reflexiones sobre el trabajo infantil
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Resumen de opiniones acerca del Trabajo Infantil en NicaraguaTRANSCRIPT
REFLEXIONES
SOBRE EL
TRABAJO
INFANTIL EN LAS
ZONAS
CAFETALERAS
DE LOS
DEPARTAMENTOS
DE MATAGALPA
Y JINOTEGA,
NICARAGUA
RREEFFLLEEXXIIOONNEESS SSOOBBRREE EELL TTRRAABBAAJJOO IINNFFAANNTTIILL EENN LLAASS
ZZOONNAASS CCAAFFEETTAALLEERRAASS DDEE LLOOSS DDEEPPAARRTTAAMMEENNTTOOSS DDEE
MMAATTAAGGAALLPPAA YY JJIINNOOTTEEGGAA,, NNIICCAARRAAGGUUAA
““TTiieemmppoo ddee CCaammbbiiooss PPaarraaddiiggmmááttiiccooss eenn eell TTrraabbaajjoo CCoommuunniittaarriioo””
Ligia Isabel Lacayo Parajón1
Edmundo José Lacayo Parajón2
RREESSUUMMEENN El Trabajo Infantil en las zonas cafetaleras de Matagalpa y Jinotega tiene décadas de existencia,
casi siempre asociado al desarrollo de las fuerzas productivas y a las relaciones de producción
existentes. La Sociedad Civil ha impulsado su trabajo en estas zonas reforzando el planteamiento
del Gobierno y de la Comunidad Internacional que pretende eliminar este flagelo.
Es factor común en la documentación analizada para este trabajo, y que sirvió de base para un
estudio de campo, que la realidad del Trabajo Infantil, aun permanece intacta en estos
Departamentos, especialmente en las zonas cafetaleras. Independientemente del discurso que
brinden muchos de los actores a favor de eliminar de raíz este problema, el mismo está ahí, sólo
que cada vez más invisible.
Algunas organizaciones extienden el abanico de análisis del fenómeno e incorporan a él la triste
situación de pobreza extrema de la población en estas áreas. De esta manera enfocan sus
esfuerzos en el combate a las peores formas del Trabajo Infantil.
Sin embargo es palpable que ni todas las instituciones involucradas, ni todos los funcionarios
participantes, han logrado hacer una nueva lectura del fenómeno que subyace tras este flagelo.
Los estilos utilizados responden a la participación que tienen los actores (la población
beneficiada), misma que se ubica en un continuo que va de la Pasividad al Autodesarrollo
(usando los postulados de Geifus).
La cultura de cada Comunidad, su sistema de valores y creencias determinarán las respuestas que
brindará al Trabajo Comunitario que impulsan las organizaciones y sus funcionarios. El tomar en
cuenta estas realidades a la hora de planificar y programar proyectos, será vital para el éxito de
los mismos. Se hace urgente, el que la Sociedad Civil en general, busque nuevas alternativas para
enfrentar la pobreza extrema de esta población, desde las acciones Mancomunadas hasta la
1 Ligia I. Lacayo Parajón. Ph.D. Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), Responsable de Investigación del
ICIDRI; email: [email protected]; [email protected]; teléfonos: (505) 22481705 / 8635-7141
2 Edmundo J. Lacayo Parajón. MSc. Investigador independiente. [email protected]; teléfonos (505) 2252
9432 / 8805-7986
creación de un nuevo Paradigma del Trabajo Comunitario, que debe sustentarse en el análisis
minucioso y profundo de la realidad de las zonas, mismo que determinará las necesidades
autóctonas y, por ende los Programas, Políticas y Proyectos que deben impulsarse.
Palabras clave: Trabajo infantil, paradigmas, trabajo comunitario, comunidad, creencias
II.. IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN
El Trabajo Infantil es uno de los flagelos que aun persisten en la sociedad nicaragüense, afecta
con dureza extrema a la niñez y adolescencia que pertenecen a familias de escasos recursos
económicos, tanto a nivel rural como urbano.
Sin embargo, el impacto que ocasiona en las zonas rurales es mucho más profundo que en las
zonas urbanas, sobre todo porque en las primeras subsisten una mayor cantidad de familias
viviendo en la pobreza extrema. Las causas son múltiples y tienen una estrecha relación entre
ellas, así que tratar de descifrar esta tela de araña no es tarea fácil.
Creemos importante apuntar que las ideas que acá exponemos, buscan generar una discusión
sobre la validez o no de algunas políticas y métodos de trabajo llevados a cabo para combatir este
flagelo, y a una revisión exhaustiva en los agentes promotores del cambio acerca de los
paradigmas que guían sus acciones y discusiones.
Sirvan pues nuestros modestos apuntes para buscar los puntos de coincidencia dentro de las
diferencias que nos distinguen, para mancomunar acciones que tiendan a combatir desde todos
los ángulos y como un solo cuerpo, a esta plaga que aun subsiste en pleno siglo XXI.
IIII.. JJUUSSTTIIFFIICCAACCIIÓÓNN
Revisando la bibliografía y experiencias existentes en el país sobre el Trabajo Infantil,
especialmente el de las zonas cafetaleras ubicadas en los Departamentos de Matagalpa y Jinotega,
pudimos observar que desde hace más de diez años el problema persiste, con diferentes
expresiones y matices según el territorio, el oficio que desempeñen los niños, niñas y
adolescentes y la labor que ejercen los Organismos Gubernamentales y No Gubernamentales.
El Ministerio del Trabajo (MITRAB), inicia a partir de los meses de Noviembre – Diciembre del
2010, la supervisión de la aplicación de la ley que prohíbe el trabajo de menores en las fincas de
café y en otro tipo de labores. Desplaza a sus inspectores a las zonas en breves lapsos de tiempo.
El esfuerzo empieza a mostrar algunos resultados: “es casi imposible detectar a niños, niñas y
adolescentes trabajando en los cortes de café”. Podría cantarse una victoria, sin embargo,
mientras los supervisores, técnicos y personas ajenas a los territorios empiezan a retirarse de las
haciendas, se asoman tímidamente, entre los surcos de café, pequeños cuerpecitos con sus
canastas atadas a la cintura o colgadas en sus hombros o sus espaldas. El silencio cómplice de la
mayoría de los adultos presentes es evidente.
Se observan niños, niñas y adolescentes en labores de limpieza y secado de café, socolando
parcelas, cargando manojos de leña sobre sus frágiles cuerpecitos, acarreando cubetas de cinco
galones a través de largas distancias, en la mayoría de los casos, cuesta arriba. Lo impactante de
ello no es que se dé, sino que ocurre en los territorios de algunas Comunidades beneficiarias de
proyectos impulsados por varias ONG´s cuyo eje central es el rescate de los derechos de la
infancia, la adolescencia y la mujer.
Las interrogantes más fáciles apuntan a juzgar a estas instituciones y/o sus funcionarios, pero
pensamos que no es tan simple como eso, además de no resolver absolutamente nada,
entraríamos en discusiones bizarras que nos dejarían en el mismo punto de partida.
