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Sub tema 2: LAS SOLUCIONES ESTRUCTURALES AL PROBLEMA DE LA CARGA PROCESAL PRESENTACIÓN La excesiva carga procesal ha sido un problema endémico en los despachos judiciales y fiscales, configurando el principal obstáculo para alcanzar la eficiencia en el servicio de administración de justicia. La reforma judicial plantea tres alternativas estructurales, en plena ejecución, para resolver definitivamente tal problemática: la promoción de los medios alternativos de resolución de conflictos, la corporativización de los despachos judiciales y, la implementación de los módulos básicos de justicia. El discente debe conocer estas propuestas, pues están ocasionando cambios radicales en sus futuros centros de trabajo, los despachos judiciales y fiscales. Preguntas guía ¿Cuál es la relación entre eficiencia judicial y carga procesal? ¿Qué utilidad tienen las estadísticas para la erradicación de la carga procesal? c) ¿Qué rol tiene la coordinación interinstitucional en el progreso del sistema judicial? IBAZETA MARINO, Marcos. "Eficiencia de los procesos y carga procesal". En: AA.VV. Reforma Judicial. Exposiciones del Seminario Taller. Lima, Poder Judicial, 1997. EFICIENCIA DE LOS PROCESOS Y CARGA PROCESAL Estoy verdaderamente honrado con esta invitación que cuenta con un auditorio sumamente selecto. Quiero hacer un especial reconocimiento a los organizadores por el esfuerzo que ha significado realizar un evento de esta calidad, a los expositores por su permanente vocación de participación y a todos los invitados. En referencia al tema que relaciona eficiencia y carga procesal, da la impresión que estamos tratando de entender cómo es que funciona un código procesal y cuántos expedientes tenemos en cada juzgado. 265

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Sub tema 2: LAS SOLUCIONES ESTRUCTURALES ALPROBLEMA DE LA CARGA PROCESAL

PRESENTACIÓN

La excesiva carga procesal ha sido un problema endémico en losdespachos judiciales y fiscales, configurando el principal obstáculo paraalcanzar la eficiencia en el servicio de administración de justicia. Lareforma judicial plantea tres alternativas estructurales, en plenaejecución, para resolver definitivamente tal problemática: la promociónde los medios alternativos de resolución de conflictos, la corporativizaciónde los despachos judiciales y, la implementación de los módulos básicosde justicia. El discente debe conocer estas propuestas, pues estánocasionando cambios radicales en sus futuros centros de trabajo, losdespachos judiciales y fiscales.

Preguntas guía

¿Cuál es la relación entre eficiencia judicial y carga procesal?

¿Qué utilidad tienen las estadísticas para la erradicación de lacarga procesal?

c) ¿Qué rol tiene la coordinación interinstitucional en el progreso delsistema judicial?

IBAZETA MARINO, Marcos. "Eficiencia de los procesos y cargaprocesal". En: AA.VV. Reforma Judicial. Exposiciones delSeminario Taller. Lima, Poder Judicial, 1997.

EFICIENCIA DE LOS PROCESOS Y CARGA PROCESAL

Estoy verdaderamente honrado con esta invitación que cuenta conun auditorio sumamente selecto. Quiero hacer un especial reconocimientoa los organizadores por el esfuerzo que ha significado realizar un eventode esta calidad, a los expositores por su permanente vocación departicipación y a todos los invitados.

En referencia al tema que relaciona eficiencia y carga procesal, dala impresión que estamos tratando de entender cómo es que funcionaun código procesal y cuántos expedientes tenemos en cada juzgado.

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Sin embargo, no es esa la idea. Hablamos de eficiencia y carga procesalcomo componentes de un problema que debe ser resuelto para que lacomunidad cuente con un servicio de administración de justicia accesible,oportuno, transparente, confiable y eficaz.

