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Edición número Doscientos sesenta y siete. Año 06. Caracas, 5 de marzo de 2018 REVISTA GRATUITA 267 CHÁVEZ ÍNTIMO

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Edición número Doscientos sesenta y siete. Año 06. Caracas, 5 de marzo de 2018REVISTA GRATUITA

267

CHÁVEZÍNTIMO

REVISTA GRATUITA CIRCULA LOS

DOMINGOS CON EL DIARIO CIUDAD CCS

BÚSCALA DE LUNES A VIERNES EN

NUESTRA SEDE: ESQ. SAN JACINTO,

EDIF. GRADILLAS “C”, PISO 1, AL LADO

DE LA TAQUILLA ÚNICA DE SERVICIOS

MUNICIPALES

Y EN LA LIBRERÍA-BAR EL TECHO DE LA

BALLENA, EDIF. GRADILLAS “A”, PLANTA

BAJA, BULEVAR DEL ETERNO RETORNO

CONTENIDO 5 DE MARZO 5MERCEDES CHACÍN

Permítanme el editorial autorreferencial. Pero es que hay personajes que marcan, que trascienden en las vidas de miles, de uno solo, de una sola. En nuestras vidas y sus vidas. En mi vida, en tu vida. Porque no solo se trata de ideología, que también; no solo se trata de estrategias, que también; no solo se trata de convicciones, que también; no solo se trata de estadistas, que también; no solo se trata de doctrinas, que también; no solo se trata de asertividad, que también; no solo se trata de solidaridad internacional, que también; no solo se trata de cultivar el conocimiento, que también; no solo se trata de volar alto como las águilas, que también... También se trata del amor. Amor a la lectura, al llano, a la amistad, a la poesía, al silencio, a la joda, al arte, a la magia, a la calle, al cuartel, a los hijos y a la zurda, conducta...Amor a la zurda es amor al prójimo sin misticismo y sin autoayudas. Amor a la zurda es dejar de admirar nuestros ombligos, que son huecos, y llenos de fetidez si te descuidas. Amor a la zurda es tener la convicción de que caminar por el mismo sendero no siempre es una acción colectiva, pero aun así hay que darse cuenta de que “se hace camino al andar”. Amor a la zurda, amor a la izquierda, es amor socialista. Hay afirmaciones que no dan lugar a discusiones, aunque siempre se den. Amor a la zurda recuerda a Chávez porque esencialmente irrumpió para amar.

Este Chávez íntimo está lleno de amor. De quienes escriben, de quienes ilustran, de quienes diseñan, de quienes sabemos el tamaño de la pérdida pero que aun así sabemos que podemos superarla y ganar. Hoy 5 de marzo de 2018, cinco años después, dejamos con ustedes a Chávez. Chávez nuestro de cada día. Sigamos.

02. ZURDOSer de izquierdaen cuerpo y alma

04. CUENTEROSalido del llano,jodedor y seductor

06. CALLADOEl silencio que no otorga

08. CALLEJEROLa Piedra y La Niña de la Peineta Rota

10. BAUTIZADORY ahora yo te nombro...

12. POETALa colcha de agua al que nadie echársela pudo

14. SE MULTIPLICÓ... SE SEMBRÓ

16. MILITARSoldado: ¡Firmes!Vista a la iz... ¡quier!

18. PADREGuía paternal de un pueblo

20. BOLERISTACantaba boleros también

22. LECTORDE NIETZSCHEComo Zaratustra hablaba

24. CHAMÁNVolteó al mundo en un solo día

26. PINTORUn dibujo para Chávez niño

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

CONSEJO EDITORIALErika FaríasRoberto MalaverGustavo Borges Revilla

DIRECTORAMercedes Chacín

EDITOR JEFE Carlos Cova

COORDINADOR EDITORIALGustavo Mérida

DIRECTORA DE ARTE (E)Tatun Gois

COORDINADOR DE FOTOGRAFÍAJesús Castillo

COORDINADORA 2.0Yanira Albornoz (†)

WEB Y REDESEnyeli GonzálezRamón Pérez

REDACCIÓNMarlon ZambranoMalú RengifoCésar Vázquez

DISEÑOArturo GonnellaYeibert Vivas

FOTOGRAFÍAMichael MataEnrique Hernández

CORRECTORRodolfo Castillo

LOGÍSTICAIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

COLABORAN EN ESTA EDICIÓNRodolfo Porras, José Roberto Duque, Clodovaldo Hernández, Jessica Dos Santos, Nathali Gómez Moscoso, Humberto Márquez,Reinaldo Iturriza, Felipe García, Henry Rojas, María Centeno, Gabriel Lara, Rausseo Dos, Etten Carvallo y Jessica Mena. Archivo Ciudad CCS.Diseño de portada y concepto gráfico de esta edición: Tatun Gois.

IMPRESIÓN Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

www.epaleccs.info [email protected]

@epaleccs @epaleccs Épale CCS Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843

Depósito Legal: pp201202dc4166

Una publicación de la

www.epaleccs.info Edición Número Doscientos sesenta y siete. Año 06. ÉPALE CCSCaracas, 5 de marzo de 2018.

Zurdo

POR MARLON ZAMBRANO

ILUSTRACIÓN HENRY ROJAS

Ser fervorosamente zurdo lo cambió todo. Fue lo que definió el curso de la historia reciente del país, desde los coquitos que le metían los típicos chalequeadores del salón para ladillarlo por “raro”, hasta sus dificultades para seguir pichando a lo zurdo —por un sobrevenido problema del manguito rotador— que lo obligó a cam-

biarse al bate, donde resultó un fenómeno que le garantizó su acceso a la Academia Militar.

