antropolog hmbre proyecto

Upload: gerry-lv

Post on 13-Apr-2018

239 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    1/11

    Elhombre como ser-proyecto, objetoformaldelaAntropologafilosfica

    MAMJELSt4cI-rEzCUESTA

    1 . EL ANIMALCULTURAL

    A lahoradepensarloqueesel hombrehemosde tener encuentaesosdosesencialesaspectos suyosque sonlo biolgico y locultural.Probablemente laAntropologafilosficanotengacomotareacentral otraque la de la aclara-

    cinracionaldetalhecho,solventandoasdos viejasysiempregravesdificul-tades,asaber:una, ladelimitacinprecisade su objeto, nadafcil, por cier-to, masnecesario para quedar de unav ez portodasestatuidacomo discipli-na independiente;y dos, la fijacinde un utillaje conceptual-metodolgicoadecuado para aprehender y darrazndel mismo1,evitandoconellomistifi-cadasproyeccioneso injustificadasreducciones,queennumerosasocasionesescamoteanometamorfosean la verdaderarealidad.

    Alefecto aparececomoexigenciaprimeray fundamentalla atencin a lodado.Sin unatal actitudde respeto a laobjetividad no esposible construirciencia.Empero,porms quenuestramiradaslo quepa hacerladesdela al-

    Cfr. Beorlegui, C., Estatuto epistemolgico e ideolgicode la Antropologa filosfica, enAA.VV., Temas,mitos y tpicosde la cultura actual.Homenaje alprofesorJai>ne Echarr Uni-versidad de Deusto,1990,PP. 285-315, ascomo E lpro blema de lhombre y la Antropologafi-losfica, en Lecturas deAntropologafi lo s fica , Ed.Desclede Brouwer,Bilbao, 1988, Pp.11-46; Paris, C., Biologa ycultura enla realidad humana, enAA. VV., Antropologa filosfica:Planteamientos,Luna Edic., Madrid, 1984,pp. 99-132; Rubio Carracedo, J., Crtica, teora yutopa: Elestatutoepistemolgicode lafllosoJfa del hombre, enA A . VV.,Antropologafilo s

    fica : Plantea mientos , LunaEdic.,Madrid,1984, pp. 51-82; San Martn, J.,Elsentido de lan-losoifa delhombre, al. Anthropos, Barcelona,1988; Lorite Mena, J., Para conocerla niosoifadelhombre o el serinacabado, Ed. VerboDivino, Estella, 1992; Lobato, A., Antropologa yme-taantropologa. Los caminosactuales de acceso alhombre, enAquinas, Roma, 30:2, 1987, Pp.

    175-211; GmezCaffarena, J., Sobre el mtodo de laAntropologafilosfica, enEstudios ecle-sisticos, 1989, PP. 173-192.

    485

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    2/11

    486 ManuelSnclsez Cuesta

    menadeunaabstraccinproblematismoentraadoenlostrminosdadoy objetividad, tenemos el convencimiento de que,dentro siempre de cier-toslimites razonables, somos capacesde discernirconclaridad entreloquehayy lo queno.

    No es pues unacasualidadelque encontremos precisamente ambosaspec-tos, labiologa y lacultura, imbricadosenelprocesode socializacin2.De di-cho procesohemosde partir a la horade darrespuestaaaquellacuestindemsarriba,ya quehombrenicamentese da cuandono cabe hablar de unode ellossin la expresa referenciaa lotro.

    Elhombreesun animalcultural, estoes, un ser que, ala vezqueincardi-nadoen unanaturaleza sujetaaunalegalidadnecesaria, no seagotasin em-bargo en ella. Porelcontrario, mediante lapre-visin, fondosubyacentede toda cultura, aparecen en el horizonte humano una multiplicidad de op-ciones, as como lacapacidadparaelegirde entre ellaslaque en cada mo-mentoseestima comomsconveniente,rompiendo a travsdelactovolunta-rio aquella normacinimplacable.

    Ahorabien, al igualqueelhombrese abreal mundo desdesubiologa,tambindichabiologacondiciona el mareo de esa apertura. Queremosdecirquenicamentenos cabe llegar aalcanzar aquello queese marco biolgiconosposibillta. Deahla relevanciay significacinquepuede adquirirel olvi-do detales mrgenes,tanto parano devaluarnuestramorfologanaturalenarasde mistificacionesepifenomnicasqueslo conducen aideaciones nega-dorasde la autnticarealidaddelser quesomos,cuantotampoco para redu-cimosa unafalsamecanizacindeprocesosfsico-qumicos, sujetos a esa ele-mental y toscadialctica delestmulo-respuesta3,que acaba convirtiendo alhombreprecisamenteenlo quenoes, en unmero animal.

