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Los Cuadernos de Liter@ura 25 AÑOS DE LA MUERTE DE ELIOT UNA SEMBLANZA DE SU VIDA Y SU POESIA 80 Manuel Soto S i en cualquier poeta vida y poesía están íntimamente unidas; y cualquier bio- graa, ensayo o estudio lo deben tener muy en cuenta; esta unión es particu- larmente emblemática en el caso de T. S. Eliot. A lo largo de su vida va construyendo una poe- sía perctamente imbricada en su devenir his- tórico. Este hecho, observado durante dos años de paciente traducción de su Obra Poética Com- pleta, me lleva a redactar el presente esbozo. Trato, de manera sencilla y dentro de las limita- ciones de extensión propias del mismo, de clari- ficar e ilustrar este paralelismo. También apro- vecho este trabajo para rendirle un humilde ho- menaje a los 25 años de su desaparición. Sin du- da ha sido el poeta modernista, en lengua ingle- sa, más influyente a lo largo del siglo XX. En la actualidad continúa siendo obligado punto de rerencia para la joven poesía que alborea en l_os umbrales del siglo XXI. UNA INFANCIA MARCADA POR LA TRADICION Thomas Stern Eliot nació en St. Louis, Mis- souri, el 26 de septiembre de 1888. Desde antes de su nacimiento se proyectan sobre él las raíces de una tradición miliar que va a ser elemento determinante de su apasionada lucha en busca de su tradición poética. Según aseveración de su madre a Bertrand Russell, sus antecesores eran de origen anglo-ancés; y uno de ellos, un tal William de Alist, e uno de los conquistadores de Hasting. En un horizonte más próximo, la fi- gura dominante de su entorno miliar de su abuelo, William Greenlef Eliot, muerto un año antes de su nacimiento. El hecho de no haberlo conocido permite grabar al poeta su cristalina e idealizada figura en su memoria poética. El abuelo Eliot ndaría en St. Louis la primera universidad de la zona. Su madre, inteligente y de erte carácter, va a tener una importancia decisiva en el transcurso de su vida. Su amor ha- cia ella le llevarán (muchos años después de ha- ber abandonado USA) a la publicación de su poema «Savonarola». En cualquier caso Eliot tiene la rtuna de recibir la más amplia educa- ción posible para su época y además sus padres poseen sensibilidad artística. Los gatos que di- buja su padre y la poesía martirológica de su ma- dre quedan reflados en el «Old Possum's Book of Practica! Cats» (1939) y en el poema de pri- mera juventud «The Death of Saint Narcissus». Este es quizás el primer poema en que se co- mienza a vislumbrar la magia musical de su poe- sía posterior, concretamente su primera estro es el primer antecedente que encontramos a la 5." parte de «La Tierra Baldía» («What the Thunder said»). Pero hay otras resonancias de su niñez, dima- nentes de la topograa literaria, que van a ser

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Los Cuadernos de Literatura

25 AÑOS DE LA MUERTE DE ELIOT

UNA SEMBLANZA DE SU

VIDA Y SU POESIA

80

Manuel Soto

Si en cualquier poeta vida y poesía están íntimamente unidas; y cualquier bio­grafía, ensayo o estudio lo deben tener muy en cuenta; esta unión es particu­

larmente emblemática en el caso de T. S. Eliot. A lo largo de su vida va construyendo una poe­sía perfectamente imbricada en su devenir his­tórico. Este hecho, observado durante dos años de paciente traducción de su Obra Poética Com­pleta, me lleva a redactar el presente esbozo. Trato, de manera sencilla y dentro de las limita­ciones de extensión propias del mismo, de clari­ficar e ilustrar este paralelismo. También apro­vecho este trabajo para rendirle un humilde ho­menaje a los 25 años de su desaparición. Sin du­da ha sido el poeta modernista, en lengua ingle­sa, más influyente a lo largo del siglo XX. En la actualidad continúa siendo obligado punto de referencia para la joven poesía que alborea en l_os umbrales del siglo XXI.

