fabulas

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Era un día de verano y una hormiga caminaba por el campo recogiendo granos de trigo y otros cereales para tener algo que comer en invierno. Una cigarra la vio y se sorprendió de que fuera tan laboriosa y de que trabajara cuando los demás animales, sin fatigarse, se daban al descanso. La hormiga, de momento, no dijo nada pero, cuando llegó el invierno y la lluvia deshi!o el heno, la cigarra, hambrienta, fue al encuentro de la hormiga para pedirle que le diera parte de su comida. Entonces, ella respondió" #$igarra, si hubieras trabajado entonces, cuando yo me afanaba y t% me criticabas, ahora no te faltaría comida.# Una rana, posada al borde de un estanque, contemplaba a dos toros que se embestían mutuamente en un prado cercano. & '(irad que ri)a tan tremenda* & dijo a una compa)era &. + u- sería de nosotras si animales tan corpulentos vinieran por aquí & /o os asust-is &respondió la otra &. + u- nos importan las ri)as de esas bestias 0demás, esos animales no son de nuestra clase. & $ierto es & replicó la primera &, pero yo pienso que el vencedor buscará refugio por estos lugares, y entonces podría aplastarnos con su enorme peso si no tomamos las debidas precauciones. 1a ves, amiga mía, que no sin ra!ón me preocupa la contienda.

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Era un da de verano y una hormiga caminaba por el campo recogiendo granos de trigo y otros cereales para tener algo que comer en invierno. Una cigarra la vio y se sorprendi de que fuera tan laboriosa y de que trabajara cuando los dems animales, sin fatigarse, se daban al descanso.

La hormiga, de momento, no dijo nada; pero, cuando lleg el invierno y la lluvia deshizo el heno, la cigarra, hambrienta, fue al encuentro de la hormiga para pedirle que le diera parte de su comida. Entonces, ella respondi: "Cigarra, si hubieras trabajado entonces, cuando yo me afanaba y t me criticabas, ahora no te faltara comida."

Una rana, posada al borde de un estanque, contemplaba a dos toros que se embestan mutuamente en un prado cercano. - Mirad que ria tan tremenda! - dijo a una compaera -. Qu sera de nosotras si animales tan corpulentos vinieran por aqu? - No os asustis -respondi la otra -.

Qu nos importan las rias de esas bestias? Adems, esos animales no son de nuestra clase. - Cierto es - replic la primera -, pero yo pienso que el vencedor buscar refugio por estos lugares, y entonces podra aplastarnos con su enorme peso si no tomamos las debidas precauciones. Ya ves, amiga ma, que no sin razn me preocupa la contienda.