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ANÁLISIS DE RIESGO DE LA NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-EM-011/2-SESH-2008 Dirección General de Gas L.P. El gas licuado del petróleo (GLP), es uno de los energéticos más utilizados en México, de modo que es identificada como la nación con el mayor consumo anual con 74 kg per cápita. En 2006, más del 75% de los hogares mexicanos utilizaron GLP como fuente básica de energía; siendo así, 9.02 millones de hogares se abastecieron del energético vía recipientes transportable (cilindros) y 8.33 millones, vía tanques estacionarios. Durante más de 6 décadas, dichos cilindros han sido fabricados a partir de acero microaleado en diferentes técnicas. Sin embargo, desde hace poco más de diez años los países escandinavos revolucionaron dicha tecnología. Lo anterior, al producir y utilizar contenedores hechos de fibras y matrices no metálicas, llamadas composite o material compuesto. Dicha tecnología es actualmente utilizada en otros países europeos y americanos; sin embargo, para permitir el uso de esta clase de recipientes en México, es necesario establecer una Norma Oficial Mexicana que establezca las condiciones mínimas de seguridad orientadas a salvaguardar la integridad de los usuarios. El presente, es un análisis de riesgo que tiene por objetivo mostrar la necesidad de regular las especificaciones 1

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ANÁLISIS DE RIESGO DE LA

NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-EM-011/2-SESH-2008

Dirección General de Gas L.P.

El gas licuado del petróleo (GLP), es uno de los energéticos más utilizados en

México, de modo que es identificada como la nación con el mayor consumo anual con 74

kg per cápita. En 2006, más del 75% de los hogares mexicanos utilizaron GLP como

fuente básica de energía; siendo así, 9.02 millones de hogares se abastecieron del

energético vía recipientes transportable (cilindros) y 8.33 millones, vía tanques

estacionarios.

Durante más de 6 décadas, dichos cilindros han sido fabricados a partir de acero

microaleado en diferentes técnicas. Sin embargo, desde hace poco más de diez años los

países escandinavos revolucionaron dicha tecnología. Lo anterior, al producir y utilizar

contenedores hechos de fibras y matrices no metálicas, llamadas composite o material

compuesto. Dicha tecnología es actualmente utilizada en otros países europeos y

americanos; sin embargo, para permitir el uso de esta clase de recipientes en México, es

necesario establecer una Norma Oficial Mexicana que establezca las condiciones mínimas

de seguridad orientadas a salvaguardar la integridad de los usuarios.

El presente, es un análisis de riesgo que tiene por objetivo mostrar la necesidad de

regular las especificaciones de fabricación y métodos de prueba que deben observar los

contenedores de composite.

Para cumplir con ese objetivo, el análisis se divide en cinco secciones. En la

primera, se muestra una breve revisión histórica del uso de contenedores de composite a

nivel internacional. En la segunda se presenta una sección de incidentes y accidentes, donde

se analiza el riesgo del incumplimiento de las normas técnicas de seguridad. En la tercera,

se evalúa la educación como variable determinante del hábito de lectura y seguimiento de

instructivos, lo cual pudiera, en este caso, incidir en la seguridad de los recipientes a partir

de su potencial fabricación en México. En la cuarta, se presenta una valoración cualitativa y

cuantitativa del riesgo. Finalmente, en la quinta se presentan diversos escenarios, en donde

el riesgo se evalúa en términos de pérdidas materiales y humanas.

1

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I) Revisión histórica

Tradicionalmente, los contenedores transportables utilizados para la distribución en

México, han sido fabricados de acero, con base en la Norma Oficial Mexicana NOM-011-

SEDG-1999, “Recipientes portátiles para contener Gas L.P. no expuestos a calentamiento

por medios artificiales. Fabricación”. Sin embargo, los cilindros de composite constituyen

una tecnología alternativa para un tipo de producto que ha permanecido con pocos cambios

desde hace seis décadas.

Los países escandinavos fueron los pioneros en el uso de cilindros de composite

para el aprovechamiento doméstico del Gas L.P. Así, en 1994 fueron introducidos en

Suecia, en 1996 en Noruega y en 1999 en Dinamarca. Posteriormente se incorporaron

Finlandia, los Países Bajos, Alemania, Australia y Estados Unidos, entre otros. No obstante,

en términos industriales, el manejo de esta clase de contenedores se remonta a la década de

los setenta. En Estados Unidos, los contenedores de composite han sido usados para

almacenar gas natural, mientras que en Europa también se han utilizado para el transporte

de dicho combustible (Osborne, 2004).

Con base en declaraciones hechas por autoridades noruegas y suecas, el uso de

recipientes de composite nunca ha sido causa de accidentes o incidentes inherentes a la

tecnología de los materiales; los eventos peligrosos con los cuales han estado relacionados,

han sido provocados por otros factores.

... no special incidents or accidents had been reported for the composite

LPG cylinders, regarding the integrity and safety of the cylinders during use.

Composite LPG cylinders have neither been involved in fires more frequently than

other LPG cylinders, nor been subjected to more serious damages than cylinders

of other materials. (Swedish Standards Institute, 2001)

Sin embargo, dicho saldo blanco es resultado de la aplicación de procedimientos de

fabricación y manejo establecidos en normas técnicas creadas por expertos a partir de

pruebas de laboratorio.

En 1991, a través del Swedish National Board of Occupational Safety and Health y

The Swedish Plant Inspectorate, Suecia autorizó el uso de estos contenedores bajo el

cumplimiento de la norma AFS 1988:11 de dicho país. Posteriormente, con la participación

de otros países europeos en el manejo de cilindros de composite, la necesidad de homologar

2

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las normas mínimas de calidad en su fabricación fue inminente. Así, en 2002 se estableció

la Norma Europea EN 12 245, la cual además de ser aceptada y reconocida en Europa y

Australia, ha sido punto de referencia obligado para el resto de los países con interés en la

introducción del producto (U.N., 2003).

