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La antropologa en la construccin de verdad, memoria e historia en el marco de la Ley 975 de Justicia y Paz en ColombiaAutores por ProFis Timisay Monsalve Vargas Juliana Isaza Pelez

Publicado por: Deutsche Gesellschaft fr Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH. Proyecto Apoyo al Proceso de Paz en Colombia en el contexto de la Ley de Justicia y Paz un ejemplo de justicia transicional, ProFis. La antropologa en la construccin de verdad, memoria e historia en el marco de la Ley 975 de Justicia y Paz en Colombia. Deutsche Gesellschaft fr Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH. Autores por ProFis Timisay Monsalve Vargas Juliana Isaza Pelez

Deutsche Gesellschaft fr Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH Directora Agencia GIZ Bogot: Barbara Hess Director ProFis: Andreas Forer Diseo Grfico: Mnica Crdenas Fotomecnica e impresin: Alvi Impresores Ltda. Primera edicin Bogot, 2011 Impreso en Colombia / Printed in Colombia ISBN XxxxxxxxxxxxTodos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser reproducida total o parcialmente, ni registrada en, o reproducida por un sistema de recuperacin de informacin, en ninguna forma o por ningn medio, sea mecnico, foto-qumico, electrnico, magntico, electro-ptico, por fotocopia o por cualquier otro medio, sin el permiso por escrito de los editores.

Tabla de contenido

Presentacin Introduccin La antropologa en la construccin de verdad, memoria e historia en el marco de la Ley 975 de Justicia y Paz en Colombia 1. Niveles de afectacin de los delitos de lesa humanidad 2. Investigacin preliminar e investigacin judicial 2.1. Conceptos fundamentales sobre la sociedad y la cultura 2.2. Caracterizacin de la vctima 2.3. El dao y el trauma social en contextos de crmenes masivos 2.4. Dao cultural en crmenes de lesa humanidad 2.5. El trauma como producto del dao 3. Arqueologa forense 3.1. Los patrones de enterramiento 4. Antropologa Forense 4.1. Los patrones de lesin Conclusiones Bibliografa

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La antropologa en la construccin de verdad, memoria e historia en el marco de la Ley 975 de Justicia y Paz en Colombia

Presentacin

En el marco de la lnea de memoria histrica, el Proyecto ProFis, financiado por el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de la Repblica Federal de Alemania y ejecutado por la Agencia de Cooperacin Internacional Alemana -GIZ- convoc a expertos en diversas reas para elaborar un trabajo conjunto que tena por finalidad la construccin de contextos en el mbito judicial y en especial en los procesos de justicia y paz. El libro que hoy presentamos recoge el documento final presentado por las Antroplogas Timisay Monsalve Vargas y Juliana Isaza Pelez de la Universidad de Antioquia que tiene como objetivo presentar algunas recomendaciones que desde la Antropologa y sus disciplinas aplicadas pueden servir para elaborar un proceso de construccin de verdad, memoria e historia en el marco de la ley 975 de 2005. En primer lugar, el trabajo tiene la pretensin de lograr el conocimiento y reconocimiento de la realidad conflictiva a partir de tres dimensiones: la primera, partiendo de la agrupacin de individuos vivos y su esfera social y cultural, tarea que le compete a la Antropologa social; la segunda, que tiene que ver con los restos seos humanos y su contexto o sitio de enterramiento que es el objeto de estudio de la Arqueologa y la Antropologa forense, disciplinas que tienen un trasfondo culturalmente constituido y que van de la mano con los procesos socioculturales; y la tercera, que alude a un estado intermedio y que tiene que ver con las personas desaparecidas, pues su caracterizacin como vivas o muertas, es incierta. Para la investigacin de ste delito se deben articular la Antropologa social y cultural con la Arqueologa y Antropologa Forense. En una segunda parte las autoras definen los conceptos fundamentales de sociedad y cultura. La sociedad es definida como la compleja articulacin del sistema de relaciones sociales, necesaria no solo para la produccin econmica de las condiciones materiales de vida, sino adems, para la reproduccin biolgica de la especie, que se corresponde con el conjunto de ideas y valores que se expresan en un espacio y tiempo especifico y que se relacionan con las vivencias diarias y su manera de afectar a los sujetos. Por cultura ha de entenderse, el conjunto singular de las formas fenomnicas que presenta cada sociedad, es decir, lo que la caracteriza y distingue; el tipo de relaciones que se establecen entre sus miembros, los cdigos, normas y reglas, los rituales,

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los smbolos que determina la forma de vida compartida que es aprendida y transmitida por los adultos a las nuevas generaciones a travs de pautas de socializacin. Lo fenomnico de la cultura se expresa a travs del lenguaje, se crean figuras, smbolos, seales, imgenes e ideas que tienen valor para la cultura que los produce. El conocimiento de estos conceptos, valores y smbolos es esencial para el operador judicial en la medida que le ayudar a entender el dao sociocultural que pudo haber tenido una sociedad como consecuencia de los hechos violentos causados por un Grupo Armado Organizado al Margen de la Ley -GAOML- y el impacto que ocasion en la memoria colectiva de esa sociedad. A continuacin se establecen las caractersticas de la vctima colectiva como sujeto social. Ellas orientarn al funcionario judicial para poder establecer si los crmenes que perpetraron los integrantes de ese GAOML pueden caracterizarse como sistemticos y generalizados en contra de una poblacin definida, con la finalidad de darle el carcter de delito de lesa humanidad. Adems, ese operador judicial podr identificar, caracterizar y evaluar el dao cultural como una especie de dao colectivo, representado por traumas masivos, entendido como el impacto que a largo plazo deja un suceso repentino con efectos destructivos incapacitantes de orden mental y emocional en los individuos y en la propia sociedad que implica la imposibilidad de reproduccin y recreacin y que la puede llevar hasta su desaparicin. Seguidamente las antroplogas Monsalve Vargas e Isaza Pelez, establecen un esquema de investigacin en Antropologa para la construccin de verdad en la ley de Justicia y paz; la ruta de investigacin preliminar en antropologa Forense y la ruta de investigacin preliminar de cementerios que servirn indudablemente a los operadores judiciales para la construccin de verdad cientfica, memoria e historia en el mbito de la Ley de Justicia y paz. Estoy convencida de que si acogemos stas propuestas para investigar el hecho social violento utilizando los conceptos de la Antropologa Forense y la Arqueologa Forense, no solo aportaremos a la construccin de la verdad cientfica y no meramente jurdica, sino que tambin, tendremos suficientes herramientas para establecer el dao cultural colectivo en el incidente de reparacin, aportando la prueba pertinente para demostrar: el hecho generador del dao social, el dao sociocultural y la relacin de causalidad entre ellos. Claudia lpez daz Coordinadora rea Jurdica Proyecto ProFis-GIZ

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Introduccin

En primer lugar, queremos dar los agradecimientos a las personas que hicieron posible la realizacin y publicacin de este trabajo. Al Director del Proyecto ProFis, seor Andreas Forer, a Jorge Parra, quien coordin el trabajo interdisciplinario Verdad, memoria e Historia en el marco de la ley 975 de 2005 de Justicia y Paz y a la Doctora Claudia Lpez Daz, Coordinadora del rea Jurdica, por darnos la oportunidad de abrir espacios que permitieron una disertacin cientfica y acadmica ms amplia e integral, por darnos la oportunidad de conformar un grupo de expertos, nutrido por la experiencia y el intercambio de saberes y continuos aprendizajes. Este escrito es el producto de una intensa temporada de recoleccin de datos, recopilacin bibliogrfica, articulacin de hiptesis y corroboracin de estas mediante el ejercicio analtico y de discusin, argumentacin y contraargumentacin, para finalmente arribar a la configuracin de un texto que va ms all de su forma escrita que pretende ser pragmtico, teniendo como objetivo principal mostrar que los aportes de la antropologa en sus ramas: social, biolgica y arqueolgica puede ofrecer al operador jurdico-legal una herramienta para el abordaje de problemticas sociales concretas. En un primer momento, el texto presenta una propuesta para considerar el dao cultural a partir de la nocin del dao colectivo y hacerlo ms aprehensible para la jurisprudencia en casos que directamente deben considerar no solo el orden social sino tambin en el aspecto cultural: los cdigos, smbolos y elementos que son inherentes a ella. Se busca, siguiendo esta lnea de ideas, demostrar cmo la antropologa permite trascender el nivel de la casustica, esto es, del individuo, para abordar entonces el efecto del delito en un nivel social y cultural, teniendo en cuenta el carcter general y sistemtico de los crmenes de lesa humanidad perpetrados por Grupos Armados Organizados al Margen de la Ley.

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Por otro lado, se pretende mostrar con un mayor grado de amplitud los aportes que puede hacer la Antropologa Forense ms all de la denominada Cuarteta bsica de identificacin. Es necesario comprender que el fenmeno de la desaparicin forzada de personas en Colombia trasciende el mero problema de la restitucin de la identidad individual y debe comprometer a las ciencias y disciplinas cientficas a abordar dicho fenmeno como un todo, teniendo en cuenta la gran multiplicidad de vctimas directas e indirectas-. Es por esta razn que se incluye una conceptualizacin de la investigacin preliminar, la arqueologa forense y la antropologa forense como fases del mismo proceso de investigacin antropolgica forense, buscando la construccin del perfil biolgico y posteriormente indagando por la interpretacin de los posibles patrones en aras de argumentar sistematicidad y generalidad como elementos fundamentales de los crmenes de lesa humanidad. De acuerdo con lo anterior, la Antropologa y especficamente la Antropologa Forense- pueden aportar a la construccin de ms verdad no slo desde los mtodos y tcnicas propios de la disciplina sino tambin desde el potencial que tiene para conocer la realidad e interpretarla, proporcionando herramientas a fiscales y magistrados con el fin de comprender el dao social y cultural en el proceso de tipificacin de los delitos en cuestin. Tal es el caso de la desaparicin forzada de personas, el cual se ha usado a manera de ejemplo para ilustrar cmo la labor de la Antropologa Forense se compromete con un fenmeno que ha producido una gran magnitud de vctimas en Colombia y en cuyo proceso el antroplogo tiene la capacidad de participar y de aportar desde su comienzo hasta el fin.