UNA INFANCIA MARCADA POR

LA TRADICION

Thomas Stern Eliot nació en St. Louis, Mis­souri, el 26 de septiembre de 1888. Desde antes de su nacimiento se proyectan sobre él las raíces de una tradición familiar que va a ser elemento determinante de su apasionada lucha en busca de su tradición poética. Según aseveración de su madre a Bertrand Russell, sus antecesores eran de origen anglo-francés; y uno de ellos, un tal William de Alist, fue uno de los conquistadores de Hasting. En un horizonte más próximo, la fi­gura dominante de su entorno familiar de su abuelo, William Greenlef Eliot, muerto un año antes de su nacimiento. El hecho de no haberlo conocido permite grabar al poeta su cristalina e idealizada figura en su memoria poética. El abuelo Eliot fundaría en St. Louis la primera universidad de la zona. Su madre, inteligente y de fuerte carácter, va a tener una importancia decisiva en el transcurso de su vida. Su amor ha­cia ella le llevarán (muchos años después de ha­ber abandonado USA) a la publicación de su poema «Savonarola». En cualquier caso Eliot tiene la fortuna de recibir la más amplia educa­ción posible para su época y además sus padres poseen sensibilidad artística. Los gatos que di­buja su padre y la poesía martirológica de su ma­dre quedan reflejados en el «Old Possum's Book of Practica! Cats» (1939) y en el poema de pri­mera juventud «The Death of Saint Narcissus». Este es quizás el primer poema en que se co­mienza a vislumbrar la magia musical de su poe­sía posterior, concretamente su primera estrofa es el primer antecedente que encontramos a la 5." parte de «La Tierra Baldía» («What the Thunder said»).

Pero hay otras resonancias de su niñez, dima­nentes de la topografía literaria, que van a ser

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quizás más importantes en su posterior poesía. Al lado de su casa había un colegio de niñas, y sus voces van a reaparecer en «Burnt Norton»: «Footfalls echo in the memory/ Down the pas­sage we did not take/ Towards the door we ne­ver opened/ lnto the rose garden». La prodigio­sa intensidad de sus experiencias infantiles va a ser un manantial inagotable durante el resto de su existencia. Siempre le encantó, como buen «voyeur», la sublimidad de la belleza desde la invulnerabilidad del observador. La encantadora excitación de contemplar algo maravilloso y no sentirse comprometido en ello. Otro elemento literario que va a marcar su obra literaria (como en el caso de Mark Twain) es el crecer junto a un gran río con sus connotaciones sociológicas, poéticas, filosóficas y existenciales. La niebla­gato que aparece en «Prufrock» es precisamente la producida por el humo de las chimeneas de las fábricas que él divisa desde su casa, en la otra orilla del Missisipi: «The yellow smoke that rubs its muzzle on the window panes». Toda su vida va a considerarse Eliot un poeta urbano; y de su adolescencia proviene ese extraño placer de pa­sear a través de las avenidas y de los suburbios, que quedan reflejados en ese mismo poema: «streets that follow like a tedious argument». Es el vértigo de esa sociedad industrial una de las causas que le harán buscar denodadamente el apoyo y la seguridad de una tradición (palabra clave en su obra y en su vida). Tanto él como, los también modernistas, Pound y Y eats irán a la búsqueda de ese imprescindible apoyo a su obra literaria. Para ello se remontarán al Plato­nismo, la Biblia, Confuncio o la literatura me­dieval.

El adolescente posee una memoria auditiva prodigiosa, a los doce años conocía «par coeur» el «Danny Deeven» de Kipling. A los 14 le im­presiona profundamente «The Rubáiyat» de Ornar Kauyam. Luego comenzará a escribir cuartetos y leerá a Byron y una historia de Buda. Pero, sobre todo, desde el principio comienza a destacar su prodigiosa capacidad para imitar otros estilos y ritmos poéticos. Esto y su geniali­dad inventiva le convertirán pronto en un maes­tro en las construcciones poéticas vanguardistas. Otros factores a destacar desde su juventud son: su ingenio, disciplina y enorme capacidad de tra­bajo.