Como decíamos antes, el fenómeno del Trabajo Infantil es el efecto, no la causa del problema. Es
la punta del iceberg. La complejidad del fenómeno obliga a realizar análisis complejos pero a la
vez, sencillos. Nos obliga a ir de lo complejo a lo simple y de vuelta a lo complejo. Del
Departamento al Municipio, a la Comarca, al Caserío, a la Familia, al Individuo y luego regresar
en sentido contrario. Entender la cultura, las creencias nivel a nivel, encontrar la interrelación o
interrelaciones que subyacen entre todos los estamentos, para conocer a fondo las bases que
sustentan dicho fenómeno (de paso estaríamos haciendo una caracterización detallada de las
realidades propias de cada sector, algo que pudiera permitir la realización de un análisis más
profundo que facilite la comprensión de la violencia intrafamiliar, la violencia sexual, la violencia
contra la infancia y la adolescencia y resto de flagelos que persisten aun).
Por el momento, podemos afirmar que estamos frente a una fase de agudización de la
invisibilidad de Trabajo Infantil. ¿A qué se debe? Difícil afirmar tajantemente las razones, pero
opinamos que hace falta desarrollar un nuevo paradigma de trabajo que nos lleve a ver la realidad
desde otra perspectiva, más propia, más auténtica.
El fenómeno se ha tornado más invisible, tanto en las Comunidades que han sido beneficiadas
por proyectos de las ONG´s, como las que no lo han sido.
Las acciones del MITRAB, la presión de los compradores internacionales de café (como parte del
proceso de certificación de las Haciendas), obligan a los productores a “negar” la presencia de
menores; los padres de familia, para poder obtener y/o mantener su empleo, “niegan” la
participación de sus hijos e hijas en las labores de corte del café.
Las Alcaldías y ONG´s en los territorios optan por medidas menos radicales y tratan de analizar
cada situación, procurando brindar alguna alternativa si fuese posible.
De más está señalar que el eje del problema gira en torno a “la pobreza extrema” que se vive en
esos territorios, asociado al pobre desarrollo socioeconómico y cultural, las limitaciones y
deficiencias en la infraestructura de cada Municipio y unas relaciones de producción que basadas
en patrones semifeudales entre algunas familias trabajadoras de las zonas y los propietarios de
haciendas. Las dimensiones, la extensión y las repercusiones de este fenómeno trascienden las
realidades objetivas y tangibles. Lo cotidiano es la lucha por sobrevivir. Las interrogantes que
surgen son:
¿Cuál o cuáles son las causas reales de este fenómeno?
¿Estamos enfrentando estas causas o sólo los efectos de las mismas?
¿Existe o no conciencia entre la población, de que la explotación laboral de menores no
debe permitirse?
¿Las presiones legales o comerciales a los productores tienen o tendrán el impacto
profundo que se espera para acabar con el fenómeno o son simples atenuantes del mismo?
¿Los estilos y estrategias de trabajo de las instituciones en los territorios se han agotado y
urge formar uno nuevo?
Nuestras reflexiones giran en torno a estas interrogantes y a señalar elementos importantes que, a
nuestro juicio, no se les ha dado la importancia debida y que, como consecuencia, pueden
transformarse en los reales obstáculos al trabajo incuestionable que realizan en los territorios los
ONG´s desde hace décadas con sus beneficiarios. Sin el ánimo de querer transformarnos en
“jueces” de las mismas, sino, en un complemento de una ardua tarea que merece nuestro respeto
y reconocimiento.
IIIIII.. MMEETTOODDOOLLOOGGÍÍAA
Tomamos como punto de inicio para este trabajo, el estudio realizado por Save The Children, a
finales del 2010 en estos departamentos del país, acerca del Trabajo Infantil, revisando material
bibliográfico pertinente, tanto de Organismos Gubernamentales como No Gubernamentales. No
sólo de aquellos elementos propios del Trabajo Infantil, sino de aquellos documentos y textos
ligados al Trabajo Comunitario, la Investigación – Acción y la Comunicación Humana.
El foco del trabajo posee, por lo tanto, un carácter exploratorio y descriptivo, donde la
recolección de la información se dio en los ambientes naturales no controlados, en la interacción
con los sujetos. Dimos prioridad a las personas y su contexto emocional ante las situaciones que
enfrentan y que se correspondían con el objeto de estudio. Haciendo que nuestros análisis sean
eminentemente inductivos para poder construir patrones sobre la base de la información obtenida.
Analizamos las situaciones que catalogamos como críticas, a la luz de los postulados teóricos
respectivos, pero también bajo la lente del “pragmatismo” y la cotidianeidad cultural, para poder
comprender mejor las razones que llevan a las personas a no interiorizar, a no apropiarse de las
propuestas de cambio que ofrecen, tanto el Gobierno como los ONG´s.
La idea es acercar la realidad, con nuestra realidad, buscando puntos de coincidencia, puntos
débiles que faciliten, por un lado la inserción del trabajo, y por otro lado, identificar aquellos que
han limitado todo el esfuerzo de décadas llevado a cabo por los funcionarios de los diferentes
organismos. Lo que algunos estudiosos han dado en llamar “la construcción social del
conocimiento”.
IIVV.. MMAARRCCOO RREEFFEERREENNCCIIAALL
Contra la pretendida universalidad y uniformidad de una sola forma de crecimiento económico, salen
actualmente a la luz del día las diferencias, las especificidades, las singularidades. En diferentes puntos
del planeta, las sociedades rechazan a partir de su propia experiencia histórica, la existencia de una sola
vía, de una cosmovisión única, de un proyecto "occidental" de civilización universal.
José Arocena
AA.. CCoonncceeppttooss ccllaavveess
Resumimos a continuación, los conceptos claves que guían nuestro análisis del fenómeno del
Trabajo Infantil, tomando como referencia aquellos elementos reseñados por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y la organización no gubernamental Save The Children,
adaptándolo al lenguaje propio de nuestra cultura.
1. TTrraabbaajjoo IInnffaannttiill,, es toda actividad laboral realizada por niños, niñas y adolescentes por
debajo de la edad mínima definida por las leyes del país. Incluimos acá aquellas otras
labores que impidan el goce pleno de los derechos de los menores, las que se realicen en
ambientes peligrosos o pongan en riesgo su desarrollo psicológico, físico, social y moral
inmediato o futuro.
En sus formas mas extremas, el Trabajo Infantil implica niños, niñas o adolescentes que son
esclavizados, separados de sus familias, expuestos a graves riesgos y enfermedades y/o
abandonados a valerse por sí mismos en las calles de las grandes ciudades, a menudo a muy
temprana edad. Lo que los organismos internacionales han acordado en denominar: ““llaass ppeeoorreess
ffoorrmmaass ddee ttrraabbaajjoo iinnffaannttiill””..