Chávez, memorioso y conversador, lo contó muchas veces. Y, azuzado por Ignacio Ramonet, dio la respuesta que nosotros —zurdos militantes— estábamos esperando. Lo recoge así en su libro Mi primera vida: conversa-ciones con Ignacio Ramonet.

IR: Podríamos casi decir: ese simple golpe de bate cambió el curso de la historia de Venezuela.

HCh: Fue una cosa chiquitica del azar. Es decir, si yo no hubiera podido batear en buenas condiciones —cuando lo mío era pichar— no entro en la Academia. Ser zurdo también me ayudó; porque Héctor Benítez me anotó en su cua-dernito: “Estamos buscando a un bateador zurdo. Así que lo vamos a recomendar; preséntese aquí en ocho días”. Si por alguna casualidad yo no hubiese sido zurdo y hubiera fallado los tres batazos, me sacan. No hubiese ingresado en la Academia. No sería lo que soy y no estaríamos hablando de Revolución Bolivariana.

El zurdo sufre Hay una épica del zurdo un poco ostentosa: que si Dios es zurdo, que si Einstein, Aristóteles, Beethoven, Juana de Arco, Franz Kafka, Leonardo da Vinci, Maradona, o sea, los mejores. El zurdo es más inteligente, tiene más sensibi-lidad, mayor capacidad para el pensamiento holístico porque su origen está en el dominio del cerebro derecho, etc. Todo eso se ha mediatizado profusamente en los últimos tiempos, en una cruzada reivindicativa de la condición que por siglos resultó más bien un problema grave.

Ser zurdo constituye un peo social. Primero, eres diferente: ¡siniestro! Lo que hasta hace unos años era sinónimo de diabólico con las consecuencias del escarnio, el maltrato, la obligación de cambiar de mano e incluso, en sociedades más primarias, la muerte. Los artilugios de la modernidad no van contigo: el abrelatas y los pupitres del salón están hechos para diestros; el reloj es para la derecha, aunque Erika Farías, alcaldesa de Caracas, se dejó de cuentos y se montó uno por cada mano, para llevar la contraria. El zurdario de Ned Flanders, el de Los Simpson, resultó una necesidad global.

De padre y hermano (Adán) zurdos, a Chávez le tocó bandearse con esa herencia. En su etapa de formación militar lo quisieron someter: “En la Academia, en esa época, atormentaban a los zurdos. Tomar sopa con la mano derecha fue para mí un martirio; la mano me temblaba, la sopa se vertía, me salpicaba la camisa, manchaba el mantel, tuve que salir a lavarlo decenas de veces...”.

Con el fusil sí tuvo que dar, literalmente, su mano a torcer. Si no aprendía a disparar con la derecha corría el peligro de ser herido gravemente por el casquillo que expulsa la ventana de eyección que está del lado derecho. Y aprendió. Pero hasta ahí. Con la zurda se dedicó a batear y no solo se hizo uno de los favoritos del coach de bateo de la Aca-demia, Héctor Benítez, sino que se afincó en su zurdera y se hizo de izquierda y se fue por allí, a diestra y siniestra, regando esperanzas en un mundo de derechos... y de derecha.

SER DE IZQUIERDAEN CUERPO Y ALMA

Por zurdo se hizo militar, revolucionario y cambióla historia de un país dominado por derechos y derechas

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Ser zurdo era aquí como una cosa a veces torturante. Claro, yo defendía y defiendo mi zurdidad, digámoslo así. Por ejemplo venía por ese pasillo los primeros días, trayendo mi ropa de la lavandería, y como soy zurdo venían unos brigadieres y los saludo con la izquierda, bueno di como cien vueltas al patio con la ropa aquí en la cabeza, cónchale, por ser zurdo.

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Cuentero

POR MERCEDES CHACÍN

ILUSTRACIÓN MARÍA CENTENO

Un buen llanero es un buen cuentero. Un buen llanero es un jode-dor. Cuando en la reunión de pauta planificamos esta edición ho-menaje, cuyo concepto generador, como diría Roberto Malaver,

es la intimidad del Comandante Chávez, su esencia como ser humano, pensábamos solo en el Chávez jodedor. El Chávez más divertido. En ese donde nos encontramos cercanos y felices. Si nos vamos a los significados de estas palabras en los diccionarios, un jodedor es un adjetivo: que gusta de molestar, de fastidiar o importunar. Chale-queo, pues. Y un cuentero es un cuentista: persona que narra o escribe cuentos. Ambas acepciones pudieran calzarle a Hugo Rafael.

Afirmó haber visto el caimán de los cuentos, al patrullero del río Arau-ca. Si lo vemos desde la pauta elegida podemos decir que con este cuento, el del Patrullero, el Arañero apeló sus noches con La Sayona y El Silbón, jodedor y cuentero, divertido y sublime :

“Hay gente que no quiere creerlo. La otra vez lo comenté y me dijeron que yo estaba mamando gallo, cuando dije lo del Patrullero de ahí de Elorza. Yo lo vi. (Primero reta y plantea) Cuarenta y cinco metros de largo conté yo a pepa de ojo.(Y busca apoyo) Veníamos una noche de Puerto Infante, en la lancha, con los soldados. ¿Quién ha visto pie-dra en el Arauca? ¿Tú has visto piedra en el Arauca? (Propio de los cuenteros, te mete en el cuento) No hay piedras, y parecía una piedra. Es más, la propela tocó el lomo del caimán y se dobló. (Relata vainas increíbles sin que se le agüe el ojo y se disculpa) Eso no me lo cree a mí nadie, pero, bueno, qué culpa tengo. Yo vi al Patrullero por aquí, entre Puerto Infante y Elorza, era como la medianoche. Hay gente que cree que es una isla, es un caimán que tiene una palmera en el lomo” (Cuentos del Arañero).