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En trminos de develar la verdad las ciencias sociales como la psicologa, la antropologa, la historia y la ciencia poltica, entre otras, poseen un gran potencial heurstico al aportar elementos conceptuales para entender la realidad conflictiva y los fenmenos violentos en trminos descriptivos del qu pas, explicativos del por qu pas y en trminos de la funcionalidad del para qu pas. Las herramientas cientficas y disciplinares contribuyen a alcanzar mayores niveles de verdad en la medida en que develan dimensiones ocultas de los acontecimientos. En el orden social se presentan multiplicidad de acontecimientos, pero para el caso que nos interesa, analizaremos los acontecimientos de hechos violentos, especficamente los categorizados como crmenes de lesa humanidad. En el panorama internacional, la judicializacin de crmenes de lesa humanidad ha logrado producir avances importantes, que han servido como referencia para el proceso que actualmente atraviesa Colombia, un proceso de justicia transicional, por medio de la Ley 975 del 2005 o Ley de Justicia y Paz, como respuesta a la violacin de los derechos fundamentales realizados por los Grupos Organizados al Margen de la Ley GAOML. Estos procesos histricos han definido a la vctima como: persona que individual o colectivamente haya sufrido daos directos (Ley 975, 2005, p. 2), para efecto de este escrito nos centramos en la vctima colectiva. De suyo, lo colectivo supone que la vctima est definida desde el orden sociocultural mismo, y como tal se requiere la determinacin de los elementos que configuran dicho orden: econmicos, polticos, organizacionales, geogrficos y territoriales, con el objeto de establecer el fundamento diferencial entre ellas.

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1. Niveles de afectacin de los delitos de lesa humanidadEn trminos generales, se puede inferir que existen dos dimensiones o esferas sociales que se ven afectadas tras la comisin del hecho violento. La primera dimensin es la agrupacin de individuos vivos y su esfera social y cultural, objeto de estudio de la Antropologa social; la segunda tiene que ver con los restos seos humanos y su contexto o sitio de enterramiento, los cuales podramos caracterizar como vctimas directas del conflicto y objeto de estudio de la Arqueologa forense y la Antropologa forense. Se puede situar en un estado intermedio a las personas desaparecidas, ya que su caracterizacin como vivos o muertos es incierta e imprecisa. La investigacin de este tipo de delito articula necesariamente la Antropologa social y cultural con la Arqueologa forense y con la Antropologa forense. La Antropologa forense y la Arqueologa forense son disciplinas que surgen de la Antropologa y de la Arqueologa, respectivamente. Teniendo en cuenta las mltiples definiciones, existe sin embargo un consenso por parte de los autores ms relevantes en el proceso de aplicacin y de caracterizacin del quehacer de dichas disciplinas. Se hace especial referencia a la aplicacin de la Antropologa y de la Arqueologa al mbito legal, en aras de contribuir sustancialmente a la resolucin de crmenes y casos que hacen parte de un proceso judicial (Stewart, 1979; Rodrguez Cuenca, 2004). Si bien en Latinoamrica desde hace algunos lustros se ha comenzado a difundir el trabajo de equipos especializados y a construir textos que parten de experiencias locales importantes vase los casos de Argentina, Chile, Guatemala, Per, entre otros, tan slo hace algunos aos la Antropologa forense, y ms recientemente la Arqueologa forense han comenzado a hacer eco en los procesos judiciales, y ms especficamente en los equipos de investigacin forense en Colombia. Es claro que partiendo del contexto social, las problemticas polticas y econmicas han conllevado a la especializacin y al trabajo interdisciplinario considerando estudios ms holsticos que trasladan los objetos de estudio desde los laboratorios y los protocolos para indagar por el aspecto cultural de los fenmenos. Con esto, se argumenta que la Antropologa forense y la Arqueologa forense cuentan con un trasfondo culturalmente constituido y van de la mano de los procesos socio-culturales locales, debiendo participar en ellos. Derivado de lo anterior, se puede aducir que la construccin de verdad en los procesos judiciales contempla varias esferas, desde la verdad judicial hasta la

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verdad cientfica constituida a partir de ciencias y disciplinas que sirven a estos efectos y que inclusive la jurisprudencia de las respectivas cortes comienza a contemplar en los procesos recientes, por ejemplo, de la Ley de Justicia y Paz, sobre la cual se ha dirigido y dirigir especialmente nuestra atencin. La Antropologa desde sus mltiples campos de accin posee competencias y potencial capaces de incidir desde la investigacin preliminar, abordar el estudio del hecho social violento e incluso aportar herramientas relevantes a la hora de inferir o proponer posibles instrumentos para el incidente de reparacin; para ello uno de los objetivos principales de este texto tiene que ver con la interpretacin del papel y de las caractersticas no solo de las vctimas sino tambin de los hechos y la posible lgica operante tras de s. En la bsqueda e interpretacin de patrones con respecto al accionar del Grupo Armado Organizado al Margen de la Ley GAOML, la Antropologa y la Arqueologa forense cuentan con valiosas herramientas tericas y metodolgicas como la estadstica y posteriormente la epidemiologa cuyo objeto de estudio debe dirigirse a la violencia, expresada en el hecho social violento concreto y considerada incluso como un problema de salud pblica que afecta a los individuos pero de manera ms contundente a las poblaciones, generando incapacidad en estas e incluso la muerte. El uso de estas herramientas permite no solo apoyar el proceso de la interdisciplinariedad, sino tambin demostrar cmo la violencia ha logrado permear tantos sectores de la poblacin e instancias culturales que podramos afirmar que el mismo concepto de dao cultural comienza a visualizarse en la ponderacin de tales magnitudes. Como se mencion anteriormente, es la comisin masiva y ordenada de delitos por parte de un GAOML la que nos permite enfrentarnos a la necesidad de argumentar y de conceptualizar el fenmeno conocido como crimen de lesa humanidad. Esto, en aras de diferenciarlo sustancialmente de delitos cometidos como meros hechos criminales aislados o como producto del accionar de la delincuencia comn. A travs del anlisis de los crmenes de lesa humanidad, internacionalmente se han generado aportes relevantes que tienen que ver con el reconocimiento de una necesidad de orientar las tcnicas de investigacin para fundamentar los crmenes de sistema de manera distinta a como suelen orientarse para la investigacin de crmenes ordinarios (Reed, 2008a). En Colombia, frente a los crmenes que se evalan con la Ley 975 del 2005, se presenta la imperiosa necesidad de un trabajo conjunto entre el despacho del fiscal delegado y otras entidades que puedan articular estudios interdisciplina-

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rios, logrando as ampliar la naturaleza y los objetivos de la investigacin, como por ejemplo, trascender la judicializacin de los autores para proponer una exploracin detallada del sistema mismo (ibd.) y poder develar algunos elementos operantes al interior y detrs de la estructura criminal y del sistema como tal. Entrando en materia, se parte de la existencia de dos elementos que son necesarios a la hora de hablar de crmenes de lesa humanidad: la generalidad y la sistematicidad (Forer, Lpez Daz, 2011, p.18). Para efectos de la comprensin del hilo conductor que guiar este escrito, se requiere conceptualizar brevemente estos trminos y posteriormente plantear de manera concreta cmo se puede ver evidenciada su aplicacin en el contexto especfico colombiano a travs de las ciencias y disciplinas mencionadas a lo largo del presente texto. Segn Gmez Bentez (citado por Lin, 2008, p. 7), la generalidad debe ser entendida como la exigencia de multiplicidad de vctimas y la sistematicidad responde al criterio cualitativo del ataque, siendo interpretada esta ltima por la jurisprudencia de los tribunales penales internacionales ad-hoc como la naturaleza organizada de los actos de violencia y la imposibilidad de que estos sucedan de forma espontnea (Lin, op. cit., p. 8). Es comprensible que los conceptos definidos y estandarizados no son de gran utilidad si no se generan herramientas o mecanismos que los demuestren, ejemplifiquen, ilustren, o en este caso, refuercen su existencia en los hechos analizados. Es por esta razn que la propuesta aqu generada pretende, entre otros fines, partir de la teora y los lineamientos conceptuales interdisciplinares buscando desembocar en la caracterizacin del fenmeno y su posibilidad de visualizarlo a partir de hechos concretos, demostrables y explcitos en el accionar de los GAOML, ligndolos a un anlisis que contemple dos herramientas metodolgicas esenciales: los patrones en el accionar del GAOML y los perfiles demogrficos de las vctimas (Forer, Lpez Daz, op. cit., 37 y ss.). A partir de un mapeo de la clase de crmenes ocurridos, su fecha y el lugar de las vctimas con respecto a estos, podemos argumentar las bases que conllevan a la formulacin de las hiptesis para medir las escalas de las violaciones a los derechos humanos y a la identificacin de los patrones. Estos patrones ayudarn a comprobar si los crmenes han sido parte de un proceso planificado y organizado, segn las recomendaciones de Reed (2008a). Es fundamental tener en cuenta tambin que la sistematicidad es determinada por una poltica o plan preconcebido o establecido, calidad que se reconoce como una condicin fctica (Lin, op. cit., 8). Con respecto a la generalidad, el perfil demogrfico aportar la informacin necesaria para cumplir con los requisitos que exige la produccin de un nme-

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ro significativo de vctimas, de la mano de dos aspectos de igual relevancia: el efecto acumulativo que se produce gracias a la calidad repetitiva de los actos delictivos y su repercusin en el mbito social. En este aspecto, se considera la esfera social que se vio afectada por la magnitud de los actos gracias tanto al medio empleado como al efecto causado por este (ibd.). Por su parte, la Arqueologa forense encuentra pertinente abordar elementos como la cantidad de enterramientos, su forma, localizacin, tratamiento del cuerpo, elementos asociados y posteriormente, un mapeo general de las zonas y de las regiones de injerencia del GAOML, lo cual evidentemente mostrar la tendencia, lgica y caractersticas generales y particulares, que en otros trminos podremos comprender como un modus operandi, como la manera de accionar del grupo armado en cuestin. Tanto los conceptos como las potenciales aplicaciones de estos sern expuestos y analizados con el fin ltimo de generar herramientas que desde las diversas ciencias y disciplinas pueden ser empleadas por las investigaciones de orden judicial en el marco de la justicia transicional en Colombia y con miras a argumentar la presencia de elementos como la sistematicidad y la generalidad en crmenes de lesa humanidad. A continuacin, se enfatizar en cada fase del proceso de investigacin y se propondrn las variables que se pueden obtener a partir de cada fase, teniendo en cuenta las fichas o documentos de registro que se producen en cada una.