Cada grupo de una sociedad tiene un concepto diferente de trabajo infantil. En este caso, la
sociedad ya tiene colectivizada una creencia acerca del trabajo infantil a través de las normas y
las leyes, calificándolo como malo o bueno (aceptable o no) de acuerdo con lo que se ha
estipulado, según las instituciones y las leyes; pero realmente quien proporciona el significado
del trabajo infantil (o de diferentes fenómenos sociales), es la comprensión subjetiva de quien
vive la realidad. En consecuencia, los NNA son los principales protagonistas para dar las
respuestas de lo que en realidad significa este fenómeno social, ya que ellos están inmersos en el
Trabajo Infantil. Y esto nos lleva a pensar que no cualquier actor, sea institucional, social o
grupal puede llegar a juzgar y a condenar de manera inequívoca esta realidad social.
2. TTrraabbaajjoo FFaammiilliiaarr, que desde nuestro sentido común, se refiere al trabajo infantil dentro
del contexto familiar acorde a un patrón cultural: la ayuda doméstica de menores en la
casa (en la cocina, limpieza, apoyo en el cuido a sus hermanos menores) hasta
acompañar a sus padres al trabajo y ayudarlos aunque el sueldo sea uno solo. Algo
cotidiano en la mayoría de familias de este país, formativo en la gran mayoría de casos,
siempre y cuando no llegue a interferir con el goce de los derechos de la niñez y
adolescencia, ni ponga en riesgo sus vidas, aunque estamos claros que existen altas
posibilidades de ser afectados de alguna manera. Sin embargo, creemos que puede ser y
es en la mayoría de casos, una alternativa de formación en valores que no debe
subestimarse.
33.. LLaa CCuullttuurraa ddee llaa CCoommuunniiddaadd,, ffaaccttoorr ddeetteerrmmiinnaannttee ppaarraa eell ssuurrggiimmiieennttoo ddeell ffeennóómmeennoo
“Cada grupo de una sociedad tiene un concepto diferente de trabajo infantil. La sociedad ya
tiene colectivizada una creencia acerca del trabajo infantil a través de las normas y las leyes,
calificándolo como malo o bueno de acuerdo con lo que se ha estipulado, según las instituciones
y las leyes; pero realmente quien proporciona el significado del trabajo infantil (o de diferentes
fenómenos sociales), es la comprensión subjetiva de quien vive la realidad. En consecuencia, los
NNA son los principales protagonistas para dar las respuestas de lo que en realidad significa
este fenómeno social, ya que ellos están inmersos en el Trabajo Infantil.
Esto nos lleva a pensar que no cualquier actor, sea institucional, social o grupal puede llegar a
juzgar y a condenar de manera inequívoca esta realidad social”. (Tomado de Diagnóstico con
elementos de línea base sobre la Niñez Trabajadora de los Municipios de El Tuma – La Dalia,
Rancho Grande, El Cuá. Febrero 2011.
Somos del criterio de que no hay que tomar medidas extremas para tratar de erradicar el Trabajo
Infantil, se debe tomar en consideración el trasfondo que existe tras cada situación. Una cosa es
abusar de nuestra pobreza para hacer que la niñez trabaje en condiciones de riesgo y sin derecho a
gozar su infancia, y otra es hacerlo porque no existen condiciones mínimas para garantizar la
sobrevivencia del núcleo familiar o la misma seguridad de los menores.
Una prohibición generalizada del Trabajo Infantil puede llevar a perseguir a los que pueden darle
la opción a un niño(a) y a una familia de sobrevivir; los menores para quienes el trabajo podría
suponer "una oportunidad para asumir su vida y su autonomía y hacerlo sentirse bien por apoyar
a su familia".
Desde esta posición, agregamos que el énfasis debe estar en “la erradicación de todas las
condiciones que generan la aparición de la explotación infantil en el trabajo”, nos referimos a
situaciones o realidades tales como la carencia o pobre presupuesto para la educación, la salud,
las condiciones de vida y todo aquello que vulnere los derechos y la dignidad de personas, de la
población infantil y sus familias.
Hay que dejar de oponer a la escuela y al trabajo, deben ser complementarios porque no son
incompatibles. Sería más sensato establecer en este tipo de comunidades opciones educativas
para la vida, que incluyan aspectos de formación y educación en nuevos valores (a NNA y sus
familias), para romper con la cultura ancestral que marca la realidad en que subsisten.
Implementar más acciones que permitan la subsistencia personal y familiar, sin lesionar los
derechos a la vida, la educación y la salud (primordialmente), de NNA que laboran en las zonas
agrícolas, no sólo de estos municipios, sino del país.
Al respecto, Save The Children señala:
44.. LLooss AAccttoorreess yy eell TTrraabbaajjoo CCoommuunniittaarriioo
Como bien decía J. Arocena (2004), entender el desarrollo local y sus procesos, es entender al
actor, o actores locales. Nos referiremos, en este documento, a los pobladores que promueven el
cambio de las comunidades, cuando usemos este concepto.
Si no se logra introyectar este concepto dentro del trabajo comunitario, será muy difícil hacer que
todas las acciones que se ejecuten tengan el impacto necesario para hacer que una comunidad
determinada, avance en su desarrollo socioeconómico y cultural. Ya que quien se adueña de un
proyecto, se apodera de sus metas y, por lo tanto, fortalece el proyecto mismo.3
Aunque es bien sabido que no siempre las personas (como individuos) y los grupos se atreven a
ser actores. La pasividad, la indiferencia, el yoquepierdismo, como solemos clasificar a esta
actitud en Nicaragua, están determinadas por las experiencias de vida de cada ser humano.
Conforme el proceso de socialización que cada quien tiene se determinarán la aparición de este
“atreverse a hacer” en cada sujeto.
Si el trabajador comunitario desea que los miembros de una comunidad determinada inicien, por
sí solos, el proceso de cambio de su localidad para bien de sus habitantes, tiene que tomar en
cuenta la historia de la comunidad en sí, de las familias que ahí habitan, y de los miembros que
3 Hacemos énfasis en introyectar, interiorizar, en vez del barbarismo “empoderamiento” muy usual entre los
profesionales del trabajo comunitario, para evitar la copia automática de un neologismo anglosajón, y que ya desde la
década de los setenta Latinoamérica ya se hablaba de fortalecimiento o de potenciación). Si lo prefieren, esta palabra
“empoderamiento” la usaremos como sinónimo de “apropiación”, “de adueñarse de…”, que es como lo entendemos
nosotros.
“… tenemos que reconocer que, mientras que algunas formas de trabajo vulneran los derechos
de la niñez, otras formas de trabajo no lo hacen. La mayoría de las formas de trabajo contiene
elementos tanto positivos como negativos y puede ser, por esta razón, tanto perjudicial como
beneficiosa para el desarrollo y el bienestar de la infancia. Por lo tanto, no aceptamos ni las
prohibiciones generalizadas de todas las formas de trabajo infantil ni un enfoque que promueva
inequívocamente el trabajo de los niños y niñas. Creemos que distintas respuestas son
apropiadas para distintas formas de trabajo, y para distintos niños y niñas trabajadores”.
(Extraído de Posición de Save the Children sobre la niñez y el trabajo).
conforman cada núcleo familiar. Entender, además, sus costumbres, su cultura, sus reglas
(implícitas y explícitas).
