, querido Esposo

venías, con mi asistencia

amorosa, me tendrías

como fina compañera

a tu lado.

Sebsatián: Ya lo sé

pero mi querida Anselma

un pesar::::

Anselma... ¡Oh, justo cielo!..

¿cómo?... Si a caso te encuentras

algo enfermo, dímelo.

29

Page 30: La Linda Poblana

Mi sobresalto acrecientas

con tu silencio.

Sebastián: No es nada.

Tú eres adorada prenda

mi consuelo. Ya ha calmado

la aflicción... ¿Dónde se encuentra

mi Rosita?

Anselma. Merendando

¡Ay, Sebastián! ¡Si supieras

sus gracias! ¡Cómo te estima!

Solo a tu vista está quieta.

Cuando su papá le falta

no hay quién acallarla pueda.

¿No es admirable?

Sebastián: Mucho! Di: ¿y Angelita?

Anselma. No por ella

cuidadoso, amable, dócil

me preguntes. Sólo piensa

en galas en mocedades

en locuras::: ¡Sino fuerza

por ser tu hija!:: Yo pensara....

No soy chismosa... dijera

algunas cosas... Mas temo enfadarte.

30

Page 31: La Linda Poblana

Sebastián. Esa es quimera.

Angela es quien es y tú

la persigues por ser prenda

de mi primer matrimonio,

mas ella te ama y venera.

Anselma. En tu presencia. ¡Ay, Esposo,

que sus apariencias creas!

No he sido madrastra suya.

Una madre verdadera

ha visto en mi, aun a pesar

de ser su correspondencia

los atrevimientos. Tú ignoras

de qué manera

se porta, el pico que tiene,

su vanidad y soberbia.

Sebastián. ¡Anselma! Siempre la via

a tus preceptos sujeta.

Es humilde, es virtuosa:::

Anselma. ¿Virtuosa? Ya la paciencia

me falta... ¡Virtuosa! Atiende

a tu casa, mira, vela,

así conocerás quienes

se miran se secretean...

31

Page 32: La Linda Poblana

Don camilo el mayordomo

ha dado a entender:::

Sebastián. Eh, cesa.

¿Don Camilo? No presumas

tal desvarío.. Una experiencia

continua, me lo ha hecho ver

hombre de bien. Aunque sea

de humilde linaje, hizo

su honradez bien manifiesta...

No es capaz... déjame, estas..

Angelita se reserva,

o bien hasta que me muera,

estar a mi lado.

Anselma. Esposo:

mira bien no lo aciertas.

Darla estado te conviene,

y asegurarla. Si vieras

a Angelita en un convento

de monjita recoleta...

¡Qué linda estaría! ¡Como

en aquel claustro pidiera

a Dios por su padre! ¡Oh padre

feliz!

Sebastián. ¡Ah! Tú te empeñas

32

Page 33: La Linda Poblana

en una cosa difícil.

Jamás mi albedrío intenta

violentar el suyo. Un hijo

perdí por el raro tema

de torcer su inclinación.

No quiero que me suceda

otro infortunio, en que el cuelo

castigue en mi la demaencia

de abrogarme su poder.

De España mi amada tierra

llegué de muy corta edad

a la Ciudad de la Puebla

sin más caudal que la carta

de mi ilustrísima nobleza;

caseme con una dama

muy rica: toda la hacienda

que poseo, trajo en dote

y dejándome dos prendas

hija e hijo, sabés que a éste

le dieron muerte sangrienta,

y así, aquella se quedó

la legítima heredera

de todo: Dios la hizo rica:

Al estado que convenga

la guíe, que yo no quiero

hacer le tome por fuerza.

33

Page 34: La Linda Poblana

Anselma. Bien. Ya conozco que fui

sólo una triste sirvienta

de tu primera mujer.

Pobre y honrada doncella

era cuando me llevaste

a tu esposa. ¡Oh, quién hubiera

no subido para ser

ejemplo de la miseria.

Cuando tú faltes. ¡Oh cielo!

Siempre viviré sujeta

a una hijastra que me mira

con odio mortal; cual tiembla

mi corazón! ¡Ay esposo!

La imaginación me aterra

ya me veo despreciada

arrojada con violencia

de la casa y que mis ojos

bañados en llanto, riegan

las calles por donde voy

pidiendo de puerta en puerta

una limosna ¡que exclamo

entre dolorosas quejas!

¡Ay Sebastián de mi vida,

ojalá que me vivieras!

Mira de tu pobre viuda

la situación más funesta

y amarga:::: Pero Rosita;

34

Page 35: La Linda Poblana

el centro de la inocencia,

el fruto de nuestro amor.

¡Y qué amor! La cara prenda

de mis entrañas, nació

la cuitada para prueba

de un destino adverso... ¡Ah!

Rosita, Rosita, llega. [A Rosita]

dale a tru padre las gracias

de hacerte infeliz

(Saca a la niña Rosita que irá haciendo lo que piden los versos)

(A don Sebastián) Emplea...

un rato la compasión

y dame de humano señas

(Recitando)

Cura los brazos, hija de mi vida;

humilde, dolorida,

llega a mi esposo, llega arrodillada,

muéstrate resignada,

ye entre suspiros, ansias y lamento

hazle presente nuestro cruel tormento.

(Aria)

35

Page 36: La Linda Poblana

De esposo y padre te llama

quien tu piedad solicita;

mira aquesta inocentita

que no cesa de llorar.

Hija de mi corazón

si su intención no se inflama

muera que de amor la llama

y vámonos a penar.

Ah, Dios. Esposo tirano

jamás ya de mi pasión

encontrarás la mansión

pues no te puedo obligar

(Vase llevando a la niña)

Sebastián. Aguarda hija de mi vida.

Aguarda, querida Anselma... [Se van]

Se fueron, y me han dejado

mil diablos en la cabeza....

Me enternecí ¿Qué haré cielos?

Yo quisiera y no quisiera...

El tropiezo de Angelita.

(Sale doña Angela muy bizarra a la moda poblana)

Angela. ¿Padre y señor qué me ordenas?

36

Page 37: La Linda Poblana

Sebastián. Que te vayas y me dejes.

Quítate de mi presencia.

Tú eres mi tormento, tú

las cusas... Pero espera...

No te vayas, hija mía;

ven que tu padre te estrecha

en sus brazos.

Angela. ¿Qué es aquesto,

señor? Ya con impaciencia...

ya con ternura... No entiendo

por qué ocasión os merezca

tales extremos.

Sebastián. ¡Ay, hija!

¡Si yo encontrase vereda

entre uno y otro a mi pecho

algún descanso le diera!

En fin. ¿Amas a tu padre?

Angela. ¡Esa duda me penetra!

Sino creéis lo que os estimo

que lo confirme la prueba

con mi propia sangre.

Sebastián. ¿Debes

resignarme tu obediencia

37

Page 38: La Linda Poblana

a lo que mande?

Angela. No hay duda

Sebastián. Pues a una celda

retirarte yo lo ruego

y lo quiero. Un claustro sea

tu feliz morada.

Ángela. ¡Ay Padre!

Sebastián. ¿Qué dices? ¿No me contestas?

¿Qué resuelves?

Ángela. Padre mío

la vocación verdadera

falta. Si os engañara

dos delitos cometiera.

La mentira fuera uno.

Y otro forzarme a mi misma

a torcer la inclinación

que me dio la providencia.

Sebastián. Eres atrevida. A mi

se me obedece y respeta.

Una hija i es buena hija,

el albedrío sujeta

38

Page 39: La Linda Poblana

al paternal mandamiento.

Vive el cielo, pues desprecias

mis iras... haré...

Ángela. ¡Señor!

Sebastián. Calla, calla si deseas

vivir un instante. ¿A caso

concibieras la demencia

de unirte a algún joven loco

como tú? ¿Podrá tu necia

presunción, di, proyectar

las depravadas ideas

de darme a mi una vejez

amarga?

Ángela. Padre, si templas

tus iras, oye, y no dejes

aunque la pasión te ciega,

arrastrarte del hechizo

que una madrastra maneja

con sutil hipocresía.

Considera, considera

amado padre la infausta

triste patética escena

de mi hermano, por igual

resolución ¿No escarmientas?

39

Page 40: La Linda Poblana

Últimamente, señor

la insana ambición fomenta

en vuestra esposa el proyecto

de apropiarse de una herencia

y de un caudal que no es suyo.

Yo lo cedo. La riqueza

que me concedió al nacer,

por vida, naturaleza

sacrificaré gustosa

a su avaricia. Más sea

libre mi albedrío, a precio

del interés y la hacienda.

Sebastián. Ya conozco claramente

de la manera que piensas:

aborreces a mi esposa

y a ti hermanita pequeña

por envidia. Aquel cariño

que mi pecho las profesa

es tu torcedor. Aleve,

si yo mañana muriera

fueran las víctimas tristes

de tu rencor, su inocencia

y su virtud. Pero vivo

todavía. Hay dos sendas

que elijas: obedecerme

con puntualidad completa

40

Page 41: La Linda Poblana

o ser de mis justas iras

el blanco; si las despiertas,

cobraré el ser que te di,

derramando de tus venas

la sangre que tienes mía.

Medita y dame respuesta.

(Vase)

Angela. ¡Infeliz de mi! ¿De qué

me ha servido la nobleza

y los bienes? Y de qué

la ponderdad belleza

que el renombre me adquirió

de Linda? De ser ofrenda

triste a la razón de estado.

¡Ay Camilo! Si supieras

tal contratiempo admiras

mi situación. Ya la fuerza

me apartara de un cariño

honesto. Entre las inmensas

penas insufribles que

me devoran, sólo es ésta

la penetrante. Preciso

será que la amarga nueva

llegue a el cuando le intimo

la dolorosa sentencia

de nuestra separación.

41

Page 42: La Linda Poblana

¡Y cómo su alma sincera

lo sentirá! ¡Triste joven!

Óyeme si te hayas cerca.

(Cavatina patética)

¡Qué dolor! ¡Qué ansia inclemente!

Justos cielos, amparad

a esta inflelice aque pide

socorro a vuestra piedad.