Y entonces ahí, de repente, con tan solo unas cuantas palabras cons-tructoras de hipérboles, ya estás desarmada o desarmado y, en un descuido, te entregas a su fascinación muerta de la risa y pierdes el contrapunteo. ¿Quién no conoce a alguien así? Así somos.

Es un momento sublime. No importa si ganas o pierdes. Solo sonreír con la paciencia del llanero.

Con solo unas cuantas palabras constructoras de hipérboles ya estás desarmada o desarmado y te entregas muerta de la risa

SALIDO DEL LLANOJODEDOR Y SEDUCTOR

Y le agregaba coplas: “Arañas calientes pa las viejas que no tienen dientes”, “arañas sabrosas, pa las muchachas buenamozas”, cosas así. Arañas calientes, araña dulce, pa no sé qué. Yo inventaba. A las muchachas yo les cantaba.

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POR RODOLFO PORRAS

ILUSTRACIÓN GABRIEL LARA

La influencia de Chávez —dentro y fuera del país— en las últimas décadas de historia es indiscutible. Los cambios estructurales y de pensamiento que se generaron en Venezuela son tantos y tan profundos que todavía no tenemos la verdadera dimensión de tamaña em-

presa. Por ello es difícil imaginar a Chávez en su cotidianidad, en ese pequeño mundo en donde la gente se expresa y actúa en lo inmediato, por el cariño, o porque tiene hambre o un antojo, o alguna otra cosa por el estilo. Es difícil imaginarlo a pesar de que él mismo se encargó de contar anécdotas, decir pareceres, expresar sentimientos. Cantó con cierto desafino y habló por ho-ras sobre lo humano, lo divino, lo social, lo político, lo espiritual, lo cultural, habló de los sueños de un pueblo y de la realidad más contundente, tanto habló que un rey borracho, en decadencia, le espetó en un perfecto acto de mala educación: “¡Por qué no te callas”! Y Chávez ni se calló, ni se inmutó; como él mismo diría más tarde a otra gente: ni lo ignoró. Pero la frase pasó a la histo-ria y da pie a ciertas reflexiones sobre lo que significa un Chávez íntimo y en silencio.

No se puede preguntar que por qué Chávez no se callaba, porque claro que se callaba, claro que guardaba silencio. No es posible haber generado tanto pensamiento innovador, tantas estra-tegias políticas, tantas ideas de la más profunda contemporaneidad, haber recogido tanta in-formación sobre la geografía y la historia nacional sin haber albergado un silencio contundente.

Esto nos coloca frente a una imagen de un hombre público, siempre en movimiento, dando ór-denes, ejecutando planes, dando discursos maratónicos, enfrentándose al poder mundial, a la burguesía local, negociando con los presidentes de América y el resto del mundo. Y tenemos otra imagen de un Chávez escuchando con atención, a un filósofo, un artista o un señor de a pie en cualquiera de sus viajes, escuchando con fervor a un grupo de campesinos, escribiendo los prolegómenos del Plan de la Patria, escuchando a cualquiera de sus cantantes amados, o reflexionando sobre algún discurso de Obama, pensando con preocupación el último ataque a cualquier país del Medio Oriente, o fraguando la próxima respuesta política al enemigo feroz.

Cuántas veces eso también nos lo dijo, cuántas veces comentó que había pasado parte de la noche, pensando en tal o cual cosa, allá en un cuarto de Miraflores, solitario y sereno, después de haber estado leyendo a algún pensador contemporáneo.

Una vez, después de la entrega de unos premios de ciencia, Chávez venía por el medio del audito-rio hacia la salida, saludaba a la gente que estaba en ese extremo del pasillo central. Un niño que estaba delante de mí llamó su atención. Chávez lo cargó y me tocó presenciar la conversación a la altura de mi asiento. Me sorprendió el respeto y la atención que el Presidente de la República le prestaba a ese niño. Y desde ese día supe que Chávez callado, íntimo, decía tanto como el Chávez que hablaba y enfrentaba al mundo desde su más genuina convicción.

EL SILENCIO QUE NO OTORGA

Chávez callaba y el torrente de ideas reverberaba en el espacio. La tregua era una pausa llena de intención

Uno luchaba en silencio ahí dentro. A mí me da mucho sentimiento decir esto y recordar, porque, ¡oye!, cuántas cosas pasaron, cuántas batallas chiquitas, silenciosas que nos fueron llevando a lo que nos llevó aquello.

Callado

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Callejero

POR JOSÉ ROBERTO DUQUE

ILUSTRACIÓN RAUSSEO DOS

Se ama un país cuando se lo conoce; se lo conoce cuando se lo recorre. Y se lo recorre cuando se es un alma expansiva y con ganas de aventura. Probablemente su impulso viajero y pateador de calle comenzó con el más primario de los recorridos: las casas de patio grande, luego las

calles del terruño para vender las ya emblemáticas “arañas”. Calle por calle, solazo por solazo y rostro por rostro, no hubo rincón de Sabaneta que no tuviera que caminar. Pero todo pueblito natal tenía fronteras y los nómadas saben que esas bichas están ahí para rebasarlas.

