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Caminando juntos Historia de una familia

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  • CaminandojuntosHistoria

    de una familia

  • pasin por los cueros

  • Pgs 6 7

    201219921973

  • Pgs 8 9

    Contenido

    18 3810 24 44

    Renzo CostaAsumir riesgos es la nica manera de convertirnosen pioneros

    Responsabilidad social

    Trabajo de todos

    Marina Bustamante

    El aromadel cuero me recuerda a mi

    infancia

    Nuestro equipo

    Artfices de un gran xito

    PublicidadEl estadodel arte

  • Pgs 10 11

    infanciaEl aroma del cuero me recuerda a mi

    Marina Bustamante

  • Pgs 12 13

    Una maana de 1968 caminaba por una ca-lle cercana a la iglesia de San Francisco. La casa donde viva con mi padre y mis cuatro hermanas quedaba en Barrios Al-

    tos. Yo estaba por aquella zona porque tena que comprar un pasaje para visitar a mi mam, quien viva en Jauja. El jirn ncash y las vas aledaas conformaban un emporio de curtiembres donde haba tiendas, negocios italianos y galpones de techos altos que exhiban sus mejores productos. Aquella era la zona donde todos los zapateros com-praban cueros, suelas y dems materiales. Fue en-tonces cuando percib un olor muy fuerte que me traslad a mi infancia.

    Mi abuelo, Juan Mjico, era curtidor artesanal en Masma, un pueblo a veinte minutos de Jauja. Podra haber sido un empresario exitoso, pero era muy caritativo y todo lo que ganaba se lo prestaba a la gente que peda su apoyo para pagar deudas. Al final, quien termin endeudado fue l, as que tuvo que vender todos sus cueros e irse a trabajar a una mina para mantener a su familia. No tuve el privilegio de conocerlo, pues muri antes de que yo naciera. Sin embargo, recuerdo el da en que, de nia, descubr el pozo enorme donde l trabaj. De este emanaba un olor muy fuerte y yo, que era muy curiosa y que me encantaba observar y pre-guntar por todo, me acerqu a mi abuela para que me contara la historia de aquel pozo que, con el paso del tiempo, termin cubierto por la maleza.

    El olfato es el sentido con mejor memoria, y fue pre-cisamente el recuerdo de una infancia feliz, con paisa-jes tan lricos e inspiradores, lo que me oblig a acer-carme a los locales que encontr en el centro de Lima. Con el poco dinero que tena le ped a un vendedor que me mostrara sus cueros para ver con cules podra disear los cinturones con hebillas de metal enormes, como los que usaba Jimi Hendrix. A m me encantaba la moda hippie, me pareca de lo ms transgresora.

    Siempre dispuse de dinero ganado con mi esfuerzo. De nia venda adoquines y queques en el colegio, as que poda darme mis gustos. Por entonces acababa de terminar la secundaria y durante el verano me pre-paraba para ingresar a San Marcos. Mi padre quera que estudiara Derecho o Medicina, pero no era lo mo. Le deca que los abogados siempre estn litigando y que me aterraba la sangre. Lo que yo quera cursar era Sociologa, pero l responda: Sociologa, imposible, porque te volvers comunista.

    As que finalmente opt por Psicologa, y por haber negociado mi vocacin logr que me prestara 600 so-les para comprarme una mquina de coser. Era una de tercera mano, me la vendi un seor que tena un puesto en el mercado de la Unidad Vecinal N 3. Con ella empec a hacer yo misma correas cada vez ms elaboradas, con pespuntes a los costados, as como carteras y bolsas de tela. Haba una tienda en el Ca-llao, Sayuri, donde luego de ahorrar mucho compr una cartera para deshacerla y aprender su confeccin.

    Este conjunto de experiencias nos ha

    permitido aprender

    de aciertos y errores.

    La clave del xito est en

    la unin y confianza que existen en el

    equipo

    Marina BustaMante

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    Me fue bien desde el comienzo porque, al igual que yo, mucha gente se identificaba con esa moda. Tena mi taller en Barrios Altos, venda mis acceso-rios en la puerta de mi facultad o los dejaba consig-nados en las boutiques de Miraflores.

    Cuando cumpl 19 aos pude alquilar un local en una galera comercial ubicada en la cuadra 8 del Jirn de la Unin, conocido entonces como la Gran Va. Contrat a unas amigas para que me ayudaran a coser y a mi primer cortador, el maestro Julio Prez. Yo me dedicaba a las ventas, a hacer las bo-letas y las guas de remisin, desde muy tempra-no en la maana hasta las seis de la tarde. A esa hora iba a clases en San Marcos, pero me quedaba dormida porque en plena campaa el trabajo era dursimo.

    Mi pap me preguntaba: Por qu tienes que estudiar de noche?. Si tena un hogar y un padre que poda mantenerme, para qu trabajar? Pero a m me encantaba disponer de mi propio dinero, no para desperdiciarlo, sino para convertirlo en una herramienta de trabajo: que no fuera un fin, sino un medio. Creo que ese concepto me permiti com-prarme un auto un Datsun ltimo modelo con el que reparta la mercadera y una segunda tienda en el stano de Va Veneto, la galera ms importan-te de Lima en la dcada de los setenta. Esa tienda la bautic como Renzo Costa, el nombre de mi primer hijo.

    entonces empezamos a confeccionar ropa, en especial casacas y minifaldas de cuero.

    A pesar de que el Per viva un gobierno dictatorial, los setenta fueron aos de bonanza. El negocio era distinto, no haba muchas importaciones y la industria nacional se fue para arriba. Nuestros clientes habitua-les eran seores de cuarenta a sesenta aos, quienes valoraban el cuero segn su peso y grosor, y decan: Esto s es cuero. Le vendamos casacas a corpora-ciones como Electrocentro, Electrolima, Entel y Pesca Per, que por motivos de trabajo necesitaban prendas ms duras, que nosotros llambamos ropa industrial. Eran perfectas para abrigar a trabajadores que labora-ban cerca del mar o en la sierra. Sin duda, se trataba de una poca en la que lo prctico era ms importante que la moda, y los clientes esperaban que su casaca durase para toda la vida.

    Nuestras formas de generar ingresos eran inge-niosas. No solo ganbamos por la venta de ropa y accesorios, sino por el mantenimiento que ofreca-mos. Los clientes traan sus productos anualmente para que los limpiramos y tiramos, para que les cosiramos botones o para que les cambiramos los cierres. Ahora el mercado de la moda ha cam-biado por completo: el cliente no se pregunta cunto tiempo va a durarle una casaca, pues solo la usar una temporada. Tambin permitamos que los clien-tes que no pudieran pagar al contado los 120 dlares que por entonces costaba una casaca, amortizaran

    l haba nacido ese mismo ao, en 1973, y su nombre result muy comercial. Mientras que las otras tiendas se llamaban Boutique Sofa o Boutique Lorena, un local llamado Renzo Costa venda carteras, vestidos y polos de mujer. La gente no estaba acostumbrada, muchos pensaban que se trataba de un modisto extranjero! l fue mi inspiracin y, actualmente, es una pieza funda-mental de la empresa. Yo soy puro sentimiento y estoy llena de ideales, pero l es ms cerebral. Adems, soy emprica, mientras que Renzo estudi Administracin de Empresas en la universidad. Actualmente yo me en-cargo del tema de responsabilidad social; l de todo lo referente a proyecciones futuras. Es un visionario que siempre se adelanta a los hechos. Lo admiro muchsi-mo: yo lo eduqu, pero l me super.

