sharp gene - de la dictadura a la democracia

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Gene Sharp es profesor de ciencias políticas, catedrático y fundador de la Institución Albert Einstein, conocida especialmente por su trabajo en favor de la lucha pacífica para derrocar a las dictaduras. Su libro «De la dictadura a la democracia» se ha convertido en un manual de referencia durante la primavera árabe. Pero no solo las revueltas árabes, el propio Hugo Chávez, presidente de Venezuela, acusó a esta Institución de estar detrás de las conocidas como revoluciones de colores que lograron la caída de Slobodan Milosevic en Serbia y Viktor Yanukovych en Ucrania. Este pequeño ensayo «ofrece una guía para asistir en el pensamiento y planificación para producir movimientos de liberación». Sharp proporciona en sus libros una lista de 198 «armas no violentas», que van desde el uso de símbolos, o colores a la organización de boicots.

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Gene Sharp es profesor de ciencias polticas, catedrtico y fundador de laInstitucin Albert Einstein, conocida especialmente por su trabajo en favor de lalucha pacfca para derrocar a las dictaduras. Su libro De la dictadura a lademocracia se ha convertido en un manual de referencia durante la primaverarabe. Pero no solo las revueltas rabes, el propio Hugo Chvez, presidente deVenezuela, acus a esta Institucin de estar detrs de las conocidas comorevoluciones de colores que lograron la cada de Slobodan Milosevic en Serbia yViktor Yanukovych en Ucrania.Este pequeo ensayo ofrece una gua para asistir en el pensamiento yplanifcacin para producir movimientos de liberacin. Sharp proporciona en suslibros una lista de 198 armas no violentas, que van desde el uso de smbolos, ocolores a la organizacin de boicots. De la Dictadura a la DemocraciaUn sistema conceptual para la Liberacin Gene Sharp Traduccin de Caridad Inda

Todo el material que aparece en estapublicacin es del dominio pblico y se puede reproducirsin el permiso de Gene Sharp.Se agradece mencin de la fuente.Primera impresin, diciembre 2003Segunda impresin, diciembre 2011De la Dictadura a la Democracia se public primero en Bangkok en 1993 por el Comit para la Restauracin de la Democracia en Birmania conjuntamente con KhitPyaing (El Peridico de la Nueva Era). Desde entonces se ha traducido a ms de ocho idiomas y se ha publicado en Serbia, Indonesia y Tailandia, entre otros pases.Impreso en los Estados Unidos de AmricaImpreso en papel reciclado. The Albert Einstein Institution36 Cottage StreetEast Boston, MA 02128, USATel: USA + 617 247 4882Fax: USA + 617 247 4035E-mail: [email protected] site: www.aeinstein.orgISBN 1 880813 13 0 Prefacio Una de mis mayores inquietudes durante muchos aos ha sido cmo podrala gente evitar que una dictadura se estableciera y cmo destruirla. Esto se hanutrido en parte por la conviccin de que los seres humanos no deben ser nidominados ni destruidos por semejantes regmenes. Esta creencia se ha fortalecidocon lecturas sobre la importancia de la libertad humana y la naturaleza de lasdictaduras (desde Aristteles hasta los analistas del totalitarismo) y la historia delas dictaduras (especialmente en los sistemas nazi y comunista).A travs de los aos, he tenido la oportunidad de conocer personas quevivieron y padecieron bajo el rgimen nazi, algunos inclusive que sobrevivieron loscampos de concentracin. En Noruega, encontr algunos que haban trabajado enla resistencia al rgimen fascista y que haban sobrevivido, y o hablar de los quehaban perecido. Habl con judos que se haban escapado de las garras de losnazis y con personas que haban ayudado a stos a salvarse.Sobre el terror en los regmenes comunistas de los diversos pases he sabidoms por libros que por contactos personales. El terror en estos sistemas me haparecido ms agudo, ya que estos regmenes se impusieron en nombre deliberacin de la opresin y de la explotacin.En dcadas ms recientes, la realidad acerca de las dictaduras de hoy se meha hecho ms patente por la visita de personas que vienen de pases gobernadospor dictaduras, tales como Panam, Polonia, Chile, el Tbet o Birmania. De lostibetanos que pelearon contra la agresin del rgimen comunista chino, de losrusos que en agosto de 1991 le cerraron el paso al golpe de estado de lnea dura, ode los trabajadores tailandeses que con prcticas noviolentas impidieron el retornodel rgimen militar, he ido adquiriendo puntos de vista perturbadores sobre laprfda naturaleza de las dictaduras.Mi sentimiento de tribulacin y ultraje frente a la bestialidad impuesta, ascomo mi admiracin ante el sereno herosmo de hombres y mujeres increblementevalientes, a veces se fortaleci cuando visit lugares donde el peligro an era muygrande y, a pesar de ello, el valor de la gente se empeaba en desafarlo. Estoocurra en el Panam de Noriega, en Vilnius, Lituania, bajo la continua represinsovitica; en Beijing, en la plaza de Tiananmen, tanto durante la manifestacinfestiva por la libertad como cuando los transportes del primer contingente armadoentraron en la noche fatal; y en los cuarteles de la oposicin democrtica, enManerplaw, en la "Birmania liberada".En ocasiones visit el lugar de los cados, tales como la torre de televisin yel cementerio de Vilnius, el parque pblico en Riga donde la poblacin haba sidoametrallada, el centro de Ferrara, al norte de Italia, donde los fascistas pararon enfla a los de la resistencia y los fusilaron, y hasta un sencillo cementerio enManerplaw repleto de cadveres de los que haban muerto an demasiado jvenes.Es triste advertir cmo cada dictadura deja tras de s una larga secuela de muerte ydestruccin.De estas experiencias y consideraciones me fue creciendo una esperanzamuy frme de que s poda impedirse el establecimiento de las dictaduras, que sepoda llevar a cabo una lucha victoriosa contra ellas sin provocar una carniceramasiva, que s se podan destruir las dictaduras y evitar que surgieran otras nuevasde sus propias cenizas.He tratado de pensar minuciosamente acerca de los mtodos ms efectivospara desintegrarlas con xito y con el menor costo posible en vidas y sufrimientos.Para ello he repasado mis estudios de muchos aos sobre las dictaduras, losmovimientos de resistencia, las revoluciones, el pensamiento poltico, los sistemasde gobierno y, especialmente, sobre la autntica lucha noviolenta.El resultado de todo eso es esta publicacin. Estoy seguro que dista muchode ser perfecta. Pero quizs ofrece alguna orientacin que apoye tanto elpensamiento como la planifcacin tendientes a producir movimientos deliberacin que resulten ms poderosos y efcaces de lo que seran de haber sidootro el caso.Tanto por necesidad como por opcin libre, este ensayo enfoca el problemagenrico de cmo destruir una dictadura y cmo impedir el surgimiento de unanueva. No puedo realizar un anlisis detallado y dar una recomendacin precisaen cuanto a un pas determinado. Sin embargo, espero que este anlisis genricosea til a los pueblos que, desafortunadamente, todava en demasiados lugarestienen que enfrentarse con las realidades de un rgimen dictatorial. Necesitarnexaminar la validez de este texto en cuanto a su situacin especfca y determinarhasta qu punto las principales recomendaciones son aplicables, o si puede hacerseque lo sean, para su lucha de liberacin.He incurrido en varias deudas de gratitud durante la redaccin de esteensayo. Bruce Jenkins, mi ayudante especial, ha hecho una contribucininestimable al identifcar los problemas en cuanto a su contenido y presentacin, y,mediante sus agudas sugerencias, en cuanto a una exposicin ms clara y rigurosade las ideas ms difciles (en especial en lo tocante a estrategia), a la reorganizacinestructural del texto y al mejoramiento de la edicin. Estoy tambin muyagradecido a Stephen Cody por su asistencia editorial. El Dr. Christopher Krueglery el Sr. Robert Helvey me brindaron su importante crtica y consejo. Las Dras.Hazel McFerson y Patricia Parkman me suministraron informacin sobre las luchasen Africa y Amrica Latina respectivamente. Aunque este trabajo se ha benefciadopor un tan noble y generoso apoyo, nicamente yo soy responsable del anlisis ylas conclusiones que contiene.En ningn lugar de este trabajo asumo que el desafo contra los dictadoresser una empresa fcil y poco costosa. Todas las formas de lucha tienen suscomplicaciones y costos. El combate contra los dictadores por supuesto causarbajas. Sin embargo, espero que este anlisis estimular a los lderes de la resistenciaa considerar estrategias que puedan incrementar su poder efectivo y al mismotiempo reducir el nivel relativo de bajas.Tampoco se interprete este anlisis como que cuando se acabe con unadictadura especfca todos los dems problemas habrn desaparecido. La cada deun rgimen no trae por consecuencia una utopa. Ms bien abre el camino a untrabajo ingente y a esfuerzos denodados a fn de construir unas relaciones polticas,econmicas y sociales ms justas y erradicar otras formas de injusticia y opresin.Es mi esperanza que este breve examen de cmo puede desintegrarse unadictadura sea til en cualquier lugar donde la gente vive dominada y desea serlibre.Gene Sharp6 de octubre de 1993The Albert Einstein Institution36 Cottage StreetEast Boston, Massachusetts, 02128USA Uno Enfrentando la Realidad de las Dictaduras En aos recientes, diversas dictaduras de origen tanto interno como externohan cado o se han tambaleado cuando se les ha enfrentado una poblacindesafante y movilizada. Aunque a menudo se las ve como frmemente afanzadase inexpugnables, algunas de estas dictaduras demostraron ser incapaces desoportar el desafo concertado del pueblo en lo poltico, lo econmico y lo social.A partir de 1980, las dictaduras han cado ante un desafopredominantemente noviolento del pueblo en Estonia, Latvia y Lituania, Polonia,Alemania Oriental, Checoslovaquia y Eslovenia, Madagascar, Mali, Bolivia y lasFilipinas. La resistencia noviolenta ha hecho avanzar el movimiento por lademocratizacin en Nepal, Zambia, Corea del Sur, Chile, Argentina, Hait, Brasil,Uruguay, Malawi, Tailandia, Bulgaria, Hungra, Zaire, Nigeria y en varias partes dela antigua Unin Sovitica (llegando a jugar un papel signifcativo en la derrota delintento de golpe de estado de lnea dura de agosto de 1991).Mas an, el desafo poltico masivo1 se ha hecho presente en China, Birmaniay el Tbet en aos recientes. An cuando estas luchas no han destruido a lasdictaduras ni le han puesto fn a la ocupacin territorial impuesta, s han puesto aldescubierto ante la comunidad mundial la naturaleza brutal de esos regmenesrepresivos, y han aportado a la poblacin una valiosa experiencia en cuanto a estaforma de lucha.El derrumbamiento de las dictaduras en los pases antes mencionadosciertamente no erradic todos los problemas de esas sociedades pobreza,criminalidad, inefciencia burocrtica, destruccin del medio ambiente que hansido frecuentemente la herencia de aquellos regmenes brutales. No obstante, lacada de esas dictaduras ha reducido, aunque poqusimo, mucho del sufrimientode las vctimas de la opresin, y ha abierto el camino para la reconstruccin de esassociedades con una mayor democracia poltica, ms libertades personales y justiciasocial.Un problema que continaHa habido, en verdad, una tendencia hacia una mayor democratizacin y libertaden el mundo durante las ltimas dcadas. Segn "Freedom House", que compila unexpediente anual