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Filoterapia
30
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ric Surez
Filoterapia
Traduccin de Sara Laguia Bertran
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Coleccin Con vivencias30. FiloterapiaTtulo original: La Philo-thrapie, Groupe Eyrolles, 2007
Traduccin al castellano de Sara Laguia Bertran
Primera edicin: abril de 2014
2007, Groupe Eyrolles, Paris, France
De esta edicin:Ediciones OCTAEDRO, S.L.Bailn, 5, pral. - 08010 BarcelonaTel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68www.octaedro.com - [email protected]
Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra
ISBN: 978-84-9921-525-9Depsito legal: B. 9.178-2014
Diseo de la cubierta: Toms CapdevilaDiseo y produccin: Editorial Octaedro
Impresin: Novagrfik
Impreso en Espaa - Printed in Spain
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Su m a r io
Agradecimientos 9
Introduccin 11
PARTE I. El amor 13
PARTE II. La imagen de uno mismo 55
PARTE III. La familia 95
PARTE IV. El trabajo 135
PARTE V. El duelo 177
Conclusin 217
Glosario 219
ndice analtico 229
ndice de los autores citados 235
ndice 237
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agr a de c i m i e n t o S
Agradezco a mi padre el hecho de haber dibujado en un trozo de papel un crculo con un hombrecillo en cada polo. Nos pre-gunt a mis hermanos y a m cul de los dos estaba al derecho. Indicamos con el dedo el que quedaba enfrente de nosotros. Entonces mi padre dio la vuelta al trozo de papel
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i n t roduc c in
Cuando Scrates interrogaba a sus interlocutores acerca de la naturaleza del amor o sobre las nociones del Bien y de lo Be-llo, empleaba un mtodo que su madre, comadrona, practica-ba para asistir a los partos: la mayutica; con la diferencia de que el filsofo ayudaba a los hombres a dar a luz la verdad. El pez torpedo, como entonces se le apodaba, se vala de pregun-tas que eran susceptibles de dar a aquellos a los que estaban destinadas la posibilidad de enfrentarse a sus propias contra-dicciones. Desmontar las falsas opiniones, los juicios precipita-dos, ese era el objetivo del mtodo socrtico. De esta dolorosa confrontacin emerga una verdad ms justa. Inmiscuyndose en el interior del mnimo fallo, Scrates acorralaba a su inter-locutor con el fin de que pudiera ver el mundo de una manera menos falsa y, en consecuencia, ms libre. Pues se trata de la libertad humana. La libertad de poder pensar, analizar y por lo tanto tomar posesin de uno mismo; un hombre que piensa es un hombre dueo de s mismo. Gana en independencia, segu-ridad y aprende a gestionar mejor las dificultades de la vida en lugar de sufrirlas.
Cuando sale del mundo universitario, la filosofa, mediante la consulta, recupera sus primeros momentos. Es ms pragm-tica que nunca porque, vinculada a problemas de lo cotidiano, permite tener un enfoque profundo de las pruebas que atra-viesan aquellos que se abocan en ella. Como la existencia es contingente, cambia continuamente y de vez en cuando se nos
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escapa, la filosofa ayuda a pensar un mundo que a veces se nos presenta como absoluto y nos encierra en esquemas o concep-tos que pueden estar desfasados con nuestras expectativas o nuestra propia visin de las cosas. Por qu tener miedo de pen-sar? Por qu no dudar, como Descartes, de lo que sabemos? Por qu no tener la modestia de decir no lo s?
Sin embargo, estas interrogaciones filosficas no pueden, bajo ningn concepto, sustituir una terapia analtica. Es esencial no confundir las dos disciplinas, aunque, a mi parecer, sean complementarias. Se refieren a mtodos muy diferentes. All donde los psiclogos y los psiquiatras, en general, intentan llegar hasta las causas inconscientes del sufrimiento para que el paciente aprenda a gestionarlo, el consultor de filosofa le hace cuestionarse los conceptos que utiliza con la intencin de hacerle ver el mundo desde sus diferentes ngulos, arrancn-dole as de una visin demasiado reducida de este ltimo. Es la nica diferencia entre la razn y la pasin. La sola facultad de pensar puede reducir el dolor de vivir? Tiene la razn la capa-cidad de canalizar ciertas pulsiones destructoras para conver-tirlas en ms viables? Si nos atenemos a los primeros filsofos de la antigedad griega, la respuesta es afirmativa. En una po-ca violenta y sometida a las distintas guerras sangrientas que los pueblos libraban entre s, sin contar los caprichos de la na-turaleza y sus consecuencias sobre las cosechas, muchos pen-sadores elaboraron consejos de reflexin y de comportamiento con el fin de poder ganar en serenidad y en paz interior. Con la prctica de la interrogacin filosfica llegamos a un dominio enorme de nuestra existencia que nos permite evolucionar en el seno de un universo mejor entendido, menos agresivo, me-nos ajeno y, por extensin, menos extrao.
