viejitos en red: la interacción en el ciberespacio de los ... · abstract: el modo en que, un...

Comunicación y música: mensajes, manifestaciones y negocios Universidad de La Laguna, diciembre de 2018 (2ª edición)

ISBN-13: 978-84-17314-13-2/ D.L.: TF 44-2019/ DOI del libro: 10.4185/cac155 Página | 1602

Libro colectivo enlínea: http://www.revistalatinacs.org/18SLCS/libro-colectivo-2018-2.html

Viejitos en Red: la interacción en el ciberespacio de los adultos mayores a

través de WhatsApp.

Old men in Red: the interaction in the cyberspace of the elderly through WhatsApp

Gonzalo Ordóñez Revelo – Universidad Andina Simón Bolívar Ecuador –

[email protected]

Abstract: El modo en que, un grupo de adultos mayores, articula los modos de

interacción del cara a cara y virtual es a través de la conservación de las

rutinas del cara a cara, lo que se logra materializando la interacción virtual a

través de la conservación del espacio, lo que se logra transfiriendo sus

cercanos a la red social (WhatsApp). Es un modo discontinuo entre los dos

modos que se produce a través de saltos programados al mudo virtual.

Keywords: Adultos mayores; Internet; WhatsApp; Redes sociales; interacción

cara a cara; interacción virtual.

1. Introducción

Este texto es parte de una investigación que trata de establecer como se

articulan los modos de interacción del cara a cara y virtual en los adultos

mayores de la ciudad de Quito, en Ecuador. Con este fin se inició una

investigación cualitativa para establecer las variables que pudieran

generalizarse para una observación cuantitativa con una población de adultos

mayores de sectores urbanos medios.

Los resultados de este trabajo son alentadores porque permiten establecer

algunos parámetros para ulteriores análisis; fundamentalmente, que la forma

de articulación entre los dos modos de interacción se ejecuta de manera

http://www.revistalatinacs.org/18SLCS/libro-colectivo-2018-2.html

mailto:[email protected]




discontinua a manera de saltos del espacio del cara a cara al mundo virtual, de

manera controlada, es decir en un tiempo y espacio acotados, muy al contrario

de la forma que exige la interacción virtual que absuelve al tiempo de su

simultaneidad y desmaterializa al espacio.

En concordancia con lo anterior, los adultos mayores, transfieren sus contactos

del cara a cara al ciberespacio, probablemente porque de esa manera también

replican la fachada del cara a cara en el mundo virtual.

2. Redes sociales y adultos mayores, un estado de la cuestión Es innegable las diversas maneras en que internet se ha filtrado en la

sociedad, y las redes sociales dan cuenta de ello, alterando las formas de

relacionarnos. Diversos estudios describen la forma en que las redes sociales

reconfiguran y amplían las comunicaciones interpersonales, sin embargo, se

enfocan en su gran mayoría en jóvenes y adultos, dejando pocos estudios

enfocados en adultos mayores que, debido a su rápido crecimiento de

participación en redes sociales, generan razones suficientes para ser un

fenómeno más estudiado (Baugess, 2015, p. 9).

En Ecuador el porcentaje de crecimiento de la población de adultos mayores

sugiere un aumento del 3% para el 2020 en relación con el último censo

(2010). De acuerdo al Censo de Población y Vivienda (CPV-2010) del Instituto

Nacional de Estadística y Censos (INEC), el segmento etario de más de 60

años representa el 15% de la población para la provincia de Pichincha y de

esta, el 10% pertenece a Quito. Una población significativa con hábitos de

consumo de internet, específicamente en redes sociales, para la que no se

registran estudios relevantes.

Cuadro 1 Población total ecuatoriana mayor de 60 años 2010

Nivel nacional 1,627,168

Pichincha 234,951

Quito 151,027

Fuente: Censo de Población y Vivienda (CPV-2010) instituto nacional de estadística y censos (INEC)





Un acercamiento a este fenómeno del uso de las nuevas tecnologías, en las

que cada vez más adultos mayores hacen a las redes sociales parte de su

vida, sugiere el incremento del uso de la tecnología y su transición hacia

formas más fáciles de emplearla1, así como la influencia positiva de la familia

que juega un papel importante en la necesidad de contacto para la salud

mental del adulto mayor.

Al respecto un estudio del 2002 señala la relación existente entre el acceso a

internet y el deceso en los índices de soledad y depresión, además de un

incremento en el apoyo social y la autoestima (H Shaw & Gant, 2002)2.

Asimismo, se establecen relaciones con personas que tienen intereses

similares, y se mantienen relaciones existentes3.

La gran mayoría de estudios se realiza en Norteamérica, para el que además

existen institutos dedicados a la investigación en este campo como The Pew

Research Center's Internet & American Life Project4. En un estudio de marzo

del 2018 (Smith & Anderson, 2018) del Pew Research Center, indica que un

64% de la población entre 50 y 64 años emplea las redes sociales, mientras

que un 37% de norteamericanos de más de 65 años emplea al menos una red

social. Asimismo, señala que la red social WhatsApp que es popular en

Latinoamérica(Smith & Anderson, 2018), es igualmente popular entre la

población latina de Norteamérica, en un 49% del total.

