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EMEEQUIS | 04 DE MAYO DE 2015 16 COMUNISTAS MEXICANOS: VOLVER AL FUTURO

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Reportaje sobre comunismo en México de Revista EmeEquis

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    Por AnbAl SAntiAgo @apsantiago FotograFas: ChriStiAn PAlmA @ChrisaelPalma

    Ni la estrepitosa cada del socialismo ni el avasallador

    paso del tiempo han conseguido que estos miles de ciudadanos mexicanos

    dejen de creer con fervor en el comunismo.

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    Fieles, disciplinados, se renen con regularidad para discutir sobre los avances de su trabajo poltico y la realidad mexicana. Estos

    comunistas, contra lo que pudiera pensarse, no son unos viejitos nostlgicos, atrapados en la historia, sino mujeres y hombres, jvenes y algunos adultos,

    que buscan un pas sin pobreza, libre, con menos desigualdades. Estudiantes, obreros, acadmicos de todo el pas llegan al DF para empujar

    un futuro que, estn convencidos, habr que hallar en las teoras de Lenin y Marx, no en una democracia que slo es ilusin.

    No reniegan de la violencia revolucionaria, pero tampoco andan por la calle con molotov en mano. Si se da, dicen, ser porque as es preciso.

    Militar en el Partido Comunista de Mxico, comparten sus dirigentes, es un viaje al futuro no exento de riesgos: cinco de sus militantes han sido

    asesinados en los ltimos 20 meses. Ellos son los comunistas del siglo XXI en Mxico.

    Blanca melena, bigote denso que como una garra atrapa la boca y barba que estalla en un laberinto de pelos crespos: el filsofo alemn Karl Marx, dibujado a lpiz en un papel pegado en la puerta, dirige sus ojos graves a los 120 comu-nistas que van llenando un auditorio del Centro Histrico de la Ciudad de Mxico. Como si su mirada vigilante, aun-que sea desde una hoja arrancada a un cuaderno, les rei-terara que slo as, con militancia de hierro, Mxico deja-r de ser el pas de los 53 millones de pobres, de los 130 mil muertos por la guerra contra el narco, de los 43 nor-malistas de Ayotzinapa y los otros 23 mil desaparecidos.

    En las cuadras que rodean a este edificio las multitudes van de compras hacia La Lagunilla, las familias y los no-vios pasean por el Zcalo bajo marejadas de sol que caen del cielo azul este medioda de sbado. La realidad es otra dos pisos arriba, donde se realiza la II Conferencia Poltica Nacional del Partido Comunista de Mxico (PCM, pero no confundir con el Partido Comunista Mexi-cano, que tuvo las mismas siglas): mujeres y hombres, jvenes casi todos, se oyen respetuosos, se ceden la pa-labra con un camarada ngel, por favor, camarada Kimberly, tiene la palabra, votemos el sealamiento del camarada Rodrigo.

    En el plafn manchado por la humedad tres ventilado-res giran lentamente, como si sus viejos motores quiz de cuando el socialismo an amagaba con conquistar al mundo dieran sus ltimos suspiros sobre las cabe-

    zas de los camaradas que discuten, planean, critican. Dicen los comunistas que todos esos pequeos gestos

    que dan vida a sus encuentros en un viejo inmueble de la CNTE son un paso hacia la segunda Revolucin Mexica-na, con la que, esta vez s, Mxico hallar la justicia, una justicia que ellos tampoco han encontrado: cinco compa-eros suyos, miembros del PCM, fueron asesinados en los ltimos 20 meses.

    Pero el camino ser largo y hay que acordar asuntos complicados. Por ejemplo, en este instante los asistentes discuten un fenmeno que no previeron El manifiesto del Partido Comunista ni El capital: el narcotrfico. Levantan la mano y debaten para entender al narco en el armazn terico marxista-leninista. Difcil. Las voces saltan y suel-tan hiptesis, dudas, conjeturas. Detrs de una larga mesa de la que cuelgan tres banderas rojas con el martillo y la hoz amarillos bajo las letras PCM, Pvel Blanco Cabrera, lder mximo desde 2010 de los comunistas mexicanos agrupados en esa organizacin, se levanta para ordenar las ideas justo cuando tres personas comentan algo entre s a un volumen superior al tolerado.

    El auditorio condena la desobediencia: Ssssh. Vuelve el silencio. Ahora s, Pvel dirige sus ojos verdes hacia la gente. Camaradas exclama el bajito hombre de 41 aos, el narcotrfico es un proceso de acumulacin de capital. Este dinero sucio, negro, en Mxico se blanquea aceleradamente. Los narcos no aspiran a vivir a salto de

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    mata sino a que sus hijos estudien en Harvard y a ser ellos y sus hijos congresistas, presidentes. El Estado es una junta que administra los intereses del capital, entre ellos el narco, que quiere blanquearse. Ya estn en la industria inmobiliaria y de la transformacin, en la minera, los puertos. Conclusin: el narco defiende un Estado que salvaguarda sus intereses, el narco es abiertamente con-trarrevolucionario.

