william dray

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' , f'¡r *liDa-,Ay. *1'Lososi^ sE ;i.ii r-§ sto<ri-s -\ §-\ E-- X r <_-,o ES I Á,h§=sl\ c-..$_^, \ §65, ¿ - SS CAPITULO II CO]VIPIIENSION HISTORICA Hecho y explicación La tarea principal de una filosofía crítica cle la histc»'ia es, podríamos decir, la de clarificar y analizar la '.'idea" de la historia. tsien podemos ernpezar entonces pre$rn- tanclo acerca de qué trata la investigación histórica. Apa- rentenlente por lo menos (aunque ni esto ha dcjaclo de ser discutido), el irrterés del histor-iador esth crr 1o llasado; más específicamente está, por supuesto) eri el pasado át- mano; \' aigunos filósofos harían cle esta última limita- ción una cuestión de principios, basándose en que los con- ceplos y los métodos empleados por los historiadores no son apiicables a los sucesos naturales. Así, R. G. Colling- rvood critica a Samuel Alexander por hablar de ,'la his- toricidaci de todas Ias cosas".l Aunque fuera inteligible lial-¡lar de Ia "historia" de un objeto natural, sin embargo no es) por supuestq el tipo de fenómeno que trata 1a historia como actuaimente Ia encontramos. La iiistoria pue'de referirse a sucesos naturales, pero únicamente en cuanto afecten o presenten problemas a los seres humanos ^ ' TJr_t_ Idea ol ÍIístory (NLreva York: Oxiorrl Urrlversity Press, 1956, a Galaxy book), pág. ?i0. cuya hisioria desea narrar e1 historiador. pocl¡ía al princi- pio mencionar dos limitaciones adicionales de la esfta de acción, aunque quizá sean consideradas controve¡til¡les. La primera es que la historia, como lo han suhrayado Colline_ wood y otros filósofos ic'lealistas, se interesa principalmer-É: et las actiuidades de los ser.es humanos. eue la reina Is¡,bel hubiera tenido una mañana dolor cle garganta sc torna objeto de estudio histórico únicamente si je-hubiera inrpedido ir a nna ¡eunión del Consejo pqivado. Esto tarrr_ bién demuestra la seg-unda limitación, que si bien en un sentido Ia historia concierne a l¿rs activiclacles cle ]os ir¿1i_ uíduos, no le conciernen conlo tales. \Jna acción no llega a , ser tema pala el historiador si nc posee Io crue Jt.ta,ri.icc Mandclbau¡rrllama..significaciónsácial,,.2 Si Ia historia se pr.eocupa por acciones humanas de Io: pasado y de significación social, ¿cuál es la naturale:a r),e esta Dreocupación? Una respuesta sencilla es: ilveliguar lo . qr-re fueron, "establecer los hechos,,. Esto suscita la nr.inrera de las preguntas cle l¿i filosofía crítica de Ia historia qr,e tratamos en este libro. Porque es indudablemente tarea áel historiador no sólo estableier los hechos, sirro también l¿ de comprenderlc,s. Y esto le obligar.á a cl;,: r:xplicacione,s. I-Iabrír tcóricos cle la llistoria clue c¡uerrán ioslryel ius problemas -guc nosotlos tratarernos cle rcsolver, neerrnclo que Ios historiadores construyeran o clebieran constnrir cxplicaciones sobre cLralcpricr tenra. La historia, dirín, sólo e-stá ol;ligacl;r a evcr.i¡3rar exactamente qué srrceclió. Si se dcsean e.xplicaciones. se cleberán burcar en otra pxrlc: e-n las cie¡rcias sociales, quizá. para las cuale-, cl historia- clor provee la materia prima:' los hechos. Ciertamente, alsunos cle los n'rismos historiadores se valerr cle estas pala_ bras ltara no estar obligados a justificar la naturale;ra de . i T!r. Pr,o.Ll¿m ol Hirtorical I(nou-tledce (Nueva york: Li. vprrglrt I,ubliihing Cor.p, l93B), págs. 9, l+, Tur*, Y I 0OMPRENSION t-IISTORI0¡\ 1-[' s i ,i .:; i :'; ,rl, I i,lÍ : iiir , I' t-,1

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Filosofia de la historia

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' , f'¡r*liDa-,Ay. *1'Lososi^ sE;i.ii r-§ sto<ri-s -\§-\ E-- X r <_-,o ESI

Á,h§=sl\ c-..$_^, \ §65, ¿ - SS

CAPITULO II

CO]VIPIIENSION HISTORICA

Hecho y explicación

La tarea principal de una filosofía crítica cle la histc»'iaes, podríamos decir, la de clarificar y analizar la '.'idea"de la historia. tsien podemos ernpezar entonces pre$rn-tanclo acerca de qué trata la investigación histórica. Apa-rentenlente por lo menos (aunque ni esto ha dcjaclo deser discutido), el irrterés del histor-iador esth crr 1o llasado;más específicamente está, por supuesto) eri el pasado át-mano; \' aigunos filósofos harían cle esta última limita-ción una cuestión de principios, basándose en que los con-ceplos y los métodos empleados por los historiadores noson apiicables a los sucesos naturales. Así, R. G. Colling-rvood critica a Samuel Alexander por hablar de ,'la his-toricidaci de todas Ias cosas".l Aunque fuera inteligiblelial-¡lar de Ia "historia" de un objeto natural, sin embargono es) por supuestq el tipo de fenómeno que trata 1ahistoria como actuaimente Ia encontramos. La iiistoriapue'de referirse a sucesos naturales, pero únicamente encuanto afecten o presenten problemas a los seres humanos

^ ' TJr_t_ Idea ol ÍIístory (NLreva York: Oxiorrl UrrlversityPress, 1956, a Galaxy book), pág. ?i0.

cuya hisioria desea narrar e1 historiador. pocl¡ía al princi-pio mencionar dos limitaciones adicionales de la esfta deacción, aunque quizá sean consideradas controve¡til¡les. Laprimera es que la historia, como lo han suhrayado Colline_wood y otros filósofos ic'lealistas, se interesa principalmer-É:et las actiuidades de los ser.es humanos. eue la reinaIs¡,bel hubiera tenido una mañana dolor cle garganta sctorna objeto de estudio histórico únicamente si je-hubierainrpedido ir a nna ¡eunión del Consejo pqivado. Esto tarrr_bién demuestra la seg-unda limitación, que si bien en unsentido Ia historia concierne a l¿rs activiclacles cle ]os ir¿1i_uíduos, no le conciernen conlo tales. \Jna acción no llega a

,ser tema pala el historiador si nc posee Io crue Jt.ta,ri.iccMandclbau¡rrllama..significaciónsácial,,.2

Si Ia historia se pr.eocupa por acciones humanas de Io:pasado y de significación social, ¿cuál es la naturale:a r),eesta Dreocupación? Una respuesta sencilla es: ilveliguar lo .

qr-re fueron, "establecer los hechos,,. Esto suscita la nr.inrerade las preguntas cle l¿i filosofía crítica de Ia historia qr,etratamos en este libro. Porque es indudablemente tarea áelhistoriador no sólo estableier los hechos, sirro también l¿de comprenderlc,s. Y esto le obligar.á a cl;,: r:xplicacione,s.

I-Iabrír tcóricos cle la llistoria clue c¡uerrán ioslryel iusproblemas

-guc nosotlos tratarernos cle rcsolver, neerrncloque Ios historiadores construyeran o clebieran constnrircxplicaciones sobre cLralcpricr tenra. La historia, dirín, sóloe-stá ol;ligacl;r a evcr.i¡3rar exactamente qué srrceclió. Si sedcsean e.xplicaciones. se cleberán burcar en otra pxrlc:e-n las cie¡rcias sociales, quizá. para las cuale-, cl historia-clor provee la materia prima:' los hechos. Ciertamente,alsunos cle los n'rismos historiadores se valerr cle estas pala_bras ltara no estar obligados a justificar la naturale;ra de

. i T!r. Pr,o.Ll¿m ol Hirtorical I(nou-tledce (Nueva york: Li.vprrglrt I,ubliihing Cor.p, l93B), págs. 9, l+,

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su explicación. Tal aselción, sin embargo, es desrnentidacon lá más descuidada ojcada a 1o que escriben jos his-toriadores, Constantenlente declaran que "iluminan,, o que"aclaran" Ios hechos que tratan; slrs cxposiciones estánrica¡nente interceladas de expresiones explicativas colno"en \,ísta de glte", "por consiguiente" y "porc1ue,,. pocaatención mel"ece entonces esta posición t¿itr curiosar¡renteuiodcste.

i Explicación y Iey

Cuando los histol'iadores aseguran lograr la comprerl-sión, ¿qué fo¡ma dan a sus explicaciones? ¿Cuál es suconcepto cle una explicación satisfactoria? Uno puede su-poner que la naturaleza del tema podría hacerlcs demanclascspecialt:s en relación a ello. Los filósofos positivistas clela historia, sin embargo, recltazan la rclevlncia cie talesconsidelaciones. Para ellos, el concepto de la explicaciónes neutro elr cuanto al tema; es necesariamente la mismaen dorrde una explicación sca satisfactoriamente hecha. parala m¿is clara ejempiificación, sin embargo, nos acorrsejan es_cudriñar donde el pensamiento mismo sea más níticlo, ose¿r, en la ciencia física. Si los historiador.es dieran algunavez explicaciones gcnuinas, podríamos suponer quc en con-cepto y cstructura sc aproxiniarían lttucilo n las cle l¿ciencia.

