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Pie de Charcot El pie de charcot es una complicación no ulcerativa de la piel que puede presentarse en personas que sufren diabetes. El pie de Charcot se caracteriza por el debilitamiento repentino de los huesos del pie de personas que sufren neuropatía, los huesos se debilitan al punto de fracturarse y con el andar continuado el pie eventualmente cambia de forma. A medida que avanza el padecimiento, el arco se vence y el pie adopta una forma anormal, tomando la apariencia de la base de una mecedora. Esta importante lesión nerviosa (neuropatía) derivada de la diabetes puede producir importantes complicaciones en la salud. Por ello las personas que padecen diabetes es necesario que conozcan qué causa exactamente el pie de charcot, para de esta forma, tomar todas las medidas necesarias para su prevención. El pie de Charcot generalmente aparece en pacientes con diabetes mellitus de larga data y, casi siempre, muy mal controlada. Su presencia puede dar lugar a la aparición de un sinnúmero de problemas, incluyendo pérdida de las articulaciones, fracturas, colapsos o pérdida del arco del pie, deformación masiva, úlceras, amputaciones y, en casos muy graves, llevar incluso al deceso del paciente. La artropatía neuropática es un padecimiento muy grave que puede llevar a una deformidad importante, a incapacidad e incluso a la amputación. Debido a su gravedad, es importante

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Page 1: Pie de Charcot

Pie de Charcot

El pie de charcot es una complicación no ulcerativa de la piel que puede presentarse en personas que sufren diabetes. El pie de Charcot se caracteriza por el debilitamiento repentino de los huesos del pie de personas que sufren neuropatía, los huesos se debilitan al punto de fracturarse y con el andar continuado el pie eventualmente cambia de forma. A medida que avanza el padecimiento, el arco se vence y el pie adopta una forma anormal, tomando la apariencia de la base de una mecedora.

Esta importante lesión nerviosa (neuropatía) derivada de la diabetes puede producir importantes complicaciones en la salud. Por ello las personas que padecen diabetes es necesario que conozcan qué causa exactamente el pie de charcot, para de esta forma, tomar todas las medidas necesarias para su prevención.

El pie de Charcot generalmente aparece en pacientes con diabetes mellitus de larga data y, casi siempre, muy mal controlada. Su presencia puede dar lugar a la aparición de un sinnúmero de problemas, incluyendo pérdida de las articulaciones, fracturas, colapsos o pérdida del arco del pie, deformación masiva, úlceras, amputaciones y, en casos muy graves, llevar incluso al deceso del paciente.

La artropatía neuropática es un padecimiento muy grave que puede llevar a una deformidad importante, a incapacidad e incluso a la amputación. Debido a su gravedad, es importante que los pacientes que padecen diabetes, una enfermedad frecuentemente relacionada con una neuropatía, tomen medidas preventivas y consulten inmediatamente si presentan los signos o síntomas.

El pie de Charcot es una compleja deformidad del pie, considerada como una complicación progresiva, lenta, indolora y crónica que ocurre en una o en varias articulaciones debido a déficit neurológico, como puede ser una neuropatía. Se desarrolla como resultado de la pérdida de sensibilidad en los pies debido a que los nervios se ven afectados y a causa de un hueso roto que no es detectado por falta de sensaciones. Este mal avanza y hay destrucción de los tejidos blandos del pie.

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Sin sentir dolor, el paciente con fractura continúa realizando su vida diaria con el hueso roto empeorando la condición médica, para la cual, en la mayoría de los casos sólo queda la posibilidad de amputar.

En otros casos, la destrucción de las articulaciones es tan grave que causa malformaciones permanentes en el pie con protuberancias óseas. Esta condición requiere calzado especial para siempre.

Entre las características de las lesiones no ulcerativas del pie diabético podemos mencionar:

-El pie cambia de forma debido a las infecciones de los huesos y articulaciones que se producen.

-En un comienzo es difícil de detectar, debido a que surge un área enrojecida e inflamada, la cual se trata como a una infección.

-Al principio el pie de Charcot no es doloroso y hasta se podría confundir con un proceso de celulitis.

Es fundamental que las personas que sufren de diabetes se controlen en forma periódica, la salud de sus pies, además es importante que sepan que el pie es una estructura conformada por huesos, músculos, ligamentos, etc., en donde cada una de las partes actúa en armonía.

Las personas que sufren diabetes deben llevar un riguroso control de sus pies ya que mantener un pie sano, reduce el riesgo de complicaciones como úlceras o amputaciones.

Es conveniente aclarar que el pie de Charcot no puede ser revertido, pero que sus efectos destructivos pueden detenerse si es detectado a tiempo. En este sentido, hay que tener presente que su presentación es rápida y se inicia con una coloración rojiza del pie, acompañada por temperatura elevada de la piel; a ese signo se le asocia la hinchazón y, en los casos en los que no está afectada la sensibilidad, de dolor.

Una persona que sufre diabetes y padece alguno de estos síntomas puede estar desarrollando un pie de Charcot o puede estar frente a otra situación de emergencia por lo que debe consultar de inmediato al médico.

Cuidado preventivo para evitar el pie diabéticoEstudios científicos han demostrado que 10 de cada 11 amputaciones por diabetes se pueden prevenir y que los principales factores para lograr la prevención de las amputaciones de extremidad inferior son:

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Lavarlos a diario con agua tibia y jabón neutro. Llevar un buen control glucémico. Secarlos con toalla suave, especialmente entre los dedos. Usar crema humectante, no aplicarla entre los dedos. Aplicar talco entre los dedos. Cortar las uñas rectas, con bordes ligeramente redondeados. El mejor momento para recortar las uñas es después del baño. Si hay una uña enterrada, acudir con personal calificado.

El calzado debe de ser de punta ancha o cuadrada con suela gruesa, flexible y anti-derrapante.

Evitar usar químicos para callos, ni intentar quitarlos con navajas. No usar cojines eléctricos. Usar calcetines de lana si siente frio. El interior del zapato debe de tener un soporte para el arco del pie. Llevar un buen control de la presión arterial. Evitar medicamentos que reducen la circulación periférica.

Tienes que visitar inmediatamente a tu medico cuando tengas los siguientes síntomas:

Zonas del pie con aumento o disminución de la temperatura. Observar si existe dificultad para caminar, por dolor o debilidad. Presencia de ampollas o heridas pequeñas. Una área hinchada, roja o dura. Una zona de coloración azul o negruzca. Uñas enterradas o encarnadas. Cambios en la sensibilidad del pie y los dedos. Sangrado en las callosidades (sospechar ulceración por debajo del callo). Ampollas por quemaduras, ya que puede causar una ulceración o infección. Ausencia de sudoración, este es un signo temprano de neuropatía. Deformidad del pie, enrojecimiento, calor local.

