entrevista a daniel santoro

18 | Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina

ENTREVISTA! DANIEL SANTORO

Daniel Santoro recrea mitos y leyendas en busca de reconstruir una civilización perdida. El artista plástico se sumerge en los orígenes del Movimiento peronista y trae otra vez a escena toda esa simbología que

dice siempre fue despreciada por el mundo de la cultura.

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El arqueólogodel Peronismo

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Daniel Santoro no vivió en

carne propia la etapa fundacional

del peronismo. Contrariamente

a lo que muchos podrían llegar

a pensar, tampoco se crió en un

hogar en el que se hablara mucho

del tema. Sus padres llegaron

a la Argentina provenientes de

Calabria en 1947, y ellos, al igual

que la mayoría de los italianos

que huyeron del fascismo de

Mussolini, nunca quisieron saber

nada con la política.

El artista nació en el barrio por-

teño de Constitución en 1954 y, ya

en tiempos de dictadura, estudió

en la Escuela de Bellas Artes

Prilidiano Pueyrredón. “Todos te-

níamos algún pasado de militancia

que no era conveniente exponer, en-

tonces en esa época nos dedicamos

a trabajar”, recuerda. Santoro

empezó a concurrir después al

taller de Osvaldo Attila y en la dé-

cada del ochenta se desempeñó

como realizador escenógrafo del

Teatro Colón. Al mismo tiempo

realizó numerosos viajes por

Oriente y expuso allí en varios

museos y galerías de arte.

a!- ¿Cómo se convierte uno en el “ar-queólogo” del peronismo?-(se ríe)… No es una elección que uno haga conscientemente. El tra-bajo con el mundo del arte y las imágenes te van llevando. Va sur-giendo una necesidad de indagar determinados lugares y después con el tiempo se descubre que se va construyendo una obra en tor-no a esa elección que uno hizo. En principio no tiene más justificativo que haber militado, algo que todos hicimos en los 70. Y después, bueno, a través del trabajo artístico uno se fue encontrando con un mundo que estaba abandonado en un lugar os-curo, absolutamente despreciado.

a!- ¿El tema del peronismo nunca fue abordado antes por el arte? -Lo abordaron quizás sí en la fi-gura de Eva Perón. Pero nunca lo hicieron en toda su dimensión. En ese conjunto de luces y oscurida-des que lo hace tan interesante. El peronismo está muy activo. Es muy real y palpable en la sociedad, pero en el mundo de la cultura es algo que se quiere olvidar y que es me-jor sepultar. Por eso me gusta que reaparezca. Que se vuelva a poner en escena toda esa mitología con sus personajes y se reconstruya to-do desde un mundo artístico.

a!- No se trata de “arte político”-No. En general no me llevo bien con el arte político. El trabajo es artístico. Es sobre la pintura. Pero bueno, está muy marcado y deter-minado por la idea del peronismo, entonces tiene también por lo me-nos una intención arqueológica. No es una proclama política ni tiene el sentido de la propaganda. Se trata, digamos, de correrse un poquito y hacer que la obra se presente con una pretendida objetividad. No es una documentación, sino más bien una recreación. Lo que se intenta


hacer es reconstruir una especie de civilización perdida.

a!- ¿Por qué empezó a hacer este ti-po de obras a mediados de los años noventa?-En esos años andaba mucho por los bares. El bar es un lugar en el que el peronismo siempre tuvo como una especie de “sobrevida” cuando no estuvo en el poder. Y en esa época estaba Menem, que para el movimiento era como una traición. Entonces nos juntábamos en los bares con viejos compañeros de la militancia. Hablábamos de política, recordábamos cosas y eso me dejaba pensando… Así comencé a dibujar estas ideas.

a!- La ciudad de los niños es un lugar muy recurrente en sus obras ¿Por qué?-Es una especie de metáfora. El Estado, que es bien protector, está instalado en esta ciudad infantil donde los chicos no tienen ningún problema. Es una construcción que, por otro lado, existió. Eva Perón hizo esta ciudad infantil con el obje-tivo de reponer la justicia y que los chicos tuvieran una infancia feliz. Yo convierto eso en un territorio de fábula.

a!- ¿Cómo nace su relación con el mundo oriental?-Se dio paralelamente también, unos años antes, cuando viajé a hacer algunas muestras a Singapur y el sudeste asiático. Me conecté con pin-tores, calígrafos, y empecé a estudiar chino mandarín. El conocimiento de la lengua china es algo interesante que te permite conectarte con el di-bujo de otra manera. En mis cuadros hay mucho de esa simbología. a!- ¿Es verdad que conoció a su maestro de chino en un bar?