. Ahora bien, las. explicaciones misrnas de la ciencia pue-den ofrecerse a distintos niveles cle sof isticación. En ge-neral se acepta que en clranto explican lln suceso en partiJu-lar, compat'ten una característica cnjcial : lo que explican

'

se torna pronosticabl* al regir.lo por leyes ernpír.icas y uni-versales. ]in casos ideales, este relato presenta ,ru forrnuclecluctiva: una proposición qr.re sostiene que el sucesoque será explicado se demuestra como lósicámente dedu-cil¡le de afirmaciones que clan o

"ono.*, ciertas condi-

COMPRENSION HISTORICA

ciones precedentes y de ciertas leyes ger erales empírica-rnente verificadas. Aun al nivel del sentioo común rige lamisma forma. Si yo cluiero explicar la caída cle una tojadc mi tejado, tenciré que referirme a la ley clc gravedacly aclernás a la conclición precxistente de que h tcja, pordesgracia, cstaba sin apoyo. Si deseo explicar el estallidocle la Revolución Francesa, tendré que bosquejar las con-dicicrnes que lo prececlieron iunto con aseveraciones c1e

las leyes apropiadas que permitieron que su acontecirnien-to fuera deducible. Así io ha expresado Carl l-Iempel,autoriclacl en la exposición de esta posición.

La explicación histórica también se propone demostrar quo

el hecho en cuestión no fue "cosa r)el az*", sino que se espcmriaon vista de determinad¡s condiciones simultáncas o preexistcntes.Y la expectación a que nos referimos no es profecía ni adivina-ción, sino alticipación científic¿ y racionel basada en el supuestode leyes generales.s

En la ciencia, por supuesto, las leyes exigidas p¿Lra

una explicación serían ellas mismas objeto de clescubr:i-miento en la discipii¡ra en cuestión. En la historia, cornoel establecimiento de leyes no es el propósito de la inves-tigación, tendrían que derivarse de otra parte --.posible-mente de las ciencias sociales or aurl, de la expericucia r:tt

gerleral del muudo que llamamos a veccs el sr:ntidr: co.rnún*, El historiadorr como lo expresan C. I). Joynt y

3 "Tlie Frinction of General Laws in History", reprodur:idoen T'h¿ori¿s ol History, erl. Patrick Gardiner (Nueva York: F¡eePress of Glencoe, Inc., 1959), págs. 348-349. Et est;dio que sigueacerc¿ de la tesis dc ÍIrrnpel se cle¡iva ón gran partc dc rni l¿¿osand Exltlanation in Ilistory (Nueva Yolk: Oxford UniversityPress, 1957). Para afirm¿ciones m.'ís sofistic¿das sobre la n¿tru"a-lcz¿ de ia explicación científica, consúltese Philoso!hy ol N,tturalScierce, de IJempel, y Philosophy of Social SLirlnce, cle liichardRudner, dc Prentice lIall I¡ouridations of Philosophy Serier.

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r0 FILOSOFIA DE I,A I.IISTORIA COMPRENSION I-IISTOIIICA 11

p,or qué en este caso ri ocurñó; en otras Palabra§l por qué

ár, .it" caso no fuera comJrrendicia al contrario la posi-

biliclad de clue no ocurriese'La única manera en que Podemos descartar tal posi-

bilidad es sosteniendo que el acontecimiento tl'tu'o qLIc slt-

ceder, que stlcedió necesdliatnente, y esto es lo que asegLrrír

el req.iisito deductivo cle la explicación científica' Casi

toclos ios positir,'istas airadirían que este requisito sólo ptre-

de curnplirse con una. apelación a las leyes ¡r;enerales'

Por ir-rpuesto, una-coia es enunciar la ex1:licación ideal

y otra "oü "t decir con qué exactitud debcmos aPlicarla

a .rna evah-ración clel trallajo de los historiartctres' I-Ienr¡lel

mismo no expresó categóricamente que una exp'licación,

aunque tuvieá menos de los debidos requisitos, no podíir

ser cinsideracla siquiera una explicación. La rlificultacl cla-

ra en Ia historia "i qrr" los resultados de hacer esto potlían

llevarnos hasta la posición indicada al principio del ca-

pítulo: que los historiadores nunca explican, atlnque nlres-

iao frndu*"nto sería, rlo que no quisieran hacrrrlo, sinrl

que no pudierart hacerlo. Porque los historiadores rara vez

*"n.ior-. las leyes universalés cuanclo dan explicaciones

dc los hechos; y sería muy improbable que en la ma)'o-

ría cle lo, .aioi pudieran asegurar un conocimiento cie

dichas leyes. Donagrn. ha argüido qire cada afirmación

general fántrulada fara intercalar en una explicación his-

iL.ica .es.rlta qrl" no es universal (porclue contiene califi-

caciones de vaiios tipos como impedimento contra los casos

contrarios) o no es verdaclera, a menos q".g.ttt defensores

se aprovc¿hen todavía de una tercera posibilidad de pro-

togcilo ¿le Ia crítica liaciénclolo clisimuladamente tautol&gico.u Las referencias, poco flecuen(es, a.leneralizaciones

[.," r;. log'a ertco,trar L* los trabajos cle'los ]ristoriaclo'cs

dan crédito a tal aserción.

Nichc¡las l{escheri "no es un ltroductor de leyes generales,sino un consumidor de ellas",{ La pregunta aier.ca clelorigen, sin embargo, r1o tiene .r.elevancia cli|ect¿r con el¿rserto de los positivistas, porque esa afirmación es esen_cial¡nente conceptual, Lo que sostiencn es una relaciónlógica y-conceptual enüe el poseer conocimiento de leyesy el poder dar explicaciones que sean defendibles. y seasegura también que lo que es cierto en ctranto a expli-caciones en general debiera ser tambión verdad. en cuairtoa la explicaci6n lListórica.

Hay algo muy persuasivo en esta ciescripción de lanaturaleza de la explicación. Si es que dcclara suficientecondición para explicar algo, aun en la ciencia, se poclíaquizá dudar; Pero atrae creer que por lo menos déclarala conclición necesaria para hacerlo. Alan Donagan haofrecido la siguiente "p,r-ueba" de Ia tesis deductiva.s Silo que damos como explicación de un acontecilliento noanula la posibilidad de que ese acontecimiento no hubieraocurrido, cntotlces no podrernos presumir clue sabenros

r "The Problem of lJniqueness in Histor,y", Ilistory attlThcory, I, No 2 (1961), 154.

6 "Bxplanation in History'f, reproducido en Theoriet oiIIittory, ed. Gardiner, píg. 430. Donag;rn niegii, sin embargo,que esto cornpruebe la tcsis total de los positivistas de que ladeducción e.r¡:lic-atoria debiera ern¡:lear leyes enpiricas. lvfayoresdesarrollos de los puntos de vista de Donagan, quc desgracia-damente no pueden ser considerados en esta intráchicción, pluerJ.,nser encontra(los en su T/¿¿ Lattr Philosopñy, de R. G. Collingwoocl(Nueva York; O:xford Uu.iversity press, lg6?), pí¡;s. 173 y'sigs.,y c]1 un ar[iculo que saldrá et History and 'I'heiry titulado ,,Hi$-torical Dxplanatiorr: The Popl:er-Ilcmpel Theory Rcconsidereci',,Para una defens¿ animada de la afiimación total hempcliana,co¡súltense a May Brodbeck, ,,Explanation, precliction, und ,Lrlperfect) J(norvledge", en Sriettlilic Explination, ,l¡tace anr) .fime,ed. I{erbert Fcig} y Grovel Jvlaxwell, Minnesota Stuclies in tllefhilosophy of Science, Vol. III (Minneapolis: Univer.sity ofhfin¡resota Pr.ess, 1962), págs. 231-2it.

6 Vea su artículo próxinio , citado eD el Pie de ll not¡ 5'

r'i:,-:tiri'rt:i,il: I t:'-l lii ):i-::lii: ¡.jii:ll i' |-: ' : 1

I ii. i.,'

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La respuesta que da.Hempel a esta diliculLed tienedos aspectos. por u.n Uao, ,u[iria-qr""l*'rrir*;#:::aunqr¡e raramente ¿o" or,lJ ;;""';;."r;#serían exp.ric;.i;;;,

"i.,,t,i.ul-áui5il;X' (:i::.:r,i,fll:quejos de explicacirr'";;tJ;;;X;'"#X[]: j*::'?:1..,::tml*:¡:;ide¿l científico. por orio' üáq';#;iff,q"e aun en tasciencias naturales. ru, r"yo

.."'";rJr"i", f, Ir, ,=lu.ion.,deductivas ti"n"., a ,r"nI.ráo q". ¿*.lrg^i. ,r Ias hipótesisde probabitidad y de ú;;t".i";.r"ir¿,ij#

chas veces ras ráves diril;bi;;;ffi;";iii&T[:: il:estadísticas. Surruro qu" Iur - "*pti.""tn.s históricas po_drían ser represcntada, .orrr*1.