    Regresemos a 1973, cuando la marca se estaba ha-ciendo conocida y ganbamos clientes porque ofreca-mos una propuesta innovadora. Por ejemplo, todas las carteras eran duras y acartonadas; yo les di ms versa-tilidad y color. Cuando solo haba modelos en marrn o negro, yo empec a jugar con el rosado y el verde. No haca carteras rgidas o chicas, sino bolsos grandes con mucho espacio.

    En 1974 ya tena un taller grande en la urbanizacin Los Cipreses, cerca de la universidad, desde el cual abasteca a las tiendas que tenamos en Gran Va, Va Veneto, Espaderos y dos ms que compramos en la cuadra 5 del Jirn de la Unin. Era un galpn al que le mand hacer un techo y habitaciones de madera. Por

    1974Desde muy joven, Marina emprendi el negocio de moda en cueros que le ha valido un reconocimiento internacional. Los inicios no fueron fciles, pero su esfuerzo y determinacin permitieron que alcanzara su objetivo.

    Marina BustaMante

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    Cuando mi hijo Renzo volvi a Lima, apenas termin la universidad en Santiago, propuso la alternativa de ofrecer billeteras. Fue una nueva manera de vender el cuero. Hoy las billeteras, al igual que otros accesorios como las agendas y las carteras, siguen siendo nues-tros productos con mayor demanda.

    Este conjunto de experiencias nos ha permitido

    aprender de aciertos y errores. La clave del xito de la empresa est en la unin y confianza que existen en el equipo. Algunos no estn ms con nosotros, otros siguen acompandonos desde los inicios (fueron tan leales que, en tiempos de crisis, seguan viniendo aun-que no tuviramos cmo pagarles). Tambin ha surgi-do una nueva generacin a la que veo preparada para continuar el crecimiento de Renzo Costa. Los que per-tenecen a mi poca se jubilarn y se irn a su casita, igual que yo. Pero an no quiero dejar la fbrica, no por un tema econmico sino por la responsabilidad social que tengo con los chicos discapacitados que confor-man una parte esencial de nuestro personal.

    El destino de las empresas familiares en el Per es muy particular: solo el 5% sobrevive a la segunda o ter-cera generacin. No me agrada la idea de que nuestra empresa sea una de ellas. Quisiera que Renzo Costa trascienda mis tiempos y mi vida, como tambin la vida de mis hijos. Y que nunca se pierda la formacin que les he dado a ellos y a nuestros colaboradores, sobre todo la tica y los valores que nos han permitido proyectarnos hacia el futuro.

    el monto en cuotas mensuales de veinte dlares. Una vez cancelada la prenda podan recogerla.

    Nadie nos ense a vender, fue algo que fuimos aprendiendo con el tiempo. Tenamos un estupendo vendedor. Imaginen que al cliente la manga le quedara muy baja. Le deca: Seor, llvese esta casaca porque esta zona es peligrosa y pueden robarle su reloj; no-sotros hacemos nuestras prendas as para cuidar sus pertenencias. Tan bueno era que tena unas clientas huaralinas que lo mimaban y traan quesos de su tierra especialmente para l.

    Las ventas llegaron a ser exorbitantes, ni yo misma poda creerlo. A veces trabajaba en la caja y termina-ba con los dedos adoloridos porque todo el da estaba apretando los botones de una mquina registradora muy antigua. Era de segunda mano y algunos nme-ros no funcionaban bien, por eso me costaba el doble de esfuerzo. Como no haba billetes grandes, guar-dbamos el dinero en costales y no tenamos tiempo para contarlo. Solo sellbamos las bolsas con una cifra aproximada.

    As llegamos a los ochenta, con una nueva tienda al costado del Hotel Bolvar y luego otra en Camino Real (la cual sigue teniendo bastante xito porque la gente que trabaja en las oficinas cercanas hasta ahora nos visita a la hora del almuerzo o a la salida). Fue un tiempo terrible para toda Latinoamrica: las fbricas cerraban por doquier y haba la peor hiperinflacin. A

    eso hay que sumarle el terrorismo que sufra el Per, un episodio que los chicos de hoy no conocen como deberan. En Camino Real pusieron una bomba y la gente no quera pasear por los centros comerciales por miedo a un nuevo atentado, pues las explosiones y los apagones eran pan de cada da. Pareca que el negocio se ira al diablo.

    Sin embargo, los chinos dicen que toda crisis es una fuente de oportunidad y siempre tuvimos la voluntad de reinventarnos. A principios de los noventa, mi fa-milia y yo nos fuimos a vivir a Chile. Por entonces eran muy comunes los chantajes, secuestros y asesinatos a sangre fra, as que nos mudamos y dejamos encar-gadas las tiendas a Jos Omar Cabanillas, hoy gerente comercial de Renzo Costa. Ese fue el primer paso para nuestra internacionalizacin, porque decidimos inau-gurar locales en Santiago de Chile, ciudad en la que hoy nos ubicamos en zonas estratgicas.

    A decir verdad, lo peor para Renzo Costa fue el fe-nmeno de El Nio ocurrido en 1997. Nuestro primer producto eran las casacas de cuero, pero, quin se las iba a poner si todo el ao hizo un calor infernal? No vendimos nada y estbamos a punto de declararnos en bancarrota cuando se nos ocurri viajar a provin-cias para organizar ferias. Con Cabanillas al volante, parta la camioneta de Renzo Costa a puntos de venta como Cusco, Cajamarca o Huancayo, donde segua haciendo fro. As el stock de casacas empez a liqui-darse a toda velocidad.

    51. Que Renzo Costa sea una marca reconocida alrededor del mundo y que lidere la moda en cuero de primera calidad.2. Crear una fundacin internacional para apoyar a los jvenes con habilidades diferentes que deseen ingresar al mundo laboral. 3. Que nuestra marca est presente en todos los aeropuertos del mundo, y que sea distinguida como peruana. 4. Llegar a las pasarelas ms importantes en las capitales de la moda.5. Marcar tendencias, para que Renzo Costa siempre se ubique a la vanguardia de la moda en cuero.

    sueosde Marina para un futuro

    Marina BustaMante

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    pionerosRenzo Costa

    Asumir riesgos es la nica manera de convertirnos en

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    Mi nombre y apellido llevan a pensar a muchos que Renzo Costa es un italiano, confiesa con una sonrisa el joven administrador de empresas, quien se perfila como el futuro conductor de la

    marca de cueros ms exitosa del Per. Naci en 1973, el mismo ao en el que su madre, Marina Bustamante, comenz a confeccionar carteras, correas y accesorios pequeos que venda de manera informal, mientras es-tudiaba Psicologa en San Marcos. Todo indica que el destino jug a su favor y en poco tiempo la universita-ria ya contaba con su primer local en el centro de Lima, epicentro del comercio por aquella poca. Sin duda, el nombre de su hijo fue de buen augurio.

