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Page 1: Reflexiones james 2
Page 2: Reflexiones james 2

SELECCIÓN Y PROLOGO

Santos Jaime Ccoa Chilo

01 02 03

CONTENIDO

Ø Prólogo 04 Ø Dedicatoria 07 Ø El Origen De Una Vida 10 Ø El Origen De Una Sociedad 12 Ø El Tren De La Vida 16 Ø Devuélveme Mis Manitas 19 Ø Una Historia Real 21 Ø Mamá 23 Ø La Lección Del Carbón 24 Ø Una Preciosa Factura 27 Ø El Puente Fraterno 29 Ø Papi, ¿Cuánto Ganas Por Hora? 31 Ø El Perro Fiel 33 Ø El Papel Arrugado 35 Ø Insultos Al Vacío 37 Ø El Temor A Los Riesgos 39 Ø “Siempre Se Hace Así” 41 Ø La Flor De La Honradez 43 Ø ¿Cambiar El Destino? 47 Ø Un Anillo De Compromiso 49 Ø Quiero Ver A Dios 51 Ø Las Habilidades Del Barquero 53 Ø La Caja De Besos 55 Ø El Peso Del Agua 57 Ø El Ladrillazo 59 Ø La Publicidad Del Ciego 62 Ø El Verdadero Tesoro 64 Ø La Niña De Las Manzanas 68 Ø El Diccionario De Los Niños 71

Ø Por Un Vaso De Leche 73 Ø Educar Es Sembrar 76 Ø El Pequeño Bombero 79 Ø El Anillo Especial 84 Ø Los Cien Días Del Plebeyo 88 Ø El Árbol De Manzanas 91 Ø La Pregunta Más Importante 95 Ø La Ranita Sorda 97 Ø Fortunas Del Campo 99 Ø Auxilio En La Lluvia 101 Ø Recuerda A Quienes Sirves 103 Ø Los Obstáculos En Nuestro Camino 105 Ø Dar Y Perder La Vida 107 Ø El Coleccionista De Insultos 109 Ø Las Tres Rejas 112 Ø La Casa Imperfecta 114 Ø El Violín De Paganini 117 Ø El Perrito Cojo 120 Ø El Árbol De Los Problemas 123 Ø Empuja La Vaquita 125 Ø El Eco 128 Ø La Carreta Vacía 130 Ø La Felicidad Escondida 132 Ø Mi Mejor Amigo 134 Ø Las Cicatrices De Los Clavos 135 Ø El Soldado Amigo 137 Ø Huellas En El Corazón 138 Ø Aprendí Y Decidí 141 Ø La Marioneta 143 Ø Quién Me Necesita? 146 Ø Reflexión Sobre la Vida 149

Page 3: Reflexiones james 2

PRÓLOGO

Las personas somos lo que pensamos. Por lo

tanto, si queremos ayudar a los demás a ser y a

comportarse de manera diferente, tenemos que

ayudarlos a pensar de manera diferente. Si deseamos

propiciar ambientes en los cuales la tolerancia y la

cooperación sean las fuentes del sentir, del pensar y

del actuar, debemos revisar el pensamiento lineal,

lógico, de la corteza cerebral. Se impone el

pensamiento holístico, intuitivo. De allí surgió la

___

idea de realizar esta nueva compilación: El Tren

de la Vida.

¿Por qué este título? Porque solemos vivir

como un viaje en un tren en embarques y desembar-

ques donde nacemos y morimos por lo tanto lo

primero en la vida debemos saber las peripecias

que nos rodean en nuestras vidas y saber solucionar

día a día, por mas graves que sean, y vivirlas al

maximo y no dejar la tareas de hoy para mañana,

cambiemos y sigamos adelante.

El miedo a este compromiso es de tal magnitud

que sólo pensamos en el cambio como una

exigencia para los demás: quien debe cambiar es mi

pareja, mi jefe, el gobierno, el neoliberalismo, el

establecimiento... Todo y todos, menos yo; soy

perfecto y no necesito cambiar nada. El problema,

cualquiera que sea, es de los demás, no mío.

Pensar, sentir y actuar en estos términos es la

mejor manera de pasar por encima de los proble-

mas, llenarse de fundamentalismos y convertirse en

un egoadicto. Por eso nada cambia. Porque cada día

cobra mayor claridad la frase del conde de

Lampedusa en su novela El gatopardo: “Es preciso

que todo cambie para que todo siga igual”.

Recientes investigaciones sobre el aprendizaje

coinciden en afirmar que el adulto desarrolla me-

__nos resistencia al cambio si no trabaja con el pensa-

miento lógico y lineal sino con el pensamiento lú-

dico y creativo. Otra vez el tema de los hemisferios

cerebrales, la racionalidad y la intuición, los pen-

samientos y las imágenes, la filosofía y la poesía.

Entonces parece necesario darle al cerebro estí-

mulos distintos a los que le hemos dado siempre,

cambiarle los parámetros de funcionamiento, exi-

girle que use otras partes, inventar nuevos paradig-

mas. Por eso creemos que las imágenes que evocan

las parábolas y anécdotas, el reto que plantean las

04 05

alegorías, el alimento que ofrecen las buenas

reflexiones, invitan a la mente a pensar distinto, a

absorber otros mensajes, a llegar a conclusiones que

no están a la vista de lo que llamamos razón.

La sabiduría del género humano está contenida

en parábolas, anécdotas, fábulas, máximas e imá-

genes que siempre nos dejan en silencio, al abrir en

nuestro interior un paréntesis que lleva a la re-

flexión. Se trata de respuestas distintas a problemas

que no fuimos capaces de resolver; de alegorias que

arrojan nueva luz sobre las cosas. Mientras mas per-

sonas las lean, las repitan, las transmitan, las com -

partan y las sientan, se afianzan con mayor fuerza una

nueva manera de pensar, sentir y actuar.

JAIMES. COA CHILOC

06

Page 4: Reflexiones james 2

DEDICATORIAS Dedico el presente trabajo a mis padres que me vieron nacer y que su enseñanza y sus buenas costumbres han creado en mi sabiduría haciendo que hoy tenga el conocimiento de lo que soy.

Con respeto y admiración a mis padres: Santos y Florentina

Agradezco a mi hermano y Hermanas el apoyo que siempre me han brindado con su impulso, fuerza y tenacidad que son parte de mi formación, como muestra de gratitud les dedico el presente trabajo:

Con todo lo que he podido ser hasta hoy, para ustedes: Victoria, Delia, Ylda; Yola, Mario

Con todo mi amor y cariño a mi esposa que todos los días me otorga su amor, su cariño y comprensión y hace que en mi existencia tenga la fuerza para seguir en este mundo y así poder luchar para que la vida nos depare un futuro mejor.

Para ti: Yudith

A mi hija que la quiero, la adoro y siempre la tengo en mi mente y por ser la fuente de mi inspiración y motivación para superarme cada día más

Para: Jazmine

07 08

Con todo lo que soy y he logrado ser, te dedico este trabajo, tu que estas presente en Cualquier lugar, en cualquier momento, circunstancia y hasta donde permitas que sea yo.

Para ti: Dios

Para todos los que me faltaron, Instituciones, amigos, compañeros de trabajo, que sin embargo me han aceptado, enseñado y han hecho lo que soy.

“Gracias”.

09

“Atte: S. Jaime Ccoa Chilo"

☼Quisiera

armar en estos días

un hermoso árbol de Amistad

y colgar, en lugar de Frutos, los nombres

de todos mis amigos, los de cerca y los de lejos; los de siempre

y los de ahora, los que veo cada día y los que

raramente encuentro, los siempre recordados y los que a veces

se me olvidan; los constantes y los inconstantes, los de

las horas difíciles y los de las horas alegres, a los que sin querer herí y sin querer me hirieron, aquellos

a quienes conozco profundamente y a quienes apenas conozco

por sus apariencias. Los que me deben y a quienes debo mucho más. Mis

amigos humildes y mis amigos importantes. Por eso os nombro a todos, a todos los

amigos que pasaron por mi vida: un árbol de raíces profundas, para que vuestros nombres nunca sean

arrancados; un árbol que al florecer, año en año nos traiga ilusión, salud, bienestar, amor y paz.

Ojalá que en algún oportunidad nos podamos encontrar para compartir los

mejores deseos de esperanza, poniendo un

poco de felicidad en aquellos que

lo han perdido todo. Un Amigo que te quiere

“Jaime Ccoa Ch.”

Page 5: Reflexiones james 2

EL ORIGEN DE UNA VIDA

Nunca es tarde… porque no importa lo que hayas vivido, no importa los errores que hayas cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar muy alto y muy lejos sobre el pantano.

Se buen@ o amistos@ por que al compararnos con paciencia y bondad, obtenemos amigos y cariño; al actuar con rencor y envidia, ganamos problemas y enemigos. Jamás desees el mal que siempre regresara para golpearte. Busca el los problemas el lado positivo y en las personas, sus virtudes más que sus afectos. Cultiva solo buenos amigos, el vicio siempre te llevara por mal camino; el tramposo te obliga a mentir; el grosero te enseñara a maldecir y el que habla mal de otros hablara mal de ti. Elimina en tu vocabulario la palabra “NO PUEDO” cuando estés a punto de decirlo, cámbiala por “VOLVERE A INTENTARLO” o “TENGO QUE LOGRARLO”.

¡Tú eres un triunfador! No te falles a ti mismo, cuando caigas ponte de pie inmediatamente si permaneces postrado durante mucho tiempo, se te

debilitara el carácter. Nadie es feliz por naturaleza, debemos aprender a ser feliz, esforzándonos por estar contentos la mayor parte del tiempo, sonríe con frecuencia, conviértete cada instante en un alegre reto. No importa que tan arduo sea el trabajo a realizar, hazlo bien y gózalo. Deja de preocuparte, la preocupaciones solo te hacen infeliz, además, casi nunca ocurren las cosas que te preocupan. Sueña grandes logros e imagina como lograrlos. ¡Comienza hoy mismo! Compórtate ahora como te comportarías si ya fueras la persona que deseas llegar a ser. No importa mucho lo que tengas, pues lo que realmente importa es quien esta a tu lado y valóralo.

Un amigo que te quiere………..

Jaime ccoa

10 11

EL ORIGEN DE UNA SOCIEDAD

· El 62% de los matrimonios de primera nupcias fracasan.

· Los 80% de los fracasados se vuelven a casar y en la mitad de los casos la familia vuelve a malograrse.

· Cuatro de cada diez niños pasan su infancia en hogares de un solo progenitor.

· El 20% de los nacimientos son ilegítimos y 60% de estos provienen de adolescentes.

· El 80% de los padres maltratan a sus hijos. La primera causa de muerte de niños menores de 5 años es el maltrato.

· En promedio, 32 adolescentes se quitan diariamente la vida en América latina.

· El crimen más numeroso sin denunciar son las golpizas a mujeres.

· El 80% de las familias tienen por lo menos un hijo fracasado en los estudios.

· El 60% de los padres renuncian a la dirección del hogar cuando los hijos se rebelan y fracasan.

· El 95% de las familias de hoy sufren uno o varios de los siguientes problemas:

o Frialdad y distancia moral del padre. o Hostilidad, burla y falta de comunicación

entre los hermanos. o Machismo del padre e hijos varones. o Normas rígidas, cambiantes e injustas. o Malentendido continuos por la

comunicación superficial. o Vidas independientes bajo el mismo techo,

vicios. 12

Page 6: Reflexiones james 2

Caminar por la vida arrastrando en el subconsciente las laceraciones que deja una mala educación es como escalar una gran montaña llevando a cuestas un baúl con inmundicias.

De cada diez hijos de familias anómalas solamente uno consigue deshacerse de la carga de basura heredada y escalar la cima del éxito ¡solo uno lo consigue!

Los jóvenes rebeldes eligen no siempre de modo consiente el mal camino para dar una lección a sus padres o hermanos, haciéndoles sentir culpables de su fracaso.

Estudios psiquiátricos revelan que el primer paso para regenerar a los delincuentes y depravados es lograr que consigan PERDONAR a algún familiar con el que convivieron en su niñez.

Esto arroja la premisa de que todo los “muchachos problema” albergan en su mente la misma clase de resentimientos familiares. Los padres dañan a sus hijos y los hijos devuelven de una u otra forma el daño, creando un círculo espantoso que lanza enormes cantidades de individuos insatisfechos al mundo.

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La delincuencia, la drogadicción, la prostitución (la maldad en sí), que ensombrecen a la humanidad no son sino los frutos de la semilla que se siembran en los hogares. La familia es la base de la sociedad por que todo hombre y mujer que la conforman se hicieron en una familia. Si la familia se corrompe, la sociedad, el país, el mundo entero se corrompe.

Los gobernantes hace el ridículo tratando de acabar con el mal; el origen de una sociedad corrupta son las familias corruptas. La procedencia de un hombre malo es una mala familia. No hay más.

Esto un verdadero mensaje urgente. Un grito desesperado antes de que sea demasiado tarde: el que no lucha por su familia es alguien que, no importa porque otra cosa luche, no merece tener el lugar que Dios le ha dado en esta tierra.

James ccoa

14 15

Page 7: Reflexiones james 2

EL TREN DE LA VIDA

La vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en otros.

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres. Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable. No obstante, esto no impide a que se suban otras personas que nos serán muy especiales. Llegan nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros maravillosos amores. De las personas que toman este tren, habrá los que lo hagan como un simple paseo, otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje, y habrá otros que circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.

Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento. Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son tan queridos se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos, pero

lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento. No importa, el viaje se hace de este modo; lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas... pero jamás regresos.

Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo que tengan de mejor. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda.

El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado. Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia. Creo que sí. Separarme de algunos amigos de los que me hice en el viaje será dolorido. Dejar a que mis hijos sigan solitos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valiosa.

Hagamos con que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena. Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan.

16 17

Agradezco a Dios porque estemos realizando este viaje juntos y a pesar de que nuestros asientos no estén juntos,

con seguridad el vagón es el mismo.

Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos

cuenta que desocuparon el asiento. Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son tan queridos se

acomodan en vagones

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Page 8: Reflexiones james 2

DEVUELVEME MIS MANITAS

Una familia había comprado un carro lujoso. El padre amaba ese auto.

Llegando a una gasolinera los padres bajan y dejan al niño de 3 años en el auto, cerrando las puertas…el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor. Al regresar, el padre enfurecido, comenzó a golpear al niño en sus manos con mucha fuerza…hasta que tuvieron que sacarle al niño estaba muy maltratado y tuvieron que llevarlo al hospital.

