constantino cavafis

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Constantino Cavafis Kavafis, alrededor de 1900 en Alejandría (Egipto). Constantino Petrou Cavafis (en griego Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης. Alejandría , Egipto ; 29 de abril de 1863 29 de abril de 1933 ) fue un poeta griego , una de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna. Trabajó como periodista y como funcionario , y publicó relativamente poco en vida, aunque tras su muerte su obra cobró paulatinamente influencia. Su atípica temática — fuertemente urbana e introspectiva, y sin tapujos acerca de la orientación homosexual del poeta— demoraron su aceptación, aunque en la década de 1960 lo convirtieron en un icono de la cultura gay. Biografía Cavafis nació en Alejandría , Egipto , donde su padre era un rico comerciante. Tras su muerte en 1870 la familia tuvo que emigrar a Liverpool . Constantino regresó a Alejandría en 1882 . Con el comienzo de los disturbios en 1885 la familia tuvo que mudarse de nuevo, esta vez a Estambul . Cuando Cavafis volvió a Alejandría lo haría para quedarse el resto de su vida. Al principio trabajó como periodista, y después en el Ministerio

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Constantino CavafisKavafis, alrededor de 1900 en Alejandra (Egipto).Constantino Petrou Cavafis (en griego . Alejandra, Egipto; 29 de abril de 1863 29 de abril de 1933) fue un poeta griego, una de las figuras literarias ms importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna.Trabaj como periodista y como funcionario, y public relativamente poco en vida, aunque tras su muerte su obra cobr paulatinamente influencia. Su atpica temtica fuertemente urbana e introspectiva, y sin tapujos acerca de la orientacin homosexual del poeta demoraron su aceptacin, aunque en la dcada de 1960 lo convirtieron en un icono de la cultura gay.

BiografaCavafis naci en Alejandra, Egipto, donde su padre era un rico comerciante. Tras su muerte en 1870 la familia tuvo que emigrar a Liverpool. Constantino regres a Alejandra en 1882.Con el comienzo de los disturbios en 1885 la familia tuvo que mudarse de nuevo, esta vez a Estambul. Cuando Cavafis volvi a Alejandra lo hara para quedarse el resto de su vida. Al principio trabaj como periodista, y despus en el Ministerio Egipcio de Obras Pblicas, durante treinta aos. Entre 1891 y 1904 public su poesa, con poco xito. Muri en 1933.Tras su muerte, la reputacin de Cavafis aument, pasando a ser considerado uno de los mejores poetas griegos modernos.ObraPoema de Cavafis en un mural en Leiden (Pases Bajos).La obra de Cavafis, desde unos inicios alimentados por la lectura de parnasianos y simbolistas franceses, es madura, exigente, habitada por una refinada cultura grecolatina y una subyacente irona. Obra corregida sin cesar hasta la perfeccin (algunos poemas fueron elaborados por espacio de diez aos), consta de ciento cincuenta y cuatro poemas que consider acabados y forman la edicin cannica, ms cierto grupo de otras composiciones que a su juicio no haban encontrado todava su forma definitiva. Interesado por la historia, Cavafis compuso con frecuencia poemas no sobre grandes momentos histricos, sino sobre las decadencias despus de los mismos, como el famoso Esperando a los brbaros, El dios abandona a Antonio o taca, algunas de cuyas frases han pasado a ser proverbiales. Tambin son muy ledos hoy sus poemas homoerticos, que cantan las excelencias sensuales del amor furtivo, como "Recuerda, cuerpo...". Los mejores poemas de Kavafis concentran la experiencia humana de una forma intemporal y por ello ha influido notablemente a autores de la poesa de la experiencia, como Luis Cernuda o Jaime Gil de Biedma. Sus piezas histricas ms inspiradas pintan con gran fuerza cuadros realistas y decadentes de un pasado poco conocido y ciertamente fascinante: el oriente helnico, desde la antigedad hasta el presente; los reinos griegos postalejandrinos, la sujecin a Roma, Bizancio, el ascenso del Cristianismo y la convivencia de lo pagano y lo cristiano. Demuestra que, como crean los griegos, la historia es cclica, e insufla los sentimientos de la nostalgia y del miedo a lo desconocido en sus evocaciones. Posee el secreto de recrear la atmsfera cotidiana de los tiempos ya pasados.En sus poemas homoerticos, asoma la flaqueza y la debilidad que nos acecha en los peores momentos, la atraccin sexual intensamente fsica ligada muchas veces al cristiano sentimiento de culpa y la impotencia ante el paso del tiempo.El estilo de Cavafis rehye conscientemente la retrica, pero muestra un distanciamiento grave e inteligente, solemne e irnico a la vez. Por sus poemas desfilan jvenes chaperos ingenuos y deseables, personajes histricos contemplados en sus momentos de mayor humanidad, gentes annimas de la calle y objetos vulgares y corrientes que de pronto adquieren un profundo valor simblico, como por ejemplo las velas encendidas y apagadas que representan el curso de la vida.Fue E. M. Forster quien divulg en Europa la poesa de Kavafis. En Espaa su estilo es seguido por su contemporneo Irnerio Martn, pero el comienzo de su influjo vino a travs de la obra de Luis Cernuda y sus seguidores y, a partir de entonces, fue ledo con fruicin, sobre todo por los llamados poetas Novsimos, especialmente de Jos Mara lvarez, poeta que realiz una de las primeras traducciones de su obra y en cuya poesa, adems, se refleja una acusada influencia del poeta griego. Kavafis fue tambin una figura influyente en el novelista britnico Lawrence Durrell, en cuyo Cuarteto de Alejandra es una presencia permanente. Su poema Esperando a los brbaros fue fundamental en la concepcin de la novela homnima del escritor sudafricano John Maxwell Coetzee.

POEMAS CANNICOS (1895-1915)

LA CIUDADDijiste: "Ir a otra ciudad, ir a otro mar.Otra ciudad ha de hallarse mejor que sta.Todo esfuerzo mo es una condena escrita;y est mi corazn - como un cadver - sepultado.Mi espritu hasta cundo permanecer en este marasmo.Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mireoscuras ruinas de mi vida veo aqu,donde tantos aos pas y destru y perd".Nuevas tierras no hallars, no hallars otros mares.La ciudad te seguir. Vagarspor las mismas calles. Y en los mismos barrios te hars viejoy en estas mismas casas encanecers.Siempre llegars a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-no hay barco para ti, no hay camino.As como tu vida la arruinaste aquen este rincn pequeo, en toda tierra la destruiste.

TERMINADOEn medio del temor y las sospechas,con espritu agitado y ojos de pavor,nos consumimos y planeamos cmo hacerpara evitar el seguropeligro que as terriblemente nos amenaza.Y sin embargo estamos equivocados, se no est en nuestro camino:falsos eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimosbien). Otra catstrofe, que no la imaginbamos,repentina, violenta cae sobre nosotrosy no preparados -de dnde tiempo ya- nos arrebata.

IDUS DE MARZOLas grandezas teme, oh alma.Y si vencer tus ambicionesno puedes, con cautela y reservassguelas. Y cuanto ms adelante vayas,s ms observador, ms cuidadoso.Y cuando a tu apogeo llegues, Csar ya;cuando tomes figura de hombre famoso,entonces cuida especialmente al salir a la calle,dominador insigne de squito acompaado,si acierta a acercarse, desde la multitudalgn Artemidoro, que lleva una carta,y dice apresurado "Lee esto inmediatamente,son cosas importantes que te interesan",no dejes de detenerte; no dejes de postergarcualquier conversacin o tarea; no dejes de apartara las variadas personas que te saludan y se prosternan ante ti(las puedes ver ms tarde); que espere inclusoel Senado mismo, y conoce al instantelos graves escritos de Artemidoro.

QUE EL DIOS ABANDONABA A ANTONIOCuando de repente, a medianoche, se escuchepasar una comparsa invisiblecon msicas maravillosas, con vocero -tu suerte que ya declina, tus obrasque fracasaron, los planes de tu vidaque resultaron todos ilusiones, no llores intilmente.Como preparado desde tiempo atrs, como valiente,di adis a Alejandra que se aleja.Sobre todo no te engaes, no digas que fue unsueo, que se enga tu odo:no aceptes tales vanas esperanzas.Como preparado desde tiempo atrs, como valiente,como te corresponde a ti que de tal ciudad fuiste digno,acrcate resueltamente a la ventana,y escucha con emocin, mas nocon los ruegos y lamentos de los cobardes,como ltimo placer los sones,los maravillosos instrumentos del cortejo misterioso,y dile adis, a la Alejandra que pierdes.

LOS SABIOS LOS HECHOS QUE SE APROXIMAN...Pues los dioses perciben los hechos futuros;los hombres, los ya ocurridos; los sabios, los que se aproximan.Filstrato, Vida de Apoloniode Tiana, VIII, 7Los hombres conocen los hechos que ocurren al presente.Los futuros los conocen los dioses,plenos y nicos poseedores de todas las luces.De los hechos futuros los sabios captanaquellos que se aproximan. Sus odosa veces en horas de honda meditacin seconturban. El misterioso rumorles llega de los acontecimientos que se aproximan.Y atienden a l piadosos. Mientras en la calleafuera, nada escuchan los pueblos.

MONOTONAA un da montono otromontono, invariable sigue: Pasarnlas mismas cosas, volvern a pasar -los mismos instantes nos hallan y nos dejan.Un mes pasa y trae otro mes.Lo que viene uno fcilmente lo adivina:son aquellas mismas cosas fastidiosas de ayer.Y llega el maana ya a no parecer maana.

TACACuando salgas en el viaje, hacia tacadesea que el camino sea largo,pleno de aventuras, pleno de conocimientos.A los Lestrigones y a los Cclopes,al irritado Poseidn no temas,tales cosas en tu ruta nunca hallars,si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selectaemocin tu espritu y tu cuerpo embarga.A los Lestrigones y a los Cclopes,y al feroz Poseidn no encontrars,si dentro de tu alma no los llevas,si tu alma no los yergue delante de ti.Desea que el camino sea largo.Que sean muchas las maanas estivalesen que con cunta dicha, con cunta alegraentres a puertos nunca vistos:detente en mercados fenicios,y adquiere las bellas mercancas,mbares y banos, marfiles y corales,y perfumes voluptuosos de toda clase,cuanto ms abundantes puedas perfumes voluptuosos;anda a muchas ciudades Egipciasa aprender y aprender de los sabios.Siempre en tu pensamiento ten a taca.Llegar hasta all es tu destino.Pero no apures tu viaje en absoluto.Mejor que muchos aos dure:y viejo ya ancles en la isla,rico con cuanto ganaste en el camino,sin esperar que riquezas te d taca.taca te dio el bello viaje.Sin ella no hubieras salido al camino.Otras cosas no tiene ya que darte.Y si pobre la encuentras, taca no te ha engaado.Sabio as como llegaste a ser, con experiencia tanta,ya habrs comprendido las tacas qu es lo que significan.