Ahora bien, las definiciones sobre el concepto de “participación” poseen diferentes perspectivas,
lo que algunos llaman participación, para otros no es más que manipulación o pasividad de la
gente. Para este caso queremos utilizar la posición de Frans Geilfus, quien señala: “la
participación no es un estado fijo: es un proceso mediante el cual la gente puede ganar más o
menos grados de participación en el proceso de desarrollo…, lo que determina realmente la
participación de la gente, es el grado de decisión que tienen en el proceso. Esto es válido tanto
en las relaciones entre los miembros de la comunidad y la institución de desarrollo, como dentro
de las organizaciones comunitarias.”. (80 Herramientas para el Desarrollo Participativo:
diagnóstico, planificación, monitoreo, evaluación / Frans Geifus – San José, C.R.: IICA, 2002,
pág. 1)
Obviamente que, como señala Geifus, los resultados o el éxito del trabajo estarán determinados
por el nivel de organización de las personas involucradas, de la visión y accionar flexible de la
institución, y de la actitud (agregaríamos nosotros) y la disponibilidad de los colaboradores o
profesionales que trabajan directamente en los territorios.
Detectamos algunas situaciones que pueden estar restringiendo la validez de la metodología y las
herramientas de trabajo en las Comunidades:
La población maneja las dinámicas utilizadas (ya sea por el uso de las Organizaciones que
ahí trabajan o las supervisiones o Consultorías), lo que puede conducir al
condicionamiento de las respuestas de los y las participantes al estímulo posterior al
trabajo que se realice con ellos (refrigerios, viáticos, y otros). ¿Estarán respondiendo lo
que queremos escuchar?
En otros casos, la urgencia por cumplir con el cronograma establecido obliga a incorporar
a participantes no tan idóneos o representativos (más en el caso de niños, niñas y
adolescentes).
Adolescentes que utilizan un lenguaje “técnico” similar al de los funcionarios de las
instituciones (empoderamiento, sistematización, etc.) que los ubica en poses “adultas”
muy distantes de sus pares que no han recibido la atención directa o los beneficios de
algún proyecto. ¿Sus respuestas son espontáneas o prefijadas?
Adultos que sostienen posiciones “demandantes de ayuda externa” para solucionar sus
carencias, algo que cabría esperar entre personas que nunca han sido apoyadas, pero en
este caso, habían recibido capacitaciones, apoyo técnico y otros, desde hacía más de 10
años. ¿No se han apropiado del proyecto?
Para evaluar la participación, Geifus utiliza una herramienta que denomina “La Escalera de la
Participación”: quizás esta herramienta pueda ayudar a explicar algunas de estas situaciones, o,
en el mejor de los casos, nos permita analizar a profundidad hasta donde el trabajo en los
territorios ha sido o no el adecuado para cada Comunidad.
Pasividad: las personas participan cuando se les informa; no tienen ninguna incidencia en las
decisiones y la implementación del proyecto.
Suministro de información: las personas participantes respondiendo a encuestas; no tiene
posibilidad de influir ni siquiera en el uso que se va a dar de la información.
Participación por consulta: las personas son consultadas por agentes externos que escuchan
su punto de vista; esto sin tener incidencia sobre las decisiones que se tomarán a raíz de
dichas consultas.
Participación por incentivos: las personas participan proveyendo principalmente trabajo u
otros recursos (tierra para ensayos) a cambio de ciertos incentivos (materiales, sociales,
capacitación); el proyecto requiere su participación, sin embargo no tienen incidencia directa
en las decisiones.
Participación funcional: las personas participan formando grupos de trabajo para responder
a objetivos predeterminados por el proyecto. No tienen incidencia sobre la formulación, pero
se los toma en cuenta en el monitoreo y el ajuste de actividades.
Participación interactiva: los grupos locales organizados participan en la formulación,
implementación y evaluación del proyecto; esto implica procesos de enseñanza-aprendizaje
sistemáticos y estructurados, y la toma de control en forma progresiva del proyecto.
Auto-desarrollo: los grupos locales organizados toman iniciativas sin esperar intervenciones
externas; las intervenciones se hacen en forma de asesoría y como socios.
Vemos pues, que el fortalecimiento de una comunidad debe ser entendido como un proceso, tal
como señala Maritza Montero (2003): “por fortalecimiento se entiende el proceso mediante el
cual los miembros de una comunidad (individuos interesados y grupos organizados) desarrollan
conjuntamente capacidades y recursos, para controlar su situación de vida, actuando de manera
comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus
necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos.” (Montero, 2003.
Señalado por Montero en “El fortalecimiento en la comunidad, sus dificultades y alcances”
Artículo de investigación documental.)
Hablaremos de Comunidades fortalecidas cuando sus integrantes hayan logrado apropiarse,
adueñarse de la responsabilidad de transformar su realidad, su medio, su entorno. Sin que agentes
externos lleguen a fortalecer a los débiles; entendiendo que el fortalecimiento, como todo
proceso, no es homogéneo ni uniforme, y que proviene desde lo interno de las comunidades
mismas, e incluye aspectos individuales y grupales.
55.. LLaa CCoommuunniiddaadd
Entenderemos como Comunidad “a un sistema, donde los seres humanos, las plantas y animales,
el agua, el aire y la tierra, se encuentran intrincadamente interrelacionados. Unos dependen de
los otros, en imprescindible interacción”. (DIEGUEZ A.J. y GUARDIOLA ALBERT M. de la
P. 1998. Página 1)
Inevitablemente es recurrir a la teoría de sistemas, entendiendo que la familia es el núcleo central
de la sociedad (comunidad) y que la comunicación como tal tiene un sentido horizontal y
circular, nunca vertical. Entender esto puede facilitar la comprensión de fenómenos tan antiguos
como la relación entre el patrón y sus jornaleros, la identidad y el vínculo que se genera entre
ellos y lo complejo que puede resultar el pretender romperlos sin mostrar alternativas reales. De
ahí que consideremos que “transformar un no-actor en actor supone incidir en su proceso de
socialización. Dicho de otro modo, supone generar importantes transformaciones en su sistema
de representaciones.” (Arocena, J. Junio 2004 La Tensión Actor-Sistema en los Procesos
Contemporáneos de Desarrollo)
aa.. UUnn vvíínnccuulloo ttrraasscceennddeennttaall
Por tales razones se hace indispensable en todo trabajo comunitario, el revisar, analizar y
descifrar el complejo mundo de relaciones que subyace en cada Comunidad. Si no
contextualizamos nuestro trabajo, podemos incurrir en la ejecución de tareas y acciones cuyos
resultados sean opuestos a los objetivos que nos hemos trazado, reforzando con ello lo que
pretendemos suprimir o modificar (una mayor marginación; una participación “pasiva”, el
rechazo, la participación “interesada en los beneficios a corto plazo.