Mientras tanto, la National Propane Gas Association (NPGA) y el Propane

Education and Research Council (PERC), ambos de Estados Unidos, formaron el

Composite Propane Cylinder Working Group (CPCWG). Este último, con el objetivo de

facilitar al gobierno y a la industria, investigación y recomendaciones para implementar el

uso de contenedores de composite en dicho territorio.

Así, el CPCWG con base en las normas ya existentes e investigación propia,

desarrolló datos e información técnica para soportar la regulación y los estándares mínimos

de calidad para los recipientes. Los resultados de dichas investigaciones, estuvieron listos

en agosto de 2003 y la información quedó plasmada en la norma internacional ISO 11119-3

titulada Gas Cylinder of Composite Construction - Specification and Test Methods – Part

3: Fully Wrapped Fibre Reinforced Composite Gas Cylinders with Non-Metallic and Non-

load-sharing Metal Liners.

Una vez recopiladas las especificaciones técnicas y características constructivas y

funcionales de los contenedores, el U.S. Department of Transportation (DOT), decidió

otorgar permisos especiales para la comercialización de GLP por medio de los mismos.

Así, la regulación desprendida de la ISO ya mencionada, quedó plasmada en las secciones

106, 107 y 171 a 180 de la sección 49 del Code of Federal Regulation (49 CFR), del DOT,

por medio del cual, dicho organismo ha expedido a los fabricantes e importadores de

cilindros de material compuesto permisos especiales SP, conforme al estándar DOT-FRP 1

al margen de la 49 CFR, para permitir el uso y comercialización de dichos contenedores en

ese país.

Además de los países ya mencionados, otras naciones como Colombia, también han

adoptado el uso de cilindros de material compuesto. En diciembre de 2004, con base en la

resolución 181788 del Ministerio de Minas y Energía, en dicha nación comenzó a

introducirse el uso de cilindros de composite. Ante la falta de una norma técnica

colombiana ICONTEC, permitiera garantizar las medidas mínimas de seguridad en la

fabricación de los contenedores, se siguieron inicialmente las normas ISO 11119-3 y EN

3

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12245:2002. Tras algunos ajustes de acuerdo a los tratados de libre comercio y el Sistema

Nacional de Normalización y Metrología de la Superintendencia de Industria y Comercio,

se creó el Reglamento Técnico de Mantenimiento y Reposición de Cilindros; el cual toma

como referencia las normas ya mencionadas, como fuente técnica a nivel internacional1.

Estas medidas adoptadas por el gobierno colombiano, siguen vigentes y al día de hoy, no se

tiene registro de ningún accidente o incidente por el uso de estos contenedores

Finalmente, es importante mencionar que la introducción de recipientes de

composite para la distribución de GLP es un fenómeno que cada día alcanza a más

naciones; tal es el caso de México, en donde al igual que en otros países las normas ISO

11119-3 y EN 12 245 constituyen una referencia indispensable para la creación de

lineamientos técnicos locales.

II) Accidentes e incidentes

Las Normas Oficiales Mexicanas de carácter técnico son elaboradas y establecidas

bajo los más altos estándares técnicos y de seguridad. Su establecimiento tiene por objetivo

minimizar riesgos a efectos de garantizar la seguridad de la población. Sin embargo, a pesar

del establecimiento de dichas medidas, la falta de apego estricto a las normas

eventualmente ha provocado incidentes trágicos. Así, la observancia de las normas resulta

más que un mandato gubernamental, una medida de seguridad que debe ser aplicada para

salvaguardar la integridad física de las personas.

A continuación, se presentan dos eventos en donde la falta de seguimiento estricto a

normatividad, han sido causa de incidentes que han llegado a provocar decesos humanos.

Los primeros, acontecieron en Estados Unidos, donde pudo identificarse la falla

previamente a la comercialización de los recipientes; sin embargo, en el segundo

acontecido en Chihuahua el incidente ocurrió estando ya el recipiente en uso en un hogar.

Ambos casos, son alusivos al uso de contenedores de Gas L.P., el primero concerniente a

recipientes de composite y el segundo a cilindros de acero. En este punto, resulta

indispensable señalar que lo que se busca es mostrar la necesidad del seguimiento de las

normas, cuyo objetivo ya fue mencionado.

1 Cfr. http://www.creg.gov.co/upload/documentos/Presentacion_final_cilindros_pl_sticos_en_SanAndres.ppt#257,1

4

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II.I) Incidentes en Miami, Florida, EE.UU.

El 3 febrero de 2006, el Florida Department of Agriculture and Consumer Services,

dio a conocer que el U.S. Department of Transportation (DOT) otorgó permisos para

realizar la distribución de Gas L. P. por medio de cilindros manufacturados con composite.

Dichos contenedores, al no estar fabricados de acero, recibieron una certificación especial;

no obstante, se exigió que los recipientes cumplieran con una serie de pruebas mínimas

para garantizar la seguridad de la población que está en contacto con ellos2. Los permisos,

fueron publicados en el sitio del U.S. DOT Pipeline and Hazardous Materials Safety

Administration (PHMSA)3 y fueron identificados como DOT-R 12706, DOT-SP 13957 y

DOT-SP 13105.

Estos contenedores, fueron comercializados y distribuidos en territorio

estadounidense. Sin embargo, el 4 de abril del mismo año, un cilindro de 33 libras de peso

presentó una ruptura mientras se realizaba el proceso de almacenamiento en el Heritage

Propane en Miami, Florida. Dicho incidente se repitió el 10 de abril y finalmente el día 13

aconteció nuevamente con tres recipientes4. Ante dichos incidentes, el 10 de mayo, el

PHMSA alertó y solicitó a los usuarios y distribuidores que se reportara cualquier otro

incidente, además de ordenar el retiro del mercado de los contenedores correspondientes al

permiso DOT-SP 139575; los cuales correspondían a 10, 20 y 33 libras.