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Pie diabético

Las personas que sufren de diabetes mellitus (un elevado nivel de azúcar en la sangre), son más propensas a desarrollar algún tipo de infecciones en la piel, una de las más conocidas se define con el nombre de Pie Diabético.

El pie diabético, según el Consenso Internacional sobre Pie Diabético es una infección, ulceración o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las extremidades inferiores que afecta a pacientes con diabetes mellitus.

Es importante remarcar que no debe confundirse “pie diabético” con el pie de una persona diabética, ya que no todos los diabéticos desarrollan esta complicación que depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la patología de base.

El pie del paciente diabético es muy sensible a todas formas de traumatismos he infecciones: el talón y las prominencias óseas resultan especialmente vulnerables.

Los daños a los nervios periféricos de los pies provocan trastornos sensoriales, úlceras de la planta del pie, atrofia de la piel, etc. y debido a la oclusión de las arterias que llevan sangre a los pies se puede producir gangrena.

Es frecuente en los pacientes diabéticos que las lesiones propias del denominado pie diabético trascurran sin dolor, debido a lo cual se suele agravar la lesión antes de que el paciente pida ayuda especializada.

La prevalencia de úlceras de pie diabético en los pises desarrollados varía según el sexo, edad y población desde el 4% hasta el 10%. Se ha establecido una incidencia correspondiente del 2,2 al 5,9%.

Se ha calculado que al menos un15% de los diabéticos padecerá durante su vida ulceraciones en el pie, igualmente se estima alrededor de un 85% de los diabéticos que sufren amputaciones previamente han padecido una úlcera.

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Podemos afirmar que las úlceras neuropatías son de igual frecuencia en hombres que en mujeres y que aparecen generalmente en diabéticos de larga evolución.

Las úlceras del pie se producen por un desequilibrio entre el exceso de presión sobre la planta del pie y el estrés repetitivo que se genera al caminar. No se necesita mucha presión para provocar una úlcera, así que la piel tiene un sistema de protección propio. Normalmente, una presión dañina o un movimiento contra la piel dispararían una alarma protectora en forma de dolor desgraciadamente, en personas con lesiones nerviosas (neuropatía) de origen diabético, esta presión pasa desapercibida y puede provocar graves lesiones. Al haber perdido el “don del dolor”, las personas con neuropatía diabética no se dan cuenta de que existe un problema hasta que se ha formado una úlcera.

Cuando se dice que el pie diabético tiene una “base etiopatogénica neuropática” se hace referencia a que la causa primaria que hace que se llegue a padecer un pie diabético está en el daño progresivo que la diabetes produce sobre los nervios, lo que se conoce como neuropatía. Los nervios están encargados de informar sobre los diferentes estímulos (nervios sensitivos) y de controlar a los músculos (nervios efectores). En los diabéticos, la afectación de los nervios hace que se pierda la sensibilidad, especialmente la sensibilidad dolorosa y térmica, y que los músculos se atrofien, favoreciendo la aparición de deformidades en el pie, ya que los músculos se insertan en los huesos, los movilizan y dan estabilidad a la estructura ósea.

El hecho de que una persona pierda la sensibilidad en el pie implica que si se produce una herida, un roce excesivo, una hiperpresión de un punto determinado o una exposición excesiva a fuentes de calor o frío no se sientan. Ya que el dolor es un mecanismo defensivo del organismo que incita a tomar medidas que protejan de factores agresivos, los diabéticos pueden sufrir heridas y no darse cuenta. Además, la pérdida de control muscular favorece la aparición de deformidades y éstas pueden al mismo tiempo favorecer roces, cambios en la distribución de los apoyos del pie durante la marcha y predisponer a determinados puntos del pie a agresiones que, de no ser atajadas a tiempo, pueden resultar fatales.

Así se forma una herida que, en primera instancia, el diabético ni siquiera advertirá por la pérdida de sensibilidad. Esta herida, al no ser tratada, es una puerta abierta para los microorganismos, causantes de la infección. Como la respuesta inflamatoria está disminuida, los patógenos no encuentran demasiada resistencia, colonizan la zona, el tejido se destruye y difícilmente cicatriza. Ya tenemos la ulceración. Las úlceras son heridas caracterizadas por una pérdida de sustancia y especialmente por su escasa tendencia a la cicatrización.

Las úlceras requieren todos los cuidados podológicos y médicos que estén al alcance del paciente, ya que además de no resolverse espontáneamente tienden a agravarse, llegando en muchos casos a gangrenarse, lo que obliga a ejecutar amputaciones parciales o incluso totales de las zonas afectadas.

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La suma de falta de riego sanguíneo con la acumulación de toxinas derivadas del metabolismo infeccioso pueden facilitar la aparición de fenómenos necróticos; dicho de otro modo, pueden provocar que determinadas zonas de tejido mueran. Si ese tejido muerto no es eliminado correctamente puede provocar la liberación de toxinas en sangre que acaben por ocasionar una gangrena del miembro. La gangrena es subsidiaria de un único tratamiento pCausas del pie diabéticoBajo la denominación de Pie Diabético se engloba una serie de alteraciones neurológicas, vasculares, infecciosas y, en algunas ocasiones, óseas que a pesar de obedecer a mecanismos patogénicos variados, se originan sobre una condición básica común: el pie del diabético.

Las infecciones del pie son la principal causa de hospitalización del paciente diabético y conducen con frecuencia a la amputación mayor o menor.

El pie diabético se presenta del 15 al 20% de todos los diabéticos y constituye un problema de salud pública por su alta frecuencia y por sus enormes costos sanitarios y sociales generados por el elevado número de ingresos hospitalarios, las prolongadas internaciones, la demanda de atención médica, y la incapacidad laboral de los pacientes, entre otros.

El pie diabético se produce por la acción aislada o conjunta de la vasculopatía, la neuropatía periférica, las alteraciones ortopédicas y la infección. Generalmente, por infecciones severas, por úlceras y grietas que se infectan; éstas pueden ser, desde infecciones superficiales en la piel o tejido graso del dorso del pie o de los dedos, hasta infecciones más serias en hueso o problemas circulatorios, como gangrena.