sobre el estatus de los derechos polticos y las libertades civiles, elnmero de pases en todo el mundo clasifcados "libres" ha crecido de manerasignifcativa en los ltimos diez aos.2 Libres Parcialmente Libres No Libres 1983 55 76 64 1993 75 73 38 2003 89 5548 2009 89 62 42 Sin embargo, esta tendencia positiva se halla atenuada porque hay un grannmero de pueblos que an viven bajo condiciones de tirana. Hasta enero de 1993,el 31% de la poblacin del mundo, de 5.45 billones, viva en pases y territorioscalifcados como "no libres"3; esto es, en lugares donde los derechos polticos y laslibertades civiles estn en extremo restringidos. Los 38 pases y 12 territoriosincluidos en la categora de "no libres" estn gobernados por una serie dedictaduras militares (como en Birmania y el Sudn), monarquas tradicionalesrepresivas (como Arabia Saudita y Bhutn), por regmenes de partido nicodominante (como China, Iraq y Corea del Norte), bajo una ocupacin extranjera(como Tbet o Timor Oriental), o en un estado de transicin.Muchos pases se hallan hoy en un estado de cambio rpido en loeconmico, poltico y social. Aunque el nmero de pases "libres" ha aumentado enlos ltimos diez aos, existe un gran riesgo de que muchas naciones, al enfrentarcambios fundamentales tan rpidamente, se desplazarn en direccin opuesta, yacabarn experimentando nuevas formas de dictadura. Las camarillas militares, losindividuos ms ambiciosos, los funcionarios electos y los partidos polticosdoctrinales, repetidamente buscarn cmo imponerse. Los golpes de estadoseguirn estando a la orden del da. Los derechos humanos y polticos bsicos lessern negados a un gran nmero de personas.Desafortunadamente, el pasado an est con nosotros. El problema de lasdictaduras es profundo. En muchos pases el pueblo ha vivido experiencias dedcadas y hasta siglos de opresin, ora domstica ora de origen extranjero. Confrecuencia se les ha inculcado insistentemente la sumisin incondicional a lasfguras y gobernantes que detentan la autoridad. En casos extremos, lasinstituciones sociales, econmicas, polticas y hasta religiosas de la sociedad aquellas fuera del control estatal han sido deliberadamente debilitadas,subordinadas o an reemplazadas por otras nuevas, y regimentadas. El estado o elpartido dominante las usa para dominar a la sociedad. A menudo la poblacin hasido atomizada (convertida en una masa de individuos aislados), incapaces detrabajar juntos para conseguir su libertad, de confar los unos en los otros y hastade hacer algo por su propia iniciativa.El resultado es predecible: la poblacin se ha vuelto dbil, carece deconfanza en s misma y es incapaz de ofrecer resistencia alguna. Las personas porlo general estn demasiado asustadas para compartir su odio por la dictadura y suhambre de libertad ni an con su familia y amigos. Estn, con frecuencia,demasiado aterrorizadas para pensar en serio en la resistencia popular. Decualquier manera, de qu iba a servir? En vez de esto asumen el sufrimiento sinobjetivo y un futuro sin esperanza.Las condiciones bajo las dictaduras contemporneas pueden ser peores queantes. En el pasado, algunas personas pueden haber tratado de resistir. Quiz hubobreves manifestaciones y protestas masivas. Quiz los nimos se levantarontemporalmente. En otras ocasiones, individuos y pequeos grupos pueden haberhecho valientes pero impotentes demostraciones, afrmando algn principio osimplemente su desafo. Por muy nobles que hayan sido los motivos, estos actos deresistencia pasados frecuentemente han sido insufcientes para vencer el miedo dela gente y su habitual obediencia, condicin esencial para destruir una dictadura.Esas acciones, lamentablemente, pueden en cambio haber causado solamente mssufrimiento y muerte, no una victoria, ni an una esperanza.A la libertad por la violencia?Qu ha de hacerse en semejantes circunstancias? Las posibilidades ms evidentesparecen intiles. Los dictadores generalmente hacen caso omiso de las barrerasconstitucionales y legales, las decisiones judiciales y la opinin pblica.Reaccionando a las brutalidades, la tortura, las desapariciones, las muertes, seentiende que todo esto ha hecho pensar al pueblo que slo por la violencia sepuede acabar con una dictadura. Las airadas vctimas a veces se han organizadopara combatir a los brutales dictadores, con el poco poder militar y violencia quehayan podido reunir, y a pesar de tenerlo todo en contra. Esta gente, por lo general,ha peleado valientemente, pagando un alto precio en sufrimientos y vidas. Suslogros a veces han sido considerables, pero casi nunca han obtenido la libertad. Lasrebeliones violentas desencadenan violentas represiones que con frecuencia dejan ala poblacin ms indefensa que antes.Sin embargo, cualesquiera que sean los mritos de la opcin por la violencia,un punto est claro. Al depositar la confanza en los medios violentos, se ha escogidoprecisamente el modo de lucha en el cual los opresores casi siempre tienen la superioridad.Los dictadores pueden aplicar la violencia irresistiblemente. No importa cunto ms ocunto menos estos demcratas puedan aguantar, a fn de cuentas unogeneralmente no se puede escapar de las duras realidades militares. Los dictadorescasi siempre disponen de la superioridad militar, en cuanto a calidad dearmamentos, pertrechos, transportes y tamao de las fuerzas armadas. A pesar desu valenta, los demcratas no pueden emparejrseles (casi) nunca. Cuando sereconoce que la rebelin militar no es viable, algunos disidentes se inclinan por laguerra de guerrillas. No obstante, slo muy raramente, si es que alguna vez, laguerra de guerrillas benefcia a la poblacin oprimida o le abre paso a unademocracia. La guerra de guerrillas no es ninguna solucin evidente,especialmente por la inmensa cantidad de bajas que suelen producirse entre lagente. Esta tcnica de lucha no ofrece ninguna garanta frente a la posibilidad delfracaso, a pesar de apoyarse en la teora y el anlisis estratgicos, y de que a vecesrecibe respaldo internacional. Las luchas guerrilleras por lo general duran mucho.Con frecuencia el gobierno en el poder reubica a la poblacin, con la secuela deinmensos sufrimientos humanos y trastorno social que esto conlleva.An cuando resulte victoriosa, la lucha de guerrillas tiene, a largo plazo,considerables consecuencias negativas en lo estructural. De entrada, el rgimenatacado se hace ms dictatorial como resultado de sus contramedidas. Si endefnitiva gana la guerrilla, el nuevo rgimen que de ella provenga es confrecuencia ms dictatorial que el anterior, debido al impacto centralizador de lasfuerzas militares al expandirse, y por el debilitamiento o la destruccin durante lalucha de los grupos e instituciones independientes de la sociedad cuerpos stosque son vitales para establecer y mantener despus una sociedad democrtica. Losque se opongan a las dictaduras deben buscar otra opcin.Golpes de estado, elecciones, salvadores extranjeros?Un golpe militar contra una dictadura puede parecer, relativamente hablando, unade las maneras ms rpidas y fciles de quitarse de encima un rgimenparticularmente repugnante. Sin embargo, existen serios problemas con respecto aesta tcnica. Lo ms importante es que deja intacta la distribucin negativa delpoder entre la poblacin y la lite de control del gobierno y sus fuerzas armadas.Lo ms probable es que la supresin de personas o camarillas de las posiciones delgobierno, d pie para que otro grupo semejante ocupe su lugar. Tericamente estegrupo puede ser menos duro en su comportamiento, y ms dispuesto a abrirse demanera limitada a las reformas democrticas. Sin embargo, el caso opuesto es loms probable.Despus de consolidar su posicin, la nueva camarilla puede resultar msdespiadada y ms ambiciosa que la anterior. Por lo tanto, la nueva camarilla sobre la que quiz se haban fncado las esperanzas podr hacer lo que quiera sinpreocuparse de la democracia o los derechos humanos. Esta no es una respuestasatisfactoria al problema de la dictadura.Bajo una dictadura las elecciones no se pueden usar como instrumento paraun cambio poltico signifcativo. Algunos regmenes dictatoriales, tales como losdel antiguo bloque oriental dominado por la Unin Sovitica, simularon eleccionesslo con el propsito de aparentar ser democrticos. Pero estas elecciones eransimples plebiscitos rigurosamente controlados, para obtener la aprobacin pblicade los candidatos escogidos por los dictadores. stos, de cuando en cuando, debidoa la presin a que estn sometidos, podran tal vez aceptar nuevas elecciones, perostas estaran manipuladas para colocar marionetas civiles en los puestos degobierno. Si a los candidatos de la oposicin se les hubiera permitido concurrir alas elecciones, y hubieran sido electos como ocurri en Birmania en 1990, o enNigeria en 1993, los resultados habran sido simplemente ignorados y lossupuestos "vencedores" habran estado sujetos a intimidacin, arrestados o hastaejecutados. Los dictadores no estn interesados en unas elecciones que puedanapartarlos de su trono.Muchas personas que actualmente estn padeciendo bajo una dictadura, oque han tenido que exilarse para escapar de sus garras, no creen que los oprimidospuedan liberarse por s mismos. Ellos no esperan que su pueblo pueda ser liberadosino por la accin de otros. Ponen su confanza en las fuerzas extranjeras. Creenque slo una ayuda internacional puede ser lo bastante fuerte como para derribar alos dictadores.Esa visin de que los oprimidos son incapaces de actuar efcazmente esalgunas veces correcta por tiempo limitado. Como hemos apuntado, con frecuenciala poblacin sometida no quiere la lucha, y est temporalmente incapacitada paraella, porque no tiene confanza en su propia capacidad de enfrentar la dictaduraferoz, y no ve una manera razonable de salvarse por su propio esfuerzo. Enconsecuencia, no es extrao que confe sus esperanzas de liberacin a la accin deotros. Las fuerzas externas pueden ser: la "opinin publica", las Naciones Unidas,un pas en particular o sanciones internacionales econmicas y polticas.Una situacin as puede parecer consoladora, pero existen graves problemasen cuanto a la confanza depositada en un salvador forneo. Esa confanza puedeestar puesta en un factor totalmente errado. Por lo general, no van a llegarsalvadores extranjeros. Si interviene otro estado, probablemente no deba confarseen l.Hay unas cuantas speras realidades con respecto a esa confanza en laintervencin extranjera que habra que destacar aqu: Con frecuencia los estados extranjeros tolerarn, o ayudarn inclusive, a ladictadura a fn de avanzar sus propios intereses econmicos o polticos. Los estados extranjeros podran estar dispuestos a vender al pueblooprimido a cambio de otros objetivos, en lugar de mantener las promesas que lehicieran de ayudarlo en su liberacin. Algunos estados extranjeros actuarn contra la dictadura, pero slo a fn deganar para s mismos el control econmico, poltico y militar del pas. Los estados extranjeros podran involucrarse activamente para fnespositivos slo cuando hubiere un movimiento interno que ya haya comenzado asacudir la dictadura y logrado que la atencin internacional se enfoque sobre landole brutal del gobierno.Por lo general, la causa principal que explica la existencia de las dictadurases la distribucin interna del poder que existe en el pas. La poblacin y la sociedadson demasiado dbiles para causarle un problema a la dictadura; la riqueza y elpoder estn concentrados