“‘la mayor confusión’, de pérez de montalbán: cuerpo femenino, cuerpo infalible de la...

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arg umento . " La ma yor con fusi on" es u n caso fictic io pOl'q aporias de la ley y cuestiona sus limites. Adernas, constante dar interviene en el relato para introd ucir juicios, sentencia permiten cu lpabi lizar 0 di scu lp ar las accione s de sus perso na de esta "novella" emite juicios, fi ltrando la mirada del lecto los personajes y el mund o en que habitan .

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Comparison of Marguerite de navarre and Pérez de Montalbán stories about a widow who committs incest,

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Page 1: “‘La mayor confusión’, de Pérez de Montalbán: cuerpo femenino, cuerpo infalible de la ley”

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JJLa mayor confusion", de Perez de Montalban: cuerpo femenino, cuerpo infalible de la ley

Jam Rios Rodriguez

In trod uccion

"La mayor confusion ", de Perez de Montalban, es una reescritura de la "Novella XXX" de l Heptmueron, de Margueri te de Navarre. Una escritu­ra que se acornod a a los dogmas del Concil io de Trento . POI' otro lad o, repre­sen ta a par tir de la ficci6n, la probl ernatic a que crean los " loopholes" (aguje­ros) de la ley, demostra ndo su inaplicabilidad a si tuac iones extremas.

Es ta "novella" narra un triple inces to; la his to ria de una madre que sed uci da por la belleza del hijo , elabora un plan para lograr el incesto . Dicho ac to p ro voca mas niveles de confus i6n en la tra rna . POI' una par te, la narra­ci6n propone es te caso como ejemplo de c6mo el cuerpo femenino escapa de la sujeci6n a la ley por el coladero que la ley m isrna cre a. Demuestra la impo­sib ilidad de lim itar, suj e ta r y controlar p Ol' entcro el cuerpo femenino. Como s i el cuerpo perverse, incom pleto y lleno de faltas de la m ujer fuera mas astu­to que el cuerpo infa lible de la ley. POl' otro lade, a l reescribir el texto de Marguerite de Navarre, Perez de Montalban utiliza el cuerpo ferneriino como locus desde el cual se a rticular. debat es teol6gicos tales como la justificaci6n par obras 0 pOl' g racia, el libre albedrio, el enc ierro conventual y el celibate, entre otros.

Caso ficticio 0 exemplum Prec isar la clas ificac ion de "La ma yor confusion" den tro de la reto­

rica del caso ficticio 0 e l exem plLl!n es impera tive en el desarrollo de nuestro arg umento . " La ma yor con fusion" es un caso fictic io pOl'q ue muest ra las aporias de la ley y cuest iona sus lim ites. Adernas, constantemente e l na rra­dar int erviene en el re la to para introd ucir juicios, se n tencias y co lores q ue perm iten culpabi lizar 0 di scu lp ar las acciones de sus personajes. EI narrad or de es ta " nov ella" emi te juicios , filtrando la mirada del lector con respec to a los personajes y el mund o en q ue habitan.

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"La may or confusion" funciona, en palab ra s d e John Lyons, C0111 0

un " injunctive example" 0 m odel e d e conducta q ue debe se r evi tad o (15-16, 20- 21) . Esta " n ovella" , como indica Rabell , agudiza e l juicio d e s us lectores, los exh orta a ev itar cier tos tipos de co mporta mi ento 0 a se guirJos, pues al problernatiza r la ley, re vela los espacios que est a no h a contemplado (153-54) .

El decoro segu n Erasmo Pa ra comprender las a porias de la ley y los planteamientos de est as

d os "novell as" , es necesario famil ia riza rse con las reglas del d eco ro fem eni­no est ipuladas po r la cos tumbre soci al y la Igl es ia. Erasmo. cuy os escri tos tuvieran amplia d ifusi6n en Espa na, nos servi ra co mo punto d e re ferencia en la discusi6n de algunas regl as de con d ucta fem enina. Seg 6n Erasmo:

1. La m ujer so ltera debe permanecer bajo la tutel a de los padres, qu ienes es tan encargados de guard ar cuidadosarnente su virg ini d ad . No d ebe salir m ucho d e s u cas a pa ra p roteger el h onor, p ues qu ien circu la se expon e a la lujuria de o tro s. ("The Ins titution of Marriage" 106)