    El objeto materialde la Antropologafilosficaes, pues, elanimalcultu-ralu hombrereal. A partirdeesaaprehensin, lareflexin sobreelhombredaunsignificativo viraje:no se trataya deuna ideacin,deun pensamiento

    2 Se trata de un procesohoy sobradamente estudiado,pero pocos textosexpresanla dialc-

    tica que se da entre hombrey culturacomo este de Berger y Luckjnann:Es importante desta-carescriben quela relacinentre el hombre,productor, yel mundosocial,su producto,esy sigue siendo dialctica,vale decir,que el hombre(no aislado,por supuesto,sino en suscolec-tividades> y su mundosoda]interactan.E l producto vuelvea actuarsobresu productor.La ex-ternalizacidn y laobjetivacin son momentos de un proceso dialctico continuo. Otro momentode este proceso es lainlernalizacirx(por laque el mundo socialobjetivadovuelve a proyectar-se en laconciencia durante lasocializacin). La sociedad es un producto humano. La sociedades una realidad objetiva(externalizadnyobjetivacin>. El hombre es un producto social Qn-tenializaddn). Unanlisisdelmundo socialque omita cualquiera deestos tres momentos resul-tardistorsionado. Laconstruccin sociald e la realidad, Amnorrortu, Buenos Aires, 1972, Pp.82-83.Cfr. tambinCordn, F., La naturalezadel hombre a la lu zd e su origen biolgico, Ed.Antbropos, Barcelona, 1982; Rostand,1., El hombre, ed.Siglo XXI, BuenosAires, 1 9 7 8 y

    Benedict, R.,Elhombre ylacultura, Edbasa, Barcelona, 1971.3 Porms que debanreconocrsele mltiplesbeneficiososresultados.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    3/11

    Elhombre como ser-proyecto, objetoformal de laAntropolo ga filosfica 487

    metafsicodesfondado, sino que al asumir la simbiosis de lo biolgico y lo

    cultura], ]a Antropologa filosfica se convierteen una disciplina que nadatieneque verya con esa otraclase de reflexinaparentementetan cercanaaunquesu conocimiento resulte al efectoimprescindiblecomo es laFi-losofaantropolgicao Filosofadelhombre.Enestesegundocaso,enelcasode laFilosofa delhombre, la concepcin delmismovieneimpuesta apriori,todavez quee] serhumano esconsideradocomoun ser ms,si bienprivile-giado,dentrodel conjunto de los seresvivosy subsumido enuna determina-da Weltanschauung.Con otraspalabras,elhombreespensadodesdeun sis-temadeideasyno a partirdela observacinde la realidadque lmismoes .

    LaAntropologa filosfica se sita, ha de situarse, muy de otro

    modo ante suobjeto de estudio, recuperando aspectos metodolgicos quesiempretuvieron vigorperoconlo s quenose quiso o no sepudocontar. Enefecto,elpuntodepartida ahora pasapor la percepcinfsico-naturaldel ob-

    je to4, en este caso, el hombre. Esto significa, como es obvio, atenerse a lodado, contar con losdatosdeexperiencia yslocon ellos, esdecir,asumirlamorfologanatural humanaya que ellaenmarca larealidad del serque so-mostantodesdeelpuntodevistade las posibilidadesquelodifractan, cuan-todesdeel de los lmites que lo cierran o encorsetan. No halugar,pues,alplanteamiento de hiptesisque sobrepasenesosmrgenes. Las mismas no ha-ran sino falsearel concepto dehombre en un doble sentido: porun lado,viendoenlloque no hayy, en consecuencia,asumiendo una realidadquede

    hechono existe,lo que invalidarala investigacin;y, ensegundolugar,~m-yectandosobreel mismo una ideanuestra,conlo quemsque captarlo quehay, trataramosdereificarunconceptosubjetivo.