De Los Rastrojos a Sabaneta, de ahí a Barinas y luego para toda Venezuela, el caminante se hizo soldado y de pronto se vio convertido en conspirador andariego. Lo recluyeron (o creyeron haberlo recluido) en las sabanas de Elorza y lo que hicieron fue potenciarle la vena universal. Por eso cuando le tocó presentarse ante toda Venezuela lo que vimos todos fue a un venezolano auténtico que hablaba de nuestras calles cotidianas con una naturalidad de espanto, como si fuera o hubiera sido nuestro vecino: salga por el país y en todas partes encontrará quien le cuente o le muestre una evi-dencia de su paso por los pueblos, ciudades y caseríos: en Carora, escondido en la casa de Hermes Chávez, uno de los cultores mayores del cocuy; en Guanare, departiendo con el profesor Freddy Peña Gásperi mientras le buscaba los secretos a la tierra del Silbón; en Elorza conociendo a todo el mundo y confesándole al cura Gonzalo González que su pecado era estar planeando derrocar a un gobierno criminal e iniciar una revolución; en San Félix, tratando de crear equipo de fundadores de un partido con Edgar Lanz y otros señores de la verdad; en el sur de Bolívar, reunido con Marcos Rivero y el pueblo guerrero o esclavizado de las minas de oro; en Caracas, disfrazado de bicho raro con peluca verde “para pasar desapercibido” (?) en el bulevar de Catia.

De sus correrías caraqueñas, cada vez que le daba por hacer el recuento del montón de anécdotas y lugares que recorrió no había forma de que la gente no se conectara con las referencias, porque no todas eran de trabajo ni de activismo: habló de unos escapes a la discoteca Hawai Kai y de allí a meterse unas arepas en El Tropezón, hito de los borrachos en Los Chaguaramos.

Cuando cerraba su última campaña electoral en Maracay, enfrentado en esa ocasión a un imbécil que llamaba "suapara" a la sapoara y se enorgullecía de haberse comido una empanada “con carne adentro” (y quería ser querido por los venezolanos), saludó a los maracayeros con un dato: recordó las veces que pasó por La Niña de la Peineta Rota, y la carcajada que soltó la multitud refrendó el fenómeno: este tipo de verdad conoce a este país. Y para terminar de removerle la fibra de la nostalgia al gentío, narró brevemente por qué en ese segmento de los Llanos que comienza en Villa de Cura y baja hasta Ortiz, Parapara y Dos Caminos, a la capital de Aragua la llaman La Piedra. Y ya: vaya y averigüe qué significan esos nombres y a cuenta de qué el pueblo creador llama a sus referencias como las llama. No son horas de seguir enterándose de todo por escrito.

LA PIEDRA Y LA NIÑA DE LA PEINETA ROTA

El caminante se hizo soldado y de pronto se vioconvertido en conspirador andariego

Viene el mesonero y le digo: “Compadre, no vaya a decir que estoy aquí, por favor, se lo ruego. Quiero estar un rato aquí nada más”. “No, comandante, no se preocupe”. ¡No! Al ratico estaba el animador, allá: “¡Saludamos y bienvenido, el Comandante...”.

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Bautizador

POR CLODOVALDO HERNÁNDEZ

ILUSTRACIÓN ETTEN CARVALLO

Fue el principal propagador de sus propios apodos: de niño era el “Arañero”; de cadete, “Tri-bilín”. Bautizó a muchos de sus compañeros de escuela y de cuartel, incluyendo superiores y subordinados. Cuando inventaba un nombre o un sobrenombre, casi siempre este se pe-

gaba como una chapa que difícilmente podía quitarse luego. Una de sus obras de más impacto en este campo del naming (así le dicen a esta rama del marketing) es la palabra “escuálido”, que más que un vocablo es todo un concepto. Referida en principio a la escasa asistencia de manifestantes a los actos organizados por la oposición, terminó siendo una expresión comple-ja en su significado: sifrinos, blanquitos, supremacistas raciales, gente con asco por el pueblo. La palabreja ya ha adquirido el estatus de categoría antropológica. Los rivales individuales no se salvaron de su talento para nombrar. El primero de ellos, Henrique Salas Römer, terminó cargando el apelativo de su caballo: “Frijolito”, algo que seguramente desató la ira del godo valenciano de ojos azules y apellido germano.

Peor suerte tuvo el último de sus adversarios en las contiendas presidenciales, Henrique Ca-priles Radonski, quien fue estigmatizado como el “Majunche” y con aquella expresión “¡Ah mu-chacho pa bobo!”. La habilidad del eminente nombrador le permitía convertir un apodo individual en uno genérico. Así, los “majunches”, en plural, pasó a ser el alias de un liderazgo de medio pelo. No se limitó a los sobrenombres para adversarios. Inventó nombres para organismos interna-cionales (ALBA, Unasur, Petrocaribe), para entes públicos (Mercal, Pdval), y para productos y servicios. En este último campo logró uno de sus mayores hits con “Vergatario”, para designar el teléfono celular ensamblado en el país y vendido a precios de socialismo. La derecha pacata se escandalizó porque aquella era una mala palabra maracucha. En su permanente contienda con factores de poder internacional, también aplicó su capacidad bautizadora.

El “Míster Danger”, que tomó prestado de la literatura galleguiana, fue como un látigo contra George W. Bush, al que además flageló magistralmente con aquella legendaria frase “¡Aquí hue-le a azufre!”, que soltó nada menos que en la tribuna de oradores de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Como hombre de pueblo, le puso apelativos cariñosos incluso a sus familiares cercanos. Por ejemplo, su nieto el “Gallito” marcó toda una época, y hasta a su hija no humana, la Constitución Bolivariana, le canchó aquel remoquete de la “Bicha”. Por cierto, muchos de los que se declararon ofendidos porque él la llamó así, luego intentaron derogarla por la fuerza... Bueno, entendamos: es un típico comportamiento de escuálidos y majunches.

Por supuesto que ninguno de los bautizos de este ocurrente personaje tuvo el peso y la impor-tancia del que involucra a al país, que gracias a su genio pasó a llamarse República Bolivariana de Venezuela.

Por cierto, no hemos dicho cómo se llama el Gran Bautizador de la Comarca. No es necesario.

Y AHORAYO TE NOMBRO...