Esto se vuelve aún más trascendente al incorporar todo el desasosiego y la desmovilización que el
fenómeno de la globalización acarrea, la desesperanza que ha contagiado a comunidades enteras
ante la “globalización de la miseria”, especialmente en las comunidades rurales de países como el
nuestro. La globalidad y su aspecto enajenante que promueve el individualismo, la exclusión, la
autosuficiencia y el aislamiento, da pie a la desigualdad económica y la miseria de amplias
segmentos de población.
Dicho vínculo debe ir más allá de las relaciones fraternales entre el profesional del trabajo
comunitario y las familias, para poder analizar y comprender la estructura de creencias que
sustenta sus conductas y actitudes, sus temores y esperanzas. Debe ser un vínculo basado en un
enfoque más científico, utilizando las herramientas disponibles para llevar a cabo sus propósitos.
No puede refugiarse en “la experiencia y dominio” como un eufemismo para no sistematizar4 el
trabajo día a día. “En la Comarca tal hay como 200 niños”.
bb.. BBuussccaarr nnuueevvooss ccaammiinnooss aauuttóóccttoonnooss
La búsqueda de alternativas propias, que incorporen las diferencias y acepten las diversidades es
una opción factible, tal como lo señala J. Arocena (El Desarrollo Local Frente a la
Globalización). Por tanto habrá que revisar hasta dónde estamos simplemente “replicando
experiencias” basados en postulados ajenos, y hasta dónde, esas experiencias y postulados se han
adaptado al medio en que vivimos, hasta el punto de concebir nuestros propios postulados y
experiencias. Lo cual implica una revisión de fondo de todo el proceder de cada organismo que
trabaja en la Comunidad: bases teóricas, políticas, programas y, sobre todo, las herramientas de
trabajo utilizadas en los territorios.
Hacer esto implicaría una habilidad para mezclar lo particular con lo global, marcando distancia
con posturas ya superadas que sólo han conducido al estancamiento del trabajo, y que han
construido una postura negativa entre las comunidades, especialmente las más pobres. Si se logra
entender la Comunidad, lo local, se puede entender otros niveles más macros y quizás fomentar
lo que algunos autores denominan como “Mancomunidades Municipales”, que “son instrumentos
para una gestión desde lo local-territorial, con ámbitos territoriales diversos y amplios; no
reemplazan a otras entidades de Gobierno, ni tampoco se limitan al ámbito de una
Municipalidad, en cuya voluntad asociativa reposan”. (www.cepad.org 10º Aniversario, Bolivia,
presentación en power point, participante por Nicaragua, Comisión Interuniversitaria de
Estudios de Género - CIEG)
El trabajo comunitario se encuentra vinculado íntimamente con todo el proceso educativo (formal
y no formal), al mejoramiento del nivel de vida de la población, y al cambio de la sociedad. Cabe
recordar que los valores (buenos o malos), los hábitos, las actitudes, las creencias, las conductas,
tienen su incubación y consolidación en el proceso de socialización, en el proceso educativo.
Una sociedad que se desarrolla y se democratiza, no puede prescindir de prestar atención al
impulso y expansión de la cultura asociativa de su ciudadanía y a la responsabilidad de ésta en
participar y tomar decisiones en los problemas en los que se encuentra involucrada. Las
sociedades autoritarias frente a esta opción, han hecho un ejercicio sistemático de la represión,
de la coaptación política y del asistencialismo. (DIEGUEZ A.J. y GUARDIOLA ALBERT M. de
la P. (1998). Página 6)
Urge fomentar, entonces el análisis de los problemas desde lo local, con una reflexión que busque
la ruptura con aquellas tendencias y modelos teóricos que pretenden “uniformarnos” como parte
4 Cuando hablamos de sistematizar no sólo nos referimos al elemento metodológico ocasional, que se utiliza como
parte de una Consultoría para recopilar nuestras experiencias. Como bien lo señalan los diversos especialistas en el
proceso de Sistematización, debe ser una actitud diaria de cada profesional el desarrollar sus labores lo más
científicamente posible: estadísticas, bitácoras de trabajo, y todo aquello que le permita tomar decisiones más
certeras.
del proceso de la globalización. Un análisis que permita la adaptación del trabajo, de acuerdo a
cada territorio, entendiendo que el territorio es el punto de partida y llegada de muchos de los
procesos sociales, culturales y económicos.
cc.. ¿¿PPrroommoovveerr uunn nnuueevvoo ppeerrffiill ddeell pprrooffeessiioonnaall ddeell ttrraabbaajjoo ccoommuunniittaarriioo??
Todo esto obliga a pensar en realizar algunas evaluaciones sobre el trabajo y los estilos de trabajo
que se ejecutan en las zonas, y quizás sobre el perfil del profesional o colaborador del trabajador
comunitario. De manera tal que la participación de la población tenga una dinámica centrada en
su realidad y sus perspectivas, desde sus vivencias hasta su lenguaje. (Destacamos en este sentido
la herramienta de trabajo diseñada por Luis Felipe Ulloa: “La Línea de la Vida” como un
ejemplo a replicar. La misma hace énfasis en el análisis de las experiencias de vida y trabajo
desde las emociones, desde lo que es significativo para los participantes o pobladores, evitando
en todo momento el uso de un lenguaje técnico que quizás no ha sido interiorizado por ellos,
pero que manejan con mucha frecuencia producto de la interacción con los técnicos).
Aquí el esfuerzo se centra en las personas, en los usuarios, en los beneficiaros, no en el Plan,
Programa o Políticas de Trabajo, situación que creemos genera una dinámica con nuevos roles,
tanto de los técnicos o promotores, colaboradores o facilitadores, como de los miembros de la
Comunidad.
Eso nos lleva a romper con el paradigma centrado en documentos (Planes-Programas) y
centrarnos en las necesidades, opiniones y “sentires” de la Comunidad. Crear una actitud de
colaboración y de “mancomunidad” entre las distintas organizaciones que convergen en una
zona, intercambiando información, experiencias y puntos de vista, para facilitar el trabajo en
aquellas zonas específicas donde alguna de ellas o todas, enfrentan limitaciones (acabar con “los
feudos” y la competencia no sana).
Aunque no haya sido esa la intención, lo cierto es que es posible palpar que la urgencia está
centrada en la acción y los resultados, lo que viene a opacar la búsqueda del conocimiento y de lo
“que ocurre” en los territorios.
La población es “sujeto depositario” de actividades para “solucionar su cultura de pobreza”, y
aunque se le involucre en actividades y reuniones de discusión o planificación, se censuran sus
posturas demandantes de “ayuda” (en metálico o de otra índole), cuando en el fondo hemos
creado una postura asistencialista y paternalista desde la sociedad misma. Hablamos de varias
décadas en las cuales el Gobierno y “los cheles” son vistos como proveedores de ayuda,
benefactores y responsables del cambio.
Cuando la Comunidad se adueña de un proyecto y lo incorpora a su cultura, es posible observar
cómo protegen su medio, sin necesidad de un profesional comunitario tenga que “empujarles”
para que actúen. Sus escuelas, sencillas y escasas de materiales, muestran el cuido y limpieza que
no se observan en las ciudades. Sus maestros son parte vital de la Comunidad, los cuidan, los
apoyan, los escuchan.