    Ahora bien,e lquee lhombresea biologanosignifica queseagoteenella.El hombre es tambincultura, datoigualmente realy con elque, por lo tan-to,hemosasimismo decontar.Ladiferencia perceptualestribaenquela cul-turano es, comola biologa,algo sometibleaobservacinymedidaen s i mis-ma, antesbienuna suertederealidadqueseencuentralatenteenaqullaenformade capacidades, las cualesrequieren a la vez de la historicidad paramanifestarse.Precisamenteenellogrodeesascapacidades consiste laaccin

    humana.Por eso,slocuandotales capacidades sehacenefectivasescuandonoscabe hablarde hombre. Capacidades, adems,que sonexigitivas en undoblesentido: comomediosparagarantizarlasobrevivenciay, sobre todo,

    Al efecto escribe FaustinoCordn: Paraabordarcomo cientficosmonistas elestudio delanaturaleza del hombre, estoes, el estudio del pensamiento: dicho de otromodo, para abor-darloal modo cientficoen trminosdelprocesodetodala realidad, tenemosque recordar unavez rAsqueel hombre,(como asever antes que nadie Darwin) es un animalgenuino, diramoshoy un individuo de nivel directamente supracelular, que (como todo servivo> consta de unsoma, ensu casoun conjunto de clulasntimamentecooperantes, y un organismo (psique)cajn-pofsicounitario queen lresultade actividadcoordinada de clulas a ello especializadas y quepermite (que media) estantimacooperacin. Op. cit., p.129.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    4/11

    488 ManuelSnchezCuesta

    paracolocarnosrasgoeste verdaderamente original en un universo de

    sentido. Dehecholoqueseparaa lhombredelos demshoninidoses, preci-sainente,esepoder suyode crearse un medio, que es a loquellamamosmun-do,dentroslode cuyosmargenes nosesdadohabitar.

    2. SEa E N TENSIN HAcIA E L F U T U R O

    El hombre apareceas como un seren tensin hacia el futuro, es decir,como proyecto. Mas conviene precisaral punto lo queportal entendemos,dadoqueel proyectose loencuentra amenudo referidoalhombre, sibien

    coninterpretacionesde las que discrepamos. Noentendemos, porejemplo,con la palabra proyectoel hombre que queremosser> unainuniano, pormuyhombrerealy noumnico queeseproyectose nos objete. Talhombrede vo-luntad mejor seria decir de noluntades proyecto, ciertamente, mas unproyectoconcreto, aquelque cada individuo desmismo hatrazado afindeno perecer, deno morirsenunca, empeado agnicamentemientrashayluchahayvidaenellogroy conquista de ese ser nuestroideal.N i cabe,asi-mismo,bajonuestroconceptodeproyectoelproyecto-de-sersartreano, pormucho quecomporte, condenadocomo est el ser humano aejercerlaliber-

    tad, la asuncin responsable porcada hombrede su propio hacerse desde la

    ubicacinen

    unaquyun ahoraexistenciales,

    pues tambineneste

    casoes-tamos ante otro proyecto concreto, el de mmismoen autenticidad, vale de-cir, salvando lallamada mala-fe. N i, porsupuesto, tampoco pueden serconsideradosen calidad de proyectosy poridnticarazn, laex-sistenciaheideggerianao la vocacin de nuestro Ortega.

    Nuestro conceptode proyecto noes una ideacin, un querersertalserde-terminado.Lo que alguien concretamente quiereser lo deseasiempredesdeunaclase deconcienciaespacio-temporalizadao circunstanciada5. Por eso,enlos cuatrocasosdeproyectoantes mentados,setratadeproyectos histricosde hombre,los cualesen nada explicane ltipode ser quedeverdadlos hom-bres somos. Proyecto, para nosotros, es laaperturade labiologa a laposibi-tictac! histrica. Poreso, ladiferencia entreesta clase deproyecto y esos otrosproyectos concretos estribaenque elprimero partedel dentro alfleera, conloqueel nguiodevisincapazdemostrarnosla dinmicadesurealidadnoscoloca, sin mediaciones, en sugnesis misma: serlo que me esposible ser. Enlossegundos, en cambio, ocurrejustamente al revs, sevadelficeraal dentro,

    5 Hemos mostradoeste proceso de construccin humanaen nuestrolibro Cinco visiones dehombre,Ed. Visor, (FundacinLoewe),Madrid,1993, esdecir, cmocada circunstanciacuktural determina una tipologa dehombreque slo cabe entenderdesde losparadigmas que lavertebran (p. 20). Cfr. tambin Paris, C., Hacia unadefinicin actual del hombre: Un animal

    pro ye ct ivo, captuloO de Filosoifa, ciencia, sociedad, Ed.Siglo >0(1, Madrid, 1972, yEl animalcultura4Ed. Crtica, Madrid, 1994.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    5/11

    Elhombre ronzo ser-proyecto, objetoformalde la Antropologtafllosdflca 489

    yaqueesnuestraconcienciaquienseala la direccin que hemosde reconer,

    si es que queremosrealizarnos, lo que, en definitiva,equivale areducir alhombre aun yoo conciencia.

