tintero de las musas 5

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año 1 • número 5 • septiembre 1 de 2012

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Llego tarde al Estado de México. O temprano. Aún no lo sé. Pero sí que es mi hogar escogido. Punto. Lo que veo, pienso, siento, amo: está ya aquí. Y en eso está su- mergida mi existencia. Y entre ésta, todos los soles, tiempos, distancias, amores, y brillantez de casi la mitad de mi vida. Entre otros, hay amigos: políticos mexiquenses a los que vi crecer. De 22 años para acá, los he visto hacer mil cosas y media: dar vueltas, ir, venir, permanecer. A todos los conozco. Y todos a mí. Me lo merecía, des- pués de llegar de sopetón y sin previo aviso.

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Directorio:eDitorAGilda Montaño HumphreyACUARELAS y dibUjoSBenito Nogueira Ruiz

diSEñoHelí López Sandoval

AMMPE delegación Estado de México y Vicepresidencia Nacional

Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y EscritorasWorld Association of Woman journalist and Writers

Association Mondiale de Femmes journalistes et Ecrivians

año 1 • número 5 • septiembre 1 de 2012

2 Editorial

4 Gilda Montaño Humphrey CON SINGULAR ALEGRÍA

6 Graciela Sanatana Benhumea EL SUEÑO INCONCLUSO DE LAS MUJERES

10 Ruth Carrillo Tellez Este día me he preguntado tantas cosas

14 Irma Fuentes imaging all the people…

18 Gloria Diazgonzález de Libien en toluca también había crinolinas

22 Margarita García Luna la mujer toluqueña hacia el progreso

24 Maricruz Castro Ricalde las mujeres en el cine ellas también escriben

26 Gilda Montaño Humphrey ahora que llueve afuera

30 Angélica Valero sin juicio la condena

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Editorial

Llego tarde al Estado de México. O temprano. Aún no lo sé. Pero sí que es mi hogar escogido. Punto. Lo que veo, pienso, siento, amo: está ya aquí. Y en eso está su-

mergida mi existencia. Y entre ésta, todos los soles, tiempos, distancias, amores, y brillantez de casi la mitad de mi vida. Entre otros, hay amigos: políticos mexiquenses a los que vi crecer. De 22 años para acá, los he visto hacer mil cosas y media: dar vueltas, ir, venir, permanecer. A todos los conozco. Y todos a mí. Me lo merecía, des-pués de llegar de sopetón y sin previo aviso.

A veces es oportuno escribir algunas cosas de ellos. El hecho de que estén en el candelero, nos hace revivir, y repensar lo que habrá de sucedernos, porque so-mos enteramente responsables de esto. Por nosotros están ellos. Y merecemos ser bien gobernados.

Así pues, en este número recojo algunas ideas, escritos silenciosos y trascenden-tes de quienes han hecho la historia de este país al que quiero entrañablemente. Por supuesto que somos mujeres políticas mexicanas quienes aquí escribimos. Pero pen-samos, y ciframos nuestras vidas con filigranas de oro. Tejemos con esmero y poco a poco nuestra historia.

Somos poetas o filósofas. Periodistas o historiadoras. Columnistas o escritoras. O todo esto junto. Somos seres pensantes que a lo largo del tiempo y la distancia, hemos trascendido. Habrá algunas que cuenten su historia. Otras, que repitan una y otra vez, de distintas maneras, lo que han escrito por años. Más aún, que establezcan parámetros de pulcritud en sus actos: no más con decir lo que pien-san, rompen paradigmas.

Así pues en esta revista encontrarnos a un Gustavo Carvajal Moreno que no sabía-mos dónde estaba metido y qué estaba haciendo. Un ser humano que lo único que le faltó en la vida, fue ser Presidente de la nación mexicana. ¿Cómo su padre Don Án-gel? Sí, como él. Embajador, nunca quiso. Sin embargo ahora es más que eso. El dominio que tiene y la presencia que ejerce con los distintos países y con los líderes más importantes del mundo, lo hacen especial. Muy especial.

Graciela con la investigación El sueño inconcluso de las mujeres, nos platica de las primeras feministas que surgieron durante el Porfiriato alrededor de 1887; en torno a de Laureana Wright de Kleinhans, publicaron el semanario Las Violetas del Aná-huac. Además, en un texto de peticiones encontrado en Austin, Texas, se le pide a Díaz ser el emancipador político de la mujer mexicana. Al hablar del feminismo en nuestro país en el siglo XX, es preciso hacer un reconocimiento muy especial a Sal-vador Alvarado, gobernador del estado de Yucatán quien, congruente con sus medi-das administrativas en pro de la mujer, organizó el Primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916, dice.

Ruth nos habla de sopetón… Este día me pregunté tantas cosas…y hace un análi-sis minucioso de lo que significa ser mujer. Narra una anécdota de cuando un maes-tro…--ella fue tiempo después candidata a Directora de la Facultad de Derecho de la UAEM—la mandó a su casa a preparar la comida. “Para ese entonces era muy tímida

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y en mi casa, mis padres me habían enseñado que debía de respetar a mis profesores. No supe que decir, viendo las risas burlonas de mis compañeros, pero no cabe duda que existe una Justicia Divina y después de varios años, Dios me permitió ver al hombrecito y decirle: ¿Se acuerda de mi? Hace algu-nos años fui su alumna y ¿qué cree?, no me fui ni a mi casa, ni a la cocina.

Y para que no se nos olviden, Irma nos comenta de los juegos olímpicos. El sueño de hermanar a los pueblos hizo que esa canción que nosotros en-contramos hace cincuenta años por el camino, sonara a los cuatro vientos. Convertido en joya de vibrante azul inserto en la Corona inglesa, para la clau-sura el recinto se transformó en esquema incluyente del lábaro británico, que se cimbró, primero con la vital presencia de Paul y sus canciones y, al final de los juegos con la remasterizada visión del Beatle mayor y su sueño de un mundo plural y más justo…Imagine…

Luego viene Gloria la decana y sus Crinolinas. La Seño Glo, y Maricel. Quienes nos dedicamos a comunicar los acontecimientos: de un personaje, de un lugar, […] de un hecho político, de un triste momento, de hacer la crónica de un festival o una fiesta social, o recordar efemérides, es un bus-car las palabras adecuadas colocándoles el estilo propio de quien lo cuenta, como una pequeña historia. Y así comienza con la narración de la historia del periodismo en la capital del Estado de México. Porque en Toluca, tam-bién había crinolinas.

Y quién como Margarita que vine contenta a platicarme que a una escue-la le habían puesto su nombre. La cronista nos regala un relato de la prime-ra escuela de beneficencia, cuyo objetivo primordial era formar el corazón y la inteligencia de la mujer, sobre la base firme de una moral pura, severa, de una instrucción sólida y amena que adiestrara a la mujer en todas las labores propias de su sexo. En aquel entonces, La mujer toluqueña ya iba hacia el progreso.

Maricruz se refiere a las mujeres en el cine porque…ellas también escri-ben. El aspecto que deseo destacar, dice, se refiere a la temática de las his-torias escritas por mujeres para el cine. Si repasamos quiénes son los guio-nistas de las películas de acción, thrillers, nos daremos cuenta del porcentaje mínimo de nombres femeninos. Por supuesto comienza con Gilda, de la Ha-yworth: la que la hizo famosa. Los hombres se acuestan con Gilda y amane-cen con Rita, diría tristemente la actriz.

