las raícespragmatistas y neo-kantianasdel teorizar de ... · en elpaso del siglo xixa las primeras...

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Las raíces pragmatistas y neo-kantianas del teorizar de Thorstein B. Veblen Margarita BARAÑANO* A) Algunas evaluaciones críticas del enf’oque institucionalista vebleniano Como es sabido, la reserva frente al tipo de formalismo característico de la ciencia económica “recibida”, tal y como Veblen la denominaba, le ha valido tanto a este autor como, más ampliamente, al conjunto de la escuela institucionalista, algunas de las más punzantes críticas y descalifi- caciones dirigidas al corazón de su planteamientos. En efecto, frecuentemente ello se ha interpretado como un producto de la defensa por parte del norteamericano, considerado por muchos el inspi- rador de la mencionada escuela’, de una posición empirista o positivista radical, como han dicho unos, o de un inductivismo extremo a ultranza, como han dicho otros, emanado de su incapacidad para entender el papel de la teoría. Lo cierto es que con el discurrir de los años las referencias al excesivo inductivismo y empirismo, a la falta de sistematicidad y de articulación teórica, lejos de diluirse, se han convertido en los dardos más repetida- mente lanzados contra el institucionalismo, en general, y contra la versión del mismo debida a Veblen, en particular Profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. 1 Naturalmente, la identificación de Veblen como institucionalista, y más aún, como el creador de esta escuela, no está exenta de problemas, hasta el punto de que algún autor le ha llegado a negar su condición de tal. Cfr. Scott, O. R.: “Veblen Is Not an Tnst¡tutionalist Eeenomist”, American Economie Review, o’ 23. junio, 1933, páginas 274-277. 0, como Schumpeter comenta sarcásticamente, otros le han convenido en el único institucionalista que “verdaderamente ha existido’, cfi. Schumpeter, Joseph A.: ‘Diez grandes economistas: de Marx a Keynes’, Alianza, Madrid. 1969, página 334. Ahora bien, y con las cautelas pro- pias del caso, parece indiscutible la existencia de esta privilegiada relación de la obra vebleniana con el institucionalismo, como la ingente literatura consagrada al tema ha puesto sobradamente de manifiesto. Y ello a pesar de que el propio Veblen nunca llegó a utilizar este término para referirse a su concepción de la cIencia económica, a la que prefería denominar “economía evolucionista”. O U A D 3 ti O £ OP RELACIONES LABORALES. n~ 2. Edil. Complutense, Madrid, 1993

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Las raícespragmatistasy neo-kantianasdelteorizardeThorsteinB. Veblen

MargaritaBARAÑANO*

A) Algunasevaluacionescríticasdelenf’oqueinstitucionalistavebleniano

Como es sabido,la reservafrente al tipo de formalismocaracterísticode la cienciaeconómica“recibida”, tal y como Veblen la denominaba,leha valido tanto a esteautorcomo, másampliamente,al conjunto de laescuelainstitucionalista,algunasde las máspunzantescríticasy descalifi-cacionesdirigidas al corazónde suplanteamientos.

En efecto,frecuentementeello se ha interpretadocomo un productodela defensapor partedel norteamericano,consideradopor muchosel inspi-rador de la mencionadaescuela’,de unaposiciónempiristao positivistaradical, comohan dicho unos, o de un inductivismoextremoa ultranza,comohan dichootros, emanadode su incapacidadparaentenderel papelde la teoría.

Lo cierto es quecon el discurrirde los añoslas referenciasal excesivoinductivismoy empirismo, a la falta de sistematicidady de articulaciónteórica, lejos de diluirse, sehan convertidoen los dardosmásrepetida-mentelanzadoscontrael institucionalismo,en general,y contrala versióndelmismodebidaa Veblen, en particular

Profesora de Sociologíade la UniversidadComplutensede Madrid.1 Naturalmente, la identificación de Veblen como institucionalista, y más aún, como elcreador de esta

escuela,no está exenta de problemas, hasta el punto de que algún autor leha llegadoa negar sucondiciónde tal. Cfr. Scott, O. R.: “Veblen Is Not an Tnst¡tutionalist Eeenomist”, AmericanEconomieReview,o’23. junio, 1933, páginas 274-277.0, como Schumpetercomentasarcásticamente,otros le han convenidoen el único institucionalista que“verdaderamenteha existido’,cfi. Schumpeter, JosephA.: ‘Diez grandeseconomistas: de Marx a Keynes’,Alianza, Madrid. 1969, página 334. Ahora bien, y con las cautelaspro-pias del caso,parece indiscutible la existencia de esta privilegiada relación de la obra veblenianacon elinstitucionalismo, como la ingente literatura consagradaal tema ha puesto sobradamentede manifiesto. Yello a pesarde queel propio Veblen nunca llegó a utilizar estetérmino para referirse a su concepciónde lacIenciaeconómica,a la que prefería denominar “economíaevolucionista”.

O U A D 3 ti O £ OP RELACIONES LABORALES. n~ 2. Edil. Complutense, Madrid, 1993

242 Margarita Rarañano

En efecto,inclusomuchosde aquellosquehanreconocidoabiertamen-te la penetracióny originalidadde las ideasveblenianas,no han podidodejarde lamentar,sin embargo,su excesivadesconfianzaantelas exigen-ciasde la formalidadteórica,y su incapacidadparaconectarlos hechosenun cuerpoteóricosistemático.Estaes una de las objecionesquemás fre-cuentementese hanformulado desdeel interior de la propiacienciaeco-nómica.

Sin ningún ánimo de exhaustividad,y únicamentea modo de ejemplo,valgan las palabrasformuladasal respectopor cuatro eminentesecono-mistas españoles.En efecto, desdediferentesángulos—y condiferentesintensidadesy matizaciones—,los profesoresLuis Angel Rojo, JuanVelarde Fuertes,JoseLuis Sampedroy JaimeRequeijohan coincididoenapuntara estadianacomo el flanco másdébil de todael esquemaveble-nianoe institucionalista.

Así, a juicio del profesorRojo, Veblen: “nunca llegó a proporcionaruna visión sóliday sistemáticadelprocesosocioeconómico”2.Y aunqueno comparteel punto de vista que lo achacaal supuesto“anti-intelectua-lismo” y a la “vena antiteórica” del esquemavebleniano,sí apuntaqueello se debesobretodo a:

“las generalizacionesexcesivasy apresuradas,(...) las incursionesen el campode la historia especulativa,frecuentementepresentadascomoapoyadasen las másrecientesaportacionesde la antropolo-gía, la psicologíasocial, la sociología,etc.,y (...) a la consiguientefalta de solidezde su visión articulada del procesode desarrollocapitalista”3.

Y lo mismoseñaladeeseheterogéneogrupodeeconomistasheterodo-xos denominadosinstitucionalistasquienes,segúnRojo:

nuncalograron forjar, enfin, un cuerpodeconocimientossistemá-ticosque permitiera caracterizarloscomouna escuelaaglutinadapor algo másqueunasvagasorientacionesgeneralesy una oposi-ción al sabereconómicoconvencional”4.

Tareaéstaúltima en la que, a su entender,resultaronsiempremásefec-tivos queen la que,en granparte,sirvió de acicateparasus“disidentes” y“heterodoxos” desvelosintelectuales:comprenderla naturalezay el fun-cionamientodel capitalismomoderno5.Porque,comobrillantementeresu-me:

“En definitiva, el pensamientoeconómicoheterodoxoamericano,

en elpasodel siglo XIXa lasprimerasdécadasdel siglo actual, es2 Rojo, Luis Angel: “Veblen y el institucionalismo americano”, Analesde economía,enero-diciem-

bre, 1970, páginas 141-185,pág. 156.Rojo, Luis Angel, op. cit., página 166.

“Rojo, Luis Angel, op. cit., página 156.‘ar. Rojo, Luis Angel, op.dc, página ¡76.

Lasraícesteóricasde Veblen 243

inseparabledel contextosociocconómicoy de la etapa reformistaen queapareceinserto:enfrentadocon la realidadsocloeconómicaamericana,se hizoproblemade la validez interpretativa de uncuerpoteórico queignoraba desarrollosinstitucionalesqueafecta-ban profundamente,sin embargo,al funcionamientodel sistema;deseosode lograr un entendimientode aquella realidadquepro-porcionaseuna basepara la acción,propusouna ampliacióndelámbitode estudiosdel economistaen un esfuerzopor construir unateoría del desarrollo socioeconómicoamericano,pero la falta deuna visión sistemáticaintegradoracercenólos resultadosde su

6empeño

El precipitadode todo lo cúal fue, segúnRojo, una aportaciónque, sibienno acertóaedificarun cuerpode conocimientointegradoy sistemáti-co, si logró señalar“rasgos inseicucionalesimportantesde una economíamodernaquehabíande ser tenidosen cuentapor todo esquemaexplicati-vo queaspirasea tenerrelevanciaen tal contexto”7.Hastael puntode quegranpartede ello fue luego recogido“por la dirección central delpensa-mientoeconómico”8. Por lo que,desdela atalayade los añosen que elartículocitadofue escrito,suautorconcluyeconlas siguientespalabras:

“Así, treintaañosdespués,muchasde las cuestiones,críticasy pre-ocupacionesque inquietaron a lbsautoresdel campoinstituciona-lista continúan siendorelevantes,apesarde suslimitaciones,paraelestudiodela sociedadamericanaactual” ~.

Muy semejantees la opiniónexpresadapor el profesorVelardeacercade Vebleny de esa“peligrosa direcciónpositivistade la economía”10que,a su juicio, fue desdeel comienzoesa“rebelión” americanainstituciona-lista. Ello no esóbiceparaque,comoRojo, afirme elogiosamentesobreelprimeroque:

pocas vecesha habido tantas discrepanciassobre un autor Sinembargo,pocas lecturastan sugestivas,dígaselo quese quiera desuposiblesuperación,comosu Teoríade la clase ociosa,o suTiteTheoryofBusinesEnterprise’ ~.