En respuesta a dicha acción, el productor afectado presentó ante el PHMSA, una

serie de pruebas de laboratorio y manuales con la finalidad de recuperar el permiso para los

contenedores de 30 libras. Sin embargo, de acuerdo a un comunicado del 17 de agosto, la

decisión fue ratificada. Ante dicha situación, el PHMSA evaluó y determinó las

características y pruebas a las que los contenedores correspondientes al DOT-SP 13957

debían ser sometidos. Así, se emitió el permiso DOT-SP 14562, en el cual se reotorgaba el

permiso de circulación a los cilindros de 10 y 20 libras, más no a los de 336. Esto, debido

básicamente a algunas inconsistencias que dichos contenedores presentaron en las pruebas

de laboratorio, respecto a lo requerido por la normatividad aplicable.

2 Cfr. http://www.doacs.state.fl.us/standard/LPGas/Download/0509%20COMPOSITE%20CYLINDER%20INFO.pdf3 Cfr. http://hazmat.dot.gov/4 Cfr. http://edocket.access.gpo.gov/2007/E7-10081.htm5 Cfr. http://hazmat.dot.gov/sp_app/special_permits/docs/13000/SP13957.pdf6 Cfr.http://hazmat.dot.gov/sp_app/special_permits/docs/14000/SP14562.pdf

5

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Así, en el DOT-SP 14562 se establecieron entre otras, las pruebas de seguridad

contenidas en la norma internacional de “Cilindros de gas de construcción de material

compuesto, Especificación y método de Prueba” ISO 11119-37. Con lo cual, se garantiza el

cumplimiento de las condiciones mínimas de seguridad para el manejo y manufactura de

cilindros de material compuesto.

II.II) Accidentes en Ciudad Juárez, Chihuahua, México.

Con base en el oficio 16276/07 de la Dirección General de Ecología y Protección

Civil de Cd. Juárez, Chihuahua, fechado a 31 de mayo de 2007, se hizo del conocimiento

de la Dirección General de Gas L.P. (DGGLP), la existencia de algunos accidentes

relacionados con contenedores del energético, lo cual fue ratificado mediante oficio

02104/08 de fecha 22 de mayo de 20088. Tres de los eventos ocurridos correspondieron a

explosiones de cilindros de 30 y 45 kg, en los cuales hubo daños materiales y pérdidas

humanas, además, de dos eventos posteriores de fechas 30 de septiembre de 2007 y 30 de

marzo de 2008. A continuación, se muestra la relación de los accidentes reportados por la

dependencia ya mencionada, mientras que en los Anexos A y A1, se incluyen los oficios

referidos y las hojas de servicio del Departamento, en las cuales se estiman pérdidas de más

de un millón de pesos.

Explosiones en cilindros de Gas L.P. imputables a las condiciones del recipiente, 2007-2008

DOMICILIO FECHA CAUSA

TRIGO # 8328 COL. EL GRANJERO 18-Mar-07 Fuga de gas en cilindro de 45 kg.

Lleno el cual estaba sin utilizar

FCO. I. MADERO Y CUARTA COL. DIV. DEL NORTE 13-May-07

Explosión en cilindro de Gas LP de 30 kg. Sin utilizar en sucursal "del rio"

PRIV. PRADERA DE RARAMURI # 9130 COL. P. DE

LA SIERRA30-May-07

Explosión en cilindro de Gas LP de 30 kg. En el patio de la vivienda

RAFAEL TERRAZAS # 3025 COL. CARLOS CASTILLO P. 30-Sep-07

Sobrepresión el cilindro de 30 kg., no activándose válvula de seguridad

DEFENSA POPULAR # 63 COL. TIERRA Y LIBERTAD 30-Mar-08

Sobrepresión en cilindro expuesto al sol, no activándose válvula de seguridad

7 Cfr. http://www.iso.org/iso/iso_catalogue/catalogue_tc/catalogue_detail.htm?csnumber=276238 Cfr. Anexos A y A1.

6

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En el comunicado 16276/07, también se informó que como medida preventiva,

todos los contenedores hechos por la empresa que resultó responsable de su fabricación,

habían sido retirados del mercado. Además, se solicitó la inspección rigurosa tanto de

los procesos de fabricación, como de los cilindros en uso; lo anterior como medida

indispensable para salvaguardar la integridad física de los usuarios.

Ante dicha circunstancia, la DGGLP ordenó la verificación de procesos y los

análisis de laboratorio establecidos en la NOM-011-SEDG-1999 para garantizar los

requerimientos mínimos de seguridad9. Con fecha 9 de noviembre de 2007, fue

cancelado el Certificado número 200701C05928 emitido el 15 de junio de 2007 por el

Organismo de Certificación denominado Asociación de Normalización y Certificación,

A.C. (ANCE) a la empresa responsable, para la fabricación del producto: Recipiente

portátil para contener Gas L.P., modelo(s) EZ-10, EZ-20, EZ-30 y EZ-45, en virtud de

que dicho producto no cumplía con las especificaciones de la Norma Oficial Mexicana

NOM-011-SEDG-1999 “Recipientes portátiles para contener gas L.P., no expuestos a

calentamiento por medios artificiales. Fabricación”10.

En los casos expuestos, se evidencia que la falta de apego estricto a las normas

en la fabricación de los contenedores descritos ha llegado a tener consecuencias, incluso

de dimensiones trágicas en el caso del segundo incidente analizado. Esta situación

obliga a las autoridades mexicanas a fortalecer su compromiso en la elaboración de

reglamentos técnicos que garanticen la seguridad de los usuarios.