En estos casos las personas son actores, no simples estadísticas donde se recogen datos
analizados desde la informática y no desde la relación y el análisis de los por qué de estos datos,
de las variables no controladas por un programa frío y mecanizado.5
Los profesionales del trabajo comunitario deben de desarrollar un mayor interés por la
comprensión de los fenómenos desde la lógica de los actores, e ir ubicando en segundo plano la
caracterización mecánica de los territorios. Buscando mantener un equilibrio en la relación con
los pobladores (ni muy cercano, ni muy distante reconociendo los momentos claves para llevar a
cabo alguno de estos momentos).
Hay que romper con un estilo de trabajo que nace de la urgencia en la práctica (no creemos que
sea una visión del trabajo) y que los lleva a no considerar con la debida prioridad la etapa de la
investigación y pasar directo a la planificación estratégica, el marco lógico o el análisis FODA,
reemplazándola por un rápido diagnóstico de la realidad en base a dimensiones claves para la
acción. “Lo que pasa y el porqué pasa” son meros antecedentes necesario para el trabajo
profesional de planificación.
Este error se acompaña luego de la creación de espacios para los aportes de la población, con el
fin de que lo planificado se cumpla, ya que los beneficiarios no fueron tomados en cuenta a la
hora de planificar. Obviando con ello la necesidad de reconocer los intereses de los futuros
beneficiarios, para poder motivarlos en la apropiación del proyecto. Lo que ha llevado a algunos
profesionales del trabajo comunitario a ver el diagnóstico en el terreno como algo secundario y
no central y como una simple formalidad que complementa al Plan. Cuando debe ser la actividad
primaria para desarrollar posteriormente todas las demás y garantizar una mayor y mejor
participación de los beneficiarios.
dd.. NNuueessttrrooss rreettooss
A pesar de estas limitaciones, existen muchas posibilidades de reconstruir un nuevo paradigma de
trabajo en las Comunidades. A pesar del desaliento que acompaña a la Globalización y su
recesión económica mundial, se abre campo el énfasis sobre los aspectos culturales y la
diversidad, sobre el análisis en la circularidad de la comunicación, además de la labor realizada
por las instituciones No Gubernamentales a lo largo de estas dos últimas décadas en el país.
Indispensable es, por tanto, fomentar lo que llamaríamos, “La Globalización de lo No
Gubernamental”, generando espacios de trabajo mancomunado (respetando la identidad de cada
institución) en aquellos territorios más marginados. Con el objetivo de llevar a cabo acciones
conjuntas que complementen sus propios planes. Ya no basta con la coordinación desde arriba,
hay que ejecutarla en acciones concretas en el terreno.
Las Universidades del país tienen una deuda de grandes magnitudes con la sociedad
nicaragüense. Deben retomar la investigación científica en sus programas educativos, ubicar en
5 Dicho sea de paso, no logramos encontrar estadísticas fiables, actualizadas de cada territorio, todo se basa en las
proyecciones del Censo 2005; esto es a todos los niveles.
segundo lugar los cursos de titulación que no conducen a la formación de profesionales de
calidad, y dar el lugar que se merece a la verdadera investigación. Sus ofertas académicas deben
ajustarse a las realidades de los Departamentos, brindando alternativas a los jóvenes de las zonas,
como parte de su aporte a la eliminación de las peores formas del Trabajo Infantil.6
Iniciar la formación académica interna y/o conjunta de las Organizaciones No Gubernamentales,
de todo su personal, priorizando aquellos que tienen un contacto más directo con la población, de
manera tal que se fomente un estilo de trabajo más científico y coherente, que persiga como
objetivo central, el fortalecimiento real de las Comunidades.
VV.. LLAA RREEAALLIIDDAADD –– vvss –– LLAA TTEEOORRÍÍAA
AA.. EEll CChhooqquuee FFrroonnttaall ccoonn uunnaa RReeaalliiddaadd qquuee OOffeennddee
Si tomamos en cuenta las estadísticas oficiales y no oficiales sobre el fenómeno del Trabajo
Infantil en sus peores formas, observaremos una realidad que se resiste a desaparecer, aun con
todas las Políticas y Programas que se llevan a cabo. Más que confirmado está el hecho de que a
mayor pobreza, el fenómeno del Trabajo Infantil en sus peores formas, aumenta y se interioriza
en las estructuras sociales y humanas. De ahí la estrecha relación que hay entre el trabajo
prematuro con la no escolaridad, con un menor rendimiento escolar y con mayores niveles de
deserción, repitencia y extraedad en el sistema educativo. Lo cual da como consecuencia que las
opciones para salir de la pobreza extrema, se cierran.
El conjunto de creencias de la población en la zona cafetalera de Matagalpa y Jinotega, se
estructura dentro de este círculo de miseria y atraso, y asigna valencias a las situaciones conforme
las experiencias vividas por las personas valorando así, según las circunstancias, como positivo o
negativo el Trabajo Infantil:
Cada una de estas posturas posee su propia validez, según la perspectiva de quienes las expresen,
por lo cual no deben ser descartadas a priori. Sin embargo es notorio que en la práctica se vuelven
antagónicas y/o rivalizan en simetría, incapaces de encontrar coincidencias.
6 Las Alcaldías resienten la ausencia de aquellas universidades beneficiarias del 6%, y repudian a aquellas que llegan
a Municipios con objetivos meramente comerciales. Ejemplos sobran y está de más mencionarlos.
• Es un derecho de la niñez y de su familia, sobre todo si ayuda a paliar la situación
económica agobiante.
• Es una herramienta de formación para la vida, siempre y cuando se limite a la
colaboración doméstica, o a pequeñas tareas acordes a su edad en la labor agrícola.
Ponderan muy alto la asistencia a la escuela (como vía expedita de escape de la
pobreza)
• No debe permitirse de ninguna manera, la niñez y la adolescencia deben dedicarse
exclusivamente al estudio.
El imaginario popular de estas zonas aun no logra superar muchos conceptos ya caducos en otras
regiones del país, y se aferra a modelos propios de mediados del siglo XX. Casi siempre se puede
observar este fenómeno en aquellas comunidades donde las familias no cuentan con parcelas
propias, con ingresos justos para sobrevivir, y que dependen exclusivamente de su fuerza de
trabajo para obtener algún tipo de ingreso
La situación socioeconómica de la última década ha impactado de manera directa y cruel, a estas
familias, agregando a su situación el problema de la migración hacia otros países y a las ciudades,
en busca de empleo. Los hijos menores quedan a cargo de la madre y el hijo mayor a cargo de la
familia. Siendo que “las principales causas del Trabajo Infantil están directamente vinculadas
con las deplorables condiciones económicas y sociales en que se encuentra sumida la población,
principalmente en el área rural…”, el círculo de hierro se funde y el panorama se vuelve más
sombrío.