En el hospital, les notifican que sus manos habían quedado lisiadas por la golpiza. Encontrando al padre en la habitación envuelto en lágrimas…el niño le dice sonriente…¡¡Hola papi…ya aprendí la lección…no lo voy hacer mas papi…¡ ¡Pero por favor que me compongan mis manitas! !El padre salió de aquella habitación muy triste. Aquello marco su vida para siempre.

Por qué le damos tanta importancia las cosas materiales al grado de lastimar a nuestros seres queridos? ¡¡¡QUE GRANDE ESTUPIDEZ!!! ”Un día nací, un día moriré, y nada me llevaré, pero ¿estoy realmente viviendo?”

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“Una casa está hecha de roca y madera, un hogar…de amor y entrega”.

A veces descuidamos la relación de familia por cosas materiales. No olvidemos que primero están las personas.

UNA HISTORIA REAL

Jenny pensó que sus padres no le darían permiso para irse de fiesta con unos amigos, de manera que les mintió y les dijo que iba al cine con una compañera. Aunque se sintió un poco mal porque no les dijo la verdad, tampoco le dio muchas vueltas al asunto y se dispuso a divertirse.

La pizza estuvo bien y la fiesta genial: al final su amigo Pedro que ya estaba medio borracho, la invito a dar un paseo, pero primero quiso dar una fumadita... Jenny no podía creer que él estuviera fumando eso, pero aún así subió al carro con él.

De repente Pedro comenzó a propasarse. Eso no era lo que Jenny quería del todo. "Tal vez mis padres tienen razón" - pensó-; "quizás soy muy joven para salir así. " "¿Cómo pude ser tan tonta?" "Por favor, Pedro -dijo- llévame a casa, no me quiero quedar".

Molesto, Pedro arrancó el carro y comenzó a conducir a toda velocidad. Jenny, asustada, le rogó que fuera más despacio, pero mientras más ella le suplicaba, más él pisaba el acelerador. De repente, vio un gran resplandor. "Oh, Dios ayúdanos. ¡Vamos a chocar! Ella recibió toda la fuerza del impacto, todo de repente se puso negro. Semi-inconsciente, sintió que alguien la saco del carro retorcido, y escucho voces: ¡llamen a la ambulancia! "Estos jóvenes están en problemas". Le pareció oír que había dos carros involucrados en el choque.

Despertó en el hospital viendo caras tristes. "Estuviste en un choque terrible", dijo alguien. En medio de la

20 21

Page 9: Reflexiones james 2

confusión se enteró de que Pedro estaba muerto. A ella misma le dijeron "Jenny, hacemos todo lo que podemos,

pero parece ser que te perderemos a ti también". ¿Y la gente del otro carro? Preguntó Jenny llorando "También murieron" le contestaron. Jenny rezó: "Dios perdóname por lo que he hecho, yo sólo quería una noche de diversión". Y dirigiéndose a una de las enfermeras pidió: "Por favor, dígale a la familia de los que iban en el otro carro que me perdonen que yo quisiera regresarles a sus seres queridos. Dígale a mi mamá y a mi papá que lo siento, porque mentí, y que me siento culpable porque varios hayan muerto. Por favor enfermera, ¿Les podrá decir esto de mi parte?. La enfermera se quedó callada, como una estatua. Instantes después, Jenny murió.

Un hombre cuestionó entonces duramente a la enfermera: "¿Por qué no hizo lo posible para cumplir la última voluntad de esa niña?" La enfermera miró al hombre con ojos llenos de tristeza, y le dijo: "Porque la gente en el otro carro eran su papá y su mamá que habían salido a buscarla".

MAMÁ

Tú piensas que estoy dormido cuando tu y papá pelean. Pero no estoy, estoy escondido debajo de las cobijas y oigo todo oigo gritos, oigo que él te amenaza, oigo cuando él te cachetea y golpea. Oigo cuando lloras, yo también estoy llorando. Pero trato de estar muy callado para que no me oigas. Siento mucho miedo cuando oigo todas estas cosas. Y me preocupo, me preocupo por ti y por nuestra familia.

Me siento indefenso, me siento muy triste, siento como que es mi culpa, no quiero ir a la escuela, tengo miedo de venir a casa, tengo miedo que vaya a lastimarte seriamente. Tengo miedo que vaya a lastimarme también a mí. ¡Mamá! ¿Qué debe ser el amor? ¿Es parte del amor el ser lastimado por la persona que supuestamente te ama? ¿Está bien pretender que nada está mal y no hablar sobre lo que está pasando?, Mamá mira lo que me estas enseñando. Que el ir creciendo las niñas deben sufrir en silencio al ser lastimadas, que los niños el ir creciendo deben ser violentos.

22 23

A LECCIÓN DEL CARBÓN

Un hombre, que regularmente asistía a las

reuniones de un determinado grupo, sin ningún

aviso dejó de participar en sus actividades.

Después de algunas semanas, una noche muy

fría el líder de aquel grupo decidió visitarlo.

Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente

a una chimenea donde ardía un fuego brillante y

acogedor.

Adivinando la razón de la visita, el hombre

dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla

grande cerca de la chimenea y se quedó quieto,

esperando una pregunta. Se hizo un grave

silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la

danza de las llamas en torno de los troncos de

leña que crepitaban.

Al cabo de algunos minutos el líder, sin

decir palabra, examinó las brasas que se

formaban y cuidadosamente seleccionó una de

ellas, la más __

L

24

Page 10: Reflexiones james 2

incandescente de todas, retirándola a un lado del

brasero con unas tenazas. Volvió entonces a

sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil

después de solicitar permiso para fumarse una

pipa.

El anfitrión prestaba atención a todo, fas-

cinado pero inquieto. Al poco rato, la llama de la

brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo

un brillo momentáneo y el fuego se apagó

repentinamente. En poco tiempo, lo que era una

muestra de luz y de calor, no era más que un

negro, frío y muerto pedazo de carbón

recubierto por una leve capa de ceniza. Muy

pocas palabras habían sido dichas desde el ritual

saludo entre los dos amigos.

El líder, antes de prepararse para salir, con las

tenazas blandió el carbón frío e inútil,

colocándolo de nuevo en medio del fuego. De

inmediato la brasa se volvió a encender,

alimentada por la luz y el calor de los carbones

ardientes en torno suyo.

Cuando el dirigente alcanzó la puerta para

irse, el anfitrión le dijo:

—Gracias por tu visita y por tu bellísima

lección. Regresaré al grupo. Buenas noches.

25

¿Por qué se extinguen los grupos? Muy

simple: porque cada miembro que se retira le

quita el fuego y el calor al resto.

A los miembros de un grupo vale recordarles

que ellos forman parte de la llama y que lejos del

grupo pierden todo su brillo.

A los líderes vale recordarles que son

responsables por mantener encendida la llama

de cada uno de los miembros y por promover la

unión entre todos ellos, para que el fuego sea

realmente fuerte, eficaz y duradero.

NA PRECIOSA FACTURA

Cierta tarde un pequeño se acercó a su

madre, que preparaba la cena en la cocina, y

le entregó una hoja de papel en la que había

escrito algo. Después de secarse las manos y

quitarse el delantal, ella leyó lo que decía la

nota:

Cortar el césped del jardín............$15.00

Limpiar mi cuarto esta semana ......$5.00

Cuidar de mi hermano....................$5.00

Ir a la panadería ..............................$0.50

Sacar la basura toda la semana.......$2.50

Libreta con buenas calificaciones $50.00

Limpiar el patio ..............................$5.00

TOTAL ADEUDADO .................$83.00

Al terminar la lectura, la madre miró con

seriedad al chico mientras él aguardaba

expectante. Y sin decir palabra, ella tomó un

lapicero y en el reverso de la misma hoja

anotó:

U

Por llevarte nueve meses en mi

vientre y darte la vida ....................NADA

26 27

Page 11: Reflexiones james 2

Por tantas noches de desvelos,

curarte y orar por ti ........................NADA

Por la alegría y el amor de

nuestra familia ...............................NADA

Por el temor y las preocupaciones

cuando enfermabas ........................NADA

Por comida, ropa y educación .......NADA

Por tomar tu mano y darte

apoyo .............................................NADA

Cuando el niño terminó de leer lo que ella

había escrito, tenía los ojos llenos de lágrimas.

La miró a los ojos y le dijo: —Te quiero, mamá.

Luego tomó el lapicero y escribió con letra muy

grande en el papel: “TOTALMENTE

PAGADO”.

¿Por qué reclamamos derechos que no

concedemos a los padres?

¿No es muy clara la diferencia entre las “co -

sas” y el amor?

L PUENTE FRATERNO

Había una vez dos hermanos, Tomás y Javier,

que vivían uno al frente del otro en dos casas de

una hermosa campiña. Por problemas pequeños,

que se fueron haciendo grandes con el tiempo,

los hermanos dejaron de hablarse y evitaban

cruzarse en el camino.

Cierto día llegó a una de las casas un car-

pintero y le preguntó a uno de los hermanos si

tendría trabajo para él. Tomás le contestó:

—¿Ve usted esa madera que está cerca de

aquel riachuelo? Pues la he cortado reciente-

mente. Mi hermano Javier vive al frente y, a

causa de nuestra enemistad, desvió ese arroyo

para separarnos definitivamente. Así que yo no

quiero ver más su casa. Le dejo el encargo de

hacerme una cerca muy alta que me evite la vista

del frente.

Tomás se fue al pueblo y no regresó sino hasta

bien entrada la noche.

E

Cuál no sería su sorpresa cuando, en vez de

una cerca, encontró que el hombre había hecho

un hermoso puente que unía las dos partes de la

campiña.

28 29

Sin poder hablar, de pronto se vio al frente de

su hermano, que en ese momento estaba

atravesando el puente con una sonrisa:

—Tomás, hermano mío, no puedo creer que

hayas sido tú el que haya hecho el puente,

habiendo sido yo el que te ofendió. Vengo a

pedirte perdón.

Y los dos hermanos se abrazaron.

Cuando Tomás se dio cuenta de que el car-

pintero se alejaba, le dijo:

—Buen hombre, ¿cuánto te debo? ¿Por qué

no te quedas?

—No, gracias —contestó el carpintero—.

¡Tengo muchos puentes que construir!

¿Cuántas veces podemos ayudar a perdonar

y servir de puentes?

30

Page 12: Reflexiones james 2

API, ¿CUÁNTO GANAS POR HORA?

En el mismo momento en que lo vio llegar a

casa, un niño le preguntó a su padre:

—¿Papi, cuánto ganas por hora?

Así, con voz tímida y ojos de admiración, un

pequeño lo recibía al término de su trabajo. El

padre miró con rostro severo al niño y repuso:

—Mira, hijo, esos datos ni tu madre los co-

noce, no me molestes que estoy cansado.

—Pero, papi —insistía—, sólo es una pre-

gunta: ¿cuánto ganas por hora?

La reacción del padre esta vez fue menos

severa y contestó:

—Bueno, hijo, pues $ 10.000 la hora.

—Papi, ¿me podrías prestar $ 5.000? —pre-

guntó de inmediato el pequeño.

El padre montó en cólera y tratando con

brusquedad al pequeño le dijo:

P

—¡Así que era esa la razón de saber lo que

gano! ¡Vete a dormir y no molestes, muchacho

aprovechado!

31

Al caer la noche, el padre había meditado

sobre lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su

hijo quería comprar algo. En fin, queriendo

descargar su conciencia se asomó al cuarto de su

hijo.

—¿Duermes hijo? —preguntó el padre.

—No, papi, dime —contestó entredormido.

—Aquí tienes el dinero que me pediste res-

pondió el padre.

—Gracias papi, contestó con alegría el pe-

queño. Y metiendo su manito bajo la almohada

sacó otros billetes.

—Papi, ahora ya lo completé todo: tengo los

$10.000. ¿Me podrías vender una hora de tu

tiempo?

¿Qué tanta, atención prestas a tus hijos?

¿Alguna vez has pensado en la soledad, la

inseguridad o los miedos de los niños?

L PERRO FIEL

Una pareja de jóvenes, con varios años de

casados, no habían podido tener hijos. Para no

sentirse tan solos, compraron un cachorro de

pastor alemán y lo criaron como si fuera su

propio hijo.

El cachorro creció hasta convertirse en un

enorme y hermoso animal de esa raza. El perro

salvó en más de una ocasión a la pareja de ser

atacada por ladrones. Siempre fue muy apegado:

quería y defendía a sus dueños contra cualquier

peligro.

Sin embargo, después de siete años la pareja

logró tener el hijo tan deseado.

Ellos estaban muy contentos con su nuevo

hijo y desde luego disminuyeron las atenciones

que tenían con el perro. Este, al parecer, co-

menzó a manifestar celos del niño y sus dueños

veían que ya no era el perro cariñoso y fiel que

tuvieron durante siete años.

E

Un día la pareja dejó al bebé adentro, dur-

miendo plácidamente en la cuna, y fueron a la

terraza de su finca a preparar la cena. Cuál no

32 33

Page 13: Reflexiones james 2

sería su sorpresa cuando al rato ven al perro

saliendo del cuarto del bebé con la boca en-

sangrentada, pero moviéndoles la cola.

Como es obvio, el dueño del perro adivinó

lo peor; entonces, sin pensarlo dos veces,

agarró un arma que tenía cerca y mató al

perro. Entretanto, la madre angustiada corría

hacia el cuarto del bebé donde

sorpresivamente encontró una gran serpiente

degollada al lado de la cuna.

¿Alguna vez dejaremos de juzgar o

condenar anticipadamente a los demás?

¿Cuántas injusticias se cometen por

fijarse tan solo en las apariencias7.

¿Pensamos antes de agredir a otro?

L PAPEL ARRUGADO

Contaba un predicador que, cuando era niño,

su carácter impulsivo lo hacía estallar en cólera a

la menor provocación. Luego de que sucedía,

casi siempre se sentía avergonzado y batallaba

por pedir excusas a quien había ofendido.

Un día su maestro, que lo vio dando justifi-

caciones después de una explosión de ira a uno

de sus compañeros de clase, lo llevó al salón, le

entregó una hoja de papel lisa y le dijo:

—¡Arrúgalo!

El muchacho, no sin cierta sorpresa, obedeció

e hizo con el papel una bolita.

—Ahora —volvió a decirle el maestro— dé-

jalo como estaba antes.

Por supuesto que no pudo dejarlo como

estaba. Por más que trataba, el papel siempre

permanecía lleno de pliegues y de arrugas.

Entonces el maestro remató diciendo:

E

—El corazón de las personas es como ese

papel. La huella que dejas con tu ofensa será tan

difícil de borrar como esas arrugas y esos

pliegues.