Otros estudios encuentran una preocupación en el incremento de la población

de la tercera edad y por ende una preocupación de su salud mental («Role of

Media on Social Health of Elderly in Durg Bhilai City», 2016)5, en donde resulta

importante visibilizar el aporte que realizan investigaciones dedicadas a ver a

las redes sociales como una aliada para ayudar a personas de la tercera edad

1 Ibid., 8 2 En el estudio señala otras investigaciones en las que se encuentra que el uso de internet en

hogares se emplea mayoritariamente para las comunicaciones interpersonales. 3 Ibid., 158. 4 www.pewinternet.org 5 Diversos estudios se refieren al papel positivo que juegan las redes (amistades, familiares) en

el mejoramiento de la salud mental de personas mayores, como señala este autor.





que han perdido, por ejemplo, la capacidad de interactuar activamente y

físicamente en actividades sociales (Coto, Lizano, Mora, & Fuentes, s. f.)6.

Tal capacidad reducida de movilidad para participar activamente puede resultar

en el incremento de sensaciones de soledad y decrecimiento de la satisfacción

por la vida, en donde juega un papel importante las relaciones emocionales y

sociales con familiares y amigos (Leist, 2013). En este contexto la,

“tecnología podría jugar un papel importante ayudando a la población de la tercera edad a mantener sus relaciones sociales. Pueden mejorar su calidad de vida reduciendo su sensación de aislamiento, contribuyendo a su bienestar psicológico y su sentido de empoderamiento, y apoyando sus relaciones sin importar el tiempo y la ubicación” (Leist, 2013).

Sin embargo, el estudio de (Coto et al., s. f., p. 68) refiere como hallazgo que

actualmente no existe un enfoque de investigación predominante para abordar

este campo de estudio, por cuanto no hay concordancia en las variables para

la investigación (edad, definiciones de términos).

Por otro lado, se encontró que las redes sociales permiten a los adultos

mayores expresarse, participar en discusiones y mantenerse en contacto con la

sociedad (Lin & Chou, 2013) porque les permite empoderase, les proporciona

un sentido de conexión y mayor control (Chen & Schulz, 2016).

En este camino de investigación, resaltan temas relacionados con el empleo de

las redes sociales y la atención médica. En un estudio conjunto de

universidades de EE.UU. se puede observar que las redes sociales funcionan

como fuente de información para encontrar temas de salud (Tennant et al.,

2015), así como dar y recibir información para controlar ciertas enfermedades,

y establecer relaciones con personal de la salud para realizar consultas

(Stellefson et al., 2013).

Otros estudios refieren por otro lado, una serie de factores educativos,

cognitivos, fisiológicos y experienciales que pueden dificultar el uso de las

redes sociales en personas de la tercera edad y cómo se presentan ciertas

limitaciones a la hora de emplear tecnologías, mismas que pueden disminuir en

6 Social Computing and Social Media. Applications and Analytics. 9ª Conferencia Internacional

SCSM 2017, celebrada como parte de HCI International 2017, Vancouver, BC, Canadá, 9-14 de julio de 2017, Actas, Parte II.





adultos con mayor ingreso o mayores niveles de educación e inclusive

aumenta la sensación de ser más restrictivas a medida que aumenta la edad

de los usuarios (Coto et al., s. f., p. 68).

Al respecto otro estudio, esta vez en Latinoamérica (Vilte, Saldaño, Martín, &

Gaetán, 2014), se concentra en comprender las facilidades de acceso y

usabilidad de las plataformas de redes sociales, específicamente Facebook,

para personas de la tercera edad. En el mismo, se plantea como resultado que

el empleo de esta plataforma permite mantener el contacto fluido con familiares

y amigos.

Igualmente, en una investigación de The Gerontological Society of America

concluye, estudiando específicamente la plataforma Facebook que “aprender y

usar un sitio de redes sociales en línea puede proporcionar beneficios

específicos para la memoria de trabajo compleja en un grupo de adultos

mayores sanos” (Myhre, Mehl, & Glisky, 2017, pp. 752-760).

Finalmente, otros estudios desde campos como el turismo(Arcada University f

Applied Sciences, Fabricius, Eriksson, & Arcada University f Applied Sciences,

2017) se enfocan en identificar a los viajeros de la tercera edad como usuarios

de las redes sociales 2.0 y en explorar posibles facilidades y barreras para el

empleo de estas redes.

En general el estudio del caso muestra que existe un considerable número de

investigaciones que relacionan el uso de las redes sociales en personas de la

tercera edad y su salud mental, por cuanto se asocia a contacto entre pares y

familiares lo que disminuye situaciones de soledad, además en un gran

porcentaje corresponde a investigaciones generadas en idioma inglés y en

otros países fuera de Latinoamérica, lo que representa una oportunidad de

investigación en países de habla hispana.

Los modos de interacción: acercamiento teórico

Una primera suposición para observar el comportamiento de los adultos en la

interacción en el ciberespacio es su preferencia por el cara a cara en razón de

que su contexto generacional pertenece al mundo de lo analógico.





Una segunda suposición, más general, es la de que el modo de interacción

virtual7 tiene como pivote la experiencia corporal del cara a cara, es decir, el

uso de las tecnologías móviles, si bien modifica el comportamiento del modo de

interacción cara a cara, no puede extenderse más allá de lo que permite la ex

periencia personal y el contexto cultural, lo que iría más en la línea de las

afirmaciones de Manovich, acerca de cómo la cultura y la tecnología se

modifican conforme las tecnologías se establecen como extensiones corporales

ligadas a la experiencia.

“En resumen, la capa informática y la cultural se influyen mutuamente. Por emplear otro concepto de los nuevos medios, podemos decir que se están integrando en una composición, el resultado del cuál es una nueva cultura del ordenador: una mezcla de significados humanos e informáticos, de los modos tradicionales en que la cultura humana modeló el mundo y de los propios medios que tiene el ordenador para representarla” (Manovich, 2005, p. 94-95).

