sociabilidad em buenos aires

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Sandra Gayol Soci abilidad Hombres, Honor yCafés 1862-1910 en Buenos Aires

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Sociabilidad Em Buenos Aires

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  • Sandra Gayol

    Sociabilidad Hombres, Honor yCafs 1862-1910

    en Buenos Aires

  • p

    SANDRA GAYOL

    SociABILIDAD

    EN BUENOS AIRES: HoMBRES, HONOR Y CAFS

    1862-1910

    o

    Ediciones del ~f/l!J(())

    Coleccin Flural

  • 1 ap.1: P.tblo Zdrojew~ki Disefo y compo~i
  • I

    Sandra 6yol UZci en la riudad de Bol/w; proL ncitl de Buenos Aires. Se recb de J>rofesora y Licenciada en Histora en t Unil,erdad i\ arional dei Centro {UNICEJ\), Tandl. Realiz una /vfrlcstr

  • y Eduardo f Iourcade comp
  • VI. Juegos ................................................................................. 145 A. ''Y cns
  • So< l:iniLIDAD r!' 1\ur.:..:o~ A IRE.

    nuas y en cspacios mucho m;s div.:rsificados que los considerados en este crabajo. Aqu se mua de encucmros ugaccs, de situaciones huidizas y casi insrandneas que carecen mayoric.Hi.uncnte de un antes y de un despus. No es una vida, ni siquiera una p.ml' de clla. Apenas retazos y fragmentos cuva historia complera resulr impo~iblc conocer. ~Cul es, enronces, el st

  • Soct'IBIUDAD t-;N Bl:r"\os ArRrs: Ho:v!BRES. HONOR Y CAFf.s 1862-191 O

    precisar el marco de referencia y nos hicieron ver la posibilidad explicativa de un espacio gue no haba sido analizado por la literatura histrica argen-tina10. Pcro como nues tro incers era anal izar no tanto la hisroria y funcio-namienro de los qfs1 1 si no el complejo entramado de relaciones sociales observadas en su in terio r, buscamos superar la sociabilidad de la fo rma para presrar atencin a la experiencia. La fuerza explicativa y heurstica dei con-cepto de sociabil idad reclama, precisamente, la atencin de la dimensin de la expcriencia en los modos y formas de conscruccin de las relaciones socia-lcs12. Por cllo esencialmeme a panir dei captulo IV invocamos c1 trmino sociabilidad para referimos a los contacros, relaciones, encuemros, imercam-

    cronolgica - entre los siglos XV lil y XIX- -, y remrica - ident if1cacin con la vida asociar iva- ; d autor reconoda aios dcspus: "Yo tendia a Jlamar sociahilidad, un poco abusivamente, lo que era historia y funcionamienro de las asociaciones, y en realidad la sociahilidad resida ms hien en una cic rta atraccin de los cotidiano". Pntents .. . op.cit , p.VI. Siguiendo ai auror los mhiros de sociabilidad inforlll

  • SOCL-\BJLIOAD f.' BIIJ:;l-J()S AJRE.\: HOhlBRES, !lO NOR y CAFr'S 1862-1 l) 1 o

    El acercarniemo a los 'rosrros" de los frecuenradores y el incemo de precisar sus prcricas y los valores que podan desprenderse de su ejcrcicio concint.'1a cn cl captulo VI. A rravs de un doble proccso de idenrificacin de los acrores por un lado y del conjunto de prcricas ejerciradas por cl orro, inrcntamos \er qu una a la geme en el caf. Los "equipajes" cultu-ralc.s que se muesrran en el caf. las apropiaciones, tensiones y conAicros por ello~ gcneradas se analizan en esre e

  • AGN, EI muellc de pasajeros, 1 RH5

    A. "LA CIUDAD DEL l'OR\'Fl'\TR''

    BumQs Aires es, purs, una udad m forma-cin, In ciudad de! porvenir. .. es una ciudt~d inmntsrl que progres/l desde hau trtinta aim ('!} mn quedrm por haar muchas cos.1.r"

    }. Huret.

    L a expansn de la actividad eco n mica iniciada a fines de la dcada de 1840 y consolidada en los anos siguientes inAuy en el creci-rniemo y diversificacin que comienza a experimentar la ciudad de Buenos Aires. La cra de ovcjas y la aparicin de la lana como el principal producro de cxporracin de la provncia y del pas provoc rransformaciones en la estrucru ra agraria en cuyo centro se encuen ua una burguesa de orgen urbano cuyos imereses se imbricaron con los ruralesi. E! enrrela.zamienw de esros intercses gcneralrnentc acompanados con la rcsidencia de sus defensores cn la ciudad, la ubicacin cn la misma planta urbana o en sus proximidades del sccror "industrial" expresado primero cn los sahderos y a pMrir de 1870 cn los frigorficos, las anriguas wnas trigucras, como San fsidro, o los pueblos de carreteros, como Lujn y Pilar, que bordeabdn la ciudad y que crnpe7.aban a alternar con tambos, chacras y quinras; disefiaron una relacin comph.:ja de complementariedad c inrer-depcndencia entre la ciudad }' la campa1a2 Esta ola de expansin y de rransformaciones rcporrara crecimicnro a Buenos Aires. "En el perodo de 1820 a 1852 se registr una expansin econmica considerablc y la ciudad creci en ramafio y riqueza segn lo retlej la evolucin demogrfica"3. Las 40.000 personas de princpios de siglo llegan a 93.000 en 1855.

    La parte poblada de la ciudad, aproxi111adameme 683 manzanas en

    1Para la expansin de! lanar: SABATO, H. , Capitalismo y gr1narkra m Buenos Aires: lr1 fiebrf de! Irma r, 1850-1890, Buenm Aires, .Sudarnericana, 1989. : HALPERTN DONGHI, T., f?n,oluciii.Y gurrm. Forma.n de U>za lte dirigenu m la Arf!.mtina crol!a, Mxico, Siglo XXI, I ~)72. J LYNC:H,.J., "EI crccimitnm d~I comtrcio'', ROMERO,J. L., y ROMERO, L. A. (comp.). liuenos Airt's. Hstori.1 dr matro s:g!m, ])uu\OS A res, Abril, 1983, Tomo I, p. 73.

    ALVESHighlight

  • r I

    SOCL\lllllllt\D L\1 BUENO.~ AJRE\: HO.\!URES, llOl\OR y CAFfs 1862-191 o

    1855, adquicrc b forma de.: una pidrnidc apoyando su base cn la costa desde la callc Brasil ai sur hasta la altura del Retiro al norre. Su vr-rice se introduce cada ve1. m;b hacia cl oeste llegando, en 1850, ha$ta la alrura de la callc Callao y Federacin (Rivadavia)4.

    Sin embargo, aunque ste era el permetro oficial, la poblacin scgua prefiriendo ubicarse -como lo har tambin m

    110 goz.aba de la prospcridad que conocera a fines dcl siglo XIX y prin-

    cipias dei sigla XX. En 1850 la pl.tza, la i~lesia, d matadcro y el cemen-rerio se enrrcmczcbban con sus pocos habrtantes. Bclgrano, 1ncorporado junw con Flores ai municpio cn 1887, era en 1850 un modesto casero desionado "La Blanqueada" en honor a una pulpc.:ra de esc.: nombre }'a las modestas viviendas pinradas de blanco. Los jardines de la barranca de fines de siglo cran u n descampado co n algunos ombes y proh1 ndos panranos. Ms bacia el ro, un cnmarafiado bosque de sauces llorones y pajonalcs dificulraban el paso.

    Sobre e! riachuclo pt'rO cn el sur, zona mn b

  • StX:li'.BH 10.'\0 E:-.f BUENOS Alk~'-: HOMBRES, HOM>R Y CAri:s 1 862- I 91 0

    Detrs de La Boca, d.el ot-ro lado de la ribera, estaban los saladcros y subicndo se llegaba a Barracas donde se encomraban una seric de ranchitos .

    l . d I l ' ''L B d " c " apenas t rsranrcs c a pu pena a an crrta 1arnosa por sus carreras' cuadrcras". Aiios dcspus, galpones para dcpsiro y dispersas chimeneas dclincan un perfil caracterstico de la futu ra zona "industrial". Aserradcros, -' borno.s de ladrillos, frigorficos, cuniembres, dcsrilcras, cerveceria.~ y lava-cleros de lana d.tban trabajo a una poblacin con predominancia iraliana7 Lentamente la poblacin adquiri rasgos ms hetcrogneos y ram bin ms . vascos, fr

  • Scx 1 \II!LJD \D 1'1' B {Tf.Nos A.,Rr.s: H l >~!B!l.E\. HO:"OR \'C. \F C::. I H62- J 91 O

    juegos de claro conrcnido rural. Las carrcras de sonijas, de caballo, d jucgo de! pato o las rifas de ga1los fucron las ms cxrcndidas. Esms distracciones ai .lirc librc conciraban la arencin de l pobb.cin de ambos sexos social~ menrc hercrognea1 ~ .