34 35

Así aprendió a ser más comprensivo y más

paciente, recordando, cuando está a punto de

estallar, el ejemplo del papel arrugado.

¿Recuerdas que alguien dijo una vez: «habla

cuando tus palabras sean tan suaves como el

silencio»?

Muchas personas se jactan de ser francas, y que

dicen las cosas con independencia del sentimiento

de los demás. ¿No son ellas fabricantes de papeles

arrugados por dondequiera que pasan?

36

Page 14: Reflexiones james 2

NSULTOS AL VACÍO

Una historia más de Gandhi: otro de sus

mejores discípulos, quien después de haber sido

su agresor había recibido una importante lección

del maestro, decidió propagar las bondades del

pensamiento de su líder el resto de su vida.

En efecto, solía contar a sus amigos la lección

aprendida sobre el perdón; no obstante, con

Gandhi se había ejercitado para expresarse con

alegorías, y de este modo, cuando al discípulo le

preguntaban cómo hacía para no reaccionar de

manera violenta ante las agresiones y a las

presiones, reunía a sus seguidores y los llevaba a

un cementerio.

Allí, en ese sombrío lugar, les pedía que

gritaran al aire, con todas las fuerzas de sus

pulmones, cualquier clase de insultos y agravios

a los muertos. Luego de hacerlo, les indicaba

que gritaran asimismo toda clase de halagos y

de felicitaciones. Era muy divertido ver en el

___

I

camposanto a todos aquellos hombres y mujeres

que parecían un grupo de locos.

Luego se sentaban y el hombre, mirando

hacia las lápidas de mármol, les decía:

37

—Parece que es necesario aprender de los

muertos. Como ellos, hay que ser indiferentes

tanto a las ofensas como a los elogios. De esa

indiferencia pueden florecer otras virtudes como

la bondad y la comprensión.

Gandhi siempre fue fiel a este precepto

mientras recibía insultos y luego elogios de los

ingleses. ¿Sabías que de esta conducta nació la

“resistencia pacífica” con la cual pudo

independizarse su país?

¿Qué sería de nuestras vidas si siguiéramos

esa potente y sencilla filosofía?

L TEMOR A LOS RIESGOS

En un país en guerra, había un rey que causaba

miedo. No siempre que tomaba prisioneros en

las batallas los mataba. Simplemente los llevaba

a una sala donde había un grupo de arqueros de

un lado y una inmensa puerta de hierro del otro

lado, sobre la cual se veían grabadas figuras de

calaveras cubiertas de sangre.

El rey hacía formar a los prisioneros en círculo

en la sala y les decía:

—Ustedes pueden elegir entre morir atrave-

sados por las flechas de mis arqueros, o pasar

por esa puerta misteriosa.

Todos elegían ser muertos por los arqueros.

Tiempo después, al terminar la guerra, un sol-

dado que por mucho tiempo había servido

fielmente al rey se dirigió al soberano y le dijo:

—Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?

—Dime, soldado —repuso el soberano.

—¿Qué había detrás de la horrorosa puerta?

E

—Ve y mira tú mismo, le respondió de in-

mediato el rey.

38 39

Page 15: Reflexiones james 2

El soldado separó temerosamente la puerta

pero, a medida que ella se abría, fueron entrando

unos brillantes rayos de sol que iluminaron el

ambiente. Finalmente descubrió que la puerta se

abría sobre un camino que conducía a la

libertad. El soldado, admirado, sólo miró a su

rey mientras éste le explicaba:

—Yo les daba a todos la posibilidad de

realizar una elección; pero ellos preferían morir

antes que arriesgarse a abrir esa puerta.

¿Cuántas puertas dejamos de abrir por el

temor al fracaso? ¿Te has dado cuenta de que

todos le tememos a lo desconocido y a veces nos

condenamos a lo conocido?

IEMPRE SE HACE ASÍ”

Cierto día, un becerro tuvo que atravesar un

bosque virgen para volver a su pradera. Como

era un animal irracional abrió un sendero tor-

tuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando

colinas.

Al día siguiente, un perro que pasaba por allí

usó ese mismo sendero para atravesar el bosque.

Después fue el turno de un carnero, jefe de un

rebaño, que viendo el espacio ya abierto hizo a

su rebaño seguir por allí.

Más tarde, los hombres comenzaron a usar

ese mismo sendero: entraban y salían, giraban a

la derecha y a la izquierda, descendían, se

desviaban de los obstáculos, quejándose y

maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían

nada para crear una nueva vía.

Después de tanto uso, el sendero acabó

convertido en una amplia carretera donde

los pobres animales se cansaban bajo pesadas

“S

cargas, obligados a recorrer en tres horas una

distancia que podría realizarse en treinta mi-

nutos si no hubieran seguido la vía abierta por

el becerro.

40 41

____

Pasaron muchos años y el camino se con-

virtió en la calle principal de un poblado y,

finalmente, en la avenida principal de una

ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque

el trayecto intrincado era el peor de todos.

Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se

reía al ver que los hombres tienen esa ciega

tendencia rutinaria a seguir la vía que ya está

abierta, sin preguntarse si habría acaso una

mejor opción o camino. Tal vez hubiesen des-

cubierto otros paisajes más bellos.

De seguro has escuchado la frase “eso

siempre se ha hecho así, ¿para qué voy a

cambiarlo?”

¿Con cuanta frecuencia nos preguntamos si

“éste será el mejor modo de hacer esto”?

¿Los planificadores realmente son

innovadores, o siempre siguen los mismos

caminos?

42

Page 16: Reflexiones james 2

A FLOR DE LA HONRADEZ

Se cuenta que en la China antigua, un príncipe

estaba próximo a ser coronado emperador, pero,

de acuerdo con la ley, debía casarse antes de la

ceremonia. El príncipe decidió hacer un

concurso entre las muchachas de la corte para

ver quién sería digna de su propuesta. Al día

siguiente, anunció que recibiría en una

celebración especial a todas las pretendientes y

lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio escuchó

los comentarios sobre los preparativos, y sintió

una leve tristeza porque sabía que su joven nieta

tenía un profundo sentimiento de amor por el

príncipe. Al llegar a la casa y contarle el plan del

príncipe, se asombró de saber que ella quería ir a

la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:

—¿Hija mía, que vas a hacer? Todas las

muchachas más bellas y prósperas de la corte

L

43

estarán allí. Sácate esa idea insensata de la

cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no

hagas que el sufrimiento se vuelva locura.

Y la nieta respondió:

—No, querida abuela, no estoy sufriendo y

tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré

escogida, pero es mi oportunidad de estar por

lo menos por algunos momentos cerca del

príncipe. Esto me hará feliz.

Llegada la noche, la joven llegó al palacio.

Allí estaban todas las muchachas más bellas,

con las más hermosas prendas, las más lindas

joyas y las más determinadas intenciones de

ganarse el favor del príncipe.

El joven príncipe anunció el desafío:

—Daré a cada una de ustedes una semilla.

Aquella que me traiga la flor más bella dentro

de seis meses será escogida por mí como mi

esposa y futura emperatriz de China.

El tiempo pasó y la dulce joven, aunque no

tenía mucha habilidad en las artes de la jardi-

nería, cuidaba con mucha paciencia y ternura

de su semilla. Pasaron tres meses y nada bro-

taba. La joven intentó todos los métodos que

conocía pero resultaron infructuosos. Cada día

veía más lejos su sueño, pero su amor era aún

más profundo. Al finalizar los seis meses nada

había brotado. No obstante, consciente de su

esfuerzo y dedicación pero sin posibilidades de

ganar, la muchacha le comunicó a su abuela que

regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas

sólo para estar cerca del príncipe por unos

momentos.

A la hora señalada ella estaba allí, con su jarro

lleno de tierra y sin flores, feliz por ver el

hermoso rostro de su amado. Todas las otras

pretendientes llevaban en sus macetas flores en

las más variadas formas y colores. El príncipe

observó a cada una de las pretendientes con

mucho cuidado y atención. Después de verlas a

todas, una a una, anunció su conclusión: aquella

bella joven con su jarro sin flores sería su futura

esposa.

Todos los presentes emitieron un gesto de

sorpresa. Como nadie entendía por qué razón el

príncipe había escogido justamente a la chica

que no había presentado ninguna flor, explicó:

—Esta joven —dijo el soberano—, cultivó

una flor que la hace digna de convertirse en

44 45

Page 17: Reflexiones james 2

Emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las

semillas que entregué eran estériles.

¿Es que el amor y la honestidad van juntos?

¿Qué necesidad existe de aparentar ante el ser

amado lo que no somos y lo que no tenemos?

¿Qué le demostró la chica a las demás com-

petidoras?

AMBIAR EL DESTINO?

Durante una batalla, cierto general decidió

atacar al adversario a sabiendas que su ejército

era inferior en el número de efectivos. Pero

estaba confiado en ganar, aun cuando sus

hombres estaban llenos de dudas. Camino a las

operaciones, se detuvieron en una capilla.

Después de rezar con sus hombres, el general

sacó una moneda y dijo:

—Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ga-

naremos. Si es cruz, perderemos. El destino se

revelará.

Tiró la moneda en el aire y todos miraron

atentos como aterrizaba en el suelo. Era cara.

Los soldados estaban tan contentos y tan con-

fiados que atacaron vigorosamente al enemigo y

consiguieron la victoria.

Después del combate, un teniente le dijo el

general:

¿C

46 47

—Nadie puede cambiar el destino.

—Tal vez —contestó el general con una

sonrisa de picardía mientras mostraba al

teniente una moneda que tenía cara en ambos

lados.

¿La diferencia entre el éxito y la derrota

estará en nuestras mentes?

¿Si conectáramos nuestra mente con los

sueños, sería más fácil hacerlos realidad?

¿Somos lo que pensamos?

48

Page 18: Reflexiones james 2

N ANILLO DE COMPROMISO

Un muchacho entró con paso firme a una tien-

da y pidió al joyero que le mostrara el mejor

anillo de compromiso que tuviera.

El joyero le enseñó uno. Una hermosa piedra,

solitaria, que brillaba como un diminuto sol

resplandeciente. El muchacho contempló el

anillo y con una sonrisa lo aprobó, preguntó el

precio y se dispuso a pagarlo.

—¿Se va usted a casar pronto? —le preguntó

el curioso joyero.

—No —respondió el muchacho—. Ni si-

quiera tengo novia.

La muda sorpresa del orfebre divirtió al

comprador.

—Es para mi mamá —dijo el muchacho—.

Cuando yo iba a nacer nadie pudo acompañarla

y su embarazo estuvo lleno de dificultades;

alguien le había aconsejado que detuviera mi

nacimiento para que se evitara problemas en lo

U

sucesivo. Pero ella se negó, insistió y me dio el

don de la vida. Desde luego que continuaron sus

problemas; sin embargo, fue padre y madre para

mí, fue amiga y hermana, y fue mi maestra. En

49

fin, me hizo lo que soy. Así que como ella nunca

tuvo un anillo de compromiso, ahora que puedo

se lo daré como una promesa de que si ella hizo

todo por mí ahora yo haré todo por ella. Quizá

después entregue a otra persona otro anillo de

compromiso, pero será el segundo.

El joyero no dijo nada. Solamente ordenó

discretamente a su cajera que le hiciera al mu-

chacho el descuento que solamente se le hacía a

los clientes importantes.

¿De vez en cuando no será bueno pensar en

reconocer lo que hicieron nuestros padres por

nosotros?

¿Qué tan generosos somos en ese tipo de agra-

decimiento?

¿Alguna vez valoramos sus esfuerzos en con-

diciones adversas?

UIERO VER A DIOS

Dicen que un niño pequeño quería ver a Dios.

Sabía que era un viaje largo y duro y por eso

metió en su mochila algunos pastelitos, re-

frescos, caramelos y ropa suficiente. Al entrar en

el parque de juegos se encontró con una mujer

anciana, sola, contemplando las palomas. Se

sentó junto a ella, abrió su mochila y sacó su

merienda. Vio que la anciana parecía

hambrienta, así que le ofreció un pastelito. Ella

lo aceptó y le regaló una maravillosa sonrisa.

Como al niño le agradó esa expresión y quería

verla sonreír de nuevo, le ofreció un refresco y el

niño quedó encantado.

Allí estuvieron toda la tarde, comiendo y be-

biendo, pero no se dijeron ni una sola palabra.

Cuando oscureció, el niño se dio cuenta de lo

tarde que era; se levantó, se despidió y le dio un

abrazo de despedida y agradecimiento. Ella,

después de abrazarlo, le regaló con la sonrisa

más grande y bonita de su vida.

Q

Cuando llegó a su casa, su madre advirtió el

gesto inmensamente feliz de su hijo, y le

preguntó:

50 51

Page 19: Reflexiones james 2

—¿Qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?

El niño contestó:

—¡Mami, hoy almorcé con Dios! —Y antes

de que su madre añadiera algo le dijo: —¿Y

sabes?, ¡tiene la sonrisa más hermosa que he

visto!

Mientras tanto la anciana, radiante de felici-

dad, regresó a su casa y su hijo, sorprendido, le

preguntó:

—Mamá, ¿qué hiciste hoy que vienes tan

contenta?

Ella respondió:

—¡Comí con Dios en el parque! Y ¿sabes?

¡Es más joven de lo que yo pensaba!

¿Estamos listos para ver en nuestro prójimo

más que a una persona?

¿Somos fuente de felicidad para los demás?

¿Podemos compartir las cosas y, sobre todo, el

amor?

AS HABILIDADES DEL BARQUERO

Un hombre erudito alquiló una barca para

cruzar un río caudaloso. Al recibirlo, el

barquero se expresó con frases pobres y mal

construidas. El erudito le preguntó:

—Usted nunca ha estudiado gramática,

¿verdad?

—No, señor —contestó el barquero—, soy

analfabeto.

—¿Supongo que tampoco sabrá historia,

geografía ni aritmética?

—Tampoco, no sé nada de eso —respondió

nuevamente el barquero, medio avergonzado.

—¿Por supuesto que tampoco sabrá nada de

filosofía, arte o literatura? —volvió a

preguntar el hombre culto con cierta

pedantería.

—No, señor, sólo soy un pobre barquero

ignorante —dijo el hombre ya totalmente

humillado.

L

—Pues he de decirle que un hombre sin

cultura es como si hubiera perdido la mitad de

su vida —sentenció el erudito.

52 53

En ese momento, la barca, arrastrada por la

corriente, fue a dar contra unas rocas y se partió

en dos y cayeron barquero y erudito al río.