-;';il versión menos

Podría ser arfirmcntado quc tal relajamiento c,n losrequisitos dct máeto .u.rtiiiio- ii;;"r;'''1,; marca de Iaconveniencia y no la d" lo, p.;r.i;i;r" '"IJna teoría oue a !trio.ri.á*i"ri"

"l"borando el signi-ficado .sencial áe la "pfi.uciáo, .;;;; rratar <le des-c.brir Io que los prr"tiá¿nt"r-;J ü'i"upina erL cuesriónconsidcl.an una exnlicacién, está sin ctud.a en ter¡.cno f)c-lir¡roso cu;rndo se'relajarl ioi" *qrisi*"_il enfrentarse adificLrrtades de a,ticaciór. L; ;;;;;;; :;.,."te de tat

31j. bful podía prepararnos, en todo caü, pa.a co.,ri-derlr seriaruente interpretaciones

^lra."utiuo, cle lo quetratan ios historiadores- de hacer c"rlrá. "_rli.an, en es_pccirtl, Ias interpretaciones basadas .r. p..irr.ir¡o, contrariosque aseguran ofrecer ]os firósofos i¿.ir;rtur r.r"

ra historiacomo Michael Oakeshot { R C-;.rfiIgr"."a. Ambosbasan sus obieciones ol ,noá"lo'.;;,fi;';: rr. conceprodc Ia naturaláza det tema det hlr;;;l^d;;: Éara oakeshott,cl punto cnrcial es el j¡1s¡{s .i"l"j,*"ira"i'*r, u,,u ,".i"dc hechos que no se "epiten,-

pr.r'crji;,rg*;d, cl intcrésla acció¡r racional a"t hol¡urc. ilr"Iffi;f XrL ¡ror;.iun"r.

COIVIPRENSION HISTORICA

i Lo único de los acontecimicntos históricosl

"En el momento en que se considera a Ios hechos]ristóricos como ejemplos de icyes generales

-clcc:l¡rreOakeshott* se despide a Ia historia." z fntentar consicie-rarlos. así, continúa, es iqnorar una presuposición de l:iinvestigación histórica; es tr:rnsfon¡rar la ftr:ma históricade investigar los hechos de Io ¡:asaclo er1 una forr¡ra cior-tífica. Para Oakeshott, la imposibilidad de explicar hecliosl-ristóricos de acuerdo con el modelo científico no es. tlor.lo tanto) simplemente empírica o un caso cle rner¡. clifi_

:ykl{. Lo que él expresa ¿rl lhmar a esto la presu¡rosiciónhistórica quizá requiera en sí una explicación.

El punto de Oakeshott es aproxirnaclanrcnte el sig.r-rir:n-te. I)e hccho es comúrn que la. cicncia concierne a ]ascaracter'ísticas generales clcl mundo: el científjco no tieneningírn inte¡és en Ias cosas inclividrrales o en los hechos ensí. La verdad de esto es más si:ncilla en :*,s cicncias ,rlte-mentc dcsarrolladas, como la lísica o la qrrímica, cl<;n,Jese elabo¡r¡n leyes y teorí¡rs para explicar Io c¡.re expcrirrrirrr-tarnos. Son c1e interés las leyes y ias teorías en lug.ar clt: 1oqr:e ejem¡rlifican. Sin embargo. existe una situacián seme-jante, aun al nivel cle la ciencia que es ll¿rrnada ,,historianatrlr'¡Ll" (cn rrn sentido cle "histolia" mnv clistinto al queusan los histoli¿dores). Para el botánicq un espécinienes cie inferés solamente cn cuzutto repl.escnte un, de 0,,csDecie. Pt-.ro en la historia se puecle afirr¡ar que la situa-ción es muy cliferente. El historiador se interesa por IaRcvolució¡r Fral:rcesa o por /a cjccur:ión cle Carlos I -srt-cesos inclivicluales cle la historia-! no en rcvoluciones ocjccucinnes en sí. Ilstucliar estos hechos como ejemplos clc

. r Experiu¡ce and Ils Llo¿es (Londres: Liarnbrid-ge Univei-sity I'rcss, I933), pág. 15+.

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COMPRT1NSION H ISTORICA 15

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l4 TILOSOFIA DE LA I-IISTORIA

su tipo puede ser perfectamente le¡¡ítirno e inlercsante,pero difícilmente representaría la folura típica en que lahistoria trata los hechos. Porclue el i¡rterós clcl frisl.o¡i¿rdor

en esos hcchos no se liuiitará ¿r los aspectos o caracterís-ticas quc cornpartieran con otras revohLciones o ejecrrcio-nes. Qr-rerrá estucli;rrlos crr totla str oliginaliclacl y ¡tar-ticularidad.

Aquí parece qlre tenelnos rtna confrontación clirecta. dedoctrinas. Porque las leyes, comó lo dernuestra l-Iempel,se aplican a típos de hechos y no a los hechos en ¡rarticLr-lar. Para explicar un hecho al nodelo 1rcsitivo, el histo-riador, ¡ror consiguiente, tendrá qLre clasilical al objctode su estr¡dio como un acontecimiento de cierte es1;e<:ie;

pero si tal procedimiento significa¡'a para O:'rlieshott "laclestnrcción completa cle la historia", ¡'cuál es srt explice-ción alternativa del moclo en cpre debieran proceder loshistoriadores? "La única explicación

-clice cabalmente-

del cambio relevánte o posible en lá historia es sencilla-menté un relato completo del camhio, La histolir da cttetl-ta dél óambio mediante una clescri¡':ción completa clel

cambio." La explicación ideal para el historiaclor es en-toirc€s ('una exhibición tle los heclrc.rs r¡runcli¿rl¡'s relacio-nados ilrtrínsecamente en la cual no se tolera ninguna i¿-guna".6 Para Oakeshott, "eI método del historiaclor l1uncaes explicar mediante una generalización". La comprelr-sión histórica se adqr-riere, más bien, "por meclio Ce ma-yores detalles y más courpletos",

En contra de este tipo de posiciórr, los hcn.rpelianosha¡r ofrecido en general objeciones cle dos tipos. Han ar-güido ¡:rimero que a pesar de qr-re los hechos históricosen'un sentido son únicos y nunca se re¡riten (no cxistendos acontecimientos idénticos "en Ia forma en qlre realmen-te ocurrieron"), el uso filosóIico que descan cl¡l' a csta

3 Ibld., pág. 143.

contención ios idealist¿s corlo Oakeshott no ':s iegitimr¡'

otro,r* cxactarnellte 1o mismo se podría,. riecir de los

il;;il;t'q'.r" "rt,-,aiott

los científicos naturaiistas; y no se

rriesa que las leyes y las teorías se apliqueu a ellos' La

r"-i".rit-¿."t"t'iá.ltittos a esto ya se ha mencionado'

il;';;; p.t l, cual el científico no tiene problemas con

u'm1"1-.i" ,rs lr"cho,, se poclría d'ecir' es ¡rorque él no

,. ln,"."ru et: eilos por: '"t úT icos, mientras c¡'rc el histo-

¡:iador sí 1o está. Peró esto nos lleva al segundo al'gtlmento'

L;i"Eñ.!^;os seiralan que deberíamos rccordar que

cuallto conclerne a una filásoltía crítica de Ia historia es

;;i;;;; la idea de Ia historia corno una i'nuestigación'

;r*q;l"; acontecimientos históricos lueran en sí únicos'

en el senticio di: quc dcscartan la aplicacióu cle leycs' la

t."*,nta es si en la hisroril puccien ser consideraclos ctrtrto

iiü';;ñ-.*ri"-ri."t., si se podría decir qtre los his-

toliadlrei se interisen por ellos como teles' Debicra estar

claro, por Io meuos, .1u" '''o

sc le.s pueSle, describir conro

talesj porq.te tanto una desct'ipción histór'ica conlo Llnít

cientifica ó cualquiera otra tiene que .usar- concePtos genc-

taf"t; y "uto,

qr-,árárnoslo o no, clasifica.necesarlamente a

i;-l;"'*u ¿Jr"liir". En el tipo-de investigación conduc'icla

"r, p."r"rr,ria cle su objeto puede ser racional ase3ul"ill (ltle

*ubi*or, ruediante Ia'perclpción setlsoriai, más de 1o qr-re

;i-idi;" prr"de adeór"radarnente exPresar' Pero los ob-

i.rát -á.i

.i,udio histórico están e' lo pasado y se. i*náLrsentado, Lo qtre está frente a los sentidos clel historiador

es solamente cuidencia cle ellos.

Bti, réplíca es de una fuerza considerable' No se de-

biera, sin ámbargo, exagerar su fuerza para resolver esta

.uestión. Porqtre ,ro puótl", en sí,-tetlei Ia presunción..dc

;;i;;;t-""a u".tiór, posiiivista de Ia explicación válida

pu.a la iristoria; puecie' alinnar solamente qrre hace a un

ffi; ;",rr-"¡:LJi¿" erónea a esta versiót'' Apropiada-

áá"t- "* recul.da que lo que explica eI historiador (si

'rf;ltt Iili r,. I

:iiiiiii .;iiiji, ii.i

i,,

;l;,ii:i:li'itiil

,,:iit,,'¡1.: !i!'