    Dadas roda~ estas caractersticas, era ya la dcada de 1870 y Buenos Aires no lograba quebrar la impresin general de una ciudad wdava rpi~ camentc colonial. El aspecto de ruralidad y la atrnsfera campesina, esc peculiar aire de exrramuros que invada ai visiranrc cuando se alejaba dcl centro, las insuficicncia.s de una csrrucrura urbana carenre de agua porable, elecrricidad, pavimcnros, medios de transportes ... Las conducras ran poco "civililadas" de unos habiranres ran "poco rrabajadores" ... Estas calamida~ des sumadas a una decisin polrica dispuesta a terminar con la "barbarie" una vez derrocado el representante ms dilccro como lo fue cl gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas, anuncian una serie cspccracular de incemos de cambios.

    B. "TODOS LOS HOMBRES DEL 1\IUNDO"

    La derrota de Juan Manuel de Rosas e;:n 1852 y la ''pacificacin" dcl pas alcanzada en 1862, scmaron los cimienros para el cambio. En 1880 la ciudad fue fcderali1:ada y converrida en capiral de la Repblica. Para esta poca cl ltimo gran obsc;.culo para la expansin provinci.J -la fromera indgena- fuc definirivamence vencido: reirt:radas y sistemticas expedi~ cioncs rerminan aniquilando ai indgena y conquistando las rierras de una pampa imerminablc.

    Esws hechos fucron sin embargo insuficientes para los secrores diri-gentes -tcrratcnienrcs, profesionales y comerciantes que administraron la ciudad, ms an, dirigieron la nacin- ante su conviccin de que rodo csraba por hacer. No haba dudas dei abismo existente entre la Buenos Aires que poda palparse con una fi.1gaz recorrida por sus calles y la que deseaban csros hombres. Tampoco haba dudas a la hora de priorizar las

    medida.~ para w rccr el rumbo: el recambio y el aumento de la poblacin. Tcrm in ar con d "desierro" era priorirario si se qucra consrruir una nacin moderna. Abrir cl pas -como lo declara su prembulo- a "todos los

    12Sobr(' !.1~ divcrsioncs m la ciudad: TRONCOSO, 0., )uegos y rlitltr.tiOII(S m ltl grrm altlen. Bueno~ Aires, CCAL. 1982.

    ?4

    c \J>fTilO I: BUE.\0\ AIR[.S

    lwmbrcs dei rnundo que quier

  • .SonAKII rOA.tJ EN BLrt.Nm AmH: HoMBRF$, rroNOR Y CAH~.\ 1862-191 O

    Como jornaleros, arrendararios y en menor medida como propie-r.uios, la .terividacl agropccuaria cn cxpansin fue una posibilidad para muc.:hos 1 Pcro cn vrtud de la demanda esracional y cclica del secmr capi-taliMa agroexporrador18 los centros urbanos fueron el principal lugar de rcsidcncia de los rccin !legados. Dentro de esta poblacin urbana debe dC'stacarsc cl caso parricular de la ciudad de Buenos Aires en donde los cxrranjeros alcwuban casi cl 50% de la poblaon total. Si cn la segunda mitad dei siglo el nmero de habitantes de la Argentina se rriplic, d de Buenos Aires st: mulriplic por cinco. De 180.000 pcrsonas cn 18G9 se llcga a 650.000 cn 1895. Su presencia empuja y acelera la extcmin de la plama urbana. Las 683 manzanas edificadas de 1855 lkgaron a 1363 en 1888. Las 3936 hecrrcas de 1867 .~on 11.000 en 1880 y 18.141 cn 1887.

    La proporcin de cxuanjeros pas de 35,4% en 1855 a 49,6% cn 1869 y a 52,7% en 1887. As, uno de cada dos habitanres de la ciudad era exuanjero. La rnayora son europeos predominando los italianos con el 31, t %; los cspawlcs con cl 10%, y en tcrcer lugar los francc.~cs con llfl 4,6%'".

    La pir.mide de poblacin sufri una mutacin radical con Llllegada

    ,-Sobre J.1 espe.:ificid.1d dcl cb.u rollo c.tpir.llisra argencino cn rd.tcin .1 orro' dn

  • SocL.illllDAD J:N Bt'l::\m AtRF.\: HoJ\J f:.'- I R62-191 O

    naccn esponrncameme de cncucmros ocasionalcs y fugaces. La amistad ylas relaciones informalcs rrabad,ts en la calle, sin duda cn los cafes y en los diferentes sitios donde se iba rrabajando mulriplicaban los conractos y abran posibilidades. Todos estos caminos enrrccruzados, yuxrapue.Hos, paralelos y a veces conrradictorios vuelcan a miles de seres individualcs ai comercio, la manufacrura, la construccin. los scrvicios ... yuc fueron ram-bin centralcs cn y para los carnbios experimentados por Buenos Aires.

    Los cambios asoman primero en las inmcdiaciones de la Plaza. Designado inrendcnre en 1880 Marcelo Torcuaro de Alvear fuc quien derermin la furura oricntacin de la ciudad. Su accin ms dramtica, la unin de las dos Plaza.~ fundadas por Garay en una t'tnica Pla7.a llamada Plaza de Mayo, es lo que mejor representa la violencia y la ccleridad dei proccso de remodclacin. La Recova Vieja -arcada de pequenos negocios y pucstos de comercio que haban dividido la Plaza en dos durante rodo el siglo XIX- fue voltcada, sus ocupanres echados y cn apenas dos sema-nas se derrumbaron los ediflcios scmiderruidos y se reesrrucrur la Plaza que ahora apareca unida. Para lelamcme se inicia el prorecro de rrazar una avenida hacia el oeste desde la plaza y a rravs del ccnuo. Este proyccto fue comenzado en 1889 y hacia mediados de 1894 las catorce cuadra.~ de la Avenida de Mayo ya cscaban terminadas.

    La avenida y la Plaza permitan descubrir y hacer ms atracriv;L las caJies del ccnuo de la ciudad, a lo que se:: agrcgaron nucvos edificios de esti lo francs que permitieron completar el cuadro. Los hotcles, las rien-das y las oficinas ubicados a lo largo de la Avenida de Mayo prestan rcsri-monio clocuenre de Li influencia de los arguirecro~ fr.lnceses. "TcJdo fue con~truido a fines de! sigla XIX y comiell7os del XX, cuando el hormign armado, las vig

  • ~ -

    SocHt-:11 TD:\D 1::'" Bn::..;o\ ArREs: Ho\UlRf.>, llONOR Y uFr~ 1862-191 o

    tinas de carrn, lata o rnadcra coexistfan con el ms difundido convcnrillo. En la Boca y en toda la zona su r, en el cora:zn de la vieja ciudad colonial, apenas al sur de Plaza de M

  • SocL~Kit Hl \D r.N B L:.t.!''~ AIRl:S HoMBRES, HONR y CAFS 1862-191 O

    Enrre los carnbios logrados y los que an cscaban por venir coexis-rau, a la mancra de un puzzle, muchos n~sabios que los promorores dei progreso hubicran descado encerrar en el pasado. A las pcrsisrencias venan a sumarsc nUC\OS problemas y desafos tpicos de una ciudad que, como lo sciala Julcs Hurer, e~raba en permanente forrnacin.

    32

    L

  • AGN, bacia I 905

    " ... porque Buenos Airrs rs J.,ondo .Y nunca, m la desilu.tin o d penar, me abandon 11 sus ra/les sin recibr im.rperado comuelo.. ya de sentir irrealidad, ya de guitttrras deJde e! fond; dt un patio, ya de roces do uida ... aqui y aqui me uino a ayuClY Buenos Aires".