Ahora que afuera llueve y Sin juicio la condena, son una cata de poe-mas que Angélica y yo, deseamos que beban placenteramente. Todo esto para ustedes.

Gilda Montaño Humphrey

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con singular alegría

Gilda Montaño Humphrey

Allí estaba sentado tan campante Gus-tavo Carvajal Moreno, cuando lo vi de

nuevo. Sabía de su trayectoria y de su crecimiento en los menesteres de la po-lítica de mi patria. El hombre que empe-zó desde abajo, aún a pesar de que su padre pudo haber sido presidente, ha sido sensato y cuidadoso con el poder categórico que algún día le dio su maes-tro José López Portillo, al que quiere tan-to. Poder que sigue teniendo, que ha cui-dado como un diamante precioso y que ha ejercido cuando se necesita. El es po-lítico, desde que se acuerda.

Grande, fuerte, sencillo y espontá-neo, dice “ser feliz”. Está casado con una joven mujer periodista mexicana, que “me acaba de salvar la vida”. Y pla-tica con todas las ganas del mundo, la incursión que tuvo cuando el avión

completo en el que se dirigía a América del Sur, tuvo que aterrizar en El Salva-dor, porque su esposa así lo pidió al ca-pitán. “Si no, me muero”. “La adoro”.

Abogado él, no pelea cuando lleva al-gún caso. “Hay que hablar y hacer nego-ciaciones, dice. Todo se arregla así.” Se ha esforzado y ha sido valiente: ha sabido en-tender y llevar por años, las relaciones ex-teriores de México, con todos los países cercanos al suyo. Ese ha sido su trabajo. Ahora es Director Adjunto de la Conferen-cia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe.

y lo vimos y le dieron ganas de platicar de todo y de todos mientras comía. Horas enteras pasaron y él seguía hablando. ¿De qué? De sus anécdotas, de su estado, de su país, de la necesidad de mantener en primerísimo orden a su país con el mundo

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Lo único que le faltó a Gustavo Carvajal en la vida, fue ser Presidente de la nación mexicana. ¿Cómo su padre Don Ángel? Sí, como él. Embajador, nunca quiso. Sin embargo ahora es más que eso. El dominio que tiene y la presencia que ejerce con los distintos países y los líderes más importantes del mundo, lo hacen un ser

humano especial.

entero. Mientras tanto, veía y saludaba a cuando político prestigiado, medio presti-giado y no prestigiado, venía a saludarle. Y en el inter, vinieron el publicista Alazraqui y la mitad de los que estaban en el restau-rante. Todos le veían con respeto. El a sus aún 73 años, está “vivito y coleando”.

“¿Enrique Peña Nieto? Le ayudo lo más que puedo. Mi relación con el exterior del país, y en cuatro continentes es de lo más fructífera. Yo estaba con Chávez de Vene-zuela cuando supe que hablaría a México para felicitarlo”. Y eso está bien.

“No creo que exista en México otra per-sona que conozca más a Fidel Castro que yo. Claro que somos amigos. Y siempre respetará a México: ese fue el trato que hi-cimos hace años, y nunca lo ha abandona-do.” Eso está mejor.

Vamos, este hombre conoce todo y de todos. Tiene una cronología en y de la in-formación, que es privilegiada. No fue co-municador social, porque de eso aprendió rápido y le quedó corto. Pero sabe el ma-nejo del ser humano en todos los niveles. ¿Lo conocen? ¡Y los conoce!

Lo único que le faltó a Gustavo Carvajal en la vida, fue ser Presidente de la nación mexicana. ¿Cómo su padre Don Ángel? Sí, como él. Embajador, nunca quiso. Sin em-bargo ahora es más que eso. El dominio que tiene y la presencia que ejerce con los distintos países y los líderes más impor-tantes del mundo, lo hacen un ser huma-no especial. Pero más que eso, necesario para este país. Por supuesto que alguno que otro embajador como Castañeda, el hijo, le han quedado pequeños. El no lo dice… pero nosotros lo sabemos. ¿Por sus frutos los conoceréis? Así es.

Tranquilo, estable, sencillo, humilde, y con mil y un anécdotas, recuerda a sus

maestros queridos: por supuesto a don Pablo González Casanova. El al principio prefirió no ser gobernador de su estado. Fue dos veces senador y una diputado. Fue Presidente del CEN del PRI, hace ya 33 años y Secretario de la Reforma Agra-ria, hasta que terminó su mandato su otro maestro José López Portillo. Pudo ser presidente. Ahora tenemos a un em-bajador vitalicio de este país, arreglando asuntos que no deja pendientes.

Padrino de mi boda, hace ya cuaren-ta años, ha sido amigo de muchos de los míos, así lo hallé. Carmen Peralta lo acercó de nuevo. No hubo un solo polí-tico mexicano por el que yo preguntara y al que él no conociera y que resumiera en un párrafo. A todos los tuvo: adelan-te y de frente. Pero nunca con un aspa-viento de haberlos dejado atrás. Jamás se expresó mal de nadie. Eso no quiso decir que no describiera a cada quien en su justa dimensión. En verdad fue un agasajo. Fiesta para nosotras.

Se fue de sopetón, así como llegó a nuestro desayuno. En ese momento iba al aeropuerto con destino a China. Está arreglando que Beatriz y Pedro Joaquín tengan un mejor lugar en el ámbito inter-nacional. Tres ex presidentes de un parti-do reconocido y prestigiado, en primer plano internacional. ¿Quién lo dijera?

La verdad es que pocos mexicanos pueden estar tan certeros y tan campan-tes de lo que han hecho en la vida. Pocos pueden llamarse en la extensión de la palabra, políticos. Este singular hombre, da todos los días gracias a la vida por-que hace poco volvió a nacer. ¿Dios lo quiere? “Estoy vivo.” Y tengo muchos amigos. Ese es mi gran capital. ¿Todos políticos? Casi.

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La mujer, como ciudadana, acce-dió al mundo de la política con

todos los siglos de retraso. Ni siquie-ra en un momento estelar de la histo-ria humana como fue la invención de la democracia en el universo griego, se imaginó un espacio para la mujer. Casos excepcionales son los de Aspa-sia de Mileto, esposa de Pericles, e Hi-patia de Alejandría: filósofas y cientí-ficas irreductibles.

Para Aristóteles, por ejemplo, la mujer no podía ser ciudadano como tampoco lo podían ser los esclavos o los ancianos. El imperio Romano no consideró tampoco a la mujer como sujeto de igualdad cívica. El franco retroceso del Cristianismo y la Edad Media condujeron a la mujer al de-pauperado lugar de ser vaso de impu-reza y tentación para la carne, en cla-ro contraste con muchas culturas, por ejemplo las precolombinas, en las que la mujer fue considerada un ser sagrado. Para los aztecas la mujer era un ser superior.

En México, además de los antece-dentes de las luchas insurgentes, la-borales y revolucionarias del siglo XIX y principios del XX, en las que las mu-jeres no fueron únicamente soldade-ras sino mecenas, correos, telegrafis-tas, periodistas y choferes, pero además ideólogas, huelguistas, perio-distas, escritoras, oradoras, políticas, combatientes y mecenas en la Revolu-ción Mexicana, que hicieron proselitis-mo al escribir, imprimir y difundir pro-paganda revolucionaria, llevándola a los campamentos y repartiéndola en-tre los rebeldes y la población civil, transportando armas, corresponden-

el sueño inconclusoDE las mujeres

Graciela Santana Benhumea

cia, mensajes, desplazándose por di-versos lugares del país en actividades clandestinas que no dejaron huella y que fueron olvidadas por la historia ofi-cial de manufactura masculina.