COMPRENSION HI§TORICA 1'l16 FILOSOUA DE LA HISTORIA

tiene la luciclez suficiente para formular una Preguntxprecisa) debe poder ser especificado en térrninos gene-

rales. Ei histol'iaclor que insrste en pocler explicar "la ltc-volución Frances¿1" sin esrar dispuesto a decir cpré aspecto

tratar| de la lievolución Francesa, sencillamente no 1o-

grará comunicarse. Si habiendo manilcst;tclo esto en el

i.liorro puciiera estar segltro cle haber olrecido una expli-cación Jin demostrar que ésta sigue, cle actterdo con las

leyes, otros hechos es1:ecificados también en térrninos ge-

nerales, es una 1)r'egunta que xesta conte§tar.L3.- g4rantia de Oakeshott de haber ciemostrado que

fas i.yil eran innecesarias se basa principahnente en su

uso de la noción de "conti¡ruidacl" como criterio de iacomprensión histórica. En oposición al modelo positivistapiopone un modelo de la eiplicación clue se podría- llamaru¡rá "s"r'i* continua". Parecc ser que un historiaclor Ir'tl-c-liera c-ornprender córr,o t,n hecho sigue a otro cuando se

puaiáian ¿iellenar" los hechos iuterpuestos.- Para ex¡:iicar

el estallido de la Revolución Francesa en 1789, por ejen.r-

plo, no es suficierrte citar la corrupción dc -la noblcza yrr

con Luis XIV. Bsto no bastaría aun si pucliéramos recu-

rrir con plausibilidad alguna a una gel)eralización como:

"Cualquiera vez que ia cláse dominante piercle su scnti'lo de

resporriabilidact política, clcntro cle irn siglo le sltcecle rtrra

rer,l,:lución." No'se habrí¿r ofrecidci r-url explicación histó-

rica si no se iurbiera mostraclo l;r cc¡nexiólr olltre una corl-

dición y la oLla.- Y esto sr'rllondtia tlazar tlct¿rliaclartc¡tLc

las relaciones entre las claJes de Francia a través de laépoca.

El tipo de objeción clue llevatía el positivista en con-

tra de .ito t o "i aifi.if de imaginar. Poclría fircilmente

adrnitir que una característica cle Ia explicación histórica

es el ttazar la continúicl¿d entre hecl:os que aparenterrerltÚ

ncl se relacionan de tal modo. Pero pregr'rntaría é1 qué

frecisa*errt" quiere significar Oakeshott con la conti'

nuidacl cle tales lreclros; preguntaría qu-i' convertiría a

i"t'lr*rt.t q..r-. **ptl"u*'"" ütr'ot "¡si¿c'i6¡ados intrilr-

secamente'r. Sl, aclaración del concepto {e la serie con'

;;.;;'j;;;ir,,ro a"t "ñ; modelo hámpeliano que oake-

;;;; ;;;;. Continuidad en ios hechos' .diria' solamente

puede significar que áao "o*p""ente

de la serie sigrre

i'nat,-rralrirente" a su antecedente; o sea: que es conse-

Jili;-;;;;saria cle e¡ át ato"'do con las.leves generales

fundanrental"s. Si Oak"J'"it a' otro sentido a' la conti-

nuidacl u otro 'ig*ifi;;á; a Ia "relación" entre hechos'

".r,orr.a, debiera dernostra¡lo claramente'""'";que

admiti'' q* óol"'hott no logra hacerlo' Esto

r;,r significa que tal "i;;;'-t su critica áe la teoría p<'si-

tivisa sea "or,pr"toát'*c errada' Polque la nociór¡ de

oue la continuiclacl t'n "' serie histórica se establece con

lJ";il"#*';;i";ti mo<lclo hempeliano a cada paso'

senciilamente ,,o "'"lo" aitf'" criterio; qor eje=g]o: 11

relación entre la politit-'- Jt Io to"". rle -Luis XIV y e1

ffiirü; á"-r^ ndtol''rción setía en sí considerada coruo

una relación ¿. ."n,i"r.,J.iac1 (cIacla la gencrali'zac:::.":,::

;;; ;;;ir,rente), mientras que es casi.segr'r'o clue n,lglr*

iffii;;;i io' j"'["'iu' Pár consigr'rientc' aI insistir'c*

(ruc una comprc'sió"i;i;¿'it' cl"p"'''"cl" clc rrnr reclucciúr'

ü"of,.; h;;il;; , rtna-serie detallácla de Pasos "comprcn'

ñ1;J;";;ria cle oalteshott parect: estableccr ulr p1L'ro

imP-ortante' , .t :te dc su llosi-Pero la aceptación de siquiera esta par

ción requcrirí. to r.,.iu.ian; po. 1o rnenás, de que.rcgilla

ffi ,*I'j;;'""*tii'ü' coá¿i'ión sulicitnte para dar u.r;iri#ili;;;;i";' Pero ia presunta.continúa: si esr"o

no es criterio para tu l;"ont*i¿'r; histórica' ¿cuál .es ^el

criterio dei historiad*i e'" relación con,este asunto' It G'

ó"iri"g,r;¿ tiene considerablemente ba irante más que

decir.

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'i :; i:;,

5;:r ,,1¡:, l.:- 'I ....',):, . - rrii,i;¡#

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tolo TILOSOFIA DE LA I]I§TORIA

La ¡acio¡ralidad de Ias acciones

COMPRBNSION HI§I,ORICA 19

Con esto, lo qr.re parece afirmar Collingwoocl es quepuecle haber una relación entr.e cl p"nro*i.ito d.l ú.;;_lr::u.,"::

y lo que hace, y ¿rt¡ tori" "orriprensibte

su ac_uron. I encmos qlre preguntar qué clase áe pensarnientoconcebía.Collingwooá y cuál t"narir-q"" ser la relacióna la acción histórica. Su respuesta u '"uiu, preclrntas seencuentra en su doctrina de que para comprencler unaacción el historiador tiene q,e',,ru-p.r-r.r,r;';t;ü;;tr;;1'l

los pcnsanrierrtos del agcnt! "" ,,i pr"pia mente. Iistoprredr: párece. ,na ,ocién ,r, ,^.,io io.rir;*auU*. pero locrrre dice Collin&.rvood resalta con bastante clariclacl si ob-scrvarros Ia rnancra en que lo a¡rlica a cjem¡:los, Supo,r_g,.T9r:.dicc, quc un historiado. á. Ro-u'"st.í estudii¡nclocl Cóclii¡o tcr¡closiano y. ticnc ante él ""'".ii.u, ,f *l ;;p;:raclor..,iQrrr'r lcnclríi clue hrcr:r 1ro.o to.q.o.-rura conU)fi:n_sión históriclr tlc esc eclicio? ¡ o ---

Para hacer esto tiene que imaginar I¡ situació¡: que el enrpt:_raclo¡. trltal¡a de resolvcr y tit:ne'que .orr..t i.in como ll con-

-","|l]^ ,".1 cr1¡er1d.or. Deq:ués ti"n. q,,"

"". fo"-ri'rr.rirrno, tal cornosr ¡a sltrraclón del emperador ftrera snya, cómo esa *itrru.iO., poJínser resu"ltai tenclrá que.t,er las altcrnativas posibles y las razo-Jles por Ias cuales se elegirie unf,, en vez cle ot¡a; y así tenclrá quepasrl pol' Ios momentos por Ios cuelcs pasaba el'ernperador. t.r¡¡r.r_do decidía qué canrino tomar. Así r"_cr"rrá "n i., propia rr.,",_,t.lr experiencia clel emperaclor, y sólo .; ;;" que hara estotcndrá un co¡rocimiento históriáo a alirr*.;"J""un co.ocinrierrroúnicamente f ilológico clcl eclicto.l0

,^ j::L"r1:-:nl:, Io ctase de pensamiento que reqrricre

:i, i::"::,Í: uollingwood.es aqt,elta que for.inaríu po.t,,oe rírs oeltberaciolres nrácticas del agente que trata dc clc_cidir lo que riebiera *er su lí¡¡ea j" u..i¿¡. Los p.ns¿r_mientos ck:bieran incluir, po. *j"*pio, "i .á"""p,o que el

10 Tha I¿lea of History, páC. 283.

_La qposición cle Colling.wood a la posiciórr positivistase basa menos er1 la 1:reocupación histór.icl por. 1os acorr_tecimientos

1nic.o.s (aunque no lo negaría) cltre cn cl lrc_cno de que Ia hlstol,ia tenga que explicar, no los sucesos

naturales, sino las acciones á" lo, ,"r",s hlliarrns qlre lrast;rcicrto.punto están libres pala orclenar su.§ acriv.idaclcs dcacuerdo con las demandas de Ia razón. C"",o l; ;;;o;;cle los idealistas, colingwootl cristirr¡Jr.re cntlc las ii¡r.nlas

1n qire los dos tipos de temas debicrán scr cornprendidos.

Para usar su pt.opia terminología, los sl¿r¿isos nutrrr;rlcspueden ser ex¡>licaclos í¡nicarnelrtr: clesclc,,fLter&,,, y {:sroconrprende. el tipo de procerlinrierrttts irr.o¡,rLrcstrts por. llteoría positivista. Accio..cs históricas, siri crirb,r,.go, ,',,, ,u,,,"ltteros acontecimieiiioi": tic¡ren ¡n i,i¡tct.ior,,

r> rr¡r ,,i:y¡¡-pensat!11o". Su explicación r.eq,icrc cl ricsr.:ubr,ir,ic,t. cl.lpensamiento del agentc ,1u" i*1r,.,,r,, Ilr ar:ción .r, Lo,.rr'rtotal. Segirn Collingrvoocl, para-explicar una rccióu nre-diante I¡ ¡'cferenci¿r al pénsamiento clcl aqcnre no sereqrrir:re suponcrlo bajo una lev gcneral. lin Iá It[ttr¡ ¡J¿ lstltstó1ta expresa este punto dc la ma¡rera siguieutc:

, Prrt la ciencia, el hecho se clescul:re l:ercibiérrc1olo, y lal¡usca adicional para errcontr¿r su citusa se corlclucu asigr.riiLrrcloloa su -clase y determinando la relación entrc csil clase y ritr.as

I"? ,u historia, el objeto que ha rie s* d.s.rl¡ie.iu no es el ¡ner<rnectro, slno el pensanriento_.allí expresado, Dcscul¡rir ese pensir_tniento es I¡aberlo comprendiclo.o

^ ._.n Pág. 214. La interpretación rlc los pLrntos dc vista ¿lcColli.gwood que siguc rsri elaborarlr.r,,.ir,l, p,.f.:¡cliclad cnnti "IIisto¡ical Undersranrli¡¡g as Re-rl,i"lj,,*;,,t {Jrtiuersity t,lí;;:;:r';.