SU PREPARACION CONTINUA

Junio de 1906 marca su entrada en la universi­dad de Harvard. Al igual que Pound considera que existe un absoluto vacío en las generaciones americanas que le precedieron y decide tomar como referencia los poetas británicos de los «Ni­neties». Su segundo año en la universidad que­da marcado por la profunda impresión que le produce Baudelaire. Al fin ha encontrado un poeta cuyas características: reacción contra el romanticismo, morbosidad y equilibrio entre lo

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bello y lo horrendo conviven a su sensibilidad artística. También por aquella época, según afir­ma en su ensayo «What Dante Means to Me», era capaz de recitar la «Divina Comedia» de me­moria; poniendo, por supuesto, más énfasis en los valores tonales que en los semánticos. Pero es en diciembre de 1908 cuando encuentra su «Camino de Damasco», con la lectura del libro de Arthur Symons «The Simbolist Movement in Literature». De Rimbaud a Verlaine para lle­gar a Corbiére y Laforgue. Inmediatamente en­cargará a Francia «Les Oeuvres Completes» de Laforgue que llegarán la primavera siguiente.

Durante su último año de carrera tiene como profesores a George Santallana (el poeta y filó­sofo español que abandonaría Harvard para con­vertirse en «erudito errante») e lrving Babbit, con el que iba a mantener correspondencia has­ta la muerte del profesor. El curso que imparte Babbit versa sobre «La Crítica Literaria en Fran­cia» y Eliot se siente atraído tanto por la materia como por la personalidad del catedrático. Cosa muy normal pues el estilo tradicional y sistemá­tico de Babbit (no muy apreciado por otros mu­chos alumnos) era el más adecuado a la persona­lidad de Eliot. Babbit había escrito en «Budda and the Occident»: «El temperamento del Bu­dismo es más impersonal que el del Cristianis­mo». La exarcebada sensibilidad de Eliot necesi­taba ese bálsamo de impersonalidad y distancia­miento. Stephen Spender afirma en «T. S. Eliot the Men and His Work» que Eliot pensaba con­vertirse al Budismo en la época en que estaba escribiendo «La Tierra Baldía».

En el verano de 1910 compra un libro de no­tas y comienza a transcribir los poemas que ha­bía escrito hasta entonces. El hecho que no in­cluya en este cuaderno ninguno de los poemas anteriores al conocimiento de Laforgue es una muestra evidente de su criterio selectivo. A este cuaderno continuaría añadiendo poemas hasta su traslado a Inglaterra en 1914. En estos prime­ros poemas se siente invadido por sentimientos contrapuestos, que sólo consigue dominar cuan­do aprende la técnica de las «máscaras» poéticas que le permiten distanciarse del poema y con­vertirse en espectador ( es la época de «Portrait of a Lady», cuyos primeros pasajes fueron escri­tos hacia 1910; o de «Preludes», en el que como técnica catárquica emplea el hechizo producido por un tono mesmerizante). Hay poemas, que luego no serán publicados como «Goldfish», donde describe uno de sus temas preferidos (la rutina de la vida burguesa). Tema que va a que­dar incorporado a algunos de los poemas de su primer libro publicado («Prufrock and Other Observations») tales como: «Prufrock», «Por­trait of a Lady», «The Boston Evening Trans­cript» o «Cousin Nancy».

En los primeros meses de 1910 Eliot debió co­municar a su familia su decisión de pasar un año en París, pues el 3 de abril su madre le escribe alarmada y le dice: «No puedo soportar la idea

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de que vivas en París, el simple hecho de pen­sarlo me produce escalofríos». Sin embargo lo­gra persuadir a su familia y en octubre cruza el Atlántico hacia Europa. Ya en París, en los pri­meros meses de 1911, asiste a las conferencias de Bergson en el Colegio de Francia; entre los asistentes otro joven poeta extranjero queda im­presionado por el convincente verbo del filósofo (su nombre es Antonio Machado). Eliot sufre una temporal conversión al «bergsonianismo»; su tímido temperamento queda reforzado por la autoconfianza que de_sprende el maestro. «The stream of consciouness» está bien presente en varios de los poemas pertenecientes a un primer libro («Preludes», «Prufrock», «Portrait of a La­dy»). Pero los conceptos de «duración ideal» o de «inmersión en el tiempo» no contribuían de­masiado a reforzar la autoconfianza de Eliot. En consecuencia preferirá derivar hacia conceptos más sólidos (tales como la tradición, la discipli-