    De pocas palabras, Renzo se ha mantenido al mar-gen de la sobreexposicin meditica que el triunfo sue-le atraer. Debido a ello, su historia permanece casi des-conocida hasta la fecha. Pero lo cierto es que, desde el da en que culmin sus estudios superiores en Santia-go de Chile y regres a Lima, pas a formar parte del equipo que lidera junto a Marina.

    Cuando entr a Renzo Costa en 1996, la empresa no andaba nada bien.

    Bueno, cabe mencionar que estoy involucrado con la empresa desde muy chico. Acompaaba a mi mam a su trabajo y vea todo el movimiento que exista a su alrededor, as que inconscientemente fui aprendiendo cmo funcionaba este negocio. Y luego, cuando me fui a Chile a estudiar mi carrera, tuve que ocuparme de las tiendas que habamos inaugurado all.

    El motivo fue el fenmeno de El Nio? Ocurre que la empresa fue por mucho tiempo sinni-

    mo de casacas de cuero, muy adecuadas para las po-cas de fro, y un ao entero de verano nos hizo tambalear. As que tuvimos que aplicar otras estrategias y eso, en parte, fue bueno. Aunque haya sido una experiencia dif-cil, la creatividad a la que nos vimos obligados a recurrir para salir adelante nos dio una leccin: jams quedarnos dormidos en nuestros laureles y buscar siempre el cam-bio que nos diferencie y nos ubique a la vanguardia.

    Comenzamos a estudiar varios factores del merca-do. Por ejemplo, para todas las empresas el mes de diciembre era el ms rentable gracias a la Navidad, pero para nosotros era un mes que ni siquiera estaba entre los cuatro de mayor venta. Pensamos: Qu est pasando? Cunta gente puede regalar una prenda de cuero que cuesta mil soles y cunta gente puede hacer un regalo que est entre los cien y doscientos soles?. Obviamente la diferencia era abismal, as que haba que buscar un regalo de ese monto. Por qu no hace-mos billeteras?, me pregunt, pues todo el mundo las usa sin importar la temporada. As que le suger a mi mam que diversificramos. Si ya tenamos el nombre de la marca bien posicionado, por qu limitarnos a la fabricacin exclusiva de casacas?

    Pero no haba mayor competencia en el rubro de billeteras?

    Por supuesto, y las marcas de billeteras fabricadas en el Per estaban bien posicionadas, pero para entrar

    en un mercado tu producto tiene que ser igual o mejor. As que comenzamos a ver lo que ofreca la competen-cia: apenas tres modelos y tres colores lo bsico. De-bamos lanzar muchos ms modelos y colores y a un precio mucho ms competitivo. Tuvimos que sacrificar un poco de utilidad, pero qu importaba si el objetivo era apropiarnos de ese mercado? Concluimos que la nica manera de hacerlo era viajar al extranjero y bus-car a socios que llevaran aos diseando billeteras y que quisieran aportar su trabajo a nuestra marca.

    Qu sacrificios se vio obligado a hacer por esta empresa en crisis?

    No tenamos dinero ni para el primer viaje que nos permitira estudiar el mercado extranjero de billeteras. Pero apostamos por ello, as que juntamos dinero de donde sea. Con ello logramos viajar a unas ferias en Europa y contactar a proveedores que trabajaban ni-camente por pedidos grandes; al entrevistarnos per-sonalmente con ellos pudimos convencerlos para que fabricaran las cantidades que estaban dentro de nues-tras posibilidades. De esa manera, presentamos co-lecciones muy variadas para que la gente conociera el producto. Nuestros competidores nos subestimaban pensando que no pasara nada con los nuevos aires que le dimos al mercado de billeteras, pero hoy somos lderes de este rubro. Creo que mi aporte fue bueno, haber sacado a Renzo Costa del terreno exclusivo de la ropa y llevarlo hacia accesorios como billeteras y correas. As le dimos la vuelta a la historia, porque di-ciembre es el mes en el que ms vendemos.

    renzo costa

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    Siente que ese cambio se not de inmediato o necesitaron mucha paciencia para ver sus frutos?

    Fue muy rpido, porque nuestros clientes visitaban las tiendas y se encontraban con veinte modelos de billeteras y a un precio accesible. Esa fue la apuesta al futuro y hoy estamos cosechando lo que sembramos.

    Su trabajo le permite viajar por todo el mundo, des-de Miln hasta la India

    Al viajar nos sentimos obligados a ubicarnos en un estndar internacional. La moda que fabricamos no tiene nada que envidiarle a lo que se est haciendo en Italia y eso significa que podemos posicionarnos en cualquier lugar del mundo. Es necesario vivir supe-rndonos da a da y, en ese sentido, nosotros mismos somos nuestra competencia.

    La ltima coleccin que lanzaron apuesta por colo-res azulados que quizs en el Per no se usen mucho. Tanta vanguardia es positiva?

    En un reciente estudio de mercado la gente ha opi-nado que fue un cambio radical y agresivo, aunque las ventas van muy bien. Es verdad que algunos la en-cuentran un poco chocante, pero ese es el riesgo de la moda y nosotros apostamos por la diferencia. El mer-cado pide los mismos modelos y colores, y con eso pa-rece ser suficiente; nosotros no pensamos as, pues la idea es ser pioneros en todo lo que hacemos. Hace un par de aos propuse hacer un catlogo en la India para darle fuerza a nuestras fotos. Muchos se preguntaron para qu gastbamos tanto en una propuesta as, pero

    hoy es comn invertir de esa forma en publicidad. Creo que asumir riesgos es la nica manera de convertirnos en pioneros.

    Eso significa que es usted el responsable del cambio?

    Estoy metido el 99% de mi tiempo en el diseo y de-sarrollo diciendo qu va y qu no. Del tema administra-tivo no me encargo, pero s de la identidad de la marca.

    Cmo definira la produccin actual de Renzo Costa?

    Posee mucho de la escuela italiana que hemos ob-servado en Miln. De ah proviene nuestro concepto del color que distingue a nuestra moda. Claro que cho-ca mucho a la gente clsica (y continuaremos con esa lnea clsica, pues no podemos darnos el lujo de per-der a los clientes a quienes les gusta ese estilo). Hay un mercado muy grande con personas que siguen esta tendencia.

    Aparte del nuevo local en la exclusiva zona de Cos-tanera, en Santiago de Chile, cules son los siguien-tes pasos para la internacionalizacin?

    Para las empresas chilenas es increblemente dif-cil tener sus tiendas en el aeropuerto de Santiago o en Costanera, as que imagnate lo complicado que ha sido para una marca peruana llegar a estos lugares. Para m es un orgullo cuando un peruano va a Chi-le y reconoce una marca de su pas en el aeropuerto. Nuestra meta es llegar a toda Sudamrica y mi sueo es que podamos convertirnos en un producto bandera en lugares como Colombia o Argentina.

    Llegar el da en que tanto su madre como el equi-po que la ha acompaado por ms de 25 aos deban retirarse y usted tome la posta con una generacin ms joven. Cmo ve ese da?