en muy pocas manos. Aunque las accionesinternacionales pueden benefciar, o de alguna manera debilitar a las dictaduras, lacontinuacin de stas depende primordialmente de factores internos.Sin embargo, las presiones internacionales pueden ser muy tiles cuandoapoyan un poderoso movimiento de resistencia interna. Entonces, por ejemplo, elboicot econmico internacional, los embargos, la ruptura de relacionesdiplomticas, la expulsin del gobierno de organizaciones internacionales, lacondena del mismo por alguno de los cuerpos de las Naciones Unidas y otrospasos semejantes, pueden contribuir grandemente. A pesar de todo,si no existe unfuerte movimiento de resistencia interna, tales acciones por parte de otros es pocoprobable que se den.Encarando la dura verdadLa conclusin es dura. Cuando se quiere echar abajo una dictadura con la mayorefectividad y al menor costo, hay que emprender estas cuatro tareas: Se debe fortalecer a la poblacin oprimida en su determinacin de luchar,en la confanza en s misma y en sus aptitudes para resistir; Se debe fortalecer a los grupos sociales e instituciones independientes delpueblo oprimido; Se debe crear una poderosa fuerza de resistencia interna; y Se debe desarrollar un amplio y concienzudo plan estratgico global parala liberacin, y ejecutarlo con destreza.Una lucha de liberacin es un tiempo en que el grupo que lucha adquiereconfanza en s mismo y se fortalece internamente. Charles Stewart Parnell, durantela campaa de huelga de los rentatarios en Irlanda, 1879 1880, dijo:No vale la pena confar en el gobierno... Debis confar slo en vuestrapropia determinacin... Ayudaos a vosotros mismos apoyndoos los unos a losotros... Fortaleced a los ms dbiles de entre vosotros... Agrupaos y organizaos... yganaris...Cuando hayais madurado las condiciones para que este asunto se resuelva,entonces y nunca antes de ese momento se resolver.4Confrontada con una fuerza frme y confada en s misma, con una estrategiaconcienzuda y de genuina solidez, la dictadura eventualmente se desmoronar.Estos cuatro requisitos tendrn que ser de algn modo satisfechos siquiera en unmnimo nivel.Como lo indican estos argumentos, el liberarse de las dictaduras, en ltimainstancia, depende de la capacidad que la gente tenga de liberarse a s misma. Loscasos antes mencionados en que el desafo poltico o la lucha noviolenta confnes polticos ha tenido xito, sugieren que s existen los medios para que lapoblacin se libere a s misma, pero esta opcin no se ha ejercido plenamente.Examinaremos en detalle esta alternativa en los prximos captulos. Pero antesdebemos contemplar el tema de las negociaciones como medio para desmantelarlas dictaduras. Dos Los Peligros de las Negociaciones Algunas personas, cuando tienen que enfrentarse a los severos problemas decombatir una dictadura, se echan para atrs, y caen en una sumisin pasiva (comolo vimos en el Captulo Uno). Otras, como no ven posibilidad alguna de alcanzar lademocracia, pueden llegar a la conclusin de que deben buscar un arreglo con ladictadura, con la esperanza de que mediante la "conciliacin", el "compromiso" ylas "negociaciones", podrn atraer a algunos elementos positivos y acabar con lasbrutalidades. Superfcialmente, por carencia de opciones ms realistas, esta manerade pensar es atrayente.Una pelea seria contra las dictaduras brutales no es una perspectivaagradable. Por qu hay que recorrer ese camino? No pueden todos ser razonablesy encontrar maneras de hablar, de negociar la forma de terminar gradualmente conla dictadura? No pueden los demcratas apelar al sentido comn y de humanidadde los dictadores, y convencerlos de que deben reducir su dominio poco a poco, yquizs fnalmente ceder por completo para que se establezca una democracia?A veces se argumenta que la verdad no est toda de un lado. Quin sabe silos demcratas no han comprendido a los dictadores, que acaso obraron conbuenas intenciones y en circunstancias difciles. Quiz algunos piensen que losdictadores gustosamente se separaran de la difcil situacin que vive el pas, si seles estimulara o se les tentara a ello. Podra argumentarse que a los dictadores seles debera ofrecer una solucin por medio de la cual todo el mundo salieraganando. Los riesgos y dolores de proseguir la lucha podran ser innecesarios sepuede argumentar si la oposicin democrtica slo desea terminar el confictopacfcamente por medio de negociaciones (que podran quizs contar con la ayudade algunos especialistas o hasta de otro gobierno). No sera eso preferible a unalucha difcil, an cuando fuera una campaa dirigida por la lgica de la accinnoviolenta y no la de una guerra militar?Ventajas y limitaciones de las negociacionesLas negociaciones son un instrumento muy til para resolver algunos confictos, yno deben desdearse o rechazarse cuando son apropiadas.En algunas situaciones, cuando ningn asunto fundamental est en juego y,por consiguiente, es aceptable el compromiso, las negociaciones pueden ser unmedio importante para zanjar un conficto. Una huelga laboral en demanda demayores salarios es un buen ejemplo del papel apropiado de las negociaciones enun conficto: un acuerdo negociado puede conseguir un aumento promediadoentre las cantidades originalmente propuestas por cada una de las partescontendientes. Los confictos laborales, con sindicatos legalmente establecidos, son,sin embargo, algo muy diferente de los problemas en los cuales estn en juego laexistencia permanente de una dictadura cruel o el establecimiento de la libertadpoltica.Cuando los asuntos por resolver son fundamentales porque afectanprincipios religiosos, problemas de la libertad humana o todo el desarrollo futurode la sociedad, las negociaciones no llevan a una solucin satisfactoria para ambaspartes. En algunos asuntos bsicos no se debe transigir. Slo un cambio en lacorrelacin de fuerzas a favor de los demcratas puede salvaguardaradecuadamente los asuntos bsicos que estn a discusin. Ese cambio ocurre atravs de una lucha, no mediante negociaciones. Esto no quiere decir que lasnegociaciones no deban usarse nunca. El hecho es que tales negociaciones no sonun modo realista de librarse de una frrea dictadura cuando no existe unapoderosa oposicin democrtica.Por supuesto que hay circunstancias en que las negociaciones pueden no seruna opcin. Los dictadores frmemente establecidos, que se sienten muy segurosde su posicin, pueden negarse a negociar con sus opositores democrticos. 0 bien,cuando ya se hayan iniciado las negociaciones, los negociadores democrticospueden desaparecer y no regresar.Rendicin negociada?Los individuos o grupos que se oponen a una dictadura y se inclinan a lasnegociaciones, a menudo tienen buenos motivos para hacerlo. En especial, cuandouna lucha armada ha continuado durante varios aos contra una dictadura brutalsin una victoria fnal, es lgico que todas las personas, sin importar su fliacinpoltica, deseen la paz. Es probable que los demcratas estn especialmentedispuestos a negociar cuando los dictadores evidentemente tienen la superioridadmilitar y cuando la destruccin, las vctimas y los perjuicios sufridos entre aqullosya no pueden soportarse ms. Habr entonces una fuerte tentacin de explorarcualquier otra opcin que pueda rescatar al menos algunos de los objetivos de losdemcratas, a la vez que pone fn a un ciclo de violencia y contraviolencia.La oferta de "paz" mediante negociaciones que un dictador le haga a laoposicin democrtica por supuesto no es del todo sincera. La violencia podra serinmediatamente terminada por los propios dictadores si tan slo stos dejaran dehacer la guerra contra su propio pueblo. Bien podran, por su propia iniciativa ysin ninguna negociacin, restaurar el respeto a la dignidad y los derechoshumanos, liberar a los presos polticos, acabar con la tortura y suspender lasoperaciones militares, retirarse del gobierno y hasta pedirle excusas al pueblo.Cuando la dictadura es fuerte pero existe una resistencia irritante, puede quelos dictadores deseen lograr la rendicin de la oposicin bajo la cobertura de "hacerla paz". El llamado a negociar puede parecer atractivo, pero dentro de la sala denegociaciones acaso se esconderan graves peligros.Por otra parte, cuando la oposicin es excepcionalmente fuerte y la dictadurase encuentra de veras amenazada, los dictadores pueden buscar la negociacincomo una manera de salvar lo ms posible de su capacidad de control o de susriquezas. En ninguno de estos casos deben los demcratas ayudar a los dictadoresa lograr sus metas.Los demcratas deben desconfar de las trampas que los dictadores lespueden tender con pleno conocimiento de causa durante un proceso denegociacin. El llamado a negociar, cuando se trata de cuestiones fundamentalesde las libertades polticas, puede ser un esfuerzo por parte de los dictadores parainducir a los demcratas a rendirse pacfcamente, mientras que la violencia de ladictadura contina. En semejantes confictos, las negociaciones solamente podrnjugar un papel apropiado al fnal de una lucha decisiva, en la cual el poder de losdictadores haya sido destruido y estn stos buscando pasaje seguro para llegar aun aeropuerto internacional.El poder y la justicia en las negociacionesSi esta opinin parece un comentario demasiado spero sobre las negociaciones,quiz deba moderarse un poco el romanticismo que se asocia con las mismas. Esnecesario saber cul es la dinmica de las negociaciones.Una "negociacin" no signifca que las dos partes se sientan juntas, comoiguales, y conversan hasta resolver el problema que produjo el conficto entre ellas.Es necesario recordar dos verdades. Primera, que en las negociaciones no es larelativa justicia de los puntos de vista en conficto y sus objetivos lo que determinael contenido del acuerdo negociado. Segunda, que el contenido de ste lodeterminar mayormente la capacidad de poder de cada parte.Se deben considerar varias preguntas difciles. Qu puede hacer cada unade las partes despus para conseguir sus objetivos si la otra decide no llegar a unacuerdo en la mesa de negociaciones? Qu puede hacer cada una de las partes,luego de alcanzado el acuerdo, si la otra rompe su palabra y usa la fuerza de la quedispone para conquistar sus objetivos a pesar del acuerdo?En las negociaciones no se llega a un acuerdo mediante una evaluacin de lobueno y lo malo de las cuestiones sobre el tapete. Aunque sobre esto puedadiscutirse mucho, los verdaderos resultados de las negociaciones se derivan de unaevaluacin realista de las situaciones de poder absoluto y relativo de los gruposcontendientes. Qu pueden hacer los demcratas para asegurarse de que unmnimo de sus reclamaciones no sern denegadas? Qu pueden hacer losdictadores para mantenerse en control del poder y neutralizar a los demcratas?En otras palabras, si se llega a un acuerdo, lo ms probable es que sea el resultadodel estimado que cada parte haga de la capacidad de poder de ambas y, enconsecuencia, calcule cmo podra terminar una lucha abierta entre las dos.Debe prestarse atencin a lo que cada parte est dispuesta a ceder para llegara un acuerdo. En negociaciones exitosas hay concesiones recprocas. Cada parteconsigue parte de lo que quiere y cede parte de sus objetivos.En los casos de dictadura extrema, qu es lo que las fuerzas pro-democrticas van a ceder a los dictadores? Qu objetivos de los dictadorestendrn que aceptar las fuerzas democrticas? Tendrn los demcratas queconceder a los dictadores, (sean stos un