    Pvel se sienta. Los comunistas mexicanos asienten en silencio.

    VolVer Al futuro

    La voz de Pvel, dirigente del PCM, es tersa y aguda, inimaginable para un hombre que busca con su discurso una quimera en pleno 2015, con el so-cialismo real prcticamente muerto desde hace un cuar-to de siglo: persuadir a los mexicanos de que slo la lucha comunista es la salvacin. Entra al comedor del edificio de la CNTE donde opera su partido, saluda de mane-ra cordial a la cocinera y pide un caf negro. Me pone nervioso, seala a la grabadora y suelta unas risas salta-rinas que lo siguen diga lo que diga.

    Ver a los comunistas en las marchas ondeando sus banderas rojas con la hoz y el martillo le digo es como un viaje en el tiempo.

    Pero un viaje al futuro. El comunismo es volver al futuro se carcajea.

    Por qu?Si la humanidad pas por la comunidad primitiva, el

    esclavismo y el feudalismo, el capitalismo no ser eterno. Lo sustituir un modo de produccin superior. La apro-piacin privada del trabajo socialmente producido no puede continuar! Estamos en el lmite de barbarie del capital. En 1991, si apoyabas al comunismo te condena-ban con lo que deca Carlos Salinas de Gortari: Con el capitalismo desarrollado el pas est entrando a la moder-nidad. Se construan sper autopistas, privatizaciones. Primer Mundo! Nada fue verdad: hay ms pobreza. El capitalismo no resuelve los problemas de la humanidad. En cambio, el comunismo s lo har una sociedad justa, libre y democrtica con planificacin econmica y gene-racin de riqueza que sirva a todos.

    El comunismo de este hombre fue prematuro. Inici en una sala de partos de Oaxaca a inicios de los aos setenta: lo llamaron Pvel, como el lder socialista de la novela La madre, de Mximo Gorki. Pero a un comunista lo for-man las letras. Su padre, el ingeniero civil Antonio Blanco, tena en su casa un raro libro raro llamado Lenin i deti (Le-nin y los nios), que el secretario particular del dirigente ruso Vladimir Bonch-Bruevich escribi al consumarse la Revolucin bolchevique como agradecimiento a su jefe. Pvel lo ley y a los 14 aos se inscribi, para la eternidad, en el PCM. No estuvo dispuesto a afiliarse al ms popular Partido Socialista Unificado de Mxico y tampoco en 1989 al Partido de la Revolucin Democrtica (PRD), que reci-bi una dispora de militantes comunistas. El comunismo de Pavel era ortodoxo e innegociable.

    Para cuando entr a Filosofa en la Universidad Au-tnoma del Estado de Morelos, ser un comunista clsi-

    co era una carrera de resistencia. Los comunistas es-tbamos solos. Con la contrarrevolucin (la cada del bloque del Este) los compaeros se fueron en desban-dada. Viv mi conviccin en la soledad y el estudio. Ne-cesitaba respuestas.

    Decidi seguir el camino que defiende hasta hoy: Ne-cesitamos una revolucin en ste y todos los pases. Quin derrocar al capitalismo? La clase obrera organi-zada, aunque parezca retro (se re). Organizar a la clase obrera en 2015? S, ningn pas puede vivir un da sin la produccin obrera.

    Plantean una revolucin sangrienta?Mxico necesita una revolucin con todo lo que im-

    plique. Es incorrecto derramar sangre inocente, pero no hay revoluciones pacficas. La violencia revolucionaria es necesaria. Preconizamos que la clase obrera y el pueblo arrebaten el monopolio de la violencia al Estado burgus, que golpea, viola, asesina y reprime impunemente con la (Polica) Federal a maestros y campesinos.

    Andrs Manuel Lpez Obrador no es opcin?Su nica diferencia con (el presidente) Pea es la ho-

    nestidad con que se promueve. Respald a (el exgoberna-dor de Guerrero) ngel Aguirre y no se ha hecho una autocrtica. Su proyecto de nacin propone una versin populista del capitalismo pero avala la explotacin del trabajo. Y cmo comprendes que recicl a Manuel Bartlett, el que le dio la victoria a Salinas con la cada del sistema en 1988?

