sarlo-política.ideología.y.figuración.literaria (1)

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    1/15

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    2/15

    EN

    PRESENTE

    329

    328

    Frente a un monólogo que ocultaba las fracciones

    entre

    los ctiterpnt¿i; '

    bandos

    de

    poder militar, por lo

    menos

    durante los primeros cuatro años

    La

    cuestión

    social

    sólo

    puede ser planteada significati

    biemo) cuyo efecto era fijar sentidos para una sociedad que debía ser

    vamente sobre

    la base de la

    cuestión

    de la calidad esté

    cada en ellos, el

    discurso del

    arte y

    la

    cultura

    propone

    un modelo

    o r r n a l m e n

    tica. Dicho de otto modo, la sociología no debería pre-

    te opuesto: el de la pluralidad

    de

    sentidos y la perspectiva

    dialógica.

    2

    Si

    el

    : r

    4-

    guntarse cómo funciona la música sino

    cómo

    se coloca

    discurso del régimen

    se

    caracterizaba por cerrar el

    flujo

    de los significados

    respecto

    de las

    antinomias

    'sociales

    fundamentales,

    si

    se

    en

    consecuencia

    ,

    indicar

    líneas obligadas

    de

    construcción

    de

    sentido,

    p r o p o r ~

    propone

    gobernarlas, dejarlas estar o, incluso, escamo-

    cionando un modelo comunicacional pobre y unidireccional, en

    el cual

    '

    tearlas. Y esta pregunta conduce hacia lo que es inma-

    elenco

    muy

    reducido de

    figuras agotaba las representaciones

    de

    lo

    social y nente en la forma de la obra misma.

    individual, de

    lo público y lo

    privado,

    del

    presente

    y

    de la

    historia, los dis f" i

    Adorno

    a

    Krenek

    sos

    de la

    literatura

    podían

    proponer

    una prácticajustamente de sentidos

    abier,'

    ·':  o

    S'

    Deben proponerse perspectivas

    que desplacen

    y

    extra-

    tos,

    de

    cadena qúe no cierra, de figuraciones abundantes. Frente a

    la pobrezá

    ñen el

    mundo, revelen su

    ser,

    con sus

    escollos y sus fisu

    impuesta

    de los sentidos y la unicidad

    de

    las

    explicaciones, crearon un espad

    a

    ras, tan

    distorsionado

    y

    pobre

    como aparecerá, algún

    rico de sentidos y explicaciones que

    se

    hicieron cargo de

    la

    ambigüedad ylá

    . ,

    día, a la luz mesiánica. Ganar tales perspectivas, sin ve-

    dificultad de hablar en

    una

    sociedad opaca. En escala reducida, reinstalaban

    . leidad ni violencia, a partir de un

    contacto sentido

    con

    las condiciones de una situación comunicativa no unidireccional.

    los objetos: tal es

    la tarea del pensamient o.

    Es imposible

    afirmar

    que

    este

    progra=a representa a toda la literatura

    af

     ,

    Adorno,

    Minima moralia

    ge n

    tina

    del período

    en

    primer lugar, porque parece dificil, en cualquier

    tuación, caracterizar

    por

    un

    solo

    rasgo a

    un corpus

    que se define, principi:U

    La narrativa de

    estos últimos

    diez años se

    escribe

    en el

    marco

    de la crisis de

    mente, por un sistema

    de

    diferencias además

    de

    líneas

    de

    contacto).

    í

    la representación realista y

    de

    la hegemonía consiguiente

    de

    tendencias estéti

    embargo, sí es posible

    leer

    algunos

    de

    los

    textos de

    estos años

    desde esta

    cas que trabajan

    incluso con obsesión) sobre problemas

    constructivos, de

    in-

    pectiva, sobre la base, además, de que en ella

    parecieron

    ubicarse también

    ~ r t e x t u a l i d a d

    de

    procesamiento

    de

    citas, de representación de discursos,

    de

    razones de su circulación y repercusión

    en

    la sociedad y

    en muchos

    casos,

    ;:

    .relaci6n entre realidad y literatura o

    de

    la

    imposibilidad de esta relación.

    Es co

    su éxito.

    .,q} ; ) [ ~ :   mún que

    escritores se

    ;efieran a c u ~ s t i o n e s t e ó r i c o - c r í ~ c a s y _ d . e ~ u e s t r ~ n lectu-

    ras

    de

    textos

    extremadameate sofistIcados desde el pSlcoanáhsIS lacanlano a la

    l:i :'"

    ~ , ' , ~ e ( ) r í a

    del intertexto qu e ,

    dicho

    sea

    de

    paso, abre la

    posibilidad de una

    nueva

    de

    Borges

    en

    la clave

    de

    las

    escudas r a n c e s ~

    y del

    postformalismo ro

    BuenosAires, Sudamericana, 1979. Enrique Medina, Las

    muecas del miedo,

    Buenos Aires,

    lema,

    1981. Daniel Moyano,

    EllibTO de navíos

    y

    borrascas, Buenos

    Aires, Legasa, 1983; El

    . El haz de incitaciones incluye a BenJamin, Foucault, Nietszche, Lacan o

    lo del tigre, Buenos Aires, Legasa, 1983.

    Pedro

    Orgambide, Hacer la América, Buenos

    Wittgenstein,

    corno

    puede leerse en citas explícitas u ocultas

    en

    las narraciones

    Bruguera, 1984. Ricardo Piglia, Respiración a r l i f i c i a ~ Buenos Aires, Pomaire, 1980.

    más

    signadas porla hiperliterariedad,

    de

    las

    que raramente

    faltan

    marcas de

    un

    Puig, El beso

    de

    la

    mujer araña,

    Barcelona, Seix

    Banal,

    1976;

    Pubis angelical,

    Barcelona,

    ~ l e c t o r

    capaz

    de

    seguir

    la trama de las

    alusiones.

    Incluso en

    escritores

    cuya

    pers-

    Banal, 1979.

    Rodolfo

    Rabanal, El pasajero, Buenos Aires,

    Emecé,

    1984. Andrés Rivera,

    continúa

    siendo

    más

    afín con

    la del

    realismo, la conciencia

    de

    que ya

    que perder Buenos Aires,

    Centro

    Editor

    de

    América Latina, 1982; En

    esta dulce tierra,

    es

    posible

    una confianza ilimitada en las

    posibilidades

    de

    la representación

    Aires, Folios, 1984. Juan José Saer,

    Nadie

    nada

    nunca,

    México, Siglo XXI, 1980.

    riano, No habrá más penas ni olvido, Buenos Aires, Bruguera primera edición: Barcelona;

    M

    ~ u d e

    marcar las elecciones constructivas. El trabajo con el sistema literario y el

    1980 ; Cuarleles de invierno,

    Buenos Aires,

    Bruguera

    primera edición: Barcelona, 1982).

    de

    géneros

    del

    policial a la ensayística) diseña

    un

    arco tan amplio corno

    rio Szichman,

    A las

    20 25

    la señora

    enlTÓ

    en la inmortalidad,

    Hanover, Ediciones del

    para

    extenderse desde Osvaldo Soriano hasta Ricardo Piglia. Por otra parte, la

    1981.

    HéctorTizón, La casa

    y el

    viento,

    Buenos Aires, Legasa, 1984. David Vmas,

    Cuerpo a

    'eelaboración de los

    discursos

    del periodismo, de los

    medios

    de

    comunicación

    po México, Siglo XXI, 1979.

    masas y de la cultura popular supera los

    límites

    de

    la literatura "culta", co

    2

    Véase,

    en

    el

    Apéndice

    a este texto,

    un

    análisis

    de

    las

    condiciones del

    discurso

    sucede

    ejemplarmente en la obra de

    Manuel Puig.

    ritarlo.

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    3/15

    330

    BEATRIZ SARla

    Enfrentada con la disimetría entre el orden de lo real y el orden del

    i s c u r ~

    so,31

    a

    narrativa presenta esta cuestión estética

    fundaIllental incluso

    en

    aquellos '

    textos que parecen más inclinados a afirmar la posibilidad de la representación.

    4

    .

    En el reconocimiento de

    esta disimetría,

    que ataca la ilusión realista porque po- .

    ne

    en

    el

    centro

    la pregunta

    sobre cómo

    representar,

    al mismo tiempo que inte'

    rroga al objeto de la representación y,

    por tanto,

    al orden de los

    hechos, la

    na- .

    rrativa

    de

    estos

    años

    afirma,

    taIIlbién

    de

    este

    modo,

    una

    cualidad

    disidente.

    En .

    la medida

    en

    que el discurso del

    régimen

    se

    basa

    sobre la afirmación de

    un

    or

    den

    natural que la

    perversidad

    del

    enemigo

    ataca

    para

    transformar esa natura

    leza

    en antinaturaleza,

    un

    discurso literario que problematiza las

    relaciones

    na-

    turales e inmediatas con el referente afirma la cualidad convencional de toda

    representación

    y

    pone en escena

    el pacto narrativo

    que

    hace posible

    no

    sólo la

    escritura

    sino la lectura de

    un

    texto de ficción.

    5

    Al debilitar la idea de

    una

    relación necesaria y

    única

    entre el orden de lo re-

    presentado

    yel

    orden de la representación, los textos

    más

    significativos reflexio

    nan

    no

    sólo sobre l orden

    de

    la representación sino también sobre el orden de

    lo representado . Son,

    en

    este sentido, ficciones interrogativas de lo real y auto

    conscientes de los medios y las formas de su interrogación.

    a

    destrucción de

    las

    ilusiones organicistas

    que

    atribuirían

    un

    nexo de necesidad

    entre

    el

    orden

    de

    los

    hechos y

    el

    orden de la representación,

    instala

    una pluralidad

    de nexos

    en

    tre aIIlbos niveles y, en

    consecuencia,

    diferentes regímenes de verdad literaria. ,

    Vmculada a ello, está la idea de

    que

    los textos ponen

    en

    escena un debate·

    de

    valores y, en consecuencia, discursos

    de

    diferente procedencia ideológica, po

    lítica, social y cultural.

