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2015

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  • AVANCE DEL ESTUDIO SOBRE LA CERMICAINDGENA DE SEGEDA I, REA 3

    Advance Study on Segedas Indigineous Ceramics

    M. Ascensin CANO DAZ-TENDERO1Centro de Estudios Celtibricos de Segeda

    Resumen

    Se analiza en este artculo la cermica indgena aparecida en la excavacin del rea3 de la ciudad celtibrica de Segeda I, identificado como barrio de los Titos. Me-diante una metodologa especfica tanto en excavacin como en laboratorio se haconseguido establecer una clasificacin funcional de las diferentes piezas cermi-cas identificadas, que ha permitido proponer las reas funcionales que componenun espacio domstico.

    Palabras clave: arqueologa, cermica indgena, celtiberos, Segeda, Aragn.

    Abstract

    The present paper analyses the indigenous pottery found at the Area 3 of theCeltiberian town of Segeda, identified as the quarter of the Titos. By means of aspecific methodology developed both at the excavation and the laboratory, it hasbeen possible to establish a functional classification of the different pottery vesselsidentified, which let us to recognize the different functional areas which comprisea domestic space.

    Key words: archeology, indigenous pottery, celtiberians, Segeda, Aragon.

    STVDIVM. Revista de Humanidades, 12 (2006) ISSN: 1137-8417, pp. 15-34

    1. Licenciada en Historia, Universidad Castilla-La Mancha. Investigadora del Centro deEstudios Celtibricos de Segeda y del Seminario de Arqueologa y Etnologa Turolense.Correo electrnico: [email protected] de recepcin del artculo: 22 de septiembre de 2006. Fecha de aceptacin: 22 denoviembre de 2006. Versin final: febrero 2007.

  • 0. JUSTIFICACIN

    El trabajo2 que aqu presentamos corresponde a un resumen del estudiorealizado para el periodo investigador del programa de doctorado inter-departamental Estudios sobre Aragn impartido en la Facultad deCiencias Sociales y Humanas de Teruel, bajo la direccin del ProfesorFrancisco Burillo Mozota, del Departamento de Ciencias de la Anti-gedad y que fue ledo en el mes de octubre de 2006. Este estudio se debeencuadrar dentro de las lneas de investigacin que se estn realizando enel Proyecto Segeda, el cual tiene como objetivo principal el estudio de laciudad-estado celtibrica de Segeda y su territorio.

    Es en este marco de la investigacin, que pretende profundizar en elconocimiento de la ciudad celtibrica de Segeda, su territorio, su estructu-ra poltica, su estructura social y econmica, donde se encuadra este estu-dio de las cermicas indgenas halladas en la excavacin del rea 3, ya quedicha excavacin realizada en el ao 2001 nos ofreci unos resultados ar-queolgicos excepcionales, por la abundancia de los restos de cultura ma-terial y ejemplo de ello son los ms de 7.000 fragmentos cermicos inven-tariados.

    La cermica indgena es el material arqueolgico ms abundante perotambin el ms rido de estudiar porque se parte de una falta de referen-cias respecto a cronologa y tcnica con las que comparar. Esto es debidoa que las excavaciones de los poblados celtibricos o incluso ibricos de lazona que se pueden tomar de referencia (territorio del valle medio delEbro, Guadalajara o Soria) datan en su mayora de una veintena de aosatrs como es el caso de Los Castellares (Herrera de los Navarros,Zaragoza), Alto Chacn (Teruel), Numancia (Soria), etc. y en los que hansido excavados recientemente no se ha realizado un anlisis de los reci-pientes cermicos en profundidad. Es precisamente con el conjunto anali-zado de Segeda con el que podemos ofrecer una referencia slida de lacermica en uso anterior al 153 a.C.

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    2. Este trabajo se desarrolla dentro del proyecto I+D: La ciudad celtibrica de Segeda y suterritorio: estrategias de anlisis y procesos histricos (HUM2005-03369/HIST) financiadopor el Ministerio de Ciencia y Tecnologa y los fondos FEDER. Las excavaciones arqueo-lgicas realizadas en el Poyo de Mara, Segeda I, han sido financiadas por la DireccinGeneral de Patrimonio del Gobierno de Aragn y la Diputacin Provincial de Zaragoza.