    Ayotzinapa acelera la movilizacin. El PCM, con clu-las en 17 estados, aprieta el reclutamiento en las fbricas. Bajando la voz, como para que la grabadora registre a medias, Pvel revela tres datos: se han infiltrado a la au-tomotriz Nissan, al Instituto Mexicano del Petrleo y a las compaas de los 11 sindicatos de la Federacin de Tra-bajadores Independientes. Si te digo ms el riesgo es la represin del tolete o algo ms cruel: dejar a los camaradas sin empleo. El trabajo de los comunistas es discreto.

    mi VidA eS el PArtido

    Buena altura, flexibilidad, poder en brazos y pier-nas. La veracruzana Maggie Contreras pudo ser la figura que nuestro voleibol necesita, pero un da su padre la gui a otra cancha. Marco, comunista de cepa rasposa, le explic a su pequea la razn para luchar. Me dijo: El capitalismo es malo, divide al mundo entre pobre y ricos, recuerda la chica de 18 aos. Y para ter-minar de inocular en ella la indignacin social, a los 10 aos le regal El manifiesto del Partido Comunista. Lo le y no entend mucho se re pero me ayud a asociar: ricos y pobres, burgueses y proletarios.

    La adolescente sinti que si quera cambiar al pas don-de pocos tienen mucho y muchos tienen poco, una verdad evidente en Crdoba, su ciudad uno de cada cuatro habitantes es pobre, deba olvidar el deporte, tentacin casi contrarrevolucionaria: Seguir en el voleibol era caer en la apata y yo quera hacer algo.

    Ingres a la Federacin de Jvenes Comunistas. Ah, su esfuerzo es el de una hormiga (roja, claro). Con sus compaeros toma el megfono y en una camioneta visi-

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    UNANIMIDAD.Todas las manos levantadas aprueban una frase del camarada Maravillo sobre los crteles del narco.

    ta zonas fabriles para que los obreros oigan sus clamo-res, entregarles El Comunista peridico oficial del partido, hablarles de la disciplina ideolgica e intentar sumarlos al PCM: Hacemos agitacin en centros de trabajo, escuelas, colonias de alto desem-pleo. Es sembrar la semillita de: T tienes opcin para luchar contra el Estado. Cuando estoy en el megfo-no y alguien llega a decirme me interesa y yo le ex-plico qu onda con esto, significa que, aunque sea mnimo, algo estamos logrando.

    Qu hechos de Mxico te han marcado?La matanza de Tlatelolco. Iba a las marchas del

    2 octubre con amigos y me deca: cmo pudieron hacer eso a estudiantes como nosotros? Pero por Aten-co (en 2006 fueron agredidas sexualmente 26 muje-res y detenidas sin razn 146 personas) asum que los jvenes somos la vanguardia.

    Para llegar al socialismo habr que usar las armas?S. No estamos aqu para pasar el rato o porque

    se oye chido; visualizamos organizar a la clase traba-jadora para encaminar a Mxico al socialismo. Pode-mos alcanzarlo.

    Falta mucho para la revolucin?Primero lo primero: organizar a la clase obrera y

    la juventud para que se den cuenta de lo que pasa. Ya organizados, vendr la revolucin obrera y armada.

    En la Escuela de Bachilleres de Artes y Oficios de Crdoba, donde estudi, el PCM form una clula que se organiza para ir a mtines. Si se pide ms, la cosa se vuelve ruda: Muchos jvenes van a marchas y gritan consignas, pero dales un libro y es: nooo, yo te apoyo pero en las marchas. Es posible una revo-lucin sin lectura? Hay que leer mucho: sin teora revolucionaria no hay prctica revolucionaria. Los chicos comunistas de Veracruz crean crculos de lec-tura en escuelas. De brackets adolescentes y libros en la mano, Maggie contagia de marxismo leninismo a los estudiantes para que el caos mundial empiece a hacerles sentido.

    Ya te echaste El capital?An no entro en eso se re y hace cara de pnico.La joven no volver al voleibol, espera pasar el examen

    de la Universidad Autnoma Metropolitana y abandonar Crdoba, donde sus amigas explotarn su juventud sin poltica. Maggie no: Me dicen: Tienes vida, sal!. Yo les digo: mi vida es el partido.

    hACemoS unA ComunA?

    Desde la amplia ventana del auditorio donde los comunistas se renen, el silencioso paisaje lo dibujan tinacos Rotopls en azoteas grises, an-tenas rojas de Dish, la marquesina de un hotel de paso y, al fondo, la Torre Banobras de Tlatelolco.

    Adentro, el clima se calienta: los comunistas coinciden en que no hay que votar en las elecciones de junio, y en ese mpetu pulula el trmino narcoestado. A Diego Torres, segundo secretario del PCM y mano derecha de Pvel, eso le fastidia: Camaradas, no caractericemos al Estado como narcoestado les ruega; incluso sin infiltracin del

    narco existe explotacin, opresin, ataques brbaros a la clase obrera. No depende del narco el carcter del Estado mexicano. Incluso, el narco tiende a una monopolizacin que afecta a la burguesa: el cobro de piso y las trabas para el comercio. Los burgueses, si el narco le funciona, lo de-jan; si no, piden al Estado presionarlo para preservar el capitalismo. Y tengamos algo claro: el narco combatira un alzamiento popular porque afectara sus intereses.