2. Investigacin preliminar e investigacin judicial2.1. Conceptos fundamentales sobre la sociedad y la culturaUno de los primeros problemas que se presentan, tanto para versados como para nefitos en ciencias sociales, es cmo entender y presentar las relaciones conceptuales de los fenmenos y procesos sociales que tienen que ver con los hechos violentos. Es por ello, que en una primera parte de este escrito precisamos los niveles sociales como lugar de conocimiento bsico y, cmo la Antropologa, desde sus diferentes subcampos, contribuye al proceso de conocimiento y reconocimiento de la realidad conflictiva, para luego con este andamiaje terico caracterizar a las vctimas, el dao sociocultural y la consecuente reparacin. Por ltimo, trataremos los diferentes tipos de delitos y los efectos sociales y culturales. Lo colectivo hace referencia a una agrupacin de individuos. Pero, aunque existe como definicin, no es especfico para referirse a la agrupacin de indi-

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viduos humanos aunque su naturaleza suponga lo social. En este escrito recurrimos a los conceptos de sociedad, cultura y subcultura (Bate, 1998), y a los derivados de estos, como conceptos ms precisos y con mayor potencial y capacidad heurstica para caracterizar a las vctimas de crmenes de lesa humanidad, el dao y su consecuente reparacin. La sociedad concreta1 es la compleja articulacin del sistema de relaciones sociales y las formas culturales que estas generan. Este sistema de relaciones sociales, necesario no solo para la produccin econmica de las condiciones materiales de vida, sino adems para la reproduccin biolgica de la especie, se corresponde con el conjunto de ideas y valores que se expresan en un tiempo y un espacio especfico. Este sistema de valores conforma las actitudes, esto es la disposicin a la accin, motiva las conductas sociales y condiciona la toma de posicin y el quehacer de los sujetos sociales frente a la realidad que los cobija. De manera consecuente, en este escrito, los valores son representaciones en las cuales se asocian las nociones y conocimientos del mundo con las vivencias diarias y su forma de afectar a los sujetos. La manera y sentido de la afectacin de cualquier acontecimiento social ser diferencial en los sujetos y depender de la posicin relativa de estos con respecto al lugar que ocupan en el sistema social. Otra dimensin de la sociedad es la cultura. Por cultura se entender el conjunto singular de las formas fenomnicas que presenta toda sociedad. Lo singular de la cultura se refiere a lo que caracteriza distintivamente a un grupo social, ya sea por los objetos que produce, por las actividades que realiza, por el tipo de relaciones que establece entre sus miembros, por las prcticas, cdigos, normas y reglas, por los rituales y manera de simbolizar el mundo, entre otros. Los factores que determinan la singularidad de la cultura son el medio geogrfico y ecosistmico, las caractersticas histricas locales, regionales, nacionales e incluso internacionales de su configuracin. Todo ello preelabora la forma de vida compartida que es aprendida y transmitida por los adultos a las nuevas generaciones a travs de pautas de socializacin que funcionan a manera de derrotero de accin y simbolizacin frente al mundo; lo que se trasmite es el patrimonio o legado, es la cultura misma. Lo fenomnico de la cultura est previsto en la manifestacin aparente y perceptible a travs de la lengua que lo expresa y de la actividad prctica que lo crea. El lenguaje y la lengua son el sustrato a travs del cual se vehicula el

1 Utilizaremos frecuentemente conceptos tomados de Bate (1998), por la estructuracin juiciosa y coherente de los conceptos tanto de la sociedad como de la cultura.

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orden semitico y simblico de la cultura; se crean figuras, imgenes e ideas que adquieren valor y sentido solo para la cultura que los produce y los enuncia, el entramado simblico de cada cultura define el lugar y la capacidad de significado que le corresponde a cada hecho o acontecimiento para cada sujeto social. Para el mejor entendimiento, retomemos el significado del cuerpo desmembrado y su capacidad para expresar simblicamente el terror y el poder de un grupo armado, en este marco de ideas, el valor de la pregunta de muchos de los familiares de las vctimas directas de este tipo de tratamiento corporal es; qu le hicieron?, cmo lo asesinaron?; estas preguntas remiten de manera indirecta a la tortura, al dolor y, por tanto, al sufrimiento; en las culturas con un fuerte arraigo religioso judeocristiano donde el cuerpo ntegro y total es la unidad primigenia de la persona, el cuerpo desmembrado y sin sepultura simboliza y remite a la deshumanizacin, a la cosificacin del cuerpo; integrar el cuerpo y sepultarlo simboliza la devolucin de la humanidad, de la humanidad ntegra y cristiana, de la humanidad sacra. Cada smbolo posee su significado propio y la capacidad de representar de cada uno de ellos depende de la cultura que lo moviliza, de la significacin que adquiere en esa cultura especfica. Como los smbolos aluden algo implcito al grupo social, es necesario tener un mnimo de conocimiento de la cultura para determinar cul de ellos se utilizar para intervenir, ya sea en la reparacin de orden simblico o en la elaboracin o trabajo de duelo cuando no hay un cuerpo qu sepultar, etc. As mismo, es tal el valor de este tipo de representaciones que Jelin, en Los trabajos de la memoria (2002), seala su importancia en el conjunto de mecanismos que comunican los procesos de recuerdo y olvido con los procesos socioculturales para pensar la memoria y para restaurar la capacidad de representacin psquica en experiencias traumticas masivas. Es por ello, que en la transferencia o utilizacin indiscriminada de smbolos sin conocimiento de la cultura se cae en el vaco, esto es, el tipo de elemento representativo que se utiliz no cumple su funcin y su capacidad de significacin se anula, queda sin fuerza y sin capacidad significativa. Adems, Jelin, Beristain (2009) tienen claro el poder y la capacidad de la representacin simblica en los procesos de reparacin, particularmente en la elaboracin del duelo, por ello seala la necesidad de que el smbolo sea culturalmente relevante. El smbolo que se utiliza para acceder al trasfondo o sentido profundo de la cultura debe quedar libre de interpretaciones ambiguas, as cumple con la funcin predeterminada de trasmitir el mensaje que se planea en la fase de reparacin y no, que por el contrario, contribuya a la revictimizacin. El smbolo es adems una forma de representar la realidad, para este caso nos interesa un tipo especial de representacin: la representacin social, la

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reconstitucin de lo real que es aquello con lo que est confrontado el sujeto y al cual le atribuye una significacin cultural, por medio de los procesos sociales e histricos vividos por el grupo o los grupos en cuestin. Como parte del efecto del acontecimiento violento se hace necesario preguntarse cmo los sujetos sociales han reconstituido su realidad?, y as tener elementos concretos de la afectacin y las consecuencias de esta en cuanto al hecho o acontecimiento violento. En el proceso cultural de significacin, el smbolo es el principio rector de la imaginacin simblica, que como representacin, muestra el sentido concreto o la forma de figurarse concretamente un sentido totalmente abstracto por ejemplo un valor y situarlo socioculturalmente en un espacio y un tiempo concretos; esta imaginacin simblica se define y concreta a travs de los vnculos de identidad, de clases, castas, lenguas y grupos profesionales entre otros. El imaginario simblico tiene gran valor en este escrito porque su entendimiento y aplicacin nos permite comprender de manera ms ntima la cotidianidad del grupo y precisar el grado de identidad y cohesin o desintegracin social entre los diferentes grupos que comparten una cultura, a los que denominaremos de aqu en adelante subculturas. La desintegracin social, especialmente posterior al acontecimiento o hecho social violento, tiene como consecuencia la confrontacin constante de los grupos y, por tanto, la prdida del equilibrio psicosocial entre las culturas y las subculturas. Este equilibrio psicosocial puede ser restablecido por el papel equilibrante que juega la imagen simblica. As que, a travs del imaginario simblico, los grupos sociales actualizan la cultura de acuerdo a las necesidades de mantenimiento del orden, equilibrio o desequilibrio, cohesin y desintegracin social propios (Monsalve, 2006). Aqu se hace importante anotar que lo cultural no solo es caracterstico de los grupos humanos tnicos, afrodescendientes e indgenas, sino de todos los grupos humanos. Lo cultural no es un aderezo en este escrito, ya el concepto ha sido utilizado en tres sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esta informacin la tomaremos cuando tratemos el dao, pero tambin es claro resaltar el valor de su uso en el anlisis de genocidio y en delitos especficos de lesa humanidad. De hecho cuando en el Estatuto de Roma en el artculo 7 literal 1h expresamente dice: persecucin de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos polticos, raciales, nacionales, tnicos, culturales, religiosos, de gnero se est remitiendo al concepto de cultura en cuanto a los grupos o colectividades con identidad propia. Los niveles de la identidad pueden ser ms amplios y englobantes, como los nacionales; o de menor nivel de comprensin, como el