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Pa rt e i
El amor
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Puedo amar a la misma persona toda la vida?
Cuando Antoine,1 de 35 aos, entra en mi consulta, en seguida me doy cuenta de que tiene ya una idea muy determinada de lo que le ha empujado a dirigirse a un consultor de filosofa. Su problema est claro, sobre todo cuando lo comparten muchas personas de su franja de edad, que oscilan entre la voluntad de construir una pareja con todo lo que eso comporta y la incertidumbre de que pueda perdurar en el tiempo. Vive con la misma pareja desde hace once aos y se cuestiona sobre la capacidad humana de amar a la misma persona durante toda la vida. Inmediatamente constato una verdadera an-gustia ante este interrogante, puede que un miedo de perder el tiem-po con compromisos sin saber si estos servirn realmente para algo.
Si bien es cierto que todos consideramos interesante vivir en pa-reja buscarla sin descanso, soarla y hacer todo lo posible para conservarla cuando la tenemos, el inters no ha sido siempre el mismo segn la poca y el lugar. Quin no ha odo alguna vez a una abuela legitimar el hecho de que una chica escoja a un chico con el nico criterio de que este sea trabajador? Las parejas que basan su existencia en una seguridad material es-tablecen en seguida un contrato segn el cual cada uno de los protagonistas es ganador y aporta al otro lo que a este le falta. Los intercambios son claros y refuerzan la unin mediante una relacin de seguridad en medio de un mundo lleno de peligros que ataen a la integridad fsica del individuo. Actualmente, y
1. Se ha optado por mantener a lo largo del libro los antropnimos en la lengua ori-ginal (N. de la T.).
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en los pases ricos, las necesidades ya no son las mismas. Tanto las mujeres como los hombres han ganado en independencia y pueden vivir solteros satisfaciendo sus necesidades ms pri-marias. En este nuevo marco, todos esperamos del amor otras cosas diferentes a un desahogo material. El individualismo, es decir, esa propensin del hombre moderno a poder y querer ex-presar lo ms profundo que hay en l, parece hoy en da ms difcilmente compatible que ayer con una vida en pareja enten-dida para toda la vida.
Qu representa la pareja? Cul ha sido su evolucin? Podemos amar a la misma persona toda la vida? Para amar, es preciso no conocer?
Qu representa la pareja?
Expectativas diferentes a las de antes
Si la pareja actual no obtiene un xito tan grande en trminos de longevidad como la de hace cincuenta aos, es porque la so-ciedad cambia y las expectativas de la vida en pareja ya no son las mismas.
Por razones econmicas, las necesidades vitales normal-mente estn satisfechas gracias a la evolucin del nivel de vida. La proteccin material que genera la pareja para el individuo tiende a desaparecer para dejar paso a una mayor voluntad de independencia econmica.
Adems, las costumbres cambian. La independencia crea la libertad. Los compromisos que requiere vivir en pareja son tanto menos aceptados en cuanto que el individuo integra la posibilidad de vivir solo.
En este sentido, la pareja es menos un espacio de intermi-nables concesiones que un espacio en el que dos personas pueden amarse y, por extensin, ser felices. La conquista de
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p u e d o a m a r a l a m i s m a p e r s o n a t o d a l a v i d a ?
la felicidad es en este caso un concepto esencial en la concep-cin que Antoine tiene de la pareja. La concibe ms como un completo desarrollo personal que como una obligacin social o material.
El paso del tiempo es un peligro para esta exigencia de bienestar que se atribuye a la pareja, porque arrastra con l la euforia de la pasin, el placer suscitado por la novedad y apor-ta, en cambio, las angustias de la vida cotidiana y la falta de renovacin.