    Sus solemnes palabras pierden contundencia porque dos nios que vienen con sus mams se corretean, ren, gritan, empujan sillas. La gente los ve con algo de incomo-didad, anhelando paz, pero nadie dice nada, los pequeos le meten color a un aire apagado: varias lmparas del au-ditorio estn fundidas y las 15 macetas colgadas de los muros tienen plantas desguanzadas. Detrs de la gran mesa donde se sientan Pvel, el segundo secretario y Mar-co Vinicio Dvila, secretario de Poltica Obrera, pende de la pared un gran lienzo colorido con Marx y Engels.

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    Mujeres y hombres de barbas, boinas, bufandas arte-sanales, pelos largos, gorras con la estrella roja a lo Fidel, oyen al joven camarada Maravillo que ha escrito algo en su cuaderno y lee: Los monopolios de la droga, como los monopolios de otras industrias, cubren al Estado con sus aparatos paramilitares privados guardias blancas, sicarios y en su lucha por el mercado golpean a los estratos populares. Pvel se levanta y llama a que se vote: las manos levantadas aprueban por unanimidad la frase del camarada Maravillo que quedar escrita en un documento web.

    El debate se alarga. En una pequea mesa hay caf Oro, azcar blanca, galletas Maras y vasos de tergopol, los austeros vveres que se mezclan con ejemplares del diario El Comunista, la revista El Machete y el folletn El Martillo, manoseados, manchados de caf, arrugados de tanto pasar de mano en mano en estas horas de dis- cusin.

    El apellido Aristegui empieza a dar vueltas y un cama-rada opina: Muchos tienen como fuente informativa a Carmen Aristegui. Detrs suyo est el monopolio de la comunicacin CNN que desestabiliza a Cuba y Venezue-la. Aristegui aparece como rostro democrtico, pero es inaceptable que sus investigaciones sean referencia: ella responde a los intereses de los monopolios.

    Se hace un silencio incmodo que rompe el segundo secretario: Profundicemos en tales contradicciones, pero no nos volvamos autistas (se re); esta conferencia no es para decir: Los sindicatos estn en manos de la burgue-sa!, los medios estn en manos de la burguesa! O qu, nos quedamos aqu y hacemos una comuna? (la gente se carcajea). Con la intervencin en Ucrania nuestra posicin no la iba a pasar CNN ni ningn medio alineado a Estados Unidos. Recurrimos a Russia Today, sabamos que era el CNN ruso pero era importante posicionar al partido. Ca-maradas, aprovechemos los medios del enemigo.

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    Pasa el tiempo y el cansancio se percibe. De pronto, tres personas irrumpen. Son maestros de la Coordina-dora Estatal de Trabajadores de la Educacin de Gue-rrero (CETEG) que vienen a dar un mensaje. Como soldados, todos los comunistas se levantan a recibirlos, alzan el puo izquierdo y gritan con potencia impac-tante: Maestro campesino / maestro proletario / ensa-

    me el camino / del revolucionario. A los cinco minutos los maestros acaban su mensaje y otra vez los comunistas se levantan, alzan el puo y para despedirlos gritan: Eeeel futuro / no es capitalista / es el nuevo mundo / obrero y socialista.

    La gente aplaude, cae la tarde y pide la palabra el viejo camarada Epitacio. Su voz es un susurro ininteligible del que se distinguen capitalista, dictadura, burguesa, proletariado, palabras inconexas que todos oyen res-petuosos, como ante un sabio en su ocaso. Pero a la hora de votar lo que Epitacio solicita nadie alza la mano.

    No importa: el hombre de barba blanca al rato volver a pedir la palabra.

    doS mundoS

    El masn Benjamn Cuapio, gran maestre de la Muy Respetable Gran Logia Valle de Mxico y notario pblico de Tlaxcala, poda imaginar que su peque-o hijo Epitacio sera abogado, contador, arquitecto. Pero jams supuso que sera, antes que cualquier cosa, un co-munista. El culpable fue el propio don Benjamn: en su biblioteca haba textos de Sfocles, Herdoto, Sneca, que

    Epitacio lea. Un da de los aos sesenta el adolescente vio un libro con un ttulo misterioso: El manifiesto del Partido Comunista. Ley hasta la ltima palabra de la obra de Marx y Engels: Aunque las mquinas de los sistemas capitalis-ta y socialista eran las mismas, la diferencia era la apropia-cin del producto. En el capitalismo, el producto pertene-ce a un particular; en el socialismo, al pueblo. Por el libro entend que haba dos mundos, dice el moreno de 65 aos que observa a travs de sus gruesos lentes.