Las úlceras del pie diabético son llagas o heridas abiertas que en general se producen en la planta del pie en aproximadamente el 15 por ciento de los pacientes con diabetes. Un seis

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por ciento de los diabéticos que presentan una úlcera en el pie, deben ser hospitalizados debido a una infección u otra complicación relacionada con la úlcera.

Estas úlceras pueden llegar a ser tan serias que en ocasiones, puede ser necesaria la amputación del miembro. En general teniendo en cuenta diversas medidas preventivas, se puede evitar la aparición de estas llagas o úlceras.

Las úlceras se forman debido a una combinación de factores, como la falta de sensibilidad en el pie, la mala circulación, deformaciones en el pie, irritación (a causa de fricción o presión) y traumatismos, así como también el tiempo que lleva padeciendo diabetes. Los pacientes que hace muchos años tienen diabetes pueden sufrir una neuropatía, la disminución o pérdida total de la sensibilidad en los pies como consecuencia de un daño nervioso provocado por la hiperglucemia (altas concentraciones de glucosa sanguínea) a lo largo de los años. El daño nervioso a menudo se produce sin dolor y de esa manera el problema puede pasar desapercibido. El podólogo puede examinar sus pies en busca de neuropatía con una herramienta simple e indolora conocida como monofilamento.

Existen diferentes tipos de  gravedad para las infecciones o ulceras que se pueden formar en el pie diabético.

La “infección superficial” está limitada a la piel y el tejido celular subcutáneo, mientras que la “infección profunda” implica invasión de la fascia, del músculo, de la articulación o del hueso. Con bases clínicas, una clasificación que ha mostrado su utilidad y resulta bastante simple es la que distingue:

 1. Infecciones leves, que no representan un riesgo para la extremidad: celulitis de menos de 2 cm de extensión y úlceras superficiales. Habitualmente pueden ser tratadas en un régimen ambulatorio.

 2. Infecciones moderadas o graves, que representan una amenaza para la extremidad: celulitis más extensa y úlceras profundas. Habitualmente precisan ingreso hospitalario. La coexistencia de osteomielitis es frecuente.

 3. Infecciones que amenazan la vida del paciente, celulitis masiva, abscesos profundos y fascitis necrosante. Se suelen asociar a toxicidad sistémica e inestabilidad metabólica. Casi siempre es necesaria la cirugía urgente.

Además una enfermedad vascular puede complicar una úlcera en el pie, al disminuir la capacidad de cicatrización del organismo y aumentar el riesgo de infección. La hiperglucemia puede disminuir la capacidad del organismo para defenderse de una posible infección e incluso retrasar la cicatrización.

Pero para tomar medidas preventivas es necesario saber cuáles son las causas de la presencia de úlceras en el pie diabético, por lo que se debe realizar un chequeo con un especialista para poder determinarlas.

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Esta alteración vascular, no se presenta en los brazos, ni en las manos, sólo en las extremidades inferiores, es decir, la zona más alejada del corazón debido a la dificultad que este tiene para bombear de manera adecuada la sangre.

Es muy importante, que las personas que padecen diabetes mellitus, mantengan un control estricto de su enfermedad, ya que de esta manera su puede disminuir considerablemente el riesgo de sufrir este tipo de complicaciones.

Pie Artículos Relacionados o Cuidado preventivo para evitar el pie diabético o diabético o Causas del pie diabético

Síntomas pie diabéticoLas personas que sufren diabetes comúnmente desarrollan problemas del pie,  y puede agravarse rápidamente, debido a la disminución en la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

El pie diabético es una infección, ulceración y/o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las enfermedades inferiores que afecta a pacientes con diabetes mellitus

Es importante remarcar que no debe confundirse “pie diabético” con el pie de una persona diabética, ya que no todos los diabéticos desarrollan esta complicación que depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la patología de base.

Una persona con diabetes puede no ser capaz de sentir sus pies correctamente. La secreción de sudor normal y la producción de aceite que lubrica la piel del pie se ve afectada. Estos factores juntos pueden conducir a una presión anormal en la piel, los huesos y las articulaciones del pie al caminar y puede llevar a la ruptura de la piel del pie con lo que pueden desarrollarse llagas en la planta del pie.

El daño a los vasos sanguíneos y el deterioro del sistema inmunológico debido a la diabetes hacen que sea difícil de curar estas heridas con lo que se llega a desarrollar infecciones. Estas infecciones pueden convertirse en gangrena.

Debido a la mala circulación, los antibióticos no pueden llegar al sitio de la infección fácilmente. A menudo, el único tratamiento para esto es la amputación del pie o la pierna. Si la infección se propaga al torrente sanguíneo, este proceso puede ser potencialmente mortal.

Las personas con diabetes deben ser plenamente conscientes de cómo prevenir problemas en los pies antes de que ocurran, para detectar pronto los problemas, y buscar el tratamiento adecuado cuando se producen problemas. Aunque el tratamiento de problemas del pie

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diabético ha mejorado, la prevención – incluyendo un buen control del nivel de azúcar en la sangre – sigue siendo la mejor manera de prevenir las complicaciones diabéticas.

Las personas con diabetes deben aprender a examinar sus propios pies y cómo reconocer los signos y síntomas tempranos de problemas del pie diabético.

También deben aprender a reconocer cuándo llamar al médico, y cuando un problema se ha vuelto lo suficientemente grave como para buscar tratamiento de emergencia.

Los principales síntomas del pie diabético son:

Calambres que se agravan por la noche, parestesias y dolor que en ocasiones es muy intenso y se acompaña de hiperestesias, hasta el punto de que el paciente no tolera el roce de las sábanas.

La pérdida de la sensibilidad vibratoria es uno de los síntomas más precoces. Hay una disminución o abolición de la sensibilidad propioceptiva.

La hipoestesia (disminución de la sensibilidad) permite que se produzcan lesiones que son advertidas tardíamente por los pacientes.

Además se producen variaciones de la estática del pie, con modificación de los puntos de apoyo igual que en los no diabéticos, por atrofia muscular o defecto del crecimiento (pie plano, dedos en garra, alteraciones del alineamiento de la pierna, pie cavo, diferencias de longitud de los miembros, hallux valgus, etc.). Además, en las personas diabéticas se altera el apoyo por la neuropatía motora, la osteoartropatía y las amputaciones.

Tanto la neuropatía sensitiva como la autonómica contribuyen a disminuir el trofismo (conjunto de funciones orgánicas relacionadas con la nutrición de los tejidos) de la piel, favoreciendo el desarrollo de úlceras tróficas y éstas suelen ser la puerta de entrada de diversos gérmenes.