El barquero preguntó:

—Señor, señor, ¿usted sabe nadar?

—¡No!, ¡no sé nadar! —gritó aquel hombre

terriblemente asustado.

—Pues me temo que hoy va a perder no la

mitad sino toda su vida.

Dicho lo cual, el barquero se lanzó al río y se

apartó nadando. Pero se alejó muy poco, regresó

y salvó al fastidioso hombre quien, ciertamente

humillado, no pronunció palabra hasta la orilla.

¿Por qué nos ufanamos de nuestras cualidades

y competencias sin considerar las de los demás?

¿Hay otras competencias que según las cir-

cunstancias pueden ser más apropiadas que las

mías?

54

Page 20: Reflexiones james 2

A CAJA DE BESOS

El padre se puso furioso cuando su hija de tres

años gastó todo un rollo de papel para envolver

la cajita que iba a poner bajo el árbol de

Navidad. Estaban muy escasos de dinero y ese

despilfarro le pareció toda una desconsideración.

A pesar del regaño, al día siguiente la niña le

entregó con sus manitas la cajita a su papá.

—Esto es para ti, papi.

El padre se sintió avergonzado de su enojo

anterior, pero le volvió la ira cuando vio que la

caja estaba vacía.

—Se supone que si uno va a regalar algo, no

entrega una caja vacía —le dijo a gritos el

papá—. ¡Gastaste todo el papel para nada, para

entregar una caja vacía!

—Pero no está vacía, papi —le dijo la niña

sollozando—. Durante todo el día de ayer la

estuve llenando con besitos.

L

55

Antoine de Saint-Exupéry escribía en su

magistral obra El Principito: “Lo fundamental

es invisible a los ojos”.

¿El afecto y sus manifestaciones no son acaso

un regalo inapreciable?

¿Cómo se mide el amor?

L PESO DEL AGUA

Un conferencista hablaba sobre el manejo de la

tensión. Levantó un vaso de agua y preguntó al

auditorio:

—¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso de

agua?

Las respuestas del público variaron entre 20 y

500 gramos. Entonces el conferencista comentó:

—No, eso depende. No es un asunto de peso

sino de tiempo. En verdad poco importa el peso

absoluto. Lo que importa considerar es el tiempo

que voy a sostenerlo. Si lo sostengo por un

minuto, no pasa nada. Si lo sostengo durante una

hora me empezará a doler el brazo. Si lo

sostengo durante un día completo, tendrán que

llamar una ambulancia. Y es exactamente el

mismo peso: pero mientras más tiempo paso

sosteniéndolo, más pesado se va volviendo.

E

Y concluyó:

—Si cargamos nuestros pesos todo el tiem-

po, más temprano o más tarde no seremos

56 57

Page 21: Reflexiones james 2

capaces de continuar: la carga se irá volviendo

cada vez más y más pesada. Lo que tienes que

hacer es dejar el vaso en algún lugar y descan-

sar un poco antes de sostenerlo nuevamente.

Tienes que dejar la carga periódicamente: eso

es reconfortante y te permite continuar de

nuevo.

Por lo tanto, antes de que regreses esta

noche a tu casa deja afuera el peso de tus ten-

siones. No lo lleves a tu casa. Mañana podrás

recogerlo otra vez, al salir.

¿Son las grandes tensiones sólo pequeñas

cargas aumentadas por nuestro hábito de

seguirlas cargando?

¿Puedes descargar tu tensión laboral antes

de llegar a tu casa?

L LADRILLAZO

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda

velocidad en su Jaguar último modelo, sin

ningún tipo de precaución.

De repente sintió un estruendoso golpe en la

puerta, se detuvo y al bajarse vio que un ladrillo le

había estropeado la pintura, la carrocería y el

vidrio lateral de su lujoso auto. Se subió nue-

vamente, pero, lleno de enojo, dio un brusco

giro de 180 grados y regresó a toda velocidad al

lugar donde vio salir el ladrillo, que acababa de

dañar su hermoso y exótico auto.

Salió del auto de un brinco y agarró por los

brazos a un chiquillo y, empujándolo hacia el

auto estacionado, le gritó a toda voz:

—¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tú? ¿Qué

crees que haces con mi auto? —Y enfurecido,

casi botando humo, continuó gritándole al chi-

quillo:—¿No ves que es un auto nuevo y ese

ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro?

¿Por qué hiciste eso?

—Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho!,

E

58 59

no sé qué hacer —suplicó el chiquillo—. Le lancé

el ladrillo porque nadie se detenía.

Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el

suelo, mientras señalaba al lado del auto

estacionado.

—Mire, es mi hermano —le dijo—. Se cayó

de su silla de ruedas al suelo y no puedo

levantarlo.

Sollozando, el chiquillo le preguntó al eje-

cutivo:

—¿Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo

en su silla? Está golpeado, pesa mucho y no puedo

alzarlo pues soy muy pequeño.

Visiblemente impactado por las palabras del

chiquillo, el ejecutivo tragó saliva pasando el

nudo que se le formó en la garganta.

Indescriptiblemente emocionado por lo que

acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo

sentó nuevamente en su silla; enseguida sacó su

pañuelo de seda para limpiar un poco las

cortaduras y el polvo en las heridas del hermano de

aquel chiquillo tan especial.

Luego de verificar que el hermano se en-

contraba bien, miró al chico cuando éste le

daba las gracias con una sonrisa imposible de

describir...

60

Page 22: Reflexiones james 2

—Dios lo bendiga, señor, y muchas

gracias —le dijo.

El hombre vio cómo se alejaba el chiquillo

empujando trabajosamente la pesada silla de

ruedas de su hermano, hasta llegar a una hu-

milde casita cercana.

El ejecutivo aún no ha reparado la puerta del

auto, con el propósito de recordar que no se

debe ir por la vida tan de prisa hasta el punto

que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para

llamar la atención.

¿Por qué no prevemos las necesidades de los

demás y son ellos los que tienen que pedir

nuestra ayuda?

¿Qué tan sensibles somos al dolor ajeno?

¿Hay todavía algún espacio para la

misericordia?

61

A PUBLICIDAD DEL CIEGO

Estaba un hombre ciego sentado en la

vereda con sus gafas negras, una gorra a sus

pies y un pedazo de cartón donde, escrito con

tiza blanca, se leía: “Por favor ayúdeme, soy

ciego”.

Un creativo de publicidad que pasaba

frente a él se detuvo y observó unas pocas

monedas en la gorra. Sin pedirle permiso al

ciego tomó el cartel, le dio vuelta, cogió un

marcador y escribió otro anuncio.

Volvió a poner el pedazo de cartón sobre

los pies del ciego y se fue.

Al final de la tarde el creativo volvió a

pasar frente al hombre que pedía limosna: ¡la

gorra estaba llena de billetes y monedas!

Cuando el ciego reconoció sus pasos y el

olor de su loción, le preguntó si era aquella

misma persona que había reescrito su cartel y

le pidió que se lo leyera.

El publicista le contestó:

L

—”Nada que no sea tan cierto como tu

anuncio, pero con otras palabras”. No dijo más y

siguió su camino.

El ciego luego lo supo: su nuevo cartel decía:

“HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO

VERLA”

Si cambiamos de estrategia cuando no nos sale

algo, veremos que las cosas pueden resultar de

otra manera.

¿Por qué el pesimista habla del vaso medio

vacío y el optimista del vaso medio lleno?

¿Has oído hablar de los placeres negativos?

Ejemplo: ¡Qué dicha, está lloviendo y como no

tengo a nadie en casa así puedo recostarme y

descansar! En vez de ¡qué soledad y qué día tan

horrible para estar en casa!

62 63

Page 23: Reflexiones james 2

L VERDADERO TESORO

Jenny, la niña alegre y de dorados rizos estaba

a punto de cumplir cinco años. Mientras

esperaba a que su madre pagara en la caja del

supermercado descubrió un collar de perlas

blancas y relucientes en una caja rosada de metal

y le rogó:

—¡Mamá! ¿Me las compras? ¡Por favor...!

Rápidamente la madre echó un vistazo al

reverso de la cajita. Luego, miró a la nena que le

imploraba con sus ojitos azules y la cabeza

vuelta hacia arriba y le dijo:

—Cuatro mil quinientos pesos. Son casi

cinco mil pesos... Si quieres el collar, tendrás

que ayudar más en casa. Así ahorrarás suficiente

dinero para comprarlo. Tu cumpleaños será en

una semana y puede que tu abuela te dé un

billete de dos mil pesos.

Tan pronto como la niña llegó a casa, vació

su alcancía y contó las monedas: cuatrocientos

Esetenta pesos. Después de la cena ayudó más

de lo habitual. Luego fue a ver a su vecina, la

señora Rodríguez, y se ofreció a arrancarle las

malas hierbas del jardín por doscientos pesos.

Y el día de su cumpleaños la abuela le dio

dos mil pesos. Por fin tenía suficiente dinero

para comprar el collar. A Jenny le encantaban

las perlas. Se sentía elegante y como una niña

grande. Se las ponía para ir a todas partes: a la

iglesia, al jardín de infancia... No se

desprendía de ellas ni para dormir. Sólo se las

quitaba para nadar o para darse un baño de

burbujas porque su madre le dijo que si se

mojaba el collar se pelarían las perlas.

El papá de Jenny era muy cariñoso. Cada

noche, cuando ella tenía que irse a la cama él

dejaba lo que estuviera haciendo y subía al

cuarto de ella a leerle un cuento. Una noche, al

terminar de leerle, le preguntó:

—¿Me quieres?

—Claro, papá. Tú sabes que te quiero.

—Entonces, dame las perlas.

—Ay, papá. Las perlas, no. Pero te puedo

dar a la Princesa, la yegua blanca de mi colec-

ción de caballitos. La que tiene la cola de color

64 65

rosa. ¿Te acuerdas, papá? La que me regalaste.

Es mi favorita.

—Está bien, mi cielo. Papá te quiere. Buenas

noches. —Tras decir estas palabras, el papá se

despidió dándole un breve beso en la mejilla.

Pasó cerca de una semana. Después de

contarle un cuento, el papá de Jenny volvió a

preguntarle:

—¿Me quieres?

—Sí, papá. Tú sabes que te quiero.

—Entonces, dame las perlas.

—Ay, papá. Las perlas, no. Pero te puedo dar

mi muñeca, la nueva, la que me regalaron en mi

cumpleaños. Es preciosa, y también te daré la

frazada amarilla que hace juego con su camita.

—Está bien. Que sueñes con los angelitos.

Papá te quiere. Y, como siempre, le dio un

tierno beso en la mejilla.

Unas cuantas noches más tarde, el papá, al

llegar a casa, vio a Jenny sentada en la cama

con las piernas cruzadas, al estilo indio. Al acer-

carse, notó que le temblaba el mentón y una

lágrima silenciosa le rodaba por la mejilla.

—¿Qué te pasa, hija, qué tienes?

66

Page 24: Reflexiones james 2

Jenny no dijo nada, pero levantó su dimi-

nuta mano en dirección a su padre. Cuando la

abrió, allí estaba el pequeño collar de perlas.

Le temblaron un poco los labios mientras, por

fin, decía:

—Toma, papá. Te lo doy.

El amable papá, con los ojos llenos de lá-

grimas, alargó una mano para tomar el collar

de baratija, se metió la otra en el bolsillo y,

extrayendo un estuche de terciopelo azul que

contenía un collar de perlas auténticas, se lo

entregó a Jenny.

Lo tenía desde el principio. Sólo esperaba a

que ella le entregara el de bisutería para cam-

biárselo por uno verdadero.

¿Van siempre juntos el amor y la confianza?

67

A NIÑA DE LAS MANZANAS

Un grupo de vendedores fue a una conven-

ción de ventas. Todos les habían prometido a

sus esposas que llegarían a tiempo para cenar

el viernes por la noche. Sin embargo, la

convención terminó un poco tarde y llegaron

retrasados al aeropuerto.

Entraron todos con sus boletos y portafolios

corriendo por los pasillos de pasajeros. De

repente, y sin quererlo, uno de los vendedores

tropezó con una mesa que tenía una canasta de

manzanas. Las manzanas salieron volando por

todas partes. Sin detenerse ni voltear para

atrás, los vendedores siguieron corriendo y

apenas alcanzaron a subirse al avión. Todos,

menos uno.

Este último vendedor se detuvo, respiró

hondo y experimentó un sentimiento de com-

pasión por la dueña del puesto de manzanas.

Le dijo a sus amigos que siguieran sin él, y le

L

pidió a uno de ellos que al llegar llamara a su

esposa y le explicara que iba a llegar en el

vuelo siguiente. Luego, regresó al pasillo y

encontró todas las manzanas tiradas por el

suelo.

Su sorpresa fue enorme al darse cuenta de

que la dueña del puesto era una niña ciega. La

encontró llorando, con enormes lágrimas

corriendo por sus mejillas. Tanteaba el piso

tratando, en vano, de recoger las manzanas,

mientras la multitud pasaba, vertiginosa, sin

detenerse y sin importarle su infortunio.

El hombre se arrodilló con ella, junto a las

manzanas, las metió a la canasta y le ayudó a

montar el puesto nuevamente. Mientras lo

hacía se dio cuenta de que muchas se habían

golpeado y estaban magulladas. Las tomó y

las puso en otra canasta.

Cuando terminó, sacó su cartera y le dijo a

la niña:

—Toma, por favor, estos veinte mil pesos

por el daño que te hicimos. ¿Estás bien?

Ella, llorando, asintió con la cabeza.

Él continuó diciéndole

—Espero no haber arruinado tu día.

Adiós.

68 69

Page 25: Reflexiones james 2

Conforme el vendedor empezó a alejarse, la

niña le gritó:

—¡Señor... señor...!

Él se detuvo y volteó a mirar esos ojos ciegos.

Ella le preguntó:

—¿Es usted Jesús... ?

Él se paró en seco y dio varias vueltas antes

de dirigirse a abordar otro vuelo, con esa pre-

gunta quemándole y vibrando en su alma.

¿Cuántos de nosotros asumimos las consecuencias

de nuestros actos?

¿Compensamos a los otros cuando les hemos

hecho daño?

¿Nos ponemos en los zapatos del otro?

L DICCIONARIO DE LOS NIÑOS

Cuando supimos del libro Casa de las

Estrellas, una maravillosa selección de Javier

Naranjo con definiciones escritas por niños de

primaria, no pudimos menos que deleitarnos con

estos textos:ANCIANO: Es un hombre que se mantiene

sentado todo el día.