Arroyuelos, que corréis

el campo con majestad;

pajarillos, que trinando

andáis por la soledad;

Mis lamentos considerad,

pues vosotros la tenéis

y no tengo libertad.

Ay amor, ay amor ay amor

¡Ay crueldad!

(Sale el Negro Periquillo)

Periquillo. Siola, Siola22, Mi amo

Namorara cagayera,

manda neglito digamo

22 Es decir “Señora”

42

Page 43: La Linda Poblana

si vosancé da23 licensa

Angela. Todavía no es hora. Luego

un poco antes que se nochezca

dirás que llegue. ¡Ay destino!

Vamos a ver si se templa

el tesón de un padre airado

con súplicas y ternezas.

(Vase)

Periquillo. Ya siolo don Periquillo

tamo solo. Pensamenta

haga vosancé del premo

po andamo de alcahueta

aunque neglo, no ta neglo,

samo, noble de Gunea.

Mi amo dice: Perequiyo,

callar e tener pacenza.

Regalate, estimate;

te dará rica libreas

coloraras con franjonas,

y andar guapa gente preta.

Ma si samo descubiertos:

gente blanca diran: perra...

An Diosa. Neglo Murió

a palos: riquin etena.

23 De “Vuestra Merced”

43

Page 44: La Linda Poblana

Ma recado falta el amo

Anda periquyo presa.

Cantamo, esperamo premio

diremo de eta manera.

(Sonecito alegre)

Soy un Neglito

moi polidito

y mui fenito

que sé cantar

lili, lili, lili, lili

No semo angola,

Calavalí

lili lili lili

A una neglita

moi chequetita.

Y mui fenita

sé enamorar.

Sili lili lili lili

No semo Angola

Calabalí

lili lili lili

sé de tolito

44

Page 45: La Linda Poblana

cayo mi pico

e no me aplico

a trabacar

Sili lili lili lili

No semo Angola

Calabalí

lili lili lili lili

(Vase)

(Sale Doña Anselma)

[Anselma.] Parece que la fortuna

apadrina mis cautelas.

Mi esposo, llevado al fin

de aquella pasión extrema

que me tiene, ha de poner

en planta cuanto sugiera

mi capricho. El hombre

enteramente se deja

dominar de una mujer,

es muy difícil que pueda

abrir los ojos: su propia

ceguedad no le hace advierta

los errores solo aquello

que la misma le aconseja

te parece justo: ¡Cuántos

45

Page 46: La Linda Poblana

esta sujeción lamentan!

Me desharé de una hijastra

aborrecida: Heredera

será Rosita de todo.

Y ya que la llama empieza

a extenderse no perdamos

un punto en la diligencia

para abrirla. Si sale

aquella presunción cierta

de que se halla apasionada

Angela, según las señas

del mayordomo es muy cierto

que sui padre ha de pon erla

en un claustro. Astucia mía,

conviene el estar alerta

a todas horas. Aquí

oportunamente llega

don Camilo. No me ha visto...

y así detrás de estas yedras

me oculto a ver si me da

algún desliz de su lengua,

declarando su intención,

para mi triunfo materia.

(Escóndese y sale Don Amador y Periquillo)

Amador. ¿Con qué te dijo que aguarde

46

Page 47: La Linda Poblana

doña Ángela que anochezca

y saldrá.

Periquillo. Sí siolo24; ma

si tenga habate de vera

periquillo tene miedo.

Amador. ¿Por qué?

Periquillo: Po la peveza.

Ama blanca. Ela viola

atibante chichimera

gumona, ramera, pito:

e si saviolo, ¡culenba!

Juro an Diosa, semo perdos

como liebre la curiera

a contas amo. Siolo

andiamo en esto contenta

Anselma [A parte]. Bien me honras, vil esclavo

tú tendrás la recompensa.

Amador. Deja el temor Periquillo:

Y pues la hora se acerca,

mira, si sale que el pecho

no sé ¡Ay de mi! Que recela

24 Es decir, “señor”

47

Page 48: La Linda Poblana

Ingrata fortuna, cuando

dejarás de ser adversa

con un infeliz que has hecho

ejemplo de ti fiereza

¿Si llegara el feliz día?

Periquillo. Siola, Siolla llega.

(Sale doña Angela. Empieza a oscurecer figurando el grado de iluminación la venida

de la noche)

Amador. Pues retírate y no dejes

de mirar hacia la puerta

y avisas si viene gente

Periquillo. Periquillo semo alerta

an que neglo bien sabemo

ponemo de centinela

.

Amador. Linda, ¿qué tienes? El llanto

los suspiros manifiestan

algun pesar... ¿Qué será esto?

¿Con Sollozos me contestas?

Habla, bien mío.

Anselma. [A parte] ¿Qué escucho?

Cierta es la correspondencia.

48

Page 49: La Linda Poblana

Oigamos

Amador. ¿Nada me dices?

Esas miradas expresan

más que la voz un pesar

intempestivo. Consuela

a tu mal, comunicando

a quien partirle desea

contigo.

Angela. ¡Ay fiel Don Camilo!

Nuestra desventura es cierta.

No hay remedio. Separarnos

conviene esta es la postrera

vez que nos hablábamos.

Amador. ¿Cómo?

Ángela. Mi padre, mi padre intenta

en el día de mañana

sepultarme en una celda.

Cedo involuntariamente

al respecto a la violencia

Amador. ¿Involuntariamente ceder?

¿sabes, dime lo que intentas?

¡día infeliz! ¿Para esto

49

Page 50: La Linda Poblana

una vida de reserva

aborrecida? No linda.

No alucinada procedas.

Resita, la fuerza: advierte

que tu eres la que sujetas

el llibre albedrío.,, Ni es

virtud la infame aparienciasde obediencias en la boca

y en el pecho resistencias.

Ángela. El mandato de los padres...

Amador. No son padres los que intentan

subyugar a l mismo cielo;

los que al Hacedor le niegan

su mayor gloria, e impíos

las inclinaciones mesmas [mesmas para mantener el ritmo]

que repertio providoso

quieren enemendar. Se encuentran

con los hijos inocentes

por interés o por tema

por razón de estado o por

otras cosas más perversas,

los seducen y los guían

cual corderos a la senda

del despeño en el barranco

los sumergen: cuando llegan

los infelices a ver

50

Page 51: La Linda Poblana

donde están a los de afuera

en vano claman: conoce

el mal sin remedio: estrechan

entre su pecho las furias;

son amargos los instantes

y las oras lastimeras

hasta la muerte. ¡Oh tiranos

padres! Tiranos de aquella

propia sangre que tenéis

y debéis amar de veras.

Juzgad el pecho de un hijo

por el vuestro. La cadena

que tal vez no sufriríais

se la echáis a la inocencia.

Angela mía, óyeme:

sin la vocación perfecta

no será la Religiosa

religiosa. Sino encuentras

modo honesto de enmendar

tal error, huye y no temas

que yo te acompañaré

con la debida decnecia

hasta ponerte en paraje

donde segura defiendas

tu libertad.

Ángela. ¿Qué me dices?

51

Page 52: La Linda Poblana

Mal don Camilo aconsejas

a quien te amó. Todo este

edificio mortal tiembla

considerando el pesar

de un padre, cuando supiera

nuestra fuga. Su furor,

aunque castigo no diera

a entrambos, se explayaría

en la maldición ¡Que acerba

amenaza! ¿Quién pensara

tampoco que nuestras huellas

prófugas eran guardas

por la virtud? Sé siquiera

sólo para ser tu Esposa.

Te quiero mas ni esta senda

es transitable. Bien sabes

la distancia tan inmensa

de nuestro origen. Yo soy

de aquella ilustre ascendencia

que mi padre altivo ostenta.

Tú ignoras tu propio origen

según mil veces diversas

has asegurado. Exige

la desigualdad que pierda

la esperanza de un amor

imposible: y pues no queda

arbitro para ser tuya,

52

Page 53: La Linda Poblana

una clausura perpetua

sea mi morada.

Amador. ¿Con que

si la suerte a mi me hiciera igual tuyo, no dudaras

darle el premio a mi firmeza

con tu mano?

Angela. Sí; y te juro

que nadie me dividiera

de tu lado.

(Ya estará obscuro y se asomará la luna saliendo de entre nubes, las que en todo lo

que resta del acto pasarán manifestándola unas veces ocultas otras opaca y otra

clara; puesta en disposición que ella solo ilumine el teatro según el maquinista

consulte con el autor.)

Amador. ¡Oh, Dios! ¿Llegó

el lance donde se arriesga

mi vida? Pero qué importa?

Como Linda se pierda

piérdase todo. Óyeme

y te ruego que prevengas

la admiración. Yo no soy

Camilo, esta es apariencia.

Soy don Amador Guzman

Soto-Mayor de la Vega,

53

Page 54: La Linda Poblana

el creído matador

de tu hermano.

Anselma.[A parte] ¡Buena es esta!

¡Pasmada he quedado!

Ángela. ¿Cómo?

Frío sudor por mis venas

se difunde! ¿El delincuente

alevemente se hospeda

en casa del ofendido?

¿Cuando a los cielos vocea

la sangre vertida?

Amador. Calla;

Y si en mi crees verdadera

la culpa atroz, véngate;

pero sería justo adviertas

que la mentira jamás

alimentó mi nobleza.

De corta edad, yo y tu hermano

don Antonio en la carrera

del estudio nos unió

amista firme y estrecha.

Aquel joven, apartado

de la paterna presencia

se apasionó ciegamente

54

Page 55: La Linda Poblana

de una señorita bella

de baja estirpe. A pesar

mío, que a su errada idea

me opuse, trató en secreto

desposarse. Su demencia

supo tu padre: irritado

hizo que a los dos prendieran

dividiéndolos, logró

pusiesen a la doncella

en un claustro y a su hijo

le precisó que siguiera

los estudios para verle

sacerdote; con tan terca

constancia, tanto capricho,

severidad tan resuelta,

que originó sin pensar

su tragedia y mi tragedia:

pues llamándome mi Amigo

una mañana funesta

con despecho decisivo

me dice de esta manera:

Querido Amador, tú solo

merecer que te refiera

mis proyectos: yo me voy

a donde jamás se sepa

de mi. Perdido mi amor,

forzado a que por la iglesia

55

Page 56: La Linda Poblana

tome estado, un padre impío

inflexible, ya me estrechan

a dejar la patria. A Dios.

