políticas culturales

KALEIDOSCOPIO— Continuidad en la propuesta Arte y Política

Revista Kaleidoscopio www.revistakaleidoscopio.com Universidad del Claustro de Sor Juana

Es más que obvio que éste

año de elecciones, de olim-piadas y del fin del mundo ha despertado en muchos el interés por la vida públi-ca. Hay movimiento y se siente un ritmo mucho más rápido en el despertar so-cial a ciertas situaciones que le acogen. En periodo de elecciones las propuestas fueron más de una, los movimientos y las cartas a firmar fueron cada vez más. Pero el ver-dadero reto, como siem-pre, es la continuidad y la permanencia. Pocos pueden presumir de sostener una propuesta más allá del punto crítico y po-pular de la situación, ¿Quién después de eleccio-

nes sigue hablando, por ejemplo, de políticas cultu-rales? De por sí en la agenda pública las políticas cultu-rales no ocupan un lugar muy importante y popular, aunque sepamos que en realidad lo es. ¿Será que alguien se atrevería a no soltar este importante te-ma, y avanzar, más allá de preferencias y prejuicios personales, para darle voz a la necesidad de estas políticas, sin importar quién sea el elegido para ejecutarlas? Una larga pre-gunta para un largo tema. Aunque ya pasaron las elec-ciones, aun es muy pronto para saber qué nos depara este sexenio en materia de cultura y educación. No po-demos adivinar, pero si po-

demos ayudar a difundir a los pocos movimientos y posturas que han sobrevivi-do al periodo electoral y mantienen su propuesta vi-va y en movimiento. En este caso me refiero a los 10 Compromisos Indis-pensables en la Política Cultural, compromisos re-dactados por Ricardo Fuentes, Déborah Holtz y Lucina Jiménez y apoya-dos ya por miles de firmas de trabajadores de cultura y público en general intere-sado en el avance de una política cultural lógica y sólida. Este movimiento comenzó a partir de una carta entre-gada a los candidatos a la presidencia de las pasadas elecciones, aquí el texto:

Continuidad en la propuesta,

Políticas culturales más allá de la elección


A los candidatos a la Presidencia de la República: Quien resulte ganador de la elección presidencial tendrá la impostergable responsa-bilidad y la obligación de dar un giro a la política cultural en México. La cultura no tiene partido y es un derecho de todos los mexicanos de acuerdo con la reforma constitucional de 2009. Es motor de bienestar, fuente de identidad, otorga sentido de pertenencia y es un factor esencial para la gobernabilidad y para resta-blecer el tejido social en un país lastimado por la violencia. Ante el inaceptable silencio de las campañas electorales respecto a la cultura, exigi-mos a quien asuma la Presidencia de la República, el cumplimiento de los siguientes compromisos mínimos: 1. Incluir a la cultura y las artes dentro del Plan Nacional de Desarrollo como un tema común y articulado en los planes sectoriales de educación, desarrollo social, economía, salud, turismo, medio ambiente, comunicación, seguridad pública y rela-ciones internacionales como lo señala la Ley de Planeación reformada el pasado 27 de enero de 2012. 2. Respetar escrupulosamente las culturas y la diversidad lingüística de los pueblos autóctonos u originarios, comunidades y de las culturas populares y reconocer sus derechos a gestionar su patrimonio cultural, para lo cual es necesario la creación de fondos de inversión e innovación y una legislación que les otorgue personalidad jurí-dica que les permita su defensa y aprovechamiento. Esto es un factor de justicia so-cial. 3. Asumir que la cultura es también un sector productivo, y por ello debe tener ac-ceso a créditos, estímulos económicos y fiscales diseñados de acuerdo con sus propias características, atendiendo prioritariamente a los colectivos juveniles, a la micro, pequeña y mediana empresa y organizaciones culturales civiles. La muy diversa in-dustria cultural puede generar mayores dividendos sociales y económicos si se le da

acceso a nuevas formas de gestión, a redes internacionales de inter-cambio, coproducción y coopera-ción; es decir, si se propicia la in-tervención de diversos actores cul-turales, y el gobierno deja de ser el único (o muy principal) promo-tor en este ramo. El Estado debe invertir en cultura, pero sobre to-do, ser facilitador de la participa-ción de otros agentes.

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4. Poner fin a la discrecionalidad en la distribución de fondos públicos para la cultura y las artes, definiendo reglas claras para el financiamiento público de instituciones, entidades federativas y sociedad civil, a partir de criterios de des-centralización, inclusión y beneficio social. 5. Proponer los cambios legislativos y tomar las medidas necesarias para in-cluir la educación artística, digital y audiovisual en el sistema educativo nacio-nal y el uso cultural de los medios de comunicación. 6. Diseñar estrategias de promoción, difusión y fomento de la cultura y las ar-tes a nivel internacional acordes a la política cultural de Estado y crear nuevas estrategias de promoción cultural, acordes a los cambios que demanda el avance tecnológico. 7. Impulsar la reforma de las instituciones públicas encargadas de las políticas culturales y que hoy consumen la mayor parte de los recursos en gasto burocráti-co y diseñar un sistema de planeación y evaluación que permita tener indicado-res de desempeño e impacto social. 8. Fortalecer y ampliar políticas de fomento a las diversas ramas y actividades del sector, que estimulen la inversión pública y privada, al igual que la creación de fundaciones, colecciones, instituciones, centros culturales juveniles y otras pequeñas iniciativas no gubernamentales o mixtas, que brinden beneficios co-lectivos y comunitarios en este campo. 9. Crear programas de formación en gestión, administración y comunicación cultural para responsables del sector a nivel federal, estatal y municipal así co-mo para organizaciones culturales y artísticas. 10. Tener claro que quien dirija la institución rectora del sector, deberá tener la capacidad para articular una política pública de Estado, fincada en el diálogo con las comunidades culturales, instituciones y empresas, tomando en cuenta ex-periencias locales e internacionales exitosas. Esta persona deberá tener expe-riencia probada en su quehacer, contar con una visión amplia, desprejuiciada e incluyente del inacabable terreno de nuestra cultura, y gozar del respeto de los protagonistas de estos procesos. Hubiera parecido que la intención pudo haberse quedado ahí y no hacer más. Pe-ro a diferencia de otros movimientos, éste se mantuvo vivo, sigue y seguirá pre-sionando para que post votaciones, los funcionarios electos tomen en cuenta los 10 compromisos mínimos para la política cultural de México. ¿Cómo continúan con su propuesta? De la siguiente manera:


Ante la inminente formulación del Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018, se requiere el diálogo con los responsables de elaborarlo, para incluir los 10 Compromisos. ¡Lo fundamental apenas empieza! Estimados colegas: Con el fin de lograr una nueva orientación de la política cultural de México en el Plan Nacional de Desarrollo 2012-1018, antes de terminar las campañas electora-les hicimos entrega a los cuatro candidatos a la Presidencia de la República el documento, 10 Compromisos Indispensables en la Política Cultural. Dicho documento fue entregado en mano a: · Dip. Adriana Hinojosa, designada por la candidata Josefina Vázquez Mota del PAN; · Diputada Carolina, Viggiano, designada por el Candidato Enrique Peña Nieto de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM); · Gabriel Quadri de la Torre, candidato de Nueva Alianza; · Manuel Camacho y Héctor Díaz Polanco, representantes del Candida-to Andrés Manuel López Obrador del movimiento progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano). Para dar a conocer esta entrega formal a los cuatro candidatos y promover el contenido del documento convocamos a una conferencia de prensa el 26 de ju-nio. Las reseñas y artículos publicados están disponibles en el BLOG10compromisospoliticacultural.blogspot.mx en donde se pueden consultar los nombres de las más de 600 personas que hasta hoy han suscrito el documen-to. Este grupo reúne a integrantes de los sectores más diversos de las diferentes dis-ciplinas artísticas, educativas, artesanales así como a asociaciones y ONG´s, lo cual es muestra del interés existente en que las cosas cambien. Creemos que es fundamental avanzar en la creación de un Observatorio Ciudadano de Políticas Culturales, con el fin de que seguir de cerca la acción pública y mismo tiempo podamos proponer acciones que mejoren al sector cultural y a la sociedad mexicana. Dado que el proceso electoral fue cuestio-nado apegado a lo que establecen los or-denamientos en la materia, decidimos es-



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perar a que se emitiera el resolutivo del Tribunal Electoral y el correspon-diente Bando Solemne de la Cámara de Diputados para continuar con nuestra tarea; para dar continuidad al compromiso que contrajimos con todos los que con su firma, respaldan la propuesta. Más allá de las posturas individuales frente a la resolución, uno de los principios que estableci-mos en este grupo fue la cultura no tiene partido, por lo que, ahora de-bemos enfocar las energías en lograr que el sector sea escuchado por prime-ra vez y que nuestras necesidades sean tomadas en cuenta como parte sustan-cial de la política pública del país. Los cambios que proponemos, son una exigencia que implica un viraje radical con respecto a la manera en que la cul-tura ha sido concebida por los diversos gobiernos hasta el día de hoy. Es impor-tante que nuestra propuesta sea escu-chada y atendida tanto por la nueva Le-gislatura como por el Ejecutivo Federal y los integrantes de su próximo gabine-te. Es por ello que en breve haremos llegar nuevamente, el documento al candida-to electo, en su nueva responsabilidad de ofrecer a la sociedad mexicana el Plan Nacional de Desarrollo que define su gobierno en los próximos seis años; igualmente, lo haremos llegar a los Di-putados y Senadores de todas las fuer-zas políticas representadas en el Con-greso General es decir, a la Cámara de Senadores y a la Cámara de Diputados. Los planteamientos propuestos en el documento requieren ante todo que se transforme la actual visión de la cultu-ra. Es necesario que se tome en cuenta como una política pública de estado vinculada al desarrollo y a todos los

campos de la vida social, económica y de gobernanza. Esto va a requerir de un arduo trabajo pero creemos que ha llegado la hora en la cual es indispensable la participación de la sociedad civil. Tenemos que ser los protagonistas de nuestras propuestas y no esperar de forma pasiva como en los sexenios an-teriores, a que al titular de cultura en turno se le ocurra qué hacer o a quién encargarle la institucionalidad, sin te-ner una propuesta por carecer de un co-nocimiento pleno ni mostrar la apertu-ra para escuchar a la sociedad en su conjunto. A quienes ya respaldaron el documento, los invitamos a que lo hagan extensivo a todos aquellos que consideren que de-ban suscribirlo, promoverlo, difundirlo por todos los medios y redes posibles. Deseamos iniciar un diálogo por lo que el Blog está abierto para recibir sus su-gerencias y fortalecer la participación para continuar con esta labor. http://10compromisospoliticacultural.blogspot.mx/

Habrá que ver que viene para ellos, y

para nosotros, de aquí a seis años.





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