(Mary Luz Arbeláez, 9 años)

BLANCO: El blanco es un color que no pinta.

(Jonathan de J. Ramírez, 11 años)

CIELO: Donde sale el día.

(Duván Arnulfo Arango, 8 años)

COLOMBIA: Es un partido de fútbol.

(Diego Alejandro Giraldo, 8 años)

GUERRILLA: Es un montón de policías.

(Blanca Nidia Loaiza, 11 años)

MAESTRO: Es una persona que no se cansa

de copiar.

(María José García, 8 años)

MAFIOSO: Es una persona con mucha

plata y que no le gusta nada.

(Luis Fernando Ocampo, 10 años)

E

70 71

POLÍTICO: Es una persona que nos acaba o

ayuda, depende de su situación económica.

(Pastor Ernesto Castaño, 11 años)

SEXO: Es una persona que se besa encima

de la otra.

(Luisa Fernanda Potes, 8 años)

SOL: El que seca la ropa.

(Diego Alejandro Giraldo, 8 años)

TRANQUILIDAD: Que el papá le diga que

le va a pegar y que después le diga que ya no.

(Blanca Yuli Henao, 10 años)

UNIVERSO: Es un concurso para las

reinas.

(Walter de Jesús Arias, 10 años)

72

Page 26: Reflexiones james 2

OR UN VASO DE LECHE

Un día, un muchacho pobre, Howard Kelly,

que vendía mercancías de puerta en puerta para

pagar sus estudios universitarios, encontró que

sólo le quedaba una simple moneda de diez

centavos, y tenía hambre.

Decidió que pediría comida en la próxima

casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron

cuando una encantadora mujer joven le abrió la

puerta. En lugar de comida le pidió un vaso de

agua.

Ella pensó que el joven parecía hambriento,

así que le trajo un gran vaso de leche.

Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó:

—¿Cuánto le debo, señora?

—No me debes nada —contestó ella—. Mi

madre siempre nos ha enseñado que nunca

debemos recibir nada por una buena obra.

P

Él le preguntó su nombre y enseguida le dijo:

—Entonces, se lo agradezco de todo cora-

zón...Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no

sólo se sintió más fuerte, sino que también su fe

en los seres humanos era más sólida. En ciertos

73

momentos, él había estado a punto de rendirse y

dejarlo todo cuando veía que muy pocos lo

ayudaban.

Años después esa misma mujer enfermó

gravemente. Los doctores locales estaban con-

fundidos, por lo cual decidieron remitirla a un

importante hospital de la capital. Llamaron al

doctor Howard Kelly para consultarle. Cuando

éste oyó el nombre del pueblo de donde venía la

paciente, una extraña luz brilló en sus ojos.

Inmediatamente el doctor Kelly subió del

vestíbulo del hospital al cuarto donde estaba la

paciente. Vestido con su bata de médico entró a

verla. La reconoció enseguida. Entonces regresó

al cuarto de observación decidido a hacer

lo mejor posible para salvarle la vida. Despuésde una larga lucha, ella ganó la batalla. Estaba

recuperada.

Como le iban a dar de alta a la paciente,

porque estaba plenamente aliviada, el doctor

Kelly pidió a la oficina de administración del

hospital que le enviaran la factura total de los

gastos para aprobarla. Él la revisó y firmó la

cuenta. Además escribió algo en el borde del

importe y lo remitió al cuarto de su paciente.

Cuando la cuenta llegó al cuarto de la pa-

ciente, ella temía abrirla porque sabía que le

tomaría el resto de su vida poder pagar todos los

gastos de ese gran hospital donde la habían

atendido.

Finalmente abrió el sobre y algo llamó su

atención de inmediato; en el borde de la factura

leyó estas palabras:

“Pagado por completo hace muchos años con

un vaso de leche”.

¿No es el agradecimiento un sentimiento que

puede quedarse congelado y manifestarse

después de muchos años? ¿Has recibido

sorpresas de personas que alguna vez pasaron

por tu vida”?

Una vez más: parecería que todo en la vida se

nos devuelve, tanto lo bueno como lo malo.

74 75

Page 27: Reflexiones james 2

DUCAR ES SEMBRAR

Germán tomaba todos los días el mismo

autobús para ir a su trabajo. Una parada

después de la suya, siempre subía una anciana

y se sentaba al lado de una ventana. La anciana

abría una bolsa y durante todo el trayecto iba

tirando algo por la ventana.

Como todos los días hacía lo mismo, Ger-

mán, muy intrigado, se acercó a ella y le pre-

guntó qué era lo que tiraba por la ventana.

—Son semillas —le dijo la anciana.

—Pero las semillas caen encima del asfalto,

las aplastan los coches, se las comen los pája-

ros... ¿Cree que sus semillas germinarán al lado

del camino?

—Seguro que sí. Aunque algunas semillas

en efecto se pierdan, algunas más acabarán en

la cuneta y, con el tiempo, germinarán.

—Pero tardarán en crecer, necesitan agua...

—replicó Germán.

E—Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán

los días de lluvia!

La anciana siguió con su tarea y Germán se

fue a trabajar pensando que la anciana había

perdido un poco la cabeza.

Unos meses después, yendo para su oficina,

al mirar Germán por la ventana vio todo el

camino lleno de flores. Todo lo que veía era un

colorido y florido paisaje. Se acordó de la

anciana, pero hacía muchos días que no lo había

vuelto a ver. Preguntó al conductor: —¿Y la

anciana de las semillas?

—Pues ya hace un mes que murió —contestó

el chofer.

Germán volvió a su asiento y siguió mirando

el paisaje. “Las flores han brotado, se dijo, pero

¿de qué le sirvió a la anciana su trabajo? No ha

podido ver su obra”.

De repente, oyó la risa de un pequeño. Era

una niña que señalaba entusiasmada las flores.

—¡Mira, papi, cuántas flores bellas!

Dicen que Germán, desde aquel día, hace el

viaje desde su casa al trabajo con una bolsa de

semillas.

76 77

¿No es sembrar flores lo que hacen los

educadores? Ellos, los maestros, los pro-

fesionales de la enseñanza, no pueden ver cómo

crecen las semillas plantadas, las esperanzas

diseminadas en el corazón de los adolescentes

que llenan sus clases. Pero algo hicieron para

ello.

Y como los padres son, o deberían ser, los

grandes educadores, también ellos pensarán

en el potente significado de esta historia.

Porque educar es sembrar caminos.

78

Page 28: Reflexiones james 2

L PEQUEÑO BOMBERO

Cuentan que en la ciudad de Phoenix,

Arizona, una joven madre de 26 años se quedó

silenciosa mirando el rostro de su pequeño hijo

que padecía una leucemia terminal. Como

cualquier madre, deseaba que su hijo creciera y

realizara todos sus sueños, pero ahora ello no era

posible pues la enfermedad se llevaría pronto a

su pequeño.

No obstante, como ella deseaba a toda costa

que los sueños de su hijo se realizaran, tomó la

mano del pequeño y le preguntó:

—George, ¿alguna vez pensaste en lo que

querías ser cuando crecieras? ¿Soñaste alguna

vez y pensaste en lo que harías con tu vida?

—Mami, siempre quise ser bombero cuando

creciera.

La madre sonrió y dijo: —Veamos si podemos

hacer realidad tu sueño.

Ella se dirigió entonces a la estación de bom-

beros. Allí conoció a un bombero de nombre

E

79

Bob, un hombre de corazón tan grande como

Phoenix. Ella le explicó el último deseo de su

hijo y le preguntó si era posible darle a su hijo de

seis años un paseo alrededor de la cuadra del

hospital en un camión de bomberos.

Bob le contestó:

—Mire, podemos hacer algo mejor que eso.

Tenga a su hijo listo el miércoles a las siete en

punto de la mañana y lo haremos “Bombero

Honorario” durante todo el día. Él puede venir

con nosotros a la estación, comer con todos y

salir cuando recibamos llamadas de incendio o

de ayuda. Si usted nos da sus medidas, le conse-

guiremos un verdadero uniforme de bombero,

con un sombrero y un casco verdadero que lleve

el emblema de la estación de Phoenix, no uno de

juguete, sino el amarillo que nosotros

utilizamos, además de sus botas de hule. Todo

eso es hecho aquí, así que lo podremos

conseguir todo para el miércoles.

Tres días más tarde el bombero Bob recogió a

George, le puso el uniforme oficial y lo condujo

desde la cama del hospital hasta el camión de

bomberos.

El chico tuvo que sentarse en la parte de

atrás del camión y le permitieron ayudar a

conducirlo de regreso a la estación. El chico se

sentía como en el cielo.

Hubo tres llamadas a la estación y George

atendió con los bomberos las tres en camiones

diferentes: en el camión tradicional, en el mi-

crobús paramédico y también en el carro del jefe

de bomberos. También le tomaron videos para

las noticias locales de televisión.

Habiendo hecho realidad su sueño y con todo

el amor y la atención que le fueron dados,

George fue tocado tan profundamente en su

corazón, que logró vivir tres meses más de lo

que cualquier médico hubiera pronosticado.

Una noche, todas las señales vitales comen-

zaron a decaer dramáticamente y el jefe de

enfermería, que creía en el principio de que

nadie debe morir solo, comenzó a llamar a los

miembros de la familia para que vinieran al

hospital. Luego, recordó el día que George había

sido un bombero, así que llamó al jefe de la

estación y le preguntó si era posible que le

enviara a un bombero uniformado al hospital

para que estuviera con el niño en sus últimos

momentos.

El jefe dijo:

80 81

Page 29: Reflexiones james 2

—Haremos algo mejor, estaremos allí en

cinco minutos. ¿Me puede hacer un favor?

Cuando oigan las sirenas y las luces centellean-

do, podría avisar por los altoparlantes que no hay

ningún incendio, sino que el departamento de

bomberos va a visitar a uno de sus mas des-

tacados miembros y, por favor, ¿podría abrir la

ventana de su cuarto?

Cinco minutos después, un gancho y la

escalera del carro de bomberos llegaron al

hospital, se extendieron hasta el tercer piso

donde estaba la ventana abierta del cuarto de

George y seis bomberos subieron por ella y

entraron al cuarto.

Con el permiso de su mamá cada uno de ellos

lo abrazó y lo arrulló diciéndole cuánto lo

amaba.

Con aliento agonizante el chico miró al jefe de

los bomberos y le dijo:

—Jefe, ¿soy verdaderamente un bombero

ahora?

El jefe le respondió;

—¡Sí, señor!, claro que lo eres.

Con esas palabras George cerró sus ojos por

última vez.

¿Será que siempre podremos realizar

nuestros sueños?

¿Podemos ser parte de los sueños de nuestros

niños?

¿No será que son los sueños los que nos

sostienen en la vida?

82 83

L ANILLO ESPECIAL

Un alumno de una aldea rural llegó donde su

maestro con un problema.

—Estoy aquí, maestro, porque me siento tan

poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada.

Dicen que no sirvo para nada, que no hago nada

bien, que soy tonto e idiota. ¿Cómo puedo

mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren

más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

—Lo siento mucho, joven, pero ahora no

puedo ayudarte. Primero debo resolver mi

propio problema, tal vez después...

Y haciendo una pausa continuó:

—Si tú me ayudas, y puedo resolver mi pro-

blema rápidamente, quizás pueda ayudarte a

resolver el tuyo.

—Claro, maestro —murmuró el joven. Pero

de nuevo se sintió disminuido.

El maestro se sacó el anillo que llevaba en el

dedo meñique, se lo dio y le dijo:

—Quiero que vayas al mercado. Debes

vender allí este anillo porque tengo que pagar

una deuda. Es necesario que obtengas de él lo

E

84

Page 30: Reflexiones james 2

máximo posible, pero no aceptes menos de una

moneda de oro. Vete y vuelve con esa moneda lo

más rápido posible.

El joven cogió el anillo y partió. Cuando llegó

al mercado empezó a ofrecer el anillo a los

mercaderes. Ellos miraban con algún interés,

atendiendo al joven cuando exhibía el anillo. Al

saber que pedía una moneda de oro, algunos

reían, y otros se apartaban sin mirarle.

Solamente un viejecito fue amable y le explicó

que una moneda de oro era mucho valor para

comprar ese anillo.

Intentando ayudar al joven, llegaron a

ofrecerle una moneda de plata o una vasija de

cobre, pero el joven seguía las instrucciones de

no aceptar menos de una moneda de oro, y por lo

tanto rechazaba las ofertas.

Después de ofrecer la joya a todos los

que pasaban por el mercado, y abatido por

su fracaso, montó el caballo y regresó. El joven

anhelaba tener una moneda de oro para com-

prarle el anillo al maestro, liberándolo de su

deuda y así poder recibir su ayuda y sus sabios

consejos.

Entró en la casa y le dijo: —Maestro, lo siento

mucho, pero es imposible conseguir lo que me

pidió. Tal vez pueda conseguir dos o tres

85

anillo. Vuelve a coger el caballo y te vas

directamente a ver un joyero. ¿Quién mejor para

saber su valor exacto? Pero no importa cuánto te

ofrezca, no lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven fue a ver al joyero y le enseñó el

anillo para que lo examinara. El joyero lo miró

con su lupa, lo pesó en la balanza y le dijo:

—Dile a tu maestro que, si lo quiere vender

ahora, no puedo darle más de diez monedas de

oro.

—¡Diez monedas de oro! —exclamó el

joven.

—Sí —contestó el joyero—, y creo que con

el tiempo podría ofrecerle hasta catorce o

quince. Pero si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a casa del maes-

tro para contarle lo ocurrido.

—Siéntate —dijo el maestro, y después de

escuchar todas las aflicciones del joven, aña-

dió:— Tú eres como ese anillo: una joya valiosa

y única. Pero solamente puede ser valorada por

un especialista. ¿Pensabas que cualquiera en el

mercado podía descubrir tu verdadero valor sin

conocerte?

Y diciendo esto se volvió a colocar el anillo

en su dedo.

—Todos somos como esta joya, hijo. Somos

valiosos y únicos, pero andamos por todos los

mercados de la vida pretendiendo que algunas

personas inexpertas descubran nuestro genuino

valor.

La valoración de las competencias de las

personas no está al alcance de cualquiera. ¿Por

qué nos sentimos mal cuando no nos aprecian

como somos?

¿Qué pasa en este caso con nuestra autoesti-

ma?

¿Si somos únicos, acaso nos podemos comparar

con alguien en el mundo?

___

monedas de plata, pero no creo que se pueda

engañar a nadie sobre el valor del anillo.