Mañana parto. Si aprecias

mi amistad, guarda secreto,

y apartarme no resuelvas

de este pensamiento, a donde

vida y quietud se interesan.

Ni mis ruegos persuasiones.

Y amor hicieron torciera

su designo. Últimamente,

le rogué que me admitiera

en su compañía para

despedirla algunas leguas

de la ciudad con el fin

de obligarle a que volviera.

Salimos por el camino

de Veracruz (mis propuestas

fueron inútiles). Ya

cerca de Jalapa, vuelta

dando al Caballo: No quiero

(dice) amigo que te pierdas

tú también. Dame un abrazo;

y toma la última prueba

de mi voluntad. Este es

el retrato de la prenda

que más amaba. Estas joyas

56

Page 57: La Linda Poblana

testigo de sus promesas

también fueron. Guárdalas.

Y si por ellas te acuerdas

de mi, ruega al Cielo Santo

que a este infeliz favorezca.

Dándole espuelas al bruto

se apartó de mi presencia

velozmente. Yo quedé

en mis ojos con las señas

del pesar volviendo triste

sin su compañía a Puebla.

A tres días (¡Suerte Amarga!)

llegan las trágicas nuevas

de su fin, habiendo hallado

en el monte para señas

de la desgracia el caballo

muerto y las ropas sangrientas

que llevaba. Solamente

faltaba que pareciera

el cadáver. La justicia

hizo activas diligencias

por saber el agresor

y cayendo las sospechas

en mi, me prenden al punto.

Las alhajas que me encuentran,

del difunto, dan del hecho

una convincente prueba.

57

Page 58: La Linda Poblana

Fulminan proceso, donde

a pesar de mi inocencia

afirman que por robarle

le saqué donde pudiera

con un cruel asesinato

lograr el proyecto. Estrecha

prisión, tres años, hizo a este

desgraciado padeciera.

Logré hacer fuga y pasando

por aquí vi tu belleza.

Rendido a ella, determino

quedarme con la alagüeña

esperanza que algún día

aclaradas las tinieblas

del engaño de tu hermano

el asesino parezca.

De un humilde jornalero

tomé plaza. Mi destreza

y mi habilidad, lograron

que me honrara y atendiera

don Sebastián, hasta hacerme

mayordomo de su hacienda;

pues como él jamás me vio

porque desde tu edad tierna

habita el retiro, hice

que mis desdichas tuvieran

puerto con el ofendido

58

Page 59: La Linda Poblana

donde calmen las tormentas

de vida tan perseguida.

Mira pues las consecuencias

amargas el futuro horrible

de una imprudente violencia...

Huyamos de ella. Empeñada

se haya ya mi parentela

por mi (según me han escrito),

y no dudo que la negra

mancha de un engaño borren,

nuestra dulce unión protejan.

Extendiendo en dos familias

enemigas la clemencia

del Hacedor, paz, concordia

unión y amistad estrecha.

Angela. Mi corazón, mi interior,

aquella aversión que engendra

el delito se convierte

en compasión y clemencia.

Dices bien. Huyamos luego.

En fortuna tan desecha

mi honestidad y mi honor

a tu virtud se encomiendan.

Desde edad de doce años

a veinte y cuatro que cuenta

mi juventud se del modo

59

Page 60: La Linda Poblana

que procedes. Sólo hiciera

de un hombre como Amador

confianza mi modestia.

Supuesto que ya la noche

obscuras sombres despliega,

ten dos caballos y al punto,

en haciéndome la seña

saldré con algunas joyas

firme animosa y resuelta.

Amador. Deja primero que imprima,

con una rodilla en tierra

mi boca en tu mano. ¡Ay linda!

Tú solamente pudieras

convertir mis desventuras

en venturas lisonjeras.

Ángela. Perdona querido padre

esta pesadumbre acerba

que te aguarda. Yo no puedo

resistir de otra manera

la resolución impía

que con astucia fomenta

una madrastra cruel,

caprichosa y avarienta.

Eterna Sabiduría

Soberana Providencia

60

Page 61: La Linda Poblana

mis pasos guía.

Amador. Sí hará.

Que nunca sorda se muestra

a los que en las aflicciones

le claman, piden y ruegan.

(Cantan andante)

Angela. En este lance,

eterno cielo

dame consuelo

dame favor.

Amador. Ya llegó el trance

donde la suerte

o me dé muerte

o me dé honor.

(Dúo)

Nuestra fe constante,

nuestro firme amor

hoy logre, triunfante

salir de este horror.

La noche funesta

no se muestre impía

suceda a las sombras

61

Page 62: La Linda Poblana

un alegre día.

Adiós prenda mía.

Hasta luego, adiós.

(Vanse por distintos lados)

Periquillo. An Diosa. Los dos se fueron

y olvidando centinela.

Periquillo belesamo

e quedando en la puerta

¿La siola? Luto andemo

metido en eta greca!

Encondamol cayaremo

Angora veremo fiesta.

(Escóndese en el lado contrapuesto de donde sale doña Anselma)

Anselma. Ya todas mis presunciones

se verifican ciertas.

¡Qué horrible trama! Será

al momento descubierta

por mi labio. A Sebastián

llamaré para que vea

el proceder de mi hijastra.

Esposo, esposo. Sal fuera

que importa mucho.

62

Page 63: La Linda Poblana

Periquillo [a parte]. Morimo

Siola la fisgonera

(Sale Don Sebastián por la hacienda)

Sebastián. ¿Esposa? ¿Por qué llamas

con voces tan descompuestas?

¿Qué te ha sucedido? Habla.

(Válgame aquí la cautela

para irritarle) ¿Podrán (Todo con mucha expresión)

mis voces hacer que sepas

un delito?. [Cambio.] Santo cielo!

¡Padre infeliz! ¡Deja, deja

que estas lágrimas que vierto

el deshago me concedan,

al ver el golpe mortal

que te aguarda! No quisiera

hablarte, pero tu honor,

mi lealtad y amar, me estrechan

a hacerte saber un caso

horrible ¡cómo no tiemblan

esas almas delincuentes!

¡Ingratos! No considerando

que la vida de mi esposo

en este lance se arriesga!

¡Infeliz de mi! ¡Ay querido

Sebastián, las iras templa!

63

Page 64: La Linda Poblana

Periquillo. [a parte] En la trampa amo caído

parece la branca preta.

Sebastián. Ni te explicas, ni te entiendo

y mi confusión aumentas

¿Qué sucede?

Anselma. La Angelita

virtuosa, la que aprecias

en tanto grado. Esta noche

tiene su fuga dispuesta.

Sebastián. ¿mi hija?

Anselma. Sí. No lo dudes.

Y la acompaña en la empresa

el hombre de bien... Camilo

Sebastián. ¿Cómo? ¡Oh Dios! ¿Hablas de veras?

Anselma. Escondida acabo de oír

su maldad.

Periquillo [A parte]. Calla, perversa.

Sebastián. No será, sin que mi enojo

64

Page 65: La Linda Poblana

y su atrevimiento.

Anselma. Espera

Aún te falta qué saber

¿Con quién, oh Sebastián, piensas

que quiere unirse esa hija

malvada? ¡Quién lo creyera!

Con Don Amador Guzmán

cuya alebosa vil diestra

mató a Don Antonio, tu hijo

por robarle

Periqullo. [A parte] ¡Santa Tecla!

Sebastián. ¿Pues dónde está?

Anselma. Disfrazado

se haya en nuestra casa mesma

ese mayordomo aleve...

Don Camilo es.

Sebastián. ¡Sacra esfera,

arroja un rayo que acabe

mi vida! ¡Cual me enajena

el furor! Retribución

indigna de mi paterna

ternura! ¿Una hija [cambio] No miento

65

Page 66: La Linda Poblana

No es mi hija la que piensa

tan bajamente. Y tú impío

asesino ¿cómo avueltas

del agrabio hacer hospicio

esta morada? ¿Te restan

más atentados? ¿No solo

en sangre inocente cebas

el rencor, sino que pasas

a la deshonrrible [sic] ofensa

de seducirme una incauta

inadvertida doncella?

El eterno luto, el llanto

amargo trajiste a esta

infelice casa. Ahora

el deshonor. ¿Dónde encuentras

valor? ¿En qué confianza

fundas tu presunción necia?

Quién me detiene? ¡Cobarde

salteador! ¡Hija altanera!

Aguardad. Ya van las furias

conmigo. Aunque pudiera

solo mi vista abrasaros

la venganza no difiera

un momento algun acaso.

Voy a juntar presteza

la gente para tomar

todos los pasos y sendas.

66

Page 67: La Linda Poblana

Temblad viles. Vuestra muerte

ya por momentos se acerca.

(Vase)

Anselma. Aguarda, esposo...

No me oye.

Sus iras puede cometan

algún delirio. Templarle

conviene. El temor me altera

que e culpen si inhumano

en las dos vidas se ceba

Voy por Rosita, su vista

contendrá cualquier violencia.

¿Si no lo alcanza?.. ¿En qué pienso?

¿Cuáles discursos funestan

mis pensamientos. Logrando

quedar sola y heredera

mi amada hija, sino puedo,

orientarles la tragedia

consiga mi fin y luego

mas que vivan o que mueran.

(Vase por la hacienda)

Periquillo. ¡Estamo bien! ¡Acabamo!

¡Cierto que la hicimo buena!

67

Page 68: La Linda Poblana

¡Ponemo bien con Diosa!

¡Periquillo cómo tiemblas!

(Sale don Amador con armas)

Amador. En la vecina espesura

prontos los caballos quedan.

Entra, Periquillo al punto

y procura con cautela

avisar a Angela.

Periquillo. ¡Bueno!

Ecape por donde pueda

vosante. Por que ya viene

enrrabiada cagayera

ja matarlo.

Amador. ¿Cómo?