En primer lugar, debemos definir la manera cómo se haestructurado el sistema para prestar este servicio. El Poder Judicial, sibien tiene la dirección del proceso, se constituye en un agente más delsistema, conjuntamente con otras instituciones autónomas que concurrencon él al logro del proceso; por ende. nunca se ha tenido capacidad derespuesta, ni para elaborar diagnósticos correctos de sus problemas, nipara delimitar sus atribuciones y responsabilidades, ni sus ámbitos deacción, de modo que todo lo relacionado con la defectuosa administraciónde justicia es para el ciudadano, culpa del Poder Judicial, por acción opor inacción.

La eficiencia institucional puede lograrse estableciendo unaadecuada correlación entre la carga de trabajo asignada al funcionario,con los medios y recursos que deben suministrarse a ese fin, amén deuna adecuada capacitación funcional del personal. Sin embargo, siconsideramos la Reforma del sistema de administración de justicia tansólo como una reforma de! Poder Judicial, incurrimos en un tremendoerror de concepción; esto provocaría resultados contraproducentes enel desarrollo del proceso. Peor aún si es que las demás entidades queconcurren a este proceso no siguen el curso de una modernizacióncompatible con el sistema judicial. Nos estamos refiriendo al MinisterioPúblico, Policía Nacional del Perú, Instituto Nacional Penitenciario,Instituto Nacional de Bienestar Familiar, entre otros.

No puede, entonces, concebirse ninguna reforma sino a partir delas variables del debido proceso legal, que es la única herramienta paraque el Estado brinde la tutela jurisdiccional efectiva corno derechofundamental de los ciudadanos.

En tal virtud, debernos efectuar diagnósticos considerando lassiguientes variables:

1. - Las dificultades de acceso al proceso por razonesgeográficas, económicas, culturales, profesionales, cuyos componentesnos van a llevar, necesariamente, al análisis de la distribución de losórganos competentes y la estructuración de las instancias, así como del

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monopolio profesional que detentamos los abogados para el acceso alproceso.

- La calidad de la organización en la cual se desarrolla elproceso, así como la de las demás organizaciones que concurren a él.Ellas deben materializar el servicio cuando el justiciable llega al procesovenciendo todos los obstáculos indicados en el punto anterior. Estoimplicará un estricto control estadístico y el diseño de políticas claras,reflejadas en planes de desarrollo específicos para el corto, mediano ylargo plazo, con su respectivo correlato presupuestario.

- Las cualidades que deben ostentar los integrantes de cadaorganización para que sus pronunciamientos tengan sólidas bases delegitimidad social, estarán respondiendo correctamente a lasaspiraciones de valor de sus respectivas comunidades: generandoconfianza ciudadana; proyectando una imagen intachable, todo ello,como paradigma de conducta social y funcional.

- Los necesarios controles previos, concurrentes y posteriores,que garanticen la observancia de los parámetros de Eficacia, efectividady eficiencia institucional por parte de los agentes internos y tambiénexternos.

- Y por último, las condiciones de liderazgo quenecesariamente deben tener los que asumen las tareas de gestión ydirección, lo cual permitirá una adecuada conducción y administracióndel proceso.

Los temas de carga procesal y eficiencia se enmarcan dentro delos temas señalados en los puntos segundo y tercero que preceden.

Siempre estos dos temas han sido tratados de modo irregular,generando repercusiones implicantes de uno respecto del otro.

Veamos:

La carga procesal debe ser perfectamente medida en términosestadísticos, como para generar estándares compatibles con la capacidadfísica del funcionario que lo afronta. Contar con una razonable estructura depersonal y suministro continuo y oportuno de los medios correspondientes,de modo que su desarrollo observe estrictamente sus plazos.

Nuestras instituciones públicas que concurren al proceso, jamás

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han podido construir un sistema estadístico confiable, por tal razón, losjueces hemos sufrido frustraciones, cuando al tener que asumir altascargas procesales y frente a una manifiesta imposibilidad de cumplircon los plazos, nos entregamos íntegros a la tarea, sacrificando horasde sueño, días de descanso, a la familia, perjudicando nuestra salud,etc.; y, no obstante todo este esfuerzo, el sistema judicial brindaba unpobre resultado, con un gran retraso. Esto de absoluta responsabilidaddel sistema le era imputado al juez.