    J. L 801;!jes. A. ''EN EI DESPACHO UnTCADO EN EL lvlERCA.DO 11 DE 5EPTlEMBRF, N\) J"FS D E CONTINUAR Cr\MJNO H.AClA EL NOlUE"

    El primer descenso, fecundo en incidentes desde c1 barco hasra el muellc, seguramenre no causaba en los recin llcgados una irnpresin favorab le de la ciudad. Los viajeros pueden percbir desde el mismo muclle, una scric de insriruciones idenrificaro-rias de Buenos Aires: c! edificio de la Capirana de! Puerto, el de Corrcos, d Tcauo Coln y cl Hotel de Inmigrames en la calle Corrientes. Pcro wnbin. por m~is rpida y arolondrada que fuera la mirada, no podran dcjar de observar los espacios de sociabilidad. Si en 1870 haba 523loca-ies, y en l8781os documenros computan 649, en 1914 sern 1097 dise-findosc un movimienro que, ms ali de los alribajos, muestra un ritmo ascendcme1 La disuibucin espacial coincide con las

  • i:

    SoCIAllli.IDAl> F.N nuENOS AIRr:5: Ho~11lRES, HONOR y CAl' .~ 1862-191 o

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    36

    (bJ~$1 h".I.Y.S h~C+.'~~

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    Vl:'l'to""'llt.l l~lfiD) ,,or~''"' Alsiull y ,,.y;,. f.s l~)/1\,.,

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    CAl'fTULO ll: LOCALES

    La febril acrividad cotidiana permite comprender la predileccin de los exploradores de los despachos por ubicar sus locaJes en esa rea. A lo que se suma la gran concentracin de poblacin residemc. En 1869 casi la mirad se radica alli, y si bicn en 1887 slo lo haca un cuano y cn 1909 una dcima parte3, el radio cnrrico conrina siendo un lugar "obligado" de frecuenracin incluso para aguellos que habitaban en ouas ;reas de la ciudad. Lugar de rrnsiw para ejercitar acrividades econmi-cas, lugar de paseo y de sociabilidad, ai estar nurridamenre poblado brin-daba una urilidad adicional: la posibilidad de perderse, de desaparecer dei ojo policial que prerenda controlado todo4

    Repitiendo irinerarios de los comemporneos, podemos tomar la Plaza como punro de partida para un recorrido que localice los espa-cios de sociabilidad5 ( vase mapa n 1). Desplazndonos hacia cl sur y rornando por Bolivar, Maienr ticne una conflrera que inaugura la calle intercalada con dos escribanos, un abogado, un procurador, dos esran-cieros, un maestro albail, varios sasues y rambin varios herreros. Estos habirantes podan optar entre cllocal de Manenr, la confirera de Driver (Bolivar H0 9), la de Barrabino (Bolivar 11 12) o entre los resrames 19 cafs, confireras y despachos esparcidos en una calle habada hasta el nmero 800 .

    Carninando hacia el norte de la Plaza, en la caJie San Mann, ms comercial y flnanciera que Bolvar (en el n 4 1 esraba el Banco de la Provncia, en el n 51 el Banco Argentino y en el n140 la Bolsa de Comercio) pero igualmente arisrocrrica, exiscan 13 espacios intercalados con casas de habitacin permanente y comercias. El abogado, el procurador, el litgr

  • SociARII ro,,D EN BHE.'IO.'> AIREs: Ho~mRES, HOt'OR y CAff...'> 1862-191 o

    que cs uno de los pocos que logra subsistir durante el perodo. Cerrando la cal lc - habitada hasta el n 690- el despacho de bebida.~ de Agu il ar se codcct con una poblacin ms modesta de jornakros, marincro.\, costun:ras, lavandcras y planchadoras quinc~ inuoduccn, a rm:dida que

    no~ vamos alcj.mdo de la Plaza, un mariz ms ''oscuro ai ''distinguido" inicio de la calle.

    Si nos movemos por la calle General Viamom hasta RcconquiHa, nos ropamos con cl despacho de bebidas de Cuasini prximo a un jor-nalero, un marincro, un cigarrcro y u n ai macn de comcsribles. La calk Reconquista ''scrva como Hned divisoria de respet;lbilidad"6 . Aqu los 8 despacho.~ y cafs inmersos entre cln 1 y el 597 se inrercalan con mari-neros, mucamos, changadores y dependicmcs.

    O rien tando nuesrra marcha hacia cl este en bsqueda de la ribera, desembocamos cn cl cstrecho Paseo de Julio (hoy L. N . Alem) prolfico cn pensiones y despachos. En es ta calle 25 "fond ines, bol iches y bodegoncs rnalolicntcs'' scgn la prejuiciosa y esr.ereoripada expresin de Tau iLm.F - cn una cxtcnsin que va de1 n 2 ai 644- estn apenas disranciados unos Je orros por la viv.ienda de algn pen, jornalero, un almacn de comesribles o un

  • SoCT\!IfiiD:\D t.' H til NO\ t\JRE~: Ho~umr~ . rro:-;oR Y < .,.F!':s 1862-19 I O

    para la sociabilidad, par

  • r

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    Soc!AB!U DAD EN B t 'E}. OS AtRl:.\: HoMIIRf:s, 1!0:\0R Y c..u !~s 1862- l 'il O

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    CAPTULO li: l.oc,\Lt.~

    Fue corricnre que estos c.li.:nccs circularan cnrrc dos o ues cafs. Abriendo, cerrando, "dividicndo'' una callc, para la considcraci

  • I. !

    SCIABLfOI\D EN BUE:\OS AIRr.S: HOMBRES, HO!'OR Y CJ'J:S l i\()2-1 ~)l

    observado en 1878. Las consrruccioncs son ms amplias y de varios pisos, y apareccn las venranas laterales con crisrales que muesrran ai caminame los producros que pucde consumir y d imerior dcllocal . Al visitante que haba inuresado en 1878 es, en efecto, el in terior lo que le puedc resultar

    t> ms exuano. Los cambias son centrales: la disposicin interna dclloca l se ha modificado y los propierarios no son los mismos 17

    B. "AI.MACN-BAR CON PISO DE MADERA, PAREDES DE ADORE Y UN PAR DE ANTIGUAS MESAS Y BANQUJTOS"

    Caf, bar, camina, bodegn, despacho de bebidas, rodos son voca-blos i ndistintameme evocados para aludir a un espacio difcil de recons-truir en sus dimensiones, csuucrura y deco rado.

    El legado iconogrfico es muy escaso. Los informes de los inspec-rores municipales de obras pblicas c higiene ai limitarse generalmenrc a aurorizar o negar un pedido de apenura sin derallar las condiciones en que fundamcman su decisin, tambin nos priv

  • desparejo hacen su aparicicn a lo largo de! perodo. Orros piden pcrmiso para "dar concicrro" en d c.:.tf un feriado, da festivo o domingo. Est
  • r SOCL'\BJLIUAD ~.N RUENOS AIRI'S: Hm.fRRf.\, IIONOR Y CMt.S 1862-1910

    y sugiere adem:s una cl icncela selecra y menos hererognca. Este cafc en particular junto con algunos "cafs" van a ser asociados paularnamlnce con las lres. Son estas mismas lites quicnes a su vez desechadn cl despa-cho y cl "cafeeiro" como sinnimo indscutido de inrcmperanca, imprcvi-sin c inmoralidad.

    La segregacin social es tambn subrayada por Galarce, quicn adem~ts rcconocc para el ca~o de las confireras la scgrcgacin adicional de gnero. Es en su inrerior donde rccin a parrir de las primer

  • ,. .. SoOAIHIIDAU F"' B t 'E. 'lO:> AmE: HoM!Il\E.,, l!ONOR Y 1 .. \J+.\ I R62-191 O

    salw, de subir los escalones, era una posib ilidad de ubicarsc mejor cn b estnuihcacin profes ional y cn la ~.:s uu crura econmica. Lucgo, si ht suerrc acompanaba y hL~ condiciones gcnerales cran favorablcs se podra ampliar el local o incluso cambiar dt: ramo dentro dcl comercio. Esros ranrcos eran una prucba dei rnejoramicnto econmico, pcro rambin un inrenro de sarisracer l a~ expecrar i\'as) cxigcncia.\ sociales que disringu;m cnue un simple despachante y cl propictario de una fonda-caf y posJda. A la viHa de rodos, las grad;tciones c~rablecidas cnrrc comerciames cr;lu nridas:12 .

    El itinerario de Jos Daggiorc, inm igranrc italiano y personaje cen-rr,tl de I trOS haccn cl relevo. Pucs, como ya indicamos, el nmero de locales se man-

    rient~ o .wrncnra a lo largo del perodo. A juzgar por las denunci.Js a la Polida, los rescimonios registrados en el

    Tribunal Comercial y aJgunos recones de prensa, un ntmcro no despreciablc de "duenos" disefia con su rrayecwria trisres dc.\tinos y numero~os fraca..~os:

    " ... cl dcpcndicnre me h

  • SOCIABILIOAJJ EN 13 Uf.NOS A IKES: HOMBRF..S, HONOR Y CAl' F$ 181l2-l91 0

    Aunquc cs muy probable que la cifra de 5339 empleados indicados por cl censo esr inflada ~~~ . de este toraJ s lo 970 eran argentinos, mientras cl 82% del total corresponda a los extranjeros. La mayora eran varones 69%, y e1 resLanrc 30% corresponda a las mujcrcs que conrribuian con su rrabajo a la disrraccin de los hombres40. Las mujeres gcncralmeme no arendan cl mostrador y se desempefiaban como lavanderas o cocineras en la rras-ricnda, como lo sefiabn frecuenremenre las fuentcs, eran "sirvicnr:ls.