CUANTO PUEDASY si no puedes hacer tu vida como la quieres,en esto esfurzate al menoscuanto puedas: no la envilezcasen el contacto excesivo con la gente,en demasiados trajines y conversaciones.No la envilezcas llevndola,trayndola a menudo y exponindolaa la torpeza cotidianade las compaas y las relaciones,hasta que llegue a ser pesada como una extraa.

TROYANOSSon los esfuerzos nuestros, de los desventurados,son los esfuerzos nuestros como los de los troyanos.Algo conseguimos; nos reponemosun poco; y empezamosa tener coraje y buenas esperanzas.Pero siempre algo surge y nos detiene.Aquiles en el foso enfrente a nosotrossale y con grandes voces nos espanta.-Son los esfuerzos nuestros como los de los troyanos.Creemos que con decisin y audaciacambiaremos la animosidad de la suerte,y nos quedamos afuera para combatir.Mas cuando sobreviene la gran crisis,nuestra audacia y decisin desaparecen;se turba nuestra alma, paralzase;y en torno de los muros corremosbuscando salvarnos con la fuga.Empero nuestra cada es cierta. Arriba,sobre las murallas, comenz ya el lamento.Lloran sentimientos y recuerdos de nuestros das.Amargamente por nosotros Pramo y Hcuba lloran.

EL CORTEJO DE DIONISIODamon, el artista (otro ms diestrono hay en el Peloponeso), en mrmolde Paros est elaborando el cortejode Dionisio. El dios en gloria excelsaadelante, con mpetu en su paso.Desenfreno detrs. Al lado de Desenfrenola Embriaguez escancia a los Stiros el vinode una nfora coronada de hiedras.Cerca de ellos Vino Dulce el indolente,los ojos semicerrados, dormiln.Y ms abajo vienen los cantadoresMeloda y Dulce Canto, y Festejo que nuncadeja apagarse la venerable antorchade la procesin que l sostiene; y la Ceremonia, muy digna.-Esto est haciendo Damon. Y junto a ellosu pensamiento de cuando en cuando considerala recompensa del rey de Siracusa,tres talentos, mucha cantidad.Con sus otros dineros y con stecuando ingresen, como persona acomodada ricamente va a viviry podr entrar a la poltica -qu alegra!-,tambin l en la asamblea, tambin l en el gora.

REYES ALEJANDRINOSSe reunieron los alejandrinospara ver a los hijos de Cleopatra,a Cesarin, y a sus hermanos pequeos,Alejandro y Ptolomeo, a quienes por primeravez sacaban afuera al Gimnasio,para proclamarlos all reyes,en medio de la brillante parada de los soldados.Alejandro -lo nombraron reyde Armenia, de Media, y de los partos.Ptolomeo -lo nombraron reyde Cilicia, de Siria, y de Fenicia.Cesarin estaba de pie ms adelante,ataviado con seda rosada,en su pecho un ramo de jacintos,su ceidor una doble hilera de zafiros y amatistas,atadas sus sandalias con cintasblancas recamadas con perlas color rosa.A ste lo nombraron con rango mayor que a los pequeos,a ste lo nombraron Rey de los Reyes.Los alejandrinos comprendan ciertamenteque todo era palabras y teatro.Pero el da era clido y potico,el cielo un claro azul,el Gimnasio alejandrino unatriunfal hazaa del arte,el lujo de los cortesanos esplndido,Cesari6n todo gracia y belleza(hijo de Cleopatra, sangre de los Laghidas):y los alejandrinos corran ya a la fiesta,y se entusiasmaban, y aclamaban,en griego, y en egipcio, y algunos en hebreo,encantados con el bello espectculo-a pesar de que ciertamente saban cunto vala eso,qu palabras vacas eran esos reinos.

FILOHELENOCuida que el grabado se haga artsticamente.Expresin grave y majestuosa.La diadema mejor ms bien estrecha;aquellas anchas de los Partos no me gustan.La inscripcin, como de costumbre, en griego:no exagerada, no pomposa-que no lo malinterprete el cnsulque siempre rebusca para denunciar a Roma-que sea empero ciertamente honrosa.Algo muy escogido en la otra cara:algn hermoso discbolo adolescente.Sobre todo te recomiendo preocuparteSithaspe, por Dios, no olvidarsedespus de Rey y Salvador,que se grabe con letras elegantes, Filoheleno.Y ahora no me vengas con agudezas,que "Dnde estn los helenos?" y "Dnde la lengua griegaaqu detrs del Zagro, ms ac del Fraata?"Puesto que tantos y tantos ms brbaros que nosotroslo escriben, lo escribiremos tambin nosotros.Y por ltimo no te olvides que a vecesnos llegan sofistas desde Siria,y versificadores, y otros que se ocupan de necedades.De modo que no tenemos tan poca cultura helnica, creo yo,

LOS PASOSEn un lecho de bano ornamentadocon guilas de coral, duerme profundamenteNern -inconsciente, tranquilo, y feliz;en la plenitud del vigor de la carney el hermoso bro de 1a juventud.Pero en la sala de alabastro que encierrael antiguo larario de los Aenobarbosqu inquietos estn los Lares.Tiemblan los pequeos dioses hogareosy tratan de ocultar sus cuerpos insignificantes.Porque escucharon un ruido siniestro,un ruido mortal que asciende las escalas,pasos metlicos que hacen estremecerse los peldaos.Y desfallecientes ahora los mseros Lares,se esconden en el fondo del larario,se empujan unos a otros y tropiezan,y un pequeo dios cae sobre el otro,pues han comprendido qu clase de ruido es ste,han percibido ya los pasos de las Furias.

TUMBA DE LISIAS, EL GRAMTICOMuy cerca, a la derecha cuando entras a la bibliotecade Berito, enterramos al sabio Lisias,el gramtico. El lugar es muy apropiado.Lo colocamos cerca de sus cosas a las que recuerdatambin all acaso - escolios, textos, filologa,variantes, opsculos con abundante interpretacin de helenismos.Y adems as ser vista y honrada por nosotrossu tumba, cuando pasemos a los libros.

LO RIESGOSODijo Mirtias (un estudiante siriode Alejandra: bajo el reinadode augusto Constante y augusto Constancio,gentil en parte, y en parte cristianizado):"Fortalecido con meditacin y estudio,yo no temer a mis pasiones como un cobarde.Mi cuerpo a los placeres entregar,a las delectaciones soadas,a los ms atrevidos deseos amorosos,a los lbricos impulsos de mi sangre, sinningn temor, porque cuando quiera -y tenga decisin, fortalecidocomo estar con meditacin y estudio -en los momentos crticos he de reencontrarmi espritu, igual que otrora, asctico".

EN LA IGLESIAAmo la iglesia - sus hexaptrigas,la plata de sus vasos sagrados, sus candelabros,las luces, su iconos, el plpito.Cuando entro en la iglesia de los griegos:con la fragancia de su incienso,con las voces y msicas litrgicas,la majestuosa presencia de los sacerdotesy el ritmo grave de cada uno de sus movimientos-resplandecientes en los ornamentos de las vestiduras-mi pensamiento va a los grandes honores de nuestra raza,a nuestra gloriosa Bizantinidad.

MUY RARAMENTEEs un anciano. Agotado y giboso,estragado por los aos, y por intemperancias,con paso lento atraviesa la calleja.Y sin embargo cuando entra a su casa para ocultarsu ruina y su vejez, considerala parte que l an posee en la juventud.Adolescentes ahora los versos suyos recitan.Por los vivaces ojos de stos pasan las visiones suyas.Sus espritus sanos, voluptuosos,sus cuerpos armoniosos, firmes,se conmueven con su propia expresin de la Belleza.

MAR DE LA MAANAAqu que me detenga. Que tambin yo contemple un poco lanaturaleza.Azul esplendoroso de un mar de la maanay de un cielo sin nubes, y una ribera amarilla: todohermosamente y con plenitud iluminado.Aqu que me detenga. Y que me engae como que veo esto(lo vi en verdad un instante cuando recin me detuve);y no tambin aqu mis fantasas,mis recuerdos, las visiones de la voluptuosidad.

JNICOAunque rompimos sus estatuas,aunque los expulsamos de sus templos,no por eso murieron del todo los dioses.Oh tierra de la Jonia, a ti te aman todava,a ti sus almas te recuerdan an.Cuando sobre ti amanece una maana de agosto,el vigor de sus vidas atraviesa tu atmsfera;y a veces una etrea figura de efebo,indefinida, con paso rpido,por sobre tus colinas atraviesa.

A LA ENTRADA DEL CAFAlgo que dijeron al lado modirigi mi atencin a la entrada del caf.Y vi el hermoso cuerpo que parecacomo si el Amor lo hubiese forjado con su ms consumadaexperiencia -plasmando sus armoniosas formas con alegra,elevando esculturalmente la estatura;plasmando con emocin el rostroy dejando a travs del tacto de sus manosun sentimiento en la frente, en los ojos, y en los labios.

UNA NOCHEEl cuarto era pobre y vulgar,oculto en los altos de una taberna equvoca.Desde la ventana se vea la calleja,sucia y estrecha. Desde abajollegaban las voces de algunos obrerosque jugaban a las cartas y que se divertan.Y all en la cama humilde, ordinariapose el cuerpo del amor, pose los labiosvoluptuosos y rojos de la embriaguez -rojos de tal embriaguez, que tambin ahoracuando escribo, despus de tantos aos!,en mi casa solitaria, me embriago nuevamente.

VUELVEVuelve a menudo y tmame,amada sensacin, vuelve y tmame -cuando del cuerpo la memoria se despierta,y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;cuando los labios y la piel recuerdany las manos sienten como que tocan otra vez.Vuelve a menudo y tmame en la noche,cuando los labios y la piel recuerdan...

LEJOSQuisiera este recuerdo decirlo...Pero de tal modo se ha borrado... como que nada queda -porque lejos, en los primeros aos de mi adolescencia yace.Una piel como hecha de jazmn...Aquel atardecer de agosto era agosto...?-Apenas me recuerdo ya de los ojos; eran, creo, azules...Ah s, azules: un azul de zafiro.

JURAJura cada tanto tiempo comenzar una vida mejor.Mas cuando llega la noche con sus propios consejos,con sus compromisos, y con sus promesas;mas cuando llega la noche con su propia fuerzadel cuerpo que necesita y pide, hacia el mismoplacer fatal, perdido, va de nuevo.

FUIMe desat. Me abandon del todo y fui.Hacia los placeres, que medio reales,medio imaginados en mi cerebro estaban,fui en h noche iluminada.Y beb licores fuertes, comolos que beben los temerarios de la voluptuosidad.

CANDELABROEn una pieza vaca y pequea, slo cuatro paredes,y cubiertas por telas ntegramente verdes,est encendido un hermoso candelabro y arde:y en cada llama suya se abrasauna pasin lasciva, un impulso lascivo.En la pequea pieza, que brilla iluminadapor el fuego vigoroso del candelabro,no es en absoluto usual esta luz que brota.Para cuerpos sin audacia no est hechala voluptuosidad de este calor.