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de subculturas, por ejemplo el caso de los elementos identitarios fundados en motivos polticos, raciales y de gnero. En el orden sociocultural el acontecimiento se comporta como el elemento referente temporal y propio de la historia de un grupo social: antes, durante y posterior a l. El antes, es la memoria de cmo era la sociedad y la cultura, es el pasado; momento al cual no se volver pero se mantendr como memoria y reminiscencia. El durante tiene dos perfiles de referencia: como la verdad a conocer en toda su dimensin, por ser el contexto del hecho social violento y las relaciones sociales que encubre este hecho; y la memoria ms reciente pero la memoria traumtica y dolorosa. El posterior, por ltimo, sern los efectos que como producto del acontecimiento o hecho social violento debern ser ajustados, incorporados y resignificados en la sociedad y la cultura, como formas de reparacin o el mantenimiento en el recuerdo como acontecimiento traumtico permanente. Cada individuo pertenece simultneamente y en secuencia temporal a diversos grupos sociales, as; una mujer puede ser campesina agricultora y al mismo tiempo desempear roles del gnero femenino y poseer un sistema de valores acorde a ello, o un hombre simultneamente puede compartir espacios urbanos y ser obrero textil, por tanto, su identidad estar entre el obrero y el barrio. La afectacin del acontecimiento violento, de la naturaleza que sea, actuar en varios niveles del sujeto y en diferentes sujetos sociales al mismo tiempo. Es necesario distinguir los distintos niveles de las agrupaciones de los sujetos sociales y los diferentes rdenes rectores de cohesin del grupo. En los niveles de agrupacin primarios, como por ejemplo la familia, la fuerza de la cohesin est dada por la afectividad, por tanto, la intensidad es de un orden mayor que en las agrupaciones secundarias, donde la fuerza de la cohesin es menor, como en las relaciones etarias por ejemplo, constituidas por grupos de adolescentes. De otro lado, pero en el orden siempre de la vctima como sujeto, se puede tomar otro elemento para entender el valor de conocerla multidimensionalmente. Se debe determinar si el acto o los actos de violencia acaecidos se cometieron como parte de un ataque, esto es de un curso de conducta contexto generalizado o sistemtico en el que se desarrollan los actos criminales (Lin, 2008: 4). Si bien el Estatuto de Roma (ER, 1998) en su artculo 7 seala que el ataque est dirigido contra la poblacin civil, Lin recalca que el ataque no debe, necesariamente, cubrir la totalidad de la poblacin civil, pero s es necesario y por tanto adecuado para la tipificacin del delito de crimen contra la humanidad, que se presente un nmero significativo de

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vctimas producto de diferentes actos para que se trascienda en la explicacin del significado etiolgico de dichos actos. Una dimensin del anlisis en esta lnea de ideas para determinar que el acto o los actos no son producto del azar o de la contingencia, es la caracterizacin de las vctimas y el significado que tienen estas al interior de la sociedad o el papel preponderante que ocupan en el orden sociocultural, o quizs su participacin en la reproduccin de la cultura, para develar otra dimensin de la unidad del hecho que no es explcita. Existe la posibilidad de que la razn por la cual se selecciona a una o varias vctimas no sean explcitamente identificables y de manera falsa se determine que los crmenes acaecidos sobre ellas y, por tanto, los actos violentos, sean fortuitos. Un ejemplo de lo anterior son los crmenes cometidos en el marco de la limpieza social en el que la comisin de asesinatos dispersos en trminos de espacio y tiempo parecen ser actos de violencia espontnea, pero que al ser analizados en trminos no solo cuantitativos de las vctimas, esto es el nmero de ellas, sino adems en trminos cualitativos, perfil social de la vctima, se pierde su carcter espontneo o al azar y emerge el carcter relacional y colectivo, es decir, los actos cometidos se interpretan como parte de un ataque. La vctima tiene mltiples dimensiones: niveles de agrupacin, rdenes de cohesin, entre otros, que de manera muy ntima las agrupa. Entender estos niveles nos permite extraer el porqu este tipo de personas son el sujeto receptor del ataque; qu papel ocupan en las circunstancias que lo rodean, lase el ataque; entender el patrn de la victimizacin; y, de manera indirecta, extraer parte de los principios rectores de la poltica del grupo criminal.

2.2. Caracterizacin de la vctimaLa categora de sujeto social se refiere a los grupos sociales que comparten alguna caracterstica en comn, verbigracia: la posicin de clase, el tipo de trabajo de acuerdo a la rama de la produccin como por ejemplo la agricultura, pertenencia a un espacio geogrfico como la costa o la montaa o a un gnero, afinidad religiosa o poltica, entre otras. Estas caractersticas que comparten substancialmente su identidad sociocultural y como tal permiten determinar los rasgos distintivos de las vctimas como sujetos en cuanto a sus prcticas sociales por ejemplo, la manera como reaccionan en trminos de mantenimiento de la agrupacin a travs de prcticas religiosas identitarias en rituales funerarios y el conjunto de representaciones cognitivas y valores en los cuales se pueden apoyar los investigadores, fiscales y magistrados para

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determinar el dao y sustentar la consecuente reparacin ad hoc. Los datos pertinentes para esta caracterizacin del grupo social al que corresponde la vctima se obtienen, en parte, desde la informacin suministrada por la vctima para acreditarse como tal en la Ley 975 o en las jornadas de atencin a vctimas, entre otras. Los criterios para distinguir los grupos sociales como parte del sistema social pueden concentrarse a partir de las siguientes variables:

Posicin de clase Posicin en la divisin social del trabajo Posicin en la divisin domstica del trabajo Origen histrico - geogrfico (barrios, naciones o etnias) Posicin en el sistema de parentesco Determinacin por gnero Sexo Orientacin sexual Filiacin poblacional raza: negroide mongoloide caucasoide mestizo Grupo tnico: Se refiere a la pertenencia a una comunidad indgena, afrodescendiente o algn otro grupo. Filiacin poltica: Tiene que ver con la simpata o pertenencia a algn partido poltico de manera explcita: liberal conservador partido independiente movimiento de izquierda etc. Religin catlica cristiana juda protestante etc. Rol social: Tiene que ver con el papel que cumple el individuo en trminos jerrquicos en una comunidad o grupo social especfico.

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presidente de la junta de accin comunal miembro de junta de accin comunal lder comunitario sindicalista lder tnico palabrero, chamn, yerbatero, curandero, miembro de cabildo indgena, partera, plaidera, comadrona, etc.. Sector econmico de acuerdo a la rama de produccin, distribucin o consumo (agricultura, comercio, sector de la salud bienes y servicios, etc.). Oficio agricultor jornalero vendedor informal dueo de negocio comerciante meretriz desempleado habitante de la calle etc. Estrato socioeconmico Particularidades: Esta categora se refiere a las caractersticas particulares de cada vctima, por ejemplo si padeca enfermedades mentales, si tena antecedentes judiciales, etc. Nmero de vctimas

2.3. El dao y el trauma social en contextos de crmenes masivosLa Corte Penal Internacional (CPI) reunida en Nueva York a mediados del 2000 elabor el Informe de la Comisin Preparatoria de la Corte Penal Internacional, Adicin Segunda Parte, all seal que la estructura de los elementos de los crmenes de genocidio, crmenes de lesa humanidad y crmenes de guerra siguen en general unos principios bsicos, entre ellos se encuentra el orden establecido de los elementos: la conducta tpica, las consecuencias resultantes y las circunstancias externas que deben producirse, para identificar el crimen de manera concreta. En los siguientes apartados nos centraremos en las consecuencias resultantes, esto es el trauma y el dao social y cultural, no solo por

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el valor que tiene en este informe de la CPI, sino por lo referente al dao y los perjuicios producidos como consecuencia del curso normal de los actos violentos y por tanto del ataque.

2.4. Dao cultural en crmenes de lesa humanidadEn el mbito de las violaciones a los derechos humanos se est encontrando la existencia de una tendencia contempornea a victimizar a los grupos de personas tomados estos como objetivo colectivo (GTZ, 2010: 55). Por tanto, no es gratuito que Cabezas (2010) afirmara que en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se empieza a figurar un nuevo tipo de dao derivado, claro est, de esta tendencia a victimizar grupos, que aunque est relacionado con el dao moral y el ambiental en cuanto afecta a grupos humanos, este nuevo dao tiene un carcter propio: es el carcter de la cultura, que lo define y determina. El dao cultural lleva implcito un menoscabo, un padecimiento, un dolor, una afectacin, un malestar, en una entidad que no es individual, sino cultural. Este tipo de dao se produce al causar el trauma cultural e incidir en comportamientos, signos, smbolos, de tal manera que incluso llega a afectar el propio cuerpo social. Su comprobacin se evidencia con la epidemiologa de la violencia, con la trasformacin de la cultura, por ejemplo. Se determina claramente en los traumas, lesiones y perjuicios producidos a la cultura. El dao cultural es una especificidad del dao colectivo, en la medida en que en este ltimo se ataca un inters de la comunidad, un bien colectivo como en este caso es la cultura. El dao producido a esta entidad, la cultura especfica, puede de igual manera determinarse y demostrarse, entre otros a travs del testimonio en el cual se dice y muestra el dolor que se les infligi a las vctimas y as mismo el dao infligido al tejido social (Ortega, 2008a) y a las formas culturales. Es necesario anotar que para evaluar el dao cultural y el social se requiere poder establecer las caractersticas de la cultura antes del dao cometido por el acontecimiento violento o por el ataque y posterior a este establecer la relacin causal entre el dao y los hechos indicados en las violaciones; como lo seala Beristain (2009: 75) existe dificultad en demostrar una relacin causal aislada entre el impacto y el hecho, dado que influyen otros factores; pero la inexistencia de dichos problemas antes de la violacin, la concatenacin de hechos probados y los efectos sealados en testimonios, as como las evidencia cientfica o las evaluaciones psicolgicas apoyan fuertemente esta relacin.

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Para interpretar el dao se requiere acercar, conceptual y metodolgicamente, a la antropologa, las ciencias sociales y al derecho para poder conocer de manera ms clara y precisa el contexto social en el que se han cometido las violaciones e identificar la escala de estas y sus efectos. En este acercamiento, el conocimiento del contexto sociocultural y antropolgico extiende puentes entre el grupo victimizado y los sujetos activos de la jurisprudencia tales como: (Ibd., p.76): 1. La comunicabilidad de la experiencia, desde las vctimas y comunidades afectadas con el objetivo de que abogados y magistrados de la Corte, puedan comprender mejor el impacto. 2. La evaluacin de aspectos que tienen que ver con el dao inmaterial, por ejemplo la relacin con la muerte, con los difuntos, con la tierra, como impactos en la dignidad, etc., que necesitan una visin desde la propia cultura. 3. La valoracin de la relacin causal con los hechos, teniendo en cuenta las diferencias culturales que pueden afectar la expresin o las relaciones de causalidad de la propia cultura. En cuanto al dao cultural se tienen como antecedentes inmediatos tres casos en la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde la cultura, o algn aspecto de ella, tiene gran valor en las decisiones: En el caso Aloeboetoe y otros versus Suriname, la Corte en la Sentencia de Reparacin dictada en 1993 en el literal 17 (5), toma en cuenta en el derecho consuetudinario de los Maroons sus relaciones de parentesco basadas en la poligamia: La estructura familiar de los Maroons a la cual pertenecen los Saramacas, tribu de las vctimas, y que es esencialmente matriarcal, en la cual es frecuente la poligamia. En el caso Efrain Bmaca versus Guatemala, Cabezas (2010) afirma que la Corte admite como perjuicio derivado del delito de desaparicin forzada el dao espiritual o dao cultural. Y es posible asumir lo que afirma este abogado porque adems la Corte en la Sentencia de 25 de noviembre del 2000 literal 6 (2) en su aparte de Voto Razonado, otorga gran relevancia a los ritos de muerte para la cultura maya: dado que la vinculacin entre los vivos y los muertos sostenida por tantas culturas, inclusive la maya, no me parece haber sido suficientemente desarrollada en el dominio de la ciencia del derecho. Permtome, as, centrar mis reflexiones en cuatro aspectos interrelacionados de la cuestin, desde la perspectiva de los derechos humanos, a saber: a) el respeto a los muertos en las personas de los vivos; b) la unidad del gnero humano en los vnculos entre los

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vivos y los muertos; c) los lazos de solidaridad entre los muertos y los vivos; y d) la prevalencia del derecho a la verdad, en respeto a los muertos y a los vivos.