O que resumasu apreciaciónsobreVeblen añadiendoque “fue uninvestigadorde valía”1~.

6 Rojo, Luis Angel. op. cit., página 155.

Rojo, Luis Angel, op. cil., páginas 184-185.Rojo, Luis Angel, op. cit., página 185.Rojo, Luis Angel, op. cit., página 185.

‘<> Esta expresiónestá tomada del título del artículo que el profesor Juan X’elarde Fuertes dedicara avebíen: “El institucionalismo: una peligrosa dirección positivista en economía”, Analesde economía,julio-septiembre, 1964, páginas 503-528,sobre el que sebasael resumen de suscomentarios aquí recogi-dos.

Velarde Fuertes,Juan, op. cil., página 507.12 velarde Fuertes,Juan, op. cit., página 5 1 2.

244 Margarita Barañano

Pero,al mismotiempo, coincideen apuntarque “su trabajo excesiva-mentea espaldasde la teoría ortodoxa resta vuelosy sistemaa suscons-trucciones”13. Desaciertocompartidopor los principalesrepresentantesdel institucionalismoamericano,incluso por el quemás contribuyóalavancede la investigaciónempíricay cuantitativaen estaciencia,WesleyC. Mitchell, quiensabíamuybiende la necesidadde “una estructuraden-tro de la cual todaclasede contribucionesempíricaspuedanencontrarsucasi/la adecuada”14.También éstepagóel preciode “volverse tan radi-calmentede espaldasa los neoclásicos”15al no podersuplir el esquemateórico rechazadopor otra nueva“ortodoxia” alternativa.Y posiblementeinfluyó igualmenteen ello su excesivoreceloanteel formalismoconteni-do en muchasde las formulacionesideal-típicasde la teoríaeconómica.

En resumen,Velardeconcluyeque:

“el institucionalismoestuvolejosde crearcuerpoalgunode doctri-na económica—inclusonegóqueesto tuviera algún interés,comohizo Silversteincon marcadoénfasis—,diluyéndoseen un intere-sante—paranuestro objeto—trabajo empírico,peropermanecien-do enforma absolutamentenebulosa,repetimos,todo cuerpodedoctrina” ~

Por suparte,el profesorSampedro,partede la dificultad de caracteri-zar “en sentidopositivo”’7 a este“instititucionalismoamericano”15,estre-chamentevinculadoa suentender,al historicismoalemánpor relacionesde ‘filiación genética”19,y representado,entreotras figuras,por ese“ms-titucionalista eminentequefue Veblen”2Q Dificultad que no es ajenaaalgopuestoya de manifiestoen estaspáginas:el mayorpesoen las formu-

3 velardeFuertes, Juan,op. cii., página 512.

~Burnes.E. M.: “Tite cumulacionofeconomicknowledge”.citadoenvelardeFuertes,Juan,op. cii.,página522.

~v~l~~deFuertesJuan,op. cit., página522.‘~ VelardeFuertes,Juan,op. cit., página526.‘~ Sampedro,J

05¿Luis: “Realidad económicay anólisisestructural’,Aguilar, Madrid, 1961, página55.

~Sampedro,JoséLuis, op. cit., página184.9 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página 184. Sampedroapuntavarioshechoscomopniebade la afir-

mación sostenida.Entreellos, serefierea “la existenciacomprobadadevínculospersonalesque,a modode cordón umbilical, unen ambasescuelasen la personadealgunosprofesoresalemanesemigradosaEstadosUnidos”, destacando,enestesentido,y como“caso típico’ la figura de FrancisLieber,cfr. Santpedxo,1. L., op. cit., páginas184-385.Aportaciónéstaúltimade¡aquesehaceeco el profesorVelarde,ensu ensayosobreel institucioanalismomásarribacitado,en donde,porcierto, tambiénseexaminaatenta-mente “la influencia de la escuelahistórica alemanaen la génesisdel pensamientooriginal americano,cuya principal rama recibiría mósadelanteel nombrede institucionalismo’,Velarile, ]., op. cii., páginas504 y 506. Estaúltima cuestiónes,asimismo,objeto de un detenidoanálisisen el artículodel profesorRojo: ‘Vehlenyel institucionalismoamericano”, ...cit., páginas152 y 155, dondetambiénserecogenlascríticasque,no obstante,Veblenvirtié sobreestaescuela,particularmentesobre Schmoller,cfr. Rojo, LuisAngel,op. cit, páginas164-165.

20 Sampedro.JoséLuis, op. cit., página187.

Lasraícesteóricasde Veblen 245

laciones veblenianas—en particular— y en las institucionalistas—engeneral—de la tarea“negativa” de rechazode las premisasde la “econo-mía recibida”, en detrimentodel esfuerzode constmcciónde un nuevoysólido edificio teórico. Y queSampedroresumedel siguientemodo: “esmásfácil definirlo [el institucionalismo]negativamente,comooposiciónalos clásicosquecomoconstrucciónsistemática2]

Ahorabien,másalláde estaúltima referencia—en la línea de la insu-ficiente sistematicidaddel cuerpoteórico de estaescuela,destacadatam-biénpor los otros doseconomistasespañolesmás arribacitados—lo cier-to es que,Sampedro,al mismo tiempo, se haceeco de la que adjetivacomo“la visiónmásamplia y másjusta”22 del temadebidaa ClarenceE.Ayres,que apuntaen una direcciónmuy distinta. Y es que, segúnla opi-nión de este“último vebleniano”23,sintetizadapor Sampedro:

“el institucionalismono es una meraoposicióna los clásicos,aúncuandotengadel sujetoeconómicouna concepciónsocialy no sim-plemente‘natural’, y aún cuandoniegueel excesivoatomismomen-tal implícito enla teoríaclásicade losprecios.Tampocoes un meroy asistemóticoempiricismodescriptivo,aun cuandoel conocimien-to, resumeny presentaciónde los hechosreales (no de abstractasdeducciones)seafundamentaly constituyala basede susinvestiga-

“24ciones

Y, desterrandolas posicionesdogmáticasy extremas—que, al igualque en otras escuelas,tambiénhabríanproliferado entrelos instituciona-listas, conduciendoa negacionesinsosteniblesde sus deudasy puntosdecontactoconotras versionesde la cienciaeconómica—,Sampedro,con un“espíritu constructivo”25,parececoncluirdestacandocomoprincipal apor-tación de estaescuelaJa“sensibilidadpor lo instituciona/”~6 de que,gra-cias aella, sehabríabeneficiadobuenapartedela “economíamoderna”.

Cuestiónéstaúltima, a su vez, de gran complejidad,por lo quehaceasu integracióncon “las representacionesmodelísticaso contablesde larealidad”27 —esto es,al entrelazamientode “dos conocimientos”28dediferentenaturaleza,comolos representadospor“las cifras sobreresulta-dosde la actividadeconómica”,de un lado, y las “informacionescualita-tivassobrelasformasy procesosde esa actividad” de otro29—. Y que, a

21 Sampedro,JoséLuis, op. ch., página185.22 Sampedro,JoséLuis, op. it., página186.23 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página 186.24 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página 186.25 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página187.26 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página187.27 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página215.28 Sampedro,JoséLuis, op. cit., página215.29 Sampedro,JoséLuis. op. cit., página215.

246 Margarita Barañano

suparecer,y desdelaperspectivade la fechaen laqueescribe,no ha sidoposibleconseguiraún, a pesarde que dichaintegraciónsignificaría lasuperacióndefinitiva de una largapolémica en la historia de la cienciaeconómica”30.De forma que, concluye,la solucióna mediopíazo,y “enesperade progresoscientíficos”31, pasade forma inevitable—aunqueinsuficiente—por layuxtaposiciónde ambostipos deconocimientos32.

Finalmente,en un artículomás reciente,el profesorRequeijoha queri-do dar cuentatambiénde la “presencia y vigencia del institucio-nalismo”33.Propósitoquedesarrollaen un amplio recorridopor el devenirde estaescuela,desdesusprimerasformulacionesnorteamericanas,en laobra de autorescomo Veblen, Commonsy Mitchell, hastalas versionesneoinstitucionalistasposteriores,entrelas quedestacalas debidasa Gal-braith, Myrdal y Gruchy.En cualquiercaso,recurriendoa un argumentode muy similar naturalezaal empleadoporestosmismoseconomistasexa-minados,localiza las raícescomunesde sus esfuerzosen la insatisfacciónde todosellos con la “intensa discrepanciaentre teoríasy hechos”34pro-piciadapor los moldesanalíticosneoclásicos.Como,efectivamente,suce-de en el casode Veblen. De dondededuceRequeijola identificacióndelaoposiciónal formalismoneoclásicocomola principalseñade identidaddeestaescuela.

Frenteadicho formalismo,el institucionalismo,a juicio de esteecono-mista, buscaamparoen un enfoqueholista que, ya desdelos escritosdeVeblen, se convierteen el corazónde estaescuela.A cuyoshombrossemantieneun abiertorechazode~ conceptode homooeconomicus,asícomode toda arbritariaignoranciade la mediaciónde los valores,los hábitosolas institucionesen el comportamiento.Y es que la preocupacióninstitu-cionalista,lejos de circunscribirsea los aspectosmetodológicos,se tradu-ce tambiénen unasnuevasproposicionespor lo que hacea la naturalezadel ordeny del actoreconómicos.Componiendo,a su vez,todosellos “losejesde análisis” del “paragidma” institucionalista,de acuerdocon el aná-lisis del profesorRequeijo.Y esque, a su entender:

“la insistenciadel institucionalismoen elenfoquetotalizadores,enúltima instancia, una búsquedanecesariade las complejasfuerzassocialessin las cualesel análisis económicoadolecede unsexcesi-va superficialidad” ~.

