LOS DÍAS, MESES... ELTIEMPO.

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ELBA GERTRUDIS MAZZEO

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Edición 3 - 2 octubre 2013

Autor:

ELBA GERTRUDIS MAZZEOESCRITORA POESIA Y NOVELAS,PROFESORA DEPIANO,MAESTRA JARDIN DEINFANTES,COMERCIANTE,JUBILADA.

PresentaciónLos días y los meses son lo más cercano que tenemos en eltiempo. El tiempo... infinito... eterno... lejano...

PRÓLOGOLos días, meses… el tiempo. Es ese el armado que sumalos años de lo que nos toca vivir. Años… ¿Pocos…?¿Muchos…? ¿Los necesarios…? El TIEMPO es el dueñode las vidas humanas. También de los diversos animalesque aparecieron en nuestro planeta. De la flora…

Observando el amanecer de cada día y la caída de lanoche, alguien lejano organizó los días de la semana, losmeses y los años… también los siglos y los milenios.¡Qué forma de organizar la vida! A todo se le ponefecha… menos a la muerte… hasta que suceda.

Del mismo modo que algunos niños, las flores muerenpronto, una pena. Hay flores tan bellas que debieran serperennes. Las vemos brotar, crecer muy despacio, abrirsus pétalos esparciendo el aroma, dejar de ser pimpollopara transformarse en una espléndida flor… y en brevecomienza a marchitarse… sus pétalos caen quebrando laimágen que sólo fue por pocos días.

Los árboles… dicen que los árboles mueren de pie. Eso sila mano del hombre no los destruye. Hay árbolescentenarios… ¿será bueno vivir tanto? ¡Cuánto tiempomirando al cielo, anidando pájaros, dejando que su savia

renueve el follaje!

Árboles, pájaros, animales, flores… ellos no piensan,carecen de intelecto, nacen y mueren sin conocer que es lapalabra Tiempo. El hombre sí. Sabemos cuando y dondenacimos al menos…

Con la suma de nuestros días, meses y años, tenemos elresultado de saber cuanto vivimos. Podemos recordar elpasado, entender o no el presente, dudamos del futuro…

Me deslizaré en como veo cada día de la semana,escribiré sobre la impresión que me produce cada mes…los años… no sé. Prefiero no retroceder en el tiempo,vivir el hoy. El Tiempo es un señor gallardo que noespera, sigue de largo… Termina cuando, como las flores,deshojamos nuestros pétalos de vida…

ELBA MAZZEO

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PRÓLOGO

LUNESAsí digan que la semana comienza en domingo, para todosel inicio se produce el día lunes. No hay quien no protestecuando llega el lunes. ¡Uf! Otra vez lunes y a seguir conlas obligaciones…

Trabajo, horarios, compromisos… lo peor… madrugar.La mayoría de la gente debe madrugar los días de semanay la cama está tan agradable de mañanita…

Quien tiene niños preparar sus desayunos, los que van a laescuela en turnos de mañana, llevarlos al colegio, correrhacia sus trabajos, renegar con los viajes, el tránsitoaglomerado, el bullicio de las calles, soportar jefes,compañeros no tan afines a ellos, clientes molestos…¡Cómo cuesta arrancar los lunes!

Aquí comienza la historia de mis tiempos. ¿Cuánto tiempopasó desde que estaba obligada a madrugar para atender amis hijos? ¿Y a uno de mis nietos que su mamá me lodejaba de bebé sobre la cama, para que me hiciera cargohasta que ella regresara de su trabajo? Correr y correr…siempre fue así para mí. Trabajando en casa, cuidandoniños, cocinando, limpiando, estudiando lo quedominaba… y caer rendida al llegar la noche.

Los días, meses… el TIEMPO. ¿Cómo pasó tanto tiempo,que aquella familia yendo y viniendo se fue diluyendo demi hogar? Los que más cerca compartían mi vida,formaron otros nidos… el resto, emprendió viajes sinregreso.

En la mitad de mi siglo me encontré en la peor de missoledades. Mi obligación para subsistir fue hacerme cargode un trabajo fuera del hogar… y seguí corriendo.Madrugar, viajar, soportar, regresar, hacer como pudieselo que requiere una casa, acostarme sola y tratar dedormir.

El TIEMPO nos brinda etapas y todo cambia. Otrohombre, nuevas costumbres, más trabajo… pero llegó lajubilación. ¡Oh!!! Ahora no hay horarios. Todos los díasparecen iguales así no lo sean. Ya no existe el despertadorpor las mañanas y el lunes… casi casi… es como eldespaturrado domingo en el que nadie quiere hacer nada.

Desayuno en la cama, ahora me traen el desayuno y, ¡quérico! Me crujen los huesos cuando me levanto, ¡pero melevanto! Lunes querido… hago tan pocas cosas por lamañana… reparto mis quehaceres para cada día de lasemana y descanso todo lo que quiero. El tiempo pasa ynos cambia la vida…

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioLUNES

MARTESSí, los martes me dan fastidio. Ya les explico. Pasa quehace años ocuparon varias calles linderas a mi casa lasferias con sus puestos de artículos de todo tipo. Tapan laentrada de mi garage y la de muchos vecinos, pero huboque resignarse. Justo en mi esquina hay un puesto deplantas y plantines. Llegan hasta las veredas con susobjetos, puestos de ropa, bazar, comestibles, carnicerías,verdulerías…

El puesto de plantas es una belleza. Tanto color sobre elasfalto deleita la vista y una quisiera comprarse todo. Lecompré muchas a Salvador, un hombre joven, rubión ybajito, que acarrea solo con todo. A veces tiene cara deloco el pobre. Imagino, mientras despacha a una mujer,otras esperan y debe temer que alguna se lleve alguno desus plantines sin pagar, con tanto changuito rodando…

Llegan muy de madrugada pero silenciosos. Escucho aveces cuando estacionan sus camionetas, pero nunca los viacomodar sus puestos. Sí cuando recogen todo pasado elmediodía y juntan con increíble rapidez la mercaderíasobrante. También ponen y quitan los grandes pliegos desombra para protegerse, atándolos contra lo que sea,

postes, árboles, y los palos que además traen parasujetarlos.

La feria es pintoresca, diría que cambia al barrio una vezen la semana con tanto bullicio de gente que compra y seencuentra entre vecinos, que de otro modo, no nosveríamos nunca.

Entonces se preguntarán, porqué los martes me danfastidio. Bueno, sucede que es el día que voy hacia elpuesto de las verduras y frutas y… tengo que limpiarlas yacomodarlas en el refrigerador. Siempre tuve todo muybien ordenado, nunca guardo nada sucio y ¡llevaTIEMPO!!!