Por ltimo, el caso Mayagna (Sumo) Awas Tingni versus el Estado de Nicaragua en el cual la Corte incorpor como documento la etnografa del grupo Awas Tingni. Un Estudio Etnogrfico de la Comunidad y su Territorio, elaborado por el antroplogo Macdonald en el ao de 1996, en el conjunto de materiales de prueba. De igual manera en el escrito del Voto Razonado Conjunto de los Jueces se otorga un gran valor a la cultura y al territorio cultural:En la audiencia pblica celebrada en la sede de la Corte Interamericana los das 16, 17 y 18 de noviembre de 2000, dos miembros y representantes de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni sealaron la importancia vital que reviste la relacin de los miembros de la comunidad con las tierras que ocupan, no solo para su propia subsistencia, sino adems para su desarrollo familiar, cultural y religioso. De ah su caracterizacin del territorio como sagrado, por cobijar no solo los miembros vivos de la comunidad, sino tambin los restos mortales de sus antepasados, as como sus divinidades. De ah, por ejemplo, la gran significacin religiosa de los cerros, habitados por dichas divinidades.

Por ltimo se resalta algunos elementos tomados desde la jurisprudencia de la CIDH de lo que Cabezas (2010) denomina dao espiritual o cultural:Es colectivo y difuso. Implica conflicto cultural y lesin a la cultura afectada por los delitos. Posible alteracin de la cultura a travs del cambio por acontecimientos

violentos.Este tipo de dao genera sufrimiento pero el bien colectivo que se afecta

es la reproduccin de la cultura en todas sus dimensiones: creencias, cosmovisin, etc., y la lesin de esta es el sufrimiento como perjuicio. el trauma cultural. La magnitud del dao se traduce en lo que denominaremos ms adelante trauma cultural. El dao y el trauma colectivo se han interpretado como producto disfuncional, adverso y nocivo de un cambio en el mbito social (Sztompka, 2000) y como instrumento catalizador, que, a travs del miedo y el desorden, dan el impulso inicial a la implementacin de reformas econmicas y el establecimiento de nuevas condiciones de poder y relaciones polticas al interior del

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establecimiento de un nuevo orden social (Klein, 2008), esto es, el dao y el trauma colectivo como medio para el cambio. En ambas consideraciones, est implcito que cuando aparecen en el devenir social como producto de crmenes masivos conllevan cambios que por la importancia y el impacto que generan en el grupo requieren una evaluacin cuidadosa. La violencia generada en este tipo de dao, se moviliza en el tejido social a travs del sufrimiento como sustrato inmediato. El sufrimiento no es una categora de anlisis lejana a la jurisprudencia, ya la Corte Interamericana de Derechos Humanos la admite como parte del dao moral generado por la violacin padecida, ver el caso Neira Alegra y otros en la sentencia de reparaciones de 19 de septiembre de 2008 donde el sufrimiento moral tiene gran valor o en el caso del Penal Miguel Castro Castro versus Per en la Sentencia de Reparacin de 2 de agosto del 2008, donde se admite incluso el sufrimiento causado a la sociedad, que en este caso es la peruana. En este orden de ideas se define el sufrimiento como lo plantea Das (2008), el ensamble de problemas humanos que tienen sus orgenes y sus consecuencias en las heridas devastadoras que las fuerzas sociales infligen a la experiencia humana (Ibd., p. 453), estas experiencias humanas de dolor y padecimiento administrado racionalmente, como el sufrimiento social de orden gentico en masacres, asesinatos selectivos, violencia sexual, desapariciones, tortura; son creadas y distribuidas por el orden social y dispuestas para el uso poltico (Ortega, 2008a) en la recodificacin de las relaciones de poder y readecuacin o ajuste de las fuerzas polticas; como es claro en la justificacin para la conformacin del paramilitarismo en Colombia o la implementacin de dictaduras como la chilena y la argentina en los aos 70. El dao lesiona transitoria o permanentemente, igual sucede con el trauma, incluso para algunos autores (Robenn, 2005) se ha establecido que la permanencia de un trauma cultural producto de crmenes masivos y de lesa humanidad alcanzan a cubrir varias dcadas y transferirse a distintas generaciones, lo cual implica el que trasciende a la memoria y de manera especfica la trasciende de forma traumtica. Estas caractersticas de transitoriedad o permanencia son necesarias para caracterizar el perjuicio causado y saber cmo compensarlo. Adems, debe probarse la existencia de la intensidad del dao que en este caso se denomina inmaterial y de los elementos de esa intensidad se desprenden precisamente del tipo de traumas ocasionados. De otro lado, en el contexto de la Comisin de Crmenes de Lesa Humanidad en cuanto al carcter general del ataque, el elemento cuantitativo se contempla no solo por el mtodo empleado, sino adems por el resultado lesivo de

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repercusin importante en el concreto mbito social (Lin, 2008) y en este encaja de manera perfecta la argumentacin e interpretacin generada en el dao colectivo, social y cultural con la produccin de perjuicios traumticos masivos. La determinacin del perjuicio daino, en este caso del trauma colectivo, en los contextos de crmenes masivos tiene un gran valor en la Ley 975 del 2005, no solo para ser tomado en cuenta en las audiencias de conocimiento y en especial para la Audiencia de Incidente de Reparacin Integral como lo discutiremos ms adelante sino en la parte previa del proceso en la cual, no solo es necesario, sino que es competencia del fiscal la investigacin y determinacin del dao colectivo y los perjuicios causados en la comisin de delitos, como se cita en el texto de la Cooperacin Tcnica Alemana (GTZ, 2010: 107).El artculo 15 de la normativa que se est comentando adjudica a los servidores pblicos, el compromiso de esclarecer la verdad sobre los hechos objeto de investigacin, al tiempo que ordena a la Fiscala la averiguacin de las conductas punibles y sus circunstancias, amn de las condiciones sociales, familiares e individuales del imputado y su comportamiento punible anterior. Con igual claridad le adjudica el deber de investigar los daos que individual o colectivamente haya causado de manera directa (el imputado o acusado) a las vctimas

El dao colectivo se establece en el orden de las circunstancias que rodean las conductas punibles, adems la comprensin y el conocimiento de cmo se conforma un dao colectivo y los traumas que genera como perjuicio permite aportar elementos de conviccin e incorporarlos vlidamente al proceso, y con base en ello, tomar una decisin sobre los hechos, claro est, apoyados en el desarrollo de principios y conceptos cientficos emanados de las ciencias sociales en general y de manera ms especfica desde la antropologa sociocultural y los mtodos etnogrficos, como de manera precisa se lee en el auto de segunda instancia de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Proceso N 31150 numeral 8 (Ibez, 2009:41). Es bueno subrayar que el proceso de valoracin de la prueba es el mtodo a travs del cual se evalan los distintos elementos de conviccin vlidamente incorporados al proceso para tomar una decisin sobre los hechos. Es una operacin mental que comporta el anlisis razonado de los elementos de conviccin, sujeto a ciertas reglas que lo organizan. Entre los sistemas tradicionales de valoracin de la prueba, el nuestro adopta el de la sana crtica, que

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se caracteriza por la ausencia de reglas abstractas de valoracin probatoria y exige una decisin sustentada en los elementos de conviccin y la consecuente motivacin sobre su mrito probatorio, conforme a las leyes de la ciencia, los principios de la lgica y las reglas de la experiencia.Es claro, entonces, que cuando el funcionario de control de garantas reclama que la confesin est asistida de otros medios de prueba, estatuye una carga adicional que se opone no solo a los preceptos legales que conforman la Ley de Justicia y Paz, sino al contexto poltico, histrico y axiolgico que subyace a la misma, donde la valoracin de los contenidos del relato, ser el resultado de los mecanismos racionales y las facultades analticas del juzgador. No se trata, como sucede en el sistema de prueba legal o prueba tasada propio del sistema inquisitivo, de un mtodo rgido, utilizado para asignar un valor legalmente determinado a cada clase de medio probatorio. Se trata, por el contrario, de un mtodo que no predetermina el valor de conviccin de las distintas piezas probatorias, sino que establece pautas generales, propias del correcto razonamiento humano, aplicables a todo elemento probatorio. Las reglas de la sana crtica permiten examinar, de manera individual, cada confesin, testimonio o cualquier elemento de prueba, para que sea el funcionario judicial quien realice un juicio sobre la credibilidad, confiabilidad y valor probatorio, segn sus particulares caractersticas. En esta consideracin individualizada el funcionario debe atender al contenido del elemento de prueba en s, y confrontarlo tambin con el resto del contexto histrico, tanto personal, como del grupo armado del cual hizo parte el desmovilizado que aspira a obtener los beneficios de la Ley de Justicia y Paz.