Finalmente, en el Anexo E se presenta un compendio de algunos de los

principales incidentes concernientes a la explosión de recipientes para contener Gas

L.P., que fueron reportados a la Dirección General de Gas L.P. para el periodo 2006-

200711.

III) Análisis de riesgo

En la sección previa, se presentaron los casos de los que hasta el día de hoy se tiene

conocimiento sobre fallas en recipientes de composite tan sólo en EE.UU. Sin embargo, el

riesgo que la introducción de dichos contenedores implica para México, no puede limitarse

9 Cfr. Anexo B10 Cfr. Anexos C y D11 Cfr. Anexo E

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a dicho evento; lo anterior, debido a que los usos y costumbres de las poblaciones, y la

propia demanda de Gas L.P., no son las mismas, al igual que las características de los

hogares.

Los países escandinavos tienen más cilindros de composite que cualquier otra

región del mundo. Así, con más de 500,000 (U.N., 2003) cilindros en circulación y con la

experiencia adquirida a partir de la fabricación de más de un millón de cilindros anuales,

este grupo de países se ubican como los principales consumidores del producto. No

obstante, México es el principal consumidor de GLP, mas los 9.02 millones de hogares que

se abastecen del energético vía recipientes transportables, lo hacen con los de acero al

carbón micro laminado.

III.I) Identificación de prácticas y utilización de Gas L.P.

En México, se cuenta con amplia experiencia en el manejo de cilindros de acero, por

lo cual, la mayoría de la población conoce las medidas de seguridad y los riesgos en los que

puede incurrir ante el no seguimiento de las mismas. No obstante, se tiene conocimiento de

prácticas peligrosas, tales como el posicionamiento de los cilindros con la válvula hacia

abajo o el calentamiento por medio de encendedores de los mismos, ambos con la finalidad

de obtener o aprovechar mejor el producto.

También, se practica el almacenamiento de contenedores en interiores junto a

fuentes de calor y en el norte es frecuente la costumbre de calentar habitaciones por medio

de calentones que se alimentan de gas, mientras los habitantes duermen, provocando, en el

menos grave de los casos, intoxicaciones ligeras y en los peores, la muerte por asfixia. Así,

en cada temporada invernal, de conformidad con estadísticas proporcionadas por órganos

de protección civil estatal y municipal, se registran entre 25 y 40 decesos relacionados con

intoxicación por las prácticas ya mencionadas y entre 5 y 10 por quemaduras relacionadas a

fugas de GLP.

Estas prácticas resultan peligrosas y a pesar de ser ampliamente difundidas las

consecuencias posibles de dichas acciones, éstas se siguen realizando. Por ello, resulta de

vital importancia regular la fabricación y uso de cualquier contenedor de GLP, ya que

mientras más seguro sea el producto, menor será el riesgo en el que incurrirá la población

independientemente de las prácticas en las que incurran.

8

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III.II Características académicas de la población

El uso, fabricación y mantenimiento de algún objeto, requiere la mayoría de las

veces seguir un instructivo; el cual, además de permitir optimizar el manejo del artefacto,

resulta indispensable para evitar cualquier peligro relacionado con su desempeño. En el

caso concreto de contenedores de GLP, si bien su manejo es relativamente sencillo, la

calidad peligrosa de su contenido, obliga a extremar medidas de seguridad. Sobre todo, al

considerar las características combustibles del energético.

La lectura de instructivos, así como el seguimiento de instrucciones, son habilidades

necesarias para el manejo de artefactos cuyo uso implica un riesgo. De forma que para una

población bien instruida en el manejo de contenedores de GLP, el riesgo por mal uso es

prácticamente nulo.

Como ya había sido mencionado, los países escandinavos pioneros en el uso de

composite, no han reportado ningún incidente ni accidente en relación al mal uso o

fabricación de dichos contenedores. Sin embargo, es bien conocido que dicha región

presenta uno de los niveles educativos más altos a nivel mundial, tanto a nivel calidad como

de años de estudio. Dicha circunstancia, se traduce en mejores habilidades para leer y

seguir instrucciones, las cuales resultan indispensables en la fabricación de cualquier

producto. A continuación, se realiza un análisis de riesgo de la población mexicana contra

la estadounidense y la escandinava, en términos educativos. Esto, como un proxy de las

habilidades ya mencionadas, que resultan indispensables para el seguimiento de normas e

instrucciones de fabricación. Para este estudio, se eligió la población escandinava12, por ser

los pioneros en el uso de cilindros de composite, la estadounidense por ser en aquella

región donde se presentó el incidente y la mexicana, por ser el país objetivo en este

análisis.

Con base en estudios realizados por la UNESCO13 y la OCDE14 en 2003 se dieron a

conocer el índice de calidad de la educación, los años de educación promedio y la tasa de

alfabetismo para los países de la OCDE. Dicha información, está contenida en la siguiente

tabla, en donde además de las poblaciones objetivo, se incluye el promedio para la OCDE.

12 Como naciones escandinavas o Escandinavia, se identifican Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca. Todos los datos referentes a la región, corresponden al promedio de dichos países.13 United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization14 Organization for Economic Cooperation and Development

9

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Tabla 1: Índices educativos.

País ICE AE TAEscandinavia 512.825 16.95 99.75%EEUU 498.7 15.7 97.00%México 410.03 11.5 91.60%OECD 500.8 15.2 94.00%ICE: índice de Calidad de la EducaciónAE: Años de Educación Promedio.Tasa de Alfabetismo.

Fuente: Centro de Investigaciones Estratégicas para México.

Como es posible observar, México presenta niveles menores al promedio de la OECD para

los tres indicadores; mientras que Estados Unidos presenta dicha tendencia sólo en el índice

de calidad de la educación y Escandinavia por el contrario, se ubica por encima del

promedio para todos los casos. Dichas relaciones, se presentan en la Gráfica 1, donde es

posible observar dichas diferencias con mayor claridad.