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    Figura 1. Localizacin de Segeda I

  • 1. INTRODUCCIN: SEGEDA I Y REA 3

    1.1. Segeda I

    Bajo el nombre de la ciudad bela de Segeda se esconde la referencia a dosoppida que se suceden en el tiempo. El primero, Segeda I, ocupa el parajeconocido como el Poyo de Mara (Zaragoza), y tras su destruccin en elao 153 a.C. se construye junto a sus ruinas una nueva ciudad, Segeda II,en Durn de Belmonte de Gracin (Zaragoza), a su vez destruida durantelas guerras civiles del siglo I a.C. Sin embargo, el proceso de identificacinha sido largo, los datos existentes en las fuentes escritas, numismticas yarqueolgicas se han conjugado en la bsqueda de una propuesta queforma una visin unitaria y coherente de las fuentes disponibles, que hasido analizado recientemente de forma interdisciplinar (Burillo, 2006).

    Los acontecimientos desencadenantes de la guerra celtibrica del 153 al133 a.C., proporcionan una informacin precisa sobre la existencia de unaciudad denominada Segeda. Esta ciudad es calificada por Diodoro (31, 39)como pequea urbe de la Celtiberia y por Apiano (Iber. 44-47) como ciu-dad de los celtberos belos, grande y poderosa, y a su aliada Numanciacomo la ms poderosa ciudad de los arevacos. Roma declara expresamen-te la guerra a Segeda al acusarle de incumplir los pactos de Graco por obli-gar a otras ciudades ms pequeas a establecerse junto a ella y construiruna nueva muralla, movilizando un ejrcito de casi 30.000 hombres acargo del cnsul Nobilior. Tambin las fuentes nos informan de la alianzade Segeda con los arvacos, formando una coalicin con la otra gran ciu-dad estado celtibrica, Numancia, capaz de levantar 25.000 hombres. Elprimer enfrentamiento entre estos dos grandes ejrcitos supone una mo-mentnea derrota romana, pero de tal calibre que ese da, 23 de Agosto,da de Vulcano, se considerar nefasto por Roma.

    Segeda I se articula en torno a la elevacin del Poyo, cerro testigo situa-do en la margen derecha del ro Perejiles, que desemboca en el ro Jaln enfrente de la elevacin de Bmbola, donde se encuentra la ciudad de BilbilisItlica. Las caractersticas topogrficas del Poyo le confieren a este lugar unpapel estratgico indudable, que unido a su situacin en la encrucijada decaminos que, por una parte, unen el interior del Sistema Ibrico Central y,por otra, comunican con la zona central de la depresin del Ebro, ayudan aentender el surgimiento y desarrollo en este lugar de la ciudad de Segeda.

    La ciudad de Segeda haba sido identificada por Schulten (1933) en Durnde Belmonte de Gracin. Sin embargo, la valoracin del yacimiento inmedia-

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  • to, el Poyo de Mara, como ciudad celtibrica llev a situar en este lugar laSegeda citada por las fuentes escritas y en Durn la ciudad fundada con elmismo nombre tras la destruccin de la primera (Burillo y Ostal 1984).

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    Figura 2. Localizacin de las distintas zonas excavadas de Segeda I

    1.2. rea 3

    Durante el ao 2001, la excavacin programada durante los meses de agos-to y septiembre en la ciudad celtibrica de Segeda I se centr en la parcela185, polgono 13 de Mara (Zaragoza), la cual se denomin como rea 3 y seabri un rea que alcanz la extensin final de 201 m2. Esta zona se sita enel terreno sedimentario que se desarrolla entre la elevacin del Poyo y larambla de Orera y la eleccin del lugar se realiz teniendo en cuenta lospuntos que haban dado resultados positivos el ao anterior, en las catas pre-ventivas realizadas en esta finca dentro de las Actuaciones de Gestin.

    Una visin final del resultado de la excavacin nos muestra que nosencontramos con una nica fase de hbitat, configurada por una manzana deviviendas, situada en un barrio de la ciudad, construido junto a las faldas delPoyo. Se construyeron muros medianiles en la separacin de espacios confuncionalidad especfica. Se diferenciaron hasta un total de 11 espacios con

  • entidad. De ellos la excavacin se ha centrado en los denominados 1, 2, 3,4 y 7, el resto han sido nicamente identificados en parte y/o excavadosmuy parcialmente, por lo que no se puede aportar ningn dato sobre ellos.