~ Sampedro,JoséLuis, op. cit., página215.

3’ Sampedro,JoséLuis op.cli., página215.32 Hay que recordarque el libro tomadoaquí de referenciaparapresentarla posición de Sampedro

sobreel institucionalismoamericanofue escritoen 1961.33 Estees precisamenteel título del mencionadoartículo, publicadoen el número607 de la revista

informacióncomercialEspañola,aparecidoenmarsode 1954, páginas77 a85.M Requcijo,Jaime,op. cit., página77.~ Requcijo,Jaime,op. cit., página87.

Lasraícesteóricasde Veblen 247

Evaluaciónéstaindudablementepositiva que le lleva a afirmar sinambagesque:

“el institucionalismo suponeuna vacunacontra los excesosdelpensamientoortodoxo”3Ó.

Ahorabien, al mismo tiempo, Requeijocoincide con otros colegasespañolesen localizar la principaldebilidaddel pensamientoinstituciona-lista en su construcciónteórica.Una construcciónmenossólida quela delos edificios neoclásicoy marxista.Algo que, en el casode Mitchell, vin-culacon “su huida de los caminosespeculativos”37,lo que, a su vez,hacede éste “un pensadorcarentede la rotundidadneoclásica”38.Como, másampliamente,cabepredicardel conjuntode la escuelaquerepresenta.Todolo cual, obviamente,acabapor “restar fuerza”39 a las formulacionesde estoseconomistasheterodoxos,demasiadorecelososde unasleyeseco-nómicascuyarelevanciano aciertana comprenderen todasu amplitud.

Pero,junto a estassombrasque ennegrecenel panoramainstituciona-lista, el profesorRequeijono deja dealumbrar,en suconclusión,las lucesque le adornan.Porque,asuentender,suherenciaforma yaparte,se quie-ra o no, delacervocomúnde los estudiososde laeconomía:

“el institucionalismose ha incorporadoal acervoanalítico de laciencia económicaactual, compuestade múltiplescorrientes.Por-que su llamada de atenciónfrente a losexcesosmecanicistases unaldabonazointelectual que ningún economistasdigno de tal nom-bre puedeolvidar; porque,en el mundocada vez más interdepen-diente,el análisis global, dinámicoy en sistemaabierto constituyea la vezuna necesidady un imperativo;porque,desdela perspecti-va actual, no esfácil admitir la regulaciónautomática de la vidaeconómicani ignorar la fuerza de las instituciones.En esesentidotodossomos,en algunamedida,institucionalistas,todospercibimosla presenciay la vigenciade susinquietudesy su métodode análi-

“40515

B) LarespuestadeVeblen:“el énfasisen la palabrateoría”

El enfoquede la cuestióntantoporpartede Veblencomode los econo-mistasposterioresque se han reclamadoinstitucionalistaspresenta,lógi-camente,unaperspectivadistinta. Pero lo cierto es que todosellos hancoincididoen concentrargranpartede sus esfuerzosen los aspectosepis-

36 Requeijo,Jaime,op.cit., página87.

3’ Requcijo,Jaime,op.cit.. página80.~ Requcijo,Jaime,op. cit., página80.~ Requcijo,Jaime,op. cit., página88.40 Requcijo,Jaime,op.cit., página88.

248 Margarita Barañano

temológicos,metodológicosy ontológicosde su nuevapropuestacientífi-ca. Tal vezpor constituirsu flancomásdébil; por el raudalde críticas—ymuchasvecesde descalificaciones—recibidasdesdediferentesversionesde la economíaortodoxa;o, en fin, por la enormerelevanciaque la tareade apuntalarestoscimientosadquierecuandosepersiguelevantarunnuevo edificio teórico.

En cualquiercaso, esta atenciónseha tomadoen algunos—los másextremos—,en una posiciónmeray férreamentedefensiva,alrededordeunascuantasproposicionesde los “clásicos”—Veblen,Mitchell, etc.—,convertidasen principios identificadoresinamovibles.Y, sin embargo,haconducidoa otros,más constructivos,a desarrollary actualizarel legadoheredado,incorporandolas formulacionesmásavanzadas,procedentestantode la filosofía de la cienciacomodel diálogo abiertocon la llamadaeconomíaneoclásica.No hacefalta decirque son éstos últimos los quemáshan contribuidoa edificarel edificio institucionalista,en detrimentode aquéllosque han preferidolimitarse a la “exégesis” de los “librossagrados”.

Todosestosesfuerzos,desarrolladosya durantecasi másde un siglo,hanredundadoen la configuraciónmásnítida de los perfilesde la econo-mía institucionalista.Y la mayor partede ellos, lejos de renunciara “lateoría”, sehan inspiradoexplícitamenteen la metade alcanzarunaformu-lación científica de su cuerpode teoría. Otra cosaes qué se ha entendidopor“teoría” y por “científico” desdeestasposicionesinstitucionalistas.Enlas páginasquesiguenabordaremoslas respuestaselaboradasal respectopor el propio Veblen, así como la interpretaciónde la cuestiónrealizadadesdeuna línea de análisis,de gran vigor en la última década,que hapuestoel acentoen las raícespragmatistasde la posicióninstitucionalista,engeneral,y vebleniana,en particular.

En muchosmomentosde su vida y de su obra expresóVeblen suvoluntadde levantarun nuevoedificio teóricodentrode la cienciaeconó-mica. Y asíselo hizo sabera Davenport,uno de susalumnospreferidos4’—que con el tiempohabíade convertirseen un destacadoeconomista—.En efecto,cuandoéste,en tono cómico, advirtió al maestroqueen el Díade Juicio Final se veríaobligado a dar cuentasal Creadorpor haberdes-truido la capacidadteóricade muchosestudiantesprometedores,Veblenlecontestólo siguiente:

~ Cfr. florfman,Joseph:“Thorsrein Veblen andhis Amen ca”, Augustus M. Kelley, New York, 1966,7’ cd., página311. Segúnla valoracióndeAnderson,Davenportformabaparte,junto afigurascomoJohnB. Clark e lrving Fisher,dcl grupodeeconomistasmásdestacadosde la época,que “eslahan trabajandoen la dirección deuna reconstrucciónde lo quepodría llamarse las líneasamericanasde la economíapolítica inglesa”, a la quetanfrontainienreseoponíaVeblen.Cfr. Anderson,Karl Lx “Thorstein Veblen’sEconomics”, tesisdoctoral,Universidadde Harvard, 1932, página3.

Lasraícesteóricasde Veblen 249

“yo sólo he escritodoslibros: La teoríade la claseociosay La teo-ría de la empresade negocios,y en ambostítulos he enfatizadolapalabra ‘teoría”’42.

Porque,comoacertadamenteha señaladoGruchy, queVeblen descon-fiara del tipo de formalismoabstractorepresentadopor la “economíareci-bida”, no quieredecirquedesconocierapor ello la necesidadde algunaclasede construcciónteórica, másallá de los hechosmismos43.Peroélaspirabaa alcanzarunaformalidad de muy distintanaturaleza,sustentadasobreotros fundamentos,y procuradaa través de la aplicaciónde unametodologíadiferente.

Aspiracióncuya vinculacióncon el contextointelectualde la épocaestan evidentecomoel mar de dudas,confusiones,ambigiledades,y hastacontradiccionesen que la misma se vió envueltaen la obra vebleniana.Algo que, de nuevo, los que se han ocupadode ella, no sin cierto aire debenevolencia,han achacadoal temperamentode su autor, más intuitivoquesistemático.

C) La formaciónfilosófica de Veblen.Sutempranointerésporelpensamientode Peircey la obrade Kant

Ahorabien,no se debeolvidarpor ello queVeblen, comoharecordadoDaugert, fue “por su primera formación, un filósofo”44, un dato, según

~3 Cfr. Cruchy, Alían O.: ModeroEconomir: Thought.Tite American contribution”, Augustus M.Kelley. New York. 1967, páginas18-28.

“ Cfr. Daugert,StanleyM.: “TIte Pitilosophy of Thorstein Vehíen’,King’s Crown Press,ColumbiaUniversity. New York, 1950, página2. Estaobraes la primeraespecificamentededicadaa ponerdemani-fiesto la filosofía implícita enel análisiseconómicovebleniano.Ytoma comopunto departidala convic-ción del autordeque dichaorientaciónfilosófica, frecuentementeignoradapor la mayorpartede la litera-tura dedicadaal profesorde origennoruego,no sólo constituyeun capitulo importanteen su obra, sinoque,al ofrecer los cimientos sobrelos queéstareposa,intervienedecisivamenteen todo su contenido,esmás,Daugertllegaadecirqueestafilosofía, compuestapor“un métododiferenciado,una teoría del cono-ctmiento,y una concepciónde la naturalezay del bienestarhumanos’,constituye“el corazóndelpensa-mientovebleniano”, cfr. Daugert,Stanley M., op. dr, página2. Ello le llevaa flaugertarastrearla génesisy el desarrollodeestepensamientofilosófico, conello, dice, pretendemostrarcomo: “VeblenJite influidopor los escritosdehombrestales corno tmmanuelKant, HerbertSpencer.Noait Porter,EdwardBellamy,Iac.quesLoeb, (~itarles Peirce, William Jactes,JohnDewey.ymuchasotras personalidades,y demostrarcomosupensamientocondicionósufilosoflade la economía”,cfr. Daugert,StanleyM., op. cit., página3.