Suelo comprar huevos también, algún cosmético, algo deropa si es necesaria, una plantita, a veces otras cosas… nomucho. Mi andar se limita a una sola cuadra, no puedocaminar demasiado, igual que otras tantas mujeres queconozco y se quejan de su artrosis.

Desarmar mi changuito en la cocina y dedicarme a lasverduras me mata. Yo lavo hoja por hoja, hasta el perejil,que lo coloco en un frasco con agua y cuando seca, lodeposito en uno de los anaqueles de la heladera para quese conseve durante la semana. Así llego al mediodía,metida en la cocina y bueno… ¡cómo no me van a fastidiar

los martes si tengo tarea extra!

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioMARTES

MIÉRCOLESLos miércoles renace la calma. Muy a las perdidas hayque salir por algo. El médico, algún análisis, la compra enun gran supermercado. Sigo, o mejor dicho mi esposo y yoseguimos, con la costumbre de no tener horarios como enotros TIEMPOS. Hasta dejamos la rutina de los miércolespor la noche, cuando nos encendíamos un fueguito paraasar un poco de carne. El asadito era rutina de miércoles ysábados por la noche.

¿Por qué? Sucedió que se filtraba agua por las chapas deltecho del patio cuando llovía y fuimos haciendoreparaciones. El agua caía sobre la parrilla y el patio eraun chiquero. A eso se sumaba el garage construído en loque quedaba de lo que una vez fue un jardín, y estaba másalto que el patio, por lo tanto, cuando llovía estábamos enmedio de una laguna.

Claro que no siempre llueve…

A esta altura de nuestras vidas buscamos estar lo másconfortables posible, por lo tanto hicimos bajar el jardín,se emparejó con el patio y se techó todo, resultado, laparrilla no tiene escape del humo si se encienden unoscarbones para asar la carne. No hay más jardincito, ni

tierra, ni agua, ni asado…

Mucho no importa, la carne no es muy buena para la saludy lo poco que consumimos hay mil formas de prepararlasen la cocina. Lo mismo mi esposo dice que hará algo… noentiendo mucho sobre eso, para la salida del humo, porquede lo contrario nos axficciamos fuera y dentro de la casa.Parece que está extrañando el asadito…

Eso no es problema para mí. Extraño no ver el pedazo decielo que asomaba en el garage de antes desde el patio,tan encerrado quedó todo. Solía sentarme en un silloncitocon las piernas al sol por unos minutos… miraba mispobres rosales casi sin vida por lo oprimidos, el frondosoárbol de moras de la vereda vecina, asomando por lapared medianera, los gorriones en su continuo ir y venirbuscando alimento para los pichones.

Los pichones… ¡cuántos cayeron perdidos entre lospobres canteros que yo regaba! Se perdían entre el marrónde la tierra reseca, para correr aterrados frente a la lluviadel agua de riego. No lograba descubrir donde serefugiaban, parecían lauchas… sus madres los llamaban ybajaban al jardín, yo los espiaba para no asustarlos. Ensus chillidos parecían decirles, ¡Cuándo aprenderás avolar hijo!

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioMIÉRCOLES

JUEVESEl día jueves es otro lindo día para mí. Tal vez porque notengo mucho trabajo. Un repaso por la casa que semantiene ordenada, viviendo dos personas solas y sinanimalitos por ningún lado. En otro TIEMPO, huboperritos, chicos y grandes. ¡Si habré luchado con esosperros! A mi hijo mayor siempre le apasionó tener unperro, se perdía alguno y al poco tiempo aparecía con otrocachorrito. ¡Qué podía hacer! Son tan lindos de cachorros.

De todos los que trajo, porque “antes”, se vivía con lapuerta del patio que daba a la calle abierta y muchosperros se escapaban o algunos se lo robaba, uno fue elcolmo de los colmos. Creció tanto y era tan feroz que sóloa mí me respetaba porque le daba de comer. No terminaríanunca de contar los desastres que hacía, ¡si hasta lemordió todo el guardabarros de su coche!

Al fin, como pasan los días, los meses, los años y elTIEMPO, mi hijo fue el primero en dejar el hogar paternopara formar el propio, sigue teniendo perros…

Con mis cambios de costumbres adopté la idea desimplificar la tarea en la casa y la cocina. Yo era muypuntillosa con todo. Mi hija se mofaba diciendo que yo

hasta enceraba la vereda. No es cierto. Sí la lavaba todoslos días de punta a punta y mi casa abarca una esquina,que ya no me pertenece toda. Ya ni lavo adelante de laentrada, “que la lave la lluvia”, digo. Así quedó miesqueleto de tanta escoba…

Todo lo hago fácil ahora. Una vez al mes cocino un granestofado a la bologñesa, lo separo en tapers y lo frizo paracomer pastas dos veces a la semana, los jueves y eldomingo al mediodía. Justo me alcanzan para un mes, osea, los jueves y el domingo pongo a calentar la salsa,hiervo la pasta y en un periquete tengo el almuerzo.Cocinar para dos es simple. Simple y sano, sencillo…

El TIEMPO pasado me tuvo esclava entre cacerolas,platos y cubiertos, manteles y servilletas, pisos y migas depan desparramadas aquí o allá… ni hablar de losperros…

Aquellas solían ser grandes mesas familiares. Siemprehabía lugar para todos, comida abundante, desorden ycansancio… Todo terminó. Ya no estoy dispuesta pararecibir ni atender, para gastar en darles de comer a tantosque al fin, me fueron dejando librada a mi suerte cuandoenviudé.

Hoy somos otros… yo soy otra… el TIEMPO… ahora es

mí tiempo.

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioJUEVES

VIERNESEl día viernes alegra a mucha gente. ¡Al fin llegó el fin desemana! ¡Se terminó el trabajo! Escucho decir a menudo.Los más jóvenes ya organizan encuentros para esa nochede viernes, total, la mayoría no madruga al día suguiente.

Para mí es otro día más. En épocas de frío es el día en queno me queda más remedio que usar la manguera para lavartodo el gran patio y el garage. Luego salgo al porche y,después de plumerear las rejas y ventana riego unasmacetas y lavo con un balde el pequeño espacio. Asíretrocedo repasando los pisos y lo que reste de la casa, nomucho, porque ya expliqué como voy haciendo cada díaalgo para no sentirme muy dolorida por mi artrosis.