2. Antes d e ca sa rse, la mujer, d ebe bu scar el consejo de Dio s. ("The Insti tu tion of Marriage" 80)

3. La viuda debe servir d e consejera y modele a las demas vi rge nes y casadas. ("T he Ch ris tian Widow" 190)

4. La v iud a joven debe vo lver a casa rse, a menos que vava a gu ar ­d ar castidad, que es un d on d e Dios . Sin embargo, es m as d ificil abstenerse d el pl acer sexu al una vez se ha probado. ("The Christi an Wid ow " 188)

5. Las mujeres deben vol verse a Dios cua nd o en viudan . Su cuarto y s u casa deben est ar ded icad os a la m odes tia. a da r gracias, a pensarn ientos santos y oraciones . ("The Chri stian Widow" 198)

6. La crianza de los hijos debe estar modelada por la pi edad y la castidad , pues esta inst ru cci6n ]05 apa r tara de l mal. ("The Chris tia n Wid ow " 215)

7. La v iu da d ebe velar 10 q ue en tra en s u ca sa porgue 10 q ue viene d e fuera pu ed e ser mal igne ("The Chri stia n Wi d ow" 218)

8. La viu da d ebe evitar la publicidad, la circulacion. y la fiest a para no manchar su reputaci6n. ("The Ch ris tian Widow" 203)

9 . La viuda d emuestra el am or a s us hijo s y esposo cua nd o no se vu elve a casar y se dedica exclusivamente al cuidad o d e es te s: a la supervi­ve ncia del esposo a traves de los hij os. ("Th e Ch ris tia n Wi d ow " 222)

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}ustifi caci6n, libre albedrio y Ia gracia Una de las po lernicas que presentan estas dos " nov ellas" es la d is­

puta entre las diferent es concepcioncs de la justificaci6n divina . el Iibre albe ­d rio y la graciJ. Para en ten derlas es necesa rio explicar en que cons ist en esas po lernicas, s us di fere ncias y se naiar a que "novellas " corresponden.

EI co ncep to de gracia se conci be como e l regalo de Dios a l perdonar los pecad os. Tener la grac ia an te los ojos de Dios es necesario pa ra la sa lva­cion, pu es sin ella es imposible agrada r a Di os . G racia es cuand o Dios perdo­na los p ecados y no los torna en cu enta para la salvaci6n (Go nzalez To1l''IO III, 54-58,246-247) . Es te concepto d e gracia es igu al e n a m bos pcn sarni e nt os. La q ue cambia es la medida en la qu e se ob tie ne la gracia, s i se puede pe rd e r 0

no y si se p uede renega r de la grac ia a no (Gonza lez Torn o III, 229).

An tes del Con cilio de Tren to, la Ig lesia catolica con cebia la justifica­ci6n par obras como la gracia que Dio s o rorgaba a aq ue llos que obraban bien. Esto qu iere decir que si u n cr ist ian o obra ba bien , podia ganar la gracia de Dios y ob tener la salvac ion (Gon za lez Tomo III, 30) . De manera q ue e l hom­bre se hacla jus to ante los ojos de Dios mediante sus aeta s. La confesi6n y la peni tencia aseguraban el perd 6n (Gonzalez Torno III, 27). La confesi 6n es necesa ria para o torgar gracia y para recibir gracia, la peni tencia .

Los re forrnistas . p or otro lad o. insis ten en que la salvaci6n no pro­viene d e las obras sino de la m isma gracia de Dios (Gonzalez Tomo III, 30). Segun la teologf a p rotes tan te, Di os no to rna en cuenta las obras buenas, sino q ue independ ie n te me nte de e llo, es decisi6n d e Dios otorgar 0 privar de la g racia . Est e pe nsarn ien to recalca que para el ho m bre no es posib le, a traves de su s propios actos, hacerse ju st o an te Di os. La sa lvac ion , p ues, no depend e del b uen manejo d el ho m bre, si no de 10 q ue Dios determ ine . Esto se ref ie re tambi en a la ma ne ra en la cual se otorga el perd6n de los pecados, pu es los reform is ta s creen que el perd6n y la ju st ificaci6n de los pecados provienen ba sicarnente de la fe (Gonzalez Torn o ITL 54-55). Si alguien peca, se arrepi en­te de corazon y cree firme mente q ue Dios le ha p erdona d o, es o es suficie n te pam qu e el perd6n y In jus tificaci 6n sean efec tivos (Gonzalez Tomo III 54-58; Ma r tin Lu the r, Tesis 36). Adernas, no es necesa ria la pe n ite ncia ni el sacrificio segun la Nueva Ley (Ia de Crist o) (H ebreos 10: 11-18) .