    3. ~ Y PROYECTO DE SE R

    No tratamosde restar importanciaymenos aundeinvalidaresosproyec-tospersonales.Dehechono cabra hablardehombrealmargendelos mis-mos, puesa elloscompete laresponsabilidadde inscribir cadauna de las vi-das humanasenununiversode sentido.Lo que, encambio,tratamosde de-

    cir es que la tipologa de tales proyectos, en tanto que arrancan de laconcienciadel sujeto,siempreestarn aexpensasdela percepcin queposea-mosdelserreal delhombre.Conlo que ysin quenos quepa prescindirdeellosbien podemos condenarnosaperseguiruna metadesde unarespon-sabilidad que,sin embargose puedevolvercontranosotrosmismosa lvenirfalseada a pncipio.Tngaseen cuenta queunproyecto valenotanto porqueen l se persigaun objetivo, cuantoms bienporque ese objetivo que trata-mosde alcanzar seenmarca dentro de los proyectos humanosplausibles. Yaques,justamente, donde reside,anuestromodo dever,larelevanciade laAntropologafilosficacomodisciplina: no slo enpermitirnos observaresa

    diferenciadeproyectos,sino tambinen centrarseene lprimero,en e l hom-bre como ser-proyecto, comoen su objeto formal.Elproyectooriginarioes, precisamente, la fusindeviday mundo,el to-

    posdonde aqullase hace universocultural, dando lugar en su desenvolvi-mientoevolutivoa un saltocualitativodetal magnitudquecatapulta al hom-bit desdeelplanode la especieal planosocial.Qusignificaestehecho?Losiguiente. Una semejante inflexin significaque lalegalidadinexorable br-puestapor lanaturalezade modo general y quetienesu cristalizacinene lordenespecfico,noslo es tronchadaderaz,sinoquemutaenun mbitodelibertadque, dentro de determinados concretosmrgenes, destaca laindivi-

    dualidad de cada hombre, hastae lpunto de convertiralmismoen resultan-tedialctica del conflictonecesidady libertad.Loque ahora llamamos espe-ciepocoo nada tienequeveryaconaquella viejaespeciebiolgica, atenidaala implacabilidad natural. Ahoramsquedeespeciehemosde hablar de gru-

    po social. Especiebiolgicay grupo social, cada uno porsu parte, tendrnunafuncionajidadsindlar. Por lo queas como en aqullael pasodel tiempoapenas mcidesobreuncuerpodecaracteresdados,enste,en elgruposocial,ocurre algo similar, hasta elpunto de dejarexcluidafueradelmismo todaclase devidahumana.

    Nose nos oculta unaposible objecin alo recinexpresado, asaber, el

    hechode que hoy no nos quepacon seriedadsosteneruna separacintajanteentre anbnail yhombrepor elrecursohabituala lordeninstintivo.Estoes ver-

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    6/11

    490 Manuel SnchezCuesta

    dad.Mascon todo,nocabe tampocoengaarsehablandode unacontinuidad

    biolgicaentreambos.Hacerloequivale,pensamos, a cerrar los ojosa la rea-lidad,yaqueentrehombrey animalla diferenciaes tan grandecomolaquese da entre lo singular yio universal. En sto, en loespecfico, las pautas com-portarnentalesse repiten, as comotambinlos procesos nosensitivos. Y aun-quelo dejamos apuntado ms arriba stasarrojenalgunasdiferenciacio-nes envirtud delmedioy de la situacinenquelos animalesseencuentrenydesenvuelvansu vida,lasmismasnopasanenverdaddeser modalidades per-mitidasdentrodelespectro cubiertopor lanorma. Laindividualidad huma-na, en cambio, es muy otracosa. Aqunos encontramos ya con autnticosdestinos personales, pocoda anuestrosefectos en qusehaganlos mismos

    consistir. Por eso no es ninguna exageracin, nos parece, aseverarqueen elcasohumano la especie biolgica en deromodo desaparece, siendo suplanta-da porelindividuo.