Daba nombre a las cosas para hacerlas posibles,pero su pericia no se limitaba solo a las ideas

Aquí dice: “Profesión: estudiante. Religión: católica. Color: moreno, frente amplia, labios gruesos”. No sé qué más, bembón, cabello castaño, nariz perfilada, barba escasa, cejas regulares. Alias o apodo, vean ustedes: “Tribilín”.

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Poeta

POR JESSICA DOS SANTOS JARDIM

ILUSTRACIÓN MARÍA CENTENO

uun poeta? —preguntó el periodista José Vicente Rangel en aquella entrevista que le realizó al presidente Chávez en la Academia Militar, la “casa de los sueños azules”, y el comandante sin pensarlo ni un segundo respondió “Andrés Eloy, ¡unos lo llaman

Maisanta y otros el americano!”. Eran unos versos del bardo de Cumaná, Andrés Eloy Blanco, dedicados al general Pedro Pérez Delgado alias Maisanta, ese que fue bisabuelo de Chávez; aquel que, a lomo de caballo y con la valentía como traje de guerra, se hizo imbatible.

Andrés Eloy conoció a Maisanta en la cárcel, en el Castillo Libertador, de Puerto Cabello, y recogió parte de su épica en el poema “Un corrío de caballería”, el preferido de Chávez, el que se aprendió de memoria en la adolescencia y recitaba constantemente, primero en los cuarteles, y después en cuanto acto político pudo. La prensa dice, por ejemplo, que, durante el mes de noviembre de 2012, poco antes de fallecer, el presidente solo se mostró en actos de gobierno durante 495 minutos, un poco más de 8 horas. Yo recuerdo que buena parte de ese tiempo fue para hablarnos de aquel poema. Chávez decía que las líneas “más bellas” eran estas:

Nube de tabaco y nube, relincho y susto de garza, madrugadita de leche bajo la noche ordeñada.

Sin duda, un retrato de la intensidad del llano. Sin embargo, estas no eran las únicas líneas que Chávez solía declamar. Una vez, en pleno consejo de ministros, el presidente decidió lanzarse completico “un poema con cargas eróticas”:

“... las mulatas son alegres como brisa en morichal, hay cosas que no se pueden decir a estar hora, no, ¿no?, porque tiene una carga erótica, el poema tiene una carga erótica, entonces tacatatacatacatacata, y en el medio un caminito más abajo del collar, que dan ganas de seguirlo para ver a dónde va, eso no es malo, ¿no?...”, expresó Chávez, entre risas. Al rato susurró “¡Coño! Pobre negro”, para resumir el drama del protagonista de aquel poema. Se trataba de “La negra del maraquero”, del guariqueño Ernesto Luis Rodríguez. No obstante, uno de los momentos más conmovedores ligados a la poesía fue aquel cuando a Hugo le dio por declamar “Llamadme” del trujillano, Víctor “el Chino” Valera Mora: “Llamadme, solamente llamadme el día en que la risa y el pan sean plan de gobierno, sean forma de gobierno (...) Entonces, cuando estemos en lo justo... llamadme, solamente llamadme”.

En aquel entonces, yo sentía que ese día había llegado, que ya podíamos llamarlo, que no habría vuelta atrás, pero la historia, como la vida misma, no resulta lineal. Hoy toca seguir cabalgando como Maisanta, para poder bailar como la negra Casimira al son de las maracas de Marcelino, y así invocar nuevamente a Chávez y parafrasearle que seguimos alzaos, que no hay quien nos pique adelante ni nos aguante la carga, que nadie nos ha podido echar la colcha al agua... ¡Maisanta que son bastantes!

LA COLCHA DE AGUAAL QUE NADIE ECHÁRSELA PUDO

En él converge la vocación poética del llanero y la del idealista revolucionario: bardo de palabras y también de hechos

Por aquí pasó, compadre, / hacia aquellos montes lejos. / Por aquí vestida de humo / la brisa que cruzó ardiendo / fue silbo de tierra libre / entre su manta y sus sueños. “Poema al Libertador Simón Bolívar”. Alberto Arvelo Torrealba.

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Militar

POR GUSTAVO MÉRIDA

ILUSTRACIÓN GABRIEL LARA

Glosario

Repelero: Dícese del ser humano joven y hambriento, militar o civil (recuerden el comedor de la UCV) que queda hambriento ¡luego de haber comido! y, después de esperar que todos coman y que sobre, si sobra, vuelve a comer.

Culito de gallina: Golpe seco, generalmente dado con el fondo de un pocillo, a todas las ye-mas de los dedos de cualquier mano, juntitas, tanto, que parecen el culito de una gallina.

Presentaciones: Castigo fastidioso (peor que “¡Firmes! Vista a la iz... ¡quier!”) que consiste en mandar a un subalterno a cambiarse rápido, y repetidas veces, usando todos los unifor-mes disponibles.

Un civil, que fue herido de bala en el abdomen el 11de abril de 2002, me cuenta que en París, de madrugada, se encontró con Chávez y se fueron juntos a buscar el nombre de Francisco de Miranda que está en el Arco de Triunfo. “Yo caminaba para atrás y él me dijo: ‘¡Mucha-cho! No camines así, vente conmigo’”. Lamentablemente, no lograron dar con el nombre del Generalísimo. Civiles y militares en unión perfecta de recuerdos y homenajes. “El general García Montoya fue quien recibió a Chávez en la Academia Militar”, me cuenta un soldado que estuvo parado firme frente al Comandante. El soldado entorna el recuerdo cuando ha-blamos de Hugo Chávez: “Siempre estuvo pendiente de la tropa; organizaba a los repeleros, sacaba pecho, corregía el saludo en las prácticas de los desfiles. El general García Montoya le hizo pagar presentaciones cuando era un nuevo y una vez yo estaba alumbrando porque tenía un uniforme que no correspondía y el mismo Comandante me preguntó...”, y el soldado se ensimisma.

