la perspectiva social del ateísmo

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Mundo Químico El Objeto del Pensamiento Editor: Humberto Gómez Sequeira-HuGóS 17 Noviembre 2015 - Los Angeles, CA, USA La Perspectiva Social del Ateísmo El ateísmo no tiene perspectiva social si no repudia al Estado como el instrumento que los banqueros de dios usan para transmitir su corrupción a la sociedad y controlar la conciencia de las personas que han convertido en las consumidoras de drogas —profecía, fe, patriotismo, guerra, televisión, tarjeta de crédito y vida eterna— del mercado libre de moral. Esta zona de caza de los banqueros, a la que afectuosamente llaman su país, está constituida por su inmoralidad y fronteras violentas que delimitan la propiedad privada de los medios de subsistencia de la sociedad, la casa presidencial, la casa de la prostitución y la casa de dios. En ese espacio mental, oscurecido por la quema de la razón, los fieles orbitan alrededor del cetro de los hombres de dios — supervisados por soldados, espías, confesores y torturadores— incitados por comerciales de televisión a sacrificar sus vidas para pagar por el coste de la alucinación de la nacionalidad, la religión, la guerra, la muerte y el milagro de la resurrección. La perspectiva social del ateísmo depende de su transformación en el discurso — más allá de la demostración de que la palabra dios no representa un objeto sensible del espacio— de un movimiento para resolver la decadencia de la humanidad y Tierra que causan los hombres de dios. —Humberto Gómez Sequeira-HuGóS

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Page 1: La Perspectiva Social del Ateísmo

Mundo Químico

El Objeto del Pensamiento

Editor: Humberto Gómez Sequeira-HuGóS

17 Noviembre 2015 - Los Angeles, CA, USA

La Perspectiva Social del Ateísmo

El ateísmo no tiene perspectiva social si no repudia al Estado como el instrumento

que los banqueros de dios usan para transmitir su corrupción a la sociedad y

controlar la conciencia de las personas que han convertido en las consumidoras de

drogas —profecía, fe, patriotismo, guerra, televisión, tarjeta de crédito y vida

eterna— del mercado libre de moral. Esta zona de caza de los banqueros, a la que

afectuosamente llaman su país, está constituida por su inmoralidad y fronteras

violentas que delimitan la propiedad privada de los medios de subsistencia de la

sociedad, la casa presidencial, la casa de la prostitución y la casa de dios. En ese

espacio mental, oscurecido por la quema de la razón, los fieles orbitan alrededor

del cetro de los hombres de dios — supervisados por soldados, espías, confesores

y torturadores— incitados por comerciales de televisión a sacrificar sus vidas para

pagar por el coste de la alucinación de la nacionalidad, la religión, la guerra, la

muerte y el milagro de la resurrección.

La perspectiva social del ateísmo depende de su transformación en el discurso —

más allá de la demostración de que la palabra dios no representa un objeto

sensible del espacio— de un movimiento para resolver la decadencia de la

humanidad y Tierra que causan los hombres de dios.

—Humberto Gómez Sequeira-HuGóS