    4. Hisiron E N DEVENIR

    Cadahombre,pues,no es una realidad puntual, dada de unavez por to-das, mera vida reducida aun presenteo un ahora. No , elhombre aparececomo unaentidad alargadaene ltiempo, vale decir, como una historia en

    deveniryosoymipasado reducido aahoramismoyvertidoa la vezhaciaelfuturo. Ello no obstante, conviene no confundir insistimos de nuevo elproyecto quesomos comopulsin con elque podramos denominar proyectopersonal o proyectosegundo. Esteviene despus, fundamentasu propia po-sibilidaden aquel primeroy cabetenerio asumidoconscienteo inconsciente-mente. Mashabremosde conveniry es lo quetratamosde aclararqueunatal cosasedebeaesa necesariadinmicadenuestrabiologa, convertidaala alturadel hombre en libertad.

    Vivimosdentrode unatradicinculturalylos conceptosnosimponensucarga semntica acumulada. Y, porparadjicoqueresulte, los necesitamos

    para verelmundoasutravs y, almismotiempo,senosrevelancomo anteo-jerassesgadasdeprejuicios. De ahque lahermenutica del hechohumanoreclamecomoprimeratarea la de ser capaces de operarenlos mismos aque-lla epojqueco rresponda.Y la primeraprevencin analtico-sinttica que he-mos deefectuar hacereferencia, como no podaser de otromodo,a esos fil-trosconceptualesque nosimpidenaprehendemoscomoelserque realmentesomos, como un proyecto enlibertad, siempre,eso s, sujeto a lmitesbiol-gicos.

    Es verdad, sinembargo, que dicho conocimiento no podemos apercibirlofuerade unadeterminada concepcin del hombre. Pero no menos cierto es

    tampocoquetenemosigualmente lacapacidadde separar el aspecto formaldelmaterial, nuestro seranimales culturalesde nuestro indefectiblehabitar

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    7/11

    Elhombre como ser-proyecto,objetoformalde laAntropologta filosfica 491

    unaculturaconcreta. Yaunqueesdesdeestasegundasituacin desdelaquenecesariamentehemosde partir a la horade interpretarnos, la primera exi-gencia hermenutica reclama cotejarlos conceptosconlos que nos pensamosen tantoquehombresconaquelotrocampo formaldeposibilidades de ser,condicionadoporelsoporte fsico-qumicosobree lqueseaupa6.La revisincrtica,pues,del lenguajeantropolgico pasapor elreconoci-mientode esa unidadprofundaquesedaentrebiologay proyectoy que latradicinnos insta aver como un dualismo, cuando su maridajecomponeunasntesisindisoluble. Elhombre es una entidad en la queesoque llama-mos parteso aspectosno son sino abstracciones analticas para dar cuentatal vezfuera mejor decir,darnoscuenta de unarealidadcompleja queestms alldelas palabrasdenuestro habituallenguaje, de nuestra hecha

    conceptogralla.Elpesodel mismoy del dualismo griegos contina presente entre noso-tros. Trminoscomo hibridismo, sustancias opuestas, realidad contra-dictoria, materiay espritu yotras expresiones similares paracalificar odefiniral hombrelo muestran.Estas,msquealudir o referirsearealidadesunitarias, captadaso aprehendidasentantoquetales, anastranuna significa-cinque las rompe en trozosficticios al mirarlas, en un injustificado juegoanaltico-sinttico. Nose pierdade vista el hechode que todasntesis loessiemprede aspectos dispersosy que, porlo tanto,su composicinposterioraparececomoresultadode unainterpretacin,valedecir,esunasntesisarti-

    ficiosa.Deah la invalidezde toda percepcin dual delserhumano,yaquelaresultantecompositivavertersiempredel lado delhermenutaen su signifi-cado.