{¿uartcftv, xxvlI; "*; - 2

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20i FILOSO!'TA DE LA IIIST'ORIA

i

q1

agente tiene de loe .hechos, de la situación, los pro¡ósitostiüii""persigue al actuar, su conocimiento cle los meclios que

se podr'ían utilizar y cualquier escrúpulo c¡tc lludiera tr:ner

cr cuanto a su utilización; cualquiera cosa clue 1>udieraseii trna consicleración'tenclría que ser ton¡acle en cuenta.

La r'elación que deberán te¡rer los pcnsarnientos con laacción es Ia cle proveerla de la razóIr 1lu'll ítctuar. Cuandoel historiaclor pueda r,er las creetrcias, los llropósitos y los

princi¡>ios, etc., del agente clue lo t¡otivela a la acción,cntonces podrá afirrnar que entiende la accióu. Se podríacliscutir que este tipo de complensión así a.dquiricla es

distirrta coilccpluttlfit¿nle a la que se busc:l elr el ¡roclelociliilífito. Forq,,e este írltirlro i¡rtr:rtt:r aclulr, cn vist¿r rle

las circunstanciasl la iiieuítabilidad (o ¡ror 1o rnenos la altap,ñtliUUiAaA) de Io que se hizo. La anterior, a la _cualfodríarnos llarnar la cx¡tlicación "raciotrol", intenta aclararsu t'obieto" o stt cxltosición razottatla.

Al insistir en que el historiador tenga que recoustn¡irlos pensarrientos clel agente, lo que alilnra Collingwoocl

"t qrl. el objeto de su acción no puedc sr:r conrprer.rdidosirr r-rn poco de razonamicnto práctico y uicario por partedel historiaclor'. Este último, al consirier¿rr' los pensamien-

tos del agente, debe ver que desde el pullto cle vista delageñté lo'qüe hizó fue realmenle Io único que .re {todíahacer, Sin duda, Collinglvood'rl veces ocultn clrte f)unto'Pá'lá'comprender un;r acción,. decl:ua, "es necesario sal¡er

lo que el otro piensa no solamente en cl scrrtido clc corio-cer el objeto que é1 conoce, sino que taml.liórr cn el scntidomás amplio de saber el acto por, el cual lo conoce" ynllevamente, "el acto de pensar solamcnte prtcdc ser eslu-

diacio como un acto".11 La idea general cle que el histo-riaclor debe "seguir" el razonamiento del agente, sin cmbar'-go, es bastante clara. Si el intento de re-crcar el conr¡rlcjo

tt Ibíd., págs. 288, 293.

COMPI{BNS ION IIISTORIC.{

pensamiento -la acción del agente de esta manera falla(como adurite Collingrvood que ha pasado en el caso deciertos emperadores romanos)-, entonces tenemos un pun-to obscuro, una entidad no inteligible, un fracaso de laexplicación.

Objeciones a Ia tcoría de Collingwood

Varias objcciones se han l¡echo a la interpletación qtrr:

hace Collingwood de la eq:rlicació¡t. IJna muy común es

qrre aunquo fuera en sí sólicla, su aliance es rluy linli-tado. P<rcas ácciones históricas de agentes tuvieron su

'"llilo 1)cnsaiivo" en eI senticlo de haber sido ejecr.rtaclas

por razones conscie¡rtemente prccisad¿i.s. Y esas cpre sí latirvieron, muchas veces comPrendían rnanera§ irracionak:scle pensar qr-re seria bastante difícil de "seguir" en el

sentido que Collingwood pcrece concebir. A esto se ailadeco¡r frecuencia que las explicaciones racionales se limiia-rían, en todo caso, a las acciones de inclividuos y no se

aplicarían a las de naciones o instituciones, movimientc:ro

"o.,di"iorr"s en las c1ue, clescribiéndolas, el historiaclol

easta mr¡cho cle su tiemPo.Pocos particlarios de Collingrvoocl, sin ernbargo, corr-

siclcr:ur dañoso el alcance de estas objeciones. Como se-

ñala el mismo Collingvoocl, un Pensamiento clue el agente

no articuló completamente a él nrismo pttede, sin embargo,

convcrtir lo que hizo err algo racionalmente comprensible.La teoría de Collingwood no depende de la visión del

"pensamir:nto" c¡-te lo limita al conteniclo de trn monólogcrinterior. Lo que afirma is un criterio de inteligibilidadpara las acciorres; y éste, se podría argüir, sería e1 nisrnoaunque se tratara cle pensamientos i¡rcouscientes. El cargodc que el análisis de Collingrvood es inaplic;tble a las ac-

cioues que no sean completamente racionales requiere tam-

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22 FILOSOFIA DE LA }IIS'IORIA UÓMPRENSION HISTORICA

bión un cletenido examen. Porque hay mtrctLos casos den-

tro de esta descripción general que sí podr'ían dar una

cxplicacian al estiü de Collinpvood' lJna persona puede

u.i,,a. pr"cipitadarnente, por ejernp'lo,- o pLlecle actuar con

nronósiios tontos; pero en-ning'uno cle los dos casos se elirni'

i-ru:it .o-pt"nsiól racional según la concibe Colling"wood ;

porq"" pád.-ot aún segr-rir las delibelaciones prácticas

á"t uq"ni* clescle el punto de vista cle lo qtre sí tomó en

cuenta. Lo qr.re ciertatnente está excluiclo es la compreu-

sión racionai .Iu u¡r¿, acción que sc consicltra qrte fr-rc

realizacla a Pesar r.lel buen razonamietrto del -agente o de

,*n *.i¿n '.n qr.,. cl agente estatia terl confundido que

es imposible "segjr-rir" la áoncxión entre lo clrrc pr:nsó y 1o

r¡,.: 1üzo. En cuinio a Ia prestrJlresta limitación de la teo-

ría a las acciones individuatlt:s, es llosil:lc argLrrtrcntar qtte

en la historia. co¡to nuestro examen cle los prrntos cle

vista de Oalieshott ha sugerido, la explicación iclcal' ar'rn

en los fentlnicnos rle gr,-,p*n, corlr¡itende tllla l"eclucción de

la explicacióu a lo que-lraccn los incliviclLLos relevalltes'

Si estc, trs así, el alcance clc l¿1 tcc'r:ííI dc CitillinS'wood' artn-

l,'.-t.,, *.,no. q,," la cxtertsiírn dt¡ los irttcrcsLrs hisLóricos'

no se limite cle ning,:r',a t¡11]11{''ra al "tamlror t' la trompetli"

o a los tipos "Glaclstorle y llisraeli" dc la historia'La objtlciórr qr:e llcga m¡is al -rncolln

clt: las teorías de

Coilinglvoocl se afetra a 1o qrte é1 clice solllc Ia rc-actLra-

ción. Ál elirborar unir exirlicación "empatéticl" o "pt'o-vi¿tiva" cle la comprensión, se sostietre que él tonla ur1

iiecho psicológico pár r-rn princi¡rio nretoclológir:o' flempelha ofrccido .,ilu ..íti"a iúcida y típica cle todas las teorías

enrpatéticas de este tipo.l2 Qr"re las acciones.en Ia historia,

o r,aaa, por lo tnenos-. se expliquer, entcnclienc-lo los pen-

samientoi del agente no Io discutr: Hemllel' Pt''r'o la plt'r-

12 (':lhe Fu¡rction ol Gerlt:ral Larvs in Iiistory", op cit', pi'Bi»ar 352-353.

yección que comprende, por ejemplo, Pollerse r-ltlo llll§lllnerr el lufiar de un ernperador romano, lo considera sen-

cillamente un método para llegar a una hipótesis expli-cativa. Afirmaría que el hccho cle clue este ploceclimielrtosea emplcaclo a menuclo por Ios historiadores no elucidade nirrfuna manera \a estructut'a que tomarán las expli-caciones inciertas que dan. Pot'que lll1a ve7- etruuci¿Lda" est¿L

hipótesis, adoptará la forma de una afirmación necesariaentre el hecho cle que el agente tenga ciertos Pe¡lsamiclllosy el hecho de que actúe en determin¿rda forrna, O se:L:

e,ru.,cia una ley J:sicológica. Si las lcyes sugeridas porj lt'rs

procedimientos empatéticori rara vez mereccn esa denoüi-nación, añadiría l-Iempel, cs porclue los historiador-es muyrara vez los someten a trtra plueba aclicion¿Li de verilica-ción. Sin embargc', Ias explicaciones ofi'eeidas serán clc l3niisma fotrtra, y hasta el rnisno glacio, defcctuosas.