Las primeras feministas surgieron durante el Porfiriato en 1887, alrededor de Laureana Wright de Kleinhans al pu-blicar el semanario Las Violetas del Anáhuac. Con tendencias al sufragis-mo, otra parienta y comadre de Don Porfirio, Rafaela Varela, también estuvo involucrada en una empresa feminista como lo prueba una colección de docu-mentos, encontrada en una casa de re-mates en Austin, Texas, que recogen firmas sólo de mujeres en apoyo de la candidatura de Don Porfirio para las elecciones de 1900, y que no fueron re-cogidas en un solo poblado o un deter-minado club reeleccionista, sino en muchas localidades de varios estados; además, en el texto principal de las pe-ticiones se le pide a Díaz ser el emanci-pador político de la mujer mexicana.

Dolores Jiménez y Muro, la fundado-ra del Club Femenil Antirreeleccionista “Hijas de Cuauhtémoc” tuvo una trayec-toria intelectual destacada. Escribió en varias publicaciones, incluyendo el Dia-rio del Hogar; participó en la elabora-ción del Plan de Tacubaya, y redactó el prólogo del Plan de Ayala. Como ella, incontables fueron las magonistas, ser-danistas, maderistas, zapatistas, villis-tas, carrancistas y obregonistas que participaron activamente en los episo-dios de la lucha armada a lo largo y an-cho de todo el país. Desde las huelguis-tas hasta las letradas que escribían en Regeneración y respondían a la convo-catoria emitida por Francisco i. Madero.

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Las primeras feministas surgieron durante el Porfiriato en 1887, alrededor de Laureana Wright de Kleinhans al publicar el semanario Las Violetas del Anáhuac. Con tendencias al sufragismo, otra parienta y comadre de Don Porfirio, Rafaela Varela, también estuvo involucrada

en una empresa feminista…

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Miles de mujeres participaron en el Congre-so Liberal celebrado en San Luis Potosí (1901), en la fundación del Partido Liberal Mexicano (1905), en las huelgas de Cana-nea (1906) y Río Blanco (1907), en las rebe-liones magonistas ocurridas en Viesca y Las Vacas, Coahuila, y Las Palomas, Chi-huahua (1908), así como en los distintos estallidos violentos ocurridos en el contex-to de las elecciones de 1910 y los festejos del Centenario de la independencia.

Al hablar del feminismo en nuestro país en el siglo XX, es preciso hacer un recono-cimiento muy especial a Salvador Alvarado, gobernador del estado de Yucatán. quien, congruente con sus medidas administrati-vas en pro de la mujer, organizó el Primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916. En dicho evento se destacó la participación de Hermila Galindo de Topete, ex secretaria de Venustiano Carranza, quien envío una propuesta para que se otorgara el voto a la mujer, la cual fue rechazada, en ese mo-mento. En el desarrollo de aquel Congreso había resabios de la sociedad porfirista que no veía con muy buenos ojos la conquista femenina de acceder a la educación supe-rior, considerando que quienes seguían una carrera profesional tendían a masculi-nizarse. Félix F. Palavicini escribía en su obra Problemas de la Educación: “Somos partidarios de la instrucción de las muje-res, pero no quisiéramos la multiplicación de las cerebrales”.

Así, Yucatán fue el primer estado donde se reconoció este derecho, mediante de-creto promulgado por el gobernador Felipe Carrillo Puerto en 1922. Posteriormente se otorgó en San Luis Potosí en 1923 y Chia-pas en 1925. La participación formal de la mujer en política había sido inaugurada, en 1938, por Aurora Meza Andrade, quien fue

la primera presidenta municipal por Chil-pancingo, Guerrero. Le seguirían Virginia Soto, en Dolores Hidalgo, Guanajuato; Ma-ría del Carmen Martín del Campo, Presiden-ta Municipal de Aguascalientes. En el distri-to Federal, Aurora Fernández, como delegada de Milpa Alta, y Guadalupe Ramí-rez de Xochimilco.

En el México post revolucionario, algu-nas destacadas mujeres continuaron los proyectos feministas de Laureana Wright de Kleinhans, Dolores Jiménez de Muro y Hermila Galindo. Entre ellas: Eulalia Guz-mán, Julia Nava y Elena Torres, María Arias Bernal, Carmen Serdán, Elisa Acuña Ro-setti, Hermila Galindo, Andrea Villarreal, Juana Belén y Leonor Villegas, Amalia Ca-ballero de Castillo Ledón, Adela Formoso, Lupita Urzúa, Alicia Arellano Tapia, María Lavalle Urbina, Margarita García Flores, Remedios Albertina Ezeta, Martha Andrade del Rosal, Aurora Fernández y otras desta-cadas mexicanas quienes, en 1952, al gri-to de “¡Que lo repita! ¡Que lo repita!”, jun-to con más de 20 mil mujeres congregadas en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México el 6 de abril de 1952, demandaban al candidato presidencial Adolfo Ruiz Cor-tines cumplir con su promesa de plasmar en la Constitución el derecho de las mexi-canas a votar y ser electas. Ruiz Cortines cumplió su palabra un año después de ese histórico mitin, el 17 de octubre de 1953, ya como presidente, y promulgó las refor-mas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal. La primera diputada federal fue Aurora jimé-nez de Palacios de Baja California Norte. Se cumplía así un sueño, se consumaba una lucha y comenzaba otra que aún no ve final: la pelea por la ciudadanía plena de las mexicanas.

Al hablar del feminismo en nuestro país en el siglo XX, es preciso hacer un reconocimiento muy especial a Salvador Alvarado, gobernador del estado de Yucatán. quien, congruente con sus medidas administrativas en pro de la mujer, organizó el Primer Congreso Feminista de

Yucatán en 1916

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La primera diputada del Estado de México fue Remedios Albertina Ezeta adalid de las grandes mujeres construc-toras de cambios que han sido las mu-jeres, las ciudadanas, las que con su de-cisión y voluntad siguen el ejemplo de las grandes mujeres de la historia. Sor Juana Inés de la Cruz, poeta; Laura Méndez de Cuenca, docente; Rosa Bo-badilla, revolucionaria, Rosario de la Peña, mecenas; Matilde Zúñiga, pintora, Remedios Albertina Ezeta, Margarita Colín, Clara del Moral y Dolores del Pozo, políticas; Gloria Díaz González, Cristina Ocádiz y Graciela Santana Ben-

humea, periodistas; Silvia Miranda Pla-ta, científica, entre muchas otras.

La lucha beligerante de las mujeres en México, apenas tiene 112 años. Estamos en el camino y seguiremos en él “contra viento y marea” con decisión y voluntad para hacer mejor el destino de todos los mexicanos. Nuevas generaciones de mujeres universita-rias, docentes, científicas, intelectuales, irrumpen en los escenarios políticos, econó-micos, académicos, culturales y sociales para demostrar con su talento y esfuerzo la importancia de ser mujer en el devenir exis-tencial de la humanidad y luchar por con-quistar su sueño hasta ahora inacabado.