    Con la mayora de edad, en 1968 se afili al Partido Comunista de Mxico. Como estudiante de Economa en la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla (BUAP) pens que su formacin terica poco vala si no se volva accin. Deba cambiar al mundo iniciando por el pas que con metralla presida Gustavo Daz Ordaz. Con los comunistas de la regin luchamos para que esa universidad fuera democrtica, crtica y popular, para que los hijos de las clases explotadas tambin estudiaran. En 1992, por defender el materialismo dialctico, la BUAP lo expuls.

    Mira, dice y apoya en un escritorio un libro sobre la historia de La Trinidad Tepehitec, pueblito de Tlaxcala donde vive con su esposa y su hijo: Yo lo escrib, aade este seor de brillante playera roja que aos atrs era jefe de produccin de la refresquera Maxi Sabores. Como por el trabajo tena que estar tome y tome refresco, un qumi-co me enferm del rin y me tir toda esta parte de la dentadura. Levanta el labio de arriba para que observe: en la mitad de su enca superior la bebida del capitalis-

    El lDER.Pvel Blanco Cabrera encabeza al Partido Comunista de Mxico desde 2010.

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    mo no le dej un solo diente. De todos modos, l sonre. Epitacio Geisel Cuapio Portilla perteneci al Partido

    Socialista Unificado de Mxico (PSUM, cuya base fue el otro PCM, el Partido Comunista Mexicano, que en 1981 cedi su registro legal para la nueva organizacin a la que se sumaron movimientos y pequeos partidos de izquier-da). Luego, Epitacio se pas al Partido Mexicano Socia-lista (PMS) y al PRD, hasta que AMLO parti.

    Entr a Morena, pero me deca: stos no tienen nada de comunistas y yo soy comunista. En una marcha al Zcalo vio una bandera con las siglas PCM. Le pidi a su hijo Ernesto que indagara en Google. El buscador avis que los comunistas tenan partido y Epitacio se afili. Cada mes viaja 150 kilmetros hasta el DF para participar en los actos del PCM, donde no hay un comunista tan curtido. En autobs se regresa solo a su pueblo.

    Desde que abandon la refresquera no encuentra tra-bajo formal: Con mi edad y mis ideales marxista- leninista-comunistas, menos!.

    Suea con ver un Mxico socialista? Los modos de produccin son largos periodos. La

    esclavitud cay luego de 3 mil aos y los cristianos se escondieron siglos de los romanos. Mi papel es mantener el pensamiento del materialismo dialctico para que un da tornemos al socialismo dice. Su respuesta parece ser: no lo ver.

    Mientras aquello ocurre, vive del pastoreo de sus 10 cabras y arreglando los jardines de familias tlaxcaltecas ms o menos pudientes.

    No le disgusta trabajar para la burguesa? le pregunto.

    No, con mi trabajo les quito el dinero a los burgueses. Se los quito! se re.

    leS dieron el tiro de grACiA

    Raymundo Velzquez, presidente del PCM en Guerrero, hasta hace dos aos organizaba a ha-bitantes de ese estado para que los gobiernos federal y estatal no dieran la concesin de 65 mil hect-reas a las mineras canadiense Camsim Mines e inglesa Hochschild Mining, pues afectaran a comunidades agra-rias de la Sierra Madre del Sur. Faltaban slo dos semanas para discutir ese y otros temas en el primer Congreso Regional del PCM que preparaba junto a grupos comu-nistas de maestros y campesinos de las regiones de La Montaa y Costa Grande.

    Como parte de ese esfuerzo tuvo una reunin en Cuer-navaca. Al concluir, abord su Tsuru para regresar por carretera a su tierra, Coyuca de Bentez. Aquella madru-gada del domingo 4 de agosto de 2013 viajaban con l sus compaeros de partido Samuel Vargas y Miguel So-lano. A las dos de la madrugada, en la oscuridad de la carretera guerrerense, fueron secuestrados.

    La siguiente noticia de ellos se conoci al amanecer del lunes. Los comunistas fueron hallados por pobladores a la orilla del ro Coyuca con balazos y huellas de tortura. Toda la informacin que hasta ahora nos ha dado (la Fiscala General del Estado de Guerrero) es: Lo lamen-

    lOS MEDIOS. Se habla del Carmen Aristegui y su despido de MVS. Detrs suyo est CNN, que desestabiliza a Cuba y Venezuela.

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    tamos, fueron vctimas de la delincuencia organizada, explica Pvel, dirigente nacional del PCM. Ni el gobierno de ngel Aguirre ni el de su sucesor Rogelio Ortega die-ron ms datos sobre el triple homicidio.