Los delensores cie Coilinglvood estátr obligados a coll-side¡'á' tal objeción como ulta iricornplensión total cle srr

significado. Dirán que al ir,sistir ctl el le-petrsar no ittt¿nti'r

clescribir rnrla manera cle encorltrar cicrtos hechos tccí¡ll-ditos, conro los pensaruit)utos de los agcrrtcs l'ristóricos, olas correxiones ernl;iricas entre eilos y las acciortes evic'ltlll-tes. Su intención fue, al contrario, co¡tro lremos nlencio-nado, la cie llamar la atenciórt al criterio de inteligibilidado cle .coneclividad que enrplean los historiadores' I'arir ctt-tendcr una acción no es necesal-io ¡eferirla al pensarnientoclue la origina de acuerdo cort Llna lcy psicológica. Par¿r

resolver el problema es suficicnte demosffar que lo sigtre

"r'acionalme¡tte". En algunos casos, se pued* asegurar clr-r(l

lo sigue cr¡n la racionalidad necesaria porque los agentes

ü veces tienen razoncs compelentes para actuar en deter'-

mjnada forrna. Esto, sin embargo, no sigtrilica necesaria-rrente una conexión entre el ¡lensamiettto y Ia acción cle

ia ma¡rera que la concibe Hernpel. No se infiere del her:ho

de qrre un agente tenga razones "corn¡leleules" para actuar-,

i";I S.rF¡.,,

1i,i ;;, ii¡ffi-üx

,iii#,l,tÍ-r*".

''"i,ltiilt !r.:r'_,¡ti

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i iiiii,

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,,t- TILOSOFIA DE LÁ }IISTOR].\

y las reconocer que hará por consigr"riente lo que recluie-lan estas razones) aunque si 1o lleva al cabo afir'¡narenrosque compre¡rclernos por qué lo hizo. ]L:lacionaclo con esto,cleberíamos }iacer resaltar que a pesar c1e que Collingwoodno discute partiendo de ninguna afinnació» rnetafísica dellibre albedrío con¡o prcmisa, slr teoría clr: l;r e.x¡riicaciónes, por lo menos, colrrpatible con ia vercla.cl del "liberta-rianismo". Al contrario, la teoría positivista no lo está.

El argumento mírs incisivo en contt'a del punto cle

vista que se atrib,uye a Collingwood es el que se derivade la comprobación de Donagan de la tesis deductiva.Esta concede que para comprender la acción de un agenteseg'uramente tendríamos necesidad de saber que tuvo bue-nas razones para ejecutarla. Pero esto, se sostendrá, es so-larnente una condición necesaria, pero no suficiente, para)dar validez a tal afirmación. Porque si no sabenros que Iaejecución de la acción surgió forzosamente de las razonesque tuvo el agente junto, quiá, con ciertas otras condi-ciones especüicables, no comprendemos por qué fue rea-lizada en vez de no serlo. Como (por lo rncnos según lateoría de Collingwood) el qr-re no se realizara hubiera sidobastante consistente cen las razones que tuvo el agente,referirse a esto último no puede ser una explicación com-pleta cie su verdadera ejecución, Según Hempel, para clueestr.rviera completa 'ftendría que inch-rir otra suposición, aefccto de que duraute ei período en cuestión (el agcntc)era un agente racional y por lo tanto clispuesto a hacerlo que fuera apropiado para la si[uación".ra La explica-ción dependería, entonces, cle la verclacl de un¿ gerlcra;lizació¡r empírica, como: "lJn agente lacional, clrando seen1'renta a Ia situación C, hará invariablemente (o con

18 "Reasons and Covcring Laws in }listorical Explcnation", enPhilosophy and Hittory, cd. §idney lIooli (Nucva York. NewYorI University Press, 1963), páe. i55.

COMPRENSION IIISTORICA 25

much;r probabilidacl) X", cuanclo C y X podemos sulx-

tituirlos con las r¿rzones del agente y su acción.

Los líneas de probables resP'ue§ta§ a este tipo de obje'ción estíLn a la disposición de los partidarios cle Colling-rvood. La primera pondría en duda eI considerar decla-

raciones generales que citamos como generalizaciones

entpíricas. Tales afirmaciones de lo que haría o -lü un agente

racional, se podría decir, sencillamente, iluminan Ia no-ción cle la ácción racional. Son expresiones del criterioque aplicamos a un agente al llamarlo raciorlal en vez rleexplicaciones de lo que hacen las Personas ya clasificadasco¡no racionales. Pero es Llna característica esencial <lel

modelo científico que las generalizaciones requerida§ Parala expiicación sean en.rpíricas. La segunda línea rle res-

puesta se centra en ia noción de Ia disposición para ¿rctuat'

racionalmente. L.os partidarios cle Collingwood negar'íarr

que fuera necesario, para aliltnar la comprensión de uneacción particular, saber qlre el agente es racional, en el

sentido de cyue siempre o en cierta proporción de los casos

actúa racionalmente. Si por 1o menos tenemos razón palrlsuponer qre puede actuar de esa manera -_qne es unagente r¡cional en el scnticlo dt: porler escoger Io que cle-

biera lracer, \/ c-al-raz de evaluar Ia frrerza de las consiile-raciones qlle se Ie presenten-, entonces si actúa conbuen razonamiento podemos afirmar una comprensión de

su acción (aunque tro necesariamente Ia contestación nla pregrrntal ¿por qué sic¡uiera actuó racionalmente?). Laclemanda para Lrn mayor "complemento" de la explim-ción prirece scr ulla demanda de lo que probablernenteno podemos conseguir o, en toclo caso, no necesitamos,

h'Iodificacio¡re.¡ de Ia teoría positiüsta

Am}:as reacciones cita.das en contra del análisis ¡ro-sitivista se fundamc¡ltí!il err Io tcóricamente irrrpropio de

I

, 1",1

26 FILOSOFIA DE LA HISTORIA CO}{PRENSION HISTORICA

tal análisis en vista de la natur.aleza de la materia quet¡'ata el historiador. Existen nruchos filósoIos, sin embargo,que'áitiniürían que el modelo positivista, '.orr.o ," pr.-

,§tsrltá¡ €s inaceptable; pero al mismo ticmpo se opc,ncliíana los argtrmentós que en contra cle éste jr.olron.'n Oul .-shott; y Collingwoocl. Tratarían de enmenc-lar el modelo,,a,cg¡lgarlo más a la práctica actual cle la historia, p..o ála vez manteniendo intacto, por lo ntelios, un vestigiode su posición central. Como.himos c'licho, el mismo FIem-pé1

'estaba dispuesto a hacer esto hasta eí pr-rnto que l)cr-mitía una versión inductiva así como unl cleduitiva desir modelo. Pero se han propLrest"

"r"aifl.a"ioues muchomás radicales que éstas, y entre ellas ser-án mencionadastres de especial interés. Las une el que estár1 cle acuerdoen gue se rec¡riere alErna (eneralización p:lra complctaruna explicación histórica. D!{!q¡-en al inter.pr-etar hasta quéprrtrto y cle qLré rnanera t>ueda t¡l gerrcritlizaci6n desviarsede la ley universal de Ia teoría original cic Hempel ymánténér su función explicativa.

declara una conexióri general, no entre todos los c¿t§os de

cierto tipo, si¡o únicamente entre una cierta proporción

de ellosl-.'En contra de Hempel, y con el esPíritu de la

"comprobación'i de Donagan, Scriven sostiene que.la ley

estádíitica relacionando, por ejemplo, ciertas condiciones

económicas con revoluciones, no nos diría absol-ttamente

nada relacionaclo con ei estallido de ttna revolución en

particular que siguió .tales condiciones; a-lo sumo cxpii-caría por g.té, . la larga, hubo esa proporción de estallidos

e-ñ esás cóndiciones. Pero añade que existen algunas le-

yes menos que universales que ni son universales ni.tam-poco estadísticas. Formulan Io que sucedería en "con-

ái.iorr"t normales". Según Scriven, nllestro conocimientoclel munclo que lros da el senticto común está formado casi

totalmente por estas generalizaciones "nórmicrLs". Y la his-

toria, que ei una extensión cie tal conocimientc, las emplea

comúnmente para hacer comprensibie Io qrre sucedió' Uriejemplo de ese tipo de generalización e¡r-líhistoria seria:

"Los- gobernantes que no Pueden controlar -los territoliosque ya poseen, genet'aimente no atacan a los territol'iosvccinos."- A este tipo de generalización podríamos apelarpara exlrlicar por qué Guillermo el Conquistador »o itt'v¿rdió a Escocizt.