Las costumbres y cultura de la zona, la extrema pobreza y las faltas de alternativas, se ven
reforzadas por la falta de equidad en que se encuentran las familias en el sector rural en relación
con el sector urbano. Las jornadas laborales que llevan a cabo los menores son extenuantes, sin
espacios para el descanso y en contraposición directa con el goce de sus derechos.
Niños, Niñas y Adolescentes consideran que el trabajo les permite, al menos en la temporada de
corte, la posibilidad de obtener algunas cosas materiales para ellos y ellas (ropa, cuadernos,
lápices, lapiceros y hasta “chiverías” propias de cada edad).
Como vemos, la pretensión de erradicar de raíz el Trabajo Infantil, choca brutalmente con una
realidad con raíces muy profundas, que se resiste férreamente a declinar sus posturas. De ahí
nuestra interrogante acerca de los procedimientos utilizados para enfocar el problema. Nos
apoyamos para ello en una pregunta que nos realizara un maestro en la zona: “¿Si los niños no
aprenden a machetear, cuando sean mayores, de qué van a vivir? Si no aprenden desde
pequeños, se mueren de hambre...” Aunque nos incomode a todos y todas los que pretendemos
ayudar a crear un mundo mejor, no podemos obviar que han transcurrido muchas décadas y el
problema de la pobreza en las zonas rurales no ha desaparecido, por el contrario, ha empeorado.
Visto desde la perspectiva de los actores, el planteamiento tiene total validez, tienen que entrenar
a sus hijos en la lucha por la sobrevivencia, no existen alternativas tangibles a la vista. Así que
debemos promover la búsqueda (o la aparición) de dichas alternativas.
BB.. EEdduuccaacciióónn:: ¿¿ccaannttiiddaadd oo ccaalliiddaadd
Hablar de educación en las zonas rurales, es hablar de frustraciones. Por mucho esfuerzo y
propaganda que hagan los encargados gubernamentales (no importa quiénes ni cuándo), la
situación parece seguir inalterable. No basta con que asistan más estudiantes, ni que se
construyan edificios escolares. Tal parece que nadie logra percibir, en las altas esferas, el drama
que viven la niñez y la adolescencia en estas zonas.
La ecuación tan simple de la situación socioeconómica de las familias, se resume en las quejas de
las personas:
Dos años adicionales de educación para los niños y niñas trabajadores pueden implicar una
diferencia de entre cuatro y seis veces en sus ingresos de por vida.
Largas distancias entre las Comunidades y las escuelas respectivas, a veces 1 hora cuando menos,
a pie, con caminos intransitables en época de lluvias, afectan la asistencia y puntualidad a clases.
La escuela no mantiene el atractivo necesario para que la niñez y la adolescencia de las zonas,
decidan ser parte de las Comunidades Educativas. Las causas pueden ir entre el abandono y
deterioro de los locales, el hambre, la carencia de útiles escolares, ropa y calzado y, lo más
notorio, la desatención que reciben de sus maestros, ya sea por incapacidad de los mismos, por su
ausentismo o por las burlas que reciben de otros estudiantes. Recordemos que acá predomina el
modelo “multigrado” y es común encontrar grupos de estudiantes de diferentes edades
compartiendo un aula de clases y un maestro.
Escasez de maestros autóctonos. Lo que implica que los mismos se ausenten periódicamente para
visitar a sus familias, reduciendo la jornada escolar a 3 días, en vez de 5. Eso sin tomar en cuenta
el tiempo perdido cuando los docentes se enferman o son convocados por alguna institución para
realizar otro tipo de actividades de carácter comunitario, pero sin relación alguna con su labor
pedagógica. Sobre sus hombros recae una carga laboral extra, no remunerada y, lo que es peor,
no reconocida por nadie.
Como señalaba un profesional de una ONG: Los maestros conforman “el batallón de choque”
para todo tipo de actividades que se realicen en las comunidades, sean estas propias o no de su
quehacer laboral, las repercusiones en la jornada escolar son directas.
Los docentes rurales son profesionales del Estado, no del MINED, independientemente de la
orientación política del Gobierno de turno. Sin embargo son los que tienen las peores condiciones
de vida y trabajo, de formación y de oportunidades de crecimiento profesional.
La infraestructura escolar en las comunidades evidencia un gran abandono. No queremos
descargar la responsabilidad total en el MINED, es evidente que la población no se ha apropiado
de “sus escuelas”, porque donde sí ha ocurrido (sólo una), era notorio el cuido y la preocupación
por su mantenimiento. Igual podemos decir de la participación de los productores, porque donde
ellos se involucran, también existe algún tipo de mantenimiento hacia los centros escolares, si no
es con vigilancia, es con comida, es con respaldo hacia las actividades extraescolares…
Pobreza = Hambre/desnutrición
Hambre = empuja a buscar trabajo/comida/ropa
Trabajo = es incompatible con la escuela
A menor educación = más pobreza
11.. FFoorrmmaacciióónn yy HHaabbiilliittaacciioonneess TTééccnniiccaass
Muchas no se corresponden a la realidad de las zonas (computación – vs – electricidad) en áreas
donde la electricidad sigue siendo un sueño. Belleza y Repostería, donde el gas butano y los
electrodomésticos más usuales escasean o no existen. Escuelas Técnicas INATEC ubicadas en las
cabeceras municipales, cuando la mayoría de las comunidades están muy distantes y el sistema de
transporte y las vías de comunicación son sumamente deficientes y caros. Por tanto, quienes las
aprovechan más son las personas que residen en las cabeceras o cercanas a ellas.
Las Universidades no tienen presencia real, si la hay no generan acciones que impacten en las
Comunidades. Las Alcaldías se quejan de este problema y de algunas universidades que han
querido aprovecharse de la situación.
Se pueden observar múltiples esfuerzos de las Organizaciones Gubernamentales y No
Gubernamentales que pretenden cubrir estas necesidades, lo llamativo del caso es que no siempre
responden a un esfuerzo único, global, sino a sus propios planteamientos y objetivos de trabajo.
No es nuestra intención descalificar estos esfuerzos, pero queda la impresión de que no hay un
análisis profundo de la realidad de cada Municipio y sus Comarcas, mucho menos un esfuerzo
conjunto para realizar un Plan de Municipio (sin distingo de colores) que apunte a desarrollar
todo el potencial económico, productivo y educativo de las zonas.
22.. AApplliiccaacciióónn ddee LLeeyyeess
Personal del MITRAB visita los centros de trabajo de manera aleatoria para supervisar la
aplicación de las Leyes que en materia de Trabajo Infantil se han establecido. Sin embargo, no
existen delegaciones en los Municipios y todo lo relacionado con el tema debe ser coordinado
desde el nivel nacional, esto acarrea serios problemas a las municipalidades y facilita el retardo
en la ejecución de políticas que demandan presencia permanente en los territorios.
El desconocimiento de las realidades es un producto de esta situación. Las municipalidades
valoran el factor humano de cada caso y tratan de manejar con sumo cuidado las acciones a
ejecutar, y valoran como negativa la ausencia de la delegación de este ministerio para el combate
contra el Trabajo Infantil.