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na y el orden). Ninguna ideología más apropiada para ello que la de Charles Maurras (ultracon­servador y antisemita). Su influencia va a que­dar, de manera subrepticia, latente en buena parte de su obra crítica. Cuando en 1928, en el Prefacio de «Por Lancelot Andrews», Eliot se declare: «classicist, royalist and anglo-catholic», no habrá hecho más que reenunciar las adscrip­ciones de Maurras de 1913 (aparecidas en la «N ouvelle Revue Frarn;aise»): «classique, catho­lique, monarchique».

Conoce a Alain-Fournier, un joven escritor, con quien practica conversación en francés. Este le introduce en la obra de Dostoievsky, Gide y Claudel. También establece amistad con su compañero de pensión Jean Verdenal (posible­mente fuera él quien le introdujera en la obra de Maurras). Ambos establecen una amistad ínti­ma; juntos discuten de pintura, literatura y man­tienen una activa correspondencia después de la vuelta de Eliot a USA (págs. 21 a 36 «The Let­ters of T. S. Eliot). Verdenal muere en los Dar­danelos en 1915, y en 1917 el poeta le dedica un bellísimo epígrafe, extraído de Dante (Purgato­rio XXI, 133-6), en su primer libro.

Entre 1910 y 1911 completa sus dos primeros grandes poemas de juventud: «Prufrock» y «Portrait of a Lady». Sus obsesiones sexuales, claramente manifestadas en los poemas que nunca fueron publicados, porque eran impubli­cables, aparecen veladas en algunos pasajes de los publicados (como «The thousand sordid images» de «Preludes», o todos los símbolos e imágenes sexuales que aparecen en «Prufrock» o «Portrait of a Lady» y que reaparecerán mástarde en «La Tierra Baldía»). Los tres primerospoemas antes citados fueron construidos de ma­nera fragmentaria, contienen paisajes aisladosde una enorme intensidad lírica, pero al mismotiempo reflejan mórbidos sentimientos de inse­guridad y pérdida. Mas, tanto la construcciónfragmentada como estos sentimientos destructi­vos son superados genialmente por Eliot, me­diante su privilegiada capacidad de síntesis y sufabuloso sentido rítmico que le permiten mante­ner en pie una tambaleante estructura de ele­mentos muy diversos. Por eso, los primeros es­tudiosos de Eliot pensaron (a causa de su apa­rente unidad) que se trataba de una sola vozpoética, cuando en realidad emplea muy dife­rentes voces poéticas espaciadas en el tiempo.

En éste, su primer viaje a Europa, visita tam­bién Londres (en abril de 1911). En el verano del mismo año viajará a Munich, es allí donde completa «Prufrock». Luego se trasladará a Har­vard (USA), a tiempo para comenzar el nuevo curso académico (en el otoño de 1911). Allí per­manecerá los tres siguientes años.

Una vez en la universidad de Harvard, Eliot decide estudiar sánscrito, apuntándose al curso de Lamman de filología india. Durante su se­gundo año trata de dominar los textos sagrados del budismo ( el Pancha-Tantra, el Bhagavad-Gi-

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ta y el Jatakar) en las clases impartidas por Ja­mes Haughton W oods. Además, durante un curso entero asiste a las de budismo de Masaha­ru Anesaki. Era un camino lógico para una bue­na parte de los intelectuales estadounidenses. Pero los intereses de Eliot no eran meramente culturales, sino también personales. Era un nue­vo procedimiento de autodisciplina, de renuncia al deseo, de meditación, de superación del de­testado sentimentalismo de los epígonos román­ticos. Actitud antirománica reforzada por la lec­tura de los filósofos británicos Bradley y Hulme.