En este contexto, los adultos mayores se ven impulsados a utilizar las redes

sociales de la manera que les es más cercana a su cotidianidad, con relación al

acceso a Internet y al grado de interacción con sus cercanos, no siempre

integrados al ritmo de articulación entre las dos capas que describe Manovich.

Esta combinacion de significados humanos e informáticos se efectúa de

manera heterogénea, entre lo local y lo global, entre la experiencia corporal y

las emociones virtuales y también entre generaciones.

“En cada lugar y momento coexisten diferentes concepciones del tiempo: no se trata sólo de que mientras los abuelos viven todavía con el reloj de arena y los padres con el analógico, los hijos experimenten con el digital; sino de que los mismos jóvenes viven a caballo de los tres relojes: según la institución en la que se encuentren, el momento de su vida o sus propios gustos personales, pueden jugar con uno u otro (pues ya se sabe que la vida es juego, y de lo que se trata no es tanto de ganar, como de participar)” (Feixa, 2000, p. 90).

7 “En cuanto a lo virtual, no se opone a lo real sino a lo actual. A diferencia de lo posible,

estático y ya constituido, lo virtual viene a ser el conjunto problemático, el nudo de tendencias o de fuerzas que acompana a una situacion, un acontecimiento, un objeto o cualquier entidad y que reclama un proceso de resolucion: la actualizacion.” (Lévy, 1999, p. 11)





Las máscaras, las apariencias y modales cambian en cada contexto, de tal

manera que el comportamiento varía en Twitter o en Facebook, pues los la

interacción se ajusta a las condiciones que implica la aplicación. (Martinez, s. f.)

En los adultos mayores, se puede pensar que, por la heterogeneidad de la

integración a las tecnologías mencionada arriba, acudan a las distinciones que

marcan los rituales de interacción del cara a cara para trasladarlos a la forma

en que utilizan las redes sociales.

Según Goffman los rituales son “actos por medio de cuya componente

simbólica, el actor muestra cuán digno de respeto o cuán dignos son los otros

de ese respeto”8, que en la interacción cara a cara son identificables a través

de la expresión corporal, obstáculo que el adulto mayor debe superar en la

interacción en el ciberespacio.

“De este modo, habrla que establecer una distinciónn preliminar entre el marco fsico-social en el que tiene lugar Ia interacciónn (entorno situacional material en terminologfa de Hasan, lbfd.: 108) y el contexto de Ia situación como una abstracción establecida por los hablantes, una dicotomía de total aplicabllidad a Ia comunicación por Internet, en Ia que el·entorno material de los usuarios no importa o se identifica con los límites de la pantalla del ordenador, y en la que los usuarios abstraen (o hipotetizan) toda una gama de parametros contextuales que serían relevantes en interacciones cara a cara” (Yus, 2001, p. 26).

Es pertienente suponer que para los adultos mayores, la abstracción de los

parámetros contextuales tiene un mayor marcaje del mundo físico-social:

factores asociados como el estrato social, el género y el nivel educativo

parecen particularmente relevantes en adultos mayore. Puesto que la

presentación (Goffman, 2007) en las redes no posee la naturalidad que en las

nuevas generaciones, la actuación podría tener similitud con su actuación en el

cara a cara.

La actuacion de la persona corresponde a “toda actividad de un individuo que

tiene lugar durante un periodo señalado por su presencia continua ante un

conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos” .

(Goffman, 2007, p. 36) y que en consecuencia demanda la confianza que

8 Erving Goffman, El ritual de la interacción, (Buenos Aires: Editorial Tiempo Contemporáneo,

1970), 25.





provee el conocimiento de la vida del otro. Esta confianza, se resuelve con la

pertenencia de los contactos de los adultos mayores en las redes tanto como

en la interacción cara a cara. Un estudio provee alguna confirmación a esta

afirmación:

“Mujer de 64 años, administradora de un organismo público financiero en la zona centro. Utiliza las plataformas de redes “para entretenerme un rato, pero me aburro fácilmente” especialmente debido a que dice no entender bien la tecnología, pero encuentra ventajas tales como “enviar y recibir fotos”. Sus contactos de WhatsApp son básicamente familiares (10 de 15), vecinos y un par de personas que trabajan con ella. Su red es medianamente densa (alrededor del 62%) y mayoritariamente formada por mujeres. Las tres configuraciones de esta red en los espacios geográficos se mantienen, casi sin excepción, dentro de los límites de la zona 2 de la ciudad. El 66% de sus contactos desarrollan sus actividades de esparcimiento en la misma zona que ella, la más central” (García-Macías & Vázquez, 2018, pp. 200-201).

Aunque este estudio solo tiene la intención de caracterizar ciertos elementos

de la interacción, con el fin de un estudio de mayor alcance, es relevante

plantear a manera de hipótesis que si los adultos mayores tienden a conservar

en sus redes los mismos contactos del cara a cara, es aceptable la afirmación

de que esto facilita el mantenimiento de la fachada personal, es decir, si no por

sinceridad consigo mismos, definitivamente sí, por los hábitos del cara a cara.

A la fachada le corresponde la “dotacion expresiva” que el actante utiliza

consciente o inconscientemente durante cualquier interacción y también “otros

elementos de esa dotación, aquellos que podemos identificar íntimamente con

el actuante mismo y que, como es natural, esperamos que lo siga dondequiera

que vaya (Goffman, 2007, p. 38).

Y se puede suponer que para el adulto mayor, sea más eficiente utilizar la

misma dotación expresiva y las mismas máscaras que en su vida cotidiana

altamente corporeizada. Se presume, entonces, la existencia de una base

emocional desde la que la el adulto mayor gestiona su fachada y el uso de las

máscaras que corresponden a cada rol de interaccion, por ejemplo, el rol de

abuelo o abuela, de amigo, etc.