Un a~omástarde,Leo E. Dobrianskysiguió lapitia abiertapor Daugertconsu tesis doctoral sobreelsístema filosófico de Veblen titulada“Tite SocialaodPitilosophical SystemofThorsteinVeblen”,presenta-daenTheFacultyof theGraduateSchoolof Arts andSelenceofNew York ttnivers¡ty.y fundamentode la obraposteriordeesteautordenominada:“Veblenism:A Newcritiqae”, publicadaporPublic AffairsPress. Washington, D.C.. 1957. Aunque ahí seacabanlas similitudes, porqueDobrianskycondujosuínvestigaciónpor derroterosmuydistintos y conunaperspectivaigualmenteajenaa los planteamientosdeDaugert.Será sobre lodo enel área francófonacuando,primero en 1969, conel libro de Vinokur, Annie:“Titorsicin Veblen et le tradition dissidenteduns la penséeéconomiquea,nericaine”, R. Pichon et R.Durand-Auzias,Paris,y sobretodo después,en 1973, conla tesisdoctoral de Corbo, Claude:“Les théoriesépistentologiqueset socialesde T.R. 1/chíen (18571929)’, presentadaen la Universidadde Montreal, elanálisis de lasbasesepistemológicasde lasteoríasveblenianasretomelas fructíferaslíneasde investiga-

250 Margarita Barañano

Daugert, “no reconocidogeneralmenteni tampoco (...) suficientementeexaminadoo tenido en cuentaen la mayorparte de los escí-itossobreél”45.

Bien esverdadque su primercontactoacadémicocon la filosofía fuemás obligado por la lógica de los tiemposquepor decisiónpropia. Enefecto, unadeterminadaversiónde la misma, la filosofía del sentidocomún, dominabael panoramadocenteen CarletonCollege,el centrocongregacionaldondeVeblen fue enviadopara iniciar sus estudiossupe-riores, y dondepasó seis largosaños,de 1874 a 1880. Dicha disciplinaademásno se impartíatan sólo en los cursosdedicadosespecíficamenteala filosofía intelectual y moral, sino quecubríaprácticamentetodos lasdemás,desdelos consagradosa la estéticahastalos de economía,enseña-

46da comounapartededichafilosofía

Suslazos,por otra parte,conlas presuncioneshedonistasy utilitaristasde la economíapolítica allí explicadaeran muy estrechos,y, junto conestasúltimas, constituía,segúnSuto, “el corazónde la filosofíamoral deCarl eton”47, comoera tambiénel casomás comúnen los restantesColle-gesdel país48.Ello no eraextraño,si tenemosen cuentaque estacorrien-te, la filosofía escocesadel sentidocomún,fundadapor ThomasReid,concedíaun papelprimordial a las pasiones“egoístas”,consideradasporJoseph1-laven,autorde libro de texto con el que seestudiabaen Carleton“la filosofía intelectual”, el “poder motivador”49 de la acción. Pasionesentre las cualessobresalía”ei-desewdefr-’itcidado amor propio, quatitnesufundamentoen la constitucióndela mente,y queescaracterísticode la

“50razóny de la inteligencia

Lo cierto es queestadoctrina, que, frente al escepticismohumeniano,apelabacomo todo fundamentode verdadal testimoniodel sentidocomún,estoes,a las creenciastradicionalesde la humanidad,despertótanpocoentusiasmoen Veblencomosólo habíaconseguidohacerlolaecono-

ción abiertaspor el trabajopionerodeDaugert.Un capítuloimportante de lascualeslo va a constituirelexamende la raisneokantianay pragmatistade laspreconcepcionesdeveblen,al quese hacealusiónmásadelante enestasmismaspáginas.

~ Daugert.StanleyM., op. cit., página2.46 Cfr. Dorfman,Joseph:“Titorstein VeblenandhisAmerica”,...cit.,páginas18-26.

~ Suto, Martín Francis:“Titorstein 1/chíenand tite c,isísof WesternSocial Titought”, tesis doctoralsin publicar presentadaen la UniversidaddeCalifornia,Los Angeles, 1979, página 159.

~ De acuerdotambiéncon la información proporcionadapor JosephDorfman,“estafilosofía preva-leda en casi todos los Collegesamer¡canos”,cír. Dorfman,Joseph,op cit., página 19. Dicha filosofíateníaentoncespor principal portavosenesepaísa Sir William Hamilton,cuyo discípulo, JamesMcCosh,presidentea su vez de Pr¡nceton.eraconsiderado<‘el filósofo americano’por excelencia.cfr. Dorfman,Joseph,op. cii.. página19.

~ Dorfman,Joseph,op. cit., página20.50 Dorfman,Joseph,op. dí., página20.

Lasraícesteóricasde Veblen 251

mía política allí impartida51.Lo cualno impidió queacabaraconsagrandola mayorpartede su vida a estasdosdisciplinas.

Peropronto su espíritu inquieto e innovadorle llevó a apartarsede laversiónconvencionaldominanteen ambasmaterias,comenzandoa inter-narsepor nuevoscaminosque acabaríanconduciéndolea territorios pocoexplorados,dondesupasono podíaresultarsino sinuosoy vacilante.Algoasí le ocurrióefectivamenteconla filosofíadel sentidocomún,cuyasver-dadesy creenciasabsolutassustituyórápidamentepor el acercamientoaotras versionesmásestimulantesparasumenteescéptica.

Bien es verdadque el empeñono erafácil, porqueel margende tole-ranciaen Carletonera tan reducidocomolos férreosprincipios del Colle-ge imponían. Y acababadondecomenzabana cuestionarselos principiosde taJ filosofía “oficial”. Comose considerabaquehacían,porentonces,lametafísicaalemana,particularmenteen su versión kantiana,y, en fin, laruda diseccióncrítica del pensamientode Hamilton, principal portavozamericanode aquellafilosofía, amanosde John Stuart Mill. Pero,comoquizásno podíasucederde otro modo con este “perturbador de la pazintelectual”52, fue precisamenteeste último debateel que Veblen eligiócornoobjeto desu trabajode graduación.

Y más adelante,ya en JohnsHopkins, universidaden la que se ínscrt-bió tras haber iniciado un año antessu experienciadocenteen MononaAcademy,sededicó intensamenteal estudiode la filosofía53.Allí entróencontactocon el idealismoneokantianograciasa GeorgeMonis54,profesor

~ Dentro del mismocapítulosegundode la monumentalobrade Dortman: “Tlzorstein Veblenand bis

Anserica’. dedicadoa narrar la etapadeveblen en Carleton,se documentanlas primerasreaccionesdeThorsteinameestaparaél nuevadisciplina. En ellatuvo por maestro,entreotros, a un conocidoteóricodelautilidad marginalamericano,JohnBatesClark,al queluegoVeblendedicaríaun ensayofuertementecri-tico, a pesarde reconocery aconsejaral mismotiemposu magisterioen laspáginasintroductorias.Locier-to esquecl desinterésveblenianopor la versiónimpartidade la economía“recibida” semanifestódesdeelprimermomentoenqueentróen contactocon la materia,Y ello a pesarde los elogiosquenuncadudó endirigirle Clark, posiblementecl único que estimabaeneseCollegela inteligencia y agudezade Veblen,ocultasparaotros tras su acostumbradaextravagancia.Concretamente,segúnDorfman,Clark dijo de élquese tratabadel “másagudopensador”de sus estudiantes.Lo cual no impidió que“como el Collegefue fundadopor hombres rejigiosos y en nombre de la influencia religiosa, Veble» fuera un inadap-tado”, cfr. Dorfman,Joseph,op. cit., página31.

52 Véaseel análisis deestacondiciónveblenianadebidoa un reputadoexpertoen la obradel nortea-mericano,JolanP. Diggins, recogidoenelcapitulo segundode “El bardo del salvajismo.Titorslein Vehíeny la teoría social moderna’,FCE.,México. 1983.

~ Esa fue al menosla intencióncon laqueacudióa JohnsHopkins, segúnla infon,,aciónproporcio-nadapor Dorfman. Aunque,unaves allí, la menteenciclopédicadeveblenno se conformócon dichadis-ciplina, sino queseabriótambiénaotrasespecialidadesqueestecentrouniversitatiole ofrecía.Entreellas,la economíapolítica, disciplinaquecadavez le interesabamás.Cfr. Dorfman,Joseph,op. cii., páginas37y 39, y capítulo III engeneral;y tambiénDaugert,StanleyE.: “TIte PhilosopitypfThorstein Vehlen”,...cit.

~ Cursótambiénotras dosasignaturascon Monis, sobrefilosofía griegay sobreética. Esteprofesoreraun seguidorde la filosofíadominantedel sentidocomún,y másfavorablea Hegel queaKant, por con-sitierar queel primerosecompadecíamejorcondichafilosofía, Por la mismarazón,susataquesa la doc-trina kantianaerancontinuos,a pesardeenel clima de la épocapredominabalaopinión contraria,dedes-

252 Margarita Barañano

con el quecursó,entreotras,unaasignaturadedicadaíntegramentea “LaCrítica de la razónpura”. Se cumplíaesealio el primercentenariodedichaobra,y las celebracionescoincidieroncon un clima deadmiraciónyvuelta a Kant, consideradocomo el filósofo de la ilustracióntanto enEuropacomo al otro lado del Atlántico. Un renacimientodel interésporsufilosofía queestabaestrechamenteunidaentoncesa una“relectura” desus escritos,a la luz de nuevasperspectivas,entrelas que no eranmenosimportantesel darwinismoevolucionistay el empirismobritánico. Veblenpudo compaginarla profundizaciónen estenuevo universofilosófico —

del que ya habíatenido noticia en Carleton—, y que tan honda huelladejaríaen su formación,con su paulatinafamiliarizacióncon otradiscipli-na, la economíapolítica55 que tambiénhabíaescogidoen sus primerosañosuniversitarios,y a la queacabaríapor dedicartodossusesfuerzos.