EL HURACAN BELICO. 1914-1919

A principios de 1914, mientras asiste a unos seminarios bajo la dirección de Bertrand Rus­sell, decide conseguir una beca para trasladarse a Europa y continuar allí sus estudios filosóficos (pensaba completar su tesis sobre Bradley). Sin embargo en vez de ir directamente a Inglaterra, prefiere pasar algún tiempo en el continente eu­ropeo. A mediados de julio llega a Alemania, donde piensa hacer un curso de filosofía; pero el inminente estallido de la I. ª Guerra Mundial le hace trasladarse apresuradamente a Londres (agosto de 1914).

A través de Aiken conoce allí a Pound, quien ya gozaba en aquel momento de un cierto pres­tigio en los medios literarios. Pound queda ma­ravillado por el poema «Prufrock» y decide en­viarlo inmediatamente a Harriet Monroe ( edito­ra de la revista «Poetry» de Chicago). No dejará de resaltar la importancia del mismo hasta con­seguir su publicación, en la mencionada revista, en abril de 1914. También es Pound quien agu­diza el interés de Eliot por Dante y otros poetas medievales italianos. En noviembre aparecen, en la «Catholic Anthology» de Pound, cinco de los poemas de Eliot. Para entonces lo mejor de su primera poesía había sido ya publicado. Y es­te cambio tan importante para su vida artística coincide con otro importante cambio sentimen­tal. Ese mismo año conocerá a Vivien Haigh­Wood y el 26 de junio de 1913 se casará con ella.

El matrimonío es muy desafortunado y pronto se manifestarán los problemas nerviosos de Vi­vien. Las incompatibilidades fisicas y sicológicas de ambos cónyuges quedarán emblemáticamente reflejadas en el poema en prosa «Histeria» (perte­neciente al primer volumen). Eliot se da pronto cuenta de su fracaso matrimonial, pero lo oculta a todos sus amigos con la excepción de Pound. Por otra parte la carga económica que supone el matri­monio le obliga a colocarse como profesor de en­señanza media, trabajo para el que no está dotado ni siente atracción. Además le angustia la idea de no poder escribir poesía. Como aún necesita ganar más dinero se dedica a la crítica literaria.

Termina su tesis sobre Bradley en la primave­ra de 1916, la envía por correo a Harvard y es aceptada sin ningún reparo. En mayo su madre enviará una carta a Russell («The Letters ... »,

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pág. 138) para que intente convencer a su hijo de que se dedique a la filosofía y no a hacer «versos libres». Con su fina intuición poética Pound vaticina, en carta escrita a Henry Ware (28/VI/1915), que el progreso poético de la fama de Eliot será mucho más rápido y sostenido que el suyo. También por esta época Eliot va entran­do progresivamente en el «Círculo de Blooms­bury» a través de Ottoline Morrell.

UN POETA BANQUERO

A finales de 1916 Eliot piensa que puede ga­narse la vida mediante sus conferencias y críti­cas de libros y decide abandonar la «Highgate Junior School». No es así y en marzo de 1917 se ve obligado a entrar en el Lloyds Bank. A pesar de ser un trabajo monótono, el sometimiento a la disciplina de un horario da estabilidad a su vi­da emocional. Cuatro meses después ( con la ayuda monetaria de Dorothy Pound) publica en el «Egoist» su primer volumen «Prufrock and Other Observations». Las críticas de la prensa inglesa son cortas y negativas. Hecho muy nor­mal pues los críticos no estaban preparados para poder apreciar una poesía tan revolucionaria. Aunque la estructura básica del monólogo lite­rario esté inspirada en Donne, Browning, Lafor­gue y Corbiere; su patrón literario (mucho más lírico que dramático, mucho más subjetivo que objetivo) es completamente original. Los críti­cos echan en falta precisamente ese monólogo propio de Browning que parece estar respaldado por una poderosa personalidad poética. En aquellos años no se podía comprender la poesía sin un tono sostenido central que diera unidad al conjunto. Sin embargo en Eliot los poemas más largos son fragmentos heterogéneos solda­dos con brillantez a través de fulgurantes imáge­nes, insistentes cadencias y ritmos repetitivos tanto visuales como auditivos. En todo ello radi­ca la enorme originalidad de su poesía.