    6

    Frente al monólogo

    practicado por

    el autoritarismo, apa- .

    rece

    un

    modelo comunicativo

    que tiende

    a la perspectivización y al entramado

    de

    discursos. Las ficciones

    se

    presentan, con frecuencia, como versiones e inten

    tos de rodear, desde ángulos diferentes, una totalidad que,

    por

    definición, no'

    puede ser representada

    por

    completo. Incluso las

    narraciones

    marcadas

    por

    opo

    siciones

    binarias

    reconstruyen, de tal modo

    el

    mundo discursivo e

    ideológico

    del

    3

    Pero ¿quién puede asegurar que

    el

    orden

    del

    relato es el orden

    de la

    vida?" y

    En

    l -

    fondo, dijo después, Joyce se

    plante6

    un

    solo problema: ¿c6mo narrar los hechos reales?", te '

    matiza Ricardo Piglia

    en Respiraciún artificial,

    op

    . cit.,

    pp. 42

    y

    184.

    4 Por ejemplo,

    en

    las variaciones que se

    dan

    entre

    narrador

    y autor, en

    Flores robadas en l s

    jardines de Quilmes, de Jorge

    Asís.

    5 Sobre la

    noción de pacto de

    lectura, véase Philippe Lejeune, ú pacte autobiograPhique, · .

    París, SeW,J, 1975 [El p cto autobiográfico, Madrid, Endymión, 1994]; y los actuales desarrollos

    de

    Josefina

    Ludmer

    sobre el pacto social

    en

    la literatura

    gauchesca (publicados en l gtnero

    ,

    gauchesco. Un tratado sobre l patria Buenos Aires, Sudamericana, 1988). "

    6

    Véase al

    respecto

    FredricJameson,

    The

    Political Unconscious:

    Narrative

    as a Socially SymM- 

    ú Act, Ithaca y Londres, Comell University Press, 1981. .

    LEER EN PRESENTE

    331

    . ,'.

    atto

    , exhibiendo

    una

    densidad de significados

    que no

    podría describirse

    coino

    ,

    maniquea.

    En

    este

    sentido, el discurso

    de

    la ficción se coloca, formalmente, co

    IIlO opuesto al discurso

    autoritario.

    TaIIlbién

    por

    su perplejidad frente a

    un

    sis

    , tema

    de

    valores,

    hegemónico en

    la izquierda del Call1pO intelectual desde los

    años

    sesenta,

    que estalla a mediados de la década

    siguiente.

    a

    perplejidad ante

    el frci.caso

    de las ilusiones y el

    giro dramático que

    afecta a

    la

    sociedad, desenca-

    .

    dena

    estrategias

    literarias diferentes.

    Lo

    que

    casi

    siempre

    puede

    leerse

    son

    los

    intentos, variados

    desde el punto

    de vista

    de

    las soluciones fOITI1ales, de plantear

    el interrogante

    sobre

    la cuestión argentina": citas,

    dedicatorias, epígrafes

    , nom-

    _ bres diseminados por los textos son marcas que contribuyen a anclar la signifi

    cación literaria y

    la historia

    ficcional

    en la

    historia.

    No

    es

    extraño, entonces, que

    las novelas planteen

    un doble orden

    de pre-

    guntas: sobre la

    h i s t o r i ~ que cuentan

    y sobre las modalidades empleadas

    para

    contarla. Esta serie' doble es significativa socialmente

    porque

    la

    historia

    argenti-

    na de los últimos años,

    por

    su violencia y su excepcionalidad, impulsa esta bús

    queda

    de

    razones. Las pregun tas ¿cómo hemos llegado a este punto? y

    ¿qué

    hay

    en nuestro pasado

    que

    pueda explicarlo?,

    que

    atraviesan a la sociedad y, proba-

    · blemente, seguirán buscando respuestas ,en los

    años que

    se avecinan, son taIIl- .•

    bién preguntas de

    la

    literatura. Acerca

    de

    ellas quizás

    no puedan

    articularse dis

    cursos que desarrollen una sola respuesta,

    en

    la medida, también,

    en

    que la

    sociedad puede experimentar hoy la insuficiencia de una

    respuesta

    única.

    a cir-

    culación más o menos amplia de los textos ie ficción, y el

    éxito de

    público o la

    repercusión

    intelectual de muchos de ellos, indicaría que hay

    un

    tejido

    común

    de interrogantes que se extiende

    entre

    el campo intelectual y otras zonas de la

    sociedad. InterroganteS

    de

    la índole planteada en

    la

    ficción pueden

    leerse

    en

    el

    ensayo y

    en

    el discurso de lás ciencias sociales.

    No parece

    haber

    respuestas sencillas.

    Excepto en el

    caso

    del

    d i s ~ o polí

    tico más atenido a conceptualizaciones sumarias.y fánnulas tradicionales, tanto

    en la izquierda como en la derecha, existe

    un

    sentido

    común

    generalizado en la

    capa intelectual. y

    en l Call1pO

    cultural

    de que

    el objeto interrogado

    tiene una

    c o m p l e j i d ~

    que dispersa

    toda ilusión

    de respuesta

    totalizante. Existe, asimismo,

    una

    noción de

    la verdad

    como

    construcción

    de sentidos,

    de

    la

    verdad

    como

    pro-

    ceso y no como resultado,

    que

    es afín a la idea de la significación literaria como

    productividad, como

    intersección

    de perspectivas textuales.

    El discurso

    del

    gobierno

    militar había definido la

    situación argentina

    como

    caos, que el nuevo régimen venía a reparar y organizar.

    a

    intervención

    militar

    .

    estabajustificada, en las proclaIllas iniciales y

    en

    las manifestaciones de susjefes,

    precisaIllente

    por

    este

    juicio sobre

    la

    etapa

    final

    del gobierno peronista

    y la lu

    cha

    desencadenada

    entre

    organizaciones revolucionarias

    y

    aparatos

    represivos.

    El tema del caos social, sin embargo, aunque fijó tm eje y

    un a

    justificación del

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    4/15

    332

    333

    golpe de estado y de los años

    posteriores, no puede leerse solamente

    desde este ,

    punto

    de vista. A

    partir de 1975,

    por lo menos,

    también

    la sociedad civil (yespe-:

    cialmente los sectores populares) experimentó el conflicto militar y político

    mo producto de

    una

    constelación de

    fuerzas

    que escapaban a principios de e x ~ ,

    plicación que,

    en

    otros

    momentos, podían haber parecido relativamente

    __

    "

    adecuados. La retórica

    de la violencia obturaba

    otras modalidades

    de

    e x p l i c ~ :-

    ción

    de

    los

    enfrentamientos,

    aunque

    éstas

    coexistieran

    con

    los

    hechos

    armadoS.

    a crisis de representatividad y de poder del gobierno

    peronistaen

    sus últimds

    dos años,

    unida a la imposibilidad de que

    otros

    partidos propusieran soluciones '

    viables, convertía a la política en un espacio

    donde

    el

    poder

    armado se p r e s e n

    taba como

    protagonista casi único y

    donde otro

    tipo

    de

    estrategias de

    mediación,

    entre partes

    parecían

    inevitablemente

    destinadas

    al fracaso. La lucha de suce- '

    sión

    dentro del

    peronismo acentuaba la

    matriz

    bélica

    de todas las actuaciones ,

    públicas. y, en consecuencia, disminuía la posibilidad de

    intervención

    por

    parte

    '

    de

    otros

    sectores

    de

    la

    sociedad que no participaban

    en

    el conflicto

    bajo

    su he

    gemónica

    forma

    militar.

    Frente

    a

    esta situación,

    el

    régimen autoritario produjo un discurso

    mani- ,

    queo.

    La

    contestación literaria se hizo cargo de una articulación más compleja

    del referente incomprensible, para decirlo con

    un

    adjetivo que describe la concien

    cia

    difundida

    del período; que podía ser vivido como caos,

    en

    la medida en que

    las decisiones políticas y militares que afectaban a

    toda

    la sociedad eran tomadas'

    en

    espacios

    secretos

    y no sujetos a la discusión pública, ni su

    sistema

    de valores,

    ni las presuposiciones que los sustentaban. Acercarse al

    enigma

    que el discurso

    militar designaba

    como caos es

    parte del

    impulso hacia el sentido presente

    en

    diferentes narrativas de este

    período.

    En la literatura podían escucharse voces, '

    distintas de las del enfrentamiento irreconciliable cuyo

    objetivo esencial

    reside

    en la anulación del Otro.

    Ahora

    bien,

    la literatura

    enfrentaba

    así

    un problema

    extremadamente

    ,complejo. Menos que nunca era posible recurrir a un Sentido, a un núcleo

    úni

    r

    ca de explicación, que pudiera hacerse

    cargo

    de esta realidad opaca

    y

    d e s o r ~

    denada. Para

    decir19 con Walter

    Benjamin,

    las formas

    de

    la alegoría, o

    la

    tendón alegórica,

    podían tener

    la capacidad de

    "extinguir

    la

    apariencia": : - :

    organizar restos

    de

    sentido, fragmentos

    de certidumbres

    dispersas por el vien

    to

    de la

    historia, atravesar

    la

    superficie

    de

    lo real precisamente

    porque

    esa

    su'

    .

    perfide es incomprensible según

    los

    instrumentos intelectuales que hasta el'

    momento

    se le habían aplicado, reconstruir la experiencia en contra

    del d i s ~

    curso que sobre esa experiencia circulaba desde el poder militar, éstas serían ,

    quizá las formas

    tentativas

    para la destrucción de la

    apariencia.