    Yo tambin me voy a retirar en algn momento El desarrollo de una empresa es un proceso: todo tiene su comienzo y su final. Lo ms importante es que a ese final le siga otro comienzo, y que el pasado sirva de impulso e inspiracin para llegar cada vez ms lejos.

    renzo costa

    Usualmente de viaje por motivos de negocios, Renzo ha recorrido el mundo y ha podido ver las ltimas tendencias de la moda.

    La moda que fabricamos no tiene nada que envidiarle a lo que se est haciendo en Italia y

    eso significa que podemos posicionarnos en cualquier lugar del mundo

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    Sin ellos, la historia hubiera sido diferente. Estuvieron presentes en los comienzos, se pusieron la camiseta en tiempos de crisis y aportan sus respectivos talentos para cumplir un sueo de largo aliento.

    Artfices de un

    gran xito

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    Yo entr a Renzo Costa como chofer a los diecinueve aos. Mi esposa Anita me present a la seora Marina, quien me dijo: Joven, necesitamos que usted recoja a nuestros trabajadores que viven en Villa el Salvador, Villa Mara del Triunfo, San Juan

    de Miraflores, La Victoria y Barrios Altos. De inmediato acept. Pero tiene que empezar a las seis de la maana, porque a las ocho en punto ellos deben ingresar a la empresa. Podr usted?, me pregunt, des-confiando un poco de mi corta edad. Le asegur que no tena por qu preocuparse, a pesar de que era julio de 1987 y haba toque de queda, de doce de la noche a cinco de la maana.

    En ese entonces yo viva en el Callao y deba recoger el auto en la fbrica, en la urbanizacin Los Cipreses. Para ser puntual con mi hora-rio de trabajo, sala de mi casa a las 5:05 de la maana y esperaba en una esquina a que los tanques de la Marina de Guerra del Per se reti-raran. Cronometr el primer autobs, que pasaba por el paradero a las

    5:17 a.m., siempre con el mismo cobrador. Si no tomaba ese carro no llegaba a la fbrica. Me haban dado las llaves para entrar, pero haba un dberman y yo le tena pnico a ese perro. As que llevaba siempre un pedazo de pan que le tiraba para distraerlo. Como la seora vio que yo me sacrificaba sin poner ningn reparo, pronto decidi darme su auto y me dijo: Para que no tengas que venir hasta ac.

    Tuve la oportunidad de seguir en la empresa a pesar de que una vez me chocaron. Estaba en una avenida y por culpa de un bus parado un carro que vena detrs no me vio y se me vino encima. Podran haberme botado pero no lo hicieron y esa misma oportunidad que me dieron se la doy ahora a los jvenes cuando se equivocan. Les sealo sus fallas y les pido que pongan ms atencin, pero lo primordial es que uno debe educar ms que castigar. De esta manera la gente que trabaja aqu es ms leal y por eso tenemos muy poca rotacin de per-sonal.

    El da en que yo realmente me gan la confianza de la seora Mari-na fue cuando la estaba llevando al banco y ella tena una gran suma de dinero en un sobre. El trfico no nos permita avanzar por una calle del centro de Lima cuando, de pronto, un ladrn le arranch el sobre y se dio a la fuga. De inmediato me baj del auto y corr lo ms rpido que pude, hasta que lo agarr del cuello y lo obligu a devolver el di-nero. Se me sali el chalaco! Pero cuando regres al auto y le devolv a la seora lo recuperado, yo estaba temblando como nunca. Ambos estbamos muy asustados y ella, a pesar de sentirse agradecida, me reprendi por haber arriesgado mi vida.

    Poco a poco fui mostrando mis habilidades en otros rubros hasta que contrataron a un chofer para que me sustituyera. A partir de en-tonces comenc a comprar los cueros y los materiales que se usaban

    (Gerente Comercial)

    Jos Omar caBanillas

    nuestro equipo

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    para hacer las casacas, y administraba las ferias en donde present-bamos nuestra marca. Cuando Marina, su esposo y sus hijos se mu-daron a Chile, fui yo quien se qued a cargo de la fbrica y todas las tiendas por un perodo de dos aos. Yo tena 24 en ese momento y profesionalmente fue un fogueo para m. Lo que para ellos fue una amenaza de muerte, para m fue una oportunidad.

    Cuando regresaron a Lima yo ya era otra persona. Me llevaba muy bien con todos, sobre la base del mutuo respeto. Nunca me pele con nadie y, si la gente me reclamaba algo, trataba de escuchar y acceda a todo lo que fuera justo. No quisiera jactarme de nada, pero creo que tengo mucha inteligencia emocional.

    Durante el fenmeno de El Nio, la empresa casi se declara en bancarrota. Dos factores la salvaron: empezar a hacer billeteras y las campaas de venta que hacamos al interior del pas, que fue mi idea. Tenamos nuestra camioneta, una combi de color verde a la que le pin-tamos de puo y letra GRAN OFERTA CASACAS DE CUERO RENZO COSTA. Como no tenamos dinero, armbamos la exhibicin no en el hotel ms caro, sino en el segundo de cada ciudad. En la camioneta cargbamos los exhibidores y la mercadera. Los miembros del equipo que me acompaaba se convertan en electricistas, mecnicos, deco-radores, vendedores y cajeros. Mi juventud me permiti manejar por todo el pas durante largas horas. Y cuando llegbamos a un destino perifonebamos por todas las calles y plazas de la ciudad. Tambin nos levantbamos a las cinco de la maana para repartir volantes de puerta en puerta.

    A veces hasta nos entrevistaban en distintas estaciones radiales

    de cada zona. Tena muy buena labia cuando sala al aire: por ejem-plo, en Huancayo aseguraba que en nuestra base de datos figuraban

    Y as pasamos muchas aventuras en el camino. En una oportuni-dad casi nos lleva un huaico: lo vimos ante nuestros ojos, cmo se desarmaba el cerro y caa al ro, llevndose todo lo que haba a su paso. Otra vez viaj a Huancayo con un amigo y su pap, quienes no eran de la empresa. De regreso a Lima, antes de pasar por Ticlio, cay una piedra sobre el parabrisas. El vidrio se raj como granos de arroz, pero no se desprendi: pasar sin vidrio por Ticlio era morir. A medida que yo avanzaba cruzando La Oroya, iba preguntando si ven-dan un parabrisas para la Nissan Pickup 4 x 4, pero me decan: No, seor, eso venden en Lima. Cada vez que aceleraba iban cayendo ms pedacitos y para colmo empez a llover! Tena tanto miedo de que las esquirlas me cayeran en los ojos que tuve que romper el vidrio apenas pas Ticlio. As que me puse unos anteojos que tena para manejar moto y solo con esa proteccin llegu a Lima, con fie-bre a causa del fro intenso.

    Algunas personas que llegaban a las ferias, a veces muy acriolla-das, lo primero que hacan era pedir descuento. Con muchos de los clientes yo haba conversado por telfono y me decan: Mire que yo soy amigo del seor Cabanillas. Y es que la gente estereotipa y cree que el gerente comercial de Renzo Costa es un tipo alto, rubio y de ojos verdes. Yo responda: Ah, s, el seor es buena gente y seguro le hara un descuento, pero en estos momentos yo no se lo puedo hacer.