Las tareas del hogar son muchas y siempre las mismas. Noes como mi estofado que me sacrifico toda una mañanacocinado pero rinde para todo el mes. Siempre se junta“tierrita”, muchos no la ven, pero el ama de casa o yo, sí.También está el lavado de ropa. Nunca me gustaron loslavarropas automáticos, creo que mi hija ya tuvo quereponer no menos de seis en pocos años. El mío, bienantiguo, duró cuarenta años. Tuve que comprar otro al fin,dos en toda una vida… sólo que sigue siendo más de lo

mismo, hace el lavado, nada más. Soy yo quien enjuagacon abundante agua las prendas, las paso por elsecarropas y luego las tiendo en las sogas del patio paraque terminen de orearse.

Hay otra cosa que abandoné, la plancha… No, no, nomás… salvo algo que siendo de vestir lo necesite. Mequiebra la columna y las piernas el trabajo de estarplanchando. ¡Basta! Sobre la mesa enorme del comedorvoy extendiéndola y la plancho con las manos mientras ladoblo bien prolija. ¿Quién diría que no está planchada?

Otra vez tenemos el TIEMPO derribando voluntades,fortalezas de días lejanos donde no existía el esfuerzo.Sumando años a nuestras vidas vamos decayendo deforma notable. ¿Hay que lamentarse…? Creo que no. Larealidad es lo que hay, ésto. Ganas de vivir de formadiferente disfrutando cada cosa, haciendo lo que se puede,cuidarse de las caídas, el cambio de temperaturas, elbullicio de reuniones en las que nadie se entiende porquela música es tan fuerte, que ahoga las voces. No tomarsecompromisos por más cariño que haya, es hora que losmás jóvenes nos atiendan… Algún día recordarán…cuando el TIEMPO… pase para ellos de formairremediable.

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioVIERNES

SÁBADO¡Sábado! Se termina otra semana…

No cambia mucho para mí. Me sigo levantando a las diezde la mañana y lo primero que hago es poner a hervirlegumbres. Todos los sábados alterno con una u otra clasede legumbres el almuerzo. Luego se repite el repaso de lacasa…

Los sábados pasa el sodero a dejarme un cajón de sifones.Por añares le compro a la misma firma, que van con suscamiones atendiendo a los clientes. ¡Cuántos repartidoreshabrán cambiado! No recuerdo a todos. Siempre tienenhombres educados, amables. Ahora viene un joven que mecobra el valor de lo que pido y, cuando se va, sueledecirme: “que tenga un buen fin de semana, cuídese…”

Muchas veces me deja un beso en la mejilla, no sé porqué,nadie lo hizo ni en la verdulería. Es tan poco común ver oescuchar a un joven amable en estos tiempos. Digo jovenporque le calculo unos escasos treinta años, para mi edadson niños todavía. No siempre lo recibo yo, a veces lohace mi esposo, pero a él no le dice nada más que “tengaun buen fin de semana.”

Cuando este joven me saluda al irse con ese beso en lamejilla, siento la semblanza de tener en uno, a todos misnietos. Cuatro entre los 25 y 36 años tengo, otro de 11 y elpeque de tres añitos traviesos. A los más chicos los veomás seguido, a veces lo mismo pasan meses… todos vivenlejos… siempre están muy ocupados… hasta parahacerme una llamada por teléfono…

También tengo dos biznietas, una tendrá nueve años y laotra dos. Me invitaron a su fiesta de bautismo cuandocumplió su primer añito. A la mayorcita ya ni la conozco.Mi familia es el prototipo del desamor. Nadie recuerdaaquel TIEMPO… cuando la abuela festejaba todo en sucasa y los reunía alrededor de la mesa grande. Claro…entonces vivía el padre de mis hijos… el abuelo de losniños que ponían mi casa patas para arriba.

Nada sirvió parece… preparar comidas en abundancia,hacerles los mejores regalos, contarles cuentos, reir conellos, amarlos tanto… Lejos están de parecerse a lostiempos donde yo tenía a mis padres. Nunca los dejésolos… y pasaron los días, meses… el TIEMPO.

Estamos viviendo una era de cambios, nada es comoentonces…

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioSÁBADO

DomingoQué día extraño para mí. No es fin ni principio de lasemana, está ahí, en el calendario. La mayoría de la genteno trabaja los domingos, muchos sí. Los que están engastronomía, hospitales, seguridad, algunos comercios,transporte…

Los católicos van a misa… yo hace TIEMPO dejé dehacerlo. Soy creyente, Dios es mi guía, mi fe, mi refugio…hoy no soporto una hora sentada en bancos duros, pararmequieta y menos ponerme de rodillas, pero eso no es lomalo… lo malo es lo que me sucedió veinticuatro añosatrás cuando me enamoré del hombre que ahora es misegundo marido.

No podía comulgar porque él es divorciado, la Iglesia nolo permite. ¡Cuánta necedad! ¿Y yo…? ¿por qué no lorechacé al saber que ese era su estado? Razonando consensatez, digamos si cuando dos seres se encuentran sepuede especular en tanto detalle.

Nos conocimos en un coro polifónico, nos atrajimos,éramos jóvenes aún y el amor nos pudo. Habían otroshombres solos, también en la iglesia, hombres viudos porejemplo, como yo. Pero algo se nos escapa, los caminos

no siempre son paralelos, muchas veces se cruzan y surgeel encuentro. Ese fue el motivo por el que abandoné laiglesia, no la fe. Tal vez el nuevo Papa instituya elmatrimonio por iglesia entre divorciados, vaya a saber…tal vez sólo permita la comunión para estas parejas… elTIEMPO lo dirá.

De todos modos no siento que en estos tiempos de mivida, con mis achaques y desgano, tenga deseos decomprometerme a concurrir cada domingo a misa; yatrascendí la dimensión de lo espiritual y vuelco misenergías de mujer mayor, en tratar de escribir libros paraque los que lo deseen puedan leerlos gratis por internet.Siempre Dios y algo de moraleja queda en mis escritos.

Volviendo a que hago los domingos… nos despertamosmás tarde y no me levanto hasta las 11.30 hs. Suelo darmeun baño más largo que el resto de la semana, atiendo másdetalles de mi cuerpo y el cabello. Me quedo enpijamas… no hago más que estirar la cama y elalmuerzo… como relaté de los jueves, salsa que tengofrizada, hervir unas pastas y… ¡listo! a descansar otra vezuna linda siesta.

Desayunamos y merendamos siempre en la cama. Por lasnoches las cenas son simples y mi marido me ayuda,además que me lava los platos. ¿Qué sería de mi vida si lo

hubiese descartado por ser divorciado…?