El civil asegura que una vez presenció cómo el Comandante destituía, molesto por una incompetencia, a una subalterna: “Fue firme, severo, respetuoso, sin miramientos. Es un momento de esos inolvidables; saqué la cámara, la levanté lentamente y cuando estuve a punto de mirar a través del visor, la bajé: hubiese tenido la única foto del Comandante re-gañando a...”. El civil se enternece y se reseca la garganta, con ese nudo cívico-militar que se ancla en todas la gargantas de tanto en tanto, sobre todo en este día en que se cumplen cinco años exactos de aquel. Quizá ya son más de las 4 y 25 de la tarde. Vaya otro homenaje para quien nos dio la noticia, con la voz quebrada. Él no se ha quebrado.

Tal vez si Ramos Allup juntase sus dedos de modo tal que semejasen un culito de gallina y alguien, con una tacita de peltre, luego de tomarse el café, colocara el fondo sobre las yemas del adeco cobarde...

SOLDADO: ¡FIRMES! VISTA A LA IZ... ¡QUIER!

Voz de mando que impide al subalterno moverse,

que pueda, a la izquierda

Y yo ante ustedes y ante el mundo asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano.

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Padre

POR NATHALI GÓMEZ

ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

Chávez ejerció entre nosotros una paternidad fecunda. Al leer las cartas que dirigió a sus hijos, mientras estuvo preso en Yare, se dibujaba la silueta de ese camino que posteriormen-

te se haría certidumbre y que cada uno amoldaría a su forma de concebir a un padre. Algunos verían a un padre generoso, solida-rio; otros a una autoridad con suficiente determinación moral para dar y exigir; otros más a un educador en medio de la oscuri-dad, y otros —¿por qué no?— a alguien con quien disentir. Las relaciones filiales son así: sobre ellas se construye, deconstruye y reconstruye algo cada día. Nacimos para ser hijos de nuestros padres sin saber mucho cómo serlo.

Él mismo nos recordó que somos hijos de Bolívar, un padre cuyo tono de voz nunca escuchamos ni cuya caricia sentimos, pero que dejó cimentada esta tierra libre por la que caminamos. Chávez también nos dijo que venimos del huracán revolucionario, de ese en cuyo ojo él está, con una fuerza que tratamos de mantener viva diariamente, a pesar de quienes quieren apagarla.

En una carta escrita a su hija, en 1993, dice: “Como el 4F, cada vez que oigo disparos y la violencia toca mi puerta, siento tus ojos (...) que me miran con fuerza y me gritan: ‘Papá, no me dejes’. Así será, María mía, hasta el último día de esta vida que ya no me pertenece”. Esas palabras las entendemos como receptores de un mensaje que también es para nosotros.

Sabemos que, aunque no esté presente, no es un padre ausente, y que sus acciones estaban concebidas para que supiéramos cómo seguir en el terreno firme y lleno de obstáculos donde nos man-tenemos en pie. Su pensamiento, compartido de la forma más pedagógica posible, adquiere mayor valor en los momentos donde la memoria unida a la acción es la única forma de mantener esa relación filial que hizo darnos cuenta de eso que somos, al vernos reflejados en el otro.

GUÍA PATERNALDE UN PUEBLO

Un día le dije: “Yo te iba a poner María Bandera”. “¡Papá, te hubiera demandado!”. Porque María salió así, libre como el viento, como la bandera. Ella ondea así.

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POR HUMBERTO MÁRQUEZ

ILUSTRACIÓN ETTEN CARVALLO

Aunque su fuerte era la música llanera siempre se mandaba un bolero o una ranchera en sus programas dominicales o en cualquiera de sus alocuciones presidenciales, incluyendo sus campañas electorales. De hecho el diario ABC de España llegó a ti-

tular “Chávez hace campaña al ritmo de boleros”. En ocasión del gran rugido de jóvenes y estudiantes en concentración de estudiantes por el Sí en las afueras de Miraflores, un día de la juventud, creo, llegó con el vacilón que andaba despechado y algún día se tendría que ir y le cantaría a una novia... Volver, volver... Y volver, volver, volver a tus brazos otra vez / Llegaré hasta donde estés / Yo sé perder, yo sé perder, quiero volver, vol-ver volver y con la jodienda de que andaba despechado... perdóname, si ves que estoy nervioso, / no te esperaba aquí tan de repente. / Me alegro de encontrarte tan bonita, / te juro que te veo maravillosa, / será que al fin te van muy bien las co-sas, o tratas de ocultarme tu desdicha. / ¿Qué tal te va sin mí?, / dime que no te va muy bien, / que en realidad quieres volver a estar conmigo... o la ternura de... Cuando por primera vez yo te bese / nunca mi amor olvidare / todo el mundo de ilusión de nuestro ayer / nunca olvidaré las horas que pasamos juntos en aquel café... La emoción que yo sentí al acariciar tu piel... Tú tenías 15 años / yo no había cumplido aún los 16. / Desde entonces soy feliz tal y como lo soñé... Quién sería esa novia, todavía hay gente haciendo conjeturas.