    La presencia de tres hogares permiti identificar otras tantas unidadesdomsticas. Son casas de un solo piso, con muros medianiles realizadoscon un pequeo zcalo de cantos rodados procedentes de los cauces flu-viales prximos y levantados en tapial, con suelos excavados en la propiatierra y con cierto desnivel, con grandes estancias sin compartimentacininterna y una extensin algo superior a los 40 m2.

    La situacin de las viviendas, su articulacin y el diseo constructivode las mismas evidencian una ampliacin rpida del ncleo principal de laciudad. El trazado reticular de los muros indica la existencia de una plani-ficacin, de un programa urbanstico, donde es fcil prever la existencia decalles con desarrollo paralelo a la parte inferior del montculo y otras per-pendiculares a la misma. Todo ello ha llevado a la conclusin de que nosencontramos ante el testimonio arqueolgico del sinecismo ejercido porSegeda sobre las poblaciones de los titos y otros vecinos, segn los relatosvistos de Apiano y Diodoro (Burillo, 2003).

    2. METODOLOGA

    La metodologa es una de las partes ms importantes del Proyecto Segedaen general y de este estudio en particular. Sin embargo, debemos estable-cer dos parcelas netamente diferenciadas: Una, es la del trabajo de camposeguida en la excavacin con la identificacin sistemtica de UE, siguien-do los criterios bsicos desarrollados por F. Burillo en el Seminario de Ar-queologa y Etnologa Turolense y aplicados en el asentamiento celtibri-co de Los Castellares de Herrera de los Navarros (Burillo, 1987) y en eldel Bronce Medio de La Hoya Quemada. Esta metodologa ha sido actua-lizada a partir de la propuesta estratigrfica realizada por Harris-Matrix, ylas diferentes aplicaciones y revisiones de la misma, especialmente hechasen el mbito del territorio cataln (Harris, 1991).

    Coherente con esta metodologa es la posterior extraccin de material,manteniendo un registro exhaustivo que va desde la recogida individuali-zada de los fragmentos hasta su dibujo en planimetras. Estos dos aspectosson los cimientos para la creacin de una Base de Datos en el programaFileMaker, creada por Clemente Polo, y especifica para las caractersticasde Segeda, en la cual se recogen todos los aspectos significativos de la exca-vacin (UE, cermica, metales, muestras, etc.).

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  • 2.1. Criterios de localizacin de las evidencias excavadas

    Como referencia espacial de las excavaciones realizadas en la ciudad deSegeda I, se cuenta con varias fotografas areas y con un levantamientotopogrfico realizado por fotogrametra con precisin de escala 1: 2.000.No obstante, para poder alcanzar una mayor exactitud, antes de comen-

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    Figura 3. Vista cenital del rea 3 de Segeda I, con retcula

  • zar la excavacin del rea 3, se trasladaron puntos por medio de un GPSdiferencial. Como resultado de todo este proceso contamos con coorde-nadas UTM en las zonas donde se han realizado las excavaciones, lo quepermiti referenciar espacialmente cualquier elemento localizado durantela excavacin de esta rea arqueolgica.

    Se utiliz la siguiente terminologa y criterios, a la hora de identificarreas excavadas. Se identifican tanto unidades funcionales (Sectores yEspacios) como referencias relativas y absolutas (Cuadros alfanumricos).Unas servirn para identificar las caractersticas de uso de las unidadesexcavadas, otras para la correcta situacin de las evidencias descubiertas yposterior interpretacin.

    2.2. Metodologa seguida en el laboratorio arqueolgico

    En la campaa de excavacin de 2001 se inventariaron 7.232 fragmentos ce-rmicos, de los cuales 5.830 son de cermica de tcnica fina ibrica, caracte-rizados por su elevado grado de fragmentacin aunque con altas posibilida-des de reconstruccin, lo que ha permitido contar con formas completas;como hecho excepcional aparecieron dos vasijas sin fragmentar. El que nose encuentre mayor nmero de piezas completas es debido a los procesoserosivos que actuaron al inicio de la destruccin del yacimiento.