Me pregunto verdaderamente si la pareja puede durar toda una vida
Qu es para usted la pareja?Es una relacin amorosa entre dos personas.Qu aporta a los enamorados?La seguridad de que el otro nos ama. De que nos tranquiliza.La tiene usted con su pareja?S.Entonces, cul es el problema?Tengo la sensacin de no tener nada ms que descubrir en
ella.Objetivamente no hay nada ms?Creo que noPor qu piensa que ella ya no tiene nada que pueda suscitar
su curiosidad?Ya no me siento maravillado por ella. Despus de once aos,
nos conocemos de los pies a la cabeza.
Entre el amor soado y el amor real
Lo que Antoine entiende por no tener nada ms que descu-brir es la falta de excitacin en el descubrimiento del otro. Se-gn l, la pareja debera revestirse de una dimensin de sorpre-sa suscitada por la personalidad de su esposa.
En su Pequeo tratado de las grandes virtudes, Andr Comte-Sponville afirma que existen tres tipologas de amor:
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Eros, el amor soado; Filia, el amor real; gape, el amor puro y divino.
Platn, el primer filsofo que defini el eros, lo ve como el amor conyugal, cuya esencia es la falta. En ese sentido, la falta significa que el otro no nos pertenece, que se nos escapa. Y el amor eros se construye precisamente sobre esa falta.
La novedad ilumina la relacin de pareja puesto que permite la exploracin de nuevos paisajes. Los diferentes aspectos que componen la persona son tan numerosos como de continua evolucin. Esta pluridimensionalidad ontolgica permite que la pareja encuentre una dinmica en el impulso amoroso.
En cualquier caso, ese es el ideal de relacin amorosa que expresa Antoine. La admiracin que anuncia rompe ms an con la realidad que l vive. La pareja que imagina se concibe como un medio de sorprenderse del otro, de renovar lo cotidia-no gracias a la plenitud de sus autores.
Al dar rienda suelta a su ideal de pareja, convierte a su espo-sa en una estatua. El hecho de no poder alcanzar con su pareja lo que ha concebido, estipula que su esposa ha dejado de ser descubrible y, por consiguiente, que es insensible a cualquier evolucin.
Cunto tiempo hace que conoce perfectamente a su esposa?Ahora hace once aos.Ya no le queda nada ms que descubrir en ella?No.En once aos nunca ha visto ningn cambio en ella?No. Somos los mismos.Podra ser que ella hubiera cambiado sin que usted se haya
dado cuenta?No creo.Usted ha cambiado?S.Podra ser que su esposa se aburra tanto como usted?
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p u e d o a m a r a l a m i s m a p e r s o n a t o d a l a v i d a ?
El ser humano en perpetua evolucin
Del discurso de Antoine se deduce la sensacin de que los seres permanecen idnticos a lo largo de toda su existencia. Ahora bien, el individuo es un ser en perpetua evolucin. El hecho de vivir, de observar, de dudar no puede volver esttica a una persona.
La pareja es una entidad compuesta por dos personas. Su encuentro en un momento dado, su entendimiento y el amor que demuestran el uno por el otro de ninguna manera pueden fijar el modo en que evolucionarn.
Sern siempre dos extraos a los que el hecho de compartir lo cotidiano les dar la sensacin de conocerse. Si no tenemos en cuenta las individualidades, la pareja puede provocar la ilu-sin de no tener nada ms que conocer del otro.
Aqu reside el peligro. Creer en sus virtudes conciliadoras es olvidar que el otro no puede ser idntico al que era. No es la pa-reja la que crea el entendimiento entre las dos personas que la componen; ms bien son estas las que crean la pareja.
En ese sentido, la no observacin de los cambios inherentes al cnyuge conduce irremediablemente a hacerlo todava ms extrao. As, la unin se ve alterada porque ya no consigue se-guir la evolucin de los cnyuges.
Supongo que mi esposa tambin debe sufrir un poco con lo cotidiano. La vida es tambin menos divertida para ella.
Es porque la conoce por lo que no le habla del tema?No Es porque comprendo su actitud.Solo se comunican por la interpretacin de sus gestos
recprocos?No! Tambin hablamos pero de cosas prcticas.Nunca de ustedes?Muy pocas veces.Podra ser que hubiera cosas en ella que usted no sabe?Sin dudaEntonces cmo puede ser que no tenga nada por descubrir?S, hay cosas por descubrir.