    La presenci

  • c.:di~ic:ld .1lgo ebrio l.ucio Espejo al cafe situado t:n la callc Flo-

    rid.t 44 I y Jcspus d...: haccr un gasw no quera sarisfacerlo. El dcpen-Jientc Kurolo Bruno ante ,1quella negativa, trar de impedirle Ll sal ida lbm.mJo ai Jul'i'io dcl loc;U Santiago Parody quin llam al agenre que cst.1ba de f.tccion cn la esquina prxima ... Parody dice que gracias a su dcpendicntL' ha pod1do C\'lt;lf un csdndalo mayor .. . Parody y Bruno son it.1ljanos. Bruno de 34 afios, viudo, blanco, lec y Parody de 33 aios, cts;Jdo, blanco, lcc"42.

    Es lllll)' probablc que la conducra de Bartolo alabada por su pa trn cst influda por la n:1cionalidad e incluso por la posiblc ami1-tad trabada cn tJII ricrnpo quiz;s prolongado de convivencia. Pero tamhin cs muy probable que Barrolo con orro parrn y en orro contexto hubiera acwado dd rnismo modo. Ms an, su comportamienco cs fcilm t: nte encourra-

    '' 1.. P. N: ');$, Sn"

  • So< IABJLID.w "" Bur.'ln' A11u:~: Ho\ruRt- ,, HONOH' CMJ' 11-!62-191 O

    Fernando !laba que" in virar con inssrcncia" a Juan iba a profundi-t fTL'l () I!: LOC.'\Ll:!>

    encontrar prometa volver a lo de Bianco para exigrselo por !a fuerza lo que cn efecto cumpli ... "4~>.

    A las idcas de Jos se sumaba su servicio "poco satisf:Krorio". Con rc~pecro a este ltimo punro los te~timonios son unnimes: el despido va acompanado de la acusacin de inuri!idad, consideracin que es para cl desrinarario ran grave como el despido y cl no pago del sucldo.

    " ... cl herido declara que I e haba di.cho que no poda aumentarle cl sueldo porque era un inservible a lo cual replic con esprcciones obscenas concluyendo por dccirle que se las pagara. El acusado declara que esraba disgustado porque lo despidi de su casa dicindolc que no saba rrabajar i era u n inservible, palabras q uc repeta a rodos haciendo que lo despreciaran pcrsonas que antes lo rrataban con ca rito i escimacin''49 .

    A-; comienza un juego dinmico de acusaciones cuyo gesto final rer-minJ respondiendo a mlriplcs causas y donde se cnrrecruzan para confun-dirse reivindicaciones econmicas con la defcnsa de la reputacin. Decir que "era un inservible", y adems repetido a rodos, era afirmar que cl indi-viduo no vala nada ai carecer de las habilidades y los saberes fundarnenta-lcs par

  • SocHBIUD.'I.D J:::--l B nso:, Ar~rs : Ho;d!IRL~, HONR Y cgfs l 8G2- 191 O -~---------------anriguas desavenencias. Muchas veces, la misma convvenca desencadena receios, sospechas y la idea de rraicin. Los celos, las scduccioncs indebidas y L1s infidelidades supuestas o reales; acumulan rencorcs guc desencadenan en(renramienros emre propierarios y dependienress1

    Las relaciones mltiplcs y cornplejas, las dispuras y oposiciones roma-ron la forma de un fuene resentimienro, de un profundo sentido de traicn y esra: ' ... manifestando (cl procesado) que fue despedido por Bourse a

    boferada~ y siendo las diez de la noche sin que le pagase cl S. Odio en ocasiones aJimentado por la frusrracin de no lograr la anhclada independencia laboral. Si la cxpec-t

  • tr IDAD 1::1\ 'BUXO\ AlR.l:-\: HO,\!BIU:\. HONOR i C \F!'.:, 1862-JlJ I 0

    nH.:ntc cl alcohoflll. Probablcmeme por cllo no .Aorccieron en os dlflgcnres y milirames acti\OS gesws que inrcnraran (ransformar a! cafe en un centro privilegiado de accin o para la accin. En un nclco para cl activismo y la rnilirancia. Los p:moncs cada vC"/, ms restrictivos dd goce y dcl consumo llenron tambin a luchar contra el caf. Ms que ir .1 predicar al cac se tra(aba de predicar cn su conrra.

    >~ FALCON, R.,/.:,/ Mundo ... op. cr., p.ll4.

    14-+

  • ....

    Vejo Buenos Aires Adios, Sociedad central de i\rquirecws, 1980

    " ... smtacks alrededor tle una mesa jugaban a la morra, por una bote/la d.e vno, botei/a que ibtm agotando a medida que jugabcm .. . "1

    La Prensa

    A. "Y ENSEGUIDA LLEGARON JUNTOS"

    En el inrerior de los cafs es dable constatar un despliegue de objc-ros y de prcricas culrurales tan hererogncos como los rosuos de los asistenres. El festival de pertenencias diversas, dinrnicas y cambiantes no hace ms que coincidir con las caractersticas de una poblacin mulrifactica que visirar coridianamenre esos espacios de sociabilidad.

    Las conducras perm isivas de los exploradores, rcsponsables en buena medida de la namraleza esencialmenre abiena, acepraron que los asistcn-

    . . ,, . . )) . -tes trrumptcran con sus eqUJpa.JeS , y que expenmenraran, ensenaran, y que rambin aprendicran de los "equipajes" de orros. Una rexrura culrura.l hecha de prsramos, resemantizacioncs, cocxisrencias y enrrecruzamiemos2

    ran ricos como complejos de analizar es lo que cxhiben los cafs. La info rmacin obren ida del esrudio de las inreracciones, la propor-

    cionada por aquellos que han sido regiS[rados en forma individual, la asen-rada en los relatos lirerarios y los resrimonios de la prensa nos pcrmiten recomponer globalmente la armsfera reinante en cl inrcrior de los localcs, acceder "a los diferentes modos de hacer"3 y los signos que consrruyen una idenridad individual, social y de gnero. La recomposicin que podemos hacernos a parrir de los documentos es la de una profusa y densa variedad

    1 La Prema, 12 de octuhre de I 881, p . l. 1 Los rrabajos de Roger Charcier han sido muy riles para acercamos a los ohjeros y prc-rca.s culturalcs. Para la definicin Jc hls caregorfas y las aproximacones merodolgcas: CHARTII::J\, R., "Hisroire inrellt:cruclk cr hscoirc des menralirs. Trajecwires et queS tions'', Revue de Synrhbe, TH, srie n: I 1 1-112, 1983. Escribir las prdcticas: 1-out-au!t, de Certeau, lvfarin, Huenos Aires, Manantal, 1996. ' DF. CERTAU, M., f.'invention du quotidien. I. Arts de foire, Paris, Gallmard, l 990.

  • de tramas y d~.: influencias mutuas enue elementos que, ,l su Yez, vienen de un abanico complcjo.

    i\.1 ingrcs::~r en cualquier ~.:spacio de sociabil idad, focalizando la mirada ~ en cualquier cncuenrro, reteniendo los gestos y las jCtividades de un sujero, se consratan objetos y pdcrica.~ culrurales compartidos que dcvienen vira-les para la idenrificacin, la socializacin y la inregracin. Quicn frecucnra d c1f, se libr a una acrividad \OCial multiforme y rambin especfica: . romar la cop,l, jugar a las cana.~. engendrar Jazo~, consolidar una relacin y cd ificarse una rcsperabilidad.

    En el interior de los despachos de bebidas, podemos ver cmo ese saber social particular dei beber, del rocar la guitarra y dcl jugar a 1a.s cartas ' se organiza alredcdor de determinadas reglas, represcmaciones y significa-ciones, y cmo rambin evoluciona en funcin de ,.krerminad,ls regias, oposiciones y awctactones.

    La cxpcricncia personal de los bornbres, su bistoria, cultura y expec-tativas engendraron tantos significados dismiles como el nmero de ind.i- i viduos que parricipaba de cada una de las prcrica.~ \'igenres cn el cafe. No

    ~e lcern aqu est,L~ variaciones idiosincr.iricas, sino algunos presupuestos y exprcsiones que pucden enrenderse como comparridos.