Podríamos mencionar dos dificultades en la proposi-ción de Scriven; la primera concierne a su conceP'to curio-sa¡nente no estadístico de la nol'rrla' Se podría discutirque dicha noción es solamente una manera vaga y reem-

piazable de hablar de una regularidad estadística qu9 n9ñ*mos penetrado por cornpleto. Los comentarios cle Scri-

,"r, ucd.cn de lo inadecuaclo cle la explicación estadística,

sin embargo, Ilarecerl significar que las regulariclades nór-micas sean esencialnent¿ distintas a las estaclisticas, de-

penciiendo su pocler explicativo de que sean in'educibles a

Lstadísticas. Lá segunda dificultad surge de la diversiclacl

de,generalizaciones que incluye en la clase nóndca. Por

El primer punto de vista es el que ofrecc l\{ichaelScriven.la Según Scliven, una generalización pr-rede ser ex-plicativa sin ser estrictamente universal; o sea: que unaexplicación no sería forzosamente invalidada si encontrá-ramos casos contrarios a la generalización que la jLrstificn.Sin embalgo, es muy importante ]a manera en que seclcl¡cn considerar estos casos contrarios. Porque Sclivenrriega que una mera ley estadística explique 1o q.," .u"debajo de ella

-cuando esto significa cualcluier Iey que

r{ "Truisms as the G¡ounds for Histr.¡rical E*planationr, enTh¿ories ol History, ed. Gardiner, págs. 464 y sigs. Scrivei hadesarrollado más su punro de vista en ,,New lisu"J in the Logicof Explanation", en Philosophy aul llistorl', ecl. IIoolr, pá"gi-nas 339 y sigs. Para mayor estudio de las modificaciones ,ug"rid;,al modelo científico, consúltese mi ,,The Historical Explinationof Actions Reconsidered,', en eI mismo volumen,

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2B FILOSOFIA DE LA }IISTORIA

lo menos, algunas parecen expresar evaluaciones cle nor-rrras de conducta en vez de regularidades ernpíricas. Esatractiyo decir que las explicacioiies que las utilizan, comoaseguran que 1o hecho se conforma a un estándar de con-dur;ta, sean en realidad explicaciones ¡acionales disfraza-clas. La explicación sugerida para el hecho cle que Gui-lierrno no invadió a Escocia, por ejemplo, podría serinterpretada de ese modo. La explicación noi recue.ciaqué inútil hubiera sido esa invasión.

Un segundo tipo dc iey no universal que se ha pro-puesto para reemplaza"r las universales inasequibles en ioscasos históricos, es la que Nicholas llescher y btrt Helmer

.. han llamaclo la generalización "iimitada,, o i'restringicl¡1,,.rr

A diferencia de Ia de Scriven, se concibe sin casos contra-rios, pero que r"igen solamente dentro de un peúodo oárea geográfica limitada. Un ejemplo seria c¡rá oficialeslranceses prerevolucionarios {uer.on seleccionados de laclase noble, utiliz¿da como expiicación cle cicrtos norn-bramientos qxe se hacían. Esta noción cle rlue los histo-riadores puedan explicar con satisfacción, usindo genera-lizaciones de este tipo, concuerda con lo que haceñ en l¿rpráctica y en el concepto de sus compromisos. Ningírn his-toriador se oponciúa a Ia suposición de qr"re sLr expiicaciónexigiera un conocirniento pr.ofundo cle

',,1a época,,. pclo

1o querrá estar comprometido, por una expiicación cluediera de un hecho clel siglo *viu, a Ia ,,eiclecl de unageneralización que es aplicable, supongamosj a la EclarlNfedia, cle la cual su ho¡resticlacl profe,sional, tal vez, lcexigiría adrnitir su falta de conoci¡niento.

IJna vez rnás poclemos lner:cionar clos clificultacles. Laprimera es la pregunta de si es que las gcnt:r.alizaciorres

t, "_Ol the . Epistemology of the lnexact Sciences,,, il.lana-

Crm_e!! Scietce, VI, Nc I (octr-rbre de l95g), ?5_,10. Colsúltesetambión. C",-.8. l-oynt y Nicholas Rescher, ,;ón E*planation inFlistory", Min,d, LXYIII, N, ?71 (julio cle 195g), iB3 gS7.

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COMPRENSION H:.STORICA

limitLLdas espacial y temporalmente aclvertidas pol llcs-

cher y Helrncr merecen sicluiera eI nornbre de "ley"' Por-

que p.,eclen parecer afirmaciones sumarias generales. que

r. ."fi"t"r, J conjLrntos finitos de hechos o cotldicio¡res

(como "todos los lrijoles cn esta bolsa son rojos"); a' esto

se ."rpo.rcl.ría clue a.unqr-le t1o seAn leyes universales, tam-

poco sorl u]las mel'as declaracioncs sumarias' Porque rigen

i*ros *úr', no exarnitrados y (todar'ía nrás im¡iortanto)ii"rr.r. frr".ro inclependiente de los hechos, porque implican

algo sobre 1os caios quc pudieron haber exrstido, pero

q.L ,',o existieron. La génelalización mencionada, por.ejerrr-

ilo, *.r"." Ia concluiión de que si los franceses h¡'rbieran

áes"odo aurnerltrr su cuaclro de oficiales también los nrte-

vos reclutas tendrían que haber sido escogidos erttre lanobleza.

Pero si aceptamos esto nos encontramos cn una se-

gunda clificultácl. Porque surge. la - Pre.gunta de cómo

ir,.,,1t,.r',rs sabcr clue cierta gcneralización limitada co¡r itu-

pli"n"ion,,, tan iuertes como í:sta, se¡l verídica' Y la rt:s-

r¡uesta cle }lescher y Helrr.rer p?Irece ser que Ia com'pro-

i,.rrro, lvet'igrtarrclo ii se originrr en "las concliciones de llépoca", .1lt"-r,t Pl'c§umc' estén cle acuerdo con leyes ul:ri-

'"*ifti'.onrigr-riente, la explicacién mediante Ia gcnerali-

zación limitaáa poai-io ser consiclerada por un partidario

cle I{ernpel como oculiamente. -dependiente de una ex-

plicación científica en su sentido m;ls am¡riio' Cotrro l;r

ixplicació, r,cclia,te sr:.er¡alizaci.uc,s _lin.rit,ilas frte 1t'o-ptiesta originalment" pc,,r1,-," lio se podía afirmar el cono'

cirrliento de lcYes u¡riversales; esto es: aPenas ulla con-

clusión salisfectoria.IJna tercera moclificación de1 modelo original, durante

uu tienrpo recornerlclaclo por l)onagan,,afirma la apro-

pinbilidacl cle Ia qeneralizaciórr que se apiica no a tln tlpo

o "rp"ci.

d* p"r*na o hecho, sino a w indíuiduo na'Ln'

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50 .,i FILOSOFIA DE LA HISTORIA:

brado.'d Un ejemplo de esto sería la explicación dcl ataquede:Disraeli sobre Peel, refiriéndose a su arnbición polílica,o ocplicar las depredaciones de los daneses, r'cfirié¡rdose aque elan depredadores. Toda explicación cle conductai¡rdividual mediante referencia a las disposiciones de losindividuos caería dentro de esta clase. Otra vez es fáciicomprender lo atractivo que sería esta modificación paraIos historiadores practicantes que están pei'fectamente fa-miliarizados con la necesidad de clescubrir, sin referenciaa más teorías generales, lo que es caracteristico de los agen-tes, institucio[es o grupos inrportantes clue esltrcliart. l)ichasexplicaciones "individuales", podríamos añaclir, pueclen ha-cerse tarnbién de los hechos ratltral(is. Podr'í¿r yo e.xi:licarel luncionarrúento de mi auto, por ejen'rplo, con trnareferencia a su lentitud en tiempo de frío sin cptr:rerdecir cosa alguna reiacionada con los otros autos o sinsaber por qué son Perezosos en tiempo de frío (ar-tnclue ptl-die.ra creer que esto podría explicarse rnediante la ayudade leyes generaies) . Los científicos, sin embalgo, a dife-lencia de los historiadores y chóferes, carecen de inter'ósen las peculiaridades de las cosas i¡rdiviclrralcs, y lala \)czusarían este tipo de explicación.

La dificultad principal que preselita la afiluración cle

que la explicación "individual" constituye Lln tipo separ:rclo,lógicamente independiente clel esquema de ÉIr:mpel, surgede la complejidad lógica de la mayoría de las caracterís-ticas de Ias disposiciones humanas. Como ha señalacio Jo-rrathan Cohen, las disposiciones humanas como la cle ser

anrbicioso, enviclioso o iracundo tienen muclras (quizá unnúmero infinito) de distintas rnanifestaciones o exprcsio-

16 "Bxplanation in History", op. cít., págs. 428 y sigs" Do'nagan ha ¡nodificado considerablemente su posición en el trabajoreciente citado en el pie de la nota 5. Algo parecido a su posiciórroriginal es defendido por Patrick Gardiner en 7'h¿ Naturc ol I-Iis'torícal Explanafioa (Nueva York: Oxford University Press, 1952).

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COMPRENSION HISTORICA

Otros tipos de exPlicaciones

I-{asta en el l¡rer¿e lesulren de los temas cle discusión

c¡ue rodea cl problema de la explicació¡-.histórica halláqr,izá que rnencionar otra fuente de dificultad para iaIiamacli teoría "científica." cor¡ro ésta se plesenta actu:Ll-

mente. Y cs la disputa de qtte esta última, arlnclue ape'renta clar una visión general cle la explicaciírn, se preo-

crrpl solarretrte por las cxr;lic:lciones dc t-¡or clttri sttcediel't¡n

lós héchos, ¡nientras qlre los historiadores ofrecen a menrtdo

explicacioues de diferentes tipos, alqunas cle Ias crtalcs Iro

cstírn dr:stinaclas de nitrgrLna manera a contestar preglln-1¿5 6l¡r ¿por quó? Le accptación del ¡noclelo hcr-npr:liarto,

1? Rr'\,istx, Philosolhical Quarterl2,, X, N'q 39 (al-rril de

1960),191.