    De chofer a gerente comercial y a accionista de Renzo Costa. Mi ca-mino ha sido indudablemente de muchos sacrificios, pero tambin de enormes satisfacciones. Hace poco termin mi carrera de Marketing y Publicidad y actualmente estoy haciendo mi MBA en la Universidad del Pacifico. Me siento muy orgulloso de la empresa y muy feliz de tra-bajar con mis compaeros Luis Colmenares y Rubn Palomino, con quienes seguir compartiendo nuestros logros y xitos.

    muchos clientes huancanos y por eso habamos decidido visitarlos directamente en su ciudad. Ustedes son grandes conocedores de la moda, deca, aprovechen en comprar nuestros productos con ofer-tas. El xito nos sonrea pero, al terminar, buscbamos un men de S/. 2.50 y los hoteles ms baratos, porque nuestro objetivo era ahorrar. Recuerdo que como vendamos hasta las once de la noche y el pbli-co pagaba en efectivo, enrollaba los billetes y los meta en los tubos donde colgbamos las casacas. As evitaba el robo y al otro da depo-sitaba el dinero en el banco.

    A veces llevbamos a un mimo de la Escuela Superior de Arte Dra-mtico, porque la idea de entonces era jalar pblico aplicando un poco de marketing acorde a la poca. Ahora no sera vlido, nos tacharan de ridculos, pero en los noventa era muy exitoso. Este mimo, de nom-bre Pitita, reparta los volantes de todos los eventos que organiz-bamos, desde Chimbote hasta Chanchamayo. Era parte de nuestro equipo, hasta le hicimos un frac de cuero, con su cola, para que se lo pusiera cada vez que sala a actuar con la cara pintada. Pero un da alguien no cerr bien la puerta de atrs de la camioneta y se cay su maleta, con el frac y toda su ropa adentro.

    Nunca llamamos a estas exhibiciones Oferta o Liquidacin, pues nos dimos cuenta de que esas palabras implicaban que nos queramos deshacer de la mercanca. As que las bautizamos como Gran Exhibicin/Venta, con productos directamente de fbrica. En un principio la gente pensaba que para ingresar a una exhibicin ha-ba que pagar entrada. As que le peda a los conductores de la radio que me preguntaran si tena costo, a lo que yo responda: No seor, porque no solo queremos que la gente compre nuestros productos, sino que nos conozca! De solo conocernos, sabemos que en el futuro comprarn.

    nuestro equipo

    Cuando en los noventa estuvo a cargo de la empresa, Jos Omar Cabanillas se gan el cario de todos los trabajadores, gracias a su buen nimo e inteligencia emocional.

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    Siempre apoy a mi hermana Marina desde que ella abri Renzo Costa y cuando se mud a Chile empec a trabajar en la fbrica a tiempo completo. Soy obstetra de profesin, pero me inici en la empresa en el rubro de supervisin de ventas.

    No tenamos una computadora para facilitarnos la vida, aunque por entonces solo contbamos con siete tiendas y un personal ms redu-cido. Yo me dedicaba tambin al control de calidad de la mercadera que se exportaba a Chile, pues tenamos que hacer de todo un poco. Ahora cada uno se especializa en su propio rubro.

    Pude haber continuado mi carrera en la medicina, que me permi-ti ejercer en el Hogar de la Madre y en la clnica Javier Prado. Pero fui trasladada a Huancayo y, para permanecer unida a mi esposo e hijos, regres a Lima y me incorpor a Renzo Costa. Fue idea ma te-ner este outlet que dirijo con tanto esfuerzo e ilusin, pues me pareci conveniente que una fbrica tuviera un punto de venta. Y al lado de mi

    oficina tengo un botiqun de primeros auxilios para atender al personal en caso de emergencia, as tampoco me he desligado por completo de mi vocacin original.

    Ver crecer este negocio, desde un punto de vista familiar, ha sido algo muy emotivo. Soy la tercera de cuatro hermanas y a Marina le llevo cuatro aos. Mientras yo era nombrada como coordinadora del centro mdico huancano, mi hermanita universitaria venda correas en la puerta de la facultad. Sent que cuando abri su tienda en la Gran Va, todo haba sucedido de la noche a la maana. Dedicarse al diseo de modas hubiera disgustado mucho a mi padre y por eso yo nunca lo propuse como carrera para m, no me hubiera atrevido a hacerlo. Del mismo modo ocurri cuando una hija ma quiso estudiar diseo y yo se lo negu, solo para darme cuenta al final de que tena que acceder a lo que la hiciera feliz. De todos modos, ver a Marina triunfar en esta aventura me hizo admirarla an ms. Los ltimos re-cuerdos han opacado a los anteriores, porque actualmente vivimos nuestro mejor momento. Pero crecer no ha sido nada fcil y hemos pasado por momentos en que no pensbamos que bamos a sobrevi-vir, como cuando ocurri esa catstrofe llamada fenmeno de El Nio.

    Los trabajos no son eternos, yo lo s. Pronto me tocar jubilarme y dejarle mi puesto a otra persona, pero eso no significa que no ten-ga an muchos proyectos para el futuro de la empresa. Mi deseo a corto plazo es construir un tpico donde se puedan atender nuestros trabajadores, como tambin un pequeo museo para los clientes que vengan a visitarnos. He guardado todo lo que ha cado en mis manos: por ejemplo, el primer celular que lleg a la empresa lo tuve yo y an lo conservo, parece un ladrillo. Tambin tengo los primeros cabezales de las mquinas, los botones y los broches que se usaban a inicios de los setenta.

    nuestro equipo

    Carmen BustaMante

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    Soy hija de Carmen Bustamante y sobrina de Marina. Mi rea es el corazn de la empresa, el inicio de todo el proceso que finaliza con el producto en la tienda. El trabajo de diseo y desarrollo consiste en recoger la informacin necesaria

    para cada temporada, con visitas a ferias en el extranjero, donde elegimos desde los insumos hasta los productos terminados con los que vamos a trabajar. Chequeamos revistas y navegamos en Internet para conocer las nuevas tendencias en cuanto a colores y a formas, y tambin nos informamos de los requerimientos de los clientes. Es entonces que empiezan los diseos con dibujos a mano o a com-putadora, elegimos los modelos para desarrollar los moldes y, una vez listos, seleccionamos los materiales para realizar los prototipos que se confeccionarn y modificarn para su posterior aprobacin. Estamos vinculados al rea comercial, pues evaluamos el xito del

    producto en tiendas y de ese factor depende una mayor produccin o la descontinuacin del producto.

    Comenc haciendo moldes para prendas en Chile, en el taller de Renzo Costa que estaba en la comuna de uoa. En ese tiempo yo era estudiante de la carrera de Diseo de Vestuario y aquellas eran mis prcticas. En 1998 se dio mi primer trabajo profesional, cuando realic junto a un grupo de diseadoras una coleccin inspirada en el Seor de Sipn. Desde el 2000 trabajo como jefa de produccin, pero la verdad es que yo estoy vinculada a la empresa desde que era muy pequea. Junto con mi primo Renzo fuimos criados en este ambiente y nos preparamos para trabajar aqu.