De otro lado, puesto que las redes constiuyen sistemas abstractos, el estrato y

nivel educativo podría tener influencia en el grado de confianza y utilización de





las redes. En este contexto el grado de dominio de las redes podría

relacionarse con el contexto cultural, que facilita o dificulta la categorización

necesaria para acceder con más facilidad si se aplican categorías definidas a

su utilización:

“las categorías conceptuales tienen su origen en dos procesos mentales. Uno de ellos observa grupos de entradas en la hoja de cálculo mental y los trata como categorías con unas fronteras difusas, unos miembros prototípicos y unas similitudes que coinciden, como los miembros de una familia. (…) El otro proceso mental busca reglas y definiciones nítidas y las incorpora a cadenas de razonamiento.” (Pinker, 2012: 302)

Puesto que las redes sociales son sistemas abstractos que requieren cierto

dominio de la interfaz, son las aplicaciones más intuitivas las que facilitan el

acceso a la tecnología de los adultos mayores, esto acompañado por la

motivación de que el diseño del espacio virtual de interacción de WhatsApp,

facilita una interacción más cercana, más parecida al cara a cara que por

ejemplo Instagram, o Facebook, cuyas interfaces tienen un formato más

cercano a lo público.

No obstante, este nivel de abstracción constituido por una sere de códigos para

el acceso y navegación, que puede dificultarse si el procesamiento mental de

las redes se efectúa a través de categorías difusas. Otra forma de decir lo

mismo es que las redes sociales requieren alfabetización digital para

justamente expandir su utilización.

Como parte de esta investigación se efectuó una charla para adultos mayores

en el uso de las redes, en la Universidad Andina Simón Bolívar, a un grupo de

25 adultos mayores de entre 60 y 80 años, la mayoría únicamente con estudios

de educación básica y bachillerato, el 80% señaló su preferencia por el cara a

cara, una de ellas, Gloria, afirmó que el chat rompe las relaciones

interpersonales “porque ocupa tiempo y no permite ver a las personas”.

Luego de la charla, el acercamiento a las posibilidades de comunicación de las

redes, se percibió un cambio significtivo, se escuchó decir en la sala frases

como: “qué util”, “qué interesante”, “si yo no he sabido”, por lo que parece

importante el impacto que puede tener el contexto social y cultural en el grado

de interacción a través de redes sociales.





Queda por determinar el rol que juegan los jóvenes en la renovación y

educación tecnológica de sus abuelos, es común escuchar en adultos y adultos

mayores que heredan el celular de sus hijos y nietos.9

“Lo que pasa es que internet exige un desarrollo mucho mayor del nivel cultural y educativo de los usuarios. Por tanto, la verdadera brecha en relación al uso de internet es la brecha más antigua de la humanidad: la cultura y la educación. Aquéllos más educados en la era de internet aumentan su capacidad de acción sobre la sociedad y sobre sí mismos” (Castells, s. f.).

Establecida la idea de que la persona en su existencia corpórea y relacional es

el pivote o sustrato de las posibilidades de modificación de si misma, se debe

establecer de qué manera se articulan los modos de interacción en los adultos

mayores, para lo cual se proponen tres hipótesis:

En primer lugar la continuidad en la interacción que se produce principalmente

en los jóvenes cuyos modos de interacción tienden a confluir en el tiempo pero

no en el espacio.

En segundo lugar la discontinuidad en la interacción, que corresponde a la

forma de interacción de los adultos mayores, en la cuál se producen saltos de

un modo a otro, pero con referencia a la cotidianidad corporeizada.

La tercera forma de interacción, estaría signada por un anclaje en uno de los

dos modos. En el caso de los adultos mayores como se vio, asociado a

problemas de salud colectiva por aislamiento. En el caso de los jóvenes, en el

extremo opuesto, por la persistencia, descontrolada, en el ciberespacio con la

consecuente pérdida de la percepción de realidad.

Si el primero a) se ajusta a las nuevas generaciones el segundo b) explica el

comportamiento de los adultos mayores, el tecero c) curiosamente, ubica a los

extremos generacionales: los jóvenes aislados en el ciberespacio y los adultos

mayores aislados en la realidad física-social, los primeros sobre – expuestos a

9 La Generación Z se constituye como uno de los grupos más autocríticos y selectivos con lo

que comparten en sus perfiles de las redes sociales. De hecho, 4 de cada 5 encuestados considera que sus contactos comparten demasiada información personal. El 69% asegura, además, que sus amigos no son “ellos mismos” la mayor parte del tiempo que pasan en las redes. Esto se debe en gran medida a que un 44% se inhibe a la hora de publicar por miedo a que puedan verlo sus padres, parientes, jefes o profesores («La Generación Z en redes sociales», 2016).





la interacción virtual y los segundos sub – expuestos en la interacción cara a

cara.

Ficha metodológica

Tipo de investigación: cualitativa Tipo de muestreo: muestreo no probabilístico por conveniencia. Tipo de metodología: Entrevistas a profundidad en hogares y telefónicas Fecha de recolección: 23, 24 y 25 de octubre, y 5, 6, y 7 de noviembre del 2018. Entrevistas realizadas: 11 entrevistas, a adultos mayores de estratos medio – alto. Población objetivo: personas residentes de Quito mayores de 60 años. Sobre el grupo

Las entrevistas realizadas a once personas de la tercera edad, responden a un

grupo en su mayoría entre 76 y 80 años, residentes de la ciudad de Quito, solo

una persona esá en el rango de 66 a 70 años. Ocho viven en el sector norte

de la ciudad de Quito, dos en los valles y una persona vive en el sur de la

ciudad.