    Para el inventario de los fragmentos se ha utilizado una base de datos,adaptando los campos de sta a las caractersticas de la cermica de Segeda,lo que permite hacer bsquedas rpidas de una serie de elementos comu-nes, agrupaciones, etc.

    El primer paso seguido en el laboratorio, una vez lavado e inventaria-do la cermica, fue extender el material por espacios, separando bordes,bases y asas para, en una siguiente fase, intentar relacionarlos e identifi-carlos con paredes de la misma pasta o decoracin similar, comprobandolas posibilidades de unin de estos fragmentos; como resultado final se lesasignaba a las agrupaciones logradas un nmero de pieza individualizado.

    Otra dificultad aadida se presentaba por el hecho de que muchosfragmentos se encuentran calcinados o con su pasta muy alterada por laaccin del fuego, lo que imposibilitaba la unin con otras piezas ya esta-blecidas. No obstante, se consigui en muchos casos, atendiendo a lascaractersticas formales de los fragmentos (decoracin, pasta, forma, etc.).De este modo se llegaron a identificar 135 formas de cermicas de tcnicaibrica, 57 formas de cermica a mano, 30 de cermica comn torno y 12de cermica de imitacin itlica, que nos permitirn estudios de conjunto

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  • de agrupaciones por tipos y producciones cermicas, as como la realiza-cin, a partir del dibujo, de una serie de anlisis de capacidades a cargo deJuan Carlos Garca Calvo (2002).

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    Figura 4. Distintas fases de trabajo con los restos cermicos.A. Extraccin en campo; B. Trabajo de laboratorio

    Con toda esta informacin se ha confeccionado el catlogo de vasijas. Aeste catlogo se le suma un dibujo individualizado de cada pieza realizadode forma manual y en el que han colaborado Ral Lpez y Esperanza Sainz,que posteriormente se informatiz para facilitar su uso actual mediante elprograma de dibujo Freehand. De igual forma se realizaron las dispersionesde los distintos fragmentos de las piezas, que tan importantes son para elposterior estudio de los espacios y de la ubicacin primaria de las vasijas.

    Gracias a la contratacin de un tcnico restaurador, Jos Antonio Ro-drguez, dentro del Proyecto Segeda y con la ayuda del INAEM, las vasi-jas ms completas se pudieron someter a un proceso de restauracin trasel cual se comprob el dibujo, as como las medidas de las vasijas.

    3. LA CERMICA INDGENA DEL REA 3 DE SEGEDA I

    Lo primero que debemos destacar es que somos conscientes de la irregulari-dad del concepto cermica en nuestro estudio, ya que rene a grupos defi-nidos por la tcnica de elaboracin (a mano) junto a otros que identifican elorigen de la produccin de forma puntual (gris ampuritana) o genrica (nfo-ra). De ah que en el estudio pormenorizado de las cermicas no se siga estasagrupaciones sino por su funcionalidad. No obstante, estas agrupacionesindican indirectamente su procedencia, dado que la cermica a mano tendr,aparentemente, un origen local, la comn ibrica proceder de alfares cerca-nos, la fina ibrica deber definirse en sus diferentes producciones, al igual

  • que los grupos de cermicas romanas, nforas y campanienses. As pues, a lolargo de este trabajo hablaremos de los siguientes tipos de cermicas apareci-dos en el rea 3 de Segeda I, segn su tcnica de fabricacin:

    Cermica a mano: realizada con pasta poco cuidada, con gran canti-dad de intrusiones, sin la ayuda de otro elemento que las manos delalfarero/a que las realiza.

    Cermica comn torno: cermica realizada a torno lento con pastacon inclusiones, similar a la de la cermica a mano y cocina en unhorno de gran capacidad. En este tipo de cermica se realizan tantovasijas destinadas al almacenaje como de cocina.

    Cermica fina: se emplea este trmino (Mata y Bonet 1991) en sustitu-cin del de tcnica ibrica utilizado con anterioridad (Burillo 1980:202) para definir las caractersticas producciones celtibricas e ibricasde cermicas de pastas oxidantes anaranjadas, realizadas a torno y confactura cuidada, y por tanto, realizadas de forma casi industrial.