Periquillo. Juto

que parlamo a la pequeña

siolita tamo oyendo

la siola doña Ansesma

contá amo. Amo furioso

se toma rabias emperra

jura matamo, voanse,

siolita y an Diosa quiera

68

Page 69: La Linda Poblana

si encontramo Periquillo

se quede ra la trsiteza.

Amador. Infeliz de mi.

(Sale doña Ángela por la Hacienda)

Angela. Qué es esto?

Amador. ¿Qué ha se ser querida prenda?

Somos descubiertos. ¡Huye

por la espesura! ¿Qué esperas?

Tu vida peligra. ¡Oh Dios!

Si me amas no te detengas.

Yo el paso disputaré

exhalando en tu defensa

el último aliento. Ya

unos bultos ver se dejan

al reflejo de la luna.

Ocúltate a la presencia

de un padre airado

Angela. ¿Mas cómo?

El susto ¡Cielo, clemencia!

(Quinteto)

Nota: Parece que este interesante paso de cantando, salga con la fuerza que le quiere

69

Page 70: La Linda Poblana

es preciso que los actores lo jueguen con suma viveza moviendo la acción al golpe de

orquesta y situándose de modo que las distintas posturas hermoseé la escena y

persuada a natural ilusión

[Amador y Ángela]:

En un lance tan terrible

yo no sé que debo hacer

El horror, el susto, el miedo

no me deja resolver.

(Voces dentro.)

¡Atalaya, atalaya!

Amador. Ya llegan. Huye.

Huye, mi bien.

Angela [titubeando y alargando las vocales]

Con la muerte tropezando

me aparto, esposo de ti

árboles, peñas, arroyos

tened lástima de mi.

(Vase por la izquierda y por la derecha sale don Sebastián con gente armada

quedándose a lo interior del teatro)

70

Page 71: La Linda Poblana

Sebastián. Allí están. ¡Aleves!

Ahora morireos.

Amador. Detente el paso

mirad lo que hacéis.

Periquillo. ¡Pobre neglito!

¿Cómo ecaparás?

Ya en el pozo meto,

y te librarás.

(Después de haber cruzado el teatro como fuera de si, se hecha en el pozo dejando la

cabeza fuera)

Sebastián. Traidor huesped.

¿Di quién eres?

Amador. El infeliz Amador.

Sebastián. De mi hijo el homicida

hoy me llama la venganza

se me cumplió la esperanza

de matar a quien mató.

Amador. Yo protesto.

71

Page 72: La Linda Poblana

Sebastián. Muera, muera

Amador. Por tu hija.

Sebastián. Muera muera

Amador. Me defiendo

Periquillo. [A parte] Yo me agacho.

Sebastián. Es inútil.

Periquillo. [A parte] Yo me escondo.

Amador. Haciendo testigo al cielo.

No poderos contener

el plomo lo sabrá hacer

suele el furioso estallido

(A dos golpes de orquesta, disparará dos trabucos y cae uno adentro del

acompañamiento de D. Sebastián)

Sebastián. Con sus armas uno ha herido

tirad vosotros también

apuntad al bulto bien.

Fuego, fuego, disparad.

72

Page 73: La Linda Poblana

(A otros dos golpes, tiran los de don Sebastián y cae don Amador metido metiendo

mano al sable)

Amador. ¡Ay infeliz! Con el sable...

Si pudiera... ¡Triste hado!

Periquillo. Periquillo ta mojado

e ma de temor tirita

(Furia)

Sebastián. La media venganza

está conseguida

vamos que otra vida

pretendo acabar.

Vamos a buscar

una infame hija

hoy mi brazo rija

tan sólo el furor

(se va por la izquierda con su gente y sale del pozo Periquillo)

Periquillo. Ya se fueron. Cagayera.

Morió ¿qué hará neglo angora?

Valemo ya la siola

porque la vida no perda.

73

Page 74: La Linda Poblana

(Vase por la Hacienda)

Amador. Entre mi sangre anegado,

no puedo ¡Ay Dios!, alentar,

Ángela, voy a expirar.

Muero por ti. ¡Qué dolor!

¡Ay de mi!

(Dentro [voz de Angela])

Ángela. Ay de mí.

Amador. Ay de mi

Angela. Ay de mi.

(Desmáyase son Amador y sale doña Angela por donde entró con el siguiente

recitado)

Angela. Un lastimoso acento de mi amante

me saca vigilante

de la espesura donde me ocultaba

¡Fuiste desventurada!

¡Infeliz dolorida!

Si mi esposo murió, no quiero vida.

Mi pie trémulo, un bulto ha detenido,

y el corazón del pecho se ha salido.

¡Amador es! ¡Bien mío!

¡Recóbrate! ¡Acabo! ¡Destino impío!

74

Page 75: La Linda Poblana

(En acción de quererlo sostener, saca las dos manos ensangrentadas a cuya vista

dejándolo, se horroriza con los extemos que corresponden)

(Aria)

Este espectáculo horrendo

excite la compasión

delirante mi pasión

implora la humanidad.

Mis manos de humor sangriento

salpicadas ¡Cielo! Exclaman

que los hombre no se aman

y huye de ellos la piedad.

(Furia)

Tiranos impíos

alevosas fieras

venid que mi pecho

el cuchillo espera.

Quitádme la vida.

¡Bárbaros! ¿Qué intenta

el rencor, la ira

la rabia y la ofensa?

¡Noche infausta!

¡Noche negra!

75

Page 76: La Linda Poblana

De linda panteón tus somrbas sean.

(Sale don Sebastián por donde entró con los suyos y doña Anselma por la Hacienda)

Sebastián. Llegad todos.

Anselma. Gente, esposo.

Angela. ¡Ah, matadme!

Sebastián. ¡Morirás!

Anselam ¡Esta inocente súplica

no te pierdas, Sebsatián!

Sebastián. ¡Ah, viles! ¡Temedme!

Angela. ¡Padre impío! Aquí, aquí

tiene el pecho.

(Vuelve don amador en sí y arrastrándose a los brazos de doña Angela)

Amador. ¡Ay de mi!

Esa voz pudo animarme

Angela. ¿Amador?

Amador. ¿Linda?

76

Page 77: La Linda Poblana

Sebastián. ¡Perversos!

Angela. Esposo.

(Duo de doña Ángela y don Amador)

Toma los brazos

estrechados en sus lasos

acabemos de morir.

(Los separa don Sebastián y los arroja entre su gente)

Sebastián. Divididlos, apartadlos

en dos cuartos los pondréis

de la hacienda. Ya entendéis

obedeced a mi voz.

Insolentes, atrevidos,

allí penad, mientras pienso

el castigo más inmenso

a una culpa tan atroz.

(Doña Ángela y don Amador, duo)

A Dios, a Dios mi dueño

a Dios a Dios mi prenda.

77

Page 78: La Linda Poblana

Sebastián. Mas su vista no ofenda

mi encono y mi rencor.

(Todos )

Y en esta ansia, este dolor

amargura y desconsuelo;

dadnos favor Santo Cielo.

Suspende tanto rigor.

FIN DEL ACTO PRIMERO

ACTO SEGUNDO.

En la perspectiva del anterior. Noche obscura sin la luna. Don Sebastián sentado

como en el [primer acto]

Sebastián. ¡Noche larga! ¡Prolongado

caos a donde batallan

mis confusiones! Jamás

los filos de las desgracias

probé como ahora. Todo

me agita, me desespera.

La imaginación inquieta

no me consintió que hallará

un leve alivio en el sueño.

Y así mucho antes del Alba,

salí a este sitio, buscando

78

Page 79: La Linda Poblana

concavidad necesaria

a mis suspiros. Un hijo

asesinado, me clama

sin cesar. En tanto tiempo

que su pérdida lloraba,

hasta hoy no supe sentirla.

La herida está renovada

y tan presente me pone

su imagen que intento hablarla

Expirar le veo, si,

y entre las mortales ansias

me pide favor. Espera

querido Antonio dël alma

Deten, traidor, ese acero.

En este pecho descarga

el fiero golpe. ¡Alevoso

huesped! ?Cómo simulabas

el delito! ¿Cómo astuto,

tanta virtud afectabas?

Llegó tu castigo. El cielo

que los crímenes declara,

candado de tolerar

el tuyo hizo le encontrara

un padre ofendido. Teme

los rayos de su venganza.

Pero una hija... [cambio] ¡Hija infame!

¡Perversa mujer! Liviana

79

Page 80: La Linda Poblana

destructora de mi honor!

¿Cómo pudiste insensata

dejar seducirte de un

vil ladrón y alucinada

consentiste irle siguiendo,

abandonando la casa

de tus mayores? ¿Tu propia

sangre, no se horrorizaba?

¡Inadvertida! ¿Qué premio

qué recompensa aguardabas

de ese impío? ¡Ah, en el momento

que su astucia te alejara,

fuerzas trágico despojo

de su intención depravada.

Después que en la soledad

de tu honestidad triunfara,

y cebase su codicia

en las joyas, ocultara

con tu muerte de su culpa

los indicios, ¿Dónde hallaras

favor? ¡En una me abrazo!

Mas si el deseo no engaña,

la autora llega. Amanece.

¡Día cruel! ¡La mañana

más terrible! Cuando todos

saludaban la deseada

luz, y dan los parabienes

80

Page 81: La Linda Poblana

a su hermosa alborecida,

yo en endechas tristes, puedo

exclamar entre mis ansias.

(Pastorela)

(Mientras su duración, va amaneciendo con la naturalidad posible en los grados de

iluminación. [Se oyen gorjeos] de pájaros)

Aquella luz que nace

y cubre el horizonte,

pronto de valle y monte

alegrará el verdor.

Las plantas brillan

con el rocío,

y al pecho mío

da más dolor

¡Ay infelice!

Que la luz y la plante mi pena dice

Los trinos y gorgeos

de tantas avecillas

tendiendo las alillas

don indicios de amor.

La flor despide

olor fragante.

En este instante

siento el furor.

¡Ay infelice!

81

Page 82: La Linda Poblana

Que la flor y la ave mi pena dice

Ya corriendo los brutos

al uno y otro lado

rugen porque han hallado

agradable manjar.

¡Los arroyuelos

cómo murmuran!

Mis ansias duran

sin descansar.