En enero de 1919 muere el padre de Eliot. En junio del mismo año los W oolfs publican «Poems» que contiene la mayoría de sus poe­mas en francés y los escritos en forma de cuarte­tos. Estos poemas en cuartetos se encuentran entre los más originales e inventivos de toda la obra del poeta; son ajustados, agudos, irónicos y muestran una clara influencia de Gautier, en particular «Emaux et Camées». Una vez más ha sido el providencial Pound quien le ha aconseja­do su lectura. Todos estos poemas están caracte­rizados por la rápida sucesión de imágenes y los abruptos cambios de tono. A través de todo el li­bro se manifiesta la extraordinaria inteligencia rítmica de Eliot que parece cortar los poemas a la medida exacta de sus necesidades, mante­niendo en su lugar las alarmantes percepciones en ellos desarrolladas. Durante mayo y junio de 1919 está escribiendo «Gerontion», un monólo­go dramático en el que asume el papel de un hombrecillo. De la deliberada oscuridad de los

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cuartetos se ha pasado a un sentido de libera­ción expansiva, influenciada por los dramatur­gos isabelinos. Eliot ha conseguido un eficacísi­mo tono dramático en su poesía que luego no será capaz de comunicar a su teatro con igual brillantez. En este poema encontramos clara­mente su primera obra maestra. Sin embargo a comienzos de 1920 su reputación en Inglaterra era mayor como periodista literario que como poeta. «The Sacred Wood» aparece en noviem­bre y alcanza un rotundo éxito.

LA CRISIS Y LA TIERRA BALDIA

Cuando en 1921 Eliot está escribiendo «La Tierra Baldía» el entorno no es muy favorable, Inglaterra se encuentra en pleno colapso econó­mico y en un ambiente de crisis social. La salud sicológica de Vivien va de mal en peor. Eliot es­tá también escribiendo ensayos sobre Marvell, Dryden y los «Poetas Metafísicos». Acaba de terminar la lectura del «Ulysses» de Joyce y con­sidera que su mayor aportación literaria consiste en imbricar el mito dentro del mundo contem­poráneo. Por esta época también está interesado en el tarot y en el espiritismo. A fines de 1921, «W aste Land» está más o menos terminada. En enero de 1922 la presenta a Pound para su revi-

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sión. La poda a que Pound la somete convierte un pastiche dramático, con genialidades parcia­les, en el poema más celebrado de Eliot. Como es natural Pound aprecia en especial los pasajes fríos y rítmicos con imágenes muy precisas en que Eliot ha adoptado los principios «imaginis­tas» y considera que es allí donde reside la fuer­za principal del poema. Se han removido los ele­mentos estilísticos reproductivos y se ha afilado la vertiente dramática y de ficción. Lo que Pound consigue captar con su extraordinaria sensibilidad musical es el ritmo soterrado del poema y a partir de ahí puede eliminar los ele­mentos que no casan en ese patrón. Sin embar­go ese ritmo soterrado había aflorado libremen­te en la última parte del poema («What the Thunder Said») que en consecuencia Pound de­ja prácticamente sin modificar.

La referencia básica (según manifiesta Eliot en sus notas) es la leyenda del Santo Grial. Y en ella entran de pleno los mitos de la fecundidad, es decir los mitos perdidos en la noche de los tiempos (de muerte y renacimiento siguiendo el ritmo de las estaciones). Sin embargo el poema

· ha sufrido otras muchas interpretaciones talescomo una sociedad en decadencia, una autobio­grafía personal o una meditación mística.En cualquier caso se trata, más bien, de una

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toma de conciencia (simultánea y fuera del tiempo) de la grandeza y miseria moral de la hu­manidad.