    Cermica de imitacin segedense de barniz negro: cermica realiza-da a mano, con pasta con intrusiones, pero que tiene la peculiaridadde presentar un engobe o barnizado de color negro intenso juntocon una forma que se asimila a las cermicas de barniz negro proce-dentes de la Campania italiana.

    3.1. Anlisis descriptivo de las formas cermicas

    La tipologa que sirve para ordenar las formas de cermicas descubiertasse genera a partir de los nombres que creemos ms coherentes entre losgeneralizados entre los arquelogos que han trabajado sobre la cermicaibrica y celtibrica. Y se ha utilizado los criterios establecidos por Burillo(indito) en la metodologa y descripcin cermica.

    Algunos de los trminos usados suelen tener significado funcional, loque hace que se deseche su uso cuando existe una contradiccin entre pala-bra y funcin. Este es el caso del trmino urna referido a las vasijas de for-mas cerradas, pero dado que con el se define el recipiente destinado a guar-dar las cenizas de los muertos desechamos su utilizacin como nombregenrico para denominar este tipo de vasijas. En otros casos optamos por elnombre ms usual, aun cuando la funcin no siempre coincide con elmismo. El trmino de plato que empleamos, que si bien su significado se asi-mila a recipientes destinados para comer puede que ejemplares identificadoscomo tales, en razn de su morfometra pudieron destinarse para la bebida.

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    Referente a aquellas formas derivadas de vasos griegos, se utilizar lanomenclatura de transcripcin de Bdenas y Olmos (1988), en los casos deuso del trmino en griego se pondr en cursiva como klathos/klathoi(clatos), oinokhe/oinikhai (encoe).

    Los grupos funcionales establecidos son los siguientes:

    1. Cocina

    Grupo de vasijas destinadas a las distintas labores de cocina. Se divide endos grupos:

    1.1. Procesos culinarios en caliente

    Cazuela: Recipiente de cocina, de barro, ancho y poco profundo,que se emplea para guisar (Dicc. Mara Moliner).

    Olla: Vasija para guisar, alta, abombada y con dos asas (Dicc. Mara.Moliner), en nuestro caso carecen de ella. Preferible al trmino mar-mita, dado que este se refiere a olla de metal, con tapadera ajustada.

    Tapadera: vasija realizada para cubrir una vasija de cocina.

    Figura 5. Vajilla de cocina

    1.2. Procesos culinarios en fro

    Morteros: Recipiente para machacar alimentos. Embudos: vasija destinada a traspasar lquidos de un recipiente a otro.

    2. Almacenaje

    Destinadas a contener y conservar productos slidos y lquidos.

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    Tinaja: Recipiente de barro cocido, de forma que se va ensanchan-do con perfil curvo desde la base hasta llegar a cierta altura en quevuelve a estrecharse rpidamente para formar la boca, generalmentems ancha que la base (Dicc. Mara Moliner). Son las vasijas demayores dimensiones.

    Clatos: Recipiente de almacenaje con cuerpo cilndrico y borde hori-zontal saliente, de diferentes proporciones, destinado al almacenaje.

    Tapadera: Cermica destinada a cubrir recipientes de almacenaje.

    Figura 6. Vajilla de almacenaje

    3. De servicio

    Botella: Si bien actualmente se utiliza para recipientes de vidriospuede aplicarse a las vasijas medianas, altas, de cuerpo cilndrico oligeramente globular, con cuello delgado y carente de asas, destina-das a contener y servir lquidos.

    Jarra, Jarro: Vasija mediana de proporcin alta, panzuda, con cuelloestrecho y un asa. Un subtipo es la encoe caracterizado por la pre-sencia de un pico en el borde para echar bien el lquido.

    Vaso troncocnico: Recipiente con cuerpo troncocnico de tenden-cia cilndrica, cuello estrangulado, labio exvasado simple, dos asasplanas y base cncava (Beltrn Lloris 1976, 224).

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    Vaso crateriforme: Vasija con cuerpo semiesfrico, carena y cuelloestrangulado, labio redondeado, dos asas planas y base con pie des-tacado.