    Tras los asesinatos de sus militantes, el partido acus al entonces gobernador Aguirre de promover el parami-litarismo en defensa de los intereses de la minera ex-tranjera. A Raymundo le molieron la cabeza a golpes cuenta Pvel. A todos les dieron el tiro de gracia, les echaron gasolina, los quemaron y aventaron al ro.

    mi reSPueStA A miS hijoS eS el PArtido

    En el momento en que Ldice Guerra se asume co-munista y decide actuar como tal, viaja entre dos planetas. Uno es su profesin, la ingeniera elec-trnica, que le sumerge la vista dentro del universo de lo nfimo: controladores, circuitos, chips, microprocesadores, piezas milimtricas que requieren movimientos exactos en pulcros ambientes silenciosos. Y dos, el planeta que la mujer de 42 aos pisa cuando se quita la bata, su cerebro piensa en rojo y se traslada a un universo inmaterial: Es-tado burgus, lucha de clases, explotacin, conceptos que explica a obreros, amas de casa o estudiantes en los crculos de estudio que arma en escuelas, parques, casas.

    De mirada severa, tuvo a la lucha de clases metida desde beb. Sus padres la llamaron Ldice, como el pueblo de la antigua Checoslovaquia que Hitler borr del mapa tras el asesinato de Reinhard Heydrich, lder nazi y cofundador de los campos de concentracin. La ven-ganza alemana dej 340 muertos, inocentes todos.

    Su pap, Miguel, maestro de primaria y miembro del Partido Popular Socialista, llevaba a la chica a encuentros de la militancia. El partido muri y hace cinco aos ella entr al PCM. Para Ldice, este sistema no tiene claros-curos. Es oscuro: La democracia es una falacia. Los partidos registrados alimentan la ilusin de un cambio va elecciones. Imposible: nos mienten eleccin tras elec-cin. La democracia burguesa mantiene esa fachada y legitima la explotacin. Las clases que controlan los gran-des monopolios no cedern su poder y la violencia revo-lucionaria ser necesaria.

    Violencia revolucionaria? pregunto a la secretaria poltica del PCM en Puebla.

    No somos aventureros. No es tirar bombas molotov a los Oxxo sino crear las condiciones objetivas, que se estn dando segn la teora marxista-leninista. El

    partido debe lograr que los explotados tomen concien-cia y den vuelta a la estructura, quiz con violencia, y no se trata de...

    Una preciosa nia de dos aos, Tamara, la interrum-pe corriendo: Mira, mami, y le muestra un pony rosa de plstico. La cara se le suaviza a Ldice: Precioso, mi amor, contesta y la acaricia.

    Tienes una hija, crees que ser comunista?Y tengo otros dos: uno de 10 y otro de 20. No la

    voy a adoctrinar, pero quiero que entienda al mundo, que sea libre e insumisa dice mientras su hija juega a todo pulmn con otra nena y creo que lo es (se re). Hoy juega a las muecas en su mundo rosa pero las mujeres de Mxico se enfrentan a secuestros, viola-

    ciones o la ilusin creada de casarse con un poderoso. Espero que en su vida se cuestione todo eso.

    Te duele que tus hijos tengan que crecer en Mxico? Es terrible: nuestra patria se descompone de forma

    acelerada. Las opciones para nuestros nios son: me vuelvo halcn, narcomenudista, limpiaparabrisas o me dejo explotar 12 horas al da en una fbrica? Es dramti-co. Mi respuesta a mis hijos es el partido, ellos son la razn de que yo est aqu dice Ldice y gira sus ojos profundos hacia la puerta donde el PCM sesiona esta tarde.

    * * *Poco despus de que Raymundo Velsquez y sus compaeros fueran asesinados en Guerrero, Luis Olivares, miembro del PCM en ese estado y lder de la Unin de Productores de la Costa Grande, avis al partido: A mi esposa y a m nos estn amenazando a travs de cartulinas. Pvel organiz una rueda de pren-sa con ambos militantes para divulgar ese hecho y les pedimos que se quedaran en el DF. No quisieron y regre-saron a Coyuca, relata.

    A 90 das del triple homicidio, otra vez el terror. La madrugada del domingo 10 de noviembre los vecinos de la colonia Fuerte Emiliano Zapata reportaron a la polica varias detonaciones dentro de un domicilio. Cuando los agentes llegaron, encontraron el cadver de Luis Olivares con seis impactos de bala .9 milmetros y a su esposa, Ana Lilia Gatica, muerta por dos balazos ms. Zeferina Ro-mero, ex esposa de Olivares, declar a La Jornada: Yo pienso que fue el mismo gobierno porque el gobierno siempre ha tratado de matar a los lderes, el gobierno siempre ha tratado de matar a los lderes.

    Pvel dice que la intimidacin al PCM sigue: Gustavo Adolfo Lpez, miembro del bur poltico del partido y di-rigente en Oaxaca, fue amenazado. Tememos por su vida.