    "En realidad,

    un

    nivel

    de

    la argumentación

    de

    Benjamm

    es

    que toda

    literatura, incluso

    a q u e -

    na

    que

    parece

    evocar

    una

    completud simbólica

    de

    sentido,

    una 'presencia'

    in: ' o

    LEER EN PRESENTE

    mediata de aquello

    que

    es significado, puede y quizás deba ser leída alegórica

    ", mente."7

    Para Benjamin existe,junto a la alegoría en su sentido clásico, una

    forma

    alegórica

    de

    percibir y

    representar

    que,

    más que

    restaurar

    una

    totalidad

    de

    sen

    tido, es

    "sintomática de una pérdida de un

    sentido

    verdadero, inmediatamente

    accesible".8 Formas alegóricas, formas de la

    figuración,

    tropos, marcan muchos

    de

    los

    textos

    producidos

    en

    este período,

    no

    sólo

    como

    procedimientos

    en

    el

    ni

    vel

    de la escritura, sino como

    grandes

    movimientos articulado!esde toda la

    es

    tructura ficcional. Podría decirse que incluso los

    relatos

    cuya

    estética

    es la del

    realismo

    no

    pueden evitar

    un funcionamiento figurado, en la

    medida

    en

    que,

    por

    un

    lado, la

    lectura

    social

    tendía

    a encontrar constelaciones de sentido

    no

    in - .

    mediatamen te evidentes sino construidas a partir de la peripecia explícita y,

    por

    otro lado, que, como

    escribe

    Hayden

    White:

    "El tropo es la sombra de la cual to

    do discurso realista trata de huir. Esta huida, sin embargo, es

    inútil; porque

    los

    tropos son

    el

    proceso a través del cual todo

    discurso constituye

    los objetos que

    pretende

    describir sólo de manera realista y analizar objetivamente".9

    Estas narrativas

    renuncian, por una

    parte, a

    la

    construcción de

    grandes

    ex

    plicaciones;

    mientras

    mantienen,

    por

    la

    otra,

    una

    relación

    móvil y

    dinámica en

    tre los sentidos comunes de la experiencia, los sentidos impuestos

    por

    el discur

    so autoritario y el

    conjunto de sentidos construidos en

    los años

    inmediatamente

    anteriores. Presentan así

    un

    discurso

    caracterizado por

    formas

    figuradas

    sobre el

    o ~ u n t o

    de

    hechos y experiencias que "se

    rehúsan

    a incorporarse dentro de las

    nociones

    convencionales

    de 'realidad', 'verdad' o 'posibilidad'

    ".10

    Esta movilidad

    del sentido,

    la

    tensión que se establece entre las formas figuradas, diseñan un es

    pacio discursivo

    abiend a la interpretación. Prácticas que están en el centro

    del

    discurso literario

    encuentran

    también su necesidad social

    en

    la censura y

    la

    au

    tocensura,

    que,

    sin

    embargo, no son condiciones suficientes para explicarlas.

    y, para volver a las citas que encabezan estas

    n o ~

    la literatura propone su

    contenido de verdad

    bajo la forma

    de

    la

    figuración.

    No

    reconstruye

    una

    totali

    dad a partir de los

    disiecta memb rade

    la sociedad (empre sa quizás imposible), pe

    ro sí propone cursos de explicación, constelaciones de

    sentido, que

    plantean lec

    7

    Walter Benjamin, "Cenlnll. Park", traducción de Uoyd Spencer, publicada

    en New

    Ger-

    man

    Critique

    nO 34,1985, p.

    41.

    Sobre la alegoría

    y sus funciones, véase

    también

    Hemán Vidal,

    "Hacia

    un

    modelo gene'ra.l de

    la

    sensibilidad socialliteraturizable bajo el fascismo",

    en

    H. V.

    (editor), Fascismo

    y experiencia literaria:

    reflexiones para un manonización

    Minneapolis, Institute

    for the

    Study

    ofldeologies and

    Literature,

    1985.

    8 Uoyd

    Spencer, f1J cit. pp.

    62-63.

    9 Hayden White,

    Tropics

    ofDiscO U.rse. Essays in Cultural

    Oritici5m,

    Baltimore y

    Londres,

    The

    Johns Hopkins

    University Press, 1978,

    p.

    2.

    10 bid.,

    p. 4.

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    5/15

    334

    335

    turas

    diferentes

    y

    alternativas del orden

    de

    lo real, según una pluralidad de

    gímenes

    discursivos y

    de

    estrategias de ciframiento.

    arrativa

    historia

    . .

    Proponer

    un

    conjunto

    de

    ficciones

    para ser

    leídas

    según

    las

    claves

    que

    se "

    han expuesto, implica, obviamente,

    elegir

    dentro

    -del corpus y al mismo tiem- .

    po,

    reconocer

    que

    la lectura

    se

    desenvuelve

    como

    proceso dentro

    de un

    hori- - .

    zonte de expectativas

    (el del

    crítico,

    el

    del campo

    intelectual

    en

    que

    éste se

    ins- .

    cribe, el

    horizonte más

    global del público que también

    ha leído

    en estas novelas

    formas

    cifradas de la cuestión argentina) 11 Parece demasiado

    ambicioso,

    enton

    ces, remitirse a

    una

    objetividad improbable, que

    el

    tiempo

    cambiará

    por otras

    formas

    de

    objetividad, basadas

    en

    las nuevas funciones

    que

    estos libros cumplan

    en

    sU

    'ciclo de lecturas y en los cambios en las normas de valor. No estoy reivin-. ·

    dicando, sin

    embargo,

    los derechos discutibles

    de

    la subjetividad soberana, sino

    reconociendo,

    más

    bien,

    que construir

    un

    corpus es inevitablemente

    una

    ope

    ración

    que

    privilegia formas

    de

    significar,

    tipologías, temas ideológicos.

    El

    con

    7

    trol sobre esta operación reside, en

    primer

    lugar, en reconocerla explícitamen

    te como tal:

    El

    historiador, escribe

    Peter

    Bfuger,

    no puede descartar los lazos que

    lo

    unen

    a su

    propio

    presente, pero

    puede explicitarlos. De este modo destruye la

    ilu

    sión de

    que

    la

    narración

    histórica refleja el curso real de los hechos. Al

    indicar

    que

    su pllilto de partida

    no es

    el

    Renacimiento o

    el siglo xvn, sino su propia

    época, el historiador

    permite que

    el lector capte su

    narración como

    construc

    ción.

    En

    la medida en que su elección e

    interpretación

    de

    los

    hechos están

    de

    terminadas por este pllilto de referencia, éste se constituye en el verdadero co

    mienzo de

    su

    narrativa. Si la narrativa se

    muestra

    como llila construcción, la

    ilusión de que sólo sea un reflejo de la realidad desaparece.

    Tal

    comprobación

    hace que la narrativa sea criticable y constituye llil paso

    importante para

    la es

    critura

    de

    llila

    historia 

    literaria.

    12 

    11

    Visiones de c0IÚunto

    sobre

    la

    narrativa del

    período pueden

    encontrarse en:

    Andrés

    Avellaneda, "Realismo, antirrealismo, territorios canónicos.

    Argentina

    literaria

    después

    de los _

    militares", en Hernán Vidal (editor ),

    Fascismo

    y

    experiencia literaria,

    op

    cit.;

    Mario Cesáreo, "Cuere

    po

    humano

    e

    historia

    en

    la

    novela

    del

    proceso",

    ibid ;

    Luis

    Gregorich,

    Tierra de nadie, Buenos

    Aires, Editorial

    Mariano Moreno,

    1981;

    Maria Teresa Gramuglio,

    "Tres novelas argentinas"

    Punto de

    VISta,

    nO

    13, noviembre de 1981;

    Beatriz Sarlo,

    Literatura

    y política", Punto de

    VISta; .

    n° 19,

    diciembre

    de 1983;

    Saúl Sosnomki, La dispersión

    de las palab ras: novelas y novelistas

    argentinos en

    la

    década del

    setenta",

    Revista Iberoamericana,

    125,

    1983

    .

    12 Peter BÚTger On literary history",

    en

    Poetics, n° 14, 1985, p. 203.

    L R EN PRESENTE

    Admitiendo

    que la crítica

    soporta

    la marca de -valores

    estético-ideológicos

    ·

    t n

    intensamente como

    el

    discurso literario, aunque

    según modalidades

    diferen

    tes quisiera sólo agregar

    que,

    de

    algún

    modo, las elecciones del crítico tienen

    un punto de

    referencia en el peso y la circulación social de los textos. Esto

    no

    · significa, por supuesto,

    una

    relación con el éxito de mercado

    sino

    con la signifi

    cación colectiva

    de

    una ficción, dentro o desbordando el

    campo

    intelectual.

    Qui

    zás

    el

    corpus

    diseña

    un

    recorrido de

    la

    lectura contemporánea

    a

    su

    producción,

    ·

    marcada por

    las

    mismas

    dudas,

    obsesiones,

    enigmas que los

    te

    .

    xtos incorporan,

    rodean y con el poder de la literatura, a veces logran horadar. Quedan fuera del

    corpus

    los testimonios

    que

    comienzan

    a

    publicarse

    a partir

    de 1982

    y

    plantean

    problemas diferentes, tanto desde el punto de vista del

    pacto

    de lectura como

    de las relaciones entre historia, ideología y discurso ficcional.

    Todos estos

    textos se

    colocan

    de un

    modo u

    otro

    frente a

    una

    cuestión esté

    tica extensamente debatida: la

    referencia

    a lo

    real,

    como esa superficie resisten

    te, respecto

    de la que la

    literatura despliega sus

    estrategias

    y a

    la

    vez, se ve afec

    tada por la tensión

    de

    significaciones, hechos, fragmentos

    de

    discurso. Lo real

    · es la instancia

    que no puede ser

    expulsada ni incorporada

    por

    completo, una di

    mensión inevitablemente problemática, excepto

    en

    las

    hoy

    raras

    versiones inge

    nuas del realismo. Diferentes poéticas y elecciones dentro

    del

    sistema literario

    resuelven las modalidades de una relación en la cual los textos toman posicio

    nes, aceptan o

    excluyen,

    pero,

    aun en

    la

    exclusión,

    la

    resistencia de

    real se

    ma

    nifiesta en

    esa producción de

    sentidos que es

    también la

    lectura

    social de un

    tex

    to. Más que el viejo

    debate entre

    arte y

    política, parece ser

    éste el problema que

    atraviesa a la literatura: que estamos considerando: aproximar respuestas, a me

    nudo altamente figuraaas, a la pregunta

    sobre

    la historia argentina y las expe

    riencias

    de

    los últimos ñ o s ~

    Una

    clave del

    presenteestá Para

    muchos

    en el pasado cultural

    y

    o l í t i ~ Q R e s -

    pir ción

    a r t i f i c i a ~ de

    Ricardo Piglia; n esta dulce

    t i e r r a ~ a d a que

    perder, de Andrés

    Rivera;

    Cuerpo

    a

    cuerpo, de

    David VIñas; La

    novela de Perón, de Tomás

    Eloy

    Martí-

    · nez, se

    remiten

    a la historia como lugar donde el

    estallido

    de las certidumbres y

    el

    desquiciamiento

    de

    la experiencia puedan buscar

    un

    principio

    de

    sentido, aun

    que,

    al

    mismo

    tiempo, ese sentido se presente

    a

    la

    narración

    como un

    enigma a

    resolver o un mosaico

    cuya

    figura secreta el movimiento de la

    ficción

    desea per

    cibir mientras

    que

    desespera

    de lograrlo. Sarmiento

    creía

    que

    (la Argentina)

    era

    un

    enigma

    que podía

    develarse. Si

    hubiera

    vivido

    lo que

    yo he vivido,

    hubiera

    es

    crito otro Facundo. O no hubiera escrito nada , escribe Carlos Dámaso Martínez

    .

    en

    Hay

    cenizas en el viento.