De otro lado, fue tambiéndurantesu estanciaenJohnsHopkins cuandoVeblen tuvo la oportunidadde asistira lasclasesde CharlesPeirce,profe-sor visitante entoncesen aquellauniversidad56,y que ejerceríaunainfluenciadecisiva sobrelas preconcepcionesveblenianas.En efecto,elcontactopersonalcon esteexpertoen lógica fue breve,limitado al semes-tre que Veblen pasóen JohnsHopkins, y nuncamásvolvió a repetirse.Perola huella del fundadordel pragmatismo,y más tardede algunosdesus discfpulos,como William Jamesy JohnDewey, no desaparecióenningún momentodel esquemavebleniano.

Más tarde,cuandopor f~lta de recursoseconómicosse vio obligado aabandonar.JohnsHopkins, antesincluso de íinalizar el curso,e ingresóenotro prestigiosocentro universitario,Yale, con la voluntad declaradade

confianzamásmarcadahaciael “idealismodesintegrador”hegeliano.Cfr. Dorfman,Joseph,op. oit., pági-nas39-40.

~ Su profesordeeconomíapolítica en John Hopkins fue Richard T. Ely, uno de los quefundaría laAmerican EconomicAstociation. Ely formabapartede los economistasquehabíancompletadopartedesu formaciónen Alemania, paísal que habíanacudido atraídospor el enormeprestigiode que entoncesdisfrutabansus universidades.Véase,Doríman,op. oit., página44). Sin embargo,lo cierto esque,segúnlainformación recopilada por Dorfman,veblensesintióigualmentedecepcionadoconel cursode Ely.

56 ComoDorfmanrecuerda,el lector, Gilmatsestabamuy interesadoen abrtr su untverstdadal contac-to con otros centros,e incluso conel restode la sociedad,de forma queacostumbrabaainvitar a los profe-soresmásrelevantesdeotras universidadesamericanasy extranjeraspara impartir seminarios,cursillos ydiscursos,alos quepodíanasistirtanto susestudiantescomoel públicointeresado,véaseDorfman,Joseph,op. cit.. página38.

Suto,sobreestainformación,añadequePeircesólo contócon un contratoprovisionalendicha univer-sidad,de 879 a 1583. Porentonces,Peirceerabastanteconocidoen los círculos acadétnicos,apesardesuresistenciaa imprimir por escrito susideas,pero su pensamientoheterodoxochocabacon un mundouni-versitario todavíamuy marcadopor la orientaciónreligiosa.De todasformas,pudo contarconel apoyo delrectorGilman, quien, aunquelimitado tambiénpor el clima imperante,era un fervorosopartidario de lalibertadacadémica.Y fue en Hopkins dondePeirce,que acababadepublicar uno de sus artículosmásfamosos“How to Make Dur Ideas Clear”, pudo llevar adelante“su mejor trabajo en matemáticas, lógi-ca, y metodologíacienlsf¡ca”, en Suto,Martín Francis,op. cli., página 197. Hotstadter coincide con estavaloración,cfr. I-Iofstadter, Richard: “Social Darwinism in American Thought”, originalmentepublicadoen 1944 por The University of PennsylvaniaPress,y reeditadoenGeorgeBraziller, New York, 1955, pordondeserácitadoenestetrabajo.

Las raícesteóricasde Veblen 253

continuarestudiandofilosofía57 y doctorarse,volvió a ocuparsecon másatenciónaún de estasdos fuentesintelectualesque tanto le atrajeronenHopkins: el pensamientode Peircey, muy especialmente,la obrade Kant.Sobre“La Crítica deljuicio” deésteúltimo —libro queaúnno habíasidotraducidoal inglés—versóla primerapublicacióndel joven Veblen, quecon el título de “Kant’s Critique ofJudgment”58aparecióen el númerodejulio de la prestigiosarevistafilosófica “Journal of SpeculativePhilo-sophy”59.

Esteprimer articulo, tras cuya apariciónhubieronde transcurrirsietelargos añosantesde que Veblen reemprendierade nuevo la actividadpublicista,ha sido objeto de una atenciónprivilegiadapor partede aque-llos que sehanocupadodeindagaren las basesfilosóficasy en los presu-puestosepistemológicosde su autor. Convirtiéndoseademásen el princi-pal punto de partidade toda unasugerentelíneainterpretativaque, esbo-zadatempranamenteen la obrade Daugert,ha conocidoun prometedoryrecientedesarrolloa manos,entreotros,de Mirowski60, y sobretodo, deAlían W. Dyer61.

Interpretaciónéstaquerevisteunaimportanciacrucialparala cuestiónaquíentre manosrelativaa la concepcióninstitucionalista,y más concre-tamente,vebleniana,de la naturalezadel conocimientocientífico, y, enrelación con ello, del significado y objetivos de la actividadteorizadora.Porquecomo Dyer expresamenteha recalcado,la propuestade estepre-cursorinstitucionalista,lejos de disolverseen un simple abandonodel tra-

~ SegúnDorfman.veblen ingresóen la universidadde Yale “para esuediarfilosofiaconel Presiden-te,ReverendoNoait Porter, un destacadometafisicoyfilósofomoral”. Cfr. Dorfman,Joseph,op. cit., pági-na 4 t. Dicha Universidaderaunade tasmásañejasy demayorsotera.

~ Aparecidoen Tite loarnalofSpeculahis’ePhilosophy,julio, 1884, páginas260-274.Reeditadoluegoe~veblen, Thorstein: “Essaysin Our citang’ing Order”, recopilación póstuma editada por Leon Ardzroo-ni, discípulopersonalde veblen, aparecidaen septiembrede 1934. Estacompilaciónconteníala mayorpartedelos trabajosimportantesdeVeblen queaún no sehabíanrecogidoen un volumen,muchosde ellosdispersosendiferentesrevistas,periódicos,etc., y no siemprede fácil localización,Y erala segundareco-pilación deestetipo realizadacon sus escritos.La primera,de la quetambiénfue responsableArdzrooni,juntoa Slewarsy Mitchell, publicadaenvida del propioThorstein,reuníasus principalestextos teórico-metodológicos-muchosde los cuales,asu vez, estabanconsagradosa la cienciaeconómica-,e incorpora-ba en su título, “Tite Placeof 5.iencein Modern Cii’ilisation anóOtiter Essays” (Huebsch,New York,1919),el nombredelque, asu juicio, erasu ensayodemayorcalidad.Por lo quehacea laspublicacionesde Veblen, esteprimerartículono fue seguidopor ningún otro hastael comienzode la siguientedécada,enla queinició una actividadeditorasostenida,continuae ininterrumpida,que sólo concluiríacercanaya sumuerte,en 1927,cuandocontabasetentaaños.

~ Según Dorfman,se tratabade “la revistafilosófica másimportantedel momento”,veaseOorfman,Joseph,op. cit., páginaSí. De forma que,como añadeDaugert,la aceptacióndel trabajode veblenen lamtsnlaeraequivalentea “un reconocimientodesu méritoComocontrihaciónal conocimientofilosófico”,Daugert.Stanley M., op. cit., páginas.

<‘~ Cfr. Mirowski, Phiiip: “The Ph¡losoplilcal Basesof lnstitutionalistEconomies”,JournalofEco-nomicJssues,volumenXXI, n’ 3, septiembre,1987,páginas1001-1037.

~‘ Cír. Dyer,Alían W.: “Veblen on Scientilic Creativ¡ty: The lntluence of Charles 5. Peirce”,.IournalofEconomicl?ssues,volumenXX, n5 1, marzo,1986, páginas21-41.

254 MargaritaBarañano

bajoteóricoformal, aspiraa alcanzar“una apreciaciónMs penetrantedelas herramientasdelpensamiento ~ quela puestaenjuego,entreotros,por los economistasortodoxos.Algo que, a su entender,la conside-racióndel mencionadoartículo a la luz de la influenciapragmatistadePeirceponeclaramentede manifiesto. Y graciasa lo cual cabeextraerunasconclusionesmuy distintasa las demasiadohabitualmentesostenidasacercade las señasde identidadde la escuelainstitucionalistay de lasdiferenciasfundamentalesde éstarespectodel gruesomayoritariode laqueVeblengustabaendenominarla “economíarecibida”.

D) Lasraícespragmatistasy neo-kantianasde los fundamentosontológicos,epistemológicosy metodológicosdel institucionalismovebleniano

Apartándonospor un momentodel brillante análisisde Dyer, lo ciertoes que Veblen, a travésde Kant, y en estesu primer artículo,se haceecode la tensiónno resueltaentreel determinismode la ley natural,aspectoacuyo análisishabríadedicadoKant su “Crítica de la razón pura”, y lanecesarialibertad de la acciónmoral, fundamentadaen la “Crítica de larazónpróctica”. Tensiónacuyaresoluciónresponderíala “Crítica del jui-cio”, siendoprecisamenteel poderdel juicio la facultadmediadorareque-rida. Una preocupación,por cierto,no muy alejadade los propios plantea-mientosveblenianos,que, másallá de esteensayojuvenil, oscilandurantetodasu vida entreun determinismode cortemateralista,de un lado, segúnel cual la evoluciónde las artesindustrialesy del esquemainstitucional,atravésde su impactosobrelos hábitosde vida y depensamiento,condicio-nan ampliamentela acciónde los hombres,y un libre albedrío,de otro,querecurrentementepugnapor ser reconocidocomo el fundamentodedichaacción.

Y ello no essino un ejemplode la hondahuella del filósofo alemánenel pensamientode esteinquietonorteamericano,quien, si de un ladocare-cíaposiblementedela constanciay sistematicidadrequeridasparalaedifi-caciónde un sólido cuerpoteórico, poseía,de otro, unaextraordinariapenetraciónparaadivinar los caminosanticipadoresdel futuro, tanto en elconocimientocomoen lasociedad.