Page 10: Pie de Charcot

La neuropatía motora causa atrofia e hipotrofia muscular, fundamentalmente de los interóseos y lumbricales. Esto produce una modificación de los puntos de apoyo del pie generando hiperqueratosis, luxaciones articulares y deformaciones del pie, imposibilidad del paciente para separar los dedos entre sí (signo del abanico patológico), disminución o ausencia de los reflejos osteotendinosos, especialmente los aquilianos.

El mal perforante plantar, es una complicación frecuente que consiste en una ulceración crónica, tórpida, de bordes netos, a veces profunda, indolora, que asienta habitualmente en los puntos de apoyo (cara plantar del primero al quinto metatarsiano o talón cavo). Es producida por la opresión reiterada por la marcha en zonas hipoestésicas y de mal trofismo y conduce a la infección del tejido subcutáneo.

En general, el pie de los diabéticos no es examinado adecuadamente en búsqueda de alteraciones ortopédicas y podológicas, las cuales si son prevenidas o tratadas precozmente producen menos complicaciones.

El paciente diabético presenta una notoria predisposición a las infecciones dada por:

La pérdida de la barrera protectora de la piel Por alteraciones de la inmunidad en la diabetes mal controlada. Por la falta de vitalidad de la piel como consecuencia de la neuropatía y la disminución

del flujo causada por la vasculopatía. Es muy común la micosis de uñas y tegumentos, lo cual favorece la infección bacteriana

 

Las infecciones de piel se clasifican en:

Leves

Hay una úlcera superficial, mínimo pus y celulitis, sin síntomas ni signos de diseminación.

Moderadas

La úlcera es más profunda, hay absceso plantar, con celulitis del pie al tobillo. Hay fiebre moderada y leucocitosis con desviación de la fórmula a la izquierda.

Severas

Los pacientes presentan descompensación de la diabetes, estado séptico, difusión a la pierna, letargia, fiebre alta, gas y crepitación en el tejido. Hay que descartar la infección por anaerobios, sugiriendo la misma el mal olor, la presencia de tejido necrótico, gas en el tejido y drenaje espeso.

La gangrena es la expresión máxima de la insuficiencia arterial.

Page 11: Pie de Charcot

Es habitual la ausencia de pilosidad en la pierna y a veces en los dedos. En caso de isquemia, la piel está atrófica, delgada y pálida, existe disminución en el crecimiento de las uñas. Hay disminución de la temperatura de la piel y existe ausencia de pulsos periféricos.

 Se recomienda realizar una observación diaria del pie (al menos 2 ó 3 veces a la semana) con la finalidad de detectar posibles lesiones de la piel o uñas. Si la persona afectada es incapaz de realizarla, recomendamos la ayuda de alguien allegado.

 Además se debe tener el cuidado de tratar de manera adecuada el pie diabético para evitar así complicaciones y cualquier infección se convierta en severa para disminuir de esta manera el riesgo de alguna amputación.

Artículos Relacionadoso Cuidado preventivo para evitar el pie diabético o Pie diabético o Causas del pie diabético o Síntomas pie diabético o Tratamiento para el pie diabético o Calzado pie diabético o Tipos de pie diabético

Necrosis pie diabético Pie de Charcot Pie Diabético infectado por cándida albicans Pie diabético isquémico

o Úlceras del pie diabético o Clasificación de Wagner del pie diabético o Gangrena o Diabetes Gestacional

Pie de Charcot

El pie de charcot es una complicación no ulcerativa de la piel que puede presentarse en personas que sufren diabetes. El pie de Charcot se caracteriza por el debilitamiento repentino de los huesos del pie de personas que sufren neuropatía, los huesos se debilitan al punto de fracturarse y con el andar continuado el pie [...]

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Page 12: Pie de Charcot

Calzado pie diabético

Las personas que sufren diabetes requieren un calzado especial debido a su enfermedad ya que sus pies sufren cambios fisiológicos, como la reducción de irrigación sanguínea. Una de las mayores complicaciones para los diabéticos es el deterioro de su sistema nervioso, con lo cual pueden llegar a perder la sensibilidad en los pies y no [...]

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Clasificación de Wagner del pie diabético

La finalidad del manejo de las ulceras en el pie Diabético es prevenir la amputación y mantener una buena calidad de vida del paciente.

La existencia de isquemia, infección y la profundidad de la úlcera influyen significativamente en la evolución de esta, ya sea hacia la curación o bien a la amputación.

Para unificar los criterios de [...]

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Tratamiento para el pie diabético

En personas que sufren de diabetes es enormemente frecuente la aparición y la recurrencia de úlceras de pie diabético.

El tratamiento de la ulceración en el pie de los pacientes diabéticos debe orientarse inicialmente contra su causa, concretamente contra la presión. El alivio de la presión plantar puede conseguirse con el reposo en cama y evitando [...]

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o Síntomas pie diabético o Tratamiento para el pie diabético

Page 13: Pie de Charcot

o Calzado pie diabético o Tipos de pie diabético

Necrosis pie diabético Pie de Charcot Pie Diabético infectado por cándida albicans Pie diabético isquémico

o Úlceras del pie diabético o Clasificación de Wagner del pie diabético o Gangrena o Diabetes Gestacional

Clasificación de Wagner del pie diabético

La finalidad del manejo de las ulceras en el pie Diabético es prevenir la amputación y mantener una buena calidad de vida del paciente.

La existencia de isquemia, infección y la profundidad de la úlcera influyen significativamente en la evolución de esta, ya sea hacia la curación o bien a la amputación.

Para unificar los criterios de [...]

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Calzado pie diabético

Las personas que sufren diabetes requieren un calzado especial debido a su enfermedad ya que sus pies sufren cambios fisiológicos, como la reducción de

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irrigación sanguínea. Una de las mayores complicaciones para los diabéticos es el deterioro de su sistema nervioso, con lo cual pueden llegar a perder la sensibilidad en los pies y no [...]Síntomas pie diabéticoLas personas que sufren diabetes comúnmente desarrollan problemas del pie,  y puede agravarse rápidamente, debido a la disminución en la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

El pie diabético es una infección, ulceración y/o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las enfermedades inferiores que afecta a pacientes con diabetes mellitus

Es importante remarcar que no debe confundirse “pie diabético” con el pie de una persona diabética, ya que no todos los diabéticos desarrollan esta complicación que depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la patología de base.

Una persona con diabetes puede no ser capaz de sentir sus pies correctamente. La secreción de sudor normal y la producción de aceite que lubrica la piel del pie se ve afectada. Estos factores juntos pueden conducir a una presión anormal en la piel, los huesos y las articulaciones del pie al caminar y puede llevar a la ruptura de la piel del pie con lo que pueden desarrollarse llagas en la planta del pie.