partido poltico o una camarilla militar),un papel permanente, constitucionalmente establecido, en el futuro gobierno?Dnde queda la democracia entonces?An pensando que todo salga bien en las negociaciones, hace faltapreguntarse: qu clase de paz saldr de ah? Ser entonces la vida mejor o peorque si los demcratas hubieran empezado o continuado la lucha?Dictadores "agradables"Una variedad de motivos y objetivos subyacen la dominacin de los dictadores:poder, posicin, riqueza, la reestructuracin de la sociedad y ms. Uno deberecordar que ninguno de stos ser satisfecho si abandonan sus puestos de control.En caso de negociar, los dictadores tratarn de preservar sus objetivos.Cualesquiera que sean las promesas que los dictadores ofrezcan en unacuerdo negociado, uno no debe olvidar que ellos son capaces de prometercualquier cosa con tal de lograr el sometimiento de las fuerzas opositorasdemocrticas, y despus descaradamente violar esos mismos acuerdos.Si los demcratas acuerdan parar la resistencia a cambio de un alivio en larepresin, van a quedar muy defraudados. Una suspensin de la resistencia muyraramente conduce a una disminucin de la represin. Cuando cesa la presin dela oposicin interna o internacional, los dictadores pueden ejercer la opresin y laviolencia an ms brutalmente que antes. El desmoronamiento de la resistenciapopular a menudo suprime la fuerza que sirve de contrapeso y que ha limitado elcontrol y la brutalidad de la dictadura. Entonces los tiranos pueden avanzar contralos que quieran. "Porque el tirano tiene poder de obrar slo donde se carece defuerza para resistir", dijo Krishnalal Shridharani.1En los confictos donde cuestiones fundamentales estn en juego, laresistencia, no las negociaciones, es lo esencial para el cambio. En casi todos loscasos, la resistencia debe continuar hasta que los dictadores sean expulsados delpoder. El triunfo lo determina con ms frecuencia, no la negociacin de un arreglo,sino el uso acertado de los mtodos de resistencia ms apropiados y poderososposibles. Estamos convencidos y lo exploraremos en detalle ms adelante queel desafo poltico o la lucha noviolenta es el mtodo ms poderoso que puedenemplear los que luchan por la libertad.Qu clase de paz?Si los dictadores y los demcratas van a dialogar sobre la paz, es necesario tenerideas claras por los peligros que ello implica. No todos los que emplean la palabra"paz" quieren la paz con libertad y justicia. El sometimiento a una cruel opresin yel consentimiento pasivo frente a los dictadores desalmados, que han perpetradoatrocidades en cientos y miles de personas, no constituye una verdadera paz. Amenudo Hitler llam a la paz, pero lo que quera era el sometimiento a suvoluntad. Por lo general, la paz de los dictadores no es sino la de la prisin o latumba.Existen otros peligros. Hay negociadores bien intencionados que a vecesconfunden los objetivos de las negociaciones con el proceso de stas. Es ms, losnegociadores democrticos o los especialistas extranjeros aceptados para asistir alos negociadores, pueden, de un solo plumazo, dotar a los dictadores de unalegitimidad domstica e internacional que previamente se les haba negado a causade haberse apoderado del estado, las violaciones de los derechos humanos y lasbrutalidades cometidas. Sin esa legitimidad tan desesperadamente necesitada nopueden los dictadores continuar gobernando indefnidamente. Los representantesde la paz no deben suministrarles esa legitimidad.Razones para la esperanzaComo dijimos antes, los lderes de la oposicin pueden sentirse forzados a negociarsi creen que la lucha democrtica carece de toda esperanza. Sin embargo, esesentimiento de impotencia puede cambiarse. Las dictaduras no son permanentes.Los que viven bajo una dictadura no tienen por qu permanecer siempre dbiles ya los dictadores no es necesario permitirles que sigan siendo poderososindefnidamente. Hace mucho tiempo Aristteles apunt: "La oligarqua y la tiranason las constituciones que duran menos."..."En ninguna parte han durado mucho tiempo2." Las dictaduras modernastambin son vulnerables. Se puede agravar su debilidad y desintegrar su poder.(En el Captulo Cuatro examinaremos estas debilidades con ms detalle).La historia reciente muestra la vulnerabilidad de las dictaduras, y revela quepueden desmoronarse en un plazo relativamente corto. Se necesitaron diez aos,de 1980 a 1990, para que se viniera abajo la dictadura comunista en Polonia,Alemania Oriental y Checoslovaquia. En 1989 ocurri sto en semanas. En ElSalvador y Guatemala, en 1944, la lucha contra los brutales dictadores bienafanzados dur aproximadamente dos semanas en cada lugar. El poderosorgimen militar del Shah de Irn fue socavado en pocos meses. La dictadura deMarcos en Filipinas cay ante el empuje del pueblo en 1986. El gobierno de losEstados Unidos abandon rpidamente al Presidente Marcos cuando la fuerza dela oposicin se hizo patente. El intento de golpe de estado de lnea dura en la URSSen agosto de 1991 fue bloqueado en unos das por el desafo popular. De ah enadelante muchas de las naciones bajo un dominio semejante, recuperaron suindependencia en slo das, semanas o meses.Est claro que no es vlida la antigua idea de que los mtodos violentosobran rpidamente y que los noviolentos requieren mucho tiempo. Aunque serequiera mucho tiempo para lograr cambios en la situacin subyacente y en lasociedad, la lucha concreta contra las dictaduras a veces ocurre con relativa rapidezpor medio de la accin noviolenta.Las negociaciones no son la nica alternativa que hay entre una guerracontinua de aniquilacin por una parte y la capitulacin por la otra. Los ejemplosya citados, as como los apuntados en el Captulo Uno, ilustran que existe otraopcin para aquellos que quieren tanto la paz como la libertad, y sa es el desafopoltico. Tres De Dnde se Deriva el Poder? Conseguir la libertad con paz, por supuesto que no es tarea fcil. Va a requerirsepara ello una gran destreza estratgica, organizacin y planifcacin. Sobre todo,requiere poder. Los demcratas no pueden esperar derribar la dictadura yestablecer la libertad poltica sin la capacidad de ejercer su propio poder en formaefcaz.Pero cmo es posible esto? Qu clase de poder podr la oposicindemocrtica movilizar para destruir la dictadura y su vasta red militar y policiaca?La respuesta se encuentra en una com-prensin del poder poltico generalmenteignorada. Llegar a este conocimiento intrnseco no es tarea demasiado difcil.Algunas verdades fundamentales son muy sencillas.La fbula del "Amo de los Monos"Una parbola china del siglo XIV, atribuida a Liu Ji, por ejemplo, destaca muy bienesta interpretacin descuidada acerca del poder poltico:1En el estado feudal de Chu, un viejo viva de tener monos a su servicio. Lasgentes lo llamaban "ju gong": el Amo de los Monos.Todas las maanas el viejo reuna a todos los monos en su patio y ordenaba alms viejo que condujera a los dems a la montaa a recoger fruta de los rboles ymatas. La regla era que cada mono tena que darle al viejo la dcima parte de loque recogiera. Los que no lo hacan eran brutalmente azotados. Todos los monossufran amargamente, pero no se atrevan a protestar.Un da, un monito les pregunt a los otros; "Fue el viejo quien sembr losrboles y las matas?" Los otros le respondieron: "No; brotaron solos." El monito lesdirigi otra pregunta: "No podemos nosotros coger la fruta sin permiso del viejo?"Los otros replicaron: "S, todos podemos hacerlo." El monito sigui: "Entonces porqu tenemos que depender del viejo? Por qu tenemos que servirlo?"Antes que el monito hubiera terminado su discurso todos los monos de prontose sintieron iluminados, y despertaron.Esa misma noche, al observar que el viejo se haba quedado dormido, los monosrompieron las barreras del vallado donde se hallaban encerrados, y destruyeron elrecinto por completo. Tambin se apropiaron de cuanta fruta el viejo tenaguardada y se la llevaron al bosque, y nunca ms volvieron. Al fn el viejo muri deinanicin.Yu-Li-Zi dice: "Algunos hombres en el mundo gobiernan a su pueblo mediantetretas y no por principios rectos.No son stos iguales al amo de los monos? Lagente no se ha dado cuenta de su embrutecimiento. Apenas se les ilumine elconocimiento, las tretas dejarn de funcionar."Los recursos que necesita el poder polticoEl principio es sencillo. Los dictadores requieren la ayuda de los gobernados, sin lacual no pueden ni disponer de las fuentes de poder ni conservarlas. Entre lasfuentes del poder poltico se encuentran las siguientes: La autoridad la creencia entre la gente de que el rgimen es legtimo y quetiene el deber moral de obedecerlo; Los recursos humanos la cantidad eimportancia de las personas y grupos que obedecen a los gobernantes, cooperancon ellos o los apoyan; El conocimiento y las destrezas los que el rgimennecesita para llevar a cabo acciones especfcas, y que le son suministrados por laspersonas y grupos que cooperan con l; Los factores intangibles los factoressicolgicos e ideolgicos que pueden mover a la gente a obedecer y apoyar a losgobernantes; Los recursos materiales hasta qu punto controlan losgobernantes la propiedad o tienen acceso a ella, los recursos naturales, el sistemaeconmico y los medios decomunicacin y transporte; y Las sanciones castigos con los que se amenaza, o que se aplican a los desobedientes o a los que nocolaboran, para asegurar su sumisin y cooperacin, necesarias ambas para queexista el rgimen y para que ponga en prctica sus polticas.Todas estas fuentes, sin embargo, dependen de la aceptacin del rgimen,del sometimiento y obediencia de la poblacin al mismo y de la cooperacin que lebrindan innumerables personas y muchas de las instituciones de la sociedad. Estasfuentes no estn garantizadas.Una plena cooperacin, obediencia y apoyo, harn ms asequibles losrecursos que el poder necesita, y, en consecuencia, fortalecern la capacidad deobrar de cualquier gobierno.Por otra parte, el negarles a los agresores y dictadores la cooperacinpopular e institucional disminuye y puede anular el acceso a las fuentes de poderde las que dependen los gobernantes. Sin acceso a tales recursos, el poder de losgobernantes se debilita, y fnalmente se disuelve.Naturalmente, los dictadores son sensibles a las acciones o ideas queamenazan su capacidad de obrar como les d la gana. Por lo tanto, ellos estndispuestos a amenazar y castigar a quienes los desobedezcan, les hagan huelgas odejen de cooperar con ellos. No obstante, aqu no acaba el cuento. Ni la represinni cuantas brutalidades se cometan siempre resultan en la recuperacin del gradode sumisin y cooperacin que el rgimen necesita para funcionar.Si, a pesar de la represin, se pueden restringir o recortar durante un tiemposufciente los recursos de los que depende el poder, los resultados pueden ser laincertidumbre y la confusin dentro de la dictadura. Es probable que sobrevengaentonces un notable debilitamiento de su poder. Con el tiempo, el quitarle losrecursos al poder producir la parlisis y la impotencia del rgimen y, en casosmuy severos, su desintegracin. El poder de los dictadores se ira muriendo, lenta orpidamente, de inanicin poltica.Por lo tanto, el grado de libertad o tirana que existe bajo cualquier gobiernoes en gran medida un refejo de la relativa determinacin de los sbditos de serlibres, y de la voluntad y capacidad de stos de ofrecer resistencia a los esfuerzosque el gobierno haga por esclavizarlos.Contradiciendo