    Stula: Vasija de cuerpo globular y borde saliente cuya principalcaracterstica es presentar un asa diametral por encima del borde. Sepiensa que estara destinada al transporte de lquidos.

    Vasija globular: Recipiente mediano, de borde saliente redondeado,cuerpo globular, carente de asas y que tiene su dimetro mximo enla mitad de su cuerpo.

    Figura 7. Vajilla de servicio

    4. De mesa

    Las vasijas destinadas para la comida y bebida suelen corresponder a reci-pientes abiertos. Las diferentes denominaciones se basan en las propor-ciones, dimensiones y formas de las vasijas. As se puede hablar de ungrupo de piezas de tendencia plana (proporcin inferior a un medio, sedenominan fuentes y platos) como son las fuentes o platos. El otro grupoes el de tendencia semiesfrica o con una proporcin entre el dimetro dela boca y la altura superior a un medio, como es el caso de las Escudillas,los cuencos, copas o tazas.

    Sin embargo, en este estudio hemos diferenciado entre recipientes uti-lizados para comer como son las escudillas y pteras, as como recipientesdestinados para beber como los cuencos, copas y tazas.

    4.1. Vajilla destinada a la comida

    Fuente: pieza de ms de 20 cm. de dimetro mximo.

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    Plato: recipiente con un dimetro mximo entre 12 y 20 cm., con alao labio destacado.

    Escudilla: Vasija de forma semiesfrica, semejante a un tazn, enque, en los pueblos, comen las sopas, las gachas y otras cosas concaldo (Dicc. Mara Moliner), se diferenciar del cuenco por su ma-yor dimetro.

    4.2. Vajilla destinada a la bebida

    Cuenco, Bol: vasija de forma sencilla, cuerpo semiesfrico y carentede asas, con dimetro inferior a 20 cm.

    Copa: recipiente formado por un cuenco y un pie destacado. Taza: formado por un cuenco y provisto de un asa, con un dimetro

    mximo inferior a 10 cm.

    Figura 8. Vajilla de mesa

    4. LA CERMICA Y FUNCIN DE LOS ESPACIOS

    Para adentrarnos en esta estrategia de anlisis de la funcionalidad de los espa-cios excavados es primordial contar con un buen registro arqueolgico, conel fin de poder precisar la ubicacin exacta del resto cermico analizado.

    En el caso de la excavacin del rea 3 de Segeda I se ha visto como trastener la ubicacin exacta en excavacin de cada fragmento cermico, la uninen laboratorio de cada pieza y su posterior restauracin, se pudo sealar elcentroide terico de ubicacin de cada vasija. Sin embargo, esta posicin no

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    responde al lugar originario de la misma dentro del espacio antes de su des-truccin. Su situacin original en el suelo, en una alacena, sobre una mesa oen el hogar es un elemento interpretativo que debe analizarse atendiendo adiferentes variables, como el grado de conservacin de la vasija, su fragmen-tacin, la situacin estratigrfica de los fragmentos rescatados, etc. y a partirde su anlisis, proponer las hiptesis de situacin originarias.

    Estudios realizados en este sentido como los de Burillo (1987) en la casa1 de los Castellares de Herrera de los Navarros permiti definir la existenciade cinco pteras destinadas a la comida, dispersas en un espacio no superiora 1 m2, y la posible procedencia de una alacena situada en la zona donde seconsuman los alimentos. De igual manera, si bien no exista ninguna evi-dencia constructiva que pudiera identificarse con un hogar, fue la concentra-cin de las nicas tres vasijas de cocina lo que posibilit identificar la zona dela roca que se haba utilizado como hogar. En este caso, inmediato a la zonade comida, por lo que la asociacin del lugar de elaboracin de alimentosjunto con su consumo, en una de las seis habitaciones de una casa de 48 m2

    construidas fue una de las conclusiones que se pudieron proponer.

    El anlisis de la distribucin de estas cermicas en cada espacio de la vi-vienda nos ayudar a conocer la funcin de cada habitacin y el estatussocial de sus habitantes y las circunstancias econmicas concretas en elmomento de la destruccin. En este estudio interpretativo se pudo obser-var que junto con la excepcionalidad de la abundancia y conservacin delos materiales cermicos y arqueolgicos en general, existan espacioslibres para realizar la vida cotidiana.