    B "SENTNDOSr: EN UNA MFSA PfDIERON QUE LI::.S SIRVTFRA l 1NAS COPAS"

    Como ya lo hemos indicado, la ropa irradiaba dignidad y era un requisiw indispensable para inrenrar un cncuenuo. Sobrepasada es ra exi-gencia que tena como principal vecror la mirada, cmerga la copa cuyo vccmr ms evidente era la palabra. I nvitar a tomar era la conrinuacin casi in mediara de! exam~n de la indumcmaria, y su formulacin ill\iraba a un inrcrcambio. Orrecer un vaso y ace~nar d com-ire cran el inicio dcl encuen-tro que tend ra como decorado, casi excluyenre, a.l despacho de bebidas.

    El consumo de a!cohol no se limiraba a la sociabilidad esponrnea de la ca.lle. En s, su nalllralcza era social y en consecucncia su simple prtkrica obstrua el consumo individuaL La visita aJ despacho poda ser la resulrante de una decisin particular y solitaria, pero resuhaba poco frecueme la infu-sic'ln en sokdad. Quienes llegan a! local sin compafi.a rpidamenre "enrablan conversacin'', y cn trc copa y copa nacen las promesas, las buenas i mencio-nes y los "ofrecimienros de amisrad". ''Amiguos amigos" y numerosos paisa-

    148

    C.\J'(Tl'LO V1: } t.:EGO.S

    11o, rambin se valcn de la inrermediaci6n de! alcohol para refornr vnculm, p.lf:l verificar y poner a prueba sus !azos sociales. En eHO~ encuen rros La bebtda agiliza y lu brica vnculos socialcs, pa de a.lcohol? Por qu no instrumentar modos de \inculacin y formas de 1d.:mificacin en un mcdio urbano que crccc y dc\icne excralo para rodos .t parrir de experiencias culrura.lcs compartida_~ por rodo~? Lalegitimidad dd ucsw abrevaba en una anrigua rradicin dei beber, que era propia ranro en b v nuesrro pas como en los lug:lfcs de origen de los rccin llegados.

    Los panes policia.lcs, los tcstimnnios de sentencia y la iconografa de la poc,l muesmm la condiancidad dd consumo de a.lcohol. El vino - suple-

    tono de la ginebra- y cn menor medida la cerve74'l, er,Ul pane integrante Jc la vida diaria. El agua contaminada de los pozos que prcdnminaba en la citH.iad inciraba a ese consumo. Adem:is, en cierras profcsiones directamentc se imbricaba con el rrabajo. Hemos mencionado cl caso de los changadores que hacen un alto en su flciu para rommla copa, tambin el de los croperos que dcrienen repetidas veccs su andar p.tra ingerir a!cohol. Los ''rrabajadorcs de! cnrra.ln en plena rarea consumen alcohol" informa un pane policial .

    Ramn Banga junro aun grupo de trabajadorcs de la cuniembre de la callc Paragones 2144 (seccin XII de polida) tomaba vi no un 12 de Agosto de 1 R92 a las 2,30 de la tarde y por LUl:l discusin es acu~ado de "descerrajar tiros y lesiones a su bcrmano Domingo"~.

    Las "fa.lras'' comerid

  • SuL 1.\iliLm \D c" BuENos Amr': Ho.\!BH.E~. HO:-.IOR r CAl t\ 1 R62-1 'J 1 o

    las pulperas y las insistentes referencias a los "licores cmbriaganrcs", r _ bin abonan la idea guc cl acro de beber no slo esraba exrcndido sino q ' adem\ era de vieja data. Esta cradicin se realimcntar con la llcgada ' los inmigranres cuyo "h,ibiro" o inclinacin hacia clla ha .\ido scfialado

    I d I sus pa1scs e ongen. Implcira en la vida social y cn la correspondicnre hcrcncia culrur3

    la invitacin a tomar cs Eki lmenrc comprensible cn ranto elemento idcnrificacin recproca. Es casi natural y obvio gue la frase repetida c tanta insisrcncia y liberalidad sea la de invirar a romar. Invirar a beber una "excusa" o 'prctcxro" legtimo para comenzar un dilogo con u n d conocido, rambin con quien se haba visw alguna vez. El vaso comparti ren a como efecro la afirmacin, ai menos para la ocasin, de una pen . nencia comn a la ciudad.

    El alcohol serva para facilitar el acercamienro entre indivduos qu, csdn aislados o que eran inrroverridos. La copa acelera la comunicacin aproxima a la gente. El beberes un gesto de rnediacin" entre dos desco-; nocidos guc pueden llegar a ser amigos, un gesro de mediacin entre l . soledad y la compafiia agradablc, un punro de acercarnicnto enrrc la falt de referentes y cl punro de apoyo que permitir, tal vez, ~xpandir las redei La bebida en comn Implica compartir una solcdad ms dignamente. r-permitia la comunicacin y era una forma de comunicacin, es nccesari observar que cambin comu nica en otro semido. pues destila informaci6 ,. sobre las imenciones dcl actor en la intcraccin. El acro de im.-irar habla . quien lo ejerce y supone, al menos hiporticamenre, determinadas respu ; tas. Ya que, si hubo numerosos caminos a travs de los cuales el hornbre ofrece, ::~ccpta o compane la bebida, rambin hubo cienas reglas de oro> En c1 "ping-pong'' que se iniciaba con la invitacin haba una serie d respuesras esperadas que surgan ai aceptar la cornpafa para wmar. D.ei

    ' br.t com:cprin hoy aceptad.t rulos rsrudim ~obrC' d .ucohol debe mucho a h1 invog-.1cin antropolgic.l y sociolgica. VC'r por cjemp lo: l'v1ANDELBAUM, D. G., '~lcohol .Uld Culture", Current Antrhopolor.Y n:6, 1965. PITTMAN, D.]., v SNYDER, C. R,,, C'ulttm and drinking pattern.r, Nc:w York, I %2. DOUGLAS, ]\f., C~mtructive drinking..' perspectives on drink from hnthropalogy, C1mhridgc Univcrsity J>re~~. cd . .Maison de~ Sei~

    ence~ de I'Hommc, 19R7. BRENNAN, Th. "Towa.rds rlw Culcural History of Alcohol in Fr:mc:

  • -,,JCL4.BIL!D..D E.>.' Bur.Nm AIRrv Hn~IBRES, HONOR Y c,,ff~ 1862- llJl O

  • 5CIMHUDAD E:--: l1tt.:NOS ArRr.s: HoMBRf's, HONOH y C:\F-.
  • Sol.lABILIJMfl rN 111 ;f-No.\ AJRES: Ho~mRES, Ho~oR Y CrJfs I R62- 191 O

    phmHa la vioknci.1 fsica y sublimara una agresin, pareccra que ese solo acro no era surlcH.:ntt:. Para desarmar o desacrivar cl conAicro masculino st: rcqucnan pal.lbras y gestos que superaran a la copa. Hay que "hablar", "dar sansfaccin", C)'.plicar. La copa, en este proceso acompaa acritudcs m,is .unpli

  • I'.N BL t:>.O\ A IRE.'>: Ho\1P.RJ:.:.,, HO~OH r CAI c' 1862-191 O

    rrar fuerza y \ encer el desafo. Si acepramos la declaracin de Oolwon, en ~u caso la panida rermin en un empate y no exisrieron ganadores . . Cuando esto ~uceda se rerminaban uniendo quienes haban empc:.:zado compiricndo para disranciarse.

    El acro de:.: beber er,l una de las ramas formas que adopraba d duelo pues se muaba de:.: saber quicn beba ms. En esra baralla la desmtsura y . cl desconrrol no renan lugar. Si haba que beber para no perder ']a face" c:.:ra neccsario no emborracharse por el mismo morivo. Es decir que el desa-fo implicaba beber, saber beber y saber componarse. Lo que supona un mnimo de dominio sobre s mismo, ser consciente de los gescos y de su ' repeticin. Haba que beber con alguien igual cn honor y beber m.s que orro rarnbin por honor. Adems, por honor, no se poda, como diccn los documentos, ''perder la razn". No saber imponcrse y resistir al alcohol era un atemado ai honor y una prdida. El ideal masculino de buen bebedor se opone a quien bebe sin conrrolarse. Tal como lo ha sefialado Taylor, para un comexto diferente al que nos ocupa, en Buenos Aires rambin parece constatarse un ideal mcditcrrneo del beber. Es decir, el ideal de un acro

    de~arrollado con moderacin 2- . El hombre de buena presencia, trabajador y capaz de controlarse a s mismo, se opone a quicn no rrabaja y a quicn no acra como lo indica su "na tu ralcza" biolgica. Estas son menos pode-rosos, menos correctos.