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Este día me he preguntadotantas cosas

Ruth Carrillo Tellez

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Este día me he cuestionado las siguien-tes preguntas: ¿A qué me he enfrenta-

do a lo largo de mi vida? ¿Cuáles han sido los problemas que he tenido que sortear? Y créame: no soy la única que lo he pensado. También muchas mujeres que están o han estado en situaciones similares a la mía.

Estamos empezando un nuevo siglo. Se ha dicho que la mujer ha alcanzado más lo-gros en su vida profesional. También se ha dicho que cada vez más legislaciones están en pro de la mujer. Pero todo esto es una falacia y les diré por qué.

Las que nacimos en el siglo veinte, pro-venientes de la clase media, con una mar-cada marginación y una desigualdad entre el hombre y la mujer, a lo largo de nuestra vida nos hemos enfrentado a los siguientes problemas:

Si eres la hija mayor te enfrentas a una secreta decepción de tu padre. A un ma-chismo arraigado, ya que sin aceptarlo abiertamente, hubiera deseado que su primogénito hubiera sido un varón y no una “vieja”, como despectivamente se re-fieren muchos hombres cuando hablan de las mujeres.

En el ámbito educativo, me tocó salirme de los parámetros establecidos por la socie-dad. La mujer podía aspirar al nivel básico de primaria y secundaria, con la única ilu-sión de llegar a ser maestra, secretaria o ama de casa. Cuando yo le dije a mi padre, que quería estudiar para abogada, puso el grito en el cielo y me dijo ¡qué cómo su hija, iba a realizar trabajos que solamente les co-rrespondía a los hombres, y que todos los asuntos relacionados con la justicia se arre-glaban en las cantinas! Que yo no podía te-ner acceso a esos lugares y menos siendo una señorita decente. Sin embargo mi ca-rácter logró pasar ese primer obstáculo.

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La siguiente prueba fue cuando en-tré a la Facultad de Derecho –que para ese entonces la matrícula era casi del noventa por ciento de varones y la res-tante de mujeres–. Existía una gran re-sistencia, para aceptar a las mujeres y me atrevo a mencionarlo porque a mí me tocó vivirlo. Recuerdo que cuando entré a tomar una clase, impartida por un hombrecito, del que ni siquiera re-cuerdo su nombre, me cuestionó:

—¿Y usted qué hace aquí? ¿No le da vergüenza quitarle el lugar a un va-rón que tiene el deseo de estudiar? Usted y sus compañeras, deberían de estar en la cocina, ayudando en los quehaceres domésticos y no perdien-do el tiempo jugando a la escuelita.

Para ese entonces era muy tímida y en mi casa, mis padres me habían en-señado que debía de respetar a mis profesores. No supe que decir, viendo las risas burlonas de mis compañeros, pero no cabe duda que existe una Jus-ticia Divina y después de varios años, Dios me permitió ver al hombrecito y lo abordé diciendo: Hola maestro ¿Se acuerda de mi? Hace algunos años fui su alumna y ¿qué cree?, no me fui ni a mi casa, ni a la cocina. Sus palabras y su burla, me hicieron proponerme una meta y demostrar que como mujer, podía seguir adelante y ser una exce-lente estudiante. Hoy precisamente vine a recoger mi diploma de Maes-tría. Gracias a mi esfuerzo y capacidad me he convertido en Maestra en Dere-cho. A propósito ¿Usted sigue siendo apenas licenciado, verdad? Con per-miso, que tenga usted un buen día.

Este es un solo ejemplo de lo que tienes que pasar, en una sociedad

Para ese entonces era muy tímida y en mi casa, mis padres me habían enseñado que debía de respetar a mis profesores. No supe que decir, viendo las risas burlonas de mis compañeros, pero no cabe duda que existe una justicia divina y después de varios años, Dios me permitió ver al hombrecito y lo abordé diciendo: Hola maestro ¿Se acuerda de mi? Hace algunos años fui su alumna y ¿qué cree?, no me fui ni a mi casa,

ni a la cocina.

donde por años ha imperado el poder del hombre. Cuando la mujer sale de la Licenciatura, empieza a tocar puer-tas para demostrar lo que ha aprendi-do en la Universidad. Pero desgracia-damente nos enfrentamos a las siguientes respuestas: No hay vacan-tes, deje su currículum, la llamaremos pero por el momento no es posible. Mientras… muchas de mis compañe-ras y yo veíamos que nuestros compa-ñeros –hijos de funcionarios– tenían los mejores trabajos. A muchas nos tocaron los puestos menos importan-tes. Les hacíamos los trabajos a nues-tros flamantes jefes, que se paraban el cuello con el excelente trabajo, de aquellas que no tuvimos la fortuna de nacer con el género indicado, que te da la oportunidad de acceder a los mejores puestos.

Esto son sólo algunas de las cosas a las que me he tenido que enfrentar a lo largo de mi vida. Pero no es tragedia, porque gracias a Dios, las mujeres te-nemos algo que nos hace diferentes, somos tenaces, inteligentes y con un deseo de superación y de cumplir las metas por más difíciles que parezcan. Esto no quiere decir este ha sido el fi-nal y que como en los cuentos de ha-das “Todos fueron felices y tan tan”.

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IMAGINGALL THE PEOPLE…

Irma Fuentes

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La música de John Lennon y la presencia de MacCarthy sacudieron el espí-ritu de quienes, en el colosal estadio londinense asistieron a la inaugura-

ción y/o a la clausura de los recién finalizados Juegos Olímpicos celebradas en el colosal estadio londinense y el de millones que, a distancia presencia-mos esos eventos.

Convertido en joya de vibrante azul inserto en la Corona inglesa, para la clausura el recinto se transformó en esquema incluyente del lábaro británico que se cimbró, primero con la vital presencia de Paul y sus canciones y, al fi-nal de los juegos con la remasterizada visión del Beatle mayor y su sueño de un mundo plural y más justo…

Imagine there’s no countriesIt isn’t hard to doNothing to kill or die forAnd no religion tooImagine all the people living life in peace.

Ese sueño de hermanar a los pueblos e igualar a los seres humanos pare-ció hacerse realidad en la alegre, desenfadada convivencia de miles de her-mosos jóvenes de 204 países que, sin distinción de sexo, raza o credo acu-dieron a competir en buena lid en la gesta olímpica… Sonrientes, cantando, compartieron un escenario tan redondo como el planeta, lo que facilitó pre-figurar cómo sería si esa amalgama venturosa probara la posibilidad del ad-venimiento de ese mundo nuevo que tantos hemos soñado antes y después de Los beatles.

Aunque ellos DejAron como pruebA cAnciones que ven Al futuro…

El variado atavío de los atletas no demeritó la imagen de que son ade-lantados de un planeta Tierra que sea capaz de conservar las diferencias individuales y de unirse, tan inteligentemente, que deje atrás las guerras y, por tanto, los fanatismos, el afán de dominio, la discriminación, la mi-seria de muchos y la superabundancia de pocos y, como resultado des-aparezca la violencia.

Un mundo así, permitiría encontrar en concordia, remedio a problemas que amenazan ya a todos los habitantes de la Tierra… la inminente escasez del agua, la contaminación y el aumento de la miseria que es parte de ella, que también es origen y resultado de una sobrepoblación que multiplica geométricamente toda la problemática.

La música de John Lennon y la presencia de MacCarthy sacudieron el espí-ritu de quienes, en el colosal estadio londinense asistieron a la inaugura-

ción y/o a la clausura de los recién finalizados Juegos Olímpicos celebradas en el colosal estadio londinense y el de millones que, a distancia presencia-mos esos eventos.