    1

     

    lS Carlos Dámaso Martínez,

    Hay cenizas en el viento,

    op

    cit.,

    p.

    157.

    http:///reader/full/literaria.12http:///reader/full/literaria.12http:///reader/full/literaria.12http:///reader/full/literaria.12

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    6/15

    336

    ,LEER

    EN PRESENTE 337

    El FacundlJ,

    mencionado

    también

    en

    la novela de Piglia ("¿Quién de

    n o s O :

    ~ · ·

    ~ ; . ~ t . ; .

    ¡ljustar cuentas

    con

    el pasado

    es indispensable para

    captar las

    líneas

    del

    presen-

    tras

    escribirá

    el FacundlJ? , es decir el texto que, desde el exilio, resuelve el e n i g ~ ~ : : : ~ te (presupuesto que

    anima

    buena p3,rte de

    la

    ensayística de laS

    últimas

    .décadas).

    ma argentino, corta el nudo que la espada no había

    podido

    cortar) remite a n ; t ;

    ~ : ~ ~ ~ : i

    t {

    En

    el caso de Cuerpo a cuerpo, Vuias se propone cruzar las ditnensiones de la

    ordenación

    de

    lo

    real que, en los años setenta, parece

    una

    empresa imposible. , ~ ; ; : historia y la política con la certeza de

    que

    se

    vuelven mutuainente significativas,

    Algo ha estallado, las cadenas de significados

    no cierran,

    las explicaciones SOI1.

    ;:

    :/

    ';;t

    t en

    un tejido

    donde las

    referencias

    históricas

    son uno

    de los

    materiales b á s i c o ~

    siempre versiones de

    la

    historia: "Conjeturas, historias imaginadas y tristes" y

    ~ ~ k l

    del registro de

    la

    escritura.

    Texto hiperlocalizado

    e hipercodificado en

    relación

    embargo

    Maggi,

    en

    Respiración

    r t i f i c i a ~

    es

    un

    historiador

    para

    quien

    escribir

    ~ < : ~  

    con la

    historia

    argentina

    desde

    fines

    del

    siglo

    XIX,

    trabaja sobre

    los

    códigos

    cul

    historia es "el único lugar donde consigo aliviarme de esta pesadilla". 14 Si esto ~ turales

    con una

    perspectiva

    centrada

    sobre lo concreto,

    barroc.amente

    saturada

    el presente,

    la historia

    es, también

    para

    Piglia, la posibilidad de relatar las derro- ', de detalles tanto del mundo del anarquismo

    obrero

    cama de los políticos tradi

    tas: historia de los vencidos y;

    en

    consecuencia, un relato

    contado

    desde un . \ : · ? cionales o de los militares. La narración quiere demostrar que, en cada uno de

    to

    de vista

    diferente.

    :. ': esos apuntes

    de

    costumbres políticas o

    de

    vida cotidiana, grandeza y miserias

    del

    Pero la historia de las derrotas consiste en

    mensajes

    cifrados.

    15 

    Los que

    ei .

    . · ·?

    k

    militar, del

    gentleman

    del

    periodista,

    se abre la

    posibilidad

    de entender la forma

    cribe Ossorio, desde el pasado hacia.un futuro que es el presente, las carpetas ' r . j en que

    se

    construyó el poder, los discursos que le dan

    su

    argumento y las prácti

    de

    documentos que pasan de un personaje a otro, las

    versiones

    que se constru-' cas que

    se desencadenan

    a partir de él. Cuatro de los cinco

    epígrafes principa-

    yen sobre la historia de Maggi, la historia argentina, paródicamente, como in-: . r es de la novela localizan la perspectiva historica: Alberdi, Sarmiento, Roca, Gon-

    comprensible: "Es el monólogo

    alucinado, interminable,

    del

    Sargento

    Cabral en

    _

    t zález; mientras

    que

    el

    quinto epígrafe

    (de

    un

    discurso

    del general

    Saint:Jean) y

    el momento

    de su muerte, trascripto

    por

    Roberto ArIt" .16

    . . . .

    las dedicatorias

    (a

    muertos o desaparecidos) anclan

    el texto en

    el presente. Este

    Sin

    embargo,

    Respiración artifzcial es

    una

    novela

    que,

    por un

    camino

    clásico

    ..

    movimiento

    continuo

    que

    dibuja

    Vuias

    (y que

    es

    propio de

    su narrativa

    anterior,

    en

    la Argentina, intenta ordenar. Al proponer versiones de la

    historia

    (la ambi• .

    Y ;

    ( \.: pero que

    no

    había alcanzado hasta Cuerpo a cuerpo

    esa especie

    de exasperada acu

    gua

    vida de Ossorio

    en

    el siglo pasado) y de la cultura, Piglia desarrolla

    la

    teffilÍ' .

    J

    mulación)

    plantea

    una

    estructura narrativa en

    mosaico, proponiendo

    una

    ge

    .tica de las ideologías culturales y

    la

    identidad nacional: el europeísmo

    en la figu:.

    lt nealogía

    del poder

    político,

    militar

    y cultural.

    ra

    de

    Tardewsky;

    la

    fundación de

    la

    literatura argentina sobre

    la traducción

    yl a

    ".

    _

    f

    La

    novela de

    Andrés Rivera, n esta dulce

    tierra, puede leerse

    también corno

    cita; la organización del pasado literario según dos líneas del siglo XIX ( g a u c h e S - '   una historia pasada

    en

    clave de presente. Irónica desde su título, relata la peri

    ca

    y lengua extranjera)

    cuya culminación

    y cierre es Borges; la explicación de Arlt"

    :: ; í ~

    pecia

    de un

    hombre, educado

    en

    las

    d ~ a s

    de

    la

    revolución francesa

    que,

    después

    corno "lo reprimido de la

    literatura argentina",

    son

    algunos

    de los tópicos que',: .:f del asesinato

    de

    Maza,

    Ae

    esconde

    durante décadas

    en

    un

    subterráneo. Son los

    junto

    con el del exilio, retoman

    la

    idea de pensar el desarrollo cultural en

    la

    pers-

    .';. l t

    años del rosismo, el persegrudo es

    alguien que

    puede

    ser

    acusado de unitario,

    pectiva

    histórica

    y

    con

    función ideológico-política, desde el presupuesto de que '

    ; pero

    la persecución y el encierro

    aluden

    a

    una

    circunstancia

    más

    persistente:

    son

    .. , . datos

    configuradores del destino

    nacional, también

    pgrque

    el perseguido se con

    vierte en víctima de

    quien

    le da refugio, en prisionero de su

    miedo

    y de

    la

    per-

    H

    Ricardo

    Piglia, Respiraci6n artificial

    f1J

    cit. p. 21.

    versidad

    del otro.

    Relato tenso y

    tortuoso en su

    escritura,

    su metáfora no puede

    15 Marta Morello-Frosch obseIVa: La

    lecturade cualquier texto

    se conviene así

    en

    cualquier,

    leerse

    sólo corno

    una

    ficción

    sobre el rosismo.

    El miedo

    y el encierro,

    la

    derrota

    época

    en un esfuerzo

    hermenéutico

    por descubrir las corrientes

    menos

    visibles de la historia,pa:

    '.

    con

    la que

    concluye, son

    experiencias

    que, localizadas

    ficcionaImente en el

    pa

    ra auscultar

    la

    dialéctica asordinada

    en

    el discurso explícito.

    Por otra

    parte,

    lo que

    los p e r s o r u t :

    · ~ «

    sado, se remiten a la Argentina

    de

    la última década. El texto

    opina

    sobre lo

    que

    jes de Piglia leen,

    son

    cartas y documeritos

    que conforman

    una crónica

    del

    fracaso histórico del "

    país en diversas épocas claves, esp ecialmen te la organización nacional, la emergencia y declizla."

    _ significa

    ser argentino

    con

    palabras que, atribuidas

    a

    un hombre

    del siglo

    XIX,

    ción

    de

    la oligatquía,y

    el

    penodo actual".

    En

    "Significación e historia en Respiraci6n artificiaide.

    -califican también

    al

    presente: "¿A qué

    se

    refiere

    usted,

    amigo

    mío,

    cuando dice

    Ricardo Piglia", en

    Hemán

    Vidal (editor), Fascismo y experiencia

    literaria,

    f1J cit. Sobre la novela de 

    soy

    argentino?

    ¿A una particular

    categoría

    de suicidas? (.. . ) ¿Peleó

    contra

    toda

    Piglia, véanse también

    Robeno

    Echavarren, La literariedad: Respimci 6n artifICial

    de

    Ricardo

    Pi-

    " . .

    esperanza,

    señor?

    Eso es, hoy,

    ser 

    argentino".17

    glia", en Revista

    Iberoamericana,

    n° 125, 1983; Kathleen Newman, tesis

    de

    doctorado

    presentadi'° . .

    en la Stanford University,

    sobre

    Walsh, Vmas y Piglia, especialmente el capítulo VII: "Tonured .

    ange1s: 1976";José Sazbón, La reflexión literaria", en Punto de Vma n° 11, marzojunjo de 1981.

    16 Ricardo Piglia, Respiraci6n artificial f1J cit. p. 22. 17 Andrés Rivera,

    n

    esta dulce tierra

    f1J

    .

    cit.,

    p. 19.

    http:///reader/full/cifrados.15http:///reader/full/cifrados.15http:///reader/full/argentino%22.17http:///reader/full/argentino%22.17http:///reader/full/cifrados.15http:///reader/full/argentino%22.17

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    7/15

    339

    38

    BEATRIZ

    Para muchas novelas de este

    período

    ser argentino es

    una afirmación

    p r o i

    : : : ~

    tt '

    blemática

    cuyas claves algunos textos indagan en el momento de su constitución: . t : ; i

    las n o v e l ~

    de

    Argentina aluvional e s : r i ~ por

    e ~ o

    ? ~ b i d e , Nicolás

    sullo, Mario SZ1chman,

    exponen

    la

    penpecJ.a de la lIlIIllgraClQn afectando, por: :. :' ~ ~ p :

    un lado,

    la

    idea de un pacífico proceso de fusión de razas. Por el

    otro, la

    cons- , :, r: ~ ; : .

    trucción

    literaria

    de biografias típicas se

    centra

    en

    la

    pequeña burguesía

    urbana

    : :t '

    EN PRESENTE

    coloca

    del

    lado de los que pueden salvarse del

    naufragio

    de

    las

    ilusiones. Novela

    x n i m é t i c a con

    la

    crisis de una

    generación,

    Flores robadas en los jardine s de Quilmes se .