    Ofrecer el especdculo de la ebriedad era mostrar la prdida dcl con-trol sobre uno mismo y er

  • SnclAl>lf ID:\D E;>; B UJ:.No :-. AJRrs: Hoi\!ilfti-'>, HO:"OR y C"-1 l:...\ 1862-1 ') 1 o

    e?riedad en s misma, que de lo que a parrir de ella se era capaz de pronun-ciar. La censura era una de las mancras de evitar l.a ruprura de la cohes in social Y sra se qu~brada cuando no se resperaban las norma.~ que fijaban . lo accprablc de lo mrolerable. La dcsinhibicin y las libc>rrades estimuladas ~)Or el alcohol podan rpidameme pasar de la broma permitida ;t] insulto ms~srerublc. Los lrnites cran ran difusos r votiriles que cl dcslizamiento haC!a uno u orro extremo poda ser inevitabk.

    . _La frase inoporruna, d gesto o la denuncia rraducidos en ultraje no . ld~n,man cxcusas y ~lo podan acqnarse por la "prdida del sentido" que sul nan cn ramo cbnos. El honor no deba ponerse cn duda. Si as ocurra era imperioso restJurarlo. El ri e.~go de exponcrse a comenrarios dcsmedi~ dos?' la.~ frases que ~I alcohol podra conrribuir a que fuesen pronunciadas deb1an ser comparndos por todos los participantes de una inreraccin. . Esraban jugando a la.s canas y por la copa. Haba que ganar eJ par-ti~O, pa~a acce?er ai premiO y mosrrarsc bucn bebedor. El rriunfo que fipna d1ferenc1as e~a pr~ccdido y acompaflado por riesgos y desafos per-

    n~anemes. Estas ex1genCias hacan ms rimbombante el xiro y ms esrre-p1 ro~o. cl fracaso. Los documenros muesuan cl csfuerzo que hadan los ~Ja.rr.rclpmnes por ponersc de acuerdo acerca de las regias dei juego, dcl ncro de la ronda del beber, o sobre quine~ rendrn derecho a ronur la c~paH . La co~a o la borclla era cl premi o de un rriu nfo cn e i partido de bdlar ~ cn cl Jllego de carras5.: . Un triunfo que rccae sobre eJ ganador de la pamda, pera curo premio l puede hacer exrens.ivo a aquellos que

    111.~~r_e~ramenre p:uricipan "tcnicndo las paradas", conrrolando ei juego Y onCJ~ndo de veedore.{ -'-1. Esros jugadores indirecros o menos acrivos han r~~Ido su derccho a "la \uelra" que ofrece el ganador. En ocasiones, rambJCn los "~tros concurrenres'', es decir, los dems sujeros presenrcs en d ~~~ai, ~e. mcorpo~an a los fcsrejos del triunfo. Aunque, en \'erdad, la .pamcipaC!on extensiva en la alcgra de! xiro esr sujera a condiciona-

    mre~ros. O me~or dicho, depende de un acuerdo o pacto previo enrre los ra_m~~p~tnre~ dtrecros d~ la partida. Del mismo modo que las regias de los dl\ eJ sos JUegos de narpcs eraulaxa~ y mviles y se expiicaban momen-

    'I T.S. Leg, V " . cnrre~pon 1c n rc ,\ los ano~ 187 1 y 18') 1. ' '! LP N: :14, Scccin I. 8 de ,\la\'o de lRRl.

    160

    CAPfTULO Vl: ] UEGOS

    ros antes del inicio, aqu rambin se conocc de anremano quines bebe-dn la copa en disputa.

    Un 2 de Ocrubre de 1887 once indivduos jugaban a la murra iJabiendo apostado una cuarta de vino por persona, " ... Rafael Giolfo que fue el ganador convid a beber a orro .gu~ ~o haba tomado p~rre. en c1 jucgo. lo que le reprocharon los orros mdtvtduos pues no habta sido convcnido siendo esro motivo de una dispura ... "34 .

    Todo se desenvolva como si los arreglos consensuados con anrela-cin permirieran conjurar un posiblc desliz, legitimar cl triunfo y ram-bin impedir que ste ''se suba a la cabeza". El "reglamenro" da~o a conoccr debe resperarse y el ganador no tiene derecho a transgrediria. La victoria define relaciones de fuerza y esr cn ntima conexin con cl liderazgo, pero no concede liberrades ilimitadas. De este modo,~~ "can~pen" logra un mcjor posicionarniento frente ai resto, pcro no nene v1a libre para haccr lo que le plazca. En estos encucnuos los "dados esraban eirados" y era preciso mosrrarse buen jugador, sin cobardas ni desplan-tes. Una vez que se haban Lanzados ai ''campo de juego", no podan dejar de jugar, era imperioso apostar a todo o nada.

    Cul era cl premio? Pues sin duda mucho ms que un vaso de vino. Un marcador favorablc hada sobrevivir cl prestigio y alimentaba la valoracin personal facilitando un mejor posicionamienro freme a los orros. Era una fuenre de prestigio y una definicin distintiva. Beber de acuerdo con lo esperado, respetar las regias, plantear determinada jugada proporcionaba prestigio y vcntaja relativa del ejecmo~ sobre s~s compe-tidores. Estas esrraregias son una prueba de la capactdad de unponerse a s mismo v de reducir a los dems , siquicra momenrneamenrc, un estado de su,misin . Gcneraban admiracin y eran una fuenrc de poder.

    El "padrone e sorro" es un cjemplo claro. En realidad, no era un jucgo propiameMC dicho en la medida que se llegaba a travs de la brisca, el punto, el truco, y orros. Se aposraba por la copa de vino, y el que ganaba (padrone) obrena ei derecho de invirar a los que se encontraban en cJ local mienrras e! pago de la ronda recaa sobre el perdedor (sorro).

    "E..l pad.ronc era el rcy y sefior absoluw dd vino que en la p~rtida se ha jugado y el perdedor vasa11o resignado de lo que cl rey dtsponga.

    F.st~: rcy, de buen humor porque la sucrte le ha sonredo, resuelve

    ~4 T.S. Legajo N: 2031. Afio !888.

    161

    "' ..

  • SocJABJUL>A!l LN BIIENOS AlH~: HmtBRES, HONOR y CAFts 1862-191 O

    que el vino lo bc::b,w r fc::stejen todos menos cl perdidoso, cem lo guc sufre )' se exalta el amor propio o las malas indinaciones de:: , ,,~

    este ... .

    El triunfador como su nombre lo indica era cl patrn, duefo, amo y sei1or, y el derrot.ldo se colocaba "por debajo de l" en completa sumisin. La significacin de esros trminos y la jerarqua dctada por cl n:sulrado fueron motivo de numerosas disputas y profusa.s discusioncs cnrre los par-ticipantes direcros y cl pt'tblico gue rambin romaba parrido. La polida considera que el "amor propio irritado" y "d ridculo" en que caa el per-dedor, tambin !!amado pcrdidoso, eran "la causa de los desrdenes". Y, entonces, pam evirarlos, decide su prohibicn en 18893(, .

    Seguramente que la exposicn al ridculo desencaden la exaccrba-cin de las pasioncs, pero cl esmero por discutir un pumo as como la cncrga cmpJeada para reverrir un resultado que finalmente expondda la habilidad dei jugad.or, son el resultado de la capacidad de cada uno para

    irnprovi.~ar ardides y subrerfi1gios, del ojo clnico para dcscifrar las tretas y las r rampas del otro. El "ton ro" haba mostrado su carencia de habilidad. La "ilegalidad" insistentemente denunciada por c! ''perdido.so" y sicmpre escasamcnre probada, pona en evidencia .su menor desrreza frenre ai orro, pero tambin indicaba la fragilidad de un premio que ser necesa rio reac-tualizar permanentemente. Es imprescindible seguir renovando las pani-das, pues nadie ciene el lugar del poder asegurado para siempre.

    El xiro crasluca una doble capacidad: la de ganar c imponerse rccu-rriendo a la destreza, pera rambin la posibilidad de mostrar frente a los otros la resi~cencia y la fuerza para dominar Jos efecros dei alcohol. Ganarle ai ocro y luego imponerse ai alcohol era un triunfe> complcro. En esce inter-cambio de dignidad masculina, la renacidad y Ja rolerancia f.sica ramhin renan un lugar. La fuerza, intrinsicamenre adosada ai "ser homhre", signi-ficaba cncrga y la voluntad suficiente para no perder cJ domnio sobre s mismo. Las virrudes masculinas de tcmperanca, valor, responsabilidad. y dominio de s mismo pueden mostrarse durante el consumo de alcohol.