    Sin dudaalguna,por eso,unaimportante tareade la Antropologa filos-ficareside, a nuestrojuicio,enellogrodeun lenguajeadaptadoa la nueva si-tuacin, a estanuevaformade mirar al hombre,ya queunobjetodistinto, re-quiere tambindeun distinto lenguaje. Endefinitiva,se tratade aprehendery constatar lo quesomos, no lo que nosgustada quefidramos.Mas enesta ta-reaconvieneno llamarse a engao, dado que, en elmejorde los casos, lasbuenasintencionesnunca estndesprovistas del riesgo involucionistao ami-lador de intuicionespreclaras. Slo as se explica, por ejemplo,que MaxScheler,mentorde la Antropologafilosfica, por su expresodeseode atener-sea l datocientficocontrastadofrente a lafluidezy anibigixedadm etafsica7,torcieraluegosu reflexincanalizndola sinjustificacinalguna en una d i-

    6 Es un hecho la reiteradadependencia padecida por elantroplogo a la hora deaprehen-der el objeto de su disciplina al no disponer amenudo de conceptos propios y verseporello obli-gafoinconscientemente a servirse detnninos fl]osticv-cientlfros ya acuados. Cfr. alrespec-tu Muga, J., Laformalizacinde los conceptos en el mtodo antropolgico, en AA. VV.,Antro-polog lafilosfica:Planteamientos, LunaEdic., Madrid, 1984, pp. 153-191.

    7 Seheler, M.,El puesto del hombre en el cosmos, LI. Losada,Buenos A ires, 1989, 19.aed.,

    pp. 23-24.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    8/11

    492 Manuel Snchez Cuesta

    reccin queno slo neutralizaraaquelprimerintento,sinoque ademsaca-bara por invalidarlo, aldefinira lhombrecomo un Geistwesen,un Espritu8,

    algo obviamenteno dado, dato netamente metafsico y que,en su consecuen-cia, reconviertedenuevolapretendidaA ntropologa filosficaenuna Filoso-fa del hombrems.

    5. Horvm~ Y HACER

    El hombre estvertido al hacer: es lo quehace.Mas e lhacer,toda accin,essiempreuna actividaddirigida, una instancia que se encamina aunobjeti-vo. Demodo quebienpuededecirse que el hombrehacesu historiaal hilodesu realizacincomo proyecto.

    Es muy importanteapercibimosde esta caractersticautpicaentraadaen elproyecto humano, puesgracias aellapuededecirsequeelhombre exis-teencalidaddetal. Asunto muydiferente,en cambio,es elgradomso me-nosacusadode inalcanzabilidadde lautopa, as comosu misma multiplici-dad. Dehecholas utopashan idovariandoconelcorrer histricolamadu-racinracionalhumanay elhaber deexperienciasacumuladas por elhombremismo,algoque confirmasu indefectible presenciaentoda vida humana.

    Aspuesser-proyectosignificacaracterizara l hombrecomo un serutpi-co, futuridadquejuega en lunpapel tandecisivoquehace depender de la

    misma suequilibrio vital. Poreso, ms quela consideracin de en qu con-cretamente conssta lautopa, interesa ahora elde damoscuentade queelcontenidode lamismasenosobjetacomo unaluminariadesentido. Es de-cir,aqullanosloponeenmarcha nuestraaccin, sinoquecreaidealesy va-loresqueconvierten una ingentecantidaddeseresinconexosen unumversoordenadodondetodosellos apareceninterconexionados.

    Enesto reside la ms profunda diferenciahumana con el animal. Paraste, para elanimal,no existela perspectiva.De ahquesu universo se reduz-ca alos mrgenesde supropiamorfologabiolgica. Para elhombre,porelcontrario, al madurar subiologaen cultura,stale abre unhorizonteque,

    aunque condicionado porlas lgicasimposicionesde aqulla, sele objetacomo tareavital.Pero la perspectivaslo esposibledesde la subjetividad, desdeesa capa-

    cidad &iicamente humanapara sobrevolar la realidad desde la libertad yconstruir as universos de sentido. Desde su concienciacin de ser-proyectoelhombre se nota serun ser lanzado hacia elfuturo, proyectandoen la lonta-nanza el objetivo a lograr a fin de darsesentido. Porqueeste es el problemade la conciencia: que reclama un sentido.Denodoqueno lebasta alhombrecon buscar sto o aquilo, contrazarse tal determinada meta, ya que una

    Ibid., pp.53 ySS.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    9/11

    Elhombre como ser-proyecto, objetofo rm alde laAntropolog(afi los fica 493

    metaslolo esdeverdad cuandosatisfacedeterminadasexigenciasdeordenen lacomplejatotalidad de sumundo.