    ~ b i c a

    relación

    con

    la e g i b ~ d a d

    crónica y de u n a ~ ~ r m a ac.tual

    del

    cos

    t u I D b n s m o

    por

    su destreza

    CasI

    maruensta

    en

    la reproducclQn de discursos .

    Trabajar

    sobre la doxa fue, desde un

    principio,

    el procedimiento narrativo

    Manuel

    PUig.

    En

    l

    beso de

    la

    mujer

    araña,

    plantea

    una

    relación

    de engañosa

    de

    izquierda,

    cuyas

    ilusiones

    fueron

    pulverizadas

    por

    la

    intervención

    militar y

    : ~ :

    . ransparencia:

    el

    discurso

    del

    guerrillero,

    que reproduce hasta

    la

    menor

    infle

    violencia: Tinta roja, deJorge Manzur, y Flores robadas en los jardines de Quilmes, ; ~ ~ xión formas, giros y temas políticos, se

    cruza,

    en el

    espacio

    de una celda,

    con el

    Jorge Asís. Esta

    novela

    propone

    un

    pacto de

    mimesis

    con los valores, las e x p ~ -

    >

    del h o m o s e ~ a l . Discursos i n c o m u n i c a b l e ~

    que

    la noveb pone en

    contacto,

    re

    riencias, los mitos, los discursos, el nivel de lengua de un

    amplio

    sector de ú b 1 i ~

    co

    que; a lo

    largo

    de varias

    ediciones, la

    ha

    convertido

    en best-seller. Ese

    pacto de

    mimesis explica su

    éxito, en

    la medida

    en que diseña

    una

    relación lector-noye-.· ,

    lista-personajes

    de mutuo

    reconocimiento. Se trata

    de

    la experiencia cultural;- ,

    política, sexual de los jóvenes de mediados de

    la

    década anterior,

    trabajada

    con :

    el presupuesto de

    que se narran biografias

    sociales

    compartidas, con

    las

    que

    el '

    texto mantiene

    un a

    relación doble:

    de complicidad y de parodia.

    lB

    Representación y crítica de

    la doxa pequeñoburguesa

    de izquierda cruzada ,";

    con una

    moral

    de

    supervivencia

    lumpen,

    la novela

    de

    Asís

    reconstruye

    ese

    dis

    .'

    curso

    como sanata , "verso", buzoneo (para emplear las lexicalizaciones que ,

    se

    diseminan profusamente a lo

    largo del relato):

    es decir, discursos

    que

    s t a b l e ~

    cían una

    relación ilusoria con lo que

    después fue

    la verdad

    de los

    hechos.

    este

    sentido, es

    un

    relato de

    las ilusiones perdidas,

    de los

    deseos (deseos

    de la

    política y de

    la cultura)

    que el

    movimiento

    narrativo

    e m u e s ~

    i r r e ~ b l e s . Tú-:

    .

    ·

    dos los giros de sus person.yes representan puntos de infleXlón

    c o l e ~ t l v o s :

    de ,, .

    liberación sexual (profundamente tramada, sin.

    embargo,

    de

    conterudos

    y metá", "

    foras falocéntricas)

    ala iniciación

    cultural y de

    allí

    al

    d i s c u r ~ o

    de

    la

    revolución,

    Pero estos giros

    están

    representados por un modelo de relaCIOnes d e ~ d ~ d a s o ·,

    i m ~ o s i b l e s . Crítica

    y

    t r i ~ c i ó n

    de

    estos deseos,

    Flores robadas en los Jardmes e

    Qutlmesrepresenta la sexualidad fundamentalmente

    c e n t r a ~

    en,el goce mascu

    lino y militancia o ~ o el e a t r o donde se o n e ~ en

    ~ c ~ n a

    ilUSIOnes vanas,

    La

    ~ g e n t m ~

    es un

    p a l ~ lmposlble y:ste

    enunaado ldeolog¡..co

    se

    ~ e m u e s t r a

    la.

    m1crosocledad de pIcarOS y enganados de la novela. La CIta

    arlnana

    de

    la

    V l d a

    ._ , "

    P

    uerca

    establece una relaclQn de

    necesIdad

    con el fracaso de

    todos

    los actores

    . - .

    si se excluye el del propio

    narrador,

    una

    figura

    intencionalmente proXlffia a la

    - - . . ' , - ,

    ,

    As15, uruco

    personaje

    con el que el texto plantea una relaclQn complaCl ente y lo. .

    18

    Sobre la narrativa

    de As s,

    véanse

    Andrés

    Avella."'1eda, •

    Bm-sellery

    código represivo en ,

    la narrativa

    argentina

    del

    ochenta , en

    Revista Iberoamericana.

    125,

    1983;

    YAntomo

    Marimón,

    "Las mil caras de un pícaro",

    en

    Punto e VJSta nO

    14,

    marzojulio de 1982. La idea

    del

    acuerdo

    lingüístico entre narrador y

    lector

    está presente

    en

    el comentario de Marimón.

    '

    •fonan

    do

    algunas

    de sus marcas: el

    guerrillero

    es ciego

    respecto

    de sí mismo, el

    homosexual

    representa

    el goce estético, aplazando o

    desviando el destino

    por

    la

    :

    narración

    de películas.

    Ambos

    registros refuerzan

    la idea, previa

    en PUig, de

    un

    mercado

    de

    discursos

    donde el

    novelista elige los tramos con los que construye

    ; L una ficción donde los

    personajes

    son

    invariablemente hablados

    por mitologías

    }

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    8/15

    340

    341

    son textos

    que

    admiten

    ser remitidos

    a la experiencia

    reciente, pero

    que no exhi- '.

    y una marca, antiguas escritlmlS heredadas y perdidas para que otras palabras

    compusieran

    -pensó--'-

    una

    imagen verdadera liel pasado

    y

    una

    figur,¡.

    que

    en

    ben

    claves

    de

    t r a ~ u c ~ i ó n :

    su relación con la

    e ~ e r ~ n c i a es ~ a construccióÍ{

    ;

    2G:1;;

    ;¡D:....

    :

    su mester de lejanía no quedase seducida

    y

    prisionera en los enigmáticos espe

    de rungún modo

    hiperslgnificada.

    Representan movuruentos

    y

    busquedas

    en

    un

    ~ \ : ~ ~

    jos

    de la muerte.

    20 

    espacio ajeno y

    ocupado por

    otros, de los que

    se habla

    sólo de manera oblicua:

    La literatura

    se hizo

    cargo también de los itinerarios del exilio.

    Presente

    en

    ::'"

    ,. . . , . - L l . . _. d

    1

    xili' lin - - tI' ultu

    . - - - " - 4 _ ~ : ti' TlZpn, en a casa y e vumto regIStra este tOplCO e e o gws co y c

    la

    novela

    de Cohen l=0mo _uno de los d ~ . l u g a r e s ( a q ~ ,

    Espana,

    a l l ~ . l _ a A r g e n t i _ : ; ~ ; : ;

    r

    ~ en

    su

    momento inmediatamente anterior. El exiliado futuro construye el

    na)

    d o n d ~

    t r a n s C U I T ~

    b ~ q u e d a ,

    el _exilio es

    la matena

    de.

    ComPOStcton de

    l u g a T ,

    ",

     

    1:

    mundo de los recuerdos, mejor

    dicho,

    de lo que

    será

    vivido

    como

    un

    recuerdo

    de Juan

    Carlos Marttru,

    Ltbro

    de navtos y borrascas

    de Damel

    Moyano,

    e n t r ~ : . ' j ; f ~ ;  

    .

    a vez que

    haya

    abandonado la

    región autobiográfica, donde se

    había

    origina-

    La

    l

    .

    t

    d

    H -

    t

    T -

    (tamb'

    é

    puede leerse como cifra

    d

    1 '

    , un

    .

    otras,

    casa y e men o e

    ec or

    lZon 1 n . .

    e·.

    /> , do

    toda

    su obra.

    El

    relato se localiza, por eso, no en el

    espacio del

    exilio

    cosmo

    exilio, la pequeña ciudad o t t e a m e r i ~ a y la e u n i ó ~ de escntores o m u r u c á n ~ . \...} iL polita sino en el lugar de nacimiento, una

    provincia

    del noroeste, recorrida

    por

    dose

    mediante

    una lengua de. traduccIOn, de El pasaJero .. _ " . : ~ : ~ t J ; ; ~ ' el narrador en busca de una cifra perdida:

    la

    historia

    de

    un coplero que, en el

    Algunos

    de

    estos textos

    tIenen

    un

    fuerte

    ~ c e n t o

    a ~ t ~ b I O g r á f i c o y, c o ~ o

    en. ; exilio

    futuro, será la

    garantía

    de

    la

    continuidad cultural

    y afectiva.

    el de

    Moyano, se incluye en el

    relato

    de la partIda

    y el

    V1aJe,

    el

    de la

    represlOn,

    ;.t7E. Frente

    a

    un presente

    descrito

    como

    fragmentos

    posteriores

    al estallido, "imá

    tortura: la

    cárcel, las

    d e s a p ~ c i o n e s . La

    nave

    reúne

    i g u r a : ~ o ~ e s

    de

    .todos los

    gttic : ' ~ - ¡ ~

    genes

    despedazadas ,

    rastrea la certeza

    de una

    cultura integrada

    al

    pasado,

    e

    in-

    pos SOCIales, c u l ~ e s ,

    regIOnales afectados

    por la

    e p ~ e s I O n .

    e ~ p . a a o de

    encuen- .' ? > ; . tenta, a partir

    de

    ella,

    alcanzar

    memoria

    que haga

    subjetivamente

    o ~ ~ b l e

    el

    tro donde,

    narrativamente, se apuesta a que las relaCIOnes ongmadas en la pa- ' .   - i

    ':-,..

    exilio: Quiero dejar

    atrás

    la

    estupIdez

    y la crueldad, pero en

    compensaClon

    de

    tria

    se

    prolongarán

    en

    el

    otro

    mundo

    hacia el

    que

    se

    dirigen

    los

    v i a j e r o s ¡

    bo

    retener

    la

    memoria

    de

    este

    otro

    país

    para

    no

    llegar

    vacío a

    donde

    viviré re

    repitiendo

    el

    itinerario inverso de

    sus

    abuelos inmigrantes.