La fe está en nosotros mismos. Saber que queremos yhacer lo que nos conviene. En eso… el TIEMPO dice laverdad…

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioDomingo

COMENZANDO CON MIVERSIÓN SOBRE LOSMESES DEL AÑOPor supuesto será mi versión, mi parecer, qué me producecada mes de los doce meses que forman un año…, no todala gente siente igual, tal vez sobre alguno de los mesescoincidan muchos, pero son historias de vida, maneras dever transcurrir el TIEMPO, paseando por los días y ahorapor los meses.

En los distintos países o continentes, los meses difieren ensus estaciones. Cuando en Argentina, mi país, es invierno,en muchos otros es verano, y así cada estación. Lascostumbres difieren según la geografía donde uno estáubicado. No es igual vivir en la ciudad, un pueblo, lasserranías o las costas. Todo afecta las costumbres, tal vezhasta la salud. El clima hace a los meses, y por desgraciapara muchos, está bastante revuelto.

Muchas veces pienso que vivo en un lugar privilegiadodel planeta, lejos de la costa y la cordillera de los Andes,ni en las áridas tierras del norte, o en las gélidas del sur.

Buenos Aires está en el centro justo, yo vivo en el GranBuenos Aires, partido Bonaerense. Claro… tal vez acáocurran otras clases de desastres por negligencia delhombre y sus gobiernos. Cada día tenemos una cuotapenosa sobre accidentes, homicidios, robos,violaciones… hay demasiada gente en esta ciudad.

Mi barrio es tranquilo… hace TIEMPO… era todocampo. Creció… ¡cómo creció! Creció como mis hijos ylos hijos de los vecinos, mientras uno fue envejeciendo.Muchos ya murieron, esos que colocaron los primerosladrillos de tantas casas…

El centro de mi barrio tiene una importante avenidacomercial. Ni se puede estacionar en calles de susalrededores con tanto vehículo circulando. La vieja plazaun desastre. Cuando comenzaron a instalar carpas deactividades diversas, puestos de feriantes y juegos paraniños, desapareció la verde gramínea.

La estatua del general don José de San Martín sobre suoscuro caballo herrumbrado por los años, está rodeada derejas. La cobijan centenarios árboles, la rodean senderosocupados, bancos de granito enmohecido. Enfrente lacatedral, en la calle opuesta la municipalidad, hospital,escuela, comisaría, bancos… el TIEMPO no se detuvo enla que ya cumplió más de cien años, mi ciudad de San

Justo.

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioCOMENZANDO CON MI VERSIÓN SOBRE LOSMESES DEL AÑO

ENERODigo enero… y se me ahoga un suspiro. Siempre odié estemes y nunca supe porqué. No recuerdo nada traumático enmi recorrida por el TIEMPO que pasó. Sólo de pensar quecuando menos lo espere llega, me revuelve el estómago.Con absoluta franqueza quisiera saltearlo.

Siempre me cuestiono porqué siento tanto fastidio frente ala llegada del mes de enero. La única respuesta queencuentro es el calor de pleno verano. Me destruye elcalor, prefiero mil veces el tiempo frío y… mejor si estemplado, primaveral.

Somos varios en mi familia los que no toleramos losfuertes calores. Transpiramos mucho la cabeza y el rostro.Para las mujeres no hay maquillaje que resista y cuandolas gotas de sudor se cuelan dentro de los ojos, ¡ay! ¡quéardor!

Se me hace el mes más largo del año. Sus 31 días parecenno pasar nunca, se hacen largos… interminables… ¿nopodían haber invertido la duración de febrero a enero?No, enero fue y será así, a menos que el mundo se termine.

Está la gente que adora el calor de enero. Aman el verano,

calcinarse bajo los rayos del sol para tostar su piel, salirde vacaciones, revolcarse en la arena de la playa yzambullirse en el mar. De hecho, las costas argentinasdesbordan de turismo. Otros recurren a los natatorios,todo bajo el rayo candente del sol asesino.

Pocas veces vacacioné en enero. Por supuesto que lamayoría de mis vacaciones fueron a la costa, es lo máscercano a mi ciudad. En otros meses visité diferenteslugares, Córdoba, San Juan y Mendoza, Las Cataratas delIguazú, Bariloche, San Martín de los Andes… ¡Quépaisajes Dios! ¡Es tan bello mi país!

No viajé todo lo que hubiese querido, me encantaba viajarcuando era joven. En otros tiempos tenía toda la energía yfaltaban medios económicos, se salía con la familia yresultaba oneroso. Ahora que tal vez podría porque sólosomos dos, no puedo casi caminar, ¿dónde iría?

Tendré que soportar a enero con sus calores bajo unventilador encerrada en mi casa. Sin dudas que protestarémucho. Por lo bajo, eso sí. Trataré de consolarmepensando que cada día que pase me acercará al hermosootoño. El TIEMPO es el dueño de los días y los meses,pasa rápido cuando no queremos y muy lento sisufrimos…

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioENERO

FEBREROFebrero es el mes cortito. Con sus 28 días, cada cuatro 29,parece una hormiga entre los meses del año. Igual esverano… muchas veces más caluroso que el señor“enero.” Tiene un clima más benigno, trae refrescadas trasuna lluvia que nos deja respirar. Bueno, si hablamos sobrelluvias es otro tema. Vivimos veranos donde enero fue undesastre para los turistas, con tiempo lluvioso, pesado,tormentoso, sofocante… suele pasar en febrero, al menosen mi ciudad.

Si bien el verano termina el 21 de marzo, no es categóricoque el clima respete fechas. Así el invierno se prolongasobre la primavera, también el verano lo hace sobre elotoño. Pero estábamos recordando a febrero. ¿Tengoalgún recuerdo de febrero…?

Buceo en el TIEMPO… mes de febrero de 1957…llevaba ocho meses de embarazo de mi primer hijo. Conmis frescos veinte años iba a ser madre en el mes demarzo. Un día de febrero hizo la máxima temperatura decalor de aquel verano. ¡Qué malestar! Era todo tanprecario en aquellos tiempos…

Mi esposo trabajaba como pocos. Teníamos nuestra linda

casa, nuestros muebles, pero faltaban tantas cosas…refrigerador, televisor, lavarropas, ¡ventiladores!!!Recordemos que mi barrio era casi campo. Luz eléctricaprestada por un vecino. Ni pensar en teléfonos, eran lujospara unos pocos.

Un día apareció con un ventiladorcito que no medía másde veinte centímetros. Con la baja tensión eléctrica apenassi arrancaba, pero era lo mejor que me podía pasar.¡Cómo cambiaron los tiempos! Ahora sufrimos si noscortan la corriente eléctrica por sobrecargas en las usinas.¡El freezer! ¡La heladera! ¡El aire acondicionado!