    Lo que ms me gusta de mi trabajo es disear, buscar materiales y viajar para ello. Lo que menos, cuando hay que repetir varias mues-tras para poder lograr un nuevo producto. Siempre falta algo y demora mucho encontrar el acabado que deseamos. A veces debemos hacer hasta cinco muestras para que resulte. Pero este trabajo le ha dado muchos logros a mi equipo, el cual est compuesto por un grupo de diseadoras muy talentosas. Es difcil reunir a tan buenas profesiona-les en una misma rea.

    La gerencia que dirijo se cre hace apenas dos aos y an quedan muchos objetivos por cumplir. Necesitamos lograr una mejor organi-zacin en cuanto a tiempos de trabajo, espacio y maquinaria. Asimis-mo, educamos al personal para que adquiera mayor conocimiento sobre el cuero. Pero lo que ms me interesa es que cada vez ms productos satisfagan al cliente, para tratar de cubrir la mayor cantidad de sus necesidades.

    nuestro equipo

    (Gerente de Diseo y Desarrollo)

    Adriana Brenneisen

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    NoRA HuACRE(Costurera)

    Buscaba trabajo por el Jirn de la Unin y encontr un aviso con la direccin de la fbrica, en Los Cipreses. Tena nociones de costura, pues haba trabajado en tela. Est bonito, hijita, ven dentro de tres das, me dijo la seora Marina al ver el resultado. Dicho y hecho, regres a la fbrica y me di con la sor-presa de que el lugar ya estaba lleno de gente trabajando, mesas y mquinas de coser. Fue as como todo empez. Rpidamente aprend a tratar el cuero, aunque muchas veces me cos los dedos por accidente, pero las heridas no impedan que siguiera trabajando. Creo que me concentr tanto en el trabajo porque, como soy de Apurmac, me senta sola en Lima. Ahora tengo dos hijas de 18 y 17 aos, y un hijo de 12. Soy padre y madre para ellos.

    RubN PALoMINo(Publicista)

    Formar parte de Renzo Costa ha sido una aventura que nos ha permitido tener una pu-blicidad comparable a la de Brasil o Argentina.

    El primer logo que dise para la empresa fue el del carnero. No miento: present doscien-tas opciones de todo tamao y color todas fueron rechazadas! Tal era el nivel de exigencia. Finalmente dibuj el logo con un cuerno en forma de C. Un diseo con un animal atpico, ms agresivo, y ese fue el que gust. Fue enton-ces que me integr a la empresa.

    Lo que pocos saben es que el actual diseo de la marca, cuya forma es una rbrica en cur-

    siva, es creacin ma. Y gracias a este trabajo conoc, en la Cmara de Comercio, a la madre de mis hijos.

    LAdy CLARoS(Costurera)

    Trabaj vendiendo papas y de mesera en restaurantes. Como el pago no era suficiente buscaba otras opciones. Mis padres son cos-tureros y de nia me haban enseado a coser, fue as que llegu a Renzo Costa hace 23 aos. Al llegar vi las casacas y me pregunt: Podr yo hacer esto?. Una vez mis acabados estuvie-ron mal: el cuello lo haba puesto en el sentido contrario. Me pegu el susto de mi vida y pen-s: Hasta aqu llegu. Pero me respondieron: No te preocupes, malogrando vas a aprender. Fue como recibir una descarga de electricidad que me dio ms nimos para seguir trabajan-

    do. Aqu conoc a mi esposo, el cortador Luis Alberto Mansilla. Tenemos dos hijos, Alexander y scar. Lo que yo no tuve, ellos lo tienen ahora.

    MILAgRoS PALoMINo(Asistente de finanzas)

    Estudi enfermera e hice prcticas en una ambulancia, pero me daba miedo la sangre, as

    que decid estudiar secretariado. Hace 25 aos ingres a trabajar aqu por recomendacin de la seora Carmen Bustamante. Entonces Ren-zo Costa solo contaba con un pequeo taller y empec haciendo un inventario manual de las prendas, pero pronto me dieron una oficina para dedicarme al departamento de tesorera y finanzas. No contbamos con la tecnologa de hoy, pero aprend a ser muy disciplinada. De poder estudiar una carrera hoy, elegira Admi-nistracin. Estoy casada con un ingeniero elc-trico que ocasionalmente le presta servicios a la empresa, y tenemos una hija de quince aos, Yasmile. Ella tiene arte en sus manos y quiere ser chef o diseadora de modas.

    LuIS ALbERTo MANSILLA(Cortador)

    En 1993 haba un puesto disponible en el sector de mantenimiento y lo obtuve porque

    mi hermana, quien trabajaba en el rea de costura, me recomend con Marina Busta-mante. Yo haba ido para que me entrevista-ran, pero ese mismo da ya estaba trabajando. Ahora que veo a la fbrica ms grande, quisie-ra mencionar a dos personas: los cortadores Carlos Sipn y Mario Monterrey. Bordeaban los 70 aos cuando yo ingres, tenan mucha experiencia cortando cuero. Me ensearon todo sobre este oficio y jams dejaron de orien-tarnos cada vez que consultbamos nuestras dudas. Y no solo eso: tambin ponan la cuo-ta de buen humor en el ambiente, lo que hizo que el trabajo se volviera an ms agradable. Quiero que sean siempre recordados.

    nuestro equipo

    Quisiera mencionar a los cortadores Carlos Sipn y

    Mario Monterrey. Bordeaban los

    70 aos cuando yo ingres, tenan mucha experiencia

    cortando cuero. Me ensearon todo sobre este oficio y jams dejaron de

    orientarnos

    (Luis Alberto Mansilla)

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    CARMEN MECHATo(Costurera)

    Trabajo aqu desde 1988. Estudi costura en un Cenecape, estando ya casada y con cuatro hijos. Fue mi marido quien me com-pr mi primera mquina de coser, porque l saba que era lo que siempre me haba gus-tado. Como tenamos tres nias, yo quera hacerles sus vestiditos. Pero no saba utilizar su regalo y me dijo: Entonces te pongo a es-tudiar. As fue que aprend a hacer blusas y faldas. Pronto estaba cosiendo para mis ve-cinos, me hice popular en mi barrio! Es in-creble cmo pasa el tiempo y que hoy pueda especializarme en hacer casacas, carteras y billeteras con mquinas industriales. Mi tra-bajo me ha permitido sacar adelante a mi ho-gar y viajar, porque la empresa nos ha llevado de vacaciones a Cusco, Cajamarca y Trujillo.

    FLoR goNzLEz(Costurera)

    He cumplido 24 aos trabajando en Renzo Costa y actualmente me dedico a la produc-cin de casacas. Entr a los 16 aos, apenas termin el colegio. Tuve que ir con mis paps a sacar mi permiso de trabajo al ministerio. Ten-go una hija de 19 aos, Yajaira Garca. Su padre trabajaba en la fbrica como costurero, pero nunca vivimos juntos. En un viaje que hicimos a provincias sal embarazada. Yo apenas tena 21. Fue una preocupacin para mi familia, pero en el trabajo recib el apoyo de mis compae-ras y quieren a Yajaira como si fuera una sobri-na, pues la han visto desde que naci. Ella ha

    trabajado para la tienda, durante las campaas que coincidan con sus vacaciones, y ahora es-tudia Administracin de Negocios en IPAE.