    Alegórica,

    la

    novela

    ; \ : ~ sistirán bajo la amenaza permanente del olvido. Escrito en el exilio, este

    relato

    munidad

    cultural

    y

    temas populares

    y

    tradicionales.

    ",,, . } . , \

    ~ ~ . l

    habla

    de la

    fragilidad

    de los

    materiales

    con los que se

    articula

    una identidad

    y,

    al

    La

    novela

    de

    Martini,

    en cambio, marca

    el

    camino de

    la

    soledad

    y el extraña!-

    '.;

    mismo

    tiempo, de la

    persistencia

    con que la literatura

    vuelve

    sobre

    ellos,

    recapi

    miento

    lingüístico-cultural.

    Composiciún de lugar

    es,

    desde su mismo

    título, el pro. . ; :

    .

    tulando viejas

    obsesioqes temáticas

    para

    refuncionalizarlas en la narración del

    yecto

    de producir

    un lugar para la

    escritura

    y la experiencia en un mundo que

    ' ~ t ,

    . último recorrido por la

    patria.

    La

    literatura, oponiéndose

    al

    viento

    que borra los

    contiene la lengua ni los recuerdos del

    pasado:

    un lugar del

    descentramiento;El'

    :,

    " : 

    ;;

     ;

    perfiles de la casa,

    como se

    lfe en el epígrafe de Guillaume que encabeza el tex

    exilio aparece

    como

    un

    estado

    casi abstracto, donde las

    inflexiones

    localizadas - ; . : . - - ~ :

    tj

    to,

    pennite la supervivencia de

    una

    lengua

    que ya no

    se escucha

    y

    donde

    resue

    la

    lengua

    encuentran

    frases pronunciadas en

    otras

    lenguas o en un español

    ;::

    - ~ ' ~ ' : t

    e x t e n s o ,

    un

    tema

    polítIco

    central. El sentIdo

    del conflicto no era

    solo mmediata

    mente coyuntural,

    sino

    que se vinculaba con la

    historia de

    la

    identidad política

    en

    Yun ignorado sosiego se p o ~ e r ó de él al presentir que había algo vagamente

    familiar en aquel sitio, que la

    luz,

    o los rumores, o la liturgia de un culto, o el

    claroscuro de

    una

    arquitectura, o las ocas cautivas

    en

    el recinto, tocaban en la

    20

    Juan

    Carlos

    Martini,

    Composición de lugar f>jJ cit. p.

    191.

    memoria el oculto recuerdo de un lugar, de otro lugar

    y

    otra historia, un signo

    21 Héctor Tizón, La

    casa

    y

    el viento

    f>jJ

    cit. p.

    106.

    http:///reader/full/muerte.20http:///reader/full/muerte.20http:///reader/full/cord%E1%AE%A4olo%22.21http:///reader/full/muerte.20http:///reader/full/cord%E1%AE%A4olo%22.21

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    9/15

    342

    343

    BEATRIZ SARtO

    los sectores populares y

    en

    diferentes

    proyectos

    que aspiraban a

    la

    e p r e s e n t c i ó ~

    simbolizada en

    la herencia del viejo líder.

    Cuestión traumática

    si las hubo, se com- ,

    plicó con el enfrentamiento

    militar

    entre fracciones del peronismo, coincidente "

    con el

    auge

    de

    las

    operaciones guerrilleras

    de

    diferente signo ideológiéo

    .

    No habrá

    más

    penas

    ni

    olvido, de Osvaldo Soriano, y La vida entera, de

    Maní

    ni, ponen en escena, con perspectivas narrativas y estéticas diferentes, episodios

    de

    este proceso. Soriano

    representa metonímicamente

    la

    lucha

    por

    el poder, 10:

    'calizándola en Colonia Vela, un pueblo ficcional de la provincia

    de

    Buenos ,

    res,

    donde un

    viejo peronista

    histórico

    y

    lajuventud

    del partido (aUxiliados poi , .

    los marginales y

    los

    solitarios) enfrentan a otros peronistas "históricos",

    s i n d i C á ~

    listas e interventores. Detrás de la alianza perdura la división de actores típica de

    la novelística

    de Soriano:

    los marginados

    y su

    mundo de

    solidaridades básicas,

    fundadas en valores morales, reconstruido

    desde

    una perspectiva sentimental

    ligeramente irónica. Del

    otro

    lado, el

    partido

    del orden, el bando de la violen- '

    cia injusta, representado paródicamente.

    La línea básica de esta novela y de la

    posterior

    Cuarteles

    e

    invierno describe

    el

    pacto

    de

    lealtad

    entre perdedores, caracteristico del policial.

    Por

    otra

    parte;

    la elección estética e ideológica por el margen y, a partir de ella, la relación me:

    tonímica

    de lo narrado con el proceso político nacional, confinna una o p c i Ó ~

    de

    la

    obra de Soriano:

    10 narrable

    es el margen

    y,

    cuando

    el tema es

    la violencia '

    política argentina, los episodios ponen la anécdota en un escenario lejano de la "

    centralidad.

    Las

    lealtades morales,

    que en

    ambaS

    novelas

    terminan teniendo sig-

    nificado

    político,

    están

    referidas,

    al mismo tiempo,

    al

    tópico

    de

    la literatura yei '

    cine de aventuras, d e

    la

    amistad masculina convertida

    en

    núcleo de valores fun:

    cionalizados, en este caso, a la figuración del conflicto

    argentino.

    l vuelo del tigre, de

    Moyano,

    clasifica su

    materia

    narrativa también sobre dos

    grandes ejes,

    representando la represión

    política

    en un pueblo

    del noroeste co-

    mo

    el conflicto

    entre

    culturas bájo la

    forma

    de una

    alegoría de

    la

    resistencia.

    22

    '

    Una cultura tecnocrática, de aparatos y discursos abstractos, hace referencia a, '

    los represores, ocupantes no sólo

    del

    espacio público sino también de la escena

    familiar;

    otra cultura, la de la familia invadida, los Aballay

    (y

    el

    apellido

    de

    res

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    10/15

    344

    LEER EN PRESENTE

    45

    ria, el

    depósito

    de cajones y

    vdas.

    Allí

    se

    realizan asados, la

    gente se m b o r r a c h ~

    •.

    cía sólo preocupada por narrar

    la

    percepción o

    la exasperada

    y a la vez

    tranqui-

    discute

    trivialidades,

    hace el amor. La novela presenta una larga secuencia en

    el .

    lizante

    repetición

    de las acciones.

    El Gato guarda

    un caballo

    (como se guarda

    a

    depósito de cadáveres

    de

    la

    morgue;

    sigue las vicisitudes de

    un

    entierro político.

    ._  

    "

    un perseguido); el topos

    de

    la peste aparece

    en los

    sueños

    y en los

    olores

    que se

    registra los olores de

    podredumbre

    y

    el

    cadáver de

    un

    perro en la cañada que,

    respiran en

    la ciudad;

    los diarios no hablan

    sino

    para ocultar, hacen

    comparacio-

    atraviesa la ciudad.

    Dos personajes

    claves de

    la novela

    son

    funebreros:

    "estoy en

    nes disparatadas, perSiguen lo real,

    aunque

    en verdad

    tratan

    de huir de ello.

    el

    negocio

    de

    la

    muerte ,

    dice uno de ellos.

    y

    ese

    negocio

    es

    designado

    median

    Como en la novela filosófica

    de

    Sade, todo puede llegar a

    organizarse

    en

    te

    la

    expresión más irónica: la pompa .

    ¡

    una

    figura: las figuras

    del

    erotismo,

    de

    la muerte, del

    Mal

    que culmina

    en

    a

    fi-

    La

    muerte es representada además

    a través

    de

    'una

    de

    sus

    formas

    n a c i o n a ~ .

    losofía en el tocador y las

    concretas

    figuras de

    la muerte que

    se dibujan en la cos

    les

    del

    siglo XIX: el

    degüello

    que, en

    el

    delirio agónico

    de

    uno

    de sus personajes,

    ta del

    río, bajo

    la cifra de los asesinatos de caballos. Refinadísiina,

    la novela

    de

    se convierte

    en teoría,.

    de la violencia

    presente, de la

    que se habla siempre eh cla-

    Saer puede

    leerse en dos superficies entrecruzadas:

    un

    texto sobre la percepción

    ve y con

    cierta

    lejanía:

    personajes

    cuyo

    destino

    se

    desconoce.

    manifestantes

    '

    de lo

    real, sobre cómo se refracta

    un rayo de

    luz en el agua,

    o las

    reverberacio-

      I

    leados

    en manifestaciones vistas a través de una dj.stancia

    borrosa,

    perspectivas nes

    del

    sol sobre

    la

    playa y los movimientos de los bañistas; y también

    un

    relato

    lejanas y puntos de vista ciegos desde los cuales es difícil fijarle un sentido a' de enigma, sobre

    la

    sinrazón

    y la locura

    de

    la muerte. El

    miedo,

    del que jamás

    acción,

    fragmentos

    que el lector debe reordenar paraubicarlos en una historia.. se habla,

    está

    allí" como el bayo

    amarillo

    que

    el

    Gato guarda en el fondo de

    su

    También

    puede

    leerse

    Nadie

    nada

    nunca de

    Juan

    José

    Saer

    como una cifra . . . casa, galvanizando la narración y a la vez,

    ausente,

    ensimismado, silencioso, sal

    sobre la violencia. La novela

    cuenta,

    en

    la

    superficie, una

    historia aparen

    temen:;

    vaje y

    púdico.

    te absurda:

    en un

    pueblo

    sobre

    la costa del

    Paraná, de manera

    enigmática, al-

    :

    ¿Qué

    vincula

    a

    todos

    estos textos,

    diferentes

    por sus estrategias literarias y

    guien

    se desplaza,

    de noche,

    asesinando

    caballos.

    Historia

    policial

    de

    aldea

    que,

    por

    sus

    posiciones

    ideológicas, escritos

    en

    la Argentina

    y

    en

    el

    exilio?