El daño a los vasos sanguíneos y el deterioro del sistema inmunológico debido a la diabetes hacen que sea difícil de curar estas heridas con lo que se llega a desarrollar infecciones. Estas infecciones pueden convertirse en gangrena.

Debido a la mala circulación, los antibióticos no pueden llegar al sitio de la infección fácilmente. A menudo, el único tratamiento para esto es la amputación del pie o la pierna. Si la infección se propaga al torrente sanguíneo, este proceso puede ser potencialmente mortal.

Las personas con diabetes deben ser plenamente conscientes de cómo prevenir problemas en los pies antes de que ocurran, para detectar pronto los problemas, y buscar el tratamiento adecuado cuando se producen problemas. Aunque el tratamiento de problemas del pie diabético ha mejorado, la prevención – incluyendo un buen control del nivel de azúcar en la sangre – sigue siendo la mejor manera de prevenir las complicaciones diabéticas.

Las personas con diabetes deben aprender a examinar sus propios pies y cómo reconocer los signos y síntomas tempranos de problemas del pie diabético.

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También deben aprender a reconocer cuándo llamar al médico, y cuando un problema se ha vuelto lo suficientemente grave como para buscar tratamiento de emergencia.

Los principales síntomas del pie diabético son:

Calambres que se agravan por la noche, parestesias y dolor que en ocasiones es muy intenso y se acompaña de hiperestesias, hasta el punto de que el paciente no tolera el roce de las sábanas.

La pérdida de la sensibilidad vibratoria es uno de los síntomas más precoces. Hay una disminución o abolición de la sensibilidad propioceptiva.

La hipoestesia (disminución de la sensibilidad) permite que se produzcan lesiones que son advertidas tardíamente por los pacientes.

Además se producen variaciones de la estática del pie, con modificación de los puntos de apoyo igual que en los no diabéticos, por atrofia muscular o defecto del crecimiento (pie plano, dedos en garra, alteraciones del alineamiento de la pierna, pie cavo, diferencias de longitud de los miembros, hallux valgus, etc.). Además, en las personas diabéticas se altera el apoyo por la neuropatía motora, la osteoartropatía y las amputaciones.

Tanto la neuropatía sensitiva como la autonómica contribuyen a disminuir el trofismo (conjunto de funciones orgánicas relacionadas con la nutrición de los tejidos) de la piel, favoreciendo el desarrollo de úlceras tróficas y éstas suelen ser la puerta de entrada de diversos gérmenes.

La neuropatía motora causa atrofia e hipotrofia muscular, fundamentalmente de los interóseos y lumbricales. Esto produce una modificación de los puntos de apoyo del pie generando hiperqueratosis, luxaciones articulares y deformaciones del pie, imposibilidad del paciente para separar los dedos entre sí (signo del abanico patológico), disminución o ausencia de los reflejos osteotendinosos, especialmente los aquilianos.

Page 16: Pie de Charcot

El mal perforante plantar, es una complicación frecuente que consiste en una ulceración crónica, tórpida, de bordes netos, a veces profunda, indolora, que asienta habitualmente en los puntos de apoyo (cara plantar del primero al quinto metatarsiano o talón cavo). Es producida por la opresión reiterada por la marcha en zonas hipoestésicas y de mal trofismo y conduce a la infección del tejido subcutáneo.

En general, el pie de los diabéticos no es examinado adecuadamente en búsqueda de alteraciones ortopédicas y podológicas, las cuales si son prevenidas o tratadas precozmente producen menos complicaciones.

El paciente diabético presenta una notoria predisposición a las infecciones dada por:

La pérdida de la barrera protectora de la piel Por alteraciones de la inmunidad en la diabetes mal controlada. Por la falta de vitalidad de la piel como consecuencia de la neuropatía y la disminución

del flujo causada por la vasculopatía. Es muy común la micosis de uñas y tegumentos, lo cual favorece la infección bacteriana

 

Las infecciones de piel se clasifican en:

Leves

Hay una úlcera superficial, mínimo pus y celulitis, sin síntomas ni signos de diseminación.

Moderadas

La úlcera es más profunda, hay absceso plantar, con celulitis del pie al tobillo. Hay fiebre moderada y leucocitosis con desviación de la fórmula a la izquierda.

Severas

Los pacientes presentan descompensación de la diabetes, estado séptico, difusión a la pierna, letargia, fiebre alta, gas y crepitación en el tejido. Hay que descartar la infección por anaerobios, sugiriendo la misma el mal olor, la presencia de tejido necrótico, gas en el tejido y drenaje espeso.

La gangrena es la expresión máxima de la insuficiencia arterial.

Es habitual la ausencia de pilosidad en la pierna y a veces en los dedos. En caso de isquemia, la piel está atrófica, delgada y pálida, existe disminución en el crecimiento de las uñas. Hay disminución de la temperatura de la piel y existe ausencia de pulsos periféricos.

 Se recomienda realizar una observación diaria del pie (al menos 2 ó 3 veces a la semana) con la finalidad de detectar posibles lesiones de la piel o uñas. Si la persona afectada es incapaz de realizarla, recomendamos la ayuda de alguien allegado.

Page 17: Pie de Charcot

 Además se debe tener el cuidado de tratar de manera adecuada el pie diabético para evitar así complicaciones y cualquier infección se convierta en severa para disminuir de esta manera el riesgo de alguna amputación.

Síntomas pie diabéticoLas personas que sufren diabetes comúnmente desarrollan problemas del pie,  y puede agravarse rápidamente, debido a la disminución en la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

El pie diabético es una infección, ulceración y/o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las enfermedades inferiores que afecta a pacientes con diabetes mellitus

Es importante remarcar que no debe confundirse “pie diabético” con el pie de una persona diabética, ya que no todos los diabéticos desarrollan esta complicación que depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la patología de base.

Una persona con diabetes puede no ser capaz de sentir sus pies correctamente. La secreción de sudor normal y la producción de aceite que lubrica la piel del pie se ve afectada. Estos factores juntos pueden conducir a una presión anormal en la piel, los huesos y las articulaciones del pie al caminar y puede llevar a la ruptura de la piel del pie con lo que pueden desarrollarse llagas en la planta del pie.

El daño a los vasos sanguíneos y el deterioro del sistema inmunológico debido a la diabetes hacen que sea difícil de curar estas heridas con lo que se llega a desarrollar infecciones. Estas infecciones pueden convertirse en gangrena.