Y estamos tan encerrados que no corre una brisa. ElTIEMPO trajo progresos, comodidades que en aquellosmeses lejanos… ni soñábamos. Pero habían jardines,terrenos baldíos, muchos… Las calles eran de tierra conzanjones donde croaban las ranas y aturdían los grillos…el cielo parecía estar cerca de las manos en aquellascalurosas noches de verano… ¡Si hasta se dormía en elpatio sin temor a que un delincuente viniera paraasaltarnos, como pasa ahora, que estamos rodeados derejas!

El TIEMPO… pasado… presente… veranos con mesescalcinantes enero y febrero… eso no cambia.

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MARZOMarzo para mí, es como si comenzara el año. Lo sientodiferente, como que pinta la vida de otros colores yaromas. Claro… al fin mi primer hijo nació el 12 demarzo de 1957 y lo llmamos Miguel Angel. No voy arelatar el parto, sí que fue natural y doloroso. Es que ya nosufren tanto las mujeres parece…

Aquí tenemos la acción del TIEMPO. Surgen losprogresos, las nuevas tecnologías, muchas cesáreas…Todo pasa por el tamiz del correr de los años, con susmeses y sus días…

Todo pasa menos algo que se repite de forma también…natural… la mutación del color de los árboles. Así elverano siga con su placer de sobrecalentar los días, lasnoches son más frescas y nos dejan dormir mejor, sinventiladores ni ruidos molestos. Es entonces que notamoscomo muchos árboles comienzan a perder el verdor de susfollajes. Primero amarillean, luego se vuelven ocres y,según la especie, anaranjados y rojizos antes de que sushojas se desprendan tapizando calles y veredas.

Algunos árboles las pierden sin cambiar su color, perollegando el señor OTOÑO, parece que a nuestros amados

árboles les agrada desnudarse sin que sientan frío. Noqueda otra que podarlos. Al ladito de mi casa hay en lavereda un árbol muy frondoso de moras y… no se soportatanta hojarrasca por doquier. Lo bueno es que en mibarrio… todavía hay árboles.

Marzo es el mes de los colores especiales en cuanto setrate de los árboles y jardines. En mis horas perdidascaminando por las calles durante años… tal vez viajandoen nuestro coche… mis ojos se deleitaron cada día en lametamorfósis del color de una larga arboleda. Se trata dealgunas calles en especial, no sé porqué, muchos cortaronárboles preciosos, como un jacarandá que se erguíavestido de azul celeste en una esquina.

También comienza el colorido de una flor invernal, laVioleta de los Alpes. El puesto de plantines de la feriaque se instala los martes en mi calle, invade el asfalto consus macetas multicolor. Las casas que conservan jardinesa la calle los adornan con ellas, son preciosas…

Como el clima del planeta está cada vez másrevolucionado, en marzo perduran los días cálidos. Ya noes como en meses lejanos que se guardaba la ropa deverano para más adelante, hoy, nos abrigamos ydesabrigamos en todo el año. ¡País tropical! dicenmuchos. Mientras tanto, árboles y plantas continúan con su

proceso de morir y volver a renacer según el calendario…deben tener marcados en su savia los meses del año… elTIEMPO… no existe para ellos.

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioMARZO

ABRIL¡Ay abril…! Ya el primer día de este mes me traerecuerdos de mi madre. Mamá cumplía años el 1º de abrily papá el día 12, pocos días de diferencia entre ellos. Talvez por ser los dos arianos según el zodíaco, no sellevaban muy bien. Mis recuerdos los evocan en eternasdiscusiones que me entristecían mucho, más siendo niña.

A los niños les hace mal ver pelear a sus padres, es comouna mancha que no se quita de por vida. Me fuiconformando cuando al comenzar a razonar como mujer,comprendí que como fuera, se amaron siempre, se fueronfieles, nunca hubo nada que decir de sus conductas.

Siempre juntos, el señor TIEMPO los vio compartir susvidas hasta que mamá murió a los 65 años. Mis padresvivieron ese último ciclo de la vida de mamá en mi hogar.Fueron días y meses difíciles… su enfermedad nosconsumió a todos… tal vez más a mí por ser su hija. Lamuerte lenta es algo indeseable. Ver sufrir a tu madre sinpoder hacer nada no tiene palabras.

Quedé en silencio… el silencio no se escribe… sesiente… Cada mes de abril busco recordarlo en el festejofamiliero de sus cumpleaños. Mi padre sobrevivió la

muerte de mamá hasta los 83 años. Él murió durmiendouna siesta en casa de mi hermana. Morirse así vale la penay es lo que quisiera para cuando me toque.

Retrocedo atrás el tiempo y recuerdo la primera vez quesupe del cumpleaños de mamá. Le dije a mi hermanamenor que yo, que teníamos que comprarle un regalo conunas moneditas que había ahorrado. Ella aprendía todo ami lado siendo cuatro años menor y me siguió haciendopreguntas. Fuimos a un quiosco del barrio y le expliqué ala vendedora que tenía esas monedas y si había algo quepudiese comprar para regalarle a mamá por sucumpleaños.

La señora nos miró… lo recuerdo muy bien. Nunca supe sise conformó con mis monedas, si era el precio justo o mecobró de más. Sacó de una vitrina una caja conprendedores de fantasía para que eligiésemos y mihermanita y yo, tomamos un jorobadito que cargaba unabolsa. Era de metal plateado herrumbrado y tenía unapiedrita roja como botón de su saco. Nos pareciógracioso.

Con el paquetito que nos hizo la señora en las manos se lodimos a mamá, casi con vergüenza y no sé porqué.Recuerdo bien sus ojos color miel mirarnos con dulzura.Supongo que no lo esperaba siendo nosotras tan

pequeñas… El TIEMPO pasó, hace mucho que no está…abril trae el recuerdo de sus cumpleaños, regalos yflores… “¿Para qué tantas flores?” preguntaba. Quieroque las disfrutes en vida mami, cuando mueras no tellevaré ninguna porque no las verás…

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Si lo deseas puedes ir a la web para ver el capítuloonline, votarlo o añadir un comentarioABRIL

MAYOMayo ya es un mes invernal. En los tiempos actuales nome inspira nada. La vida se resume a quedarse en casa, unpoco más en la cama, comer comidas calentitas, encenderestufas… También se festeja una importante fecha patria,pero ahora son días de turismo y los que pueden,aprovechan a tomarse mini vacaciones en los quedenominan, “feriados largos”.