Gráfica 1: Diferencias de índices educativos respecto al promedio de la OECD

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CIEM

Finalmente, para construir un indicador más adecuado para los fines de este análisis,

se aplicaron ponderadores de 20% para el ICE, 20% para los AE y 40% a la TA. Pesos

asignados de acuerdo a la importancia de cada indicador en el desarrollo de habilidades de

lectura y seguimiento de instrucciones.

En la Gráfica 2 se presenta el resultado de aplicar dichos ponderadores; de suerte

que pueden ser interpretados como la desviación de cada agente para leer y seguir

instrucciones del promedio de la OECD.

Gráfica 2: Desviación de cada población objetivo respecto al promedio de la OECD.

10

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CIEM

Así, al aplicar dichas diferencias entre cada población analizada, es posible concluir,

que en términos de habilidades, las diferencias poblacionales son las que se presentan en la

Tabla 2.

Tabla 2: Comparación entre poblaciones objetivo, en términos de eficiencia respecto a la

lectura y seguimiento de instrucciones.

México 16.48% menos eficiente EscandinaviaMéxico 12.51% menos eficiente EE.UU.EE.UU. 8.94% menos eficiente Escandinavia

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CIEM

Por lo cual, es posible decir que las poblaciones mexicana y estadounidense

enfrentan 16.48% y 8.94% más riesgo que la escandinava respectivamente, en términos de

lectura y seguimiento de instrucciones; mientras que la mexicana respecto a la

estadounidense de 12.51%.

Finalmente y a manera de conclusión de esta sección, es importante considerar que

si bien, no han existido incidentes con el uso de contenedores de composite en

Escandinavia, parte se ha debido al seguimiento estricto de las instrucciones técnicas de

fabricación descritas en la normatividad europea e internacional. Sin embargo, dadas las

diferencias en habilidades para lectura y seguimiento de instrucciones de la población

mexicana en comparación con la escandinava, el riesgo de incidentes en México radicaría

en la baja probabilidad de que los fabricantes nacionales recurran a la normatividad

internacional para fabricar cilindros composite, optando por fabricarlos de acuerdo a las

condiciones que les resulten más económicas, sin necesariamente garantizar la seguridad

intrínseca de los contenedores, como ocurrió en Florida, EE.UU.

11

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IV) Riesgo: Probabilidad y consecuencias

En esta sección, se aplica la metodología utilizada por el Ministerio de Trabajo e

Inmigración de España, para valuar riesgos ante estadísticas de accidentes representativas a

nivel nacional. De suerte que resulta posible eliminar una de las principales barreras en la

evaluación de riesgos a través de un sistema alternativo de valuación cualitativa de forma

cuantitativa.

“Probabilidad” y “consecuencias” son los dos factores cuyo producto determina el

riesgo, que se define como el conjunto de daños esperados por unidad de tiempo. La

probabilidad y las consecuencias deben necesariamente ser cuantificables para valorar de

una manera objetiva el riesgo.

La probabilidad de un accidente puede ser determinada en términos precisos en

función de las probabilidades del suceso inicial que lo genera y de los siguientes sucesos

desencadenantes. En tal sentido, la probabilidad del accidente será más compleja de

determinar cuanto más larga sea la cadena causal, ya que habrá que conocer todos los

sucesos que intervienen, así, como las probabilidades de los mismos, para efectuar el

correspondiente producto.

Por otra parte, existen muchos riesgos denominados convencionales en los que la

existencia de unos determinados fallos o deficiencias, hace muy probable que se produzca

el accidente. En términos de accidentes, en el concepto de probabilidad está integrado al

término exposición de las personas al riesgo. Así, por ejemplo, la probabilidad de que se

produzca asfixia por inhalación de GLP, dependerá de la probabilidad de que se produzca

una fuga, de la ubicación del contenedor y del tiempo de exposición de la persona al factor

de riesgo.

La materialización de un riesgo puede generar consecuencias diferentes ( ), cada

una de ellas con su correspondiente probabilidad ( ). Por ejemplo, ante una fuga en un

cilindro ubicado en exteriores, las consecuencias esperadas son leves, pero, ante la

probabilidad de situarse en interiores con ventanas cerradas, el daño esperado promedio,

podría ser grave o incluso mortal. Así, el daño esperable promedio de un accidente vendría

determinado por la expresión .15

15 D. E.= Daño Esperado.

12

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La metodología utilizada, permite cuantificar la magnitud de los riesgos existentes

y, en consecuencia, jerarquizar racionalmente su prioridad de corrección. Para ello, se parte

de la detección de las deficiencias existentes en los lugares de ubicación para, a

continuación, estimar la probabilidad de que ocurra un accidente y, teniendo en cuenta la

magnitud esperada de las consecuencias, evaluar el riesgo asociado a cada una de dichas

deficiencias.

La información aportada, es orientativa y el nivel de probabilidad de accidente que

aporta el método a partir de la deficiencia detectada, se estima a partir de otras fuentes más

precisas, como datos estadísticos de accidentabilidad o de fiabilidad de componentes. Sin

embargo, las consecuencias esperadas son preestablecidas.

Dado el objetivo de simplicidad y la falta de información, no se emplean valores

absolutos de riesgo, probabilidad y consecuencias, sino sus “niveles” en una escala de

cuatro posibilidades. Así, se habla de un “nivel de riesgo”, “nivel de probabilidad” y “nivel

de consecuencias”. Finalmente, es importante mencionar que el nivel de probabilidad es

una función del nivel de deficiencia y de la frecuencia o nivel de exposición a la misma,

mientras que el nivel de riesgo (NR) será, por su parte, función del nivel de probabilidad

(NP) y del nivel de consecuencias (NC) y puede expresarse como NR=NP*NC.