Pero su bolero favorito siempre fue “Frenesí”, aquel de Bésame tú a mí... Bésame igual que mi boca te besó / dame el frenesí / que mi locura te dio... Quién si no fui yo / pudo enseñarte el camino del amor. / Muerta mi altivez / cuando mi orgullo rodó a tu pies... aunque como decíamos en Boleros que curan el alma, “más que bolero, ‘Frenesí’ es un chachachá que en Venezuela se conoció como el bolero de Chávez por su pre-dilección a tararearlo en actos diversos”. En una ocasión hice una transmisión de A mí me pasa lo mismo que a usted con los boleros de Chávez y por más que busqué el CD no pude encontrarlo, quién sabe dónde quedó sepultado después de la remodelación que le hizo Dil-cia a mi apartamento. Eso fue a raíz de un trabajo de producción que hizo Francisco Briceño, alias el Pechugo en el que recopiló los boleros y otros cantos que se mandaba Chávez en sus actos. Lo que sí podría ofrecer si mi productora Wilmara lo consigue es la copia de esa recopilación para que escojan el bolero que acompañará este escrito. Y me copio del cierre de Boleros que curan...: “De verdad que es un bolero chá para enamorarse y darse con todo: “Quiero que vivas sólo para mí / y que tú vayas por donde yo voy / para que mi alma sea nomás de ti / bésame con frenesí. / Dame la luz que tiene tu mirar / y la ansiedad que entre tus labios vi / esa locura de vivir y amar / que es más que amor frenesí. / Hay en el beso que te di / alma, piedad, corazón / dime que sabes tú sentir /Lo mismo que siento yo”... Recojan los vidrios, otra vez… jajajá.

CANTABA BOLEROSTAMBIÉN

Su bolero favorito fue “Frenesí”, aquel de “Bésame tú a mí… bésame igual que mi boca te besó / dame el frenesí / que mi

locura te dio...”

Yo canto muy mal, pero, como dijo aquel llanero, “Chávez canta mal, pero canta bonito”.

Bolerista

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Lector de Nietzsche

POR REINALDO ITURRIZA LÓPEZ

ILUSTRACIÓN HENRY ROJAS

En agosto de 2017, pasado el fragor de la batalla constituyente, terminé de escribir un pequeño libro, Chávez lector de Nietzsche, pronto a publicarse. Meses antes me había sumergido a fondo en esa lectura, reconstruyéndola con detalle, identificando sus hitos, los tópicos más fre-

cuentes. Es poco conocido que Nietzsche está presente en tres de los discursos más emblemáticos de los últimos dos años de la vida de Chávez. En primer lugar, el mensaje que dirige al pueblo venezolano el 30 de junio de 2011, desde La Habana, y en el que informa de la operación en que se le ha extraído un tumor cancerígeno, diez días antes. Dice: “Estoy obligado ahora a hablarles desde lo más hondo de mí mismo. En este instante recuerdo el 4 de febrero de aquel estruendoso año 1992. Aquel día no tuve más remedio que hablarle a Venezuela desde mi ocaso, desde un camino que yo sentía me arrastraba ha-cia un abismo insondable (...) Ahora quería hablarles desde este camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo (...) Y finalmente (...) les digo que el querer hablarles hoy desde mi nueva escalada hacia el retorno no tiene nada que ver ya conmigo mismo, sino con ustedes, pueblo patrio (...) Les invito a que sigamos juntos escalando nuevas cumbres (...) Y cierra con las palabras: “¡Hasta el retorno!”. Será la primera de muchas veces que Chávez se referirá al retorno nietzscheano.

En Chávez hay mucho de caminante y de convaleciente, tal y como se manifiestan estas figuras en Así habló Zaratustra. En “El caminante”, texto que abre la tercera parte del libro, Zaratustra se autode-fine como un “escalador de montañas”. Respecto de la travesía que acaba de iniciar, dice: “Me encuen-tro ahora ante mi última cumbre”, ante “mi más duro camino”, “he comenzado mi caminata más solita-ria”, y reitera más adelante: “Me encuentro ante mi montaña más alta y ante mi más larga caminata”.

El segundo discurso es el “golpe de timón”, del 20 de octubre de 2012, en que pronuncia por primera y única vez la consigna: “¡Comuna o nada!”. El dilema que está planteando es la comuna o la nada nietzs-cheana, idea que ya trabajó en numerosas oportunidades durante la campaña presidencial, asociando al candidato de la oligarquía con la nada.

Por último, su alocución del 8 de diciembre de 2012, en que manifiesta que su “opinión firme, plena como la luna llena (...) es que (...) ustedes elijan a Nicolás Maduro”. Ya en varias oportunidades Chávez había recurrido a la simbología de la luna llena asociada con la idea nietzscheana del retorno y con la idea de plenitud.

Chávez conoció el Zaratustra de Nietzsche en septiembre de 1993, estando preso en Yare, de manos del General en Jefe Jacinto Pérez Arcay. Desde el 26 de marzo de 2011, fecha en que narra las circuns-tancias de este encuentro, hasta el 15 de noviembre de 2012, última vez que lo menciona expresa-mente, Chávez se referirá a la obra del filósofo alemán alrededor de ochenta veces. Si a esta cuenta se le sumara la cantidad de ocasiones en que lo menciona de manera implícita, refiriéndose a alguno de sus conceptos, la cifra superaría sin problemas el centenar de intervenciones públicas.

COMO ZARATRUSTAHABLABA

Es poco conocido que Nietzsche está presente en tres de los discursos más emblemáticos de los últimos años de Chávez

Mi abuela Rosa Inés nos enseñó a Adán y a mí a leer y a escribir antes de ir a la escuela. Fue nuestra primera maestra. Quizás de ahí viene mi pasión por la lectura, por la buena escritura, la buena ortografía...

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Chamanl

POR CÉSAR VÁZQUEZ

ILUSTRACIÓN RAUSSEO DOS

Más allá o más acá del universo discursivo de los mundos posibles o del mundo al revés que incorpora la filosofía o la literatura desde el siglo XIX, a comienzos del milenio se oyó una frase al unísono: “Otro mundo es posible”, y este hombre

abrazó a los pueblos a través de ella para buscar una alternativa sostenible frente a la abolición de los límites que el capitalismo nos impone.