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Es posible que una persona pueda no cambiar y suscitar con ello que no haya cambios?
El hasto puede proceder de la creencia de conocerlo todo del otro?
Descubrir los cambios del otro
El problema que explica Antoine procede ms de la creencia de no tener nada ms por conocer de su esposa que de una ausen-cia real de cambio observable en ella.
Si el hasto de la vida cotidiana lleva a Antoine hacia la in-certidumbre sobre la longevidad de su pareja, esto no puede ser por una falta de cosas por descubrir.
Parece evidente que la persona evoluciona a merced del tiempo; es portadora de nuevas ideas, de intercambios parti-culares, de conocimientos suplementarios. Como escribi He-rclito: No nos baamos dos veces en el mismo ro. Dicho de otro modo, el tiempo conlleva con l el cambio irremediable. No podemos ser los mismos que unas semanas atrs. Aunque lo cotidiano parezca ordinario, el alma madura, se interroga sobre cuestiones cada vez ms precisas.
El espritu se agudiza, es ms intransigente ante las respues-tas que se le dan. La edad induce un cambio en la interpreta-cin que la persona tiene del mundo. Su enfoque es diferente. De esta manera, nadie puede escapar de su propia evolucin. El hecho de estar vivo implica cambiar hasta la muerte.
La interaccin entre individuos tambin est sujeta al cam-bio, pues son ellos los que la generan. Y este es el punto central del problema al que se enfrenta Antoine. Si l y su esposa no se comunican, no pueden darse cuenta de los cambios del otro y explicarle los suyos.
Cmo podra descubrirlas?Interesndome ms por ellaCmo?
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p u e d o a m a r a l a m i s m a p e r s o n a t o d a l a v i d a ?
Preguntndole cosas sobre ella?Qu les aportara conocer sus cambios?Saber con quin vivo!En qu sentido?Puede que para sentirme menos solo
Intercambiar para conocer al otro
El intercambio por el cual dos personas pueden confiarse la una a la otra solo puede darse mediante la comunicacin. Sea verbal, gestual o escrita, es el nico modo de conocerse.
A travs del lenguaje, yo me abro al mundo y el mundo se me ofrece. Hay en l una fuerza de descubrimiento, la de explorar el medio en general a partir del anlisis conceptual que hace-mos de l.
La amistad, por ejemplo, se crea gracias al intercambio. Sin esta comunicacin no es posible ninguna relacin amistosa, puesto que lo que la caracteriza es un reconocimiento de las personas entre s.
Expresarse permite establecer entre el otro y uno mismo un intercambio de ideas, de opiniones. De este modo, le co-nozco ms y siento que me conoce. La comunicacin es lo que hace posible cualquier forma de sociedad. Relaciona a los in-dividuos entre ellos y crea as una unidad que permite la vida en grupo.
En este sentido, cuando Antoine habla de su deseo de cono-cer ms a su esposa, lo hace bajo la ptica de descubrir lo que no conoce con el fin de encontrar la novedad.
Tener ganas de descubrir al otro
El descubrimiento presupone una bsqueda previa. Sin la vo-luntad de encontrar, no existe hallazgo posible. La curiosidad, si en el seno de la pareja no se mantiene, tiende a desaparecer, mientras que el aparente conocimiento que tenemos del otro parece perfecto. Redinamizar la curiosidad con respecto al ser amado permite descubrirlo desde nuevos ngulos. Ya no es so-
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lamente el ser al lado del cual vivimos sino un ser siendo, es decir, un ser lleno de vida, de evolucin y de cambio.
Por consiguiente, sea cual sea la decisin que tome Antoine, lo har con conocimiento de causa. La clara visin que aporta la interrogacin, ya sea sobre el otro o sobre uno mismo, impide las lamentaciones debidas a consecuencias no consideradas
Eplogo
El individuo no puede reducirse a lo que llena su vida diaria. Asimilar ambas cosas es objetizar al otro sin considerarlo como un ser evolutivo. El hasto que Antoine vive en su pareja solo es un reflejo de la falta de inters en su compaera. No porque realmente ella sea insignificante, sino ms bien porque ella se confunde con lo ordinario de su relacin. En este sentido, ir al encuentro del otro es hacerlo extraordinario, es decir, nico, y por extensin, irreemplazable.