Convertido en joya de vibrante azul inserto en la Corona inglesa, para la clausura el recinto se transformó en esquema incluyente del lábaro británico que se cimbró, primero con la vital presencia de Paul y sus canciones y, al fi-nal de los juegos con la remasterizada visión del Beatle mayor y su sueño de un mundo plural y más justo…

Imagine there’s no countriesIt isn’t hard to doNothing to kill or die forAnd no religion tooImagine all the people living life in peace.

Ese sueño de hermanar a los pueblos e igualar a los seres humanos pare-ció hacerse realidad en la alegre, desenfadada convivencia de miles de her-mosos jóvenes de 204 países que, sin distinción de sexo, raza o credo acu-dieron a competir en buena lid en la gesta olímpica… Sonrientes, cantando, compartieron un escenario tan redondo como el planeta, lo que facilitó pre-figurar cómo sería si esa amalgama venturosa probara la posibilidad del ad-venimiento de ese mundo nuevo que tantos hemos soñado antes y después de Los beatles.

Aunque ellos DejAron como pruebA cAnciones que ven Al futuro…

El variado atavío de los atletas no demeritó la imagen de que son ade-lantados de un planeta Tierra que sea capaz de conservar las diferencias individuales y de unirse, tan inteligentemente, que deje atrás las guerras y, por tanto, los fanatismos, el afán de dominio, la discriminación, la mi-seria de muchos y la superabundancia de pocos y, como resultado des-aparezca la violencia.

Un mundo así, permitiría encontrar en concordia, remedio a problemas que amenazan ya a todos los habitantes de la Tierra… la inminente escasez del agua, la contaminación y el aumento de la miseria que es parte de ella, que también es origen y resultado de una sobrepoblación que multiplica geométricamente toda la problemática.

En no pocas ocasiones expresé en mis columnas, coincidencias e incluso, basada en sus críticas, duros presagios de lo que veía yo para el futuro del Continente. Sin embargo, carecían del valor que él mostraba abandonando los cánones de lo que yo consideraba que

era muestra de lo “políticamente correcto”.

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impeDir lA DesintegrAción fAmiliAr

Difícil lograrlo, pero no imposible. Tendríamos que comenzar por derrotar a la ignorancia y haciéndolo, reducir la ambición desmedida de riquezas y de poder que utiliza e incrementa esos conflictos... Educar en el hogar ayudaría, consolidar su estructura de modo que el niño introyecte pronto, desde la casa, el marco de referencia del respeto a sí mismo, a la familia y a la sociedad.

Eso frenaría varios problemas, la violencia infantil y juvenil, la inclinación al uso de drogas y el fracaso de la escuela como capacitadora no sólo para el trabajo, sino para las relaciones entre pares y con el resto de la sociedad. Dos factores, ambos indispensables para educar socialmente al niño y al joven y evitar que sean presa fácil del medio demandante de consumo.

Porque, desorganizado, un hogar que no inscribe en el niño las ba-ses para la convivencia respetuosa y organizada, expone a éste a ser víctima de la presión mediática que lo urge a conseguir, a cualquier costo, aún el de su libertad o su vida futura, símbolos de status cada vez más sofisticados, mentirosos y costosos, fuera de su alcance.

El sociólogo Robert K Merton advirtió que frente a esa presión, las per-sonas reaccionan de acuerdo a lo aprendido en la casa, en la escuela o en ambas… Unas, se abstienen de aspirar a los objetos económicamente fue-ra de su alcance, porque son conscientes de sus limitaciones; otros se conforman con adquirir falsificaciones, “pirata”, que en algunos lugares los ponen al margen de la ley…

Pero hay algunos, cada vez más que, carentes de frenos morales, no re-sisten la fuerza de la publicidad y delinquen abiertamente para adquirir lo que ven como símbolo de un status al que aspiran sabiendo que, sin prepa-ración no pueden conseguir. No los detienen los peligros inherentes...

Hay una cuarta forma de enfrentar el problema del acoso de los me-dios, rebelarse. El sujeto cuenta con el marco de referencia pero se incon-forma con él, se opone al sistema de consumo y/ o al gobierno y lo con-fronta de distintas maneras.

el Deporte como fActor De Apoyo

Quizá la pregunta que haya que hacerse es si todos los competidores que vimos en esta o en otras olimpíadas provienen de hogares perfectamen-te estructurados. Quizá no sea así aunque en las entrevistas está casi siempre la presencia de cuando menos uno de los padres. Pero el depor-te no sólo da forma al cuerpo sino como afirmaron griegos y latinos, también a la mente, porque la dota de una estructura, de un marco de

Tendríamos que comenzar por derrotar a la ignorancia y […], reducir la ambición desmedida de riquezas y de poder […] Educar en el hogar ayudaría, consolidar su estructura de modo que el niño introyecte pronto, desde la casa, el marco de referencia del respeto a sí mismo, a la familia y a

la sociedad.

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conducta que hace al individuo mantener la disciplina excluyendo prácticas que no le favorecen.

Por eso, frente al caos y la violencia que se da en el mundo, el deporte podría ser –y de hecho lo es en muchos lugares-, la vía para formar a los jó-venes no sólo en el espíritu de competencia y de aceptación de los límites, sino en el de establecer relaciones sanas dentro y fuera de su entorno.

Eso no quiere decir que el deporte –generalmente asociado con algunos sectores gubernamentales o privados- dé al niño o al joven, con la disciplina y las reglas, la visión completa, esa tarea recae en los padres, de forma que lo que el chico aprende en la pista o en la alberca complemente y dé forma a una verdadera educación que lleve a la convivencia ideal con que hemos so-ñado tantos, en la sociedad y entre sociedades.

Despojarnos de ambiciones excesivas, del afán desorbitado de poder, de-fender los valores y practicarlos, haría posible que la grandiosa expresión de hermandad que presenciamos en las olimpíadas pudiera extenderse campos como el de la política, el de las relaciones entre naciones y personas de dis-tinta religión, raza y costumbres, por el sólo hecho de que somos idénticos en su esencia.

You, you may say I’m a dreamer, but I’m not the only oneI hope some day you’ll join usAnd the world will be as one

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EN TOLUCAtambién había crinolinas

Gloria Diazgonzález de Libien

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En aquellos años, Toluca era pequ-ña, cálida y bonita. Eran los años

cincuenta. Salí de la Normal y compartí mi vida, con la gente de aquí. Conocí a la gente bien. La sociedad era herméti-ca, no cualquiera entraba. Algunos eran profesionistas, otros empresarios o comerciantes: juntos formaron el grupo social de Toluca.

En las mañanas trabajaba como maestra de la Escuela Villada, que te-nía un nivel académico de gran presti-gio. Me tocaba enseñarles a las niñas bonitas, inteligentes, entusiastas. Allí me empecé a relacionar y a pensar de-cir todo lo que veía en el camino. Ese fue el inicio de mis relaciones sociales. Cuando estudiante, tenía amigos del entonces Instituto Científico y Literario. Eran los años cincuenta, digo.

Alguien que me invitó a colaborar con él, fue mi tío Antonio Sánchez García, cuando le dieron la dirección de El Sol de Toluca. Desde que estábamos en la escuela, éramos amigos. El había termi-nado su carrera, cuando yo apenas entré a la normal. Así que fue el tío Mosquito, mi tutor. Me ofreció su calor y su cariño.