Esa presunta culpa ha venido siendo la causa de la desatenciónpor parte del Estado respecto por ejemplo, a los haberes del personaljurisdiccional. Frente a dicha actitud, los jueces no tenemos otraalternativa que exigir mejoras salariales, ligándolas a los resultadosconcretos de mejora del servicio de administración de justicia; siendoeso posible, dentro de un marco de control interínstitucional donde quedeclaro, que cada quien asuma la responsabilidad que le corresponda.

Como los jueces fuimos absorbidos por esa carga procesalesclavizante, caminábamos completamente divorciados entre nosotros,cada uno ensimismado en una tremenda soledad, nunca tuvimoscapacidad de respuesta para definir responsabilidades, no obstante ello,eran los de niveles inferiores quienes se perjudicaban más cuando seproducía el proceso cíclico de la ratificación, por las consecuenciaspropias, de un mal ejercicio de las tareas de gestión.

Si no se cuenta con una estadística confiable, no podrán diseñarseplanes coherentes de desarrollo en el corto, mediano y largo plazos; y,por ende, no será posible lograr un presupuesto con base real.

La eficiencia, por su parte, sí es una cualidad funcional exigibledirectamente al juez, en base a la calidad de sus conocimientos y de suaccionar.

Sin embargo, esta eficiencia basada en la calidad, siempre se havisto afectada por falta de racionalidad en la carga procesal asignada.Veamos:

Si un juez civil en Lima recibe una carga procesal anual de dos milexpedientes cuando su capacidad física y funcional sólo le permiteatender setecientos por año, obviamente no sólo existirá un mayormargen de error en sus resoluciones, sino que el retardo será clamoroso.

En tales condiciones su capacidad de administración y control

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funcional son nulas, por eso el nivel de actos de corrupción seincrementará cada día.

La atención de esa sobredimensionada carga de trabajo loabsorberá por completo, sin dejarle mayor tiempo para el estudio yanálisis teórico; menos para la investigación científica, de modo tal quela calidad de sus resoluciones será cada vez peor y menos confiable.

Sólo como un ejemplo que podría señalar está el de la capacitaciónque hemos venido recibiendo los magistrados fuera del horario deldespacho, pero sin descuidar éste y sin dejar de preparar las sentenciasde cada día en los respectivos procesos.

Para enfrentar adecuadamente este panorama desmotivador, losjueces nos hemos comprometido en esta reforma entendida no sólocomo una reforma del Poder Judicial, sino como un proceso demodernización de todo el sistema de administración de justicia.

Para tener éxito se necesita el compromiso y la participación deIodos y cada uno de los magistrados del Perú, para ir enfrentando yresolviendo todas las variables, que hemos señalado antes, que hanvenido atentando contra el servicio de justicia, creando zozobra en laciudadanía y frustración en los mismos jueces.

Los magistrados somos conscientes que sólo nosotros nopodremos avanzar mucho y que necesitamos un apoyo técnico enmanejo presupuestal, que sirva inclusive como nexo con los demásPoderes del Estado para que la decisión política de apoyo a la reformase mantenga reflejada en un flujo razonable y constante de recursospúblicos. Ello de ningún modo deberá afectar a la autonomía del gobiernoinstitucional, ni a su independencia al emitir sus pronunciamientos.

Queremos la reivindicación de los Magistrados en todos losaspectos, pero exigiendo nosotros mismos una asunción decidida denuestras responsabilidades para presentar ante la opinión pública undecantamiento de las que corresponden a otras instituciones y poderasí propiciar un modo de control interinstitucional para que el procesologre sus fines.

Mucho se ha avanzado en cuanto al compromiso de losmagistrados con la Reforma Judicial, desde enero de 1996 a la fechaen el distrito judicial de Lima; incluso podemos decir que el resultado es

extraordinario.