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p u e d o a m a r a l a m i s m a p e r s o n a t o d a l a v i d a ?
Algunas preguntas para plantearse
Piensa que lo sabe todo de su pareja?
Quin es ella o quin es l fuera de su relacin?
Consigue diferenciar su persona del entorno en el que ella o l evoluciona?
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n dic e
Sumario 7
Agradecimientos 9
Introduccin 11
PARTE I. El amor 13Puedo amar a la misma persona toda la vida? 15
Qu representa la pareja? 16Expectativas diferentes a las de antes 16Entre el amor soado y el amor real 17El ser humano en perpetua evolucin 19
El hasto puede proceder de la creencia de conocerlo todo del otro? 20Descubrir los cambios del otro 20Intercambiar para conocer al otro 21Tener ganas de descubrir al otro 21Eplogo 22
Pueden los celos destruir mi pareja? 25Qu son los celos? 26
El miedo de dejar de ser amado 26La prdida de mi identidad 27El verdugo y la vctima 28
Qu transformacin causan los celos en la pareja? 29
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El retorno imposible 29Del sufrimiento al aislamiento 30Recuperar el respeto del otro 31Eplogo 32
Se puede perdonar la infidelidad? 35Qu es la infidelidad? 36
El sentimiento de ser traicionado 36La sensacin de no ser nada 37Cada relacin es nica 38
Debemos perdonar? 39Qu es el perdn? 39Reducir el ser a la accin 40Salir del covictimismo 41Eplogo 42
Menos deseo significa amar menos? 45Cmo definir el deseo? 46
Un poco de etimologa 46La confusin entre placer y felicidad 48El desamor a uno mismo 49
Dar sentido a nuestra vida 49Prdida de deseo, prdida de sentido 49Ser dueo de la propia existencia 51Amarse a uno mismo para desear al otro 51Eplogo 52
PARTE II. La imagen de uno mismo 55Es la belleza la condicin del deseo? 57
Lo bello 58Cul es la relacin entre deseo y belleza? 58Solo el hombre es capaz de amar la belleza 59De la belleza nace la emocin 60
Entre belleza libre y belleza adherente 61La belleza libre es imprevisible 61La belleza adherente es calculadora 62El hombre cre la belleza para sobrevivir 63Eplogo 64
Es la juventud promesa de felicidad? 67
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n d i c e
Qu significa envejecer? 68La huella del tiempo que pasa 68Sentir nuestra existencia en la mirada del otro 69La felicidad reside en la juventud? 70
Aceptar la realidad para envejecer mejor 72Aceptar la irremediabilidad del tiempo 72Aceptarse a uno mismo 73Encontrar la felicidad en uno mismo 73Eplogo 74
Soy lo que mi imagen representa? 77Cul es la relacin entre el ser y la apariencia? 78
Una correlacin indispensable 78El ser es mltiple 79El ser que aparece 80
Diferenciar el ser y el estar 81El existencialismo 81La ilusin de un ser transcendente 82El hombre, condenado a ser libre 83Eplogo 84
Soy frvola? 87Cul es la importancia de la apariencia? 88
La fuerza simblica de la indumentaria 88Compartir o no compartir valores 89Situar al otro, reconocerlo 90
Qu es la frivolidad? 91Creerse frvolo por impotencia 91La apariencia como libertad 92Eplogo 93
PARTE III. La familia 95Debemos amar a nuestra familia? 97
Qu es la familia y qu es lo que me aporta? 98En su seno, creo mi identidad 98La familia me protege del exterior 99La familia me alimenta de amor 101
Puedo respetar sin amar? 102Disociar a la familia de sus miembros 102
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f i l o t e r a p i a
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La familia como entidad 103La familia elegida 104Eplogo 104
Soy una buena madre? 107Qu significa ser madre/padre? 108
Amar al hijo 108Educarlo es liberarlo 109Transmitir valores humanizantes 110
Qu es ser un buen padre/una buena madre? 111Respetar la unidad del nio 111El primer objetivo: la felicidad 112Compartir la responsabilidad 113Eplogo 113
Educar es ejercer poder sobre los hijos? 115Qu es el poder? 116
Cualquier forma de relacin es una lucha de poder 116