la opinin popular, an las dictaduras totalitarias dependende la poblacin y las sociedades que gobiernan. Como apunt el politlogo Karl W.Deutsch en 1953:El poder totalitario es fuerte slo si no tiene que ejercerse con mucha frecuencia.Si el poder totalitario tiene que imponerse sobre toda la poblacin y en todomomento, no es probable que se mantenga vigoroso por mucho tiempo. Como losregmenes totalitarios requieren ms poder que cualquier otro tipo de gobiernopara relacionarse con sus gobernados, tienen una necesidad mayor de que loshbitos de sumisin estn ms amplia y frmemente extendidos entre su pueblo.Ms an, tienen, en caso de necesidad, que poder contar con el apoyo activo deporciones signifcativas de la poblacin.2John Austin, el terico ingls del siglo XIX, describi la situacin de una dictaduraque se enfrentara a un pueblo descontento. Austin argumentaba que si la mayorade la poblacin estaba decidida a destruir al gobierno, y se hallaba dispuesta asoportar la represin que le impusiera por ello, entonces el poder del gobierno,incluyendo aquellos que lo apoyaban, no podra preservar al odiado rgimen,inclusive si recibiera ayuda del extranjero. No se podra someter de nuevo alpueblo desafante a la obediencia y la sumisin permanentes, conclua Austin.3Mucho antes, Nicols Maquiavelo haba explicado que el prncipe"... quetiene a todo el pueblo por su enemigo, nunca puede estar seguro, y mientras mayorsea su crueldad, mas dbil se ir volviendo su rgimen".4La aplicacin poltica de estos principios la demostraron en la prctica loshericos noruegos que resistieron la ocupacin nazi, y, como se mencion en elCaptulo Uno, los valientes polacos, alemanes, checos, eslovacos y muchos ms queresistieron la agresin comunista y su dictadura, y que fnalmente contribuyeron aproducir el desmoronamiento del rgimen comunista en Europa. Este, porsupuesto, no es un fenmeno nuevo. Los casos de resistencia noviolenta seremontan por lo menos hasta el ao 494 a. de C., cuando los plebeyos les negaronsu cooperacin a sus amos, los patricios romanos.5 Los pueblos en Asia, Africa, lasAmricas, Australasia y las islas del Pacfco, as como en Europa han empleado lalucha noviolenta en distintos momentos.Tres de los factores ms importantes para determinar hasta qu grado estaro no controlado el poder del gobierno, son: 1) el deseo relativo por parte de lapoblacin de imponerle limites al poder del gobierno; 2) la fuerza relativa de lasorganizaciones e instituciones independientes para quitarle colectivamente losrecursos que necesita el poder; y 3) la relativa capacidad por parte de la poblacinde negarle su consentimiento y apoyo.Centros de poder democrticoUna de las caractersticas de la sociedad democrtica es que existe una multitud degrupos e instituciones nogubernamentales. Ellas incluyen, por ejemplo, la familia,las organizaciones religiosas, las asociaciones culturales, clubes deportivos,instituciones econmicas, sindicatos, instituciones estudiantiles, partidos polticos,pueblitos, asociaciones de colonos, clubes de jardinera, organizaciones dederechos humanos, grupos musicales, sociedades literarias y otras. Estos cuerposson importantes porque establecen sus propios objetivos y tambin porque ayudana satisfacer las necesidades de la sociedad.Adems, estos cuerpos tienen un gran signifcado poltico. Suministran lasbases grupales e institucionales para que la gente pueda ejercer su infuencia en lasociedad y resistir la de otros grupos o del gobierno cuando stos claramente seinmiscuyan injustamente en sus intereses, actividades y propsitos. Los individuosaislados que no son miembros de estos grupos, por lo general se hallanincapacitados para producir un impacto signifcativo en la sociedad, mucho menosen el gobiemo, y ciertamente no en una dictadura.Por lo tanto, si la autonoma y libertad de tales cuerpos puede ser suprimidapor los dictadores, la poblacin quedar relativamente indefensa. Adems, si estasinstituciones pueden ser controladas dictatorialmente por el poder central, osustituidas por otras bajo control de aqul, podrn ser utilizadas para controlartanto a los miembros individuales de stas como a las reas correspondientes de lasociedad.No obstante, si la autonoma y libertad de estas instituciones civilesindependientes (fuera del control gubernamental) se pueden mantener o recuperar,stas sern de suma importancia para la aplicacin del desafo poltico. El rasgocomn en los ejemplos citados, donde las dictaduras han sido desintegradas odebilitadas, ha sido la valiente aplicacin masiva del desafo poltico por lapoblacin y sus instituciones.Como hemos afrmado, estos centros de poder sirven de basesinstitucionales desde las cuales la poblacin puede ejercer presin o resistir loscontroles dictatoriales. En el futuro, sern una base estructural indispensable parauna sociedad libre. El crecimiento continuado y la independencia de las mismas,por consiguiente, es a menudo el requisito previo para el triunfo de una lucha deliberacin.Si la dictadura ha tenido xito en destruir o controlar los cuerposindependientes de la sociedad, ser importante para los que ofrezcan resistencia,crear nuevos grupos sociales e instituciones independientes, o tratar de recuperarel control de los cuerpos sociales supervivientes o de los parcialmente controlados.Durante la revolucin hngara de 1956 57, apareci una multitud de "concejos dedemocracia directa", que llegaron a juntarse inclusive para establecer durantevarias semanas todo un sistema federal de instituciones y gobierno. En Polonia,durante las postrimeras de 1980, los trabajadores mantuvieron sindicatos ilegalesde Solidaridad y, en algunos casos, tomaron el control de los sindicatos ofcialesdominados por los comunistas. Algunos de estos procesos institucionales puedentener consecuencias polticas muy importantes.Por supuesto, nada de esto signifca que sea fcil debilitar o destruir unadictadura, ni que cualquier intento de hacerlo tendr xito. Desde luego no quieredecir que la lucha estar libre de vctimas, porque los que todava estn sirviendo ala dictadura van a contraatacar en un esfuerzo por obligar a la poblacin a regresara la cooperacin y la obediencia.Sin embago, esta nueva percepcin del poder signifca, que la desintegracindeliberada de una dictadura s es posible. Las dictaduras, en particular, tienencaractersticas especfcas que las hacen vulnerables al desafo poltico diestramenteimplementado. Examinemos con ms detalle estas caractersticas. Cuatro Las Dictaduras Tienen Puntos Dbiles Por lo general las dictaduras parecen invulnerables. Las agencias de inteligencia, lapolica, las fuerzas militares, las prisiones, los campos de concentracin y lospelotones de fusilamiento, estn controlados por unos pocos con mucho poder. Lasfnanzas de un pas, sus recursos naturales y su capacidad de produccin amenudo son saqueados por los dictadores y usados para apoyar la voluntad de losdictadores.En comparacin, los fuerzas democrticas con frecuencia aparecen comoextremadamente dbiles, inefcaces e impotentes. La percepcin de lainvulnerabilidad frente a la impotencia hace poco probable una oposicin efectiva.Sin embargo, esto no agota el tema.Identifcando el taln de AquilesUn mito de la Grecia clsica ilustra bien la vulnerabilidad de lo supuestamenteinvulnerable. A Aquiles, el guerrero, ningn golpe poda daarlo, y ningunaespada penetrar su piel. Cuando era un recin nacido, se supone que su madre lohaba sumergido en las aguas del mgico ro Estigio, y por eso su cuerpo estabaprotegido contra todos los peligros. Haba, sin embargo, un problema. Como elnio haba sido sostenido por el taln para que no fuese arrastrado por la corriente,el agua mgica no haba cubierto esa pequea porcin de su cuerpo. CuandoAquiles se hizo un hombre, les pareca a todos que era invulnerable frente a lasarmas enemigas. Pero en la batalla de Troya un soldado enemigo, instruido poralguien que conoca la debilidad de aqul, logr clavarle una fecha en el talndesprotegido, en el nico lugar donde poda ser herido. La herida fue fatal.Todava hoy la frase "el taln de Aquiles" se refere a la parte vulnerable de unapersona, un plan o una institucin donde si se le ataca, no est protegida.El mismo principio se aplica a los dictadores ms desalmados. Ellos tambinpueden ser vencidos, pero ms rpidamente y con un costo menor si susdebilidades pueden identifcarse y se concentra en ellas el ataque.Puntos dbiles de las dictadurasEntre los puntos dbiles de las dictaduras estn los siguientes:1. Se les puede restringir o negar la cooperacin de muchas personas, grupose instituciones que necesitan para hacer funcionar el sistema.2. Los requisitos y efectos de las polticas anteriores del rgimen, de ciertamanera limitan su capacidad presente para adoptar y ejecutar polticas contrarias.3. El sistema puede convertirse en rutinario en cuanto a su modo de obrar yser menos apto para ajustarse rpidamente a situaciones nuevas.4. El personal y los recursos ya destinados para las tareas habituales noestarn fcilmente disponibles para nuevas necesidades.5. Los subordinados, temerosos de no complacer a sus superiores, puedenno proporcionar todos los detalles de la informacin que los dictadores necesitanpara tomar decisiones.6. La ideologa puede erosionarse; los mitos y smbolos del sistema puedenperder su solidez.7. Si hay una fuerte ideologa que infuye en la visin de la realidad, unaadhesin frme a la misma puede ser causa de desatencin de las condiciones ynecesidades reales.8. El deterioro de la competitividad y efciencia de la burocracia, o losexcesivos controles y regulaciones, pueden volver inefcaces las polticas yoperaciones del sistema.9. Los confictos institucionales internos y las rivalidades y hostilidadespersonales pueden daar, o an interrumpir, las operaciones de la dictadura.10. Los intelectuales y los estudiantes pueden impacientarse por lascondiciones o restricciones o el enfoque doctrinario y la represin.11. El pblico en general puede, con el tiempo, volverse aptico y hasta hostilal rgimen.12. Las diferencias regionales, de clase o nacionales pueden agudizarse.13. La jerarqua del poder de una dictadura es siempre, hasta cierto punto,inestable y a veces lo es extremadamente; los individuos no permaneceninmutables en sus posiciones y rangos, sino que pueden elevarse o caer a otrosniveles, o ser separados por completo y sustituidos por un personal nuevo.14. Sectores de la polica o de las fuerzas militares pueden actuar para lograrsus propios objetivos, an cuando esto sea contra la voluntad de los dictadores enel poder, y llegar hasta el golpe de estado.15. Si la dictadura es nueva, necesita tiempo para afanzarse bien.16. Como en una dictadura muy pocos toman muchas decisiones, esprobable que ocurran errores de juicio, de poltica o de accin.17. Si el gobierno est buscando evitar estos peligros, y descentraliza loscontroles y la toma de decisiones, su control de los puntos clave para el poderpuede deteriorarse an ms.Atacando las debilidades de la dictaduraConociendo semejantes debilidades intrnsecas, la oposicin democrtica puedebuscar cmo agravar esos "talones de Aquiles" deliberadamente, a fn de alterar elsistema drsticamente o bien desintegrarlo.La conclusin es obvia. A pesar de la apariencia de fuerza, todas lasdictaduras tienen sus debilidades, sus inefciencias internas, sus rivalidadespersonales, sus funcionamientos institucionales defectuosos y sus