VOCESVoces ideales y amadasde aquellos que murieron, o de aquellos que handesaparecido para nosotros como los muertos.A veces hablan en nuestros sueos;a veces las escucha nuestro espritu en el pensamiento.Y con su rumor por un instante retornanecos de la primera poesa de la vida nuestra -como una msica, en la noche, lejana, que se apaga.

DESEOSA cuerpos hermosos de muertos que no envejecierony los guardaron, con lgrimas, en un bello mausoleo,con rosas a la cabeza y a los pies jazmines -se asemejan los deseos que pasaronsin cumplirse; sin merecer unanoche de placer, o una maana luminosa.

VELASLos das del futuro estn delante de nosotroscomo una hilera de velas encendidas-velas doradas, clidas, y vivas.Quedan atrs los das ya pasados,una triste lnea de veles apagadas;las ms cercanas an despiden humo,velas fras, derretidas, y dobladas.No quiero verlas; sus formas me apenan,y me apena recordar su luz primera.Miro adelante mis velas encendidas.No quiero volverme, para no verlas y temblar,cun rpido la lnea oscura crece,cun rpido aumentan las velas apagadas.

UN ANCIANOEn el lado de adentro del bullicioso cafinclinado sobre la mesa, est sentado un anciano:con un diario delante, sin compaa.Y en el desmedro de la aciaga vejezpiensa cun poco goz los aosen que posea fuerza, y palabra, y apostura.Sabe que ha envejecido mucho; lo siente, lo ve.Y sin embargo el tiempo en que era joven parececomo ayer. Qu breve espacio, qu breve espacio.Y cavila cmo lo enga la Prudencia;y cmo siempre en ella se confi-, qu locura!-la mentirosa que deca: "Maana. Tienes mucho tiempo".Recuerda los mpetus que contenta; y cuntaalegra sacrificada. Cada ocasin perdidase burla ahora de su necia prudencia.... Mas de tanto pensar y recordarel anciano se mam6. Y se queda dormidoapoyado en la mesa del caf.

SPLICAEl mar a sus abismos llevose un marinero.-Su madre, sin saberlo, va y enciendeun alto cirio delante de la Virgen,para que vuelva pronto y el tiempo le sea benigno-y de continuo tiende hacia el viento el odo.Mas mientras ella implora y suplica,la imagen escucha, grave y acongojada,pues sabe que no ha de volver ya el hijo que ella espera.

LAS ALMAS DE LOS VIEJOSEn sus viejos cuerpos acabadosviven las almas de los ancianos.Cun tristes son las pobresy qu hastiadas de la vida miserable que arrastran.Cmo tiemblan de perderla y cunto la amanlas desamparadas y contradictoriasalmas, que viven -comicotrgicas-bajo la vieja piel gastada.

TERMPILASHonor a aquellos que en sus vidasse dieron por tarea el defender Termpilas.Que del deber nunca se apartan;justos y rectos en todas sus acciones,pero tambin con piedad y clemencia;generosos cuando son ricos, y cuandoson pobres, a su vez en lo pequeo generosos,que ayudan igualmente en lo que pueden;que siempre dicen la verdad,aunque sin odio para los que mienten.Y mayor honor les correspondecuando prevn (y muchos prevn)que Efialtes ha de aparecer al fin,y que finalmente los medos pasarn.

CHE FECE... IL GRAN RIFIUTOA algunos hombres les llega un daen que deben el gran S o el gran Nodecir. De inmediato se revela quin tienepreparado en su interior el S, y dicindoloavanza en el honor y en su conviccin.Aqul que se neg no se arrepiente. Si otra vez le preguntaran,no, dira de nuevo. Y sin embargo lo agobiaaquel no -justo- durante toda su vida.

LAS VENTANASEn estas oscuras piezas, donde pasodas agobiantes, voy y vuelvo arriba abajopara hallar las ventanas. -Cuando se abrauna ventana habr un consuelo- .Mas las ventanas no estn, o no puedoencontrarlas. Y mejor quizs que no las halle.Acaso la luz sea un nuevo tormento.Quin sabe qu cosas nuevas mostrar.

MURALLASSin consideracin, sin piedad, sin recatograndes y altas murallas en torno mo construyeron.Y ahora estoy aqu y me desespero.Otra cosa no pienso: mi espritu devora este destino;porque afuera muchas cosas tenia yo que hacer.Ah cuando los muros construan cmo no estuve atento.Pero nunca escuch ruido ni rumor de constructores.Imperceptiblemente fuera del mundo me encerraron.

ESPERANDO A LOS BRBAROS-Qu esperamos reunidos en el gora?Es que los brbaros van a llegar hoy da.-Por qu en el Senado tal inactividad?Por qu los Senadores estn sin legislar?Porque los brbaros llegarn hoy da.Qu leyes van a hacer ya los Senadores?Los brbaros cuando lleguen legislarn. Por qu nuestro emperador se levant tan de maana, y estsentado en la puerta mayor de la ciudad sobre el trono, solemne,portando la corona?Porque los brbaros llegarn hoy da.Y el emperador esperar recibira su jefe. Y ms an ha preparadoun pergamino para drselo. Allle escribi muchos ttulos y nombres.-Por qu nuestros dos cnsules y los pretores salieronhoy con sus togas prpuras, bordadas;por qu se pusieron brazaletes con tantos amatistas,y anillos con magnificas, brillantes esmeraldas;por qu toman hoy da valiossimos bastonesen plata y oro esplndidamente labrados?Porque los brbaros llegarn hoy day tales cosas deslumbran a los brbaros.-Por qu tampoco los valiosos oradores no acuden como siemprea pronunciar sus discursos, a decir sus cosas?Porque los brbaros llegarn hoy da;y los aburren las elocuencias y las arengas.-Por qu comenz de improviso esta inquietudy confusin? (Los rostros qu serios que se han puesto.)Por qu rpidamente se vacan las calles y las plazasy todos regresan a sus casas pensativos?Porque anocheci y los brbaros no llegaron.Y unos vinieron desde las fronterasy dijeron que brbaros ya no existen.Y ahora qu ser de nosotros sin brbaros.Los hombres esos eran una cierta solucin.

DESLEALTADMuchas cosas alabamos de Homero, pero no elogiaremos sta...ni tampoco a Esquilo cuando dice Thetis que Apolo, cantando en sus bodas,"le vaticin buena maternidad. hijos sin enfermedades y de largavida. Habindome anunciado que los dioses velaran con amor sobremi destino, enton el pen, dndome valor. Y yo esperaba que laboca divina, de donde flua el arte adivinatorio, no fuera falsa: peroel que cantaba... el mismo es el asesino de mi hijo".Platn, La Repblica IICuando casaban a Thetis con Peleose levant Apolo en el magnfico festndel matrimonio, y bendijo a los nuevos esposospor el vstago que saldra de su unin.Dijo: Nunca lo tocar una enfermedady tendr larga vida.- Cuando esto dijo,se alegr mucho Thetis, pues las palabrasde Apolo que saba de vaticiniosuna garanta parecironle para su hijo.Y mientras Aquiles creca, y erasu belleza orgullo de Resala,Thetis recordaba las palabras del dios.Pero un da vinieron unos ancianos con noticiasy contaron la muerte de Aquiles en Troya.Y rasgaba Thetis sus vestidos de prpura,y se sacaba de encima brazaletes y sortijasy las arrojaba al suelo.Y en medio de su lamento se record del pasadoy pregunt qu haca el sabio Apolo,dnde andaba el artista que en los festineshabla magnficamente, dnde andaba el profetacuando a su hijo mataban en su primera juventud.Y los ancianos le contestaron que Apolo,l mismo baj a Troya,y con los troyanos asesin a Aquiles.

LAS EXEQUIAS DE SARPEDNProfundo dolor tiene Zeus. Ha dado muertePatroclo a Sarpedn; y ahora se abalanzanel hijo de Menecio y los aqueos a arrebatarel cuerpo y ultrajarloPero esto no agrada en absoluto a Zeus.A su hijo amado -al que dejmorir: tal era la ley-al menos muerto lo honrar.Y he aqu que enva a Apolo a la llanurainstruido de cmo cuidar el cuerpo.Con uncin y dolor el cadver del hroelevanta Apolo y lo lleva hasta el ro.Lo limpia del polvo y de la sangre;cura las horribles heridas, sin dejarque aparezca vestigio alguno; vierte sobre llos aromas de la ambrosa; y con esplndidos ropajesolmpicos lo viste.Blanquea su cutis; y con una peineta de perlassus cabellos negrsimos peina.Los hermosos miembros los arregla y recuesta.Ahora parece un joven rey auriga -en sus veinticinco aos, en sus veintisis-que reposa despus haber ganado,con un carro de oro y velocsimos caballos,en un certamen famoso el galardn.En cuanto Apolo hubo terminadosu misin, llam a los dos hermanosal Sueo y a la Muerte, ordenndolesque el cuerpo llevaran a Licia, ese rico pas.Y hacia all al rico pas, a Licia,viajaron estos dos hermanosSueo y Muerte, y cuando ya llegarona la puerta de la casa real,entregaron el glorificado cuerpo,y volvieron a sus otras preocupaciones y quehaceres.Y cuando 1o recibieron all; en la casa, comenzcon procesiones, y honras, y lamentos,y con abundantes libaciones en sagradas crateras,y con todo lo necesario, la triste sepultacin;y despus hbiles artesanos de la ciudady afamados artfices de la piedravinieron a labrar el tmulo y la estela.

LOS CABALLOS DE AQUILESCuando vieron muerto a Patroclo,que era tan valeroso, y fuerte, y joven,los caballos de Aquiles comenzaron a llorar;sus naturalezas inmortales se indignabanpor esta obra de la muerte que contemplaban.Sacudan sus cabezas y agitaban sus largas crines,golpeaban la tierra con las patas, y lloraban a Patrocloal que sentan inanimado -destruido-una carne ahora msera -su espritu desaparecido-indefenso -sin aliento-devuelto desde la vida a la gran Nada.Las lgrimas vio Zeus de los inmortalescaballos y apenose. "En las bodas de Peleo"dijo "no deb as irreflexivamente actuar;mejor que no os hubiramos dado caballos mosdesdichados! Qu buscabais all abajoentre la msera humanidad que es juego del destino.A vosotros que no la muerte acecha, ni la vejezefmeras desgracias os atormentan. En sus padecimientosos mezclaron los humanos". -Pero sus lgrimasseguan derramando los dos nobles animalespor la desgracia sin fin de la muerte.

POEMAS CANONICOS (1916-1918)

DESDE LAS NUEVEDoce y media. Rpido pas la horadesde las nueve cuando encend la lmparay me sent aqu. Estaba sin leer,y sin hablar. Con quin hablarenteramente solo en esta casa.La imagen de mi cuerpo joven,desde las nueve cuando encend la lmpara,vino y me encontr y me recordcerradas piezas perfumadas,y pasado placer -qu atrevido placer!Y tambin me trajo ante los ojos,calles que ahora se volvieron inconocibles,locales llenos de movimiento que se acabaron,y teatros y cafs que alguna vez existieron.La imagen de mi cuerpo jovenvino y me trajo tambin las cosas tristes:duelos de la familia, separaciones,sentimientos de los mos, sentimientostan poco apreciados de los muertos.Doce y media. Cmo ha pasado la hora.Doce y media. Cmo han pasado los aos.