    MARgARITA ovIEdo(Costurera)

    Ya estoy jubilada, pues tengo 65 aos, pero sigo trabajando porque me gusta y me

    distrae. Entr en 1973, cuando todo esto em-pez. Con mi hermana Anita Oviedo (quien falleci de cncer hace cinco aos) llegamos a una boutique en el Jirn de la Unin luego de leer un aviso en el peridico. No voy a ne-garlo, es un trabajo difcil, pero aqu hemos formado un equipo bien unido y me siento en familia. No s cuntos aos ms siga tra-bajando, pero supongo que me retirar cuan-do empiece a sentirme cansada. Me ir sa-biendo que saqu adelante a mis dos hijos, quienes actualmente tienen 40 y 34 aos. El segundo de ellos trabaja en la sucursal que Renzo Costa tiene en el Jockey Plaza, y me cuentan que es un gran vendedor.

    ISAbEL ANCHAyHuA(Supervisora de fbrica)

    Soy ayacuchana y en 1980 entr a trabajar a casa de la seora Marina y me encargaba

    de los quehaceres del hogar. La ayudaba co-cinando o cuidando a Renzo, mientras ella iba a comprar cuero o a repartir mercadera. Cuando viajaba, yo me quedaba en la fbrica cocinando para los operarios. Poco a poco, con el tiempo, dej las ollas y pas a contro-lar la mercadera que recibimos. No tengo estudios, pero soy buena con los nmeros y tambin he aprendido a cortar cuero. Gracias a mi trabajo pude seguir manteniendo a mis hijos al fallecer mi esposo. Ahora, ambos es-tudian y uno de ellos, Luis ngel, trabaja aqu en el rea de carteras.

    nuestro equipo

    Una vez mis acabados estuvieron mal. Me pegu el susto de mi vida y pens: Hasta aqu

    llegu. Pero me respondieron que malogrando iba a

    aprender. Fue como recibir una descarga

    de electricidad que me dio ms

    nimos para seguir trabajando

    (Lady Claros)

    LuIS CoLMENARES(Supervisor de materias primas)

    Ya han pasado casi veinte aos desde que vine de Piura, donde estudiaba Mecnica. No saba nada sobre cueros, aqu lo aprend todo. Ahora me encargo del control de calidad. Lo primero que me atrajo del cuero es su olor, pero es a travs de la vista, el tacto y la concentracin que puedo saber si el cuero es bueno.

    Soy renzocostino de corazn, me siento or-gulloso de pertenecer a esta empresa y de haber-la visto crecer. Me dio la oportunidad de conocer a personas maravillosas como Jos Cabanillas y la seora Marina, a quien recuerdo ayudndome con su mandil azul. Mi alegra y satisfaccin es-

    tn constituidas por los ms de treinta puntos de venta que, en realidad, son el reflejo de nuestro esfuerzo y sacrificio.

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    Renzo Costa no solo se ubica a la vanguardia de la moda. Tambin lo hace en el mercado laboral, pues brinda la oportunidad a jvenes con habilidades diferentes de integrarse a la sociedad.

    Trabajo de

    todos

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    Sobre la base de los valores en torno a la responsabilidad social planteados por el especialista Peter Druker, Renzo Costa es cons-ciente de que una organizacin debe asumir la plena responsabili-dad de sus acciones y del efecto que estas tengan en sus emplea-dos. Del mismo modo en que se pone nfasis en la produccin de bienes y servicios o en el cumplimiento de la ley, la empresa asume responsabilidades ticas (hacer siempre lo justo, correcto y razona-ble) y filantrpicas: una buena ciudadana corporativa es lograda a travs de la prctica de actividades o programas que promueven el bienestar social y mejoran la calidad de vida de la poblacin. Por

    El trmino discapacidad no hace referencia a la inferioridad de una persona, sino a las capacidades diferentes que, por diversos motivos,

    posee respecto a los estndares comnmente aceptados. Segn la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT), las posibilidades para que una persona con discapacidad se integre a la sociedad y conserve un empleo, suelen ser considerablemente reducidas en diversas empresas como consecuencia de una disminucin fsica, sensorial, intelectual o mental. La fbrica de Renzo Costa batalla contra todo tipo de prejuicio y discriminacin, para evitar que las personas con habilidades diferentes sean excluidas o tratadas sin igualdad de oportunidades.

    En el Per, de acuerdo con el ltimo Censo de Poblacin y Vi-vienda, el 13,08% de la poblacin nacional est conformado por personas con discapacidad. Es decir, 3,5 millones de la demo-grafa total. Las discapacidades suelen dividirse en cinco rubros: motrices, visuales, del habla, de la audicin, intelectuales y psico-sociales. De aquel porcentaje de la poblacin con discapacidad, aproximadamente dos millones de personas ya se encuentran en edad para trabajar. Este grupo, en su gran mayora, est desem-pleado o viviendo del subempleo. Apenas 45 mil personas poseen un empleo adecuado.

    Es posible que un joven con habilidades diferentes haga lnea de carrera dentro de Renzo Costa, y el mejor ejemplo de ello es Rosa Joya. Ingres a la fbrica para ayudar en el rea de costura y, mostrando creatividad y perseverancia, pronto ascendi a asistente en el rea de diseo. Tiene un gran talento para dibujar y sus ideas se han visto reflejadas en varias colecciones.

    ROSA JOYA

    ello, la insercin laboral de personas con discapacidad es una de las prioridades para Renzo Costa.

    Con el propsito de que la insercin laboral de personas no oyentes sea exitosa, la empresa cumple ciertas condiciones. En primer lugar, se requiere un nivel educativo adecuado del trabajador, lo cual no solo se limita a la educacin bsica completa, sino tambin al manejo de un lenguaje de seas, lectura de labios y (de ser posible) vocalizacin, con la finalidad de otorgar fluidez al proceso de comunicacin durante el trabajo. Otro factor clave es un buen nivel de socializacin, lo que

    predicar con el ejeMplo

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    implica aprender ciertos cdigos de conducta social determinados en procura de un buen clima laboral. Por ltimo, es importante el apoyo familiar: si el trabajador no oyente ha sido sobreprotegido en su hogar, a tal punto que no se le ha dejado realizar sus actividades comunes por el miedo de los familiares a que le suceda algo malo, luego l/ella podra sufrir dependencia y dificultara su proceso de integracin so-cial. Por ello se espera que el ambiente familiar adecuado, en donde se acepte a la persona con discapacidad como alguien que puede desenvolverse en la sociedad normalmente, devenga en la capaci-

    dad del empleado para lidiar con conflictos y poder asumir sus equi-vocaciones como parte de su aprendizaje.

    Renzo Costa cuenta con un equipo de profesionales que llevan a cabo el debido proceso de reclutamiento y seleccin de personal, se-gn la capacidad del postulante. Por ello se trabaja con fundaciones como el Centro Ann Sullivan o la Asociacin de Sordos de Lima, que sirven como canales de reclutamiento. Se fomentan los valores de in-tegracin y no discriminacin en la cultura de la empresa; se educa al

    personal oyente a involucrarse en el desarrollo profesional de personas con discapacidad; y se educa en el lenguaje de seas a todos los oyen-tes para mejorar la comunicacin del personal. Asimismo, se involucra a la familia del trabajador no oyente en el proceso laboral, por medio de charlas y actividades de esparcimiento que fomenten la inclusin.