Así tuve la oportunidad de convivir con mi tío su profesión de periodista. Sus amigos fueron los míos. De allí na-ció la afición de escribir a diario. Hice la crónica social de los aconteceres diarios de Toluca. Mi primera columna se llamaba Carnet Social y fue en 1955.

Mi estancia allí fue corta, porque tuve la osadía de negarme a escribir unas notas de sociales, después de las ocho de la noche, hora en que yo ya debía de estar en mi casa, pues así es-taba establecido: las jóvenes de esa época no debían de estar en la calle,

después de esas horas. El jefe de redac-ción que me ordenó ese trabajo, ante mi negativa, se molestó fuertemente conmi-go, al grado de faltarme al respeto, así que yo nunca más regresé. Lo bueno de todo eso fue que en esa época ya se esta-ban organizando un puñado de jóvenes periodistas bien experimentados en el ramo, como Alfonso Solleiro Landa, quien incursionó por mucho tiempo en El De-mócrata, órgano oficial.

Pero después… se reunió un grupo de amigos, entre ellos, el mismo Alfonso Sán-chez García, que venía de la capital, con una gran experiencia periodística, al haber laborado en diarios y revistas conocidos; el mismo Alfonso Solleiro, Javier Aguilar, Conchita García Gutiérrez, Antonio Garza Morales, que una tarde llegó a la oficina, a solicitar trabajo y quien después sería Pre-mio Nacional de Periodismo y quien des-pués escribió en Exélsior. El Mosco le dijo que estaba demasiado verde para esa pro-fesión pero que le daba la oportunidad re-porteando en el grilloso medio político, a ver si aguantaba. Y aguantó.

Me invitaron a que con ellos escribiera lo mismo. Fundamos pues, El Mundo. Este era un periódico moderno, de vanguardia, de batalla, de esos que decían y señalaban los errores de cada quien. Pero con respeto.

Junto a los Alfonsos, se unieron las plumas de varios escritores notables de Toluca, como las del poeta, periodista y escritor, Rodolfo García Gutiérrez; Moisés Ocádiz, quienes teniendo puestos oficia-les, se retiraron de El Mundo, el día de los marrazos. Era un puñado de periodistas ansiosos de triunfo, en líneas diferentes a las tradicionales de la época. Y así las co-sas, aún recuerdo el día en que se metie-ron y nos rompieron la ma’… quinaria,

Quienes nos dedicamos a comunicar los acontecimientos: de un personaje, de un lugar, […] de un hecho político, de un triste momento, de hacer la crónica de un festival o una fiesta social, o recordar efemérides, es un buscar las palabras adecuadas colocándoles el estilo propio de

quien lo cuenta, como una pequeña historia.

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pero no el espíritu… como salió al día siguiente a ocho columnas. Atacaron físicamente a nuestro periódico.

Yo me la pasaba bien, porque ha-cía mis columnas más pícaras, con más sal y pimienta, con más atrevi-miento. El profesor Mosquito, fue el que eligió el nombre de mi columna. Decía que en Toluca las damas siem-pre portaban crinolinas. Me firmaba Marcel. ¿Por qué? porque todas las mujeres se llamaban Marías y cel, era de cielo.

Así que me dediqué a hacer la crónica social más importante del día. Fue así como seguí en el perio-dismo. El periódico era tabloide. Como yo les sacaba sus trapitos al sol todos los días, a todo el mundo, pues era grande la alegría que me daba cuando al ir a la escuela, tenía que pasar por la esquina de Juárez e Hidalgo, y allí veía a los niños y niñas abrir el periódico y leer mi Crinolina. Por supuesto que me daba mucho gusto ver a los neno-rros, y a los perita en dulce, con ojos de quítame mis quincenas, con mano de torta, que compraran nuestro periódico.

En la mañana era yo la “seño Glo”, y en la tarde Maricel. Los muchachos veían con quién los había sacado, y los grandes, con quién andaban sus hijos. Y todo esto, antes de que los

olanes se terminen… De 1955 a 1960, yo era socia de El Mundo. Bue-no, todos, pero nada más de dicho, nunca me tocó nada.

Algo muy importante que me ocurrió en mi vida para siempre, fue haberme en-contrado a Simón Libién, quien era com-pañero de trabajo y que manejaba la fuente de deportes. Desde que lo vi, jamás me despegué de él. Es más, nosotros ayu-damos a que se hicieran los periódicos de sus hermanos. Simón es mi esposo.

Escribía dos columnas Semana Mundanal, en donde firmaba como La Condesa de la Fernandera, título que tomé de un novio que tuve, y por su-puesto Crinolina.

El Mundo tenía su lado humano. Se les daba un poco de felicidad a los niños, organizando las fiestas decembrinas. To-das las posadas, se celebraban en la ca-lle de El Pensador Mexicano, entre Juárez y Rayón en donde se encontraban las instalaciones del periódico. Era una vieja casa de un señor de apellido Medina, que era mecenas de artistas de ese mo-mento. Él alquilaba el predio de esa casa vieja, y como el equipo del periódico era de segunda mano, apenas si estaba bien instalado en ese lugar.

Participaba allí todo el comercio de Toluca, con sus donativos que ofrecían para esos festejos: piñata, colación, fru-ta, planchas, licuadoras, ropa, juguetes, despensas, que conseguían los directi-vos del periódico: Alfonso Solleiro. Todos los comercios instalados en el portal que era el centro comercial de Toluca, cola-boraban. Todo se repartía entre los ni-ños, y los papás de los niños.

En la mañana era yo la “seño Glo”, y en la tarde Maricel. Los muchachos veían con quién los había sacado, y los grandes, con quién andaban sus hijos. Y todo esto, antes de que los olanes se terminen… De 1955 a 1960, yo era socia de El Mundo. Bueno, todos, pero nada más de dicho, nunca me tocó nada.

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LA MUJER TOLUQUEÑAHACIA EL PROGRESO

Margarita García Luna Ortega

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Anualmente eran premiadas las alum-nas aventajadas después de los exá-

menes y cuando se comportaban mal eran castigadas; no podían aplicarse como cas-tigos azotes, cepo ni otros prohibidos por las leyes. “Las faltas ligeras se castigan con estudio o trabajo en horas de juego o descanso, las más graves, con privación de paseos o visitas o con encierros hasta por cuatro días en un local que no pueda perjudicar la salud de las detenidas”. Si la alumna interna insistía en la mala conduc-ta podía ser expulsada.

Mientras se fijaba el presupuesto definiti-vo para el personal que atendería el Colegio y los alimentos para las 22 alumnas con el que principió el plantel, señalaron de egre-sos 297.00 pesos mensuales.1

Una vez concluida la lectura del Regla-mento, la señorita Concepción Carmona y Galindo, profesora de la Escuela de Niños de la Sociedad Regeneradora interpretó el Aria “La cantante”, acompañada al piano por el maestro Canales. Acto seguido, la señorita Josefina Legorreta, nombrada Di-rectora del Colegio de Niñas dirigió un mensaje resaltando que “el movimiento ci-vilizador” del siglo XIX induce a promover la educación de la juventud:

Las discusiones sobre la educación han sido y son muy acaloradas tratándose de la edu-cación de un hombre; pero lo son mucho más tratándose de la de la mujer y princi-palmente en nuestro país.