-Sí, es verdad. El tipo pasaba por ahí y me vio tratando de hacer algunos ideogramas. Era justo el traduc-tor de Borges. Nos conectamos y armamos un curso con otra gente que también estaba interesada. En ese momento el chino no era lo que es hoy. No generaba ninguna expectativa y nadie lo estudiaba. Ahora parece que es popular, viste? Que es mejor para conectarse con el comercio… todo mentira. No po-dés hablar nunca chino en serio si no vas a China y practicás muchos años. Podés estudiar inglés y hacer negocios igual con los chinos. Son fantasías, b… de la moda.

a!– Hay quienes dicen que su obra artística es imposible de ubicar entre las tendencias de las artes plásticas que pasaron por nuestros país. ¿Coincide?-Sí, digamos que va por afuera de las vanguardias. No termina de cuajar en ninguna, pero también se alimen-ta de cosas del arte contemporáneo y de algunos representantes de la pintura moderna. A mí me gusta mu-cho (Georgio) De Chirico que es un pintor metafísico italiano de la déca-da del 30. Mi pintura no tiene todas las marcas de época. Se saltea algu-nos pasos y eso hace que no parezca contemporánea. Es como si viniera de algún lugar lejano o hubiera sido

hecha en un tiempo anterior. Eso está bueno. Me gusta.

a!- ¿Qué sensaciones tuvo cuando lo convocaron para diseñar las imá-genes de Eva Perón que se iban a colocar en el edificio de Desarrollo Social?-Bien. Fue lindo poder hacer el ícono definitivo y llevar esa marca urbana a una escala monumental. Pero yo no siento esa obra como algo mío personal. La idea fue de Alejandro Marmo y de otra gente. A mí solo me convocaron para hacer el diseño. Hay que tener un gesto de desapego y correrse de la postura egocéntrica. La imagen tiene que ser popular en el sentido más abier-to. No podía poner “mi Eva Perón” ni la Eva Perón que yo creo que es.

a!- La imagen seleccionada para la fachada norte del edificio es de una Eva Perón más combativa y la del sur de una Eva Perón más solidaria ¿Esto fue una decisión suya? -No, eso lo decidió Crist ina (Kirchner). En principio iba a ser solo la del lado norte, y después surgió la del lado sur como una buena idea conceptual también. El sur es el lugar de donde viene el peronismo y es también el de mayor pobreza. Entonces estuvo bien po-ner ahí la Eva social, la que está en “La razón de mi vida”.

a!- ¿Cree que se puede trazar al-gún tipo de paralelismo a nivel comunicación o propaganda entre el gobierno actual y el de aquella época del peronismo fundacional? Recientemente se ha designado “Evita Capitana” al torneo del fút-


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a!- Qué marca ha dejado Eva Perón en la historia a pesar de haber muerto tan joven… -Es un emblema mundial. Y eso es muy difícil de derribar. Ya está ins-talada como mito y todo lo que digas a favor o en contra va a ser absorbi-do. El mito es un agujero negro que se alimenta de si mismo. Denostarlo es una tarea vana.

a!- ¿Cree que la prohibición del peronismo contribuyó a que éste se convirtiera en un mito? -Claro. Eso agigantó todo. Es lo que pasa cuando al peronismo se lo quiere negar. Lo que hay que hacer es abordarlo. Si lo rechazás vuelve en forma “siniestra”. Siempre está esa referencia como que la desgra-cia es el peronismo, viste? En mi familia hay algunos. Todos cono-cemos que se piensa eso. El tema interesante es el porqué. ¿Por qué el peronismo es una “desgracia”? ¿Qué es lo que tiene para que sea “nuestro peor castigo”? ¿Por qué “si no hubiera existido seríamos como Australia o Canadá”? Y por otro lado ¿…Qué es lo que se está ocultando detrás de esos dichos? Lo que hay debajo de eso es un gran racismo, y lo que habría que decir en consecuencia es: “si no hubiera tantos negros… seríamos Australia o Canadá”.