confictos entreorganizaciones y departamentos. Estas debilidades, con el tiempo, tienden a haceral rgimen menos efectivo y ms vulnerable a los cambios de condiciones y a laresistencia deliberada. No todo lo que el rgimen se proponga lo va a lograr, almenos completamente. A veces, por ejemplo, an las rdenes directas de Hitlerquedaron sin ejecutarse porque los que estaban por debajo de l en la jerarqua seabstenan de llevarlas a cabo. El rgimen dictatorial puede a veces desbaratarserpidamente, como ya hemos observado.Esto no quiere decir que las dictaduras se pueden destruir sin riesgos nivctimas. Cualquier curso de accin posible para lograr la liberacin incurrir enriesgos y sufrimiento potencial, y tomar tiempo para poder ponerse en marcha. Y,por supuesto, ningn medio de accin puede asegurar el triunfo rpido en cadasituacin. Sin embargo, los tipos de lucha que tienen como objetivo las debilidadesidentifcables de la dictadura, tienen ms posibilidad de xito que aqullos en quese busca combatir la dictadura all donde a todas luces sta es ms fuerte. Lapregunta es: cmo ha de conducirse esta lucha? Cinco Ejerciendo el Poder En el Captulo Uno advertimos que la resistencia armada contra las dictaduras nolas afecta donde son ms dbiles sino ms bien donde son ms fuertes. Al escogercompetir en el campo de las fuerzas militares, el suministro de armamentos, latecnologa armamentista y dems, los movimientos de resistencia tienden asituarse donde estn en clara desventaja. Las dictaduras casi siempre podrndesplazar recursos superiores en esas reas. Hemos subrayado tambin el peligrode confar en los poderes extranjeros para la salvacin. En el Captulo Dosexaminamos los problemas que conlleva confar en las negociaciones como unmodo de quitarse las dictaduras de encima.Cules son los medios disponibles que ofrecern a la resistenciademocrtica una clara ventaja y que lograrn agravar las debilidades identifcadasde las dictaduras? Qu tcnica de accin va a aprovechar la teora del poderpoltico que discutimos en el Captulo Tres? La alternativa a escoger es el desafopoltico.El desafo poltico tiene las siguientes caractersticas: No acepta que los resultados sean decididos por los medios de luchaescogidos por la dictadura. Es difcil para el rgimen combatirlo. Puede agravar extraordinariamente las debilidades de la dictadura ynegarle acceso a sus fuentes de poder. Puede dispersarse ampliamente en cuanto a la accin, pero tambin puedeconcentrarse en un objetivo especfco. Conduce a errores de juicio y de accin por parte de los dictadores. Puede utilizar a la poblacin como un todo, y a los grupos e institucionesde la sociedad en la lucha y acabar con el dominio brutal de unos pocos. Sirve para acrecentar la distribucin del poder efectivo en la sociedad,haciendo que el establecimiento y mantenimiento de una sociedad democrtica seams viable.La dinmica de la lucha noviolentaComo sucede con la capacidad militar, el desafo poltico se puede emplear conuna variedad de propsitos, que van desde esforzarse por infuir en los opositorespara que hagan cosas diferentes, crear condiciones para la solucin pacfca de unconficto, hasta desintegrar el rgimen de los adversarios. Pero la dinmica deldesafo poltico es muy diferente a la de la violencia. Aunque ambas tcnicas sonherramientas para luchar, lo hacen por medios muy distintos, y con distintasconsecuencias. Los modos y resultados de un conficto violento son bien conocidos.Las armas fsicas se usan para intimidar, herir, matar y destruir.La lucha noviolenta es una tcnica mucho ms variada y compleja que laviolencia. A diferencia de sta, es una lucha que emplea armas polticas,econmicas, sociales y sicolgicas, aplicadas por la poblacin y las instituciones dela sociedad. A estas armas se les ha conocido bajo diversos nombres, comoprotestas, huelgas, desobediencia o nocooperacin, boicot, descontento y poderpopular. Como advertimos antes, todos los gobiernos pueden gobernar mientras,por medio de la cooperacin, sumisin y obediencia de la poblacin y de lasinstituciones de la sociedad, reciban el constante refuerzo de las fuentes de poderque necesitan. El desafo poltico, a diferencia de la violencia, es el instrumentoidneo para negarle acceso al rgimen a esas fuentes de poder.Las armas y la disciplina noviolentasEl error comn de las campaas improvisadas de desafo poltico, es ladependencia o confanza en uno o dos procedimientos, tales como las huelgas y lasmanifestaciones. De hecho, existe una multitud de procedimientos que lespermiten a los estrategas de la resistencia tanto concentrar como dispersar laresistencia, segn haga falta.Se han podido identifcar hasta cerca de doscientos mtodos de accinnoviolenta y, por supuesto, hay muchos ms. Estos procedimientos se clasifcan entres grandes categoras: protesta y persuasin, nocooperacin e intervencin. Losmtodos noviolentos de protesta y persuasin son mayormente manifestacionessimblicas, que incluyen desfles, marchas y vigilias (54 mtodos). Lanocooperacin se divide en tres sub-categoras: a) de nocooperacin social (16mtodos), b) de nocooperacin econmica: el boicot inclusive (26 mtodos) yhuelgas (23 mtodos), y c) de nocooperacin poltica (38 mtodos). La intervencinnoviolenta, mediante procedimientos sicolgicos, sociales, econmicos o polticostales como el ayuno, la ocupacin noviolenta y el gobierno paralelo (41 mtodos),es el ltimo grupo. Una lista de 198 de estos mtodos se incluye en el apndice deesta publicacin.Es probable que a cualquier rgimen ilegtimo le cause graves problemas eluso de un nmero considerable de estos mtodos cuidadosamente escogidos,aplicados persistentemente y en gran escala, fundidos en el contexto de una sabiaestrategia y de tcticas apropiadas, por civiles adiestrados. Esto es aplicable a todaslas dictaduras.Los procedimientos de la lucha noviolenta pueden enfocar directamente losasuntos ms inmediatos, lo cual no es posible con los medios militares. Porejemplo, ya que el problema que presenta una dictadura es esencialmente poltico,sera muy importante aplicar las formas polticas de la lucha noviolenta. Estoincluira la negacin de la legitimidad a los dictadores y la nocooperacin con surgimen. La nocooperacin sera tambin aplicada contra algunas polticasespecfcas. A veces el obstaculizar el trabajo o el demorarlo puede realizarse ensilencio, o an secretamente, mientras que otras veces, la franca desobediencia o lasdesafantes manifestaciones pblicas y las huelgas, pueden ser vistas por todos.Por otra parte, si la dictadura es vulnerable a las presiones econmicas, o simuchos de los agravios del pueblo son econmicos, entonces la accin econmica,como el boicot o las huelgas, puede ser el procedimiento apropiado para laresistencia. Los esfuerzos del dictador por explotar el sistema econmico puedencontrarrestarse mediante huelgas generales limitadas, demoras en el ritmo deltrabajo o por la negacin de ayuda (o desaparicin) de parte de los expertos. El usoselectivo de diversos tipos de huelgas puede enfocar puntos clave en el procesomanufacturero, en el transporte, en el suministro de materias primas y en ladistribucin de productos.Algunas tcticas de la lucha noviolenta requieren que la gente realice actosque no estn relacionados con su vida normal, tales como volantear, manejar unaimprenta clandestina, ponerse en huelga de hambre o sentarse a media calle. Salvoen situaciones muy extremas, para algunas personas estas acciones pueden serdifciles de llevar a cabo.Por el contrario, otros mtodos de lucha noviolenta, requieren que la gentecontine llevando su vida normal aunque con algunas diferencias. Por ejemplo,pueden ir a trabajar en vez de ponerse en huelga, pero una vez all,deliberadamente trabajar ms lentamente o con menos efcacia que siempre.Conscientemente se pueden cometer "errores" con ms frecuencia. A veces, unopuede estar "enfermo" o "impedido" de trabajar, o simplemente se puede negar atrabajar. Uno puede asistir a una ceremonia religiosa cuando tal acto no sloexpresa las convicciones religiosas sino las polticas. Se puede proteger a los niosde la propaganda de los atacantes mediante la instruccin en casa o en clasesilegales. Uno puede negarse a pertenecer a cierta organizacin "recomendada", oimpuesta a la cual uno antes no hubiera escogido pertenecer libremente. Lasemejanza de tal tipo de accin con las actividades acostumbradas de las gentes, yel grado limitado de desviacin de la vida normal, pueden hacer que laparticipacin en la lucha de liberacin nacional sea mucho ms fcil para muchagente.Como la lgica de la lucha noviolenta difere en muchos aspectos de laaccin violenta, hasta una violencia limitada sera contraproducente durante unacampaa de desafo poltico, porque desviara la lucha hacia un campo donde losdictadores tienen una ventaja abrumadora (la contienda armada). La disciplinanoviolenta es clave para el xito, y debe persistirse en ella a pesar de lasprovocaciones y brutalidades de los dictadores y sus agentes.El mantener la disciplina noviolenta contra los adversarios violentos facilitael trabajo de los cuatro mecanismos de cambio de la lucha noviolenta (de lo quetrataremos ms adelante). La disciplina noviolenta es tambin extremadamenteimportante en el proceso del jiu-jitsu poltico. En ste, la pura brutalidad delrgimen contra los activistas claramente noviolentos rebota polticamente contra laposicin del dictador, causando disensin en sus propias flas, y fomentando elapoyo a los de la resistencia de parte de la poblacin en general, de los quegeneralmente defenden al rgimen y de terceras personas.Sin embargo, en algunos casos una violencia limitada contra la dictadurapuede ser inevitable. La frustracin y el odio contra el rgimen pueden explotarviolentamente. O bien, ciertos grupos pueden no estar deseosos de abandonar eluso de medios violentos an cuando reconozcan el importante papel de la luchanoviolenta. En estos casos no es necesario abandonar el desafo poltico. Sinembargo, ser necesario separar la accin violenta lo ms posible de la accinnoviolenta. Esto ha de hacerse en trminos geogrfcos, de sectores de la poblacin,de tiempo y de problemas. De otro modo, la violencia puede tener efectosdesastrosos sobre el uso del desafo poltico, el cual potencialmente, es mucho mspoderoso y efcaz.La historia indica que an cuando se espera que haya vctimas, tantomuertos como heridos, en el desafo poltico las habr en nmero mucho menorque las que se produciran en la contienda armada. Es ms, este tipo de lucha nocontribuye al ciclo interminable de matazn y brutalidad.La lucha noviolenta requiere una prdida del miedo y un mayor controlsobre s mismo, por una parte, y tiende a producir este efecto frente al gobierno ysu represin brutal. Esa prdida del miedo, o el control sobre s mismo, es unelemento clave para destruir el poder que los dictadores tienen sobre la poblacinen general.Franqueza, clandestinidad y comportamiento intachableLa clandestinidad, el engao y la conspiracin subterrnea le plantean problemasmuy graves a un movimiento que emplee la accin noviolenta. A menudo, esprcticamente imposible impedir que los agentes de la polica o de la inteligenciase enteren de las intenciones y los planes. Desde la perspectiva del movimiento, elclandestinaje no slo tiene sus races en el miedo sino que contribuye a aumentarlo.Esto reblandece el espritu de la resistencia y reduce el nmero de personas quepodran participar en una accin