Más adelante declara:

…hoy todo hombre de buen criterio recono-ce la importancia y utilidad de que la mujer sea enriquecida con todos los conocimien-tos científicos, artísticos y literarios que siendo adecuados a su constitución física la dejan expedita para llenar las funciones propias de su sexo. Reconocida como está la igualdad de sus facultades intelectuales con las del hombre, y el derecho que, lo mismo que éste tiene a cultivarlas y enri-quecerlas, ya no es la ciencia para la mujer el sancta sanctorum, a donde no le era per-mitido acercarse y puede dirigirse por el sendero de la ciencia…

La señorita Legorreta expuso en seguida el objetivo general de este plantel de benefi-cencia por primera vez creado en el Estado de México: formar el corazón y la inteligencia de la mujer sobre la base firme de una moral pura y severa y de una instrucción sólida y amena; adiestrarla en todas las labores pro-pias de su sexo; proporcionar a las huérfanas pobres, un asilo que las ponga a cubierto de la corrupción, a que la miseria las expone; colocar a las educandas en aptitud de pro-porcionarse a su salida del estable cimiento, una subsistencia decente, ya sea en el ejerci-cio del profesorado o de cualquiera otro de los ramos que en el mismo establecimiento se enseñan.

Cuando concluyó su intervención la direc-tora del Colegio de Niñas, la señorita Guadalu-pe Castillo ejecutó al violín la “Soñadora”

La señorita Legorreta expuso en seguida el objetivo general de este plantel de beneficencia […]: formar el corazón y la inteligencia de la mujer sobre la base firme de una moral pura y severa y de una instrucción sólida y amena; adiestrarla en todas las labores

propias de su sexo…

1 Reseña de la festividad que tuvo lugar el día 5 de Febrero de 1876 en el Colegio del Asilo de Niñas con motivo de la inauguración del plantel de educación primaria y secundaria.- Toluca, Imprenta del Instituto Literario dirigida por Pedro Martínez, p. 18.

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acompañada por un cuarteto. Juan Garza, el “Dante de Toluca” recitó un poema “A la Mujer”2 del que se han selec-cionado estos versos:

Mujer, instrúyete, que en el mundosolo es digno de alabanzael que a conquistar alcanzael saber grande y fecundo…

Ven, acento el sublimeque hoy a llamarte se atrevees el siglo diez y nueveque a los esclavos redime.

Al concluir el poeta, la señora Zara T. de Canales y don Ignacio Gonzalo cantaron acompañados de la or-questa un dúo de la ópera “Nabucodonosor” y el niño

Cuando concluyó su intervención la directora del Colegio de Niñas, la señorita Guadalupe Cas ti-llo ejecutó al violín la “Soñadora” acompañada por un cuarteto. juan Garza, el “Dante de Toluca”

recitó un poema “A la Mujer”

2 Ibidem p. 3.

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Luis Rivero, alumno del Hospicio recitó una composición.3 El filarmónico José de la Luz Baez ejecutó en el contrabajo una polka de concierto y posteriormente el alumno hospiciano Arcadio Sánchez dijo también una poesía. Nuevamente la seño-rita Castillo interpretó al violín otra pieza.4

Hubo otras intervenciones musicales y finalmente el Gobernador, licenciado Al-berto García, pronunció un discurso del que he seleccionado textualmente los si-guientes conceptos:

Si alguna cosa ha revelado la ilustración en los pueblos ha sido el ensanche que desde hace tiempo se ha venido dando a los derechos y posición de la mujer… al venir la civilización con sus luces, pa-rece que quiso alumbrar, antes que cualquiera otro objeto, el estado de la mujer en las sociedades humanas…

Dentro de la civilización del siglo XIX el poder público no sólo debe nivelar los de-rechos de la mujer con los del hombre, sino que debe ocuparse de la educación de ésta; esta educación debe difundirse de preferencia en las masas del pueblo; debe el Gobierno dar principio por arrancar de la miseria a algunas de tantas de sus vícti-

mas, levantando, aunque cubiertas de ha-rapos, a esas niñas huérfanas que crecían en el abandono… pongámoslas ahora en estado de que conozcan los deberes que para con la familia tiene la mujer y démos-les la brújula para que puedan dirigirse en el ejercicio de sus derechos…

Darles moralidad a las educandas, formándoles un corazón recto y darles instrucción, enseñándoles a la vez algún arte que las ponga al abrigo de la mise-ria, son los objetos de este plantel.

El licenciado Alberto García concluye di-ciendo que se congratula de que bajo su administración se establecieron dos insti-tutos gemelos: el Hospicio para niños y el Colegio de Niñas, ayudando al huérfano in-feliz al que le ofrece un asilo contra la indi-gencia y un porvenir risueño para el futuro.

El cronista finaliza la reseña diciendo “Para el Estado de México el día de hoy ha sido de verdadera satisfacción; el 5 de fe-brero de 1857, la Constitución rompía las cadenas del esclavo y daba derechos al ciudadano; hoy 5 de febrero de 1876, como consecuencia natural de tan benéfi-cas instituciones, se desata la venda de la ignorancia al sexo débil y se encarrila por la senda del progreso a la mujer”.5

Cuando concluyó su intervención la directora del Colegio de Niñas, la señorita Guadalupe Castillo ejecutó al violín la “Soñadora” acompañada por un cuarteto. Juan Garza, el “Dante de Toluca” recitó un

poema “A la Mujer”

3 El 24 de septiembre de 1872, el Gobernador Alberto García presentó a la H. Legislatura Estatal una iniciativa para esta-blecer el Hospicio de jóvenes pobres y huérfanos del Estado de México para proporcionarles educación primaria, moral y artística. El 15 de octubre de 1874 se expidió el Decreto 52 para normar la educación en el Hospicio y para procurar los fondos necesarios para la subsistencia del plantel. El Hospicio de Niños fue el antecedente de la Escuela de Artes y Oficios para Varones. Para mayor información consultar Margarita García Luna Ortega.- La Fundación de la Escuela de Artes y Oficios Toluca, Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo Industrial, 1989.4 (Abuelo paterno de quien escribe este texto y quien fue después, Gobernador Constitucional del Estado de México). GMH.5 Anotando su nombre y apellido, el Distrito y Municipalidad de donde provenían, su edad, persona de la que depen-dían, día de ingreso, y los objetos que para su uso llevaran al Colegio.6 La Ley Periódico Oficial del Estado Libre y Soberano de México, Tomo V, núm. 18, Toluca, 11 de febrero de 1876, p. 2

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las mujeres en el cineellas también escriben

Maricruz Castro Ricalde

Es muy probable que pocos se acuerden que películas del pasado tan exitosas

como Gilda, con la explosiva Rita Hayworth como protagonista, fue escrita por Virginia Van Upp, quien también la produjo. O que Cantando bajo la lluvia se deba a la plu-ma de betty Comden o Río Bravo a la de Leigh Brackett. Si nuestro conocimiento so-bre las directoras de cine contemporáneas suele ser muy restringido, no es de extrañar lo poco que sabemos sobre las guionistas.