—Es muy importante lo que me dices, joven

—le contestó sonriente el maestro—. Lo

primero que debemos saber es el valor real del

86 87

Page 31: Reflexiones james 2

OS CIEN DÍAS DEL PLEBEYO*

Una bella princesa estaba buscando

consorte. Nobles y ricos pretendientes llegaban

de todas partes con maravillosos regalos: joyas,

tierras, ejércitos, tronos... Entre los candidatos

se encontraba un joven plebeyo que no tenía

más riquezas que el amor y la perseverancia.

Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:

—Princesa, te he amado toda la vida. Como

soy un hombre pobre y no tengo tesoros para

darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de

amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana,

sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas

que las que llevo puestas. Esa será mi dote.

La princesa, conmovida por semejante gesto

de amor, decidió aceptar:

L

—Tendrás tu oportunidad: si pasas esa prue-

ba, me desposarás.

Así pasaron las horas y los días. El preten-

diente permaneció afuera del palacio, soportan-

do el sol, los vientos, la nieve y las noches he-

ladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón

de su amada, el valiente súbdito siguió firme en

su empeño sin desfallecer un momento.

De vez en cuando la cortina de la ventana

real dejaba traslucir la esbelta figura de la prin-

cesa, que con un noble gesto y una sonrisa

aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravi-

llas, se hicieron apuestas y algunos optimistas

comenzaron a planear los festejos.

Al llegar el día noventa y nueve, los pobla-

dores de la zona salieron a animar al próximo

monarca. Todo era alegría y jolgorio, pero

cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo,

ante la mirada atónita de los asistentes y la

perplejidad de la princesa, el joven se levantó y,

sin dar explicación alguna, se alejó lentamente

del lugar donde había permanecido cien días.

Unas semanas después, mientras deambula-

ba por un solitario camino, un niño de la co-

marca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:

__—¿Qué te ocurrió? Estabas a un paso de lograr

la meta, ¿por qué perdiste esa oportunidad?

¿Por qué te retiraste?

Con profunda consternación y lágrimas mal

disimuladas, el plebeyo contestó en voz baja:

—La princesa no me ahorró ni un día de

sufrimiento, ni siquiera una hora. No merecía

mi amor.

88 89

Cuando estamos dispuestos a dar lo mejor de

nosotros mismos como prueba de afecto o

lealtad, incluso a riesgo de perder nuestra

dignidad, merecemos al menos una palabra de

comprensión o estímulo. Las personas tienen

que hacerse merecedoras del amor que se les

ofrece.

90

Page 32: Reflexiones james 2

L ÁRBOL DE MANZANAS*

Este era un enorme árbol de manzanas al

cual un niño amaba mucho. Todos los días

jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope,

comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su

sombra. El árbol también lo quería mucho.

Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a

jugar alrededor del árbol. Un día regresó y

escuchó que este le decía con cierta tristeza:

—¿Vienes a jugar conmigo?

Pero el muchacho contestó:

—Ya no soy el niño de antes que juega alre-

dedor de los árboles. Ahora quiero tener ju-

guetes, y necesito dinero para comprarlos.

—Lo siento —dijo el árbol—. No tengo di-

nero, pero te sugiero que tomes todas mis

manzanas y las vendas; así podrás comprar tus

juguetes.

E

91

El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el

dinero y se sintió feliz. También el árbol fue

feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo

después, cuando regresó, el árbol le preguntó:

—¿Vienes a jugar conmigo?

—No tengo tiempo para jugar; debo trabajar

para mi familia y necesito una casa para mi

esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?

—Lo siento —repuso el árbol—. No tengo

una casa, pero puedes cortar mis ramas y cons-

truir tu casa.

El hombre cortó todas las ramas del árbol,

que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un

cálido verano, regresó. El árbol estaba en-

cantado.

—¿Vienes a jugar conmigo? —le preguntó.

—Me siento triste, estoy volviéndome viejo.

Quiero un bote para navegar y descansar,

¿puedes dármelo?

El árbol contestó:

—Usa mi tronco para construir uno; así

podrás navegar y serás feliz.

El hombre cortó el tronco, construyó su bo-

te y se fue a navegar por un largo tiempo. Re-

gresó después de muchos años y el árbol le

dijo:

—Lo siento mucho, pero ya no tengo nada

que darte, ni siquiera manzanas.

El hombre replicó:

—No tengo dientes para morder ni fuerzas

para escalar, ya estoy viejo.

Entonces el árbol, llorando, le dijo:

—Realmente no puedo darte nada. Lo único

que me queda son mis raíces muertas.

Y el hombre contestó:

—No necesito mucho ahora, sólo un lugar

para reposar. Estoy cansado después de tantos

años...

—Bueno —dijo el árbol—, las viejas raíces

de un árbol son el mejor lugar para recostarse y

descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa.

El hombre se sentó junto al árbol y este,

alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.

Esta es la historia de cada uno de

nosotros: el árbol son nuestros padres. De

niños, los amamos y jugamos con ellos.

Cuando crecemos los dejamos solos;

regresamos a ellos cuando los necesitamos,

92 93

Page 33: Reflexiones james 2

o cuando estamos en problemas. No importa

lo que sea, siempre están allí pura darnos

todo lo que puedan y hacernos felices. Usted

puede pensar que el muchacho es cruel con el

árbol, pero ¿no es así como tratamos a veces a

nuestros padres7.

A PREGUNTA MÁS IMPORTANTE*

En cierta ocasión, durante mi segundo semes-

tre en la escuela de enfermería, el profesor nos

hizo un examen sorpresa. Leí rápidamente todas

las preguntas, hasta llegar a la última: “¿Cómo se

llama la mujer que limpia la escuela?”

Seguramente era una broma. Yo había visto

muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela.

Era alta, de cabello oscuro, unos 50 años, pero,

¿cómo iba a saber su nombre? Entregué el examen

sin contestar la última pregunta.

Antes de que terminara la clase, alguien le

preguntó al profesor si esa pregunta contaría

para la calificación. “Definitivamente —con-

testó. En sus carreras ustedes conocerán a

muchas personas. Todas son importantes. Ellas

L

94 95

merecen su atención y cuidado, aun si ustedes

sólo les sonríen y dicen: ¡Hola!”

Nunca olvidé esa lección, y supe luego que

su nombre era Dorothy. Todos somos impor-

tantes.

Este es un curso acelerado de relaciones

humanas en el trabajo. A propósito, ¿ya se hizo

la misma pregunta ?

96

Page 34: Reflexiones james 2

A RANITA SORDA*

Un grupo de ranas viajaba por el bosque,

cuando de repente dos de ellas cayeron en un

pozo profundo. Las demás se reunieron

alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo

que era, le dijeron a las caídas que, para efectos

prácticos, debían darse por muertas. Sin

embargo, ellas seguían tratando de salir del

hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían

que esos esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas atendió a lo que

las demás decían, se dio por vencida y murió.

La otra continuó saltando con tanto esfuerzo

como le era posible. La multitud le gritaba que

era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez

con más fuerza, hasta que finalmente salió del

hoyo. Las otras le preguntaron: “¿No

escuchabas lo que te decíamos?” La ranita les

L

97

explicó que era sorda, y creía que las demás

la estaban animando desde el borde a

esforzarse más y más para salir del hueco.

La palabra tiene poder de vida y de muerte.

Una voz de aliento a alguien que se siente

desanimado puede ayudarle a terminar el día,

mientras que una palabra negativa puede

acabar por destruirlo. Cualquiera puede decir

palabras que roben a los demás el espíritu que

les permite seguir la lucha en medio de

tiempos difíciles. Tengamos cuidado con lo que

decimos, pero sobre todo con lo que

escuchamos.

ORTUNAS DEL CAMPO*

Cierta vez un acaudalado padre de familia lle-

vó a su hijo a un viaje por el campo con el

firme propósito de que este viera cuán pobres

eran ciertas personas y comprendiera el valor

de las cosas y. lo afortunados que eran ellos.

Estuvieron un día y una noche en la granja de

una familia campesina muy humilde. Al con-

cluir el viaje, ya de regreso en casa, le pregun-

tó a su hijo:

— ¿Qué te pareció el viaje?

— ¡Muy bonito, papá!

— ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede

ser la gente?

—Sí.

— ¿Y qué aprendiste?

F

98 99

Page 35: Reflexiones james 2

—Vi que nosotros tenemos un perro en

casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos

una piscina de veinticinco metros, ellos un

riachuelo sin fin. Nosotros tenemos

lámparas importadas en el patio, ellos

tienen las estrellas. Nuestro patio llega

hasta el muro de la casa, el de ellos hasta el

horizonte. Especialmente, papá, vi que

ellos tienen tiempo para conversar y

convivir en familia. Tú y mi mamá deben

trabajar todo el tiempo y casi nunca los

veo.

El padre se quedó mudo y el niño

agregó:

—Gracias, papá, por enseñarme lo ricos

que podríamos llegar a ser.

UXILIO EN LA LLUVIA*

Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer

afroamericana de edad avanzada estaba

parada en el borde de una autopista de

Alabama bajo una fuerte tormenta. Su

automóvil se había descompuesto y

necesitaba desesperadamente que alguien la

llevara. Empapada, decidió hacerle señas al

próximo carro que pasara. A pesar de ser

una época de agudos conflictos raciales, un

joven blanco se detuvo a ayudarla, la llevó a

un lugar seguro y la puso en un taxi. La

señora, que parecía bastante apurada, anotó

la dirección del joven, le agradeció y se fue.

Siete días después, tocaron a la puerta de

la casa del joven. Para su sorpresa, era un

paquete a su nombre: un televisor de

pantalla gigante con una nota que decía:

A

100 101

“Muchísimas gracias por ayudarme en la

autopista la otra noche. La lluvia anegó no

sólo mi ropa sino mi espíritu. Entonces

apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al

lado de la cama de mi marido agonizante,

justo antes de que muriera. Dios lo bendiga

por ayudarme y por servir a otros des-

interesadamente.

“Sinceramente, la señora de Nat King Cole”

102

Page 36: Reflexiones james 2

ECUERDA A QUIENES SIRVES*

En los días en que un helado costaba mucho

menos, un niño de 10 años entró en un esta-

blecimiento y se sentó en una mesa. La mesera

puso un vaso de agua enfrente de él.

— ¿Cuánto cuesta un helado con chocolate y

maní? —preguntó el niño.

—Cincuenta centavos —respondió la mujer.

El niño sacó la mano del bolsillo y examinó

las monedas.

— ¿Cuánto cuesta un helado solo? —volvió

a preguntar. Algunas personas esperaban mesa

y la camarera ya estaba un poco impaciente.

—Veinticinco centavos —dijo bruscamente.

El niño volvió a contar las monedas.

—Quiero el helado solo —dijo.

R

103

La mesera le trajo el helado, puso la cuenta

en la mesa y se retiró. El niño terminó el hela-

do, pagó en la caja y salió. Cuando la mesera

volvió a limpiar la mesa, le costó tragar saliva

al ver que allí, ordenadamente junto al plato

vacío, había veinticinco centavos: su propina.

Jamás juzgues a alguien antes de saber por qué.

OS OBSTÁCULOS EN NUESTRO

CAMINO*

Un rey puso una gran roca en medio del

camino, obstaculizando el paso. Luego se

escondió para ver si alguien la retiraba.

Los comerciantes más adinerados del reino

y algunos cortesanos que pasaron simplemen-

te rodearon la roca. Muchos culparon al rey de

no mantener los caminos despejados, pero

ninguno hizo algo para retirar el obstáculo.

Entonces llegó un campesino que llevaba

una carga de verduras. La dejó en el piso y

trató de mover la roca a un lado del camino.

Después de empujar y fatigarse mucho, lo lo-

gró. Mientras recogía su carga, encontró una

cartera en el piso, justo donde había estado la

roca. Contenía muchas monedas de oro y una

L

104 105

Page 37: Reflexiones james 2

nota del rey, indicando que esa era la recom-

pensa para quien despejara el camino.

El campesino aprendió lo que los otros nun-

ca entendieron.

Cada obstáculo presenta una oportunidad

para mejorar la propia condición. ¡Si alguna

vez cae, levántese y siga adelante!

AR Y PERDER LA VIDA*

Hace muchos años, cuando trabajaba como

voluntario en un hospital de Stanford, conocí

a una niñita llamada Liz, que sufría de una

extraña enfermedad. Su única oportunidad de

recuperarse era una transfusión de sangre de

su hermano de 5 años, quien había sobrevivi-

do a la misma enfermedad y había desarrolla-

do los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor explicó la situación al hermano

de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a

darle su sangre. Yo lo vi dudar por un mo-

mento antes de tomar un gran suspiro y decir:

“Sí, lo haré si eso salva a Liz”.

Mientras la transfusión se hacía, él estaba

acostado en una cama al lado de la de su her-

D

106 107

mana, muy sonriente, mientras nosotros los

asistíamos y veíamos regresar el color a las me-

jillas de la niña. De pronto el pequeño se puso

pálido y su sonrisa desapareció. Miró al doctor

y le preguntó con voz temblorosa: “¿A qué hora

empezaré a morir?”

No había comprendido al doctor: pensaba

que tendría que darle toda su sangre a su her-

mana. Y aun así había aceptado.

Da todo por quienes amas. Ama como nunca

lo has hecho. No desprecies la amistad de tus

amigos. Vive cada día con fe, amor y paz.

108

Page 38: Reflexiones james 2

L COLECCIONISTA DE INSULTOS

En los días que corren es conveniente

cederle un espacio a esta alegoría

budista que transcribe Paulo Coelho

y que hará pensar a muchos.

Cerca de Tokio vivía un gran samuray, ya an-

ciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen

a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la

leyenda de que era capaz de vencer a cualquier

adversario. Cierto día un guerrero conocido por

su total falta de escrúpulos pasó por la casa del

viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la

provocación: esperaba que el adversario hiciera

su primer movimiento y, gracias a su in-

teligencia privilegiada para captar los errores,

contraatacaba con velocidad fulminante. El

joven e impaciente guerrero jamás había per-

dido una batalla. Conociendo la reputación del

E

109

viejo samuray, estaba allí para derrotarlo y au-

mentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban

presentes se manifestaron contra la idea, pero el

anciano aceptó el desafío. Entonces fueron

todos a la plaza de la ciudad, donde el joven

empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas pie-

dras en su dirección, lo escupió en la cara y le

gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo

incluso a sus ancestros. Durante varias horas

hizo todo lo posible para sacarlo de casillas,

pero el viejo permaneció impasible. Al final de la

tarde, ya exhausto y humillado, el joven

guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionados por el hecho de que su maes-

tro aceptara tantos insultos y provocaciones, los

alumnos le preguntaron:

—¿Cómo ha podido soportar tanta indig-

nidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo

que podría perder la lucha, en vez de mostrarse

como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo samuray repuso:

—Si alguien se acerca a ti con un regalo y no

lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?