a!- ¿Usted cree que hay racismo en la Argentina?-Claro. Todo el antiperonismo está trazado por el racismo En realidad lo que no se soporta es que el ne-gro sea feliz. La felicidad del negro siempre dura poco. Quema el par-quét, hace el asado y listo. Un poco está simbolizado ahí ¿Cómo va a

tener el negro una casa de lujo? Se la va a comer, la va a prender fuego. El peronismo abre una democracia que es difícil de tolerar y la hace explotar ¿Por qué no va a haber ho-teles sindicales en Punta del Este? ¿Es un lugar nada más que para rubios? Vamos a disfrutar a los mis-mos lugares donde van los blancos. Eso es la democracia peronista. Si gozan, ahí vamos.

a!- ¿Cómo se le explica a un extran-jero qué es el peronismo? No es de izquierda, no es de derecha… -El peronismo es un movimiento nacional de liberación. En el sentido que busca despojar a la patria de todas esas ataduras que la sujetan a los intereses externos. Una tarea que todavía persiste al día de hoy y hay que terminar. Se constituyó en una entidad política muy original precisamente porque se abrió del esquema ese de las izquierdas y las derechas. Después eso perdió un poco el sentido y termina siendo una forma socialista, si querés, de esta cosa de la democratización del goce. No está con la lógica de la lucha de clases. No propugna la dictadura del proletariado ni la discusión del capitalismo, plantea un uso distinto. El peronismo lo que intenta es incor-porar al goce a todos. Ø

bol local y se han mandado a hacer billetes también con la cara de Eva. -Estaría bien volver a circular por esos lugares. Pero las actitudes son bien distintas. Que haya un billete de Eva Perón no me parece mal. San Martín, Belgrano, Eva Perón… tiene una cierta lógica. También pondría a Hipólito Irigoyen ¿por qué no? Tenemos uno de Roca y en su mo-mento hubo incluso uno de Derqui, de quien uno no recuerda la importancia histórica que tuvo. A mí la verdad me molesta que haya solamente presidentes, políticos o militares en los billetes. En otros lugares po-nen pintores, escritores, músicos. Yo pondría un billete de Borges sin dudas. También uno de Jauretche. Igualmente esas cosas no me pare-cen relevantes. No cambian nada…


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Las políticas culturales“No existe una política cultural que abarque todo porque su objetivo es poner el foco en

un determinado lugar. Y eso siempre cae en una injusticia ¿Por qué se da manija a la

música clásica o a los coros infantiles… y no a la cumbia villera? No creo que esté bien ni una cosa ni la otra. Sino las dos. Parecería ser que ampliar el público de la música clásica es una virtud moral… y hacerlo con el de la

cumbia villera es una desgracia. Pero el tango empezó de la misma manera y después pasó a ser algo cultural. O sea, nadie sabe qué puede

pasar con todas esas invenciones culturales. Yo creo que habría que dejarlas prosperar a

todas por igual”.

El humor de Capusotto“¿Como no me va a gustar? Somos amigos. Es un tipo que le encontró una vuelta de tuerca a los 70 y pudo sacar un personaje tan querible,

tan raro y tan contradictorio como Bombita Rodríguez, que es muy interesante. Capusotto es muy talentoso y a parte es genuino. Es muy

vivaz, muy inteligente y sabe administrarse. Además no se vendió nunca, eso me consta.

Le han hecho ofertas increíbles y él ha escapado siempre de esa lógica capitalista real. Esa que te ponen los billetes y tenés

que hacer cualquier morisqueta. Se preserva muy bien de eso. No está detrás del lucro sino de la calidad absoluta y de decir algo serio.

Tiene una conducta impresionante que tarde o temprano se la tendrán que reconocer. Es un gran artista que va absolutamente por

afuera del mundo del espectáculo. Un fuera de serie total”.

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