No me queda otra que bucear en el TIEMPO que pasó y…me encuentro con el nacimiento de mi hermano un 10 demayo de 1942. Después de traer a la vida dos mujercitas,mi hermana y yo, la mayor de sus tres hijos, ¡bienvenidofuera, Danielito!

Yo tenía seis años y no sabía nada sobre como nacen losbebés. Tal vez cause risa, pero para nosotras los traía lacigüeña y nuestros padres nos decían que había que mirarel cielo porque vendría volando a dejarnos otro bebé. ¡Sihabré espiado las nubes!

Cuando me avisaron, porque nos sacaban de la casacuando se producía el parto, ya que las mujeres deaquellos tiempos daban a luz en sus camas, me hicieronentrar al dormitorio de mis padres, “sin hacer ruido…”

esa era la consigna, no fuera que despertase el niño y seechara a llorar. Creo que mi hermano fue el primer bebérecién nacido que vi en mi vida.

“¿Por qué estás en la cama mami?” “¿estás enferma?” Fuelo primero que pregunté. No sé qué me dijo, norecuerdo… tampoco vi mucho al bebé que había tiradopor la ventana una cigüeña apurada. “Yo quería ver a lacigüeña…” protesté molesta de ver a mi madre“enferma”…

Para mi alegría mi madre no tardó mucho en levantarse yseguir con su vida habitual… pero el nene se prendía a suteta, y eso también era desconocido para mí.

Los días, meses… el TIEMPO… hicieron crecer junto asus dos hermanas al pequeño Daniel. ¡Cuánto lo amaba!Era tan bello como un angelito con sus cabellos dorados yun par de ojos del color del cielo. El colmo fue verlocaminar, era el más caprichoso y mal criado de los niñosagotando la paciencia de la familia. Me convirtieron en susegunda madre, y muchas veces hubiese querido retorcerlela cabeza por los pelos, pero… ¡guay, que lo tocara!

Y el TIEMPO pasó para todos, pasaron muchos añosdesde que se fue a vivir a una provincia del país y nosvemos a las perdidas. Ya no tiene aquel rubio cabello,

luce su testa calva y sus ojos verdes. Se está poniendoviejo Danielito…

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JUNIOInvernal mes de junio… días cortos y noches largas…¡Cómo costaba levantarse temprano para ir al trabajo!Tuve dos tipos de trabajo, el primero como ama de casa ala que le tocaba correr todo el día tras la limpieza, comiday atención del marido y los hijos, y la segunda, en mimedio siglo de vida, afrontando mi viudez, sin hijos queme ayudasen y haciéndome cargo de un negocio de ropascomo herencia, que sólo me produjo dolores de cabezadurante unos quince años.

Sentada detrás de un mostrador aprendí a ver pasar elTIEMPO. No fue fácil resistir los madrugones, el trabajocontinuo hasta las 19 hs. sintiendo que ningún esfuerzoredituaba beneficios, viajar en colectivo, a vecescaminando en la noche sola, soportar aguaceros, fríos,tristeza…

Después de mi viudez no pasó mucho tiempo para queentrase a mi vida un nuevo hombre. Yo estaba muy sola…no me costó mucho integrarlo a mi vida y un poco felices,otro tanto arrepentida de soportar un caracter al que noestaba acostumbrada, seguimos juntos hasta estos tiempos.Siempre fui mujer de un solo hombre. Las mujeres

modernas ya no piensan de ese modo, los hombres sondescartables para ellas.

Tal vez los dos nos fuimos adaptando uno al otro. Ignorosi esto es amor, costumbre, o necesidad de compañía…supongo que yo merecía un mejor destino en mis años dela vejez, si a mi TIEMPO, se le puede llamar vejez.

Decir que estoy conforme con mi destino sería una gruesamentira. Tampoco me importa hacer comparaciones conotras vidas, yo, con la experiencia que me dieron losaños… hubiese orientado mis días, meses, años,TIEMPO… de un modo completamente opuesto desde miinfancia. Un sino fatal tronchó mis ilusiones, nada me vinode regalo para bien.

Y vuelven a pasar los meses de junio con sus fríos… yano madrugo, no hago trabajos fuera de casa, casi es comoque estoy viviendo en un claustro, nada me apega anada… sólo vivo y dejo vivir…

Muchas veces me pregunto el porqué de algunos destinos.Somos como un barquito perdido en el mar, que ni sehunde, no navega, y tampoco arriba a puerto alguno. Lamarea de la vida nos arrastra, mientras debemossujetarnos fuerte al timón para no caer al vacío deldesconsuelo. Junio… qué mes tan solitario y frío…

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JULIONo se diferencia mucho del mes anterior. Los díascomienzan a alargarse, mientras el cielo se pone grisplomizo como si fuese a nevar. En mi ciudad no seproduce ese fenómeno de la naturaleza, pero en un siglo,¡vaya TIEMPO! nevó dos veces y uno lo viví yo.

Fue el 7 de julio de 2007… ¡Ay, aquel día…! Por la tardevimos caer pequeños copitos blancos. ¡Es nieve! Dijimosseguros que así era. Y hacia la noche fue en aumento.¡Llovía nieve en Buenos Aires!

Tratando de salir bien cubiertos caminamos hasta laesquina de mi casa. Todo estaba blanco. Los árboles consus ramas desnudas, cargaban mantos de nieve tan puracomo llanto de ángeles. Los vecinos miraban detrás de lasventanas… de uno u otro modo, aquel día nadie se perdióde ver aquel milagro.

Pasa el TIEMPO… y se sigue esperando se repita lanevada del 2007 en el mes de julio. Todo es posible conlo revuelto que está el clima. En el planeta entero seescuchan desastres atmosféricos. Tifones donde nuncahubo uno, temblores alarmantes, maremotos que ahora lesdicen tsunamis, incendios desaforados arrasando montes y

pueblos, erupción de volcanes…

Dentro de todos los males vivo en una ciudadprivilegiada, lo repito siempre. Saben pasar tormentas quevuelan techos o inundan barrios enteros. También semezcla el clima insertando días de increíbles calores enpleno invierno, o fríos bienvenidos en los calurososveranos. Nada demasiado grave…

Mis dos últimos nietos nacieron en el mes de julio, el másgrandecito el día 15 y el chiquitín el día 3… justo cuandocumpliría años su abuelo, el papá de mi hijo.