—Por supuesto, a quien intentó entregarlo

—respondió uno de los discípulos.

—Pues lo mismo vale para la envidia, la

rabia y los insultos —añadió el maestro—.

Cuando no son aceptados, continúan

perteneciendo a quien los cargaba consigo.

Nadie nos agrede o nos hace sentir mal:

somos los que decidimos cómo sentirnos. No

culpemos a nadie por nuestros sentimientos:

somos los únicos responsables de ellos. Eso es

lo que se llama asertividad.

110 111

Page 39: Reflexiones james 2

AS TRES REJAS*

El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a

casa de este y le dijo:

—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando

de usted con malevolencia.

—¡Espera! —lo interrumpió el filósofo—.

¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a

contarme?

—¿Las tres rejas?

—Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Es-

tás seguro de que lo que quieres decirme es

absolutamente cierto?

—No; lo oí comentar a unos vecinos.

—Entonces al menos lo habrás hecho pasar

por la segunda reja, que es la bondad. Esto que

deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

—No, en realidad no. Al contrario...

— ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es

necesario hacerme saber eso que tanto te in-

quieta?

—A decir verdad, no.

—Entonces —dijo el sabio sonriendo—, si

no es verdadero, ni bueno, ni necesario, se-

pultémoslo en el olvido.

Cuántos malos ratos podríamos evitar si some-

tiéramos a esas tres rejas todo lo que decimos...

L

112 113

A CASA IMPERFECTA*

Un maestro de construcción ya entrado en

años estaba listo para retirarse a disfrutar su

pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca

de sus planes de dejar el trabajo para llevar una

vida más placentera con su esposa y su familia.

Iba a extrañar su salario mensual, pero

necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de al-

guna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable

que su buen empleado dejara la compañía y le

pidió, como favor personal, que hiciera el últi-

mo esfuerzo: construir una casa más. El hombre

accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las

claras que no estaba poniendo el corazón en lo

que hacía. Utilizaba materiales de inferior

calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus

L

114

ayudantes, era deficiente. Era una infortunada

manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe

fue a inspeccionar la casa y le extendió las lla-

ves de la puerta principal. “Esta es tu casa, que-

rido amigo —dijo—. Es un regalo para ti”.

Page 40: Reflexiones james 2

Si el albañil hubiera sabido que estaba cons-

truyendo su propia casa, seguramente la hubiera

hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que

vivir en la casa imperfecta que había

construido!

Construimos nuestras vidas de manera

distraída, reaccionando cuando deberíamos

actuar, y sin poner en esa actuación lo mejor de

nosotros. Muchas veces, ni siquiera hacemos

nuestro mejor esfuerzo en el trabajo. Entonces

de repente vemos la situación que hemos creado y

descubrimos que estamos viviendo en la casa

que hemos construido. Si lo hubiéramos sabido

antes, la habríamos hecho diferente.

La conclusión es que debemos pensar como si

estuviésemos construyendo nuestra casa. Cada

día clavamos un clavo, levantamos una pared o

edificamos un techo. Construir con sabiduría es

115

la única regla que podemos reforzar en nuestra

existencia. Inclusive si la vivimos sólo por un día,

ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.

La vida es como un proyecto de hágalo-usted-

mismo. Su vida, ahora, es el resultado de sus ac-

titudes y elecciones del pasado. ¡Su vida de ma-

ñana será el resultado de sus actitudes y elecciones

de hoy!

L VIOLÍN DE PAGANINI*

Hubo un gran violinista llamado Paganini. Al-

gunos decían que era una persona extraña.

Otros, que había en él algo sobrenatural. Las

notas mágicas que salían de su violín tenían un

sonido diferente, y por eso nadie quería perder

la oportunidad de verlo tocar.

Una noche, el escenario estaba repleto de

admiradores preparados para recibirlo. La or-

questa entró y fue aplaudida. El director entró y

recibió una gran ovación. Pero cuando la figura

de Paganini surgió, triunfante, el público deliró.

El violinista se puso el instrumento en el

hombro, y lo que siguió fue indescriptible:

blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y

semicorcheas parecían tener alas y volar al to-

que de aquellos dedos encantados.

E

116 117

Page 41: Reflexiones james 2

De repente, un sonido extraño interrumpió

el ensueño de la platea: una de las cuerdas del

violín de Paganini se había roto. El director

paró. La orquesta se calló. El público estaba en

suspenso. Pero Paganini no se detuvo.

Mirando su partitura, continuó extrayendo so-

nidos deliciosos de su violín atrofiado. El di-

rector y la orquesta, admirados, volvieron a

tocar.

Cuando el público se tranquilizó, de repente

otro sonido perturbador atrajo su atención.

Otra cuerda del violín se rompió. El director y

la orquesta pararon de nuevo, mas Paganini

continuó como si nada hubiera ocurrido. Im-

presionados, los músicos volvieron a tocar.

Pero el público no podía imaginar lo que

iba a ocurrir a continuación. Todos los asis-

tentes, asombrados, gritaron un “¡oohhh!” que

retumbó por la sala: otra cuerda del violín se

había roto. El director y la orquesta se detu-

vieron. La respiración del público cesó. Pero

Paganini seguía: como un contorsionista mu-

sical, arrancaba todos los sonidos posibles de

la única cuerda que le quedaba al destruido

violín. El director, embelesado, se animó, y la

orquesta volvió a tocar con mayor entusiasmo.

El público iba del silencio a la euforia, de la

inercia al delirio.

Paganini alcanzó la gloria, y su nombre co-

rrió a través del tiempo. No fue apenas un vio-

linista genial, sino el símbolo del profesional

que continúa adelante aun ante lo imposible.

Cuando todo parece derrumbarse, démonos

una oportunidad y sigamos adelante;

despertemos al Paganini que existe en nuestro

interior. La celebridad es el arte de continuar

donde otros resuelven parar.

118 119

L PERRITO COJO*

El dueño de una tienda estaba poniendo en la

puerta un cartel que decía: “Cachorros en ven-

ta”. Como esa clase de anuncios siempre atrae a

los niños, de pronto apareció un pequeño y le

preguntó:

—¿Cuál es el precio de los perritos?

El dueño contestó:

—Entre treinta y cincuenta dólares.

El niñito se metió la mano al bolsillo y sacó

unas monedas.

—Sólo tengo $2,37. ¿Puedo verlos?

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda

salió una perra seguida por cinco perritos, uno

de los cuales se quedaba atrás. El niñito inme-

diatamente señaló al cachorrito rezagado.

—¿Qué le pasa a ese perrito? —preguntó.

E

120

Page 42: Reflexiones james 2

El hombre le explicó que el animalito tenía la

cadera defectuosa y cojearía por el resto de su

vida. El niño se emocionó mucho y exclamó:

— ¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!

Y el hombre replicó:

—No, tú no vas a comprar ese cachorro. Si

realmente lo quieres, yo te lo regalo.

El niñito se disgustó y, mirando al hombre a

los ojos, le dijo:

—No, no quiero que usted me lo regale. Creo

que vale tanto como los otros perritos, y le

pagaré el precio completo. De hecho, le voy a

dar mis $2,37 ahora y cincuenta centavos cada

mes, hasta que lo haya pagado todo.

El hombre contestó:

—Hijo, en verdad no querrás comprar ese

perrito. Nunca será capaz de correr, saltar y

jugar como los otros.

El niñito se agachó y levantó su pantalón

para mostrar su pierna izquierda, retorcida e

inutilizada, soportada por un gran aparato de

metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:

—Bueno, yo no puedo correr muy bien tam-

poco, y el perrito necesitará a alguien que lo

entienda.

121

El hombre se mordió el labio y, con los

ojos llenos de lágrimas, dijo:

—Hijo, espero que cada uno de estos

cachorritos tenga un dueño como tú.

En la vida no importa quiénes somos, sino que

alguien nos aprecie por lo que somos, nos acepte y

nos ame incondicionalmente.

L ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS*

El carpintero que había contratado para que

me ayudara a reparar una vieja granja acababa

de finalizar su primer día de trabajo. Su corta-

dora eléctrica se había dañado, haciéndole per-

der una hora de trabajo, y su viejo camión se

negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en

silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer

a su familia. Mientras nos dirigíamos a la

puerta, se detuvo brevemente frente a un

pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas

con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sor-

prendente transformación. Su bronceada cara

estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pe-

queños hijos y le dio un beso entusiasta a su

esposa.

E

122 123

Page 43: Reflexiones james 2

De regreso me acompañó hasta el carro.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curio-

sidad y le pregunté acerca de lo que lo había

visto hacer un rato antes.

“Este es mi árbol de problemas —contestó—

. Sé que no puedo evitar tener problemas en el

trabajo, pero una cosa es segura: los problemas

no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis

hijos. Así que simplemente los cuelgo en el

árbol cada noche cuando llego a casa, y en la

mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo

sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos,

no hay tantos como los que recuerdo haber

colgado la noche anterior”.

MPUJA LA VAQUITA

Un sabio maestro paseaba por el bosque

con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un

sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una

breve visita. Durante la caminata le comentó al

aprendiz sobre la importancia de conocer

lugares y personas, y sobre las oportunidades

de aprendizaje que nos brindan estas

experiencias.

La casa era de madera y sus habitantes, una

pareja y sus tres hijos, vestían ropas sucias y

rasgadas, y estaban descalzos. El maestro se

aproximó al señor, aparentemente el padre de

familia, y le dijo:

—En este lugar no existen posibilidades de

trabajo ni puntos de comercio, ¿cómo hacen

usted y su familia para sobrevivir?

El hombre respondió calmadamente:

—Amigo mío, nosotros tenemos una vaqui-

ta que nos da varios litros de leche todos los

días. Parte de la leche la vendemos o la cam-

biamos por otros alimentos en la ciudad veci-

E

na, y con la restante elaboramos queso, cuajada y

otros productos para nuestro consumo. Así es

como vamos sobreviviendo.

124 125

El sabio agradeció la información y contempló

el lugar por un momento, antes de despedirse y

partir. A mitad de camino le ordenó a su fiel

discípulo:

—¡Busca la vaquita, llévala al precipicio y

empújala!

El joven lo miró espantado y le replicó que

ese animal era el medio de subsistencia de la

familia. Como percibió el silencio absoluto del

maestro, cumplió la orden: empujó a la vaquita al

barranco, y la vio morir. Aquella escena quedó

grabada en su memoria.

Un día, el discípulo resolvió abandonar todo lo

que había aprendido y regresar a aquel lu-

gar para contarle la verdad a la familia y pedir-

le perdón. Así lo hizo, y a medida que se aproxi-

maba veía todo muy bonito, diferente de como lo

recordaba. Se sintió triste, imaginando que

aquella humilde familia había debido vender su

terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y, al

llegar, fue recibido por un señor muy simpáti-

co, al cual preguntó por las personas que vi-

vían en ese lugar cuatro años atrás. El hombre

le respondió que allí seguían.

Sobrecogido, el joven entró corriendo a la

casa y confirmó que era la misma familia que

había visitado algunos años antes con el maes-

126

Page 44: Reflexiones james 2

tro. Elogió el lugar y le preguntó al señor, el

dueño de la vaquita:

— ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y

cambiar de vida?

Emocionado, el hombre le respondió:

—Nosotros teníamos una vaquita que cayó

por el precipicio y murió. De ahí en adelante

nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas

y desarrollar otras habilidades que no sabía-

mos que teníamos; así alcanzamos el éxito que

sus ojos ven ahora.

Esta es la realidad de lo que se ha llamado zona

de confort. Estamos tan conformes con el estado

de cosas que nos rodea que no desarrollamos otras

posibilidades. Sólo necesitamos un evento sorpre-

sivo para darnos cuenta de que la seguridad pue-

de ser nuestra peor consejera y de que nos impide

ver el horizonte.

127

L ECO

Un padre y su hijo estaban caminando en las

montañas. De repente, el hijo se cayó, lasti-

mándose, y gritó:

— ¡Aaaaaayyyy!

Para su sorpresa, oyó una voz que repetía, en

algún lugar de la montaña:

— ¡Aaaaaayyyy!

Con curiosidad, el niño gritó:

— ¿Quién está ahí?

Y recibió esta respuesta:

— ¿Quién está ahí?

Enojado, gritó:

— ¡Cobarde!

Y escuchó:

— ¡Cobarde!

El niño miró al padre y le preguntó: — ¿Qué

sucede, papá? El hombre, sonriendo, le dijo: —Hijo

mío, presta atención —y gritó hacia la montaña—:

¡Te admiro!

E

Y la voz le respondió:

— ¡Te admiro!

De nuevo, el hombre gritó:

— ¡Eres un campeón!

Y la voz le respondió:

— ¡Eres un campeón!

El niño estaba asombrado, pero no entendía

nada. Entonces el padre le explicó:

— La gente lo llama eco, pero en realidad es la

vida. Te devuelve todo lo que dices o haces.

Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras

acciones. Si desea más amor en el mundo, cree más

amor a su alrededor. Si anhela felicidad, dé

felicidad a quienes lo rodean. Si quiere una sonrisa

en el alma, dé una sonrisa al alma de las personas

que conoce. Esto se aplica a todos los aspectos de

la vida. Ella nos da de regreso exactamente lo que

le hemos dado. Nuestra vida no es una

coincidencia, sino un reflejo de nosotros mismos.

128 129

Page 45: Reflexiones james 2

A CARRETA VACÍA

Cierta mañana, mi padre me invitó a dar

un paseo por el bosque y yo acepté con placer.

Se detuvo en una curva y después de un

pequeño silencio me preguntó:

—Además del cantar de los pájaros, ¿escu-

chas algo?

Agucé mis oídos y algunos segundos des-

pués le respondí:

—Estoy escuchando el ruido de una carreta.

—Eso es —dijo mi padre—. Es una carreta

vacía.

— ¿Cómo sabes que está vacía, si aún no la

vemos? —le pregunté.

Y él respondió:

—Es muy fácil saber que una carreta está

vacía, por causa del ruido. Cuanto menos car-

gada está una carreta, mayor es el ruido que

hace.

Me convertí en adulto y aún hoy, cuando veo

a una persona hablando demasiado, a una

L persona inoportuna, que interrumpe la

conversación de todo el mundo, tengo la

impresión de oír la voz de mí padre diciendo:

Cuanto menos cargada está una carreta,

mayor es el ruido que hace.