E1 Conci lio de Trento (Sesi6n V], 13 d e enero d e 154 7; Ses i6n XIV, 25 de no v iembre de 1551) , bUSG11ld o un termin o med ic p ara no perder de rnasia­dos fe ligreses , otorga va lidez a algu nos d e los recla mos d e los reforrni s tas . Ahara la co ncepc ion de la jus tificaci6n incluye las ideas d e a m bos. Asf que ni las obras ni la fe aseg u ran a1hom bre la sa lvaci6n 0 Ia gr acia, sino que e l hom­

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bre debe cumplir ta n to co n la co nfes io n y la penite nc ia como con 12 1a rrepen­timiento y la Fe. Esto es . el h ombre d e be o bra r bien, co n la fe de q ue recibira la g rac ia . Pero la fe sola no basta, es fe muerta y las o bra s si n fe, son muertas tarn bien. EI Concilio de Trcn to d et ermine que es a tr aves de la m ediacion d e la Igl esia en los sa cramentos q ue 512 obtiene efec tiva mente 121 perdon, 0 la gracia de Dies (Ses i6n VI, 13 d e cnero de 1547; Sesio n XIV, 25 d e noviembre de 1551).

El otro tern a que in teresa aclara r a l Concilio d e Tre n to es 121 d ellibre albed rfo . Pa ra los ca t6 licos pretrid ent inos, la natural eza del hombre te ndia h acia e l bien. De manera que ellibre a lbedrio, la libertad d e es coger ent re 121

bien y el m al, 10 Ileva ba a to rna r la s decision es co rrectas , Los reforrnis tas , pOl' o tro lad o. argumen tan qu e la natura leza del hombre es d ebil y tien d e al ma l. SegCl n Cal v ino. sin la ay u da d e D ios el hom br e es inca pa z de tornar b uenas decisio nes:

Porq ue segun e] ju icio de la ca rn e, 112 parece a l h om bre que 512 co no­ce muy bien cua ndo fiad o en su entendi miento y s u virtud , se sien­te con animo para curn pli r su d eber, y ren uncia nd o a tod os sus vi­cios 512es fuerza co n to do ahi nc o en p oner p Ol' obra 10 que 125justo y recto. M as 121 q ue ex arn ina co nsidera se g Cln la regia de l ju icio de Di os no enc uentr a nada en que poder co nfia r, y cuanto mas profun­d amente se ex arn ina . tanto m as se s ie n te ab a tid o, hast a el punto que, desecha ndo en a bso lu to la confia n za en s i m ismo. no e nc ue n­tr a na da en sf con que ord enar s u propia vida . (en Gon zale z 148)

El Conc ilio de Trento resuelve es te di lema diciend o q ue, efecti va ­mente, la natural eza d el hombre es tender hacia el m al, pero e l libre albedno. siem p re y cuando es te d irigi do a Di os, tendera hacia eJ bie n (Gonza lez To rno III, 232-241).

Breve analisis de los textos de Marguerite de Navarre y Perez de Montalb an

El re lat e de Ma rguerite de Navarre 125 un tex to pretriden tino que defiende la d oc t rine reforrn ista y critica a la Ig lesia cat6lica . Esta " nov ella" p resen ta a un a v iuda q ue ha dec id ido segu ir tod as las id ea s acerca d e l d ecoro y eJ cornportamiento que deben te ner las viudas. "Tan to par 12] pesa r que tenia p or la muerte d e su m a rid o como pOl' arnor a su h ijo" (Ma rg ue ri te d e Nava rre 204 ) decide Il O vo lvel' a casa rse y co nve rtir su casa en una espcc ie d e eo nve n to en d on de nadi e en tr a. d e d on d e ell a no sa le, que es ta v ig ilado y d on de 5610 512 habla de Dios. Cuida de n o salir de su cas a y su hij o es instrui­

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