¡Ay infelice!

Que el arroyo y la fiera mi pena dice.

Ya salen los pastores

conduciendo el ganado,

que corre alborozado

la esmeralda a pastar.

Ya el sol ardiente

se ha descubierto.

Y yo estoy muerto

de mi pesar.

¡Ay infelice!

Que el sol, y el pastorcillo mi penda dice.

(Representa)

Ya se ha extendido la luz

cuando en tinieblas se haya

mi entendimiento. El tumulto

de males, y la pesada

82

Page 83: La Linda Poblana

carga de mi pesadumbre,

han tenido preocupada

la mente sin resolver

que debo hacer en la extraña

situación en que me veo.

Ese enemigo que causa

todo está algo recobrado,

pues permití le curaran

la herida, para pensar

cómo castigar su audacia.

No merece, no, la muerte

por mi mano, ni era hazaña

en mi poder indefenso

acabar con él. Pensarán

que la pasión y el encono

dirigió mi diestra airada.

Juzgue el tribunal su culpa.

Y en una pública plaza

sirva de escarmiento. Pues

dista tres leguas escasas

de Atlisco esta Hacienda, con

suficiente gente armada,

allí le conduciré

yo propio: daré una exacta

relación a la justicia

de los delitos que agravaban

tal delincuente. También

83

Page 84: La Linda Poblana

aunque sea involuntaria,

llevaré a mi hija, porque

perpetuamente encerrada

en un claustro, no me de

otros pesares. La mancha

voy a disponer. Parece

la idea más acertada

esta. No discurro otra,

ni la prudencia la alcanza.

¡Hijos, hijos! ¡Qué de males

en algunos de disfrazan!

Sustos al nacer; cuidados

al criaros en la infancia;

y en la mocedad, el pago

de una ingratitud villana.

(Vase [por la derecha] y por la Hacienda sale doña Anselma)

Anselma. No parece Sebastián.

Temprano dejó la cama.

Toda la noche no quiso

articular más palabra,

que pedirme le dejase.

¿Cuál será su intención? Nada

me satisface hasta ver

mi victoria declarada.

Una pasión ambiciosa

84

Page 85: La Linda Poblana

sostenida y aparada

del amor. ¡Con qué poder

el humano pecho arrastra!

Don Amador afirmó

no ser reo, si llegara

a verificarse, al punto

la igualdad proporcionara

conveniencias. Los empeños

de familia tan hidalga

consiguieran que mi esposo

con Angela lo casara.

Entonces ya sin remedio

acababa una esperanza

lisonjera. ¡Ah! Prevengamos

medios de no malograrla.

¿Pero cómo? Solamente

el que mi discurso alcanza

es el único... Terrible,

atroz, cruel y de tanta

impiedad, que se horroriza

la naturaleza humana.

Pero esto ha de ser... Mi dicha

tan solamente embaraza

una persona. Pues muera.

Acabemos con la hijastra

y salgo del susto. El modo

que hallaré para matarla

85

Page 86: La Linda Poblana

debo proyectar, sin que

se conozca que mi saña

fue agresora del delito.

En mis gavetas se guarda

un poco de solimán

que para hermosear la cara

trajeron. Este molido

y mezclado con el agua

medicinal que la dan

para poder aliviarla

del mal que padece, hará

mi culpa disimulada.

Para evitar las sospechas,

y que criado o criada

no lo advierta, me valdré

del esclavo; su ignorancia

jamás podrá conocer

lo mismo que se le manda.

Además que como ha sido

de toda la confianza

de con Amador, ninguno

ha de pensar cosa es clara,

que de él me valí; y aún cuando

algo el negro penetrara:

¿Qué crédito le han de dar

contra mi? Ea, ¿qué aguarda

mi resolución? El tiempo

86

Page 87: La Linda Poblana

es precioso, y se malgasta

en inútiles discursos.

La mujer determinada

escomo el rayo, aún no se oye

el estrépito que causa

y y a hizo el estrago. Vamos

a poner mi idea en planta.

¡Periquillo, Periquillo!

¡Ven hijo!

(Sale Periquillo de la Hacienda)

Periquillo. Siola. ¿Qué manda?

Anselma. Ya está perdonado. No,

no temas, Perico, nada.

Yo hablé por ti. Cree que todos

te estimamos.

Periquillo. Juto grazas

damo Periquillo e samo

como neglo ya las plantas

Anselma. Aguárdate aquí un momento,

porque quiero que me hagas

en recompensa, una cosa

que voy a encargarte.

87

Page 88: La Linda Poblana

Periquillo. Manda.

Vosancé: semo esclavo

e servimo la siola Ama

Anselma. Sí, Periquillo. Mas mira

que a nadie digas palabra

de lo que vas a hacer. Cuenta.

Aquí un instante me aguarda

hijito.

(Vase por la Hacienda)

Periquillo. ¿A neglito angora

hejito siola branca?

Juro an cielo juici perda.

Otronamo Diablo Santa,

o Perequillo bebemo

el aguardiente de caña

e llamo borracha. Cremo

soñamo ¿Ma por qué encargartecallamo? ¿Apuesta neglo,

que caimo ya la trampa,

enagañamo con llameras

e mandamo cosa mala?

Torna pronta... An diosa quiera

salimo bien de ta andanza.

88

Page 89: La Linda Poblana

(vuelve doña Anselma por donde entró )

Anselma. Toma, Periquillo, muele

esta piedrecita blanca,

que es para un medicamento

hazla polvo. En la caja

que de doy, échalos. Luego,

pon cuidado al entregarla

no nos vean. Ten también,

es[t]os cuatro pesos guarda

para ti. Yo te daré

más, si lo haces y callas.

Periquillo. Ta bien, Siola

Anselma. Hasta luego.

Pronto, pronto sin tardanza

haz lo que te he dicho. ¡Oye!

Esa piedra es muy amarga

y hace daño si la comen

no te atrevas a probarla.

(vase por la hacienda)

Periquillo. Regalamo la siola

tenemo guardamo plata.

Ma perdamo, proque dice

89

Page 90: La Linda Poblana

no probamo pedra blanca

Periquillo ta curioso.

La boca hacemo aguas.

¿Qué será? Probemos lengua

ya cosas acibaradas.

(Prueba el solimán y empieza a hacer extremos graciosos, escupiendo y arqueando;

mirándolo con sumo espanto)

¡On diosa! Pica, repica...

Boca temo enchada

ojo sudamo; e queremo

reventar tuta la entraña.

¡Periquito, ta vineno!

¡Sorimán damo diablada

siola! ¿Angora qué hacemo?

No sabemos a quien trata

matemo; an damo bebida

que morirá invenenarara

consultamo e conmigo

hagamo parlamentario

no perdamo ya el neglito.

Tu ira, tuto rabia

con conagayera me amo

samo, porque namorara

tamo de la siolita.

E su la Anserma la mata

90

Page 91: La Linda Poblana

Perequillo yuda. ¡Malo!

Justicia venimo. Manda

prender neglito: neglito

hamo caido la trampa.

Llamo confesión. Diciendo

ven Perequillo beyaca:

Tú mataste cagayera...

Negamo... me dan matraca...

Al fin decimo: Es cierto

sentenciamo para el plaza (?)

en torca (?) andemo ¡Qué medo

tenemo! Ya la mañana

sacamo engalanado

tuta gente ta armizada;

vemo Perequillo bene

ya su buro ben snetará

rodado compañamento

po elante e po el zaga.

Sona trompeta: grita

pregonera ya en voz alta.

(Aire patético, imitando el pregón precedidio de clarín)

Rey manda – nuestro siolo-

Al neglito -Po traidora

homecido -matadora

demo -muerto- capetal

91

Page 92: La Linda Poblana

(Andante espacioso)

Campaneya resonamo

gritamo su careda:

hacemo bien po neglito

que sacamo justicia.

(a golpes de toda orquesta)

Subimo forca -

hacemo gesto -

estamo arriba -

verdugo presto.

Juta la gente

lástima vendo

comendan alma

po no perdemo

damo el salto

preta percuezo

gra.. gra... gra... gra.. Sacamo

la la [sic] lengua. An Diosa tamo.

(Alegro)

No Periquillo

92

Page 93: La Linda Poblana

no puede ser

tenemo tempo

a resolver.

Guarda de aquesto, guarda

neglito atende

si matamos cochillo

cochillo ofende.

(Representa)

¿Con quén consultamo turo

que sabemo? Presionada

cagayera, tamo bendo

po aquella reja baja

Llamemo. Piojo, siolo

Perequillo ta gitada

solo tamo.

(Sale don Amador a una rejja que tendrá un costado de la Hacienda)

Amador. Periquillo

¿Qué quieres?

Periquillo. ¿Cómo tayas

de copetazo25?

25 Es decir “escopetazo”

93

Page 94: La Linda Poblana

Amador. Mejor.

No fue el golpe de la bala

mortal

Periquillo. Graza damo an Diosa

Amador. ¿En fin, para qué me llamas?

Tu lealtad sé. Dime, amigo:

¿Qué ocurre en aquesta casa?

¿Doña Angela dónde está?

Da consuelo a mis desgracias.

¿Qué sucede?

Periquillo. No sabemo

de siolita que guarda

e centinela estorbamo

paso neglito. Ma salva

vida, poque damo muela

soliman. Cuenta tomada

pica, repica, e morimo

entre furia enrrabiada

consultemo ya el veneno

miramo. Creemo prepara

a vosancé. ¿Cómo aremo

consejera necesaria

pedimo Perico.

94

Page 95: La Linda Poblana

Amador. ¡Cielo!

¿Quién di preparar te manda

eso?

Periquillo. La siola Anselma

y que callemo encarga

Amador. No creas es para mi

la confección inhumana

conozco a fondo el carácter

de esa mujer. Su malvada

intención, es dirigida

contra la inocente hijastra.

A ella va el tiro. Te estimo

la lealta y confianza.

Dame el veneno. Estorbemos

Perico, tragedia tanta.

Periqullo. Estorbemos. Toma silo

soriman. Ma sipola llama

pidiendo polvos. Perico

¿Qué decimo?