Para pensar el lugar que ocupan los hechos violentos, qu significan en la sociedad, y el conjunto de circunstancias genticas que los rodean, partimos del axioma de que cada hecho es comprensible y explicable solo en su contexto, porque este se convierte en la estructura significativa para cada uno de ellos o para el conjunto de hechos violentos. Adems, porque este tipo de eventos sociales no ocurren al azar sino que revelan la naturaleza compleja del contexto de la violencia y de las lgicas de la guerra. A esta complejidad responde la investigacin de carcter multidisciplinaria de genocidios, crmenes de guerra y de lesa humanidad cometidos a gran escala, tal como lo seala la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Reed, 2008b). La investigacin debe recurrir a explicar el contexto socio-his-

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trico de los hechos y la estructura significativa que los contiene en trminos de las relaciones polticas, histricas e institucionales, adems entenderlo en trminos territoriales y de las dinmicas de violencia, el objetivo de una iniciativa de judicializacin de estos crmenes no es solo esclarecer lo acontecido en hechos aislados, sino determinar el continuo de poder entre determinadores y seguidores y explicitar las polticas, prcticas y contextos que determinaron (o facilitaron) la perpetracin de abusos de manera sistemtica o generalizada (Reed H., M. 2008b:101). De la investigacin multidisciplinaria del acontecimiento violento y de su contexto gentico se deriva el develamiento de las relaciones sociales, porque tras el hecho estn implcitas las relaciones sociales y el efecto del hecho o acontecimiento violento se entiende en el nuevo orden de relaciones sociales que se establece; muestra de lo anterior son los macroproyectos agrcolas en el Choc. En efecto, no era claro al comienzo del paramilitarismo en esta zona del pas la estructuracin de planes de apropiacin del suelo para macroproyectos agrcolas, solo en una etapa posterior a los acontecimientos violentos y traumticos, la Fiscala General de la Nacin pudo develar el porqu de masacres y asesinatos violentos y la nueva configuracin de las relaciones sociales que soportaban la propiedad y apropiacin de este suelo. En lo que se refiere a las dinmicas en el orden de la cultura, recalcamos el papel que cumple en esta investigacin el conocer la naturaleza de la vctima colectiva de manera especfica y particular, los modos en que estos padecen, perciben, persisten y resisten esas violencias, recuerdan sus prdidas y les hacen duelo, pero tambin la absorben, la sobrellevan y la articulan a su cotidianidad (Ortega, 2008a:20). Conocer estas caractersticas de la vctima colectiva. Si se hace permite hacer aportes a la construccin de la verdad, ir ms all de la concepcin estructural de la guerra reconocimiento del territorio y descripcin de las dinmicas y acceder a niveles ms profundos del acontecimiento violento, esto es su efecto multidimensional y concreto. Por ltimo, es necesario conocer la relacin de la vctima como sujeto social con otros sujetos de la sociedad.

2.5. El trauma como producto del daoLa amplia generacin de traumas masivos producto de crmenes de guerra, de lesa humanidad y de genocidios llevados a cabo en el siglo XX y en lo que va del XXI ha presionado el impulso de su estudio por parte de diferentes ciencias sociales psicologa, antropologa, sociologa e historia para poder comprender en toda su multidimensionalidad y proponer elementos para su resolucin colectiva.

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En trminos mdicos y psiquitricos el trauma es el impacto que a largo plazo deja un suceso repentino con efectos destructivos incapacitantes en algn aspecto importante. Individualmente el impacto destructivo se manifiesta en la personalidad y como efecto aparece algn tipo de incapacidad mental o emocional. En el mbito social el trauma presenta sus efectos destructivos en el cuerpo social, en el sistema de relaciones sociales, lo cual significa que la capacidad creativa del grupo para su reproduccin presenta una patologa especfica; una patologa que implica una insuficiencia en la posibilidad de reproduccin y recreacin de la colectividad, esto es alteracin en su supervivencia. El trauma en s, por su carcter repentino y completo produce un shock doloroso al tejido social y a la cultura, as como en el mbito mdico a causa de un evento daoso se produce un shock orgnico. Todo lo anterior se refiere en ltima instancia a una catstrofe que ha producido dao en la sociedad. De manera ms especfica Sztompka en el 2000 defini el trauma como un proceso dinmico con un inicio, un desarrollo y una resolucin. Adems, estableci la secuencia traumtica y de forma precisa defini cada una de las fases de dicho problema social. En trminos generales, todo proceso traumtico est constituido por varias fases primordiales que van desde el contexto estructural, la situacin o acontecimiento traumtico y modos especficos de interpretar y narrar este tipo de acontecimientos, los sntomas, las adaptaciones postraumticas emanadas del contexto especfico y por ltimo la superacin del trauma. 2.5.1. El contexto estructural El contexto estructural o el ambiente propicio a la convergencia del trauma son las condiciones maduras que aparecen cuando la desorganizacin, desestabilizacin, desplazamiento o incoherencia cultural permiten que el complejo social se polarice y produzca ambivalencia o desorientacin en la cultura. El impacto violento se posiciona de manera rpida, inesperada, en las reas centrales de los componentes culturales donde se producen o reproducen valores, creencias y normas comunes. La desaparicin forzada se implementa como ataque con el objeto de confundir a la poblacin donde se aplica. En informacin recolectada en campo algunos desmovilizados afirmaban utilizar la desaparicin forzada con fines netamente de confusin a la poblacin para que no se identificara al sujeto activo ni las razones de la desaparicin, se creara un estado de descontrol y ambivalencia social2.2 Investigacin en proceso sobre el tratamiento del cuerpo en el paramilitarismo. Universidad de Antioquia. Grupo de Investigaciones Biosociales del Cuerpo.

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La desorientacin cultural se presenta de varias formas fundamentales; una primera forma tiene que ver con el golpe al centro de la cultura y ruptura de la congruencia de los valores bsicos, verbigracia los que soportan las bases de la identidad o del orgullo colectivo. En la India, el concepto de puro o pureza en la sociedad tiene un valor central de configuracin del ethos y la identidad de algunas etnias; en las confrontaciones llevadas a cabo en el marco de particin de la India y Pakistn los hombres violaban y torturaban a las mujeres del pas enemigo para marcar el cuerpo con la impureza y atacar un concepto y significado nuclear de la cultura (Das, 2008). Otra forma de desorientacin cultural aparece con la movilizacin de la gente, para este escrito se pueden retomar la desorientacin producto del desplazamiento forzado, donde la gente no se adapta al nuevo entorno y a los valores que all se movilizan. Los desplazados se encuentran en un mundo cultural con el que estn en completo descuerdo con respecto a su cultura y esto es definido como doloroso e insoportable. La desorientacin da paso al trauma, de igual manera en todas estas formas se presenta una movilidad moral e intelectual como la seal ms evidente de que hay una situacin conducente a trauma: se habla de l y se quiere hacer algo al respecto. La desorientacin puede ser planificada con el objeto de conducir a un grupo a la experiencia traumtica y controlar el contexto; para ello se requiere conocer socioculturalmente al grupo, desde lo ms profundo de las relaciones y representaciones culturales; y as planear y estructurar las formas y mecanismos de terror a implementar en el ataque. Tal fue el caso del proyecto contrainsurgente almas errantes en el queSe utiliz el conocimiento de la cultura vietnamita para activar dispositivos de terror colectivo. El decimoquinto da de la sptima luna los vietnamitas celebran el da de las almas errantes; en las viviendas y pagodas ofrendan alimentos, bebidas y regalos a sus difuntos olvidados a los cuales llaman almas errantes. As que los muertos tenan y tienen un lugar central en la significacin de los vivos. Desde este imaginario colectivo antroplogos y psiclogos sociales recomendaron al ejrcito de los Estados Unidos no devolver el cuerpo, desaparecerlo con el fin de utilizarlo como objetivo psicolgico divisivo, tanto en el orden individual como en el orden colectivo. Los victimarios colocaron altavoces al interior de la selva y a travs de estos emitan gemidos y chillidos simulando la sonoridad de las almas errantes. El efecto esperado era hacer de las selvas un lugar imaginario del ms all indmito y tenebroso, lugar en el que los ejrcitos contrainsurgentes eran absolutamente vulnerables y donde los vietnamitas ganaban las batallas. En este mbito se gesta de manera sistemtica la desaparicin forzada de personas (Monsalve, 2009:13).

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En sntesis, el contexto necesario para el surgimiento de un trauma cultural se estructura desde un estado de desorientacin cultural, aunado a la preocupacin social, y expresado en la intensificacin emocional y el activismo intelectual. 2.5.2. El acontecimiento violento Cuando los hechos o sucesos revisten cierto grado de importancia y significacin para la sociedad, ascienden a la categora de acontecimiento, y esto es lo propio de los hechos violentos en los crmenes de lesa humanidad, acontecimientos violentos que adquieren la connotacin de trauma social por el registro especial que hacen en la memoria y la historia; el trauma social es un tipo de trauma en el que los eventos devastadores tienen la capacidad de romper el tejido social, alterar las redes simblicas e infligir un sufrimiento de tal magnitud que es diferente a la suma de las heridas personales que lo constituyen, y es ms que estas (Erikson, citado en Ortega, 2008b:34). Un golpe o ataque terrorista conduce a la poblacin a un shock colectivo, el despliegue de una fuerza abrumadora hace entrar a los individuos y los grupos humanos a los que se aplica en una animacin suspendida, esto es a las puertas del trauma. Las sociedades en estado de shock, segn Klein (2008), a menudo renuncian a valores que de otro modo defenderan con entereza. Algo parecido sucede con los familiares de los desaparecidos, quienes no pueden decidir proyectos vitales en tanto la situacin de su ser querido permanece indefinida (Kordon, et l. 2010). De esta misma lnea de categoras son los efectos de la guerra; la guerra y los conflictos armados impactan con tal fuerza y de manera tan inmediata en el tejido social que los grupos sometidos a la destruccin no pueden reaccionar ante ella con eficacia (Carpentier, 2007). La intensidad y la durabilidad del dao y del trauma colectivo dependen del impacto del acontecimiento, hechos o ataque infligido al cuerpo de la sociedad3 y a la determinacin de qu parte de este cuerpo social se pretende llegar, tocar y alterar. I. La existencia de las formas y patrones culturales es persistente y conservadora, presenta gran resistencia al cambio y por lo tanto a los efectos de acontecimientos traumticos. Para interferir en la cultura y modificarla en su ncleo fundamental se requiere de modelos implementados a muy largo tiempo y ritmos lentos, que ejecutados conscientemente produzcan un efecto profundo, destructivo y adverso.3 Metfora tomada de Sztompka, 2000.