especfca. Tambin puede contribuir a que dentrodel movimiento, haya sospechas y acusaciones, a menudo injustifcadas, acerca dequien podra ser un informante o un agente de los contrarios. El secreto tambinpuede afectar la habilidad de un movimiento para persistir en la prctica de lanoviolencia. Al contrario, la franqueza en cuanto a planes e intenciones contribuira dar la imagen de que el movimiento de resistencia es en extremo poderoso. Elproblema, por supuesto, es ms complejo de lo que esto sugiere, y hay aspectossignifcativos de las actividades de la resistencia que van a requerir el secreto. Losentendidos tanto en la dinmica de la lucha noviolenta como en los medios devigilancia de la dictadura en la situacin especfca necesitarn una evaluacin biendocumentada.La edicin, impresin y distribucin de publicaciones clandestinas, lastrasmisiones ilegales por radio desde dentro del pas y la inteligencia recogidasobre las operaciones de la dictadura, estn entre las clases limitadas deactividades especiales que requieren un alto grado de sigilo.En todas las etapas del conficto es necesario mantener un comportamientointachable en la accin noviolenta. Factores como el no tener miedo y el mantenerla disciplina noviolenta deben estar siempre presentes. Es importante tener encuenta que va a necesitarse un gran nmero de gente para efectuar grandescambios. Esa cantidad de participantes confables slo se puede obtenermanteniendo el ms alto nivel de comportamiento.Cambios en las relaciones de poderLos estrategas necesitan recordar que el conficto donde se aplica el desafo polticoes un campo de lucha siempre cambiante, con un continuo juego de ataques ycontraataques. Nada es esttico. Las relaciones de poder, tanto absolutas comorelativas, estn sujetas a cambios rpidos y constantes. Esto es posible porque losque trabajan en la resistencia continan tenazmente en su actividad noviolenta apesar de la represin.En este tipo de situacin de conficto, las respectivas variaciones de poder enlos bandos contendientes, tienden a ser ms extremas que en los confictosviolentos, y tienen una gama ms variada de consecuencias signifcativas en lopoltico. Debido a esas variaciones, las acciones especfcas de los de la resistencia,por lo general, tienen consecuencias que van ms all del lugar o el momento enque ocurren. Estos efectos tendrn repercusiones que fortalecern o debilitarn aun grupo u otro.Adems, el grupo noviolento puede, por sus acciones, infuir sobre elaumento o disminucin de la fuerza relativa del grupo contrario, en un gradomucho mayor del que ocurre en los confictos militares. Por ejemplo, la resistencianoviolenta, disciplinada y valiente, frente a la brutalidad de los dictadores puedeproducir desazn, descontento o desconfanza, y, en situaciones extremas, hasta elamotinamiento entre los propios soldados y el personal al servicio de la dictadura.Esta resistencia tambin puede dar lugar a que aumente la condena internacionalde la dictadura. Adems, el empleo del desafo poltico disciplinado, persistente ybien adiestrado, puede hacer que ms y ms gente, que normalmente apoyaratcitamente a los dictadores o que por lo general permaneceran neutrales en elconficto, participe en la resistencia.Cuatro mecanismos de cambioLa lucha noviolenta produce cambios de cuatro maneras. El primer mecanismo esel que se considerara menos probable, aunque as ha ocurrido. Cuando losmiembros del grupo contrario se conmueven emocionalmente por los sufrimientosque la represin ha infigido en los valientes activistas de la resistencia, oracionalmente se persuaden de que la causa de los de la resistencia es justa, llegana aceptar los objetivos de los de la resistencia. A este mecanismo se le llamaconversin. Aunque se dan casos de conversin en la lucha noviolenta, son raros, yen la mayor parte de los confictos esto no ocurre de manera alguna, o por lo menosen escala signifcativa.Con mucha ms frecuencia la lucha noviolenta obra cambiando la situacindel conficto y de la sociedad, de modo que el adversario simplemente no puedehacer lo que le viene en gana. Es este cambio el que produce los otros tresmecanismos: la acomodacin, la coercin noviolenta y la desintegracin. Cul destos ocurra depender del grado en que las relaciones de poder, absolutas orelativas, hayan cambiado a favor de los demcratas.Si las cuestiones a debatir no son fundamentales, las exigencias de laoposicin en una campaa limitada no se consideran amenazantes, y laconfrontacin de fuerzas ha alterado las relaciones de poder en alguna medida, elconficto inmediato puede terminar por medio de un arreglo al que se lleguecediendo cada parte algo, contemporizando. A este mecanismo se le llamaacomodacin. Por ejemplo, muchas huelgas se resuelven de esta manera, ambaspartes consiguen algunos de sus objetivos, pero ninguna obtiene todo lo quequera. El gobierno puede percibir que un arreglo semejante trae algunosbenefcios positivos, tales como disminuir la tensin, dar una impresin de"equidad", mejorar la imagen internacional del rgimen. Es importante, por lotanto, que se tenga gran cuidado al seleccionar los puntos por los cuales el arreglopor acomodacin resulte aceptable. La lucha por derribar la dictadura no es uno desos.La lucha noviolenta puede ser mucho ms poderosa de lo que indican losmecanismos de conversin o acomodacin. La nocooperacin masiva y el desafopueden cambiar la situacin poltica o social, especialmente las relaciones depoder, de tal manera que los dictadores pierden la capacidad de controlar losprocesos econmicos, sociales y polticos del gobierno y la sociedad. Las fuerzasmilitares del adversario pueden volverse tan poco confables que ya simplementeno obedezcan las rdenes de reprimir a los de la resistencia. Aunque los dirigentesdel gobierno permanezcan en sus posiciones y sigan frmes en cuanto a susobjetivos originales, han perdido la capacidad de actuar con efectividad. A esto sele llama coercin noviolenta.En algunas situaciones extremas, las condiciones que ha producido lacoercin noviolenta van an mas lejos. La dirigencia adversaria, de hecho, pierdetoda su capacidad de actuar, y se viene abajo toda su estructura de poder. Laautoconduccin, la nocooperacin y el desafo de los de la resistencia se hacen tanperfectos que sus adversarios ahora carecen hasta del simulacro de control sobreellos. La burocracia del adversario se niega a obedecer a su propia dirigencia. Lastropas de los adversarios y su polica se amotinan. Los simpatizantes ycolaboradores del poder adverso repudian a sus antiguos dirigentes y les nieganderecho alguno a mandar. A partir de esto, la antigua obediencia y colaboracindesaparecen. El cuarto mecanismo de cambio, la desintegracin del sistema deladversario, es tan completo que ste no tiene siquiera poder sufciente pararendirse. El rgimen se ha desintegrado.Al planifcar las estrategias para la liberacin, estos cuatro mecanismosdeben tenerse en cuenta. Algunas veces operan por casualidad. Sin embargo, laseleccin de uno o ms de stos como el mecanismo de cambio escogido para queobre en el conficto, har posible que se formulen estrategias especfcas que serefuercen mutuamente. La seleccin de uno o ms mecanismos depender denumerosos factores, inclusive del poder absoluto y relativo de los gruposcontendientes y de las actitudes y objetivos del grupo noviolento.Efectos democratizadores del desafo polticoEn contraste con los efectos centralizantes de las sanciones violentas, el empleo delas tcnicas de la lucha noviolenta contribuye a democratizar la sociedad de variasmaneras.Una parte del efecto democratizador es negativo. Esto es, en contraste con losmedios armados, esta tcnica no suministra un instrumento para la represin bajoel mando de una lite gobernante, que pueda volverse contra la poblacin paraestablecer y mantener una dictadura. Los lderes de un movimiento de desafopoltico pueden infuir en o presionar a sus seguidores, pero no pueden niencarcelarlos ni ajusticiarlos si disienten o escogen otros lderes.La otra parte del efecto democratizador es positiva. Esto quiere decir que lalucha noviolenta le da a la poblacin armas para la resistencia, que podrn usarpara defender sus libertades tanto contra los dictadores que existen como contralos que puedan existir. A continuacin, mencionamos varios de los efectosdemocratizadores positivos que tiene la lucha noviolenta: La experiencia de aplicar la lucha noviolenta puede hacer que la poblacinconfe ms en s misma, en cuanto a desafar las amenazas del rgimen y lacapacidad de ste para la represin violenta. La lucha noviolenta entrega las armas de la nocooperacin y el desafo,mediante las cuales la poblacin puede resistirse a los controles no democrticosque imponga sobre ella cualquier grupo dictatorial. La lucha noviolenta se puede usar para defender la prctica de laslibertades democrticas, tales como la de expresin, la prensa libre, lasorganizaciones independientes y el derecho a reunirse enfrentndose a controlesrepresivos. La lucha noviolenta contribuye en forma importante a la supervivencia,renacimiento y fortalecimiento de los grupos e instituciones independientes de lasociedad como mencionamos antes. Estas son importantes para la democracia porel valor que tienen para movilizar la capacidad de poder de la poblacin y deimponerle lmites al poder efectivo de cualquier dictador en potencia. La lucha noviolenta suministra armas mediante las cuales la poblacinlogra concentrar su poder contra la accin represiva, policiaca o militar, ejercidapor un gobierno dictatorial. La lucha noviolenta ofrece mtodos mediante los cuales la poblacin y lasinstituciones independientes pueden, en inters de la democracia, restringirle onegarle los recursos de poder a la minora gobernante y por lo tanto, amenazar sucapacidad de seguir ejerciendo la dominacin.La complejidad de la lucha noviolentaComo hemos visto en esta exposicin, la lucha noviolenta es una compleja tcnicade accin social, que comprende una multitud de mtodos, una serie demecanismos de cambio y unos requisitos conductuales especfcos. Para que resulteefectivo, especialmente contra una dictadura, el desafo poltico requierepreparacin y planeacin. Los probables participantes tendrn necesidad decomprender qu se espera de ellos. Hace falta que haya recursos disponibles. Losestrategas tendrn que haber analizado cmo se puede aplicar la lucha noviolentacon ms efectividad. Ahora dirigiremos nuestra atencin hacia ese elementocrucial: la necesidad de una planifcacin estratgica. Seis Necesidad de la Planifcacin Estratgica Las campaas de desafo poltico contra las dictaduras pueden empezar de variasmaneras. En el pasado, estas luchas casi nunca se planeaban y eran de hechoaccidentales. Algunos de los agravios especfcos que desencadenaron las accionesanteriores han variado notablemente, pero a menudo incluyeron nuevasbrutalidades, el arresto o la muerte de una persona tenida en alta estima, unanueva poltica o regulacin represiva, escasez de alimentos, falta de respeto a lascreencias religiosas o el aniversario de un importante acontecimiento relacionadocon el hecho. A veces una accin especfca de parte de la dictadura ha enfurecido ala poblacin de tal manera que sta se ha precipitado a la accin, sin tener la menoridea de cmo poda acabar la insurgencia. Otras veces, un individuo valiente o unpequeo grupo, puede haber iniciado una accin que atrajo apoyo. Un malestarespecfco