Debido a la mala circulación, los antibióticos no pueden llegar al sitio de la infección fácilmente. A menudo, el único tratamiento para esto es la amputación del pie o la pierna. Si la infección se propaga al torrente sanguíneo, este proceso puede ser potencialmente mortal.

Las personas con diabetes deben ser plenamente conscientes de cómo prevenir problemas en los pies antes de que ocurran, para detectar pronto los problemas, y buscar el tratamiento adecuado cuando se producen problemas. Aunque el tratamiento de problemas del pie diabético ha mejorado, la prevención – incluyendo un buen control del nivel de azúcar en la sangre – sigue siendo la mejor manera de prevenir las complicaciones diabéticas.

Las personas con diabetes deben aprender a examinar sus propios pies y cómo reconocer los signos y síntomas tempranos de problemas del pie diabético.

También deben aprender a reconocer cuándo llamar al médico, y cuando un problema se ha vuelto lo suficientemente grave como para buscar tratamiento de emergencia.

Page 18: Pie de Charcot

Los principales síntomas del pie diabético son:

Calambres que se agravan por la noche, parestesias y dolor que en ocasiones es muy intenso y se acompaña de hiperestesias, hasta el punto de que el paciente no tolera el roce de las sábanas.

La pérdida de la sensibilidad vibratoria es uno de los síntomas más precoces. Hay una disminución o abolición de la sensibilidad propioceptiva.

La hipoestesia (disminución de la sensibilidad) permite que se produzcan lesiones que son advertidas tardíamente por los pacientes.

Además se producen variaciones de la estática del pie, con modificación de los puntos de apoyo igual que en los no diabéticos, por atrofia muscular o defecto del crecimiento (pie plano, dedos en garra, alteraciones del alineamiento de la pierna, pie cavo, diferencias de longitud de los miembros, hallux valgus, etc.). Además, en las personas diabéticas se altera el apoyo por la neuropatía motora, la osteoartropatía y las amputaciones.

Tanto la neuropatía sensitiva como la autonómica contribuyen a disminuir el trofismo (conjunto de funciones orgánicas relacionadas con la nutrición de los tejidos) de la piel, favoreciendo el desarrollo de úlceras tróficas y éstas suelen ser la puerta de entrada de diversos gérmenes.

La neuropatía motora causa atrofia e hipotrofia muscular, fundamentalmente de los interóseos y lumbricales. Esto produce una modificación de los puntos de apoyo del pie generando hiperqueratosis, luxaciones articulares y deformaciones del pie, imposibilidad del paciente para separar los dedos entre sí (signo del abanico patológico), disminución o ausencia de los reflejos osteotendinosos, especialmente los aquilianos.

El mal perforante plantar, es una complicación frecuente que consiste en una ulceración crónica, tórpida, de bordes netos, a veces profunda, indolora, que asienta habitualmente en

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los puntos de apoyo (cara plantar del primero al quinto metatarsiano o talón cavo). Es producida por la opresión reiterada por la marcha en zonas hipoestésicas y de mal trofismo y conduce a la infección del tejido subcutáneo.

En general, el pie de los diabéticos no es examinado adecuadamente en búsqueda de alteraciones ortopédicas y podológicas, las cuales si son prevenidas o tratadas precozmente producen menos complicaciones.

El paciente diabético presenta una notoria predisposición a las infecciones dada por:

La pérdida de la barrera protectora de la piel Por alteraciones de la inmunidad en la diabetes mal controlada. Por la falta de vitalidad de la piel como consecuencia de la neuropatía y la disminución

del flujo causada por la vasculopatía. Es muy común la micosis de uñas y tegumentos, lo cual favorece la infección bacteriana

 

Las infecciones de piel se clasifican en:

Leves

Hay una úlcera superficial, mínimo pus y celulitis, sin síntomas ni signos de diseminación.

Moderadas

La úlcera es más profunda, hay absceso plantar, con celulitis del pie al tobillo. Hay fiebre moderada y leucocitosis con desviación de la fórmula a la izquierda.

Severas

Los pacientes presentan descompensación de la diabetes, estado séptico, difusión a la pierna, letargia, fiebre alta, gas y crepitación en el tejido. Hay que descartar la infección por anaerobios, sugiriendo la misma el mal olor, la presencia de tejido necrótico, gas en el tejido y drenaje espeso.

La gangrena es la expresión máxima de la insuficiencia arterial.

Es habitual la ausencia de pilosidad en la pierna y a veces en los dedos. En caso de isquemia, la piel está atrófica, delgada y pálida, existe disminución en el crecimiento de las uñas. Hay disminución de la temperatura de la piel y existe ausencia de pulsos periféricos.

 Se recomienda realizar una observación diaria del pie (al menos 2 ó 3 veces a la semana) con la finalidad de detectar posibles lesiones de la piel o uñas. Si la persona afectada es incapaz de realizarla, recomendamos la ayuda de alguien allegado.

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 Además se debe tener el cuidado de tratar de manera adecuada el pie diabético para evitar así complicaciones y cualquier infección se convierta en severa para disminuir de esta manera el riesgo de alguna amputación.

Tratamiento para el pie diabéticoEn personas que sufren de diabetes es enormemente frecuente la aparición y la recurrencia de úlceras de pie diabético.

El tratamiento de la ulceración en el pie de los pacientes diabéticos debe orientarse inicialmente contra su causa, concretamente contra la presión. El alivio de la presión plantar puede conseguirse con el reposo en cama y evitando apoyar en lo posible el pie.

Además del alivio de la presión, la ulcera debe desbridarse con regularidad, con la eliminación de todo el callo y del tejido no viable formado alrededor de la ulcera. Esto facilita la formación de una herida con tejido de granulación sano que cura a partir de la base y no meramente a partir de los bordes.

Una herida se repara como resultado de una orquestación de respuestas celulares y bioquímicas altamente integradas a una lesión.

El principal objetivo del tratamiento de las úlceras en el pie es lograr la cicatrización tan pronto como sea posible. Cuanto más rápida sea la cicatrización, menor será la probabilidad de infección.

No todas las úlceras se infectan; sin embargo si su podólogo le diagnostica una infección, será necesario un programa de tratamiento con antibióticos, el cuidado de la herida y probablemente la hospitalización.

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Para una cicatrización óptima, se debe quitar la presión de las úlceras, en particular las de las plantas de los pies. Se debe pedir a los pacientes que usen calzado especial, un aparato ortopédico, escayolas especializadas, una silla de ruedas o muletas. Estos dispositivos reducirán la presión y la irritación en la zona de la úlcera, acelerando el proceso de cicatrización.