Convertirse en padres por la afirmacin del poder 117
Dnde empieza la libertad del nio? 118Transmisin de poder, transmisin de libertad 119
Educar es hacer seres libres 119Dejar que el nio aprenda su libertad
por l mismo 120Tomar conciencia de nuestro poder
sobre nosotros mismos 121Eplogo 121
Qu importancia tienen los hermanos? 125Qu son los hermanos? 126
Los hermanos constituyen una microsociedad 126La influencia del otro, del hermano
o de la hermana 127El lugar decisivo que ocupamos
entre los hermanos 128Encontrar la independencia 129
El infierno son los dems 129Ver al prjimo como otro yo 130
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n d i c e
La necesidad de extraer al ser de los hermanos 131Eplogo 131
PARTE IV. El trabajo 135Es el trabajo el nico reconocimiento social? 137
El individuo est en el centro de la sociedad 138Qu es el trabajo? 138Reducir el ser a su actividad profesional 139Reducir al ser a su compromiso poltico 140
Y la sociedad en el centro del individuo 142Ganar en ciudadana 142El hombre es un animal poltico 142Un reconocimiento social desde el nacimiento 143Eplogo 144
Acoso laboral: cmo huir de la victimizacin? 147Qu es el acoso? 148
El maquiavelismo o la razn de Estado ms all de las reglas morales 148
Todas las esferas de la vida contaminadas 149Una negociacin imposible 150
Podemos y debemos combatir el acoso? 151Descubrir la mscara 151Tomar distancia para tomar conciencia 152Decidir es ser libre 153Eplogo 153
Hasta dnde llegan mis responsabilidades? 157Las responsabilidades profesionales
realizan al hombre 158Necesidad de responsabilidad, necesidad
de reconocimiento 158Volverse indispensable es revelar la
propia singularidad 159Cuando la vida profesional pisotea
la vida privada 160Por qu responsabilidades optar? 161
Qu sentido damos a nuestra vida? 161Dnde est el verdadero xito? 162
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f i l o t e r a p i a
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La existencia implica arriesgarse 163Eplogo 163
El dinero me representa? 167Qu es el dinero? 168
El dinero como medio de intercambio 168El dinero como vector social 168Dispuesto a todo por dinero? 169Los lmites del dinero 169
El valor del ser 170El juicio monetario 170Tengo, luego existo 171Necesidades mutables segn las
consecuencias 171Cogito ergo sum 173
Ante las dudas, ser uno mismo 173Diferenciar el ser y el tener 173Eplogo 174
PARTE V. El duelo 177Quin soy tras la muerte de un ser querido? 179
Qu es el duelo? 180Todos somos el hijo de 180El amor como herencia 181Es a la relacin mantenida y no a la persona
a lo que estamos vinculados 182Cmo hacer el duelo? 183
Resignarse a la ausencia del ser amado 183Hacer el propio duelo 184Luego, volver a vivir 185Eplogo 185
Cmo superar una ruptura amorosa? 189La prdida de entidad 190
Lo que la persona amada me aporta 190El amor como perdicin 191La prdida de sentido 192
El redescubrimiento de la propia entidad 193
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n d i c e
El prjimo como distinto a m y espejo de lo que soy 193
Reconocerse en el otro 194La entidad recuperada 195Eplogo 196
Ser madre, y despus? 199Qu es ser madre? 200
Tener un hijo al principio dependiente 200La importancia de la cultura 201La importancia del reconocimiento del nio 201
El estatus de madre se reduce a su utilidad? 202Tener un hijo ya adulto 202El peligro de vivir con el estatus de madre 203Ser para siempre la madre de los hijos 204Eplogo 205
Debemos hacer el duelo por nuestros sueos? 207Asumir las elecciones del pasado 208
La precisin de nuestras elecciones 208Creer en nuestras elecciones 209Un conocimiento forzosamente
imperfecto del mundo 210La lamentacin del ayer puede forjar
la del maana? 211Nuestra otra vida 211La lamentacin exponencial 212Un riesgo que actualiza 213Eplogo 214
Conclusin 217
Glosario 219Algunas notas sobre los autores citados 221Bibliografa 227
ndice analtico 229
ndice de los autores citados 235