    El PCM est incomodando .

    lo que el PAtrn Se embolSA

    Hctor Maravillo habla como erudito, con un rigor sorprendente. Si uno no lo viera y slo escucha-ra la voz que este joven de 22 aos dirige a sus camaradas, dira que est leyendo. Adems, sabe emo-cionar, intercala citas lo mismo de Immanuel Wallers-tein que de Georg Lukcs, hace referencias histricas,

    El PCM acus a ngel Aguirre de promover a paramilitares en favor de mineras extranjeras. A Raymundo le molieron la cabeza a golpes. A todos les dieron el tiro de gracia, les echaron gasolina, los quemaron y aventaron al ro.

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    detecta contradicciones en los discursos de sus compa-eros. El PCM ya encarg a este diamante de lentes y grandes ojos negros que miran atentos hacer recluta-miento en barrios populares.

    Hctor an no tena edad para votar, pero en 2006 L-pez Obrador lo ilusionaba con la idea de que Mxico poda girar hacia algo mejor, y que si eso ocurra la vida junto a sus padres y su hermano poda dejar de sufrir el ltigo de la estrechez. El tabasqueo, derrotado en las elecciones segn el conteo del Instituto Federal Electoral, orden a su gente hacer el plantn en Paseo de la Reforma. En ese otoo, Lilian Gmez, madre de Hctor, laboraba como secretaria en la delegacin Tlhuac. Para mantener su trabajo dice l, mi mam tuvo que quedarse en Refor-ma. Ah me di cuenta de que el PRD tena la misma con-ducta que el PRI y que con los partidos burgueses no haba salida. Y despus, al leer el programa poltico de AMLO, vi que coincida con el modelo keynesiano (del economis-ta John Maynard Keynes) que defenda el PRI: una estabi-lidad progresista pro burguesa. Su lucha no cambia el modelo: quiere gestionar el capitalismo, evitar la lucha de clases y mantener la dominacin burguesa.

    Por esos das, a las manos de Hctor cay El Estado y la revolucin, un libro escrito por Lenin en 1917 en plena Revolucin Rusa, refugiado el lder en Finlandia por la persecucin zarista. Ese texto me explic que el Estado sirve como jefe administrativo de los intereses de la bur-guesa. Como Lenin, Hctor quera ser comunista.

    Por internet conoci al PCM y con 17 aos se afili a la organizacin. Dentro de la Universidad Autnoma Metropolitana (UAM), donde estudiaba sociologa, pla-neaba conferencias, proyectaba pelculas, diriga paros solidarios. Haba que politizar a la juventud, argumen-ta. Desde entonces, en casa su activismo inquieta. Les preocupa: el Estado tiene una poltica de encarcelamien-tos forzados, asesinatos, levantamientos y desaparicio-nes. Mi mam me dice: Cudate, no te vaya a pasar algo.

    Qu tiene que decir un comunista defensor del dogma sobre los abusos del socialismo? Le menciono la falta de libertad en Cuba, la represin despiadada del dictador rumano Nicolae Ceaucescu y el genocidio de Josif Stalin, que es lo que Hctor elige para refutar: (Los historiado-res) Grover Furr y Ludo Martens han analizado la cons-truccin del socialismo con pruebas, anlisis de las bi-bliotecas tras la cada del bloque (la contrarrevolucin) y dicen Hctor cita a esos autores: La acusacin de que de 1930 a 1932 Stalin asesin a 20 millones de ucrania-nos es falsa. No hay pruebas de campos concentracin o fosas comunes. Son falsas versiones irrisorias, mitos.

    Enrique Pea Nieto es la versin ms acabada del capitalismo mexicano?

    Desde el fin de la Revolucin Mexicana los regmenes del PRI han servido para articular el capitalismo. Con la ideologa de la Revolucin, el PRI asegur el desarrollo de la burguesa. Pea representa el podero de los mono-polios. Hay que desaparecer los instrumentos represivos del Estado: el ejrcito, la polica, la burocracia.

    Hoy, Hctor se conforma con pequeas grandes sea-les. Hace meses consigui empleo en una fbrica de pls-

    tico en Tlhuac. Vio trabajar a madres en jornadas exte-nuantes y sin seguridad social. Sonre al narrar la escena que un da protagonizaron sus compaeras y que asume como un triunfo: Las seoras decan: si nosotras produ-cimos tantas cajas de cucharas a un valor de tanto, y mi salario es tan poquito, quiere decir que todo lo dems es lo que el patrn se embolsa.

    Haban entendido la plusvala.

    lAS mAneCillAS

    El PCM asegura que tiene clulas en 17 estados y 8 mil miembros con carnet (sin contar a los sim-patizantes no oficiales) que aportan entre 20 y 100 pesos al mes, el dinero que sostiene a la organizacin. Su promedio de edad es de 20 aos.