    El hombreconsisteasensuhacer,condicionado siemprepor la circunstan-cia socio-culturalenlaquenacey vivey eldesarrollohistrico,extremosqueconstituyenlosdosejesde coordenadas generadores delsentido.Puesbien, enla topologauorientacinespacialhaencontradoe lhombre elprimerode esossentidoshistricamente hablando. Desdeella le aparece al hombreeluniversofsicocomoalgoinmediatoy a la vezcomounarealidadinabarcable. El desco-nocimientoy lafascinacin,en consecuencia,deese espacioalargadosiemprems all llevar alhombre ahacerdel mismo elobjetivo de su ser-proyecto,puessabebienquee ldeseodesu logroleresolvertodaslasgravescontxadic-donesfruto de su origenbiolgico-culturalinherentes asunaturaleza.

    Nadasustantivo variartampococuando a partirdel Renacimiento ysusdescubrimientosgeogrficos la utopadevengaou-crona,salvo queelobjetivoalograr a partir de estecualitativocambio derumboes la realizacin tempo-mlo histricade nuestro ser-proyecto. En efecto,conesecambio, elproyectohumano devieneproyectohistrico,algoconquistablepormediode la volun-tad. Esta, mediantelaeleccindeopcionesorientadas,puede llegar aserc a-paz,desdesulibertad,defrohaciendo presente. Y aunque,por definicin,seaverdadquetalmetanoseralcanzadanuncadeltodo,siemprenosserposi-ble, sin embargo,e lvivenciardestellos de lagrandeza quela misma guarda.

    Estautopa temporal,hecha conato voluntariotrasla Modernidad,ha idoexperimentandouna serie de modulacionessucesivas poltica,cientfica,fi-losfica, social.Empero la caidade los grandesmensajesenel posmoder-nismoactual noinvalidalo dicho antes.Sloque la utopa trata ahora de pre-sentarse como lanegacinde smisma, como ou-outop (a ,talvez por enten-dersequequizs sea esalamejor formade devaluar determinadosnitos,loscuales, con falsas promesas salvadoras llevadas siempre ms all de lo quenuestro soporte biolgico posibiita, hanproducidoal hombre daosy frus-tacionesirreparables. En estesentido,la utopaposmodemalo quepretendees la asuncinde cada hombre porsmismodesde la dzjferencia afin de vol-ver a serdenuevol, esto es ,un serconcapacidadpararecuperarsu huma-nidad perdida en esas grandesaventurascolectivas9.

    6. IRREALIT)AD Y OBJETIVIDAD

    Comprobada lafuturidad entraada en lautopa, una futuridad queimpulsaalhombrea ldinamismo de la accin, convienenoperderde vistalo que eso significa, a saber, que el objetivo a queelhombreaspiraes siem-preunarealidadtrascendente, algoqueseencuentra fueradesmismo. Por

    Cfr. Lyotard,J yF., Lacondicin posmodenia, LI.Ctedra. Madrid, 1987, 32 cd.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    10/11

    494 ManuelSnchezCuesta

    eso,justamente, la misma se constituyeen el motor de la construccin biogr-fica, en el impulso irrefrenableque nosdirigeaalcanzar tal logro. Deahquecomporte unmritodela Antropologa filosfica haber detectado con nitidezeste carctertrascendente insito alproyecto humano. Y ello no slo porqueasumindolose reconoce con objetividad la realidad queelhombrees , sinoporque, adems,seevita elfcil y siemprepeligroso reduccionisnio amerabiologa de lo humano y que representan los hoy superados conductismos.Lejos de serun aadido interesado, lo cultural aparece como lavertientecomplementaria delo queel hombre tambines. Lo que invalida, asu vez,todaexplicacin humanallevada acabo sobrebasesde etologa animal, esdecir, de un modelo de comportamientobiolgico rgido, sin ms alteracio-nesqueaquellaspautas mnimasque el tiempoun tiempocasieterno, silo

    comparamosconelpromediode la vidahumanay un determinado habi-tatpuedan irejerciendosobre su sistemadeinstintos.

    Ahorabien,s i la utopaeslametatrascendente a la queelhombre aspi-ra,esobvio que la misma entraaun elementode irrealidad. Se trata de unncleoideala lque encaminamosnuestravidavidaaquequivalearealiza-cinhistrica coneldecidido nimodelogrario,aunquepor definicinesetrmino quede siempre ms all (ou-topos, ou-cronos). Precisamente estaidealidad de la irrealidadmuestrabienalas claraselsesgomsrelevantedelocultural, asaber,laexpresafinalidaddetodaaccinhumana,desde laele-mental tcnicadel chinarrohasta nuestrosnormadoscomportamientos res-

    pecto a unaaxiologa determinada, pasando porel ineludiblepragmatismode cualquiersistemade creencias.En consecuencia, lautopaposee una do-bledimensin. Es, porunaparte,algohistrico, toda vez que graciasaellaelhombre serealizaentanto quehombre, incardinandosu proyectoenel pro-ceso de lahistoria. Pero, porotraparte,tienela utopiauna dimensin ahis-tricao, s ise prefiere,mtica, acausa de aquelelementodeirrealidaddelq ueanteshablamosy queinsertaa lhombre fueradeltiempo.