IV.I) Nivel de deficiencia

Como nivel de deficiencia (ND), se entiende la magnitud de la vinculación esperada

entre el conjunto de factores de riesgo considerados y su relación causal directa con el

posible accidente. Los valores numéricos empleados y el significado de los mismos se

indican en la Tabla 3.

Tabla 3: Determinación del nivel de deficiencia

Nivel de deficiencia ND Significado

Muy deficiente (MD) 10Se han detectado factores de riesgo significativos que determinancomo muy posible la generación de fallos. El conjunto de medidas preventivas existentes respecto al riesgo resulta ineficaz.

Deficiente (D) 6Se ha detectado algún factor de riesgo significativo que precisa ser corregido. La eficacia del conjunto de medidas preventivas existentes se ve reducida de forma apreciable.

Mejorable (M) 2Se han detectado factores de riesgo de menor importancia. La eficacia del conjunto de medidas preventivasexistentes se ve reducida de forma apreciable.

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Aceptable (B) -No se ha detectado anomalía destacable alguna. El riesgo está controlado. No se valora.

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

El nivel de deficiencia puede estimarse de muchas formas; sin embargo, se

considera idóneo el empleo de chequeo de cilindros que analicen los posibles factores de

riesgo de cada situación. A manera de ejemplo, para controlar periódicamente se debe

tomar en cuenta, el riesgo de golpes, cortes, proyecciones con herramientas manuales y

daños por exposición al fuego entro otros. Así, un daño positivo a alguna de las cuestiones

planteadas, confirmaría la existencia de una deficiencia catalogada según los criterios de

valoración indicados.

A cada uno de los niveles de deficiencia se ha hecho corresponder un valor

numérico adimensional, excepto al nivel “aceptable”, en cuyo caso no se realiza una

valoración, ya que no se han detectado deficiencias. En cualquier caso, lo destacable es

necesario alcanzar en nuestra evaluación un determinado nivel de deficiencia con la ayuda

del criterio expuesto o de otro similar.

IV.II) Nivel de exposición

El nivel de exposición (NE) es una medida de la frecuencia con la que se da

exposición al riesgo. Para un riesgo concreto, el nivel de exposición se puede estimar en

fundación de los tiempos de permanencia en áreas de trabajo, operaciones con máquina,

etc.

Los valores numéricos, como puede observarse en la Tabla 4, son ligeramente

inferiores al valor que alcanzan los niveles de deficiencias, ya que, por ejemplo, si la

situación de riesgo está controlada, una exposición alta no debiera ocasionar, en principio,

el mismo nivel de riesgo que una deficiencia alta con exposición baja.

Tabla 4: Determinación del nivel de exposición

Nivel de exposición NE Significado

Continuada (EC) 4Continuamente. Varias veces al díacon tiempo prolongado.

Frecuente (EF) 3Varias veces al día,aunque sea con tiempos cortos.

Ocasional (EQ) 2Alguna vez al día y con periodo corto de tiempo.

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Esporádica (EE) 1 Irregularmente.

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

IV.III) Nivel de probabilidad

En función del nivel de deficiencia de las medidas preventivas y del nivel de

exposición al riesgo, se determinará el nivel de probabilidad (NP), el cual se puede expresar

como el producto de ambos términos: NP=ND*NE

Tabla 5: Determinación del nivel de probabilidad

NE4 3 2 1

  10 MA 40 MA 30 A 20 A 10ND 6 MA 24 A 18 A 12 M 6  2 M 8 M 6 B 4 B 2

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

Tabla 6: Significado de los diferentes niveles de probabilidad

Nivel de probabilidad NP Significado

Muy alta (MA) Entre 40 y 24Situación deficiente con exposición continuada, o muy deficiente con exposición frecuente. Normalmente la materialización del riesgo ocurre con frecuencia

Alta (A) Entre 20 y 10Situación deficiente con exposición frecuente u ocasional, o bien situación muy deficiente con exposición ocasional o esporádica. La materialización del riesgo es posible que suceda varias veces.

Media (M) Entre 8 y 6Situación deficiente con exposición esporádica, o bien situación mejorable con exposición continuada o frecuente. Es posible que suceda el daño alguna vez.

Baja (B) Entre 4 y 2 Situación mejorable con exposición ocasional o esporádica. No es que se materialice el riesgo, aunque pueda ser concebible.

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

IV.IV) Nivel de consecuencias

Se han considerado igualmente cuatro niveles para la clasificación de las

consecuencias (NC). Se ha establecido un doble significado; por un lado se han

categorizado los daños físicos y, por otro, los daños materiales. Se ha evitado establecer

una traducción monetaria de estos últimos, dado que su importancia será relativa en función

del tipo de empresa y de su tamaño. Ambos significados deben ser considerados

independientemente, teniendo más peso los daños a personas que los materiales. Cuando las

lesiones no son importantes la consideración de los daños materiales debe ayudarnos a

establecer prioridades con un mismo nivel de consecuencias establecido para personas.

15

Page 16: 15163.59.59.2.Análisis de Riesgo

Como puede observarse en la Tabla 7, la escala numérica de consecuencias es muy

superior a la probabilidad. Ello es debido a que el factor de consecuencias debe tener

siempre un mayor peso en la valoración.

Tabla 7: Determinación del nivel de consecuencias.

SignificadoNivel de consecuencias NC Daños humanos Daños materiales

Mortal o catastrófico (M) 1001 muerto o más Destrucción total  (Difícil renovarlo)

Muy grave (MG) 60Lesiones graves que Destrucción parcial pueden ser irreparables (Compleja y costosa reparación)

Grave (G) 25Lesiones con capacidad Se requiere paro de proceso para laboral transitoria (I. L. T.) efectuar la reparación.

Leve (L) 10Pequeñas lesiones que no Reparable sin necesidad de paro requieren hospitalización del proceso.