Para nosotros fue un misterio del destino, algo que nodejará partir el recuerdo de aquel gran hombre, al menosen mi hijo y en mí mientras vivamos. Los demás, el restode la familia… ni hablan de quien fue el mentor de susvidas. Todos olvidan rápido a sus muertos… será unproceso lógico, el que sigue vivo debe remar su propioTIEMPO.

Los sucesos de la vida los marcan las fechas. Los días,meses… el TIEMPO… cada año con sus hechoshabituales sempiternos… la vida continúa en un rodar delplaneta que no entiende porqué el hombre marcó encalendarios, el transcurso de aquello que nos pasa… hastaque dejen de sucedernos tantas cosas…

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AGOSTOLos días, meses… el TIEMPO de agosto… ¿Qué decirsobre este mes? Hay varios cumpleaños familiares queninguno me invita a festejar…, ya no es como antes queprimero estaba la familia, ahora la fiesta es con los“amigos.” Los abuelos molestamos, ellos se sientendiferentes, no mejores. ¡Pobre TIEMPO del futuro! ¿Quéserá de estos jóvenes y sus descendientes?

En los programas televisivos se denota el apuro por lallegada de la primavera. ¡Yá, yá! Dicen queriendo losansiosos. El clima caluroso es siempre preferido por lamayoría de la gente, mientras que el invierno se diviertemandándoles más días fríos y ¡lluvia para el 21 deseptiembre!

Por extraña coincidencia con los deseos del hombre, losciruelos y durazneros, (todavía se ven algunos en mibarrio,) suelen estallar con sus florecillas blancas yrosadas hacia fines del mes de agosto. Son la postal vivamás bella de observar. Creo que no duran más de unasemana, detrás de la caída de sus suaves pétalos, brotanlas hojitas verde claro. Ni hablar si nos sorprende unasemana de calor, ¡todo el mundo comienza a desnudarse!

Cuarenta y ocho años atrás nacía mi tercer bebé, despuésde dos varones llegaba “la nena.” Ese sí es un hermosorecuerdo… más, cuando mi segundo hijo había partido alos tres años y siete meses, hacia el paraíso de losquerubines…

Nadie reemplaza a nadie, ni ocupa o empaña el lugar dequien ya no estará en el hogar. Cada cual tiene su propiovalor, nos da un motivo de vida, una nueva esperanza,alguien más por quien tener ganas de luchar… Esmaravilloso ver crecer a los hijos… lo tremendo esdejarlos partir…

De un modo u el otro un día se van. No somos dueños desus vidas, los hijos son prestados y nuestra obligación esla de entregarnos en cuerpo y alma, para que tengan unainfancia y adolescencia lo más feliz y provechosa posiblepara ellos. Si en la misión que nos fue dada como madresdejamos la vida, a nadie le importa, hoy, nadie creedeberle nada a sus padres. Tal vez no sea así en todos loscasos, hablo por mí.

Fui madre como pocas… me costó mucho el desapego…en mi corazón siempre están con sus juegos de niños, susrisas o llantos, sus sueños, amigos, amores fugaces…

Muchas mujeres no pueden tener hijos. Tal vez Dios les

evitó alegrías o sufrimientos… diría… ni todos los días,meses… el TIEMPO de nuestras vidas, serárecompensado por un hijo… la soledad viene camufladacon ellos para abandonarnos.

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SEPTIEMBREY se va terminando el TIEMPO de este año conseptiembre. No siempre la primavera lo acompaña, pareceperezosa, se hace desear. El inclemente invierno la mojacon sus lluvias, fríos y vientos a la pobre, que se refugiaen los meses venideros para manifestarse. De modo sabioella no tiene apuro, descansa feliz en su reino inalcanzablecustodiando sus propias flores y aromas, ya losdesparramará donde corresponda.

Tendríamos mucho que aprender de ella. Al menos, saberesperar… Claro, a nosotros se nos terminan los tiemposcuando Primavera no sabe que es el TIEMPO. Desde laeternidad gira con el planeta y seguirá sin límites suproceso. Pero… ¿es sólo una estación de las cuatro quecomponen el año?

Creo no equivocarme si digo que eso de la “primavera” esun estado del alma también. Una necesidad del ser humanopor sentirse así, fresco, liviano, floreciente, feliz…

¿Y qué decir de los animales entonces? Los osos salen desus invernaderos después de haber dormido seis meses encuevas nevadas. Todos los animales buscan su pareja porinstinto, se aman a su modo, traen a la vida sus vástagos.

¿Qué misterio esconde esta estación?

No para todos el TIEMPO de primavera es una bendición.En sus tres meses pasa de todo, gente que rie y otros quelloran. Muchos florecen y otros se marchitan… La vida notiene muchas contemplaciones con los seres humanos através de los días que se vive, ni de los meses queparecen especiales, porque el señor TIEMPO esimpasible, indiferente y hasta cruel…

Dentro de las borrascas debemos tratar de ver más allá delos nubarrones. Mucho más arriba, el cielo sigueesperando mostrarnos su color celeste primavera,mientras los ángeles del amor revolotean para entrar enmuchos corazones.

Las espinas y bichos venenosos seguirán acosando lobello. La maldad se revuelca en su fango deseandodestruir el espíritu del poeta. Siempre estará aquel que notiene poder para hacer prender un árbolito en su vereda,porque tiene mucha desidia en sus manos y su mente. Losseres mezquinos sólo destruyen como sea. Seguirán en elTIEMPO con sus devenires, pero sea el mes que fuere, laPrimavera siempre tendrá su corona de flores perfumadasy bellas para regalar a manos llenas.

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OCTUBRESe me ocurre que es el mes más lindo del año. Siempresentí que la primavera despierta sobre este mes, además,nos regala el tercer domingo como festejo del día de lamadre.

Si me apoyo en ésto, no sé como puedo opinar que estemes es “lindo”. Su clima tal vez y… lo otro… el día delas madres… en mi vida tiene muchas penas.

Aprendí a desapegarme de los recuerdos, pero tienen vidapropia y vuelven, como que perdí a mi madre hace años ysigo extrañándola. Que muchos años estuve sola, sin lacompañía de los dos hijos que me quedaron… pero eso noes lo peor…

Un 16 de octubre de 1960 nacía, en el tercer domingo deoctubre día de las madres, mi segundo hijo, Fernandito…Fui tan feliz aquel día… ¡cuántas flores recibí! La caritade mi hijo mayor con sus cuatro años escasos mirándomeespectante y sin entender porqué su mamá estaba en lacama de una clínica, no la puedo olvidar.