La totalidad del grupo cuenta con formación para ejercer una labor, bien sea

como maestras o en algunos casos licenciatura y maestrías profesionales. En

su mayoría viven de las pensiones además de otros ingresos adicionales

(bienes raíces o apoyo familiar), por lo tanto responden al segmento de la

población de clase media y media alta. En ninguno de los casos se constató

que los entrevistados recurrieran a trabajos adicionales como forma adicional

de obtener ingresos.

Todos los entrevistados, cuentan con teléfono celular y servicio de internet, a

pesar de no ser conscientes de que tienen conexión a internet, puesto que en

algunos casos hay referencias a que obtienen información a través del celular

pero “no por Internet”.

Algunos de ellos poseen servicio doméstico, todos poseen casa propia, viven

en su mayoría solos o cerca de sus familiares, esto último para contar con

ayuda en caso de requerirlo debido a que la salud tiende a empeorar durante la

tercera edad.

Las mujeres entrevistadas de esta investigación hacen parte de un grupo de

amigas que frecuentemente coordinan actividades de esparcimiento, excepto la

más joven, como salir a restaurantes cada mes o viajar a zonas cercanas a





Quito. Todos los meses preparan un encuentro en la casa de una de los

miembros del grupo. Todas se conectan a través de WhatsApp desde donde se

coordinan los encuentros.

A continuación consta el registro de los fragmentos más representativos de las

entrevistas10:

Informante 1: Esperanza (mujer), edad 66 – 70 años

En el momento de la comida. Entablar una buena relación familiar, pero todo depende de las reglas que haya, de las reglas que los papás mismo dispongan en su hogar. Por lo tanto, sí creo más en el cara a cara para una buena relación. Si yo tengo una reunión de amigas en mi casa ni le veo a mi celular, se queda en el dormitorio para ni siquiera tener le tentación de mirar. Porque eso es hacerles sentir que el aparato es más importante que esa persona, ahí es cuando yo ni siquiera le veo al celular. Cuando estoy en espacios públicos prefiero no usar porque prefiero concentrarme en lo que voy a hacer. Solamente WhatsApp y tengo mayor contacto con mis amigas. Escojo los mensajes que voy a mandar, no mandar así no más, sino que sean buenos mensajes.

La confianza se asocia con el respeto y juntos construyen un ritual en la vida

del Adulto mayor, conformado por “actos por medio de cuya componente

simbólica, el actor muestra cuán digno de respeto o cuán dignos son los otros

de ese respeto”11 Por tanto, se puede considerar que el ritual es el uso

simbólico de gestos y movimientos del cuerpo en un determinado contexto para

dar a conocer o expresar un significado específico, en este caso ocultar el

celular tiene este valor simbólico de otorgar respeto a la persona en su

presencia corporeizada.

De otra parte la dificultad para la multitarea, probablemente está más ligada

con una generación habituada a la cultura del libro, del pensamiento lineal y las

actividades consecutivas, distantes de lo que ahora se conoce como la

multitarea.

Informante 2 Piedad (mujer), edad 76 – 80 años

10 Para facilitar la lectura se inicia cada fragmento siempre con mayúsculas, aunque no

siempre corresponda a la transcripción original. 11 Erving Goffman, El ritual de la interacción, (Buenos Aires: Editorial Tiempo Contemporáneo,

1970), 25.





Yo todo envío por WhatsApp, por ahí me comunico con mis hijos, mis nueras, mis nietos y mis amigas. Sí, en general con toda la familia. Sobretodo y después con mis amigas del internado y de la universidad. Siempre son cosas de chistes o videos graciosos, pero con mi familia tratamos más asuntos familiares.

La fachada es “la parte de la actuacion que funciona regularmente de un modo

general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que

observan dicha actuacion” (Goffman 2007, 34).

El WhatsApp facilita a los adultos mayores, como Piedad, la compartimentación

de sus roles como abuela y madre por un lado y como amiga por el otro. Para

la familia la interacción es sobre asuntos serios, para los amigos el humor.

Informante 3 Paulina (mujer), edad 66 – 70 años

Yo dejo de usar el celular en las reuniones familiares y obviamente en el trabajo, ahí casi no lo saco. El WhatsApp sobre todo para contactarme con mi pareja y mis hijas. Prefiero las relaciones cara a cara.

Paulina tiene una relación estable, luce joven y activa, también es más abierta

con relación al uso de las redes sociales.

La independencia que genera el trabajo se muestra como una variable

importante, además de temas de salud, para la interacción cara a cara,

cuando, no hay suficiente autonomía, la comunicación adquiere mayor

relevancia.

Informante 4 Martha (mujer), edad 76 – 80 años

Creo que rompe con las relaciones interpersonales, porque ahora todos ven las pantallas y ya no hay diálogo, en general ya no hay comunicación con los hijos. Me conecto usualmente desde la casa y casi siempre por las tardes que es cuando ya tengo todo preparado, ya he dejado el almuerzo y los quehaceres de la casa listos, ahí sí tengo más tiempo. Por WhatsApp me gusta enviarles mensajes a mis amigas, pero por WhatsApp con mi familia es solo para temas de emergencia.





Se observa un tiempo de conexión que parece corresponder con el orden de la

experiencia personal, en este sentido Internet se integra a los ritmos y hábitos

cotidianos, donde se echa de menos la conversación, particularmente con los

hijos.