Amador. Óyeme. Anda,

y de la piedra tecal

con esta porción iguala

otra; muélela y al punto

95

Page 96: La Linda Poblana

se la entregarás. No hay nada

que recelar que en el peso

y el color, si semejanza

de que has cumplido el encargo

la dejara asegurada.

Periquillo. Andemo a hacer lo que dice

vosancé. Ma e beyaca

la siola. Periquillo

tememo que al engañarla

cuando queramo dar perra

volvamo caldada gata.

(vase)

Amador. ¡Impío rigor! ¡Cruel tremenda

resolución temeraria!

Intereses cuantos delitos

entre los humanos causas

muchos pechos obligados

de la humanidad, consagran

a tus obsequios altares

ofreciéndote en sus aras

con idolatría, el humo

que incesantemente exhala

el crimen, el homicidio

96

Page 97: La Linda Poblana

falsedad, cautela y trama.

¿Qué quieres de mí, destino

infeliz? ¿Aún no te cansas

de perseguirme? La vida

mísera que me acompaña.

Solo me has dejado. No

la quiero. Con ella acaba

y completa de una vez

tu ardiente implacable saña.

(Retírase y sale don Sebastián por donde entró, con cuatro hombres armados. Y

haciéndoles seña entraran en la hacienda)

Sebastián. Ya está todo pronto. Voy

a la ejecución pensada

(Sale doña Anselma por la hacienda)

¿Pero Anselma?

Anselma. Sebastián amado, esposo del alama

sino has de enojaste intento

me concedas una gracia.

Sebastián. ¿Qué quieres?

Anselma. Angela tu hija

en lágrimas anegada

desea hablarte. Yo te pido

97

Page 98: La Linda Poblana

accedas a sus instancias.

Al fin la he querido. Siento

como propias sus amargas

congojas. Aqueste alivio

dala a la desventurada.

Sebastián. No me la nombres ¿Tendrá

aliento de ver la cara

a un padre tan justamente

indignado?

Anselma. Nuestra humana (con mucha afectación)

fragilidad está siempre

sujeta al error. Repara

su dolor, aquele llanto

en que mis ojos se bañan...

¡Óyela!

Sebastián ¡Cómo conozco

tu virtud! Imaginaba

la perseguías; y ya

con tu piedad desengañas

mi conocimiento. Esposa

¡ojalá que se encontrara

en Ángela un corazón

como el tuyo! Ve a llamarla

Aprenda de ti la cruel

98

Page 99: La Linda Poblana

a estimarme.

(Sale Periquillo atravesando el tablado, haciendo señas a reserva y enseñando la

caja a doña Anselma, se entra en la hacienda, yendo está a seguir le vuelve.)

Anselma. Has de tratarla

sin rigor. De su accidente

continuamente asaltada

se mira. La compadezco.

Por consigo aliviarla

aquí mismo la traeré

la bebida, que le manda

el médico, cuando está

de sis males agravada .

Ahora es ocasión. La pena (a parte)

agitación, susto y ansias

al tosigo aumentará

el efecto, sin que hagan

sospecha, fui agresora

de su muerte inopinada

A buscar hice al esclavo

mi victoria está cercana.

(Entrase en la Hacienda)

Sebastián. ¡Qué candidez! Es mi Anselma

espejo, dechado y mapa

99

Page 100: La Linda Poblana

de las mujeres. En todo

el orbe no se encontrara

si se buscase persona

tan amable. Está dotada

su alma generosa de

las prendas más elevadas.

Angela se acerca. ¡Oh, cielo!

Mis justas iras aplaca

un momento.

(Sale de la casa doña Angela, muy temerosa y al volver a verla Don Sebastián

exclama tapándoe el rostro con la mano)

Angela. ¡Ay, infeliz!

Sebastián. Llegare ¿Por qué te pasma

la vista de un padre? Llega.

Descubre el rostro. Con clara

y serena frente mira

a quien se ve por tu causa

entre tormentos. ¡Ah! Yo

te di el ser, ¿cómo me pagas?

Acércate.

Angela. ¡Padre mío!

(Se arroja a sus pies y don Sebastián la hace levantar)

100

Page 101: La Linda Poblana

Sebastián. Levántate. No humillada

simule la traición. Sabes

la ofensa. No he de acordarla.

¡Miserable! Si viviera

tu madre, se sepultara

otra vez por no mirar

el delito infame. ¡Cara

experiencia de un amor

forzoso! Di. ¿No te pasma

retribución tan odiosa,

voluntad tan mal pagada?

¿Qué quejas tienes de mi?

¿No procedí en tu enseñanza

generoso y compasivo?

Jamás hallaste mudanza

en los tiernos paternales

cariños. Tú meditabas

acabar con mi vida. ¿Ignoras

la no medida distancia

de un proterbo a la ternura

del padre sensible que ama

con quilates excesivos

su noble prole? Dudara

tu culpa, sino la viese [Hubiese]

por mi mismo comprobada.

Me echizaste con los juegos

101

Page 102: La Linda Poblana

pueriles cuando las gracias

eran ídolo imperioso

de mi aflicción. ¿Quién pensara

naciere del regocijo

consecuencia tan extraña!

¿Es forzoso que se hospede

la ingratitud a la espalda

del benificio? No pienses

que mi intención despedaza

el propio interés. El tuyo

mismo anhela el que clama

contra ti. Tiene una hija

quien no quiere malograrla:

todo su conato pone

en servirla, regalarla

para que logre un iniquo

seducirla y sujetarla

a una esclavitud continua

donde acabe despechada.

En fin dejemos discursos

que unos a otros se embarazan

y supuesto que tendrás

tu culpa refleccionada,

dime lo que quieres.

Angela. Padre,

todo lo conozco. Embarga

102

Page 103: La Linda Poblana

mi voz la vergüenza. Sé

cuando he procedido ingrata

a vuestro cariño. Os pido

perdón de mi temeraria

resolución. Mas la enmienda

lograra dejar borrada

una intención que detesto.

Estoy pronta y resignada

a vuestro preceptos. Sea

un convento mi morada

perpetua. Lo que antes yo

resistía y reprobaba

abrazo gustosa. Sólo

de vos un favor aguarda

esta humildad. Ese joven

que en vuestro poder se halla

con el falso sobrescrito

de reo, creo le infaman

sin razón. Dejadle libre:

pues su destino...

Sebastián. Ea calla.

¿Tú te atreves a pedir

por él? Di, ¿no te retrata

la fantasía a un hermano

desangrado entre las ansias

mortales? ¿No te horrorizas

103

Page 104: La Linda Poblana

contemplando su malvada

enormidad?

Angela. No señor.

En el delincuente estampa

la culpa ciertos indicios

que no pocas veces engañan.

Ves su tranquilo semblante

y hallaros señales varas

de su inocencia. Amas de esto,

mi crédito peligraba

en su castigo: se hiciera

público y también la causa.

Sería mi honor sin duda

víctima que fluctuara

de lengua en lengua y el vulgo

del todo a mi me culpara.

Compadecedme.

(Sale doña Anselma por la hacienda con la bebida)

Anselma. Aquí está la bebida ,

Angela amada.

Tómala y le ruego al cielo

que con sus efectos, tantas,

angustias termine. Esposo

basta ya ¿Por qué maltratas

104

Page 105: La Linda Poblana

tanto a mi hijita? ¿no ves

lo afligida y congojada

que la tienes? ¡Vida mía!

Esjuga el llanto. ¡Mal haya

tanto pesar! En mi rostro

esas lágrimas derrama.

Bebe, querida.

Angela. Señora!

Un breve instante dejadla

hay que yo la tomase.

Estimoos mucho esa hidalga

atención.

Sebastián. Retírate

Anselma, que es de importancia

un asunto, del cual luego

te informaré.

Angela. Incomodada

no estéis con el vaso. Sobre

el poyo ponedle.

Anselma. Vaya.

Mas no dejes de beber

el medicamento. Aguarda

mi afecto, te restablezcas

105

Page 106: La Linda Poblana

para siempre de la infausta

dolencia que te acomete

y los sentidos embarga.

Pronto, aborrecible objeto (aparte)

darás tributo a la parca.

(Vase por la hacienda)

Sebastián. Aprende en ese dechado

la caridad que la ensalza.

Y volviendo a nuestro asunto

responderé a tu demanda:

No solamente ese hombre

derramó mi sangre, acaba

de cometer otro absurdo

más sensible. En confianza

de mi favor se atrevió

al respecto de esta casa

y al honor dël dueño. ¡Ah impío!

Angela, en vano te cansas.

Así como de tu padre

estás, hija, perdonada

por tu resolución cuerda,

un vil, irá sin tardanza

al poder de la justicia

pues las leyes agraviadas

106

Page 107: La Linda Poblana

reclaman satisfacción

que yo no puedo escusarla.

(Sacan a Don Amador entre cuatro hombres que lo traen amarrado y cubierto el

rostro con el paño de sol. A esta vista suspira doña Angela y se estremece)

Aquí le conducen. Vamos.

En el momento prepara

tus cosas para marchar

en mi compañía. Entramabas

diligencias voy a hacer:

dejarte donde te llama

el mejor Esposo y dar

a los jueces de su causa conocimiento.

Angela. ¡Oh, Dios mío!

En mi corazón derrama

este espectáculo un yelo [así para mantener la rima]

que el aliento me desmaya.

Padre, padre si tenéis

compasivas las entrañas,

oídme, siquiera porque

es la última vez que os cansan

los ruegos de aquesta hija

infeliz y desdichada

(Con los extremos que corresponde como fuera si, canta el siguiente recitado)

107

Page 108: La Linda Poblana

Si con toda mi sangre, con mi vida

puedo firmar no es este el homicida

que a mi hermano dio muerte;

en tan terrible trance, en mal tan fuerte

rómpase este pecho atormentado,

herido, traspasado

derrame arroyos de coral viviente,

y no se dé castigo al inocente.

(Aria)

Contemplad que la venganza

os inspira esa crueldad,

y es fuerza que la piedad

tal ejecución resista.

Mis amargos desconsuelos,

y mis lágrimas, mirad:

¡Padre! ¡Fallezco! Amparad

a quien muere. ¡Dios me asista!