    35 RN,iJta dr Polida, n:51, I de Julio de 1889, p.40. 36 LI polic.\, aludi~ndo a los "dt:~rdenes y escndalos" que provocaha lo prohfbe en I R89. La RtvStfJ dr Pulicfrt dcll dL .Julio de I !l99 comenraha "que lo~ jug.Hion.:~ siempre ~e.rteneccn a la cla~e b.1j.1, pue.s entre p{~rsonas de mediano crirerio no ~e concierran par-ud.IS por su nacuralc-za ran pd.igro~as''.

    162

    CAPfTULO VI: JUEGOS

    La copa mucsrra cmo las discinciones de gncro estn presentes cn los riruales del beber. El "buen beber" es un impcravo de la mas-culinidad, por el contrario, la borrachcra significaba perder el. conrro~ de s mismo y de la aumnoma para gobcrnar los actos y clecconcs. S1 un hombre no se conrrolaba a s mismo, oo poda espern de hombre le cor.respond~a: la mujer. Ofrecerse, somcrersc era asumir el atributo fen1enmo. Qmencs se cmborrachan no son ''hombres verdaderos". Son, como dicen en los documentos, "degradados". Palabra que sicmpre se emplea para referirse

    ~1 las mujere.s ebriasr. El consumo de alcohol era uno de los modos de medir la fuerza y la resisrencia masculina. Era un constanre dador de rnasculinidad y, por supuesto, uno de los elementos integrantes dd honor. Este adcms comprende la dcpendencia y fidelidad de la mujer, un asunto propiamenre de hombrcs.

    C. "TOCABA LA GUrlARRA Y CANTABA EN VOZ ALfA'" El vaso de vino esruvo presente a la hora de enronar caociones con

    acompaflamienro de guitarras. Si c! alcobol es indisociable de los despa-chos de bebidas v cafs, rambin lo cs dcl ejcrcicio del canto improvisado.

    Desde cl s'iglo XVIII los viajeros 18 nos revelan cmo la prctica del canto se excnde entre diversos acrores sociales. El rancho, los lugares n:scrvados para que pararan las carretas, la sombra de una enramada, el crculo festivo de los fogones, las cclebraciones, los velorios Y fun-Jamenralmenre las pulperas; fucron los terrenos predilectos para que prcndieranlos sonidos de las guitarras r su.~ cauciones improvisadas. Las copias y las narraciones calHadas al son de la msica, o los dilogos de comrapunro enrre do~ cantores3~, estaba.n muy extendidos y eran muy apreciados entre los trabajadorcs dclnn1ndo ruraL .

    Un morivo que ad.miraban los habitantes dei mundo campesmo y

    '' L.P: N:33, Seccin l, 5 deJunio de 18HO. L.P. N:4l, St:l:cin I, anos 1886-87,20 de Ocw brc de I 887. >>< El viajero Concolocorvo es quin deja rcstimonio de su exi~tcncia en 1749. Es casi

    ~eguro que rnucho riempo antes la voz de- cantores improvisados se hiciera or y expresara lns smt.imienros dcl hombrc que habitaba la extensa llanura. SE!HEL, B., Lus payadores, Buenos Aire$, CEAL, I 982. '"lhrd.

    163

  • SociAB!UDAJ) EN B vENOS i\JR.t~: HoMBRE$. Ho.:-
  • SOCL>\!IilfDAD f..'" Btl!:NOS i\JRf:S: HoMI!REs , HOl\'ClR y C:\JES 1 R62-191 o

    " ... de su de~laracin (la de] procesado) i de los testigos que deponen en el sumano resulta comprobado que e! da mencionado (31 de Agosto .de 1,892) se ~nc~ntraba Sola ri y urras personas en d caf de ~~stralta numero. mtl ctcnto ~etenra. y sietc. Una de cllas Hamada \.dia. tocaba la guttarra y los otros hatlaban y acompanaban en curo moJ~ento enrr cl procc.-.ado (Corn) algo cbrio y se puso rambin a ba1lar y camar con uno de los presentes ... "16.

    Corn !lega y automticamcnte se incorpora ai baile y ai canto. !,UJ~ro con "So~~ri y orras personas" es muy probable que estuvieran

    ~mlongucnado , segn las palabras de Vicente Rossi4-. El caf, Ja rras-ncnda dd almacn, cl. bodegn o el pario dei corra.ln Fueron precisa-~1cnte los .lugares .elegtdos por los hombres para bailar entre s18 y para mtercambtar canc10nes.

    E~ en La Boca donde los marineros ingleses disputan con un grupo de manneros alemanes acerca de quin rendrfa legtimo derecho para canrar. El 23 de Febrero de I 885 en el caf de la calle Pedro de Jvlendon Y CaJifornia cuarro marineros ingleses esraban canrando cuando" '

    . . .. unos marineros alemanes que rambi~n esraban aJi quisieron hacerlos caiLu para cantar ellos que a consecuenCia de esto se arm una dispura acerca de quin tena mejor derecho ai canto que concluy a pufetazos ... "49. " ... en el :af Maip 477 ... de diez a doce hombres canraban acompafiados de gu1r~rras provocndose desrden porque IUfael Cacheiro que esraba ah quena hacerlos caHar par~l cancar l. .. "5o.

    "Yisra la causa seguida COntra r:Steban Cardone, sin sobre nombre n1 apo~~ .de veinte y cuauo anos de edad, soltero, zaparero, italiano y dot~ltctba~o. Callc Saavedra N: 79 _(Bclwano); y cotma Augusto Bccana, ~e :em te trcs afios de edad, foguista, casado y domiciliado ca~lc Mat~u N: 90 (Bdgrano) por rifia de la guc resulta: El da vem te Y se1s de Agosto de mil ochocientos novenra y dos, a las once

    ~~ T.s. Legajo N: .'31 14. Ano 1892. 47 S~-gn d autor la mi.longa e' .la hcrcdera de la antigua papda. La payada allle&ar al mb-UJ b10. se haba con~erw.lo m mdonga. Posteriormente a las n:uJtiones se la. lia m milonga~ )' ~eCJI vamos a nulonguear poda significar tanro cantar y bailar o ambas cosa~ a la v~1.. ROSSI, V, Coxas dr negros, Buenos Aires Solar-Hachette J 958 p 23 Jo ( G L 11 d . .

    > - , Sbddn, Buenos Air

  • SOCIAilWOi\1) EN UUENOS AllU:..
  • SOCIARILIOt\D EN BUENOS AlRE.\: H
  • SOCIAIHIIIHD EN ll UENO' A1 . H ' RCS . 01\JBRE~. 1!0\:0R y C.AF~~ 1862-1910

    dift.~nd~n?

  • Pero hay orm ntorivo que incha a cS[a con.cr s.do . d sobre las conrhc,oncs dei JUeo . I s arbirrarias que pucsro de acuer o. d requisitos y rcsrricaooes genm e ~en esrable. Son ri con un susrraro e , d y que csrablecan un or . los

    d d mlun

  • SocJAtl!LlOAL) EN BtiENos ArRF.~: Ho."-tBRE'-, HNO.R Y Cii..FS 1862-191 O premio que mosrrar la posesin de! capital personal que haba permitido alcanzarlo: la eficacia. cl poder de clculo, la ciencia del jugador. "Ell como se planreaban, los juegos de canas eran un homenaje al mriro: el crabajo. 1 la inreligencia, el valor, los esfuerws; en suma, eran cl dcspliegue de una esrraregia sabia inevitablemenre sometida a la consideracin pblica.

    Los juegos akanzan su plcnirud en cl momento que suscitan una resonancia cmplice. Muy pronto aparece en torno a cllos cl pretexto del concurso y del espectculo. Los veedorcs, quienes tiencn la$ paradas, ram-bin se exponen y se exhiben. En las partidas existe la ncccsidad de contar con presencias atentas y gestos de simpata. Aparece el desafo-respuesra, la provocacin y cl contagio, la eft:rvescencia o la rensin compartida.

    En una mesa dei Almacn de la caJie Belgrano 706 los itali

  • ?ocLA.BtLIOAD E1' BuENos Amt::s: HoMBRES, HONUJ( Y CAJ-B 1862-191 O

    ellos y ouos de los concurrenres ... que Garca observ por unos tantos y que luego continuaron en armona ... que como cl tal Rodrguez no quiso pagar l (Garca) le dijo que si d no tena vergcnza el s la tena haciendo adem.n para sacar ... "78.