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Snchez G., G. (2008:16) afirma que parte de la eficacia del discurso y de las prcticas del terror precisamente es empujar a la vctima al campo del opresor, llevar a la vctima a interiorizar en su comportamiento la ideologa, los valores y las prcticas del verdugo, por tanto, como efecto del terror se quiebran los referentes culturales se desdibujan las fronteras entre el bien y el mal, se trasfiere el mensaje de la violencia listo para su reproduccin. Un buen ejemplo de ello se encuentra en el escrito de acusacin a Ramn Isaza, donde se legitima el asesinato en los acontecimientos de limpieza social por parte de los mismos familiares de la vctima y el consentimiento de estos hechos por parte de un sector social. De una manera implcita hay un acto de apologa y propaganda que se ha llevado a cabo por los victimarios para que estas prcticas de terror se legitimen y acepten. As de esta manera, las nuevas formas de violencia, que no son propias del grupo, trascienden a la mentalidad colectiva de dicho grupo y por tanto se reproducen en la vida cotidianidad, junto a lo anterior se trasforman los valores y las prcticas del grupo. Un ejemplo de ello sucede en zonas de conflicto prolongado, donde los acontecimientos violentos logran cambios en la cultura y ms especficamente en sus formas de violencia. En este contexto cabe citar a Lin, en cuanto a los elementos estructurales del crimen contra la humanidad:Respecto al artculo 7. 3. de los Elementos se exige que el Estado o la organizacin promuevan o alienten activamente un ataque de esa ndole contra la poblacin civil. Por lo tanto, no sera suficiente con el establecimiento de un contexto, sino que sera necesario un acto de apologa o propaganda para animar a llevar a cabo la lnea de conducta. Este artculo no excluye la iniciativa de individuos que, habiendo recibido el mensaje de violencia, acten por cuenta propia en dicho contexto. Ello sera constitutivo de crmenes contra la humanidad, ya que no se puede identificar dicha redaccin como la exigencia de que el Estado o la organizacin tomen parte activa cometiendo actos criminales para que el tipo pueda ser perfeccionado (2008:16).

Espinosa (2009), en una investigacin realizada en la Sierra de la Macarena en el departamento del Meta, documenta la configuracin de una violencia cotidiana y de la incorporacin de esta en la vida ordinaria, como expresin particular de la violencia poltica, lo cual implica para los campesinos otra forma de cambio: la rutina del sufrimiento como algo normal, cotidiano del da a da y el resquebrajamiento de la confianza entre vecinos, entre otros.

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II. Hay otros acontecimientos intensos, rpidos, repentinos y radicales que impactan el tejido social de manera inmediata y de ello depende la duracin del dao y del trauma colectivo. A este tipo de impactos se les denomina acontecimientos de shock y conmocin, porque producen traumas colectivos radicales. Para ser traumticos este tipo de acontecimientos conjuga al menos cuatro caractersticas (Sztompka, 2000): 1. Cualidad temporal: rpido y repentino. 2. Substancia y alcance: radical, profundo, amplio, alcance al ncleo cultural. 3. Orgenes: Impuesto y exgeno. 4. Encuadre mental: percibido como inesperado, imprevisto, generador de shock, repulsivo. A este tipo de cambios sociales que generan traumas culturales corresponden: el desplazamiento forzado, limpieza tnica, genocidio, asesinato en masa, asesinato de lderes polticos, en sntesis, corresponden a los crmenes de lesa humanidad, entre otros. El suceso o acontecimiento traumtico tiene dos componentes universales: la respuesta a los acontecimientos y la definicin de los sntomas expresados (Hudnall, et l. 2004) por la cultura; esta ltima dimensin requiere de la interpretacin cultural del hecho, acontecimiento o ataque como traumatizante. La cultura posee un pool de significados predeterminados que la gente selecciona y los aplica a los eventos potencialmente traumatizantes. 2.5.3. Sntomas traumticos Los psiclogos distinguen tres aspectos psquicos del trauma: el evento como tal, causante del trauma y, por tanto, el responsable de una prdida que puede ser una persona, un objeto o el hbitat; consecuencia de ello la percepcin del evento como un acontecimiento traumtico o la instauracin del trauma, esto es el impacto emocional y afectivo de la experiencia negativa; y por ltimo la reaccin propia del sujeto como padecimiento ante el evento traumtico y la prdida sufrida duelo. Las interpretaciones psicolgicas del trauma individual pueden ser trasladadas a la dimensin sociocultural cuando el trauma como hecho social se extiende y distribuye entre los miembros de un grupo determinado, como fenmeno grupal implica que su experiencia se proyecta en la cultura y en la sociedad y, por tanto, su tratamiento tiene que corresponder con su naturaleza social y como veremos ms adelante de igual manera su reparacin. La interpretacin del trauma en el orden grupal implica la ruptura, el desplazamiento, la desorganizacin, en ltima instancia la experiencia traumtica y la prdida en la colectividad, lo perdido es algo propio de todos y de cada uno en el grupo.

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Sztompka (2000) advierte que mientras ms fuerte es el shock o impacto del acontecimiento violento ms fuerte es el trauma; as en un grupo barrial acostumbrado al asesinato y al conflicto continuo, el asesinato del lder barrial no impacta al grupo de manera contundente, aunque s a los individuos cercanos; pero caso contrario sucede en un grupo de gran estabilidad, regular y ordenado donde el asesinato de un lder altera de manera contundente al grupo total. En la Audiencia de Reparacin Integral de Mampujan, las vctimas resaltaban y sealaban el efecto nocivo del asesinato del Rey del ame sobre los habitantes de la regin, no solo por la injerencia que tena en las relaciones econmicas de produccin y distribucin del ame y otros productos agrcolas, sino adems por el poder que lo investa como lder y patrn a seguir. Sztompka adems precisa que si el trauma toca el ncleo del orden sociocultural, como los valores primordiales, las reglas y expectativas centrales o reas significativas de gran valor social, como la concepcin corporal, el impacto se har sentir ms fuerte; verbigracia el desmembramiento con el objeto de desaparecer tiene un gran impacto en la sociedad colombiana. En la guerra, el cuerpo es el primer espacio donde se concretan las relaciones sociales de poder y las concepciones de sociedad, y a travs de un proceso de representacin el cuerpo se reconoce en la cosa4, establecindose la identidad entre uno y otra; el cuerpo es una cosa que se tira como denominaban los paramilitares el acto de deshacerse de los pedazos de la vctima y este era el significado que tambin entendan y entienden las vctimas porque sealan que su muertos estn tirados, por tanto, quieren ir a recogerlos. No encontrar el cuerpo, ya sea parcial o totalmente, para darle cristiana sepultura, en un orden social de pensamiento judeocristiano rompe con las formas bsicas de humanizacin en nuestra sociedad. El trauma como fenmeno cultural, instalado en el ncleo del orden social, persiste y perdura a travs de generaciones y desde all se reactiva cuando se pone en marcha un hecho significativo que puede reavivar la violencia entre los grupos que confrontaron en el pasado: etnias, tribus, naciones, etc. Pero, cmo se manifiesta el trauma? Cuando estemos ante grupos sociales, cmo identificar las manifestaciones traumticas y los efectos de los acontecimientos violentos?

4 El trmino cosa en este escrito se define en contraposicin a sujeto o persona objeto de las relaciones sociales, un ejemplo de ello es el esclavo, quien en el rgimen esclavista era una cosa. Diccionario de la Real Academia Espaola, impreso en 1999.

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En el orden individual, hay una recurrencia al padecimiento de pesadillas, repeticiones mentales del hecho traumtico y reacciones de angustia automtica que presentan periodos de latencia y olvido de la experiencia como parte del proceso traumtico (Eyerman, 2004); adems se presenta un sufrimiento cultural de perturbacin familiar y social, dolor crnico de la existencia, manifiesto en comportamientos destructivos, dolor existencial suspendido y depresin suicida. En el acontecimiento violento que adquiere carcter de acontecimiento traumtico el efecto devastador tiene un espectro de accin masivo, por ello se define como algo ms que la suma total del sufrimiento individual y trasciende las personas, la infraestructura y el paisaje: aunque afecta a las personas individualmente la accin contundente que desestructura est dirigida a afectar los criterios sociales, se introduce un mundo al revs, donde todo es inconmensurable e inequiparable al mundo familiar cotidiano (Robben, 2005); como seala Jeln (2002), la fuerza del acontecimiento colapsa la comprensin y la capacidad de explicar lo ocurrido, porque no se puede comprender la prdida ni hacer frente a ella; as por tanto, esta incomprensin y desorientacin, asegura Robben, es la que lleva al individuo a sentirse impotente, aterrorizado y no enfrentar la prdida y el acontecimiento violento. En las Audiencias de Reparacin Integral de Mampujan, un hombre anciano de la regin se para frente al pblico asistente y dice ni siquiera nosotros sabemos lo que hemos perdido. Cuando hay perturbacin los smbolos y las palabras comienzan a significar algo distinto, los valores pierden su vigencia, se rompe la confianza, la fe y todo tipo de creencias orientativas y al no aceptar la prdida y no llevar a cabo el trabajo de duelo, el grupo puede permanecer en un duelo crnico. As el trauma masivo deja grupos, culturas y sociedades sin defensa. Dejar de ser lo que se es significa perder la identidad y esta se quiebra y rompe para instaurar otra identidad, se detona el trauma colectivo para quebrar las antiguas pautas y modelos de comportamiento del grupo y a manera de tabula rasa (Klein, 2008) escribir otro tipo de pautas valores y modelos de comportamiento. Por ello, no es gratuito que este tipo de traumas se implementen en zonas que se supone intervenidas por razones de contrainsurgencia, ya que la guerra es uno de los acontecimientos sociales ms complejos y prolficos en cuanto a traumas sociales. Pero no solo existen razones polticas, tambin y fundamentalmente existen razones econmicas, donde se devela la intencin de romper la identidad y desestructurar la comunidad, para hacerla dcil e implementar medidas econmicas que bajo otras circunstancias la comunidad no aceptara.