    Por

    un

    la

    sin

    embargo,

    figura otra historia más ~ t a . Desde su título,

    la n o ~ e l a

    presenta

    '

    do, un

    grado

    de resistencia a

    pensar

    que

    la

    experiencia del último

    período pue-

    un doble juego, de un lado y del otro del significado: nadie

    nada

    nunca,

    da confiarse a la representación realista. Son textos que mantienen con ella una

    verbal; nadie nada nunca, frase

    nominal. Lo

    narrado está presente en la u p l i

    relación a veces

    distante,

    casi siempre

    oblicua

    y

    figurada

    en

    diferentes

    grados,

    cidad del

    título

    : se trata, por un

    lado,

    de un te:xto deslumbrante

    donde

    la

    desde

    la más directa relación metonímica

    hasta

    formas más complicadas

    de

    la

    alegoría y

    la metaforización.

    cepción

    constituye

    uno de los problemas estéticos

    fundamentales; por el otro

    " .'

    de un

    relato ambiguo,

    donde se

    cruzan

    el

    placer

    y

    la muerte.

    ,":

    Por el otro, su

    l e c ~ y

    en muchos

    casos,

    su repercusión

    social,

    remite

    a

    Un

    hombre,

    el

    Gato, vive solo (quizás

    escondido)

    junto

    al

    río;

    su

    vecino

    operaciones complicadaJi

    de

    construcción

    de

    sentidos, a una resistencia a las ope

    confia

    un caballo, imaginando

    que

    guardado en

    esa

    casa

    estará más

    seguro;

    ~

    .

    raciones maniqueas

    (inclusq cuando la microsociedad del texto aparece

    clara

    te hombre recibe

    también a

    su

    amante,

    portadora

    de un

    libro

    que le

    envía tui 

    mente dividida, las estrategias narrativas apuntan a proporcionar visiones articu

    hermano

    suyo que

    está en Francia.

    El libro es

    La

    filosofía en

    l

    tocador

    del a r q u é ~

    ladas del otro), y a las explicaciones sumarias o que ofrezcan rápidamente una

    de

    Sade;

    su amante también

    le

    trae noticias

    de

    una ciudad invadida

    por

    el

    calor,

    tranquilizadora

    totalización.

    Podría

    e c i r ~ e

    que

    estot

    relatos, o los

    mejores

    de

    y quizás, por

    la

    peste. Durante un

    largo

    fin de

    semana, la superficie

    a p a r e n ~

    ellos, en momentos donde muchas otras formas del discurso callaban, hablaron

    mente

    tersa

    de

    la vida

    cotidiana, comidas,

    largos

    tragos

    de vino, siestas sofocan:,:

    aquello

    que la voz del poder

    ocultaba

    o naturalizaba; despojaron de

    conteni-

    tes, se ve puntuada por las señales de la violencia: llegan

    más

    noticias

    de

    a b a l l o

    do

    moral

    a su discurso sobre la muerte y exhibieron las fisuras por donde pue-

     

    asesinados; se

    oyen motores de autos

    que

    se estacionan

    en

    la costa de noche; él'

    ./ .de verse,

    para decirlo

    con

    palabras

    de Adorno,

    aquello

    que la ideología ocul

     

    .

    tan es decir, también, lo que es posible padecer, pero dificil

    convertir

    en discurso.

    comisario local, cuyo

    nombre

    es precisamente Caballo y su especialidad "hace.r . ;

    cantar ,

    es asesinado; el

    Gato sueña que su

    hermano

    que

    vive

    en Francia

    (es de-,7:,

    cir: del

    lado

    del exilio) envía

    lma

    carta donde expresa

    su

    preocupación por "

    muerte

    de

    los caballos. Este sueño es una cifra y la carta misma, una cifra dentro ::

    ~ o ~

    Se ha perturbado, por la muerte absurda, el

    fluirliso

    de

    la vida: de repente,

    ~ v e s n d o el espejo de

    la

    escritura,

    el

    horror salta sobre una

    historia

    que

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    11/15

    EN PRESENTE

    347

    46

    BEATRIZ

    , Al mismo tiempo que las fuerzas armadas ocupaban el Estado, la trama

    de

    Apéndice

    vínculos

    entre diferentes

    sectores sociales se disolvía o

    era obturada

    por

    la

    repre

    El discurso autoritario la dictadura argentina

    ,

    si

    ón

    . Intelectuales y sectores populares permanecen durante este período casi

    ,completamente

    incomunicados (si se exceptúa

    el

    caso, relativamente excepcio

    v

    : ·5

    nal en la

    primera

    etapa, de activistas

    de

    derechos humanos) y esta clausura en

    tt • .

    la

    cil:culación

    de

    los discursos y

    en

    la producción'de contactos

    entre

    diferentes

    lugares

    de

    la

    sociedad

    es

    uno de

    los rasgos más estables

    de

    10

    que Guillermo

    ,O'Donnell

    ha

    descrito como la

    cultura

    del miedo :

    un

    conjunto

    de

    experiencias

    La

    función de

    la

    literatura en un proceso, de

    construcción

    : .:

    difici1es

    de

    caracterizar discursivamente desde la perspectiva dé sus actores,

    qu e

    de

    sentidos

    organizaron la vida cotidiana, familiar, laboral, vecinal, el clima

    de

    las institucio-

    La

    experiencia argentina de los

    últimos

    diez años puede ser

    interrogada

    ' nes formales e

    informales

    de educación, el ocio, la

    relación

    con la Iglesia y con

    de la

    línea

    de

    los

    grandes

    acontecimientos (el

    golpe de mano que

    lleva a los

    mi- - .

    S otras instituciones tradicionales.

    l

    Como

    10 ha demostrado

    Carlos Altamirano,

    en

    litares al

    poder

    cuando

    ya

    tomaban las decisiones tácticas

    de

    la repres ión; los

    cam

    ') 'este marco no

    todo 10 que

    se

    escuchaba era

    el silencio: formas

    de

    la disidencia

    bios producidos desde entonces en la economía y la sociedad; la

    guerra

    de las . , ' ; intelectual prueban desde los primeros años del proceso militar que la homoge

    Malvinas y

    el

    comienzo de la flexión que conduce a la retirada de las fuerzas r m a ~

    , ' , 

    neización reglamentarista y terrorista

    presentaba

    resquicios donde se alojaron

    das del

    gobierno, etc.)

    protagonizados

    por los

    vencedores

    del 76, o

    desde el

    ' :;, otros discurs os y

    otras

    prácticas, cuya visibilidad,

    hasta

    1981 por 10 menos, fue,

    zonte

    de

    sus derrotados (los cambios en las organizacione s políticas,

    las

    nuevas o r ~ [

    sin

    embargo, muy débil.

    2

    La literatura precisamente es uno de esos discursos.

    mas

    de

    intervención pública

    -APDH

    SERPA],

    Madres

    de

    Plaza

    de

    Mayo-

    ;

    Parece indudable,

    y los

    cambios

    ideológico-políticos

    discernibles

    en

    la

    ac

    deslizamientos menos

    perceptibles

    en un comienzo y, también, menos seguros de

    1,

    ': tualidad 10 reafirman, que se alteraron

    profundamente

    los

    ritmos,

    las

    modalida

    sus lugares y sus discursos¡ precisamente porque aparecían como algo nuevo

    enb

    ' {, des y las relaciones de la esfera privada y la pública (de

    hecho

    puede hablarse

    de

    sociedad).

    Tanto la violencia

    de la

    represión estatal y

    paraestatal

    como la milita- , una virtual

    desaparición de

    la esfera

    pública

    en los

    años del

    Proceso,

    por 10

    me

    rización

    de

    la

    política

    que la

    precedió eran

    nuevas

    en

    la

    sociedad argentina dél , nos

    hasta

    su

    trabajosa

    reconstrucción a partir de 1982). Obturadas las

    VÍas

    de re-

    siglo

    xx y, en consecuencia, no

    formaban

    parte de una memoria

    colectiva. .

    , ;

    , lación

    entre

    los

    diferentes actores

    sociales,

    se clausuraron también

    los canales

    duda,

    la violencia había sido

    un tópico de

    las fuerzas

    de izquierda en el

    e r í o d ~ , , ,, '

    de

    transmisión

    de e x p ~ r i e n c i a s comunes

    y se bloquearon las

    redes de

    la

    memo-

    inmediatamente anterior,

    pero, si se excluye

    episodios breves

    y aislados, no ha ,'

    na

    colectiva.

    La

    experic¡ncia de

    la

    vida cotidiana se alteró profundamente y las

    bía

    sido practicada

    con la

    persistencia y la convicción

    metodológica

    que

    caracteri- ' '

    'fantasías

    de persecución, m ~ e r t e

    y

    pérdida marcaron el tono

    general

    del perío

    zó al período que se abre con el asesinato

    de

    Aramburu. También es evidente que , : do. El olvido o, más bien, el silencio que

    tenía

    la forma

    de

    la represión interna-

    las fuerzas armadas habían ejercido la intervención

    en

    el

    poder

    político, desde lcJ ' lizada, fueron las

    primeras

    respuestas defensivas

    r e n ~ e

    al

    nuevo

    país que se im

    plante

    os, presiones,

    reclamos hasta el

    golpe

    de

    estado

    y la reclusión

    de

    presiden: ponía

    con

    el

    poder

    militar.

    Tomando

    la

    d e f i n i c i ó ~

    ya clásica '

    de Adorno

    y

    tes.

    Pero

    es ésta la primera vez

    en

    el siglo xx, si

    se

    exceptúa

    la

    represión a los huel- ' Horkheimer,

    podría

    decirse

    que la

    Argentina padeció la reificaciói1.

    que

    supone

    guistas

    de

    la Patagonia,

    que eligen

    llevar a cabo la liquidación fisica del enemigo, r olvido.

    3

    En consecuencia, la

    reconstrucción de 10

    vivido se

    r e s e ~ 1 t ó ómo

    mo

    según modalidades

    abierta s y clandestinas, elaborando al mismo

    tiempo

    un

    discurc

    .....;S:L

    so

    que

    justificara esta intervención, novedos.a

    por

    su sistematicidad.

    Si bien

    la

    vida

    política

    argentina presentaba indicios

    que

    podían anticipar

    , 1 Al respecto, véanse las ponencias

    y

    conclusiones del seminario sobre la Cultura del Mie

    los sucesos de

    esta

    última década, su ip.tensidad y el

    poder

    de penetración en el

    'do, realizado

    en

    Buenos Aires, en marzo de 1985.

    2 Carlos Altamirano, Cultura de izquierda, disidencia intelectual

    y

    proceso autoritario:

    tejido

    social,

    el

    cambio inducido en las costumbres políticas, en

    el

    estilo de difec '

    ,

    la

    experiencia r g e n t i n a ~ BuenosAires, CEDES, mimeo.