    La falta de escrpulos disparaba inmediarameme el rechazo de los jugadores, pero rambin el de los espectadores. Estas conducras ai ser observadas por terceros gestaban solidaridades con la vctima del engano mientras sta discutia y denunciaba, o bien alguno de los miembros dei pblico era c1 cncargado de norificarle clultraje. Si la habilidad, la astucia, la picarda y la destreza eran los valores vehiculizados por cl rruco y por orros jucg,>s de carras, la W!.mpa no era orra cosa que un atentado a su escncia. La represenracin que lograban los indivduos por medio dcl ejer-cicio de su pdcrica se escapaba y careca de sentido la inversin cn frases ingcniosas c imaginativas.

    Si cl truco convocaba a la palabra, el mus aposraba allenguaje de los gestos y a las sefias emitidas por el rosno. "Es sabido que todo euskaldn !lega a este mundo ungido ya por conocimientos carisrncos dei rnus", pregona en una reafirmacin fervorosa de patern idad Jaime Torner en su lihro "El Mus de los vascos"79

    Concentrado originalmente en "la vascogn' se expande80, no tarda en !legar ai Ro de la Piara seguramente con los primeros contingentes de vascos que com ienzan a desembarcar a mediados de la dcada dei '40. En los despachos y cafs fue comn enconrrar a hombres heterogneos que se adenrraban en su prcrica, repitiendo de esc modo lo observado con el truco y las guirarrcadas.

    "Este jucgo de naipes muy entretenido y propio de los vascongados, que comnmcntc se juega entre cuarro, y cada uno con cuarro canas, y hay cn cada mano cuatro lances diferemes andia, chiquia, parcjac, jocoa tiene

    n L.P N: 34, Scccin I, 8 de Mayo de 1881 . 79 TORNER, J., E! Mus de los Vascos, Espana, 1818. E1 auror era conocido hajo d seudnim'o de Diego Urbino. o En "Fortunaca y .Jacinta" novela de Benito P~rez Galds ambientada en el Madrid de fines dd siglo Xl.X d comerciante Baldomero Sama Cruz, padre de .Juanito, esposo de ]acima y amanre ocasional - pero suficiente pua tCJH'r un hijo-- de l'ortunata; declara que "'en lo tocante a juegos, no conoci nunca ms que d mus ... el juego clsico y tradi-cional de los comerciantes de Madrid ... ". PEREZ CALDOS, R., Fortunata y jacnta (dos historias de cmadas), Mxico, Porra, 1993, pp.l8 y 82 .

    178

    ..

    \'

    CAI)(TUT.O V1: )UECOS

    este nombre por que los compafieros se entienden por se.as de los labio.s, ojos, etc., y proviene de musu, que significa labios, hocico, car'8 1

    Precisamente las "sea.s de inteligencia:' del mus, como las defi ne ia Enc.iclopedia de 1928, exigan un manejo de los gesros de! rosuo que se rransforrnaba en una vcrdadera puesta a prueba de las capacidades acrora-les de los jugadores. El objetivo era ocultar el valor de las carta.~ que se ren(an, pero, ai mismo tiempo, dadas a conocer ai compafiero. Se requcra precaucin para

  • ~0('[;\lllllDAD EN 13 UENOS AIRES: Hot-tlllU.~, HONOR Y CAFJ:s 1862-1910

    Semejame despliegue de movimiemos rcqucra rapide-.t, peru tambin atpacidad creativa, ingcnio y calemo. "El mus es un juego de !ocos pera de !ocos inreligemes y si no se sabe jugar ai mus, ver jugar es observar a cuatro locos divertidos que vociferan, se miran, engafian, griran, algunos se enfa-dan, sonren, hacen muccas y se disculpan ra:zonando sus disparates ... "83.

    En este juego de envice la astucia es cenrral y c.:s una dote especial para provocar ai advcrsario. Hacerse cl distrado, cambiar de jucgo varias veces a lo largo de una parrida provocando el desconcierto de los adversa-rios son las tretas m.~ valoradas. La provocacin y la fanfarronera tambin cscnciales ai jugador lc dan un rono festivo que hace el juego ms estimu-lante Y_ acrec~ema el atpiral social y simblico de cada uno. "La gloria dei

    musl~n. es, smo la mayor, al menos la mi~ pregonada, sobre todo por ei propto mteresado. Porque la primcra caracterstica dei jugador de mus es la fanfarroneria ... "a4 Fanfarronera entendida como alarde de triunfo. Como l~u~lici~ad de la gloria alcanzada en el juego. Hc aqu su posibilidad y su ,, ltJTute. El modo de comporrarse despus de la partida fue tan imporrame como la manera de ganar y como la vicwria misma. La vicroria sin borra-checa ni vanidad, luego cl rcplicguc, una reserva ltima cn rdacin a su pro pia accin es la ley del juego.

    Pcro tambin para enriquecer y complcjiZf an ms los cafs, hubo juegos que si bicn se pracricaban en recintos pluritnicos y plurisociales, se de~envolvan slo entre pracricanres de un mismo orgen tnico. Si se conoca su cxisrcncia por haberla visro en el caf no se cxperimenraba en su prctica. La murra o morra, y las catafiuelas son cjcmplos que dejan entrever las fuenres. . La murr~ era un jucgo de cartas que slo era practicado por los ita-

    lianos. Es h~btmal encontrar en los despachos a "paisanos" jugando a la mu rra del m1smo modo que a csparoles tocando las ca.~rafiuelas:

    "Anoche a las 1 O el individuo Bernardo V squez se ocupaba en toc-ar castafiudas cn cl despacho de la fonda Correnres 467 bailando a la vez lo que festejaban con gritos y vatiendo pai mas los sujecos Angel lvarcz que estaha ebrio, Jos Sorodio y Manuel Troncoso cn vista de lo cu.al ~I oficial inspccror Do. lsidoro Lagos los interrog que

    cc~ara d vaJ!e y guardaran mejor orden pero cuando se retirara dicho

    ; FERNANDFZ SANZ, A., E! mus y su tlcnim, Espana, 1953. ""' M INGOTE, A., E! mus ;la.< foncicmr.< dirtctivtls, E~pa1a, 1946, p. 94.

    180

    CAPfTULO VI: juEGOS

    empleado conrinuaron con la misma dan:t.a razn por lo que los condujo a sta comisara donde oblaron la multa corrcspondiente los trcs primeros no as Troncoso que ha sido remitido al Opto. cuyas filiaciones son las :.iguientes Vzgue7 cspafiol de 21 aiios de edad con 5 de estad a en el pas soltero jornalcro no Ice blanco. Alvarez espafiol de 24 ao11 blanco jornalero no lee con 2 afios de estada cn el pas Sorodio de la misma nacionalidad Je 20 anos sol-tero b lanco jornalero le;-e )' escribe con 6 afos de estadfa y Manuel Troncoso espano! de 20 anos .soltero blanco Ice y escribe con 4 aos de esrada. El ducfo de la Fonda Corrientcs 467 obl la multares-pectiva y es Perfecto Rodrguc:t. espano! de 19 anos con 4 de residen-cia en cl pas, soltero, blanco, comerciante, Ice y cscribc''~s. Segn la polida, esc "tfpico cnrrctenimiento de los italianos", la

    murra, provocaba "escndalos" en la medida que "incentivaba la rivalidad cnrrc los contrincanres"86. Es muy probable que los motivos de la dispma hayan sido similares a los del truco y delmus. A pesar de nuesrros esc.1sos conocimicnros, las casraii.uelas )'la murra son prcticas intercsanrcs porque t,unbin hablan del caf. Esros espacios cran culmralmente abienos como pJra permitir en su interior la coexisrencia de objetos y prcticas culturalcs de diversas proccdencias que conformaban una amalgama comn. Tam-bin abicrros porque permitan que cicrras prcticas se desarrollaran cu su interior como "islas", cnrre jugadores que comparran un "rerrirorio'' de procedcncia. Ms alh de la pcculiaridad de cada uno de los juegos, rodos parecen cdi-licarse a partir de una cualidad esencial: la habi lidad. La creacin, enrre los jugadores, de condiciones de igualdad que la rcalidad en muchos casos ks ncgaba, comirri ai juego cn una rentaciva de susrituir cn la escena ldica la confusin e inseguridad de la existencia corricntc. Por eso, la

  • $0(11\Brr TD:'\D t::x BuENm Amr~: Ho~mRrs, 11o~oR Y C:\Ff's I RG2- J 91 o

    La desrre7.-a, la