LA CRISIS Y LA BUSQUEDA DE LA FE (1923-1929)

Las relaciones con Vivien se irán deterioran­do y en busca de una estabilidad emocional se aproximará a la fe cristiana. En carta escrita a Virginia Woolf, fechada en 1924, confiesa que siempre le ha atraído la compañía de los cléri­gos. Siempre ha mostrado, desde sus estudios budistas en la universidad, una profunda sensi­bilidad al fenómeno religioso. Respecto a sus convicciones religiosas en conjunción con su idea de la tradición, hay que tener en cuenta que ya en 1921 ha publicado su ensayo «The Metaphisical Poets» y que en su ensayo «Lance­lott Andrews» va a afirmar: «The English Church has no literary monument equal to that of Dante, no intelectual monument equal to that of St. Thomas, no devocional monument equal of St. John of the Cross». En cuanto a «La Tierra Baldía» la considera ( en carta dirigida a Richard Aldington en 1922) fruto del pasado y ahora se siente conducido hacia un nuevo estilo y forma. El trabajo que tenía en mente era «Sweeny Agonistes»; parte del cual fue escrito hacia septiembre de 1923, pues en dicho mes hace referencia de ello en carta dirigida a Lewis. Pero es precisamente durante un período de frustración ante la imposibilidad de escribir «Sweeny Agonistes», cuando toma forma la se­cuencia «The Hollow Men», publicada en 1925. En noviembre de ese año lleva a Vivien a un sa­natorio siquiátrico de París y vuelve solo. El dra­ma personal se va acelerando, el paralelo de sus sentimientos personales con la voz poética de «Hollow Men» es evidente: «We are the hollow men, we are the stuffed men». Ya en esa época está discutiendo con sus amigos la conveniencia de separarse de Vivien.

En la mitad de 1926, para romper el «bloqueo creativo» producido tras la composición de «The Hollow Men», se dedica a traducir «Anabase» de Perse. Sin embargo este bloqueo no desapa­rece de manera adecuada hasta que Geoffrey Faber le encarga la serie de los poemas de «Ariel». El primer poema que escribe es «Jour­ney of the Magi». En él emplea la técnica poéti­ca acentual experimentada en «The Hollow Men». Se trata de un poema de estructura casi conversacional, en el que emplea técnicas dra­máticas aprendidas en «Sweeny Agonistes».

AGONIA Y SEPARACION (1929-1934)

Su madre (Charlotte Eliot) muere en septiem­bre de 1924. Vivien escribe en su diario que éste fue un período terrible y agonizante para su ma­rido. Por esta época Eliot está escribiendo sobre Dante y el poema «Animula» de los «Ariel

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Poems». En marzo de 1930 publica en su forma final «Ash-W ednesday» (todos los préstamos li­terarios de este poema proceden de la Biblia y de las obras de Dante). En junio de 1930 Eliot escribe a un amigo que este poema «era real­mente un intento esquemático de aplicación de la Vita Nuova a la vida moderna». Mundo y Dios, jardín y desierto eran sus temas contra­puestos. Este poema es la «anunciación» de una marcha poética de salvación que culminaría en «Four Quartets». Eliot ha avanzado desde la fría sensibilidad y escepticismo de «Prufrock» o «Gerontion» hacia la «cristalización» de una fe y la construcción de un himno de «redención dan­tista». Como afirma el poeta en su ensayo sobre Baudelaire la gloria del hombre depende funda­mentalmente de «su capacidad para la condena­ción». El grado de «condenación» a que estaba sometido Eliot puede medirse por el hecho de que desde 1930 (durante el plazo de 5 años) no fue capaz de componer poemas de una manera coherente.

Habiendo consultado a sus íntimos y a su confesor espiritual, decide separarse de Vivien aprovechando su estancia en Harvard, durante el período académico 1932-33. Las conferencias pronunciadas en USA son publicadas, en 1933, bajo el título «The Use of Poetry and the Use of Criticism». Parte de sus poemas menores «Lans­capes» fueron compuestos en USA y la otra par­te a su vuelta de Inglaterra.