El TIEMPO retrocede y me muestra como pasé aqueldomingo, los familiares y amigos bárbaro, pero no me

traían a mi bebé y comencé a inquietarme. Cuando llegó lanoche mi impaciencia me decía que algo malo pasaba y…la obstreta vino para hablarme… mi chiquito había nacidocon una anomalía congénita del corazón y estaba encuidados intensivos.

De ahí en más mi vida fue una calvario, también para lafamilia. Se hizo todo lo posible para salvar su vida,resultando todo inútil porque cerró sus ojitos para siemprea los tre años y siete meses.

Era un niño precioso, tenía todas las virtudes, lindo,inteligente, simpático, pura bondad y sabiduría, sufrido…Se lo llevaron los ángeles… también él era un angelitoprestado, que con todo el paso de tantos días, meses… elTIEMPO… sigue vivo en mi corazón.

Cada cual tiene su cruz. Cada mes de los años y elTIEMPO… lleva y trae lo suyo con indiferencia sobre eldolor de la humanidad. Los calendarios sólo marcan lahistoria, carecen de sentimientos. Tampoco le importa alcalendario si es primavera o invierno, nada, nada…somos los humanos los que arrastramos el TIEMPO sobrenuestras espaldas y buscamos resignación en la belleza dela naturaleza, que generosa, nos pasea por campos verdesy floridos que tal vez ni vemos, o nos azota con susvientos, lluvias y nevadas que van mimetizándose en

nuestras cabezas con el paso del bendito e implacableTIEMPO.

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NOVIEMBREEste mes tiene magia… no sólo el clima que atrapa loscalores que augura el verano, además, los preparativospara las fiestas navideñas de diciembre.

La gente se ve alborotada, liviana de ropas, los cabellosrecogidos por la temperatura que ya hace transpirar amuchos. Comienzan a funcionar los ventiladores y el colorse esparce en veredas y comercios.

La calle central de mi ciudad se viste de fiesta. Todos loscomerciantes se apresuran a en exponer fuera de suslocales, miles de arbolitos de Navidad de todo tamaño ycolor. Guirnaldas brillantes, luces, ornamentos… lasvidrieras rebalsan de objetos incitando al público acomprar de antemano los regalitos para el “arbolito.”Todos quieren vender, ganar fortunas… y muchos apenassi pueden conformarse con pasear disfrutando tantoderroche de algo que el TIEMPO no cambia, el deseo de“FELICES FIESTAS.”

Los canales de televisión también cambian sus pantallascon motivos alusivos a la Navidad y el Año Nuevo. Todose ve dinámico, colorido, prometedor…

Así es el mes de noviembre, que por mera casualidad, yoelegí para casrme dos veces. La primera vez tenía 19 añosy la segunda 72… pero esa es otra historia…

¡Cuántos días, meses y Tiempo en una estúpida vida! Vidacomo la de tantos seres desconocidos en este mundo, conquienes no llegaremos a encontrarnos nunca. ¿Nospreguntamos por esas casualidades en que medida la gentees feliz en Navidad? Por eso es lindo noviembre, por lospreparativos, el programar qué se hará, los que tienenniños, organizando sus regalos sorpresa, pensar en elmejor lugar donde colocar el arbolito el día de la VirgenMaría… armar el pesebre… romperse la cabezacalculando qué y cuanta comida hará falta, las bebidas, losfuegos artificiales… Todo comienza a dilucidarse enNoviembre, dejar para último momento, es la locura totalde muchos.

Mis dos bodas fueron inolvidables… quedaron yaarchivadas en el TIEMPO que no volverá. Cada añomoviliza un nuevo tiempo con subidas y bajadas delespíritu. Siempre está la parte negativa. Ausenciasirreparables… miserias… muchas… sufrimientos de losenfermos, soledades, deseos que nunca se cumplen…

Nada detiene al TIEMPO con lo programado por loscalendarios y las multitudes, en países cálidos como el

mío, o en las gélidas europas o el hemisferio norte, de unpolo al otro del globo terraqueo, noviembre es elpreámbulo de las fiestas que vienen de la mano con elúltimo mes del año. ¿No es verdad que tiene magianoviembre?

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DICIEMBREUn 4 de diciembre de 1936 llegué a este mundo. Mi pobremadre relató mil veces su sufrimiento porque yo era muy“cabezona”. En aquellos tiempos los partos se hacían enlas casas sin mucha ayuda para calmar dolores. Ahora estála peridural, las cesáreas… lo mismo… ¡hay que parir aun hijo! y yo fui la primera de sus tres niños. Pobremamá… pasaron los días, meses… el TIEMPO y ya noestá en este mundo.

El planeta sigue con sus giros sin que nadie entienda queestamos en el aire. Se aferran a lo terrenal como si fuesendueños de la vida eterna y… pasamos como la brisa deuna linda mañana, o el ventisquero de una oscura noche.

Diciembre… mes de calores y preparativos. Prontas estánla Navidad y el nuevo año, pero hoy… más se interesanpor programar las vacaciones de verano. Están los queescapan para las fiestas navideñas adelantando suveraneo. Ya no queda nada de los viejos TIEMPOS…aquellos donde las mesas familiares eran muy grandes yrebalsaban de niños… los regalitos… el pan dulce,turrones y la sidra…

Mi hogar quedó solitario… me cuesta seguir armando el

“arbolito” los 8 de diciembre… pienso que ya no tienesentido en mi vida… si te preguntas porqué, si leiste estelibro, date por entendido… nada es igual. Por muchosaños estuve sola con mi esposo, éste o el que murió a los61 años…

De vez en cuando mis hijos invitan a una reunión en suscasas, tendría que ofrecer la mía… pero mi cuerpogastado ya no resiste tanto alboroto. El desapego tieneefectos increíbles… nada importa mucho ya…

El fin del año parece la muerte. Otro año que no volverá,que deja recuerdos, experiencias, alguna alegría, penas…y el temor de comenzar otro, que ¡vaya a saber con qué seviene! Nunca sabremos quienes sobreviviremos los días,meses… el TIEMPO por venir… El TIEMPO que repetirásu engranaje de días y noches, de lunas y soles, deesperanzas que nunca escucha, de fastidios que no quierever, de dolores que nunca sentirá, de un nuevo calendarioque para el TIEMPO… no tiene idioma.

Como hormigas seguiremos por el sendero marcadorepitiendo las rutinas. Tal vez sea un año mejor el quecomenzará… ¡qué cuesta ser optimista!. Siempre hay quealimentar la esperanza, no hace falta dinero para soñar…

Cada día debe ser agradecido al despertar por las

mañanas, sigamos por ahora… inmersos en los días,meses… el TIEMPO.

ELBA G. MAZZEO

FIN

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