    No piensan entrar al sistema de partidos con registro?

    Muchos nos dicen yo votara por el PCM y podramos obtener el estatus de agrupacin po-

    ltica porque superamos los 5 mil afiliados respon-de Pavel. Pero eso no restara autoridad a nuestra propuesta de descarrilar al sistema? Corrompernos a la inmundicia del Instituto Nacional Electoral se-ra legitimar al sistema, restarnos fuerza. Pero si el da de maana es necesario, lo haremos.

    Sin demasiado sigilo, el partido se vincula a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los miembros del bur se renen con los guerrilleros en campamentos de ese pas, en M-xico e incluso en Cuba, donde en 2014 sostuvieron dilogos con el comandante Ivn Mrquez, como lo re-vela el portal www.comunistas-mexicanos.org. Tene-mos una relacin muy estrecha con las FARC admite Pvel, son un partido comunista en armas.

    Los lazos internacionales del PCM con otros partidos comunistas crecen. Cada ao, un representante participa en el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros. El ltimo (la versin anual 16) se realiz en Qui-to, Ecuador, hace cinco meses y participaron 53 partidos comunistas.

    Cul es el gran lder comunista mundial que ustedes leen, escuchan, siguen?

    Pvel hace un largo silencio antes de contestar.Quiz Dimitris Kutsumbas, secretario general del

    Partido Comunista de Grecia, el ms fuerte y combativo partido comunista del mundo. Pero es esperanzador que no haya una gran figura mundial: ya no hay lugar para caudillos, dioses o reyes, sino para la irrupcin colectiva de la clase obrera.

    Pases capitalistas tienen niveles mnimos de pobre-za: Canad, Finlandia, Alemania.

    Ah, s? En Alemania no son pobres los inmigrantes turcos? Y qu pasa con los pases perifricos de esas eco-nomas que mencionas? Mira a Holanda revira Pvel, sustentada en lo que fueron sus colonias. Todo el capital est manchado de sangre.

    Y qu de las experiencias socialistas atroces? Stalin?En 1956 se realiza el XX Congreso del Partido Comu-

    nista de la Unin Sovitica. (El primer secretario) Nikita

    pARtIDO jOvEN.El PCM dice tener 8 mil miembros con carnet (ms simpatizantes), cuyo promedio de edad es de 20 aos.

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    Jrushchov inform al mundo los errores de Stalin y lo res-ponsabiliz de cientos de miles de soviticos (muertos). Miles de comunistas abandonaron sus partidos y el movi-miento comunista internacional sufri una escisin. Las cifras (de muertos) no correspondan a la realidad y surgi la negativa teora de (la filsofa alemana) Hannah Arendt, que equipar comunismo con fascismo. Las cifras de vc-timas de los gulag (campos de trabajo forzado) son impen-sables, como lo demostr (el filsofo italiano) Domnico Losurdo. Ni siquiera haba trenes para tantos traslados.

    Hubo dictadura del proletariado y represin contra los enemigos del pueblo, pero toda revolucin es sangrienta. No justificamos ningn genocidio, pero Stalin fue un re-volucionario. No nos avergonzamos de nuestra historia.

    Hay que combatir al narco?Una sociedad comunista no admite alienar a la juven-

    tud. El comunista es un ejemplo ante la clase obrera y el pueblo. A los grupos del narco hay que combatirlos.

    A ustedes les tocar ver un Mxico socialista o us-tedes son slo un engranaje de un cambio radical que

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    tendr lugar en un futuro lejano, acaso en 200 aos?La crisis, la miseria, el hambre, el desempleo y el

    hartazgo estn ah. El pueblo quiere cambiar pero igno-ra qu cambio y hacia dnde. Eso es responsabilidad del PCM: debemos apurarnos para sincronizar nuestras manecillas con el reloj de nuestro pueblo.

    Las manecillas del reloj de Pvel le avisan que es hora de encontrarse con unos camaradas. Se pone de pie, paga el caf y camina rumbo a la calle entre consignas pegadas a los muros del edificio de la calle Belisario Do-

    mnguez donde el PCM tiene su oficina, en las que se exige la aparicin con vida de los 43 normalistas de Ayo-tzinapa, la defensa del petrleo, la renuncia de Pea. Justicia, paro, lucha, imposicin, cadena humana, cla-man los psters.

    Estamos en puerta de un terremoto que sacudir a la sociedad mexicana y vamos a intervenir. Alguien duda de que en Mxico habr cambios pronto? pre-gunta Pvel, sonre y se contesta l mismo, un instante antes de despedirse. Nosotros, no.

    Y vAMOS A INtERvENIR.Alguien duda de que en Mxico habr cambios pronto?.