COMPRENSINLos aos de mi juventud, mi vida voluptuosa-cun claramente veo ahora su sentido.Qu intiles arrepentimientos, qu vanos...Pero no vea el sentido entonces.En la vida disipada de mi juventudse plasmaban 1os impulsos de mi poesa,se esbozaba el mbito de mi arte.Por eso tampoco los arrepentimientos nunca fueron firmes.Y las decisiones de contenerme, de cambiarduraban dos semanas a lo ms.

EMISARIOS DE ALEJANDRANo se vieron, por siglos, tan hermosos obsequios en Delfoscomo stos que fueron enviados por los dos hermanos,los reyes rivales Ptolomeos. Despus de recibirlossin embargo, se inquietaron los sacerdotes por el orculo. Suexperienciatoda van a necesitar para redactarlo con sagacidadcul de los dos, cul de tales dos quedar descontento.Y deliberan por la noche secretamentey discuten los problemas familiares de los Laghidas.Pero he aqu que volvieron los emisarios. Se despiden.Regresan a Alejandra, dicen. Y no pidenorculo alguno. Y los sacerdotes los escuchan con alegra(se entienden que conservan los magnficos obsequios),pero estn tambin en extremo sorprendidos,sin entender qu significa esa repentina indiferencia.Pues ignoran que ayer les llegaron a los emisarios graves noticias.En Roma se entreg el orculo: fue all el reparto.

CESARINEn parte para aclarar bien una poca,en parte tambin para pasar el tiempo,ayer por la noche tom para leeruna coleccin de inscripciones de los Ptolomeos.Las abundantes adulaciones y elogiospara todos se parecen. Todos son brillantes,gloriosos, poderosos, benefactores;todas sus empresas sapientsimas.Y si te refieres a las mujeres de esa estirpe, tambin ellas,todas las Berenices y las Cleopatras admirables.Cuando logr aclarar bien la poca,habra dejado el libro si una mencin breve,e insignificante, al rey Cesarinno hubiera atrado de inmediato mi atencin...Ah, hete aqu, viniste t con tu encantoindefinido. En la historia unas pocaslneas solamente se encuentran sobre ti,y as ms libremente te plasm en mi espritu.Te plasm apuesto y sentimental.Mi arte da a tu rostro una simptica hermosura de ensueo.Y tan plenamente te imagin,que anoche tarde, cuando se apagabami lmpara -la dej expresamente apagarse-cre que habas entrado a mi pieza,me pareci que delante de m te detuviste: como si estuvierasen la conquistada Alejandra,plido y cansado, ideal en tu tristeza,esperando todava que se apiadaran de tilos malvados -que murmuraban la "diversidad de Csares".

EL PLAZO DE NERNNo se inquiet Nern cuando escuchEl vaticinio del Orculo de Delfos."Los setenta y tres aos que tema".Tena tiempo an para gozar.Tiene treinta aos. Muy suficientees el plazo que el dios le dapara preocuparse de los peligros futuros.Ahora va a regresar a Roma un poco cansado,pero cansado exquisitamente por este viaje,que fue todo das de placer-en los teatros, en los jardines, en los gimnasios...Atardeceres de las ciudades de Acaya...Ah la voluptuosidad de los cuerpos desnudos sobre todo...Esto con Nern. Y en Espaa Galbasecretamente su ejrcito rene y lo ejercita,el anciano de setenta y tres aos.

EN EL PUERTOJoven, de veintiocho aos, en un barco de Tinoslleg Emes a este puerto sirio,con el propsito de aprender perfumera.Pero en la travesa se enferm. Y apenasdesembarc, muri. Su entierro, muy pobre,se hizo aqu. Pocas horas antes de morir algosusurr sobre un "hogar", sobre "padres muy ancianos".Pero quines eran ellos nadie lo supo,ni cul su patria en el vasto mundo panhelnico.Mejor. Porque as mientrasyace muerto en este puerto,siempre tendrn sus padres la esperanza de que est vivo.

UNO DE SUS DIOSESCuando alguno de ellos pasaba por el gorade Seleucia, hacia la hora en que anochece,en la figura de un joven esbelto de perfecta belleza,con la alegra de la incorruptibilidad en los ojos,con sus cabellos negros perfumados,los transentes lo mirabany el uno preguntaba al otro si lo conoca,y si era un griego de Siria o un extranjero. Pero algunosque con ms atencin observaban,comprendan y se apartaban;y mientras se perda bajo los prticos,entre las sombras y las luces del crepsculo,dirigindose al barrio que slo de nochevive, entre orgas y vicios,y toda suerte de embriaguez y de lujuria,se preguntaban pensativos cul de Ellos podra ser,y para qu sospechoso placerhabra descendido a las calles de Seleuciadesde las Excelsas, Venerandas Mansiones.

TUMBA DE YASISAqu yazgo; Yass. De esta grande ciudadpor la hermosura el efebo ms famoso.Sabios profundos me admiraron; y tambin el pueblo superficial,sencillo. Y me alegraba asimismo igual.por ambas cosas. Y por tenerme la gente demasiado por Hermes yNarciso,los excesos me acabaron, me dieron muerte. Viajero,si eres alejandrino, no has de criticar. T conoces el mpetude la vida nuestra: qu ardor posee, qu voluptuosidad excelsa.

PARA AMONIS QUE MURI DE 29 AOS, EN 610Rafael, unos pocos versos te piden que compongascomo epitafio para el poeta Amonis.Algo muy fino y delicado. T podrs,eres el indicado, para escribir como correspondesobre el poeta Amonis, el poeta nuestro.Seguramente hablars de sus poemas -pero habla tambin de su belleza,de su sutil hermosura que amamos.Siempre es bello y musical tu griego.Mas tu maestra toda requerimos ahora.A extranjera lengua nuestras penas y nuestros amores pasan.Tu sentimiento egipcio vierte en la lengua extranjera.Rafael, tus versos que sean as escritos,que tengan, sabes, algo de nuestra vida dentro de ellos,que el ritmo y cada frase manifiestenque sobre un alejandrino un alejandrino escribe.

CUANDO DESPIERTENTrata de guardarlas, poeta,por ms que sean pocas aquellas que se detienen.Las visiones de tu amor.Ponlas, medio ocultas, entre tus frases.Trata de retenerlas, poeta,cuando despierten en tu menteen la noche o en el fulgor del medioda.

VOLUPTAJE(En voluptuosidad)Dicha y perfume de mi vida el recuerdo de las horasen que hall y tuve la voluptuosidad como la anhelaba.Dicha y perfume de mi vida, de mi vida en que evittodo goce de amores rutinarios.

AS TAN INTENSAMENTE CONTEMPL -As tan intensamente contempl la belleza,que plena est mi vista de ella.Lneas del cuerpo. Labios rojos. Miembros voluptuosos.Cabellos como tomados de estatuas griegas:siempre hermosos, aun cuando estn despeinados,y caen, un poco, sobre las frentes blancas.Rostros del amor, tal como los anhelabami poesa ... en las noches de mi juventud,en mis noches, furtivamente, hallados...EN LA CALLESu simptico rostro, un poco plido;sus ojos castaos, como cansados;veinticinco aos, aunque aparenta ms bien veinte;con algo de artstico en su vestir-tal vez el color de la corbata, la forma del cuello-camina sin rumbo por la calle,como hipnotizado an por el placer prohibido,por el tan ilcito placer que recin alcanz.

LA VITRINA DE LA CIGARRERAJunto a una iluminada vitrinade una cigarrera estaban, entre otros muchos.Casualmente sus miradas se encontraron,y el ilcito deseo de sus cuerposexpresaron tmidamente, con vacilacin.Despus, unos pocos pasos inquietos en la acera -hasta que sonrieron, y se hicieron una leve sea.Y enseguida ya el coche cerrado...el acercamiento sensual de los cuerpos;las manos unidas, los labios unidos.

EN UN ATARDECERCon todo no poda eso durar mucho. La experienciade los aos me lo muestra. Pero sin embargo un tanto abruptamentevino el Destino y lo detuvo.Breve fue la hermosa vida.Mas cun intensos fueron los perfumes,en qu maravillosos lechos nos acostamos,a qu placer nuestros cuerpos entregamos.Un eco de los das del placer,un eco de aquellos das vino hasta m,algo del ardor de nuestra juventud;volv a tomar en mis manos una carta,y lea una y otra vez hasta que me falt la luz.Y sal al balcn melanclicamente -sal para cambiar de pensamientos mirando al menosun poco de la ciudad amada,un poco del movimiento de la calle y los negocios.

GRISESMirando un palo medio grisrecord dos hermosos ojos grisesque vi: har unos veinte aos ......................................................Por un mes nos amamos.despus se march, creo que para Esmirna,a trabajar all, y no nos vimos ms.Se habrn afeado -si vive- aquellos ojos grises;se habr arruinado el bello rostro.Memoria ma, gurdalos t como eran.Y lo que puedas, memoria, de ese amor mo,lo que puedas tremelo esta noche.

FRENTE DE LA CASAAyer mientras paseaba por un barrioapartado, pas por frente de la casadonde sola entrar cuando era joven.All el Amor mi cuerpo haba dominadocon su poder maravilloso.Y ayercuando pas por la vieja calle,se embellecieron al punto por el encantamiento del amorlos negocios, las aceras, las piedras,y murallas, y balcones, y ventanas:nada feo qued all.Y mientras estaba detenido, y contemplaba la puerta,y permaneca detenido, y me tardaba all delante de la casa,de todo mi ser brotabala guardada emocin del placer.

LA MESA DEL LADOApenas tendra veintids aos.Y sin embargo estoy seguro, que, hace casi esosaos, este mismo cuerpo lo goc.No es en absoluto una exaltacin del erotismo.Y slo poco rato antes entr al casino:no he tenido tiempo para beber mucho.El mismo cuerpo yo lo goc.Y si no recuerdo dnde -un olvido mo no importa.Ah mira, ahora que se sent en la mesa del lado,conozco cada movimiento que hace -y por debajo de la ropadesnudos los miembros amados vuelvo a ver.

RECUERDA, CUERPO...Cuerpo, recuerda no solamente cunto fuiste amado,no slo los lechos en que te acostaste,sino tambin aquellos deseos que por tibrillaban en los ojos manifiestamente,y temblaban en la voz -y algnobstculo casual los hizo vanos.Ahora que todo ya est en el pasado,parece casi como si a los deseosaquellos te hubieses entregado -cmo brillaban,recuerda, en los ojos que te miraban;cmo temblaban en la voz, por ti, recuerda, cuerpo.