Informante 5 Magdalena (mujer), edad 66 – 70 años

Sí rompe con las relaciones interpersonales, eso sí, inclusive porque a mí se me hace muy feo que ya mis nietos vienen acá con el internet y estamos todos mudos y les digo que “por favor que en la hora que estén con la abuelita, ahí no estén con el internet”. Yo uso el celular solamente cuando estoy sola, ahí le puedo utilizar, de otra manera no. Yo mismo rechazo la llamada. Sí hay internet conectado ahí en la casa y me conecto en la noche. Yo no uso ninguna aplicación, pero mis hijos si usan todo, es una guerra. Con mis amistades me comunico con el celular, no tengo WhatsApp

Magdalena confina el celular a su intimidad, no le permite mediar, no es una

extensión corporal sino un artefacto, probablemente como el teléfono fijo que

requería de cierto aislamiento espacial, es por esto que está en guerra con

Internet y con el celular, por que es algo extraño al cuerpo con el que se

comunica.

Informante 6 Hilda (mujer), edad 76 – 80 años

Ni papá ni mamá están ahora en sus casas y cuando están se meten en el celular, eso acaba las relaciones familiares. No utilizo el teléfono cuando me llaman para algo, para verme con alguien y no me conecto porque ni siquiera tengo internet Tengo el WhatsApp para contactarme con las amigas, que es con quienes más me conecto, pero le veo solo en la noche

Es interesante como se refieren a Internet como algo diferente de WhatsApp,

probablemente porque el teléfono y el celular son similares en su experiencia

de comunicación oral, y WhatsApp se integra dócilmente a esta idea de

conversación.

Informante 7 Elsa (mujer), edad 76 – 80 años





Yo ya no compro El Comercio, porque las noticias las consulto directamente en internet. no creo que rompa (Internet) las relaciones a la edad que yo tengo, pero para la juventud seguro que sí. Yo utilizo sobre todo el teléfono fijo, eso es lo que más uso, a pesar de que sí tengo celular con WhatsApp. Lo mejor para interactuar depende de cómo se vea, puede ser el chat o el cara a cara. Reviso solo el celular (…), pero sobre todo en las tardes.

Elsa vive sola, y eso puede explicar porque encuentra que la interacción por

chat o cara a cara tienen similar valor, en otros casos del grupo de informantes

viven con sus familiares o cerca de ellos.

Informante 8 Charito (mujer), edad 76 – 80 años

EL internet no creo que pueda romper las relaciones interpersonales porque hay otros medios para tener contactos con otras personas Yo no uso el internet, prácticamente, ya a nuestra edad, el celular es por necesidad de comunicación. Yo utilizo mi celular para comunicarme, es lo más importante, para informarme quizá de cosas avanzadas que hay en el mundo, pero cosas de educación cosas que informen de cosas que hacen bien. Tengo teléfono celular pero no tengo tv cable ni computadora. Y tengo WhatsApp. Sí utilizo para comunicarme con mis nietos que están en México. El uno está en Chile, el otro, mi hija, en Bogotá. También con mis amistades, sí, mando WhatsApp donde se entiendan informaciones correctas o para trasmitir sentimientos.

Se muestra relevante la eleccion del contenido del mensaje y la “correccion”

que puede referirse a cuestiones axiológicas.

Informante 9 Cecilia (mujer), edad 76 – 80 años

Pero creo que el cara a cara y la conexión, las dos cosas son muy útiles, sino que uno tiene que saber dosificarlas, todo tiene su tiempo. Tengo WhatsApp para conectarme con mis hijos y con las amistades un poco menos, porque ahí uso más el teléfono fijo.

Se muestra la discontinuidad, es decir, se producen saltos de un modo de

interacción a otro.

Informante 10 Betty (mujer), edad 76 – 80 años

Como que no dan la importancia de que las personas necesitan afecto, especialmente las personas de la tercera edad, que quieren





comunicarse cara a cara y están tan ensimismados en sus programas , en sus noticias que la conversación se vuelve monosilábica: “como estás?”, “bien”, “qué me cuentas”, “nada”. No tengo plan de datos, tengo un grupo de amigos en donde intercambiamos mensajes. Internet tengo pero no le utilizo y si le utilizo le uso muy poco. Uso el celular con la red de amigas que tengo, igual la tablet que me indica las fechas de cumpleaños, intercambiar noticias de familia. Tengo solamente WhatsApp. Cuando necesito algo más especial, recurro a mis hijas para que me ayuden.

La llamada de atención de Betty bien puede conducir a pensar en la necesidad

de acercarse a los adultos mayores con el afecto que el cara a cara puede

proveer por el registro corporal que permite. No obstante, el caso de Rosie, una

persona (68 años) que mejoró su nivel de comunicación con su hija, antes

problemática, gracias al WhatsApp, quizá sea otra posibilidad para en la

sociedad de la información tender puentes entre los dos modos de interacción.

Informante 11 Aníbal (hombre), edad 76 – 80 años

Me conecto en la casa, generalmente mañana, tarde y noche. Me comunico siempre con mis hermanos, pero no por las redes sociales, yo lo llamo para saber cómo están de salud, qué novedades o si tenemos un asunto pendiente por organizar. Duermo casi siempre 10 horas diarias, sumado con las siestas después del almuerzo.