Junto con interesantes realizadoras como Kathryn Bigelow (Punto de quiebra, 1991; Días extraños, 1996), Susan Seidel-man (Desesperadamente buscando a Susana, 1984) y Agnieszka Holland (El jar-dín secreto, 1993), o más convencionales como Nora Ephron (Sintonía de amor, 1993) y Penny Marshall (directora de Big (1988), pero también de Un hombre nue-vo (1994)), hay una considerable cantidad de mujeres que escriben en Hollywood. Pe-lículas como Mrs. Doubtfire (Christopher Colombus, 1994), Thelma and Louise (Ri-dley Scott, 1991), Indiana Jones y el tem-plo de la perdición (Steven Spielberg, 1984), El imperio contraataca (irving Kershner, 1980) o El joven manos de tije-ra (Tim Burton, 1990) están rodadas según el guión elaborado por mujeres. Quizás no es tan importante que no se reconozca su labor en la industria cinematográfica, me-diante el conocimiento de sus nombres (Leslie Dixon y Randy Mayer, Callie Khouri, Gloria Katz, Leigh Brackett y Caroline Thompson, respectivamente; esta última, responsable también de El jardín secre-to). Éstos, muchas veces son del dominio de coleccionistas de datos curiosos y dicen poco acerca de la calidad de un filme. Muy posiblemente, no hay interés por parte del espectador en saber quién está a cargo del

documento en el que se basa la película tan gustada o denostada, sin importar si el res-ponsable es un hombre o una mujer. Lo que personalmente me preocupa es el, comparativamente hablando, escaso nú-mero de mujeres decididas a incursionar de una u otra forma en el mundo del cine. y más aún, cómo las características de los productos generados por ellas hablan acer-ca de las ideas que el ser social posee sobre el género femenino.

El aspecto que deseo destacar se refiere a la temática de las historias escritas por mujeres para el cine. Si repasamos quiénes son los guionistas de las películas de ac-ción, thrillers, nos daremos cuenta del por-centaje mínimo de nombres femeninos. Con excepción del filme ya mencionado a cargo de Gloria Katz o el de Diane Thomas (Dos bribones tras la esmeralda perdi-da del hoy reconocido Robert Zemeckis), o de la participación inicial de Alexandra Se-ros en el texto de La asesina (1993) (el cual fue terminado y pulido por Robert Getchell y el director John Badham, quienes a su vez copiaron el del francés Luc Besson, escritor y realizador de Nikita (1989)), poco pode-mos abundar sobre la intervención de las guionistas en este género.

Primo hermano del thriller, en el wes-tern tampoco encontramos muchas caras femeninas. Por supuesto, se pensará, ¿qué pueden hacer las mujeres en uno de los géneros cinematográficos más codifica-dos? el western desarrolla la historia de los hombres estadounidenses. Sus muje-res se resignan a esperar al soldado, a re-fugiarse en la casita de la pradera. Las otras son las prostitutas de la cantina del pueblo o la amante del héroe. Por ahí apa-recen desdibujadas algunos personajes fe-meninos que no encajan en esos estereoti-

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pos. Uno reciente es el de Calamity Jane, cuya aparición (interpretada por Ellen bar-kin) en Wild Bill (Walter Hill, 1995) de to-das formas está formulada para terminar de dibujar la personalidad del protagonista jeff bridges.

Un ejemplo de western desafortunado, pero sintomático es el de Cuatro mujeres y un destino (Bad Girls de Jonathan Ka-plan, 1993), película estelarizada por Andie McDowell, Mary Stuart Masterson, Drew Ba-rrymore y Madeleine Stowe. El plantea-miento original corrió a cargo de yolanda Turner y la película se puso en manos de una directora independiente, Tamra Davis, cuya cinta Guncrazy había sido aplaudidísi-ma por la crítica underground. Algo sucedió entre el equipo de producción que la histo-ria fue reescrita por un hombre (Ken Fried-man) y el rodaje reanudado por Jonathan Kaplan. El resultado está a la vista: cuatro chicas de muy buen ver lucen figura. El su-gestivo inicio (cuatro prostitutas deciden to-mar venganza en contra de un coronel, al ver que ni la autoridad ni nadie las socorre-ría) es borrado de un plumazo por todos los clichés imaginables.

Otra situación es la que prevalece en el ámbito de la comedia o las películas de cor-te romántico o dramático. En el primer caso, Mira quién habla ahora (Leslie di-xon), Harry y Sally y Sintonía de amor (Nora y Delia Ephron), La familia Addams (Caroline Thompson, 1993), Big (Anne Spielberg, 1988), Hecho en América (Ho-lly Goldberg, 1994) son algunos ejemplos de la incursión sostenida en este género. Sommersby (Sarah Kernochan, 1993), El príncipe de las mareas (Becky Johnston, 1991) y Silkwood (Nora Ephron y Alice Ar-len), Stanley e Iris (Harriet Frank e Irving Ravetch, 1990) ilustran lo relativo al segun-do rubro.

En el papel que las mujeres desempe-ñan en la escritura cinematográfica ho-llywoodense, entonces, podemos percibir una asignación similar de los roles tradi-cionalmente asignados a las mujeres. Por

una parte, no se les niega de manera abier-ta su intervención en el espacio de la escri-tura o la realización; por la otra, no obstan-te, generalmente se le ofrece la guionización o la dirección de filmes, cuyos géneros son “más aptos” de desarrollar según la mirada “femenina”. El sentimiento, el lado amable de la vida, se les encarga a ellas. Las histo-rias que enfatizan la acción en los espacios abiertos y públicos siguen siendo para ellos, incluso en el siglo XXI, supuestamente el milenio de los grandes cambios.

El aspecto que deseo destacar se refiere a la temática de las historias escritas por mujeres para el cine. Si repasamos quiénes son los guionistas de las películas de acción, thrillers, nos daremos cuenta del porcentaje mínimo de nombres

femeninos.

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ahora que afuera llueve

Gilda Montaño Humphrey

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Ahora que afuera lluevesigo mi caminocon una flor en la manoy la percepción lejanade encontrar a un serque quiera arriesgar su almapara que vivamosmil años de inocencia

Partieron el cuerpoen mitadesAl paso del tiempolas dos vivieron

Pero se escapó el alma...

Tengo miedo.Pavoroso miedode perderLo que aún no tengo.

Se desintegró el cuerpoEl alma voló al infinitoTrascendió barrerasY se hizo libre

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SIN JUICIO LA CONDENA

Angélica Valero

Fuerzo la vida la respuestaEn el santoral mi sinogris el almanaque

Deja pájaro inseguro, tu insecto de labios fríos enterrados en el fondo de la mar

La primera experiencia y recordar que mi padre me llamaba mujercita un día como hoyhace mucha historia.

La paciencia es don que debemos cultivar haz de ella luz

¿Quién soy ahora?El tiempo no curaReverdece en mi sangre la semilla de la vidaAún no es tiempo de tomar una decisión

Oficio que es dejar huellapan de reproches a ultranza y no al espejoYo sé mis razones.Nada conmueve mi memoria ni aceptar que me sentí sola este cumpleaños

Hay días que simplemente se sucedenvoces que repican la sonoridad de la nadaPrivilegios de una mirada cierta

Y me grabo en cada una de mis líneasRecupero el tránsito del sueño los insomnios Mato la historia y reinvento la distancia

Anochece y es el alba

Azul de un mismo firmamentoMiles de cielos de esta hora que es el crepúsculo

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Si pudiera vivir en los sueños de tu niñezbruja sería en un conjuroy aquelarre en la restitución del alba

Venustidad astutadesvelas mi celo con amor gatunosensualidad contra ascetismoenvídome al diablopor un lacónico instante de tu boca

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