El tratamiento adecuado de las heridas comprende el uso de apósitos y la aplicación tópica de medicamentos. Estos medicamentos abarcan desde la solución salina hasta productos de punta como factores de crecimiento, apósitos para úlceras y sustitutos de la piel, que han probado ser muy eficaces en la cicatrización de úlceras.

Existen varios factores clave en el tratamiento adecuado de una úlcera del pie diabético tales como:

 Evitar la infección. Quitar presión a la zona. Retirar piel y tejido de los dedos, lo que se conoce como “desbridamiento”. Colocar medicamentos o apósitos a la úlcera. Controlar la glucemia (concentración sanguínea de glucosa) y otros problemas

de salud.

Para que una herida cicatrice debe haber una circulación sanguínea adecuada en la zona ulcerada. El podólogo puede determinar el nivel de circulación con pruebas no invasivas.

Además el control de los factores de riesgo es fundamental para la mejoría del paciente (el control de los niveles de insulina, el abandono del tabaco, el control de niveles de colesterol y triglicéridos). El educar a la persona sobre su enfermedad y hacerles comprender el riesgo que corren si no mantienen un control de la diabetes, visitas a dietista para hacerles un plan nutricional, al endocrinólogo para manejar sus niveles de insulina, visitas rutinarias al podólogo. La aplicación de calzado y tratamientos ortopodológicos se usan para reducir presiones en el pie y aliviar la deambulación del diabético.

Desarrollar un programa de ejercicio basado en caminatas para mejorar la tolerancia del paciente a la deambulación y para mejorar la distribución sanguínea de la extremidad permitiendo a los pacientes con insuficiencia arterial continuar siendo activos.

Para prevenir las lesiones en los pies, los diabéticos deben adoptar una rutina diaria de revisión y cuidado de los pies, de la siguiente manera:

Revisarse los pies cada día e informar de cualquier úlcera, cambio o signo de infección.

Lavarse los pies todos los días con agua tibia y un jabón suave y luego secarlos muy bien.

Suavizar la piel seca con una loción o con vaselina. Protegerse los pies con zapatos cómodos, que no sean ajustados. Ejercitarse a diario para promover una buena circulación.

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Visitar a un podólogo para que identifique problemas en los pies o para que extirpe callos o protuberancias en los mismos.

Dejar de fumar, pues el consumo de tabaco empeora el flujo de sangre a los pies.

El control estricto de la glucemia es de suma importancia durante el tratamiento de una úlcera del pie diabético. Trabajar junto con un médico de medicina general o un endocrinólogo para poder favorecer la cicatrización y reducir el riesgo de que surjan complicaciones.

La mayoría de las úlceras de pie no infectadas no se tratan quirúrgicamente; no obstante, cuando los tratamientos fallan, la cirugía puede resultar adecuada. Entre los ejemplos de atención quirúrgica para quitar presión a la zona afectada se incluyen el raspado o extirpación de hueso(s) y la corrección de diversas deformaciones, como dedos en martillo, juanetes, o “protuberancias” óseas.

El tiempo de cicatrización depende de una serie de factores, como el tamaño y la ubicación de la herida, la presión ejercida sobre ésta al caminar o estar de pie, la inflamación, la circulación, la glucemia, el cuidado de la herida y lo que se le está aplicando. La cicatrización se puede producir en semanas o necesitar de varios meses.

Lla mejor manera de tratar una úlcera del pie diabético es evitar que se forme. Una de las recomendaciones es consultar a un podólogo periódicamente. El podólogo podrá determinar si usted tiene un riesgo alto de aparición de una úlcera en el pie y plantear estrategias preventivas.

En la fase aguda, el tratamiento incluye reposo con la extremidad en alto, buen control glucémico  y metabolico, medicamentos para aliviar el dolor y antibioticos segun senbilidad de los organismos causantes. La clave del control glucémico sera el uso de insulina.

El pie de Charcot se trata con la aplicación de una bota de contacto (air cast en ingles). En las fases iniciales se hace con yeso y luego con aparatos ortopédicos, fabricados a medida para evitar presión y redistribuir la carga minimizando el peso sobre el area lesionada.

En la fase crónica, cuando las ulceras o lesiones abiertas han cicatrizado, lo mas importantes es prevenir las recurrencias, observando todas las indicaciones y enfatizando el cuidado del calzado, evitando puntos de apoyo excesivo en las áreas previamente lastimadas y minimizando los riesgos de lesionarse.

El pie diabético es una dolencia que afecta a miles de personas en todo el mundo. Hasta el momento, como ocurre con la diabetes, no tiene solución definitiva, aunque si pueden minimizarse los riesgos de sufrir la enfermedad.

 El mejor tratamiento es el preventivo, es decir, es muy importante que los pacientes que sufren de diabetes mellitus, sigan al pie de la letra las recomendaciones de su

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médico, tanto en lo que se refiere a la alimentación, como a los medicamentos indicados.

Calzado pie diabéticoLas personas que sufren diabetes requieren un calzado especial debido a su enfermedad ya que sus pies sufren cambios fisiológicos, como la reducción de irrigación sanguínea. Una de las mayores complicaciones para los diabéticos es el deterioro de su sistema nervioso, con lo cual pueden llegar a perder la sensibilidad en los pies y no darse cuenta de una herida o golpe.

Estos pacientes tienen mayor propensión de infecciones por hongos y bacterias patógenas, lo cual implica un riesgo para su salud.

Es fundamental que cada paciente identifique y conozca las características de su pie, de su marcha y de los complementos que acompañan al pie.

El calzado es fundamental para prevenir problemas con los pies. En primer lugar no debes caminar descalzo, de esta manera evitas cortadas y lesiones.

Para las personas que sufren de pie diabético conviene buscar un modelo de zapato con amplitud y volumen suficiente para que esta zona no esté comprimida, ya que cualquier pequeño traumatismo en la extremidad de los dedos o de las uñas ocasionará un derrame, que puede llegar a desencadenar un pequeño absceso e infección.

Se debe usar zapatos cómodos, no es conveniente usar sandalias o cualquier calzado que deje los dedos al descubierto, ni tampoco tacones altos o zapatos con punta, ni calzado incómodo o ajustado que roce o lesione los pies.

Es necesario usar siempre calcetas o calcetines de preferencia gruesas, aunque hay que cambiarlas cada día para evitar los hongos en los pies. No es bueno usar calcetines elásticos, de nylon, ni con costuras internas.