UNA NUEVA AURORA (1934-39)

Hacia 1935 su período «baldío» había tocado a su fin y este año va a representar el comienzo del más satisfactorio ciclo creativo de su vida. En 1935 había publicado «Burnt Norton», poe­ma en el que consigue una impresionante efec­tividad con su genial manipulación del sentido lógico, crea un nuevo lenguaje poético y lo agru­pa en una perfecta unidad formal. Era el «ama­necer» de «Four Quartets». En 1940 publica «East Cooker», su popularidad fue tal que ese mismo año se hacen dos reimpresiones. Si los críticos vieron en «The W aste Land» ( a pesar de la abierta oposición de Eliot) el paradigma repre­sentativo del desencanto de una generación, ahora ven en «East Cooker» la expresión de la histórica continuidad del tiempo en el momento en que esa continuidad se encuentra formal­mente más amenazada. En ese terrible 1939 Eliot había publicado «Idea of a Christian Socie­ty» y el encantador volumen de poemas infanti­les «The Old Possum Book's of Practica! Cats». En ese mismo año la muerte de Yeats le coloca en el pináculo de la fama. Se ha convertido en la voz más representativa de la cultura en lengua inglesa. Por esa razón es elegido para pronunciar su elogio póstumo, en Dublín, en junio de 1940. Es durante la composición de «East Cooker» (en la primera mitad de 1940) cuando se le ocurre construir una secuencia de «Cuatro Cuartetos».

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En febrero de 1941, el «New English Weekly» publica «Dry Salvages». Pero casi inmediata­mente de terminar este poema había comenza­do a trabajar en el cuarto de la secuencia «Little Gidding». La crítica sobre Eliot había sido hasta esa fecha mucho más favorable en Inglaterra que en USA (lo cual era natural por encontrarse su cultura y sentimientos más próximos de su país de adopción). Sin embargo «Four Quartets» se convierte realmente en la «prueba de fuego» y la «pieza maestra» que representa este volu­men recibe reconocimiento unánime. Su mérito fundamental reside en su extraordinario equili­brio que mantiene todo a lo largo de la obra. Combinando con absoluta maestría elementos tan dispares como: el reajuste de otros estilos li­terarios, un lirismo místico de la más elevada ca­lidad ( en perfecta armonía con una efectivísima narración dramática). «Four Quartets» culmina, deliberada y voluntariamente su obra poética; y en consecuencia a lo largo de toda la pieza en­contramos (a la manera de balizas) continuos vestigios de su «opus» anterior: sean las secuen­cias de su concepción del tiempo (ya presentes en «la Tierra Baldía») o bien la florida imagine­ría (ya presente en «La Figlia Che Piange» o «Portrait of a Lady»). «Cuatro Cuartetos» repre­senta la culminación de una herencia cultural y como el mismo Eliot reconoce «la unidad de to­do el pasado de las letras inglesas» dentro de una reconocible unidad llamada «Literatura Eu-

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ropea». Qué mejor aseveración que el «familiar compound gost» que aparece en «Little Gid­ding» y que es, según nos dice Eliot una combi­nación de Y eats, Mallarmé, Swift y Poe. Con és­ta, la culminación de su obra poética consigue el Premio Nobel de Literatura en 1948.

UN FINAL FELIZ. LA VUELTA A LOS ORIGENES (1949-65)

El 10 de junio de 1957, contrae matrimonio con Valerie Fletcher en la iglesia de San Barra­bás (en Addison Road, Kensington). Jules La­forgue, que tan decisiva influencia había ejerci­do en su primera poesía, también se había casa­do en la misma iglesia. «Time past and time pre­sent» volvían a juntarse bajo el conjuro elotiano. Después de unos años felices y apacibles en compañía de Valerie, moría el 4 de enero de 1965. Había dejado instrucciones para ser cremado y también, según sus deseos, sus cenizas son tras­ladadas a East Cooker ( el mismo lugar en que sus antepasados habían embarcado para América a fi­nales del siglo XVII). Sobre su lápida flotan graba­das dos consignas: «In my beginning is my end» y «In my end is my beginning». El ciclo mágico que­daba cerrado y su tiempo pasado y su tiempo pre­sente quedaban definitivamente incorporados a su tiempo futuro. Aquel mismo año se pu-

l'fJI!... blica su obra póstuma «Criticar a los críti- •• cos y otros ensayos». �