    También:

    Beatriz Sarlo, Sobre

    la

    si

    rentes actores, y la constitución

    de

    nuevos puntos de referencia y agregación (C0-_

    tuación de la cultura argentina entre 1976

    y

    1980 , ponencia presentada en lasJornadas sobre

    mo es el caso de las

    organizaciones

    de

    derechos humanos y la subculturajuvec

    Cono Sur, organizadas

    por

    el IRLA de la Pontificia Universidad de

    San

    Pablo, Brasil.

    nil)

    pueden ser juzgados como

    datos

    nuevos,

    cuyas consecuencias sobre el

    , 3

    Max Horkheimer

    y

    TheodorW. Adorno, Dialectic Enlightenment NuevaYork, Mac Mi

    llan,

    1972,

    p.

    230

    [Dialéctica

    del

    fluminismo

    Buenos

    Aires,

    Sudamericana,

    i

    976].

    presente

    y

    el

    futuro más inmediato

    aún

    es

    necesario

    evaluar.

    http:///reader/full/prese~1.t%E3%80%80http:///reader/full/prese~1.t%E3%80%80

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    12/15

    349

    48

    .

    dalidad

    básica de

    un

    proceso

    de

    comprensión

    que

    hiciera

    posible reconstruir el' : : : pio del impulso crítico

    de

    la modernidad

    y,

    en el caso del primero,

    de

    la vanguar

    pasado

    y

    su experiencia.

    , . ' ' ciia. Así, una zona

    importante

    de

    la literatura

    argentina (escrita y

    publicada

    en

    el

    En este punto, es indudable que fueron las organizaciones de derechos hU; r . ~ .país o en

    el

    exilio) puede

    ser

    leída

    como crítica del presente, incluso en los casos

    manos las que,

    desde

    los rasgos novedosos

    de su

    práctica,

    contestaron

    a esta : r ; , J ? € en

    que su referente

    primero sea eJ..pasado. Enfrentada con

    una

    realidad

    dificil

    de

    lítica de olvido con

    una

    reivindicación de la

    memoria.

    Sin embargo, no todala · :.,;>f captar, porque muchos de sus sentidos pennanecían ocultos, la literatura buscó

    sociedad podía escuchar su discurso,

    especialmente

    en momentos en gue , 1 ~ tf:as modalidades más oblicuas (y no sólo a causa de

    la

    censura) para colocarse en

    cucha era fisicamente

    más

    peligrosa que

    el olvido. Por otra

    parte,

    la reconstruc-:...'

    ;r1.

    JlIül

    relación

    significativa

    respecto del

    presente y comenzar a construir un senti

    ción de sentidos para la experiencia no sólo posterior al golpe de

    estado

    sino

    d;

     

    ':

    .,;

    ;

    do de

    la masa

    caótica de experiencias escindidas de sus explicaciones colectivas.

    todo

    el

    periodo

    de

    política violenta que lo

    antecede, era un

    trabajo de

    ú s q u ~ .. .Si se

    quiere, esta

    clave

    interpretativa

    fue una de las

    modalidades

    de

    la

    lectu

    da de

    explicaciones que

    no

    podía,

    por

    la

    naturaleza y

    el contenido de

    su t a r ~

    t .

    ra

    en

    los

    años

    del

    Proceso

    y los inmediatamente

    posteriores

    . La literatura

    se

    co

    o

    : p. '

    1 1

      ::

    .:

    colocarse en el centro

    del

    programa de

    las

    organizaciones de

    derechos h u m a ; ~ ' .iJ,: 0· loeó en

    relación con el enigma argentino

    e

    intentó

    poner en

    discurso aquellas

    nos ni, mucho

    menos,

    de los bloqueados

    actores políticos.

    La experiencia el1i ,: : : ~ ¡ ¡ : zonas que todavía no habían

    sido procesadas

    discursivamente en

    otras

    instancias.

    demasiado

    compleja y además,

    para

    quien quisiera verlo,

    demasiado

    e o n t r a r l i c

    ::;;1:

    Dio voz a algunos de los silencios

    que

    bloqueaban la

    comunicación

    social en una

    toria, en la medida en que no suponía

    sólo

    un

    limpio

    y directo corte entre ;

    ';:

    ..

    :r:r

    . ~ m u n i d a d

    profundamente afectada

    por barreras también discursivas: las de la

    ponsables

    y víctimas

    (evidente

    si se

    pensaba sólo en la

    dimensión

    militar

    de

    L : : ~ .

    { . · :

    voz

    totalizante

    del autoritarismo

    y,

    más específicamente,

    las

    de la

    censura y

    el

    sis

    represión) sino que exigía adivinar

    fisuras

    más profundas

    y

    anteriores

    en

    la ~

    : ~ i

    {.

    tema

    internalizado

    de

    policía

    de las significaciones. Hohendhal

    comenta

    un tra

    ciedad argentina, volver visibles

    zonas más fluidas

    o

    relegadas, lo cual i m p l i

    ~ ~ ; ' < bajo

    de Habennas,

    aún no

    publicado,

    en

    términos que parecen

    aproximarse a

    rearmar el

    ~ d ~

    vivido

    . c o n e ~ t a r l ~ ,

    por un

    lado, con el pasado,

    y

    por

    el

    t r o ~ : < : : ' i 1 ~ ; l ~ s i t u a c ~ ó n

  • 8/18/2019 Sarlo-Política.ideología.y.figuración.literaria (1)

    13/15

    350

    351

    EATRIZ SARLa

    mente porque

    adopta) la

    forma de la elipsis,

    la

    alusión y

    la

    figuración como

    es -

    trategias

    para el ejercicio de

    una

    perspectiva sobre la

    diferencia.

    Allí

    residiría

    su posibilidad de conocimiento, de reparación de

    zonas

    pro:'

    fundas de la

    simbolización

    y

    de construcción de puentes sobre

    losespaciosque

    habían

    sido

    ocupados por el olvido,

    esa

    forma

    del olvido

    originada en el

    miedo

    y,

    también, en la cualidad propiamente siniestra

    de

    lo sucedido en la Argentina.

    Enfrentada con

    los

    límites (el sufrimiento exasperado,

    la muerte), la

    literatura

    despliega

    un

    discurso

    significativopara la sociedad, porque,justamente, no hay.

    muchos

    otros discursosque

    puedan

    trabajar como elarte, en un mundo laicoy .

    abandonado por losdioses,

    sobre

    los

    límites extremos. La literatura intentó, más

    que

    proporcionar respuestas articuladas

    y

    completas, rodear

    ese

    núcleo e s i s t e n ~

    te

    yterrible que podía

    denominarse

    lo real.

    La función

    de las

    obras escritas

    y

    publicadas

    en estos

    años fue, desde esta:

    perspectiva

    y

    considerando

    en elcentro algunos textos claves,

    hablar cuando

    la

    circulación

    pública de discursos

    parecía obturada. De

    este

    modo, la literatura,

    y

    la lectura

    que

    de ella se hacía,

    secolocó en una

    línea,

    dificilde precisar,de cam

    biosen el

    universo

    de losvaloresyde

    reconstrucción

    de

    la

    subjetividad.Alpro

    ducir

    un

    efecto

    de

    reconocimiento,

    pero

    no

    necesariamente

    de

    mímesis,

    la

    i t ~

    ratura proporcionaba

    un modelo de reflexión a

    la

    vez

    estética

    e

    ideológica

    que

    explica

    en

    parte

    el

    éxito

    en

    algunos

    casos,o

    la resonancia pública en

    otros,de

    variosde los

    textos editados

    en este

    período,

    y

    la atención

    colectivaprestada

    al

    discurso

    ylas

    intervenciones

    de losescritores,

    cuando

    éstas

    representaban una

    de

    lasescasas

    modalidades de

    reflexión

    sobre la

    Argentina.

    Esta atención

    no era

    sólo

    consecuencia de la

    despolitización

    y

    la

    escasez

    de

    sentidos,

    sino también

    wl'

    reconocimiento

    de

    la existencia

    de discursossignificativos

    colectivamente

    yno

    impuestos por

    la

    coerciÓn.

      iscursoautoritario iscurso literario

    "La

    situación

    comunicativa ideal

    es,

    como lo he dicho antes,

    una descrip

    ción

    de

    lascondiciones dentro

    de

    las

    cuales

    losreclamos

    acerca

    de

    la

    verdad y la -

    corrección pueden ser

    discursivamente dirimidos".7Las

    condiciones

    impuestas,

    por gobiernos autoritarios

    son precisamente

    opuestas a

    las así definidas por

    Ha

    bermas: su régimen

    discursivopresupone un fundamento

    de

    verdad i n d i s u t i ~

    ble e

    inapelable,

    basado en

    relaciones

    prediscursivas.Brunner, reflexionando ser

     

    JÜTgenHabermas, "APbilosophic-PoliticalProfile",

    en

    New Left Review, n° 151,1985,'

    p.

    94.

    Traducción

    castellana

    en

    Punto

    de

    VISta nO

    27,

    agosto

    de

    1986,

    LEER

    N

    PRESENTE

    bre

    elcaso

    chileno,

    anota: "La

    sociedad

    disciplinaria

    intenta reorganizar

    loscom

    portamientos humanos según imperativos de

    coacción,que

    nada tienen

    que

    ver

    con pretensiones de

    validez

    normativa"

    y, en

    consecuencia:

    La

    acción

    regida

    por sentidos

    meaning,s)

    públicamente comunicados que

    ha-

    cen posible una socialización

    de

    lasprácticas privadas ysu

    interpretación den-

    tro

    de marcos reflexivoscapaces de se r corroborados discursivamente, es

    susti-

    tuida

    en

    la sociedad

    disciplinaria

    por una

    acción

    orientada

    por

    un

    sistema

    mudo de refuerzos positivosy

    negativos

    que expresan sin mediación lasrela

    ciones de fuerza constituidas

    en

    la sociedad.

    El espacio

    público administra (o

    procura

    administrar)

    los

    sentidos

    que

    sean

    necesarios para mantener el ade-

    cuado

    funcionamiento de

    esa

    operación

    disciplinaria.

    8

    Basado en una relación

    de

    poder obviamente prediscursiva,el régimen au

    toritarioimpone

    modelos

    discursivos

    con

    presupuestos cuya

    verdad se presenta'

    como autoevidente e

    indiscutible.

    9

    SilviaSigaleIsabel

    Santi

    analizaron losdis

    cursos

    de

    losmilitares

    chilenos

    y

    argentinos en relación con el

    objet