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Que me disculpen los organizadores si cometo alguna infidenciaal afirmar que para la conformación del grupo de Magistrados que debíanser invitados a asistir a este evento, tuvimos que considerar también aaquellos que todavía no habían asumido una actitud comprometida conla reforma. Hemos optado por una convocatoria mixta. No es de ningúnmodo malo para el proceso, el recurrir a quienes no están de acuerdocon nuestras ideas de reforma o con alguna metodología frente adeterminados temas. Por ejemplo, cuando se decidió la creación deljuzgado penal de turno permanente, nuestros jueces y vocales penalesmayoritariamente se opusieron formulando diversas observaciones. Locierto es que cuando me pidieron designar un representante ante lacomisión respectiva, lo hice nombrando a una de las Magistradas queexpresamente me había manifestado su oposición a la medida; noobstante ello, aceptó el encargo y poco a poco fue entendiendo el temay cambiando su percepción, para finalmente comprometerse.

Con experiencias así, vamos comprendiendo que el gran cambiodel sistema de justicia en nuestro país es algo posible en el cortísirnoplazo, no es para un mañana, es para ahora, y para lograrlo, contamoscon Magistrados de calidad, que en muchos casos han asumido retossin haber podido recibir un adecuado entrenamiento, a pesar de lo cualhan realizado tareas con niveles de excelencia. Se han puesto en prácticamecanismos de capacitación y entrenamiento muy dinámicos e intensos,para que todo lo que nuestro personal debía aprender en un mes, lohiciera en una semana, combinando teoría con práctica y dentro delnuevo sistema en acción.

La lección que hemos aprendido es, que frente al desafío que noshemos impuesto, todo es cuestión de querer vencer, pero un querervencer dentro de los objetivos muy definidos con planes también muyconcretos, ubicados en el tiempo, con plazos determinados, de modotal, que en cada cosa que se logre sea el peldaño de una construcciónsubsiguiente y no quede como un hecho aislado, posible de ser demolidofácilmente.

Por encima de todo, nosotros apostamos a la ideología de losjueces, porque si los jueces no se convencen de la viabilidad de lareforma, esta no tiene futuro alguno y podríamos caer con facilidad ynuevamente en un exclusivo accionar de cúpulas; y, cuando las cúpulasse acaban se acaba también el proceso. Es necesario que haya

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continuidad y, para lograrlo, es menester el compromiso y la acióndecidida de todos y cada uno de los Magistrados. Es por este objetivoque la Presidencia de la Corte Superior de Lima ha abierto todas suspuertas, para que por allí entre el que de corazón quiera desarrollaralguna tarea, sobre esta reforma; adicionalmente ha puesto todos susmedios a disposición de ésta.

Es con esa intención el llamado que hacemos desde toda tribuna,como un desafío a veces muy exigente, para que sacrifiquemos, en elcorto plazo, algunas condiciones de trabajo a fin de conseguir resultadosque permitan una mejor base de reclamo y reivindicación de mejorescondiciones de trabajo y montos salariales, para que de una vez portodas. se nos otorgue derechos que la Constitución y las leyes establecena nuestro favor.

Inmiscuyámonos en los problemas en la reforma y quemémonoslas manos en ella. No seamos más los jueces que miran los hechossociales desde lejos y a los que la comunidad casi no percibe. Dejemosde asumir una absurda posición de sabios de biblioteca que solo sabencriticar destructivamente los actos de los que quieren construir unanueva estructura en bien del país. Dejemos de ser meros proponentesde soluciones, y asumamos una posición de constructores de aquellaspropuestas que hacemos. No continuemos con esa vieja tendencia deproponer algo y luego desaparecer cuando se nos encarga surealización.

Nuestras sociedades en desarrollo, nunca han sabido asumir unaadecuada concepción del éxito en base a la convicción de cada uno desus miembros; que actúen asumiendo las consecuencias de sus actos,sin trasladarlas hacia los demás, eludiendo el juicio de sus culpas.Tampoco han sido sociedades que premian el éxito, por lo general, hastalo combaten, destruyendo inclusive el éxito ajeno.