Es una referencia que probablemente se repita en general para los hombres

que tienden a mayor itinerancia en la conexión, algo imposible de generalizar,

no obstante, deja una interesante interrogante en las diferencias de género

para la interacción virtual. En este sentido (Río, Jiménez, & Marco-Macarro,

2017) en una investigación sobre los espacios, el tiempo y las relaciones en

Internet, describen la experiencia de Francisco:

“Así el WhatsApp le ha permitido, entre otras cosas, complementar desde la distancia, la plaza y los bares de su pueblo, es decir los que fueran sus espacios de sociabilidad cotidiana. Entre los diversos grupos de WhatsApp, tiene dos para “la pandilla”, uno de carácter más abierto, que le permite el contacto con hombres y mujeres, y un grupo exclusivo de amigos hombres. El primero tiene un carácter más formal y es al mismo tiempo el más amplio en cuanto a temáticas. Lugar para dar y conocer noticias: el último nacimiento, el último entierro, un cumpleanos…, es en cierta media, una





prolongacion de “la plaza” del pueblo. El segundo tiene un carácter más restrictivo. Está formado sólo por hombres y vendría a ser la extension de “la taberna”. La mayor parte de los mensajes y las fotografías compartidas van referidas bien a fútbol, bien a mujeres.” (Río et al., 2017, p. 16).

Conclusiones

Parece ser que los adultos mayores “saltan” del cara a cara al ciberespacio, lo

que se demuestra por el uso organizado en el tiempo y en el espacio del uso

del celular para comunicarse o del ordenador para navegar, preferiblemente en

la tarde y noche, luego de que cumplieron con sus responsabilidades del día.

El cara a cara constituye el referente de la interacción en el ciberespacio, es

por eso que se decidio utilizar el témino “salto” pues lo efectúan en ciertos

momentos, por un tiempo determinado y retornan al mismo espacio del que

saltaron. Es por esta razón que primordialmente los amigos del cara a cara

también son sus amigos del chat, de esta manera el salto se hace más fácil

pues conservan los amigos, los hábitos y la fachada del cara a cara, sin

grandes modificaciones.

Otro aspecto relevante es que el grado de abstracción del espacio virtual

parecería estar más relacionado con el contexto social y el nivel educativo que

con la edad por sí misma. Una adecuada inducción a las redes facilita el uso de

las redes sociales, incluso con ventajas para la salud del adulto mayor.

Lo anterior explicaría la predileccion y facilidad por la interacción virtual con sus

contactos del cara a cara, puesto que las máscaras que se eligen para las

diferentes rutinas, también se conservan en el modo de interacción virtual12

disminuyendo el costo emocional de pensarse a sí mismos como sujetos de

representación en un entorno digital.

No obstante, lo particularmente interesante es que el uso de la red social se

corresponde con una organización del tiempo cotidiano, pero claramente

delimitado como diferente a la interacción virtual, a pesar que no existe un

límite temporal o espacial para la comunicación, lo que se visibiliza en los

tiempos preestablecidos para la comunicación on line, en la tarde y la noche.

12 En cierto sentido, y en la medida en que esta máscara representa el concepto que nos

hemos formado de nosotros mismos –el rol de acuerdo con el cual nos esforzamos por vivir-, esta máscara es nuestro <sí mismo> más verdadero, el yo que quisiéramos ser. (Goffman, 2007, pp. 32-33)





Internet se siente diferente a WhatsApp, palabra se siente permite interpretar la

experiencia corporal con el dispositivo: el WhatsApp y el teléfono tienen estatus

similar pues les permite comunicación afectiva con sus cercanos y la analogía

con la experiencia facilita el acceso y la utilización de esta aplicación.

El rango de edad no parece ser un factor determinante, pesa más si viven

solos o con sus familiares o pareja, así como también parece ser relevante la

personalidad, es decir si es más rígida o si de carácter más abierto, no

obstante es algo que se tiene que profundizar.

La comunicación a través del ciberespacio se efectúa con lo que alcanzan a

entender de la tecnología, las mujeres se sienten comprendidas, un estado

empático provocado por dificultades similares frente al uso de las redes

sociales que evita que se juzguen, no hay una competencia en las redes, son

pares.

Puesto que en este grupo todos tienen acceso a las tecnologías, cierta

seguridad económica y familiares con suficiente conectividad, la afirmación de

que las tecnologías y particularmente Internet modifican la interacción cara a

cara, se vería reflejado particularmente en un grupo como este, sin embargo,

no ocurre así, las tecnologías logran lo que la experiencia y la persona permite.

En este contexto, nivel educativo se evidencia como determinante, incluso por

encima de la edad, pues facilita el dominio de sistemas abstractos. Es

interesante que a pesar de que la mayoría del grupo vive (siete adultos

mayores) dos con su pareja y únicamente 2 con sus hijos, el promedio de

comunicación es de una hora, preferiblemente en la noche y que

adicionalmente mantienen más comunicación con sus amigos que con sus

familiares, esto, sin duda, puede ser un factor importante para la salud de los

adultos mayores.

La molestia con el uso del celular en el trabajo, reuniones familiares y de

amigos parece más pronunciado en adultos mayores, que en jóvenes.

Probablemente, en este nivel etario la molestia con el celular en espacios de

interacción social o familiar tiene que ver con el arraigado sentido de respeto

que impone la conservación de la fachada, en este grupo el mantenimiento de

la cara, como señalaba Goffman es un factor identitario.





Se presenta una idea generalizada de que Internet afecta negativamente las

relaciones interpersonales y familiares, pero por falta de un manejo adecuado o

supervisión. Resalta la afirmación de que no tienen Internet pero si WhatsApp o

viceversa, otra demostracion de que los adultos mayores “saltan” al modo de

interacción virtual sin establecer líneas de continuidad.

Se verifica entonces la discontinuidad en la articulación del cara a cara con el

modo virtual, a través de saltos como punto de partida y de retorno al espacio

de la experiencia corporeizada. De esta manera a contracorriente del

ciberespacio los adultos mayores parecen esforzarse por materializar el

espacio virtual y confinar la interacción a través de las redes sociales a sus

cercanos del cara a cara.