    Esta tensinhumana entre historicidadyahistoricidadpropiadelanimalculturalmuestraque no escorrectalacontraposicin quesueleestablecersedesdela Modernidadentrepensamientomticoypensamiento racional, s noseaclaraal punto elsignificadoqueseda alos trminos subjetividadyob-jetividad, quesuelencaracterizara aqullos, respectivamente.Conviene, poreso, avisar de quetal contraposicinhoy es insostenibleporfalaz. La objeti-vidad racionalistasupone siempreladiferenciacin entrelo queno soyyo ylo queyo soy,valedecir,laafirmacin apodcticadeesa relacinconstituidaporelsujetoy elobjeto, como s i cupiera queuno, elsujeto,pudierateneralosotros, los objetos, aspticamente frente as. Estaactitudes laque vige enel campo de las ciencias naturales, en donde tanto el sujeto como el objetoson, de hecho, entesfingidos,estoes,sujetoyobjeto puros.M assteno ese lcasode la aprehensinde la realidad humana,a l entraaren su ser-proyectoun carcterindefiniblementeutpico.

  • 7/26/2019 antropolog hmbre proyecto

    11/11

    Elhombre como ser-proyeck, objetoformal delaAntro~ogtafi los fica 495

    Aquelesquemapertenece al conocimiento del ordenfsico-natural, algo

    queelhombresloen partees. Por eso tampoco cabehablar de subjetividadasecas al referirnos al hombre,pues, aun cuando lametautpica a laquetendemosesun contenido de conciencia, ese contenido, en cambio, surgeaexpensas de nuestro soporte biolgico o animal,y no pormorde una idea-cinespuria omistificada.

    Y aunque es verdad que el sentido crtico-racional ha ido invalidandobuena parte de los parmetros tenidos porvlidos durantelargo tiempo,siempreen una lneademayorautonomahumana,nomenoslo esquedichainstancia mticano seolvidequetodautopa generaunmito0 proporcio-nadocontinaigualmentepresenteformandoparte de nuestroser de hom-bres.Tienerazn3 ? L.Abellnal observarquelosmodernos estudiossobrela realidadprimitiva en que han aunadosusesfuerzos etnlogos, psiclo-gos, socilogos ehistoriadores de lareligin, noshanrevelado quetodaesaserie derelatos aparentemente infantilese ingenuosobedecen a una actitudpsquica, a unmodo deenfrentamiento conlarealidad propiadel hombreyquede ningn modo pertenecen auna etapainfantil.

    No deben, poreso,confundirselasmaterializacionesideales,antiguasomodernas,pues todasestnsujetasensusformulacionesa una ortodoxia re-latista. Deahque, frenteal relato,loque nosotrosqueremos recuperareselformalismoqueestructuraalmito, afin de dejar en claroe lcarcter univer-sa l de lautopa en tanto que ncleo delpro ye cto humano. En tal sentidono importa alefectocmo lamismase revista lautopa, comoel ms-mo3 . L.Abelln tambinafirma, ayudaa larealizacintemporaldel hom-bre y tratadeimpulsarleen e lmejoramientodesuscondicionesconcretasdevida2.

    Es, anuestro modo de ver, tareade laAntropologafilosfica, tratardeponer las cosasen su sitio,valedecir,capacitamosparaaprehenderal hom-bre comorealmentees,evitndonosconello caerenchatosreduccionismos,que empequeecen al serhumanopor la aplicacin interesadade los an po-tentes parmetros cientificistas no menos que, tambin, en determinismosculturalistaso en ilegtimas mistificacionesque lo mecanizano endiosan,esdecir,quelo falsean.

    Mito en estecontextono equivale arelato,sino a la materializaci6n de la utopa, al tra-zado del permetro que dalugara lo queen Historia de laCiencia llamamos paradigmacons-telaciona].

    Abelln,J. L., Mitoycd tura, Seminarios y LIiciones, Madrid, 1971, p.18 .2 Ibid., p. 19.