    En el caso que nos ocupa del rea 3 de Segeda I, slo se ha excavado unespacio completo, el 4, por lo que es nicamente en l donde se puedenrealizar el anlisis de la funcin a partir de los restos arqueolgicos encon-trados. Lo primero que sorprende del espacio 4, son sus dimensiones de40 m2 sin compartimentar ni dividir internamente.

    Un elemento articulador de esta habitacin, son las estructuras de com-bustin, donde aparecen asociadas la placa de hogar y la tahona, tal comoes frecuente en Segeda I. Su situacin en el centro de la habitacin convier-te el hogar en el punto central de la estancia. Las cermicas empleadas paracocinar alimentos corresponden a las ollas vistas y sus correspondientestapaderas, todas ellas con perforacin para propiciar la salida de vapor. Ladispersin de estas cermicas nos marcar dos zonas significativas. Unacercana a la zona de combustin, esto es, situadas junto al hogar de usocotidiano y otras ubicadas en torno a una franja de un metro que discurre

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    junto al muro meridional de la vivienda. Esta ubicacin nos indica que esen este lugar donde se deberan encontrar la alacena o mbito de la casadestinada a guardar los recipientes empleadas para cocinar alimentos.

    Las vasijas destinadas al consumo de alimentos corresponden a las pte-ras, escudillas para la comida y copas y cuencos para la bebida. Las escudi-llas se sitan en una franja oblicua que cruza en diagonal toda la casateniendo el hogar como centro. Mientras que las copas y cuencos marcandos amplias reas definidas a uno y otro lado del hogar, junto a los murosmeridional y septentrional. Si se analiza la dispersin de otro elemento cla-ramente vinculado con la bebida como son las jarras se percibe una con-centracin junto al muro septentrional, formando una interseccin con elrea B de los vasos, y otros ejemplares que se sitan junto al muro occi-dental. En sntesis no existe una zona de la casa definida en la que se puedasealar donde se realiza el consumo de los alimentos, tanto la zona septen-trional como meridional de la vivienda pudieron servir para lo mismo.

    Figura 9. Funcionalidad del espacio 4 en base a la distribucinde la cermica indgena del rea 3

    Las vasijas destinadas al almacenaje de alimentos, cereales y bellotasesencialmente, y bebidas como la cerveza, vino y agua, corresponden a lastinajas. La zona de mayor concentracin se sita junto al muro ms meri-dional. Eso es, coincidiendo su distribucin con la de las ollas que supo-namos en alacena. Por lo tanto, en este lado de la casa se sita la zona de

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    almacenaje tanto de alimentos y bebidas, como de las ollas destinadas enla de cocina. Pero si que se evidencia una zona de vaco y ausencia de con-centracin de estas vasijas, en donde podemos sealar que no parece quese destinaran para la funcin de la cocina, comida y almacenaje, como estodo el flaco oriental de la vivienda.

    En conclusin, podemos sealar que en este gran espacio sin compar-timentar realizaba todas las funciones de la casa: el almacn o alacena sesita en la zona meridional, el hogar marca el lugar central, en torno alcual se coma, sin que exista un rea definida para esta funcin. As pues,queda un rea de vaco al este de la casa que hara las funciones del dor-mitorio, junto al calor del hogar.

    5. CONCLUSIN

    Tras el estudio pormemorizado de la cermica indgena hallada en el rea 3 deSegeda I, as como de la cermica localizada en los yacimientos coetneos dela zona del Valle medio del Ebro y Sistema Ibrico, podemos sealar que coneste estudio se ha ofrecido por primera vez un conjunto de cermica indgenacon datacin precisa, inmediatamente anterior al 153 a.C., fecha de destruc-cin del yacimiento por diversos indicios que este estudio de la cermicaindgena no hace sino corroborar. Un conjunto de cermica protohistricaque servir de paralelo fijo y estable para los diversos estudios posterioresque se realicen en este mbito geogrfico para este momento histrico.