130 131

LA FELICIDAD ESCONDIDA

Un poco antes de que la humanidad

existiera, se reunieron varios duendes para

hacer una travesura. Uno de ellos dijo:

—Debemos quitarles algo a los seres huma-

nos, pero, ¿qué?

Después de mucho pensar, uno dijo:

— ¡Ya sé! Vamos a quitarles la felicidad. El

problema es dónde esconderla para que no

puedan encontrarla.

Propuso el primero:

—Vamos a esconderla en la cima del monte

más alto del mundo.

—No, recuerda que tienen fuerza; alguno

podría subir y encontrarla, y si la encuentra

uno, ya todos sabrán dónde está —replicó otro.

Se escuchó una nueva propuesta:

—Entonces vamos a esconderla en el fondo

del mar.

Otro señaló:

—No, no olvides que son curiosos, alguno

podría construir un aparato para bajar, y en-

tonces la encontrarán.

—Escondámosla en un planeta bien lejano

de la Tierra —propuso otro.

132

Page 46: Reflexiones james 2

—No —le dijeron. Recuerda que les dieron

inteligencia, y un día alguno va a construir una

nave para viajar a otros planetas y la va a des-

cubrir, y entonces todos tendrán felicidad.

El duende más veterano, que había perma-

necido en silencio escuchando atentamente

cada una de las propuestas, dijo:

—Creo saber dónde ponerla para que nun-

ca la encuentren.

Todos voltearon asombrados y preguntaron

al unísono:

—¿Dónde?

—La esconderemos dentro de ellos mismos;

estarán tan ocupados buscándola afuera que

nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde en-

tonces ha sido así: el hombre se pasa la vida

buscando la felicidad sin saber que la lleva con-

sigo.

133

I MEJOR AMIGO

Dice una leyenda árabe que dos amigos

viajaban por el desierto y discutieron

agriamente. Uno de ellos le dio una bofetada al

otro. Este, ofendido, escribió en la arena: “Hoy

mi mejor amigo me dio una bofetada”.

Continuaron su camino y llegaron a un oasis,

donde resolvieron bañarse. El que había sido

abofeteado se estaba ahogando, y el otro acudió

en su rescate. Al recuperarse, tomó un cincel y

escribió en una piedra: “Hoy mi mejor amigo

me salvó la vida”. Intrigado, aquel le preguntó:

—¿Por qué después de que te lastimé escri-

biste en la arena, y ahora escribes en piedra?

—Cuando un gran amigo nos ofende, de-

bemos escribirlo en la arena, donde el viento

del olvido y el perdón se encargará de borrarlo.

Cuando nos pasa algo grandioso, debemos

grabarlo en la piedra del corazón, de dónde

ningún viento podrá hacerlo desaparecer.

M AS CICATRICES DE LOS CLAVOS*

Esta es la historia de un muchachito que tenía

muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de

clavos y le dijo que cada vez que perdiera la pa-

ciencia, debería clavar uno detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavó 37 clavos.

Durante los días que siguieron, a medida que

aprendía a controlar su temperamento, clavaba

cada vez menos. Descubrió que era más fácil

dominarse que clavar clavos detrás de la puerta.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter

durante todo el día. Su padre le sugirió que

retirara un clavo por cada día que lograra

dominarse.

L

Los días pasaron, y pudo anunciar a su pa-

dre que no quedaban clavos por retirar. El

hombre lo tomó de la mano, lo llevó hasta la

puerta y le dijo: “Has trabajado duro, hijo

134 135

Page 47: Reflexiones james 2

mío, pero mira esos hoyos en la madera:

nunca más será la misma. Cada vez que

pierdes la paciencia, dejas cicatrices como las

que aquí ves. Puedes insultar a alguien y

retirar lo dicho, pero la cicatriz perdurará

para siempre”.

L SOLDADO AMIGO*

Un soldado le dijo a su teniente:

—Mi amigo no ha regresado del campo de

batalla, señor. Solicito permiso para ir a bus-

carlo.

—Permiso denegado —replicó el oficial—

No quiero que arriesgue su vida por un hombre

que probablemente ha muerto.

El soldado, sin hacer caso, salió. Una hora

más tarde regresó, mortalmente herido, trans-

portando el cadáver de su amigo. El oficial

estaba furioso:

— ¡Le dije que había muerto! Dígame: ¿me-

recía la pena ir allá para traer un cadáver?

Y él soldado, casi moribundo, respondió:

E

— ¡Claro que sí, señor! Cuando lo

encontré, todavía estaba vivo y pudo

decirme: “¡Estaba seguro de que vendrías!”

Un amigo es aquel que llega cuando todo el

mundo se ha ido.

136 137

UELLAS EN EL CORAZÓN*

Un hombre joven se situó en el centro de un

poblado y proclamó que poseía el corazón más

hermoso de toda la comarca. Una gran multitud

se congregó a su alrededor: todos confirmaron,

admirados, que ese corazón era perfecto, pues

no se observaban en él manchas ni rasguños;

coincidieron en que era el corazón más

hermoso que hubieran visto.

Al saberse admirado, el joven se sintió más

orgulloso aún, y con mayor convicción afirmó

que el suyo era el corazón más hermoso de todo

el lugar. De pronto un anciano salió de la

multitud y le habló:

— ¿Por qué dices eso? Tu corazón no es tan

hermoso como el mío.

Con sorpresa, la multitud y el joven mira-

ron el corazón del viejo y vieron que, si bien

H

138

Page 48: Reflexiones james 2

latía vigorosamente, estaba cubierto de cica-

trices, incluso había agujeros y zonas donde

faltaban trozos que habían sido reemplazados

por otros que no correspondían, pues se veían

los bordes disparejos. El joven se echó a reír.

—Debes estar bromeando —dijo—. Com-

parar tu corazón con el mío... El mío es per-

fecto. En cambio, el tuyo es un montón de

cicatrices y dolor.

—Es cierto —replicó el anciano—: tu cora-

zón luce perfecto, pero yo jamás me compro-

metería contigo. Mira, cada cicatriz representa

una persona a la cual entregué todo mi amor.

Me arranqué trozos del corazón para dárselos a

cada uno de aquellos a quienes he amado.

Muchos, a su vez, me han obsequiado trozos

del suyo, que he puesto en el lugar que quedó

abierto. Como las piezas no eran iguales, se ven

estos bordes disparejos, de los cuales me alegro

porque me recuerdan el amor que he

compartido. También hubo oportunidades en

las cuales entregué un trozo de mi corazón a

alguien, pero esa persona no me ofreció nada

a cambio: entonces ahí quedaron estos vacíos.

A pesar del dolor que las heridas me produ-

139

cen, me recuerdan que sigo amando a esas per-

sonas y alimentan la esperanza de que algún día

tal vez regresen y llenen el vacío que han

dejado. ¿Comprendes ahora lo que es verda-

deramente hermoso? —remató el anciano.

El joven permaneció en silencio, pero lágri-

mas corrían por sus mejillas. Se acercó al an-

ciano, se arrancó un trozo del corazón y se lo

ofreció. El anciano lo recibió y lo puso en su

corazón, le quitó un trozo y con él tapó la

herida abierta del joven. La pieza se amoldó,

pero no a la perfección: se notaban los bordes.

El joven miró su corazón, que ya no era

perfecto pero lucía mucho más hermoso que

antes, porque el amor fluía en su interior.

Y su corazón, ¿cómo es?

PRENDÍ Y DECIDÍ

Después de esperar tanto, un día como cual-

quier otro decidí triunfar.

Decidí no esperar las oportunidades, sino

buscarlas.

Decidí ver cada problema como la oportu-

nidad de encontrar una solución.

Decidí ver cada desierto como la oportuni-

dad de encontrar un oasis.

Decidí ver cada noche como un misterio a

resolver.

Decidí ver cada día como una nueva opor-

tunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival son

mis propias debilidades, y que en ellas se

encuentra la mejor forma de superarme. Dejé

de temer perder, y empecé a temer no ganar.

Descubrí que no era el mejor, y que quizás

nunca lo fui.

A

Me dejó de importar quién ganara o perdiera;

ahora me importa simplemente saberme mejor

que ayer.

140 141

Page 49: Reflexiones james 2

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima,

sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo es tener el

derecho de llamar a alguien “amigo”.

Descubrí que el amor es más que un simple

estado de enamoramiento, es una filosofía de

vida.

Dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos

pasados y empecé a ser mi tenue luz de este

presente.

Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a

iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar muchas cosas, y

aprendí que los sueños son solamente para

hacerse realidad. Desde entonces no duermo

para descansar, sino para soñar.

A MARIONETA

Si por un instante Dios se olvidara de que

soy una marioneta de trapo, y me regalara un

trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que

pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que

digo.

Daría valor a las cosas no por lo que valen,

sino por lo que significan.

Dormiría poco y soñaría más; entiendo que

por cada minuto que cerramos los ojos, per-

demos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, des-

pertaría cuando los demás duermen, escucharía

mientras los demás hablan, y cómo disfrutaría

de un buen helado de chocolate...

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,

vestiría sencillo y me tiraría de bruces al sol,

dejando al descubierto no solamente mi cuerpo,

sino mi alma.

L

142 143

Dios mío, si yo tuviera un corazón escribiría

mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera

el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las

estrellas un poema de Benedetti; y una canción

de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la

luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para

sentir el dolor de sus espinas y el encarnado

beso de sus pétalos.

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo día sin decirle a la

gente que quiero, que la quiero. Convencería a

cada mujer y hombre de que son mis favoritos y

viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados

están al pensar que dejan de enamorarse cuando

envejecen, sin saber que envejecen cuando

dejan de enamorarse.

A los niños les daría alas, pero dejaría que

aprendiesen a volar solos.

A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que

la muerte no llega con la vejez sino con el ol-

vido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los

hombres...

144

Page 50: Reflexiones james 2

He aprendido que todo el mundo quiere vivir

en la cima de la montaña, sin saber que la

verdadera felicidad está en la forma de subir.

He aprendido que cuando un recién nacido

aprieta con su pequeño puño por vez primera el

dedo de su madre, lo tiene atrapado para

siempre.

He aprendido que un hombre únicamente

tiene derecho de mirar a otro hombre hacia

abajo cuando ha de ayudarlo a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender

de ustedes, los hombres, pero finalmente no me

servirán de mucho porque cuando me guarden

dentro de esta maleta con las demás marionetas,

estaré muriendo...

145

UIÉN ME NECESITA?

Recibí una llamada telefónica de un buen

amigo, que me alegró mucho. Lo primero que

me preguntó fue:

— ¿Cómo estás?

Sin saber por qué, le contesté:

—Muy solo.

— ¿Quieres que hablemos?

Le respondí que sí y añadió:

— ¿Quieres que vaya a tu casa?

Dije que sí. Colgamos el teléfono y en menos

de quince minutos estaba tocando a mi puerta.

Yo hablé por horas de todo: mi trabajo, mi

familia, mi novia, mis deudas; él, atento

siempre, me escuchó. En esas se nos hizo de

día. Yo estaba agotado mentalmente; me había

hecho mucho bien su compañía y sobre todo

que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver

mis errores. Cuando él notó que ya me

encontraba mejor, me dijo:

—Bueno, me voy, tengo que trabajar.

Sorprendido, le dije:

— ¿Por qué no me habías dicho que tenías

que ir a trabajar? Mira la hora que es, no dor-

miste nada, te quité toda la noche.

Él sonrió y me dijo:

—No hay problema, para eso estamos los

amigos.

Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso

de tener un amigo así. Lo acompañé a la puerta

de mi casa y cuando caminaba hacia su au-

tomóvil, le grité desde lejos:

—Y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche

tan tarde?

Regresó y me dijo en voz baja:

—Quería darte una noticia.

— ¿Qué pasó? —le pregunté.

—Fui al doctor y me dijo que estoy grave-

mente enfermo.

Yo me quedé mudo. Él sonrió de nuevo y

agregó:

—Ya hablaremos de eso. Que tengas un

buen día.

Pasó un largo rato hasta que pude asimilar la

situación, y me pregunté una y otra vez: ¿por

Q

146 147

Page 51: Reflexiones james 2

qué cuando me preguntó cómo estaba me ol-

vidé de él y sólo hablé de mí? ¿Cómo tuvo la

fuerza para sonreírme, darme ánimos y decirme

todo lo que me dijo? Esto es increíble.

Desde entonces mi vida ha cambiado: ahora

soy menos dramático con mis problemas y

disfruto más de las cosas buenas. Ahora apro-

vecho más el tiempo con la gente que quiero.

El que no vive para servir no sirve para vivir.

La vida es como una escalera: si uno mira

hacia arriba, siempre será el último de la fila,

pero si mira hacia abajo ve que hay mucha

gente que quisiera estar en su lugar.

Deténgase a escuchar y a ayudar a sus

amigos: ellos lo necesitan.

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REFLEXIÓN SOBRE LA VIDA

Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa, no volverá.

Nada está escrito, nada es imposible, ni siquiera posible... todo depende de nuestra voluntad, de esas fuerzas que nos salen de adentro, decir de adentro es decir que puedo afrontar cada desafío.

Tenemos el poder cuando estamos convencidos, cuando estamos decididos, cuando de verdad queremos algo.

No hay obstáculo capaz de imponerse, si queremos podemos llegar más lejos, si queremos podemos llegar más alto, si queremos podemos hacer lo que sea... "sólo hay que proponérselo"...

La vida es algo hermoso, siempre y cuando la hagas a tu manera, sin dejar que nada ni nadie opine por ti, que se meta en tus asuntos queriendo arreglarlos.

Nunca dejes que nadie te arruine la vida.

La vida es una sola, vívela paso a paso y no dejes de hacer nada, probablemente te arrepientas y cuando te des cuenta será demasiado tarde.

Tampoco dejes de vivir los sueños y las ilusiones, sin ellos, la vida no tiene sentido.

Trata de ir siempre de frente, sin vueltas...

No confíes en toda la gente que te rodea, a veces

piensas que es la mejor persona del mundo, y en realidad es un verdadero enemigo.

Anda siempre con la verdad, por más dolorosa que sea, de todas formas vale mucho más que una mentira.

Si algún día te sientes solo, y tienes ganas de llorar, hazlo, muchas veces ayuda a que te desahogues.

Ante cualquier problema; no huyas por miedo a enfrentarlo, y nunca olvides esto:

LUCHA COMO SI FUERAS A VIVIR SIEMPRE Y VIVE COMO SI FUERAS A MORIR MAÑANA!