    Esta empresa insta a las dems a derribar los mitos que rondan en cuanto al empleo de personas con discapacidad. Se cree errneamente que este personal es menos productivo, demasiado costoso y deman-

    dante, que tiene problemas para adaptarse al trabajo, o que constituyen un compromiso demasiado grande que asumir. Renzo Costa demues-tra todo lo contrario con su poltica empresarial: no solo genera ms empleo en el pas, sino que tambin establece un clima organizacional donde los valores de los trabajadores oyentes y no oyentes se ven for-talecidos. Para un trabajador no oyente, un empleo adecuado eleva su autoestima, le brinda independencia, lo hace ms sociable y le permite trazar un plan de vida. Sobran los beneficios de esta poltica humanitaria como para no ponerla en prctica en todas las empresas del Per.

    Ellos son nuestros compaeros

    El principal objetivo de incluir a personas con habilidades diferentes dentro del personal de Renzo Costa es ofrecer la oportunidad de integrarse a la sociedad. El proyecto permite que aprendan a valerse por s mismos, al tiempo que aportan un ingreso econmico en sus hogares. Un equipo de profesionales lleva a cabo la seleccin de personal y los trabajadores con mayor experiencia ofrecen sus conocimientos para la capacitacin en las reas correspondientes. Si bien esta poltica empresarial es poco comn en el Per, la fbrica de Renzo Costa recibe cada vez ms trabajadores provenientes de fundaciones como Ann Sullivan y la Asociacin de Sordos de Lima, y los resultados son ms que satisfactorios.

    predicar con el ejeMplo

  • Pgs 44 45

    Avisos y campaas

    El estado del arte

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    El crecimiento de la empresa hacia finales de los ochen-ta fue ocasin propicia para anunciar los productos de Renzo Costa en los diarios ms ledos del pas. Sin los recursos que haran posibles las grandes producciones que se realizaran dos dcadas despus, se dieron a conocer pro-ductos como casacas y minifaldas de cuero, con anuncios que a todas luces reflejaban el humor y el ingenio peruanos. A pesar de los tiempos difciles que atravesaba el Estado en aquel entonces, se ide una estrategia publicitaria que mencionaba temas como la inflacin, lo cual fue un guio de complicidad entre la marca y el pblico a nivel nacional. Contra viento y marea, la moda se impuso.

    La Vozde los ocHenta, 1987-1989

    puBlicidad

  • Pgs 48 49

    LA GENTE NO DEBE SER JUZGADA POR SU PIEL.

    NUESTRAS CARTERAS, SI.

    JOCKEYPLAZA

    PLAZASAN MIGUEL

    OVALOMIRAFLORES

    OVALOHIGUERETA

    CAMINOREAL

    AEROPUERTOJORGE CHAVEZ

    La publicidad puede ser una declaracin de principios, como lo prueba este anuncio contra la discriminacin pu-blicado en el 2002. Tras la crisis que provoc el fenmeno de El Nio, las carteras, billeteras y agendas ratificaron la cali-dad de la marca tanto como las casacas de cuero, por lo que cobran mayor presencia en los catlogos de Renzo Costa. Des-de entonces, el logo se convierte en una rbrica que le otorga al producto modernidad y audacia.

    Los reconocidos fotgrafos de moda Chayo Saldarriaga y Luca Arana fueron responsables de estas campaas en las que posaron la actriz Anah de Crdenas y la modelo Nicole Favern.

    Los Valores de la Moda, 2002-2009

    puBlicidad

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    puBlicidad

  • Pgs 52 53

    Por motivos de negocios, el empresario Renzo Costa haba visitado en varias oportunidades la regin administrativa de China. El catlogo para dicho ao estaba a punto de realizarse en Lima, pero durante un almuerzo con el fotgrafo Vito Mirr (quien desde entonces viene realizando todas las cam-paas de la empresa), Renzo sugiri la idea de hacerlo en Hong Kong. Con la voluntad de innovar la publicidad local, buscaron modelos por Internet y por fortuna descubrieron que la ciudad oriental era muy liberal respecto a los permisos para fotografiar espacios pblicos.

    Mirr recorri Hong Kong en cinco das para elegir las loca-ciones y la sesin de fotos demor apenas dos jornadas. Con Renzo como nico apoyo detrs de su cmara, recuerda esta produccin como un trabajo bastante libre y agradable, pues solo precis de un flash y los modelos cooperaron en todo momento.

    Hong Kong,otoo-inVierno2009

    puBlicidad

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    puBlicidad

  • Pgs 56 57

    Con locaciones ubicadas en Jaipur y Mumbai, el fotgra-fo Vito Mirr (acompaado esta vez por un traductor, un asistente de styling y Renzo Costa) aprovech la espon-taneidad ofrecida por la India para realizar uno de los catlogos ms celebrados en los ltimos aos.

    En una cultura donde la vaca es un animal sagrado, producir un catlogo sobre cuero podra haber sido materia de polmi-ca. Sin embargo, la sesin es recordada por sus artfices como un momento grato, debido a la calidez de la gente y al exotismo de unos paisajes de ensueo.

    India,otoo-inVierno2010

    puBlicidad

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    La temporada de fro fue propicia para el lanzamiento de diseos inspirados en las ltimas tendencias de la moda europea. Basndose en la novedad de formas y colores impresos en las prendas y accesorios, Renzo Costa y el fotgra-fo Vito Mirr idearon la produccin ms grande en la historia de la marca, que cont con la participacin de modelos interna-cionales. Realizada en el estudio de Mirr, se construyeron sets que dieron vida a una discoteca ubicada en el corazn de una ciudad cosmopolita y posmoderna, donde los guios a la onda retro de los ochenta se entremezclan con la actualidad de una capital de la moda.

    Campaa otoo-inVierno2011

    puBlicidad

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    Con diseos en cuero italiano, de colores mediterrneos y motivos como el animal print, se lanz una coleccin que aport vida y frescura a la marca. La artista rsula Bertello particip en la direccin de arte para idear el atelier de una joven artista interpretada por la modelo rusa Vera Chiliko-va, el cual se recre en el estudio del fotgrafo Vito Mirr. Los productores Gerardo Larrea, Too Choy Kay y Joy Rosenblum se encargaron del styling de este catlogo, cuyo principal obje-tivo fue dar a conocer una lnea de accesorios sin precedentes en Renzo Costa.

    Campaa

    priMaVera-Verano 2012

    puBlicidad

  • Pgs 67 67

    puBlicidad

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    El concepto de un avin montado en un estudio de la ciudad de Lima deja claro que los rumbos a los que se dirige la marca trascienden las fronteras del Per. Refle-jando una vez ms las ltimas tendencias, se comprueba que Renzo Costa no conoce lmites.

    Se aaden al catlogo los nuevos modelos de billeteras, adems de incursionar en dos nuevos rubros: los equipajes y el calzado de cuero.

    Nuevos aires

    otoo-inVierno 2012

    puBlicidad

  • puBlicidad

  • Caminando juntosHistoria de una familia

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