    Por otro lado, se ha generado una tipologa funcional de estas cermicasindependientemente de la tcnica de fabricacin con la que estuvieran reali-zadas y le hemos adjudicado a cada vasija una propuesta de funcin real quehace que nos acerquemos ms al conocimiento que tenemos sobre el uso deesta cultura material por los habitantes de la ciudad de Segeda I y en concre-to en el rea 3, aportando ideas a su forma de comer y beber los alimentos.

    Por otro lado, ms all de este estudio formal y funcional de la cer-mica, hemos comprobado que es posible identificar producciones de dife-rentes alfares, sin necesidad de haber localizado fsicamente stos, aunquecuando se consiga esta identificacin se podr realizar agrupaciones decermicas concretas y analizar los flujos comerciales en los que est inmer-sa su presencia en la ciudad de Segeda. Del mismo modo, debemos sea-lar, que como se ver a continuacin, la mayor parte de las vasijas locali-zadas en el rea 3 proceden de alfares locales que creemos deberan encon-trarse en un entorno prximo de la ciudad y solo una mnima parte de las

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    cermicas indgenas, y en el caso de vasijas muy especiales, proceden dealfares lejanos al ncleo urbano y su territorio inmediato.

    As hemos conseguido identificar una produccin domstica realizada,tal vez, por la duea de la casa como parte de sus labores del hogar. Estaproduccin est compuesta por toda la vajilla de cocina formada por reci-pientes realizados a mano como ollas globulares, ollas ovoides o tapaderas.

    Otra produccin local probablemente realizada en un alfar cercano aSegeda, pero siguiendo un proceso de imitacin que aparece en otraszonas peninsulares es la formada por la cermica denominada de imita-cin campaniense y compuesta exclusivamente de escudillas. Como ya seha sealado, esta cermica de engobe negro pretende reproducir las cer-micas procedentes de Italia tanto en forma como en aspecto y estaran rea-lizadas por un alfar ubicado en las inmediaciones de la ciudad, dado quees en Segeda donde se concentran estas producciones.

    Dentro de la cermica fina tambin se ha podido identificar, entretodas las producciones de origen local, una netamente segedense, consta-tado por la abundancia de piezas de diferentes formas que aparecen y quese caracteriza por un engobe blanco y una decoracin en color negro.

    Por ltimo debemos sealar tambin la existencia de una produccinidentificada, sin lugar a dudas, como procedente de la zona ampuritana yque solo est presente en la forma de los clatos (Cano et alii, 2001-02).Este ejemplo es paradigmtico ya que no creemos que en posteriores estu-dios de otras formas cermicas vuelva a aparecer un ejemplo tan claro decermica indgena fornea, debido a que lo normal es que este tipo de cer-micas procedan del entorno inmediato de la ciudad, y solo se produce estaimportacin en el caso de vasijas muy singulares como es el caso de dichosclatos ampuritanos.

    Por otro lado, con este trabajo se ha definido una metodologa de estu-dio para la cermica indgena basada en el registro metdico en campo, peroque se acompaa de una sistemtica exhaustiva en el trabajo de laboratorio,aplicable a otros yacimientos no solo de poca celtibrica. Con este mtodoque combina varios programas informticos y con su evolucin gracias a lasnuevas tecnologas de Sistemas de Informacin Geogrfica se facilita tantoel registro como la bsqueda y estudio del material cermico.

    Pero lo ms importante, segn nuestro punto de vista, acerca de lasconclusiones que podemos extraer de este trabajo son las posibilidades delneas de investigacin futuras que ofrece la cermica indgena, una cer-

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    mica que normalmente ha sido ignorada en favor de la importada siempreconsiderada como portadora de ms datos. Una de estas posibilidades esel comprobar si a nivel cermico, igual que ocurre a nivel arquitectnico,existen diferencias entre las distintas poblaciones y sectores sociales queconforman la ciudad estado de Segeda I y que estn identificadas en lasdistintas zonas excavadas. Otro de los estudios posibles reside en la deter-minacin, gracias a las dispersiones del material, de la funcionalidad de losdistintos espacios excavados. Y, por ltimo, debemos sealar la posibili-dad, gracias al desarrollo de mtodos estadsticos, de establecer una evo-lucin cronolgica de las diferentes vasijas con el estudio de los parme-tros morfomtricos de sus bordes.

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