22.. LLaa llaabboorr ddee llooss OOrrggaanniissmmooss eenn llaass zzoonnaass
Los Organismos que trabajan en las zonas, cuentan con un personal que ejerce sus labores con
entusiasmo y dedicación, forjando un liderazgo fuerte y estable dentro de la población (como
dirían los publicistas, han creado “una marca”) que les facilita su contacto e influencia entre las
personas. Sin embargo, creemos que aun adolecen de algunos estilos de trabajo que les impiden
sacar el máximo provecho de esa autoridad alcanzada a lo largo de varios años. Entre esos
problemas pudiéramos señalar los siguientes:
No sistematizan sus experiencias. Dejando a un lado el análisis cotidiano de las diversas
realidades.7 Esto no implica que los compañeros desconocieran la realidad, por el contrario, la
conocían con propiedad, sin embargo no consideraban necesario el plasmarlo en algún
documento que les sirviera de base para monitorear su labor. Recordemos que esto es una
situación que, a la larga, desvirtúa todo el esfuerzo que se realice al perder la objetividad en
nuestros análisis.
Sorprendente para algunos funcionarios fue el escuchar, en labios de beneficiarios de vieja data
de sus proyectos y programas, posturas que no se correspondían con lo que ellos habían
promovido: “quejas, demandas, peticiones, etc., pero ningún planteamiento propositivo”. Esto
ocurrió en una Cooperativa “modelo”. Igual pudimos observar que en esa y otras Cooperativas
existían casos de menores trabajando dentro de sus instalaciones o en parcelas privadas.
Por otro lado, si bien existen relaciones de coordinación entre organismos, no pudimos detectar
indicadores que demostrasen esfuerzos comunes y/o alianzas para trabajar determinados
problemas en las zonas (la Mancomunidad), una posible solución a las carencias de presupuestos
y donaciones que actualmente se enfrentan.
Queremos resaltar una situación notoria que observamos en adolescentes que trabajan con los
Organismos No Gubernamentales (muchos de ellos acaban siendo líderes comunitarios a la
vuelta de unos años). Su lenguaje, sus gestos, sus actitudes, sus posturas, no se corresponden con
la mayoría sus coetáneos, su personalidad rígida se asemeja más a la de un adulto que a la de un
adolescente. A nuestro juicio, los distancia de sus grupos etáreos, lo cual puede impedir su
potencial liderazgo en el futuro, liderazgo basado en su arraigo en la Comunidad de pertenencia.
VVII.. CCOONNCCLLUUSSIIOONNEESS
Actualmente la discusión sobre los mecanismos para superar aquellos problemas
infraestructurales que retardan el desarrollo socioeconómico del país alcanza su clímax y las
posturas se tornan contrarias en algunos momentos, sobre todo en lo concerniente a los
procedimientos y estilos de trabajo, tanto del estado como de la sociedad civil. Sin embargo, no
puede someterse a discusión alguna el hecho de que cualquier estrategia de desarrollo descansa
obligatoriamente en la participación voluntaria y desinteresada de los diversos actores en los
procesos de toma de decisiones. Para que la gestión estatal alcance un nivel de consenso, se
requiere de la participación de todas las partes interesadas en todas las instancias que permitan
fortalecer la confianza entre el gobierno y la sociedad civil, ampliándose las oportunidades de
cooperación y coordinación.
Deben superarse, por lo tanto, las posiciones egocentristas que generan una visión miope y
unilateral de los problemas y necesidades de cada comunidad, tanto a nivel gubernamental como
de la sociedad civil. Olvidar la carrera por el cumplimiento de metas (táctica que conduce al
7 Durante el tiempo que estuvimos en la zona, no logramos obtener una radiografía totalmente exacta de una
Comunidad; no hubo un solo documento que nos permitiera contrastar lo dicho, lo visto y lo observado por nosotros
con otro tipo de análisis.
activismo más puro, y que a la larga, sin que ese sea el propósito, termina ahogando las buenas
intenciones formuladas en cualquier proyecto).
Es el momento de establecer un alto y repensar las estrategias y las metodologías que se están
ejecutando en los territorios, y comprobar si las mismas tienen el nivel de impacto que se han
definido para cada uno de ellos y sus problemas. Revisar si es posible llevar a cabo alianzas con
otras instancias (gubernamentales o no gubernamentales) en determinados territorios, con un
perfil “mancomunado/sinérgico” que integre varios servicios/proyectos.
Construir un nuevo enfoque del trabajo, que lleve a centrarse más en las personas y sus factores
subjetivos que en los objetivos del Plan de trabajo, disminuyendo el activismo interno que
conlleva este último (más que centrarse en el número de reuniones y eventos, y la cantidad de
asistentes, centrarse en las conductas y actitudes observables en cada comunidad, como
indicadores del cumplimiento de los objetivos de cada proyecto). Tiene más valor e impacto
social el cambio de actitudes, creencias y conductas, que la asistencia numerosa a un evento.
Promover, entre los funcionarios (gubernamentales y no gubernamentales) actitudes de
investigación como parte de su estilo cotidiano de trabajo, buscando erradicar por esta vía
aquellas conductas que llevan a la rutina, al facilismo y que dan como resultado el cumplimiento
no real de los planes y sus metas.
Romper con el lenguaje técnico, como instrumento de comunicación, y rescatar el lenguaje
autóctono de cada comunidad, incluso promoverlo conforme los grupos etáreos, para
dignificar/humanizar el sentido real del trabajo comunitario: desde, de y con la comunidad. Nos
apoyamos en lo señalado por Luis Felipe Ulloa: “hay dirigentes comunitarios y otros activistas
que toman como modelo lo que los académicos o los técnicos “que conocen” dicen... y tratan de
imitarlos. Es lo que los participantes-as suponen que “debe” hacerse... que es lo “correcto”. (La
línea de la vida, pag.26 2005)
Coincidimos plenamente con la postura de Save The Children de diferenciar los tipos de trabajo
que practican los menores, dado que muchos de ellos permiten la formación de la personalidad
del ser humano y le entrenan para sobrevivir dentro de la sociedad; recalcamos nosotros que, en
zonas de extrema pobreza puede llegar a ser más inhumano para la persona, el no poder obtener
ingresos para la subsistencia. Aunque sea ilegal el Trabajo Infantil, el impedirlo puede ser
totalmente injusto en algunos casos. El énfasis debe ponerse en el abuso, en la explotación, más
que en el trabajo en sí. El trabajo es fuente de dignidad y de salud.
Por último, pero no menos importante, resaltamos la necesidad urgente que tienen las
Universidades de Nicaragua de resarcir su deuda con la población de estas zonas, ya sea creando
presencia directa en las comunidades, o llevando las prácticas, la investigación y la asesoría a los
pequeños productores, a los maestros, a los funcionarios de las Alcaldías y delegaciones
ministeriales. Ofreciendo carreras adecuadas a las realidades de cada lugar y, sobre todo, lo más
cerca posible a los núcleos poblacionales. Entre algunas de las posibles soluciones que se nos
ocurren.
BBIIBBLLIIOOGGRRAAFFÍÍAA
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