Estaesasimismola opinión expresadapor Daugert,paraquienla teoríadel conocimientode Veblen procedeinicialmente de Kant, y más tardeperviveen suobrajunto a las nuevaspremisasevolucionistas.Ahora bien,estees tambiénel autorqueen primer lugar ilumina la mediaciónde lospuntos de vista de Peirceen este tempranoacercamientoveblenianoalpensamientode Kant. En efecto,a suentender,Veblen se sirve en dicho

62 Dyer. Alían W, op. cit., página 22.

Las raícesteóricasde Veblen 255

acercamientode la noción de “principio regulativo”63 que, antesque él,sólo su maestro,Peirce,de quien la habíaaprendido,habíaempleado.Unprincipio que, a manosde su creador,gobiernatodainferencialógica. Altiempo quepresentala dualnaturalezade un hábito mentalentendido,deunaparte,comoun instrumentológico,cuyaveracidaddependedela de lapropia inferencialógica que él determina,y de otro, como herramientaexperimental,en la búsquedade unaaccióninteligenteen el mundoqueéltambiénguía.

SegúnDaugert, Veblen introduceestanoción de Peirce bajo la formadel “principio de ada

6ptación”, convertidoen el principio regulativo del‘juicio reflexionante kantiano.Juicioésteúltimo que, a su vez,idcntifi-caVeblenconel razonamientoinductivo. Un principiode adaptaciónque,en este primer ensayoentiendecomo la adaptaciónde los fenómenosalpoderdel juicio de la mente.Y que, másadelante,Veblen encamina,segúnDaugert, por los derroterosde unaconcepciónevolucionistaquehacede dichaadaptaciónla respuestaal entornorequeridaparala supervi-vencia. En cualquiercaso, la referenciaveblenianaa la inevitable media-ción de esteprincipio regulativoparecesugerirunaconcepciónsingulardel procesoinductivo, de mayor amplitud que la que comunmentese leatribuye.Algo en lo que, segúnDaugert,se haría patentela herenciadePeirce.Aunque,tambiénescierto que,junto a ésta,Daugertpercibetam-bién la huella de una filosofía del sentidocomúnintegradaen el pensa-miento de Veblen en muchomayor medidade lo que éstehabríaestadodispuestoa admitir. Y, además,su presentaciónde la relaciónconPeirceno selimita sólo a los denominadorescomunesaquíenfatizados,sino quetambiéndesvelaimportantesdiscontinudadesentrelos conceptosde aquély los de estediscípulo“heterodoxo” quefue Veblen, tan poco apegadoaunafidelidad—entreotras—terminológica,queinclusono dudóen trans-grediresta mismanoción del “principio regulativo” tomadadirectamentede Peirce

65.

63 Vehien utiliza profusamenteestanoción de “guiding principie” en su ya mencionadoartículo:“Kant’s Critique of Judgiuent”,aquícitado por la reediciónde quefue objeto en la recopilacióndelautorquelleva por título: “Essays in OurchangingOrder”, obra de laque,a su vez, semanejala edicióndeThe Viking Pressde 1954, aparecidaenNew York, páginas175-193.

64 Estaeslatraduccióndel “reflectivejudgmení a que,a su vez, serefiereveblenen su citadoartícu-lo sobreKant. Dicha traducciónal castellanoes la queproponeManuel GarciaMorente enversiónaesteidiomade la ‘Crítica del luido, editadaen Espasa-Calpe,Madrid, 1981.

6~ SegúnDaugert,veblenasignaalconceptode“principio regulativo”dos usosestrechamenterelacio-nados.En primer lugar, un uso transcendental,asociadoconel “a priori’ kantiano,y, en segundo,un usológico, comoprincipio del razonamientoinductivo. Esteúltimo uso es,a su parecer,el máscercanoal sig-nificado que le asignaPeirce.Peroincluso aquíexistiríandiferencias,ya que,como el propio Daugertexpone:“‘casi cualqaierhecho’ podría servir corno ‘principio regulativo’ para Peirce, mientrasque,según Veblen,el principio regulativo estáalgo másallá del itecito o de la experiencia”, de forma que“resulta difícil apreciar el fundamentocomún de la definición de amboshombres”, por lo queDaugersconcluyeque:“Veblen seapropió del términoparasupropio usoy propósitos,y no sepreocupódeexami-nar la definición de Peirceo las implicacionesde la mismamáscriticainenre”, en Daugert,StanieyM.:“TIte Philosopltvof Titorstein Vé’blen”,...cit., página 9.

256 Margarita Barañano

Más adelante,sin embargo,de la manode Dyer, se dejana un ladoestasdiscontinudadesdetectadaspor Daugert, subrayándose,casiexclusi-vamente,el fuerte paralelismoentreVebleny Peircepor lo quehacea lacuestiónde la fundamentacióny lacreatividadcientíficasexaminadasporesteautor. Ahora bien,másqueenjuiciarestavaloraciónde Dyer, lo quesobretodo nos interesaaquíes la recepciónde la noción de abducciónenel esquemade Veblen que esteautor le atribuye. Una noción que Thors-tein habríatomadodirectamentede la lógica de la investigaciónde Peirce.Ya que dicha lógica se fundamenta,segúnDyer, en tres tipos de inferen-cia, siendola primeray másimportantede todasellas la inferenciaabduc-tiva, en relacióncon la cúal se creanlas conjeturasque inician la indaga-ción. En palabrasde Peirce:

“La abducciónes el procesodeformaruna hipótesisexplicativa.Es la única lógica que introducealgunaidea nueva;puesla induc-ción no hacemásquedeterminarun valor, y la deduccióndesarro-lla meramentelas consecuenciasnecesariascJe unapura hipótesis.La deducciónpruebaque algo tienequeser; la inducciónmuestraquealgo es actualmenteoperativo;la abducciónsugieremeramen-te quealgopuedeser.Su únicajustificaciónesla dequea partir desusugerenciala deducciónpuedeextraerunapredicciónquepuedecomprobarsemedianteinducción,y que, sipodemosllegar a apren-der algo o a entenderen absolutolos fenómenos,esto tiene queconseguirsemediantela abducción’ 66

Estaabducciónimplica, por tanto, una penetracióncreativaen lo aúndesconocido,imaginativay lógica al mismo tiempo, queno es posiblealcanzarúnicamentea partir de la observación.Perosin este “acto depenetración” primero, que se nos acerca“como un relámpago”62no sepodríadesarrollarel conocimientocientífico. De forma que su autor pre-sentadichaabducción—a la que tambiéndenomina“retroducción”—comoun procedimientoindispensableno sólo en las cienciassocialessinotambiénen las distintascienciasnaturales.Y, efectivamente,la literaturaposteriorla ha consideradouno de los “descubrimientos”másrelevantesyprometedoresde Peirce,ya que, como, entre otros, Max Fisch68 ha pun-tualizado,esprecisamenteesteprocedimientoel principal responsabledelprocesode “adivinación” enque, enúltimo extremo,la investigacióncien-tífica consiste.

~ Peirce,Charles5.: “El homhre, un signo. El pragmatismode Peirce”, Editorial Crítica,Barcelona,1988, traducción,introduccióny notasdeJosevericat.página136.

67 Peirce,CharlesS.: “Collected Papers”, citadoen Sebeok,ThomasA. y Umiker-Sebeok,Jean:

“Sherlock- Holmesy Citarles5. Peirce.El métodode la investigación”,Paidús,Barcelona,1987, página34.68 Vease Fisch, MaxH.: “Prefacio”, a Thomas A. Sebeok y Jean limiker-Sebeok: “Sherlok Holmesy

citarle.s 5, Pcirce. El métodode la investigación”,..cit.,páginas13-21, pág. 19.

Lasraícesteóricasde Veblen 257

Estaabducción,por tanto,tal y como Peircela piensa,no se confundecon la mera inducción ni se disuelveen un mero “diletantismointelectual”69, como Dyer puntualiza,ya queha de satisfacerunaseriederequisitos,entrelos queesteautordestacalas siguientes:“1) ser aplicablea muchosejemplosparticulareso especialesy 2) ser capazde desarro-llarse en ‘alianzasmásamplias’ con otrasteorías”70. Por lo queconella,concluyeOyer, Peircetrata de distanciarsetanto del racionalismocomodel inductivismoextremos.

Por último, convieneañadirrespectode estanoción abductivaque suautorsubrayasu analogíacon las facultadesinstintivas, con las que, ade-más,de algunamanera,la vincula. Veaseal respectoel siguientecomenta-rio de Peirce:

“Esta facultadparticipa a la vezde la naturalezageneral del ins-tinto, pareciéndosea los instintos de los animalesen que superacon mucho los poderesgeneralesde nuestra razón y en que nosdirige comosi estuviésemosen posesiónde hechosqueseencuen-tran por completomás allá del alcance de nuestrossentidos.Separece tambiénal instinto en supequeñapredisposiciónal error;puesaunqueyerra con másfrecuenciaqueacierta, con todo lafre-cuencíarelativa con la que acierta es en conjunto la cosa másmaravillosade nuestraconstitución”7t.

Semejanzaéstacon el comportamientointeligentedel instinto queade-másse refleja tambiénen la contribuciónde ambos“poderesde la razón”a la supervivenciay el bienestarde la especiehumana,como SebeokyUmiker-Sebeokhan subrayado72.Algo que, indudablemente,presentanotablespuntos de contactocon el esquemade Veblen,quien remite lafuenteoriginal de la inquietudpor conocera un instinto, el “instinto decuriosidadociosa”73, impresoen la naturalezahumanacomoresultadodeun largo procesode seleccióny por mor de su contribucióna la mismasupervivenciaa la que Peirceserefiere.