DAS DE 1903No los hall ya otra vez -tan luego perdidos...los ojos poticos, el plidorostro ... en el anochecer de la calle ...No los hall ya ms -conquistados slo por casualidad,que as con ligereza dej;y despus con angustia anhelaba.Los ojos poticos, el plido rostro,los labios aquellos no los hall ms.

POEMAS CANNICOS (1919-1933)

EL SOL DE LA TARDEEsta pieza, qu bien la conozco.Ahora se arrienda y tambin la del ladopara oficinas comerciales. Toda la casa se transformen oficinas de corredores, y de comerciantes, y de Compaas.Ah esta pieza, cun conocida me es.Cerca de la puerta aqu estaba el canap,y delante de l una alfombra turca;cerca el estante con dos floreros amari1los.A la derecha, no, al frente, un armario con espejo.En el centro, la mesa donde escriba;y los tres grandes sillones de mimbre.Junto a la ventana estaba la camadonde nos amamos tantas veces.En algn lugar deben estar esas pobres cosas.Junto a la ventana estaba la cama.El sol de la tarde le llegaba a la mitad....Una tarde, las cuatro, nos habamos separadopor una semana solamente... Ay de m,esa semana se volvi siempre.

A PERMANECERSera la una de la madrugada,o la una y media.En un rincn de la taberna:detrs del tabique de madera.Fuera de nosotros dos, el negocio totalmente vaco.Una lmpara de petrleo lo alumbraba apenas.En la puerta, dormitaba el sirviente trasnochado.No nos vea nadie. Pero yanos habamos inflamado tanto,que fuimos incapaces de precauciones.Las ropas se entreabrieron -muchas no eranporque arda un divino mes de julio.Goce de la carne entrelas ropas semiabiertas:desnudez fugaz del cuerpo -cuya imagenveintisis aos ha atravesado: y ahora vinoa permanecer en este poema.

SI ES QUE MURI"Dnde se retir, dnde ha desaparecido el Sabio?Despus de sus numerosos milagros,la nombrada de su magisterioque se esparci por tantas naciones,se ocult de repente y nadie supocon certeza que fue de l(ni nadie jams vio su sepulcro).Unos inventaron que muri en Efeso.Sin embargo Damis no escribi eso; nadasobre la muerte de Apolonio ha escrito Damis.Otros dijeron que en Lindos desapareci.O acaso sea cierta aquella historia,de que ascendi al cielo en Creta,en el templo antiguo de Diktine. -Con todo tenemos su maravillosa,su sobrenatural aparicina un joven estudiante en Tiana.Quizs no ha llegado el tiempo de que vuelva,de que reaparezca otra vez ante el mundo;o transfigurado, acaso, entre nosotrosanda incgnito. -Pero ha de volver a aparecercomo era, enseando lo justo; y entonces seguramentetraer de nuevo el culto de nuestros dioses,y nuestras finas ceremonias helnicas".As divagaba en su pobre morada --despus de una lectura de Filstrato"Sobre Apolonio de Tiana"-uno de los pocos gentiles,de los muy pocos que haban quedado. Por otra parte-hombre insignificante y cobarde- en pblicopasaba tambin l por cristiano y asista a la iglesia.Era la poca en que reinaba,con extrema devocin, el viejo Justino,y Alejandra, ciudad temerosa de Dios,repulsaba a los pobres idlatras.

JVENES DE SIDN (400 D.C.)El actor que trajeron para que los divirtierarecit tambin algunos epigramas escogidos.La sala se abra sobre el jardn;y tenia una sutil fragancia de floresque se mezclaba con los aromasde los cinco perfumados jvenes sidonios.Se ley a Meleagro, y a Cringoras, y a Rianos.Mas cuando el actor declam,"Esquilo Ateniense hijo de Euforin yace aqu"-(acentuando quizs ms de lo debidoel "coraje insigne" y el "bosque de Maratn"),salt al instante un muchacho vivaz,fantico por las letras, y exclam:"Ah no me gusta este tetrstico.Expresiones de tal especie parecen en cierto modo debilidades.Entrega -proclamo yo- a tu obra toda tu fuerza,todo tu cuidado, y luego recuerda igualmente tu obraen el tiempo de prueba, o cuando tu vida ya declina.Tal es lo que espero y exijo de ti.Y no que saques totalmente de tu esprituel esplndido Logos de la Tragedia-qu Agamenn, qu admirable Prometeo,qu presentaciones de Orestes, de Casandraqu Siete contra Tebas -y para memoria tuya que pongassolamente que entre la tropa de soldados, en la multitud,tambin t combatiste contra Datis y Artafernes".

ANA COMNENAEn el prlogo de la Alexiada se lamentaAna Comnena de su viudez.Su alma est presa del vrtigo. "Y conros de lgrimas" nos dice "empapomis ojos... Ay qu oleajes"en su vida, "ay qu de revoluciones". La abrasa el dolor"hasta la mdula de los huesos y el quebrantamiento del alma".Sin embargo parece que en verdad slo una penamortal conoci la ambiciosa mujer;slo un dolor profundo tuvo(aunque no lo confiese) esta arrogante griega:que no logr, pese a toda su habilidad,apoderarse del Reino. Sino que lo arrebatcasi de entre sus manos aquel insolente Juan.

SU COMIENZOLa consumacin de su placer ilcitotuvo lugar. Se levantaron del lecho,y se visten rpidamente, sin hablar.Salen separados, ocultamente de la casa; y mientrascaminan con cierta inquietud por la calle, parececomo si sospecharan que algo en ellos traicionaa qu clase de lecho cayeron hace poco.Cunto gan empero la vida del artista.Maana, pasado maana, o despus de aos han de escribirselos vigorosos versos cuyo comienzo aqu estuvo.

FAVOR DE ALEJANDRO BALASAh, no me molesto porque se me da una ruedadel carruaje, y porque he perdido una victoria ridcula.Con los buenos vinos, y entre las bellas rosasvoy a pasar la noche. Antioqua me pertenece.Soy el mancebo ms glorificado,soy yo la debilidad de Balas, el adorado.Maana, ya vers, dirn que la carrera no fue correcta.(Pero si yo fuera menos fino, y si lo hubiera ordenado en secreto -los aduladores declararan primero a mi carro cojo).

DE LA ESCUELA DEL CLEBRE FILSOFOFue discpulo de Amonio Saccas por dos aos;pero se aburri de la filosofa y de Saccas.Despus entr a la poltica.Pero la abandon. Eparcos era necio;y los que lo rodeaban, unos estpidos solemnes de apariencia grave:el griego que hablaban los pobres, tres veces brbaro.La Iglesia atrajo un pocosu curiosidad: como para bautizarsey hacerse Cristiano. Mas, prontocambi su opinin. Se malquistara seguramentecon sus padres, abiertamente gentiles;y le cortaran -cosa horrible-en forma inmediata sus generosas mesadas.Con todo haba que hacer algo. Se volvi asiduode las casas de corrupcin de Alejandra,y de todo refugio secreto de perdicin.La suerte le pareci en esto favorable:le haba dado una figura en extremo agraciada.Y l gozaba ese don divino.A lo menos por diez aos todavasu hermosura habra de durar. Despus -quizs ira de nuevo donde Saccas.Y si en el intervalo el viejo hubiera muerto,ira donde otro filsofo o sofista:siempre se encuentra alguno apropiado.O por ltimo, es posible que volviera a la poltica-recordando de manera digna de elogiosus tradiciones familiares,los deberes para con la patria y otras cosas rimbombantes parecidas.

EN UN LIBRO VIEJOEn un libro viejo -de unos cien aos-olvidada entre sus hojas,encontr una acuarela sin firma.Debe haber sido obra de un artista muy bueno.Llevaba como ttulo "Presentacin del amor".Pero ms bien corresponda "- del amor de los sensuales enextremo".Porque era manifiesto al contemplar la obra(fcilmente percibase la idea del artista)que a los que aman en cierto modo regularmente,que permanecen dentro de lo que de todas maneras se permite,no estaba destinado el adolescentede la pintura -en unos ojos pardos, oscuros,con la hermosura peregrina de su rostro,la belleza de la atraccin anmala;con sus labios ideales que llevanel placer a un cuerpo amado;con sus miembros ideales creados para lechosque la moral corriente llama vergonzosos.

EN DESESPERACINLo perdi del todo. Y ahora busca yaen los labios de cada nuevo amantelos labios de l; en la unin con cadanuevo amante busca engaarseque es el mismo joven, que se entrega a aqul.Lo perdi del todo, como si ni siquiera nunca existido.Porque quera -dijo l- quera liberarsedel placer morboso, estigmatizado.Era tiempo todava -segn dijo- de salvarse.Lo perdi del todo, como si nunca siquiera hubiera existido.A travs de la imaginacin, a travs de las falsas sensacionesen los labios de otros jvenes busca los labios de l;buscar sentir de nuevo su amor.

TEATRO DE SIDN (400 D.C.)Hijo de un ciudadano honorable- sobre todo, agraciadojoven del teatro, agradable en diversos aspectos,de vez en cuando compongo en lengua griegamuy audaces versos, que los hago circularmuy en secreto, se entiende dioses! para que no losveanlos que visten de oscuro, que hablan de moral-versos de la voluptuosidad escogida, que llevaa un amor estril y reprobado.

ANTES QUE LOS CAMBIARA EL TIEMPOMucha pena sintieron por la separacin.Ellos no lo queran: fueron las circunstancias.La necesidad de vivir hizo a uno de ellosmarcharse lejos -Nueva York o Canad.Su amor ciertamente no era igual como antes;haba disminuido gradualmente la atraccin,haba disminuido mucho la atraccin.Con todo separarse, ellos no lo queran.Fueron las circunstancias.- O acaso como un artistael Destino apareci separndolos ahoraantes que se extinguiera su sentimiento, antes que loscambiara el /Tiempo:ser el uno para el otro cual si siguiera siempresiendo el hermoso muchacho de veinticuatro aos.

VINO A LEERVino a leer. Estn abiertosdos, tres libros: historiadores y poetas.Pero apenas ley unos diez minutos,y los dej. En el sillndormita. Pertenece por entero a los libros-pero tiene veintitrs aos, y es muy hermoso;y hoy despus de medioda pas el amorpor su carne ideal, por sus labios.Por su carne que es toda bellezael ardor ertico pas;sin pudor ridculo por la forma del placer...

TEMETHOS, ANTIOQUENSE: 400 D.C.Versos del joven Tmethos apasionado de amor.Con el ttulo de "Emonidis"- de Antoco Epifanesel querido compaero: un hermossimojoven de Samosata. Pero si los versos resultaronclidos, emocionados es porque Emonidis(tomado de aquella poca antigua:el ciento treintisiete del reinado de los griegos!- acaso tambin un poco antes) fue colocado en el poemacomo un simple nombre: apropiado sin embargo.Un amor de Tmethos el poema expresa,bello y digno de l. Nosotros los iniciadossus amigos ntimos; nosotros los iniciadossabemos para quin se escribieron los versos.Los antioquenses ignorantes leen Emonidis.