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

Se observa también que los accidentes con baja probabilidad se han considerado

como consecuencia grave. Con esta consideración se pretende ser más exigente a la hora de

penalizar las consecuencias sobre las personas debido a un accidente, que aplicando un

criterio médico-legal. Además, se puede añadir que los costos económicos de un accidente

con baja, aunque suelen ser desconocidos, son muy importantes. Finalmente, hay que tener

en cuenta que cuando nos referimos a las consecuencias de los accidentes, se trata de las

normalmente esperadas en caso de materialización del riesgo.

IV.V) Nivel de riesgo e intervención

En la Tabla 8, se determina el nivel de riesgo y, mediante la agrupación de los

diferentes valores obtenidos, se establecen bloques de priorización de las intervenciones, a

través del establecimiento de cuatro niveles (indicados en el cuadro con cifras romanas)

Tabla 8: Determinación del nivel de riesgo y de intervención

NPNC 40 a 24 20 a 10 8 a 6 4 a 2

100 I I I II4000 a 2400 2000 a 1000 800 a 600 400 a 200

60 I I II II III2400 a 1440 1200 a 600 480 a 360 240 120

25 I II II III1000 a 600 500 a 250 200 a 150 100 - 50

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10 II II III III III IV400 a 240 200 100 80 a 60 40 20

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

Los niveles de intervención obtenidos tienen un valor orientativo. Para priorizar un

programa de inversiones y mejoras, es imprescindible introducir un componente económico

y el ámbito de influencia de la intervención. Así, ante unos resultados similares, estará más

justificada una intervención prioritaria cuando el costo sea menor y la solución afecte a un

colectivo mayor de agentes. Por otro lado, no hay que olvidar el sentido de importancia que

den los usuarios a los diferentes problemas. La opinión de éstos, no sólo ha de ser

considerada, sino que su consideración redundará ineludiblemente en la efectividad del

programa de mejoras.

El nivel de riesgo viene determinado por el producto del nivel de probabilidad por el

nivel de consecuencias. La Tabla 9, establece la agrupación de los niveles de riesgo que

originan los niveles de intervención y su significado.

Tabla 9: Significado del nivel de intervención.

Nivel de intervención NR Significado

I 4000 - 600Situación crítica. Corrección urgente.

II 500 - 150Corregir y adoptar medidas de control.

III 120 - 40Mejorar si es posible. Sería convenientejustificar la intervención y su rentabilidad.

IV 20 No intervenir, salvo que un análisis más preciso lo justifique.

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo

En la siguiente sección, se asocian estos niveles de intervención en diversos

escenarios, los cuales reflejan costos monetarios cuantitativos en términos de pérdidas.

IV) Escenarios

En esta sección, se consideran nueve escenarios de riesgos consumados, en donde

los tres primeros ocurren en una casa habitación, y los seis siguientes en un establecimiento

comercial. Para los tres primeros, se consideró un inmueble ubicado en la delegación

Iztacalco del D.F. cuyos valores desglosados pueden ser consultados en los anexos. Para los

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tres siguientes, se consideraron los valores de una bodega de abarrotes popular, y para los

tres siguientes un establecimiento comercial también de abarrotes; ambos con base en los

estados de resultados presentados por un grupo comercial en diciembre de 2007.

Para los nueve casos, se identifican como A, los escenarios en donde se presenta una

fuga en algún contenedor, la misma es identificada, el contenedor es retirado y atendido por

la central de fugas. Los escenarios B, corresponden a un escenario intermedio en donde a

pesar de identificarse la fuga, ésta llega a causar daños menores como intoxicación y

pérdida de material de control básicamente de papel. En el tercer escenario, se considera un

evento grave, en donde la fuga no es detectada a tiempo y en consecuencia de un descuido,

se presentan daños parciales tanto en la casa como del establecimiento comercial.

En el caso de los últimos, sólo se consideran pérdidas dentro de la bodega de

distribución subtipo A, esto debido al supuesto del seguimiento estricto de la NOM-002-

SESH-2008, Bodegas de distribución de Gas L.P. Diseño, construcción, operación y

condiciones de seguridad. Finalmente, es importante mencionar, que para los escenarios B

y C, se consideran gastos de hospitalización para una persona a causa de la intoxicación.

Con base en la sección previa, a continuación se presentan tablas de valoración de

riesgo para los nueve casos. En donde de acuerdo a la valoración realizada, la mayoría de

los casos corresponden a un nivel de riesgo tipo II.

Tabla 10: Valoración de riesgo para casos casa - habitación

Escenario N. D. Valor N. E. Valor N. P. Valor N. C Valor N. R. ValorA MD 10 EF 3 MA 30 L 10 II 300B D 6 EF 3 A 18 G 25 II 450C M 2 EC 4 M 8 M 100 I 800

Fuente: Elaboración propia

Tabla 11: Valoración de riesgo para casos bodega popular.

Escenario N. D. Valor N. E. Valor N. P. Valor N. C Valor N. R. ValorA D 6 EF 3 A 18 L 10 II 180B D 6 EF 3 A 18 G 25 II 450C M 2 EC 4 M 8 M 100 I 800

Fuente: Elaboración propia

Tabla 12: Valoración de riesgo para casos establecimiento comercial.

Escenario N. D. Valor N. E. Valor N. P. Valor N. C Valor N. R. ValorA D 6 EF 3 A 18 L 10 II 180B D 6 EF 3 A 18 G 25 II 450

18

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C M 2 EC 4 M 8 MG 60 II 480Fuente: Elaboración propia

A continuación, se incluyen tres tablas con los costos en los que se incurriría en

cualquiera de los casos mencionados. Con la finalidad de brindar una mejor comprensión

de la magnitud de la pérdida en un hogar, en el Anexo F se incluye la cotización de una

casa modelo, utilizada para los efectos del presente. No obstante, es importante mencionar

que asegurar dicho inmueble, tendría un costo aproximado de $8,000.00 MXP; lo anterior,

de acuerdo con la cotización de una prima de seguro incluida en el Anexo G.