puede ser reconocido por otros como semejante a las injusticias que elloshan experimentado, y stos tambin podrn, en consecuencia, sumarse a la lucha.A veces un llamado a la resistencia por parte de un pequeo grupo o de unapersona puede encontrar inesperadamente una inmensa acogida.Aunque la espontaneidad tiene algunas cualidades valiosas, a menudo haofrecido desventajas. Con frecuencia los de la resistencia democrtica no hanprevisto las brutalidades de la dictadura. En consecuencia, han tenido que sufrirgravemente, y la resistencia se ha desplomado. A veces, la falta de planifcacin porparte de los demcratas ha dejado las decisiones cruciales al azar, con resultadosdesastrosos. An cuando el sistema represivo haya sido derribado, la falta deplanifcacin en cuanto a cmo manejar la transicin a un sistema democrtico hafacilitado el surgimiento de una nueva dictadura.Planifcacin realistaEn el futuro, la accin popular no planifcada indudablemente va a jugar un papelimportante en los movimientos contra las dictaduras. Sin embargo, ahora ya esposible calcular los modos ms efectivos de dar al traste con una dictadura,determinar cuando la situacin poltica y el sentir popular estn maduros, y cmodecidir la manera de comenzar una campaa. Se requiere un juicio muy cauto,basado en un clculo realista de la situacin y de las capacidades del pueblo, paraseleccionar la manera ms efectiva de conquistar la libertad en tales circunstancias.Si uno desea lograr algo, es de sabios planear cmo hacerlo. Mientras msimportante sea la meta, o mayor la gravedad de las consecuencias en caso defracaso, ms importante resulta la planeacin. La planifcacin estratgica aumentala probabilidad de que todos los recursos que puedan conseguirse se movilicen yempleen de la manera ms efectiva. Esto es especialmente cierto cuando se trata deun movimiento democrtico que dispone de recursos materiales limitados ycuyos colaboradores estn en peligro que est tratando de derribar una potentedictadura. Por el contrario, la dictadura por lo general tiene acceso a muchosrecursos materiales, fuerza organizativa y capacidad de cometer barbaridades."Planifcar una estrategia" aqu quiere decir calcular un curso de accin quehar factible pasar de una situacin presente a un futuro deseado. En los trminosde esta discusin, signifca pasar de la dictadura a un sistema democrtico en elfuturo. Un plan para alcanzar esos objetivos por lo general consiste en una serie, endistintas etapas, de campaas y otras actividades, organizadas y diseadas parafortalecer a la poblacin y la sociedad oprimidas y para debilitar la dictadura.Advirtase aqu que el objetivo no es simplemente destruir la dictadura en curso,sino establecer un sistema democrtico. Una gran estrategia que limite su objetivoslo a destruir la dictadura en boga corre un terrible riesgo de producir otro tirano.Obstculos a la planifcacinAlgunos partidarios de la libertad, en diversas partes del mundo, no ponen toda sucapacidad al servicio de cmo alcanzar la liberacin. Slo raramente esos abogadosde la causa reconocen plenamente la importancia de una meticulosa planifcacinestratgica antes de actuar. Por lo tanto, casi nunca lo hacen.Por qu ser que las personas que tiene la visin de traer la libertad polticaa su pueblo, tan raramente preparan un plan estratgico global a fn de alcanzaresa meta? Desafortunadamente, con frecuencia la mayora de los miembros de ungrupo democrtico de oposicin no entienden la necesidad que hay de planear ono estn acostunbrados o capacitados a pensar estratgicamente. Esta es una tareadifcil. Constantemente acosados por la dictadura y agobiados por susresponsabilidades inmediatas, los lderes de la resistencia no tienen ni la seguridadni el tiempo para desarrollar las destrezas de cmo pensar en base a lo estratgico.Por el contrario, el patrn comn es simplemente reaccionar a las iniciativasde la dictadura. As la oposicin est siempre a la defensiva, tratando de defenderlibertades limitadas o los bastiones de la libertad; en el mejor de los casos,demorando el avance de los controles dictatoriales, u ocasionndoles problemas alas nuevas polticas del rgimen.Algunos individuos o grupos, por supuesto, no ven que haya necesidad deuna amplia planifcacin a largo plazo para un movimiento de liberacin. Encambio, piensan ingenuamente que si ellos simplemente se abrazan a sus idealescon fuerza y tesn durante un tiempo sufciente, de alguna manera acabarn porrealizarlos. Otros asumen que porque simplemente viven y dan testimonio de susprincipios e ideales frente a las difcultades, estn haciendo cuanto pueden paraimplementarlos. El compromiso con los objetivos humanitarios y la lealtad a losideales son admirables pero inadecuados para acabar con una dictadura yconquistar la libertad.Otros opositores de la dictadura muy ingenuamente creen que si slo llegana emplear la violencia sufciente, la libertad llegar sola. Pero, como apuntamosantes, la violencia no garantiza el xito. En vez de a la liberacin, sta puede llevara la derrota, a la tragedia masiva o a ambas. En la mayora de los casos la dictaduraest mejor equipada para la lucha violenta, y las realidades militares rara vez estna favor de los demcratas.Tambin hay activistas que basan su accin en lo que ellos sienten que debenhacer. Estos modos de abordar la situacin son no slo egocentristas sino que noofrecen gua alguna para desarrollar una gran estrategia de liberacin.La accin basada en la "idea genial" que alguien haya tenido tambin eslimitada. Lo que se necesita en lugar de eso es la accin basada en un clculominucioso de los "siguientes pasos" que hay que dar para derrocar la dictadura. Sinun anlisis estratgico, los lderes de la resistencia a menudo no sabrn cul deberser ese "siguiente paso", porque no han pensado seriamente en los pasos sucesivosque hay que dar para alcanzar la victoria. La creatividad y las ideas brillantes sonmuy importantes, pero tienen que ser utilizadas para hacer avanzar la causa de lasfuerzas democrticas.Sagazmente alerta en cuanto a la multitud de acciones que podran tomarsecontra la dictadura, e incapaces de determinar cundo empezar, algunas personasaconsejan "Hacerlo todo al mismo tiempo". Esto podra ser til, pero, por supuesto,es imposible, especialmente en momentos relativamente dbiles. Es ms, unenfoque semejante no suministra una gua acerca de dnde comenzar, dndeconcentrar el esfuerzo y cmo usar los recursos, la mayor parte de las veceslimitados.Otras personas o grupos pueden contemplar la necesidad de algunaplanifcacin, pero slo pueden pensarla a corto plazo y sobre base tctica. Puedeque no vean que una planifcacin a largo plazo es necesaria o posible. Puede que aveces sean incapaces de pensar y analizar en trminos estratgicos, y se permiten,repetidamente, ser distrados por cuestiones de poca monta, a menudorespondiendo ms a las acciones de sus adversarios en lugar de tomar la iniciativapara la resistencia democrtica. Dedicndoles tanta energa a actividades de cortoplazo, estos lderes con frecuencia dejan de explorar cursos alternativos de accin,donde podran encauzarse todos los esfuerzos para ir acercndoseprogresivamente a la meta.Tambin es quiz posible que algunos movimientos democrticos noplaneen una gran estrategia para hacer caer la dictadura, sino que se concentren enproblemas inmediatos por alguna muy buena razn. En su fuero interno no creenque pueden acabar con la dictadura por su propio esfuerzo. Por consiguiente, elplanear cmo hacerlo se considera una romntica prdida de tiempo o un ejerciciointil. Los que luchan por la libertad contra una dictadura brutal bien establecidatienen que enfrentarse a un poder militar y policiaco tal que parece que losdictadores siempre podrn salirse con la suya. Carentes de verdadera esperanza,estas personas, a pesar de todo, desafarn la dictadura por razones de integridad otal vez de historia. Aunque no lo admitan nunca, ni lo reconozcan jams, susacciones a sus propios ojos estarn desprovistas de esperanza. A partir de ah, paraellos la planeacin de una gran estrategia a largo plazo no vale la pena.El resultado de esa incapacidad de planear estratgicamente suele serdrstico: se dispersan las fuerzas, las acciones son inefectivas, se dilapida la energaen asuntos sin importancia, y los sacrifcios se hacen para nada. Si los demcratasno planifcan estratgicamente, lo ms probable es que no alcancen sus objetivos.Una mezcla de acciones no planeadas ni integradas, no va a llevar adelante ningnesfuerzo de resistencia signifcativo. En lugar de ello, lo ms probable es que lepermitan a la dictadura aumentar sus controles y su poder.Desafortunadamente, porque rara vez se desarrollan planes estratgicosamplios para la liberacin, las dictaduras parecen ser ms duraderas de lo que dehecho son. Sobreviven por aos y dcadas ms all de lo que podra ser el caso.Cuatro trminos importantes para la planifcacin estratgicaA fn de ayudarnos a pensar estratgicamente, es importante percibir con claridadqu signifcan cuatro trminos bsicos.La gran estrategia: es la concepcin que sirve para coordinar y dirigir el usode todos los recursos apropiados y disponibles (econmicos, humanos, morales,polticos, organizacionales, etc.) de un grupo que busca alcanzar sus objetivos enun conficto.La gran estrategia, al enfocar la atencin del grupo en los objetivos primariosy en los recursos en el conficto, escoge entre las tcnicas de accin ms apropiadas(tales como la accin militar convencional o la lucha noviolenta) cul ha deemplearse en la contienda. Al planear la gran estrategia, los lderes de la resistenciadeben evaluar y planifcar qu presiones e infuencias han de aplicarse sobre losadversarios. Ms adelante, la gran estrategia tendr que ocuparse de las decisionessobre las condiciones y el momento apropiado en que las campaas de resistencia,iniciales y subsecuentes, deban echarse a andar.La gran estrategia sienta el organigrama bsico para la seleccin de lasestrategias menores con las que se ha de desarrollar la lucha. La gran estrategia,adems, determina a cules grupos especfcos se les encomendarn tareasgenerales as como la distribucin de los recursos que se han de emplear en lalucha.La estrategia es la concepcin de cmo alcanzar los objetivos en un confictode la mejor manera, operando en el mbito de la gran estrategia escogida. Laestrategia tiene que ver con si se ha de pelear o no, y cundo y cmo, asi como conel modo de lograr el mximo de efectividad al luchar por ciertos fnes. A laestrategia se la ha comparado con el concepto del artista, y a la planifcacinestratgica con el proyecto o plano detallado de un arquitecto.1La estrategia incluir tambin los esfuerzos por desarrollar una situacin tanventajosa para los retadores que los retados puedan prever que un conficto abiertoles ocasionara una derrota, y as se decidan a capitular sin llegar al combate. 0 sino, que la situacin estratgica sea tan buena que el triunfo de los retadores en lacontienda resulte evidente. La estrategia comprende tambin cmo usar bien lostriunfos obtenidos.Aplicado al desarrollo de la lucha en s, el plan estratgico indica cmo debedesarrollarse la campaa y cmo los diferentes componentes de la misma tienenque combinarse unos con otros, para llevarla lo ms ventajosamente posible aconquistar sus objetivos. Comprende el hbil desplazamiento de los grupos deaccin particulares, en operaciones menores. La planeacin de una buenaestrategia