Ahorabien,la comparacióndebidaaDyer de Peircey Veblen lleva lassemejanzasentreuno y otromuchomásallá deestemodestoprimerdeno-minadorcomún.Y ademássecentraen un aspectocrucial paralos propó-sitos aquíperseguidos:la posiciónde Veblenfrentea la nociónde abduc-ción de su maestro.PorqueDyer sostieneque, aunqueno llegaraa emple-ar nuncael término, Veblen se apoyaigualmenteen una metodología

~ Dyer, Alían W., op.cit., página28.

~ Dyer,Alían W., op.cit., página28.7t Peirce,CharlesS.: “El hombre,un signo.El pragmatismodePeirce”,...cit.,oágina¡38.72 Cfr. Sebeok,ThomasA. y Umiker-Sebeok,Jean: ‘Siterlock Holmesy Charles5. Peirce.El método

de la investigación”,...cit., página31.7~ Traduccióna nuestroidiomadel término“instincí of ¿tite curiosily”, quevebienuúiizapor primera

vez en su relevanteartículo“The Place of Selence in Modera Civilisation” (AmericanJoarnal of Socio-logv, n~ Xl, marzo,1906, páginas585-609), y emplea luegoprofusamentealo largode todasu obra.

258 Margarita Barañano

abductiva,apenasescondidatras su peculiarversióndel conceptodeinducción. Tesis que apoyaen la relecturadel citado artículo de Veblensobrela críticadel juicio de Kanta travésdelprismapragmatistade Peir-ce.

Y es que, en efecto, Dyer extraede dicha relecturala conclusióndeque:

“las repetidasdiscusionesde Veblensobrela esterilidadde la infe-rencia deductivay su elogio de la inducción, tal y corno élutiliza eltérmino inducción,sonrealmenteargumentosa favor de la impor-tancia de la abducción,conformea la explicacióndeltérmino debi-da a Peirce” ~.

Conclusiónpara-cuyademostraciónenfatiza,como ya habíahechoantesDaugert,el papelqueVeblenasignaal “principio de adaptación”enun “juicio reflexionante”kantianoencauzadoen sus manospor los cami-nosde un “razonamientoinductivo” convertidoen el nucleode dichojui-cio. A lo queañadequetantoaquelprincipio como dichainducción,lejosde procederde la simple experienciao del cualquierprocedimientodegeneralizacióna partir de ésta,requierende una seriede facultadescog-noscitivaspor cuya mediaciónse construyeincluso el significado mismode la mencionadaexperiencia.

La definición de Veblen sobreel “juicio reflexionante”kantianode laqueDyerparteen su razonamientoes la siguiente:

“la facultadde buscarEs la lafacultaddeañadira nuestroconoci-mientoalgo que no es y nopuedeser dadopor la experiencia.(...)El juicio reflexionanteesta continuamentetratando de extenderseniás allá de lo conocido,eintentandoagarrar lo queno puededen-varsede la experiencia”75’

Un ‘juicio reflexionante”que,segúnVeblen,ha de estargobernadoporun “principio de adaptación”al que atribuyeuna naturalezasimilar, yaque, inevitablemente,ha de formarpartedeaquél,y que,a su vez,presen-taconlos siguientesrasgos:

“El principio de acuerdo con el cualprocedeno puedeser dadopor la experiencia.<...) La naturalezade este principio hay quededucirlade la consideracióndel trabajo queha de hacerEl juicioreflexionantetienequegeneralizar,reducir nuestro conocimientoaun sistemabajo leyesmás generalesde las que la experienciapuedaproporcionarSu oficio es sistematizar,y sistematizarno essino otra expresiónde reducir lascosasa órdenesinteligentes;estoes,pensarlas cosascomosi hubieransido hechasde acuerdoconlas leyesdel entendimiento,pensaríascomosi se debierana unacausa inteligente.<...) El principio del juicio reflexionantees,por

7~ Dyer,Alían W, op. cit., página31.7~ v~bl~rs, Thorstein B.: “Kant’s Critiqtse of Judgment”, ...cit., página 179.

Lasraícesteóricasde Veblen 259

consiguiente,antetodo, el requisitode adaptacióndel objetoa lasleyesdela actividaddenuestrasfacultadesdeconocimiento,o, másbrevemente,la adaptacióna nuestrasfacultades”7ó~

Y, másadelanteañadelo siguiente:“lo queelprincipio de adaptaciónhacepor nosotroses,por consI-guiente,enprimer lugar, que noshaceadivinar, y queguíanuestraconjetura.Si nofuera porque estamosinsatisfechoscon nuestroconocímiento,en tanto en cuantopermaneceen la forma de unameramultiplicidad, nunca buscaríamosir másallá de un montónde hechoslocalizadosen el tiempoy en el espacio;y, si no fueraporque elprincipio de adaptaciónnosmuestralo que tenemosquebuscarmásadelante,nuncaencontraríamosnadamásallá ennues-tro conocimiento”77.

Puesbien,a la luz de todasestoscomentariosveblenianos,desgranadosen su ensayosobreKant, Dyer sostienela existenciade un estrechoparen-tescoentrela capacidadde guiar las conjeturasque Veblen atribuye alprincipio de adaptación,regulativo a su vez del tipo de razonamientoinductivo,de un lado, y la abduccióndibujadaporPeirce,de otro. Porque,además,esteautorestimaquela creaciónde hipótesisbajodichoprincipiode adaptaciónreunetodaslas característicasde la abducción78.De formaque, a su entender,no cabeningunadudaacercade la naturalezarealmen-te abductivadel procesode inducción al que tanta relevanciaconcedeVeblen. De dondea su vez deduceque, en primer lugar, nadahay enVeblen deeseingenuoempiristaal que algunoscomentaristas,pocoaten-tos a la unidadde unaobray asuscontinuasreferenciasal caractermeta-físico de sus preconcepciones,habríaninsistido en reducirle.Como tam-poco sus propuestasen el campode la economíase limitan a un rechazode planode todateorizacióno abstracciónformal, sino que,por el contra-rio, se encaminaríanprecisamentea la construcciónde unanuevacienciaeconómicasobreunosfundamentosepistemológicosy metodológicosmássofisticadosy acordescon las últimas aportacionesde la filosofía de lacienciaquelos contempladosen la “economíaortodoxa”.En relaciónconlos cuales,Veblen habríaavanzadounaseriede abduccionesqueestructu-raríane interpretaríanlos fenómenoseconómicosdesdeunaspreconcep-cionesdistintasa las empleadaspor los practicantesde la “economíareci-bida”, y que, portanto, lleganadiferentesconclusiones.

Hipótesistodas ellas,a su vez, que nos han parecidode extremadaactualidady relevanciaparaenfocartanto la polémicay oscurarelaciónde

76 Veblen,ThorsteinB. op. cit., páginas180-181.

“ ~ ThorsteinB.. op. cit., página189.~ En efecto,segúnDyer, dicho procesoincluye por igual los siguientesaspectos:“que la duda da

lugar a la investigación;que la formacióndehipótesisincluye conceptosno dados en losmerosdatos;quea las hipótesisabductivamenteformadasno selesatribuye ningunavalidezen tanto que tales hipótesis”.enDyer,Alían W., op. cit., página35.

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Veblen con la teoría como, incluso, la naturalezade su legado en unaescuelainstitucionalistacon la que tan estrechamentese le ha vinculado.Tal vez, quepasólo expresarunareserva,relativaala conclusióntambiénalcanzadapor Dyer segúnla cúal la dimensiónontológicahabríaquedadoal margende esta “reorientación” veblenianade los fundamentosdelconoceren el campoconcretode la cienciaeconómica.Porque,comopre-cisamentehemostratadode ponerde manifiestoen otro trabajo79,el “tur-ning point” promovidopor Veblen incluye como uno de susprincipalesapartadosla reconceptualizacióntanto de la naturalezahumanay de laaccióneconómicacomodel ordeneconómicoy socialen quedichaaccióntienelugar.

Tesis ésta en la que también coincide Mirowski, autor del últimoarticuloqueseva a consideraraquí, dentrodeesterecorridopor los traba-jos dedicadosal examende los fundamentosteóricosde la concepcióndela cienciade Veblen que con másénfasishan incidido en la relecturadelos mísmosa lálú~d&stÍber&ñciañeo~káíitianayprágmatista.

Porque,en efecto,Mirowski insisteen la estrecharelación existenteentreestaherenciapragmáticay la concepcióndel actoreconómico,no yasólo de Veblen, sino de toda la economíainstitucionalista.Una herenciaque,sin embargo,por lo quehacea este impactoen la dimensiónontoló-gica, másque con Peirce,conectaaquélcon las aportacionesposterioresde Jamesy Dewey. Y cuyatraducciónen las concepcionesde la primerageneraciónde institucionalistasMirowski resumedel siguientemodo:

“(a) la economíaesprincipalmenteun procesode aprendizaje,denegociacióny de coordinación,y no una ratificación de algunasmetaso estadosfinalespreestablecidos.La racionalidadeconómicaestádeterminadasocialy culturalmente,y,por consiguiente,la his-toria, la antropología,y la economíano sonsinoperspectivasdífe-rentesde la misma investigación.La economíamismapuedeserconceptualizadacomola prosecuciónde la investigaciónpormediosmateriales,con la comunidadconstruyendoa la vez quedescubriendosusvalores. (b) Los actoreseconómicosse definenpor sushábitos,costumbres,e ‘instintos’, las relacionesfísicas omaterialescon las que tropiezan,y los recursosque desarrollanpara adaptarseunosa otros”80

Unasconcepcioneséstasde la naturalezade la actividad y del agenteeconómicosderivadas,segúnesteautor, de la conversión,por partedel“programapragmatista”de la comunidadeconómicaen la principal res-ponsabledel significado concretoatribuido al cóffiportamientoecónómi-

~ v¿~~HarañanoCid, Margazita:Losfundamentosde la teoría social deThorslein fi. YeMen:la“revuelta” contra el horno oeconomicus de la “economía recibida”, tesis doctoral presentadaen la Facul-taddeCienciasPolíticasy Sociologíadela Universidadcomplutensede Madrid, 1992.