Ahora, si el mundo se invierte como se invierte un reloj de arena y dentro de él hay un continente que va corriendo y se esparrama en su propio tiempo, y este tiempo perte-nece al reloj de la humanidad. ¿Cual es el revés de este mundo?

Un acto de magia chamánica sucedió aquella tarde, quizás el más conclusivo por su inconmensurable dimensión: abarcar al ser y al sujeto latinoamericano.

Durante una transmisión en vivo, Chávez apareció volteando el mapa de América para mostrarnos cómo deberíamos vernos a nosotros mismos. El ¡Aló Presidente! era el programa más visto de la televisión venezolana. Allí, tomando un dibujo de líneas limpias (América invertida del pintor uruguayo Torres García) entre sus manos lo enseñó a las cámaras, a un país, desencadenando una fuerza telúrica, demiúrgica y mineral que empezó a voltear las cosas repentinamente, primero la posición geográ-fica de los consensos unidimensionales y por consecuencia las relaciones de poder existentes.

Las agujas de los relojes corrieron aceleradamente, ningún líder en el planeta se ha-bría atrevido a representar la geopolítica de su país a partir de una metáfora visual parecida, eran los tiempos y el despertar de la América Latina. Ese día jugué con la gravedad inversa, esa imagen en sus manos le dio un atributo de chamán o mago que él mismo desconocía y las cosas fueron cambiando de un lugar a otro, reordenándose en el espacio, parecía una alucinación colectiva o interestelar diseñada por un arquitec-to de contornos imposibles, un cerrajero de códigos encriptados donde habitan nues-tras cosmovisiones, las diferencias y toda la alteridad en un hombre, en un mundo. En ese gesto, nos propuso un cambio en las relaciones norte-sur para privilegiar nuestra mirada desde el sur, y este fue el único momento en el que quedaría inaugurada, a mi parecer, la estética del Chavismo.

Luego de ver a nuestro continente danzando como una bella bailarina en puntas, Chávez se acercaba a las cosas cantando como lo hacen los chamanes en sus viajes internos, transmigrando de forma, haciéndose pueblo, haciéndose revolución.

“Poner al mundo de cabeza” pasó a ser en aquel actochamánico mucho más que una fórmula retórica

VOLTEÓ AL MUNDOEN UN SOLO DÍA

Estamos en nuestra exacta perspectiva histórica, nuestro norte es el sur, estamos dónde debimos estar siempre, estamos donde Bolívar nos dejó pendiente para estar y ser.

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Pintor

POR MALÚ RENGIFO

ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

Desde su estancia en la cárcel de Yare —y seguramente desde mucho antes—, hasta el período que el Comandante Hugo Chávez pasó en La Habana realizándose su trata-miento de salud, aquella alma inquieta no paró de expresarse. Ya sabemos que como orador era extraordinario, que jugaba beisbol, que escribía poesía, y también que pin-tó varias veces. Su hija María Gabriela reveló hace algunos años la fotografía de un pequeño lienzo donde se aprecia el tricolor venezolano saliendo simbólicamente hacia la libertad a través de una ventana de barrotes rotos. El cuadro Luna de Yare, muy parecido al anterior y fechado en 1993, muestra también una ventana, esta vez con los barrotes cerrados, a través de la cual se ve un paisaje nocturno y una luna grande, redonda y anaranjada. Bajo la ventana, una inscripción: “El molino de los dioses ¡¡muele lento!!”... así se pintaba Chávez la esperanza y la paciencia necesarias para ver llegar el tiempo de las ideas y de la revolución.

Dicen que una de las pinturas hechas por el Comandante fue subastada por 255.000 dólares, na’guará. En 2013, el presidente Nicolás Maduro le regaló a Fidel Castro la que posiblemente haya sido la última pintura del Comandante, que realizó en el tiempo de su tratamiento contra el cáncer. Otra pintura que muchos recordamos es aquella que le hizo a su entrañable amigo Néstor Kirchner, donde, por cierto, salen juntos: ¡con lo difícil que es hacer un autorretrato, y a él le quedó perfecto!

Pero estos datos los puede conseguir usted en cualquier parte, yo lo que venía era a contarles la historia sobre una vez que tuve la oportunidad de revisar muchísimos de los papeles, objetos y documentos de Chávez, que, al menos para el año 2015, se en-contraban a buen resguardo en los espacios del Cuartel de la Montaña.

La historia de cómo llegué hasta allá no es importante, como sí lo fue para mí el hecho de que una serie de eventos impredecibles me llevaron a sostener entre mis manos enguantadas los mapas que Chávez rayó tantas veces ante las cámaras de ¡Aló Pre-sidente!, algunos dibujos hechos por sus hijas cuando estaban pequeñas y, entre mu-chas otras cosas, una curiosidad cuyo recuerdo todavía me eriza la piel: de entre las enormes pilas de documentos aquellos, salió una hoja sencilla con un dibujo a trazo de lápiz, la figura de un hombre con sombrero y bigote amplio, se trataba de Ezequiel Zamora. Junto al dibujo unas líneas breves que lamento no recordar de manera literal, pero que constituían una sencilla y hermosa epístola para sí mismo cuando era niño, y cuyo mensaje era, en resumidas cuentas, “no desmayes ante nada, todo obstáculo debe ser superado en este camino que va hacia la libertad”.

UN DIBUJO PARA CHÁVEZ NIÑO

No solamente pintaba y escribía muy bonito: también tuvo la ternura de escribirse a sí mismo, como si viajara en una

máquina del tiempo

El molino de los dioses ¡muele lento!

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El de Todxs

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