Por eso, se nos conoce como sociedades que siempre andanllorando sus penas o a la caza de la suerte o del milagro. Como muestrapalpable de esta conducta social está la producción cinematográfica otelevisiva de nuestros países, cuyos estereotipos se reproducen entodas nuestras comunidades.

Seamos una sociedad que quiere el éxito. Que se sienta capaz delograrlo, aún con recursos escasos. Así dentro de un contexto social deconstante triunfo, no podría germinar el terrorismo en su seno. Del sentido

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que "nada es posible" pasemos a la convicción que "nada es irrealizable"y que el progreso siempre es fruto del soñar con lo imposible. Lo contrariode esta concepción nos ha llevado siempre a fracasar.

Al constituirse la Comisión de Alto Nivel para el proceso dedescarga judicial a nivel nacional, casi nadie creyó que los Magistradosdel Perú asumieran una actitud favorable, sin embargo, primero fueronlos Presidentes de las seis Cortes más grandes del país quienesasumimos tal convicción, luego los Presidentes de las demás Cortesy, a partir de allí, se están iniciando viajes de evaluación y difusión acada Distrito Judicia', visitando todas sus localidades para buscar lamotivación y el compromiso de cada uno de sus integrantes. Inclusose están constituyendo equipos de Magistrados en Lima que participanen estos viajes para que se conviertan en los asesores y consultoressobre la realidad sociojurídica de cada zona que se visite.

Una de la experiencias más saltantes fue la de nuestro primerviaje a Arequipa. Se nos indicó que allí la reacción contra la reformapor parte de los abogados y de un considerable sector de Magistradosera marcada, sin embargo, al llegar encontramos que la población,los abogados y los magistrados, tenian una gran curiosidad porconocer el marco conceptual de la reforma y un gran deseo de sabery entender las medidas que se estaban dictando. Los medios deprensa sin excepción, fueron receptivos a nuestro mensaje. Pornuestra parte, las conferencias sobre el marco teórico de la reformaya no se hicieron sólo para Magistrados o personal de la Corte, sinoque se abrió a todos los sectores de la comunidad. Es así que seguiráhaciendose desde ahora. Con esta referencia sólo se buscó demostrarque es frecuente aquello que "no se quiere lo que no se conoce", locual nos impone la obligación de difundir en todo lugar la filosofía deeste proceso y la naturaleza de las medidas que se van dictando, encuya tarea debemos participar todos y cada uno de nesotros, seacual fuere nuestro conocimiento o convicción. No podemos asumir elfacilísimo de las criticas destructivas. A todos nos conviecle tener éxitoy, por lo tanto, trabajemos para tener éxito aunando tocles nuestrosesfuerzos y virtudes.

Para todo habrá siemp re una adecuada solucion, pues en esteproceso no hay exabruptos. 'Todo siempre tendrá una razonable yrazonada explicación, y cado medida que se dicta siempre, será parte

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de un todo integrado e integral. Nada hay suelto, nada será arbitrario odogmático. No habrá terquedad necia porque todo tenderá a lasatisfacción de varios intereses a la vez: el de la ciudadanía, el del PoderJudicial y el de los Magistrados. No importa sólo el interés del abogadoo la acción del juez tomada aisladamente, lo que importa es que todoslos intereses sean satisfechos, que se cumplan los objetivos del procesocomo herramienta eficaz para hacer justicia. Será así, cuando laconcurrencia de todos los que estarnos involucrados en este proceso dereforma logre ser eficiente, eficaz, y efectiva.

Es la población la que debe calificar el resultado. Solo así, podremosdemostrar que, satisfaciendo el interés social quedarán satisfechostambién nuestros intereses individuales e institucionales.

Este mensaje fue el que difundimos en Arequipa y el sur del Perúy el pueblo lo ha entendido y aceptado concediéndonos el beneficio desu paciencia, poniendo toda su esperanza en que, esta vez, la reformadel sistema de justicia en el país tenga éxito. Ei mensaje entonces no espara un grupo de personas en particular, es para todos y, por lo tanto,querernos sumar esfuerzos con la participación de todos, Magistrados yno Magistrados, para que el interés común sea satisfecho.