DE VIDRIO COLOREADOMucho me emociona un detalleen la coronacin, en Blaquerna, de Juan Cantacuzenoy de Irene hija de Andrnico Asn.Como no posean sino unas pocas piedras preciosas(grande era la pobreza de nuestro maltrecho estado)se ataviaron con gemas artificiales. Una cantidad de trozos de vidrio,granates, verdes o azulados. Nadade humillante o indignotienen en mi opinin esos trocitosde vidrio coloreado. Parecen por el contrariouna triste protestacontra el injusto infortunio de los coronados.Son los smbolos de aquello que debieron teneren su coronacin un Kyr Juan Cantacuzeno,y una Kyra Irene hija de Andrnico Asn.

EL 25 AO DE SU VIDAVa regularmente a la tabernadonde se haban conocido el mes anterior.Pregunt; pero nada supieron decirle.Por sus palabras, comprendi que se haba conocidocon un sujeto totalmente desconocido;uno de los muchos desconocidos y sospechosostipos jvenes que por all pasaban.Va sin embargo a la taberna regularmente, en la noche,y se sienta y mira a la entrada;mira a la entrada hasta la fatiga.Quizs entre. Esta noche quizs venga.Cerca de tres semanas que lo hace as.Se enferm su nimo de lascivia.En su boca los besos permanecieron.Todo su cuerpo sufre por el deseo continuo.En contacto de aquel cuerpo sobre l est.Quiere la unin con l de nuevo.Se entiende que se esfuerza por no traicionarse.Pero en cierto modo casi le es indiferente.-Por otra parte, sabe a qu se expone,se ha decidido. No es inverosmil que sta su vidaa un escndalo desastroso lo lleve.

EN LA ALDEA ABURRIDAEn la aldea aburrida donde trabaja-empleado en una casa de comercio,jovencsimo- y donde esperaque pasen an dos o tres meses,an dos o tres meses para que disminuya el quehacer,y as trasladarse a la ciudad y lanzarseal movimiento y las diversiones de inmediato;en la aburrida aldea donde espera -cay a la cama esta noche preso de pasin amorosa;su juventud toda inflamada por el deseo carnal,en hermosa tensin toda su hermosa juventud.Y en medio de su sueno vino el placer: en mediodel sueo ve y posee la figura, el cuerpo que quera...

LA ENFERMEDAD DE CLETOCleto, un simpticomuchacho, de unos veintitrs aos-con excelente educacin, con un raro conocimiento del griego-est gravemente enfermo. Lo atac la fiebreque este ao ha asolado a Alejandra.Lo atac la fiebre estando ya agotado moralmentepor la pena de que su amigo, un joven actor,dej de amarlo y no lo quiere.Est gravemente enfermo, y sus padres tiemblan.Y una anciana sirviente que lo critiembla tambin ella por la vida de Cleto.En su terrible inquietudle viene a la memoria un doloque adoraba de pequea, antes que entrara aqu, como criada,a una casa de Cristianos importantes, y de cristianizarse.Toma en secreto unos bizcochos, y vino, y miel.Los lleva ante el dolo. Canta cuantas melodasde splica recuerda. La neciano se da cuenta que a ese demonio negro poco le importasi sana o no sana un cristiano.

SACERDOTE DEL SERAPIONA mi buen padre anciano,que me am siempre igual;a mi buen padre anciano que muri anteayer,poco antes de anochecer, estoy llorando.Jesucristo, los mandamientosde tu iglesia santsima observaren cada accin ma, en cada palabra,en cada pensamiento, es mi esfuerzocotidiano. Y a los que te nieganlos rechazo.- Pero ahora me lamento:gimo, Cristo mo, por mi padrea pesar de que era -horrible decirlo-sacerdote en el muy maldito Serapion.

POR LAS TABERNASPor las tabernas y los burdelesde Berito me revuelco. No quera quedarmeen Alejandra. Me abandon Tamidisy se fue con el hijo de Eparcos para teneruna villa en el Nilo, un palacio en la ciudad.No poda quedarme en Alejandra yo.-Por las cantinas y los burdelesde Berito me revuelco. En disipacin abyectapaso vilmente la vida. Lo nico que me salvacomo belleza duradera, como aroma que sobremi cuerpo ha quedado, es que tuve por dos aoscomo mo a Tamidis, el joven ms maravilloso,como mo no por una casa o una villa en el Nilo.

ANA DALASENEEn la bula urea que dict Alexis Comnenospara honrar en forma magnfica a su madre,a la muy prudente seora Ana Dalasene-distinguida en sus obras, en sus costumbres-hay elogios diversos: traigamos aqu de entre ellosuna frase hermosa, noble"Jams esta fra palabra; lo ma o lo tuyo, dijo".

DAS DE 1896Se envileci totalmente. Una tendencia erticamuy prohibida y despreciada(innata sin embargo) fue la causa:era la sociedad puritana en extremo.Gradualmente perdi su escaso dinero;despus perdi su rango, y su reputacin.Se acercaba a los treinta sin que nunca por un aodurara en un trabajo, al menos conocido.A veces sus gastos los ganabacon tratos que se consideran vergonzosos.Lleg a ser un sujeto que al que vieran con la menudo, era probable que lo comprometiera en formagrave.Pero no slo esto. Ello no sera justo.Bastante ms vale de su belleza el recuerdo.Otro aspecto existe que si desde l se miraaparece como atractivo; aparece como un sencillo yverdaderomuchacho del amor, que por sobre el honor,y su reputacin coloc sin prevencionesla voluptuosidad pura de su cuerpo puro.En cuanto a su fama? La sociedad que erapuritana en extremo sacaba necias conclusiones.

DOS JVENES, DE 23 A 24 AOSDesde las diez y media estaba en el caf,y lo esperaba que dentro de poco apareciera.Lleg la medianoche -y lo esperaba todava.Dieron la una y media; habase vaciadocasi del todo el caf.Se aburri de leer diariosmaquinalmente. De sus pobres tres chelinesslo le quedaba uno: en tanto rato que esperabagast los otros en cafs y coac.Todos sus cigarrillos se los fum.Lo estaba agotando tanta espera. Porquesolo como estaba por horas, comenzarona apoderarse de l inoportunos pensamientossobre su vida descarriada.Mas cuando vio entrar a su amigo -al puntoel cansancio, el fastidio, los pensamientos disipronse.El amigo le llev una noticia inesperada.Haba ganado sesenta liras en el garito.Sus hermosos semblantes, su maravillosa juventud,el sensitivo amor que entre s se tenan,se refrescaron, revivieron, se fortalecieronpor las sesenta liras de la casa de juego.Y plenos de alegra y de vigor, de sensualidad y bellezaSe fueron -no a las casas de sus honorables familiares(donde, por otra parte, ya no los queran):a una casa de corrupcin conocida de ellos,y muy particular, se fueron y pidieronun dormitorio, y licores costosos, y de nuevo bebieron.Y cuando se acabaron los costosos licores,y cuando ya se acercaban las cuatroal amor se entregaron felices.

DAS DE 1901Esto era lo que haba en l de singular:que en medio de toda su vida disolutay de su mucha experiencia en el amor,a pesar de la habitual armonaentre su actitud y su edad,haba algunos instantes -pero muy rarosciertamente- en que daba la impresinde una carne casi intacta.La hermosura de sus veintinueve aos,tan probada en el placer,haba momentos en que paradojalmente recordabaa un adolescente que -con cierta torpeza- al amorpor primera vez su cuerpo puro entrega.

NO COMPRENDISTEDe nuestras creencias religiosas-el necio Julin dijo: "Le, comprend,conden". Como si nos hubiera anonadadocon su "conden", el muy ridculo.Tales ocurrencias sin embargo no van con nosotroslos Cristianos. "Leste, pero no comprendiste; pues si hubierascomprendido,no habras condenado" respondimos de inmediato.

UN JOVEN, DEL ARTE LITERARIO - EN SU 24 AOComo puedas trabaja pues, cerebro.-Lo agota un placer a medias.Se encuentra en una situacin neurotizante.Besa el rostro amado cada da,sus manos permanecen sobre los ms maravillosos miembros.Nunca ha amado con tan grandepasin. Pero falta la bella consumacindel amor; falta la consumacinque por los dos debe cumplirse con una intensidad anhelada.(Al placer anormal no se han entregado igualmente los dos.Slo a l ese placer lo domin en forma absoluta).Y se agota, y se neurotiz del todo.Por otra parte tambin est sin trabajo; y esto contribuye mucho.Algunas pequeas cantidades de dineroconsigue prestadas con dificultad (casilas mendiga a veces) y medio se mantiene.Besa los labios adorados; sobreel cuerpo maravilloso -que sin embargo ahora percibeslo consiente- goza.Y despus bebe y fuma; bebe y fuma;y vaga por los cafs todo el da,arrastra con fastidio la consuncin de su belleza.-Como puedas trabaja pues, cerebro.

RETRATO DE UN JOVEN DE 23 AOS, HECHO POR AMIGOSUYO DE IGUAL EDAD, PINTOR AFICIONADOTermin el retrato ayer por la tarde. Ahoralo examina en detalle. Lo pint con un ternogris desabotonado, gris oscuro: sinchaleco ni corbata. Con una camisarosada: abierta, para que algo se vea tambinde la hermosura del cuello, del pecho.Su frente a la derecha casi enterala cubren sus cabellos, sus hermosos cabellos(como es el peinado que este ano prefiere).Y all est en plenitud el tono sensualque quiso dar cuando pintaba los ojos,cuando dibujaba los labios... Su boca, los labiosque son para satisfacer un erotismo selecto.

KIMON HIJO DE LEARJOS DE 22 AOS,ESTUDIANTE DE LETRAS GRIEGAS (EN CIRENE)"Mi fin sobrevino cuando era feliz.Hermotelis me tena como su amigo inseparable.En mis ltimos das, a pesar de que fingano estar inquieto, perciba yo a menudosus ojos llorosos. Pareca como si hubieradormido poco, caa como fuera de sen el borde de mi cama. Y ramos tambin los dosjvenes de una edad, veintitrs aos.Traidora es la Suerte. Quizs alguna otra pasina Hermotelis lo separaba de m.En buena hora he muerto: en el amor no compartido".Este epitafio de Marilo Aristodemosque muri en Alejandra hace un mes,lo recib yo el doliente, su primo Kimon.Me lo envi el poeta conocido mo que lo escribi.Me lo envi porque saba que yo erapariente de Marilo: no saba otra cosa.Llena est mi alma de pena por Marilo.Habamos crecido juntos, como hermanos.Siento tristeza profunda. Su muerte prematuracualquier resentimiento del todo me lo borr...todo resentimiento contra Marilo -a pesarde que me haba robado el amor de Hermotelis,y aunque me quiera ahora Hermotelis de nuevo,no ser en absoluto lo mismo. Conozco yo el carctersensible que poseo. La imagen de Marilosurgir entre nosotros, y he de creer que lo oigodecirme: Hete aqu ahora satisfecho:He aqu que lo has recobrado como deseabas, Kimon:He aqu que ya no tienes pretexto para acusarme.