(En la segunda parte ha ido desmayando la voz por grado hasta al fin que cae como

amortecida sobre el poyo)

Sebastián. ¡Hija! Mortal ha caído.

El accidente postrada

la ha dejado

108

Page 109: La Linda Poblana

Amador. ¡Justo cielo!

¿Para qué una vida guardas

tan infeliz? ¡Amador,

Linda espera, y tu no acabas!

Sebastián. Este acaso, en otro pecho

puede ser que originara

flaqueza: mas mi tesón

inflexible, no acobardaron

sus estremos [sic]. Entre dos

allá dentro retirada

hasta que se cobre. Pero

vosotros con vigilancia

guardad ese infame.

(Entre dos la entran en la Hacienda)

Al punto

que vuelva en sí, hice a sacarla

para el camino. Una idea

constantemente adpatada

por mi capricho, jamás

ha de padecer mudanza.

(Sale criado por la Hacienda)

109

Page 110: La Linda Poblana

Criado. Señor. Allí un caballero

capitán de apearse acaba.

Dice que le deis permiso

de hablaros. Según declarándose hijo vuestro.

Sebastián. Animal

¿Deliras? ¿Es es lo que hablas?

¿Hijo mío? Tú estás loco

¿cómo dijo se llamaba?

Criado. No sé.

Sebastian. ¡Bruto! Ve y al punto

que llegue, veré quién trata

burlarme.

Criado. Ahora lo sabreis.

(vase)

Sebastián. ¡Esto solo me faltaba!

Algún tunante. Si yo

no tuve en mi dilatada

edad más que al malogrado

primogénito, ¿quién traza

prohijarse, y acabar

con la poca tolerancia

que me ha quedado? Allí viene.

110

Page 111: La Linda Poblana

Salgamos de duda tanta.

(Sale Don Antonio muy bizarro de capitńa de Dragones, graduado de teniente

coronol y con hábito a cuya vista queda don Sebastián asombrado.)

Antonio. ¡Padre mío!

Sebastián ¿Cómo? ¡Cielos!

¡Querido Antonio del alma!

¿Eres tú?

Antonio. Yo soy, sñor.

Mis brazos os satisfagan.

(Estrechándose los brazos tiernamente)

Amador. [aparte] ¿Será verdad? Esta voz

conozco y me despedaza

la duda. Más callaré

hasta ver en lo que para.

Sebastián. ¡Deja que mi asombro admire

tu vista! O eres fantasma

de mi pasión o mi pena

finge delirios. Lloraba

tras lustros tu muerte. Yo

111

Page 112: La Linda Poblana

propio, miré bañadas

las ropas en sangre. ¡El pasmo

embaraza las palabras!

¿Tú vives y te apareces

tan lleno de honor? Aclara

mi duda... Vuelbe a mi pecho

¡Ay hijo de mis entrañas!

¿Cuándo tenía de verte

perdida ua la esperanza?

¿Cuando al creído delincuente

en mi poder lo juzgaba,

que ese que ves y así

a la prisión caminaba,

resucitas? El placer

o me enloquece o me mata.

Antonio. Este será uno de aquellos

viles que con tal ventaja

me acometioeron. ¡Ah indignos!

Admire aqué la distancia

de la virtud al delito;

y cuando a quella colmada

está de premio, vea este

confundidio en la desgraciad.

Dadme la licencia que tengo

de descubirle la cara.

112

Page 113: La Linda Poblana

(Descubre a Amador y así que lo reconoce lo abraza con el afecto más tierno)

Infeliz ahora, ¿Qué miro?

¡Amador!

Amador. ¡Antonio!

Los dos. ¡Oh, sacra

providencia.

Sebastián. Cada vez

mi confusión aumentada

me sorprende. ¿Cómo así?

Antonio. Señor. ¿Qué malicia insana

pudo infamar la inocencia

para verla? Pero aguardabasque primero aquelstos lazos

mis propias manos desahogan.

No opriman a un otro yo;

a una amistad realizada.

Al último grado. Aín hombre

por quien fino derramara

toda mi sangre. ¡Amador!

¿Qué estrella tan inhumana

así te puso?

Amador. El engañao

113

Page 114: La Linda Poblana

la sospecha temeraria

de haber sido tu homicida.

Quince años por esta causa

he padecido. No importa.

Viviendo tú me son gratas

las penas , las aflicciónes

los trabajos y desgracias.

Antonio. Yo he sido aunque involuntario

tu tirano. No pnesaba

las concecuencias funestas

del silencio que guardaba.

En fin, ya te hallas conmigo.

Sabes mi fineza rara,

y [cambio] Pero padre y señor

¿dónde está mi bella hermana?

Sebastián. Con mi esposa. Que otra vez

me casé, hallando una santa

por mujer; virtuoso, humilde

y admirable. Adentro se hallan.

Y otra hermanita, nacida

en tu ausencia dilatada.

Mas hijo mío, primero

que a sus tiernos brazos vayas

te pido por el amor

que nos une, me deshagas

114

Page 115: La Linda Poblana

las tinieblas del discurso

dándome noticia exacta

de dónde has andao y cómo

lograste condecoraran

esas insignias que ostentas

a tu persona bizarra.

Amador. Y si mi amistad añade

algún valor ala instancia

paternal, Antonio amado

haz lo que tu padre manda.

Antonio. No es posible resistir

dos afecto que me arrastran.

Oid mi peregrina historia

en breve recopilada.

Ya te acuerdas me dejaste

en los montes de Jalapa

cuando me aparté de ti

quiado de una lozana

juventud que a veces corre

sin freno inconsiderada.

No hube andado el corto trecho

de una media legua escasa

para mostrarme el supremo

115

Page 116: La Linda Poblana

Juez como le desagrada

la inobediencia en los hijos

a los padres. ¡Quién pensara

que la pena está en la culpa

ciertamente disfrazada!

Yo lo vi, pues, al medir

los senos de una barranca

soy sorprendido de cuatro

salteadores que amenazan

con resolución mi pecho

pidiendo lo que llevaba.

Bien fuese la pesadumbre

que iba conmigo la airada

turba de pasiones o

noble valentía heredada

me hizo poner en defensa

con intrépidez gallarda.

Pero en vano pues cediendo

el valor a la ventaja

me amtaron el caballo

cuando la tierra bañada

con su sangre y con la mía

hizo lecho de escarlta

a su triunfo y mi desmayo.

Si nque a piedad obligara

verme cubierto de heridas

116

Page 117: La Linda Poblana

hasta de la ripa blanca

me despojaron e impíos

penetrando la intrincada

espesura me llevaron

arrastrando. Asegurada

ya con la soledad la escena

de su atrocidad malvada,

en un tronco me ligaron

para sí presenciara

el repartimiento que hizo

su codicia vil y baja.

Observé cómo mis ropas,

por estar ensangrentadas

despreciaron, pues su culpa

patente manifestaban.

Dejáronme moribundo

y con bárbaras risadas [risas]

fueron celebrando verme

en las postrimerías ansias.

Llegó la noche cubierta

de lóbregas nubes pardas

arrojando de su seno

rayos y diluvios de agua.

Contemplad mi situación

que yo no basto a pintarla.

Sólo dice que a las fieras

117

Page 118: La Linda Poblana

con tristes voces llamaba,

para que la poca vida

que tenía me quitaran

por no padecer. Así

estuve hasta la mañana

en que unos pobres arrieros

por la espesura buscaban

una mula. Me encontraron

y turbado se mostraban

en sus compasivos ojos

la lástima que cusaba

el espectáculo trsite

que mi destino enseñaba.

Desatáronme, creyendo

que en el momento espiraba.

Entre sus brazos me llevan

al hato. Sobre una carga

acomodado conducen

mi persona maltratada

a la villa, donde tuve

quien apiadado curara

mis heridas. Afrentado

de mirar en lo que paran

la fuga e ingratitud,

volver no quise a la patria,

antes ocultando el nombre

a nadie comunicaba

118

Page 119: La Linda Poblana

mi nacimiento. Ya sano,

fui a Veracruz. La escasa

fortuna me precisó

a que en los barcos tomara

partido y de marinero

crucé aqueñ puerto a España.

Muchos viajes hice: dos

al Perú; cuatro a la habana,

y unao a China. Pobremente

así mi vida pasaba.

Cuando estando en Cadiz, supe

que varios búques se armaban,

por estar contra el Inglés

ya la guerra declarada.

Incitóme la ocasión

a que mi aliento mostrara

el crío heredado; al punto

en una veloz Balandra

me acomodé y salí al corso

a que estaba destinada.

En el crucero que hicimos

de San Vicente a Canarias

Tomamos dos presas. Con

las cuales, alegre, manda

el capitán regresemos;

Mas la siguiente mañana

casi a la vista de tierra

119

Page 120: La Linda Poblana

notamos, no daba cara

un bergantín, superior

en tripulación y en armas.

Huir quisimos pero en vano,

pues su ligereza alcanza

ganarnos el barlovento

colocándose a distancia

de combatre. Nuestro jefe

animoso se preapra

a la defensa sin que

su valor intimidara

fuerza desigual Allí

de la Española arrogancia

conocí, el precio, señor.

Al impulso de la bala

de cañón, los masteleros

vergas, costado y jarcia

se destrozan: cubre el humo

la esfera. El grito espanta

al oído. Los quejidos

de los heridos traspasan

el corazón y la ira

en los rostros estampada

patentiza el gesto horrendo

de gentes encarnizadas.

120

Page 121: La Linda Poblana

Al punto de irnos a pique

estábamos con la falta

de media tripulación

muerta y el resto contaba

más heridos que en fatiga

cuando la Inglesa Jactancia

intima. Que sino arriamos

pabellón, no sepultaba

en el mar. Un viva el Rey

fue la respuesta yc on andia

procurar el abordage,

que consiguió nuestra rtabia.

Por tres veces rechszamos

manejando el arma blanca

los enemigos; haciando

yo y otros dos camaradas,

en la tercera, la acción

heróica y desesperdad

de brincar solos los tres

sobre la nave contraria

en el tiempo que un acaso

a entrambos buques separa.