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El develar las razones profundas y estructurales del cambio social a travs de acontecimientos traumticos corresponde a un nivel de verdad que no es perceptible como una verdad fenomenolgica, sino deducible en los efectos del acontecimiento y de la dimensin en que actu el trauma: econmico, poltico, entre otros. El efecto del acontecimiento no solo depende de la contundencia del impacto sino tambin de quien lo produce si el sufrimiento es causado por vecinos y otros miembros de la comunidad o por agentes externos a la misma; si es el Estado o son individuos asociados a la delincuencia; si la agresin es inesperada o largamente anticipada y temida; si es sostenida o eventual (Ortega, 2008a, 34). El trauma social y sus efectos masivamente expresados en la depresin suicida, los duelos sociales crnicos, entre otros, conducen a un problema mayor en la sociedad, a un problema de salud pblica, a un problema epidemiolgico expreso y a unas implicaciones contundentes en el sector sanitario, verificable en estadsticas de morbilidad y mortalidad a travs de variables como la identificacin de factores de riesgo, causalidad, tasas de mortalidad y morbilidad, prevalencia, incidencia, entre muchas otras, aunado a la identificacin de la posible etiologa del trauma, esto es el contexto de violencia masiva con el perfil demogrfico de la poblacin estudiada, edad, y sexo, como eje transversal de anlisis. Llorente y colaboradores (2009) concluyen que los grupos irregulares como paramilitares y guerrilleros han contribuido en el mantenimiento de unas altas tasas de homicidio en el pas. De hecho en das recientes la FGN repost que en solo 400 municipios del pas desde los aos 80, 150.000 personas habran sido asesinadas por paramilitares (El Espectador, 2010). Se estima que desde los aos 1990 y un poco antes, esta forma de violencia es la primera causa de muerte en nuestro pas. El perfil demogrfico de los homicidios es muy claro; las vctimas son principalmente el grupo etario de 15 a 44 aos de edad y de ellos el 80% de los muertos son hombres. Pero al parecer el problema desbordado del homicidio no es solo del orden nacional, sino del orden internacional, por ello, considera el reconocido epidemilogo Sal Franco (1997:1) que Colombia tiene las tasas de mortalidad por homicidio ms altas del mundo. Si la epidemiologa busca establecer entonces una relacin directa entre la distribucin de frecuencia de enfermedades o eventos y fenmenos de salud en grupos sociales y los factores que influyen sobre la ocurrencia y variacin de esta distribucin (Colimon, 1978), ser posible en la interpretacin de los efectos causados por violencia masiva utilizar la epidemiologa como un marco referencial para la edificacin de un mayor nivel de efecto traumtico en las vctimas vivas de la violencia.

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Siguiendo esta lnea del trauma social y sus efectos, la desaparicin forzada en Argentina tuvo tal impacto en la sociedad que el duelo crnico persiste incluso hoy en el recuerdo de confrontacin continua y compulsiva (Robben, 2005) y es tal el impacto que Kordon y colaboradores (2010) sealan que se ha reactivado el trauma social y las heridas siguen abiertas. En el 2004 Alexander precis en mayor medida los alcances de los acontecimientos traumticos y lo delimit en la cultura, afirm que el trauma cultural ocurre cuando los miembros de un grupo cultural sienten haber sido objeto de un evento horrendo que tiene la propiedad de dejar una marca indeleble en su consciencia grupal y marcar para siempre su memoria. El trauma cultural se reconoce porque cambia la identidad del grupo de manera fundamental. La violencia masiva en guerras tnicas, limpieza social, destierros masivos, desarticulan los sistemas culturales y reducen sus costumbres al sinsentido, los rituales los vuelven intiles y las memorias colectivas vagas, las relaciones vecinales de confianza se transforman en paranoias, el apoyo y cuidado en agresin (Young, 1998). Los elementos culturales vulnerables al ataque van desde el cuerpo, la religin, la historia, el lenguaje, la economa, el ambiente, eliminacin de autoridades tradicionales o de figuras detentadoras de poder tradicional, elevacin de poder a autoridades no tradicionales, etc. (Young, 1998; Stamm, et. l. 2004). En sntesis, el sntoma traumtico de la evocacin compulsiva de la experiencia violenta no solo es una forma de hacer frente a la inconmensurabilidad del acontecimiento violento y al trauma, sino que es un llamado de atencin para llenar las lagunas de desinformacin y olvido propios del trauma (Robben, 2005). La verdad y la informacin que se generan en la confesin del victimario, en la investigacin social (histrica, poltica, psicolgica, antropolgica y sociolgica) y en la investigacin judicial ayudan a explicar y a dar sentido al sufrimiento de las vctimas, la cultura y la sociedad, es por ello que las vctimas siempre estn preguntando qu pas?, por qu pas?, preguntan tambin, cmo identificar en los huesos a una persona? As deducen el significado del sufrimiento propio, significado y explicacin, que ya no emana del sistema cultural conocido. Es por ello que impulsar la participacin activa de la vctima, como parte de la poltica de verdad potenciando las narraciones de vctimas y victimarios aunado a los trabajos de los investigadores ayuda a descubrir el pasado traumtico. En este orden de ideas la verdad ayuda a la gente a reconstruir el sentido y dar un lugar a las experiencias vividas y crear sensacin de dominio, los orienta hacia el futuro y les permite funcionar mejor en sociedad.

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2.5.4. Adaptaciones postraumticas La reparacin del dao tiene otras consecuencias: reorganizacin, rehabilitacin, reivindicacin del grupo cultural lesionado, o restauracin cultural que pueden gestarse teniendo como fuente primaria la identidad cultural. Para esto se requiere del conocimiento de la cultura existente antes del acontecimiento violento, como principio bsico de reparacin y para ello la jurisprudencia se puede servir del mtodo etnogrfico. Reparar el dao cultural significa, en este contexto, reconstruir o volver a reconfigurar una identidad colectiva a travs de la representacin como forma de restaurar la ruptura del tejido social (Eyerman, 2004); de igual manera Hudnall y colaboradores en el 2004 afirmaban que no era posible proporcionar los insumos suficientes en la trasformacin de la prdida cultural si se concentraba la reparacin o reconstruccin solo en la infraestructura fsica y se pasaba por alto la sociocultural, la humana. De ello, podemos avizorar que la prdida del patrimonio cultural se hace por partida doble al obviar la dimensin sociocultural de la reparacin y adems se puede afirmar que es otra manera de revictimizar. La cultura desempea un doble papel, por un lado es parte substantiva de la conformacin de la experiencia traumtica porque la prdida es solo prdida si se admite por la cultura y si se interpreta el acontecimiento violento como trauma. Como ejemplo se toma el conflicto blico turco en donde las creencias religiosas y el fuerte orgullo en la identidad cultural mitigan el dolor producto de la devastacin. De otro lado, desde la cultura se pueden recuperar esas rupturas inesperadas en la vida social a travs de dispositivos que faciliten procesos de curacin, como son los rituales: formas de expresin de emociones, guas de comportamiento, propuesta de significado para cierre de duelos. Los rituales desempean una funcin importante en la curacin porque proporcionan a las personas los significados y sentidos perdidos en el proceso traumtico y fortalecen los vnculos entre el individuo y el grupo cultural. De all que retomar la psicoterapia tradicional y cultural tenga un gran valor en los procesos de reparacin integral. Y as funciona el ritual Navajo el camino enemigo, el cual en siete das restaura las relaciones entre la familia, el clan y los miembros de la cultura con los individuos traumatizados por la guerra (Durkheim, 1961; Joung 1998). Gacaca en cambio es una prctica cultural de rehabilitacin. Gacaca fue el sistema judicial tradicional ruands, retomado por los Tutsis, cuando el Tribunal Penal Internacional no fue suficiente ni adecuado y desde all se hicieron los juzgamientos; esta es una tradicin cultural

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utilizada para cumplir funciones de rehabilitacin cultural. As que a travs de la cultura misma se pueden reparar tambin los daos. Hasta este nivel, la Antropologa social tiene el potencial de aportar mayor verdad a partir de la recoleccin de datos e interpretacin de la informacin, orientada a la Ley 975 del 2005 de Justicia y Paz. Por tanto, cabe recordar que en el tem uno: Niveles de afectacin de los delitos de lesa humanidad se nombraron dos dimensiones o esferas sociales que se vean afectadas por la comisin del hecho social violento: las vctimas directas y las vctimas indirectas. La inclusin de los sujetos sociales en ambas categoras depender de la tipificacin del delito. As, con fines de ilustrar lo anterior, en casos masivos de violencia sexual se reconocen como vctimas directas los hombres o mujeres que fueron blanco de tal ataque, los cuales a su vez, representan la esfera de individuos vivos, sobrevivientes al hecho social violento. Otro ejemplo que manifiesta la complejidad en la categorizacin de las vctimas como directas o indirectas tiene que ver con la desaparicin forzada, puesto que el abordaje de los desaparecidos como vivos o muertos puede ser un factor que incida en la revictimizacin de los familiares. Este fenmeno se explica, retomando a Monsalve (2009:2):La desaparicin forzada no solamente busca la ganancia en las batallas; su objetivo es un instrumento de guerra; ruptura social y cultural. Basta con nombrar los mltiples efectos sociales y subjetivos que produce: creacin y mantenimiento de un vaco social, ruptura de las reglas socioculturales y las normas de convivencia, prdida de confianza en las instituciones, prdida del referentes de la responsabilidad, estado de alienacin, deshumanizacin de los individuos y los grupos a travs de la imposicin de la cotidianidad de la muerte, aislamiento de los movimientos sociales y prdida de la capacidad para horrorizarse frente a las atrocidades cometidas (Molina,1998). Las personas desaparecidas no seran y son solo un doloroso drama para sus familiares y amigos, sino que al no poder elaborar el duelo real a causa de la ausencia del cadver del ser querido, esto es, al no existir registro del cadver, los familiares de la vctima sufren la imposibilidad para cerrar o dar por terminado el vnculo afectivo con la persona desaparecida. Cada familiar o amigo de la persona desaparecida intenta elaborar el duelo, que le permita, sine qua non, reconstruir los vnculos y los tejidos sociales, rotos por la violencia y el conflicto armado.

De otro lado, pero relacionado con la desaparicin forzada cabe anotar que una de las fases de la investigacin social utilizada en los casos de desaparicin forzada es la investigacin preliminar, la cual, aunque tiene un carcter prejudicial aporta elementos y datos importantes a la investigacin judicial posterior.

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Ruta metodolgica de la investigacin en AntropologaLa investigacin propuesta contempla unas fases consecutivas y cronolgicas que tienen como base la ruta jurdica de la Ley 975 del 2005. Se propone un nfasis localizado en la constr