EN CAMINO A SINOPEMitrdates, glorioso y potente,seor de grandes ciudades,poseedor de ejrcitos poderosos y de flotas,mientras iba a Sinope pas por un caminode campo muy apartadodonde tena su morada un adivino.Envi Mitrdates un oficiala preguntar al augur cunta riqueza anposeera en el futuro, cunto poder ms.Envi un oficial suyo, y despuscontinu su camino hacia Sinope.Se retir el adivino a un cuarto secreto.Despus de ms o menos media hora salipreocupado, y dijo al oficial:"No pude distinguir en forma satisfactoria.El da no es apropiado hoy.Vi cosas oscuras. No comprend bien.Pero que se contente, pienso, el rey con cuanto tiene.Algo ms le traera peligros.Acurdate de decirle esto, oficial:con lo que posee, por Dios, que se contente!La fortuna tiene cambios repentinos.Dile al rey Mitrdates:"muy raramente se encuentra el compaero noble, de su antepasadoque escribe con su lanza sobre el suelo oportunamentela frase salvadora Mitrdates huye".

DAS DE 1909 10 Y 11De un maltrado, pobrsimo marino(de una isla del Mar Egeo) era hijo.Trabajaba donde un herrero. Usaba ropa vieja.Sus zapatos de trabajo rados y mseros.Sus manos estaban manchadas de herrumbe y aceite.Al caer la noche, cuando cerraba el taller,si haba algo que deseaba mucho,alguna corbata un poco cara,alguna corbata para el domingo,o si haba visto en una vitrina y la queraalguna bonita camisa azul oscuro,venda su cuerpo por un tlero o dos.Me pregunto si en los tiempos antiguosposey la gloriosa Alejandra un joven ms bellsimo,un muchacho 'ms perfecto que l - que se perdi:no hubo, se comprende, estatua o pintura suya:arrojado al msero taller de un herrero,se hubo de acabar tempranamente por el trabajo penosoy por una vulgar corrupcin, desdichada.

MIRIS: ALEJANDRA DEL 340 D.C.Cuando supe la desgracia, que haba muerto Miris,fui a su casa, a pesar de que evitoentrar a las casas de Cristianos,sobre todo cuando tienen duelos o festejos.Me detuve en un pasillo. No quiseavanzar ms adentro, pues percibque los parientes del muerto me mirabancon manifiesto asombro y desagrado.Lo tenan en una sala grandeque desde el extremo donde me detuvevi un poco: toda tapices preciosos,y utensilios de oro y de plata.Yo estaba de pie llorando al final del pasillo.Y pensaba que nuestras reuniones y excursionessin Miris no tendran ya valory pensaba que ya no lo veraen nuestras bellas trasnochadas inmoralesregocijarse, y rer, y recitar versoscon su perfecto sentido del ritmo griego;y pensaba que haba perdido para siempresu belleza, que haba perdido para siempreal joven que adoraba con locura.Unas ancianas, cerca de m, hablaban en voz bajadel ltimo da que vivi-continuamente en sus labios, el nombre de Jess,tena una cruz en sus manos.-Entraron despus al aposentocuatro sacerdotes Cristianos, y decan sus oracionescon fervor y unas splicas a Jesso a Mara (no conozco bien su religin)Sabamos, ciertamente, que Miris era Cristiano.Lo sabamos desde el primer momento, cuandoel ao antepasado entr a nuestro grupo.Pero viva absolutamente como nosotros.De todos nosotros el ms entregado a los placeres;disipando con largueza su dinero en las diversiones.Sin cuidado por el juicio de la gente,se meta de adrede en rias nocturnas en las callescuando nuestra cuadrilla acertabaa hallar un grupo opuesto.Nunca hablaba de su religin.Ms aun, cierta vez le dijimosque lo llevaramos con nosotros al Serapion.Pero como que se disgustcon esa broma: ahora recuerdo.Ah y tambin me vienen a la mente otras dos ocasiones.Cuando hicimos libaciones a Poseidn,se apart de nuestro grupo y volvi la vista a otra parte.Cuando entusiasmado uno de nosotrosdijo "el grupo nuestro que estbajo el favor y proteccin del grande,del hermossimo Apolo" -Miris susurr(los dems no lo oyeron) "con excepcin de m'.Los sacerdotes Cristianos en alta vozsuplicaban por el alma del joven.-Yo observaba con cunto esmeroy con qu atencin concentradase preparaba todo en las formasde su religin para el funeral Cristiano.Y de repente me domin una extraa impresin.De una manera indefinida, sentacomo si Miris se marchase de mi lado.Senta que se haba unido, Cristiano,con los suyos, y que me haba vueltoyo un extrao, muy extrao, senta ademsque una duda se me allegaba: acaso hubiera sido engaadopor mi afecto, y siempre le fui extrao.-Me lanc fuera de la horrible casa de ellos,hu velozmente antes que el recuerdo de Miris mefuera arrebatado, cambiado por el cristianismo de sos.

BELLAS FLORES Y BLANCAS COMO MUCHO LE VENANEntr al caf donde iban juntos.-Su amigo aqu le dijo hace tres meses:"No tenemos un centavo. Dos pobres muchachossomos -que hemos cado a tabernas baratas.Te lo digo claramente, contigo no puedoandar. Otro, sbelo, me busca."El otro le haba prometido dos trajes y algunospauelos de seda.- Para tenerlo de nuevoremovi el mundo, y consigui veinte liras.Vino de nuevo con l por las veinte liras,pero tambin, a ms de ellas, por la vieja amistad,por el antiguo afecto, por su sentimiento.-El "otro" era un mentiroso, un verdadero pillo;solamente un traje le haba hecho, yaun esto a la fuerza, despus de mil ruegos.Pero ahora ya no quiere ni los trajes,ni tampoco en absoluto los pauelos de seda,y ni veinte liras, y ni veinte monedas.El domingo lo enterraron, a las diez de la maana.El domingo lo enterraron: hace una semana casi.En su pobre atad unas flores le puso,flores bellas y blancas como mucho le venana la hermosura suya y a sus veintids aos.Cuando a la noche fue -encontr algn trabajo,necesidad del pan- al caf dondeiban juntos: pual en su coraznel msero caf donde iban juntos.

EN EL MISMO LUGARAmbiente de la casa, de los locales, del barrioque veo y por donde camino: aos y aos.Te he dado forma en alegra y en tristezas:con tantas circunstancias, con tantas cosas.Y todo entero te has trocado en sentimiento, para m.

EL ESPEJO EN LA ENTRADALa rica mansin tena en la entradaun espejo enorme, muy antiguo,comprado a lo menos ochenta aos antes.Un hermossimo joven, empleado donde un sastre(los domingos, atleta aficionado),estaba all con un paquete. Lo entrega alguien de la casa, y ste lo llev adentropara traer el recibo. El empleado del sastrese qued solo, esperando.Se acerc al espejo y se mirabay se arreglaba la corbata. A los cinco minutosle trajeron el recibo. Lo tom y se fue.Pero el viejo espejo que haba visto tanto y tanto,durante sus muchos aos de existencia,miles de cosas y de rostros,pero el viejo espejo ahora se alegrabay se senta ufano de haber recibido sobre sla perfecta belleza por algunos instantes.

PREGUNTABA POR LA CALIDADDesde la oficina donde lo haban tomadopara un puesto insignificante y mal pagado(como ocho liras al mes: con los extras)sali al terminar su maldito trabajodonde la tarde entera haba estado agachado:sali a las siete, e iba caminando lentamenteharaganeando por la calle.- Hermoso,e interesante: de tal modo que mostraba haber llegadoa su plena realizacin sensual.Los veintinueve aos, los haba cumplido el mes pasado.Vagaba por la calle, y por los pobrespasajes que llevaban a su casa.Al pasar frente a un pequeo negociodonde vendan unos artculosfalsificados y baratos para obreros,vio dentro una cara, vio una figuraque le atrajo y entr, como buscandover unos pauelos de color.Preguntaba por la calidad de los pauelosy cunto costaban con voz ahogada,casi apagada por el deseo.Y de igual manera vinieron las respuestas,distradas, en voz baja,con un consentimiento subentendido.Seguan hablando sobre la mercanca -peronico objetivo: que se tocaran las manossobre los pauelos; que se acercaranlos rostros, los labios como por casualidad:un contacto momentneo del cuerpo.Rpida y furtivamente, para que no se diera cuentael dueo de la tienda que estaba sentado al fondo.

DAS DE 1908Aquel ao se encontr sin trabajo;y en consecuencia viva de las cartas,y de los dados, y de dinero prestado.Un puesto, con tres liras al mes, le haban ofrecidoen una pequea papelera.Pero lo rechaz, sin ninguna vacilacin.No le vena. No era sueldo para l,un joven con bastante cultura, y de veintids aos.Ganaba, no ganaba dos, tres chelines al da.De las cartas y los dados qu poda sacar el muchacho,en los cafs de su clase, populares,por ms que jugara con viveza, por ms que eligiera necios.El dinero prestado, eso era y no era plata.Raramente alcanzaba a un tlero, lo ms frecuente medio,a veces caa a slo un cheln.Cada semana, a veces ms seguido,cuando se libraba del terrible trasnochar,se refrescaba bandose, nadando en la maana.Su ropa era una terrible ruina.Siempre llevaba el mismo traje, un trajemuy desteido color canela.Ah das del verano del novecientos ocho,de vuestra visin, artsticamente,se borr la ropa rada color cscara.Vuestra visin lo conservcuando se despojaba de ellas, cuando se las quitaba,las ropas indignas, la ropa interior remendada.Y quedaba enteramente desnudo,. inmaculadamente hermoso: unamaravilla.Sus cabellos sin peinar, desordenados;sus miembros un poco quemadospor la desnudez matinal en los baos, y en la playa.

POEMAS INDITOS (1884-1923)

VIAJE NOCTURNO DE PRAMO (1893)Dolor y lamento en Ilin.La tierrade Troya en desesperanza amarga y en temoral gran Hctor Primida llora.El treno estridente grave resuena.Ni un almaqueda en Troya no doliente,que el recuerdo de Hctor olvide.Mas es vano, intilel mucholamento en una ciudad atormentada;sordo es el adverso destino.Detestando Pramo lo intil,orosaca del tesoro; agrega marmitas,tapices, y mantos; y tambintnicas, trpodes, una cantidad esplndidade peplos,y todo lo que apropiado juzga,y sobre su carro lo carga.Quiere con rescate del terribleenemigorecuperar el cuerpo de su hijo,y con augustas exequias honrarlo.Sale en la noche silenciosa.Hablapoco. Por nico pensamiento ahora tieneveloz, veloz que corra su carruaje.Tenebroso extindese el camino.Lgubregime el viento y se lamenta.Grazna a lo lejos un ominoso cuervo.Aqu, el aullido de un perro se escucha;all,cual susurro una liebre de rpidos pies cruza.El rey azota, azota los caballos.Sombras de la llanura despirtansesiniestras,y se preguntan por qu con tanta prisavuela el Dardnida hacia los navosde argivos asesinos, y de aqueosfunestos.Pero el rey a esas cosas no atiende;basta que su carro veloz, veloz corra.