Rodeados de los Ingleses,

no quedaba otra esperanza

121

Page 122: La Linda Poblana

que morir matando, fiando

a los cuchillos la hazaña

mas increible, pues hechos

leones sobre el Alcázar

un enemigo a los pies

era cada puñalada.

La multitud hizo viera

(sin que su valor les valga)

caer a mis dos compañeros

espirando. Me jugaba

lo mismo, así no intenté

salvar mi cuerpo, esperaba

descubierrtp el yerro, por

averigüar al que daba.

Treinta y siete hombre hicimos

muriesen y no es extraña

la suma, cuando el despecho

más que el poder peleaba.

Desangrado en fin, cedí

al desaliento. Entre tantas

víctimas, el vencedor

su cadavérica cama

formó y en un parasísmo

sumergido, hizo gran pausa

esta vida. Vuelvo en mi

y veo que me llevaban

122

Page 123: La Linda Poblana

los espñoles a echarme

al mar por difunto. Paran

la ejecución cuando nottan

que aunque poco, respiraba.

Reconcóceneme encontrando

catorce heridas que exalan

rojo humor por cuyas bocas

mi ilustre gloria clamaba.

Curándome me contaron

que la embarcanción contraria

por atender al peligro

ionterior embarazada

su fuerza dejó batirse

con conocida ventaja.

Arrió bandera, quedadno

así perfecta la hazaña.

Llegamos a Cádiz, donde

de que sanase dudaban

los facultativos, pero

obrando en todo la Sabia

Providencia a pocos días

combalecí. Llegar carta

del primer ministro, donde

por una R[eal] orden, amnda

al governador me envíe

a Madrid porque deseaba

su magestad conocerme

123

Page 124: La Linda Poblana

¡Qué dicha tan no esperada!

Al momento enajenado

volé a los pies del monarca.

Recibióme con agrado

y más que lo acompañaba

nuestra Reyna. Preguntóme

mi calidad, nombre y patria.

Contele todo el suceso

sin que nada reservara.

Díjome de mis vasayos

premiso el mérito. Ya te hallas

capitán y tendré

presente. La sobrerana

añadió: yo te concedo

otro grado que acompaña

un Hábito, porque inflame

tu valor en las batallas.

Su favor inesperado

a mi modestia dio alas

para suplicar me hiciesen

sus majestades la gracia

de servir en regimientoi

donde la dicha lograra

de vez mi familia: al punto

que se me destine mendan

a los gradones del reyno.

El deseo hizo abreviara

124

Page 125: La Linda Poblana

navegación y camino;

para que un hijo qu ema

a su padre, logre ufano

ofrecer hoy a sus plantas

honor, insignias, empleo

méritos, glorias y fama.

Sebastián. Vuelve a mis brazos dichoso

Antonio en mis ojos sacas

ternura.

Amador. ¡Peregrina

Historia!

Sebatián. Quedar grabada

debiera en mármo. Tú solo

has ilustrado esta casa

por ti mismo y te haces digno

de inmortales alabanzad.

Entra pues, verás mi esposa

y alegrarás tus hermanas.

Id los dos que yo me quedo

a disponer que se hagan

regocijos, celebrando

con júbilo tu llegada;

y a pensar en otro asunto

que conviene porque salgan

125

Page 126: La Linda Poblana

de los sustos más tiranos

las venturas más estrañas.

Antonio. Amador, vamos.

Amador. ¡Con qué

gozo! Oh, sagrada

omnipotencia! ¿Quién puede

penetrar a donde alcanza

vuestra bondad? Fiel os rindo

repetidas alabanzas.

(Vanse por la hacienda)

Sebastián. Amigos llegad, tendreis

parte en mi dicha, notadla.

Corre tú a tu Alisco, ya sabes

que toda la gente Hidalga

y proincipal me conoce.

A toda has de convidarla

para una fiesta que haré

en el día de mañana.

¿Qué esperas? Monta a Caballo

velozmente. Juzgue estabas

ya de vueltas. Oye, oye

a cuantos músicos haya

trae contigo; al padre cura

126

Page 127: La Linda Poblana

y ojalá se trasnportara el vecindario, la iglesia

las torres y las campanas.

Estoy loco. Corre, corre

vuela, apresura y despacha.

(Vase [un criado])

Tú recorre a labradores

todos los de la comarca

diles que vengan a ver

la flor de la Nueva España

al señor capitán, al

más valiente, al que arrebata

la admiración, a mi digno

sucesor. Ve sin tardanza.

(Vase [otro criado])

Suceso tan raro. Si

natural no se mirara,

ninguna idea parece

lo fingiera. Esta muchacha

Angelita, dijo bien,

en verdad no se engañavba

en el juicio que formó

de don Amador. Le basta

ser amigo de mi hijo.

127

Page 128: La Linda Poblana

Para que logre la blanca

mano que anhela y hoy mismo

quede mi hija desposada

a gusto. Pero el contento

tantos movimientos causa

en mi interior, que no sé

qué me da. Pues se me anda

la cabeza... Mozos, hola

¿No habrá alguno que me triaga

un poco de agua? Aquí está

la bebida destinada

a mi Angelita, y pues es

benéfica y necesaria

para dar al corazón

vigor toda he de apurarla.

(Se la bebe y sale doña Anselma de la Haciienda manifestando pesar.)

Anselma. Todo perdimos. Ya

mi resquicio de esperanza

ha quedado... ¿mas qué miro?

¿Qué has bebido esposo?

Sebastián. Esta aguardabasmedicinal

Anselma ¡Oh, Dios mío!

¡Ah, triste desventurada!

128

Page 129: La Linda Poblana

Para matar a tu hija

la tenía envenenada

Sebastián. ¿Qué dices?

Anselma. Con Solimán

molido confeccionada

estaba. Gente, criados

acudid. ¡Oh, desgracia!

Sebastián. ¡Infeliz de mí! Ya ves,

hipócrita, bien lograda

tu malicia. El justo cielo

castiga en mi la ignorancia

de una imprudente pasión

por la misma que la arrastra....

¡Ay de mi! Queridos hijos, venid.

Anselma. Estoy resignada

al castigo. Sólo quiero

la miuerte. ¡Estrella inhumana!

(Se tira con despecho sobre un poyo. Don Sebastián con los extremos y la aflicción

que corresponde empieza el

FINAL)

129

Page 130: La Linda Poblana

RECITADO

Sebastián. ¿En el día más grato, de más gusto

me aguardaba este susto?

¡Ya siento los efectos del veneno!

Y del vientre en el seno

ardores, males, furias tan estrañas [así para conservar rima]

ARIA

Socorredme todos,

pues voy conociendo

que ya estoy muriendo

por una maldad

Venid hijos míos,

venid a mis brazos

entre vuestros lazos

mi muerte mirad.

(Salen de la Hacienda doña Angela, Don Amador, Don Antonio y Periquillo)

Los cuatro. ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

Quién mueve tal ruido?

Sebastián. Veneno he bebido

ya voy a morir

130

Page 131: La Linda Poblana

Anselma. Yo inhumana

por codicia

lo dispuse;

mi malicia

a Angela quiso matar.

(Don Antonio empuña queriendo acometerla; don Amador, lo detiene abrazándose

con él. Doña Angela llena de amargura, se abraza de las rodillas de su padre. Éste

hace extremos de una agitación continua. Doña Anselma se ofrece con desesperación

al rigor. Y periqullo manifiesta graciosamente burlarse del chasco. Todo el lance se

ofrece agradable, jugándolo con viveza)

Antonio. Infame mujer. La espada vengara tu cruel errror.

Amador. Tente amigo

Anselma. Castigadme.

Sebastián. ¡Qué dolor!

Periquillo. Periquillo tanto vnedo

en qué paramo función

Sebastián. ¡Qué fiera agonía!

Periquillo. Achí la manía

131

Page 132: La Linda Poblana

Sebastián. ¡Ya muero de prisa!

Periquillo. Achí que eh de risa

Antonio. Déjame

Amador. Detente

Angela. ¡Oh, padre!

Antonio. ¡Ah inclemente!

Sebastián. ¡Espiro! Adiós, hijos míos.

Ya vuestro padre acabó.

Periquillo. Tamo viejo marruyera

estan sano como yo.

Amador. Oídme todos, oídme todos.

Nadie lo llegue a diudar:

en este momento voy

su fiero mal a sanar.

Periquillo. Acagayera mi amortecidaPeriquillo emo ayudar.

Amador. El solimán ved aquó

que yo le pude estraer [así pá la rima conservar]

132

Page 133: La Linda Poblana

cuando se le dio al neglito

porque lo fuese moler.

Periquillo. Siola Anselma beyaca

mamola Vosa-mesé [su merced]

Sebastián. ¿Es cierto?

Amador. No hay duda

Sebastián ¿Seguro?

Amador. Verdad.

Todos. ¡Qué gozo! ¡Qué dicha!

¡Qué felicidad!

Sebastián. ¿Y con qué podré pagarte

querido don Amador?

Dale la mano a Angelita

y lógrese vuiestro amor.

[Amador y Ángela se dicen esposo y esposa y después al mismo tiempo de el alma]

Ámador Esposa de el alma

Angela. Esposo de el alma

Nuestra dicha se afirmó

133

Page 134: La Linda Poblana

Periquillo. Por siempre jamás amén.

Demo neglo bendición.

Sebastián. Ya mujer has visto

de tu hipocrecía

y de tu manía

el efecto atroz.

Anselma. En tierra postrada

suplico el perdín

y de tal pasión

me ofrezco enmendar.

Periquillo. Juro an Diosa, no creemo

a la pebesa siola.

Sebastián. Pues nosotros

nos iremos.

La hacienda alta

ocuparemos

y a estas tristes

dejaremos

en quietud, amor y paz.

Todos. Viva, viva la alegría

viva viva el fino amor.

134

Page 135: La Linda Poblana

Sebastián. Y los padres de familia

en este ejemplo escarmienten

a sus hijos no violenten

el estado que han de dar.

Angela. Celebramos la ventura.

Y Clamenos a una voz

TODOS

Las gracias debemos dar

todos a la providencia,

porque virtud e inocencia

al fin vienen a triunfar.

FIN

135