50 Mirowski, Philip: “The PhilosophicalBasesof Institut¡onalistEconom¡cs cit., página1019.

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co, y en el puntode referenciaparala interpretaciónde dichosignificado,frente a cualquieratemporalconsideraciónacercade la existenciade unaseriede reglasinnnatasa la conductaeconómicaracional.Algo que, ade-más, conectacon la oposiciónexplícita del propio Peirce,e incluso deDewey, a los fundamentosutilitaristas y hedonistaspresentes,entreotroscampos,en las doctrinaseconómicas“ortodoxas”.Y en relacióncon locualdestacatambiénla huella delenfoquehermenéuticorecibidodedichoprogramapragmatista,aplicadotácitamentea la confecciónde estarein-terpretacióninstitucionalistadel comportamientoeconómico.Reinterpeta-ción dentrode la que sobresalelo que Mirowski, por lo que haceal casode Veblen, considerasu incipiente semióticadel consumoy de unaclaseociosaespejode la naturalezadel ordenexpresivoen la sociedadcontem-poránea.No hacefalta decirque la propuestapor él sugeridade edificarsobreestosprolegómenosveblenianosunasemióticade las transaccioneseconómicasconecta,a nuestroentender,con unade las líneasde investi-gaciónmásprometedorasa extraerde la obradel norteamericano.

De otraparte,Mirowski coincideendescubrirla huelladela abducciónde Peircetras las referenciasde Veblen al “principio de adaptación”delrazonamientoinductivo, convertidoen el corazóndel “juicio reflexionan-te”. Una abducciónque, además,resultaríaser el principalprocedimientohermenéuticoideadopor su maestro.Y, en consecuencia,la señade iden-tidad por excelenciadel enfoquepragmatistaal quetanto impactoatribuyeMirowski, no sólo sobreel esquemade Veblen, sino tambiénsobreel ms-tititucionalismoposterior.Y que,por lo querespecta,a la dimensiónepis-temológicay metodológica,resumedel siguientemodo:

“(a) La ciencia es principalmenteun procesode investigacióndesarrolladopor una comunidadidentificadapor sus miembroscomponentes,y no un procedimientode legitimación mecánicodealgunameta o estadofinal preexistentes(...) y,por estarazón, his-toria y ciencia son inseparables.(b) los métodosde investigaciónposiblesson la deducción,la induccióny la abducción.(c) No hayuna lógica única, sino unalógia abductiva,una lógica deductiva,yuna lógica inductiva. <d) (...) Lasdecisionesconcernientesa la vali-dezde las afirmacionescientíficas residenen la comunidaddeinvestigación.La comunidadinvestigadoraes la unidadepistemo-lógica básica.(e) (...) las técnicashermenéuticasson un componen-te necesariode la investigacióncientífica,en elmismonivelepiste-mológicoque lastécnicasmatemáticas.(fi el estudiode la semióti-ca y la interrelaciónde lossignosconstituyenunaparte integraldelafilosofíade la ciencia”81.

Obviamente,el autorde estaspalabrasreconocetambiénnotablesdis-continudadesentrela herenciade este programaepistemológicopragma-

~ Mirowski, Philip: “me Ph¡Iosophieal Bases of Institutionalist Ecenomics cit., páginas tOIS-10t9.

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tista y algunasde las vertientesde la reflexión vebleniana,asícomo tam-bién parecetenerpresentelas dudas,ambigdedadesy pasosen falso quehan presididomuchosde los trabajos—escasamentehomogéneos—delos economistasinstitucionalistasposteriores.Perono porello suconclu-sión, relativaa la posibilidad de esta corrienteeconómicade participaractiva y casi deicisivamenteen la “reconstrucción de la teoríaeconómica”82,graciassobretodo a su “pedigreede Peirce”83, resultamenosrelevante.

E) A modode conclusión

Pornuestraparte,la intenciónde estaspáginasno requierede la consi-deraciónde cuestionesde la embergadurade estaúltima conclusiónplan-teadaporMirowski. Por el contrario, si nos hemosintroducidoen lasreflexionesde éstey de otros autores,ha sido a fin de enfocardesdeotroprismaunode los aspectosde la obraveblenianaquemáscríticasy reser-vas ha recibido. Estoes,su puntode vistasobrelo quepor teoríay cono-cimientocientífico debaentenderse.En relaciónconlo cualnosha pareci-do inevitabledar cuentade las respuestasa estacontrovertidacuestiónconfeccionadasdesdeestaotra línea interpretativa,tambiénde largatradi-ción, y desarrolladapor estudiososde distintasdisciplinas sociales,asícomo por expertosen filosofía de la ciencia. Todos los cuales,másquelevantaractadel supuestorechazodel norteamericanoa cualquiertipo deformalización teórica,han coincidido en ponerde manifiesto,en contra-partida, laexistenciade sólidosfundamentosepistemológicos,ontológicosy metodológicosen su obra. Unos fundamentosde diferenteraíz a los deotrasversionesde laciencia económica,y caracterizadosporla relevanciade la huellapragmatistaen los mismos.Peroen ningún casoequiparablesa los propios de un mero inductivismoo a los de cualquiertipo de empi-rismo ingenuoo “radical”. Como, entre. otros muchosaspectos,la tácitaasunciónveblenianade la lógica abductivapondríade manifiesto.Deforma que seríanecesarioreinterpretarsu obra a la luz de estosnuevospresupuestosparadescubrircual eslaconcepciónde la cienciay del teori-zarsobrela quedichaobrasesustenta.

A ¡o que, sólo cautelarmente,convine añadirque, como essobrada-mente conocido,dichospresupuestos,lejos de agotarla complejamatrizepistemológicade Veblen, convivenen su obra con otros de muy distintafactura.Proced&nté=Vd&Yniajiáite,?de su inclinaciónhistoricista,herederatanto de las enseñanzasde la escuelahistórica alemanacomo de lainfluenciamarxiana,y de otra, de un evolucionismode cortedarwinista,

Mirowski, Philip, op. cit., página1033.

~ Mirowski, Philip, op. cit., página1033.

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que, ciertamente,constitutíauno de los principalesingredientesdel pensa-miento socialnorteamericanode su época.Perosucedeque,mientrasquetodos éstosúltimos hansido objeto de un atentoanálisis, las raicesprag-matistasy neo-kantianasde su teorizarapenashan sidotenidasencuenta.

A ello hay queañadirla carenciade precisióny sistematicidadque,sinduda,exhibesu esquemateórico. Así comolas frecuentesambigiledades,lagunasy ambivalenciasquedichoesquemapresenta.Muchasde las cúa-les procedende su mayorcapacidadparahacerseecode las aportacionesde valía, existentesen su medio intelectual,que parallevar a cabo elminuciosotrabajode la integraciónde todasellasen un cuerpounificadode teoría.Porque,seadebidoa su excesivoapegoa estalógica abductivapenetrante,en detrimentode la formulaciónsistemáticade las conjeturaspor aquélla sugeridas,o bien, simplemente,por su escasaatencióna unaprecisiónconceptualque reiteradamenteposponea las exigenciasde suansiedadpor alcanzarcuantoanteslas conclusionespretendidas,lo ciertoes que el conjunto de su trabajoabremás puertasde las quecierra. Estoes,sugieremásde lo que es capazfehacientementede demostrarComotambiénestámásorientadoa la tareanegativadedemoliciónde los presu-puestosheredadosque al esfuerzopositivo de construcciónde un nuevoedificio teórico. Algo que se pone de manifiestoen sus reflexionessobreel actory la actividadeconómicos,másvolcadasa cuestionarel hornooeconomicusqueaavanzaren la elaboraciónde unaconcepciónalternati-va de la naturalezahumanay de la accióneconómica.

En cualquiercaso, no se pretendeaquí enjuiciar la pertinenciade laspropuestasveblenianasdesdela perspectivainternade la propia teoríaeconómica.Por el contrario, como ya hubo ocasiónde trataranteriormente84,es nuestraopinión quelas reflexionesepistemológicasymetodológicasde esteautor, más que integrarsedentro de unadisciplinasocial ú otra, conectancon su voluntadde edificar una amplia teoríasocial, focalizadaprecisamenteenbuenamedidaa alcanzarunaconsidera-ción unificadadel comportamientohumanoy del esquemainstitucional.Una teoríasocial,por otraparte,compatibleen el esquemade Veblenconel trabajode las distintasespecialidadesque,además,podríanbeneficiarsede los fundamentosqueaquéllales ofrecería.Comotambiénellamismasenutriría de las aportacionesde muy diversasdisciplinas,cuyos materialesintegraríasin distinción de procedencia.Ofreciendo,como resultado,unperspectivaglobal, asentadasobrelos cimientosteóricosexaminados,asícomo sobreunadeterminadaconcepciónde la naturalezahumanay de suactuar;unaconcepciónde la historia y de la dinámicasocial; y, en fin, unaconcepcióndel esquemamaterial y cultural de las sociedadesestrecha-menteentrelazadasa dichoscimientos.Aspectostodos ellos a los queVeblenconsagróla mayor partede susesfuerzos,específicamentepor lo

84 Cfr. BaraflanoCid, Margarita,op. cit.

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que hacea la utilización de los mismosen la construcciónde esanuevacienciaeconómica“evolucionista”que tan repetidamenteinvocó.