MUERTE DE UN GENERAL (1899)Su mano alarga la muertey de un glorioso general la frente toca.Al atardecer un diario la noticia da.La casa del enfermo se llena con muchsima gente.A l los dolores le paralizaronlos miembros y la lengua. Su, mirada giray mucho rato se fija en cosas conocidas.Impasible, a los viejos hroes recuerda.Por afuera -lo han cubierto silencio e inmovilidad.Por dentro -lo ha podrido la envidia de la vida, miedo,lepra de placer, necia obstinacin, ira, maldad.Pesadamente gime. -Ha expirado-. Llora la vozde cada ciudadano: "Su muerte ha arruinado a nuestro estado!Ay la Virtud con l ha muerto!"

27 DE JUNIO DE 1906, 2 p.m. (1908)Cuando lo llevaron los Cristianos a colgaral inocente muchacho de diecisiete aos,su madre que all cerca de la horcase arrastraba y se golpeaba en el suelobajo el sol feroz de medioda,ya daba alaridos, y aullaba como lobo, como fiera,o ya extenuada la mrtir se lamentaba:"Diecisiete aos slo me viviste, hijo mo".Y cuando lo subieron por la escala de la horcay le pasaron la cuerda y lo colgaron,y penda lastimosamente en el vacocon los espasmos de su negra agonasu cuerpo adolescente bellamente formado,la madre mrtir se arrastraba por el sueloy no se lamentaba ya por los aos ahora:"Diecisiete das solamente, gema,diecisiete das solamente te goc, hijo mo".

LO OCULTO (1908)Por cuanto hice y por cuanto dijeque no traten de encontrar quin era yo.Un obstculo se alzaba y transformabamis acciones y mi modo de vivir.Un obstculo se alzaba y me detenamuchas veces cuando iba a hablar.Mis acciones ms inobservadasy mis escritos ms ocultos-slo por all me entendern.Mas acaso no vale la pena gastartanta atencin y tanto esfuerzo para conocerme.Ms tarde -en la sociedad ms perfecta-algn otro, hecho como yo,ciertamente surgir y actuar libremente.

MEDIA HORA (1914)Ni te consegu, ni te conseguirnunca, creo. Algunas palabras, un acercamientocomo en el bar anteayer, y nada ms.Es una pena, no digo. Pero nosotros los del Artea veces con intensidad de pensamiento, y ciertamente slopor poco tiempo, creamos un placerque parece casi real.As en el bar anteayer -claro que ayudandomucho el alcohol compasivo-tuve una media hora en plenitud ertica.Y t lo percibiste, me parece,y te quedaste un poco ms de adrede.Eso era muy necesario. Porquecon toda la imaginacin, y con el mgico alcohol,tena que mirar tambin tus labios,tena que estar tu cuerpo cerca.

CASA CON HUERTO (1915)Quisiera tener una casa. de campocon un jardn muy grande -no tantopor las flores, por los rboles, y por el verdor(por cierto que tambin se hallen: son bellsimos),sino para tener animales. Ah, tener animales!Al menos siete gatos -dos bien negros,y dos albos como nieve, para el contraste.Un serio papagayo, para escucharlodecir cosas con nfasis y conviccin.En cuanto a perros, creo que tres me bastaran.Quisiera tambin dos caballos (buenos son los caballitos).Y sobre todo tres o cuatro de aquellos valiosos,simpticos, animales, los asnos,que estuvieran echados perezosamente, que menearan alegres sus cabezas.Vuelve

Vuelve otra vez y tmame,amada sensacin retorna y tmame -cuando la memoria del cuerpo se despierta,y un antiguo deseo atraviesa la sangre;cuando los labios y la piel recuerdan,cuando las manos sienten que an te tocan.Vuelve otra vez y tmame en la noche,cuando los labios y la piel recuerdan.... Al atardecerDe cualquier forma aquellas cosas no hubieran durado mucho. La experienciade los aos as lo ensea. Mas qu bruscamentetodo cambi.Corta fue la hermosa vida.Pero qu poderosos perfumes,en qu lechos esplndidos camos,a qu placeres dimos nuestros cuerpos.Un eco de aquellos das de placer,un eco de aquellos das volvi a m,las cenizas del fuego de nuestra juventud;en mis manos cog de nuevo la carta,y le y volv a leer hasta que se desvaneci la luz.Y melanclicamente sal al balcn -sal para distraer mis pensamientos mirandoun poco la ciudad que amo,un poco del bullicio de sus calles y sus tiendas. Aunque sea con engaos ...Aunque sea con engaos, que me ilusione ahora:pero que no sienta el vaco de mi vida.Ha estado tan cerca tantas veces.Mas cmo me paralizaba, cmo me intimid;cerrada permaneci mi boca;llorando dentro de m el alma vaca,hundidos en el duelo mis deseos.Tantas veces estuve tan cerca de sus ojos, y de sus labios amorosos,del soado, del amado cuerpo.Tantas veces estuve tan cerca. Si de mi amor no puedo hablar...Si de mi amor no puedo hablar-hablar de tus cabellos, de tus labios, de tus ojos -,sin embargo tu rostro que llevo dentro de mi alma,el sonido de tu voz en mi cabeza,los das de febrero en que despert de mi sueo,hechos uno con mis palabras, estn y dan colora cada tema que afronto o a cada idea que expreso. AsEn esta fotografa obscenavendida (a escondida de miradas) en la calle,en esta fotografa pornogrficacmo puede haber una cara tanmaravillosa como la tuya.Quien sabe la vida fatal, srdida, que hars;en qu cruel ambientete habrs hecho esa fotografa;qu espritu tan vulgar el tuyo.Mas pese a todo permanece, an vive en m aquella caramaravillosa, esa figurahecha y ofrecida para el placer griego-as permaneces para m y as te canto.

El olvidoEncerradas en un invernadero,bajo el cristal, las flores olvidanque la luz del sol existey cmo temblaban bajo el roco.ItacaCuando emprendas el viaje hacia Itacaruega que sea largo el camino,lleno de aventuras, lleno de experiencias.A los Lestrigones, a los Cclopeso al fiero Poseidn, nunca temas.No encontrars trabas en el caminosi se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisitala emocin que toca el espritu y el cuerpo.Ni a los Lestrigones, ni a los Cclopes,ni al feroz Poseidn has de encontrar,si no los llevas dentro del corazn,si no los pone ante ti tu corazn.Ruega que sea largo el camino.Que muchas sean las maanas de veranoen que - con qu placer! con qu alegra! -entres en puertos nunca antes vistos.Detente en los mercados feniciospara comprar finas mercancasmadreperla y coral, mbar y bano,y voluptuosos perfumes de todo tipo,tantos perfumes voluptuosos como puedas.Ve a muchas ciudades egipciaspara que aprendas y aprendas de los sabios.Siempre en la mente has de tener a Itaca.Llegar all es tu destino.Pero no apresures el viaje.Es mejor que dure muchos aosy que ya viejo llegues a la isla,rico de todo lo que hayas guardado en el caminosin esperar que Itaca te de riquezas.Itaca te ha dado el bello viaje.Sin ella no habras aprendido el camino.No tiene otra cosa que darte ya.Y si la encuentras pobre, Itaca no te ha engaadosabio como te has vuelto con tantas experiencias,habrs comprendido lo que significan las Itacas.

Era pobre y srdida la alcoba....Era pobre y srdida la alcoba,escondida encima de la equvoca taberna.Desde la ventana se vea el callejnsucio y estrecho. De abajosuban las voces de unos obrerosque jugando a las cartas mataban el tiempo.Y all, en una cama msera y vulgarpose el cuerpo del amor, pose los labiossensuales e sonrosados por el vino -sonrosados de tanto vino que incluso ahora,cuando escribo, despus de tantos aos,en mi casa solitaria, vuelvo a embriagarme.

Das de 1901Algo tena de distinto,a pesar de su vida disolutay su experiencia ertica;a pesar de la constante armonaexistente entre su actitud y su edad,haba momentos muy raros momentosen que su carne daba una impresin de pureza.La belleza de sus veintinueve aos,tan experimentada en la sensualidad,en momentos, paradjicamente, dara la impresinde ser la de un adolescente que, con timidez,entrega su virginal cuerpo por vez primera.El espejo del vestbuloEn el recibidor de esta mansinhaba un gran espejo antiguo,adquirido por lo menos hace cien aos.Un joven de extremada belleza,ayudante de sastre(atleta aficionado los domingos),estaba frente a l con un paqueteel cual entreg a alguien de la casa,quien lo tom y fue a conseguir el recibo.El ayudante de sastre se qued solopor unos momentos; y mientras esperaba,se acerc al espejo, se arregl la corbata,observndose de cerca.Unos minutos despus trajeron el recibo;lo tom y sali.Pero el viejo espejo que tantos objetosy caras haba visto durante sus largos aos de vida,esta vez estaba extasiado, se senta orgullosode haber retenido por unos instantesla imagen de la belleza pura.Poema jnicoAunque destrozamos sus estatuas,aunque los sacamos de sus templos,los dioses no murieron.Oh tierra jnica!, an te aman.Es a ti a quien sus almas recuerdan,y cuando te amanece la maana de agosto,tu aire toma vida de su fuerza.Y a veces,una sombra de efebo intangible, fugaz,roza la cima de tus montes.En los suburbios de AntioquaNos sorprendimos en Antioquaal saber los ltimos hechos de Julin.Apolo discuti con l en Dafne;no dar el orculo (como si nos importara!),no tena ganas de hablar de profecashasta que su templo en Dafne se purificara;los muertos cercanos, dijo, lo molestaban.Haba numerosas tumbas en Dafne,uno de los muertos all enterradosera el mrtir Babylas, deslumbrante,victorioso, gloria de nuestra iglesia;era a l a quien el falso dios aluda,a quien tema; mientras lo sintiera cercano se atreva a dar su orculo,estaba adormecido(estos falsos dioses temen a nuestros mrtires).El impo Julin se dobl las mangas,y con voz nerviosa grit:Desentirrenlo, llvenselo,saquen a Babylas de inmediato;se imaginan? Apolo est molesto,desentirrenlo, llvenselo a donde quieran,arrjenlo, acaso estamos jugando?,Apolo quiere su templo purificado.Lo sacamos y llevamos con amor y honorlos sagrados restos a otro lado.En verdad el templo mejor notablemente,y sin prdida de tiempo;el fuego lo consumi: acab con el recinto y Apolo;el dolo se barri con el resto del desperdicio.Julin derram su ira por todas partes;qu ms poda hacer?, que digaque el fuego lo iniciamos los cristianos.Que hable, nada se ha comprobado;lo importante es que se indign notablemente.