Tabla 13: Escenarios para casa- habitación.

  Valor del inmueble* Habitantes Daños materiales Daños a terceros TotalA 1,664,890.00 4 0 0 0B 1,664,890.00 4 6,000 0 6,000C 1,664,890.00 4 42,350 0 42,350* Millones de pesos

Fuente: Elaboración propia

Tabla 14: Escenarios para bodega de abarrotes popular.

  Valor del inmueble* Usuarios/hr. Daños materiales Daños a terceros TotalA 335.68 172.25 0 0 0B 335.68 172.25 3,000.00 0 3,000C 335.68 172.25 15,750.00 20,000 37,750

Fuente: Elaboración propia

Tabla 15: Escenario para establecimiento comercial de abarrotes grande.

  Valor del inmueble* Usuarios/hr. Daños materiales Daños a terceros TotalA 655.15 336.17 0 0 0B 655.15 336.17 4,000 0 4,000C 655.15 336.17 25,000 40,000 65,000

Fuente: Elaboración propia

Estas tablas sólo son indicadores de posibles costos en que se podría incurrir; sin

embargo, es de vital importancia mencionar que sólo para los casos de casa habitación, la

intoxicación y muerte resultan considerables, ya que se asume el cabal cumplimiento de la

NOM-002-SESH-2008, en la cual se establece la obligación de ubicar las bodegas de

distribución subtipo A en lugares ventilados. No obstante, dado el nivel de riesgo en el que

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Page 20: 15163.59.59.2.Análisis de Riesgo

se incurre y en consecuencia el nivel de intervención, resulta indispensable considerar todos

los casos y no subestimarlos.

En ninguno de los casos se asume pérdida total, pero en todos el riesgo existe, y al

considerar que podría ser el panorama de más de 9.02 millones de hogares, 22,421 tiendas

rurales, 7,940 gasolineras, 12,695 centros comerciales y 14,859 vehículos de reparto; lo

mejor es tomar las medidas necesarias para evitar cualquier tipo de incidente, al adoptar y

apegarse a normas técnicas internacionales o nacionales como la ISO 11119-3, la EN 12

245 o la potencial NOM-EM-011/2-SESH-2008 para el caso de México, la cual está basada

y fundamentada en las dos anteriores.

Conclusiones

México es el principal consumidor de Gas L.P. en el mundo como energético de

primera necesidad. Dicho hidrocarburo es utilizado en más de 17.35 millones de hogares,

de los cuales 9.02 lo consumen a través de cilindros transportables.

Sin duda, la introducción nuevas tecnologías en recipientes contenedores de GLP,

tales como el uso de materiales compuestos, pudiese potenciar la apertura del mercado de

distribución de dicho hidrocarburo a nuevas opciones para el consumidor. Sin embargo,

dada la presencia de diversos elementos de riesgo para la población, la instrumentación de

normas mínimas de seguridad resulta indispensable para salvaguardar la integridad de los

usuarios.

Los países escandinavos fueron los pioneros en el uso de esta clase de contenedores,

y de acuerdo con declaraciones hechas por las autoridades competentes de la región, no se

tiene registro de incidente alguno relacionado con esta clase de contenedores. Sin embargo,

en 2007 el Estado de Florida, EE.UU., fue testigo del que quizá sea el primer incidente en

la historia relacionado con los cilindros de composite.

Dicho incidente no implicó consecuencias que puedan considerarse lamentables; sin

embargo, creó un precedente para la regulación mínima de las condiciones de seguridad

con que deben cumplir los contenedores de materiales compuestos.

Por su parte, y de conformidad con el análisis realizado en el presente documento,

se deben considerar también los riesgos inherentes a las características poblacionales de la

sociedad involucrada con la fabricación, manejo y uso del producto. A manera de

20

Page 21: 15163.59.59.2.Análisis de Riesgo

referencia para la hipótesis planteada, en el Anexo H se incluyen los resultados de una

encuesta nacional en materia de protección civil de la empresa Consulta Mitofsky, en la que

se concluye que la población no sabe qué hacer en caso de tragedias16.

En el caso mexicano, la información relativa a los usos y costumbres de la

población nacional, denota la necesidad de normar las especificaciones mínimas que deben

observar los contenedores referidos, en virtud de la poca o nula experiencia de fabricación

existente en nuestro país para este tipo de recipientes, aunado a la baja probabilidad de

utilizar normatividad extranjera o internacional por iniciativa propia para llevar a cabo

dicha actividad.

Cabe señalar también que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 40 de la

Ley Federal sobre Metrología y Normalización, siendo uno de los objetivos de las NOMs el

establecer las características y/o especificaciones que deban reunir los productos y procesos

cuando éstos puedan constituir un riesgo para la seguridad de las personas o dañar la salud

humana, la experiencia con recipientes para contener Gas L.P. ha demostrado que el

incumplimiento de la normatividad ha arrojado como resultados pérdidas, no sólo de bienes

materiales, sino también de vidas humanas, en casos como los del estado de Chihuahua.

Todo lo anterior, enaltece la necesidad de proveer un marco regulatorio confiable

que permita el desarrollo de nuevos mercados bajo condiciones que provean de certeza y

seguridad a distribuidores y usuarios finales. Así, con base en el nivel de riesgo e

intervención presentado y dadas las características del mercado mexicano, se concluye que

la carencia de regulación nacional aplicable a recipientes para Gas L.P. de materiales

compuestos, constituye una situación de riesgo inminente que debe ser atendida mediante la

emisión de una Norma Oficial Mexicana de Emergencia.

16 Cfr. Anexo H

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