Podrá apreciarse entonces claramente, que el problematrasciende el ámbito judicial y llega incluso a las Universidades endonde la currícula se circunscribe al marco normativo del Derecho yno a su dimensión social, razón por la cual, el problema del acceso alproceso de reforma no ha sido hasta hoy tocado, dando lugar a quelos abogados se sientan ajenos a la reforma, sin darse cuenta queson parte integrante del problema y que la modernización del sistematambién les va a exigir similar resultado; tanto más, que detentan unmonopolio cuyos re,sultados de servicio para la población no sonbuenos.

En la universidad nos enseñan siempre que se accede al procesoa través de una demanda que debe reunir ciertos requisitos, previacalificación de los presupuestos procesales y de las condiciones de laacción, más la fundamentación correspondiente. Pero lo que no estamosaprendiendo es cuánto le cuesta al ciudadano llegar al primer nivel de!proceso, ni cuánto cuesta mantenerlo hasta el agotamiento de lasrespectivas instancias.

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Esto se puede graficar muy fácilmente: cómo llega el justiciable aun Juzgado Especializado en una capital de provincia para acceder alproceso y agotar la primera instancia y, cuánto le cuesta ese primernivel del proceso frente a su capacidad económica, para luego definircómo y a qué costo llegará a su segunda instancia en la Sede de Corte,en la Sala Superior respectiva, para de allí enfrentarse a los efectos deun recurso de casación ciegamente implantado en el Perú.

Agregamos que a ese proceso concurren también el MinisterioPublico, la Policía Nacional, la autoridad penitenciaria, el Inabif, etc.,formando un trapecio cuya base es el proceso, no obstante lo cual lastareas de coordinación están casi en cero, de modo que las políticastambién van a estar en cero, pues obviamente los costos se elevaninnecesariamente cuando se quieren dar cinco soluciones a un problema,que requiere sólo de una solución aún para cinco instituciones.

Esto ocurre no sólo en el Perú. Lo hemos visto también enColombia, en donde nos decían que el problema era difícil pues no teníancanales idóneos de coordinación. Aquí el peligro es que se formen yconsoliden parcelas de autoridad, generando una mutua neutralizaciónfuncional, cortando el flujo de información que retroalimenta a lossistemas.

En cambio en Costa Rica encontraron una mejor solución poniendoal Poder Judicial en la cúspide de una pirámide para reflejo de un perfectoequilibrio de Poderes en lo político, y dentro de la pirámide, bajo laautoridad judicial, se introdujo a la Fiscalía y a la Policía Judicial.

El terna de carga procesal y eficiencia, vistos a través delcomponente del acceso al proceso, la organización institucional y la calidaddel Juez, nos lleva al concepto de justicia básica y focalización del proceso,para sus instancias se agoten dentro del entorno geográfico y social deljusticiable, pero esto ya es un tema diferente al encargado hoy.

Para terminar, simplemente quiero recalcar que no podemos hablarde calidad del juez y, en consecuencia de eficiencia, si es que nosolucionamos primero el problema de la carga de trabajo, la que debeguardar una ecuación perfecta con la capacidad física del juez paraatenderla, con la estructura de personal asignado que le haga posiblecumplir plazos. Sólo así podrá un sistema de control exigir elcumplimiento de todas las obligaciones funcionales en cuanto a celeridad.

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Pero nada de esto lograremos si no llegamos a contar de inmediato, conun sistema estadístico cabal, exacto, confiable. Y para lograr estas metas,no nos queda sino el camino de la reorganización integral del sistemapara acabar con la desorganización institucionalizada, con la absolutafalta de control de información, con la indisciplina y la quiebra del principiode autoridad. Todo lo mencionado aunado al deficiente trabajo del ámbitoeconómico, administrativo y financiero, ha venido destruyendo el sistemade administración de justicia en nuestro país.

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