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Es conveniente cambiar cada día de calzado, de esta forma, los zapatos terminan de secarse antes de volver a usarlos, y hay que revisar tus zapatos antes de ponértelos, para evitar lesionarte con piedras u objetos.

Debido a que la mayoría de lesiones en el talón aparecen por un mal apoyo o por un calzado inadecuado, recomendamos buscar calzado con lo siguiente:

Suela de densidad dura. Contrafuertes consistentes y acolchados. Suprimir piezas adicionales, mal llamadas ortopédicas, pues suelen provocar mayor

inestabilidad. Altura de tacón: calzado hombre: 2 centímetros. Calzado de mujer: 4 ó 5. Suficiente volumen y anchura de la pala. Capacidad de flexión. Suela gruesa y de goma de alta densidad (dura).

Además son frecuentes las rozaduras a nivel del tendón de Aquiles, zona considerada de alto riesgo por la dificultad en la curación de cualquier herida o lesión. Para evitarlas conviene tener en cuenta la altura del contrafuerte posterior del zapato, que debe ser adecuada al pie de la persona que lo vaya a utilizar. Se recomienda dejar libres los maleolos o zona del tobillo.

También debe tenerse en cuenta la relación de la capacidad del calzado (talla) respecto al volumen del pie. El zapato no debe ser ni muy justo ni muy amplio, puesto que cualquier movimiento de desplazamiento del pie en el interior del calzado puede ocasionar lesiones por fricción.

 Si usted está buscando zapatos y es diabético fíjese que:

La parte anterior del zapato no sea muy punteada, para permitir la buena movilidad de los dedos.

El zapato sea lo suficientemente profundo (la plantilla sea removible) para poder colocar alguna plantilla ortopédica y dar espacio en caso de alguna deformidad del pie.

La suela sea de contacto total o semitotal para dar mayor estabilidad al caminar o correr.

No tenga costuras prominentes por dentro, para evitar lesiones de fricción. Tenga buena ventilación para evitar la sudoración excesiva del pie. Debe tener un contrafuerte (parte que recubre el talón) firme para dar estabilidad al

tobillo y evitar los movimientos de pronación.

Tenga cuidado con los llamados “zapatos de la salud”: estos tienen a menudo una plantilla de bordes afilados. Esto puede causar úlceras en la córnea y los callos, especialmente en el pie y el borde del talón.

Los pies y los zapatos pueden cambiar de forma con los años. Deje inspeccionar tus zapatos regularmente por el médico o un zapatero ortopédico en su forma y funcionalidad para ver si cumplen con la forma adecuada.

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Algunas recomendaciones caseras sobre zapatos y medias:

Nunca ande descalzo, en zandalias o zapatos con tirillas de cuero entre los dedos.

Tenga mucho cuidado con los zapatos que elije y los que usa, compre su zapatos en la tarde cuando los pies están más hinchados y fíjese que sea cómodo y que no sea necesario “amoldarlos,” que le queden bien de ancho, largo, de atrás, la base del talón y la suela. Evite comprar zapatos con punta o muy altos. Trate de comprar zapatos de cuero en la parte superior y con mucho espacio para los dedos. Cuando los zapatos son nuevos, úselos sólo unas dos horas o menos por día. No use los mismos zapatos todos los días, revíselos antes de usarlos y no use los cordones ni muy apretados ni muy flojos.

Tenga mucho cuidado al elegir las medias. Utilice medias limpias y secas todos los días y evite utilizar las que tengan agujeros o arrugas. Las medias delgadas de algodón son más absorbentes para el verano. Las medias de punta cuadrada no aprietan los dedos, evite las medias con elástico en la parte superior.

Antes de ponerse los zapatos, inspeccione los mismos para ver si no hay algún cuerpo extraño en los mismos.

Si es posible, tenga 2 ó 3 pares de zapatos y úselos de forma alternada. Usar varios pares de zapatos permite alternar los puntos de apoyo y de fricción de los pies.

Galeria de fotos de calzado / zapatos especiales para el pie diabético:

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Tipos de pie diabéticoLas personas diabéticas frecuentemente sufren uno de los problemas más temidos, como lo es la aparición de úlceras en los pies, como secuela de dos de las complicaciones crónicas más habituales de esta enfermedad, la neuropatía periférica y la insuficiencia vascular.

La prevalencia de úlceras varía según el sexo, edad y población actualmente se sitúa en torno al 8% – 13%, afectando con mayor frecuencia a la población diabética entre 45 y 65 años.

Se ha calculado que al menos un 15% de los diabéticos padecerá durante su vida ulceraciones en el pie, igualmente se estima alrededor de un 85% de los diabéticos que sufren amputaciones previamente han padecido una úlcera.

Existen distintas situaciones patogénicas en los enfermos diabéticos,—neuropatía, macroangiopatía, microangiopatía e infección— que inicialmente predisponen y finalmente determinan la aparición y evolución de las diferentes alteraciones en sus pies y que conforman la entidad que denominamos pie diabético.

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Las complicaciones pueden ser de variada naturaleza, y por ello es necesario especificar el tipo de complicación predominante en cada caso, para poder tratarlo de manera correcta con el procedimiento indicado, para evitar así una complicación mayor.

La principal causa de lesión en el pie diabético es la utilización de un calzado inadecuado, que se sitúa como causa desencadenante en aproximadamente el 40% de los casos.

Otras causas menos frecuentes son la realización de una pedicura incorrecta, las lesiones térmicas y los traumatismos punzantes producidos por un cuerpo extraño.

Cerca de la mitad de los enfermos diabéticos con úlceras en los pies presentan deformaciones en los mismos, y en el 12% de ellos, la deformidad es la causa directa de la lesión.

Para poder clasificar de manera adecuada el tipo de lesión sufrido se ha desarrollado laclasificación patogénica del pie diabético, la cual clasifica los pies diabéticos en:

Pie diabético

Para poder clasificar de manera adecuada el tipo de lesión sufrido se ha desarrollado laclasificación patogénica del pie diabético, la cual clasifica los pies diabéticos en:

Pie diabético séptico Pie diabético Isquémico Pie diabético Ortopédico Pie diabético neurológico Pie diabético dermatológico

Esta clasificación tiene como propósitos:

Plantear los objetivos para la capacitación de los profesionales de la salud. Incide sobre la programación de la educación médica de pre y postgrado. Facilita la derivación de los pacientes hacia los especialistas. Coloca a los diferentes especialistas ante la necesidad de asumir su rol en el complejo

manejo de la afección.