3. Referencias bibliográficas

Arcada University f Applied Sciences, Fabricius, S., Eriksson, N., & Arcada

University f Applied Sciences. (2017): Young-elderly individuals´ use of social

media for travel purpose. Tourism & Management Studies, 13(1), 27-32.

https://doi.org/10.18089/tms.2017.13104

Baugess, B. (2015): Examining Social Network Site Usage by Older Adults: A

Phenomenological Approach.

Bernstein, B. B. (1988): Clases, códigos y control. Madrid: Akal.

Castells, M. (s. f.): El lado oscuro de internet somos nosotros. BBC News

Mundo. Recuperado de

https://www.bbc.com/mundo/participe/2009/11/091118_participe_manuel_caste

lls_mr

Chen, Y.-R. R., & Schulz, P. J. (2016a): The Effect of Information

Communication Technology Interventions on Reducing Social Isolation in the

Elderly: A Systematic Review. Journal of Medical Internet Research, 18(1), e18.

https://doi.org/10.2196/jmir.4596

Chen, Y.-R. R., & Schulz, P. J. (2016b): The Effect of Information

Communication Technology Interventions on Reducing Social Isolation in the

Elderly: A Systematic Review. Journal of Medical Internet Research, 18(1), e18.

https://doi.org/10.2196/jmir.4596

Coto, M., Lizano, F., Mora, S., & Fuentes, J. (s. f.): Social Media and Elderly





People: Research Trends. http://dx.doi.org/10.1007/978-3-319-58562-8_6

Delfino, G., Sosa, F., & Zubieta, E. (2017): Uso de internet en Argentina:

Genero y edad como variables asociadas a la brecha digital. Investigación &

Desarrollo; Barranquilla, 25(2), 100-123.

Feixa, C. (2000): Generación @ La Juventud En La Era Digital. Nómadas (Col),

(13), 75-91.

Goffman, E. (1970): Ritual de la interacción. Tiempo Contemporáneo.

Goffman, E. (2007): La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos

Aires: Amorrortu.

H Shaw, L., & Gant, L. (2002): In Defense of the Internet: The Relationship

Between Internet Communication and Depression, Loneliness, Self-Esteem,

and Perceived Social Support (Vol. 5).

https://doi.org/10.1089/109493102753770552

Hof, H. I., Susz, J. P., Javaid, J. I., & Brunngraber, E. G. (1975): Concanavalin

A-binding glycopeptides from rat brain glycoproteins. Neurobiology, 5(6), 347-

354.

Leist, A. K. (2013): Social Media Use of Older Adults: A Mini-Review.

Gerontology, 59(4), 378-384. https://doi.org/10.1159/000346818

Ley para los adultos mayores fue aprobada en la Asamblea Nacional. (s. f.).

Recuperado 20 de julio de 2018, de http://www.elcomercio.com/actualidad/ley-

adultomayor-aprobacion-asambleanacional-ecuador.html

Lin, S.-H., & Chou, W. H. (2013): DEVELOPING A SOCIAL MEDIA SYSTEM

FOR THE TAIWANESE ELDERLY BY PARTICIPATORY DESIGN, 60(3), 10.

Mayans i Planells, J. (2002): Género chat, o, Cómo la etnografía puso un pie en

el ciberespacio (1. ed). Barcelona: Editorial Gedisa.

Myhre, J., Mehl, M., & Glisky, E. (2017): Cognitive Benefits of Online Social

Networking for Healthy Older Adults — University of Arizona, 72(5).

Recuperado de https://arizona.pure.elsevier.com/en/publications/cognitive-

benefits-of-online-social-networking-for-healthy-older-

Río, J. M. V. del, Jiménez, R. S., & Marco-Macarro, M. J. (2017): RECREANDO

ESPACIOS, TIEMPOS Y RELACIONES EN INTERNET. Revista Fórum

Identidades, 0(0). Recuperado de





https://seer.ufs.br/index.php/forumidentidades/article/view/6617

Role of Media on Social Health of Elderly in Durg Bhilai City. (2016):

International Journal of Science and Research (IJSR), 5(6), 740-742.

https://doi.org/10.21275/v5i6.30051601

Semana. (s. f.): «El modelo educativo está obsoleto y no es culpa de los

docentes»: Manuel Castells. Recuperado 2 de diciembre de 2018, de

https://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-con-manuel-castells-

sobre-educacion-y-crianza/561097

Smith, A., & Anderson, M. (2018, marzo 1): Social Media Use 2018:

Demographics and Statistics | Pew Research Center. Recuperado 30 de enero

de 2019, de http://www.pewinternet.org/2018/03/01/social-media-use-in-2018/

Stellefson, M., Chaney, B., Barry, A. E., Chavarria, E., Tennant, B., Walsh-

Childers, K., … Zagora, J. (2013): Web 2.0 chronic disease self-management

for older adults: a systematic review. Journal of Medical Internet Research,

15(2), e35. https://doi.org/10.2196/jmir.2439

Tennant, B., Stellefson, M., Dodd, V., Chaney, B., Chaney, D., Paige, S., &

Alber, J. (2015): eHealth Literacy and Web 2.0 Health Information Seeking

Behaviors Among Baby Boomers and Older Adults. Journal of Medical Internet

Research, 17(3), e70. https://doi.org/10.2196/jmir.3992

Vilte, D., Saldaño, V., Martín, A., & Gaetán, G. (2014): Evaluación del Uso de

Redes Sociales en la Tercera Edad, 9.

Yus, F. (2001): Ciberpragmática: el uso del lenguaje en Internet (1. ed).

Barcelona: Ariel.


viejitos en red: la interacción en el ciberespacio de los ... · abstract: el modo en que, un...

Documents