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nes,l? IJna disposición sencilla como Ia tendencia a entre-

cerrar los ojoJ al encontrarse ante Ia luz fuerte se puede

afirmar de un individuo basándose en su conducta ante-

rior, suponienclo únicamente la validez de la dernostraciór:t

iuductiva en general. Pero las disposiciones complejas po-

clemos señalaJas sin ni¿lyor suposición, solamente si hubié-

ramos verificado independienternente todo tipo de nani'{tstación. fosibte para el individuo en clrestión' Aunque

ial verificición sea teóricamente posible, es nrtry inrplo-bable que fuera común en la investigación real de l¿l

historial Es posible asertar (como en el caso de la apela-

ción a geneializaciones limitad¿s) que explicaciones dis-

posicioniles en la historia normalmente comprometeríanil investigador a hacer sr-rposicioncs acliciorrales dc fon¡ra

univcrsal, en particular en cuanto a la prr-abilidacl clc qrrc

una persona que manifiesta tlna disposición de lLna l¡la-ncra dcterminad¿r ia manifcstaría también rle otra'

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FILOSOFIA DE LA T-IISTQRIÁ

por lo rnenos, como un ideal clilno, col la te¡rder¡ci¿ co¡r-secuente a adaptar las expiicaciones históricas io miis Jro-sible a su forma, puede obscurecer cornpletirrtente el ti¡rode inteiigibilidad que el historiador ¡nuchas veccs interrtadescubrir en su rnateria. Los dos tipos cle proceclinientosclue serán citados al concluir este capítulo ser.ían, en gerre-ral, llamados explicaciones por los historiadores. Es plau-sible argüir, sin embargo, que caen completarnente frreladel anhlisis presentado hasta el momento.

El primero podía ser llamado "explicar cómo algo po-dría ser a pesar de una presunción al contrario".ls Ilstees un procedimiento muy común cuando ]as conclusior-resadoptan una forma narativa, como tantas veces s¡lcecleen la historia. Determinada corriente cie hechos cles¡riertaciertas expectaciones: una instiLución fuucionanclo bien,que promete superar cualquier crisis, re1:entinantente sedesnrorona; una polÍtica que parece scl el cnrso r.acionalpars qile un individtro la siga cie repcrrtc es ¡rbalclonadit.Al enfrentarse a tan inesperado curso cle Ios hechos, Ia.

pregunta del historiador, en vez de ser ",i Por qrró succclióesto?" (significando "¿Qr.ré lo hizo succricr'?"), puedc rilrybien ser: "¿Cómo pudo sucecler esto?" Y una prcgi.rntaasí puecle ser completamcnte contcstzLcla rr.rcdiante lrna cle-negación de la presuposición de cpre puclo no haber suce-dido: con una clemostración de que. en colrtra cle las a¡ra-ricncias, no hubo razón por la que puclo lro ]raber ocr-rrriclo,

En explicaciones de ese tipo clel¡icra ser claro quecomo el problema no es clemostrar qlre Io qut: pasó tur,,oque suceder, no hay necesiclacl cle regir el lrecho por unaIc1'universal o de otra clase. Lo c¡.re se neccsit:r es unr cL:--mostración rlela po.ríbilidarl tlel suceso quitanclo la trasr: para

1r* Para un exarnen de este ti¡to de exp)ir:acirin consulte rnil'E*pl^natory N:Lrratir.r: in ÉIistory", lrlrilasophital. (_!urtt ¡,:¡¡1,, 7\ ,Ne l4 (enero de 1954),15-27.

la expecLación de qr.re no sttcedería. Es verdad que a veces

un historiaclor no se sentirá satisfecho con una explicaciónasí. EI poclría continuar preguntando lvr tluá sucedió lt-r

inesperai).o. El punto es, sencillamente, que no rLecesita

hacér esto para dar una explicación que es formalmentecoml:leta y considerad'¿, colnrro Ia respuesta a su tipo de pre-

gr,rrá. Lu-relación entre respuestas a Preguntas de "cómo"á "1ro. qué", no es la de una plimera. aproxirlación a una

"*pii"u.iór, completa o la de una explicación delectiva

a .rna p.tf.cta. Es, :rl corrtrario, la que existe entre clos

tipcis cle explicación, ofrecida como resPuesta a distintas

pregunt¿rs clue pueden, en realidad, seguir r-rna a otra en

trabajos históricos.!V. B. Gallie, al exponer Ia naturaleza de Ia ex¡ilica-

ción "genéticd', a la cual considera que Pertenece la ex-

plicaci6n histórica, señala un punto semejante.l0 Las expli--"^cion"o

históricas, p¡'oporlc) son generalrrre¡rte i¡ttcntos tlcclemostrar ciertas condiciones de heciros qllc son crucialt:s

o especialrnente interes;rntes y noc¿saríos,' no iutetrtan, clc

ningr-rna mÍInera, descubrir condiciones sttficiente'r' La na-

,.oil.ro histórica adqr'riere el nivel explicatorio y la' cor-rti-

nniclacl que r-eclttiere Ia cornl>rensión, cuando clerfiuestrii

clue "si no fuera" por cierta condición -quizí Llna sor-

frenclente-, lo quc sucedió puclo .no l-raber suceclido' Laiarea ck:l historiaáor', cn otras palablas, es la de ciesctr'brir'

constantemente las condiciones que hacen posiblt: lo clirc

en realitlad ocurrió. Aunque estuviera correcLo, hast:i el

prrnto clonde lleua, es argüible qrre lo que ofrece G'rllit: es

un aniilisis incompleto dcl procedimiento histórico' Artrr-

clr.lc no quiere afiirnar qlie icleahnente un historiaclor de-

lii"rl scñalar toilas 7as condiciones necesarias, sin cmbirlgo,

lro clcrnttcstla 1o qr-rc hace que uua referencia a unlt cou-

lr' "!-,vl¡1:Ln:ltions in Ilistory atrd the Genetic Scienr:es"' re'

proclucitlo cn 7'heori"s af I'Iistory' cd. Garcliner, págs' i-t8{1, '102

I¡.ilosofi¿ dt !a Iristoria.-'.1.

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COMPRENSiON HISTORiCA 353+ FILOSOIIIA DE LA }IISTORIA

dlción necesaria sea explicativ.a y.otra no lo sea. f'al cli-ficultad no surge con la interpretación previa de "explicarcómo algo p,udiera haber sucedido". Porque cle ello puedededucirxe que Ia condición explicatoria es la qLrc rcfutaIa presuposición de qr"re 1o que sucedió pLrdo no haberocurrido,

Un seg.rndo tipo de prrxeclirnierrto, a vcces citado cornouna explicación en Ia histrrlia, pero también a vecescorrro una "interl:r'etación", es la ex¡>iicación de lci queun hecho *reahnerlte fue" o de lo qr,re "llega a significar".roOtra vez habrá que distinquirlo '.,l* l.,,ri ex¡:,licación clepor c1ué un hecho ocr-rr"rió, En estos casos ia idea operativano es tanto Ia de descubrir condiciones necesarias y sufi-cie¡rtes .orrró ln de relacionar las partes qr.r* n p.irr*ruvista lro parecen ser relacionaclas en r-rn todo cle algunaes¡rccie. Así, el historiador explíca mrrltitud cle hechos enla Italia del siglo xy comc) un "Itenacimiento',; explica unaserie de incidentes en l¿ Francia clel siglo xvur comoruna "ltevolución"; al hacerlo inclrrdablemcnte traza co-llcxicurcs e¡tt.re l:eciros individua.les, y estas conexiones puc-clen ser de distintos tipos --aleunos hasta pueclcn scr losco¡rcebidos en el modelo científico*. Pero t:l peso cle laexplicación sstá en 1¿r. síntesis cle las partes en trn todonuevo, un procedimiento que Lincoln Reis y P. O. Kris-tcller, han lla¡rado "ve¡"tie¿tl" p.ara cóntrastarlo con la in-terpretación t'horizontal".sr ,, r

Algo semejarlte parece haber tenido en mente \,V. H.Walsh cuando habló de los historiadores "¿rlumbrando aslr tema med[ante Ia ligazón ile hechos con los conceptos

20 Esta es estudiad¿ más am¡rliamente en mi ,, ,Explairrinp;rvhat' in History", ct Theori¿¡ ol fIitot1,, ei]. Cardinei, pági-nas 403-408.

21 "Sc,rne Re¡narks on the lvfcthdd c,f Flistorv,,. Iournd olPhiloso¡hy, XL, Nc 9 (29 de abril dc 1$13), ¡rÍgj. laO y ri-guientes.

zrorotriaclos".s2 Porque el &rnbos casos, citados antes' 1il

¡iri"lit clel historiador cstá expresada .mediante un corr-

";;;; -.;*""izaclor.

El cliscerniiniento histórico se revcla

fr-Jc.rentJn ente e¡r h selección cle tales concep'tos' en quL'

i;;-lJ;;; (por ejemplo, de "Ileuacirniento")-. son plelra-

á""Ü ,"Ji¿gicas. Tal ligaz{>rr, podríamos añadir' no es

ningún artístilco onrarncntá pot' i* invesrigación histór'ica:

;;';T;;j; ,rrit-". Pero rio se asenreja lógicarnente a la

"",riL".i¿" ciel moclelo cie,tífico, como los positivistas

¿-eircrah:rente lo han preseniado'

tzPJtiloso?hyolHislotlt:Ánlntroduction.(Nueva-Y^c'rli:Flalper

-A no*,' Prblisl,er't, i gCtl, o l'orc'hbool<) ' págs 59 6-l;

ir-üi¿" "The IÁL.tligibitiiv or uisiotv", Philoiophv' xvil' N' 6C'

(abril dc 1942), Págs. 133-135'

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